100% encontró este documento útil (3 votos)
937 vistas157 páginas

Proteccion Jurisdiccional de Los Derechos - Blacio Aguirre, Galo Stalin PDF

Este documento resume el capítulo 1 de un libro sobre la protección jurisdiccional de los derechos constitucionales en Ecuador. El capítulo explora la historia de los derechos y su evolución desde las primeras declaraciones de derechos hasta su incorporación en las constituciones modernas. También define el ámbito protector de los derechos constitucionales como aquellos derechos inherentes a la dignidad, libertad e igualdad humanas.

Cargado por

LIBROS LIBRES EC
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
100% encontró este documento útil (3 votos)
937 vistas157 páginas

Proteccion Jurisdiccional de Los Derechos - Blacio Aguirre, Galo Stalin PDF

Este documento resume el capítulo 1 de un libro sobre la protección jurisdiccional de los derechos constitucionales en Ecuador. El capítulo explora la historia de los derechos y su evolución desde las primeras declaraciones de derechos hasta su incorporación en las constituciones modernas. También define el ámbito protector de los derechos constitucionales como aquellos derechos inherentes a la dignidad, libertad e igualdad humanas.

Cargado por

LIBROS LIBRES EC
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 157

Galo Stalin Blacio Aguirre

 
 
 
 
 
 
 

LA PROTECCIÓN
JURISDICCIONAL DE LOS
DERECHOS
CONSTITUCIONALES
 

CORPORACIÓN DE ESTUDIOS Y PUBLICACIONES


 
Quito, 2016.
CORPORACIÓN DE ESTUDIOS Y PUBLICACIONES
(CEP)
 
LA PROTECCIÓN JURISDICCIONAL DE LOS DERECHOS
CONSTITUCIONALES
Galo Stalin Blacio Aguirre
 
Revisión
Departamento Jurídico Editorial - CEP
 
Diagramación
Departamento de Diagramación - CEP
 
 
Derecho de Autor No. 049102: 13-Julio-2016
ISBN No. 978-9942-06-340-3
 
 
Quito - Ecuador

Todos los derechos sobre el contenido de esta obra pertenecen a la


Corporación de Estudios y Publicaciones. Prohibida su reproducción total o
parcial así como su incorporación a sistemas informáticos, su traducción,
comunicación pública, adaptación, arreglo u otra transformación, sin
autorización expresa y por escrito de la Corporación.
 
 
 

 
 
DEDICATORIA

A mis hijos
Galito y Maeba
“Desde que llegaron a mi vida, lo cambiaron
todo, me convirtieron en alguien dispuesto a
cambiar por su felicidad”.
PRÓLOGO

Esta obra versa sobre el sistema de protección de los derechos en


nuestro país; es decir, de todas aquellas garantías que la Constitución ha
puesto a disposición del ciudadano, a fin de tutelar el bien más preciado que
pueden tener todos los seres humanos, como lo son sus derechos
constitucionales.

El fenómeno de los derechos y sus garantías es algo cotidiano en


nuestras sociedades contemporáneas, aunque no siempre ha sido así, y se ha
transformado en una cuestión de enorme interés desde el punto de vista de
las ciencias humanas y sociales.

La lucha por el respeto de los derechos y libertades fundamentales del


hombre se confunde con la historia misma de la humanidad; esta lucha por
los derechos va unida al esfuerzo por limitar el poder de los gobernantes,
pues los principales enemigos de las libertades y derechos han sido y siguen
siendo los despotismos de cualquier especie.

En el continente latinoamericano, aun cuando la violación de derechos


ha sido sistemática durante largos períodos de tiempo, y en algunos
Estados, la garantía de los derechos está muy lejos de ser cumplida, siempre
han existido instrumentos de defensa de los derechos desde los primeros
momentos de su independencia respecto de sus colonias, y, con variantes
terminológicas, el amparo ha constituido la principal garantía constitucional
de los derechos proclamados en los textos constitucionales. En la
actualidad, el avance dado en Latinoamérica en materia de derechos, es
altamente notable, y permite hablar de la democratización, casi general, del
continente americano.

El establecimiento de garantías en las Constituciones democráticas


constituye el elemento fundamental para la protección de las democracias
actuales, y constituyen elementos necesarios para que el reconocimiento
constitucional de los derechos no sea puramente formal y se posibilite, en la
práctica, su reclamación y protección efectiva ante los poderes públicos y
los ciudadanos.
Este libro pretende tener algunas particulares en común. En primer
lugar recoge doctrina actual, que da cuenta de algunos textos que son
importantes conocerlos para comprender cada una de las garantías
jurisdiccionales. En segundo lugar se pretende ser crítico, en el sentido de
brindar aportes que contribuyan a la protección de los derechos
fundamentales.

Es necesario recordar que el derecho, como todas las demás ciencias,


está sometido a los diferentes cambios sociales. Nuestra sociedad ha sido
protagonista de gestas significativas, señaladas en la Constitución, y será
tanto en la práctica, como en el estudio del derecho constitucional, que esos
tan anhelados cambios retribuyan a las exigencias ciudadanas de una
Constitución garantista de derechos.

Sin duda alguna existe todavía un largo camino por recorrer para
alcanzar la tutela efectiva e integral de los derechos constitucionales; sin
embargo, este avance garantista se constituye en los primeros pasos para
lograr establecer en nuestra realidad un verdadero Estado Constitucional de
Derechos.

Lo dicho hasta aquí no significa que este humilde aporte académico sea
un trabajo definitivo y totalmente acabado, ya que aún falta el análisis de
otros aspectos relevantes de nuestra Constitución que podrán ser motivo de
estudio en posteriores trabajos.

Esta obra se encuentra compuesta por cuatro grandes capítulos, de


donde, el primer capítulo hace alusión a los derechos constitucionales en su
evolución histórica y su ámbito protector.

El segundo capítulo referente a las garantías jurisdiccionales, se ha


previsto el estudio de sus principios procesales, así como también el trámite
a seguir en cada una de estas acciones que por disposición de la
Constitución de la República del Ecuador son: Acción de Protección,
Hábeas Corpus, acceso a la información pública, Hábeas Data, Acción por
Incumplimiento y Acción Extraordinaria de Protección.

Las medidas cautelares son motivo de estudio en el tercer capítulo de


esta obra, centrado su atención en su naturaleza, objeto, derechos
amparados, su interposición y desarrollo en la práctica.

El cuarto capítulo hace una exposición detallada de las demandas de las


diferentes garantías jurisdiccionales en su aplicación práctica.

Finalmente, esta obra se configura en una nueva propuesta para el


debate académico y científico; así como, una invitación para los juristas
teóricos y prácticos del Derecho Constitucional, a fin de acercar posiciones
y poder construir, de esta manera, un nuevo conocimiento sólido y
contemporáneo del Estado ecuatoriano, en cuanto a la forma de hacer
efectivos y eficaces los derechos constitucionales de cada uno de nosotros.
CAPÍTULO I
LOS DERECHOS.

Sumario

1.1. Historia de los derechos

1.2. Ámbito protector. Derechos susceptibles de protección

1.1. HISTORIA DE LOS DERECHOS.

Todo ser humano es titular de derechos. Hoy en día no hay ninguna


duda de que la dignidad del ser humano es el fundamento de los derechos,
los derechos están vinculados a la dignidad, a la libertad y a la igualdad
como manifestaciones de ésta dignidad. Ello, supone situar a los derechos y
libertades en una posición central dentro del orden jurídico-político, y,
principalmente, la dignidad de la persona y los derechos inherentes a ella,
se convierten en la piedra angular del orden constitucional democrático.

Ello, sin embargo, no siempre ha sido así. Las formulaciones liberales


de las declaraciones de derechos constituyeron un avance importante en la
lucha contra el abuso del poder y en la defensa de la libertad individual,
pero eran simples declaraciones programáticas. Los primeros Textos
incorporaron una serie de valores preexistentes que, por influencia del
iusnaturalismo racionalista resultaban de común aceptación, sin embargo
carecían de verdadera fuerza obligatoria por cuanto actuaban como simples
valores programáticos. Como ideal, los derechos constituyeron una
auténtica revolución, pero la verdadera historia de los derechos es la
historia de su positivización.

Es con la incorporación al ordenamiento positivo interno y su


declaración expresa por parte de los Textos constitucionales cuando se
establece la verdadera importancia de los derechos como definidores del
carácter y alcance de un sistema político implantado. Es a partir de este
momento cuando los derechos forman todo el orden constitucional.

La historia de los derechos puede remontarse hasta el nacimiento de la


noción de Constitución. Ello no quiere decir que antes de que surgiera la
primera Constitución, a finales del siglo XVIII, los derechos más
elementales del hombre se encontraran totalmente desprotegidos. Sin
embargo, los inicios del constitucionalismo marcan la concepción moderna
de los derechos.

El tema del fundamento de los derechos se encuentra en el centro del


debate entre iusnaturalismo y positivismo. No sería sensato pretender
reproducir esa extensa discusión, ni siquiera resumiendo los argumentos
que esgrime cada postura. Podemos afirmar que el fundamento de los
derechos se encuentra en ciertas condiciones básicas del hombre, mismas
que son esenciales para la convivencia humana, surgen y se desarrollan en
torno a tres conceptos: dignidad, libertad e igualdad. Sin pretender
detenerse en el debate acerca de un listado que podría ser más o menos
extenso, es claro que estas cualidades inherentes a la naturaleza humana, no
son propiamente derechos, en un sentido jurídico estricto, sino la base de la
cual éstos derivan.

Los derechos que son objeto de estudio en el Derecho Constitucional,


han recibido, y todavía hoy lo reciben, diversas denominaciones, y así
observamos que nos referimos a ellos como derechos humanos; derechos
fundamentales; libertades; o derechos constitucionales. Con independencia
de que cada categoría engloba un concepto distinto, los derechos humanos
son imprescindibles para la vida del hombre en la sociedad.

Los derechos suponen la concreción de las exigencias derivadas de la


dignidad, la libertad y la igualdad, y su reconocimiento, proclamación y
tutela constituyen un elemento necesario a la propia definición estatal como
Estado social y democrático de Derecho, lo que es especialmente
importante en el constitucionalismo actual, y más concretamente, en el
modelo constitucional democrático; y en el modelo constitucional
democrático ecuatoriano.

Los derechos son imprescindibles para todos los seres humanos; nada ni
nadie los puede despojar; sin ellos no se podría concebir ni la vida, ni la
existencia de la sociedad, ya que vienen a constituirse en la primera piedra
de la existencia humana y social; son la base sobre la cual se levanta toda
sociedad civilizada para construir su desarrollo.
Los derechos son propios de la condición humana y por tanto son
universales de la persona. Son derechos naturales, pre-estatales y superiores
al poder político, que debe respetarlos. Los derechos humanos no los crea el
poder político, ni la Constitución, los derechos humanos se imponen al
Estado, simplemente la Constitución propugna los derechos fundamentales,
pero no los crea.

Los derechos no son concesiones arbitrarias o graciosas del


constituyente, sino que se fundamentan en un sistema de valores, previo a la
propia Constitución, de carácter universal, y subyacente a las declaraciones
y otros instrumentos internacionales en materia de derechos y libertades.

Los derechos fundamentales son derechos humanos positivizados en un


ordenamiento jurídico concreto. Es decir, son derechos ligados a la dignidad
de la persona humana dentro del Estado y de la sociedad a los que la
Constitución eleva a la categoría de derechos fundamentales. Bajo esta
denominación de derechos fundamentales podemos ver la versión formal y
constitucional de los derechos humanos.

Los derechos fundamentales, tienen jurídicamente una estructura


normativa basada en la capacidad que le permite a la persona efectuar
determinados actos, o abstenerse de hacerlos, es decir, los derechos
fundamentales son instituciones jurídicas que tienen la forma del derecho
subjetivo. Y la estructura del derecho subjetivo tiene tres elementos: el
primer elemento, el titular del derecho subjetivo; el segundo elemento, el
objeto del derecho, y el tercer elemento, es el destinatario o sujeto pasivo;
aquel que está obligado a hacer o no hacer algo.

Los derechos tienen como finalidad prioritaria garantizar la dignidad de


la persona, la libertad, la igualdad, la participación política y social, el
pluralismo o cualquier otro aspecto fundamental que afecte al desarrollo
integral de la persona en una comunidad.

Como ha indicado Peces Barba, los derechos cumplen una serie de


funciones:

• Una función de garantía de la libertad individual y con la que se


pretende evitar intromisiones en el ámbito personal del Estado o
de terceros.

• Una función de participación en lo colectivo y en lo político,


propia del Estado democrático.

• Una función promocional conforme a la cual, el Estado asume


que el reconocimiento de la libertad individual no logra cumplir
con los objetivos de autonomía de los ciudadanos como
consecuencia de la existencia de situaciones sociales y
económicas que determinan el ámbito de la libertad individual.

• Una función de disenso, en la que entran en juego los pactos


entre mayorías y minorías.

En la actualidad, la doctrina y la jurisprudencia constitucional han


asumido desde un principio la doble dimensión de los derechos,
reconociendo el doble carácter de éstos: en primer lugar, los derechos son
derechos subjetivos, derechos de los individuos no solo en cuanto derechos
de los ciudadanos en sentido estricto, sino en cuanto garantizan un estatus
jurídico a la libertad en un ámbito de la existencia; pero, también, son
elementos esenciales de un ordenamiento objetivo de la comunidad
nacional, en cuanto esta comunidad se configura como el marco de una
convivencia humana y pacífica, plasmada históricamente en el Estado de
Derecho, y posteriormente, en el Estado Social de Derecho o en el Estado
Social y Democrático de Derecho que reconoce nuestra Constitución.

Como indicara la Declaración Francesa de 1789, “toda sociedad en la


cual la garantía de los derechos no está asegurada, ni la separación de
poderes establecida, no tiene Constitución”

Los derechos, la expresión más clara que la utopía liberal del siglo
XVIII, han logrado institucionalizarse en la sociedad y en el Estado, y
constituyen la garantía de la protección y desarrollo de los derechos de toda
persona humana.

Sin embargo, se puede señalar que los derechos fundamentales no


siempre han constituido una constante histórica y teórica en todas las
latitudes. Durante muchos años, han sido desconocidos, y todavía hoy
siguen desconociéndose en muchos Estados. Pero no debemos olvidar que
los derechos marcan un horizonte social y temporal, dado los profundos
alcances de su poder transformador con la sociedad. En ese sentido, el
desarrollo del pensamiento constitucional de los derechos fundamentales,
debe partir de reconocer las necesidades históricas de libertad y justicia de
cada realidad, como fuente de objetivos a realizar; pero no de manera
abstracta e intemporal, sino como necesidades concretas y particulares de
los hombres y las sociedades, en tanto constituyen la base de todo Estado
constitucional y democrático, en su forma avanzada o tradicional.

Los derechos no son absolutos, pueden ser objeto de restricción, pero


limitar o coartar un derecho es un asunto tan grave, que dicha restricción
tiene que tener cobertura constitucional e internacional, y estar
suficientemente ponderada.

La existencia de los derechos fundamentales posibilitan al hombre el


goce de su ser físico y de su ser espiritual. Los derechos tienen relación
íntima con los valores superiores; son parte inseparable de la naturaleza
humana, y sirven para el pleno progreso de la personalidad. No son creados
por el Estado; ya que éstos son anteriores a la existencia de éste; el Estado
solamente los reconoce, los eleva a la categoría de norma jurídica y les
brinda protección.

Como ha indicado Bobbio, “es tiempo de los Derechos Humanos” pero


es más importante su protección y defensa.

Sin pretender haber trazado un esbozo de la Teoría General de los


Derechos, lo trascendente en la actualidad radica en hacer efectivos los
derechos, puesto que son la “piedra Angular de la Democracia Sustancial”
que caracteriza al nuevo Estado Constitucional del Derecho del Siglo XXI.

Así mismo Bobbio, señala que el problema grave de nuestro tiempo


respecto a los Derechos Humanos no es el de fundamentarlos, sino el de
protegerlos. No se trata tanto de saber cuáles y cuántos son estos derechos,
cuál es su naturaleza y su fundamento, si son Derechos Naturales o
Históricos, Absolutos o Relativos, sino cual es el modo más seguro para
garantizarlos, para impedir que, a pesar de las declaraciones solemnes, sean
continuamente violados.
Los derechos fundamentales únicamente pueden valer de acuerdo al
grado de su garantía. Si no existe un sistema, un conjunto de instrumentos
de protección de los derechos fundamentales que sean eficientes,
encargados a órganos independientes e imparciales, las declaraciones de
derechos serían reconocimientos sólo de buenas intenciones. La
Declaración de Derechos del Hombre y del Ciudadano de 1789 en el art. 16
dice “toda sociedad en la cual la garantía de los derechos no esté asegurada
no existe Constitución, porque sin garantía los derechos fundamentales nos
son derechos”, sin garantías eficaces no existe derecho.

No debemos olvidar que detrás de la idea de transformar unos derechos


inherentes a la naturaleza humana en derechos constitucionales concretos,
se encuentra el propósito de brindar una protección jurídica efectiva. La
garantía de respeto y cumplimiento que se asocia a unos derechos
reconocidos en la Constitución, no es un elemento accesorio sino uno de los
fines esenciales que persigue el constituyente. Por ello, no es extraño que
las Constituciones establezcan un variado listado de mecanismos destinados
a proteger la vigencia efectiva de los derechos.

Esta afirmación ha llevado a los distintos ordenamientos


constitucionales a regular una serie de instrumentos orientados a encauzar
el derecho vulnerado, o amenazado de vulneración, y a la restitución del
bien jurídico infringido.

La configuración de diversas técnicas jurídicas de tutela, y la


diferenciación entre los derechos que pueden acceder a ellas, hacen que la
protección de los derechos constitucionales no sea uniforme. Algunos
disfrutan de mecanismos de tutela rápidos, directos y efectivos, mientras
que otros sólo poseen protección es de carácter general. La medida de la
eficacia de los medios tutelares previstos por el constituyente nos permite
distinguir la importancia que se reconoce a cada tipo de derechos.

A pesar de que cada ordenamiento ha adoptado aquel sistema de


protección, adecuado al entorno en que desarrolla su actividad, la mayoría
han optado por ofrecer unas garantías generales para los derechos
reconocidos, que van desde la exigencia de mayorías especiales para la
reforma de los preceptos en los que se enuncian y regulan los derechos y
libertades, a la reserva de ley, en la mayoría de los casos ley orgánica; para
el desarrollo de los derechos instituidos por la Constitución. Sistema este
último que, en aquellos ordenamientos dotados de instituciones de justicia
constitucional, viene a ofrecer una doble protección, al determinarse la
expulsión del ordenamiento jurídico, o la suspensión, de aquellos preceptos
legales que atentan contra un derecho fundamental.

Junto a las garantías generales, los distintos ordenamientos


democráticos han creado figuras procesales dirigidas en exclusiva a la
defensa de los derechos y libertades frente a posibles amenazas, bien
provenientes de los poderes públicos, bien de particulares, tales como la
acción de tutela, el recurso de amparo o el juicio de amparo.

En el Ecuador, tras un largo período de vigencia del amparo


constitucional, la Nueva Constitución establece la Acción de Protección
como garantía específica de protección y validez de los derechos.

Ecuador se ha caracterizado por su inseguridad jurídica, por la poca


predisposición de las autoridades al respeto no solo de la Constitución sino,
incluso, de la Ley y los Convenios Internacionales. El amparo fue el acto
político y jurídico más trascendental de la historia constitucional del país,
por cuanto por primera vez los ecuatorianos contamos con una acción
breve, sumaria y eficaz de tutela judicial de derechos y libertades
fundamentales consagrados en la Constitución, Tratados y Convenios
Internacionales. Aun cuando en la actualidad, en Ecuador, la protección de
los derechos se realiza mediante la Acción de Protección según los arts. 88
y 94 de la Constitución, su antecedente interno ha sido la acción de amparo.

Actualmente la Constitución, en la idea de superar períodos anteriores,


y convertirse en un Estado democrático de “Derechos”, recoge la Acción de
Protección en el Art. 88, y la regula a través de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucionales, promulgada en
septiembre de 2009, que contempla a esta acción como un mecanismo de
protección y defensa de los derechos constitucionales.

En nuestro país la concepción que tienen acerca de los derechos


fundamentales nuestros teóricos y administradores de justicia, es la
proclamada por el iusnaturalismo. La Corte Constitucional, participa del
mismo criterio: “los derechos fundamentales que, además, existen no por
obra y gracia de la Constitución sino que son naturales con la especie
humana,... porque, en definitiva el hombre, el ser humano, esta antes y por
encima del Estado. Y es también el pleno reconocimiento de la dignidad
humana, que siempre y en todo lugar debe ser protegida.” (Resolución Nro.
206-96-CP, Caso No. 001-RA-96, Castro vs Subdirección de la V Zona del
Ministerio de Obras Publicas).

Los derechos fundamentales, constan principalmente en el Título II de


la Primera Parte de la Constitución, pero, además, los ecuatorianos somos
titulares de los derechos consignados en las declaraciones, pactos,
convenios y demás instrumentos internacionales vigentes en el Ecuador, tal
como prescribe el art. 10 de la Constitución.

La Carta Magna ha multiplicado ampliamente el número de derechos,


mediante un extenso catálogo de derechos. Además de las tradicionales
libertades negativas, propias de la autonomía de la persona, ha recogido una
declaración de derechos amplia y muy minuciosa que incluye derechos de
la personalidad, económicos, sociales, culturales, de cuarta generación…
Muchos de estos derechos comparten una característica común: son, en
realidad, carencias de ciertos bienes que se consideran necesarios para la
conservación de la vida humana, o para su mejora. Son, hablando con
propiedad y rigor, necesidades que, por el ferviente deseo de que sean
satisfechas, calificamos erróneamente de derechos fundamentales de
derechos humanos.

En términos generales, los derechos fundamentales recogidos por la


Constitución ecuatoriana están muy pormenorizados. El largo listado de
derechos protegidos por la Constitución, a lo que debemos añadir la
posibilidad de desarrollo jurisprudencial de los ya existentes, posterga la
necesidad de discutir sobre nuevos posibles derechos. La carta de derechos
que proclama la Constitución es densa, retórica, reiterativa, muy minuciosa
y reglamentista, en la que el constituyente utiliza una terminología
heterogénea y una clasificación inadecuada de los derechos, con una
absoluta falta de sistemática, agravada por su pretensión de exhaustividad.

Esta sistemática puede implicar un problema concreto que afecta a la


vigencia de los derechos constitucionales: su desvaloración. Esta tiende a
privar los derechos constitucionales no sólo de su lugar de primacía dentro
del ordenamiento jurídico, sino también de su consideración social. Los
derechos constitucionales desvalorizados pierden efectividad como barrera
que frenan a los poderes públicos y a los particulares, y de ahí que, para el
ciudadano medio, comiencen a perder importancia.

Como ha indicado Diez-Picazo, el fenómeno de la ampliación de las


declaraciones de derechos no está exento de riesgos, ante todo, un peligro
de canalización, pero aún más grave es el hecho de que la inflación de
derechos puede llevar a su devaluación, puesto que para que los derechos
fundamentales sean efectivos, probablemente es necesario que no sean
demasiados. Se plantea de esta manera la duda de si es posible establecer
una protección equivalente a todos los derechos reconocidos por la
Constitución, y si ello no es posible, una declaración tan amplia de
derechos, quedaría reducida a una simple enumeración ineficaz.

1.2. ÁMBITO PROTECTOR. DERECHOS SUCEPTIBLES DE


PROTECCIÓN.

Como ya indicará, la Constitución ecuatoriana de 2008 ha establecido


un sistema de derechos y libertades totalmente novedoso respecto al sistema
constitucional ecuatoriano anterior, que se incluye en lo que se ha dado en
llamar Neoconstitucionalismo latinoamericano, y que pasa por el
reconocimiento y garantía de un gran elenco de derechos.

El punto de partida de este sistema de derechos lo encontramos en el


Preámbulo constitucional en el que se manifiesta la decisión de construir
“una nueva forma de convivencia ciudadana, en diversidad y armonía con
la naturaleza para alcanzar el buen vivir, el Sumak kawsay”, para a
continuación establecer “Una sociedad que respeta, en todas sus
dimensiones, la dignidad de las personas y las colectividades”.

El Título II de la Constitución, se dedica por entero al tratamiento de


los Derechos, así también señala que las personas, comunidades, pueblos,
nacionalidades y colectivos, son titulares y gozarán de los derechos
garantizados por la Constitución y en los instrumentos internacionales (art.
10)[1]
De acuerdo con el art. 11 de la Constitución, el ejercicio de los derechos
se regirá por los siguientes principios:

1.- Los derechos se podrán ejercer, promover y exigir de forma


individual o colectiva ante las autoridades competentes; estas autoridades
garantizarán su ejercicio.

2.- Todas las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos,
deberes y oportunidades...El Estado adoptará medidas de acción afirmativa
que promuevan la igualdad real a favor de los titulares de derechos que se
encuentran en situación de desigualdad.

3.- Los derechos y garantías establecidos en la Constitución y en los


instrumentos internacionales de derechos humanos serán de directa e
inmediata aplicación por y ante cualquier servidora o servidor público
administrativo o judicial, de oficio o a petición de parte.

Los derechos serán plenamente justiciables. No podrá alegarse falta


de norma jurídica para justificar su violación o desconocimiento, para
desechar la acción por esos hechos o para negar su reconocimiento.

4.- Ninguna norma jurídica podrá restringir el contenido de los


derechos ni de las garantías constitucionales.

5.- En materia de derechos y garantías constitucionales, las servidoras y


servidores públicos, administrativos o judiciales, deberán aplicar la norma y
la interpretación que más favorezca a su vigencia.

6.- Todos los principios y los derechos son inalienables[2],


irrenunciables[3], indivisibles[4], interdependientes[5] y de igual
jerarquía.[6]

7.- El reconocimiento de los derechos y garantías establecidos en la


Constitución y en los instrumentos internacionales de derechos humanos,
no excluirán los demás derechos derivados de la dignidad de las
personas, comunidades, pueblos y nacionalidades, que sean necesarios
para su pleno desenvolvimiento.
8.- El contenido de los derechos se desarrollará de manera progresiva a
través de las normas, la jurisprudencia y las políticas públicas. El Estado
generará y garantizará las condiciones necesarias para su pleno
reconocimiento y ejercicio.

Será inconstitucional cualquier acción u omisión de carácter regresivo


que disminuya, menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio de los
derechos.

9.- El más alto deber del Estado consiste en respetar y hacer


respetar los derechos garantizados en la Constitución.[7]

Es a partir de estas premisas, cuando la Constitución procede a


enumerar los derechos, huyendo de las tradicionales clasificaciones
doctrinales, y manteniendo la consideración, por un lado, de que todos
tienen el mismo rango jerárquico, y, por otro, comenzando por los llamados
“Derechos del buen vivir” que constituyen elementos fundantes del propio
Estado ecuatoriano, y del resto de los derechos y libertades reconocidas
constitucionalmente.

El Capítulo Segundo del Título II de la Constitución reconoce los


“Derechos del buen Vivir”, que clasifica de la siguiente manera:

- Sección primera: Agua y alimentación.

- Sección segunda: Ambiente sano.

- Sección tercera: Comunicación e información, donde se


reconocen las llamadas “libertades informativas” y su contenido.

- Sección cuarta: Cultura y ciencia

- Sección quinta: Educación

- Sección sexta: Hábitat y vivienda

- Sección séptima: Salud

- Sección octava: Trabajo y seguridad social


Estos “derechos del buen vivir” deben de ser estudiados, aplicados e
interpretados de acuerdo con el Título VII de la Constitución que establece
el régimen del Buen Vivir.

El Capítulo Tercero del Título II, bajo la rúbrica de “Derechos de las


personas y grupos de atención prioritaria”, establece la obligación estatal de
prestar especial protección a las personas en condición de doble
vulnerabilidad (art. 35 C), procediendo a una clasificación de las mismas
por grupos de la siguiente manera:

- Sección primera: adultas y adultos mayores.

- Sección segunda: jóvenes.

- Sección tercera: movilidad humana.

- Sección cuarta: mujeres embarazadas.

- Sección quinta: niñas, niños y adolescentes.

- Sección sexta: personas con discapacidad.

- Sección séptima: personas con enfermedades catastróficas.

- Sección octava: personas privadas de libertad.

- Sección novena: personas usuarias y consumidoras.

Se trata, en definitiva, de derechos de igualdad que tienen como función


dar cumplimiento al mandato constitucional de igualdad “real”.

El Capítulo Cuarto, reconoce los derechos de las comunidades, pueblos


y nacionalidades, y lo hace en base a los principios de defensa de su
identidad; prohibición de discriminación; imprescriptibilidad de la
propiedad de las tierras comunitarias; respeto a las formas de ejercicio de
autoridad ancestral y el reconocimiento del derecho propio o
consuetudinario, en todo aquello que no se oponga a la Constitución.
A partir del Capítulo Quinto, se reconocen derechos en base a un
criterio tradicional en la doctrina, a excepción del Capítulo Séptimo
rubricado como “derechos de la naturaleza”, de la siguiente manera:

- Capítulo quinto: derechos de participación.

- Capítulo sexto: derechos de libertad.

- Capítulo séptimo: derechos de la naturaleza.

- Capítulo octavo: derechos de protección, donde se reconoce el


derecho a la tutela judicial y las garantías procesales que son
elevadas a la categoría de derechos.

- Capítulo noveno: responsabilidades, en el que se regulan los


deberes y responsabilidades de los ecuatorianos y ecuatorianas, sin
perjuicio de otros previstos en la Constitución y la ley.

En definitiva, la Constitución reconoce un amplio catálogo de derechos,


de igual condición y jerarquía, con una visión generosa, que convierte a las
garantías constitucionales en el elemento básico del Estado, pero que, tal
vez, por la amplitud de derechos reconocidos, dificulta su aplicación
práctica.

CAPÍTULO II
LAS GARANTÍAS JURISDICCIONALES.

Sumario.

2.1. Las Garantías Jurisdiccionales.

2.2. Principios Procesales de las Garantías Jurisdiccionales.

2.3. Acción de Protección.

2.4. Hábeas Corpus.

2.5. Acción de Acceso a la Información Pública.


2.6. Hábeas Data

2.7. Acción por Incumplimiento.

2.8. Acción Extraordinaria de Protección.

2.1. LAS GARANTIAS JURISDICCIONALES.

La Constitución de la República del Ecuador, publicada en el Registro


Oficial No. 449, del 20 de octubre del 2008, ha modificado profundamente
el sistema de derechos en el Ecuador, como más adelante tendremos
ocasión de revisar, y también ha modificado el campo de gestión de las
acciones mediante las cuales se garantiza la vigencia de los derechos
consagrados en la Carta Magna, así como la aplicación jerárquicamente
superior que se debe hacer de sus normas.

La actual Constitución es producto de un cambio que exigía el país, de


tal manera que para conocerla y estudiarla hay que tener muy en cuenta la
historia política del Ecuador en los últimos diez años, por lo que hay que
considerar que la Carta Magna del 2008, no solamente refleja y capta la
realidad de ese cambio, sino que configura y previene el futuro político
social de nuestro país, pues en ella se encuentran plasmadas las ideas de la
mayoría de nuestro pueblo.[8]

“La acepción garantía proviene del término anglosajón “warranty” o


“warantia”, que significa la acción de asegurar, proteger, defender o
salvaguardar. Garantía equivale pues, en sentido lato a aseguramiento o
afianzamiento, pudiendo también denotar protección, respaldo, defensa,
salvaguarda o apoyo.”[9]

El término garantía significa obligación o responsabilidad, así, las


garantías jurisdiccionales se constituyen en una obligación o
responsabilidad del Estado para con las personas, para asegurar la vigencia
de los derechos que consagra en su texto.

Las garantías jurisdiccionales entonces son todas aquellas instituciones


que en forma expresa o implícita están establecidas por la Ley Fundamental
para la salvaguarda de los derechos constitucionales y del sistema
constitucional.

Al hablar del término garantía, desde el punto de vista jurídico, se tiene


una idea de protección.

Las garantías son los medios o instrumentos jurídicos, establecidos para


asegurar el libre ejercicio de los derechos, es decir estas garantías están
previstas para proteger a los derechos cuando estos son vulnerados, por lo
tanto sirven de freno contra la arbitrariedad y la ilegalidad.

La piedra angular de la defensa de los derechos esenciales se encuentra


en el control jurisdiccional; solo cuando existe tal control puede sostenerse
la existencia de una protección de los derechos. Este es el ámbito de lo que
Cappelletti denominaba la “giurisdizione constituzionale Della libertá”[10],
y que el profesor Fix Zamudio denominaba “derecho procesal de la
libertad”.[11]

El art. 3 de la Constitución señala que “son deberes primordiales del


Estado:

1. Garantizar sin discriminación alguna el efectivo goce de los derechos


establecidos en la Constitución y en los instrumentos internacionales, en
particular la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y el
agua para sus habitantes”.

Las garantías jurisdiccionales, son elementos jurídicos de defensa de los


derechos consagrados en la Constitución, estructurados por las leyes
procesales y administradas por los órganos jurisdiccionales.

Son los medios que la Ley Fundamental pone a disposición de los


hombres para sostener y defender sus derechos frente a las autoridades, los
individuos y los grupos sociales, y sin las cuales el reconocimiento de estos
últimos será un simple catálogo de buenas intenciones. La garantía es el
instrumento que la ley otorga al individuo para que, por su intermedio,
pueda hacer efectivo cualquiera de los derechos que esa misma ley le
reconoce, y el instrumento que tiene el sistema constitucional para asegurar
su subsistencia.- Es la protección práctica y concreta que se dispensa a los
derechos del hombre, de modo que la inexistencia o fracaso de una garantía
no significa la negación de un derecho, sino su inaplicabilidad positiva por
la inexistencia de aquella, y la eventual suspensión de una garantía no
significa la suspensión del derecho respectivo, así como también la
suspensión de un derecho implica, necesariamente, la suspensión de la
garantía, al privar a ésta de su objeto específico.[12]

Las garantías jurisdiccionales son acciones de protección de aplicación


inmediata que sirven para defender o tutelar los derechos que se encuentran
consagrados en la Constitución y que toda persona podrá ejercer estas
acciones cuando crea que sus derechos han sido vulnerados.[13]

Las garantías jurisdiccionales implican que un tribunal independiente


pueda ejercer un control e imponga las medidas de reparación ante la
violación o amenaza de cualquier derecho. Es decir, tienen como finalidad
la protección eficaz e inmediata de los derechos reconocidos en la
Constitución y en los Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos,
la declaración de la violación de uno o varios derechos, así como la
reparación integral de los daños causados por su violación.[14]

La acción jurisdiccional es el acto de acudir ante una autoridad


jurisdiccional para que declare el Derecho. Este tipo de situaciones pueden
darse en dos casos: Primero cuando se trate de una litis, o conflicto de
intereses, donde se requiere que la autoridad indique cuál de las partes tiene
la razón. Segundo cuando no exista el pleito y simplemente se tenga que
acudir a la autoridad para que confirme, mediante su sentencia, un Estado
de hecho, y la persona pueda ejercer los derechos o cumplir los deberes que
emanen de ese Estado (jurisdicción voluntaria). En una visión actual de esta
categoría, se puede indicar que es un derecho público abstracto, ya que en la
mayoría de los Estados occidentales poseen este derecho como una
categoría fundamental de sus ordenamientos jurídicos, específicamente en
su Constitución.

La Norma Suprema establece los derechos fundamentales de los


sujetos, pero, para que se respeten y se cumplan, es necesario dotarles de
garantías a fin de que tengan efectividad en la realidad; sin estas garantías,
todo el catálogo de derechos no pasaría de ser sino una declaración lírica sin
utilidad alguna. ¿De qué le vale a un individuo que en su Constitución
existan los mejores derechos del mundo si nadie los respeta ni se los
reconoce? Son las garantías jurisdiccionales las que posibilitan que, cuando
un derecho fundamental es violado, se lo reconozca y se lo restablezca a
favor de los administradores que han sufrido la violación.[15]

El art. 86 señala: “En general, las garantías jurisdiccionales se


regirán de conformidad con las siguientes disposiciones:

1. Cualquier persona, grupo de personas, nacionalidad o pueblo podrá


proponer las acciones previstas en esta Constitución.

Queda en primer término establecido el derecho para accionar las


garantías jurisdiccionales sin restricción de ninguna naturaleza en cuanto a
la condición del proponente, sin distinción cultural o racial, siendo esta
particularidad el objetivo mismo y la razón de ser de estos mecanismos.

2.- Será competente el juez del lugar en el que se origina el acto o la


omisión, y serán aplicables las siguientes normas de procedimiento:

a) El procedimiento será sencillo, rápido y eficaz. Será oral[16]


en todas sus fases e instancias.

b) Son hábiles todos los días y horas. (Para plantear la acción de


forma verbal, aplicando el principio de oralidad, sin formalidades
y sin la necesidad de citar la norma legal infringida).

c) Podrán ser propuestas oralmente o mediante escrito, sin


formalidades, y sin necesidad de citar la norma infringida. No
será indispensable el patrocinio de un abogado para proponer la
acción.

d) Las notificaciones se efectuarán por los medios más eficaces


que estén al alcance del juzgador, del legitimado activo y del
órgano responsable del acto u omisión. (Pudiendo realizarlas por
cualquier medio como el correo electrónico, a través de una
llamada telefónica, fax, etc.)
e) No serán aplicables las normas procesales que tiendan a
retardar su ágil despacho.

