0% encontró este documento útil (0 votos)
236 vistas7 páginas

Subsidio para Orar en Familia - Los Fieles Difuntos PDF

Este subsidio ofrece una guía para que las familias puedan orar juntas en casa durante la emergencia sanitaria por los fieles difuntos. Incluye sugerencias para leer la Palabra de Dios, rezar el Salmo 22, hacer una comunión espiritual y pedir por los difuntos. El objetivo es que las familias se unan espiritualmente a través de la oración a pesar de no poder asistir a misa.

Cargado por

Pablo Muñoz
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
236 vistas7 páginas

Subsidio para Orar en Familia - Los Fieles Difuntos PDF

Este subsidio ofrece una guía para que las familias puedan orar juntas en casa durante la emergencia sanitaria por los fieles difuntos. Incluye sugerencias para leer la Palabra de Dios, rezar el Salmo 22, hacer una comunión espiritual y pedir por los difuntos. El objetivo es que las familias se unan espiritualmente a través de la oración a pesar de no poder asistir a misa.

Cargado por

Pablo Muñoz
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 7

comisión Episcopal para la Pastoral Litúrgica

Subsidio para orar en familia


por los fieles difuntos

durante la emergencia sanitaria

0
Conmemoración de Todos los Fieles difuntos
Subsidio para orar en familia
Este subsidio pretende ser una ayuda para todos los fieles, especialmente las familias,
presuponiendo que también tomarán parte, a través de los diferentes medios, en la
transmisión de las celebraciones, principalmente las dominicales; de este modo se busca que
los fieles puedan reunirse en familia para orar juntos, a propósito principalmente de lo que la
Palabra de Dios presenta para este Domingo: “La carne del Señor es verdadera comida y su
sangre es verdadera bebida; este es el verdadero bien que se nos da en la vida presente,
alimentarse de su carne y beber su sangre, no solo en la Eucaristía sino también en la lectura
de la Sagrada Escritura. En efecto, lo que se obtiene del conocimiento de las Escrituras es
verdadera comida y verdadera bebida” (San Jerónimo). Por esta razón, será tan importante
que todos los fieles, mejor si es en familia, puedan escuchar toda la Palabra de Dios prevista
para este día, a través de las transmisiones, así como la homilía que el sacerdote celebrante
haga a propósito de ella.
La celebración en familia puede ser guiada por el papá o la mamá, o el miembro que haga cabeza en la familia.

Guía: En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo.


Todos: Amén.

Guía: Bendigamos a Dios Padre,


que nos reúne en nombre de Cristo
para que unidos con toda la Iglesia
estemos en comunión los unos con los otros
por la fuerza de su Espíritu Santo.

Todos: Bendito seas por siempre, Señor.

Guía: Queridos hermanos, como cada año, al día siguiente de celebrar la


solemnidad de todos los Santos, en la cual pedimos la intercesión de todos
aquellos, conocidos y desconocidos, que se encuentran ya en presencia
de Dios, en este día nos reunimos nuevamente pero esta vez para pedir al
Señor que conceda el descanso eterno y lleva a gozar de su presencia a
todos aquellos, conocidos y desconocidos, que por alguna razón, que solo
Dios y la persona conocen, aún no participan del gozo de su Reino eterno,
sino que, aunque ya salvados, están en el Purgatorio.
Este día somos nosotros quienes intercedemos por todos ellos, en lo que
llamamos la “Comunión de los Santos”.

1
Oremos juntos con el Salmo 22:
R. El Señor es mi pastor, nada me faltará.
El Señor es mi pastor, nada me falta;
en verdes praderas me hace reposar
y hacia fuentes tranquilas me conduce
para reparar mis fuerzas.
Por ser un Dios fiel a sus promesas,
me guía por el sendero recto. R.
Así, aunque camine por cañadas oscuras,
nada temo, porque tú estás conmigo.
Tu vara y tu cayado me dan seguridad. R.
Tú mismo preparas la mesa,
a despecho de mis adversarios;
me unges la cabeza con perfume
y llenas mi copa hasta los bordes. R.
Tu bondad y tu misericordia me acompañarán
todos los días de mi vida;
y viviré en la casa del Señor
por años sin término. R.
Luego el que guía dice:

Del Evangelio según san Juan


6, 37-40

E n aquel tiempo, Jesús dijo a la multitud: “Todo aquel que me da el


Padre viene hacia mí; y al que viene a mí yo no lo echaré fuera, porque
he bajado del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que
me envió.
Y la voluntad del que me envió es que yo no pierda nada de lo que él me
ha dado, sino que lo resucite en el último día. La voluntad de mi Padre
consiste en que todo el que vea al Hijo y crea en él, tenga vida eterna y yo
lo resucite en el último día’’.
Todos: Gloria a ti, Señor Jesús.
Luego el que guía invita a los presentes a guardar un momento de silencio para interiorizar el Evangelio
escuchado.

