JOSEP FONTANA
LA HISTORIA DESPUES DEL
FIN DE LA HISTORIA
Reflexiones acerca de la situacién actual
ie la ciencia histérica
critica‘Eine a historia? :O tal vez el del cenciahistér-
«9? Enel primer senlido, esia expresion se ba puesto de
‘oda como conseevencia de un artculo de Francis FUR
a publicado en 1989, cuya Tama se debe aie
Ta omucsiacion que para sb difusion oxganizé la John Mor
(lis Foundation, una iasltusi6n rteamericana que in-
mente millones de délares para favorecer un
‘raj sla devecha en la enseRanza de las cencas soci
ies! Reconvertido posergemente en un ibro, su ampli
‘Big ha servido para poner mas en evidencia su vacie
tad se tata simplemente de una relaboracion mas de la
(enic Je Hegel ave contemplaba wel mundo germnico y
Tas nstiluciones que comprende el estado europeo moder-
tno som el inde [a historian? vieja ideas rciladas re,
ate eaten
cae iaeithniraonese ew
Tera tiecectutmmeweage! 6
seers ipetidamente desde ue Koes oda pone en cra
Lain en frase, mezladas aor, cn gia de
Witte paracomponer ia ques eifad de i>
de reas hegelanon prs ol conserved nortan
avo. mintras ume se peur nor qe un
eta eidente mediocre fa tendo lana atencon
pte”. :Por ut un eto ba polo empl tama
eer» capil pra ana un bro tan uel'y de
escaso interés?” mel dean
Enel serupdo sentido, cndo menos, en una fr
sua anbigr gue plc ot pte Sob Td,
‘segundo—, enconiramos fa expresién como titulo de una
‘even de atc pico ea lea rides Ho
to on ae siscon aa dC al
tne pematvor dneftnse nce
rn la mere dl sass oe fin da histor,
Mab gue al ves habla re Minds no
Een an Sgats de quel hori se faa aban”
Tas elon que pong ence pac rlmen
to ive i preeson dE Teel protioma —o, me.
[ac ospremar~ apo gi psn plnene cae
dara quienes se inttesan por e eitidi dela historia, y
‘Buy en especial a quienes se dedican 4/41 ensehanza, a
FL DE LA HISTORIA 9
iaarse en el lberinto de correntes_que fa vido a
‘Reaplavar aquel maps tan cao de nvesto esitrio ave
thas pocos afios sola dividise en dos o es continents:
fa itoria aria la academia conservadora ysl
“Tanupuesta wlerea van, como la escuela de las Anal,
EL punto de partda de esa elec debe sre race
so Seles expeclaivas que fe fabian depositado ea formas
A cneitaiesj catequlsticar del marxismo como alernai-
“ral ensehancay la vestigaion tradicionales. A qule-
iespicnsan que eto, simplemente, una consecuensia del
‘fandimignto pollico y econémico de los pases del Este
Firapeoy dela Unibn Sovitica —esto es, a quienes con-
Fen euro dela hioria con el dea cencia historia
Tergorviene recordar que ya hace mucho que quienes nos
edicamos a ensehar habiamos descubiero, por nuestra
‘Shenta, que reempazar la vieja bistori de reyes ybatalas
fa no-la-nutwa. de fos modos de produccign no 0:
‘tia permit mejorar y hacer mis vive nuesto
jo, aproximndoto a les problemas reales de fs alumno>
"desu edio, yque nos etdbamesplanteando sos Pro
Flemas mocho antes de que e produjca la recente oles
ia «reisionistan
‘No envavé-atra enol ani de lat razones que ex:
ica eT nf, primero, yl prevstble hundimieat,des-
del amaraismo cateqlstico», porqve lo que me pro
rongo es precisamente, eran qué ha pasado despues
ELS? por cual comenzaré apa el mime fee10 cA msronta DESPUES DHL mY DE LA MsTORIA
|28,78queha sido el dserdito de unos eaquemas elmer,
Tales qe poporcionaban a michoshistoriadores un ma
ode referencia para star ot trabao To ue ba conduct
dol etado de desrienacin present.
‘oss abi Tegado ent nossa exremos de 98?
enn del sentido comin como el de Abimacl Guzman,
Alilamado «presideite Gonzalo» de Sendero Laminsso,
‘len, segin me comtaban quienes habian sid sus dss
_Dulos ea Universidad de Huamangs, en Ayacucho, les’
ens que no habian de preocuparse por eolver inte
{Ecuaimente ningun problema gues les pantage, cl
40 es vida ctiiana, puesio que led aentaente
las obras de Mars, Engels, Leni, Sala y Mao Teg
Gacontaran en gia aga la esoesta gue necraba
ero ssi retulia gots, y puede wanquilizarao,
no haber legado sano, convine to ehar en ado ie
Brita qe se eonsderakan orale y adidas ene,
‘ostros, come as dscsiones escola crea dela
‘olucin bravest —um concep, por cet, que no se
ard como tal en ls abas de Marz ue recede de Tos
elementos con qua hstoriograflaburguera dl siglo x
uso componer una legitimacin dls sociedad qu
Ba consruyendo—, nacen da misma riz yon igul=
iene ajenas ala forma de concer a histori que ena
elitmbce que e189 afirmaba que no pods aeaar
Jb volumes senda de epi asia ee
cluyese I vss econdmica qu estaba sraverando Cra
Beta, porque necesita eau el aise ob
servando el curso actual de lot acontecimientosn Lo
06 1 MONA u
1 sen a ser exacumente To cones deo ue asian;
tecalvads 10 ortodoxon, que hi-|
iaeeatvedores de mics ars i
san denuncado al Mars de TTB como un Wea pos
(Ae preudomarsiimo —parentenderosempleréen
arxista para ferme ae
to suesivo emarxismon yi
Painarsano» y «SATxISMO
personal de Marx za auel
fendecias que lo lean ms feente—, que ha sido de-
nunciads por su reduccion al «cientifismon,” implicaba
tina ulizaign petiieada,fosilzadora, de los conceptos
a Teen recvenea de la simple terminology ¥ 0
asians sow yo
Sepa icnemende que se haiendo ce
Sem, relemand lave ann conser
{dm ahistérican de los concepts
eee pone ort
aoa! cae(eapacdaa para epesar ¥ crap lo esque
tar nclee agus ques considean erneamente como
“Fregrantes de una parte jay esencal de su wsstema»,
rade dl tui ess refines sobre cs
» fenon?! que nes permite advert que posblemente habia
i tnlinea e In hstora que el «mars:
“eps cocb asics unin de los modo,
ae produc
en, ances nde: oa, Cac ci
cece ia, bros, Poe
ee eat eee of tarcon THe unos
wns a tera ah
ameter
Pm121A msronia bESPUts net rim DE LA susrORIA
Frente a esta evindicacin posible y ogica del psa
‘lento marsiano —entendid como un metodo y no como
— insisema de interpretacion completo y cetrado—- encom
{ramos en un pasado inmedlato intentos de recupers e
Iarxisme ortodoxo sobre nuevas bases, come a de
Cohen —coniea el que se dirigeesencialmente la ica,
de Derek Saver citada aneriociente—, ol mas recente
de Wright, Levine y Sobes, que tratan de oponer alguna
forma de rzonamiento aa gover iracionaidad delin
Sito mimero decriticos que se limita repetie que el a
«a80 de los regiments del Este europeo wdemucsran lac
lucidad del pensar cual es tan
, que
lepermiterecurrir a nuevos, yan ds presgiosos, prs
tamos de Cantor, Wang, Hilbert, Gdel, et, lo que sign-
fia, como se ve, una doble coraza de-sciencian. Chaud
hurt umatematizan la istria, no a aves del Tad de
Telodos cuantatives © de modelos expctos, como los
lidmetras en ese libro apenas hay series de ies, gr
cos oextadaticas—, sno mediante a adopcin dels can
pos mis ementals dea teorla de conjutos, como par-
je-de una «nueva vision» que en eu aplicacién coneria,
ia conduce a rertado rivales 0 dipartados. Respecto
el conceplo de wnimero cardinal, por ejemplo, se no
dice que para aplicaro no es preciso Gontar, sino que bas:
{acon comprobar a wcorrespondencian entre distintas co.
