UNA PUERTA PELIGROSA PARA LA DEMOCRACIA SIGUE ABIERTA
Y EL TC TENÍA LA LLAVE
Reflexiones en torno a la sentencia competencial sobre vacancia
presidencial por permanente incapacidad moral*
En las últimas semanas el país atravesó por un periodo de inestabilidad política
y democrática. Tras la vacancia del expresidente Vizcarra y la cuestionada
asunción del cargo por parte de Manuel Merino, en su calidad de Presidente del
Congreso, se produjo un quiebre en el orden institucional que desembocó en
grandes manifestaciones en todo el país. La imprecisión de la causal de vacancia
presidencial por “permanente incapacidad moral” generó que dicha figura sea
utilizada de manera arbitraria e indiscriminada por la mayoría parlamentaria,
ocasionando un gran riesgo para nuestro Estado Constitucional de Derecho.
En medio de este escenario de incertidumbre, el Tribunal Constitucional tuvo la
posibilidad de desempeñar un rol muy importante para poner fin a la crisis y
pronunciarse, de una vez por todas, sobre la interpretación aplicable a dicha
causal. Su decisión era muy importante para nuestra estabilidad democrática;
sin embargo, ocurrió lo contrario. La mayoría de magistrados votaron para que
se declare improcedente la demanda utilizando un argumento formal -la
“sustracción de la materia”-, dejando una puerta abierta que puede desembocar
en una nueva crisis política.
1. Breve reseña de los hechos que arribaron al proceso competencial
recaído en el Expediente N° 00002-2020-CC/TC
El inciso 2 del artículo 113 de la Constitución contempla la figura de la vacancia
presidencial por “permanente incapacidad moral”, la misma que puede ser
invocada y, en su momento, declarada por el Congreso. Al respecto, surgieron
disyuntivas sobre el significado que puede atribuirse a esta expresión, pues no
existen parámetros claros que determinen cuándo el Jefe de Estado puede ser
removido de su cargo por dicha causal. Ello ha generado que sea empleado de
manera arbitraria e indiscriminada por los agentes políticos.
En los últimos años se ha utilizado dicha causal hasta en 5 ocasiones, siendo 4
de ellas planteadas en este periodo de gobierno (2016-2021); en específico,
durante el mandato del expresidente Vizcarra, se han presentado 2 mociones de
vacancia presidencial por esta causal.
La primera moción se presentó el día 10 de setiembre del presente año, cuando
se difundieron audios que implicaban al Jefe de Estado en una presunta
*
Documento elaborado por Leslie Obando Gamarra, Pilar Pretell García, y Carlos Reyes Esteves.
1
contratación irregular, caso conocido como “Richard Cisneros”. Este hecho
generó que el Congreso de la República tramite una moción de vacancia, al
tratarse de un hecho controvertido con presuntos actos de corrupción. Ante ello,
el 14 de setiembre, el Poder Ejecutivo presentó una demanda competencial
invocando un “menoscabo de atribuciones en sentido estricto” ante el Tribunal
Constitucional. ¿Qué significa ello? Refiere a que “sin existir un conflicto en
relación con la titularidad de una competencia o atribución, un órgano
constitucional ejerce su competencia de un modo tal que afecta el adecuado
ejercicio de las competencias reservadas a otro órgano constitucional.”1
En su demanda, el Poder Ejecutivo alegó que el Congreso de la República habría
empleado indebidamente su competencia al tramitar la moción de vacancia con
dicha causal, al entenderla como un “juicio ético” y utilizarla como un mecanismo
de control político y de sanción para precipitar la terminación anticipada del
mandato presidencial; en detrimento de las competencias del Poder Ejecutivo de
dirigir la política general del Gobierno. Conjuntamente, se presentó una solicitud
de medida cautelar para suspender el procedimiento de vacancia presidencial
hasta que el Tribunal Constitucional emita una decisión sobre la demanda.
El Tribunal Constitucional en el auto de calificación de fecha 17 de setiembre de
2020, declaró admisible la demanda competencial, sin embargo, determinó
improcedente la medida cautelar, al no alcanzarse los votos necesarios. Las
razones de los 5 magistrados que votaron en contra de la solicitud variaron
significativamente. Así, algunos consideraron que no existió “peligro en la
demora”2 y otros señalaron que no se había acreditado el requisito de
“verosimilitud o apariencia del derecho invocado”. De modo que, con la
improcedencia, se perdió la primera y valiosa oportunidad para que el Tribunal
evitara el escenario de inestabilidad política que semanas después se precipitó.
