El Favor de Dios Te Alcanza. Estudio para Las Células
El Favor de Dios Te Alcanza. Estudio para Las Células
¿Tú no crees que Dios aún puede hacer eso que tanto haz anhelado en tu vida? Si dices que ya se acabó el tiempo, recuerda:
Dios sigue gobernando el mundo. Dios sigue alimentando a todos los seres humanos. Dios tiene el universo bajo Su dominio
y Su poder. Él dice: “Yo Soy el Todopoderoso, anda delante de mí y sé perfecto”. En otras palabras, tratemos lo más
posible por caminar de la manera correcta delante de Dios, y veremos a Dios glorificarse. Abraham le creyó a Dios y no se
fijó en su limitación, ni en la de su esposa, ni en su edad; sino que se fijó en las palabras que Dios le había dicho; y las creyó.
Sara también las creyó y recibieron la bendición. Ahí empezó una historia que siguió por los siglos hasta que llegó el Mesías,
Jesucristo; para establecer el puente que haría que la promesa dada a Abraham llegara a todas las naciones de la tierra.
Mateo 11:25-27
¿Quién le entregó todas las cosas a Jesús? (v.27)
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Vemos aquí a Jesús; quien, como ser humano, hablaba con Dios como Padre. Todos los demás se referían a Dios con
cualquier otro nombre, pero no como Padre. Jesús dice: Él es mi Padre, el Señor de los cielos y la tierra. Los judíos conocen
la ley de Moisés, la historia bíblica; y a Dios, según les han informado. Jesús dice de una manera tan clara que nadie conoce
al Padre, sino Él; y nadie lo conoce a Él, sino el Padre. Cualquiera diría: ¿Cómo que nadie te conoce? Sabemos quién eres,
de dónde vienes, lo que has hecho, conocemos tu familia, etc. Sin embargo, Jesús está hablando a un nivel que solo se recibe
por revelación. Al Padre solo lo pueden conocer aquellas personas que el Hijo se lo revela. Jesús dijo una vez que Él vino
a los judíos, un pueblo que tantas veces desobedeció; con una misión muy específica: cumplir toda la ley y los profetas.
Hechos 26:15-18
¿Para qué se le apareció Jesús a Pablo? (v.16)
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El apóstol Pablo, conocido también como Saulo, era judío de nacimiento, fariseo de fariseos, un hombre rígido y radical
con todo lo referente a la ley. Vivía enojado con los discípulos, los perseguía, encarcelaba y consentía en sus muertes. Jesús
se le aparece y le dice: “Yo soy Jesús a quien tú persigues”. Pablo no sabía que a quien realmente estaba persiguiendo, era
a Jesús mismo; el que tiene el control de todo. Jesús no se había olvidado de los gentiles, sino que elige a la persona que
nadie más elegiría, con la misión de predicar acerca de aquel a quien antes perseguía.
Es difícil creer en alguien que ha estado haciendo lo indebido, hasta que te das cuenta que lo que hace es porque realmente
no conoce la verdad. Pero si tú le muestras la verdad y la capta; en lugar de llevarte la contraria, va a ir contigo, llevando
la palabra por donde quiera que vayas. Jesús hizo esto con Saulo de Tarso, el apóstol Pablo. Jesús lo mandó a los gentiles
para que ellos pasen de las tinieblas de satanás al reino de Cristo; para que sus pecados fueran perdonados y recibieran
herencia entre los santificados. Dios quiere que, por medio de Cristo y de la predicación de sus siervos, que los que no le
conocen, lo conozcan; y que al conocer de Él, escapen de las garras del maligno y pertenezcan al reino de luz y de justicia
en el cual Jesucristo es el Rey de Reyes y Señor de Señores.
Somos cristianos de entre los gentiles, y tenemos que recibir a los judíos que son mesiánicos, porque creen en el Mesías.
No debe haber ninguna diferencia. Cristo vino también para representarnos a nosotros los gentiles, y ahora Dios acepta una
sola circuncisión, la de Cristo; para todo el pueblo gentil. Cristo se circuncidó por nosotros, en su cuerpo carnal, y ya los
cristianos no tenemos que hacerlo porque ya no estamos bajo el antiguo pacto. ¡Ahora estamos bajo el Nuevo Pacto, el que
fue sellado con la sangre de Jesús!
Tienes que tomar la decisión de desechar todas las obras de las tinieblas. No sigas adormecido como si nada estuviera
pasando. “…vistámonos de las armas de la luz; andemos como de día, honestamente”. Si somos de Cristo, andemos en toda
integridad. No en vicios ni problemas; no sigamos ofendiendo a Dios.
¿Cómo nos podemos vestir del Señor Jesucristo? Piensa en cómo Jesús era, cómo hablaba, cómo amaba aun a aquellos que
le perseguían. Trata por todos los medios de amar a quien te persigue. Habla la verdad como Jesús, aunque te traiga
problemas. ¡Vístete de Jesús! Jesús irradiaba puro amor porque tiene amor y compasión por todos los seres humanos.
Vistámonos de ese amor y esa compasión por todos los seres humanos. Jesús estaba en la tierra. Era el más grande, alto y
poderoso; sin embargo, vino a ser el más humilde. Vistámonos de humildad. ¡Cuidado, no proveas para los deseos de la
carne! Huye de toda tentación. Si el programita que tanto te gusta es una fuente para luego llenarte de lujuria, ¡quita ese
programa! Quita esa página de tu computadora; elimina de tu teléfono celular esas cositas que te atraen y te llevan a pecar.
¡Deja de ir a ese lugar de pecado! Y si vas a ir a ese lugar, que sea porque Dios te manda a hablarles del evangelio, a
sembrar la Palabra de Dios. Seamos más como Cristo. Tenemos con nosotros al Espíritu Santo, y Dios mismo nos llama
Sus hijos e hijas. Nos ha prometido una herencia eterna; pues hagamos lo que Dios dice y no nos contaminemos con las
tinieblas. Tenemos que hacerle frente a las tinieblas con la luz, verdad, misericordia y valentía.
Ahora perteneces al pueblo de Dios. ¡Regocijémonos con Su pueblo!
[Para ampliar este estudio, puedes revisar la prédica del Pastor Julio Rodríguez del día
13 de Oct del 2019 en este link https://www.youtube.com/watch?v=vWvTQw6fC5k ]