0% encontró este documento útil (0 votos)
178 vistas7 páginas

La Teoría de La Acción Poética de Paul Valéry PDF

Este documento resume el libro "Obstinado rigor. La teoría de la acción poética de Paul Valéry" de Anna María Brigante. Explica que Valéry concibió la poética como una teoría del hacer poético en lugar de enfocarse en la obra terminada. También critica las nociones de belleza y gusto de la estética académica y propone una poética de la recepción centrada en el artista. Finalmente, analiza cómo Valéry se inspiró en el método cartesiano para establecer su propio método poé

Cargado por

airamanaid
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
178 vistas7 páginas

La Teoría de La Acción Poética de Paul Valéry PDF

Este documento resume el libro "Obstinado rigor. La teoría de la acción poética de Paul Valéry" de Anna María Brigante. Explica que Valéry concibió la poética como una teoría del hacer poético en lugar de enfocarse en la obra terminada. También critica las nociones de belleza y gusto de la estética académica y propone una poética de la recepción centrada en el artista. Finalmente, analiza cómo Valéry se inspiró en el método cartesiano para establecer su propio método poé

Cargado por

airamanaid
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 7

1

CUADRANTEPHI No. 20
Enero – junio de 2010, Bogotá, Colombia

Reseña de Obstinado rigor. La teoría de la acción poética de Paul Valéry1

Rafael Ricardo Rubio Páez


Filosofía
Pontificia Universidad Javeriana
Bogotá
[email protected]

Para mí solo, en mi solo, en mí mismo


Y junto a un corazón, del verso fuente,
Entre el vacío y el suceso puro,
De mi grandeza interna espero el eco:
Es la amarga cisterna que en el alma
Hace sonar, futuro siempre, un hueco.
Paul Valéry, El cementerio marino

El anterior es el VIII verso de El cementerio marino de Paul Valéry, verso que sirve como
epígrafe a la conclusión de Obstinado Rigor. La teoría de la acción poética de Paul Valéry
de Anna María Brigante2. En este libro, el problema que está en ciernes es el de abordar la
poética tal como el pensador francés la entiende, esto es, como una poiética, es decir, como
una teoría en la que, de existir un orden jerárquico, está primero el hacer: “la acción que

1
Brigante, A. Obstinado Rigor. La teoría de la acción poética de Paul Valéry. Editorial Pontificia
Universidad Javeriana, Bogotá, 2008.
2
Es profesora de la Facultad de Filosofía en la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá-Colombia. Trabaja
sobre todo problemas filosóficos en el ámbito de la estética y la ontología. En la actualidad ha centrado sus
estudios en filósofos como Henri Bergson y Maurice Merleau-Ponty. Estudió su pregrado en filosofía en la
Universidad Javeriana y se especializó en estética en la Università degli Studi de Milán. en Italia. Es co-autora
del libro: El cuerpo, fábrica del yo. Producción de subjetividad en el arte de Luis Caballero y Lorenzo
Jaramillo. Y obtuvo su Ph., D por la Universidad Javeriana con la tesis laureada: Obstinado Rigor. La teoría
de la acción poética de Paul Valéry.
2
CUADRANTEPHI No. 20
Enero – junio de 2010, Bogotá, Colombia

hace que la cosa hecha”. Esta manera de entender la poética marcó una ruptura con el modo
como se entienden las poéticas clásicas, por ejemplo la de Aristóteles, Horacio y Boileau,
puesto que ellos ponían énfasis en la obra hecha, acabada. Además, tras una fuerte crítica a
los términos de la estética académica, Valéry rompe con la idea de estética como aesthesis,
crítica a partir de la cual, en el Bosque de las nociones puras, el poeta emprende una caza
mágica hacia conceptos como Belleza y Gusto para concentrar su trabajo en el ámbito de
una poética de la producción en sentido propio.

En este orden de ideas, a la autora de Obstinado rigor le interesa pensar la relación de la


filosofía con la no-filosofía. El ejemplo más preclaro de esto, se inscribe bajo el signo de la
obra del poeta: “abordar a Valéry, por tanto, es un reto doble. Por un lado, es el intento de
comprender a un autor polifacético y asistemático: poeta, ensayista y escritor fragmentario.
Por otro, es el intento de rastrear su diálogo, muchas veces implícito, con la filosofía que
tanto critica”.3 En este sentido, en una entrevista realizada a la autora de Obstinado rigor,
tras preguntarle: ¿por qué tomar como punto de partida a Valéry, un poeta, y no más bien, a
un filósofo?, ella contestó que se había decidido por Valéry porque había encontrado en él
una manera de abordar los límites del lenguaje desde un no filósofo que trabaja, por
supuesto, en un ámbito no categorial, y que por tanto “asumir ese límite desde un no-
filósofo podía aportar nuevos elementos de comprensión a la relación del arte con la
filosofía. Usando una metáfora, es como ver desde la otra orilla”.4

Ahora bien, en Obstinado Rigor encontramos tres capítulos cuyo ánimo es el de tejer un
discurso que en vez de dirigirse a una interpretación de la poética de Valéry como ontología
poética (interpretación de Vattimo), se dirige hacia una teoría de la acción poética. Un
camino en el que, parafraseando a nuestro poeta, entre el ser y el conocer se encuentra el
hacer.