Frente a la negativa de la medida cautelar, el día 18 de dicho mes, el Congreso
de la República debatió el pedido de vacancia presidencial, donde finalmente fue
archivado con 78 votos en contra.
A pesar de encontrarse pendiente de resolver el proceso competencial en el
Tribunal Constitucional, el Congreso, el 20 de octubre de 2020, insistió en el
mismo uso cuestionado de la causal de incapacidad moral permanente, y admitió
una segunda moción de vacancia contra Martín Vizcarra. La moción se
encontraba sustentada en acusaciones no corroboradas sobre el presunto uso
indebido de fondos públicos cuando Vizcarra fue gobernador regional de
Moquegua (2011-2014), realizadas por personas aspirantes a colaboradores
eficaces. A diferencia del anterior pedido, el Congreso con una vasta mayoría
(105 votos a favor) aprobó la vacancia presidencial3. Tras ello, el entonces titular
1 Fundamento jurídico 3 de la sentencia recaída en el expediente 0001-2010-CC/TC.
2 Tal argumento fue utilizado por la magistrada Ledesma quien sustentó la falta del peligro en la demora
por dos consideraciones: a. La parte demandante no la había acreditado fehacientemente; y, b. De acuerdo
a las declaraciones de los voceros y líderes políticos no se lograría alcanzar los dos tercios de votos
parlamentarios para que se configure la figura de la vacancia presidencial.
3 El procedimiento de vacancia se llevó a cabo de manera célere, donde algunos(as)congresistas
consideraron otras razones de las expuestas en la moción (como el desempeño del gobierno frente al
COVID19) no garantizando un debido procedimiento ni una deliberación adecuada.
2
del Congreso, Manuel Merino, asumió la presidencia de la República. Tal hecho
fue considerado ilegítimo porque la vacancia significó un cálculo político más que
el empleo de mecanismos constitucionales para remover del cargo al presidente,
aunado a que todavía no se había determinado la responsabilidad del Jefe de
Estado de los hechos que se le imputaban.
Si bien respecto a esta segunda vacancia, el Poder Ejecutivo decidió no
presentar una nueva demanda competencial o un nuevo pedido de medida
cautelar, consideramos que sí se encontraba dentro de las competencias del
Tribunal pronunciarse sobre esta última, toda vez que dicho órgano
constitucional tenía pendiente emitir un pronunciamiento de fondo respecto a los
alcances de la competencia del Congreso en relación a la aplicación de la causal
de vacancia presidencial (permanente incapacidad moral), por lo que su efecto
se hubiese extendido a todos los actos incompetentes, incluyendo a la vacancia
aprobada el día 9 de noviembre.
Sin embargo, pese al estallido social4 y el escenario de inestabilidad
democrática, el Tribunal Constitucional por mayoría de votos decidió no
pronunciarse sobre el fondo, una posición que sorprendió a todas y todos los(as)
peruanos(as). En las siguientes líneas, reflexionamos en torno a la decisión
adoptada.
2. ¿Qué ha resuelto el Tribunal Constitucional?
El pasado 20 de noviembre el Tribunal publicó la sentencia del proceso
competencial, bajo la cual se declaró improcedente la demanda invocando que
había operado una “sustracción de la materia”. Los magistrados Blume, Ferrero,
Miranda y Sardón votaron a favor de la improcedencia. La magistrada presidenta
y ponente de este caso, Marianella Ledesma, y el magistrado Carlos Ramos
votaron por declarar fundada en parte la demanda competencial; y, finalmente,
el magistrado Espinosa-Saldaña votó por declarar fundada la demanda en todos
sus extremos5.
La sentencia en mayoría señala que el acto concreto materia del proceso es la
moción de vacancia presentada el 10 de setiembre (Moción de Orden del Día
1209). Considera que el conflicto invocado en la demanda cesó porque no fue
aprobado por el Congreso de la República, por lo que operaría la “sustracción de
la materia”.
¿Qué implica esta figura? La sustracción de la materia es una figura procesal
que describe una situación extra procesal, y que busca resguardar la eficacia del
ejercicio de la jurisdicción. Se aplica cuando, durante la tramitación del proceso
y antes de que se emita la sentencia, el interés invocado en la demanda ya ha
4 Debido al uso desproporcionado de la fuerza policial hacia la ciudadanía ejerciendo el derecho a la
protesta, se tuvo como resultado la muerte de 2 jóvenes y varios heridos. Asimismo, se reportaron casos
de personas desparecidas y detenciones arbitrarias.