leccones de objeto: asi, la afiemacion ‘a clase et len
requere «la correspondencia entre dos nimeros cardia
les el numero de sills y el nimero de personas presen.
tes, que se puede verifcar con la miada,
En eta obra —atade—,econcepto de crdnalidad
‘usa pata denier un grupo de gente con una
‘én, cultura o cas comin. As las palabras “nu
Sola “hind java chino implican Is existen
{ia de pincipis po los cules fod los miembros dl
espe conju pueden ecanacese com preteen
tera conjnta sin eepcionv
30a mstonin DESPUES DEL Mi DLA msronA
a inulidad de ese centifime rela mis plica
sn cuando nos danor cena de qu el afén por iar
secineameate fs mllodos de Oras discilinayepde
oncepeiones de la enca completamente spetatoe Ul
niverso intelectual poppeiana en quelacencia eich.
cada con a caacidad de rede Hace tempo uso
4a endo abajo Semejanteconcecionprtense lve,
4o mundo del determinismo tplacino,y nana ea
‘ese basa en las matemticas del aon y opera con ble
tos tates mney
Exams ante fo queuncentfico ha Hamad lect.
‘ascioluein cents, que seeder aa primera inde
Galileo y Newion—y ala segunda —n dea relatvidad
la mec evita para estaba ea dea oom
nlsjilad” El detrsinio YT inside Teen ca.
oacdadprediiva dela cenlacovrespondana an nn
|o de abstracciones, pero no se ajustan a dea readad
[ts como hoy la experimentamos "Pag deci con pls
pore dinate ict peice
See aia ioe cea
sete desires
‘eas Bot es ado La mrs nina ns
rate
ese eg a a
1 off. The ben! we can dis peobublinn fp. 299). *
a musi exist a
bas de Hiya Prigogine: «Hemos legado a un nuew nivel
de compeenain en el que is raionalidad nose eatin
ya con la “cetera al la probebiidad con Ta “Tgno-
OY la mismo que a estallado la imagen lapaciana del
‘osmos, lo ha hecho el ordenado esquema de a evolucién
‘eos sees vivos que encajaba a la perfeccin entre este
mundo fsico determinista® por un lado ya visién lim
real de la historia como un ascensocontinuado dela bar-
batiealprogero, que heredarnos hace dos silos de opi-
mismo burs y que comienza a ser hora de arinconas.” |
Es también Prigogine quien nos dice: «Hlemos de aba
dona ¢ mit det "conocimiento completo” que ha cbse
Sion ate Cn Sle drane es low ycep-
‘ar que la diferencia entre fas Tamadas iencas dus y las
bandas es micho menor de lo que pensibamos.* 0,
come ha dicho Tito Arecehi el movimlente desde un n=
co punig de visa/a una multiplicdad de puntos de vista
ae Gn eens hey32 La msrona pesruts pet my DE LA msronIs
leatimos venea signiticar algo asi como ta revoluci6n co
pernicana en comp:
tema plolemaioo: ec
dos cultures” y vuelve abr un Ava de Trl debate in
sexdiscptinaty a
isons mismos culivadores quienes nos dicen que
hemos de perder eresptoreverencal que sentiamos ante
las cienciassupuestamente mis durasy nos incitan a que
Aebatamos con ellos los problemas que nos son comunes,
abandonando nuestros compleos de inferordad, aut jus
tifieain puede tenes que sigamosimitando lo mismo que
ellos tratan de remplazary mejora?, zo que traspasemos
sta fea otras ecencas sociales», que dsponen de aun
tien lees generaliadoras, i som eapsces de predece ms
‘que supuesis muy elementals y cast siempre en cond
cones fiadas cn tatas resirisiones que los hacen ea
Sameate repcesentatvos de la realidad?
Es fil comprobar esta fragilidad ene caso ela eco
‘om, una de as disiplinas que ha legado a eerer ma
Sor seduceisn sobre los hstoriadores descarriados, por lo
‘ual Te dedicare alguna atencion individvalizada
LA «CLIOMETRIAy
Sila aciometian celta un elemplo privlegiado det
problema general del Genllsme, es porque en ninguna Gira
‘ianifesiacon de éste han lepado fs historiadores tan le-
jos en su voluniad de consituir una dscipinaindepen-
inte, que tomas de ia teoriaecondmica convencional
Todo el aparato metodologico y silo acudia alas cni-
25 propiamente istorcas para Tecoger los dats que sc-
Fite aii, Recurdese a vijay tjante propuesta de
ater Temin de entender sla historia econdmica somo una
forma de econorsia neoclsicaaplcaday.
Con Todo, una exploracdn mas completa evga prestar
una atencin paralela a otras versiones cientifistas, como
IE socologiahstrica —no To hago, en este caso, porque
(Siavea que Julian Casanova ha levado a cabo stisfacto-
Fiamente en un libeo recente" 0 alos problemas que
si Se i re a or te
eres They msec Sauer mee
i tr Harmanen, Pog34 wa mnsronis Desrus DEL FN DE Ex HsTORIA
plantean las infucncas de a antropoloia, que van desde
Tprnejorde una determinada etnalistaria hasta los ex
sosde quienes acaban abandonando el estudio dela rea
dad social y reemplazindolo por ede los simbolos, sin
hacers carga dela necsidad de combinar ambos panos.
El eamino a sepuir no seria, probablemente, muy distinto
Laue ulizaré para oeuparme dela cliometa, dé modo
‘gue el andlisis tan slo gaara en matoes se recargari,
2 cambio, de cas bibliogratcas
‘A primera vista parece que lo que debe justi ladi-
visidn ene a economic history (storia eeon@mica) ya
[torcal economies (economia «hitrieas) ba de ser Ia
‘indole de ula tebico ampleado, yTanaturaleza de los
itive qul cada una de estas dcipina se propo. Pero
foes asi. La paradoja aparece con toda caridad cuando
adores econversor, Aidos de
es dehenden Ia formalza
dn esondmics extrema, mientras Tos economists «pu
fosy duros» reslaman wna historia econémica capaz de
Syd a corregi los exceros de astracion en que etd
‘ayenda Ia tcoria econdmiea —y eta demanda vene de
tivadores de la dscplna de tanta categoria como K.
