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Vida Del Ánima

Este documento describe los diferentes tipos de desgaste que afectan al ánima de un cañón y los factores que influyen en cada uno. La vida operativa del ánima está limitada por la corrosión, la abrasión y principalmente la erosión. La erosión, causada por la transferencia de calor de los gases a las paredes del cañón, es el desgaste más significativo. Otros factores como el tipo de propelente, la cadencia de fuego y el diseño del cañón también afectan la velocidad de desgaste.

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Vida Del Ánima

Este documento describe los diferentes tipos de desgaste que afectan al ánima de un cañón y los factores que influyen en cada uno. La vida operativa del ánima está limitada por la corrosión, la abrasión y principalmente la erosión. La erosión, causada por la transferencia de calor de los gases a las paredes del cañón, es el desgaste más significativo. Otros factores como el tipo de propelente, la cadencia de fuego y el diseño del cañón también afectan la velocidad de desgaste.

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-ARMADA DE MÉXICO- 

HEROICA ESCUELA NAVAL MILITAR 


“BALÍSTICA Y TIRO NAVAL” 
 
INTEGRANTES:  
CAB. CADS. 3ER AÑO CG TOLEDO MEDINA ALFREDO 
CAD. 1RA 3ER AÑO CG SARABIA ALMARAZ JOEL 
CAD. 3ER AÑO CG LOPEZ SANCHEZ FABIAN 
 
​ “Vida del ánima“       
 
La  vida  operativa  de  la  caña  se  mide  normalmente a través del número de 
disparos  que  puede  efectuar  manteniendo  la  precisión.  Está  limitada  por 
tres  causas  que  afectan  al  desgaste  interno:  la  corrosión,  la  abrasión  y, 
principalmente, la erosión.  
 
Corrosión 
 
Dentro  de  los  aspectos  que  influyen  en  la  vida  del  ánima,  la  corrosión  es 
generalmente  el  menos  significativo  ya  que  es  posible  controlarla  y 
combatirla fácilmente.         
Si  bien  la  pólvora  negra  y  algunos  compuestos  iniciadores  pueden 
provocar  corrosiones,  los  productos  de  la  combustión  de  los  propulsantes 
no  son  corrosivos.  Pero  hay  que  tener  presente  que  casi  todas  las  ánimas 
está  hechas  de  acero  y  que,  por  tanto,  se  pueden  oxidar  en  presencia  de 
humedad  o  en  ambientes  salinos  (como  sucede  con  los  cañones  navales 
embarcados).  Para  evitar  las  corrosiones  es  imprescindible  efectuar  los 
mantenimientos  señalados  después  de  cada  uso  del  cañón,  que  son  tan 
simples como la limpieza con el escobillón y el empleo de lubricantes  
 
Abrasión 
 
La abrasión es el desgaste provocado por el rozamiento del proyectil con el 
ánima.  Depende  del  tipo de proyectil que se emplee y, en la mayoría de los 
casos, su profundidad es relativamente pequeña. 
Las  bandas  de  forzamiento  de  plástico,  empleadas en algunas municiones 
de  grueso  calibre, reducen la abrasión, pero en las municiones de pequeño 
calibre  que  no  usan  bandas  de  forzamiento,  el material de la superficie del 
proyectil es trascendente para controlar el desgaste.  
 
Es  importante  tener  presente  que  si  se  introducen  en  el  ánima  materiales 
extraños  como  arena  o  barro,  la  abrasión se incrementa notablemente. No 
hay  que  descartar  que,  si  se  observan dilataciones en zonas localizadas del 
tubo,  se  deban  a la presencia de estos cuerpos extraños que han obstruido 
parcialmente  el  ánima.  Es  posible,  incluso,  que  en  algunos  caña  llega  a 
estallar. 
 
Erosión  
 
La  erosión  es  la  causa  principal  del  desgaste  del  ánima.  No  hay  que 
confundirla  con  la  abrasión.  Así,  mientras  que la abrasión está causada por 
el  rozamiento  entre  el  proyectil  y  el  ánima,  la  erosión  se  debe  a  la 
transferencia de calor de los gases propulsores a las paredes del tubo. 
Tanto  la  abrasión  como  la  corrosión  son  fáciles  de  combatir  y  prevenir; 
pero,  la  erosión,  debido  precisamente  a  la  naturaleza  del  proceso  que  la 
causa,  es  inevitable  y,  como  consecuencia,  el  desgaste  que provoca será el 
que limite realmente la vida operativa de la caña.  
El  proceso  de  la  erosión  se  produce  porque  el  acero  de  las  capas 
superficiales  del  ánima,  en  contacto  con  los  gases  calientes,  se  degrada, 
creando  una  capa  de  compuestos  quebradizos  que  será  arrastrada  por  el 
siguiente  disparo.  En  las  inspecciones  que  se  efectúan  a  las  cañas  se 
aprecia  que  la  zona  de mayor desgaste se encuentra en el cono de unión y 
en  el  comienzo  del  rayado,  y  que  los  campos  se  desgastan  más 
rápidamente que los fondos.  
 