5 Se puede revisar la sentencia, así como los votos de los magistrados en el siguiente enlace:
https://tc.gob.pe/jurisprudencia/2020/00002-2020-CC.pdf
3
quedado satisfecho por fuera del proceso o ha devenido en imposible de
satisfacer, por lo que un pronunciamiento sobre el fondo del asunto carecería de
sentido y sería un ejercicio inútil del poder jurisdiccional
Ahora bien, ¿este es un razonamiento adecuado? Consideramos que no, debido
a que en el proceso competencial objeto de estudio, el interés invocado en la
demanda, vinculado a la necesidad de definir el contenido de la causal por
permanente incapacidad moral, no ha sido satisfecho y, por lo tanto, el conflicto
no ha cesado. La competencia cuestionada en relación a la utilización de la
vacancia por la causal de permanente incapacidad moral aún no ha sido definida,
por lo que el pronunciamiento del Tribunal podía producir un efecto útil, y como
intérprete de cierre de la Constitución, debió establecer los parámetros bajo los
cuales resultaría legítima su aplicación. Corresponde enfatizar que un proceso
competencial no es eminentemente subjetivo, se requiere analizar la dimensión
objetiva, lo que significa garantizar el reparto de atribuciones o competencias
emanadas de la Constitución o leyes de desarrollo constitucional.
¿Con esta decisión se convalida la vacancia presidencial? Frente a quienes
especulan en este sentido, cabe enfatizar que la sentencia no supone confirmar
la constitucionalidad de las dos mociones de vacancia. Por el contrario, el
Tribunal Constitucional al haber declarado improcedente la demanda de conflicto
competencial no se ha pronunciado sobre el fondo de la controversia 6, en
consecuencia, aún queda la posibilidad de un nuevo planteamiento de la
cuestión en un futuro proceso competencial.
3. Sobre el rol pacificador e integrador del Tribunal Constitucional
El Tribunal Constitucional tiene dos funciones importantes en nuestro Estado
Constitucional de Derecho: i) racionalización del ejercicio del poder,
resguardando el orden democrático, a través de un sistema de cooperación,
equilibrio y balance de poderes; y, ii) la defensa y garantía de los derechos
fundamentales.7
Bajo ese orden de ideas, el Tribunal debe efectuar una adecuada interpretación
constitucional de acuerdo a ciertos principios entre los cuales resalta la función
integradora, la cual consiste en que “el producto de la interpretación
constitucional podrá ser considerado como válido en la medida que contribuya a
integrar, pacificar y ordenar las relaciones de los poderes públicos entre sí y las
de estos con la sociedad”.8
Ahora bien, con relación al proceso competencial, el Tribunal Constitucional está
llamado a interpretar las atribuciones de los poderes en conflicto de modo tal que
6 Cabe indicar que la naturaleza de toda sentencia es que su contenido versa sobre una evaluación del
fondo, es decir, que de ella se desprenda un análisis sobre el objeto de la demanda, los pronunciamientos
de las partes, así como los derechos fundamentales y el sistema democrático que puede estar en juego;
sin embargo, el Tribunal al haberse decantado por una institución de carácter procesal hace caso omiso a
sus pronunciamientos previos. Además, aun en los casos en los que el Tribunal Constitucional ha declarado
la sustracción de la materia, ha emitido un pronunciamiento de fondo, ello en correspondencia del artículo
1 del Código Procesal Constitucional (por ejemplo, tal argumento fue empleado en la sentencia 0366-2012-
PA/TC)
7 Fundamento Jurídico 1 de la sentencia recaída en el expediente 2409-2002-AA/TC
8 Fundamento Jurídico 12 de la sentencia recaída en el expediente 05854-2005-PA/TC.
4
se asegure el equilibrio, pacificando y ordenando las relaciones entre los
mismos.9
Al respecto, el Tribunal ha enfatizado que “la función pacificadora de la
jurisdicción constitucional comprende que nunca la pretendida corrección
técnico-jurídica de una sentencia es capaz de legitimarla constitucionalmente, si
de ella deriva la inseguridad, la incertidumbre y el caos social”.10 Asimismo, se
ha enfatizado que “de ahí que sea deber, y no mera facultad del Tribunal
Constitucional, ponderar las consecuencias de sus resoluciones, de modo tal
que,(....) logre verdaderamente pacificar la relación entre las partes, y contribuir
a la certidumbre jurídico constitucional e institucional de la sociedad.”11 Por tal
motivo, las y los jueces constitucionales están llamados a generar una
estabilidad democrática a través de sus pronunciamientos y no el efecto
contrario.
