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1 Fundamentos Socio Antropologico Del Derecho Penal.

Este documento presenta un resumen de la evolución histórica del derecho penal a través de diferentes períodos, comenzando en las sociedades primitivas y finalizando en la Edad Media. Inicialmente, el derecho penal tenía un carácter consuetudinario y colectivo, pero con el tiempo se fue separando de lo religioso y adoptando un enfoque más individualizado y público, influenciado por las civilizaciones de Mesopotamia, Grecia y especialmente Roma, cuyo Corpus Iuris Civilis sirvió de base para los sistemas

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1 Fundamentos Socio Antropologico Del Derecho Penal.

Este documento presenta un resumen de la evolución histórica del derecho penal a través de diferentes períodos, comenzando en las sociedades primitivas y finalizando en la Edad Media. Inicialmente, el derecho penal tenía un carácter consuetudinario y colectivo, pero con el tiempo se fue separando de lo religioso y adoptando un enfoque más individualizado y público, influenciado por las civilizaciones de Mesopotamia, Grecia y especialmente Roma, cuyo Corpus Iuris Civilis sirvió de base para los sistemas

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REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÓN UNIVERSITARIA


UNIVERSIDAD BOLIVARIANA DE VENEZUELA
PROGRAMA DE FORMACIÓN DE GRADO EN ESTUDIOS JURÍDICOS
EJE GEOPOLÍTICO RÍOS ORINOCO – APURE. EJE CACIQUE ARAMARE
ESTADO AMAZONAS

FUNDAMENTOS SOCIO ANTROPOLOGICO


DEL DERECHO PENAL.

Facilitador: Triunfador:
Prof. José Sarache Edward Gil
C.I. 13.254.548

Puerto Ayacucho, Noviembre 2020


ÍNDICE
INTRODUCCIÓN
1. Aproximación del derecho penal como mecanismo de control social y
crítica a la función represiva.

1. APROXIMACIÓN DEL DERECHO PENAL COMO MECANISMO DE CONTROL


SOCIAL Y CRÍTICA A LA FUNCIÓN REPRESIVA.

El derecho penal queda reservado exclusivamente para las formas más graves en las
que se exponen a ser puestos en peligro o ser lesionados esos bienes jurídicos que
protege.

Podemos sostener que si bien su función esta dirigida al control social, no lleva a
cabo la misma de una forma absoluta sino solo en cuanto esta posibilita la vida en
sociedad. Por esto afirmamos que el derecho penal interviene de manera alternativa
cuando no hay otro medio adecuado para alcanzar estos fines que persigue.

Al decir que el derecho penal se aplica solo frente a las agresiones más graves, y solo
ante casos donde sea estrictamente necesario, definimos que este entra en acción
cuando la protección aportada por otros medios con los que cuenta el ordenamiento
jurídico no son suficientes (Principio de intervención mínima o última ratio).

El mencionado principio de intervención mínima o «principio de ultima ratio» orienta


la aplicación del Derecho Penal a la sanción de las conductas que lesionen los bienes
jurídicos con mayor gravedad, considerando que estas son los realmente necesarios y
dignos de ser protegidos.

El Derecho Penal como medio de Control Social – Principio de


Intervención Mínima o «Ultima Ratio»

De igual forma la pena es considerada el último recurso del Derecho Penal como
medio de control social, a falta de otros medios, que deben emplearse con la única
finalidad de proteger los intereses que el legislador entiende indispensables para el
funcionamiento del Estado derecho.

Vemos entonces que las bases de las sociedades actuales se centran en la libertad del
individuo, cuestión que representa un límite para la intervención del Derecho  y por
tanto del Estado. Esta cuestión inspirará al legislador al momento de elaborar
cada norma, que en este sentido encontrará límites, que permitirán la aplicación de el
Derecho Penal como medio de control social, sin desvirtuar esos principios
fundamentales del orden social

2. Formas del derecho penal a través de la historia.

El derecho penal, como rama del ordenamiento jurídico, es aquel conjunto de normas
jurídicas que determina las conductas delictivas y les asigna una sanción. Ahora bien, no
siempre ha tenido el contenido ni la forma que actualmente se le atribuye, dependiendo
éstos del concreto ámbito histórico y cultural en el que uno centre su atención. Así, a lo
largo de la historia se ha pasado del reconocimiento de una responsabilidad colectiva y
objetiva a una responsabilidad individual y subjetiva; de un sistema de arbitrio judicial a un
sistema de legalidad. Esta evolución no ha sido para nada lineal, sino que se ha
caracterizado por una sucesión de marchas y contramarchas que dificultan enormemente la
delimitación de los diferentes períodos que ha atravesado el derecho penal hasta nuestros
días. Por esta razón vamos a publicar una pequeña serie de artículos en los que
estudiaremos dichos periodos bajo una óptica simplificadora, empezando por el derecho de
las sociedades primitivas hasta el movimiento codificador de los siglos XVIII a XX. Todo ello
desde la perspectiva del derecho continental europeo o romano-germánico en el que se
enmarcan la mayor parte de los países europeos, entre ellos España.

Este primer artículo lo empezaremos con unos breves apuntes sobre la prehistoria del
derecho penal, para pasar luego a reseñar, con mayor detenimiento, el derecho de las
antiguas civilizaciones y las contribuciones que éstas hicieron a la tradición jurídica
occidental (en especial Grecia y Roma). Terminaremos con un análisis del derecho en la
Edad Media, desde la caída del Imperio romano hasta el desarrollo de las escuelas de los
Glosadores y Postglosadores.