3
Brigante, A. Obstinado Rigor. La teoría de la acción poética de Paul Valéry. Editorial Pontificia
Universidad Javeriana, Bogotá, 2008, p. 29.
4
Este pasaje lo tomo de la entrevista que tuve la oportunidad de realízarle a Anna María Brigante. Esta
entrevista se encuentra publicada en http://www.javeriana.edu.co/cuadrantephi/pdfs/N.18/profesor18.pdf, la
cual visite por última vez el 13 de Junio de 2010 a las 22:52.
3
CUADRANTEPHI No. 20
Enero – junio de 2010, Bogotá, Colombia

Así pues, en el primer capítulo encontramos lo que ha sido denominado como la teoría de la
recepción valeriana, que en este sentido, debe entenderse como una poética de la recepción,
la cual se logra tras rastrear la crítica que Valéry hace a los términos de la estética
académica, en este caso, a la Belleza y al Gusto. Por un lado, el pensador francés critica la
Idea de lo Bello que separa lo bello de las cosas bellas; esta crítica va dirigida directamente
a Platón que, según Brigante, resulta un tanto reducido, porque en realidad Valéry no tuvo
un acercamiento íntimo con la obra del filósofo. Por otro lado, podemos ver que la crítica al
Gusto se da bajo la tutela de un Kant nunca mencionado, o al menos no de una manera
explícita y directa por el poeta.

Pero bien, ¿por qué la poética de la recepción nace bajo este panorama? Para Valéry no se
puede hablar de la Belleza porque lo bello es negativo, es decir que es inabordable, puesto
que cuando el poeta “se refiere a lo bello, la mayor parte de las veces alude a sus efectos y
en algunas ocasiones a lo que llama el efecto más deseable; efecto que nos deja mudos”.5
Ahora, si bien es cierto que Valéry se siente atraído por la idea de crítica kantiana, es
necesario advertir que en las cuestiones que conciernen a la estética se distancia
radicalmente del filósofo, puesto que nuestro poeta le quita toda legitimidad a la creación
del genio inspirado. En este sentido, podemos decir que Valéry renuncia a la obra hecha,
acabada, ya que él considera que ésta siempre está por hacerse. A la manera de Umberto
Eco, el poeta concibe la obra como una obra abierta: “la obra deja de ser una cosa más entre
las cosas sólo en la medida en que un espectador la actualiza y la recrea. No hay una
verdadera interpretación de la obra, sino tantas actualizaciones de ésta como receptores”. 6
Por lo tanto, lo que tenemos es que, ni la Idea de Belleza platónica, ni el juicio de Gusto
kantiano, pueden servir como base de esta nueva manera de concebir la poética y la estética
planteada por Valéry, pues de ahora en adelante el protagonista será el artista que concibe
la obra como un work in progress.

5
Brigante, óp.cit., p. 50.
6
Ibíd, p. 18.
4
CUADRANTEPHI No. 20
Enero – junio de 2010, Bogotá, Colombia

En este mismo orden de ideas, en el segundo capítulo, vemos cómo esta poética
paradójicamente se inscribe bajo el signo de Descartes, filósofo que deja la dimensión del
mundo cualitativo en un segundo plano. Teniendo esto en cuenta: ¿por qué Valéry toma al
filósofo moderno como inspiración de su obra poética, de su quehacer de poeta?

La respuesta es sencilla, y tenemos, en este sentido, al menos tres puntos importantes. En


primer lugar, es necesario advertir que no es posible acercar a estos dos pensadores
franceses en el ámbito de una metafísica del sujeto, pues si bien Descartes la inaugura,
Valéry tomará distancia de ello. La pregunta que queda entonces por resolver es: ¿en qué
sentido la obra del poeta se asemeja a la del filósofo? Para ello, debemos decir, en segundo
lugar, que Valéry es un cartesiano en su manera de proceder, pues al querer reinterpretar la
concepción que se tiene de poética y de estética, está haciendo algo similar a lo que hizo
Descartes al marcar una ruptura con la metafísica clásica. Es decir que el poeta, como el
filósofo, hace tábula rasa para instaurar su método. Pero, además de esto, es importante
resaltar un tercer punto que no es explícito en la obra del poeta, esto es, su cercanía a las
raíces ignacianas del pensamiento de Descartes. De esta manera, nuestro autor asume “el
método como camino hacia el conocimiento, pero también como incesante ejercicio de la
intervención del artista sobre sí mismo y sobre la obra en aras de un perfeccionamiento de
ambos”.7

Es así, entonces, como el Ostinato rigore se convierte en la máxima bajo la cual se inscribe
la poética de Paul Valéry; esta máxima, tomada de su alter-ego más importante, es decir,
Leonardo Da Vinci, constituye un trabajo que siempre está por hacerse y que se abandona.
Es así para Leonardo, y lo es también para Valéry: el poeta, tras hacer tábula rasa,
construye un método en el que su reinterpretación de la poética como poiética, marcará un
nuevo capítulo en la historia de la estética filosófica.

