Situada en una ciudad del norte de España la película relata la vida cotidiana de un grupo de
trabajadores que afrontan el desempleo con malestar, miedo, desesperanza y frustración. Cada
uno de los personajes sobrelleva y afronta esta nueva situación con estrategias y recursos
distintos: Santa (personaje interpretado por Javier Bardem) intenta mantener una posición
crítica y de inconformidad social, trata de "comerse el mundo", aunque todo está ya en su
contra; José (Luís Tosar) vive con vergüenza su sensación de dependencia de su esposa, y el
carácter se le va agriando, volviéndose más introvertido; Lino (José Ángel Egido) oculta su
edad, tratando de aparentar una imagen más juvenil para encontrar empleo, pero su miedo,
ansiedad e inseguridad son evidentes; Amador (Celso Bugallo) es la imagen del hombre que se
ha aislado, que ha dejado ya de luchar, que no soporta que su mujer le haya abandonado. Cada
personaje nos muestra diferentes facetas de las dificultades de los hombres en el paro y en
situaciones de precariedad laboral.
Los principales temas relacionados con la masculinidad que nos permite abordad esta película
son los siguientes:
La crisis de la identidad masculina ante la incapacidad para sostener el papel de
proveedor económico de la familia. La dificultad para mantener el sostenimiento de la
familia hace que la propia masculinidad, tal como ha sido construida de modo
tradicional, se vea cuestionada. Más allá de la pérdida del empleo y de una capacidad de
generar y aportar ingresos al núcleo familiar, lo que pone de manifiesto la reacción de
los distintos personajes masculinos mostrados en el film es la dificultad con la que se
encuentran muchos hombres para afrontar el fin de un mundo, y de una identidad de
género, construido sobre la idea de un trabajo industrial estable. Buena parte de los
personajes se sienten desvalorizados como hombres, sienten como que "ya no valen",
porque ya no pueden garantizar lo que debieran como hombres. Su posición en el mundo
venía determinada por su identidad como hombres y como trabajadores, de forma
estrechamente interrelacionada. En la medida que se han quedado en el paro y que
parece que no pueden encontrar otro trabajo similar que los equipare laboral y
económicamente con la situación anterior sienten que se derrumban, y algunos
efectivamente acaban derrumbándose. Los personajes de la película son una galería de
manifestaciones de crisis de esta identidad masculina.
Uno de los aspectos que la película no aborda, pero que en un posterior debate sería
posible tratar es el hecho de que la precarización del empleo, la desocupación y la
incorporación de las mujeres al mercado laboral asalariado implica que el rol del
hombre proveedor cada vez se ajusta menos a la realidad. Este punto también nos
plantea el tema de que, mientras las mujeres han asumido una "doble jornada" laboral,
los hombres no se han incorporado al trabajo doméstico, aunque la película no aborda
esta cuestión.
La masculinidad tradicional también conlleva aspectos negativos para los propios
hombres. La desigualdad en las relaciones entre hombres y mujeres tiene como
consecuencia que ellas se lleven la peor parte. Pero el sostenimiento de un modelo de
masculinidad tradicional implica que, si bien los hombres "gozan" de una serie de
privilegios y de poder con respecto a las mujeres, existan también toda una serie de
consecuencias negativas para los propios hombres como, por ejemplo, la dificultad para
expresar las emociones y los sentimientos o la exigencia y presión social para el
mantenimiento de una serie de roles y atributos asignados. En la película podemos ver
diversas situaciones en las que los hombres manifiestan su sufrimiento y dificultad
para sostener esta idea de lo que es ser hombre. Las situaciones de vergüenza,
soledad, miedo, tristeza, abandono, dolor que muestran los distintos personajes
ilustran que este modelo de masculinidad también supone una carga para los hombres y
cómo otros modelos de relación entre hombres y mujeres podrían ser más igualitarios y
satisfactorios para ambos.
De la crisis de la masculinidad no necesariamente se derivan situaciones que
tiendan a una mayor igualdad entre hombres y mujeres. Una de las cosas que
también muestra la película, o que permite deducir, es que el hecho de que los hombres
entren en crisis en términos de identidad masculina, esto no supone necesariamente
que vayan a articularse consecuentemente relaciones más igualitarias entre hombres y
mujeres. Esta situación de crisis y pérdida de referencias de identidad, no tiene
salidas fáciles, sino que puede estancarse generando un mayor sufrimiento, agravarse
el conflicto entre géneros o que el hombre reaccione con agresividad ante la pérdida
de su valoración social y familiar. En esta película el tema de la violencia contra las
mujeres como reacción, en parte, ante una situación de crisis de masculinidad no la
encontramos, sin embargo este aspecto puede verse en otra de las películas incluidas
en este material, en Te doy mis ojos.
De hecho, la película no muestra que se esté produciendo una transformación en las
relaciones entre géneros. Uno de ellos está entrando en crisis, se está hundiendo por la
imposibilidad de cumplir con uno de sus roles principales, pero de ahí no se deriva, ni se
pone de manifiesto una actitud de cambio o de subversión de las relaciones de género
establecidas.
Sin duda, un aspecto controvertido de Los lunes al sol es cómo se muestra a las
mujeres que tienen que aguantar la situación de desempleo y crisis de sus maridos,
familiares o amigos. La película, de hecho, empatiza poco con la situación que toca vivir
a las mujeres y no problematiza lo que supone esta situación de crisis económica y
desempleo desde el punto de vista de qué supone para ellas. Hay una escena
especialmente polémica en la que Ana, la esposa de José, lo tiene todo preparado para
macharse porque ya no soporta más la situación ni la actitud de él, pero sin embargo
acaba quedándose en casa en una actitud de sostenimiento y cuidado.
Los lunes al sol puede verse en paralelo con la película Full Monty, también incluida en esta
unidad, cuya temática es muy parecida: trabajadores en paro que entran en una crisis de
identidad masculina. Sin embargo, en Full Monty el tratamiento de la reacción de las mujeres y
de los hombres es algo distinto. En esta segunda película se muestra cómo el desorden
provocado por el desempleo puede provocar cambios en las relaciones de género. Si se ven las
dos películas en paralelo, éste puede ser motivo de comparación y reflexión.