Tal como lo señaló el magistrado Espinosa-Saldaña, en este tipo de
controversias se pone de manifiesto “el carácter no solo normativo-regulatorio,
sino también político institucional de la Constitución.” Tal como lo explica, puede
existir una insuficiente o deficiente regulación constitucional y ello exige a los
jueces constitucionales a no solo completar los vacíos o las imprecisiones
jurídico-constitucionales que pudieran detectarse en la Constitución, sino que
dicha integración debe realizarse teniendo como base los principios que
subyacen en nuestro sistema de gobierno y nuestro sistema político.12
Aplicando estos principios al conflicto competencial materia de comentario,
frente a la indefinición del artículo 113, inciso 2 de la Constitución sobre la causal
de “permanente incapacidad moral” de vacancia presidencial, el Tribunal
Constitucional rehusó a su responsabilidad de pronunciarse sobre los
parámetros constitucionales bajo los cuales interpretarlo y aplicarlo
legítimamente. Lamentablemente, a pesar de haber sido un caso tan
trascendental para nuestra estabilidad institucional y democrática, el Tribunal
decidió no pronunciarse sobre el fondo de la litis incumpliendo con el rol
pacificador e integrador, lo cual ha dejado abierta la posibilidad de que se repita
un nuevo escenario de quiebre y estallido social como el que atravesamos.
4. Necesidad de definir la causal de “permanente incapacidad moral”
de vacancia presidencial
La decisión por mayoría del Tribunal Constitucional resulta preocupante debido
a que mantiene una puerta abierta para que ocurra un nuevo escenario de crisis
política. Resulta muy riesgoso mantener una figura sin parámetros claros para
su interpretación y que su aplicación pueda resultar nociva para nuestra
estabilidad democrática. No debe olvidarse que su aplicación ha sido utilizada,
de forma abusiva, a modo de instrumento atemorizante por parte de la mayoría
parlamentaria para hacer frente a Ejecutivos que carecen de una bancada
9 Fundamento jurídico 19 del auto de calificación recaído en expediente 0006-2019-CC/TC.
10 Fundamento jurídico 59 de la sentencia recaída en el expediente 00005-2005- CC/TC.
11 Ídem.
12 Fundamento jurídico 28 del fundamento de voto del magistrado Eloy Espinosa-Saldaña Barrera recaído
en el expediente 0006-2019-CC/TC.
5
representativa en el Congreso. Por tanto, dejar la decisión de determinar cuándo
es que el Jefe de Estado adquiere la condición de “permanente incapacidad
moral” a los agentes políticos puede resultar muy peligroso para nuestra
institucionalidad.
Además de ello, cabe recordar que nuestro escenario político ha estado marcado
en los últimos años por la gran confrontación del Ejecutivo y el Legislativo, la
ausencia de una bancada oficialista, la debilidad de los partidos políticos, la gran
fragmentación de los grupos parlamentarios y la prevalencia de intereses
particulares (incluso algunos vínculos presuntos con el crimen organizado).
Todos estos elementos han servido de antesala para desembocar la grave crisis
política ocurrida hace unos días, que llevó a que miles de ciudadanas y
ciudadanos en todo el país ejercieran su derecho a la protesta pacífica,
reconocida en instrumentos internacionales de derechos humanos, pero que,
reprimida con un uso desproporcionado de la fuerza policial, tuvo como
lamentable resultado la pérdida de la vida de dos jóvenes, quienes alzaron su
voz para que nuestra democracia, nuestros derechos y libertades sean
respetados.
Sin perjuicio de lo anteriormente señalado, vale reconocer el esfuerzo por
establecer ciertos parámetros para esta causal de vacancia presidencial por
parte de los tres magistrados que votaron en contra de la improcedencia de la
demanda.
