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De Maeseneer, Rita - Cervantes y Carpentier. Una Relectura Múltiple

Este documento analiza las múltiples referencias a la obra de Cervantes presentes en la obra de Alejo Carpentier. Carpentier admiraba profundamente a Cervantes y su obra más famosa, El Quijote, ejerció una gran influencia en él. El documento explora las citas directas de Cervantes que aparecen en las novelas, cuentos y ensayos de Carpentier, así como las ideas sobre Cervantes expresadas en estos escritos. Finalmente, proporciona algunos ejemplos concretos del uso que Carpentier hace de expres
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De Maeseneer, Rita - Cervantes y Carpentier. Una Relectura Múltiple

Este documento analiza las múltiples referencias a la obra de Cervantes presentes en la obra de Alejo Carpentier. Carpentier admiraba profundamente a Cervantes y su obra más famosa, El Quijote, ejerció una gran influencia en él. El documento explora las citas directas de Cervantes que aparecen en las novelas, cuentos y ensayos de Carpentier, así como las ideas sobre Cervantes expresadas en estos escritos. Finalmente, proporciona algunos ejemplos concretos del uso que Carpentier hace de expres
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RITA DE MAESENEER

C E R V A N T E S Y CARPENTIERI
UNA RELECTURA M Ú L T I P L E

En 1977 el escritor-musicólogo cubano Alejo Carpentier


(1904-1980)' obtuvo el premio Cervantes y en su discurso pronun­
ciado el 4 de abril de 1978, 'Cervantes en el alba de hoy' , nos 2

expresa su gran admiración por el fundador de la novela. En 1963 Car­


pentier desempeñó el cargo de director de las Publicaciones del Estado
de Cuba y uno de sus primeros éxitos de venta eran los cien mil ejem­
plares vendidos del Quijote . En 1937 el escritor cubano compuso la
1

música para la puesta en escena de La Numancia montada por Jean


Louis Barrault en París . Carpentier fue mucho más que admirador,
4

fomentador, difusor de la obra cervantina. Se perfila la presencia de


Cervantes en su obra novelística, cuentística, ensayística y periodís­
tica.
Como este análisis constituye una primera aproximación al diá-

1
Las obras más importantes de Alejo Carpentier son: ¡Ecué-Yamba-O! (1933) / El
reino de este mundo (1949) / Los pasos perdidos (1953) / Guerra del tiempo (1958) / El Siglo
de las Luces (1962) / El recurso del método (1974) / Concierto barroco (1974) / La consagra­
ción de la primavera (1978) / El arpa y la sombra (1979). Citaré por las Obras completas
de Alejo Carpentier (México, Siglo X X I Editores, 1983-1987, X I I volúmenes), mediante la
indicación de O.C., el número del volumen y la página.
2
Véase: Alejo Carpentier, Tientos, diferencias y otros ensayos, Barcelona, Plaza y
Janes, 1987, 211-215. A continuación me voy a referir a este libro con la abreviatura TD.
3
Véase: Ramón Chao (Palabras en el tiempo de Alejo Carpentier, La Habana, Edito­
rial Arte y Literatura, 1985, 104): «Publicamos, c o m o sabes, hasta cien mil ejemplares de
El Quijote, en un país que no tenía en aquel momento los nueve millones de habitantes
que tiene a h o r a » .
4
Véase « A l e j o Carpentier: una literatura inmensa», en Ramón Chao (op. cit., 226-227)
y «Numancia» en Crónicas (O.C. V I I I : 420-426). El interés de Carpentier por las adaptacio­
nes de la obra cervantina se desprende también de sus artículos periodísticos, por ejemplo
«Manuel de Falla en París» (O.C. I X : 251-254). Como hasta ahora no han sido publicados
todos los artículos periodísticos escritos entre 1951 y 1959 en El Nacional de Caracas, me
basaré en Letra y Solfa, Márquez Rodríguez, A. (ed.), Buenos Aires, Ed. Nemont, 1976. Tam­
bién incluyo los artículos no publicados de Letra y Solfa, que consulté en la biblioteca
José Martí (La Habana). Los indicaré mediante LS-JM. Así consulté, por ejemplo, «Don Qui­
jote en la pantalla», (22-1-1954 LS-JM) y « N u e v o libro sobre el " Q u i j o t e " » (8-7-1951 LS-JM),
crítica sobre Un andante caballero entre nosotros, de Rene L.F. Durand.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
logo con la obra cervantina, de por sí inagotable, he optado por presen­
tar dos enfoques: el estudio de las citas de Cervantes presentes en la
obra novelística, cuentística (y en menor medida en la obra periodís­
tica) y un comentario de las ideas expuestas sobre Cervantes en los
ensayos (y en algunos artículos periodísticos). Esta limitación implica
que no voy a indagar eventuales relaciones estructurales, estilísticas
o temáticas que no tengan una base citacional. Se ha establecido, por
ejemplo, un paralelismo entre el escrutinio de la biblioteca de don Qui­
jote y, respectivamente, el escrutinio de la biblioteca del Primer Magis­
trado en El recurso del método ( 1 9 7 4 ) , novela del dictador, y el escruti­
nio de la música en Concierto barroco ( 1 9 7 4 ) . N o quiere decir que me
5

limite a un mero rastreo y cotejo de las citas, sino que he optado por
partir de una base detectable para estudiar el juego intertextual y
eventuales relaciones en cuanto a los personajes, estructuras, temas
o técnicas narrativas.
Hechas estas salvedades, paso al comentario de las citas, en las
que incluyo también la mención de nombres propios y de títulos de
la obra cervantina . Son numerosas en las novelas de Carpentier las
6

referencias a Cervantes como ejemplo de la cultura española y univer­


sal y se juega — muchas veces irónicamente — con las expresiones
lexicalizadas del Quijote, el libro más leído por Carpentier . Encon- 7