I. Prehistoria
En las sociedades prehistóricas toda norma de conducta tenía caracteres consuetudinarios,
basados en la repetición de los usos y costumbres seguidos por cada comunidad, y se
presentaba de forma indiferenciada, entremezclándose normas jurídicas con las religiosas,
morales y las del trato social. Las normas penales se enfocaban sobre todo a sancionar las
conductas que resultaban lesivas para el grupo tribal, que reaccionaba mediante una
declaración de guerra ante la ofensa cometida por otra tribu. La responsabilidad, por tanto,
era colectiva. Dentro del propio grupo la sanción se aplicaba al individuo, quien, en caso de
transgredir las normas sociales establecidas, podía enfrentarse a un castigo físico e incluso a
la expulsión (que equivalía a la pena de muerte, ya que no tendría un grupo que lo
protegiese).

II. Antigüedad

Cuando las sociedades empezaron a organizarse en estructuras políticamente más


sofisticadas, en las que confluían los elementos de autoridad, población y territorio, nació la
noción del Estado. Se hizo entonces necesaria una regulación de las distintas relaciones
interhumanas a fin de facilitar la convivencia social, lo que significaba reglamentar las
sanciones y dar publicidad al castigo para evitar futuras infracciones. Las primeras
codificaciones de este tipo provienen de Asia, en especial de Mesopotamia, siendo la más
destacada el Código de Hammurabi. Se trata de una recopilación de leyes y costumbres
anteriores que, según las últimas investigaciones, fue promulgada por el rey babilónico
Hammurabi en el siglo XVIII a. C. En ella regía la “ley del talión”, un principio de justicia
retributiva que identificaba el castigo con el crimen cometido, de forma que al ofensor se le
inflingía un daño igual al que causó (“ojo por ojo, diente por diente”). Fue la primera forma
histórica de punición que suponía la existencia de un poder público que limitaba la venganza
y se encargaba de aplicar las penas.

Otras expresiones legislativas procedentes de Asia fueron el Código de Manú, cuyo origen se
sitúa en el valle del Ganges (India) entre los siglos VI y III a. C., y el código impulsado por la
dinastía Zhou en la China del año 223 a. C. (aunque apenas dos años después fue sustituido
por otro). En el norte de África y Medio Oriente también son destacables, por una parte, la
legislación de los egipcios, respecto de los cuales no faltan evidencias de una práctica
elaborada del derecho desde el reinado de Seneferu (unos 3500 años a. C.); y por la otra, el
derecho de los antiguos hebreos, que se encontraba recogido en la Biblia, particularmente
en el Levítico y el Deuteronomio. Al igual que el Código de Hammurabi, estas legislaciones
imponían un sistema talional, y en todas ellas perduraba una concepción teocrática del
derecho (aunque no en la misma medida). El delito aparecía siempre como un atentado a lo
divino, y el fin de la pena era la expiación.

Fueron los griegos quienes empezaron a separar lo jurídico de lo divino. A través de las
obras de autores como Sócrates y Platón, de las que solo se conservan algunos fragmentos,
sabemos que la legislación penal griega se alejó de la divinización del derecho propia de las
culturas anteriores. El delito ya no se consideraba una afrenta a los dioses, sino una afrenta
a la sociedad y al Estado, que aplicaba la pena con el fin de corregir al delincuente y prevenir
el delito. Esa separación adquirió su máxima expresión en el derecho romano, religioso en
su origen pero secularizado a partir de la Ley de las XII Tablas (siglo V a. C.). Dicho texto
establecía una distinción entre delitos públicos (delicta publica), perseguidos por el Estado
en interés del mismo, y delitos privados (delicta privata), perseguidos por los particulares en
su propio interés. No obstante, con la llegada del Imperio el derecho penal en su integridad
adquirió carácter público.

En el siglo VI de nuestra era, el emperador Justiniano mandó a elaborar el que sin duda es el
cuerpo legal más importante de la historia del derecho romano, el Corpus Iuris Civilis. Se
trata de una compilación dirigida por los juristas más destacados de la época (entre los que
destaca Triboniano), y está compuesta por cuatro obras: a) el Digesto, que recoge
fragmentos de las obras de jurisconsultos anteriores; b) las Instituciones, obra destinada a la
enseñanza del derecho; c) el Nuevo Código, una recopilación de constituciones imperiales
prejustinianeas; y d) las Novelas, que contienen las constituciones imperiales promulgadas
por Justiniano hasta su muerte. La importancia del Corpus Iuris Civilis reside haber servido
de base para gran parte de los sistemas jurídicos modernos que pertenecen a la tradición
continental europea.

III. Edad Media

El declive del Imperio romano de Occidente, marcado por la pérdida de control político
sobre su vasto territorio, dio paso a la soberanía de los pueblos invasores bárbaros (en su
mayoría de origen germánico), que se extendió desde el siglo V al XI d. C. Durante ese
tiempo, el derecho penal germano fue evolucionando por el contacto con la cultura romana,
llegando a perder su carácter privatístico e individualista para adquirir, poco a poco, un
carácter más público.