Así, del voto singular de los magistrados Carlos Ramos y Marianella Ledesma
se desprenden algunos criterios para aplicar dicha causal. De acuerdo con este
voto, la causal : (a) solo será aplicable a aquellos hechos de la mayor gravedad
que atenten contra los valores éticos de nuestra sociedad y que hacen imposible
el desempeño en el cargo; (b) No puede ser utilizada como mecanismo de control
político; (c) Debe darse en respeto al debido procedimiento; (d) La conducta debe
ocasionar un desequilibrio social; (e) Se requiere una votación de 4/5 para
declararla; (f) Se añade una segunda votación; (g) No puede solicitarse en el
último año del ejercicio presidencial.13
Por su parte, el magistrado Espinosa-Saldaña considera que la causal de
vacancia referida a la “permanente incapacidad moral” debería entenderse como
una “causal objetiva, respaldada en una constatación fáctica, que no requiere
una mayor complejidad interpretativa o argumentativa.”14. En esa línea, aduce
que ello se encuentra sustentado en nuestro modelo de gobierno bajo el cual en
ningún caso las causales de vacancia presidencial podrían interpretarse como
supuestos que establezcan una especie de sanción en contra del presidente en
ejercicio. Adicionalmente, señala que una alternativa constitucional en los casos
que el Presidente haya afectado irremediablemente la dignidad del cargo o que
este haya tenido un mal desempeño que le impida continuar ejerciendo la
presidencia, correspondería interpretar de manera amplia el artículo 114 de la
13 Considerando 3 de la parte resolutiva del voto singular de los magistrados Ramos Núñez y Ledesma
Narváez recaído en el expediente 0002-2020-CC/TC.
14 Fundamento jurídico 82 del voto singular del magistrado Eloy Espinosa- Saldaña Barrera recaído en el
expediente 0002-2020-CC/TC.
6
Constitución en relación a la suspensión por incapacidad temporal del Jefe de
Estado15.
De haberse considerado alguna de esas interpretaciones por parte de la mayoría
del Tribunal Constitucional ahora se tendrían parámetros objetivos para el uso
de esta causal de vacancia presidencial por “permanente incapacidad moral” por
parte de agentes políticos, evitando que, en futuras ocasiones, puedan
generarse escenarios de crisis que pongan en riesgo nuestra estabilidad
democrática.
Por otro lado, el Congreso de la República viene discutiendo la posibilidad de
realizar una reforma constitucional sobre la causal de “permanente incapacidad
moral” de vacancia presidencial, a través de una propuesta de retorno a la
bicameralidad.
Al respecto, es importante resaltar que, de un lado, la ciudadanía se manifestó
en el referéndum de 2018 en contra de la bicameralidad, por lo que estaríamos
frente a una situación en la cual un poder constituido, como lo es el Congreso de
la República, contraria la voluntad expresada por el poder constituyente, la
ciudadanía, en un mismo periodo de gobierno16.
Este problema también se presenta en el intento del Congreso de regular la
causal de vacancia por incapacidad moral permanente, toda vez que la
ciudadanía ya se ha manifestado en contra de que sea el Congreso quien
determine el contenido de dicha causal, a través de las multitudinarias marchas
llevadas a cabo este año.
Ahora bien, el dictamen aprobado en la Comisión de Constitución y Reglamento
sugiere diferenciar la vacancia por permanente incapacidad mental de la moral.
En relación al primer supuesto se señala que sería la Cámara de Diputados la
encargada de declarar tal condición. Por otro lado, en torno al segundo supuesto
se establece que debe ser declarada, en primer lugar, por la Cámara de
Diputados, y, posteriormente, por la Cámara de Senadores, para lo cual se
necesitan por lo menos 2/3 del número legal de cada cámara.
¿Qué sugiere el dictamen del Congreso que se entienda por permanente
incapacidad moral? Se consideran dos supuestos: i. La comisión de un delito
doloso en flagrancia, previa determinación de la misma por el Poder Judicial.; y,
ii. La falta de aptitud moral para continuar ejerciendo el cargo, por haberse
acreditado objetivamente una conducta pública que genera un notorio
desequilibrio social por atentar contra los valores éticos comúnmente
compartidos, que deterioran la dignidad presidencial y hacen insostenible su
permanencia en el cargo.
15 Fundamento jurídico 89 del voto singular del magistrado Eloy Espinosa-Saldaña Barrera recaído en el
expediente 0002-2020-CC/TC.
16 En el último referéndum llevado a cabo el año 2018, el 90% de la población rechazó la bicameralidad,
debido a que el establecimiento de diputados y senadores permitía que los congresistas del periodo 2016-
2021 puedan ser reelectos de manera inmediata como senadores o diputados.