En el numeral dos se expresan importantes reglas del procedimiento y


características de las garantías relacionadas con la competencia del juez que
las conoce, haciendo alusión a la celeridad que caracteriza su tramitación,
siendo hábiles todos los días y horas para interponerlas; así mismo se hace
mención a las facilidades que la ley permite en cuanto a su presentación, no
siendo incluso obligatorio el patrocinio legal de un profesional del Derecho.

3.- Presentada la acción, la jueza o juez convocará inmediatamente a


una audiencia pública. En cualquier momento del proceso, la jueza o juez
puede ordenar la práctica de pruebas y designar comisiones para
recabarlas.

Se presumirán ciertos los fundamentos alegados por el accionante


cuando la entidad pública requerida no demuestre lo contrario o no
suministre información. La jueza o juez resolverá la causa mediante
sentencia. En caso de constatarse la violación de derechos humanos, la
jueza o juez deberá declararla, ordenar la reparación integral, material e
inmaterial, y especificar e individualizar las obligaciones, positivas y
negativas, a cargo del destinatario de la decisión judicial, y las
circunstancias en que deben cumplirse.

El numeral que antecede identifica en detalle el procedimiento a


observarse dentro del trámite, es una vez que la demanda constitucional ha
sido aceptada a trámite, indudablemente que un momento procesal
importante y que se constituye en determinante es la audiencia pública
donde las partes demostrarán los fundamentos de su acción y la jueza o juez
puede ordenar la práctica de pruebas y designar comisiones para recabarlas;

Se colige que la decisión a la que arribe el juez constitucional que


conozca el asunto se hará extensiva mediante sentencia y sus efectos se
orientan a declarar la existencia del daño es decir del derecho afectado y a
ordenar su reparación.

Las sentencias de primera instancia podrán ser apeladas ante la Corte


Provincial. Los procesos judiciales sólo finalizarán con la ejecución integral
de la sentencia o resolución.

El acápite referenciado describe una importante característica procesal


en materia de demandas constitucionales, éstas son de doble instancia, en el
primer nivel conoce el juez indistintamente de su competencia en razón de
la materia, pues como hemos mencionado en primera instancia todos los
jueces actúan como jueces constitucionales; se tomará en cuenta que la
apelación de la sentencia que niegue o acepte una garantía jurisdiccional se
apela ante las Salas de la Corte Provincial de Justicia; Importante resulta
comprender que este tipo de procesos culminan con la ejecución de la
sentencia.

4.- Si la sentencia o resolución no se cumple por parte de una servidora


o servidor, la jueza o juez ordenará la destitución del cargo o empleo, sin
perjuicio de la responsabilidad civil y penal a que haya lugar. Cuando sea
un particular quien incumpla la sentencia o resolución, se hará efectiva la
responsabilidad determinada en la ley.

El numeral transcrito hace alusión al deber y obligación ineludible que


tienen los funcionarios públicos para cumplir y hacer cumplir los efectos de
la sentencia constitucional, y deja entrever el tipo de responsabilidades que
se pueden generar para quien incumpla o dilate la ejecución del fallo.

5.- Todas las sentencias ejecutoriadas serán remitidas a la Corte


Constitucional, para la emisión de su jurisprudencia”.

Resulta positivo que los jueces de primer y segundo nivel remitan los
fallos pronunciados a la Corte Constitucional para el desarrollo de su
jurisprudencia, siendo relevante este proceso de selección de sentencias
para sentar precedentes en materia constitucional que orienten el accionar
de los jueces de primera y segunda instancia en la resolución de sus causas.

La Constitución faculta también a cualquier persona a solicitar medidas


cautelares de protección, con el objeto de evitar que sus derechos sean
vulnerados, esta acción constitucional se puede ejercer de manera
independiente de las acciones constitucionales de protección de derechos.
El art. 87 de la Constitución manifiesta que: “Se podrán ordenar
medidas cautelares conjunta o independientemente de las acciones
constitucionales de protección de derechos, con el objeto de evitar o hacer
cesar la violación o amenaza de violación de un derecho”.

Por otra parte, hay que señalar que el Capítulo II del Título III de la
Carta Magna, convierte en garantías constitucionales el procedimiento y
contenido de las políticas públicas, servicios públicos y participación
ciudadana, lo que pone de manifiesto como la Constitución ecuatoriana
acepta la dimensión objetiva de los derechos con las correspondientes
obligaciones que ello conlleva para los poderes públicos.

2.2. PRINCIPIOS PROCESALES DE LAS GARANTÍAS


JURISDICCIONALES.

Los principios procesales de las garantías constitucionales son la


columna vertebral de todo el ordenamiento jurídico de un país, que
obviamente, será a su imagen y semejanza, dentro de su marco, sin que en
ningún caso pueda haber deslices; por esto el apotema de la supremacía
constitucional tiene razón de ser ya que sin él perecería ese orden jurídico
que tanto hemos mencionado y que la sociedad requiere de manera
imprescindible[17].

Las partes, para poder acceder a la justicia, deben someterse a una serie
de formas que la ley les impone, y constituyen una garantía de carácter
constitucional para las partes.

Los procedimientos están consagrados en la Ley y a ellos debe el juez y


las partes someterse; las pretensiones que se reclamen en un proceso tienen
asignadas las etapas que deben recorrer a fin de arribar a la sentencia, no
puede el juez o las partes aun con autorización de aquel modificarlas.

Los derechos y garantías constitucionales que han de respetarse en un


proceso constituyen una de las expresiones del derecho a la libertad, de ahí
que adquiere un rango de derechos y garantías fundamentales. [18]

La justicia constitucional se sustenta en los siguientes principios procesales:


a. Debido proceso.

b. Aplicación directa de la Constitución.

c. Gratuidad de la justicia constitucional.

d. Inicio por demanda de parte.

e. Impulso de oficio.

f. Dirección del proceso.

g. Formalidad condicionada.

h. Doble instancia.

i. Motivación.

j. Comprensión efectiva.

k. Economía procesal.

l. Publicidad.

m. Iura novit curia.

n. Subsidiaridad.[19]

a) Debido Proceso.

El debido proceso consagrado en el artículo 76 de la Constitución del


Ecuador, reconoce a las personas el derecho al debido proceso y a una
justicia sin dilaciones, como un derecho civil fundamental por su gran
trascendencia social para que las personas como seres sociales
desenvuelvan su actividad en un ambiente de seguridad y se sientan
protegidos por el Estado cuando en sus múltiples interrelaciones sociales
tanto con los demás asociados como con los órganos, dependencias e
instituciones del poder público, surjan controversias por conflicto de
intereses o por cualquier otra causa.[20]
El debido proceso, al ser un derecho constitucional advierte que
cualquier persona que está dentro de un litigio tiene ciertas garantías, y de
esta manera obtener una sentencia justa luego de haber sido oída ante un
tribunal imparcial, competente e independiente.

b) Aplicación Directa de la Constitución.

La Carta Magna estipula que los derechos y garantías establecidas en la


Constitución y en los Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos,
serán de directa e inmediata aplicación por y ante cualquier servidora o
servidor público, administrativo o judicial, de oficio o a petición de parte.

La Constitución proporciona a ambas partes litigantes la oportunidad de


alegar y probar su derecho en igualdad de condiciones.

c) Gratuidad de la justicia constitucional.

El acceso y el servicio en la administración de justicia constitucional


serán gratuitos, sin perjuicio de la condena en costas y de los gastos
procesales a que hubiere lugar de conformidad con el reglamento que la
Corte Constitucional dicte para el efecto.

El art. 75 de nuestra Constitución establece: “Toda persona tiene


derecho al acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva, imparcial y
expedita de sus derechos e intereses, con sujeción a los principios de
inmediación y celeridad; en ningún caso quedará en indefensión. El
incumplimiento de las resoluciones judiciales será sancionado por la ley.”

El servicio de justicia es gratuito pero, respecto de la gratuidad


establecida como principio existe aquí una excepción que se la debe
resaltar, pues esta gratuidad no es plena, toda vez que en los casos en los
que la demanda resulte fundada o infundada se impondrán las costas
procesales a la parte demandante o demandada según sea el caso, lo que
constituye una limitación al principio señalado; pero a su vez permite de
esta manera que las partes no puedan hacer uso indiscriminado de todo el
aparato judicial para llevar adelante un proceso que al final resulte
improcedente. [21]
d) Inicio por demanda de parte.

Todo proceso judicial inicia con una demanda o petición (Salvo norma
que expresa en contrario, los procesos se inician por demanda de parte),
misma que será de conocimiento de la autoridad competente.

La demanda está relacionada con el concepto de acción, que significa


poner en marcha la actividad jurisdiccional del Estado. Se dirige contra el
órgano jurisdiccional y por tanto se corresponde con respecto al órgano
jurisdiccional con el deber de inicio del proceso.

e) Impulso de oficio.

La jueza o juez tiene el deber de impulsar de oficio los procesos


constitucionales hasta llegar a su conclusión, salvo en los casos
expresamente señalados en la ley. Lo que no ocurre en materia Penal, ya
que el que debe y tiene el deber de impulsar el proceso es el ofendido a
través de su abogado defensor.

Es decir, el juez es el principal sujeto del proceso, ya que a él le


corresponde dirigir el juicio, tiene el deber de estar alerta que se cumplan
los pasos procesales en forma como lo establece la ley y debe cumplir los
principios de “inmediación, concentración y dispositivo”.[22]

f) Dirección del Proceso.

La jueza o juez, en cumplimiento del derecho al debido proceso, deberá


dirigir los procesos de forma activa, controlará la actividad de los
participantes y evitará las dilaciones innecesarias. En función de este
principio, la jueza o juez podrá interrumpir a los intervinientes para solicitar
aclaraciones o repreguntar, determinar el objeto de las acciones, encauzar el
debate y demás acciones correctivas, dilatar o disminuir la duración de la
audiencia.

Es decir debe estar exento de trámites inútiles, porque justicia que tarda
no es justicia.
El juez debe ser árbitro de un juego justo y limpio, esto es que en el
proceso tenga un papel espectador de la contienda, disponiendo que las
partes observen las reglas del DEBIDO PROCESO.

g) Formalidad Condicionada.

Este principio general del Derecho, implica que los actos jurídicos
deben ajustarse a las formas exigidas por la ley, para poder ser reconocidos
como tales.[23]

La jueza o juez tiene el deber de adecuar las formalidades previstas en


el sistema jurídico al logro de los fines de los procesos constitucionales. No
se podrá sacrificar la justicia constitucional por la mera omisión de
formalidades.

Es decir para todo proceso judicial, el juzgador debe seguir un trámite


establecido en cada una de las materias, por lo cual no puede omitir alguna
formalidad previsto en el mismo, caso contrario estaría violando el debido
proceso.

h) Doble Instancia.

En los procesos constitucionales existen dos instancias, salvo norma


expresa que señale lo contrario.

Por regla general todo proceso tiene dos instancias, cuya finalidad es
que el superior jerárquico del juez que dictó la providencia, auto o
sentencia, la revise ya por el recurso de apelación, ya por el recurso
extraordinario de casación, ya sea por Consulta; así se garantiza el mejor
servicio de la Administración de Justicia y la Confianza que se debe tener
en las decisiones judiciales.[24]

Al existir dos instancias, hay que tener en cuenta que en primera


instancia las partes discuten todos los problemas de derecho, alegan y
prueban todas las trabas de hecho que se suscitan en la causa.

La segunda instancia está destinada a revisar el fallo del juez o del


tribunal a quo para determinar si el fallo está de acuerdo con los méritos del
proceso, esto es, con los hechos alegados y probados en el juicio y si el fallo
está conforme al derecho, o sea, si se aplicado bien la ley.[25]

i) Motivación.

La jueza o juez tiene la obligación de fundamentar adecuadamente sus


decisiones a partir de las reglas y principios que rigen la argumentación
jurídica. Es decir, tiene la obligación de pronunciarse sobre los argumentos
y razones relevantes expuestas durante el proceso por las partes y los demás
intervinientes en el proceso.

Estas decisiones son las sentencias que deben emitir tanto la jueza o
juez que está siguiendo el proceso.

Al referirnos a sentencias, Cabanellas, señala: Dictamen, opinión,


parecer propio./ Decisión extrajudicial de la persona a quien se encomienda
resolver una controversia, duda o dificultad./ Resolución judicial en una
causa.[26]

j) Comprensión Efectiva.

Con la finalidad de acercar la comprensión efectiva de sus resoluciones


a la ciudadanía, la jueza o juez deberá redactar sus sentencias de forma
clara, concreta, inteligible, asequible y sintética, incluyendo las cuestiones
de hecho y derecho planteadas y el razonamiento seguido para tomar la
decisión que adopte.

Las decisiones que son dadas por el juez competente deben ser bien
redactadas indicando la forma y el por qué el juzgador ha tomado esa
decisión, y no como la forma que algunos de los juzgadores lo hacen de
manera muy escueta.

k) Economía Procesal.

Se trata de un principio general procesal en virtud del cual el proceso


debe conducirse de tal forma que, para lograr sus propósitos, se utilice la
menor cantidad de tiempo, trámites y recursos, logrando así menores costos
y duración para tal proceso.[27]
Como ha indicado el máximo órgano jurisdiccional:

“Esta institución tiene como finalidad, dar a las partes una mayor
garantía en la defensa de sus derechos, conciliando los principios de
economía procesal y de consolidación de los mismos, de tal manera que no
se mantenga indefinidamente una situación de incertidumbre que perjudica
aún a las partes, sobre todo a la que es vencida en el juicio.” [28]

Con este principio se trata de obtener el mejor resultado posible, con el


mínimo de actividad jurisdiccional y de gastos para las partes.

En virtud de este principio, la jueza o juez tendrá en cuenta las


siguientes reglas:

1. Concentración.- Reunir la mayor cantidad posible de cuestiones


debatidas, en el menor número posible de actuaciones y providencias. La
jueza o juez deberá atender simultáneamente la mayor cantidad de etapas
procesales.

Al servicio de la economía procesal, la actitud legal, que ha de procurar


el juez y recomendable a las partes, es la de tramitar en un solo juicio las
diversas cuestiones litigiosas que tengan conexión. [29]

2. Celeridad.- El trámite de las garantías jurisdiccionales se desarrolla


con la mayor sencillez, prontitud y oportunidad, descartando cualquier
complejidad procesal que podría aceptarse en el trámite de los procesos
ordinarios; por lo tanto, no se admitirán incidentes, requisitos, formalidades
ni dilaciones innecesarias que retrasen su resolución. [30]

Es decir, durante el proceso se deberá evitar dilaciones innecesarias.

3. Saneamiento.- Se trata de un principio procesal en virtud del cual el


juez tiene facultades para sanear los vicios que hayan afectado a etapas
anteriores del proceso, de manera de permitirla continuación regular, de
éste. [31]

l) Publicidad.
La publicidad es una forma que vale para difundir o informar al público
sobre un bien o servicio a través de los medios de comunicación con el
objetivo de motivar al público hacia una acción de consumo. En términos
generales puede agruparse en above the line y below the line según el tipo
de soportes que utilice para llegar a su público objetivo .

Al referirnos a publicidad, estamos diciendo que los procedimientos


serán públicos, salvo que la ley exprese lo contrario, sin perjuicio de las
medidas especiales que tome la jueza o juez para preservar la intimidad de
las personas o la seguridad del Estado.

m) Iura novit curia.

Es un aforismo latino, que significa literalmente “el juez conoce el


derecho”, utilizado en derecho para referirse al principio de derecho
procesal según el cual el juez conoce el derecho aplicable y, por tanto, no es
necesario que las partes prueben en un litigio lo que dicen las normas.

Este principio, sirve para que las partes se limiten a probar los hechos, y
no los fundamentos de derecho aplicables. El juez debe someterse a lo
probado en cuanto a los hechos, pero puede ampararse en ese principio para
aplicar un derecho distinto del invocado por las partes a la hora de
argumentar la causa.

La jueza o juez podrá aplicar una norma distinta a la invocada por las
partes litigantes en un proceso constitucional; así mismo el Juez es
conocedor del Derecho, y lo obliga a decidir de acuerdo a las normas
legales, aun cuando las partes procesales no hayan expresado las leyes en
que instauran sus derechos subjetivos, o hayan invocado normas jurídicas
distintas a las que el Juzgador consideran aplicables al caso concreto, de
acuerdo a los hechos relatados y a las pruebas ofrecidas, cuyo cargo, sí está
en manos de los litigantes, siempre sin dictar sentencia sobre hechos no
peticionados por las partes.

n) Subsidiariedad.

En la sustanciación de la Acción de Protección, se tomarán en cuenta


los principios procesales establecidos en la legislación ordinaria, en la
medida en que sean compatibles con la naturaleza del control
constitucional.

Como ha indicado la Sala de la Corte Constitucional:

“Además, no podemos soslayar que la Corte Constitucional dictó


principios de aplicación de las garantías jurisdiccionales – R.O.S, 446, 13-
XI-2008-, y en su artículo 43 numeral 3 dispone: “No subsidiariedad.- No
se podrá acudir a las acciones jurisdiccionales de los derechos en reemplazo
de las acciones ordinarias establecidas en la ley, salvo que se utilicen como
mecanismos transitorios para evitar un perjuicio irremediable”.- Si conocen
dos Tribunales la misma reclamación ocasionaría inseguridad jurídica, en
contradicción con el art. 82 de la Constitución Política.” [32]

Una vez revisado cada uno de los principios procesales de la justicia


constitucional, analizaremos el Capítulo III del Título III de la Constitución,
que reconoce las garantías jurisdiccionales mismas que son las siguientes:

• Acción de Protección.

• Hábeas Corpus.

• Acción de Acceso a la Información.

• Hábeas Data.

• Acción por Incumplimiento.

• Acción Extraordinaria de Protección.

Es a través de éstas garantías jurisdiccionales, que podemos reclamar el


goce de los derechos constitucionales y el prestigio pleno de las garantías
individuales para la efectiva vigencia del Estado constitucional de derechos
y justicia, y para defender estos derechos tenemos las garantías antes
señaladas; esto era necesario para reforzar la democracia, pues ésta se
fortalece solamente cuando existen mecanismos para reclamar nuestros
derechos violados, y de esta forma la nueva Constitución reafirma los
principios básicos y consolida su función garantizadora en la vida práctica
de la vigencia real de los diversos derechos personales, colectivos y del
buen vivir. [33]

Es decir, la Constitución de la República prevé éstas acciones


jurisdiccionales de protección, para que a través de ellas, cada sujeto puede
solicitar al órgano constitucional correspondiente el reconocimiento, el
resarcimiento o la ejecución de sus derechos constitucionales y
fundamentales, tal como prescribe el art. 10 de la Constitución que indica
que todas las personas, comunidades, pueblos, nacionalidades y colectivos
somos titulares de los derechos constitucionales, tenemos plena libertad
para gozar de ellos y para recurrir ante los jueces de protección en demanda
de ellos.

A continuación revisaremos cada una de las garantías jurisdiccionales


establecidas en nuestra Carta Magna, las mismas que se encuentran
instauradas desde el Art. 88 al Art. 94 de la Norma Suprema.

2.3. ACCIÓN DE PROTECCIÓN.

La función esencial de esta acción, es tutelar los derechos


fundamentales, es decir, protegerlos a fin de que nadie, ni nada los vulnere.
Se protege un derecho mediante la adopción de medidas efectivas y
adecuadas a fin de que permanezca incólume y sea respetado.

La Acción de Protección cumple una función tuitiva de primer orden


sobre los derechos fundamentales.

Esta garantía tutela los derechos fundamentales, cuando se los irrespeta


ya sea por acción o por omisión. En el primer caso actúa frente a cualquier
atentado que provenga de acto ilegítimo de autoridad de la administración
pública no judicial; y, en el segundo, cuando la autoridad no expida un acto
o no ejecute un hecho. La Acción de Protección protege de cualquier
atentado; de manera que allí donde existe atentado contra los derechos
fundamentales, cabe la Acción de Protección, a excepción del atentado a la
libertad personal y del derecho a obtener información sobre sí mismo o
sobre sus bienes, que están protegidos por la Acción de Hábeas Corpus y de
Hábeas Data, respectivamente.
La protección debe ser efectiva, esto significa que no debe ser una
promesa, ni siquiera una aspiración debe concretarse en forma práctica y
descender en auxilio de las personas con eficacia, con certeza, con
seguridad y con prontitud.

Esta garantía jurisdiccional, tiene como finalidad la tutela y


reivindicación de los derechos fundamentales de las personas y asegurar a
todos los habitantes el goce efectivo de sus derechos constitucionales
protegiéndolos de cualquier amenaza o vulneración ilegales, sea que
proceda de un órgano estatal o de un particular, con el fin de proteger la
vigencia de los derechos y garantías constitucionales.

La Acción de Protección, es una garantía trascendente y de primer


orden, que permite al hombre común defender sus derechos fundamentales
y libertades, de una manera efectiva, sumaria, urgente, sin mayores trámites
y que debe producir resultados inmediatos destinados a cesar, evitar la
comisión o remediar inmediatamente las consecuencias del acto ilegítimo
impugnado. Tiene como misión defender las normas y principios
constitucionales y en especial los derechos fundamentales del hombre que
constan en instrumentos internacionales y en la mayoría de los casos en la
parte dogmática de cada Constitución.

Podríamos afirmar que es una medida rápida, efectiva y concluyente, es


el vehículo indispensable para convertir las declaraciones y garantías
constitucionales en realidades concretas y no en formulaciones ligeras, que
tienen los ciudadanos para protegerse de las arbitrariedades de las
autoridades públicas no judiciales, así existe un interés general para
mantener la integridad de la Constitución, por cuanto ese cuerpo de leyes
organiza el Estado y consagra los derechos fundamentales. Su importancia,
radica en que asegura la protección judicial de los derechos, mediante
procedimientos breves, con lo que se da cumplimiento a nuestra Carta
Magna que expresa que los derechos y garantías determinadas en la
Constitución y en los Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos,
serán de directa e inmediata aplicación por y ante cualquier juez, tribunal o
autoridad judicial; es decir, que no requieran de ninguna reglamentación,
deben ser efectivamente protegidos por los jueces y autoridades.

2.3.1. NATURALEZA.
La Acción de Protección, surge a la vida jurídica como una reacción
contra el abuso de poder. Es el escudo jurídico del débil contra el fuerte, del
que carece de poder contra el que posee y abusa de él. Es un instrumento
jurídico creado por el Estado moderno para controlar el ejercicio abusivo y
corrupto del poder.[34]

La Acción de Protección es la antítesis del poder y frena su uso


corrupto, esta es su razón de ser; su esencialidad, por eso debe existir frente
a todo poder: porque el poder tiende a desconocer los derechos a abusar, a
corromperlo todo y a dominarlo todo.[35]

El ejercicio de esta acción impide el dominio y el abuso total del poder,


porque es una barrera de protección jurídica, sin ella, el poder lo arrasaría
todo.

“Por último se debe tener presente, que por la naturaleza de la Acción


de Protección como proceso cautelar de derechos subjetivos
constitucionales, la única resolución que puede tomar el Juez de la Acción
de Protección es la suspensión del acto, más no su anulación; y, dicha
suspensión sólo beneficia a los peticionarios.”[36]

La Acción de protección, lo frena, lo racionaliza, lo humaniza y lo


vuelve a la normalidad; lo ubica en su justa dimensión, en el lugar exacto
donde debe actuar y cómo y en qué medida debe descender a la realidad
social.

Desde el punto de vista de la generalidad podemos observar que esta


acción constitucional le da fundamento y validez a la democracia, le
confiere sustancia, la humaniza, porque garantiza, en forma real y práctica,
los derechos de toda persona.

El poder y protección constituyen una unidad dialéctica cuyo desarrollo


jurídico positivo permite a una sociedad organizada establecer el mínimo de
orden que requiere para el normal desenvolvimiento de la vida en sus
diversas manifestaciones.

Con el establecimiento de la Acción de Protección se da cumplimiento,


además, al mandato de seguridad jurídica que es uno de los principales
baluartes del Estado moderno, aún más es uno de los enunciados
elementales del Estado Social de Derecho, aunque su origen data del Estado
de tipo liberal donde primaba la importancia del sistema procesal por sobre
la persona. Bajo el esquema actual, debemos entender a la seguridad
jurídica como la idea de certeza sobre el sistema jurídico que rige a
determinada sociedad, sistema jurídico expresado en disposiciones
normativas, que necesariamente son interpretadas por los entes que
administran justicia.

La cosa juzgada es una de las herramientas procesales que buscan la


consecución de la idea de certeza y convencimiento en el sistema
jurídico[37].

La Acción de Protección protege los derechos en forma directa y eficaz.


[38]

De forma directa porque él que debe protegerlos actúa en forma vertical


hacia el objetivo final, sin pretenderse detener o detenerse en algún
punto[39], tal como el derecho es directo y recto, en la misma forma el juez
debe garantizar y proteger los derechos a todo sujeto que recurre a él.[40]

De forma eficaz, porque la protección se hace de manera “Propia,


adecuada o efectiva para un fin.”[41] Cuando se ha hecho efectivo un
propósito determinado, se podría hablar de que la acción es eficaz,
concretándose en forma práctica y descender en auxilio de las personas
actuando con eficacia, seguridad, certeza y con prontitud.

Además de proteger los derechos íntegramente, la norma constitucional


exige que se lo haga en forma activa, fervorosa y empleando todo el poder
para obrar hasta conseguir el objetivo final que no es otro que proteger los
derechos y hacerlo con certeza, con seguridad, verdaderamente, realmente;
si no se procede así, la acción no puede concretarse y beneficiarse a los
sujetos.[42]

La Acción de protección tiene por objeto proteger, favorecer, y


patrocinar el ejercicio efectivo de los derechos constitucionales.
Protección, nos da la idea general de defensa, de amparo, de obtener
defensa de alguien que lo pueda conceder. Por lo tanto, quien solicita
protección debe recurrir a quien tiene poder para que lo auxilie y le dé
seguridad.[43]

La protección al mismo tiempo que es una acción también es un


derecho y un derecho con rango constitucional.

Es una acción procesal oral, universal, informal y sumaria que protege


y garantiza judicialmente, en forma directa y eficaz, los derechos
constitucionales, los derechos conexos definidos por la jurisprudencia de la
Corte Constitucional y en los Tratados Internacionales de Derechos
Humanos cuando fueren vulnerados por actos u omisiones de la autoridad
pública no judicial, por políticas o por personas particulares.

Está acción se define con carácter universal y de ella puede hacer uso
todo sujeto de un Estado, porque éste tiene la obligación ineludible de
proteger a todos los sujetos sin distinción de raza, sexo, religión, etnia,
educación, pensamiento, etc. Es una herramienta eficaz establecida en la
Carta Magna para proteger a los ciudadanos cuando la autoridad pública o
sus políticas o las particulares irrespeten sus derechos constitucionales.

Lo fundamental es poder contar con una acción que ampare a las


personas contra actos violatorios a los derechos humanos y que se encuentre
consagrado en la Carta Magna, ya que le otorga a dicha acción una jerarquía
del más alto nivel y le compromete al Estado a cumplir los estándares
internacionales señalados por órganos como la Comisión Interamericana de
Derechos Humanos (CIDH) y la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (Corte IDH); como son que: sea rápida, sencilla y efectiva.

“En un Estado de garantías constitucionales, como lo es el nuestro, a


partir de la vigencia de la actual Constitución, deben hacerse efectivas esas
garantías como los medios jurídicos que viabilizan el ejercicio y goce de los
derechos, como en el caso. Es el Estado entonces, a través de la
Administración de Justicia, el encargado de tutelar efectivamente esos
derechos. En este sentido el Juez de garantías constitucionales debe
pronunciarse aceptando la acción cuando exista violación de derecho
fundamental o inadmitiendo la acción cuando no se ha producido violación
alguna.” [44]

2.3.2. OBJETO.

El Art. 88 la Constitución de la República del Ecuador señala que: “La


Acción de Protección tendrá por objeto el amparo directo y eficaz de los
derechos reconocidos en la Constitución y podrá interponerse cuando existe
una vulneración de derechos constitucionales”

“Complementando esta definición, el Art. 39 de la Ley Orgánica de


Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional (LOGJCC) dispone que
la Acción de Protección tiene por objeto el amparo directo y eficaz de los
derechos reconocidos en la Constitución y Tratados Internacionales sobre
derechos humanos, que no estén amparados por otras acciones
constitucionales”.

“La Acción de Protección tendrá por objeto el amparo directo y eficaz


de los derechos reconocidos en la Constitución, y podrá interponerse
cuando exista una vulneración de derechos constitucionales, por actos u
omisiones de cualquier autoridad pública no judicial.”[45]

Además, con relación al objeto, la Acción de Protección es universal,


ya que rige para proteger los derechos constitucionales de todos los
habitantes del Estado y actúa contra la acción u omisión de autoridad
pública no judicial, o de persona natural o jurídica que hubiere violado uno
o varios de aquellos derechos, pero, en relación con el sector del que
proviene la acción u omisión, tiene un carácter particular.

En palabras de la Corte Constitucional, la Acción de Protección:

“…tiene un propósito tutelar traducido en objetivos de protección


destinados a cesar, evitar la comisión o remediar las consecuencias de un
acto u omisión ilegítima que viole derechos constitucionales protegidos, por
lo que es condición sustancial de esta acción analizar la conducta
impugnada de la autoridad y, por consiguiente, establecer las medidas
conducentes a la protección de los derechos constitucionales vulnerados,
cuyo daño grave o inminencia de daño, imponga la tutela constitucional
efectiva que la acción de amparo garantiza. En este sentido es de valor
sustantivo y condición de procedencia del amparo la verificación de la
ilegitimidad en la que haya incurrido la autoridad pública y la posibilidad
efectiva de la tutela que la acción promueve para garantía de los derechos
constitucionales violentados.” [46]

Hay que tener presente que a través de la acción no se puede obtener la


declaración de inconstitucionalidad de una ley, reglamento u ordenanza;
tampoco protege la libertad personal y el derecho para que un sujeto
obtenga información sobre sí mismo o sobre sus bienes; ya que para éstos
dos últimos casos debe interponerse el Hábeas Corpus y Hábeas Data,
respectivamente.

2.3.3. ¿QUÉ DERECHOS PROTEGE?

Protege todos los derechos consagrados en la Constitución y en los


Instrumentos Internacionales de Derechos Humanos, a excepción de los
derechos protegidos por las acciones de: Hábeas Corpus, Hábeas Data,
Acceso a la Información Pública, Acción por Incumplimiento, Acción
Extraordinaria de Protección y Acción Extraordinaria de Protección contra
decisiones de la Justicia Indígena.

2.3.4. ¿ANTE QUIÉN SE INTERPONE?

La Constitución en su artículo 86, numeral 2 establece que: será


competente la jueza o juez competente del lugar en el que se origina el acto
o la omisión o donde se producen sus efectos.

“De acuerdo con el Art. 7 de la LOGJCC será competente cualquier


jueza o juez de primera instancia del lugar en donde se origina el acto u
omisión o donde se producen sus efectos (los Jueces de: lo Civil y
Mercantil, Garantías Penales, Adolescentes Infractores, Tránsito, Penales de
lo Militar y de lo Policial, Garantías Penitenciarias, Contravenciones,
Violencia contra la Mujer y la Familia, la Familia, Mujer, Niñez y
Adolescencia, Trabajo, Inquilinato y Relaciones Vecinales).

Cuando en la misma circunscripción territorial hubiere varias juezas o


jueces competentes, la demanda se sorteará entre ellos. Estas acciones serán
sorteadas de modo adecuado, preferente e inmediato.

En caso de que se presente la demanda oralmente, se realizará el sorteo


sólo con la identificación personal. En las acciones de Hábeas Data y acceso
a la información pública, se estará a lo dispuesto en esta ley.

La jueza o juez que deba conocer las acciones previstas en este Título
no podrá inhibirse, sin perjuicio de la excusa a que hubiere lugar.

La jueza o juez que sea incompetente en razón del territorio o los


grados, inadmitirá la acción en su primera providencia.

La jueza o juez de turno será competente cuando se presente una acción


en días feriados o fuera del horario de atención de los otros juzgados.

2.3.5. DESARROLLO DEL PROCESO.

Es necesario recalcar que no es suficiente la consagración de los


principios constitucionales y libertades públicas para que este ejercicio esté
garantizado, sino que los ciudadanos conozcan los medios de protección
que disponen y cuál es su procedimiento.

a) Procedencia de la Acción de Protección.

De acuerdo con lo establecido en el art. 41 de la LOGJCC, la Acción de


Protección procede contra:

1. Todo acto u omisión de una autoridad pública no judicial que


viole o haya violado los derechos, que menoscabe, disminuya o anule su
goce o ejercicio.

Esta primera forma de violación se caracteriza porque la autoridad


pública no judicial puede vulnerarlos mediante sus actos,[47] sus
actuaciones, en el ejercicio de sus labores; es decir, en forma efectiva,
directa y con designio de quebrantarlos. No cabe discutir un descuido de la
autoridad; sino la intención con que la realiza.

Por ejemplo: Si un Alcalde sin causa o motivo alguno, en forma


arbitraria, despide a un servidor público o trabajador.
2. Toda política pública, nacional o local, que conlleve la privación
del goce o ejercicio de los derechos y garantías.

Uno de los deberes primordiales del Estado es garantizar, sin


discriminación alguna, el efectivo goce de los derechos reconocidos en
nuestra Carta Magna, mismos que deben desarrollarse a través de las
normas, la jurisprudencia y las políticas públicas. Para que se pueda cumplir
con todo esto, el Estado no sólo debe garantizar, sino generar las
condiciones necesarias para el pleno reconocimiento y ejercicio de todos los
derechos consagrados en nuestra Constitución.

Ahora bien, debemos, primeramente, entender por políticas públicas, al


conjunto de actividades gubernamentales cuyo objeto fundamental es
investigar y determinar las necesidades de los habitantes del Estado para
darles satisfacción adecuada y oportuna a fin de hacer posible el buen vivir,
el Sumak Kawsay, en un ambiente sano, ecológicamente equilibrado y
agradable, sin contaminación, donde todos puedan desarrollar libremente la
actividad económica, política, social, ideológica y teórica e incrementar su
inteligencia emocional.[48]

Para la procedencia de la acción, es necesario que se prive del goce o


cuando se prive del ejercicio de los derechos; no siendo imperioso que
ocurran ambos eventos, suficiente es que uno de ellos ocurra, destacando
que cuando concurren los dos casos a la vez no cabe la Acción de
Protección.

Una vez establecido esto, debemos ir analizando los dos casos:

Al referirnos al primero (cuando las políticas públicas supongan la


privación del goce de los derechos reconocidos por la Constitución)
debemos indicar que la privación del goce de los derechos, en la forma
empleada en el texto constitucional, significa que, de los indicios con lo que
se cuenta un sujeto piensa, cree, que existe la posibilidad que se va a violar
sus derechos y, como consecuencia, da por sentado que este hecho puede
ocurrir u ocurrirá. Suponer la privación del goce de los derechos también
significa que, un sujeto, debido a la información que posee, conjetura,
calcula, que se puede violar sus derechos. Nótese que al emplear este verbo
irregular no se quiere significar que ya se han violado los derechos de un
sujeto, sino que se los pueda violar, que existe tal posibilidad.[49]

Con respecto al segundo caso (cuando la privación del ejercicio de los


derechos reconocidos por la Constitución), la Carta Suprema contempla
normativa respecto al ejercicio de los derechos, cuando se encuentran
vinculados al ejercicio de otros, teniendo en consideración que, los
derechos no se encuentran aislados en el texto constitucional, sino
entrelazados, formando todo un sistema.

Por ejemplo: Que la empresa nacional de correos establezca como


política que antes de entregar una carta a su destinatario, ellos lo puedan
abrir. “El contenido de nuestra Constitución es un producto del sistema
neoconstitucionalista, se inspira en él y, como consecuencia, es la
Constitución de los derechos por antonomasia en toda su manifestación y
profundidad, por eso cada Función del Estado y cada institución pública
tienen la obligación ineludible de proporcionar, garantizar y precautelar
tanto el goce como el ejercicio de los derechos”. CUEVA CARRIÓN, L.,
Acción Constitucional Ordinaria de Protección, Ediciones Cueva Carrión,
Primera Edición, Quito, 2009. p. 167.

3. Todo acto u omisión del prestador de servicio público que viole


los derechos y garantías.

En general, existe daño, cuando se causa a otro un perjuicio apreciable


monetariamente en sus bienes y posesiones. Además de los económicos
existen los daños personales, morales, en los derechos y en las facultades de
los sujetos.