A partir de este lugar, es decir, de su poiética, nuestro autor se valdrá de algunos personajes
de ficción como Monsieur Teste, Gladiator, la bailarina Athikté, y de algunos artistas que
7
Ibíd, p. 22.
5
CUADRANTEPHI No. 20
Enero – junio de 2010, Bogotá, Colombia

se inscriben bajo el signo de este nuevo modo de pensar la poética: Leonardo, Poe, y cómo
no, el amado Mallarmé. Todos estos personajes tienen quizás una misma cosa en común, a
saber, el obstinado rigor, aquel trabajo del espíritu que está siempre por hacerse, un work in
progress. De esta manera, bajo el ámbito de una teoría de la acción poética en la que, está
primero la acción que hace que la cosa hecha, podríamos hablar de una ética del espíritu,
una ética en la que el ejercicio del artista está siempre por perfeccionarse.

Y, en el tercer capítulo, luego de haber mostrado cómo Valéry hace una fenomenología de
su propio quehacer de poeta, Brigante pasa a examinar la relación entre la creación natural
y la artificial o humana, llegando así a definir la danza como modelo de la teoría de la
acción poética. Veamos cómo se llega a esto.

Siguiendo la letra de Brigante debemos empezar diciendo que esta distinción entre la
creación natural y la humana es de clara ascendencia aristotélica, pues es precisamente
Aristóteles quien hace la distinción entre physis y techné.8 Así pues, Valéry toma este punto
del Estagirita y lo reformula a la luz de la influencia que sobre él ejercen Huysman y los
simbolistas. El poeta francés, haciendo gala de su actitud modernista, considerará la obra de
arte como producto de la técnica humana, y no como una prolongación de la naturaleza.

El texto en el que el poeta trata esta problemática lleva por título „El hombre y la concha‟.
En éste Valéry narra el encuentro que tiene con una concha a orillas del mar, y duda de si
ese objeto es producto de la formación natural o de la construcción humana. De esta
manera, Brigante tras hacer una lectura detenida de éste, concluye que la obra de arte no
puede darse como una creación de un nuevo orden vital en el que la formación natural se
lleve todo el crédito, sino que ésta –la obra de arte- es hija de la síntesis entre el orden vital
y el orden geométrico. Así, en contra de la idea bergsoniana de creación, Valéry pensará en
una estética del ornamento en la que se concibe a la obra como una realidad formal, pura,
geométrica, que implica una duración discontinua y matematizada, una duración que no

8
Debemos aclarar en este sentido que si bien esta es una distinción que evoca a Aristóteles, el poeta no va a
llegar a las mismas conclusiones del filósofo, es decir que lo seguirá en el espíritu pero no en la letra.
6
CUADRANTEPHI No. 20
Enero – junio de 2010, Bogotá, Colombia

encuentra su despliegue tan sólo en el orden del tiempo (como lo es para Bergson), sino
también en el del espacio.

La concepción de arte de Valéry, entonces, se encuentra permeada por esta manera de


concebir la obra como ornamento, como una realidad dual en la que la creación y la técnica
se articulan y se hacen visibles en la obra misma. La estética del ornamento se presenta
como un derrotero, pues lo importante es el camino para alcanzarla. Volvemos, así, a la
idea que habíamos planteado antes de entender la poética del poeta como una teoría de la
acción. Y, en este sentido, la danza, como obra de la ejecución en acto, se nos presenta
como paradigma ante las demás artes; con la danza, pues, asistimos a la configuración de
todas las demás artes.

Ahora bien, esto no significa que haya una renuncia a la estética del ornamento, puesto que
en la danza también se hace posible una realidad pura y formal:

la bailarina es un ornamento de la duración, que supone días y días


de entrenamiento y de interiorización de la coreografía. La poética
de Paul Valéry anida en esta paradoja: ser por un lado, una poética
de la acción y, por otro, aspirar a una pureza formal que puede ser
buscada pero nunca alcanzada.9

En este orden de ideas, podemos decir que la danza se pone como modelo de esta paradoja.

Tras haber hecho un recorrido por los tres capítulos de Obstinado Rigor, tenemos que decir,
ante todo, que es un libro en el que su autora hace una lectura detenida, clara, y precisa de
la obra del poeta. Es más, este es un trabajo que puede ser considerado como una de las
mejores lecturas que hay de la obra de Paul Valéry escritas en castellano. La teoría poética
y estética del poeta francés, tal como nos la da a conocer Brigante a lo largo de su libro, es
una teoría que se inscribe bajo el signo del hacer, pues todas las posibilidades del conocer
están atravesadas por esta nueva manera de entender la producción de la obra de arte como

9
Ibíd, p. 28.
7
CUADRANTEPHI No. 20
Enero – junio de 2010, Bogotá, Colombia

una producción que no cesa de hacerse, como un ejercicio del espíritu en el que siempre
está de por medio una búsqueda por la perfección.

También podría gustarte