En la etapa anterior a la conquista, los bárbaros se regían por un derecho de tipo


consuetudinario, propio de los grupos tribales primitivos. La organización social giraba
entorno de la Sippe (el grupo familiar), que tenía el deber, que no el derecho, de vengar
cualquier ofensa cometida contra uno de sus miembros. Esta obligación era la llamada
Blutrache o “venganza de sangre”, y no solo se podía obtener a través de la muerte o lesión
del ofensor, sino también con la celebración de un acuerdo de composición que consistía en
pagar una multa (Busse) al ofendido o su familia. El fin último era reestablecer el equilibrio
entre las familias enfrentadas.

Tras asentarse en suelo del antiguo imperio, los bárbaros convivieron con la población
romana y paulatinamente fueron aceptando su derecho, sobre todo en las provincias de
Hispania, Italia y las Galias. Así, el derecho romano sobrevivió, aunque de forma vulgarizada,
en las codificaciones romano-germánicas elaboradas por los bárbaros, siendo algunas de las
más importantes el Código de Eurico o Codex Euricianus (480) Edicto de Teodorico (503), el
Breviario de Alarico o Lex Romana Visigothorum (506), la Liber Papiensis o Lex Romana
Burgundiorum (516), y el Libro de los Jueces o Liber Iudiciorum (654).
Durante los siglos IX a XI florecieron en la Europa occidental los sistemas feudales,
en los que la jurisdicción de la Iglesia católica, que hasta ahora solo se limitaba a
cuestiones de organización y jerarquía dentro de la propia Iglesia, empezó a ir más
allá para abarcar también ciertos aspectos de la vida secular, entre ellos el derecho
penal. De este modo, a la Iglesia se le atribuyó la competencia penal exclusiva en
materia de delitos religiosos, así como una competencia concurrente con los
tribunales seculares en los llamados delitos mixtos, que violaban tanto el orden
humano como el divino.

El derecho penal canónico limitó la venganza de sangre germana permitiendo el asilo


en los templos, y exigió la igualdad ante la ley por considerar que todos eran hijos de
Dios. No obstante, supuso una regresión respecto de la laicidad del derecho romano al
volver a introducir un elemento religioso en la legislación penal, ya que no distinguía
entre delito y pecado. La pena se concebía como una penitencia que redimía del
pecado, lo que llevó a la Inquisición a introducir la prisión mediante la reclusión en
celdas monásticas (de aquí se deriva la palabra “penitenciaría”).

En cuanto a las fuentes del derecho penal canónico, encontramos una profusa
cantidad de cánones o decretos, emanados de los concilios, y decretales o epístolas
papales, surgidas de las consultas hechas al papa, que, junto con otras fuentes
seculares como el Breviario de Alarico y el Código Teodosiano, fueron recopilados a
mediados del siglo XII en una obra que pasó a la historia como el “Decreto de
Graciano”, llamado así por el monje que la elaboró. Esta compilación marcó el punto
de partida del movimiento recopilador del derecho canónico, que culminó en el siglo
XV con el Corpus Iuri Canonici. Lo integraban el propio Decreto de Graciano, las
Decretales de Gregorio IX o Liber Extra (1234), el Liber Sextus de Bonifacio VIII
(1298), las Clementinas o Liber Septimus (1314), las Extravagantes de Juan XXII
(1500) y las Extravagantes comunes (1503).

El inicio del proceso recopilador del derecho canónico coincidió en el tiempo con el
descubrimiento, por parte de un jurista italiano llamado Irnerio, de un manuscrito del
Digesto, la obra más extensa de la compilación del emperador Justiniano, en una
biblioteca de Pisa. A raíz de este hallazgo, Irnerio fundó la Escuela de los Glosadores
(siglo XII) en la Universidad de Bolonia con el fin de estudiar el derecho romano
justinianeo, empleando para ello un método de trabajo basado en la glosa, esto es,
incorporar aclaraciones a los textos estudiados. Los Glosadores fueron sucedidos por
la Escuela de los Postglosadores o Comentaristas (siglos XIII y XIV), que
convirtieron las construcciones jurídicas de los primeros en un derecho aplicable por
los tribunales de la época. Crearon un nuevo sistema jurídico integrado
principalmente por el derecho romano y canónico que, gracias al apoyo de los reyes
feudales, al impulso de su estudio en las universidades medievales y a la aparición de
la imprenta, logró una gran difusión hasta convertirse en el ius commune o “derecho
común”, durante varios siglos, de toda Europa. Sus principales características
podemos resumirlas de la siguiente forma:

 Protegía los intereses de los monarcas, nobleza y clero. Asimismo, fundaba el


tratamiento penal en la posición estamental de las personas.
 La instrucción del proceso era secreta, lo que se traducía en una falta de garantías
procesales.
 Arbitrio judicial sin marco legal, el juez tenía la facultad de aplicar las leyes que
juzgaba conveniente.
 La pena no era individualizada (alcanzaba a terceros) y excesivamente cruel (pena
de muerte, torturas y mutilaciones, trabajos forzados, etc.).

Llegados a este punto, damos por terminado este primer artículo de la serie “Historia
del Derecho Penal”. En la próxima entrada estudiaremos la época de la Ilustración y
las repercusiones que tuvo la Revolución francesa para el conjunto de las naciones
europeas. Asimismo, analizaremos el movimiento codificador y el enfrentamiento
que mantuvieron las diferentes escuelas del pensamiento penal hasta llegar a la época
actual.

2.1. EL DERECHO PENAL ESCLAVISTA

2.2. EL DERECHO PENAL DE LA SOCIEDAD FEUDAL

El feudalismo como formación económico social, no surge inmediatamente después


del sistema esclavista, es un proceso que ocurre con las modificaciones graduales
de las relaciones de producción, se va formando la base del Sistema Feudal, desde
el Imperio Carolingio, las invasiones islámicas y la descomposición del poder
centralizado.