Omisión, es abstenerse de hacer; inactividad; abstención de decir o


declarar, silencio, reserva; ocultación.[50]

Por su parte, el servicio público, ha de satisfacer una necesidad


colectiva por medio de una organización administrativa o regida por la
Administración pública.[51]

Entonces diremos, que se causa daño grave al violar los derechos de los
sujetos, cuando el prestador de un servicio público no presta un servicio
adecuado, eficaz, oportuno, inmediato.

“Un acto de autoridad pública es ilegítimo cuando ha sido dictado por


una autoridad que no tiene competencia para ello, o sin observar los
procedimientos previstos por el ordenamiento jurídico, o cuando su
contenido es contrario a dicho ordenamiento, o ha sido dictado
arbitrariamente, esto es, sin fundamento o suficiente motivación.”[52]

Por ejemplo: Que la empresa eléctrica disponga, que determinada


persona solo tendrá luz durante la noche.

4. Todo acto u omisión de personas naturales o jurídicas del sector


privado, cuando ocurra al menos una de las siguientes circunstancias:

a) Presten servicios públicos impropios o de interés público;

b) Presten servicios públicos por delegación o concesión;

c) Provoque daño grave;

d) La persona afectada se encuentre en estado de subordinación o


indefensión frente a un poder económico, social, cultural, religioso
o de cualquier otro tipo.

Debemos comenzar indicando que el Código Civil en su art. 14 señala:


“Son personas todos los individuos de la especie humana, cualesquiera que
sean su edad, sexo o condición”

Ahora bien al referirnos a quienes son personas naturales o jurídicas del


sector privado, debo indicar que son todas aquellas que no pertenecen a la
administración pública, sino que se desempeñan en el ámbito privado.

Éstas se clasifican en personas naturales y personas jurídicas. La


Acción de Protección cabe tanto para las personas naturales como para las
jurídicas.

Daño, es: toda suerte de mal, sea material o moral (…) el detrimento,
perjuicio o menoscabo que por la acción de otro se recibe en la propia
persona o bienes.[53]
Al referirnos a daño, debemos considerar que este puede ser material o
moral, en ambos casos cabe la acción.

Para que proceda la Acción de Protección, en este caso no solamente es


suficiente que venga de una persona particular, sino que la violación del
derecho provoque daño grave.

El término grave deriva del latín: “gravis” y significa: pesado, cargado,


fuerte, subido, grande, violento, considerable, importante.

El segundo caso, si actúa por delegación o concesión: cuando preste


servicios públicos impropios.

Para una mejor comprensión de este caso, primero debemos tener


presente que esta delegación debe constar en acuerdos, resoluciones; en
estos documentos se debe establecer el ámbito geográfico o institucional en
el cual los funcionarios delegados ejercerán sus atribuciones.

Concesión es: Negocio jurídico por el cual la administración cede a una


persona facultades de uso privativo de una pertenencia del dominio público
o la gestión de un servicio público en plazo determinado bajo ciertas
condiciones.[54]

La concesión de servicios públicos es un contrato de Derecho Público,


que pertenece al derecho Administrativo, por el cual el Estado, una
Provincia o un Municipio delega en una persona particular la autoridad
necesaria para la prestación eficiente de un servicio público.[55]

Al referirnos a impropio, debemos identificarlo con falto de las


cualidades convenientes según las circunstancias; lo “Ajeno a una persona,
cosa o circunstancia, o extraño a ellos”.[56].

Las características que todo servicio público tiene son: universal,


permanente, continuo y accesible a todos; caso contrario sería un servicio
impropio.

El tercer caso es, si la persona afectada se encuentra en estado de


subordinación, indefensión o discriminación.
La subordinación implica sujeción a la orden, mando o dominio de uno.
[57]

La indefensión significa falta de defensa actual o permanente. Situación


de la parte a quien se niegan en forma total o parcialmente los medios
procesales de defensa.[58]

Y la discriminación, lleva aparejada diferencia, diferenciación o


desigualdad.[59]

La subordinación es el sometimiento de un sujeto hacia otro en virtud


de la existencia de una norma legal.[60]

Al referirnos a indefensión diríamos que es desventaja jurídica en que


se ubica a las partes que intervienen en el proceso. Nuestra Carta Magna
prohíbe que una persona quede en estado de indefensión, es decir impide
que los sujetos sufran indefensión en cualquiera de sus formas. [61]

Por último al referirnos la discriminación, deberíamos empezar


revisando lo que manifiesta el numeral 2 del art. 11 y el art. 66 de nuestra
Constitución.[62] Es decir todos somos iguales y debemos gozar de los
mismos derechos, así mismo tenemos los mismos deberes y oportunidades
que nos da el Estado.

Por ejemplo: Que una cooperativa de taxis sin causa o razón alguna, en
forma arbitraria le quite la línea a uno de sus socios.

5. “Todo acto discriminatorio cometido por cualquier persona”.

Las diversas formas de discriminación que existen, están prohibidas no


sólo por nuestra Constitución sino también por el Derecho Internacional.

La discriminación rompe el principio de igualdad entre los sujetos en


base a un motivo prohibido, por eso el significado de discriminación tiene
íntima relación con el de igualdad, ya que la misma Constitución señala que
todas las personas son iguales ante la ley.[63]
La Constitución además de haber creado el “Sistema Nacional de
Inclusión y Equidad Social,”[64] establece que el Estado generará las
condiciones para la protección integral de sus habitantes a lo largo de su
vida, que aseguren los derechos y principios reconocidos en la
Constitución, en particular la igualdad en la diversidad y la no
discriminación, y priorizará su acción hacia aquellos grupos que requieran
consideración especial por la persistencia de desigualdades, exclusión,
discriminación o violencia, o en virtud de su condición etaria, de salud, o de
discapacidad.[65]

La protección integral funcionará a través de sistemas especializados de


acuerdo con la ley. Los sistemas especializados, se guiarán por sus
principios específicos y los del sistema nacional de inclusión y equidad
social.

El sistema nacional descentralizado de protección Integral de la Niñez y


la Adolescencia, será el encargado de asegurar el ejercicio de los derechos
de niñas, niños y adolescentes.

Son parte del sistema las instituciones públicas, privadas y


comunitarias.

Como ha indicado la Corte Constitucional, para la procedencia de la


Acción de Protección.

“Era indispensable la descripción del hecho expuesto con claridad y


precisión, puesto que al afirmarse que se han violado sus derechos
constitucionales, implica la realización de actos claramente jurídicos, que
deben constar debidamente especificados y detallados, y está precisión es
indispensable porque el accionado precisa conocer de las imputaciones que
le hacen a fin de que pueda ejercer su derecho de defensa. Al no haberlo
hecho la acción resulta improcedente.” [66]

Por ejemplo: Que una persona X, no deje pasar por determinada calle a
un individuo de raza negra, por el hecho de ser tal.

b) Improcedencia de la Acción de Protección.


La LOGJCC, en su art. 42 prescribe que la Acción de Protección de
derechos no procede:

1. Cuando de los hechos no se desprenda que existe una violación de


derechos constitucionales.

2. Cuando los actos hayan sido revocados o extinguidos, salvo que de


tales actos se deriven susceptibles de reparación.

3. Cuando en la demanda exclusivamente se impugne la


constitucionalidad o legalidad del acto u omisión, que no conlleven la
violación de derechos. Criterio mantenido reiteradamente por la Corte:

“Bajo este contexto normativo la acción intentada es improcedente


porque, en primer lugar, la Acción de Protección no es la vía constitucional
para declarar la validez o la nulidad de actos de la administración pública
como pretende los accionantes al señalar en su demanda “pedimos que se
declare nulo el acto de cobro de la tasa por concepto de despacho de
unidades en las diferentes líneas anteriormente enunciadas de conformidad
al art. 86 de la Constitución de la República…”; porque la Acción de
Protección a que hace mención el art. 88 de la Carta Magna procede contra
violaciones consumadas de derechos constitucionales y no frene a
eventualidades como acontece en la especie…..; y porque tampoco es
posible tutelar las pretensiones enunciadas bajo la figura del mecanismo
transitorio de la referencia dado que el mismo ha sido concebido para evitar
“un perjuicio”, es decir aquel que no permite dar marcha atrás o volver al
pasado.” [67]

4. Cuando el acto administrativo pueda ser impugnado en la vía


judicial, salvo que se demuestre que la vía no fuere adecuada ni eficaz.

5. Cuando la pretensión del accionante sea la declaración de un


derecho.

6. Cuando se trate de providencias judiciales.

7. Cuando el acto u omisión emane del Consejo Nacional Electoral y


pueda ser impugnado ante el Tribunal Contencioso Electoral.
En estos casos, de manera sucinta la jueza o juez, mediante auto,
declarará inadmisible la acción y especificará la causa por la que no procede
la misma.

El proceso en la Acción de Protección, se desarrolla en primera


instancia ante cualquier Juez o Jueza de primera instancia sin que importe
su especialidad, radicándose la competencia por sorteo, con sede en el lugar
en el que se originó el acto o la omisión que afectó o amenazó el derecho;
donde se producen los efectos del acto u omisión; o, en el lugar del
domicilio del demandado, para el caso de la Acción de Protección contra
particulares.

En Apelación (segunda instancia) se la plantea ante las Cortes


Provinciales de Justicia.

Es posible analizar estas dos instancias de conformidad con lo prescrito


en la Constitución y en la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucionales.

2.3.5.1. PRIMERA INSTANCIA.

El esquema general de la Acción de Protección es la siguiente:

a. Presentación de la demanda

b. Sorteo de la demanda.

c. Auto de admisión a la demanda.

d. Notificación al demandado.

e. Audiencia Pública.

f. Práctica de pruebas y designaciones de comisiones para


recabarlas.

g. Sentencia; y

h. Apelación. (Segunda Instancia)


a) Presentación de la demanda.

La demanda debe ir acompañada con todos los antecedentes y


documentos que sirvan para establecer la violación de los derechos
reconocidos en la Carta Magna; y, además los documentos habilitantes
según la forma de intervención de los sujetos procesales. (Estos requisitos
son sólo para el caso de que la demanda fue presentada en forma
escrita[68])

Es indispensable la presentación de todos estos documentos, para que


así el juzgador tenga una fuente segura de información y pueda
fundamentar una sentencia en forma justa y equitativa.

b) Sorteo de la demanda.

Cuando en una jurisdicción hubiere más de dos jueces, a la demanda se


la debe presentar en la oficina de sorteo para que sea sorteada; si hubiere
uno solo, va directamente al juzgado.[69]

Una vez que es presentada y sorteada la demanda se radica la


competencia en uno de los juzgados de primera instancia y con esto se da
inicio a proceso.

Comienza con el conocimiento de la demanda por parte de una de las


partes que intervienen en esta relación, por el juez, cuya labor inicial es
dictar el auto de aceptación de la demanda dentro de las veinticuatro horas
siguientes a su presentación.[70]

c) Auto de admisión a la demanda.

El juez debe despachar la demanda en forma inmediata y con


preferencia a cualquier otro proceso. Este acto judicial consiste en dictar el
auto de admisión de la demanda; es decir necesariamente el juzgador debe
aceptar la demanda de protección[71], ya que existe prohibición de
inhibición del juez de aplicar normas procesales que retarden su ágil
despacho, por cuanto esta acción se caracteriza por su informalidad.
El art. 7 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional en su inciso segundo y tercero respectivamente señala:

“La jueza o juez que deba conocer las acciones previstas en este título
no podrá inhibirse, sin perjuicio de la excusa a que hubiere lugar.

La jueza o juez que sea incompetente en razón del territorio o los


grados, inadmitirá la acción en su primera providencia”.

¿Qué es lo que debe contener el auto de aceptación de la demanda de


protección?

Este auto debe contener: la fecha de expedición; la calificación de la


demanda; su aceptación a trámite; el señalamiento de día y hora para que
tenga lugar la audiencia pública (que no podrá fijarse en un término mayor
de tres días desde la fecha en que se calificó la demanda); práctica de
pruebas o la realización de cualquier otra diligencia indispensable para la
decisión; la designación de comisiones para recabar las pruebas en caso de
haber sido solicitadas, cuando fuere menester; las medidas cautelares; la
orden de que se notifique a las partes procesales y entre ellas, al tercero
perjudicado, si lo hubiere; la orden de contar con el Procurador General del
Estado o con su Delegado, cuando fuere el caso; la orden de que se tome en
cuenta el casillero judicial señalado por el accionante; el nombre del juez,
su función y su firma y rúbrica.[72]

Al referirnos a las Medidas Cautelares[73], el art. 87 de la Constitución


señala que “se puede pedir medidas cautelares en forma conjunta o
independiente de las acciones constitucionales de protección de derechos;
con el objeto de evitar o hacer cesar la violación o amenaza de violación de
un derecho”. Por lo tanto, en el mismo auto de aceptación de la demanda se
las puede ordenar y, en la práctica, así se viene procediendo; pero, no
solamente allí, sino también en forma posterior, antes de dictar sentencia y
aún en forma independiente de la acción”.

Esta afirmación inicial de “Se puede pedir...”, nos indica que no es


obligación, sino cuando haya necesidad, por lo que el juzgador a su criterio,
si considera inevitable e indispensable dispone las medidas cautelares, caso
contrario no.
Las medidas cautelares[74] no son definitivas ni irrevocables: tienen el
carácter de preventivas y temporales y duran el tiempo que demore el
trámite de la acción hasta dictar sentencia; aquí, el juez, puede revocarlas, si
niega la acción, o puede convertirlas en definitivas, si la acepta. Pero, aún
esto de “definitivas” es relativo, porque, en segunda instancia, el Superior
puede revocar la sentencia del inferior y junto con ella también las medidas
cautelares.

d) Notificación al demandado.

La notificación es el primer acto procesal con el que se le hace conocer


a la parte accionada, la demanda de protección y el auto de admisión a
trámite y con ella, se completa la relación procesal; en adelante ésta tendrá
lugar entre el juez, el accionante, el demandado y el tercero perjudicado, en
caso de haberlo.

El numeral 4 del art. 8 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales


y Control Constitucional, señala que “Las notificaciones se harán por los
medios más eficaces que estén al alcance de la jueza o juez, de la persona
legitimada activa y de la persona, entidad u órgano responsable del acto u
omisión. De ser posible se preferirán medios electrónicos”.

La eficacia es la capacidad para lograr el efecto que se desea o se


espera. La eficacia tiene relación con un sujeto, con aquel que despliega los
medios para obtener el efecto. En este caso, los sujetos son: el juzgador, los
empleados de la oficina de sorteos y el legitimado activo; ellos son los que
deben utilizar los medios más eficaces para conseguir que el demandado sea
notificado realmente, en forma oportuna, a fin de que tenga conocimiento de
que se ha iniciado una Acción de Protección y que pueda empezar a
defenderse.

La primera notificación con la demanda de protección la cumple el


encargado de realizar la notificación, el mismo que lleva la boleta de
notificación al domicilio del demandado, a su lugar de trabajo o en
cualquier otra parte que fuere encontrado, dejando constancia del acto
realizado.
Si la notificación no es posible hacerla en forma personal al notificado
se le debería dejar en su domicilio y con esto se concluiría el acto.

En el caso hipotético de que fuere imposible determinar la


individualidad o la residencia del demandado, se lo debe notificar mediante
la prensa.[75]

Al hablar de medios más eficaces, podríamos entender que los medios


como: el teléfono convencional, el celular, el fax y el e-mail o correo
electrónico, son medios tecnológicos a los cuales el juzgador puede acudir.
Pero aquí deberíamos preguntarnos ¿Cuál de éstos medios después de haber
sido notificados, dejan constancia de haberlo hecho?.

e) Audiencia Pública.

Luego de notificado el demandado, el juez convocará a las partes a una


audiencia pública. Por las características de esta acción que no es formal,
sino breve y sencilla, la audiencia pública se debe desarrollar con prontitud
y oportunidad eliminando cualquier complejidad procesal, es decir la
audiencia debe tener lugar en el menor tiempo posible ya que a éste
proceso, ya que para esta acción la Celeridad, es la única condición para su
eficacia, además se le debe dar un trámite preferente a cualquier otro, a
excepción de la acción de Hábeas Corpus que es prioritaria.

Una vez que el Juez haya señalado el día y hora para que se desarrolle
la audiencia, si el demandado concurre puede contestar la demanda; el
accionante, también puede exponer sus puntos de vista.

Las partes pueden concurrir personalmente o por intermedio de su


abogado defensor; en este último caso debe solicitar que se lo declare parte,
con el ofrecimiento de poder o ratificación.

Además, debe desarrollarse la práctica de pruebas o la realización de


cualquier otra diligencia indispensable para la decisión y la designación de
comisiones para recabar las pruebas, cuando fuere menester.

De todo lo actuado se debe dejar constancia en un acta.


f) Práctica de pruebas y designaciones de comisiones para recabarlas.

Para que este proceso sea sencillo, rápido y eficaz, aún de oficio, el juez
debería disponer que las partes soliciten la prueba que crean menester, antes
de la audiencia, a fin de despacharla inmediatamente.

Según el art. 13 numeral 4 de la Ley Orgánica de Garantías


Jurisdiccionales y Control Constitucional existe la disposición de que las
partes presenten los elementos probatorios para determinar los hechos en la
audiencia, cuando la jueza o juez lo considere necesario.[76]

En el proceso de protección constitucional existe el término de prueba,


que no será mayor de ocho días y será por una sola vez.

La jueza o juez, si creyere necesario la práctica de pruebas, podrá


suspender la audiencia y señalar una nueva fecha y hora para continuarla.

Cuando la jueza o juez tenga un criterio fundado sobre la violación de


uno o más derechos consagrados en nuestra Norma Suprema, dará por
terminada la audiencia y dictará sentencia en forma verbal en la misma
audiencia.

g) Sentencia.

En la sentencia se debe expresar exclusivamente su decisión sobre el


caso y notificará por escrito dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes.
(art. 15 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional.)

El proceso podrá terminar mediante auto definitivo, que declare el


desistimiento o apruebe el allanamiento, o mediante sentencia.

1. Desistimiento.- La persona afectada podrá desistir de la acción en


cualquier momento por razones de carácter personal que serán valoradas
por la jueza o juez.

2. Allanamiento.- En cualquier momento del procedimiento, hasta


antes de la expedición de la sentencia, la persona o institución accionada
podrá allanarse. El allanamiento podrá ser total o parcial. En ambos casos,
la jueza o juez declarará la violación del derecho y la forma de reparar la
violación. En caso de allanamiento parcial, el procedimiento continuará en
lo que no hubiere acuerdo.

El acuerdo reparatorio, que será aprobado mediante auto definitivo,


procederá en los casos en que exista allanamiento por parte de la persona o
institución accionada; éstas y la persona afectada podrán llegar a un acuerdo
sobre las formas y modos de reparación.

La Acción de Protección en la actualidad cuenta con efectos


reparatorios, siendo uno de naturaleza indemnizatoria o patrimonial.

No se podrá apelar el auto definitivo que aprueba el allanamiento y


acuerdo reparatorio.

En ningún caso la jueza o juez aceptará el desistimiento, allanamiento o


acuerdo reparatorio que implique afectación a derechos irrenunciables o
acuerdos manifiestamente injustos.

3. Sentencia.- El objeto de la sentencia es hacer efectiva las garantías


jurisdiccionales, así como la reparación integral de los derechos
constitucionales vulnerados, establecerá el alcance de dicha reparación y
especificará las circunstancias en que debe cumplirse, y en general se podrá
dictar algunas medidas que el juez estime convenientes según sea el caso.

La sentencia, como instrumento jurídico, tiene una forma y un


contenido. De acuerdo con el art. 17 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional. Los requisitos que contendrá la
sentencia que se expida en la Acción de Protección son:

1. Antecedentes: La identificación de la persona afectada y del


accionante, de no ser la misma persona; la identificación de la autoridad,
órgano o persona natural o jurídica contra cuyos actos u omisiones se ha
interpuesto la acción.

2. Fundamentos de hecho: La relación de los hechos probados


relevantes para la resolución.
3. Fundamentos de derecho: La argumentación jurídica que sustente la
resolución.

4. Resolución: La declaración de violación de derechos, con


determinación de las normas constitucionales violadas y del daño, y la
reparación integral que proceda y el inicio del juicio para determinar la
reparación económica, cuando hubiere lugar.

De no encontrar violación de ningún derecho, la jueza o juez que


conoció el caso deberá cumplir con los elementos anteriores en lo que fuere
aplicable.

Se puede solicitar aclaración o ampliación de la sentencia de


conformidad con lo prescrito por el art. 281 del Código de Procedimiento
Civil.

De encontrarse violación, la sentencia lo declarará y adoptará las


medidas precisas para la reparación.

Reparación Integral.- En caso de declararse la vulneración de


derechos se ordenará la reparación integral por el daño material e
inmaterial. La reparación integral procurará que entre otros aspectos la
restitutio in integrum, la satisfacción y las garantías de no repetición, es
decir que el o los titulares del derecho violado gocen y disfruten el derecho
de la manera más adecuada posible y que en lo posible se restablezca a la
situación anterior a la violación.

La reparación podrá incluir, entre otras formas, la restitución del


derecho, la compensación económica o patrimonial, la rehabilitación, la
satisfacción, las garantías de que el hecho no se repita, la obligación de
remitir a la autoridad competente para investigar y sancionar, las medidas
de reconocimiento, las disculpas públicas, la prestación de servicios
públicos, la atención de salud.

Lo que procura la reparación integral es brindar a las personas víctimas


de las vulneraciones constitucionales a sus derechos, un mecanismo
constitucional, y por lo tanto, interno, que remedie la vulneración. Además,
el juez siempre debe ordenar la reparación integral a través de la
individualización de las medidas y de los encargados de cumplirlas.

La reparación por el daño material comprende la compensación por la


pérdida o detrimento de los ingresos de las personas afectadas, los gastos
efectuados con motivo de los hechos y las consecuencias de carácter
pecuniario que tengan un nexo causal con los hechos del caso. La
reparación por el daño inmaterial comprenderá la compensación, mediante
el pago de una cantidad de dinero o la entrega de bienes o servicios
apreciables en dinero, por los sufrimientos y las aflicciones causadas a la
persona directamente afectada así como a sus allegados, el menoscabo de
valores muy significativos para las personas, así como las alteraciones, de
carácter no pecuniario, en las condiciones de existencia del afectado o su
familia. La reparación se cumplirá en función del tipo de violación, las
circunstancias del caso, las consecuencias de los hechos y la afectación al
proyecto de vida.

En la sentencia o acuerdo reparatorio deberá constar expresa mención


de las obligaciones individualizadas, positivas y negativas, a cargo del
destinatario de la decisión judicial y las circunstancias de tiempo, modo y
lugar en que deben cumplirse, salvo la reparación económica.

La persona titular o titulares del derecho violado deberán ser


necesariamente escuchadas para determinar la reparación, de ser posible en
la misma audiencia. Si la jueza o juez considera pertinente podrá convocar a
nueva audiencia para tratar exclusivamente sobre la reparación, que deberá
realizarse dentro del término de ocho días (art. 18 LOGJCC).

Reparación Económica.- Cuando parte de la reparación, por cualquier


motivo, implique pago en dinero al afectado o titular del derecho violado, la
determinación del monto se tramitará en juicio verbal sumario ante la
misma jueza o juez, si fuere contra un particular; y en juicio contencioso
administrativo si fuere contra el Estado. De estos juicios se podrán
interponer los recursos de apelación, casación y demás recursos
contemplados en los códigos de procedimiento pertinentes.

Declarada la violación del derecho, la jueza o juez deberá declarar en la


misma sentencia la responsabilidad del Estado o de la persona particular.
(art.19 LOGJCC)

En el caso de la responsabilidad estatal, la jueza o juez deberá remitir el


expediente a la máxima autoridad de la entidad responsable para que inicie
las acciones administrativas correspondientes, y a la Fiscalía General del
Estado en caso de que de la violación de los derechos declarada
judicialmente se desprenda la existencia de una conducta tipificada como
delito. Si no se conociere la identidad de la persona o personas que
provocaron la violación, la jueza o juez deberá remitir el expediente a la
máxima autoridad de la entidad pública para que determine sus identidades
(art. 20 LOGJCC). En lo que respecta al cumplimiento de la sentencia, la
jueza o juez deberá emplear todos los medios que sean adecuados y
pertinentes para que se ejecute la sentencia o el acuerdo reparatorio, incluso
podrá disponer la intervención de la Policía Nacional” (art. 21 LOGJCC)

Además el art. 22 del mismo Cuerpo Legal señala que en caso de


violación al trámite de garantías constitucionales o incumplimiento de la
sentencia o acuerdo reparatorio, la jueza o juez deberá sancionar a la
persona o institución que incumple, de conformidad con las siguientes
reglas:

1. En caso de que el incumplimiento provoque daños, la misma jueza o


juez sustanciará un incidente de daños y perjuicios, mediante un
procedimiento sumario, por éste hecho y contra la persona responsable,
particular o pública, y su cuantía será cobrada mediante apremio real.

2. En caso de que el incumplimiento sea de parte de servidoras o


servidores judiciales o de acciones u omisiones durante el trámite, se
considerará como falta gravísima y se comunicará del particular al Consejo
de la Judicatura para que proceda de conformidad con el Código Orgánico
de la Función Judicial.

3. Si las violaciones al trámite o términos establecidos en esta ley


proviene de la propia jueza o juez, la parte perjudicada podrá presentar la
denuncia ante la autoridad correspondiente del Consejo de la Judicatura, de
acuerdo a las normas del Código Orgánico de la Función Judicial.
4. En caso de que los servidoras o servidores públicos incumplieran una
sentencia o acuerdo reparatorio, la jueza o juez ordenará el inicio del
procedimiento para su eventual destitución. En caso de destitución del
servidor omiso, el remplazo debe cumplir el fallo bajo las mismas
prevenciones.

5. No se podrán dictar actos ulteriores que afecten el fallo, bajo las


mismas prevenciones.

Al hablar de medidas o formas de reparación podríamos escoger la más


utilizada en el derecho[77], la misma que la divide en: Restitución[78],
Indemnización[79], Rehabilitación[80], Satisfacción[81] , y Garantías de no
repetición[82].

2.3.5.2. APELACIÓN. (SEGUNDA INSTANCIA)

Las partes procesales podrán apelar en la misma audiencia o hasta tres


días hábiles después de haber sido notificados por escrito.

La apelación será conocida por la Corte Provincial; si hubiere más de


una sala, se radicará por sorteo. La interposición del recurso no suspende la
ejecución de la sentencia, cuando el apelante fuere la persona o entidad
accionada.

La apelación que debe estar debidamente fundamentada, una vez


concedido la apelación la jueza o juez remitirá el proceso a la Corte
Provincial de Justicia, si hubiere más de una Sala, se radica la competencia
mediante sorteo.

La interposición del recurso no suspende la ejecución de la sentencia,


cuando el apelante fuere la persona o entidad accionada.

“Quinto: 5.1. Nuestro Código de Procedimiento Civil ni ningún


Código, contiene una definición de recurso procesal. En la doctrina, el
profesor Hugo Alsina, manifiesta: “Llámese recursos, los medios que la ley
conceda a las partes para obtener que una providencia judicial sea
modificada o dejada sin efecto. Su fundamento residen en una aspiración de
justicia….” (Tratado Teórico Práctico de Derecho Procesal Civil y
Comercial, Segunda Edición, Tomo IV, Juicio Ordinario, Segunda Parte,
Buenos Aires, 1961, p. 184).” [83]

Una vez que la Corte Provincial avoca conocimiento, resolverá por el


mérito del expediente en el término de ocho días. De considerarlo
necesario, la jueza o juez podrá ordenar la práctica de elementos
probatorios y convocar a una audiencia, que deberá realizarse dentro de los
siguientes ocho días hábiles; en estos casos, el término se suspende y corre
a partir de la audiencia.

En las sentencias se establecerán los efectos del fallo para el caso


concreto. Si el obligado no cumpliera dentro del plazo establecido, el juez o
jueza dispondrá las medidas de apremio necesarias para su cumplimiento,
aún con el auxilio de la fuerza pública.

El cumplimiento de la sentencia no impedirá que se proceda contra la


autoridad pública, si las acciones u omisiones en que incurrió generen
responsabilidad.

2.4. HÁBEAS CORPUS.

“La expresión latina Hábeas Corpus, cuya significado textual es “Traer


el cuerpo” o “mostrar el cuerpo” es un producto más de la larga tradición
jurídica anglosajona de producción de institutos jurídicos”[84].

“El ingreso de la garantía del Hábeas Corpus en el sistema jurídico


ecuatoriano se da a través de la codificación constitucional del año 1945, en
la que se consagra por primera vez”[85].

Es importante recalcar que desde la Constitución ecuatoriana de 1945 la


acción de Hábeas Corpus ha estado presente en todas las Constituciones
siguientes, por cuanto siempre se ha respetado esta garantía que ha servido
para tutelar la libertad y la integridad física de una persona que se encuentra
privada de ella ilegal, arbitraria e ilegítima.

Necesario indicar que para que resulte eficaz el Hábeas Corpus, se


requiere primeramente que se dé una situación de detención y que ésta sea
ilegal, arbitraria o ilegítima o se sienta amenazada de perder su libertad.
Se debe señalar que cometen un delito de detención ilegal la autoridad
pública o cualquier persona, cuando contra su voluntad retenga o encierre a
otra persona privándole de su libertad de movimiento. Esta detención no
sólo se la puede realizar por la fuerza o con violencia ya que también puede
utilizarse el engaño para privar de libertad a una persona.

Así mismo existe detención ilegal, cuando se lleva a cabo contraria a la


justicia, la razón o las leyes, sin la intención de entregar al detenido a las
autoridades, superando el tiempo señalado, esto es, la persona detenida no
es liberada o puesta a disposición judicial dentro del plazo que la ley
establece.

En la Declaración Universal de Derechos Humanos, específicamente en


el artículo 9 señala: “nadie podrá ser arbitrariamente detenido, preso ni
desterrado”.

En el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos en el artículo


9 párrafo primero señala: “Todo individuo tiene derecho a la libertad y a la
seguridad personal, Nadie podrá ser sometido a detención o prisión
arbitrarias. Nadie podrá ser privado de su libertad, salvo por las causas
fijadas por la ley y con arreglo al procedimiento establecido en ésta”.

Cabe mencionar que no solo el reconocimiento de los derechos


constitucional es suficiente, sino debe ir acompañada de la tutela efectiva
del libre ejercicio de estos derechos, que en este caso en particular la
protege el Hábeas Corpus.

2.4.1. NATURALEZA.

Esta acción tiende a garantizar y hacer efectivo el ejercicio del derecho


a la libertad y a la seguridad humana; pues su finalidad es hacer cesar no
sólo las restricciones a los derechos indicados provenientes de personas que
detentan la autoridad, sino también de personas que no la detentan, es decir
por orden de la autoridad pública o de cualquier persona.

El autor ecuatoriano Alejandro Ponce Martínez señala que “El Hábeas


Corpus se nos presenta entonces como una garantía destinada a tutelar la
libertad física de las personas, mediante un procedimiento sumarísimo que
tiene por fin hacer cesar la privación ilegal de la libertad personal.”[86]

2.4.2. OBJETO.

El autor García Belaúnde señala que “El Hábeas Corpus en su


aplicación tiene por objeto un procedimiento breve, judicial, sencillo y
rápido para garantizar la libertad individual, la vida e integridad física
contralas detenciones arbitrarias o ilegales e ilegítimas.”[87]

La Carta Magna, en su Art. 89 señala: “Hábeas Corpus.- La acción


de Hábeas Corpus tiene por objeto recuperar la libertad de quien se
encuentre privado de ella de forma ilegal, arbitraria o ilegítima, por orden
de autoridad pública o de cualquier persona, así como proteger la vida y la
integridad física de las personas privadas de libertad.

Inmediatamente de interpuesta la acción, la jueza o juez convocará a


una audiencia que deberá realizarse en las veinticuatro horas siguientes, en
la que se deberá presentar la orden de detención con las formalidades de ley
y las justificaciones de hecho y de derecho que sustenten la medida. La
jueza o juez ordenará la comparecencia de la persona privada de libertad, de
la autoridad a cuya orden se encuentre la persona detenida, de la defensora
o defensor público y de quien la haya dispuesto o provocado, según el caso.
De ser necesario, la audiencia se realizará en el lugar donde ocurra la
privación de libertad.

La jueza o juez resolverá dentro de las veinticuatro horas siguientes a la


finalización de la audiencia.

En caso de privación ilegítima o arbitraria, se dispondrá la libertad. La


resolución que ordene la libertad se cumplirá de forma inmediata.

En caso de verificarse cualquier forma de tortura, trato inhumano, cruel


o degradante se dispondrá la libertad de la víctima, su atención integral y
especializada, y la imposición de medidas alternativas a la privación de la
libertad cuando fuera aplicable.
Cuando la orden de privación de la libertad haya sido dispuesta en un
proceso penal, el recurso se interpondrá ante la Corte Provincial de
Justicia.”

Es decir, la acción de Hábeas Corpus tiene por objetivo:

• Recuperar la libertad de quien se encuentre privado de ella de


forma ilegal, arbitraria o ilegítima, por orden de autoridad pública
o de cualquier persona.

• Proteger la vida y la integridad física de las personas privadas de


libertad.

• Tiene también por objeto proteger la vida y la integridad física


de las personas privadas de libertad, en casos de tortura o tratos
inhumanos.

La privación de la libertad es:

Ilegal.- Cuando es practicada al margen de los motivos que


válidamente estipula la ley, cuando se ha ejecutado sin observar las normas
exigidas por la ley; o cuando se ha incurrido en desviación de las facultades
de detención, es decir, cuando se practica para fines distintos a los previstos
y requeridos por la ley.

Arbitraria.- Cuando la resolución del agente carece de fundamento


objetivo, obedece a su sola voluntad o capricho y tiene como consecuencia
la vulneración de los derechos constitucionales de la persona. En estas
circunstancias, el funcionario judicial antepone de manera arbitraria su
propia voluntad aquella que deriva de manera razonable del ordenamiento
jurídico, por lo cual sus actuaciones, manifiestamente contrarias a la
Constitución y a la ley, no son providencias judiciales sino en apariencia, es
decir actuaciones judiciales de hecho. Las privaciones de libertad son
legítimas cuando tienen por autores a personas que obran con fundamento
en causa jurídica y en ejercicio de una competencia constitucional o legal.

Ilegítima.- Cuando sin justa causa lesionan o ponen efectivamente en


peligro el derecho fundamental de toda persona a ser libre. Entre las
privaciones de la libertad legítimas se halla la aprehensión del delincuente
sorprendido en delito fragante (Art. 77, numeral 1 de la Constitución y Art.
526 del Código Orgánico Integral Penal); la detención que, para efectos de
la investigación, es dispuesta por mandamiento escrito de autoridad judicial
competente (Art. 530 del Código Orgánico Integral Penal; la prisión
preventiva decretada por providencia judicial motivada, con amparo en el
Art. 534 y 540 del Código Orgánico Integral Penal; el internamiento
preventivo de menores infractores, según el Art. 330 del Código Orgánico
de la Niñez y Adolescencia; la privación de la libertad por mérito de una
sentencia condenatoria debidamente ejecutoriada.

La Comisión Interamericana de Derechos Humanos,[88] respecto del


Hábeas Corpus señala:

[…] es la garantía tradicional que, en calidad de acción, tutela la


libertad física o corporal o de locomoción a través de un procedimiento
judicial sumario, que se tramita en forma de juicio. Generalmente, el
Hábeas Corpus extiende su tutela a favor de personas que ya están privadas
de libertad en condiciones ilegales o arbitrarias, justamente para hacer cesar
las restricciones que han agravado su privación de libertad. La efectividad
de la tutela que se busca ejercer con este recurso depende, en gran medida,
de que su trámite sea sumario, a efecto de que, por su celeridad, se
transforme en una vía idónea y apta para llegar a una decisión efectiva del
asunto en el menor tiempo posible.

2.4.3. ¿QUÉ DERECHOS PROTEGE?

La Corte Interamericana de Derechos Humanos señala:

“Mecanismo más empleado, eficaz e idóneo para la protección de la


libertad personal, la integridad física y la vida que para cumplir su
objetivo de verificar judicialmente la legalidad de la privación de la libertad
este, recurso exige la presentación del detenido ante el juez o tribunal
competente, y que su finalidad no se limita a la protección de las personas
contra la privación arbitraria de su libertad, sino que también las protege
contra las desapariciones o la indeterminación de su lugar de determinación,
así como contra la aplicación de torturas u otros tratos o penas crueles,
inhumanas o degradantes”.[89]
“El Hábeas Corpus es una garantía fundamental de los derechos
humanos que protege, específicamente, aquello que hace relación a la
libertad ambulatoria, ya sea en forma preventiva o correccional.
También protege contra la prisión debida pero que se ha agravado por
su condición de llevarla a cabo en la cárcel, por ejemplo por exceso en
presentar al detenido ante el juez, por torturas, traslados indebidos.”[90]

Es decir el Hábeas Corpus protege dos derechos fundamentales como:


La libertad individual[91] y el derecho a la integridad personal.[92]

La Constitución de la República del Ecuador en su artículo 66, numeral


3, reconoce y garantiza a las personas el derecho a la integridad personal,
que incluye:

a) La integridad física, psíquica, moral y sexual.

b) Una vida libre de violencia en el ámbito público y privado. El Estado


adoptará las medidas necesarias para prevenir, eliminar y sancionar toda
forma de violencia, en especial la ejercida contra las mujeres, niñas, niños y
adolescentes, personas adultas mayores, personas con discapacidad y contra
toda persona en situación de desventaja o vulnerabilidad; idénticas medidas
se tomarán contra la violencia, la esclavitud y la explotación sexual.

c) La prohibición de la tortura, la desaparición forzada y los tratos y


penas crueles, inhumanos o degradantes.

d) La prohibición del uso de material genético y la experimentación


científica que atenten contra los derechos humanos.