J. Arrow 0 R.E. Solow” y los eultivadores dela i
1 wcuoMErntay 3s
torical economics, como Charles P. Kindlberger, le piden
‘esta dseiplina una visi ubistoriistayy no advierten
de que wmuchos models eoon6micos son plausibes ye
Sillan adecvados en determinadas crcuastancias; el pro
Dlema consist en saber hata qué punto son geneals
‘Rindleberge ress, en principio, hablar de upredicién»,
‘orgue considera que en modelos de equilrio genera, cone
Iontones —tal ver centenares— de variables, resulta dea
‘masiado dif probablementeimposbl estar seguro de!
‘ue las diversas variables indepeadienes de una fonciény
‘dada han sido expeificadas cuidadosamente en la prime,
ra ocasin y reproducidas en la segunda>.* ~
[Ens incapacidad para stuarehistricamente supro-
pia evolucén, lor cliometras no se han dado cuenta, sin
Ads, de que con su inento de mantener aa historia ee0-
‘dmc edentro» de ia economia estan epitendo 1 bata
Ilaqve ge libro en las universdades ritanicas a fines dl
Siglo Nix y-comienoos del xx y que coneluy6 con ls inde
Dendlzacion dela historia econdmica respecto de la t0-
‘ay To que les leva a empenarse de auevo en una balla
‘que yas bry concluye hace af, aceea desis prsie-
thle tatar de sepa en Su evlucibn —no siempre es se-
;uro que esa palabra sea ingnim de eavancey~alateo-
“a econGmica, a cesgo de paalza su propio prosese,
o independicase deel para enrique fk enfoaes Su
inktodas especificos.*36 La svonta pIsPUts DEL FIN DE LA HISTORIA
L_punt eencil que justia hoy, como sued en
cl pasado, lnindependencia de air econdmia como
Sisapling como algo mds qu eri econdmica apa
a esl echo de que la cori condmica sha mosta-
inane, por soa, dé expla a compleidd de os
Sto huanoscoet0s, also os mitamos alt
‘Eon Sl de os de walurafera eon econs
ile (o que eineretan habiualmente como le). «Ex
ETrmundo eal_-nos ice Kindleberer— ena imbige-
dad» No hay gue bacer muchos eazonanintos pa Ue
dara una comcsin smejanfe Basia con mrar aides
{to alrededor ycomprobar la eteracién de los erores de
prtsgn cometidos por gobierno ¢sUuciones que
tea servi ot abexoraienfo encos ma cali.
dg os presto responsable pales que amas po
didn devolveron" a situacion actual de la may pate
(as empress informatics (qu pst 2 isponer del mejor
uipamieat imaseable para wliar magels conomé
{eos softiados,peieonequvocadave la deman
Ida de sus products). ete
© Por oa part, podemes hablar de un cuerpo eto
‘sondnica qu conse en un conjuno e eye
ae ampli aleaneet S descartamos equemas generals
lomo el dels wexpectativasracinalesy, que se hacom
probado que no focionan,”esula qu, cuando seinen
1a wctiomernian Fo
‘a examinar el conjunto de ls amadas aleve econdi-
cas, lo que mejor fesse al contrast cotiiano con la ea
lidad son viejasobseracionescai de sentido comin, como
la ley de Gresham o 1a de Ernst Engel, que vienen a co-
"tesponder a lo que! propio Kindleberger llama euaior~
tmidades o cuas-niformidades ef el modo ea que la gen-
‘ears pra ganar Ia vida, ninguna dela cuales svi
pars todos los momentos y todos los caos, lo que condu-
‘cea quela seleccign dl momento o del lvgaren que haya,
‘que aplicar una de elias sea ms bien cuestia de ate que —
4e ciencian.* Donald McCloskey ha contibuido también
al etomo ala sensatez con su denuncia dels elementor
‘elrios en a cieniaesondmica, que no sti propiamente
‘ina ciencia normativa, sino que, aunque pretenda expe-
sarse en un lengua yun estilo acientiios», eaten rea-
lida contando «histories enmascaradat en relic een
‘iia.”
_.NOL encontramos hoy, paraddjicamente, con unos
stories economias qu, empetados en apoyaise
‘lusivamentéen un ceo toric Inseaulp, ven com fs
trabajos ni interesan a los historiadores wpuroso, sl se
‘pe amie oa curation, pals economisan, puesto
‘4s, como a dicho recientemente uno de ells, este to
de historiadores se han eauvocad wal eaeren I tenta-|
«in de contar alos economists lo que Estos deseabaa of |
Suc kate nena emi ito Cam
ie, Gamay Davey Fay ter ona
SSS Selah eS ewe Te ee28 La msron nesnoés pet ni DE LA mierontA
tuna historia acerca del simplicidad de os process de
cambio— en ugar de contrls la clase de historia que ne
cesitan ot, que es a que versa acerca dela complejidad
saileza del mundo realy Se cobijaron en los departs
rmentos de economia y, una vez insalados en ellos, cuan
do cretan haber ganado su batalla, se encontraron con que
can los economistas quienes no velan que les interesase
{avert en puestos dacenes de historia econdmica —por
To menos, de esta clase de historia esonémica— los recur
sos de sus departamentos, ehabiendo otros economist
‘que —Hiberados de a necesdad de estudiar y absorber he
hos hstricos— tienen una mejor preparacion en ate
iticas y estaditicay
Tor ota pate, balance de los primerosveintcinco
‘afios de una historia econdmica que yaa perdido el dee
ho a sepuiselamando «neva» demvesta que 8 ma
ores duitos Son los que aleanzd ex la década de los sen
'a.en el estudio de doi problemas conertos —el de la
‘sonoma eslavita del sur de lor Estados Unido yo de
1a conteibuci del ferrocarsl al desarrollo econdmico—
“-yave sus aos posteriores de tiunfoy expansion mo an
aportado nada nuevo que engalaambici yteascenden-
| cia de aquellos primeras resultados. La conclusén a qe
sea llegado es que, ene fondo, la enueva historia ero
| nbmican com tl, cons pretensiones de independencia,
ha mostrado que para lo mis queserviaera para vcoregit
{alos planteamientos yerrores en la histria econémica
a ecioernian 2
tradicional, pero no para etablecer un texto» propio,
dado que representa simplemente euna etensin edific-,
sobre los fundamestos descriptivos de a vieja» y au,
no puede seguir viviendo, si se empena en prescindir de
ella
‘Ta conclusion a que habré que legares que los fen:
menos sociales son demasiado compleios como para es
serar que puedan ser analizados eatisactoriameate, icon
*F instrumental relativamente simple, aunque preciso, de
‘seconometria, icon el més amplio y vago de la histor
radiional. Rechaza el ecienifismo» no significa, sinem-
back rechavar la wcenciay. La exigenca de detinir ex
“plistamente los supuestos en que se basan nuestosrazo-
aentos no es propia tan so del historia econométic|
Sin de cualquier forma de histori, y el wo de métodor,
tstadsticos y econométicos avanzados, incluso el del
“modelo explicitoshipotetio-deductivos» —cuando és
tose aplcan a problemas gue pueden resoivese con wl
fmero manejable de variables, sin eaerensmplifcacio
es desnatratiadoras del realidad no sl es isto si0
{ecomendabl,y puede resulae especialmente proveshoso
‘EanGmitos (como fucedio en su emo con el prudente
tro que de estos métodos hicieron Conrad y Mever ea
estudio de a centabilidad de la eslavitud) o para pone]
{prueba la valdez de explicaciones que contenenrazo
‘amientos econdiicos impliios © mal espeifcados.40 LA wistonin DESPUES DEL F2¥ DE LA MISHORIA
Peco suponer que se puede explicar la Hamada weve
lucion agricola» co un cuadrit elemental y un par de
vialdades acerca de los «derechos de propiedad excus!