5
Luisa Campuzano, 'Del donoso y grande escrutinio realizado por el Ilustre Acadé­
mico en la Biblioteca del Primer Magistrado', en Quirón o del ensayo y otros eventos, La
Habana, Letras Cubanas, 1988, 169-179. Advierte Hortensia R. Morell, («Contextos musica­
les en Concierto barroco», en Revista Iberoamericana, X L I X , 123-124 (abril-sept. 1983), 341):
«Entendemos que el autor, manteniéndose fiel al modelo literario que le ofrece Cervantes
en el Quijote, realiza en su novela un escrutinio musical parejo al escrutinio de los libros
de su antecesor. (...) Mas el escrutinio que practica Cervantes no sólo es nominal: explora
una compleja gama de modalidades narrativas, intercalándolas en la construcción del Qui-
jote. Así también, Carpentier muestra en la composición de Concierto barroco diferentes
ejecuciones y modos musicales: (...)»
6
L o que diferencia los nombres propios de otras citas, es que designan de otra
forma y tienen otra connotación. Advierte Luz Rodríguez («Intertextuele referentie: een
semiotiek van de mogelijkheid», en Spiegel der Letteren, 29, 1-2 (1987), 59: la traducción
del neerlandés es mía): «(...) no hay diferencia entre el enfoque intertextual de un nombre
propio ("Calisto"), de descripciones definidoras ("El que en buena hora ciñó espada" o " e l
vencido de W a t e r l o o " ) y de citas ("to be o r not to b e " ) . Designan todos su mundo referencial
{Tragicomedia, El Cantar, Hamlet), pero los unos designan más que los otros, a medida
que se va ampliando la referencia: " E l C i d " implicará "el que en buena hora...", " t o be
or not to b e " implicará Yorrick, por ejemplo, etc.». Recordamos que Gérard Genette
(Seuils, Paris, Seuils, 1987) considera los títulos c o m o elementos del peritexto, que a su
vez forma parte del paratexto.
Alejo Carpentier {Entrevistas, La Habana, Letras Cubanas, 1985, 424): « — ¿ C u á l es
el libro que más veces ha leído y por qué razón? — Sin duda alguna. El Quijote, porque,
independientemente de sus cualidades literarias, creo que es el punto de partida de la
novela moderna — obra sin precedentes en todas las literaturas conocidas —, por cuanto
Cervantes, en su obra maravillosa, logra hacer actuar un personaje de cuatro dimensiones
en un mundo — el nuestro — que es mundo tridimensional. Quiero decir que, en su libro,
añade la dimensión imaginaria a las dimensiones de la realidad, logrando una perfecta
coexistencia de ambas. Y esto es proeza muy raras veces realizada».

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
tramos mencionadas expresiones tales como «desfacer entuertos»,
«eran las del alba», referencias a la manquedad de Cervantes, al inicio
del discurso a los cabreros o al inicio del Quijote . Pongo un ejemplo8

para ilustrar la integración de estas expresiones muy conocidas de la


cultura hispánica. En La consagración de la primavera (1978), la prota­
gonista Vera, de origen ruso, evoca de la siguiente manera el 'casa­
miento' (O.C. V I I : 391):

(Hasta la palabra de casamiento se me hacía odiosa en este momento, con todo el


lastre que arrastraba para la mente burguesa de: casa, hogar, olla al fuego, seguri-
dad, seguros, falsa dicha familiar, costureros y remiendos... «duelos y quebrantos
los sábados, lentejas los viernes, algún ama que pasara de los cuarenta, lanza en
astillero, rocín flaco» (léase automóvil pequeño de gente modesta), y, si se era rico,
galas vestimentarias de Balenciaga, Christian Dior o Yves de Saint-Laurent...).

N o obstante, estas citas ya semantizadas constituyen a veces algo


más que un guiño irónico al lector. Miremos otro ejemplo de La consa­
gración de la primavera, novela procastrista que parte de la Revolu­
ción Rusa pasando por la Guerra Civil Española para desembocar en
la batalla de Playa Girón en Cuba. Se recurre dos veces a la cita 'eran
las del alba', la primera vez cuando el protagonista cubano Enrique
sale para España como militante de las Brigadas Internacionales y la
segunda vez, cuando participa en la batalla de Playa Girón. Es obvio
que en esta novela, que es una apología de la Revolución, la expresión
cervantina sirve para subrayar el carácter solemne de estos hitos en

Pongo cada vez uno o dos ejemplos para ilustrar la presencia de las citas ya lexica-
lizadas de Cervantes en Carpentier.
— «desfacer entuertos» se encuentra en La consagración de la primavera en boca de
la protagonista rusa, Vera: « M e había tocado vivir en una época d e dura Historia — c o m o
dura había sido la época de las Guerras de Religión — y no era yo, débil mujer, quien
iba a desfacer entuertos ni enderezar lo t o r c i d o » . (O.C. V I I : 395).
— En La consagración de la primavera el trompetista negro Gaspar Blanco que tiene
el brazo herido ya libre de yeso, exclama: « " ¡ S e jodio la humanidad si cuenta conmigo
para escribir el Quijote! ¡Me salí del gremio de los m a n c o s ! " » (O.C. V I I : 158). El Primer
Magistrado de El recurso del método tiene también un problema con el brazo y comenta:
« N o nací para manco. Y andar de manco sin haber estado en Lepanto es cosa de pendejo».
(O.C. V I : 86).
— El inicio del discurso a los cabreros se encuentra al final de la primera parte de
El arpa y la sombra: «(...) [Colón] había conocido en vida, los misterios de un más allá geo­
gráfico, ignorado aunque presentido por los hombres desde " l a dichosa edad y siglos dicho­
sos a quien los antiguos pusieron el nombre de d o r a d o s " - dichosa edad y siglos dichosos,
evocados por don Quijote en su discurso a los cabreros...» (O.C. I V : 251).
— El inicio del Quijote se encuentra en el prólogo de Ecué-Yamba-0 (O.C. I: 27; lo
subrayado es mío): «Dicha edición circuló por todos los países de América latina, cruzó
el Atlántico, invadió las librerías españolas, y fue reeditada — piratería en cadena — por
una empresa uruguaya de cuyo nombre no quiero acordarme...». Y en el artículo « E l
encanto de Q u i b o r » (23-9-1952 LS-JM), leemos: « Y la asociación de ideas a que invita la
estampa doméstica, invariada desde hace cuatro siglos, trae a la memoria la frase literaria
más famosa de nuestro idioma: " E n un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero
acordarme..."».

