Historia de la psicología comunitaria en América latina – Maritza Montero
Panorama de la psicología comunitaria en Argentina
Orígenes.
A partir de 1954, cuando se crea la primera carrera de psicología en la ciudad de Rosario, ser psicólogo pasó a
ser sinónimo de psicoanalista o terapeuta, modelo hegemónico que condicionó a los desarrollos posteriores.
Quienes intentaron otros caminos tuvieron que hacer un duro trabajo de diferenciación para construir su identidad
académica y profesional. Desarrollos como los de Bleger, Ulloa, Rodríguez o Pichón Riviere describían prácticas e
instrumentos que ya habían sido desarrollados por la psicología social estadounidense, latinoamericana o europea y
que fueron “traducidos” a los dialecticos clínicos con el fin de “encajar” y lograr coherencia con el paradigma
dominante.
Poco a poco en algunos hospitales como el Servicio de Psicopatología del Hospital Gregorio Aaroz Alfaro de
Lanús fueron incorporando progresivamente principios de la psicología social, de la PC y modelos innovadores de
gestión de salud. Dando origen al primer plan de salud mental de la ciudad de Buenas Aires, impactando en la
manera de entender la asistencia de la salud y en la concepción interdisciplinaria, social y comunitaria que dejo
como herencia. Las experiencias de Comunidades Terapéuticas se extendieron a lo largo del país, en Mendoza por
ejemplo El Sauce.
Luego van surgiendo otros planes y proyectos como centro de salud y maternidad en barrios, programas de
erradicación de viviendas de villas de emergencias, plan nacional de núcleo habitacionales transitorios, etc.
El camino de la legitimación de la experiencias académicas: las políticas de Extensión Universitaria, que a partir
del movimiento de la Reforma Universitaria del año 1918 ocupan un lugar destacado en las universidades públicas
argentinas, han sido un fértil terreno para la inserción uncial de la psicología en el ámbito comunitario. Surge en la
facultad de psicología de la UBA diferentes intentos de transmisión en materias de carácter optativo que incluían
prácticas comunitarias o contenidos relacionados con la PC. Sin embargo, estas experiencias aisladas no siempre
podían asegurar las condiciones epistemológicas, ontológicas, metodológicas y éticas. Recién en 2002 se inicio en la
UBA una carrera de especialización de Psicología Comunitaria focalizada en los aporte de la psicología social.
Obstáculos:
Influencia del modelo clínico instaurado en las carreras de Piscología que formaron a las primeros
docentes.
Sucesivas dictaduras donde le abordaje comunitario resultaba sospechoso y frecuentemente
subversivo.
Utilización amiga del concepto
Oportunismo que puede transformar a la PC en un discurso progresista vaciado de los principios que
le dieron origen
Márgenes estrechos de la demanda laboral en una sociedad de relaciones fugaces
Limitaciones en el fortalecimiento de la población como consecuencias de políticas clientelares.