‘os sabes recureors que son neces pra el desaro
Gel saber y de la teenies —por poner wn ejemplo de lo
lbusor aque han lez algunos elidmetras—es an poco
‘Sensato como e igo intento de construit modelos abe
néticos para expicar la primera guetra mundial
En un libeo reciente" Carlo M. Cipolla ha quere
conteibuir a devolver ala historia econémica el eaulbro
perdi, ecordando que la historia, en cualquiera de sus
‘amas y modaldades, se eiee siempre al hombre y ave
alser humano na se le puede legar a comprender sino
c poe en juego foe las dimensiones que lo conser.”
Lahisora economia cs wea materia eminemenen
intericpinar.Ocupa una ona dl raber humane
tui stuad en a eneracada de tras dos diplins
Hora y ta economia. La historia econdmica to pues
preicindr de ninguna de la Sicedeen uno de eos do
frente, se desnatualiay pled su propia ena, U1
prblems consist en goer do dpins que esta eb
Fo bap, po as deco, petenmcen a dos elturs dist
Ea Chane Tesco ee pn
tas ino cy sive sende la scipina bumanisi-
a pot attoonaca. Ex cambio In eosemin ve bs dis
‘cid progreshament de I historia de as cencas
Fomanasdede oreo de Ricard: aa permanecen
‘doar debi como base paral predein,seara ob
nadaient as lamas eneas eucas mediante el v0
Yel abos deta tga atemdtien como itrament fa
‘mental par ef ana 2
Peto tl ec la eflexion ms adecuada para combat
los ecesosucentifisiae sea Ia que a hecho McCloskey
AI abertirnos qu sf eoiaeconémica (la histori eco-
‘dima con ella) no sven para mejorar la suerte de Tos
bobres y para empuiar a los politicos aque se preocupen
bor hace la Tirta habitable, sirven para muy poco. Por
fegantes que sean los montajes que hagamos con sid
ula.UN EJEMPLO CONCRETO: EL PROBLEMA
DEL NIVEL Y DE LA CALIDAD DE VIDA
[Nos detendcemos un momento en este repaso al vez
demasiado limitado a textos de caricter propramitico ge
heral, para examinae un etna conereto de trabajo histo-
‘grafico a que se ha prestado mucha atencion en Tos il-
{imos afos —el del estudio del nivel y de Ia calidad de
Vida, con la iRTCTOn de que sive para Manrar mejor
peopl de oss re scone
posibidad de resolveros st ue
se quiere, por lo que parece mis con
crete, elementalycuantifieable el salaro. Los que estén
familiarizados con las discusones que han engendrado lat
series de salariosagrcolasbrtinicas* 0 quienes, snc
sheen intel a Apter py otal a apa Sere!
iat abe ono hey mt 37, XL GO, p28 27Maree, haya gaa petcatas de
cata dea comple gy
ssconden a as delay salaries que cacoe
Atchivos, no se sorrendein demasiado ane ae
5coMo ld Miche Sonescer, unos
lai de os arsinos tances ape
«um cia que coda toda ina see depen
tins. ita por muchos autores cisenes coe
miss ean enamels misma Uneeeen
So de everateinaioes dl siniiea fr a
tempos." Aunque esd claro que podria habero dicho de
manera mas snpleeintligible
Saco de cons ah liar el
lan arene
sc inane pone de eels
nias ht levado a los investigadores a descubri que son
fcopisemas mas tages de lo que se cei y que as po:
biacionesnativas aprendieren, por un largo proceso adap-
lativo,a desarroliar formas de expotacion adecuadasasu
‘onservain, hasta el punto que ho # nos propane apren
sem rn ian han set sci16 un misronin DesPus DEL MY DE LA misrOnIA
der de sus métodosy sistemas de expltacién, «como algo
paralelo, sn prioriato, inroducir una tecnologia ava
ada del so de los recursos."
PMN se debe caer, sin embargo, en I trvialidad de sv
Foner que todo lo Que necesitamos es tomar ejemplo de
Tas peticas de otras ultras, sin mis. En cuanto serefe-
re la deforestacion, por cjemplo, nos ensontramos con
‘que no parece haber habido, por lo menos en lineas gene
fale, una conciencia adecuada de la natraleza del pro
‘blema ela Inia a ver poraue su agravamiento real date
ante todo de la Epoca en ae os briténicos comenzaron
1 interfriren su evlucién." Al contraro de lo sucedi
doen l Japon, donde, habiéndoselegado a graves pro
blemas de deterioro come consecuencia de ls rotutaio
nes que exgi a subistencia de una poblacion muy densa,
{proceso fue conten ya a fines de siglo xvn y en el
Siglo sguienle wee adoptaron méiedos para aumentar la
deseada producci des bosques, en un proceso gue i
plied el paso del Japéa dela expotacin la orestcut
To que esto nos indica, ante todo, es la neesidad de
no reduvr el estudio del medio a una seie de problemas
fe deben ser consderadassnicamente desde a perspec
tiv clentfico-naturaly dela tecnologia desu uso. Es ne
‘cesario que introduzcamos en el anlisiseementos wsoca
Tesn sin los cuales toda explieacion de lo eeutido sera
eroniA, FSPACIO ¥ RECURSOS VATURALES TT
lnsufcintey toda propuesta de remetio puede quedar en
neta ret6rica moraliante. Esta concietsa, que inspira a
unos trabajos de Martine: Alien." me parece sobre todo
‘isbeen otros, devprciadamente poco conocidos, de Juan
Carlos Garavaglia, quien seal fa neesidad de introdu-
tir al lao del ext de alas relaciones entre las plantas,
Jos animales, los hombres y t medio abidtico —es decir,
log elementos climaticos, eicesehidrogréticsy, el de
las elacones que ls hombres establecenenre si como con
secuencia de su partiipacin en este proceso, inluyendo
nr ellas ala tecnologia os saberes que los hombres han
io acumulando en sus complejasrelaciones con la nat
ralezas™
Espero que, habiendo legado a ese punt, v= entin-
dda que no me propongo, en modo algune, minimizar la
Importancia de estudio del medio natal asociad al det
hombre, Pero una cora esque ve ban uiizar los més mo-
dernos procedimientos clentificos —y pedir el ailio de
Jos especilistae para ln adecuada iaterpretacién de los re-
sultadosaleanzals con ellos— con el objeto de profun-
Aiar en ete estudio dels ansformaciones del medio na-
tural, y otta que el histriador haya de convertise en
cienific aficionado, cultivadordeextranaswhistorasin-
indvilen en queel hombre apenas desempena papel algu-
no. A tales exploradores de parajes supuestamente desco78 anmsrontn orsrus DEL THN DE LA mistON.
nocids habia que ecordares a vei y ensataadvetenc
de Voltaire: «Uhistoire naturelle, improprement dite his
oir, estan partie essentele de la physiques."