7
Sobre el particular, surgen las siguientes interrogantes, ¿es necesario
contemplar la figura del delito flagrante, el cual será, suponemos objeto de
amplios comentarios por los especialistas en derecho penal? ¿No existiría una
colisión con el artículo 117 de la Constitución, el cual contempla que el
Presidente de la República solo puede ser acusado por determinados delitos?
No obstante lo señalado, si bien en el dictamen se establece que el
procedimiento de vacancia será regulado mediante el Reglamento del
Parlamento, consideramos que es fundamental que se garantice en la regulación
el debido procedimiento en la aplicación de la causal de permanente incapacidad
moral, el cual constituye un derecho humano, reconocido en el artículo 8 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos (CADH) y ha sido
desarrollado ampliamente por la Corte IDH17 -cuyos pronunciamientos son
vinculantes para el Estado peruano-. De modo que la implementación de la
vacancia por la referida causal, sin atender los parámetros de convencionalidad,
no solo vulneraría el precitado derecho humano, sino también los derechos
políticos reconocidos en el artículo 23 de la CADH cuya titularidad recae en el
Jefe de Estado, y su ejercicio legítimo emana directamente del voto popular. La
afectación a sus derechos fundamentales podría, incluso, repercutir en la
continuidad de las políticas de gobierno y, por ende, en el interés general.
Finalmente, frente a la posibilidad de llevar a cabo la reforma constitucional,
queda la preocupación de que sea la actual conformación del Congreso la que
adopte tal decisión, sobre todo cuando 105 de sus integrantes votaron a favor de
utilizar la causal de vacancia presidencial de manera extensa y poco
responsable. No puede perderse de vista que si Congreso determina los
alcances de la vacancia, se está convirtiendo en juez y parte, pudiendo
establecer el contenido que considere más favorable a su posición, afectando
con ello el principio de separación de poderes.
Además, no olvidemos que, de acuerdo a la última encuesta de IPSOS, el 88%
desaprueba al parlamento18, por lo que una medida de tal envergadura no puede
adoptarse sin la legitimidad necesaria para representar fielmente la voluntad
popular. De modo que, el actual Congreso, a efectos de recobrar la confianza de
la ciudadanía, debería suspender el proceso de deliberación y tramitación
legislativa, y con ello permitir que sea el nuevo Parlamento, elegido en abril de
2021, el que tome la decisión de aprobar una reforma constitucional de tal
magnitud.
5. Reflexiones finales
La decisión adoptada por la mayoría de los miembros del Tribunal Constitucional,
lamentablemente, ha dejado una puerta abierta para que estos episodios de
17 Corte IDH, Caso Claude Reyes y otros Vs. Chile, Fondo, Reparaciones y Costas, sentencia de 19 de
septiembre de 2006, Serie C N° 151, párrafo 116 y Caso Baena y otros vs. Panamá, Fondo, Reparaciones
y Costas, sentencia de 2 de febrero de 2001, serie C N° 72, párrafo 126.
18 IPSOS (2020) La crisis política en el Perú. Noviembre 2020. En:
https://www.ipsos.com/sites/default/files/ct/news/documents/2020-
11/la_crisis_politica_noviembre_2020.pdf. Visto el 26 de noviembre de 2020.
8
crisis institucional puedan volver a suceder. Este intérprete de cierre de la
Constitución tuvo una gran oportunidad para dirimir el conflicto entre el Poder
Ejecutivo y el Poder Legislativo, cumpliendo el rol pacificador que corresponde,
sin embargo, omitió proceder de esa manera.
El uso desmedido de la causal de vacancia presidencial por permanente
incapacidad moral por parte del Congreso de la República, únicamente, ajustada
a cuestiones de interés y conveniencia, no contribuye al fortalecimiento de
nuestra débil democracia, sino que, por el contrario, la expone al peligro
inminente que suponen las mayorías reunidas en el parlamento frente a
determinadas coyunturas políticas.
Las multitudinarias manifestaciones contra la vacancia presidencial tuvieron
como resultado la renuncia de Manuel Merino a la presidencia. Después, el
Congreso eligió una nueva Mesa Directiva liderada por Francisco Sagasti, quien
posteriormente asumió la presidencia de la República, respetando la sucesión
constitucional. Los eventos consistentes en protestas y manifestaciones públicas
demuestran la necesidad de prestar mayor atención a la forma de articular el
poder para que, nuevamente, el cálculo político no termine erosionando la
democracia.