2
Luego, el que guía, invita a orar, diciendo:

Guía: Queridos hermanos, oremos a Cristo, el Señor, esperanza de los que


vivimos aún en este mundo, y vida y resurrección de los que ya han
muerto. Llenos de confianza, digámosle:
R. Tú eres la vida y la resurrección, Señor.
1. Porque tu ternura y tu misericordia son eternas. R.
2. Porque por el bautismo hemos sido sepultados con Cristo en la muerte
y con él hemos resucitado. R.
3. Porque nos has dado el pan vivo bajado del cielo para que tengamos
vida eterna. R.
4. Porque nos confortas en nuestra agonía con la serena esperanza de la
resurrección. R.
5. Porque puedes librar a los difuntos de la muerte eterna. R.
6. Porque puedes dar a los difuntos un lugar en tu Reino. R.
7. Porque quieres dar el consuelo a quienes lloran la muerte de sus seres
queridos. R.
8. En estos momentos de emergencia. R.
A continuación, el que guía invita a que todos oren con la Oración del Señor, diciendo:

Guía: Juntos, agradecidos, oremos al Padre como el Señor Jesús nos ha


enseñado:
Y todos juntos dicen:
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre;
venga a nosotros tu reino;
hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día;
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos
a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en la tentación,
y líbranos del mal.

3
Comunión espiritual
A continuación, el que guía puede invitar a hacer la comunión espiritual, con estas palabras:

Guía: Es importante recordar que nada se compara con recibir la sagrada


Comunión sacramentalmente; sin embargo, en estos momentos de
emergencia sanitaria, cuando nos vemos todavía privados de poder asistir
a recibirla en la celebración de la Eucaristía, podemos hacer una
comunión espiritual, que es una devoción eucarística en la que decimos
ardientemente a Jesucristo cuánto deseamos recibirle; por lo que requiere
nuestra disposición interna que nos mueve a pedirle que aumente en
nosotros la sed de Dios y nos disponga para poderlo recibir
sacramentalmente en cuanto nos sea posible.
Especialmente en este día, con este firme deseo, digamos juntos:

C reo, Jesús mío,


que estás verdaderamente
en el Santísimo Sacramento del altar;
te amo sobre todas las cosas
y deseo recibirte en mi interior.
Pero ya que ahora no puedo hacerlo sacramentalmente,
ven al menos espiritualmente a mi corazón.
Y como si ya hubiera comulgado,
te abrazo y me uno todo a ti.
Señor, no permitas que me separe de ti.
O bien, esta otra:

J esús, ya te extraño;
aunque deseo comulgar en este momento,
tengo que esperar
hasta que pueda participar en la Eucaristía,
por eso te pido que vengas ahora
espiritualmente a mi corazón.
Y todos guardan un momento de silencio.

4
El que guía, continúa, diciendo:

Guía: Escucha, Señor nuestras súplicas,


y haz que, al proclamar nuestra fe
en la resurrección de tu Hijo,
se avive también nuestra esperanza
en la resurrección de nuestros hermanos difuntos.
Por Jesucristo, nuestro Señor.

Todos: Amén.

Guía: Dales, Señor, el descanso eterno.

Todos: Y luzca para ellos la luz perpetua.

Guía: Las almas de todos los fieles difuntos,


por la misericordia de Dios,
descansen en paz.

Todos: Amén.
Finalmente, el que guía, invoca la bendición de Dios para los allí presentes, diciendo:

Guía: El Señor, todopoderoso,


Padre, Hijo y Espíritu Santo,
nos bendiga, nos guarde de todo mal
y nos lleve a la vida eterna.
Todos: Amén.
Todos trazan el signo de la cruz mientras el guía continúa diciendo:

Guía: Bendigamos al Señor.

Todos: Demos gracias a Dios.

5
oración del Papa Francisco
Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino
como signo de salvación y de esperanza.
Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos,
que bajo la cruz estuviste asociada al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe.

Tú, Salvación de todos los pueblos,


sabes de qué tenemos necesidad y estamos seguros de que proveerás,
para que, como en Caná de Galilea, pueda volver la alegría
y la fiesta después de este momento de prueba.

Ayúdanos, Madre del Divino Amor,


a conformarnos a la voluntad del Padre
y a hacer lo que nos dirá Jesús,
quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos
y ha cargado nuestros dolores para conducirnos,
a través de la cruz, a la alegría de la resurrección.

Bajo tu protección buscamos refugio, Santa Madre de Dios.


No desprecies nuestras súplicas que estamos en la prueba
y líbranos de todo peligro,
oh Virgen gloriosa y bendita.

También podría gustarte