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Pensamiento Bolivariano. Clase 2. DEL MONTE SACRO A LIBERTADOR "POLÍTICO Y MILTAR"

El documento resume el Juramento del Monte Sacro realizado por Simón Bolívar en 1805 en Roma, en el que prometió dedicar su vida a la liberación de Latinoamérica de dominio español. También describe la creación de la Capitanía General de Venezuela en 1777 y cómo esto ayudó a consolidar la nación venezolana al unificar las provincias bajo una misma autoridad. Finalmente, resume los eventos políticos en Venezuela que llevaron a la declaración de independencia el 19 de abril de 1810.

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Pensamiento Bolivariano. Clase 2. DEL MONTE SACRO A LIBERTADOR "POLÍTICO Y MILTAR"

El documento resume el Juramento del Monte Sacro realizado por Simón Bolívar en 1805 en Roma, en el que prometió dedicar su vida a la liberación de Latinoamérica de dominio español. También describe la creación de la Capitanía General de Venezuela en 1777 y cómo esto ayudó a consolidar la nación venezolana al unificar las provincias bajo una misma autoridad. Finalmente, resume los eventos políticos en Venezuela que llevaron a la declaración de independencia el 19 de abril de 1810.

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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MPPP LA EDUCACION UNIVERSITARIA CIENCIA Y TECNOLOGIA UNIVERSIDAD


BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PIU UBV 2020-2 CARACAS

DEL MONTE SACRO A LIBERTADOR POLÍTICO Y MILITAR

Oriana Corina Sánchez González


C.I.28.148.364
El Juramento del Monte Sacro es una promesa anunciada por el Libertador Simón Bolívar,
cuyo objetivo fue enfatizar su profundo compromiso personal con la causa independentista
hispanoamericana y que tuvo lugar durante su visita a la ciudad de Roma, Italia. El
juramento presenciado por Simón Rodríguez, su maestro y mentor años atrás en Caracas
muestra la faceta ilustrada y romántica de Bolívar, imbuido en un idealismo juvenil (tenía
22 años cuando lo realizó) y decepcionado por los avatares de su vida: luego del
fallecimiento de María Teresa Rodríguez del Toro y Alayza, su esposa, en 1803, juró el 15
de agosto en la Colina de Monte Sacro, para consagrar su vida a la liberación del
continente latinoamericano.

Sobre la fecha tuvo lugar este evento existe amplio consenso y documentación que
permite asegurar que fue el 15 de agosto de 1805. Sin embargo, la exactitud tanto del
lugar como de las palabras pronunciadas por el Libertador en dicha ocasión son aún
materia de controversia para sus historiógrafos y estudiosos. Por anotaciones personales
de Simón Rodríguez se sabe que fue una de las tantas colinas que conforman el paisaje
de la capital italiana, la cual él mismo describe como el Monte Sacro, aseveración
refrendada por buena parte de los expertos en el tema, como Joaquín Díaz González.

Otras fuentes aseguran que podría haber sido el Monte Palatino, de mayor altura;
Caracciolo Parra Pérez un gran estudioso de la vida y obra de Bolívar fue de la opinión que
el suceso haya ocurrido en el Monte Aventino, tal vez por su mayor significación histórica.

Sin embargo, historiadores como Vicente Lecuna llegaron incluso a poner en duda que
Bolívar haya realmente pronunciado el juramento que se le atribuye, cuya versión que ha
recibido más amplia difusión reza:

¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y
juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya
roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!

Independientemente del estilo o forma, la veracidad de este hecho histórico está


documentada de primera fuente, en primer lugar por una carta fechada el 19 de enero de
1824 en Pativilca, Perú, enviada por el mismo Bolívar a su maestro Rodríguez, con motivo
de saludarlo al saber su retorno a Sudamérica, en la cual el Libertador se refiere a este
hecho, aunque sin ahondar en detalles exactos y por otra parte, de un extracto de la
conversación sostenida entre un Simón Rodríguez ya anciano y el doctor Manuel Uribe
Ángel en Quito, en 1850, que fue recogida por el escritor Fabio Lozano y Lozano en el libro
«Maestro del Libertador», publicado en París, en 1913. Del sentido del juramento se
desprende que el futuro Libertador quería conferir a sus palabras el concepto de las ideas
de libertad, igualdad y fraternidad aprendidas de la Ilustración, toda vez que la
contemplación del paisaje repleto de ruinas de lo que fue el Imperio Romano le hizo evocar
la tiranía y opresión que caracterizaron a varios de sus gobernantes.

La Capitanía General de Venezuela fue una entidad territorial perteneciente al Imperio


español, establecida por la Corona española el 8 de septiembre de 1777, durante
el período de colonización, que abarcó un territorio similar al de la actual Venezuela. Fue
gobernada por distintos capitanes generales, exceptuando un breve período en el que
la Junta Suprema de Caracas, tras la renuncia de Vicente Emparan, se encargó del
gobierno hasta marzo de 1811. España perdió formalmente el reino en 1823 cuando la
administración fue concedida a la Gran Colombia después de un período de transición que
comenzó en 1821.