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
la trayectoria revolucionaria. Cabe añadir que 'eran las del alba' tiene
la misma connotación en las otras tres menciones que he encontrado.
Cuando el protagonista de Los pasos perdidos (1953) inicia su expedi­
ción en busca de instrumentos musicales primitivos, un viaje que se
convertirá en un reencuentro con sus raíces y en un remontar en la
historia, leemos: «(...), eran las del alba todavía cuando nos instalamos
en el autobús, lleno ya de gente envuelta en mantas, con toallas apreta­
das al cuello a modo de bufandas». (O.C. II: 203) . Además en esta 9

novela, el reencuentro con el idioma materno del protagonista, el espa­


ñol, se manifiesta en un intento de reconstruir el inicio del Quijote,
lectura de su infancia . 10

Aparte de estas referencias muy conocidas se pueden detectar


unas citas que calificaría de obsesiones en Carpentier, por encontrarse
en varios escritos suyos o por repetirse como leitmotiv en una obra.
En el relato 'El Camino de Santiago' (1954) sobre las andanzas del tam­
bor Juan de Amberes, se evoca «la endemoniada zarabanda que ya se
bailaba en las casas del trato» (O.C. II: 60; lo subrayado es mío). Esta
referencia a El celoso extremeño de Cervantes sirve para ambientar
el cuento en la época evocada (el siglo X V I ) , subraya lo diabólico, hilo

Los contextos de La consagración de la primavera son: « " ¿ Q u é debo hacer para


irme contigo a las B r i g a d a s ? " - "Inscribirte. Mañana te llevo. Hay veinte cubanos más,
que acaban de llegar. Entre ellos, varios médicos, con equipo sanitario y todo. Saldremos
juntos. (...)" Las del alba serían cuando cené con Gaspar en aquel Mitchell's de la Rue Fon­
taine (...)». (O.C. V I I : 116). Y « P e r o a las pocas horas — eran las del alba — fui sacado
del sueño por un ruido de explosiones lejanas, seguido — ¡sí! ¡era eso! ¡sin duda alguna! —
por un fuego de baterías antiaéreas. (...) Había empezado la batalla que en el futuro habría­
mos de recordar como Batalla de Playa G i r ó n » . (O.C. V I I : 555). En El arpa y la sombra
se encuentra la referencia cuando Colón sale para las Indias: « M e agarraban las del alba
considerando las dificultades que ahora tendría que vencer, (...)». (O.C. IV: 290). En el frag­
mento publicado postumamente de Verídica historia, que iba a ser la próxima novela de
Carpentier sobre el santiaguero Paul Lafargue, yerno de Carlos Marx, se lee (en Casa de
las Americas, año X X X , número 177 (diciembre 1989), 29): «(...), y eran apenas las de una
alba gélida — gélida dentro y fuera del vagón — cuando vinieron a alcanzarse las alamenas
de Avila, (...)».
1 0
Leemos en Los pasos perdidos (O.C. II: 207): « E l rebuzno de un asno me recordó
una vista de El Toboso — con asno en primer plano — que ilustraba una lección de mi
tercer libro de lectura, y tenía un raro parecido con el caserón que ahora contemplaba.
En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que vivía
un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor... Estaba
orgulloso de recordar lo que con tanto trabajo nos enseñara a recitar, a los veinte rapaces
que éramos, el maestro de la clase. Sin embargo, había sabido de memoria el párrafo com­
pleto, y ahora no lograba pasar más allá del galgo corredor. M e enojaba ante este olvido,
volviendo y volviendo al lugar de la Mancha para ver si resurgía la segunda frase en mi
mente, cuando la mujer que habíamos rescatado de las nieblas señaló una ancha curva,
al flanco de la montaña que íbamos a recorrer, afirmando que su ámbito se llamaba La
Hoya. Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón las más noches, duelos y quebrantos
los sábados, lentejas los viernes y algún palomino de añadidura los domingos consumían
las tres partes de su hacienda... N o podía pasar de a l l í » . Es significativo que sea «la mujer»
(Rosario) quien hace que resurja la segunda frase. Rosario simboliza la mujer pura, la
Madre-Tierra en Los pasos perdidos.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
rojo del cuento, e insiste en la aportación americana en la música y
el baile, tema tratado por Carpentier en varias ocasiones".
Un ejemplo de una cita mencionada como leitmotiv en una sola
obra carpenteriana, es la referencia al Retablo de las Maravillas en El
arpa y la sombra (1979), novela en la que se hace el proceso a Colón
al discutir su eventual canonización y novela en la que Colón se hace
el proceso a sí mismo en su lecho de muerte. El Almirante llama a
la presentación que hace ante varios monarcas para pedir ayuda, un
'Tinglado de Maravillas' (O.C. IV: 276, 277, 278, 280, 281, 289) o un
'Retablo de Maravillas' (O.C. IV: 285, 319, 341). De esta forma, toda la
empresa de ir a América se inscribe bajo el signo del embuste , tal 12

como se expresa muy claramente en la última mención de la cita (O.C.


IV: 341):

... cuando me asomo al laberinto de mi pasado en esta hora última, me asombro


ante mi natural vocación de farsante, de animador de antruejos, de armador de
ilusiones, a manera de los saltabancos que en Italia, de feria en feria • (...) - llevan
sus comedias, pantomimas y mascaradas. Fui trujamán de retablo, al pasear de
trono en trono mi Retablo de Maravillas.