 
 
Parámetros a considerar en el desgaste 
       
El  máximo  desgaste  permitido  es  el  llamado  límite  de  servicio  (en  inglés 
condemning  limit​).  Su  valor  depende  del  calibre,  el  grado  de  precisión 
requerido  y  las  condiciones  de  manejo  del  arma.  Como  norma  general  los 
tubos  se  dan  de  baja  cuando  el  desgaste  en  el  comienzo  del  rayado 
alcanza  el  5%  del  diámetro  del  ánima.  En  armas  que  requieran  una  gran 
precisión  este  porcentaje  se  reduce  al  2%,  mientras  que  en  otras  se puede 
llegar al 8%.  
Existen  otros  factores  que  influyen  en  la  velocidad  de  desgaste,  como  el 
tipo  de  propulsante,  el  empleo  de  aditivos,  el  ritmo  de  fuego,  el  modo  de 
refrigerar la caña, el calibre, el material y el diseño de la caña.  
Las  principales  características  del  propulsante  que  infieren  sobre  la 
velocidad  de  erosión  son  la  fuerza  específica  y  la  función  de  forma.  Una 
mayor  fuerza  específica  genera  temperaturas  más  altas  y,  por  tanto,  un 
incremento  del  desgaste.  Además  la  velocidad  de  erosión  es  muy sensible 
incluso a pequeños cambios en la temperatura.  
Si  se  disminuye  la  velocidad  de  combustión  o  el  índice  de  presión,  la 
erosión también se reduce, pero a costa de perder velocidad inicial.  
Otra  forma  de  reducir  la  velocidad  de  erosión  es  añadir  al  propulsante 
pequeñas  cantidades  de  aditivos  químicamente  inertes.  Estos  aditivos  se 
depositan  en  la  superficie  del  ánima  durante  el  disparo  creando  una  capa 
aislante  que  reduce  la  transferencia  de  calor  a  la  caña. Entre estos aditivos 
se  encuentran  los  talcos,  las  ceras  y  el  dióxido  de  titanio  mezclado  con 
ceras (conocido como aditivo sueco).  
En  cuanto  al  ritmo  de  fuego  y  la  refrigeración  de  la  caña  parece  lógico 
pensar  que  si  se  emplean  cadencias  muy  elevadas  la  temperatura  media 
de  la  caña  se  eleve,  y  que  lo  mismo  suceda  si  no  se  refrigera 
adecuadamente.  Existe,  por  tanto,  una  mayor  transferencia  de calor de los 
gases  a  la  caña  y,  en  consecuencia,  un  incremento  considerable  de  la 
erosión.  
En  lo  que  al  calibre  se  refiere,  debemos  tener  presente  que  si disponemos 
de  dos  tubos  de  igual  longitud,  pero  espesor  diferente,  la  erosión  es  más 
severa  en  el  tubo  de  mayor  espesor,  debido  a  que la transferencia de calor 
al ambiente que le rodea es menor. 
Los  materiales  de  la  caña  suelen  ser  aleaciones  de  acero  con  volframio, 
molibdeno,  níquel  y  cromo,  que  aumentan  considerablemente  la 
resistencia a la erosión.  
El  último parámetro que debemos de considerar es el diseño de la caña. La 
erosión  se  puede  mitigar  si  variamos,  por  ejemplo,  la  profundidad  del 
rayado​2.​   Así,  el  ánima  se  puede  fabricar  lisa  en  el  punto  de  encastre  de  la 
banda de forzamiento donde la erosión es mayor. 
 
 
Combado de la caña 
       
Es  posible  que la transferencia de calor perturbe la rectitud del ánima. Este 
efecto  pernicioso,  que  puede  afectar  a  la  precisión  en  el  tiro,  se  puede 
presentar  en  tubos  de  pequeño  espesor relativo. Se combate con sistemas 
de  aislamiento  y  refrigeración,  y  con  los  aditivos  contra  la  erosión  ya 
comentados.  
Este  fenómeno  ha  sido  observado  en  los  tubos  76/62  mm  Oto‐Melara,  en 
los  que  se  ha  comprobado  que  las  deformaciones  crecen  con  el  número 
de  disparos,  pero nunca alcanzan valores que afecten a la precisión exigida 
en los métodos de tiro.  
 
 
Desgastes en la boca del ánima  
 
Aunque  hemos  dicho  que  la  zona  más  expuesta  al  desgaste  es  el 
comienzo  del  rayado  y  el  cono  de  unión,  también  se  observan  cañas  que 
tienen  la  boca  bastante  degradada,  Este  fenómeno  sólo se da en los tubos 
en  los  que  se  alcanzan  velocidades  iniciales  elevadas  y  siempre  que  la 
banda  del  proyectil  sea  de  cobre.  Se debe a las vibraciones provocadas por 
el  proyectil,  que  se  manifiestan  en  «golpeteos»  al  salir  por  la  boca  y  a  los 
efectos  abrasivos  (más  que  erosivos)  generados  por  la  salida  de  los  gases. 
Afecta  a  los  campos  y  muy  poco  a  las  rayas,  suele  ser  asimétrico,  crece 
exponencialmente  con  la  velocidad  inicial,.  Entre  los  efectos  perniciosos 
que  este  tipo  de desgaste origina, podemos citar los aumentos de guiñada 
inicial  y  de  dispersión  angular,  y  las  pérdidas  de  capacidad  para  imprimir 
rotación al proyectil.  
 
 
Desgaste del ánima después de rafagas continuas

A  medida  que  el  desgaste  progresa,  comienza  a  ser  menos  efectiva  la 
obturación  entre  el  proyectil  y  el  ánima  y,  en  consecuencia,  los  gases 
pueden  desplazarse  a  la  parte  delantera  del  proyectil,  debido  a  la  presión 
que  ejercen.  Este  fenómeno  provoca  una  caída  de  presión  relativa  en  la 
zona  del  culote  que  ocasiona  pérdidas  de  velocidad  inicial,  alcance  y 
precisión.  Además, cuando el desgaste afecta ya a la totalidad del ánima, el 
proyectil pierde estabilidad en vuelo y comienza a cabecear. 

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