Además el Art. 43 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y


Control Constitucional (LOGJCC), establece que: “La acción de Hábeas
Corpus tiene por objeto proteger la libertad, la vida, la integridad física y
otros derechos conexos de la persona privada o restringida de libertad, por
autoridad pública o por cualquier persona, tales como:

1. A no ser privada de la libertad en forma ilegal, arbitraria o


ilegítima, protección que incluye la garantía de que la detención se
haga siempre por mandato escrito y motivado de juez competente,
a excepción de los casos de flagrancia;

2. A no ser exiliada forzosamente, desterrada o expatriada del


territorio nacional;

3. A no ser desaparecida forzosamente;

4. A no ser torturada, tratada en forma cruel, inhumana o


degradante;

5. A que, en caso de ser una persona extranjera, incluso antes de


haber solicitado refugio o asilo político, no ser expulsada y
devuelta al país donde teme persecución o donde peligre su vida,
su libertad, su integridad y su seguridad;

6. A no ser detenida por deudas, excepto en el caso de pensiones


alimenticias;

7. A la inmediata excarcelación de la persona procesada o


condenada, cuya libertad haya sido ordenada por una jueza o juez;

8. A la inmediata excarcelación de la persona procesada cuando


haya caducado la prisión preventiva por haber transcurrido seis
meses en los delitos sancionados con prisión y de un año en los
delitos sancionados con reclusión;

9. A no ser incomunicada, o sometida a tratamientos vejatorios de


su dignidad humana;

10. A ser puesta a disposición del juez o tribunal competente


inmediatamente y no más tarde de las veinticuatro horas siguientes
a su detención”[93].

2.4.4. ¿ANTE QUIÉN SE INTERPONE?

La Carta Magna en su artículo 86, numeral 2 señala que: será


competente la jueza o juez competente del lugar en el que se origina el acto
o la omisión o donde se producen sus efectos.
Al hablar de la competencia del juez para conocer una acción de
Hábeas Corpus, debo señalar que existen algunos escenarios:

a). El juez competente para conocer una acción de Hábeas Corpus


es el del lugar donde se produjo la detención.

b). Cuando se desconozca el lugar de privación de libertad, se


podrá presentar la acción ante la jueza o juez del domicilio del
accionante.

c). Cuando la orden de privación de la libertad haya sido dispuesta


en un proceso penal, la acción se interpondrá ante la Corte
Provincial de Justicia; de haber más de una Sala, se sorteará entre
ellas.

2.4.5. DESARROLLO DEL PROCESO.

Debo empezar indicando que la petición de Hábeas Corpus pueda


presentarla no sólo la persona privada de libertad, sino también su cónyuge,
ascendientes, descendientes y hermanos e incluso puede iniciarse de oficio
por la autoridad judicial competente.

Una vez presentada la acción, el Juez dentro de las veinticuatro horas


siguientes a la presentación de la petición, convocará a una audiencia. En
dicha audiencia, la jueza o juez dirigirá, aquí se deberán presentar las
justificaciones de hecho y de derecho que sustentan la medida privativa de
libertad. Además la jueza o juez deberá ordenar la comparecencia de la
persona privada de la libertad y de la autoridad a cuya orden se encuentre la
persona y la defensora o defensor público.

De considerarlo necesario la jueza o juez, la audiencia la realizará en el


lugar donde ocurre la privación de la libertad. [94]

En esta audiencia, una vez que ha escuchado al detenido y a las


personas implicadas en el arresto, el juzgador decide acerca de la legalidad
o no de la misma.
El juez de creerlo necesario, en cualquier momento del proceso podrá
ordenar la práctica de pruebas y designar comisiones para que están sean
recabadas.

En la misma audiencia, la jueza o juez dictará sentencia y decretará, el


rápido enjuiciamiento del detenido o su libertad según sea el caso. Dentro
de las veinticuatro horas después de finalizada la audiencia, notificará la
resolución por escrito a las partes. Esta sentencia de primera instancia podrá
ser apelada ante la Corte Provincial. [95]

Las juezas y jueces deberán observar las siguientes reglas, tal como lo
establece el Art. 45 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional.

1. En caso de verificarse cualquier forma de tortura se dispondrá la


libertad de la víctima, su atención integral y especializada, y la imposición
de medidas alternativas a la privación de la libertad.

2. En caso de privación ilegítima o arbitraria, la jueza o juez declarará


la violación del derecho, dispondrá la inmediata libertad y la reparación
integral. La privación arbitraria o ilegítima se presumirá en los siguientes
casos:

a) Cuando la persona no fuere presentada a la audiencia.

b) Cuando no se exhiba la orden de privación de libertad.

c) Cuando la orden de privación de libertad no cumpla los


requisitos legales o constitucionales.

d) Cuando se hubiere incurrido en vicios de procedimiento en la


privación de libertad.

e) En los casos en que la privación de la libertad es llevada a cabo


por particulares, cuando no se justifique la privación de libertad.

3. La orden judicial que dispone la libertad será obedecida


inmediatamente por los encargados del lugar de la privación de libertad, sin
que sea admisible ningún tipo de observación o excusa.

4. En cualquier parte del proceso, la jueza o juez puede adoptar todas


las medidas que considere necesarias para garantizar la libertad y la
integridad de la persona privada de libertad, incluso podrá disponer la
intervención de la Policía Nacional.”

R.O. Nro. 565: 7 de abril de 2009

“Los recursos de apelación que se interpongan en contra de las


sentencias dictadas por las Salas de las Cortes Provinciales, dentro de los
recursos de Hábeas Corpus propuestos de conformidad con el último inciso
del artículo 89 de la Constitución de la República, serán conocidos, previo
sorteo, por cualquiera de las Salas que conforman la Corte Nacional de
Justicia”.

2.5. ACCIÓN DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA.

La Acción de Acceso a la Información Pública, consiste en que todas


las personas puedan tener acceso a la información que se elaboró, obtuvo o
posee cualquiera de las entidades públicas o privadas que manejen fondos
del Estado o realicen funciones públicas. Esta información puede ser
(escritos, fotografías, grabaciones, soporte magnético o digital, o en
cualquier otro formato); estas entidades están en la obligación de entregar la
información a quién la solicita; permitiendo de esta manera una
participación de cualquier ciudadano en el debate sobre los asuntos
públicos, hacer efectivo un control social que tienda a fiscalizar a la
administración pública y a los recursos públicos, juzgar correctamente la
actuación de sus representantes y, eventualmente, hacerlos responsables de
los perjuicios que provocaran.

2.5.1. NATURALEZA.

El inciso segundo del Art. 47 de la Ley Orgánica de Garantías


Jurisdiccionales y Control Constitucional, señala: “se considerará
información pública toda aquella que emane o que esté en poder de
entidades del sector público o entidades privadas que, para el tema materia
de la información, tengan participación del Estado o sean concesionarios de
éste.”[96]

Los ciudadanos en forma individual o colectiva pueden solicitar


cualquier información generada tanto en entidades públicas o privadas que
manejen fondos del Estado o realicen funciones públicas.

No existirá reserva de información excepto en los casos expresamente


establecidos en la ley, recordando que el carácter reservado de la
información deberá ser declarada con anterioridad a la petición, por
autoridad competente y de acuerdo con la ley. En caso de violación a los
derechos humanos, ninguna entidad pública o privadas que manejen fondos
del Estado o realicen funciones públicas, podrá negar la información
solicitada.

2.5.2. OBJETO.

El Art. 91 de nuestra Carta Magna, establece que: “La acción de acceso


a la información pública tendrá por objeto garantizar el acceso a ella
cuando ha sido denegada expresa o tácitamente, o cuando la que se ha
proporcionado no sea completa o fidedigna. Podrá ser interpuesta incluso
si la negativa se sustenta en el carácter secreto, reservado, confidencial o
cualquiera otra clasificación de información. El carácter reservado de la
información deberá ser declarado con anterioridad a la petición, por
autoridad competente y de acuerdo con la ley”.[97]

“Esta acción tiene por objeto garantizar el acceso a la información


pública, cuando ha sido denegada expresa o tácitamente, cuando se creyere
que la información proporcionada no es completa o ha sido alterada o
cuando se ha negado al acceso físico a las fuentes de información. También
procederá la acción cuando la denegación de información se sustente en el
carácter secreto o reservado de la misma.

Se considerará información pública toda aquella que emane o que esté


en poder de entidades del sector público o entidades privadas que, para el
tema materia de la información, tengan participación del Estado o sean
concesionarios de éste.
No se podrá acceder a información pública que tenga el carácter de
confidencial o reservada, declarada en los términos establecidos por la ley.
Tampoco se podrá acceder a la información estratégica y sensible a los
intereses de las empresas públicas”[98].

Caso Nro. 0004-08-AI

Primera Sala del Tribunal Constitucional

(R.O. edición especial No. 59 del 13 de Junio 2008)

“TERCERA.- Por tanto, todos los actos jurídicos que emanen de ellas,
las declaraciones, los registros, archivos públicos, el manejo de sus
recursos, los documentos obtenidos por ellas que se encuentren bajo su
responsabilidad, constituyen información pública que está regida por el
principio de apertura, publicidad y transparencia, y pueden y deben ser
conocidos por todos a efectos de ejercer un verdadero control social, una
efectiva participación ciudadana, y configura un mecanismo para exigir
rendición de cuentas; puesto que, como lo señala de manera puntual la Ley
“La información pública pertenece a los ciudadanos y ciudadanas” (…)”.

Se puede decir que esta Acción, busca transparentar la administración


pública, permitiendo a cualquier ciudadano que lo solicite conocer la
información que existe en los archivos y documentos públicos, teniendo
algunas limitaciones, de tal modo que no toda la información que se
encuentre en las instituciones u organismos estatales pueden ser difundidos
o entregados, ya que los documentos relacionados con la seguridad nacional
son reservados, y por lo tanto no pueden ser conocidos a través de esta vía.

De esta manera a través de esta Acción las personas pueden tomar las
decisiones diarias desde los diferentes sectores sociales, así como poner a
disposición la información que le sirva para ejercer sus derechos políticos y
mejorar su calidad de vida.

Cabe señalar, que: cuando se trate de obtener datos o información


personal del solicitante; o cuando se trata de información calificada
previamente como reservada, de conformidad con lo dispuesto en la parte
final del Art. 91 de la Constitución, no cabe la Acción de Acceso a la
Información Pública.

2.5.3. ¿QUÉ DERECHOS PROTEGE?

El derecho de las personas de acceder a las fuentes de información


pública.

“Se reconoce como derecho básico el acceso de las personas a la


información pública, entendiéndose ésta como aquella que emana o está en
poder de las instituciones del Estado, y de las personas jurídicas de derecho
público o privado que tengan participación del Estado o sean sus
concesionarias. También, la Ley incluye a las organizaciones de
trabajadores y servidores de las instituciones públicas, a las entidades de
educación superior que perciben rentas del Estado y a las organizaciones no
gubernamentales (ONG´s). La Ley determina las excepciones que puedan
haber respecto a la publicidad de la información”.[99]

2.5.4. ¿ANTE QUIÉN SE INTERPONE?

La Acción de Acceso a la Información Pública, se podrá interponer ante


cualquier juez de primera instancia del domicilio del poseedor de la
información requerida.

Por lo tanto, cualquier juez de primera instancia, como son: los de


Trabajo, de Inquilinato, de lo Civil, de lo Penal, de Tránsito, etc., podrían
conocer y ser competentes para conocer, tramitar y resolver demandas sobre
las Acciones de Acceso a la Información Pública.

2.5.5. DESARROLLO DEL PROCESO.

Cualquier persona, comunidad, pueblo, nacionalidad o colectivo,


directamente o a través de apoderado, cuando considere que se ha
vulnerado su derecho fundamental de acceso a la información, podrá
interponer una demanda de Acceso a la Información Pública; la misma que
contendrá lo siguiente:

a) Identificación del recurrente;


b) Fundamentos de hecho y de derecho;

c) Señalamiento de la autoridad de la entidad sujeta a esta Ley,


que denegó la información; y,

d) La pretensión jurídica.

Es importante que esta demanda contenga cuales son los motivos para
solicitar dicha información y determinará específicamente la entidad o
funcionario que la denegó.

El juzgador determinará la pertinencia que existe entre la información


solicitada y el objeto de la solicitud.

En el término de cuarenta y ocho horas, el juez o jueza avocará


conocimiento, sin que exista causa alguna que justifique su inhibición, salvo
la inobservancia de las solemnidades exigidas. En el mismo día en que se
plantee la demanda de Acceso a la Información Pública, el juzgador
convocará por una sola vez y mediante comunicación escrita, a las partes
para ser oídas en audiencia pública a celebrarse dentro de las veinticuatro
horas subsiguientes.

La respectiva resolución deberá dictarse en el término máximo de dos


días, contado desde la fecha en que tuvo lugar la audiencia, aun si el
poseedor de la información no asistiere a ella.

Admitido a trámite la Acción, los representantes de las entidades o


personas naturales accionadas, entregarán dentro del plazo de ocho días al
juez o jueza, toda la información requerida.

En el caso de información reservada o confidencial, se deberá


demostrar documentada y motivadamente, de conformidad con la Ley
Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información Pública. Si se
justifica plenamente la clasificación de reservada o confidencial, se
desechará la acción.

En caso de que el juez determine que la información no corresponda a


la clasificada como reservada o confidencial, en los términos de la presente
Ley, dispondrá la entrega de dicha información al recurrente, en el término
de veinticuatro horas. De esta resolución podrá apelar para ante la Corte
Constitucional la autoridad que alegue que la información es reservada o
clasificada.

Si cuando se está tramitando la Acción de Acceso a la Información


Pública, la información requerida se encuentra en riesgo de ocultación,
desaparición o destrucción, el juzgador de oficio o a petición de parte,
dictará cualquiera de las siguientes medidas cautelares:

a) Colocación de sellos de seguridad en la información; y,

b) Aprehensión, verificación o reproducción de la información.

Para la aplicación de las medidas cautelares antes señaladas, el juez


podrá disponer de creer necesaria la intervención de la fuerza pública.

De considerarse insuficiente la respuesta, a petición de parte, el juez


podrá ordenar la verificación directa de él a los archivos correspondientes,
para lo cual, la persona requerida facilitará el acceso del recurrente a las
fuentes de información, designándose para dicha diligencia la concurrencia
de peritos, si fuere necesario.

“Los funcionarios que no hayan entregado la información pública, total


o parcialmente (por ser incompleta, alterada o falsa), son sancionados según
la gravedad de la falta, la Ley dispone desde multas hasta la destitución, sin
perjuicio de las acciones civiles y penales a que hubiere lugar.” [100]

De la resolución al acceso de información que adopte el juez o jueza, se


podrá apelar ante la Corte Constitucional, para que confirme o revoque la
resolución apelada.

El recurso de apelación, se interpondrá dentro de los tres días hábiles


siguientes de notificada la sentencia, será concedido con efecto devolutivo,
salvo en el caso de recursos de apelación deducidos por acceso a la
información reservada o confidencial.
Negado el recurso por el Juez o por la Corte Constitucional, cesarán las
medidas cautelares.

2.6. HÁBEAS DATA.

“Todo ciudadano tiene derecho a tomar conocimiento de lo que de él


conste en forma de registro; y, de la finalidad a que se destinen las
informaciones pudiendo exigir la rectificación de datos, así como su
actualización.

Todos los habitantes del país, tienen derecho a que se les informe veraz
y auténticamente sin distorsiones de ningún tipo, teniendo también el
derecho al libre acceso a las fuentes de información, salvo en asuntos
vitales para la seguridad del Estado.

Además, tienen derecho a tomar conocimiento de lo que de ellos conste


en el registro de antecedentes personales e informarse sobre la finalidad a
que se destinen dichos registros y la fuente de información en que se
obtienen los datos respectivos”.[101]

Es decir, esta acción, permite solicitar información personal de


cualquier tipo que exista sobre sí mismo o sus bienes en instituciones tanto
públicas como privadas; así como pedir su actualización, eliminación,
rectificación o anulación de dicha información.

Es importante indicar que existe diferencia entre el Hábeas Data, y el


Acceso a la Información Pública, en que a través del primero se puede pedir
solo información personal, mientras que por intermedio de la segunda
acción, la información solicitada es pública; en ninguno de los dos casos se
podrá solicitar información privada de otras personas.

El art. 92 de nuestra Constitución señala que: “Toda persona, por sus


propios derechos o como representante legítimo para el efecto, tendrá
derecho a conocer de la existencia y a acceder a los documentos, datos
genéticos, bancos o archivos de datos personales e informes que sobre sí
misma, o sobres sus bienes consten en entidades públicas o privadas, en
soporte material o electrónico. A si mismo tendrán derecho a conocer el uso
que se haga de ellos, su finalidad, el origen y destino de información
personal y el tiempo de vigencia del archivo o banco de datos.

Las persona responsables de los bancos o archivos de datos personales


podrán difundir la información archivada con autorización de su titular o de
la ley.

La persona titular de los datos podrá solicitar al responsable el acceso


sin costo al archivo, así como la actualización de los datos, su rectificación,
eliminación o anulación. En el caso de los datos sensibles cuyo archivo
deberá estar autorizado por la ley o por la persona titulada, se exigirá la
adopción de las medidas de seguridad necesarias. Si no se atendiere su
solicitud, ésta podrá acudir a la jueza o juez. La persona podrá demandar
por los perjuicios ocasionados”[102]

2.6.1. NATURALEZA.

El tratadista Emén Kalil señala “El termino Hábeas Data es proveniente


de la combinación de palabras, de origen latino la primera y que quiere
decir “presentar o hacer presente”; y la segunda que literalmente se traduce
como dato, que haciendo una analogía con lo que representa vendría a
significar “presentar los datos”. Es el derecho que asiste a toda persona
identificada a solicitar judicialmente la exhibición de registros públicos y
privados en los cuales están incluidos sus datos personales o los de su grupo
familiar para tomar conocimiento de la exactitud a requerir la rectificación,
la supresión de datos inexactos u obsoletos o que impliquen discriminación
recoge los elementos citados, dándole el tratamiento de derecho.”[103]

Así mismo la autora Aida García Berni señala: “Hábeas Data son los
principios protectores dirigidos a garantizar una información veraz sobre las
personas o sus bienes, y nuestro país no es la excepción. Esta garantía está
establecida en el artículo 94 de nuestra Constitución. La acción de Hábeas
Data se dirige a proteger por una parte el derecho de las personas a obtener
los documentos que contienen información sobre sí misma y sus bienes, de
la institución en la cual reposen; y por otra, el derecho a obtener
información del uso que se les esté dando y con qué propósito se utilice tal
información.” [104]
Roberto Cesario señala que: “El Hábeas Data es una expresión mitad
latina (Hábeas) y mitad inglesa (Data), dice también que en efecto su
nombre se le ha tomado parcialmente del antiguo instituto del Hábeas
Corpus en el cual el primer vocablo significa conserva o guarda tú y del
inglés dato que significa información o datos. En síntesis, en una traducción
literal seria conserva o guarda tus datos”.[105]

El autor ecuatoriano Alejandro Ponce Martínez señala: “El Hábeas


Data es un término que contiene bastante controversia por lo que es una
palabra latinoamericana, pero para él, el Hábeas Data es simplemente la
protección de datos el cual esta constitución ecuatoriana se encamina hacia
la protección del derecho a la intimidad o a la privacidad como ocurre en
otros ordenamientos jurídicos.”[106]

2.6.2. OBJETO.

El artículo 49 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y


Control Constitucional, señala que su propósito es: “…garantizar
judicialmente a toda persona el acceso a los documentos, datos genéticos,
bancos o archivos de datos personales e informes que sobre si misma o
sobre sus bienes estén en poder de entidades públicas o de personas
naturales o jurídicas, privadas en soporte material o electrónico. Así mismo,
toda persona tiene derecho a conocer el uso que se haga de dicha
información, su finalidad, el origen y destino y el tiempo de vigencia del
archivo o banco de datos.

El titular de los datos podrá solicitar al responsable del archivo o banco


de datos el acceso sin costo a la información antes referida, así como la
actualización de los datos su rectificación, eliminación o anulación. No
podrá solicitarse la eliminación de datos personales que por disposición de
la ley deban mantenerse en archivas públicos.

Las personas responsables de los bancos o archivos de datos personales


únicamente podrán difundir la información archivada con autorización del
titular o de la ley.

Las presentes disposiciones son aplicables a los casos de rectificación a


que están obligados los medios de comunicación, de conformidad con la
Constitución.”[107]

La Ley de Modernización del Estado en su artículo 32 dispone que:


“Salvo lo dispuesto en leyes especiales, a fin de asegurar la mayor
corrección de la actividad administrativa y promover su actuación
imparcial, se reconoce a cualquiera que tenga interés en la tutela de
situaciones jurídicamente protegidas, el derecho a acceso a los documentos
administrativos en poder del Estado y demás entes del sector público”.

“El Hábeas Data es una figura del Derecho Constitucional que tiene
como objetivo la protección de los datos; pero es importante anotar al
respecto que, no es cualquier tipo de dato o información la que está bajo la
tutela de la institución, sino solamente aquellos datos de carácter personal,
es decir referidos directamente a la persona.”[108]

El segundo objeto del Hábeas Data, “según la legislación constitucional


del país tiene que ver con un derecho. En efecto, se señala el derecho del
recurrente de obtener el acceso directo a la información. Por tanto, la
información a ser entregada por el recurrido tiene que ser puesta en
conocimiento del recurrente en forma directa, sin la posibilidad de que se lo
haga por interpuesta persona o a través de alguien o de algún
mecanismo.”[109]

2.6.3. ¿QUÉ DERECHOS PROTEGE?

Los autores Juan Montaña Pinto y Rosa Elena De La Torre en su libro


“Apuntes de Derecho Procesal Constitucional”. Tomo II, Centro de
Estudios y Difusión del Derecho Constitucional. Quito-Ecuador. P. 181-
185. En su desarrollo legislativo el HÁBEAS DATA ha estado vinculado a
la protección de los derechos siguientes:

• Derecho a la Intimidad[110]

• Derecho a la Privacidad[111]

• Derecho a la Identidad[112]

• Derecho a la protección de datos de carácter personal[113]


• Derecho a la autodeterminación informativa[114]

• Derecho a la información[115]

• Derecho de acceso[116]

• Derecho de respuesta[117]

• Derecho de actualización, rectificación, eliminación o


anulación[118]

• Derecho a la confidencialidad[119]

El tratadista Diego Ordóñez manifiesta que “Dentro del derecho de


protección de datos se encuentra el Hábeas Data. En América Latina el
Hábeas Data es una acción que se entabla ante los tribunales para permitir
la protección de la imagen, la privacidad, el honor, la determinación por sí
misma de la información y la libertad de información de una persona. Es un
mecanismo de acción que otorga a la persona agraviada presentar una
denuncia ante el sistema judicial con el fin de detener el abuso de sus datos
personales. En general, permite a la persona el acceso a la información
personal en las bases de datos la capacidad de corregir y actualizar los
datos, la posibilidad de asegurarse de que los datos delicados mantengan su
confidencialidad y el retiro de los datos personales delicados que pueden
atentar contra el derecho a la privacidad.

El Hábeas Data no exige que los procesadores de datos protejan por


iniciativa propia los datos personales que procesan, sino que se presenta
como recurso legal requiriendo que la persona agraviada, tras presentar una
denuncia ante la justicia, obtenga acceso y la capacidad de rectificar todo
dato personal que pueda atentar contra su derecho a la privacidad.”[120]

Caso Nro. 41 – 2007 – HD

1era. Sala del Tribunal Constitucional

(S.- R.O. No. 244 del 3 de Enero del 2008)


“CUARTA.- En relación a esta garantía, se desprenden tres derechos,
como: Derecho de acceso, derecho de conocimiento, derecho a la
actualización, rectificación, eliminación o anulación de datos. Estos tres
derechos confirman el objetivo básico del Hábeas Data: evitar que el uso
incorrecto de la información pueda lesionar el honor, el buen nombre, y el
ámbito de la privacidad de la persona, como consecuencia de la difusión de
estos datos erróneos, incompletos o inexactos”.

2.6.4. ¿ANTE QUIÉN SE INTERPONE?

Según el artículo 7 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y


Control Constitucional señala: “Será competente cualquier jueza o juez de
primera instancia[121] del lugar en donde se origina el acto u omisión o
donde se producen sus efectos. Cuando en la misma circunscripción
territorial hubiere varias juezas o jueces competentes, la demanda se
sorteará entre ellos.

2.6.5. DESARROLLO DEL PROCESO.

Primeramente es necesario saber cuándo se podrá interponer la acción


de Hábeas Data, es así que la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional en artículo 50, señala que: “se podrá interponer en
los siguientes casos:

1.- Cuando se niega el acceso a los documentos, datos genéticos,


bancos o archivos de datos personales e informes que consten en entidades
públicas o estén en poder de personas naturales o jurídicas privadas.

2.- Cuando se niega la solicitud de actualización, rectificación,


eliminación o anulación de datos que fueren erróneos o afecten sus
derechos.

3.- Cuando se da un uso de la información personal que viole un


derecho constitucional, sin autorización expresa, salvo cuando exista orden
de jueza o juez competente.”

Se presenta la demanda, la misma que será sorteada de modo adecuado,


preferente e inmediato. En caso de que se presente la demanda oralmente,
se realizará el sorteo sólo con la identificación personal. En las acciones de
Hábeas Data y Acceso a la Información Pública, se estará a lo dispuesto en
esta ley.

La jueza o juez que deba conocer las acciones previstas en este título no
podrá inhibirse, sin perjuicio de la excusa a que hubiere lugar.

La jueza o juez que sea incompetente en razón del territorio o los


grados, inadmitirá la acción en su primera providencia.

La jueza o juez de turno será competente cuando se presente una acción


en días feriados o fuera del horario de atención de los otros juzgados.”

Es importante señalar que para interponer esta garantía, son hábiles


todos los días y horas, ya que así por mandato constitucional se está
aplicando en definitiva el principio de la celeridad procesal que no es otra
cosa que la rapidez en la tramitación de los juicios.

Presentada la acción el juez convocara a una audiencia pública


inmediata, esto quiere decir al momento en que las partes ya fueron
notificadas[122]; y que en cualquier momento del juicio podrá determinar la
práctica de pruebas y designar comisiones para recabarlas, este es un
mecanismo legal efectivo por su prontitud y coherencia lógica en el
ejercicio de sus pasos porque inmediatamente viene la audiencia, el juez en
su autoridad podrá ordenar en cualquier momento del trámite la práctica de
pruebas, las mismas que pueden ser materiales, testimoniales o
documentales. En el caso de las pruebas testimoniales se pueden presentar
testigos que aseguren que alguna persona vulneró los derechos que tutela el
Hábeas Data, en el caso de las materiales y documentales se pueden
presentar informes, fechas, documentos que certifiquen que no se pudo
acceder a alguna información; en esta garantía se da con mayor frecuencia
exclusivamente las pruebas documentales y materiales.

Una vez recabadas las pruebas, el juzgador dictará sentencia en forma


verbal e inmediata en la misma audiencia, expresando exclusivamente su
decisión sobre el caso, es una buena medida porque garantiza el principio
de inmediación que no es otra cosa que el juez está presente con las dos
partes en la audiencia y todo acto que el realiza lo saben en el momento
preciso las partes en litigio.

En caso de verificarse la vulneración de derechos, el juzgador deberá


declararla y ordenar la reparación integral, material e inmaterial; así como
especificar e individualizar las obligaciones, positivas y negativas, a cargo
del destinatario de la decisión judicial, y las circunstancias en que deban
cumplirse.

Así mismo la manera en cómo se va a reparar los derechos malogrados,


en qué condiciones y circunstancias se va a realizar esa reparación; es decir
una sentencia contiene una parte de fundamentación, una parte de
consideración y una parte resolutiva.

2.7. ACCIÓN POR INCUMPLIMIENTO.

2.7.1 NATURALEZA.

Para conocer y sancionar el incumplimiento de las sentencias y


dictámenes constitucionales, es competente la Corte Constitucional, según
lo establece el numeral 9 del artículo 436 de la Constitución de la República
del Ecuador.

Además es necesario conocer lo dispuesto en el numeral 4 del artículo


86 de la Constitución de la República, donde de manera clara señala la
posibilidad que tienen los jueces constitucionales para ordenar la
destitución del cargo al servidor o servidora pública que no cumpla con lo
dispuesto en las sentencias constitucionales emitidas por los órganos
jurisdiccionales del Ecuador. Es decir, sentencias que por medio de su
argumentación generan contenidos a los derechos constitucionales y que
además engloban mayor importancia toda vez que forman parte de la
jurisprudencia vinculante de las Garantías Jurisdiccionales.

Por lo anteriormente señalado, podemos decir que la Acción por


Incumplimiento es un mecanismo o instrumento importante para dotar de
efectividad a las garantías dispuestas por la Carta Magna, ya que de no ser
así, las garantías jurisdiccionales se convertirían simplemente en elementos
simbólicos de reparación y no en medios reales de protección contra
vulneraciones de los derechos Constitucionales, ya que hay que recordar
que la naturaleza de esta acción es brindar eficacia real a las acciones
propuestas como garantías jurisdiccionales en la Constitución.

Caso Nro. 0007-07.AI

Primera Sala del Tribunal Constitucional

12 de septiembre de 2007

“TERCERA.- (…) Se lo instituye en nuestra legislación como un


instrumento capaz de oponerse a la corrupción y generar transparencia en
la función pública, optimizando la eficiencia de los entes gubernamentales
y tiene como objeto final propender a mejorar la calidad de vida de las
personas, al tener ellas la posibilidad de acceder a la información y ser
copartícipes en la toma de decisiones y en la rendición de cuentas, como
actividad diaria de administración de la cosa pública”

2.7.2. OBJETO.

“La Acción por Incumplimiento tendrá por objeto garantizar la


aplicación de las normas que integran el sistema jurídico, así como el
cumplimiento de sentencias, decisiones o informes de organismos
internacionales de protección de derechos humanos, cuando la norma o
decisión cuyo cumplimiento se persigue contenga una obligación de hacer o
no hacer clara, expresa y exigible. La acción se interpondrá ante la Corte
Constitucional.”[123]

Esta acción, busca asegurar el acatamiento de una norma legal, como


una manifestación de la protección al derecho de seguridad jurídica; la
misma que para que pueda proceder es necesario que “la norma, sentencia,
decisión o informe cuyo cumplimiento se persigue, contengan una
obligación de hacer o no hacer; y que además esta obligación sea clara,
expresa y exigible”.

2.7.3. ¿QUÉ DERECHOS PROTEGE?


La Acción por Incumplimiento, no sólo protege los derechos
constitucionales; sino el derecho a la seguridad jurídica, que garantiza la
ejecución de las sentencias o informes de organismos internacionales de
derechos humanos.

2.7.4. ¿ANTE QUIÉN SE INTERPONE?

La Acción por Incumplimiento procederá en contra de toda autoridad


pública y contra de personas naturales o jurídicas particulares cuando
actúen o deban actuar en ejercicio de funciones públicas, o presten servicios
públicos.

Procederá contra particulares también en el caso de que las sentencias,


decisiones o informes de organismos internacionales de protección de
derechos humanos impongan una obligación a una persona particular
determinada o determinable.

Con el propósito de que se configure el incumplimiento, la persona


accionante previamente reclamará el cumplimiento de la obligación a quien
deba satisfacerla. Si se mantuviera el incumplimiento o la autoridad pública
o persona particular no contestare el reclamo en el término de cuarenta días,
se considerará configurado el incumplimiento.

Una de las atribuciones de la Corte Constitucional tal como lo señala el


art. 436, numeral 5 de la Constitución de la República es: “Conocer y
resolver, a petición de parte. Las acciones por incumplimiento que se
presenten con la finalidad de garantizar la aplicación de normas o actos
administrativos de carácter general, cualquiera que sea su naturaleza o
jerarquía, así como para el cumplimiento de sentencias o informes de
organismos internacionales de protección de derechos humanos que no sean
ejecutables por las vías judiciales ordinarias”.

2.7.5. DESARROLLO DEL PROCESO.

Antes de conocer el desarrollo del proceso de la Acción por


Incumplimiento, es necesario saber en qué casos no procede dicha acción:
1. Si la acción es interpuesta para proteger derechos que puedan
ser garantizados mediante otra garantía jurisdiccional.

2. Si se trata de omisiones de mandatos constitucionales.

3. Si existe otro mecanismo judicial para lograr el cumplimiento


de la norma, sentencia, decisión o informe, salvo en los casos en
los cuales, de no admitirse la Acción por Incumplimiento, se
provoque un perjuicio grave e inminente para el accionante.

4. Si no se cumplen los requisitos de la demanda.

Una vez que se conoce en qué casos no procede la acción, debemos


saber que para poder interponer una Acción por Incumplimiento, es
necesario que exista un reclamo previo a la autoridad competente,
solicitando el cumplimiento de la obligación; en el caso que la autoridad no
cumpla; se configura el incumplimiento, de esta manera procede la acción.

Una vez que se configure el incumplimiento, procede plantear la


Acción por Incumplimiento a través de una demanda[124] ante la Corte
Constitucional, conforme lo dispuesto en el artículo 57 de la LOGJCC.

La sala de admisiones de la Corte Constitucional revisará la demanda y


la admitirá o la inadmitirá[125]; en caso de admitirla, se somete a sorteo
entre los jueces y juezas ponentes y dentro de las veinticuatro horas
siguientes, se notificará a la persona demandada exigiendo el cumplimiento
de la obligación o que justifique el incumplimiento de la misma, en una
audiencia que se realizará en el término de dos días.

En la audiencia, la persona accionada comparecerá y contestará la


demanda y presentará las pruebas y justificativos que considere necesarios.

En caso de la existencia de hechos que aún deban probarse, se abrirá el


término de prueba por ocho días.

Concluido el término de prueba se dicta sentencia.


En caso de que no se abra el término de prueba, bien porque la parte
demandada no se presentó a la audiencia, o porque no existen cuestiones
que deban justificarse; se elaborará el proyecto de sentencia y el Pleno
dictará sentencia en el término de dos días después de la celebración de la
audiencia, tal como lo establece el art. 57 de la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional.

2.8. ACCIÓN EXTRAORDINARIA DE PROTECCIÓN.

Con la vigencia de la nueva Constitución, la Corte Constitucional que


“es el máximo organismo de control, interpretación constitucional y de
administración de justicia”, se encarga del control de la constitucionalidad,
por lo que desde esta nueva óptica de Estado garantista, la finalidad última
es proteger, por medio de distintas acciones, los derechos fundamentales.
Para fomentar la seguridad jurídica, una nueva garantía constitucional es
creada como: es el caso de la Acción Extraordinaria de Protección, que se
encarga de revisar las sentencias o autos definitivos en los que se haya
violado por acción u omisión derechos reconocidos en la Constitución.

Al referirnos a las competencias de la Corte Constitucional, el art. 3 del


Reglamento de Sustanciación de Procesos de Competencia de la Corte
Constitucional señala como competencia de la Corte, conocer y resolver las
acciones de Garantías Jurisdiccionales de los derechos, en los siguientes
casos:

a) Acción por Incumplimiento;

b) Acción Extraordinaria de Protección;

c) Acción Extraordinaria de Protección contra de decisiones de la


justicia indígena.