Colón es un ente ficticio y ficcionalizado, lo que se desprende tam­


bién de una comparación que se introduce casi al final de la novela.
Colón es «como los magnánimos varones de la Andante Caballería [¿y
que fui yo, sino un Andante Caballero del Mar?]». (O.C. IV: 371). Ade­
más esta ficcionalización de Colón se puede considerar como una
proyección de la trayectoria de Carpentier: a medida que Carpentier
se va acercando a la muerte, Carpentier/Colón queda cada vez más
atrapado en la ficción y en la citación. Lo ilustra mi «escrutinio» de
las citas de Cervantes: en las primeras obras de Carpentier casi no he

En El celoso extremeño, leemos (Miguel de Cervantes Saavedra, Obras completas,


A. Valbuena Prat (ed.), Madrid, Aguilar, 1952, 909 [A continuación citaré a Cervantes men­
cionando O.C. y la página]): «Pues ¿qué diré de lo que ellas sintieron cuando lo oyeron
tocar el Pésame de ello, y acabar con el endemoniado son de la zarabanda, nuevo entonces
en España?». Como se puede observar, Carpentier modifica ligeramente la cita. Para más
información sobre la zarabanda, véase el segundo capítulo de La música en Cuba (O.C.
X I I : 245-262). Encontramos la misma cita en:
— « E l ángel de las maracas» (O.C. X I I : 188): «Entretanto, se desarrollaba lo popular:
de la simbiosis, amalgama, del Romancero español, de los tambores africanos, de los
instrumentos autóctonos, nacían aquellas "endemoniadas zarabandas de Indias" mentadas
por Cervantes y otros grandes autores clásicos espeñoles».
— « A m é r i c a Latina en la confluencia de coordenadas históricas y su repercusión en
la música» (TD: 196-197): « P e r o el hecho fue que, de repente, la Iberia de donde habían
salido los conquistadores — la de " l o s parientes que se habían quedado en casa" sin solici­
tar su reglamentario asiento en los registros de pasajeros a Indias de la casa de la Contra­
tación de Sevilla — se vieron invadidos por unas "endiabladas zarabandas" que, al decir
de Cervantes (véase: El celoso extremeño), eran nuevas en España».
1 2
Para la idea del embuste y la interpretación del entremés, véase: David L. Smith,
«Cervantes frente a su público: aspectos de la recepción en El retablo de las maravillas»,
en Actas del X Congreso de ¡a Asociación Internacional de Hispanistas, Universität de Barce­
lona, 21-26 de agosto de 1989, Antonio Vilanova (ed.), Barcelona, PPU, 1992, 713-721.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
encontrado citas de Cervantes, mientras que en las últimas obras son
mucho más frecuentes . 13

Después de comentar la importancia de El Retablo de las Maravil­


las, pasemos a otro Retablo, que desempeña un papel central en otra
obra carpenteriana, Concierto barroco (1974). Un Amo mexicano y su
criado van al carnaval de Venecia y asisten a un ensayo general de
una ópera de Vivaldi sobre Montezuma (1733), basada en la crónica,
Historia de la Conquista de México, de Mosén Antonio de Solís, que
fue adaptada por el libretista Alvise Giusti. La intriga resulta muy
enredada y no se corresponde en muchos puntos con la verdad histó­
rica. Cuando el Amo asiste al ensayo general, interviene varias veces
para mostrar su desaprobación, ya que advierte que se han producido
cambios de papeles (el general mexicano Teuhtil se ha convertido en
la hija de Montezuma). También hay transformaciones de nombres (el
nombre de Huitzilopochtli se convierte en Uchilobos, puesto que nadie
es capaz de cantar ese «trabalenguas», como observa Vivaldi (O.C. IV:
192)). La historia mexicana se ve seriamente alterada: hay escamoteos
de personajes, como de la Malinche o Guatimozín, la ópera termina
en un final feliz, ya que los mexicanos se someten a la verdadera Reli­
gión, hay boda entre españoles y mexicanos, etcétera. Después del
ensayo general de la ópera, comenta el Amo mexicano a su criado Filo­
meno: « D e haber sido el Quijote del Retablo de Maese Pedro, habría
arremetido, a lanza y adarga, contra las gentes mías, de cota y mo­
rrión». (O.C. IV: 197-198). Esta referencia al capítulo 26 de la Segunda
Parte del Quijote («Donde se prosigue la graciosa aventura del titerero,
con otras cosas en verdad harto buenas») nos delata el modelo de inspi­
ración para la descripción de la ópera de Montezuma en el capítulo

La intensificación de la citación en Carpentier no sólo se aplica a Cervantes. Véase


mi tesis doctoral no publicada: « A l e j o Carpentier, La consagración de la primavera: una
in-cita-ción», Gante, 1991-1992. Reitero que no quiere decir que esté ausente la obra cervan­
tina como trasfondo en las primeras obras. Respecto a la presencia del 'Sevillano' en Ecué-
Yamba-O, advierte Roberto González Echevarría (The Pilgrim at home, Ithaca and London.
Cornell University Press, 1977, 81): « T h e r e is in all this a lot of Cervantes, particularly
the Cervantes of Rinconele y Cortadillo and El casamiento engañoso, and of Mateo Alemán,
as well as the traditional view of the city as the center of corruption, decay, and chaos,
as opposed to the pastoral virtues of the countryside».
Para la interpretación de El arpa y la sombra, véase Benito Pelegrín, « L a harpe et Vom-
bre d'Alejo Carpentier: l'espace de la parole», en Cahiers dEtudes Romanes, 6 (1980),
145-170. Roberto González Echevarría («Últimos viajes del p e r e g r i n o » , en Revista Iberoa-
mericana, 154 (enero-marzo 1991), 119-134) dice que Colón c o m o primer cronista de Amé­
rica Latina, es una proyección de Carpentier, otro creador de ficciones, de manera que
«hay una contaminación literaria en el origen de la concepción de América, una especie
de circularidad de ficciones que coincide con la ronda de las máscaras carpenterianas».
(op. cit., 132). González Echevarría apoya su argumentación también en el hecho de que
hay resonancias de Los trabajos de Persiles y Segismundo en El arpa y la sombra: « E l origen
de América en la mente del Colón ficticio — en realidad no hay otro — de Carpentier es
el ámbito decididamente imaginario del Persiles; el mundo de aventuras, encuentros y
desencuentros de la novela bizantina», (op. cit., 131). Tanto El arpa y la sombra c o m o el
Persiles son obras de despedida.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
7 de Concierto barroco. En cuanto a la interpretación de este frag­
mento del Quijote, se plantea, por una parte, el problema de la confu­
sión de la ficción y de la realidad más bien histórica (el uso de las
campanas inconcebible en un contexto moro), a lo que replica Maese
Pedro que las «comedias» se caracterizan por «impropiedades y dispa­
rates» (Cervantes O.C.: 1364), o sea que se opone la ilusión poética a
la verdad histórica. Por otra parte, don Quijote confunde entre seres
ficticios (los títeres), y seres «vivos», a causa de su locura, que consiste
en considerarse como Caballero Andante y por tanto como desfacedor
de entuertos . En Concierto barroco el Amo no confunde a los seres
14