El feudalismo se funda en un tipo diferente de relaciones entre los hombres y una


economía donde la tierra es el elemento fundamental. Entre el siglo X y el XI se
enmarca la primera edad feudal, época de transición en las relaciones feudo
vasallaticas.

Muchos autores señalan que en el feudalismo desaparece el Estado, en esencia,


independientemente de las diversas formas y de las etapas por las que atravesó el
Estado feudal, constituyó siempre la dictadura de clase de los señores feudales
sobre las demás clases de aquella sociedad. El señor feudal ejercía en su feudo el
poder político, jurídico y militar.

Rasgos del feudalismo:

 Relaciones de producción entorno a la tierra. La economía se transforma de


urbana en agrícola.
 Estrecha relación de los trabajadores con los señores.
 Relaciones de dependencia, sometidos a la jurisdicción del señor feudal.
 Desaparece el poder centralizado del estado. En los feudos se une el
aparato político jurídico y la base económica.
 Base del Sistema feudal; el vasallaje, explotación de los siervos de la gleba.

Funciones del Estado Feudal:

1. La consolidación y defensa de la propiedad feudal y de los vínculos


feudo vasallaticos.
2. Establecimiento de un régimen jurídico y una constelación ideológica,
a través de la fuerza para garantizar la subordinación de los siervos
de la gleba y de toda la ciudad a los Señores feudales.
3. El feudalismo, en su expresión clásica, niega la estructura estatal o la
disminuye.
4. El estado feudal, constituyó siempre, a través de las diferentes
etapas que atravesó, la dictadura de clase de los señores feudales
sobre las clases desposeídas de aquella sociedad.

Formas de Estado Feudal: Durante el feudalismo se suceden tres períodos de


Monarquía.

 La Monarquía de principio del feudalismo. Se encuentra debilitada por el


poder de los señores feudales.
 Monarquía estamental representativa. (Representa diferentes estamentos; la
burguesía, comerciantes) . Comienza a centralizarse el poder real.
 La Monarquía absoluta. Aparece como forma de estado. Representa el
fortalecimiento económico y político del primer señor feudal del reino.

El Derecho Feudal: Es aquel que se establece por los señores feudales para regular
la vida, la economía, la política dentro de sus feudos y de los monarcas para regular
la relación feudo vasallatica en sus reinos.
Características generales del derecho feudal:

 Constituyó un complejo ordenamiento jurídico de sentido clasista.


 Fusión del derecho público y el derecho privado.
 Es un derecho jerárquico.
 Se asienta sobre la base de relaciones feudo vasallaticas.
 Tiene elementos místicos, gracias al papel desempeñado por la iglesia.
 Derecho consuetudinario, romano, germánico y Canónico.
 Monumentos jurídicos del derecho feudal: Los libros de derecho local,
Espejos de Sajonia y de Suabia. Tratan de derecho territorial, disponían las
formalidades de las relaciones de vasallaje.

El Contrato de Vasallaje: Contrato bilateral, sinalagmático, formal, originalmente oral


y luego escrito que establece un régimen de dependencia, derechos y obligaciones
para ambas partes, sus normas escritas o consuetudinarias forman un complejo
ordenamiento jurídico de firme base clasista, donde las clases desposeídas,
campesinos y siervos son objeto de represión por parte de la clase privilegiada.

El elemento más importante del Contrato de Vasallaje era el juramento de fidelidad.

Obligaciones de las partes:

 El juramento de fidelidad implica la promesa de ser fiel al señor, no


emprender acciones contra su seguridad personal, económica o social del
señor o su familia.
 El auxilium, era prestar auxilio al señor en cuanto servicio este reclamase;
servicio militar, doméstico, de correo, escolta …
 El consilium, era la obligación de dar justo consejo al señor.
 El señor feudal por su parte debía prestar fidelidad y lealtad al vasallo, dar
protección y manutención, amparo físico, representación jurídica y
solidaridad social.
 El incumplimiento de las obligaciones y deberes vasallaticos (felonías)
suponían la ruptura de la fidelidad y con ello la liberación de la otra parte.
Estos casos se resolvían mediante el uso de las armas.
El Derecho Canónico: Regulaciones mediante las cuales la Iglesia imponía su
actuar. Este derecho surge del Derecho Romano llegando a conocer los llamados
derechos eclesiásticos.

El Derecho Canónico es una obra política humana, nace en las asambleas


legislativas (los Concilios) a diferencia del Derecho Musulmán que procedía de la
divinidad revelada.

Instituciones: Familia, Matrimonio, Derecho Penal.

Inicialmente el matrimonio, dentro de la ideología cristiana estuvo impregnado de


confusiones, algunas sectas herejes lo calificaban de fornicación, vicios
pecaminosos; posteriormente con la Epístola a los Corintos de Pablo, el matrimonio
es considerado un sacramento, un estado especial de la fe cristiana. La iglesia
católica se pronuncia contraria al divorcio, imponiendo su prohibición.

De esta prohibición surge el Régimen de los impedimentos, que dejaron de ser


absolutos o relativos como en el derecho romano, y se clasificaron como dirimentes
o impedientes. Los impedimentos dirimentes afectan la validez del matrimonio y lo
anulan. Los impedimentos impedientes no anulan el matrimonio, solamente implican
algunas penas canónicas para los esposos.

