Luque - Análisis - Ravel - Bolero
Luque - Análisis - Ravel - Bolero
El bolero español es una danza en tres cuartos de tempo moderato. Se caracteriza por la
insistencia de un diseño rítmico tratado a modo de ostinato (generalmente a cargo de las
castañuelas o del tambor). Ravel se vale de esta danza como plataforma operativa sobre
la cual estructurar un crescendo de escala mayúscula. Tal crescendo está dado a partir de
básicamente dos elementos: un progresivo aumento de la dinámica, y, por otro lado, una
paulatina suma de masa orquestal a lo largo de toda la pieza.
La obra se compone de dos enunciados temáticos (A y B), de 16 compases cada uno, los
cuales son sometidos a una alternancia permanente entre ambos. Como soporte de esto,
el tambor ejecuta un diseño repetido e ininterrumpido el cual no sufre alteración alguna
sinó hasta los dos compases finales de la obra. Tal diseño rítmico ostinato queda
regularmente expuesto en un primer plano entre las sucesivos enunciados de A y B,
El tema A está íntegramente escrito en un Do Mayor diatónico. Su carácter "ondulante"
remite a los arabescos y giros típicos del folklore andaluz (grados conjuntos en legato
tratados sobre la base de una rítmica bastante uniforme de semicorcheas). Su 1° frase
(comp. 1 a 8) parte de la tónica "do" y termina en la dominante "sol". La 2° frase parte de
un tono más alto que el "do" inicial (o sea, "re"), y, muy gradualmente, desciende a través
de un puente de segundas hasta el "sol" del penúltimo compás (ver notas marcadas con
un recuadro verde); de ahí un desencadenamiento por grado conjunto de 3 semicorcheas
deriva la linea a la tónica inferior. El rango melódico de este tema o enunciado A es de
una 9° Mayor.
El tema B, también de 16 compases, está trabajado, en sus 4 primeros compases, con las
notas del modo Mixolidio de Do, en tanto los 12 compases restantes se basan en la
llamada "escala española de 8 sonidos", con una pequeña y eventual licencia de su II
grado, que por momentos figura ascendido.
Los arcos fraseológicos en este tema o enunciado B son, por lo general, más dilatados que
los de A. La primera nota expone el sonido característico del aludido modo Mixolidio
inicial (si bemol). Los 8 compases finales exhiben, al igual que con el tema A, un puente
de segundas descendentes hasta el "do" grave. En los segmentos dados por lo últimos 3
compases y los compases 5 con levare a 7 se hace empleo de una nota característica de la
escala española, el re bemol. Tal sonido figura inicialmente repetido de forma insistente
(comp. 5 con levare a comp. 7), lo cual alude a aquellas repeticiones hiperbólicas sobre
una nota aguda, propias del canto declamado andaluz. El rango o registro de este tema B
es prácticamente una 8° más amplio que el del Tema A.
Más allá de la ya señalada alternancia temática entre los enunciados A y B, la
construcción macro formal de esta pieza reposa en los cambios practicados en materia de
intensidad (que abarca desde un pianissimo hasta un fortísimo) y tímbrica. Con el fin de
orientar toda la atención del oyente en torno a estas dos variables constructivas - que no
suponen aquí, como de costumbre, un mero elemento adicional al parámetro melódico,
sinó el agente discursivo motor de la forma - se elimina todo aspecto
motívico/elaborativo, en su lugar los dos temas quedan virtualmente "congelados" desde
lo que es la identidad de su linea, ya que nada se afecta de su configuración rítmico-
melódica; el sentido del devenir discursivo se apoya exclusivamente en la plasticidad
"modulante" del color y de la dinámica. Asimismo, la armonía es otro factor que, lejos de
avanzar y desarrollarse, permanece imperturbablemente estático en un mismo centro
durante la casi totalidad de la obra (excepto un único, breve y, por ello mismo,
significativo cambio de eje tonal poco antes del final), circulando en torno a un reducido
grupo de acordes repetidos.
16 comp (B) + 16 comp (B) - 2 comp - 16 comp (A) - 2 comp - 16 comp (B variado) 8 comp (Clímax) 6 comp (Coda + codetta)
OBSERVACIONES GENERALES:
* Los dos últimos compases implican un giro plagal en el bajo (Fa - Do), armonizado con
un acorde de VII dism. con 3ª descendida (si-re bemol-fa-la bemol). Melòdicamente el
descenso de la voz superior al si bemol hace suponer a èsta como una nota de paso, en
tanto el re bemol recuerda a la escala española, que, como se apuntò, fuera empleada en
el enunciado B.