« v i v o s » y ficticios, ya que no interviene «físicamente» a diferencia de


don Quijote, mientras que aún más que don Quijote, el Amo se niega
a aceptar los cambios introducidos en la historia a causa de la «ilusión
poética», según observa Vivaldi (O.C. IV: 193). Agrega Vivaldi que la
historia de América no es grande ni respetable, ya que es «fábula:
cuentos de Eldorados y Potosíes, ciudades fantasmas, esponjas que
hablan, carneros de vellocino rojo, Amazonas con una teta de menos,
y Orejones que se nutren de jesuítas...» (O.C. IV: 194). Asistiendo a la
ópera, el Amo toma conciencia de su americanidad, rechaza la aplica­
ción de un modelo europeo al mundo americano — y por esta razón
habría arremetido contra las gentes suyas — y reivindica este carácter
fabuloso, real maravilloso de América. De ahí que diga a su criado
Filomeno: «De fábulas se alimenta la Gran Historia, no te olvides de
ello. Fábula parece lo nuestro a las gentes de acá porque han perdido
el sentido de lo fabuloso». (O.C. IV: 198). La escena evocada en el capí­
tulo 7 constituye por tanto una variación sobre el Retablo de Maese
Pedro en la forma y en la temática, con ampliaciones, atenuaciones
y adiciones de un tema fundamental en Carpentier, la América fabu­
losa, real maravillosa. Al mismo tiempo, la reescritura de un capítulo
del Quijote viene a (re)presentar, como en una especie de mise en
abîme, la problemática de la escritura, que en Carpentier (y en Cervan­
tes) es muchas veces reescritura, recurso a otros textos' . 5

La mención de don Quijote y del Retablo de Maese Pedro al final


de la evocación de la ópera de Montezuma, no sólo genera un proceso
de relectura y de reflexión a partir del texto cervantino, sino que invita
al lector a volver sobre sus pasos para detectar más fuentes cervanti­
nas en Concierto barroco. Así el lector comprueba que la primera reac­
ción del Amo respecto al carácter falso de la ópera se corresponde casi
con la observación emitida por don Quijote en el Retablo de Maese
Pedro. Al constatar que Teuhtil, un general de Montezuma, se ha con-

1 4
Me baso en Georges Haley ( « E l narrador en Don Quijote: El retablo de Maese
P e d r o » , en El 'Quijote' de Cervantes, Haley (ed.), Madrid, Tuarus, 1980, 278): « E n su imagi­
nación, los títeres se convierten no ya en entes históricos, sino en seres vivos, (...)».
1 3
Véase a este respecto: Roberto González Echevarría, Myth and archive. A theory of
Latin American narrative. Cambridge University Press, Cambridge, 1990.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
vertido en «hembra» en la ópera, exclama el mexicano: « P e r o esto es
grandísimo disparate (...)» (O.C. IV: 186), cita inspirada en «(...); y esto de
sonar campanas en Sansueña sin duda que es un gran disparate». (Cer­
vantes O.C. 1364; lo subrayado es m í o ) . Además, el decorado de la
16

ópera le recuerda al Amo mexicano «el tornasol de flámulas y gallarde­


tes que hubiese contemplado, cierto día en Barcelona, con esa encen­
dida selva de velámenes y estandartes que, sobre proas de naves, alegra­
ban el lado derecho del escenario, (...)». (O.C. IV: 185). Efectivamente, en
su viaje de México a Venecia , el Amo pasó por Madrid y Barcelona.
17

La descripción de la entrada en Barcelona (en el capítulo 3) se corres­


ponde casi literalmente con la entrada de don Quijote en Barcelona, que
se sitúa en el capítulo 61 de la Segunda Parte del Quijote, en el que apa­
recen las «flámulas y gallardetes». Reproduzco a continuación el texto
del Quijote, indicando las omisiones de Concierto barroco entre corche­
tes y las sustituciones y adiciones de Concierto barroco entre paréntesis
(Cervantes O.C: 1484 y O.C. IV: 165; lo subrayado es mío):

(...) alegraron (alegrándose) [también] el oído el son de muchas chirimías y atabeles,


ruido de cascabeles, «[¡trapa, trapa,) aparta, aparta!» de corredores, que, [al parecer,]
de la ciudad salían. [Dio lugar la aurora al sol, que un rostro mayor que el de una
rodela, por el más bajo horizonte poco a poco se iba levantando.
Tendieron Don Quijote y Sancho la vista por todas partes: vieron el mar, hasta
entonces de ellos no visto; parecióles espaciosísimo y largo, harto más que las lagu­
nas de Ruidera, que en La Mancha habían visto;] vieron (Vieron) las galeras (naves)
que estaban en la playa, las cuales, abatiendo las tiendas, se descubrieron (descu­
brían) llenas de flámulas y gallardetes (,) que tremolaban al viento (,) y besaban y
barrían el agua [¡dentro sonaban clarines, trompetas y chirimías, que cerca y lejos
llenaban el aire de suaves y belicosos acentos.
Comenzaron a moverse y a hacer modo de escaramuza por las sosegadas aguas,
correspondiéndoles casi al mismo modo infinitos caballeros que de la ciudad sobre
hermosos caballos y con vistosas libreas salían. Los soldados de las galeras dispara­
ban infinita artillería, a quien respondían los que estaban en las murallas y fuertes
de la ciudad, y la artillería gruesa con espanto estruendo rompía los vientos, a quien
respondían los cañones de crujía de galeras.] El mar alegre, la tierra jocunda, el aire
claro, [sólo tal vez el turbio del humo de la artillería,] parece que iba infundiendo y
engendrando gusto súbito en todas las gentes. [ N o podía imaginar Sancho c ó m o pudie­
sen tener tantos pies aquellos bultos que por el mar se m o v í a n . ] .
18