El Concilio de Trento, entre los años 1536 y 1564 realiza una revisión completa de
las posiciones teológicas y jurídicas de la Iglesia Católica.

Se conocen varias compilaciones que integran el Corpus Iuris Canonicis. La


codificación actual en el Vaticano es el Código de Derecho Canónico de 1919.

El Derecho Penal establece que la pena debe ser vindicativa, pública,


ejemplarizante y aflictiva para el reo. Se establece la cárcel como sanción. Y deja
como aporte positivo para la posteridad, el Ministerio Público Fiscal, que al calor del
proceso Inquisitorial surge en Flandes, bajo Felipe de Alsacia, en 1163.

Estudio Independiente.
1. Explique las características generales del Derecho feudal. Pág 85.

2. Sobre la relación feudo vasallatica:


a) Elementos del surgimiento de esta relación.
b) El contrato de vasallaje.
c) Las felonías.

3. Refiérase a las fuentes formales del Derecho Canónico. (las leyes


eclesiásticas)

4. Explicar las instituciones del Derecho Canónico: Familia, matrimonio y


Derecho Penal.

5. Analice las disposiciones del régimen de los impedimentos, dentro de lo


dispuesto para evitar la disolución de los matrimonios.

6. Refiérase a las particularidades del proceso inquisitorial.

2.3. EL DERECHO PENAL DEL TIPO BURGUÉS


2.1. El Derecho Penal Esclavista

2.2. El Derecho Penal de la Sociedad Feudal

2.3. El Derecho Penal del tipo Burgués

3. Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y el Derecho


Penal.
La Constitución Bolivariana de Venezuela, consagra un articulado que puntualiza los
derechos fundamentales de la persona, donde estos derechos pasaron a formar parte de
manera estrechamente relacionada con los principios fundamentales de nuestro sistema
democrático, al incorporar el respeto irrestricto de los derechos humanos, como Principios
fundamentales, de nuestra constitución de 1999, donde Venezuela se constituye en un Estado
democrático y social de derecho y de justicia que propugna como valores superiores de su
ordenamiento jurídico y de su actuación, la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la
solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y en general, la preeminencia de los
derechos humanos, la ética y el pluralismo político.
Es por ello, que a partir del Artículo 44, y siguientes de la Constitución. Se inicia Así:
"El derecho a la vida es inviolable." el derecho a la libertad personal, es inviolable, en
consecuencia, ninguna persona puede ser arrestada o detenida sino en virtud de una orden
judicial, a, menos que sea sorprendida infraganti. En este caso será llevada a la autoridad
judicial, en un tiempo no mayor de cuarenta y ocho (48) horas a partir del momento de la
detención se puntualiza de manera precisa, los derechos de carácter penal de toda persona
humana dentro del territorio nacional.
Así mismo, el Código Orgánico Procesal Penal, establece en su Artículo 373, la
Excepción a la detención, estableciendo para los delitos de flagrancia, la tramitación
mediante el procedimiento abreviado, previsto en el artículo 272 del referido Código.
Es decir, la presentación para la comisión de esta clase de delitos flagrantes, se ha
previsto que "el aprehensor dentro de las 12 horas siguientes a la detención, podrá al
aprehendido a disposición del Ministerio Público, quien dentro de las (36) treinta y seis
horas, siguientes lo presentará ante el juez de control a quien expondrá cómo se produjo la
aprehensión y según sea el caso solicitará la aplicación del procedimiento ordinario, u
abreviado y la imposición de una medida de coerción personal, o solicitará la libertad del
aprehendido. En este último caso, sin perjuicio del ejercicio de las acciones a que hubiere
lugar. El Juez de Control decidirá sobre la solicitud fiscal dentro de las cuarenta y ocho (48)
horas, siguientes desde que sea puesto el aprehendido a su disposición".
Es por ello, que el fundamento del derecho a castigar por parte del Estado, para el
totalitarismo es la concepción llamada técnico jurídica, que no es otra cosa que un nuevo
intento de superar la antigua y cansada discusión de sí el Estado tiene o no derecho de
castigar, sea cual fuere el sistema político que se adopte la sanción por la trasgresión de los
preceptos es una función del Estado, que la ejerce en virtud de su carácter regulador del orden
jurídico. El derecho penal sólo se diferencia del resto de derecho en general por su finalidad
que es la sanción es decir, la pena.
Se considera pertinente hacer un análisis de las escuelas del saber jurídico penal y sus
principales aportes en el campo de las ciencias jurídicas penales. La escuela clásica, cuyo
exponente máximo es Francesco Carrara, sustenta aspectos básicos de su obra por un lado el
sistemático y por el otro, el político, haciendo más peso el que aspecto político.
Actualmente predomina en la teoría del delito el análisis de éste según los parámetros
de la dogmática con su enfoque analítico y formal del delito. En el aspecto del perfil político
de su pensamiento mostrando su proyección actual, la realidad la anatomía jurídica que hacía
del delito, pulimentando hasta sus últimos detalles, y en tal sentido Betancur (1996) Señala
que "El Miguel Ángel del Derecho Penal ha sido llamado, no era neutro en su sentido, sino
que tenía una clara finalidad política". En efecto, según Carrara se pretendió construir un
sistema deducido de principios propuestos como apotegmas, acorde con las influencias
racionalista de su pensamiento.
Carrara lideriza una línea del pensamiento demoliberal, con Cesar Beccaria se había
