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La Adolescencia Normal

Resumen de Aberastury

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La Adolescencia Normal

Resumen

En primer lugar, considero relevante el hacer hincapié en la petición del autor de no considerar la
adolescencia como una “preparación” para la adultez, como si fuera una etapa perdida en la
historia del individuo, sino considerarla como un momento actual y único, con características
propias que requieren de su propia atención.

En la adolescencia hay un duelo doble por el cuerpo: el cuerpo de niño (caracteres secundarios) y
la menstruación/semen que lo llevan a la definición sexual rol-procreación). Así también el aceptar
simultáneamente sus aspectos de niño y de adulto, y fluctuaciones de identidad. Tienen
dificultades para renunciar a aspectos de sí mismos. Pero tampoco puede utilizar y sintetizar los
que va adquiriendo.

Por otra parte, es importante tomar en cuenta el duelo de los padres, ya que en general se
considera únicamente el duelo de los adolescentes. Los padres también se enfrentan a la pérdida
del cuerpo del hijo, y por lo tanto el envejecimiento y muerte propios. También a la pérdida de la
imagen idealizada que el hijo tiene de ellos; ya no es el líder-ídolo, sino que está ahora en una
relación llena de ambivalencia y críticas. En este sentido, sólo si los padres se identifican con la
parte creativa de los hijos, podrán comprenderlos.

Esto conlleva a considerar también la ambivalencia y resistencia de los padres a aceptar el proceso
de crecimiento. La pérdida del vínculo padre-hijo es similar a la lucha de clases: los padres usan el
poder económico para el ejercicio del poder.

Otra característica de la adolescencia es el aumento de la intelectualización, pues se plantea el


problema de los valores éticos, intelectuales y afectivos. Sufre una crisis de susceptibilidad y de
celos, necesita vigilancia y dependencia, pero surge el rechazo al contacto con los pares y la
necesidad de independencia.

La violencia en jóvenes es una respuesta a la violencia institucionalizada. La exigencia de libertad,


sobre todo en salidas y en horarios, pero también la libertad de defender una ideología, vivir con
amor y al trabajo. La emanciáción entonces no la piden para llegar rápidamente a ser adultos, sino
para adquirir derechos y libertades similares. Es labor de los padres el escuhcar y atender las
necesidades, a través de la libertad con límites, con contacto afectivo permanente y el diálogo.

Respecto al síndrome de la adolescencia normal, deben ser considerados elementos


socioculturales para el estudio de la adolescencia, en este sentido, la normalidad no es más que la
adaptación al medio. Sin embargo, una personalidad bien integrada no es siempre la mejor
adaptada, pero puede modificar su conducta de acuerdo con sus necesidades circunstanciales.

Anna Freud menciona que todo lo que sucede en la adolescencia es normal, que lo anormal es un
equilibrio estable durante este periodo. Los procesos de duelo obligan a actuaciones de carácter
defensivos, psicóticos, fóbico y contrafóbico, maníaco y esquizoparanoide, por lo que pueden ser
considerados como una patología normal.
El síndrome normal entonces, cuenta con algunas características: elación, ensimismamiento,
audacia, timidez, incoordinación, urgencia y apatía concomitantes, conflictos religiosos, ascetismo,
conductas sexuales autoeróticas u homosexuales.

Respecto a los síntomas del síndrome normal de la adolescencia, se encuentra en primer lugar:

La búsqueda de sí mismo y de la identidad. Se logra una identidad yoica (Erickson) o autocognición


(Nixon), que se trata de un fenómeno biológicoen esencia y se relaciona con el concepto de sí
mismo (self), o el símbolo que cada uno posee del propio organismo. El resultado final en la
adolescencia es el conocimiento de sí mismo como entidad biológica en el mundo en todo lo
biopsicosocial.

El autoconcepto se entiende desde la psicología como la integración de percepciones que muchos


grupos tienen del adolescente y las que él mismo tiene. Integra lo pasado, internalizado y
deshechado, con lo nuevo, lo urgente, por lo que necesita darle una continuidad de tro de la
personalidad y busca entonces un sentimiento de continuidad y mismisidad. Para Erickson se trata
de un proceso psicosocial que preserva rasgos esenciales.

Para Sorenson, es la creación de un sentimiento de mismisidad y continuidad, sentida por sí y


reconocida por otro.

Antes de pasar al actuar genital-procreativo, hay una moratoria psicosocial (Erickson), donde se
permite experimentar con lo que la sociedad ofrece: ´puede buscar uniformidad (lo que brinda
seguridad y estima personal) o bien una identidad negativa con figuras reales, pero negativas al
fin: mejor ser negativo a nada.

Se ha considerado a la adolescencia muchas veces como una “preparación” para la vida adulta, sin
embargo es necesario considerarla como una etapa de la vida en sí misma, con las implicaciones
actuales que eso puede tener.

Puede ocurrir aquí la "identificación con el agresor", en la cual el adolescente adopta las
características de personalidad de quienes han actuado agresiva y persecutoriamente con él.
Existen también problemas de seudoidentidad, expresiones manifiestas de lo que se quisiera o
pudiera ser y que ocultan la identidad latente, la verdadera (24).

Todo lo antedicho es lo que puede llevar al adolescente a adoptar distintas identidades. Las
identidades transitorias son las adoptadas durante un cierto período y las identidades
circunstanciales son las que conducen a identificaciones parciales transitorias que suelen
confundir al adulto, sorprendido a veces ante los cambios en la conducta de un mismo
adolescente que recurre a este tipo de identidad.

La búsqueda incesante de saber qué identidad adulta se va a constituir es angustiante, y las


fuerzas necesarias para superar estos microduelos y los duelos aun mayores de la vida diaria, se
obtienen de las primeras figuras introyectadas que forman la base del yo y del supe1yo, de este
mundo interno del ser.

Ya no se volverá a tener jamás el cuerpo infantil. Aunque todo el proceso evolutivo está jalonado
de microduelos, aquí se inicia un duelo mucho más evidente y significativo, al cual acompañarán
los duelos por el rol y la identidad infantiles (junto con el duelo por la bisexualidad) y por esos
padres de la infancia a quienes tanto se los necesitaba y de los cuales se podía depender.

La tendencia grupal es la búsqueda de uniformidad, que puede brindar seguridad y estima


personal. A veces el proceso es tan intenso que la separación del grupo parece casi imposible y el
individuo pertenece más al grupo de coetáneos que al grupo familiar. se transfiere al grupo gran
parte de la dependencia que anteriormente se mantenía con la estructura familiar y con los padres
en especial.

La utilización de los mecanismos esquizoparanoides es muy intensa durante la adolescencia, y el


fenómeno grupal favorece la instrumentación de los mismos. Cuando durante este período de la
vida el individuo sufre un fracaso de personificación, producto de la necesidad de dejar
rápidamente los atributos infantiles y asumir una cantidad de obligacio nes y responsabilidades
para las cuales aún no está preparado, recurre al grupo como un re- fuerzo para su identidad.

El actingout motor, producto del descontrol frente a la pérdida del cuerpo infantil, se une al
acting-out afectivo, producto del descontrol del rol infantil que se está perdiendo

La Necesidad de intelectualizar y fantasear, se da como una de las formas típicas del pensamiento
del adolescente. Las elucubraciones de las fantasías conscientes -me refiero al fantasear- y el
intelectualizar, sirven como mecanismos defensivos frente a estas situaciones de pérdida tan
dolorosas.

Sólo teniendo una relación con objetos internos buenos y también con experiencias externas no
demasiado negativas, se puede llegar a cristalizar una personalidad satisfactoria.

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