1 6
La misma cita aparece en El recurso del método: « ( " E s t o de la carrera — diplomá­
tica, se entiende — se me asocia al calificativo de " g r a n disparate" dado por Don Quijote
a un romance de caballería mal presentado en retablo de títeres. Para todo latinoamericano
de mi generación, la carrera es prebenda de poco trabajo y mucho gozo, en embajadas con
escenografía de gran ópera, (...))"». (O.C. V I : 290)
1 7
Advierte Luisa Campuzano en su Discurso de ingreso a la Academia Cubana de la
Lengua, correspondiente de la Real Española, sobre «Carpentier y Cervantes», (documento
íacilitado por la autora, 8) que también en el Licenciado Vidriera son contrastadas las ciu­
dades de México y Venecia.
1 8
Encontramos una especie de pastiche de esta entrada de Barcelona en El arpa y
la sombra, cuando Colón hace su entrada en Sevilla después del primer viaje: «Con albri­
cias y alegrías, estandartes y campanas, cumplidos de altura y admiración en balcones,
músicas de órgano, trompetas de heraldos, bullicio de Corpus, estrépito de albogues, zam­
ponas y chirimías, me recibió la sin par Sevilla, tal príncipe vencedor tras de larga guerra,
en la magnificencia de sus luces de a b r i l » . (O.C. IV: 317)

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
La superposición de los dos textos revela que se han omitido las
referencias a la artillería y a los dos protagonistas del texto cervan­
tino. A pesar de que la cita no va entrecomillada ni en cursiva en Con­
cierto barroco, se encuentra una indicación identificadora muy clara
en el contexto de la cita de la entrada de Barcelona. Algunas líneas
antes, leemos que en su recorrido de Madrid a Barcelona «el mexicano
[trató] de entretener a su criado con el cuento de un hidalgo loco que
había andado por estas regiones, y que, en una ocasión, había creído
que unos molinos ("como aquel que ves allá"...) eran gigantes. Filo­
meno afirmó que tales molinos en nada parecían gigantes, y que para
gigantes de verdad había unos, en África, tan grandes y poderosos, que
jugaban a su antojo con rayos y terremotos...» (O.C. IV: 164). El paisaje
manchego, las tierras de don Quijote, provocan la referencia a la cono­
cida historia de los molinos, opuesta a lo fabuloso de los gigantes afri­
canos. A causa de estas referencias al texto cervantino se impone una
equiparación entre el Amo y don Quijote (y entre Filomeno y Sancho
Panza) . Se explicitará esta identificación Amo/ don Quijote en el
19

capítulo 7, cuando el Amo asuma (en parte) el papel de don Quijote


en un nuevo Retablo de Maese Pedro. N o obstante, también en un frag­
mento anterior (capítulo 2) se nos sugiere el paralelismo. Al evocar la
historia de uno de sus antepasados, el criado Filomeno se va por las
ramas — como buen cubano — y lo interrumpe el Amo/don Quijote
(O.C. IV: 157):

«Prosigue tu historia en línea recta, muchacho — interrumpe el viajero —, y no


te metas en curvas y transversales; que para sacar una verdad en limpio menester
son muchas pruebas y repruebas» — «Así lo haré» — dice el mozo. Y alzando los
brazos y accionando las manos como títeres, con los dedos pulgares y meñiques
movidos como bracitos, continúa en la narración del sucedido con tanta vida c o m o
la pone cualquier bululú de buen ingenio en sacarse personajes de tras de las espal­
das y montarlos en el escenario de sus hombros. (— «Así cuentan algunos feriantes
en los mercados de México — pensaba el viajero — la gran historia de Montezuma
y Hernán C o r t é s . » ) .
20

La cita de «Prosigue tu historia...» subraya el paralelismo entre


el personaje de don Quijote y el Amo, mientras que en este caso Filo­
meno no es comparado a Sancho Panza, sino al trujamán del retablo.
El comentario del Amo sobre la semejanza en la manera de contar de

1 9
También en otras obras carpenterianas se juega con el modelo del amo y el criado.
En El recurso del método (1974) el Primer Magistrado va acompañado de su secretario
Peralta (¡otro guiño a Cervantes!). En El reino de este mundo (1949), se nos presenta a
Monsieur Lenormand de Mézy en compañía de su esclavo Ti Noel, aunque después se con­
centra la atención en el esclavo. Requeriría otro tipo de estudio analizar hasta qué punto
se corresponden estas « p a r e j a s » .
2 0
Leemos en el capítulo 26 de la la segunda parte del Quijote: « N i ñ o , niño — dijo
con voz alta a esta sazón don Quijote —, seguid vuestra historia línea recta y no os metáis
en las curvas y transversales; que para sacar una verdad en limpio menester son muchas
pruebas y repruebas». (Cervantes, O.C: 1363)

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
los feriantes de México y del criado, sugiere un posible nexo entre
América Latina y Europa, idea también presente en los ensayos de
Carpentier que comentaré más adelante. Dentro de la estructura de
la novela, la cita de «Prosigue tu historia...» tiene una función de
anuncio respecto al capítulo 7, la variación sobre el Retablo de Maese
Pedro, al igual que la cita de la entrada en Barcelona. En cuanto a
la función de las referencias a Cervantes en Concierto barroco como
totalidad, subrayan la dislocación temporal de la novela, que se sitúa
en la primera parte del siglo X V I I I , pero se caracteriza por muchos
anacronismos. Generalizando, se podría decir que los saltos hacia ade­
lante se efectúan esencialmente por la evocación de determinados
hechos (la muerte de Wagner (1883) o la muerte de Stravinsky (1971)),
mientras que las citas constituyen referencias al siglo X V I I I o saltos
hacia atrás . Este doble movimiento hacia adelante y hacia atrás se
21

puede observar igualmente en la cita de la entrada en Barcelona y


el contexto que le sigue inmediatamente: « E l mar alegre, la tierra
jocunda, el aire claro, parece que iba infundiendo y engendrando
gusto súbito en todas las gentes. — «Parecen hormigas — decía el
Amo, mirando a los muelles desde la cubierta del barco que mañana
navegaría hacia Italia. Si los dejas, levantarán edificios tan altos que
rascarán las nubes». (O.C. IV: 165). Una cita de Cervantes se encuentra
al lado de la mención de un rascacielos . De esta forma, las citas
22

constituyen una manera de enfrentarse a la Guerra del tiempo, tema


fundamental en Carpentier. Además, el que se destaque una preferen­
cia por unos fragmentos muy teatrales del Quijote (la entrada en Bar­
celona, el Retablo de Maese P e d r o , . . ) subraya otra temática clave
23

en Carpentier (y en Cervantes): el gran teatro del mundo, la esencia


y la apariencia.