iniciado una tendencia humanitaria en el derecho penal, como reacción y protesta contra los
abusos del absolutismo. Varios siglos han pasado, y todavía se polariza severamente sobre los
principios sobre los cuales se criticó, postuló y defendió Carrara, en todo su pensamiento
donde privaba grandes preocupaciones como las siguientes:
Críticas de la pena de muerte y la tortura, que ambas postura sostienen, que no son
medios efectivos de lucha contra la criminalidad; como efectivamente lo es, ya que a través
de muchas investigaciones criminológicas se ha demostrado, que la pena de muerte, y los
medios de tortura, son medios, que han sido abolidos, y desaparecido de nuestro
ordenamiento jurídico, donde se postula la defensa de los derechos humanos, y la pena
privativa de libertad, como única pena principal, al autor de delito.
La pena debe ser impuesta, a través del previo y debido proceso penal, el cual debe ser
sometido, de acuerdo a lo establecido en el sistema acusatorio y mediante el procedimiento
aplicable de conformidad con el Código Procesal Penal, que rige en Venezuela.
Actualmente, este sistema acusatorio está revestido de principios y garantías
constitucionales y procésales que son descritos tanto en la Constitución Bolivariana de
Venezuela y en el Código Orgánico Procesal Penal.
Por ello, las críticas a las penas arbitrarias y desproporcionadas, privando el principio
de que la pena debe ser proporcionada a la perturbación del derecho, o del bien jurídico
protegido, pero sin llegar a exageraciones, pues también hay límites impuestos por la justicia.
Y en ese sentido, compartimos la postura de Carrara cuando señala que la
humanización de los procedimientos, la critica a los procedimientos dispendiosos y lentos, así
como el traslado innecesario del procesado a tribunales lejanos de su normal entorno, la falta
de su familia, los mayores costos de la defensa, las penurias del traslado.
El autor también, defiende la igualdad de las partes, ante la Ley y critica la pretensión
de los acusadores públicos que aspiran a tener más ventajas o mejor derecho a ser oído o
creídos dentro del proceso por el solo hecho de su investidura. Postula la sanción procesal
para los actos violatorios de las normas rituales preestablecidas por la ley. Es decir, cuando el
legislador establece el procedimiento que debe servir de freno a los agentes de justicia y de
garantías a las libertades civiles, no debe contentarse con dar consejos, sino que deben
impartir órdenes que den la seguridad de ser cumplidas.
Carrara como uno de los principales exponentes de la Escuela Clásica, la cual es
considerada como aquella que postulo la teoría política que fija sus bases en el derecho y la
teoría de la pena, su estricto cumplimiento legitima el poder o busca restablecer el orden
vulnerado a través de la pena, tuvo un carácter preventivo, retributivo y aflictivo. ¿En que se
fundamenta la Escuela Clásica?
a) En el libre albedrío y las consideraciones del hecho como una responsabilidad
moral.
b) Pulcritud Procesal, garantías necesarias al juzgar, derecho a la defensa.
c) Proporcionalidad de las penas. Sus principales autores fueron Cesar Becaria (1738-
1790); Jhon Howard (1726-1790); y Francisco Carrara (1805-1888).
Para la escuela Clásica el delito, era un ente jurídico abstracto; el método que se
utilizaba era un método silogístico, es decir, frente a la premisa de la infracción de un delito
tipificado, la conclusión era una sanción.
La sanción era la conclusión porque se partía del principio de que los delincuentes
usaban de su libre albedrío, considerándose quedaran libres para escoger una conducta en vez
de otra y que, por lo tanto eran plenamente responsables de sus actos.
La fundamental conclusión de la Escuela Clásica era la de la Responsabilidad moral de
las personas. Cuando irrumpe la Escuela Positivista, ya no se piensa que la persona posee
libre albedrío, sino que está determinada por una serie de circunstancias, exógenas,
endógenas que rodean la situación. Como la persona ya no era poseedora del libre albedrío,
sino que está determinada su responsabilidad moral no existe, y lo que existe es lo que se
llamó responsabilidad social, por lo tanto, debe ser objeto no de pena, sino de medidas de
seguridad, medidas de tratamiento, de rehabilitación.
Se dice, que con la Escuela Positivista también nace la Criminología, con la aparición
de los primeros escritos de Cesar Lombroso, en especial "El hombre delincuente", publicado
en 1876. Los Aportes y críticas a la Escuela Clásica, se pueden resumir en:
1) Se concentra en el estudio del delito como ente jurídico, abstracto producido por la
contratación de la conducta del hombre y la ley, 2) La Responsabilidad penal descansa en la
Responsabilidad Moral. Se puede escoger si actuar o no de tal o cual forma, 3) Considera a
todas las personas normales, 4) Se intentar restablecer el orden jurídico lesionado a través del
castigo con otro mal, 5) El derecho a castigar pertenece al Estado (jus puniendi), 6) Aplicar el
método deductivo (de lo particular a lo general), 7) Toma hipótesis basadas en la sociedad y
en el hombre, 8) Principio de legalidad.
Autoridad del Estado a través de la ley.
Las críticas de la Escuela Clásica son:
1. Teorías y técnicas jurídicas de difícil aplicación, 2. Creyeron que habían agotado la
problemática jurídica penal de la ley, 3. Se olvidan del hombre delincuente, 4. El carácter
ejemplarizante de la ley no se logra (Carácter retributivo no se logra el carácter