La Acción Extraordinaria de Protección, se encuentra estipulada en el


art. 94 de la Carta Magna: “La Acción Extraordinaria de Protección
procederá contra sentencias o autos definitivos en los que se haya violado
por acción u omisión derechos reconocidos en la Constitución, y se
interpondrá ante la Corte Constitucional. El recurso procederá cuando se
hayan agotado los recursos ordinarios y extraordinarios dentro del término
legal, a menos que la falta de interposición de estos recursos no fuera
atribuible a la negligencia de la persona titular del derecho constitucional
vulnerado”.[126]

Podríamos decir, que el presente artículo es muy general en cuanto a su


alcance incluyendo tácitamente a las sentencias o autos definitivos en los
que se haya violado por acción u omisión derechos reconocidos en la
Constitución, independientemente de la vigencia de la misma, por lo tanto
perfectamente se podría interponer una Acción Extraordinaria de Protección
contra sentencias o autos definitivos emitidos antes de la vigencia de la
actual Constitución, en el mismo artículo.[127]

“El artículo 94 de la Carta Magna señala la procedencia de esta acción


y no exceptúa, a autoridad jurídica alguna, de aquella posibilidad de que se
ejercite en su contra, por parte del interesado, la Acción Extraordinaria de
Protección, en aras de reclamar sus derechos constitucionales de manera
inmediata.”[128]

Como ha indicado la Sala de la Corte Constitucional:

“...... aquello evidencia el espíritu garantista de la actual Carta


Constitucional, la misma que consagra como el más alto deber del Estado
ecuatoriano la protección de los derechos que nos asisten a todas las
personas. Bajo esta dinámica, cabe destacar que el texto constitucional
habla de derechos constitucionales, lo que comprende un universo mucho
más amplio que la categoría derechos fundamentales, como requisito de
procedibilidad, se determina que el recurrente demuestre que en el
juzgamiento se ha violado, por acción u omisión, el debido proceso u otros
derechos fundamentales; por ende, y aplicando un criterio de jerarquización
normativa, la Corte ha de entender que lo que prima es la disposición
constitucional y su espíritu garantista, ante lo cual, esta Acción
Extraordinaria de Protección se hace extensiva a la violación de derechos
constitucionales”. [129]

Para evitar una dilatación procesal innecesaria, la promulgación de la


Constitución del 2008 hace que los objetivos soberanos que persigue la
Acción Extraordinaria de Protección se cumplan realmente. Resguardar el
debido proceso es lo que se debería hacer. Es indispensable que en un
Estado de derechos se procure la justicia, se proteja, precautele y se
amparen los derechos constitucionales a los que todos los ecuatorianos
tenemos derecho.

Esto esclarece lo que se viene manifestando, que para evitar una


dilatación procesal innecesaria, la promulgación de la Constitución del
2008 hace que los objetivos que persigue la Acción Extraordinaria de
Protección se cumplan realmente.

Además la nueva acción ha causado mucha inquietud en cuanto a su


alcance y al poder que la nueva Constitución le confiere a la Corte
Constitucional.

“A manera de corolario, en esta parte, cabe señalar que la Acción


Extraordinaria de Protección nace y existe para garantizar que la
supremacía de la Constitución sea segura; para garantizar y resguardar el
debido proceso en cuanto a su efectividad y resultados concretos; el respeto
a los derechos constitucionales para procurar la justicia, ampliándose así el
marco del control constitucional. Es por ende una acción constitucional para
proteger, precautelar, tutelar y amparar los derechos constitucionales que
han sido violados o afectados por la acción u omisión en un fallo judicial
(sentencia o auto definitivo) dictado por un juez.” [130]

Es decir que con la Acción Extraordinaria de Protección, el juez


constitucional deberá velar por la reparación integral del afectado, sin que
esto implique que pueda reformar o revocar la sentencia impugnada. Esto
puede mal entenderse al creer que se puede revocar lo actuado antes de la
vigencia de la Constitución.

La Acción Extraordinaria de Protección es un recurso, y es


“extraordinario”; es decir, de naturaleza “excepcional”, “no usual” y puede
interponerse sólo si se han cumplido las condiciones establecidas en la
Constitución; a saber, que la decisión judicial sea definitiva, que no exista
otro recurso ordinario ni extraordinario en sede de la jurisdicción ordinaria;
y, que se haya producido la violación de un derecho fundamental.”[131]

El principio de la “cláusula abierta” establecido en la Constitución


significa que los procesos judiciales sólo finalizarán con la ejecución
integral de la sentencia o resolución. En la actualidad una causa no termina
con la expedición de la sentencia, lo que sucedía con la Constitución del 98,
sino hasta que se hayan cumplido todos los actos conducentes a la
reparación integral. La sentencia no es el último paso, sino uno más. Lo que
importa es la persona no el expediente. La sentencia tampoco debe inhibir
al juez a emitir autos posteriores que faciliten la ejecución de una sentencia.
Lo expuesto es lo propio de un Estado Constitucional garantista, pero el
querer hacer valer estas potestades para derogar lo actuado en el anterior
Estado Social de Derechos es una barbaridad ya que estaríamos
contradiciendo el hecho de que la Administración de justicia constitucional
es creadora de grandes líneas jurisprudenciales desde su nacimiento. [132]

De tal manera que la Acción Extraordinaria de Protección, es el


mecanismos judicial que nos va a permitir vivir un acontecimiento
extraordinario en el mundo del derecho, con la creación de esta garantía
constitucional que va a permitir una defensa de los derechos
constitucionales en circunstancias en que un auto, resolución o sentencia
definitiva dictada por un juez de la función Judicial, por acción u omisión
haya violado derechos constitucionales; de tal manera que hoy la realidad
concreta de los derechos está garantizada por la existencia de acciones
efectivas para su ejercicio.[133]

La acción procederá cuando se hayan agotado los recursos ordinarios y


extraordinarios dentro del término legal,[134] a menos que la falta de
interposición de estos recursos no fuera atribuible a la negligencia del titular
del derecho constitucional violado, procederá en los siguientes casos:

• Cuando haya intervenido un órgano judicial.

• Cuando dicha intervención haya tenido lugar en el juicio.

• Cuando en el juicio se haya resuelto una sentencia o auto


definitivo.

• Cuando esta cause agravio.

• Cuando en la sentencia se hayan violado, por acción u omisión,


derechos reconocidos en la Constitución o Tratados
Internacionales vigentes en el país, referentes a derechos humanos
o a las reglas del debido proceso[135].

• Cuando esta acción se haya propuesto una vez que se han


agotado los recursos ordinarios y extraordinarios que se puedan
proponer dentro del término legal, a no ser que la falta de
interposición de estos recursos no pueda ser atribuible a la
negligencia del titular del derecho constitucional violado.

• Cuando estos requisitos subsistan al momento en que la Corte


Constitucional resuelva.

• Cuando la sentencia o auto impugnado, sea una sentencia o auto


definitivo, esto es, que la violación por acción u omisión de
derechos reconocidos en la Constitución, en la sentencia o auto
definitivo, sea consecuencia directa de dicha sentencia o auto
expedido por un órgano de la función judicial, violación que
resulte evidente de la parte resolutoria de la sentencia, ya que esto
es lo que realmente vincula y produce efectos reales.

En palabras de la Corte:

“En síntesis, la Acción Extraordinaria de Protección procede cuando


ha intervenido un órgano judicial; cuando dicha intervención ha tenido
lugar en el juicio; cuando en el juicio se haya resuelto una cuestión
justiciable mediante sentencia o auto definitivo; cuando el fallo cause
agravio; cuando en el fallo se hayan violado, por acción u omisión,
derechos reconocidos en la Constitución o Tratados Internacionales
vigentes en el país, referentes a derechos humanos o a las reglas del debido
proceso; cuando esta acción se haya propuesto una vez que se han
agotado los recursos ordinarios y extraordinarios que se puedan proponer
dentro del término legal, a no ser que la falta de interposición de estos
recursos no pueda ser atribuible a la negligencia del titular del derecho
constitucional violado; cuando estos requisitos subsistan al momento en
que la Corte Constitucional resuelva; y, cuando el fallo o auto impugnado
sea una sentencia o auto definitivo de iguales características, vale decir
definitivo; esto es, que la violación, por acción u omisión, de derechos
reconocidos en la Constitución, en la sentencia o auto definitivo, sea
consecuencia directa de dicha sentencia o auto expedido por un órgano de
la función judicial, violación que se deduzca manifiesta y directamente de
la parte resolutoria de la sentencia, ya que esto es lo que realmente vincula
y produce efectos reales. En otras palabras, la Acción Extraordinaria de
Protección sólo puede alegarse contra sentencias o autos expedidos por
órganos de la Función Judicial que pongan fin al proceso.”[136]

2.8.1. NATURALEZA.

El control constitucional, a diferencia del control de constitucionalidad,


desde una perspectiva conceptual, no es más que la actividad de
comprobación, inspección, fiscalización, intervención de actividades
públicas, bienes estatales y servicios que los poderes públicos prestan.[137]

La naturaleza de la Acción Extraordinaria de Protección persigue,


entonces, que la vulneración a derechos constitucionales o la violación de
normas del debido proceso no queden en la impunidad, por lo que
asumiendo el espíritu garantista de la Constitución de la República,
mediante esta acción se permite que las sentencias, autos y resoluciones
firmes o ejecutoriadas puedan ser objeto de revisión por parte del más alto
órgano de control de constitucionalidad en el país, como en efecto es la
Corte Constitucional. Por esta razón, los alcances que asume la Acción
Extraordinaria de Protección abarcan a las resoluciones ejecutoriadas, las
mismas que como medida excepcional pueden ser objeto de análisis ante el
supuesto de vulneración de los preceptos antes descritos, teniendo como
efecto inmediato, si se constatare la vulneración, la reparación integral del
derecho violado, reparación que abarca medidas positivas y negativas,
materiales e inmateriales; finalmente, deja sin efecto la sentencia, auto o
resolución firme o ejecutoriada de la autoridad impugnada”[138].

La Acción Extraordinaria de Protección constituye un medio idóneo


para realizar el control de constitucionalidad en las sentencias y autos
definitivos emitidos después de su vigencia.

Está acción, protege los derechos humanos y la seguridad jurídica en el


ámbito judicial. Por tanto no es viable que esta garantía vuelva a revisar
sentencias que fueron expedidas antes de su vigencia porque cuando se
emiten dichas sentencias es obvio que el que no ha sido favorecido quiere
revocar lo actuado porque se siente perjudicado, en este caso nunca
tendríamos una resolución en cosa juzgada.

Además cualquier institución jurídica que se ponga en vigencia


pretendería revisar todo creándose una inestabilidad jurídica perpetua dado
que al no existir una sentencia en firme o ejecutoriada, sin que tribunal
alguno lo vuelva a revisar, nunca se llegaría a impartir justicia, ni tampoco
se cumplirían los derechos que tanto protege la Constitución. Cuando se
crea una garantía esta es para que proteja los derechos que se encuentran
establecidos en la Carta Magna que los puso en vigencia. Ahora bien, se
debe entender que toda Constitución de una República es garantizadora de
los derechos que se encuentran en la misma, al ponerse en vigencia una
nueva constitución más efectiva no implica que ésta va a revocar lo actuado
en la anterior, sino más bien la nueva ayuda a consolidar o mejorar lo que se
tenía.[139]

No es imaginable volver a revisar todo lo actuado por los organismos


de control, porque supuestamente se ha violado derechos fundamentales, se
entiende que en el régimen de legalidad anterior al actual, eficiente o no,
tuvo que haber actuado apegado a las normas, principios y valores.

Creo que al dar a una garantía un alcance ilimitado hacia el pasado no


es propio de un Estado que vele por la seguridad interna de todos sus
habitantes, lo propio sería que una vez establecida una Norma Suprema,
ésta rija para lo venidero, garantizando la seguridad de todos los miembros
de la colectividad, creando garantías que protejan todos los derechos
fundamentales. Es decir, una vez emitido una sentencia o auto definitivo, la
persona que se crea perjudicada tenga un lapso prudencial para que pueda
interponer esta acción, y si pasado este tiempo no se lo interpone ante la
autoridad competente, no será procedente, porque un derecho fundamental
vulnerado necesita inminentemente o en el instante ser resarcido, porque si
ha transcurrido mucho tiempo significa que no existe tal daño o derecho
vulnerado.

(SRO No. 602, 1 de Junio de 2009)

“…. A manera de corolario, en esta parte, cabe señalar que la Acción


Extraordinaria de Protección nace y existe para proveer que la supremacía
de la Constitución sea segura; para garantizar y resguardar el debido
proceso, en tanto y en cuanto a su efectividad y resultados concretos, el
respeto a los derechos constitucionales y para procurar la justicia;
ampliándose, así, el marco del control constitucional.

Es por ende una acción constitucional para proteger, precautelar, tutelar


y amparar los derechos constitucionales que han sido violados o afectados
por la acción u omisión en un fallo judicial (sentencia o auto definitivo)
dictado por un Juez”…

2.8.2. OBJETO.

La Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional


en su Art. 58, señala que el objeto de la Acción Extraordinaria de
protección, es la tutela de los derechos constitucionales y debido proceso en
sentencias, autos definitivos, resoluciones con fuerza de sentencia, en los
que se hayan violado por acción u omisión derechos reconocidos en la
Constitución.

Es decir está orientada a la protección y salvaguarda de los derechos


constitucionales y del derecho al debido proceso, ante cualquier evidencia
de afectación o vulneración constante en sentencias, autos definitivos,
resoluciones con fuerza de sentencia, siempre que se hubiere violado sea
por acción u omisión los derechos reconocidos en la Constitución de la
República.

“La Acción Extraordinaria de Protección tiene por objeto preservar o


restablecer cualquier derecho fundamental de libertad o de protección
referido al debido proceso de toda persona. El artículo 437 de la
Constitución de la República es claro al establecer los requisitos para la
acción extraordinaria, indicando que el supuesto de procedibilidad es la
existencia de una sentencia, un auto o una resolución firmes o ejecutoriados,
por lo que se trata de una acción subsidiaria, pues previamente existe una
decisión judicial, sentencia, auto o resolución firme, inimpugnable mediante
recursos procesales, lo que produce, en forma directa, la vulneración al
derecho constitucional que se exige preservar o reparar a la Corte
Constitucional”[140].

É
2.8.3. ¿QUÉ DERECHOS PROTEGE?.

El art. 58 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control


Constitucional, señala que esta acción tiene por objeto la protección de los
derechos constitucionales y debido proceso en sentencias, autos definitivos,
resoluciones con fuerza de sentencia, en los que se hayan violado por
acción u omisión derechos reconocidos en la Constitución.

Entre los derechos que protege la Acción Extraordinaria de Protección


está:

Derechos de la tutela judicial efectiva, este derecho consiste en la


facultad que tiene toda persona de acudir a los órganos de la Función
Judicial, sean Jueces uni o pluripersonales, para que ellos garanticen la
efectiva vigencia de los Derechos declarados en la Constitución y en los
Instrumentos Internacionales de Protección de Derechos Humanos, cuando
sean reclamados por sus titulares o quienes invoquen esa calidad, cualquiera
que sea materia, el derecho o la garantía exigido.

Derechos del Debido Proceso, este derecho consiste en que toda


persona que se halle involucrada en un proceso Judicial o administrativo,
sea como actor o demandado, tiene garantías mínimas como son: Que se
cumplan con las normas que hacen relación a sus derechos, que se presuma
su inocencia, que se lo juzgue ante un Juez o autoridad competente y con
observancia del trámite propio de cada procedimiento, en casos de duda se
sentencia a su favor, al principio de proporcionalidad y al Derecho a la
defensa.

Derecho a la Seguridad Jurídica, este derecho consiste como su


nombre mismo lo indica en la seguridad, convicción, libres de cuidado que
tenemos todos los ciudadanos de que fundamentalmente el Estado y las
autoridades públicas y privadas van a cumplir con la Constitución y van
aplicar cuando resuelvan un determinado caso normas jurídicas existentes
con antelación al hecho, claras, de conocimiento general y de aplicación
inmediata.

2.8.4. ¿ANTE QUIÉN SE INTERPONE?


La Acción Extraordinaria de Protección se interpone ante el juez o
tribunal que dictó la decisión definitiva objeto de impugnación
constitucional; éste ordenará notificar a la otra parte y remitir el expediente
completo a la Corte Constitucional en un término máximo de cinco días.

La Corte Constitucional es el Juez Constitucional competente para


conocer y resolver La Acción Extraordinaria de Protección.

Lema (2012) afirma: “La Corte Constitucional es el organismo


constitucional creado por el constituyente, como máximo intérprete de la
carta fundamental. (p.136).

2.8.5. DESARROLLO DEL PROCESO.

El artículo 94 de la Carta Magna, menciona que: “La Acción


Extraordinaria de Protección procederá contra sentencias o autos definitivos
en los que se haya violado por acción u omisión derechos reconocidos en la
Constitución, y se interpondrá ante la Corte Constitucional.

El recurso procederá cuando se hayan agotado los recursos ordinarios y


extraordinarios dentro del término legal, a menos que la falta de
interposición de estos recursos no fuera atribuible a la negligencia de la
persona titular del derecho constitucional vulnerado”.

Ésta acción puede ser interpuesta por cualquier persona o grupo de


personas que han o hayan debido ser parte en un proceso por sí mismas o
por medio de procurador judicial; y, que el término máximo para la
interposición de la acción será de veinte días contados desde la notificación
de la decisión judicial a la que se imputa la violación del derecho
constitucional, para quienes fueron parte; y, para quienes debieron serlo, el
término correrá desde que tuvieron conocimiento de la providencia.

En la demanda[141], el recurrente deberá demostrar documentadamente


que en las sentencias o autos definitivos se han violado, por acción u
omisión, el debido proceso u otros derechos constitucionales.

La Corte Constitucional, es el único órgano competente para admitir,


conocer y resolver la Acción Extraordinaria de Protección, en consecuencia,
la Judicatura, Sala o Tribunal se limitará a receptar la demanda y la remitirá
con el expediente, sin más trámite, dentro del término máximo de veinte
días contados desde la notificación[142] de la decisión judicial a la que se
imputa la violación del derecho constitucional, para quienes fueron parte; y,
para quienes debieron serlo, el término correrá desde que tuvieron
conocimiento de la providencia, debiendo observar lo dispuesto en el
artículo 36 del presente Reglamento[143].

Cuando la demanda fuere presentada de manera verbal o en otro


idioma, la Secretaría General o las Oficinas Regionales las receptarán,
dejando constancia en grabación magnetofónica, misma que será transcrita
y traducida, si fuere el caso, dentro del término de veinte días.

Las Oficinas Regionales remitirán la documentación a la Secretaría


General dentro de las veinticuatro horas siguientes a su recepción, haciendo
constar la razón de recepción, con indicación de lugar, fecha, hora y
funcionario responsable, debidamente foliada, con indicación de los anexos,
en caso de haberlos.

a) Admisión.

La Sala de Admisión en el término de diez días deberá verificar lo


siguiente:

1. Que exista un argumento claro sobre el derecho violado y la


relación directa e inmediata, por acción u omisión de la autoridad
judicial, con independencia de los hechos que dieron lugar al
proceso;

2. Que el recurrente justifique argumentadamente, la relevancia


constitucional del problema jurídico y de la pretensión;

3. Que el fundamento de la acción no se agote solamente en la


consideración de lo injusto o equivocado de la sentencia;

4. Que el fundamento de la acción no se sustente en la falta de


aplicación o errónea aplicación de la ley;
5. Que el fundamento de la acción no se refiera a la apreciación de
la prueba por parte de la jueza o juez;

6. Que la acción se haya presentado dentro del término establecido


en el artículo 60 de esta ley;

7. Que la acción no se plantee contra decisiones del Tribunal


Contencioso Electoral durante procesos electorales; y,

8. Que el admitir un recurso extraordinario de protección permita


solventar una violación grave de derechos, establecer precedentes
judiciales, corregir la inobservancia de precedentes establecidos
por la Corte Constitucional y sentenciar sobre asuntos de
relevancia y trascendencia nacional.

Si declara la inadmisibilidad, archivará la causa y devolverá el


expediente a la jueza, juez o tribunal que dictó la providencia y dicha
declaración no será susceptible de apelación; si la declara admisible se
procederá al sorteo para designar a la jueza o juez ponente, quien sin más
trámite elaborará y remitirá el proyecto de sentencia, al pleno para su
conocimiento y decisión.

La admisión de la acción no suspende los efectos del auto o sentencia


objeto de la acción. Esta identificación incluirá una argumentación clara
sobre el derecho y la relación directa e inmediata, por acción u omisión.

Las acciones constitucionales que no sean de conocimiento de ninguna


de las Salas de Admisión, serán remitidas directamente al Pleno de la Corte
para que se efectúe el sorteo de las causas a la jueza o juez ponente, para su
sustanciación.

Las causas sorteadas se remitirán a la jueza o juez ponente, quien


elaborará una ponencia de admisión y lo remitirá a la Secretaría General
para la resolución de la Sala de Admisión.

Las juezas o jueces, al momento de finalizar sus funciones en la Sala de


Admisión, se pronunciaran admitiendo, inadmitiendo, rechazando o
disponiendo que se complete o aclare la demanda o solicitud, en el término
de cinco días, bajo prevenciones de rechazo y archivo.

La inadmisión procede cuando la demanda o solicitud no cumpla con


los requisitos exigidos para el efecto, y siempre que no sean subsanables.

En caso de que sean subsanables se deberá indicar con precisión los


requisitos incumplidos para su respectiva corrección.

El rechazo se produce en los siguientes casos:

1. Cuando la Corte carezca de competencia.

2. Cuando la demanda se presente por fuera de los términos


previstos en la ley.

3. Cuando no se corrija o complete la demanda dentro del término


de cinco días, concedido para el efecto.

De la decisión de la Sala de Admisión no cabe recurso alguno y la


misma causará ejecutoría; luego de esto remitirán a la Secretaría General,
todas las causas que les fueron asignadas por sorteo y que no hayan sido
conocidas y despachadas por la Sala de Admisión, a fin de que continúen el
trámite respectivo los miembros de la próxima Sala.

b) Sustanciación.

Las causas constitucionales procesadas por la Sala de Admisión y


aquellas que ingresen directamente de conformidad con lo establecido en la
Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, serán
sorteadas para la designación de la jueza o juez sustanciador.[144]

Una vez sorteadas las causas, el Secretario General remitirá los


expedientes a la jueza o juez correspondiente para su sustanciación, que
incluye la convocatoria a audiencias,[145] práctica de pruebas u otras
diligencias, en aquellas acciones que sean procedentes.

La jueza o juez sustanciador enviará a la Secretaría General el proyecto


de sentencia o dictamen para que sea conocido y resuelto por el Pleno de la
Corte.

El Secretario General, notificará a las partes con la recepción del


proceso, señalando que el caso pasará a conocimiento y resolución del
Pleno de la Corte.

c) Audiencia.

El Pleno de la Corte, previo a expedir sus sentencias o dictámenes, para


formar su mejor criterio, podrá convocar a audiencia cuando lo considere
necesario. La misma facultad la tendrán las juezas o jueces sustanciadores,
de forma previa a emitir el proyecto respectivo.

El Presidente del Organismo o la jueza o juez sustanciador, según


corresponda, concederán un tiempo razonable, para que las partes efectúen
sus exposiciones en la audiencia.

d) Convocatoria.

El Secretario General enviará copia del proyecto de sentencia o


dictamen a todas las juezas o jueces de la Corte Constitucional, con la
respectiva convocatoria a sesión del Pleno, por lo menos con cuarenta y
ocho horas de anticipación a la fecha de realización de la sesión en la que se
conocerá la causa, salvo en los casos en que la Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales establezca lo contrario.[146]

e) Falta de proyecto.

Si la jueza o juez ponente no emitiere su proyecto dentro del plazo


establecido, el Presidente de la Corte podrá disponer a cualquiera de las
juezas o jueces preparar un proyecto de sentencia o dictamen, dentro del
término de ocho días adicionales, para ser sometido a conocimiento y
resolución del Pleno.

f) Sentencia.

La Corte Constitucional determinará si en la sentencia se han violado


derechos constitucionales del accionante y si declara la violación, ordenará
la reparación integral al afectado.

La Corte Constitucional tendrá el término máximo de treinta días


contados desde la recepción del expediente para resolver la acción.

La sentencia de la Corte deberá contener los elementos establecidos en


las normas generales de las garantías jurisdiccionales establecidas en esta
ley, aplicados a las particularidades de esta acción.

Las sentencias y dictámenes serán expedidos con el voto conforme de


por lo menos cinco integrantes del Pleno. Los votos serán a favor, salvados
o concurrentes.

Éstas serán suscritas por el Presidente y el Secretario General de la


Corte; así como de la fecha de aprobación y de la forma de votación, con
expresión de los nombres de las juezas o jueces que han votado y de los que
no estuvieron presentes.

Los integrantes del Pleno que salven el voto o expresen su voto


concurrente, dispondrán del término de tres días para consignar, en
Secretaría General, el voto correspondiente, salvo en los casos en los que la
Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional
establezca otros términos.

Las juezas o jueces de la Corte Constitucional podrán elaborar votos


concurrentes[147] o salvados[148].

g) Modulación de sentencias y dictámenes.

Las sentencias y dictámenes podrán regular sus efectos en el tiempo, la


materia y el espacio de sus providencias para garantizar la vigencia de los
derechos constitucionales y la supremacía constitucional.[149]

h) Aclaración y/o ampliación.

De las sentencias y dictámenes adoptados por el Pleno de la Corte, en el


término de tres días contados a partir de su notificación, se podrá solicitar
aclaración y/o ampliación.[150]
i) Notificaciones.

Dentro de las veinticuatro horas siguientes a la suscripción de la misma


por parte del Presidente y Secretario General las sentencias y dictámenes se
notificarán.

j) Publicación de las sentencias y dictámenes.

Las sentencias y dictámenes ejecutoriados, emitidos por la Corte, serán


enviados dentro del término de diez días posteriores a la recepción de los
votos salvados o concurrentes por parte de Secretaría General al Registro
Oficial para que en el término de tres días sean debidamente publicadas.

CAPÍTULO III
LAS MEDIDAS CAUTELARES.

Sumario.

3.1. Naturaleza

3.2. Objeto

3.3. ¿Qué derechos protege?

3.4. ¿Ante quién se interpone?

3.5. Desarrollo del proceso

3. MEDIDAS CAUTELARES.

3.1. NATURALEZA.

El autor Roberto Euclides Villareal señala: “Las Medidas Cautelares


son aquellos institutos jurídicos por medio del cual se garantiza la
efectividad de la sentencia a dictarse en un proceso frente a los riesgos
derivados de la demora del mismo; las medidas cautelares buscan asegurar
la efectividad de la sentencia definitiva, así como evitar que durante la
pendencia del proceso se puedan producir daños o perjuicios de difícil
reparación. Son providencias jurisdiccionales, emitidas por el juez en espera
y en vista de una sentencia de mérito, con la finalidad de asegurar sus
efectos: las providencias cautelares operan sobre la situación presente, con
el objeto que la sentencia, sobreponiéndose con éxito al proceso ordinario,
no llegue demasiado tarde.”[151]

Luis Gonzales y Mario Lescano señalan que: “Las medidas cautelares


personales son el medio legal a través del cual se garantiza la inmediación
procesal del procesado/imputado al proceso penal y también hacer efectiva
la sentencia que resolverá el fondo del asunto, para de este modo lograr la
igualdad entre las partes y la celeridad procesal, asegurando la efectividad
de la resolución definitiva que en un proceso judicial se emita. Están
relacionadas al proceso penal por una necesidad misma de proteger al sujeto
pasivo del delito de modo más eficaz y para restablecer la respetabilidad y
majestad del poder judicial.” [152]

“Las medidas cautelares tienen amplio sustento constitucional, puesto


que desarrollan el principio de eficacia de la administración de justicia, son
un elemento integrante del derecho de todas las personas a acceder a la
administración de justicia  y contribuyen a la igualdad procesal. Sin
embargo, la Corte ha afirmado que “aunque el Legislador, goza de una
considerable libertad para regular el tipo de instrumentos cautelares y su
procedimiento de adopción, debe de todos modos obrar cuidadosamente,
por cuanto estas medidas, por su propia naturaleza, se imponen a una
persona antes de que ella sea vencida en juicio. Por ende, ... los
instrumentos cautelares, por su naturaleza preventiva, pueden llegar a
afectar el derecho de defensa y el debido proceso, en la medida en que
restringen un derecho de una persona, antes de que ella sea condenada en
un juicio”[153].

3.2. OBJETO.

“Para la Doctrina, el proceso cautelar sirve de forma inmediata a la


composición procesal de la Litis pues su finalidad es la garantía
del  desarrollo  o resultado de otro proceso del cual saldrá la composición
definitiva.”[154]
El objeto de las medidas cautelares “es la de restablecer la significación
económica del litigio con el objeto de asegurar la eficacia de la sentencia y
cumplir con un orden preventivo: evitar la especulación con la malicia, no
se disipe la eficacia de una eventual resolución judicial; aseguran bienes
o  pruebas, o para  seguridad  de personas, o satisfacción de necesidades
urgentes; como un anticipo, que puede o no ser definitivo, de la garantía
jurisdiccional de la defensa de la persona o de los bienes y para hacer
eficaces las sentencia de los jueces.”[155]

La Ley Orgánica de Garantías jurisdiccionales y Control


Constitucional, en su Art. 26 señala: “Las medidas cautelares tendrán por
objeto evitar o cesar la amenaza o violación de los derechos reconocidos en
la Constitución y en Instrumentos Internacionales sobre Derechos
Humanos.

Las medidas cautelares deberán ser adecuadas a la violación que se


pretenden evitar o detener, tales como la comunicación inmediata con la
autoridad o persona que podría prevenir o detener la violación, la
suspensión provisional del acto, la orden de vigilancia policial, la visita al
lugar de los hechos. En ningún caso se podrán ordenar medidas privativas
de la libertad.”[156]

Tal como lo señala Fernando Uribe este artículo genera un concepto de


gravedad, siendo entendida como un daño irreversible o en consideración
de la intensidad o frecuencia de la violación. Pero el entendimiento de
irreversibilidad o intensidad o frecuencia de la violación es demasiado
amplio, permitiendo inclusive la determinación subjetiva de dichos
conceptos, lo que trae consigo una aplicación bastante restrictiva de las
medidas cautelares. [157]

“La esencia de este tipo de garantías es precautelar los derechos de las


personas, frente a un inminente peligro de su vulneración, o, una vez
producido, hacer cesar dicho atentado.

Las medidas cautelares tienden a evitar la materialización de un daño,


con un aditamento especial, que radica en el hecho de que si se estuviere
produciendo un acto vulnerador de los derechos de las personas podrán
adoptarse medidas necesarias para cesar esa violación. La naturaleza de la
medida cautelar comporta la suspensión del acto vulnerador de derechos
constitucionales.”[158]

3.3. ¿QUÉ DERECHOS PROTEGE?

Las medidas cautelares en materia constitucional, protegen los derechos


reconocidos en la Constitución de la República y en los Instrumentos
Internacionales sobre Derechos Humanos (Declaración Universal de
Derechos Humanos, Convención Americana sobre Derechos Humanos–
Pacto de San José, Conferencia Mundial de Derechos Humanos –
Declaración y Programa de Acción de Viena, y el Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos), esto con el fin de garantizar la dignidad del
ser humano.

Las Medidas Cautelares que se propongan, deberán ser adecuadas a la


violación que se pretenda evitar o detener; siendo unas de ellas la
comunicación inmediata con la autoridad o persona que podría prevenir o
detener la violación, la suspensión provisional del acto, la orden de
vigilancia policial, la visita al lugar de los hechos. En ningún caso se podrá
ordenar medidas privativas de la Libertad.

El autor Roberto Villareal en su libro “Medidas Cautelares Instrumento


de Protección de Derechos Humanos”. Tomo I; Macas y Quito-Ecuador. P.
50-52. En su desarrollo legislativo las MEDIDAS CAUTELARES han
estado vinculadas a la protección de los derechos siguientes:

• Derecho a la Vida[159]

• Derecho a la Integridad Física[160]

• Derecho a la Integridad Personal[161]

• Derecho a la Igualdad[162]

• Derecho a la Libertad[163]

• Derecho a la Nacionalidad[164]
• Derecho a la Propiedad[165]

• Derecho a la Libertad de Expresión[166]

• Derechos Políticos[167]

• Derechos laborales[168]

3.4. ¿ANTE QUIÉN SE INTERPONE?

El Art. 27 de la LOGJCC señala: “Las medidas cautelares procederán


cuando la jueza o juez tenga conocimiento de un hecho por parte de
cualquier persona que amenace de modo inminente y grave con violar un
derecho o viole un derecho.

Se considerará grave cuando pueda ocasionar daños irreversibles o por


la intensidad o frecuencia de la violación.

No procederán cuando existan medidas cautelares en las vías


administrativas u ordinarias, cuando se trate de ejecución de órdenes
judiciales o cuando se interpongan en la Acción Extraordinaria de
Protección de derechos”.[169]

“Si bien el tercer inciso del Art. 27 pareciere convertir a las medidas
cautelares en un proceso residual al prohibir su interposición cuando existan
otras medidas cautelares en vías administrativas u ordinarias, también es
cierto que no debemos confundir su naturaleza, pues como había dicho con
anterioridad el objeto de estas no solo es preservar los derechos de las
partes dentro de un litigio durante el tiempo en el que la decisión de fondo
se encuentre pendiente, sino que se dirige directamente a precautelar la
vigencia de una amenaza contra el ejercicio efectivo de un derecho
constitucional”. [170]

Art. 28 de la LOGJCC señala que: “El otorgamiento de medidas


cautelares y su adopción no constituirá prejuzgamiento sobre la declaración
de la violación, ni tendrán valor probatorio en el caso de existir violación
por la acción de derechos”.
Así mismo el Art. 29 del mismo cuerpo legal manifiesta que: “Las
medidas cautelares deberán ser ordenadas de manera inmediata y
urgentemente. La jueza o juez deberá ordenarlas en el tiempo más breve
posible desde que recibió la petición”.

Art. 30 de la misma ley, señala: “El incumplimiento de las medidas


cautelares será sancionado de la misma manera que en los casos de
incumplimiento de la sentencias en las garantías jurisdiccionales
constitucionales; esto es, con la destitución de la autoridad rebelde”.

Art. 31 “El procedimiento para ordenar medidas cautelares será


informal, sencillo, rápido y eficaz en todas sus fases. La jueza o el juez
tendrán la obligación de buscar los medios más sencillos que estén a su
alcance para proteger el derecho amenazado o que está siendo
vulnerado.”[171]

“En este sentido, se observa que las medidas cautelares deberán ser
interpuestas con el objeto de cesar una amenaza y de esta manera evitar una
posible violación de derechos, o para cesar una presunta vulneración de
derechos existentes en el momento de la solicitud de estas medidas
cautelares accesorias a procesos constitucionales y aquellas de carácter
autónomo.”[172]

Según el Art. 32 de la LOGJCC, “Las medidas cautelares pueden


interponerse ante cualquier jueza o juez de lugar en el que se produce la
amenaza o violación del derecho, o donde se producen sus efectos, si
hubiere más de una jueza o juez la competencia se radicara por sorteo,
siendo que en la sala de sorteos se atenderá con prioridad a la persona que
presente una medida cautelar, y si es que su petición es oral, se debe
efectuar el sorteo solo con la identificación personal.

La petición podrá ser interpuesta conjuntamente con el requerimiento


de cualquiera de las garantías jurisdiccionales establecidas en la
Constitución, cuando tenga por objeto detener la violación del derecho; en
estos casos, las medidas cautelares se tramitaran previamente a la acción
para declarar la violación de derechos por lo que no se requerirá la
calificación del requerimiento para que proceda la orden de medidas
cautelares; de ser procedente, la jueza o juez podrá ordenar medidas
cautelares cuando declare la admisibilidad de una acción. (como por
ejemplo: la Acción de Protección, la Acción de Hábeas Corpus, la Acción
de Acceso a la Información Pública, La Acción de Hábeas Data y la Acción
por Incumplimiento). El requerimiento se tramitará de conformidad con lo
dispuesto en esta Ley.

3.5. DESARROLLO DEL PROCESO.

“Para que proceda una medida cautelar debe concurrir lo siguiente: a)


Peligro en la demora y verosimilitud fundada en la pretensión; b)
Inminencia de un daño grave (periculum in mora); c) que no existan
medidas cautelares en las vías administrativas u ordinarias; y e) que no se
interpongan en la Acción Extraordinaria de Protección de derechos”.[173]

El Art. 86 de la Carta Magna señala que “se tramitará en forma sencilla,


rápida y eficaz; será oral durante todo el procedimiento siendo hábiles todos
los días y horas, sin formalidades y sin que sea necesario citar la norma
violentada y el patrocinio de un abogado; las notificaciones se efectuaran
por los medios más eficaces que estén al alcance del juzgador, del
legitimado activo o demandante y del órgano o persona accionada o
demandada. No son aplicables las normas procesales que busquen retardar o
dilatar su trámite”.

Finalmente el Art. 87 de la Constitución de la República del Ecuador


señala que: “Las medidas Cautelares se podrán ordenar conjunta o
independientemente de las acciones constitucionales de protección de
derechos, con el objeto de evitar o hacer cesar la violación de un derecho”;
es decir existen dos momentos para presentar las medidas cautelares: 1.-
independientemente de alguna de las garantías jurisdiccionales; y, 2.-
conjuntamente con alguna de las garantías jurisdiccionales.

En el primer momento.- “Independientemente de alguna de las


garantías jurisdiccionales”

Una vez que la jueza o juez conozca sobre el requerimiento de medidas


cautelares, se constatará por el análisis de los hechos si reúnen los requisitos
previstos en la ley, y en este caso concederá inmediatamente las medidas
cautelares pertinentes, sin que se deba exigir pruebas ni notificación formal
a las personas o instituciones involucradas.

Una vez admitida o denegada la solicitud de medidas cautelares,


mediante resolución, ésta se vuelve firme, lo cual significa que no es
susceptible de impugnación vía recurso de apelación.

En el caso de que la respuesta del juez sea positiva y se ordenen


medidas cautelares, se debe especificar o individualizar las obligaciones,
activas y pasivas, a cargo del destinatario de la medida cautelar y la
circunstancias de tiempo, modo y lugar en que deben cumplirse; sin
perjuicio de que, por las circunstancia del caso, la jueza o juez actúe de
forma verbal, siendo procedente el empleo de llamadas telefónicas, envíos
de fax o visitas inmediatas in situ de los hechos.