Paso al comentario de las ideas sobre Cervantes expresadas en los


ensayos de Carpentier, tanto en unas menciones esporádicas como en
el discurso dedicado exclusivamente a Cervantes, cuyo título es 'Cer­
vantes en el alba de hoy' (TD: 211-215). En este ensayo, Carpentier con­
sidera que con el Quijote de Cervantes ha nacido la novela moderna,
aunque Carpentier también subraya la gran importancia de la novela

Aparte de las referencias a Cervantes, se destaca la presencia de Shakespeare y del


Espejo de Paciencia del cubano Silvestre de Balboa de 1604,... Para más información y algu­
nas matizaciones, véase: Klaus Muiler-Bergh, «Sentido y Color de Concierto barroco», en
Revista Iberoamericana, X L I , 92-93 (julio-dic. 1975), 445-464.
2 2
Advierte Klaus Muller-Bergh (op. cit., 452): «Aquí p o r boca del mexicano ya hay
una alusión indirecta a la arquitectura característica del siglo veinte, en que se desarrolla­
rán ciertas escenas en determinados momentos del sexto y del octavo capítulo».
2 3
El comentario sobre las actuaciones del teatro de títeres « T e a t r o dei Piccoli» ( « E l
gran " T e a t r o de los pequeños", Carteles, 1-11-1925) va encabezado por un epígrafe que se
refiere también al Retablo de Maese Pedro: «...y vamonos a ver el retablo del buen maese
Pedro, que para mí tengo que debe de tener alguna novedad. — ¿Cómo alguna? — respondió
maese Pedro —. Sesenta mil encierra en si este mi retablo...» (O.C. V I H : 327).

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
picaresca en el nacimiento de la novela, ya que en la picaresca por
primera vez habla un yo. Carpentier insiste en que «Cervantes, con el
Quijote, instala la dimensión imaginaria dentro del hombre, (...),
haciendo de ese nuevo yo un medio de indagación y conocimiento del
hombre, de acuerdo con una visión de la realidad que pone en ella todo
y más aún de lo que en ella se busca». (TD: 213). Esta cuarta dimensión
hace que todo sea posible: «(...) clavileño acabará volando a una veloci­
dad supersónica; (...) del sabor de un bizcocho mojado en una taza de
té, surge toda la humanidad de Proust — como de buenos y malos
libros de caballería nació el cosmorama, español y universal del Qui­
jote.» (TD: 213). También destaca que en Cervantes ya está todo por
«el enciclopedismo, el sentido de la historia, la sátira social, la carica­
tura junto a la poesía, (...)» (TD: 213). Si la novela se enfoca de esta
manera, no se puede hablar de crisis de la novela, agrega Carpentier
de manera optimista: « N o hay ni habrá crisis de la novela, mientras
la novela sea novela abierta, novela de muchos, novela de buenas y
fuertes variaciones — valga el término musical — sobre los grandes
temas de la época, como lo fue en su tiempo la ejemplar novela, a la
vez local y universal, de Miguel de Cervantes Saavedra». (TD: 214). Car­
pentier concluye insistiendo en la importancia de Cervantes para Amé­
rica Latina: « N o tuvo España mejor embajador, a lo largo de los siglos,
que don Quijote de La Mancha, (...)». (TD: 214). Vemos que las ideas
expresadas sobre Cervantes se podrían trasponer sin más a la obra de
Carpentier: Cervantes sirve como justificación, autoridad sobre la que
se apoya Carpentier para formular su poética. Pensamos en el enciclo­
pedismo de Carpentier o en la técnica de las variaciones musicales tan
gustada por el musicólogo Carpentier y aplicada a varias obras suyas,
como Concierto barroco o El arpa y la sombra.
Un repaso de las menciones más fragmentarias en los demás
ensayos corrobora esta conclusión, ya que Carpentier recurre a Cer­
vantes para justificar sus propias ideas. Por ejemplo, en «Problemá­
tica de la actual novela latinoamericana», Carpentier expone su teo­
ría de los contextos — la importancia de contextos políticos,
culturales, culinarios, económicos, ...etcétera — apoyándose en Cer­
vantes, y pone el Quijote como ejemplo de la novela del futuro por
lo insólita (TD: 9):

(...) novela donde llega a hablarse de la misma novela, (...); novela donde se
descubre (en el capítulo V I ) que don Quijote había leído la Calatea de Cervantes;
novela donde se ejercita la crítica literaria con un espíritu periodístico anterior
a la invención de los periódicos; donde se parafrasea un texto de Hesíodo,
cuando viene al caso; donde se encajonan novelas dentro de la novela principal,
y donde el autor no vacila en endilgarnos, a la manera de Settembrini de Thomas
Mann, disquisiciones ajenas a la acción. En el aspecto insólito de la novela cer­
vantina es donde veo inscrito, proféticamente el futuro de la novela. La novela
debe llegar más allá de la narración, del relato, vale decir: de la novela misma,
en todo tiempo, en toda época, abarcando aquello que Jean-Paul Sartre llama
los contextos de la materia novelística tan absolutamente como, en nuestra
época, un Joyce o un Kafka.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
Cervantes es asismismo autoridad léxica, cuando Carpentier
defiende el uso de ciertos americanismos que también se encuentran
en Cervantes . El escritor cubano llega a referirse incluso a la lican-
24

tropía de la bruja que sedujo a Rutilio del Persiles en la exposición


de su teoría de lo real maravilloso . 25

En los artículos periodísticos se repiten y se complementan las


características ya señaladas, como por ejemplo en 'El libro sin
fronteras' , título ya significativo. En 'Cervantes y los románticos
26

alemanes' (31-8-1957 LS-JM) Carpentier destaca el papel precursor de


Cervantes en el género del cuento, y en 'Cuatro siglos de poesía negra'
(10-5-1952 LS-JM) ilustra la presencia del negro en la literatura con El
celoso extremeño.
Este breve repaso de la presencia de Cervantes en Carpentier hace
que Carpentier sea un poco Cervantes y Cervantes un poco Carpentier.
(Re)leemos a Cervantes a través de Carpentier y (re)leeremos a Cervan­
tes acordándonos de la (re)lectura carpenteriana. Y en este constante