ejemplarizante ni intimidante, se debe dar un proceso de socialización positiva).
El derecho penal lucha por hacerse público, es decir, objetivo, imparcial. La lucha
entre la venganza de sangre o la expulsión de la comunidad de la paz, reaccione de las tribus
contra el delincuente, sin medida ni objeto y el poder del Estado, para convertir en públicos
los castigos, es un combate por la imparcialidad. Así mismo, la Constitución Bolivariana de
Venezuela establece la imprescriptividad de las acciones de los delitos contra los: Derechos
Humanos, contra el Patrimonio Público, y el Tráfico de Estupefacientes. Como se puede
inferir, a partir de la aplicación de esta constitución los delitos antes señalados no deben
quedar impunes y por lo tanto legalmente y constitucionalmente está prohibida su
prescripción.
Esto se traduciría en la sociedad actual más tranquilidad o la percepción que esos
delitos serán perseguidos hasta lograr su procesamiento ante la justicia penal. Pareciera que
este cambio con relación a estos delitos la aplicación del poner punitivo es mayor aun
tomando en cuenta relación a estos delitos, la aplicación del poner punitivo, es mayor, aun
tomando en cuenta como a través de los medios de comunicación ciudadanos piden mayores
penas, mayor castigo, incluso algunas posturas políticas piden inclusive la pena de muerte.
La sociedad venezolana, solicita cambios en la norma sustantiva, es decir reformas a
las normas penales, donde la delincuencia pueda ser encarcelada por largo periodo de tiempo,
inclusive que sobre pase los 30 años, que establece como máximo de pena en nuestra
Constitución y no quede impune el castigo de los responsables de delito.
En este sentido se ha observado situaciones delicadas como linchamiento por parte de
algunos sectores o grupos de la sociedad, que perciben la ineficacia de la justicia y por ende,
deciden hacer justicias por sus propias manos, lo cual es de suma preocupación estos hechos
donde asumen el poder de castigar por sus propias manos.
Por ello, y sobre la base de estas ideas, es de observar, lo peligroso de estas prácticas
que están retrocediendo varios siglos, donde la justicia penal era asumida por las tribus,
tomando la justicia por sus propias manos, la venganza del ojo por ojo y diente por diente.
Es decir a la sociedad de barbarie de la antigüedad, donde filósofos, pensadores del
derecho penal, dieron una gran batalla por lograr la humanización del derecho penal. Por
supuesto cada uno de ellos se ubica en una época y en espacio distinto es por ello que Cesar
Beccaría "proclama que la justicia humana es cosa muy distinta de la justicia divina, que la
justicia penal no tiene nada que ver con la de Dios. La justicia penal encuentra su fundamento
en la utilidad común, en el interés general en el bienestar del mayor número.
Esta reparación privada del mal que otro causa o que por tal se toma, rebaja cuando
existe la posibilidad y la garantía de recurrir a la justicia a la humanidad a la condición del
salvajismo en que no hay más juez que la víctima o los suyos. La venganza puede ser
equivalente a pena, sanción castigo.
La venganza es toda reacción contra el mal recibido, aun justamente; como la de la que
atenta al salir de presidio contra el testigo que lo acuso, con razón o contra el juez que
sentenció contra él. La venganza privada ha constituido sin duda el primer escalón de la
justicia en lo penal. Quien no podía defenderse a tiempo o alguno de los suyos.
ANÁLISIS DE LOS PRINCIPIOS DEL DERECHO PENAL
El análisis del fundamento del derecho a castigar del Estado, para que sirve y él por
qué de su existencia, ha tenido a través de siglos explicación distinta en las diferentes
escuelas, donde exponentes como: Beccaría, Carrara, Howard, Baratta, Zaffaroni, y Luigi
Ferrajoli; en sus obras destacan el fundamento filosófico, axiológico, del derecho a castigar,
los valores fundamentales del moderno Estado de Derecho. Actualmente se ha retomado la
discusión de reformar el Código penal, se ha propiciado un ambiente de discusión en todas
las esferas de la sociedad Venezolana. Se espera que desde la academia, se plantee la
discusión de un proyecto de reforma al Código Penal, donde deberían participar todas las
organizaciones e instituciones públicas, privadas y inclusive donde la comunidad participe en
un sistema abierto, que puedan discutir, disentir, y buscar el consenso para la reforma de
Código penal, que lleve el esfuerzo de todos los actores que hacen vida en la sociedad en
general, para plantearles al poder legislativo, un proyecto de Código Penal, basado en la
consulta y participación de todos los actores de la sociedad Venezolana, que tiene interés en
conocer y aportar, en la reforma al Código Penal, que tiene como fin la pena, es decir, la
privación judicial de la libertad de persona como sanción al delito, y no otra forma de
sanción.
PRINCIPIOS DEL DERECHO PENAL.
Los principios que deben regir el derecho penal deben estar en unas normas rectoras,
que sean reconocidas como principios rectores de nuestra legislación penal, por su
fundamental sentido del derecho penal, el cual debe esta guiado por normas rectoras y donde
se encuentra preceptos orientados en la legalidad, tipicidad, antijuridicidad y culpabilidad,
que poseen el doble carácter de principios del derecho penal venezolano y elementos del
concepto general e institucional de delito. Según el estudio de la teoría del delito, en
Venezuela, se comienza con los principios rectores y solos puede moverse dentro de ellos.