La jueza o juez tiene la obligación de garantizar el cumplimiento y


ejecución de las medidas cautelares que ordene, para lo cual podrá delegar a
la Defensoría del Pueblo o a cualquier otra institución estatal encargada de
la protección de derechos la supervisión de la ejecución de medidas
cautelares, pudiendo las mismas ser revocadas solo cuando se haya evitado
o interrumpido la violación de derechos, hayan cesado los requisitos
previstos en la ley o se demuestre que no tenían razón de ser, y en este
último caso, la persona o institución contra la que se dictó la medida podrá
defenderse y presentar los hechos y argumentos que fundamenten la
revocatoria.

Finalmente, debo señalar que no se puede interponer una medida


cautelar contra otra medida cautelar por el mismo hecho violatorio o
amenaza a los derechos.

En el segundo momento.- “Conjuntamente con alguna de las


garantías jurisdiccionales”.

Es necesario que la demanda cumpla con los requisitos establecidos en


el artículo 10 de la LOGJCC y en caso de considerarlas pertinentes el juez
dentro de las veinticuatro horas siguientes a su presentación la calificará en
el auto de calificación de la demanda la misma que deberá contener: a. La
aceptación al trámite, o la indicación de su inadmisión debidamente
motivada. b. El día y hora en que se efectuará la audiencia, que no podrá
fijarse en un término mayor a tres días desde la fecha en que se calificó la
demanda. c. La orden de correr traslado con la demanda a las personas que
deben comparecer a la audiencia. d. La disposición de que las partes
presenten los elementos probatorios para determinar los hechos en la
audiencia, cuando la jueza o juez lo considere necesario. e. La orden de la
medida o medidas cautelares, cuando la jueza o juez las considere
pertinentes.

Luego de ello se continuará con el trámite de la garantía jurisdiccional


conjunta; es decir el juez convoca a las partes a una audiencia.

Audiencia Pública.

Luego de notificado el demandado, el juez convocará a las partes a una


audiencia pública. Por las características de esta acción que no es formal,
sino breve y sencilla, la audiencia pública se debe desarrollar con prontitud
y oportunidad eliminando cualquier complejidad procesal, es decir la
audiencia debe tener lugar en el menor tiempo posible ya que a éste
proceso, ya que para esta acción la Celeridad, es la única condición para su
eficacia, además se le debe dar un trámite preferente a cualquier otro, a
excepción de la acción de Hábeas Corpus que es prioritaria.

Una vez que el Juez haya señalado el día y hora para que se desarrolle
la audiencia, si el demandado concurre puede contestar la demanda; el
accionante, también puede exponer sus puntos de vista.

Las partes pueden concurrir personalmente o por intermedio de su


abogado defensor; en este último caso debe solicitar que se lo declare parte,
con el ofrecimiento de poder o ratificación.

Además, debe desarrollarse la práctica de pruebas o la realización de


cualquier otra diligencia indispensable para la decisión y la designación de
comisiones para recabar las pruebas, cuando fuere menester.

De todo lo actuado se debe dejar constancia en un acta.

Práctica de pruebas y designaciones de comisiones para recabarlas.


Para que este proceso sea sencillo, rápido y eficaz, aún de oficio, el juez
debería disponer que las partes soliciten la prueba que crean menester, antes
de la audiencia, a fin de despacharla inmediatamente.

Según el art. 13 numeral 4 de la Ley Orgánica de Garantías


Jurisdiccionales y Control Constitucional existe la disposición de que las
partes presenten los elementos probatorios para determinar los hechos en la
audiencia, cuando la jueza o juez lo considere necesario.[174]

En el proceso de protección constitucional existe el término de prueba,


que no será mayor de ocho días y será por una sola vez.

La jueza o juez, si creyere necesario la práctica de pruebas, podrá


suspender la audiencia y señalar una nueva fecha y hora para continuarla.

Cuando la jueza o juez tenga un criterio fundado sobre la violación de


uno o más derechos consagrados en nuestra Norma Suprema, dará por
terminada la audiencia y dictará sentencia en forma verbal en la misma
audiencia.

Sentencia.

En la sentencia se debe expresar exclusivamente su decisión sobre el


caso y notificará por escrito dentro de las cuarenta y ocho horas siguientes.
(art. 15 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional.)

El proceso podrá terminar mediante auto definitivo, que declare el


desistimiento o apruebe el allanamiento, o mediante sentencia.

En el desistimiento, la persona afectada podrá desistir de la acción en


cualquier momento por razones de carácter personal que serán valoradas
por la jueza o juez.

Con respecto al Allanamiento, en cualquier momento del


procedimiento, hasta antes de la expedición de la sentencia, la persona o
institución accionada podrá allanarse. El allanamiento podrá ser total o
parcial. En ambos casos, la jueza o juez declarará la violación del derecho y
la forma de reparar la violación. En caso de allanamiento parcial, el
procedimiento continuará en lo que no hubiere acuerdo.

El acuerdo reparatorio, que será aprobado mediante auto definitivo,


procederá en los casos en que exista allanamiento por parte de la persona o
institución accionada; éstas y la persona afectada podrán llegar a un acuerdo
sobre las formas y modos de reparación.

De lo anotado se puede colegir que: “El constituyente ecuatoriano a


dotado de una doble dimensionalidad a la garantía de medidas cautelares,
puesto que en primer lugar la configura como una garantía autónoma que
puede ser demandada por parte de una persona que considere vulnerados
sus derechos, y por otra parte, se puede presentar conjuntamente dentro del
proceso de otras garantías de protección de derechos”. [175]

CAPÍTULO IV
MODELOS DE DEMANDAS PARA LA INTERPOSICIÓN DE LAS
GARANTÍAS JURISDICCIONALES.

Sumario.

Demanda de Acción de Protección.

Demanda de Acción de Hábeas Corpus.

Demanda de Acción de Acceso a la Información Pública.

Demanda de Acción de Hábeas Data.

Demanda de Acción por Incumplimiento.

Demanda de Acción Extraordinaria de Protección.

DEMANDA DE ACCIÓN DE PROTECCIÓN.

SEÑORES JUECES CONSTITUCIONALES DEL CANTÓN QUITO.

Pablo Lozada, en mi calidad de Presidente y como tal representante legal de


la Unión de Jubilados del Banco Americano Matriz, como consta del
documento adjunto, presento la siguiente Acción de Protección, conforme
lo dispuesto por los artículos 86 y 88 de la Constitución de la República del
Ecuador, en representación de los jubilados del Banco Americano que han
sido afectados por un acto de autoridad dictado por el Directorio del Banco
Americano, y ejecutado por la representante legal de la Institución acto de
autoridad que vulnera derechos constitucionales.

1.- DEL COMPARECIENTE

Es la Unión de Jubilados del Banco Americano– Casa Matriz,


legalmente representada por su Presidente Pablo Lozada, y de
conformidad a sus Estatutos Sociales su representante legal, de 63 años
de edad, de estado civil casado, de profesión Licenciado en Sistemas de
Computación; jubilado con número 06920 del Banco Americano,
domiciliado y residente en esta Ciudad de Quito; comparezco por mis
propios derechos en calidad de Jubilado del Banco Americano– Casa
Matriz-; y, en representación de “LA UNIÓN DE JUBILADOS DEL
BANCO AMERICANO–CASA MATRIZ-“, en calidad de Presidente; de
conformidad al Art. 23 de los Estatutos de esta entidad, representante legal
de la misma; de nacionalidad ecuatoriana, legalmente capaz y consciente de
mis derechos constitucionales.

2.- DE LOS DEMANDADOS

La autoridad pública demandada es el BANCO AMERICANO legalmente


representada por la Señora Economista Julia Arias Calle, en su calidad de
Gerente General, representante legal y judicial de esta Institución; a los
miembros del Directorio del Banco Americano, integrado por el Ingeniero
Luis Calderón Díaz, quien lo preside y los señores Economista Jorge Luzón
Castillo, Economista Vicente Cruz Delgado, Economista Fernando calle
Cevallos, que en sesión de 4 de marzo del 2009, emitió la resolución
DBCE-0227-FPJ, que adjunto en fotocopia a la presente demanda,
vulnerando nuestros derechos constitucionales y legales con una resolución
inconstitucional; al señor Andrés Carvajal Santos como Presidente del
Fondo de Pensiones Jubilares del Banco Americano; y, al señor Procurador
General del Estado Dr. Oscar Valverde Torres.
3.- CONCURRENCIA DE LAS CONDICIONES PARA FORMULAR
LA ACCIÓN DE PROTECCIÓN

El acto de autoridad impugnado en esta Acción de Protección es la


resolución DBCE-0227-FPJ, de 4 de marzo del 2009, dictaminados por el
Directorio del Banco Americano, violando toda norma legal y
constitucional.

La indicada resolución pretende desconocer las obligaciones que asumió el


Banco Americano, en calidad de EMPLEADOR en relación con sus
jubilados, obligaciones que se asumieron en su momento conforme las
normas jurídicas que entonces regían y que fueran aprobadas por el mismo
empleador para sus trabajadores, en observancia a las normas legales del
Estado vigentes al momento de su promulgación, y, lo que es peor, disponen
sin fundamento alguno, que se dejen de pagar las PENSIONES
PATRONALES originadas en el Código de Trabajo y el Art. 84 de la Ley
de Régimen Monetario de 1948; es decir un derecho adquirido a la luz de
varias Constituciones del Estado, Leyes de la República y Regulaciones
emitidas conforme a derecho por la Autoridad de Gobierno del Banco
Americano y ratificadas por el versado criterio de Instituciones de la
importancia y seriedad como la Procuraduría General del Estado, que
venían percibiendo ciento veinticuatro personas, fundándose para ello en un
informe de auditoría realizado por la Intendencia Nacional de Seguridad
Social, a un fondo legalmente constituido hace 45 años, cosa sui- generis y
única en el mundo; en el informe de auditoría, de la Intendencia Nacional
de Seguridad Social, de la Superintendencia de Bancos y Seguros, constante
con el Oficio N° INSS-2008-772 de 19 de agosto de 2008, el Intendente
Nacional de Seguridad Social, consigna ciertas observaciones pero en
ninguna de ellas señala expresamente que se deje de pagar pensión alguna,
por ser este un derecho eminentemente laboral, legalmente adquirido.

Las pensiones jubilares de los ex-funcionarios del Banco Americano se


establecieron en su momento con plena sujeción al ordenamiento jurídico
vigente, y quienes optaron por la jubilación y o venían recibiendo sus
pensiones, lo han hecho luego de cumplir estrictamente con las reglas
vigentes para el particular, reglas que en ningún momento han sido
cuestionadas como inconstitucionales o ilegales ni, peor aún, declaradas
como tales.

Las pensiones jubilares constituyen, en consecuencia, un derecho adquirido


en virtud de normas jurídicas legítimas, vigentes y que fueron cumplidas
estrictamente.

Tomando en cuenta que el Banco Americano, de acuerdo a lo que consta


publicado en su página Web (www.ba.fin.ec) determina lo siguiente: “La
Constitución, la Ley Orgánica de Régimen Monetario y Banco del Estado,
el Estatuto, las regulaciones y resoluciones que dicta el Directorio del
Banco Americano, constituyen la normativa legal que rige a la Entidad en
lo que a su organización, funciones y atribuciones se refiere”.

Ante esto es importante recalcar lo siguiente:

La Junta Monetaria; hoy el Directorio como órgano máximo de gobierno


del Banco Americano es el responsable de emitir las políticas de
organización y funcionamiento institucional, crea, por mandato de la Ley de
Régimen Monetario de 1948 y, como se establece, sujeto a las disposiciones
del Código de Trabajo, un régimen de pensiones que tenía como finalidad
cumplir con la obligación de conceder jubilación patronal a sus servidores;
y, preveía, adicionalmente, que las prestaciones estén acordes con las
necesidades reales de los futuros jubilados de la Institución.

En efecto, la Junta Monetaria, mediante Regulación No. 427-A de 18 de


agosto de 1964, establece el Reglamento del Seguro Adicional de los
Trabajadores del Banco Americano, que norma un régimen de pensiones
fundado en un modelo de seguro de prestaciones definidas anuales, con
financiamiento sustentado en un fondo común alimentado por un lado, con
los aportes de los empleados, pensionistas de jubilación y montepío; y, por
otro lado, por los rendimientos de los títulos del Banco Americano en
calidad de patrono.

Dado que se resolvió que los empleados y beneficiarios aporten a dicho


fondo, la definición de Seguro Patronal, que constaba en el proyecto de
Reglamento original, se cambió por Seguro Adicional.
La Regulación No. 427-A fue reformada en varias ocasiones durante los
siguientes años, no obstante se conservó el principio por el cual el Fondo
del Seguro Adicional del Banco Americano se nutría de:

· Los aportes del Instituto Emisor;

· Los aportes individuales de los servidores y jubilados del Banco


Americano; y,

· El rendimiento de su inversión.

Mediante Regulación No. 1040-A-79 de 2 de agosto de 1979, la Junta


Monetaria codificó el Reglamento del Seguro Adicional de los Trabajadores
del Banco Americano.

En Resolución No. JM-446-FPJ de 3 de junio de 1992, la Junta Monetaria


cambia el régimen de pensiones adicionales vigente, estableciendo el Fondo
de Pensiones Jubilares de los Empleados, Jubilados y Pensionistas del
Banco Americano, que deja de ser administrado por el IESS (puesto que se
considera que no existen razones legales, técnicas y administrativas para
ello) y que no exigía del servidor que se jubile primero del sistema
administrado por el IESS.

El nuevo régimen mantenía los aportes del Banco Americano, de sus


servidores y pensionistas. Desde luego, los aportes del Banco Americano
siguen conservando su carácter patronal.

En este nuevo régimen de pensiones se modificaron los requisitos para


acceder a la pensión jubilar: se debía acreditar 25 o más años de servicio en
la Institución (con los consiguientes aportes al Fondo) y 50 años o más de
edad.

Posteriormente, esos requisitos variaron con la expedición de Resoluciones


de la Junta Monetaria hasta llegar a que el servidor debía acreditar 20 años
o más de servicio a la institución (con los consiguientes aportes al fondo) y
45 años o más de edad, al tiempo que se cambió la forma de cálculo de la
pensión, recogiendo en varias Resoluciones emitidas por el órgano de
gobierno del Banco Americano el requisito de 65 puntos que es el resultado
de la suma de los años de servicio más los años de edad de los servidores
que en esa época se acogieron al beneficio de la jubilación en respuesta a la
política de reducción del tamaño al amparo del artículo 52 de la Ley de
Modernización del Estado.

El Estado a través del Banco Americano determinaba como imposición la


jubilación, o la supresión de partidas presupuestarias a los servidores de
esta institución como política de reducción del Estado.

3.1. PRONUNCIAMIENTO DEL SEÑOR PROCURADOR


GENERAL DEL ESTADO.-

La Procuraduría General del Estado, ante la consulta planteada por el Julia


Arias Calle Gerente General del Banco Americano, realiza el siguiente
pronunciamiento constante en oficio No. 0030725 de 11 de enero de 2007,
señalando textualmente lo siguiente

“El Banco Americano, en el ejercicio de sus facultades que le ha otorgado


la Ley y para honrar su obligación laboral, ha constituido varios esquemas
para otorgar jubilación a sus servidores, los cuales se han ido modificando
en el tiempo, adecuándose de esa forma a la legislación que sobre la
materia se ha venido promulgando. Así, en un inicio, el Fondo de pensiones
fue complementario y adicional al de la Seguridad Social, luego se
transformó en un fondo independiente de ella (el de la Seguridad Social),
concibiéndose como de beneficio definido con un sistema de financiamiento
de reparto o capitalización, caso en el cual la prestación puede ser fija o
variable; y, la que actualmente se viene implementado bajo el régimen de
contribución definida, con un sistema de financiamiento de capitalización
en el cual el participe tiene su cuenta individual.

Como se puede advertir, el Banco Americano adquirió una obligación


laboral que debe cumplir bajo su exclusiva responsabilidad, cual es la de
conceder la jubilación a los servidores que cumplen con los requisitos que
su órgano de gobierno ha establecido, ha constituido las instancias
provisionales (reserva de recursos económicos) que constan referidas en
los anexos de la consulta, como mecanismo de capitalización del ahorro y
de instrumento de pago, pero en ningún caso, a través de ellas, ha quedado
relevado de su obligación de empleador, puesto que como se dijo más
arriba, el momento en que el empleador utiliza la facultad de realizar
aportes voluntarios, dicha facultad se traduce en una obligación en el
tiempo, que solo desaparece con la extinción del beneficiario.“

Este pronunciamiento es claro, conciso y preciso para el caso que nos


ocupa.

El Banco Americano en el ejercicio de sus facultades que le ha otorgado la


Ley y para honrar su obligación laboral, ha constituido varios esquemas
para otorgar jubilación a sus servidores, los cuales se han ido modificando
en el tiempo, por lo que concedió este beneficio a sus servidores y estos se
acogieron a este Derecho en virtud de normas legales vigentes al momento
de su expedición como mecanismo para beneficiarse de su jubilación.
Pretender luego de varios años de vigencia que esto no continúe constituye
por sí solo un hecho atentatorio de toda norma legal.

ES UN PRINCIPIO UNIVERSAL de derecho que la ley rige para el


futuro y que no tiene efectos retroactivos, sino en los casos en que se
determinan como excepción, y que se concretan en las 17 reglas que
constan en el Art. 7 del Código Civil y alguna disposición Transitoria de la
última Constitución Política del Ecuador.

Art. 7 del Código Civil

En efecto el Art. 7 del Código Civil ecuatoriano con claridad manda que la
ley no dispone sino para lo venidero y que no tiene efectos retroactivos; y,
que sólo en conflicto de una ley posterior con otra anterior, se observan las
reglas de excepción.

Ley para el futuro

Este es el elemental sentido de la irretroactividad de la ley, y el principio


claro y supremo que toda Ley rige para el futuro, con pocas excepciones
que se dan también en materia económica y tributaria. Si no fuese así, cada
ley que se promulga, removería hasta a los muertos.

Á
4.- ANÁLISIS DE LOS DERECHOS CONSTITUCIONALES
CONCULCADOS.

Cuando el Directorio del Banco Americano desconoce sus obligaciones


para con los jubilados del Banco Americano, dispone la revisión de
pensiones jubilares y retira sus pensiones a ciento veinticuatro personas,
afecta al menos los siguientes derechos claramente establecidos en la
Constitución de la República.

1. Derecho a la salud.- No pocas de las personas que recibían las pensiones


jubilares que se ha dejado de pagar tienen problemas de salud y se han visto
impedidas de atenderlos al no contar con los recursos que venían recibiendo
en concepto de la jubilación. El artículo 32 de la Constitución garantiza
expresamente este derecho y lo vincula con otros, como la seguridad social,
directamente relacionada con el presente caso. El Directorio del Banco
Americano, al retirar las pensiones jubilares, incumple la obligación del
Estado de garantizar el derecho a la salud, pues impide que varios jubilados
puedan contar con servicios que la garanticen. Hay casos graves y que
exigen una inmediata respuesta, como los de Carlos Paredes Valdez, que a
consecuencia de un derrame cerebral sufre paraplejia total; Julio Pinzón
Cárdenas, que enfrenta severos problemas cardíacos y tuvo una operación
de corazón abierto; y Luis Días Castañeda, afectado de Parkinson. Todos
ellos están sufriendo graves consecuencias ante la pérdida de un ingreso que
servía para atender sus problemas de salud. No es raro, por otro lado, que
durante el pasado mes de marzo hayan fallecido cinco jubilados, cifra sin
precedentes que nos atrevemos a atribuir a la situación de incertidumbre,
sufrimiento y stress que han ocasionado la política pública y los actos de
autoridad que impugnamos situación que continúa con el que día jueves 9
de abril de 2009 se produjo el sentido fallecimiento del compañero jubilado,
que consta en el Listado con el que suspendieron los pagos de las pensiones
Jubilares Patronales, Javier Toledo Palta, producto de un “Hipertensión
que desembocó en un Derrame Cerebral en el Lado Izquierdo”.

2. Derecho a la seguridad social.- Este derecho, garantizado por los


artículos 33 y 34 de la Constitución, se ve evidentemente afectado cuando
se desconocen obligaciones relacionadas con pensiones jubilares, que son
un instrumento fundamental para concretarlo. Esto, con mayor razón, si se
pretende revisar los montos de las pensiones legítimamente reconocidas o,
peor aún, cuando se deja de pagar definitivamente los valores adeudados a
más de cien jubilados.

3. Derechos de atención prioritaria.- Un buen número de los jubilados del


Banco Americano son personas incluidas en los grupos de atención
prioritaria cuyos derechos garantizan los artículos 35 y 36 de la
Constitución: son adultos mayores, discapacitados o sufren enfermedades
de alta complejidad. El deber del Estado es, en consecuencia, prestarles
atención prioritaria, deber que se desconoce cuándo se les retira
arbitrariamente su pensión jubilar.

4. Derechos de los adultos mayores.- Desconocer obligaciones


relacionadas con la jubilación, pretender revisar las pensiones o disponer su
no pago, violenta expresamente el derecho a la jubilación reconocido por el
número 3 del artículo 37 de la Constitución.

5. Derecho a la inviolabilidad de la vida.- Este derecho, reconocido por el


número 1 el artículo 66 de la Constitución, se ve afectado al privar a las
personas de sus medios de vida. Se ha señalado ya el caso de los problemas
de salud de varios de los afectados y la inusual tasa de fallecimientos que se
han producido en el último período.

6. Derecho a una vida digna.- Afectar las pensiones jubilares, medio de


vida de los jubilados, es afectar el derecho que les reconoce el número 2 del
artículo 66 de la Constitución, pues impide una vida digna que asegure
salud, alimentación, vivienda, seguridad social, etc.

7. Derecho a la integridad personal.- La situación emocional que


provocan actos del poder público como los impugnados, afecta
indudablemente la integridad física y psíquica de las personas, elemento
fundamental del derecho a la integridad personal reconocido por el número
3 del artículo 66 de la Constitución.

8. Derecho al debido proceso.- A ninguna de las personas a las que se ha


privado de su pensión jubilar se les comunicó la intención de hacerlo, no se
les dio oportunidad de manifestar sus puntos de vista, no se siguió un
procedimiento ni se respetaron las garantías del debido proceso reconocidas
por el artículo 76 de la Constitución. Para empezar, las resoluciones no
están debidamente motivadas y se fundan únicamente, en un informe del
Intendente Nacional de Seguridad Social, de 19 de agosto de 2008, que
adolece de múltiples irregularidades, entre las cuales cabe destacar la
incompetencia. Esto porque pese a que la Superintendencia de Bancos
asumió el control de las instituciones de seguridad social recién el 30 de
noviembre de 2001, al promulgarse la Ley de Seguridad Social, el informe
se refiere a hechos anteriores sobre los que no le es dado pronunciarse,
hechos que, por otra parte, se analizan como si el régimen de jubilación de
los empleados del Banco Americano hubiera permanecido inalterado a lo
largo del tiempo, cuando en realidad ha sufrido algunas modificaciones, que
son de conocimiento de ese Directorio.

9. Derecho al buen vivir.- Este derecho exige, por mandato del inciso final
del artículo 275 de la Constitución, que las personas gocen efectivamente
de sus derechos cosa que, como se ve a lo largo de este escrito, no ocurre de
ninguna manera en el presente caso. El Directorio del Banco Americano ha
incumplido, al adoptar sus resoluciones, el deber de garantizar los derechos
de las personas, que le impone el número 1 del artículo 277 de la
Constitución.

10. Derecho al trabajo.- Lo derechos laborales son intangibles, por


mandato del número 2 del artículo 326 de la Constitución. Esa
intangibilidad ha sido afectada con los actos de autoridad a los que se
refiere esta demanda, que desconocen obligaciones laborales, pretenden
revisar y dejan sin efecto pensiones jubilares legalmente establecidas. Del
mismo modo, los actos de autoridad que se impugnan afectan la
inembargabilidad de las remuneraciones, expresamente reconocida por el
artículo 328 de la Constitución.

Esta larga lista de violaciones a derechos expresamente reconocidos por la


Constitución de la República, se completa con dos hechos que afectan a
principios fundamentales del ordenamiento constitucional ecuatoriano y a
los derechos por él reconocidos.

Hay, en primer lugar, una clara violación a la seguridad jurídica, reconocida


como un derecho por el artículo 82 de la Constitución de la República, en
virtud del cual esa seguridad se “fundamenta en el respeto a la Constitución
y en la existencia de normas jurídicas previas, claras, públicas y aplicadas
por las autoridades competentes”. En el caso que nos ocupa, las normas
jurídicas previas, claras y públicas, que en su momento fueron aplicadas por
las autoridades competentes, establecían un derecho a la jubilación que fue
obtenido por varios ex –funcionarios del Banco Americano y que, en
consecuencia, no puede ser desconocido por normas posteriores. Si el
Directorio del Banco Americano quiere dictar normas en las que se
modifique el régimen de pensiones jubilares, puede evidentemente hacerlo,
pero las mismas solo pueden regir para el futuro y no pueden alcanzar
situaciones establecidas con anterioridad a ellas. Al proceder como ha
procedido, el Directorio ha roto el principio básico de irretroactividad de las
normas y ha afectado, adicionalmente, el principio de confianza legítima
que rige en el Derecho Público, en virtud del cual, si la autoridad pública
generó determinadas situaciones, amparadas por la presunción de legalidad,
de las que nacieron derechos para los particulares, no las puede desconocer
posteriormente aduciendo motivos de legalidad o de conveniencia.

El acto de autoridad que se impugna atenta, además, contra varios


principios de aplicación de los derechos, enumerados por el artículo 11 de
la Constitución. En primer lugar, se restringe el contenido de derechos de
los que se venía gozando (número 4 del artículo 11) y, luego, se desconoce
la inalienabilidad e indivisibilidad de los derechos (número 6 del artículo
11). Pero, sobre todo, se deja de lado el mandato del número 8 del artículo
11, que manda que los derechos se desarrollen de manera progresiva y que,
por ende, proscribe cualquier forma de regresividad “que disminuya,
menoscabe o anule injustificadamente el ejercicio de los derechos”. ¿Qué
más regresividad, me pregunto, que disponer que se dejen de pagar
pensiones jubilares legítimamente establecidas conforme las normas
jurídicas vigentes en su momento?

El número 1 del artículo 11 de la Constitución legitima la presentación de


esta acción, pues dispone que los derechos se puedan ejercer en forma
colectiva ante las autoridades competentes. El número 1 del artículo 86
dispone, además, que las acciones constitucionales pueden ser propuestas
por cualquier persona o grupo de personas. Esto, según la doctrina
constitucional más reciente, implica que, “en la Constitución de 2008,
cualquier persona, indiferente de si es víctima o no, podría demandar una
Acción de Protección de derechos y la solución beneficiaría colectivamente
a todos.”

Esto implica, evidentemente, que la decisión que se tome en relación con


una Acción de Protección no beneficia únicamente a quien la presente sino
a todos quienes hayan sido afectados por la política pública o el acto de
autoridad impugnado. Por eso, precisamente, el artículo 88 de la
Constitución incluye entre los actos de autoridad susceptibles de acciones
de protección, a actos de carácter general, como las políticas públicas.

La diferencia básica entre la acción de amparo y la de protección, la expresa


con claridad la doctrina cuando afirma que, mientras la acción de amparo se
limitaba a suspender el acto de autoridad que consideraba violatorio de
derechos, “en la Constitución del 2008, el resultado de una Acción de
Protección es la declaración de la violación de un derecho, la reparación
integral material e inmaterial, con especificación en la sentencia de las
personas obligadas, de las acciones positivas y negativas y las
circunstancias en que deba cumplirse la sentencia.

En efecto, así lo manda expresamente el número 3 del artículo 86 de la


Constitución, según el cual la Acción de Protección se resolverá “mediante
sentencia, y en caso de constatarse la vulneración de derechos, deberá
declararla, ordenar la reparación integral, material e inmaterial, y
especificar e individualizar las obligaciones, positivas y negativas, a cargo
del destinatario de la decisión judicial”.

5.- PRETENSIÓN CON LA PRESENTE ACCIÓN:

Conforme lo expuesto y en virtud de los antecedentes de hecho y de


derecho que se han señalado, solicito lo siguiente

1. Que mediante sentencia se declare que la resolución, DBCE-0227-FPJ,


de cuatro de marzo de 2009, adoptada por el Directorio del Banco
Americano, vulnera los derechos constitucionales que se han detallado en
esta demanda.

2. Que, en tal virtud, se disponga que el Banco Americano cumpla con las
obligaciones que mantiene pendientes en relación con la jubilación de los
ex –servidores de la institución.

3. Que se ordene mantener las pensiones jubilares en los términos


establecidos por las normas vigentes al momento en que se adquirió el
derecho a recibirlas, sin que corresponda revisión alguna de las mismas.

4. Que se ordene pagar a los jubilados cuya pensión ha sido retirada los
valores que se encuentran pendientes de pago, con los intereses
correspondientes, y se disponga que en adelante sigan gozando de la
pensión que les fue concedida conforme las normas que en su momento
estuvieron vigentes sobre el particular.

5. Que se disponga el pago de los daños y perjuicios que se demuestre les


han sido ocasionados a las personas cuya pensión jubilar no ha sido pagada
como consecuencia de los actos de autoridad a los que se refiere esta
demanda.

Hemos agotado todas las acciones administrativas posibles en el presente


caso.

6.- TRÁMITE QUE DEBE DARSE A LA PRESENTE ACCIÓN.

El trámite que debe darse a la presente acción es el determinado en la


Constitución de la República del Ecuador.

7.- DECLARACIÓN JURAMENTADA

Declaro, bajo juramento, que no he presentado otra Acción de Protección


por la misma materia, objeto, y causa.

8.- CITACIONES Y NOTIFICACIONES

Se servirá citar al Ingeniero Carlos Vallejo López, en su calidad de


Presidente del Directorio del Banco Americano; a los Miembros del
Directorio: Economista Jorge Luzón Castillo, Economista Vicente Cruz
Delgado, Economista- Fernando Calle Cevallos, y, a la Economista Julia
Arias Calle, Gerente General y Representante Legal del Banco Americano,
señor Andrés Carvajal Santos como Presidente del Fondo de Pensiones
Jubilares del Banco Americano en sus despachos que los tienen ubicados en
la Ciudad de Quito, avenida camilo Ponce entre Carlos Ibarra y Briceño
Edificio del Banco Americano, sitio muy conocido por la ciudadanía.

Se contará también con el señor Procurador General del Estado, para lo cual
se le citará en su despacho ubicado en las calles Robles N. 731 y Amazonas
de esta ciudad de Quito

Para futuras notificaciones que me correspondan señalo domicilio en el


casillero judicial N°. 334; designo como mi abogado defensor al Doctor
Carlos Gallegos Santín a quien autorizo para que intervengan en el presente
trámite constitucional.

9.- DOCUMENTACIÓN QUE APAREJO

Adjunto a la presente Acción, lo siguiente:

• Copia simple de Resolución DBCE-0227-FPJ.

• Certificación Simple Gratuita para la inhumación y sepultura del


compañero Javier Toledo Palta, que consta en la lista de las
personas suspendidas la pensión.

• Copia simple del LISTADO DE 124 JUBILADOS, afectados


por este acto ilegal, que consta como “Anexo” del informe del
señor Intendente Nacional de Seguridad Social de la
Superintendencia de Bancos y Seguros N° INSS-24-772 de 19 de
agosto de 2008.

F.) …………………… F) ……………………


ACCIONANTE. ABOGADO.
 

DEMANDA DE ACCIÓN DE HÁBEAS CORPUS.

SEÑORES JUECES CONSTITUCIONALES DEL CANTÓN Y


PROVINCIA DE LOJA
DRA. CARLA DÍAZ SOTO, abogada en libre ejercicio profesional, con
matrícula, CAL-895, a su autoridad en forma respetuosa comparezco y le
digo:

Que desde el día jueves 01 de marzo del 2012, a las 18h00,


aproximadamente mi defendida Diana Enrique Tapia, fue detenida por
miembros de la Policía Nacional acantonada en esta ciudad, con boleta
Constitucional de encarcelamiento emitida por la señora: Jueza Temporal de
Garantías Penales de Loja, Dra. Paola Cueva, la misma que hace algún
tiempo estuvo encargada del Juzgado Segundo de Garantías Penales de
Loja. Mas ocurre que con fecha 16 de febrero del año 2012 a las 8h25, pase
la Audiencia de Formulación de Cargos en la misma que el señor Fiscal Dr.
Diego Vélez, solicitó a la señora Juez antes mencionada se dicte la medida
cautelar de carácter personal de prisión preventiva, esta sin estar
debidamente motivada ni existir ningún presupuesto de tipo legal para que
se la emita o para que se dicte dicha medida.

Más mi sorpresa que el día jueves 01 de Marzo del presente año, a eso de
las 18h00, mi defendida fue detenida, sin que ni siquiera se haya
ejecutoriado tal resolución, puesto que tan pronto fui notificada con la
resolución interpuse Recurso de Apelación, el mismo que fue aceptado en
todas sus partes, como es posible vulnerar mis derechos que como en forma
antojadiza lo ha realizado la Jueza Temporal, Segunda de Garantías Penales
y viola lo que dispone la Constitución de la República del Ecuador y el
Código de Procedimiento Penal vigente.

Por lo expuesto, concurro a usted señora Jueza y le solicito de la manera


más encarecida se digne señalar día y hora para que tenga lugar en su
despacho la AUDIENCIA DE HÁBEAS CORPUS, puesto que mi
detención es ilegal y me encuentro privada de mi libertad sin que exista
presupuesto legal alguno mi petitorio lo fundamento de conformidad con lo
que dispone el Art. 89 de la Constitución de la República del Ecuador.

Se le dará trámite a este recurso de HÁBEAS CORPUS, a favor de la


señora: DIANA ERIQUE TAPIA, quien en este momento se encuentra
detenida, sin existir fórmula legal alguna y la prisión de la que está siendo
víctima mi defendida es ilegal.
Se servirá dirigir atento oficio al señor Director del Centro de
Rehabilitación Social de Loja, para que en forma inmediata ordene que la
detenida sea trasladada desde dicho centro hasta su despacho y se lleve a
efecto dicha diligencia Legal y Constitucional.

Se ha cometido señora Jueza, vicios y violencias de procedimiento con


ilegal detención de la ciudadana antes, mencionada y se ha irrogado grave
daño moral y económico para toda su vida.

El trámite es especial y la cuantía por su naturaleza es indeterminada.

Ofrezco ratificar mi intervención cuando su autoridad lo disponga.

Recibo posteriores notificaciones en la casilla judicial No. 15 del distrito


judicial de Loja, y en el correo electrónico [email protected]

Señor Juez, por ser legal mi pedido le ruego atenderme,

Atentamente.

F.) …………………… F) ……………………


ACCIONANTE. ABOGADO.
 

DEMANDA DE ACCIÓN DE ACCESO A LA INFORMACIÓN


PÚBLICA.

SEÑOR JUEZ DE GARANTIAS CONSTITUCIONALES DEL


CANTÓN LOJA

PABLO JOFRE PEÑA ciudadano ecuatoriano, domiciliado en este cantón


Loja perteneciente a la provincia de Loja, de 36 años de edad, de estado
civil casado, de profesión médico, ante su Autoridad, en uso de mis
derechos y deberes contemplados en la Constitución de la República
aprobada por el pueblo Ecuatoriano, muy comedidamente comparezco y
deduzco la siguiente. ACCIÓN CONSTITUCIONAL DE ACCESO A LA
INFORMACIÓN PÚBLICA.

ANTECEDENTES
De la documentación que acompaño en dos fojas útiles, vendrá a su
conocimiento que el compareciente he solicitado al señor Alcalde del
cantón Loja, confiera la siguiente información pública:  La documentación
precontractual, contractual de la remodelación del Parque Central de la
ciudad de Loja, con sus respectivos anexos; petición que fue ingresada a la
municipalidad con fecha 21 de diciembre del 2011, con número RDE
14962, la cual hasta la fecha no ha sido atendida dentro del término legal,
operando conforme a la Ley el silencio administrativo, según lo establecido
en el Art. 28 de la Ley de Modernización del Estado; en concordancia con
el Art. 21 del Reglamento a la Ley de Modernización; y, el Art. 9 de la Ley
Orgánica de Transparencia y Acceso a la Información Pública.
Consecuentemente se ha violentado el derecho de petición establecido en el
Art. 66 numeral 23 de la Constitución Política de la República.

En virtud de lo manifestado anteriormente, interpongo la presente ACCIÓN


DE ACCESO A LA INFORMACIÓN PÚBLICA, para que mediante la
resolución respectiva se ordene Alcalde del Cantón Loja, Sr. Mario Castillo
Apolo,  me sean conferidos los siguientes documentos:

1.- La documentación precontractual y contractual de la remodelación del


Parque Central de la ciudad de Loja, con sus respectivos anexos.