Alejo Carpentier: «Problemática del tiempo y el idioma en la moderna novela lati­


noamericana» (TD: 122): «(...), y en cuanto al " f l u x " para designar un traje enterizo en el
color, es simple trasposición metafórca de una voz lúdrica usada por Cervantes».
2 5
Carpentier pone el siguiente fragmento como epígrafe al prólogo a El reino de este
mundo (1949), texto que fue integrado más tarde en el ensayo 'De lo real maravilloso ameri­
cano' (TD: 66-77):

«... L o que se ha de entender de esto de convertirse en lobos es que hay una enfer­
medad a quien llaman los médicos manía' lupina...
Los trabajos de Persiles y Segismundo» (O.C. II: 13)

En el prólogo leemos también (O.C. II: 15): «Para empezar, la sensación de lo maravil­
loso presupone una fe. Los que no creen en santos no pueden curarse con los milagros
de santos, ni los que no son Quijotes pueden meterse, en cuerpo, alma y bienes, en el
mundo de Amadís de Gaula o Tirante el Blanco. Prodigiosamente fidedignas resultan cier­
tas frases de Rutilio en Los trabajos de Persiles y Segismundo, acerca de hombres transfor­
mados en lobos, porque en tiempos de Cervantes se creía en gentes aquejadas de manía
lupina. Asimismo el viaje del personaje, desde Toscana a Noruega, sobre el manto de una
bruja». Frederick A. de Armas («Metamorphosis as Revolt: Cervantes' "Persiles y Sigis-
m u n d a " and Carpentier's " E l reino de este m u n d o " » , in Hispanic Review, 49, 3 (summer
1981), 297-316), comenta la relación entre los dos textos de manera bastante convincente.
N o obstante, Frederick A. de Armas no tiene lo suficientemente en cuenta la manera de
citar que hace que el fragmento quede algo « m a n c o » respecto a su contexto original. En
cuanto a la interpretación de lo real maravilloso en Carpentier, Frederick A. de Armas
propone una visión demasiado limitada, ya que no considera la realidad de por sí maravi­
llosa y sólo toma en cuenta los fenómenos (casi) sobrenaturales, nada fáciles de definir
ni siquiera en el Persiles de Cervantes. Véase a este respecto: Emilio Orozco Diaz, «Recuer­
dos y nostalgias en la obra de Cervantes», en Cervantes y la novela del barroco, José Lara
Garrido, Granada, Servicio de Publicaciones de la Universidad de Granada, 1992, 263-323.
Alban K. Forcione, Cervantes' Christian Romance. A Study oj Persiles y Sigismundo, Prince-
ton, Princeton University Press, 1972.
2 6
Alejo Carpentier, « E l libro sin fronteras», en Letra y Solfa (op. cit., 126-128). Car­
pentier insiste en la universalidad del libro a causa del eterno contraste entre dos persona­
jes, la posibilidad de trasposición de escenarios, y la ausencia de «cuestiones religiosas,
circunscritas a un área cultural determinada», (op. cit., 127), lo que por cierto se podría
discutir...

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
movimiento de vaivén entre las obras literarias reside toda la fuerza
del juego intertextual, siempre renovado, siempre múltiple... 27

BIBLIOGRAFIA

Armas, F.A. de, « Metamorphosis as Revolt: Cervantes» «Persiles y Sigismunda»


and Carpentier's « E l reino de este mundo», in Hispanic Review, 49, 3 (sum­
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Artículos periodísticos de El Nacional (Venezuela) de Alejo Carpentier consulta­
dos en la Biblioteca José Marti (Cuba).
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nas, 1988.
Campuzano, L., «Cervantes y Carpentier». Discurso de ingreso a la Academia
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de abril de 1990, documento facilitado por la autora.
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González Echevarría, R., Myth and Archive. A Theory of Latin American narra­
tive, Cambridge, Cambridge University Press, 1990.

2
Después de presentar la ponencia, he encontrado otros dos artículos de interés:
González, A., « E t i c a y teatralidad: El Retablo de las maravillas de Cervantes y El arpa y
la sombra de Alejo Carpentier», en La Torre, V I I , 27-28 yulio-diciembre 1994), 485-502; Mesa
Falcón, Y., « L a s referencias literarias en Concierto Barroco; valor y función», en Letras
cubanas, 18, (1985), 76-96.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple
González Echevarría, R., «Ultimos viajes del peregrino», en Revista Iberoameri­
cana, 154 (enero-marzo 1991), 119-134.
Haley, G., « E l narrador en Don Quijote: El retablo de Maese Pedro», en El 'Qui­
jote' de Cervantes, G. Haley (ed.), Madrid, Tuarus, 1980.
Muller-Bergh, K., «Sentido y Color de Concierto barroco», en Revista Iberoame­
ricana, X L I , 92-93 (julio-dic. 1975), 445-464.
Morell, H.R., «Contextos musicales en Concierto barroco», en Revista Iberoame­
ricana, X L I X , 123-124 (abril-sept. 1983), 335-350.
Orozco Díaz, E., «Recuerdos y nostalgias en la obra de Cervantes», en Cervantes
y la novela del barroco, José Lara Garrido, Granada, Servicio de Publicacio­
nes de la Universidad de Granada, 1992, 263-323.
Pelegrín, B. «La harpe et l'ombre d'Alejo Carpentier: l'espace de la parole», en
Cahiers d'Etudes Romanes, 6 (1980), 145-170.
Rodríguez, L., «Intertextuele referentie: een semiotiek van de mogelijkheid», en
Spiegel der Letteren, 29, 1-2 (1987), 52-60.
Smith, D.L., «Cervantes frente a su público: aspectos de la recepción en El reta­
blo de las maravillas», en Actas del X Congreso de la Asociación Internacio­
nal de Hispanistas, Universität de Barcelona, 21-26 de agosto de 1989, Vila-
nova (ed.), Barcelona, PPU, 1992, 713-721.

ACTAS II - ASOC. CERVANTISTAS. Rita De MAESENEER. Cervantes y Capentier: una relectura múltiple

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