Los principios establecidos en la Constitución de 1999, por primera vez, los derechos
humanos no solo son reconocidos sino llamados a garantizarlo, y donde el Estado se
responsabiliza como garante para hacer cumplir su plena vigencia, y sancionar al responsable
de delitos contra los derechos humanos, estableciendo la imprescriptibilidad de las referidas
acciones penales derivadas de esta clase de delito, que son reconocidos en la referida
constitución más los establecidos en los tratados internacionales, que tienen como base
mínima la justicia social y seguridad jurídica tanto formal y material para la legitimación de
un Estado Social de Derecho.
Los principios del derecho penal, actualmente se encuentran en la Constitución con
incidencias en el derecho penal, en este sentido la doctrina Constitucional y la ciencia del
derecho, establece que la constitución, es el instrumento legal fundamental del ordenamiento
Jurídico, el cual debe contener en su articulado un marco para la organización política y la
estructura del Estado. Así la inclusión de preceptos o normas constitucionales con relevancia
en el derecho penal se debe a que el Estado tiene que garantizar al ciudadano, por una parte,
su libertad y otros bienes jurídicos frente al ius puniendi estatal y a los eventuales excesos o
extralimitaciones, que son evitados a través de ese marco constitucional es decir, la auto
limitación de la potestad punitiva; y por otra parte, se ha de garantizar la efectiva concreción
o aplicación de la misma y de la precitada potestad puniendi o potestad punitiva estatal, para
proteger ciertos intereses frente a intereses ilícitos y para que el ciudadano no tenga que
recurrir a hacerse justicia por si mismo contra el delincuente, lo que es contraproducente e
inadecuado conduciendo esta práctica únicamente a una especie de guerra civil, dejándose de
tal manera la función de administrar justicia penal al Estado, lo que supone una mayor
efectividad, y mejor organización.
En este sentido, existen disposiciones constitucionales con incidencia en el ámbito
jurídico penal que son las siguientes: 1) Protección de los Derechos Humanos (Art.19), 2)
Protección de los derechos inherentes a la persona (Art. 22), 3) Irretroactividad de la Ley
(Art. 24), 4) Principio del In dubio Pro-reo (Art. 24), 5) Actos nulos y responsabilidad de los
funcionarios (Art. 25), 6) Amparo y Procedimiento de Corpus (Art. 27), 7) Violaciones a los
Derechos Humanos (Art. 29), 8) Indemnizaciones y Protección de Victimas (Art. 30), 9)
Derecho a la vida (Art. 43), 10) Derecho a la Libertad Personal (Art. 44), 11) Desaparición
Forzada de Personas (Art 45), 12) Derecho a la integridad física psíquica y moral (Art 46),
13) Inviolabilidad del Hogar y del recinto privado (Art. 47), 14) Secreto e inviolabilidad de
las Comunicaciones (Art. 48), 15) Derecho al Debido Proceso (Art. 49), 16) No-imposición a
la Pena de Extrañamiento (Art. 50), 17) Prohibición de esclavitud o servidumbre (Art. 54),
18) Derecho a la seguridad de la ciudadanía (Art. 55), 19) Libertad de Conciencia (Art. 61),
20) Prohibición de Extradición de nacionales (Art. 69), 21) Ilícitos económicos (Art. 114),
22) Confiscación de Bienes (Art. 116), 23) Delitos Imprescriptibles (Art. 271), 24) Sistemas
y Establecimientos Penitenciarios (Art. 272), 25) Funciones del Ministerio Público (Art.
285), 26) Estados de Excepción (Art. 337).
En un sistema penal deben gobernar principios, que sean la fuente y fundamento de
aquello para que sirva de guía en el conocimiento de la dogmática penal, es decir, en la
interpretación del derecho penal. Desde el punto de vista de la filosofía, se habla, de los
"principios morales", de principios del ser (principios ontológicos) que son en realidad las
causas y de principios del conocimiento (principios gnoseológicos) que son las máximas
fundamentaciones del pensamiento explicativo o deductivo.
Los principios, son el mejor punto de partida, de ninguna manera representan un punto
de llegada o estado terminal del conocimiento, derivar conocimiento, los principios deben ser
desarrollados y concretados, de tal modo que el conocimiento que se quede en ellos no-pasa
de la generalidad. En el campo jurídico, esto significa que han de ser puestos en relación de
sentido y armonía con las normas a que se refieren y a las que inspiran.
El principio que no se aplica no solo no sirve para nada, sino que en verdad no es
principio de nada, es por ello que los principios jurídicos penales, se funda en todo
conocimiento y toda norma jurídico penal y de los que, en consecuencia, no se puede
separarse de la práctica o del ejercicio del derecho penal.
Según Fernando Carrasquilla (1989) señala que "El derecho penal se reconocerse como
un mal necesario, y la pena como una amarga necesidad social, que presupone, por tanto, el
empleo de una amplia variedad de medidas sociales previas que contrarresten las causas
criminógenas que incide en el entorno que le toca actuar".
Estos principios rectores, por su máxima generalidad, son difíciles en el nuevo sistema
penal venezolano, cuyo impacto está llamado a garantizar el acceso a la justicia, tal como lo
señala el artículo 26 de la Constitución Bolivariana de Venezuela, cuando determina que el
acceso a la justicia social.

4. Críticas a la definición del Derecho Penal vigente y a la actividad


sancionadora de la administración.

5. El Derecho Penal en el Estado Democrático y Social de Derecho y de


Justicia.
.

BIBLIOGRAFÍA

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