To que debe hacer el hstriador es mejorar et uillaj
con que sus predecesores han rabajado hasta hoy ene
{odio de las velaciones entre el hombre y su entorna, en
troncar con una tradicién més que secular en la que hay
‘macho que puede aprovecar, rientar su estudio de acuer
do con as ecesidades y 1s problemas actuales dela hu
manidad —no con las modas intelectualesvigentes— ye
forrarseen aportar elementos que wsirvan» pot lo menos
pars hacer ms cay i ida la conciencia que los hom
bres tienen les situacion, Le consiene recordar ae Io
propio de su trabajo es proporcionar servicios, no vender
Imercancias que debenvtedefinitse» —Io que casi siempie
Auiere decir poca més que «rcbauizarse> ydisfrazarse—
ara parecer nuevas en los escaparaes
Eat hacer mds cientfen nuesa prctia como in
sestizadores y procurae que ésta se dja a problemas de
Implicaciones eencialmentehumanas, estechameate lig
das alas necesidades de nuestra sociedad, no hay contra
Aliccién alguna, Las cicunstancias en que vivios nos ad
‘ern de Ta necesida! de tomar en cuenta, con una mavor
atencién que en el pasado, el medio natural, pero ello 80
Sinnifica que nesta funcién Sea este el Suelo, eel
sma o la vegeacién ~para lo que no estamos adecuada
mente equipados—, sno la de mejorar y enriquecer nus
tro conacimiento dela relacion entre los hombres, ene
las diversas sociedades humanas, y el medio en que viven
Ytrabajan,
BL CIENTIFISMO Y LA DESINTEGRACION
DE LA HISTORIA,
En esta revisién de Tos problemas que nos planes el
‘entifsmos hay varias consideraiones de conjunto que
conviene hacer. La primera esl que nos invita a evita Ia
‘tampa, denuneiada por E. P. Thompson, de reemplazar
vna veaterminologia que el «tevisionismow ha sometido
alaque —alegsndo que su impress a hace inl para
{1} propésios analiticos— para eemplazara por otra que
10 €8 mejor, sno simplemente «nuevay. Thompson nos
prevene contra la tentacion de abandonartérminos como
‘clase, eburpuesan, afeudaly owcapitalista, que no han
inventado fs histriadores, puesto que se han limitado a
‘omarios dl Lenguaje cotdiano de las gentes del pasado,
para reemplazarlos por etz0s como wpreindastian, «tra
lisionaly, «epaterraisman o «modernizacién», que son
igualmenteimprecisos, cuando menos, y que no es verdad
que a diferencia de los primeros, estén limpios de cares
ieoldeica, sino que tienen otra dstinta: mientras los que
sen0s propone abandonar,frjados en los conflictos rea:
les entre los hombres, traducen una dindnca de enfrenta80. LA sronta DESPUES DEL HIN DE LA HISTORIA
rmiento, los segundos apuntan aun orden soa wautorte
lado, inventado. por ‘una wsgcologlahstéricar
Nibesea
‘Una cosa es que rechacemos ls inerpetaciones basa
as en el empleo aburvo, cosifcado, de os viejo tm
nos, ¥ otra que levemos nuestro abandonismo a aceptar
tina opeacign de ecamoteo intelectual que nos obliga a
feaunciar a coneeptos farjados por los hombres del pase
tbo, que expresan sus experiencia, sus preepciones ysis
Ichas,y que etn cargades, por ello, de un contenido whi
téricon real, Yabo de wescamoteo» porque no eso mis
‘mo prestarnos la vsj init operacin de weedesbir
los fendmenos en un auevo vocabulrion,™ que la de de
jn, de paso, que noe reempacen la naturaleza de a carga
deolgica de ext vocabulario, pretendiendo, encima, que
el neva no Ia ene
Pero hay, ademis, ots risgos no menos graves que
ste de la westerilizacidn» del vocabulari hstérco. Los
problemas que he tata de exploraren el caso de esa his
foria que ba renunciado su especifiidad para tratar de
comertreen tora econémicaaplicada (y enol sent
‘docon la qu se identifica con la eologia) se dan tambien
respecte de otras dsciplinas sociales 0 humana, con re
Sullados poco stisfactoris, Como ha dicho Hayden Whit
ro debemes ira buscar ura fundamentackin del aniss
histtico wen ninguna ciecia puatva del hombre, la 50
Ciedad ola ultra, porque esas clencis estan obligadas
1 DESINIEORACION OF LA SORIA
4 presuponer alguna concepcién de le realidad hstvica
con el fin de realizar el programa de canslituese amis
mas como cencias», Pedic a disciplinas coma la soiolo-
sia, la antcopologia ola pscolopia un fondamento para
determinar una perspectiva adecuada para la historia es
como wbasar nuestra estimaci sobrela solider de osc
mintos de un eifici en ls propiedadssetructrales que
presentan su segundo o su terce pison.*
Uno de los problemas mas graves que nos plantea ese
cambio de fundamentacin, ese sometimieno al vallaje
de otras dsciplinas sociales, eel dela feapmentacin de
resto objeto de estudio, En la medida en que cada una
de estas wciencas» tiene un objeto distinto al dela histo-
Fa, que ese de abarcar la toalidad del cuadro social
uillaje sola seve para actuar sobre seamentos deestecua-
dro, lo cual ha tenido come consecvencia que una invest
‘acisn tentada por el mimetismo ciemiista se convierta
en sa whstria en migaja dela que nos habla Frangois
Doss,” que es mucho menos lade ia vieja escuela de
Annales, onde Braudel conservaba todavia el sentido de-
la globlidad, que ea atta nouvelle histoire que guarda
‘sasa elcion con aquéla: que viene ase algo asi como
‘una degeneracida de a que en su dia propugnaron Febvre
Bloch."
12 nd Mi cna en Nerf ee di
scslenesa onde Arm ee cosa m on de uae’ un
+#2 watson prsPus BFL FOV DE LA wisTowIA
1 problema, por otra parte, no es excusivamente de
‘Francia ide los presintos heredtos de Annales, sino mu
cho mas genera, y debe set analizado como algo que afela
fen la actualidad a a practica de la investigncin histories
fel mundo entero, Una cosa es que pensemos que una
txplicaci hstrica mas ie debe incur hoy muchos fc
{ores que anterionmente no tonsbasmos en eventa 0 qve
onsiderdbamos complementariamente— porque no é
mos consientes de st importanca,y otra que interpret
mos eo como una invitacion g abrir nuevos campos sep
fades que tenderinaconvertiseen la préctia en dsiplinas
‘ndependients.
‘Cvalavirintento de hacer nisiquiera un catélogo ee
Ie tales campos obigaria a un dspliegue de rele
‘encias bibliograficat interminable, de modo que me voy
‘limiter una rp revisibn de algunos de los mis favo
Tecidos por las modas acedémicas actuales.