La Capitanía General de Venezuela viene a consolidar a la nación venezolana, ya que con


la existencia y funcionamiento de la Intendencia del Ejército y de la Real Hacienda,
del Real Consulado de Caracas y de la Real Audiencia, las instituciones se unen en la
expresión de los poderes públicos, civiles y militares; además, el hecho se convierte en
una valiosa referencia para la delimitación del territorio venezolano, base del Uti Possidetis
Iuris de 1810 y ha sido, a largo de todos los tiempos nacionales, un marco para señalar
que la nación ocupa el mismo territorio que ocupaba la antigua Capitanía General de
Venezuela.

De hecho, la decisión del rey uniformó a las provincias que existían desde 1528, unificó los
comandos militares
de Cumaná, Maracaibo, Guayana, Margarita y Trinidad, culminando el proceso jurídico de
la unidad política, administrativa y militar de la nación que se inició con la Intendencia del
Ejército y de la Real Hacienda, que prosigue y se consolida con la Real Audiencia de
Caracas y que la Capitanía General de Venezuela define jurisdiccionalmente en lo político
y militar.

Le puso fin a la disgregación, ya que algunas de las provincias venezolanas dependían


del Virreinato de la Nueva Granada en lo político, militar y judicial
como Maracaibo y Guayana; otras dependían del mencionado Virreinato en lo político y
militar, pero no en lo judicial como Nueva Andalucía, Margarita y Trinidad, mientras que la
provincia de Venezuela estaba subordinada en todos los órdenes a la Real
Audiencia de Santo Domingo y las provincias de la Nueva
Andalucía, Margarita y Trinidad dependían de Santo Domingo en lo judicial.

Al crearse la Capitanía General todas las provincias quedaron en lo político y militar bajo la
jurisdicción del Capitanía General que tenía sede en Caracas y cuyo título lo hacía presidir
el destino de todas las demás provincias venezolanas tanto en lo militar como en lo
político. Con la creación de la Capitanía General de Venezuela se puede indicar el primer
día de la nacionalidad venezolana propiamente dicha. Razones hay y muchas para señalar
que si Carlos III no la crea, buena parte de nuestras provincias, a la hora de declarar la
Independencia venezolana, hubiera quedado integrada al territorio de la Nueva Granada.
Por eso se coincide con don Mario Briceño Iragorry, quien señala a este día como el previo
al 19 de abril, y le confiere estatura similar a los grandes días de la Patria, indicando que el
hecho de que se pudieran dar órdenes desde Caracas válidas para todo el país sembró
una idea de patria esencial y realizable.
Elementos que conformaron la idea de libertad en la sociedad mantuana y la influencia de
Francisco de Miranda. Incorporación de todos los sectores sociales, pardos, indígenas y
negros.
Los acontecimientos políticos y militares que se van sucediendo en la Península actúan en
Hispanoamérica con efecto cascada. Se actuaba no en función de fines políticos
predeterminados o coherentemente planificados, sino como reacción ante la posibilidad de
que la Península cayese bajo el dominio francés. Pero, por otro lado, se va haciendo cada
vez más notoria la reacción de los criollos americanos de rechazo a las actitudes
discriminatorias de los organismos gubernativos establecidos en la Península con relación
a los derechos de igualdad preconizados por los representantes americanos en la corte
gaditana.

La eclosión juntera española termina por replicarse en Hispanoamérica. 1809 será el año
de los avances y retrocesos, fundamentalmente porque en uno de los nudos del imperio,
en el virreinato peruano, las fuerzas realistas dirigidas por el virrey Abascal han de
colaborar para que la quietud vuelva a diversos territorios (Quito, Charcas, Chile). En
cambio, 1810 va a ser el año en el cual los movimientos autonomistas van a ir
transformándose en separatistas, van a hacer frente a las fuerzas realistas en una guerra
que no dejando de ser nunca civil se vio en la necesidad de devenir en una guerra contra
un enemigo confrontado como foráneo.

Los mantuanos, en abril de 1810, pasan a liderar una segunda arremetida contra ese
resquebrajado orden establecido. Se deciden por la deposición del capitán general Vicente
Emparán y Orbe y el establecimiento de una Junta de Gobierno. El 19 de abril, Jueves
Santo, se dará inicio a una vorágine de acontecimientos que va a llevar, un año después, a
la proclamación de la independencia, al inicio de la guerra separatista venezolana que ha
de empalmar con la de Nueva Granada, para convertirse en una unidad con la formación
del ejército libertador del norte al mando de Bolívar y que se extenderá, en un brevísimo
periodo, por los territorios actuales de Ecuador, Perú y Bolivia.

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