Fundamento mi petición en lo establecido en el Art. 91 de la Constitución


de la República.

La acción planteada está dirigida en contra del señor Mario Castillo Apolo
y Dra. María Castillo Hoyos, en sus calidades de Alcalde y Procuradora
Síndica del Cantón Loja respectivamente del Municipio de Loja.

El trámite del presente por su naturaleza es el especial.

La cuantía es indeterminada. 

A los señores señor Mario Castillo Apolo y Dra. María Castillo Hoyos se
los citará en sus oficinas ubicadas en la calle José Antonio Serrano 76-30 y
Sucre de esta ciudad.
Posteriores notificaciones las recibiré  en el casillero judicial 45 del Distrito
Judicial de Loja y autorizo al Dr. Claudio Solano Alvarado para que a mi
nombre y representación suscriba todo escrito relacionado con el presente
caso.

F.) …………………… F) ……………………


ACCIONANTE. ABOGADO.
 

DEMANDA DE ACCIÓN DE HÁBEAS DATA.

SEÑORES JUECES CONSTITUCIONALES DEL CANTÓN Y


PROVINCIA DE LOJA

Patrio Almeida Pérez de 35 años de edad, de estado civil soltero, de


ocupación estudiante, ecuatoriano, domiciliado en el cantón y provincia de
Loja, a su Autoridad, en forma comedida comparezco y digo

De la documentación que acompaño en dos fojas simples, vendrá a su


conocimiento que por varias ocasiones, he solicitado al señor director del
Hospital Regional Isidro Ayora, Dr. Pedro Goig, confiera copia certificada
de las actas de entrega de recepción y una certificación de todos los bienes a
mi cargo y de no adeudar bien alguno a la Institución, petición que hasta la
fecha no ha sido atendida dentro del término legal, operando conforme a la
Ley el silencio administrativo, según lo establecido en el Art. 28 de la Ley
de Modernización; el Art. 21 del Reglamento a la Ley de Modernización; y
le Art. 9 de la Ley Orgánica de Acceso a la Información Pública.
Consecuentemente se ha violentado el derecho de petición establecido en el
Art. 23 numeral 15 de la Constitución de la República.

En virtud de lo manifestado anteriormente, interpongo la Acción de Hábeas


Data, para que mediante resolución respectiva se ordene al señor Director
del Hospital Isidro Ayora Dr. Pedro Goig, disponga a quien corresponda,
me sean conferidos los siguientes documentos:

1.- Copias certificadas de las actas de entrega de recepción de todos los


bienes a mi cargo del almacén del hospital.
2.- Certificación escrita donde se haga constar que no me encuentro
adeudando o falta de entregar ningún bien de la Institución que estuvo a mí
cargo.

Fundamento mi petición en lo establecido en el Art. 34; y, en el literal d) del


Art. 35 de la Ley del Control Constitucional.

La acción planteada está dirigida en contra del Director del Hospital Isidro
Ayora Dr. Pedro Goig y el Director Financiero de la mencionada Institución
Ing. José Benítez Armijos.

El trámite del presente por su naturaleza es el especial. La cuantía es


indeterminada. A los señores Dr. Pedro Goig e Ing. José Benítez Armijos se
los citará en sus oficinas ubicadas en el Hospital Isidro Ayora de esta
ciudad.

Posteriores notificaciones las recibiré en el casillero judicial 89 del Distrito


Judicial de Loja y autorizo a la Dra. Ana Gallo Gallardo para que a mi
nombre y representación suscriba todo escrito relacionado con el presente
caso.

F.) …………………… F) ……………………


ACCIONANTE. ABOGADO.
 

DEMANDA DE ACCIÓN POR INCUMPLIMIENTO.

Señor Presidente de la Corte Constitucional

Igor Robles Ríos, ecuatoriano, de la cédula de ciudadanía N° 1103664567,


de 35 años de edad, estado civil soltero, empleado público, domiciliado en
la ciudad de Loja, calle Olmedo y Juan José Peña, a usted comparezco para
demandar como en efecto demando, incumplimiento de la sentencia recaída
en la Acción de Protección signada con el N° 0044-2012.

Antecedentes: el 1 de marzo del 2012, comparecí ante el Juez de Garantías


Constitucionales de la ciudad de Loja, demandando al Ing. Guillermo
Hurtado Cuenca, Rector de la Universidad Pablo III, para que me reintegre
a mi puesto de trabajo que en calidad de contratado, venía desempeñado en
dicha universidad por el lapso de diez años.

El señor Juez Segundo de lo Civil de Loja, quien como Juez de Garantías


Constitucionales conoció el caso, admitió la demanda, el 8 de marzo del
2012, misma que fue confirmada por la Sala de lo Civil, Mercantil y
Materias Residuales de la H. Corte Provincial de Justicia de Loja, el 3 de
abril del 2012, dispuso se me reintegre a las funciones que como contratado
venía desempeñando en la Universidad Pablo III, como consta del texto de
la misma, cuya copia certificada adjunto a la presente demanda.

A pesar de los múltiples requerimientos por parte del Juzgado, mismos que
justifico con las copias certificadas de los oficios N° 026, 051, 078, 123, 149
y 168, la Institución demandada, Universidad Pablo III, no ha cumplido con
lo mandado en la sentencia en referencia.

Como la institución demandada, ha incumplido lo resuelto en sentencia


ejecutoriada por el ministerio de la ley, sin justificación de ninguna
naturaleza, concurro a su autoridad, para demandar el cumplimiento de la
sentencia en referencia.- Por lo expuesto solicito a usted se sirva admitir a
trámite mi demanda y ordenar en consecuencia el cumplimiento del fallo
del juez acuo.

La persona jurídica accionada, es la Universidad Pablo III, representada por


el señor Ing. Guillermo Hurtado Cuenca, en su calidad de Rector y
representante legal de la misma, a quien se lo notificara, en el campus de la
referida Universidad, ubicado en las calles Lauro Guerrero y José Aldáz de
la ciudad de Loja.

Finalmente, declaro bajo juramento, que no he propuesto otra demanda


contra las mismas personas, por la misma acción y pretensión.

Recibo notificaciones en el casillero judicial N° 1080, y correo electrónico


[email protected], y autorizo al Dr. Diego Feijoo Feijoo para que mi nombre
y representación suscriba peticione y los recursos que sean necesarios que
sean necesarios en orden a mi defensa. y hasta la terminación del presente
asunto, en todas las instancias a que hubiere lugar.
Debidamente autorizado, firmo conjuntamente, con mi Abogado Defensor.

Sírvase atenderme, señor juez.

Atentamente.-

F.) …………………… F) ……………………


ACCIONANTE. ABOGADO.
 

DEMANDA DE ACCIÓN EXTRAORDINARIA DE PROTECCIÓN.

Señores Jueces de la Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materia


Residuales de la Corte Provincial de Justicia de Loja

Yo, Andrés Calle Largo, ecuatoriano, casado, de 37 años de edad, policía en


servicio activo, con cédula de ciudadanía número 180245697-3,
domiciliado en la ciudad de Loja en la calle Rosa Amalia Valdivieso 27-96
y Benigno Valdivieso, respetuosamente le manifiesto en la Acción de
Protección planteada contra el señor Comandante General de la Policía
Nacional

En mérito al derecho conferido en el artículo 94 de la Constitución de la


República del Ecuador y dentro del término establecido en el artículo 60 de
la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional,
interpongo la presente Acción Extraordinaria de Protección respecto de la
sentencia pronunciada en el presente proceso por los señores Jueces de la
Sala de lo Civil, Mercantil, Inquilinato y Materia Residuales de la Corte
Provincial de Justicia de Loja, notificada con fecha 10 de mayo de 2010, en
la que se acepta los recursos de apelación y se revoca la sentencia venida en
grado, rechazando la Acción de Protección presentada por el
compareciente, violando en esta sentencia tanto mis derechos
constitucionales como las garantías al debido proceso.

Para la procedencia de la Acción Extraordinaria de Protección que presento,


cumplo con los requisitos establecidos en el artículo 61 de la indicada Ley
Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, en los
siguientes términos: 
1.- La presente acción la deduzco por mis propios derechos, por
considerarme directamente perjudicado.

2.- En los procesos en que se tramita una Acción de Protección, no se ha


previsto más recurso que el de apelación, conforme lo establecen los
artículos 86, numeral 3 de la Constitución de la República del Ecuador y 24
de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional;
por esta razón al haberse agotado el recurso de apelación y encontrándose
vedado el recurso de casación, al no solicitar ampliación o aclaración de la
sentencia de segunda instancia, la misma se encuentra ejecutoriada.

3.- Consta del proceso la demostración de haber agotado el recurso de


apelación de la sentencia de primera instancia, único recurso viable
conforme lo establece los artículos 76, numeral 7, literal m; y, 86 numeral 3
de la Constitución de la República del Ecuador y 24 de la Ley Orgánica de
Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional.

4.- La judicatura de la que emanó la sentencia que constituye la decisión


violatoria de mis derechos constitucionales y de las garantías al debido
proceso, es la Sala de lo Civil, Mercantil Inquilinato y materias Residuales
de la Corte Provincial de Justicia de Loja.

5.- Los derechos constitucionales violados en la sentencia pronunciada por


la Sala de lo Civil, Mercantil Inquilinato y materias Residuales de la Corte
Provincial de Justicia de Loja en este proceso, son los derechos a una vida
digna, al honor y a la seguridad jurídica, previstos en los artículos 66,
numerales 2 y 18, y 82 de la Carta Magna; y, las garantías al debido proceso
establecidas en el artículo 76, numerales 1, 4 y 7 literales a), b), c), d), h) y
l) del mismo cuerpo normativo; derechos vulnerados conforme lo indico a
continuación.

Con fecha 22 de septiembre de 2009, al revisar mi hoja de vida en la policía


nacional, llegué a conocer que con fecha 18 de enero de 2001, se ha
registrado en la misma cuatro sanciones disciplinarias, correspondientes a:
Arresto por 48 horas, impuesto por el Mayor de Policía Carlos Páez, con
fecha 7 de agosto de 1997; arresto de 96 horas, impuesto por el Teniente
Coronel Manuel Andrade Flores, con fecha 18 de abril de 1997; arresto de
96 horas impuestas por el Teniente Coronel Marcelo Carrión Calva, con
fecha 25 de febrero de 1996; y, arresto de 96 horas impuesto por el Mayor
José Alvarado, con fecha 17 de enero de 1996. Sanciones registradas sin
que jamás hayan sido legalmente impuestas y ejecutadas, esto es que no
fueron aceptadas y cumplidas por el compareciente, y que supuestamente
han sido notificado a la superioridad sin jamás haberse comunicado al
compareciente de la existencia de las mismas; tal es así que en el año 1999
ascendí al grado de Teniente de Policía, sin que consten esas sanciones en
mi hoja de vida, pues las mismas hubiesen impedido ese asenso.

A partir del 22 de septiembre de 2009 he venido solicitando información


sobre estas sanciones, llegando a conocer que las mismas han sido
detectadas en una Auditoría Interna practicada en la Policía Nacional y
registradas por disposición del Consejo Superior de la Policía Nacional,
mediante oficio número 018-CSPN de fecha 19 de enero de 2001; registro
que se produce en forma ilegítima pues jamás me fueron notificadas por
parte de las Autoridades que han impuesto las mismas, por lo que
legalmente he desconocido de esas sanciones y por lo tanto no me fue
posible impugnarlas en forma oportuna, tanto en la vía administrativa o
judicial. Al no habérseme notificado con esas sanciones, jamás las cumplí,
esto es que no he cumplido los arrestos impuestos por desconocer de los
mismos, razón por la que en el supuesto no consentido de que estas
sanciones disciplinarias hubieran sido legalmente impuestas, su
cumplimiento se encuentra prescrito, por lo que se extinguieron legalmente
noventa días después de haber sido emitidas, esto según lo dispuesto en el
artículo 55 del Reglamento Disciplinario de la Policía Nacional vigente a la
fecha de imposición de las sanciones, resultando por tanto improcedente su
registro pues se extinguieron legalmente sin haber sido ejecutadas.

Igualmente debe considerarse que no se me notificó con la práctica de la


auditoría interna, en la que se ha detectado las supuestas faltas disciplinarias
cometidas por el compareciente y las presuntas sanciones emitidas en mi
contra, pese a que resulto interesado directo respecto de los actos materia de
la auditoría; como tampoco se me notificó por parte de los auditores con las
supuestas faltas disciplinarias y sanciones encontradas contra el
compareciente, a fin de que pueda ejercitar mi derecho a la defensa y
presentar descargos y alegaciones contra estas presuntas sanciones;
notificaciones que resulta obligatorias para la validez de las conclusiones a
que se arribe en la auditoría, pues caso contrato se priva al sancionado del
ejercicio del derecho a la defensa.

En la sentencia impugnada se emiten criterios que permiten establecer que


se está confundiendo la Acción de Protección prevista en el artículo 88 de la
Constitución de la República del Ecuador, con el recurso de amparo
constitucional previsto en la anterior Carta Magna. Según el indicado
artículo la Acción de Protección tiene por objeto el amparo directo y eficaz
de los derechos reconocidos en la Constitución y podrá interponerse cuando
exista vulneración de los derechos constitucionales, por actos u omisiones
de cualquier autoridad pública no judicial; por lo que no se exige la
existencia o demostración de otros elementos o requisitos como
erróneamente lo analiza la sentencia, en la que se sostiene que en mi acción
se discuten aspectos de mera legalidad por haber transcurrido nueve años
desde la fecha en que se produjo el acto administrativo materia de mi
Acción de Protección, sin considerar que a pesar del tiempo transcurrido,
este acto afecta actualmente y a futuro mis derechos a la dignidad y al
honor, y más que nada como miembro de la Policía Nacional a lograr un
ascenso profesional en la entidad; y que al no habérseme notificado en
forma oportuna con la imposición de sanciones o con el registro de las
mismas en mi hoja de vida, se mi impidió presentar en forma oportuna los
recursos y acciones a las que tenía derecho en la vía administrativa o
contenciosa administrativa.

Resulta llamativo que en la sentencia de segunda instancia, y con una


motivación ajena a la causa, se estime verificada la legitimidad del acto
impugnado, cuando el registro de las referidas sanciones no cumplió con los
requisitos legales y reglamentarios para su registro en forma oportuna, pues
en el proceso consta que el acto impugnado corresponde a un registro de
sanciones realizado años después de la supuesta imposición de las
sanciones, en mérito a una norma distinta a la vigente al tiempo de su
imposición, pues el Reglamento que aprueba el Manuel de Procedimientos
Administrativos Normales para el Registro en el Libro de Vida Profesional
de la Policía Nacional, es puesto en vigencia mediante Orden General
número 063, del 5 de abril de 1999; manual utilizado para el registro de las
antes mencionadas sanciones, y que es mencionado en la sentencia de
segunda instancia, no estuvo vigente al tiempo en que se produjeron las
mismas, por lo que constituye una vulneración al debido proceso, toda vez
que de haberse producido estas sanciones, debieron ser registradas en forma
oportuna con apego a las leyes o reglamentos existentes a la época en que
hayan sido impuestas; resultando completamente ilegítimo que luego de
varios años de haberse producido las supuestas sanciones, y sin que exista
documentos que respalden en forma legítima su existencia, pues el mismo
informe de auditoría sostiene que los documentos que respaldan la
existencia de las supuestas sanciones se han destruido por efectos del
invierno, se proceda al registro de esas sanciones, sin siquiera notificar al
compareciente de ese particular, para que pueda ejercitar las acciones a las
que hubiere tenido derecho.

6.- La violación a los derechos constitucionales indicados y a las garantías


al debido proceso, ocurren en la sentencia de segunda instancia por lo que
son alegadas en el presente escrito.

Por lo anteriormente expuesto aspiro a que la Corte Constitucional, en


sentencia, ordene la reparación integral de mis derechos, disponiendo dejar
sin efecto la resolución que ordena el registro de las sanciones al
compareciente, contenida en el oficio número 2001-018-CS-PN, de fecha
18 de enero de 2001 en lo que respecta y afecta mis derechos, disponiendo
que se eliminen los registros constantes en mi Hoja de Vida Profesional,
que contienen los arrestos de fechas 1996-01-17; 1996-02-25; 1997-08-07;
y, 1997-04-18, que constan como deméritos en la misma.

En la ciudad de Quito recibiré notificaciones en el casillero constitucional


número 16.

Designo como mi abogado defensor al doctor Alejandro Torres Serrano,


quien autorizo para que firme y presente escritos en defensa de mis
derechos.

Respetuosamente,

F.) …………………… F) ……………………


ACCIONANTE. ABOGADO.
 
[1]En el artículo 10 de la Constitución. Establece que la naturaleza será sujeto de aquellos
derechos que le reconozca la Constitución.
[2]Inalienables.- Cada uno de los derechos son indisponibles. Ejemplo: No se puede
disponer del derecho a la educación, pero si se puede disponer de la herencia.
[3]Irrenunciables.- Es decir las personas bajo ninguna circunstancia puede renunciar, de la
titularidad de estos derechos. Ejemplo: El derecho que tiene un trabajador a ser afiliado al
seguro social.
[4]Indivisibles.- Es decir los derechos al igual que las personas son integrales, es decir no
se los puede dividir, por lo que no se puede sacrificar un derecho a costa de otro.
[5]Interdependientes.- Esto quiere decir que los derechos se relacionan entre sí, es así que
si un derecho se vulnera este estaría afectando a más derechos. Ejemplo: Si a una persona
le vulneran el derecho al trabajo, este puede afectar a la alimentación, a la salud.
[6]De igual jerarquía.- Cualquier clasificación sobre derechos humanos no implica
jerarquización alguna. No por estar al final, en segundo o tercer lugar de una enumeración
de derechos, significa que es menos importante.
Cabe señalar que todos los derechos son de igual jerarquía, pero que pasa cuando un
derecho se sobrepone con otro derecho. Ejemplo: Cuando una persona mata a otra persona.
Existe oposición entre dos derechos el uno el derecho a la vida y el otro en derecho a la
libertad.
[7] De acuerdo con el art. 10.9 de la Constitución: El Estado sus delegatarios,
concesionarios y toda persona que actúe en ejercicio de una potestad pública, estarán
obligados a reparar las violaciones a los derechos de los particulares por falta o deficiencia
en la prestación de servicios públicos, o por las acciones u omisiones de sus funcionarios y
funcionarias, y empleadas y empleados públicos en el desempeño de sus cargos.
El Estado ejercerá de forma inmediata el derecho de repetición en contra de las personas
responsables del daño producido, sin perjuicio de las responsabilidades civiles, penales y
administrativas.
El Estado será responsable por detención arbitraria, error judicial, retardo injustificado o
inadecuada administración de justicia, violación del derecho a la tutela judicial efectiva, y
por las violaciones de los principios y reglas del debido proceso.
Cuando una sentencia condenatoria sea reformada o revocada, el Estado reparará a la
persona que haya sufrido pena como resultado de tal sentencia y declarada la
responsabilidad por tales actos de servidores o servidoras públicas, administrativos o
judiciales, se repetirá contra ellos.
[8] GARCÍA FALCONÍ J. C., La Corte Constitucional y La Acción Extraordinaria de
Protección en la Nueva Constitución Política del Ecuador, 1era. Edición, Quito-Ecuador,
Noviembre 2008, p. 13
[9] En derecho público, el concepto de garantía ha significado diversos tipos de
seguridades o protecciones a favor de los gobernados dentro de un Estado de derecho, es
decir, dentro de una entidad política estructurada y organizada jurídicamente, en que la
actividad del gobierno está sometida a normas preestablecidas que tienen como base de
sustentación el orden constitucional. Desde el punto de vista de la ley fundamental las
garantías individuales implican los derechos del gobernado frente al poder público.
CONCEPTOS FUNDAMENTALES DE DERECHO CONSTITUCIONAL, GARANTÍAS
Y AMPARO. HERNÁNDEZ PÉREZ ROBERTO.
[10] CAPPELLETTI, M., II controllo giudiziario di Constitucionalitá delle leggi nel Diritto
comparato, Milán, Ed. Giuffré, 1968. Véase: PÉREZ TREMPS, P., Los Derechos
Fundamentales, Corporación Editora Nacional, Quito, 2004, p137
[11] FIX, ZAMUDIO, H., La Protección Procesal de los Derechos Humanos, Madrid,
Cívitas, 1982. Véase: PÉREZ TREMPS, P., Los Derechos Fundamentales, Corporación
Editora Nacional, Quito, 2004, p137
[12] “Nosotros entendemos que las garantías constitucionales son todos los recursos
establecidos en forma expresa o implícita por la Constitución, y cuyos alcances no se
limitan a la defensa de los derechos individuales y sociales, sino que también se extienden
a la defensa de las instituciones y del sistema constitucional”. BADENI, G., Nuevos
Derechos y Garantías Constitucionales, Edit. Ad-Hoc S.R.L., Buenos Aires, 1995, pp. 18–
20
[13] ZAMBRANO SIMBALL, M. R., Los Principios Constitucionales Del Debido
Proceso y Las Garantías Jurisdiccionales, 1era. Edición, PH Ediciones, Quito-Ecuador,
2009, p. 113
[14] “Como se observa, esta regulación tiende a simplificar los procedimientos para lograr
la celeridad procesal; se busca un despacho ágil, sencillo sin mayores formalismos que los
indispensables. Algunas disposiciones se han mantenido, como la de interponer la acción
ante el juez del lugar en el que se origina el acto o la omisión o donde se producen sus
efectos”. SALGADO PESANTES, H., Derechos y Garantías Constitucionales, Editorial
de la Universidad Técnica Particular de Loja, Junio 2009, p. 76
[15] CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección, Ediciones
Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009. p. 52.
[16] “En caso de demandas formuladas de manera oral o cualquier otra forma de expresión,
la jueza o juez dispondrá al actuario que se las reduzca a escrito”. Constitución de la
República del Ecuador, art. 86 Numeral 2, literal c.
[17] GARCÍA FALCONÍ J. C., La Corte Constitucional y La Acción Extraordinaria de
Protección en la Nueva Constitución Política del Ecuador, 1era. Edición, Quito-Ecuador,
Noviembre 2008, p. 168
[18] GARCÍA FALCONÍ J. C., Manual de Práctica Procesal Civil, Tomo II, Primera
Edición, Quito-Ecuador, 2003, p. 73
[19] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, art. 4.
[20] ABARCA GALEAS, L., Lecciones de Procedimiento Penal, Tomo IV, Corporación
de Estudios y Publicaciones, p. 27.
[21] La administración de justicia penal es, sin lugar a dudas, la más costosa; nada es
gratuito en la sustanciación de los procesos penales, inclusive desde antes de la Instrucción
Fiscal, cuando los investigadores policiales tratan de determinar la identidad de los
responsables, todos los involucrados deben sufragar cuantiosos gastos, peor aún sí se debe
contar con peritos que creen que su tarea es la de enriquecerse mientras más pronto mejor,
para no hablar de lo que se debe pagar a los abogados contratados. Véase VACA
ANDRADE, RICARDO. Manual de Derecho Procesal Penal, Tomo I, Cuarta Edición,
Quito-Ecuador, 2009, p. 588.
[22] Ibídem, pp. 75-78
[23] CABANELLAS DE TORRES, G., Diccionario Enciclopédico de Derecho Usual,
Tomo VI, 30ª Edición, Editorial Eliasta S.R.L., 2008, p. 466
[24] GARCÍA FALCONÍ J. C., Manual de Práctica Procesal Civil, Tomo II, Primera
Edición, Quito-Ecuador, 2003, pp. 81-82
[25] GARCÍA FALCONÍ J. C., La Corte Constitucional y La Acción Extraordinaria de
Protección en la Nueva Constitución Política del Ecuador, 1era. Edición, Quito-Ecuador,
Noviembre 2008, p. 194
[26] CABANELLAS DE TORRES, G., Diccionario Jurídico Elemental, Editorial Heliasta
S.R.L. 1993, Talleres Gráficos de Companhia Melhoramentos, Sau Paulo- Brasil, p. 362
[27] ibídem, p. 466
[28] SCPL, Caso 0015 de fecha 19 de mayo de 2009. Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
[29] CABANELLAS DE TORRES, G., op. cit., p. 466
[30] ROXIN CLAUS, Derecho Procesal Penal, 25.ª Edición., Buenos Aires, Editores del
Puerto, 2008, p. 115
[31] CABANELLAS DE TORRES, G., op. cit., p. 469
[32] SCPL, Caso 0003 de fecha 02 de febrero de 2009. Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
[33] GARCÍA FALCONÍ J. C., La Corte Constitucional y La Acción Extraordinaria de
Protección en la Nueva Constitución Política del Ecuador, 1era. Edición, Quito-Ecuador,
Noviembre 2008, p. 25
[34] “La acción de amparo ha existido prácticamente desde siempre pero no de manera
formal; la supremacía de la Constitución es la base misma del Amparo y de una u otra
manera se ha hecho efectiva esta superioridad de las normas contenidas en la carta
Fundamental”. LARREA HOLGUÍN, J., Derecho Constitucional Ecuatoriano,
Corporación de Estudios y Publicaciones, Volumen I, Quito 2004, pp. 212- 313
[35] CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección, Ediciones
Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009. pp. 17-18
[36] SCPL, Caso 0003 de fecha 02 de febrero de 2009. Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
[37] Podemos definir a esta institución como la imposibilidad de discutir en un
procedimiento judicial un asunto que previamente ya fue resuelto en otro proceso anterior,
para que este enunciado general sea válido y encontrarnos frente a un verdadero caso de
cosa juzgada son necesarios los elementos que se enuncian a continuación: Identidad
subjetiva.- Intervención de las mismas partes procesales. Identidad objetiva.- El objeto del
juicio es la misma cosa, cantidad o hecho fundamentada en la misma causa, razón o
derechos”. La institución de la Cosa Juzgada, impide la prolongación indefinida de los
procesos, la inestabilidad con respecto a la situación jurídica de las personas y de las cosas,
de esta manera efectúa tanto una función garantizadora a nivel individual entre las partes
que forman parte del proceso particular, así como también con la sociedad en general
respecto a su idea de certeza jurídica, paz social y convivencia pacífica como finalidad. La
cosa juzgada es un principio del derecho universal que brinda a los Estados seguridad
jurídica, (porque nos permite saber que en algún momento un proceso termina); podemos
tener entonces el conflicto de que un proceso, aparentemente terminado, puede ser
nuevamente traído a discusión, surgiendo la inquietud de que ¿cuándo termina un proceso?
Por lo que hay que esperar que se norme debidamente este recurso y no sede paso a una
incoherencia jurídica.
[38] 25. CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección,
Ediciones Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009. p. 141
[39] “La doctrina coincide en que la acción de amparo es una de las medidas jurídicas que
la Constitución pone a disposición de los habitantes para impedir que sus derechos sean
violados, lo mismo que para cesar la violación cuando esto sea posible y, por último, para
reclamar los perjuicios que se les ocasionare con actos u omisiones que violaren sus
derechos”. ÁVILA, SANTAMARÍA, R., Los Derechos Sociales del Acceso a la
Información a la Justicia, Centro de Derechos Humanos, Quito 2007, p. 111
Ó
[40] CUEVA CARRIÓN, L., op. cit p. 142
[41] CABANELLAS, G., Diccionario de Derecho Usual, Tomo II, 10. Edición, Editorial
Heliasta S.R.L., Buenos Aires, p. 17
[42] CUEVA CARRIÓN, L., op.cit. p. 142
[43] Por lo tanto, amparo, nos da la idea de protección, defensa, refugio; de defensa
efectiva y oportuna de nuestros derechos cuando corren peligro de ser desconocidos. El
amparo equivale a auxilio, a socorro, a apoyo. Cuando un ciudadano demanda amparo, está
pidiendo auxilio o un apoyo a la autoridad porque sus derechos pueden ser o han sido
vulnerados. Véase CUEVA CARRIÓN, L., El Amparo, teoría, práctica y jurisprudencia,
Ediciones Cueva Carrión, Primera Edición, 2007p. 28
[44] SCPL, Caso 0034 de fecha 09 de septiembre de 2009. Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
[45] SCPL, Caso 0034 de fecha 09 de septiembre de 2009. Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
[46] SCC 0924-2007-RA, de 26 de marzo del 2009.
[47] ¿Cuál es el significado de acto?. El acto es un hecho o una acción que procede de la
voluntad. CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección,
Ediciones Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009. p. 147
[48] Ibídem, p. 150
[49] CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección, Ediciones
Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009. p. 155
[50] CABANELLAS DE TORRES , G., Diccionario Jurídico Elemental, Editorial Heliasta
S.R.L. 1993, Talleres Gráficos de Companhia Melhoramentos, Sau Paulo- Brasil, p. 281
[51] Ibídem. p. 364
[52] SCC 0273-2008-RA de 26 de marzo del 2009
[53] CABANELLAS, G., Diccionario de Derecho Usual, Tomo III, 10eda. Edición,
Editorial Heliasta S.R.L. Buenos Aires, p. 675
[54] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, Diccionario de la Lengua Española, Vigésima
segunda edición, Tomo III, Edit. Espasa-Calpe, Madrid, 2001, p. 414
[55] CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección, Ediciones
Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009. p. 181
[56] REAL ACADEMIA ESPAÑOLA, op. cit. p. 414
[57] Ibídem.
[58] CABANELLAS, G., Diccionario de Derecho Usual, Tomo II, 10eda. Edición,
Editorial Heliasta S.R.L. Buenos Aires, p. 364
[59] Ibídem. p. 719
[60] “la subordinación, no implica en forma alguna servidumbre, vasallaje u obediencia
ciega e irracional: es la situación en que se encuentra un sujeto que contribuye con su
esfuerzo para que una organización pueda obtener sus fines y en tal estado debe obtener
respeto de sus derechos”. CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de
Protección, Ediciones Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009. p. 186
[61] “Toda persona tiene derecho al acceso gratuito a la justicia y a la tutela efectiva,
imparcial y expedita de sus derechos e intereses, con sujeción a los principios de
inmediación y celeridad; en ningún caso quedará en indefensión. El incumplimiento de las
resoluciones judiciales será sancionado por la ley”. Constitución de la República del
Ecuador, art. 75
[62] “Art. 11.El ejercicio de los derechos se regirá por los siguientes principios: 2. Todas
las personas son iguales y gozarán de los mismos derechos, deberes y oportunidades.
Art. 66. Se reconoce y garantizará a las personas:
4. Derecho a la igualdad formal, igualdad material y no discriminación.
5. El derecho al libre desarrollo de la personalidad, sin más limitaciones que los derechos
de los demás”. Constitución de la República del Ecuador, art. 11 y 66
[63] “Son deberes primordiales del Estado: 1. Garantizar sin discriminación alguna el
efectivo goce de los derechos establecidos en la Constitución y en los instrumentos
internacionales, en particular la educación, la salud, la alimentación, la seguridad social y
el agua para sus habitantes” Constitución de la República del Ecuador, art. 3 numeral 1.
[64] “El sistema nacional de inclusión y equidad social es el conjunto articulado y
coordinado de sistemas, instituciones, políticas, normas, programas y servicios para
asegurar el ejercicio, garantía y exigibilidad de los derechos reconocidos en la Constitución
y el cumplimiento de los objetivos del régimen de desarrollo.
El sistema se articulará al plan nacional de desarrollo y al sistema nacional descentralizado
de planificación participativa; se guiará por los principios de universalidad, igualdad,
equidad, progresividad, interculturalidad, solidaridad y no discriminación; y funcionará
bajo los criterios de calidad, eficiencia, eficacia, transparencia, responsabilidad y
participación. “Constitución de la República del Ecuador, Art. 340
[65] Ibídem, art. 341
[66] SCPL, Caso 0014 de fecha 19 de mayo de 2009. Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
[67] SCPL, Caso 0069 de fecha 27 de marzo de 2009. Sala de lo Penal, Tránsito y
Colusorio.
[68] “Contenido de la demanda de garantía.- La demanda, al menos, contendrá: 1. Los
nombres y apellidos de la persona o personas accionantes y, si no fuere la misma persona,
de la afectada. 2. Los datos necesarios para conocer la identidad de la persona, entidad u
órgano accionado. 3. La descripción del acto u omisión violatorio del derecho que produjo
el daño. Si es posible una relación circunstanciada de los hechos. La persona accionante no
está obligada a citar la norma o jurisprudencia que sirva de fundamento a su acción. 4. El
lugar donde se le puede hacer conocer de la acción a la persona o entidad accionada. 5. El
lugar donde ha de notificarse a la persona accionante y a la afectada, si no fuere la misma
persona y si el accionante lo supiere. 6. Declaración de que no se ha planteado otra garantía
constitucional por los mismos actos u omisiones, contra la misma persona o grupo de
personas y con la misma pretensión. La declaración de no haber planteado otra garantía,
podrá subsanarse en la primera audiencia. 7. La solicitud de medidas cautelares, si se
creyere oportuno. 8. Los elementos probatorios que demuestren la existencia de un acto u
omisión que tenga como resultado la violación de derechos constitucionales, excepto los
casos en los que, de conformidad con la Constitución y esta ley, se invierte la carga de la
prueba”. Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional. art. 10.
[69] CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección , Ediciones
Cueva Carrión, 2009, p. 237
[70] “Calificación de la demanda de garantía.- La jueza o juez calificará la demanda dentro
de las veinticuatro horas siguientes a su presentación. La calificación de la demanda deberá
contener:
1. La aceptación al trámite, o la indicación de su inadmisión debidamente motivada.
2. El día y hora en que se efectuará la audiencia, que no podrá fijarse en un término mayor
de tres días desde la fecha en que se calificó la demanda.
3. La orden de correr traslado con la demanda a las personas que deben comparecer a la
audiencia.
4. La disposición de que las partes presenten los elementos probatorios para determinar los
hechos en la audiencia, cuando la jueza o juez lo considere necesario.
5. La orden de la medida o medidas cautelares, cuando la jueza o juez las considere
procedentes.
[71] En materia civil o en otras materias si la demanda no reúne los requisitos formales
exigidos, el juez debe ordenar que el actor la complete o la aclare en el término de tres días.
Si no lo hiciere, debe abstenerse de tramitarla bajo pena de multa de diez a cincuenta
dólares de los estados unidos de América”. Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional, art. 13.
[72] CUEVA CARRIÓN, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección , Ediciones
Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009, p. 238
[73] “La orden de la medida o medidas cautelares, cuando la jueza o juez las considere
procedentes”. Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional,
numeral 5 del art. 13.
[74] “Las medidas cautelares tienen como finalidad prevenir, impedir o interrumpir la
violación de un derecho” Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control
Constitucional, art. 26.
[75] “A personas cuya individualidad o residencia sea imposible determinar se citará por
tres publicaciones que se harán, cada una de ellas en fecha distinta, en un periódico de
amplia circulación del lugar; de no haberlo, se harán en un periódico de la capital de la
provincia, asimismo de amplia circulación; y si tampoco allí lo hubiere, en uno de amplia
circulación nacional, que el juez señale.
La publicación contendrá un extracto de la demanda o solicitud pertinente, y de la
providencia respectiva.
La afirmación de que es imposible determinar la individualidad o residencia de quien deba
ser citado, la hará el solicitante bajo juramento sin el cumplimiento de cuyo requisito, el
juez no admitirá la solicitud.
Cuando deba citarse a herederos, a los conocidos se citará personalmente o por boleta y a
los desconocidos o cuya residencia fuere imposible determinar, en la forma prevista por los
incisos precedentes. Los citados que no comparecieren veinte días después de la última
publicación, podrán ser considerados o declarados rebeldes.” Código de Procedimiento
Civil, art. 82
[76] “La persona accionante deberá demostrar los hechos que alega en la demanda o en la
audiencia, excepto en los casos en que se invierte la carga de la prueba. La recepción de
pruebas se hará únicamente en audiencia y la jueza o juez sólo podrá negarla cuando la
haya calificado de inconstitucional o impertinente.
En la calificación de la demanda o en la audiencia, la jueza o juez podrá ordenar la práctica
de pruebas y designar comisiones para recabarlas, sin que por ello se afecte el debido
proceso o se dilate sin justificación la resolución del caso. Cuando la jueza o juez ordene la
práctica de pruebas en audiencia, deberá establecer el término en el cual se practicarán, que
no será mayor de ocho días y por una sola vez. Por excepción, la jueza o juez podrá
ampliar de manera justificada este término exclusivamente por la complejidad de las
pruebas y hasta cuando éstas sean practicadas. En caso de ser injustificada la ampliación o
de retardar en exceso la resolución de la causa, se considerará como falta grave y se
aplicará la sanción correspondiente, de conformidad con el Código Orgánico de la Función
Judicial.
La comisión para recabar pruebas podrá ser unipersonal o pluripersonal, para que realice
una visita al lugar de los hechos, recoja versiones sobre los hechos y las evidencias
pertinentes y elabore un informe que tendrá el valor de prueba practicada.
Se presumirán ciertos los hechos de la demanda cuando la entidad pública accionada no
demuestre lo contrario o no suministre la información solicitada, siempre que de otros
elementos de convicción no resulte una conclusión contraria. En los casos en que la
persona accionada sea un particular, se presumirán ciertos los hechos cuando se trate de
discriminación o violaciones a los derechos del ambiente o de la naturaleza” Ley Orgánica
de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, art. 16.
[77] Instituto Iberoamericano de Derechos Humanos; Verdad, Justicia y Reparación.
Atención integral a víctimas de violaciones graves a los derechos humanos, Taller
Psicojurídico, IIDH, p. 126, 2007.
[78]Restitución in integrum.- Se da cuando pueden “restablecer las cosas al estado en que
se encontraban antes del daño”, sin embargo, en el campo del derecho en muchos casos es
difícil restablecer o restituir las cosas al estado en que se encontraban. La restitución busca
devolver a la víctima, en la medida de lo posible, a su situación anterior al hecho de la
violación del derecho vulnerado.
[79]Indemnización.- También denominada sustitución, es una de las medidas más
comunes de reparación que consiste en el pago de una suma de dinero con base en una
estimación económica del daño que ha sufrido la víctima, existiendo tres clases de daños
cuantificables económicamente: a). Lucro cesante.- Se refiere a los ingresos que la víctima
ha dejado de recibir o la ganancia que ha dejado de obtener, y que hubiere recibido de no
haberse producido el daño. b). Daño emergente.- Es aquel que sufre como resultado de
haber realizado una prestación o inversión colateral. d). Daño moral.- Consiste en una
lesión a los sentimientos, al honor o a la imagen.
[80]Rehabilitación.- Cuando la víctima ha sufrido un detrimento físico o psicológico con
el fin de asistirla en su recuperación y una vez recuperada pueda readaptarse a la sociedad.
La rehabilitación busca la asistencia médica, psicológica, psiquiatra, legal, que permita a la
víctima rehabilitarse en la forma más completa posible.
[81]La satisfacción y las ganancias de no repetición.- Se trata de otras formas de
reparación existentes que no tienen alcance pecuniario. Busca recuperar el nombre, la
historia y la dignidad de la víctima mediante acciones como el reconocimiento de
responsabilidad, la construcción de monumentos o memoriales que recuerden los hechos y
a las víctimas, los pedidos de disculpa por parte del estado, entre otros.
[82]Garantías de no repetición.- Buscan que la víctima no vuelva a sufrir una violación
de sus derechos así como de generar cambios legales o políticos que pueden evitar este tipo
de violaciones a futuro: ya que este tipo de medidas tienen que ver con cambios más
estructurales.
[83] SCPL, Caso 0015 de fecha 19 de mayo de 2009. Sala de lo Civil, Mercantil,
Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
[84]http://constituyente.asambleanacional.gov.ec/documentos/informe
[85] IBIDEM.
[86] PONCE MARTÍNEZ, Alejandro, “Derecho Procesal orgánico”. S/V, S/T, S/E,
Fundación Antonio Quevedo. 1991 Pág. 204.
[87] GARCÍA BALAÚNDE, Domingo. “Derecho Procesal Constitucional”. Instituto
Iberoamericano de Derecho Constitucional. II Edición, 2000 citado por ALBERTO WRAY
y otros. Derecho Procesal Constitucional. Volumen I. Universidad San Francisco de Quito-
Ecuador Pags.155-156
[88] Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, 1998, vol. I.
[89] Corte Interamericana de Derechos Humanos. El Hábeas Corpus bajo suspensión de
Garantías (Arts.27-2, 25-1 y 7-6. Convención Americana sobre Derechos Humanos).
Opinión Consultiva. OC-8/87 de 30 de enero de1987. Serie A N° 8 Párrafo 35.
[90] OP.CIT (4) Págs. 175-177
[91] relativa a su libertad de movimiento y por tanto a no ser objeto de detenciones
arbitrarias.
[92] a no ser objeto de daños en su persona, como lesiones, tortura o muerte.
[93] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional. Art. 43.
[94] Cuando se desconoce el lugar de la privación de la libertad, pero existen indicios sobre
la intervención de algún funcionario público o cualquier otro agente del Estado, o de
persona que actúen con autorización, apoyo o beneplácito, el juez debe convocar a
audiencia al máximo representante de la Policía Nacional y al ministro competente,
después de escucharlos, se adoptarán las medidas necesarias para ubicar a la persona y a
los responsables de la privación de la libertad.
[95] Cuando la privación de la libertad hubiere sido dispuesta por la Corte Provincial de
Justicia, se apelará ante la Presidenta o Presidente de la Corte Nacional; y, cuando hubiere
sido dispuesta por la Corte Nacional de Justicia, se apelará ante cualquier otra sala que no
ordenó la prisión preventiva.
[96] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, Art. 47, inciso
segundo.
[97] Constitución de la República del Ecuador. Art.91. Pág.33
[98] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, Art. 47.
[99] SALGADO PESANTES, H., Derechos y Garantías Constitucionales, Texto-Guía,
Editorial de la UTPL, Primera Edición, Loja, 2009. p. 82
[100] SALGADO PESANTES, H., Derechos y Garantías Constitucionales, Texto-Guía,
Editorial de la UTPL, Primera Edición, Loja, 2009. p. 82
[101] García Falconí, José. Manual de Práctica Procesal Constitucional, Primer Tomo,
Primera Edición, Quito-Ecuador, año 2000, p. 1.
[102] Constitución de la República del Ecuador, año 2008 p. 92.
[103] Nahim Emén Kalil, el Hábeas Data en el Ecuador, Guayaquil, Ecuador, EDINO 97,
Segunda edición. 1999, PP 87, 88. 21.
[104] Tiberio Torres Rodas y José Vicente Troya Jaramillo, Quito, Azogues- Ecuador, 25
de mayo de 2005; Universidad Andina Simón Bolívar Sede Ecuador.
[105] CESARIO; Roberto “Hábeas Data”. Editorial Universidad E.U. S/V, Tomo I. Buenos
Aires Argentina 1225 Pág. 105
[106] PONCE MARTÍNEZ, Alejandro, “Derecho Procesal Orgánico”. S/V, S/T, S/E,
Fundación Antonio Quevedo. 1991 Pág. 224.
[107] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, año 2009. p.
17.
[108] Ley Orgánica de Control Constitucional, Alvear Carlos, / 2005. Quito-Ecuador.
[109] Ley Orgánica de Control Constitucional, Tiberio Torres Rodas, / 2005. Quito-
Ecuador.
[110] El Derecho a la Intimidad es “ La parte de la vida de una persona que no ha de ser
observada desde el exterior, y afecta solo a la propia persona, se incluye dentro del “ámbito
privado” de un individuo cualquier información que se refiera a sus datos personales,
relaciones, salud, correo, comunicaciones electrónicas privadas, etc.” Dr. Hernán Salgado y
Dr. Fredy Gordon Ormaza, El Hábeas Data en la legislación ecuatoriana, Acción en su
primera providencia. Capítulo segundo. p. 245.
[111] El derecho a la Privacidad es “El ámbito de vida personal o privada de un individuo
que se desarrolla en un espacio reservado y debe mantenerse confidencial además que se
tiene derecho a proteger de cualquier intromisión.” Diccionario de la lengua española de la
Real Academia de España-. p. 348.
[112] El derecho a la Identidad: “El derecho a la identidad personal y colectiva, que
incluye tener nombre y apellido, debidamente registrados y libremente escogidos; y
conservar, desarrollar y fortalecer las características materiales e inmateriales de la
identidad, tales como la nacionalidad, la procedencia familiar, las manifestaciones
espirituales, culturales, religiosas, lingüísticas, políticas y sociales.” art. 66 numeral 8 de la
Constitución de la República del Ecuador de 2008. Registro oficial nro. 449 del 20 de
octubre del 2008.
[113] El derecho a la protección de datos de carácter personal El Art. 66 de la Constitución
de la República, en su parte pertinente dispone “Se reconoce y garantizará a las personas:
19. El derecho a la protección de datos de carácter personal, que incluye el acceso y la
decisión sobre información y datos de este carácter, así como su correspondiente
protección. La recolección, archivo, procesamiento, distribución o difusión de estos datos
de información requerirán la autorización del titular y el mandato de la ley”.
[114] El derecho de autodeterminación informativa es “un derecho fundamental derivado a
la privacidad que se concreta en la facultad de toda persona para ejercer control sobre la
información personal que le concierne, contenida en registros públicos o privados,
especialmente pero no exclusivamente los almacenados en medios informativos.” Luño
Pérez, Tercera generación de derechos humanos, Protección de datos personales en 2006.
p. 28.
[115] El derecho a la información es “El derecho de obtener información personal. implica
la posibilidad de ser informado acerca de datos registrados sobre sí mismo y la facultad de
corregirlo, es decir, que las personas no pierdan el control sobre la propia información y de
su uso.” Villanueva Ernesto, Derecho a la información, CIESTAL, Quito, 2003. p. 127.
[116] El derecho de acceso es “El derecho a conocer la existencia y a acceder a la
información personal, a conocer el uso, finalidad, origen y destino de la información y
tiempo de vigencia de los archivos”. Transparencia y acceso a la información pública en el
Ecuador. quito. p. 9-14. 27 de mayo del 2009.
[117] El derecho de respuesta es “El Art. 66 de la Constitución de la República en su parte
pertinente dispone: “Se reconoce y garantizará a las personas: 7. El derecho de toda
persona agraviada por informaciones sin pruebas o inexactas, emitidas por medios de
comunicación social, a la correspondiente rectificación, réplica o respuesta, en forma
inmediata, obligatoria y gratuita, en el mismo espacio u horario”. Por: Dr. José García
Falconí.
[118] El derecho de actualización, rectificación, eliminación o anulación es “Estos
derechos se los puede ejercer una vez que se haya hecho efectivo el derecho al acceso; en
razón de lo indicado el Hábeas Data es compuesto ya que primero se debe acceder a la
información para que después se actualice, rectifique, elimine o anule el proceso de
acuerdo a la disposiciones de su titular. Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional, registro oficial nro. 22. s del 9 de noviembre 2009.
[119] El derecho a la confidencialidad es “Derecho a que no se difunda la información
personal que debe ser mantenida en archivos o bancos de datos por disposición de la ley,
sin autorización del titular, salvo orden judicial. Juan Manuel Carrera. Corte suprema de
Justicia Quito- Ecuador.