"Tenemos un amplio viejo terreno, ld a historia de
rmogratica, donde la separacién ene ésta y una «demo-
trafiahistrican encuentra a establecida desde hace mu
‘ho tempa.*” Como dependientes hasta cierto punto de
lla poramos considera los estuios, que euentan a con
‘una exensa bbliograti, sobre a sexalida y el marime-
hio (Boswell, Shorter, Brundage, Brown, Co:bin, Goody
fe), con un subeampo que se ocupa de Ta familia (Flan
tA DESNTEORACION DE LAaIETORIA 83
Ari, Stone, Laslet)% y otto deta infncia (con estudio
sobre el parto —Gilis, Forbes, Panciso—, el amaman
‘niento Fildes, la sitvacién de nto a familia y su
primera educacién, etc). Hay investiacionesesperifcas
Sobre las enfermedades, que van desdelasdedicadas a una
‘onereta, como Ia peste (Btaben),elcolera (Paling, De-
Inport), a tuberculosis, et, hasta lasdecariter mas ge
3 que healdido aneriormente Sin olvidar los
libros sobre la locura (Porte, la muerte (Ariés, Vovelle,
Chany), et
‘Uno de ls campos de me ripido crecimiento en lor
limes ato ha sid el de Ts historia de as mujeres, que
suse ha transformado, antes de consoldarse, ena ender
history, que pretend mas alld de laconsderacién asla-
dda de la mujer Hay Ia historia del proceso de urbani-
asin (De Vries, Batock, et), que no hay que coafur-
dir ni con esa disciplina separada que es la «historia
turbana» (D303), a, menos an, con la de la industria de
Ja construccisno fa dela vvienda. Hay la dela pobre
Ay el rato dispensado a los pobres (Woolf, Guiton), a
de la marginacion (Geremek), as cdrceles (Fouceult, Ig
te Ble opi, en, Rawnate, Spierenbur)y las aaleras(Viie,Zybere el pe
ado (Delumeay, el vestido, la comida,” ee. La lista de
tales wespcializaciones» —que con frecuencia dan lugar
la organizacion de asociaciones de esti, revstas es
pecficas(e puede decir que no anscurte un mes sin que
Aparezca el anuncio de alguna nucra revista consagrada
‘ean evo objeto de esdion), et et inacabable
No es que estos aspectos no hayan sido tomados en
‘venta anteriormente por la historia, sine que ahora ten
den a despajarse, a certarse sobre mises, aslndose del
‘studio global de a sociedad, y a converse en tsitrio
‘cotado de une pritea cienifica que se pretend auto
roma. Una aberracin que llega a su excemo cuando se
pretend convertr en dissplinasindependentes inci lo
‘que sn simples tézncas de abajo —Rerramientas que slo
tienen sentido cuando se ponen al servicio de una inter
pretacin histrica plobal~ como la historia oral os
‘industrial.
Eup tiny Aro tere et As
ene pein
Samoa cmc
ene nd tc fa, Boss ‘se “ ”
1A DISINTEGRACION DE LA STORIA 8S
Esta fsa emansipacion empobrece tox resultados que
pueden obtenerse en los nuevos campos o con las nuevas
hesramientas Al desmenuzazse el andi en historias oi
‘rosectoriales (aso ese término para distioguir als prs
teas de la crohistorian aque me he referido antes, ya
‘que aquéla pete a que pueda con frecuencia acusdrsela
de irvalidad, conserva elseatido de a globalidad hist.
rica) pended vista, por Tuerra ee objeto central de es
tudo que es hombre en sociedad, nabarcabe desde cul
(quiera de estas pequenas vsiones que se proponen como
alternativa mas wcientiias» ala supuesta vaguedad de
‘ina imaginariaehistria total, que nunca ha sido un pro-
rama efectivo que se a95 propusiese aplicar en la pdt
a, sino una aspiracién inalcanzable que se presentaba mis
ben como un modelo extemo: como un indicador que
‘orientas, en lo posible, Ia peti de nvesteotrabaje.HISTORIA Y ANALISIS DEL DISCURSO
lato pasado, Lawrence Stone hacia, desde las pig-
ras de Past nd Present, un lamamienteangustioso en f-
for dela vuelta a una historia que se ocupase de los acon-
tecimientosy la conducta,operando sobre a base de textos
‘ontemporneosycon la finaidad de explica los cambios
Seatsdos alos hombres. El lsmamient se jusiicabs por
Tas temiblesconsecvencias del eposmodernismo» que, con
Ia iple amenaza dela ngustc, la antropologia eultu-
ralyel llamado «nuevo historiismoy, estaba convrten-
do la cenciahistérica en una wespece en peligro de ex
‘a angustia resulta explicable, aunque no tanto pore
vigor det asalto que la historia ta sftido en estos atos
Gesde el campo de a ingistiea, como por a faiidad con
‘ue parecenhaberse rend en los ltimos tiempos alg
fos historiadoes, Nos facil explicar las razones del éxito
‘tian ec een ome Bh a88 La usroRn DEsrus DEL AN DE 1A HisTORIA
aleanzado, porque habria que hacerlo en un contexto mis
‘umplio que el dea historia, dentro de fo ue Roty ha ia
mado el gto Hingistico», que afets profundamente &
la filoofia de las ltimas décadas""
Ena isin conservadora de Gertrude Himmel
traaria simplemente de una etapa msde viejo debate de
«las dos cultura, con la capiulaciga de os humanistas
1 la consigiente deshumanizacin de muchas disipinas
Sociales y de los estudios sobre la cultura, «despojandolos
de toda eealidad social y humana». Frederic James
en cambio, sta estas melaciones clturales en un campo
‘mucho mas ampli, intentando iar unas eapas dea evo
hucin del pensamientofiloséfico que comenzarian con la
radual superacin de exstencaismo sarireano por el ws
tructualismon, defnido como wina yariedad de nuevos
intenos tebricos que comparten por fo menos una dnica
“experiencia” fundamental: el descubrimiento dela pri
macia del lenguaje o del simboloy. La tansformacion de
‘ste cestruturalismo», demasiado inestable como para que
ras, habria dado paso a wa edceién a una especie de
‘lentifsm, a mtodoy nica analtica (en ia semistica)»
por otra parte, enel terreno dela transformacién de sus
perspectivas wen ideologiasactivas en las que se deducen
onsecuencia iss, polias ehstricas», a lo que co
sul Sn ey ngs Rc Pd 9 Yi
sronia y ANAS DEL BIscURSO 89
rnocemos como epasstructuralismoy, soci a nombres
como los de Foucault, Deze © Dea."