É Ó
[120] PÉREZ ORDÓNEZ, Diego, “Hábeas Data”. Tomo I I. S/V, S/E, Universidad San
Francisco de Quito, Enero 2001, Págs.123-127
[121] con esto se entiende que un juez o jueza de garantías penales, civil mercantil, de
inquilinato, de la familia niñez y adolescencia, de contravenciones, contencioso
administrativo, laboral, etc.
[122] Las notificaciones se efectuarán por los medios más eficaces que estén al alcance del
juzgador, del legitimado activo y del órgano responsable del acto u omisión. Esto significa
que la Constitución de la República del Ecuador expedida en el año 2008 es una carta
fundamental moderna ya que refleja la época actual de las redes sociales y la globalización,
da apertura a notificar o citar mediante correo electrónico.
[123] Constitución de la República del Ecuador, art 93.
[124] Según el Art. 55 de la LOGJCC, la demanda deberá contener:
1. Nombre completo de la persona accionante.
2. Determinación de la norma, sentencia o informe del que se solicita su cumplimiento, con
señalamiento de la obligación clara, expresa y exigible que se requiere cumplir.
3. Identificación de la persona, natural o jurídica, pública o privada de quien se exige el
cumplimiento.
4. Prueba del reclamo previo.
5. Declaración de no haber presentado otra demanda en contra de las mismas personas, por
las mismas acciones u omisiones y con la misma pretensión.
6. Lugar en el que se ha de notificar a la persona requerida.
[125] Causales de inadmisión.- La Acción por Incumplimiento no procede en los siguientes
casos:
1. Si la acción es interpuesta para proteger derechos que puedan ser garantizados mediante
otra garantía jurisdiccional.
2. Si se trata de omisiones de mandatos constitucionales.
3. Si existe otro mecanismo judicial para lograr el cumplimiento de la norma, sentencia,
decisión o informe, salvo en los casos en los cuales, de no admitirse la Acción por
Incumplimiento, se provoque un perjuicio grave e inminente para el accionante.
4. Si no se cumplen los requisitos de la demanda.
[126] Constitución de la República del Ecuador, art. 94
[127] “Que se trate de sentencias, autos y resoluciones firmes o ejecutoriados”. No
habiéndose cumplido este requisito, la acción no solo es inadmisible sino improcedente,
por ser violatoria de la Constitución; y, no puede concebirse que la Corte Constitucional
(Órgano de Control Constitucional) sea su primer violador”. SCC Caso: No. 0125-09-EP,
de fecha 06 de mayo de 2009
[128] SCC CASO: 0038-08-EP de fecha 07 de julio de 2009
[129] SCC CASO: 0048-08-EP, de 14 de julio de 2009
[130] SCC, CASO: 0038-08-EP de fecha 07 de julio de 2009
[131]GÓMEZ SERRANO, L., El Control Constitucional en Colombia- Evolución
Histórico, 1era. Edición, Septiembre 2001, Colección He-Doc, Bogotá-Colombia, p. 123.
[132] “En el ámbito de los derechos fundamentales se acepta unánimemente que el
reconocimiento de los derechos –por parte de los Estados- se dé con plena amplitud, en el
sentido de que los derechos no son susceptibles de ser enumerados exhaustivamente, de
modo taxativo. A lo largo de la evolución histórica de pueblos y civilizaciones han ido
surgiendo los diversos derechos. El desarrollo de la conciencia ética del ser humano ha
permitido descubrir nuevos derechos que sustentan la dignidad humana. Lo expresado,
conduce a pensar que, en un momento dado, ni la Constitución -por más perfecta que sea-
ni los instrumentos internacionales pueden contener todos esos valores esenciales que son
los derechos humanos por ello es sensato proclamar que además de los derechos
reconocidos y consagrados pueden existir otros. Con este criterio procede nuestra
Constitución y prescribe en su art. 11, número 7, que el reconocimiento de los derechos y
garantías tanto por la Carta Magna como por los instrumentos internacionales de derechos
humanos “no excluirá los demás derechos derivados de la dignidad de las personas… que
sean necesarios para su pleno desenvolvimiento.” SALGADO PESANTES, H., Derechos y
Garantías Constitucionales, en su Texto Guía, Derechos y Garantías Constitucionales,
Editorial de la Universidad Técnica Particular de Loja, Junio 2009, p. 74
[133] ZAMBRANO SIMBALL, M. R., Los Principios Constitucionales Del Debido
Proceso y Las Garantías Jurisdiccionales, 1era. Edición, PH Ediciones, Quito-Ecuador,
2009, p. 12
[134] “La naturaleza extraordinaria de este recurso obliga a que su procedencia se dé,
exclusivamente, cuando se hayan agotado los medios procesales de impugnación, lo cual
coloca a la Acción Extraordinaria de Protección como una medida excepcional a ser
invocada exclusivamente ante el agotamiento de la vía jurisdiccional en todas sus fases;
solo ahí la Corte Constitucional intervendrá y únicamente respecto a una resolución
definitiva en donde se hayan violado derechos constitucionales o normas del debido
proceso, situación parecida a lo que acontece en el Sistema Interamericano de Derechos
Humanos.” SCC, Caso: 0048-08-EP de fecha 14 de julio de 2009.
[135] Cabe señalar que la violación de un derecho constitucional puede consistir en un acto
u omisión del juez al dictar la sentencia o un auto definitivo y esta acción u omisión debe
violar derechos constitucionales, reglas del debido proceso o derechos constantes en los
Tratados Internacionales sobre Derechos Humanos; insistiéndose en que dicha violación
debe ser manifiestamente ilegal o arbitraria, en el caso concreto, y por ello resultaría
innecesario someter la controversia a un marco más amplio de debate o prueba, razón por
la cual, esta acción, que como su nombre lo señala, es “extraordinaria” de protección, no
procedería en aquellas cuestiones dudosas o incompletas en la administración de justicia.
SCC CASO: 0038-08-EP, de 07 de julio de 2009.
[136] SCC CASO: 0014-09-EP, de 06 de agosto del 2009
[137] Ante esto, manifiesta Granja que “este es otro aspecto que indefectiblemente deja una
impronta que diferencia al control constitucional con respecto al control de la
constitucionalidad. No se trata de un simple ajedrez semántico. Mientras el primero puede
ser efectuado por varios órganos, dependiendo de la arquitectura constitucional vigente en
cada sociedad, el segundo está única y exclusivamente destinado al Tribunal o Corte
Constitucional con efectos erga omnes (control concentrado) o a los jueces en general para
un caso específico (control a posteriori o lo que la escuela liberal se empecina en
denominar control difuso) Ciertamente, en el caso ecuatoriano, el control constitucional es
ejercido incluso por las Superintendencias. Precisamente estas dos últimas atribuciones,
son las que dejan la impronta de los postulados constitucionales que hoy tenemos, son las
que le brindan al juez constitucional la vía para ejercer lo que la doctrina y la
jurisprudencia constitucional alemana denominan “la libertad de configuración normativa”,
(que en el caso germano se extiende al legislador) y que permite a los miembros de la
Corte Constitucional, su función de desarrollo de la Carta Magna y no de ser ciegos
ejecutores de letras. Al tener la facultad de expedir sentencias vinculantes respecto de
juicios de garantías, el letrado constitucional, puede y debe, hacer prevalecer en todo
momento a la justicia por sobre la norma escrita, cuando ésta, por la complejidad de la
realidad, presente vacíos o yerros evidentes. Un jurista incapaz de hacer este ejercicio ius
filosófico, que no tenga una visión garantista, que desconozca el aporte de Ferrajoli,
Carbonell, Zagrebelsky, sencillamente no puede formar parte del órgano garante de los
derechos fundamentales por excelencia. De allí, que los jueces constitucionales, deban
tener conocimientos no sólo de Derecho sino también de Historia Universal, Filosofía,
Hermenéutica, entre otras ramas del saber, además de ser lo suficientemente independientes
en el ejercicio de sus altas magistraturas, es decir, aquellos que no son poseedores de una
acrisolada solvencia intelectual y moral, demostrarían un mínimo compromiso con el país,
excusándose de formar parte de este organismo, que es el garante de la Constitución y por
ende de los derechos fundamentales de sus ciudadanos. www.derechoecuador.org,
GRANJA, P, J., “Control Constitucional o Control de la Constitucionalidad”
[138]www.alfonsozambrano.com/doctrina.
[139] Ibídem
[140]www.alfonsozambrano.com/doctrina.
[141] La demanda deberá contener los siguientes requisitos:
1. La calidad en la que comparece la persona accionante.
2. Constancia de que la sentencia o auto está ejecutoriada.
3. Demostración de haber agotado los recursos ordinarios y extraordinarios, salvo que sean
ineficaces o inadecuados o que la falta de interposición de estos recursos no fuera atribuible
a la negligencia del titular del derecho constitucional vulnerado.
4. Señalamiento de la judicatura, sala o tribunal del que emana la decisión violatoria del
derecho constitucional.
5. Identificación precisa del derecho constitucional violado en la decisión judicial.
6. Si la violación ocurrió durante el proceso, la indicación del momento en que se alegó la
violación ante la jueza o juez que conoce la causa.
[142] “vulnera las normas del debido proceso, por cuanto la falta de notificación viola el
derecho que el legitimado activo tenía para realizar diligentemente su derecho
constitucional a la defensa, lo cual va en detrimento también de la seguridad jurídica,
colocando al legitimado activo en una situación de desventaja real al no poder acudir a los
órganos jurisdiccionales en igualdad de condiciones frente a su opositor” SCC CASO:
0048-08-EP de 14 de julio de 2009.
[143] “En la Acción Extraordinaria de Protección, la judicatura, sala o tribunal ante la que
se presente esta acción, deberá obtener copias certificadas de las sentencias o autos
definitivos y de las demás piezas procesales necesarias para su ejecución, para que el juez
de instancia haga cumplir lo resuelto en la sentencia o auto definitivo, a fin de dar
cumplimiento a lo dispuesto en los artículos 21 y 62, inciso penúltimo de la Ley Orgánica
de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional”. Reglamento de Sustanciación de
Procesos de Competencia de la Corte Constitucional, art. 36.
[144] “La jueza o juez ponente, o el Pleno, para mejor resolver, podrá solicitar informe a la
jueza o juez de la instancia donde presuntamente se produjo la vulneración del derecho, de
acuerdo con el numeral 6 del artículo 61 de la Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales
y Control Constitucional.”. Reglamento de Sustanciación de Procesos de Competencia de
la Corte Constitucional, art. 37.
[145] “La jueza o juez ponente podrá señalar día y hora para la realización de la audiencia,
cuando lo considere necesario. Efectuada la audiencia o no, la jueza o juez ponente
elaborará el proyecto de sentencia, el que remitirá a la Secretaría General para
conocimiento y resolución del Pleno”. Reglamento de Sustanciación de Procesos de
Competencia de la Corte Constitucional, art. 38.
[146] “La Corte Constitucional tendrá el término máximo de treinta días contados desde la
recepción del expediente para resolver la acción.” Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, inciso segundo del art. 63
[147] “Los votos concurrentes.- Son aquellos que se adhieren al voto de la mayoría, pero
dejan sentada su discrepancia en torno a ciertos aspectos de la misma, sin que implique
desacuerdo con el fondo de la decisión.” Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y
Control Constitucional, art. 27
[148] “Los votos salvados.- Se expresarán por escrito, haciendo constar los puntos de
discrepancia respecto a la decisión adoptada.” Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales
y Control Constitucional, art. 27
[149] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, art. 28
[150] “Cuando se presentare un pedido de aclaración y/o ampliación, la jueza o juez que
sustanció la causa elaborará el proyecto de providencia, en un término no mayor a cinco
días, para conocimiento y resolución del Pleno”. Ley Orgánica de Garantías
Jurisdiccionales y Control Constitucional, inciso segundo del art. 29
[151] VILLAREAL, Roberto; Universidad Andina “Simón Bolívar”; Medidas cautelares
instrumento de protección de derechos humanos, Capítulo I, p. 28-32; 23 de noviembre de
2009. Macas y Quito-Ecuador.
[152] GONZALES, Luis y LESCANO, Mario; “Medidas Cautelares”; Universidad de
Guayaquil; Capítulo II, p.13-15; Guayaquil-Ecuador, 2010.
[153]http://www.corteconstitucional.gov.co/relatoria/2004/c-379-04.htm
[154] MARTINEZ, Pedro; “Procedimiento Cautelar”; Estudios Jurídicos de Carnelutti y
Calamandrei, definen el objeto de las medidas cautelares; Quito-Ecuador. 2012.
[155] HENRIQUEZ Ricardo; “Objeto de las Medidas Cautelares”, Centro de estudios
jurídicos de Couture y Podetti; Quito-Ecuador; 2004.
[156] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, art. 26.
[157] Uribe Terán Daniel Fernando, Apuntes del Derecho Procesal Constitucional. Tomo 2,
Corte Constitucional para el Período de Transacción, Quito-Ecuador, pág. 93
[158] Benavidez Ordoñez Jorge – Escudero Soliz Jhoel. Manual de Justicia Constitucional
Ecuatoriana. Centro de Estudios y Difusión, Quito-Ecuador, año 2013, pág. 252.
[159] El Derecho a la vida es: “El que reconoce a cualquier ser humano que le protege de
ser privado de la vida por terceros, se reconoce por el simple hecho de estar vivo; se
considera derecho fundamental de la persona.” Diccionario Jurídico; “Declaración
Universal de los Derechos a la Vida”; p. 243, 2002.
[160] El Derecho a la integridad física es: “El derecho que tiene la persona a que nadie le
cause ningún daño a su cuerpo; tiene su base en el derecho a la vida y tiene que ver con la
individualidad del cuerpo humano como unidad biológica, física, espiritual, moral y
jurídica.” Constitución Política del Estado;
http://jorgemachiado.blogspot.com/2012/10/dif.html.
[161] El Derecho a la integridad personal es: “Aquel derecho humano fundamental y
absoluto que tiene su origen en el respeto debido a la vida y sano desarrollo de esta; es el
derecho al resguardo de la persona, en toda su extensión, bien sea en su aspecto físico
como mental.” Arriens Karina; “Derecho a la integridad personal”. Guayaquil-Ecuador;
p.18-20. 2006.
[162] El Derecho a la igualdad es: “Aquel derecho inherente que tienen todos los seres
humanos a ser reconocidos como iguales ante la ley y de disfrutar de todos los demás
derechos otorgados de manera incondicional, es decir, sin discriminación por motivos de
nacionalidad, raza, creencias o cualquier otro motivo.” Naranjo, Alexander; “Parámetros
Generales del Instituto Judicial de Derechos constitucionales a la igualdad”; Vol. 8.
[163] El Derecho a la Libertad es: “Un derecho sagrado e imprescriptible que todos los
seres humanos poseen; la libertad es la facultad de obrar según su voluntad, respetando la
ley y el derecho ajeno.” Fernández Andrés; Los fundamentos de la libertad, “Revista de
Derecho”. p. 29 (2009).
[164] El Derecho a la nacionalidad es: “Un derecho que no está supeditado a la
voluntariedad política de los Estado, la importancia de proteger y garantizar el adecuado
ejercicio del derecho es tal, que la pertinencia y vialidad en la subsistencia de muchos otros
derechos, depende precisamente de la eficacia de este derecho.”
http://www.cladh.org/revista-idh/el-derecho-a-la-nacionalidad/.
[165] El Derecho a la propiedad es: “El poder directo e inmediato sobre un objeto o bien,
por la que se atribuye a su titular la capacidad de disponer del mismo, sin más limitaciones
que las que imponga la ley; es el derecho real que implica el ejercicio de las facultades
jurídicas más amplias que el ordenamiento jurídico concede sobre un bien.” Moran Martin,
“los derechos sobre las cosas” Historia del derecho privado, penal y procesal; tomo I, Parte
teórica, Editorial universitas. 2002.
[166] El Derecho a la libertad de expresión es: “Definido como un medio para la libre
difusión de las ideas, facultad que por el solo hecho de pensar y tener un criterio respecto
de algo, tenemos todos para expresar libremente ese pensamiento sin que debamos ser
reprimidos, censurados o recibir calificativos poco encomiables.” Rodríguez, Eduardo
(1973). “Derecho a la libertad de expresión, (6. edición).” Bogotá: Temis., p. 87.
[167] Los Derechos políticos son: “El conjunto de condiciones que posibilitan al ciudadano
participar en la vida política, constituyendo la relación entre el ciudadano y el Estado, entre
gobernantes y gobernados; Representan los instrumentos que posee el ciudadano para
participar en la vida pública, o el poder político, configurar y decidir en la vida política del
Estado.” Miño, Silvia; Catedra: Derecho Constitucional II; 28/04/06; Teoría política del
individualismo posesivo.
[168] Los Derechos laborales son: “También llamado Derecho de trabajo o derecho social
es una rama del derecho cuyos principios y normas jurídicas tiene por objeto la tutela del
trabajo humano realizado en forma libre, por cuenta ajena, en relación de dependencia y a
cambio de una contraprestación.” Burgos, Jaime; “Estudios contemporáneos sobre Derecho
Laboral: Reflexiones y consideraciones sobre la problemática laboral en la actualidad;
Cuidad de Panamá: Editorial Potobelo. 2010.
[169] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, art. 27.
[170] Uribe Terán Daniel Fernando, Apuntes del Derecho Procesal Constitucional. Tomo 2,
Corte Constitucional para el Período de Transacción, Quito-Ecuador, pág. 93
[171] Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, art. 31.
[172] Uribe Terán Daniel Fernando, Apuntes del Derecho Procesal Constitucional. Tomo 2,
Corte Constitucional para el Período de Transacción, Quito-Ecuador, pág. 91
[173] La Corte Constitución del Ecuador en la Sentencia Nro. 0034-13-SCN-CC, dentro
del Caso Nro. 0561-12-CN.
[174] “La persona accionante deberá demostrar los hechos que alega en la demanda o en la
audiencia, excepto en los casos en que se invierte la carga de la prueba. La recepción de
pruebas se hará únicamente en audiencia y la jueza o juez sólo podrá negarla cuando la
haya calificado de inconstitucional o impertinente.
En la calificación de la demanda o en la audiencia, la jueza o juez podrá ordenar la práctica
de pruebas y designar comisiones para recabarlas, sin que por ello se afecte el debido
proceso o se dilate sin justificación la resolución del caso. Cuando la jueza o juez ordene la
práctica de pruebas en audiencia, deberá establecer el término en el cual se practicarán, que
no será mayor de ocho días y por una sola vez. Por excepción, la jueza o juez podrá
ampliar de manera justificada este término exclusivamente por la complejidad de las
pruebas y hasta cuando éstas sean practicadas. En caso de ser injustificada la ampliación o
de retardar en exceso la resolución de la causa, se considerará como falta grave y se
aplicará la sanción correspondiente, de conformidad con el Código Orgánico de la Función
Judicial.
La comisión para recabar pruebas podrá ser unipersonal o pluripersonal, para que realice
una visita al lugar de los hechos, recoja versiones sobre los hechos y las evidencias
pertinentes y elabore un informe que tendrá el valor de prueba practicada.
Se presumirán ciertos los hechos de la demanda cuando la entidad pública accionada no
demuestre lo contrario o no suministre la información solicitada, siempre que de otros
elementos de convicción no resulte una conclusión contraria. En los casos en que la
persona accionada sea un particular, se presumirán ciertos los hechos cuando se trate de
discriminación o violaciones a los derechos del ambiente o de la naturaleza” Ley Orgánica
de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, art. 16.
[175] Benavidez Ordoñez Jorge – Escudero Soliz Jhoel. Manual de Justicia Constitucional
Ecuatoriana. Centro de Estudios y Difusión, Quito-Ecuador, año 2013, pág. 251.
BIBLIOGRAFÍA

Abarca Galeas, L., Lecciones de Procedimiento Penal, Tomo IV,


Corporación de Estudios y Publicaciones, p. 27.

Blacio Aguirre, Galo, La Acción de Protección en el Ordenamiento


Jurídico ecuatoriano, Editorial Universitas S.A. Madrid – España, 2012.

Benavidez Ordoñez, Jorge – Escudero Soliz, Jhoel. Manual de Justicia


Constitucional Ecuatoriana, Cuaderno de Trabajo Nro. 4, Corte
Constitucional del Ecuador, Centro de Estudios y Difusión del Derecho
Constitucional, Quito- Ecuador, 2013.

Burgos Jaime; Estudios contemporáneos sobre Derecho Laboral,


Reflexiones y consideraciones sobre la problemática laboral en la
actualidad; Cuidad de Panamá, Editorial Potobelo. 2010.

Cabanellas de Torres, Guillermo, Diccionario Enciclopédico de


Derecho Usual, Tomo VI, 30ª Edición, Editorial Eliasta S.R.L., 2008.

Cappelletti, M., II Controllo giudiziario di Constitucionalitá delle leggi


nel Diritto comparato, Milán, Ed. Giuffré, 1968.

Cesario Roberto, Hábeas Data, Editorial Universidad E.U. S/V, Tomo I.


Buenos Aires Argentina, Pág. 1225.

Constitución de la República del Ecuador, Ecuador, Corporación de


Estudios y Publicaciones.

Convención Americana sobre Derechos Humanos, Opinión Consultiva.


OC-8/87 de 30 de enero de1987. Serie A N° 8 Párrafo.

Corte Interamericana de Derechos Humanos, Opinión Consultiva. OC-


8/87 de 30 de enero de1987, el Hábeas Corpus bajo suspensión de
Garantías.

Corte Interamericana de Derechos Humanos. El Hábeas Corpus bajo


suspensión de Garantías.
Cueva Carrión, L., Acción Constitucional Ordinaria de Protección,
Ediciones Cueva Carrión, Primera Edición, Quito, 2009.

Cueva Carrión, L., El Amparo, teoría, práctica y jurisprudencia,


Ediciones Cueva Carrión, Primera Edición, 2007.

Fernández Andrés, Los fundamentos de la libertad, "Revista de


Derecho" 2009.

Fix, Zamudio, H., La Protección Procesal de los Derechos Humanos,


Madrid, Cívitas, 1982.

García Balaúnde, Domingo. Derecho Procesal Constitucional, Instituto


Iberoamericano de Derecho Constitucional. II Edición, 2000.

García Falconí J. C., La Corte Constitucional y La Acción


Extraordinaria de Protección en la Nueva Constitución Política del
Ecuador, 1era. Edición, Quito-Ecuador, Noviembre 2008.

García Falconí J. C., Manual de Práctica Procesal Civil, Tomo II,


Primera Edición, Quito-Ecuador, 2003.

Gómez Serrano, L., El Control Constitucional en Colombia- Evolución


Histórico, 1era. Edición, Septiembre 2001, Colección He-Doc, Bogotá-
Colombia.

Gonzáles Luis y Lescano Mario; Medidas Cautelares, Universidad de


Guayaquil-Ecuador, 2010.

Henriquez Ricardo, Objeto de las Medidas Cautelares, Centro de


estudios jurídicos de Couture y Podetti, Quito-Ecuador; 2004.

Informe Anual de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos,


1998, vol. I.

Instituto Iberoamericano de Derechos Humanos; Verdad, Justicia y


Reparación. Atención integral a víctimas de violaciones graves a los
derechos humanos, Taller Psicojurídico, IIDH, 2007.
Larrea Holguín, J., Derecho Constitucional Ecuatoriano, Corporación
de Estudios y Publicaciones, Volumen I, Quito 2004.

Ley Orgánica de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional.

Miño Silvia, Catedra: Derecho Constitucional II; 28/04/06; Teoría


política del individualismo posesivo.

Moran Martin, los derechos sobre las cosas, Historia del derecho
privado, penal y procesal; tomo I, Parte teórica, Editorial universitas. 2002.

Nahim Emén Kalil, El Hábeas Data en el Ecuador, Guayaquil-


Ecuador, EDINO 97, Segunda edición. 1999.

Naranjo Alexander; Parámetros Generales del Instituto Judicial de


Derechos constitucionales a la igualdad, Vol. 8.

Ortega Jaramillo Rubén, Introducción al Derecho, Loja, Universidad


Técnica Particular de Loja, Editorial de la Universidad Técnica Particular
de Loja, Segunda Edición, 2012.

Pacheco G, Máximo. Teoría del Derecho, Chile, Editorial Jurídica de


Chile, Cuarta Edición, 1990.

Pérez Tremps Pablo, Los Derechos Fundamentales, Quito-Ecuador,


Corporación Editora Nacional, Tercera Edición, 2004.

Pérez Ordóñez, Diego, Hábeas Data, Tomo I. S/V, S/E, Universidad


San Francisco de Quito, Enero 2001.

Ponce Martínez, Alejandro, Derecho Procesal Orgánico, S/V, S/T, S/E,


Fundación Antonio Quevedo. 1991.

Real Academia Española, Diccionario de la Lengua Española,


Vigésima segunda edición, Tomo III, Edit. Espasa-Calpe, Madrid, 2001.

Roxin Claus, Derecho Procesal Penal, 25.ª Edición., Buenos Aires,


Editores del Puerto, 2008.
Salgado Pesantes, Hernán., Derechos y Garantías Constitucionales,
Texto-Guía, Editorial de la UTPL, Primera Edición, Loja, 2009.

Tiberio Torres Rodas y José Vicente Troya Jaramillo, Quito, Azogues-


Ecuador, 25 de mayo de 2005; Universidad Andina Simón Bolívar Sede
Ecuador.

Uribe Terán Daniel Fernando, Apuntes del Derecho Procesal,


Constitucional, Tomo 2, Corte Constitucional para el Período de
Transacción, Quito-Ecuador.

Vaca Andrade, Ricardo, Manual de Derecho Procesal Penal, Tomo I,


Cuarta Edición, Quito-Ecuador, 2009.

Villareal, Roberto, Medidas cautelares instrumento de protección de


derechos humanos, Universidad Andina "Simón Bolívar"; Capítulo I, p. 28-
32; 23 de noviembre de 2009. Macas y Quito-Ecuador.

Wray Alberto y otros, Derecho Procesal Constitucional, Volumen I.


Universidad San Francisco de Quito-Ecuador.

Zambrano Simball, M. R., Los Principios Constitucionales Del Debido


Proceso y Las Garantías Jurisdiccionales, 1era. Edición, PH Ediciones,
Quito-Ecuador, 2009.

SENTENCIAS SEGÚN ORDEN CRONOLÓGICO.

Sentencias de Ecuador.

SCPL, Caso 0015 de fecha 19 de mayo de 2009. Sala de lo Civil,


Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.

SCPL, Caso 0003 de fecha 02 de febrero de 2009. Sala de lo Civil,


Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.

SCPL, Caso 0003 de fecha 02 de febrero de 2009. Sala de lo Civil,


Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.
SCPL, Caso 0034 de fecha 09 de septiembre de 2009. Sala de lo Civil,
Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.

SCC No. 0026-09-RA, de fecha 21 de mayo de 2009.

SCPL, Caso 0034 de fecha 09 de septiembre de 2009. Sala de lo Civil,


Mercantil, Inquilinato y Materias Residuales Constitucionales.

SCC 0924-2007-RA, de fecha 26 de marzo del 2009.

SCC 0273-2008-RA, de fecha 26 de marzo del 2009.

También podría gustarte