También Dosse vel nacimiento dela «deconscuccién
como algo que suge ene interior dl estruturaliemo 3,
en certo modo, des refiujo ydescomposcio, desde as
tempranas formlaciones de Derids, inspirades fund
rmentalent por el pensamiento de Heidegger, que le con
Aucirin a ese primer ataque abusivo contra Foucault, ese
‘astsnato del padrep al que éste responderd con una de-
‘autorizacén de tal ereduccibn de las prcticasdiscursi
vas a ls tazastexualesy.™ Lo cual no pide que se
presente a Foucault, a su ver, como wdeconstractor de
historian, Paradojs de una terminologiaambigua que sive
para todo.
a denuncia deta fia del sistema se eect in
clalmenteea los Estados Unidos, tanto desde posiciones
inequivocamente conservadoras, por el estilo dela de Alan
Blooms? —o que duré hasta que las nuevas doctrinas
1 Feic mn, ining tn oo hig ar.
ap Sa oi eg Uae ease
act torn nmin Sater ah he90 a misronta pasruts DAL ray DF A meTORDA
sus autores fueron asmilados y domesticados por el mun:
do académico, que descubrié muy pronto que eran ites
einocuas—, como desde la izquierda, sobre todo a palit
del momento en que results evideate a filiacién heidegge
fiana del pensamiento de Paul de Man, y se hicieron pi
bcs sus conexiones personales con el nazismo, con ca
0s de desconcieto como el de un Peter Washington gus,
ala vez que arguye que los cultvadores dela autodenomi:
fad ateorialiterria radical» no son mas que practcas
ede otra esd einofensiva moda aeadémica, mezela de
‘manera incohereneen su denuncia marsismo, deconstruc
cl y feminism, o Fa, todo lo que le moleta™
En el terreno del estdio dela sociedad y la cultura,
fos efectos ms importantes de gio lingustico se han ma
nifestado en ls etd Hiteraios, donde, tras su rechazo
Inia, han acabado atrayendo a una parte del sector ace
émico mas conservador, que se siti as egitimado en
su lucha contra cualquier teorizacdn:wde pronto la pe-
sitentesy obstnadas resistencias de quienes Se sentan ame-
nazados por el andi ieGrico adoptaron el ropaje dela
te ingen, ad Lt mde nl gh
‘Seoarunis pn art ac ap such usr pono
NisTORA Y ANALISS DEL pwcuREO 9
os resultados obtenidos son en osaionesdiscatibies.
Analzando laboriosamente unos dfisles poemas de Paul
Clan, Hans-Georg Gadamerlega a uno en que wna era
(ae imprenta modifies totalmente una palabra transfor.
‘mando «el éido celestial» en «la moneda ceestily. Ou
‘us artculos «colaboracionistas»publicades en la Bisica
‘cupada por los alemanes ene los cules, para empeo-
‘ar la euestin, habia alguno clarameate antisemita."* Lo
‘al srié para iniciar un alboroto en gue Ia propa va
Ciedad de los métodos empleados por De Man quedaba
‘lugar secundario—parcla no importa nadie, des-
plazada por una preocupacién «politica» y moral (una
preocupacién que nadie habia Setido, por ejemplo, por
los antecedentes,harto mas comprometidos, de un Kan-
torowicx), El wescindalo nacional» que se fundamentaba
en los articulos pronacisn del wdeconsteuctors se com
“hepanolns- aman Rew of Books (23 eos 199), pp. 2028
SSriteieersenne nearer94 La sto nesrUss DEL AW OF LA HsFORIA
pletaba con el hipécitaatadido deunos toques adisiona
les acerea de wna vida privada de bigamiay."”
Enel terreno de a historia Ls efectos del ge lings
tico han sido tardios al ver por haber tenido que supers:
el desencanto producido por algunos intentosinciales muy
pobres, como un sstudio sobre la coastrucion textual de
la realidad, referido a las leyes de pobre briténicas, en
ue el auor n0sexplica que «los politicos no reaccionan
ante a realidad como tl, sino ante la elidad socialmen
te consruid, y ve Ia forma en que la sociedad ex como
cide para propésites polilicos y administrativas depends
de pretcasespeificas de leeway eserituray.™ La cosa
recueda aquel aforismo de Oulipo en que se dice: No=
hemos dado cuenta de que no somos ms ave lene,
dela cabeza alos pes. ¥ que, cuando uno crea tener do
Jor de vienre, ea ene lenguaje donde tenia dolor. Qu:
todo esto no era muy dscerible»” (Jo cual puede con
tenes una parte de verdad, pero es difill que sina para
Alivia jamas un dolor de vient).
Paradojicament,suinfluencia se ha ido extendiendo
eos ttimos lempes eit las historiadores —cuand pa
reciaencontrase en franco retraces en los estudis cl:
turalesylteraios— y una invasién de andisis det sur
so amenaza con reemplazar el da Yealdad. Fs cierto que
Twn ig he po A cent as
‘hm se sa peti, Caine,
stoma ¥ ANAtSHE DEL picURSO 9S
hay elementos dls en esta nueva concencia del texto gue
ddeberia servi para evtar que eayésemos en letras ana
rbnicas 3, por ello, incorrectas de los excritos del pasado,
Pero una vezrealzada esi area de depuracién critica, es
txagerado que aceptemos quedarparalizados, como silos
textos no fuesen suscepibles de uso, Entre otras razones
porque textos de indole divers, y construidos con lengua
Jes ¢intenciones diversas, pueden contrasarse entre si,"
Y porque el historiadortabaja,ademds, con evidencias no
fextuales como las dela arqueologiaycon un tipo de de
{0s, como los elementales dela denograia(nacimientos,
fecundidad, esperanza de vida, defunciones) que dificil
mente pueden ser deconstraidos
Una de las grandes uiidadesetelesy del ans de
text reside, por ejemplo, en el examen de mo se elabo
ran los dscusoshistéricoslgihmadores, pero hay una
tran diferencia entre este tipo de eseitos y los documen-
{0s que repulan 0 explican los acontecimientos de lav
da cotidiana (entre Ins erGnieas oficiales de la conauita
espafiola de América y las reales cédlas en que los re
yes daban instruciones concretas a sus funcionarios, por
empl, y que nunca estvieran destinadas ala publi-
‘acién), y no debemos olvidar que Ia wconstrucionn 0
ssc no m rece mip gu re porta aga re96 La msronta DESPUES DEL FY DE LA H
reconstruciény del pasado que efectuamos constant
mente no se raliza, ni mucho menos, tan s6lo con tex
Es istima quell enguae del iro de Sande Co-
then, al que me fe eferido anes, nos impidaexponer sus
‘breraciones acerca dela etérica» de los hstoriadores
tina fetdriea qu, por a fala de rigor, se disingue de est
tia aretérca de la cienclay que estudia Alan Gross, tan
hbilmente constr uida que consgue persadic a aquelos
4 quienes va destinada de que noes tal retria sno de
rmostracién.™ |
‘Una cosa ese us y ota el abuso de esta preocupa-
cin pore discuro, El abuso puede conducir ala rave
‘ded, como resulta evidenteen Ia prctica de historadores
‘que se contentan con analiza los grandes libros de cae
ter general y las airmaciones programaicas, pero que des
‘onocen esos offos textos que nos permiten aproximaznos
{los problemas reales de Tos hombres, como son aquela
ase de documentos que no pfetenden transmitir dost
hasinoactuar en a sociedad desu tempo. Lo cual nosis:
nifiea, evidentemente, que estos documentos sean ine:
Centesm, sino que requeren otro tipo de aniliss, y un
onocimiento dela realidad mucho mayor que el que sue
Ten tener les practcantes de estos métodos,
ms sp De one ca
“tian om, Th ar of seme, Came, Yr
stoma ¥ ANAUSS DEL DIcLRSO 7
Lo resultados de este tipo de ani textual general
zador pueden acaba siendo nefasos, como sucede, para
‘hae un eemplo reciente ene aso de Coin M. MacLach-
Jan, en un libro que comienza dciendo que wl ensanche
del mundo expafol para abrazar un nuevo continent re-
(queria una reordenacién intelectual de la reaidad» y aca-
ba convencido de haber demostrade que, epoiicamente,
‘el mundo espanol funcionaba como una construcc6n in
telectualn, desps de habernos expicadowlelectualme
tes, sin mostrar el menor conocimiento de lo que sucedia
la realidad cotidian, Is historia de una América colo
rial donde la poblacion a cece ni disminuye, donde no
hay mings —ni,naturalmente, indigenas trabajando ala
fuerza en ells, hacienda, ni obrajes, al negros es-
clavos.""
En una recension un tanto alarmada de una serie de
isos solve a historia de a Revlucin francesa, Colin Jo-
es observa que «Frangos Furety Lynn Hunt ban suger
do que elcaricerrevolucionari deo que sucediéen 1789,
tiene masque ver co la elevaci del status del lenguaje
politico que con la tansformacion social» y que, en espe>
‘al on Fart, «la Revoli6n ha pasado ser mas un acon-
{ecimiento linguistic que un hecho socal o econémico»
~podriamos decir, por ejemplo, que a decapitacon del
reyes la consecuencia aecesaria de haber pasado de Is
‘marl Luis XVEa Luis Capeto—y que Keith M. Baer «ve98 1A misronta bESRUs DEL MN DE LA HISTORIA
In exferapibiea como una construccin politica: la ese
a de preticas dscursivas que compiten
Del grado de confusion a que se puede legar por esta
via da buena idea la reset de un libro sobre la cultura po
pillar que sstiene que alo popular existe como una cate
tora separada sobre todo porgue ha sido constuido as,
por estudisos, politica y trios sociales ineresadosen
‘So, aque lev al resetador a suger que es importante
‘ndesplaza la dscusion para que no sola eutura popu
lar, sino también Ins dicusiones cieniias sobre la cul
1a popular se conviertan en vn f0c0 de atencidn. Has
‘a que algvien, contagiado por el mismo entusiasme, vaya
mds allé'y noe proponga discutr as dicusiones sobre as
iscusiones acerca del cultura popular, vai sucesivamen
te, pasando del diseurso al metadiseursa, y de al meta
meladitcuso, ee. Dado que, como ha dicho Hartman, wla
propia teoria no pasa de ser oto texto, que no goza de un
tstatlo priviegiado», podemos pasarnos la vida estan
do textos sobre textos, sn preocuparnos por defini quign
tel sujeto que inicialmente ei el primer discurso ana
lado —ls autores de una calura que se convict en po
pullar» por obra de! diecutsa de los especilistas— 0, nds
encillamente, por averiguar si habia pueblo, qutnes y
ei bs anh ace
stoma y ANKLNS DEL pEcLAS ——99
csdtos ran, cdmo vivian y qué pensiban, Per esto es
algo demasiado trivial, y muy «visto», que no puede mo-
tivar a Tos afanosos buscadors de la xnovedad.
“Tampoco seria justo suponer que la vaciedad de con:
tenido ta hayan levado al campo de ls historia Jos parti-
aris del ico lngistica», porque siempre se la ha po.
ido encontrar en é. En una eiiea de ike lio,
‘mis bien, del hima compilacibn de wpapelesn— de W.
1. Rostow, Gregory Clark sefiala que en nuestra vida ac
sdémica se est asentando cada ver mat una pauta que se
repite en muchas carreras deecientificose de primer la
En su primera fase, és0s se liitan a trabajar con serie-
‘dad y modest, sin eebir demasiado econocimiento, Pa
sada eta etapa de aprendizae estin ya preparados para
©! take-off a un periodo de «produccisn autosostenida»
‘asado en una apran idea». wa gran idea debe estar va
tia de contenido empiice ¥ aparecerexpreada tan ambi
svamente como sea posible: s fuss verifiable empirica
mente, esultaria ci efutarl; ise expresase con claridad,
se vera que caree de contenido.» A partir deere momen
Se puede prescndir de a ivestigacién concreta paraded
carve relaborarla gran ide y defender de quienes la
han entendido mat. adem, como a reconocido autor
de una gran idea, puede esribie con autordad acerca de
lo que le venga en gust.» Lo que han hecho los parti-
sags chains Soe ae Oe adearis del andisis del discus es ayudar alegitimar ava
cledad, «leriz4ndelay.
Hay que lchar, pies, contra esa esteilizacib det ta
bajo histrico que se reduce tanto cuando agotamos nes
tea capacidad de anlisisenelintento de desmonta lex
to. como cuando pretendemos reemplazar el estudio de
Jos problemas reals de los hombres por el de los discur
sos que se refieren a ellos (en ocasiones para ocutarlos).
[A propio tiempo queincorporamos a nuestro insrumes
tal de trabajo una aera y mej concienciaertica de la
necesidad de analiza el setido real de las palabras y de
tdesmontar las deologizacionesleltinadoras —comenzan-
{do por las de os propioshistoriadores, de cualquier ten
‘encia o escuela que sean (0 sea, comenzando por nato
eos sms)
\VIEIOS CAMPOS EN PROCESO
DE RENOVACION: HISTORIA DE LA CULTURA,
HISTORIA DE LAS MENTALIDADES
En cuanto ala vieja historia intelectual —de las ideas,
de Is cultura o como se quierallsmarla— fue siempre e
reno abonado para as Formas més extremas de fagmen:
lacidn, que conduclanléicamente al wintanentismo», a
tna visibnendégena desu evlucin de acuerdo com la cual
tlarte se explicaba integramente desde las coordenadas del
ait, acencia so se podia comprender a parti de Ia ev0-
Fein de as corsentes dl pensamientocientfic, ee Eto
dabs lugar a que hubiera una historia dela ciencia (ome:
Jor, unas historias de Tas clencas)" una historia de
soap Se ro mooi a sian ea eon
‘indieado ahora poco menos que como un teritri inex
plorado, lo que implica olvidar que, junto ala wwulgata
sts, ge habia desartllado acon mucha anterior
dad enice quienes aanzaban apart de la huellas del pen
Samiento de Marx una visén dela historia de fa cultura104 14 susronts DESPUES DEL FN OF LA HISTORIA
mucho més rica y matizada, Tal es el caso de Gramsci
~coavendé no olvidar que sus andi de a cultura 9 de
Js formacion dela concencianacen del eehazo dele rm-
pliiaciones de la wociologla marista» del Bujarin de EI
‘naterilismo hstérico—, de Walter Benjamin de Lukics,
el Raymond Wiliams que en sus itis escrito seguia
‘defendiendo la necesdad de una eteoca de a cultura que
no se contentase con enlazar en una soa explicacin los
teritorios de la eulturay de a sociedad, sno qu se desi
‘ite estudiar las wcelaiones»cambiantss que sempre han
‘existido ene ellos," del Christopher Hil que ha dedia
‘do la mayor parte de su obra los ovigens y fas conse.
‘cueneiasineectuales de la Revolucién ingles dl siglo xva