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Maria de Los Angeles Jimenez Vado Trabajo Evaluacion Crisis Vanguardias

El documento presenta un resumen de tres obras artísticas de Nancy Holt y Bruce Nauman que exploran la noción del tiempo como cíclico en lugar de lineal. Holt creó instalaciones de Land Art como Sun Tunnels y Annual Ring que usan la luz y alineaciones astronómicas para ilustrar el paso repetitivo del tiempo. Las obras de Nauman usan letreros de neón parpadeantes con palabras como "vida" y "muerte" para reflejar la naturaleza circular del tiempo a través de la repetición agotadora. Ambos artistas busc

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Maria de Los Angeles Jimenez Vado Trabajo Evaluacion Crisis Vanguardias

El documento presenta un resumen de tres obras artísticas de Nancy Holt y Bruce Nauman que exploran la noción del tiempo como cíclico en lugar de lineal. Holt creó instalaciones de Land Art como Sun Tunnels y Annual Ring que usan la luz y alineaciones astronómicas para ilustrar el paso repetitivo del tiempo. Las obras de Nauman usan letreros de neón parpadeantes con palabras como "vida" y "muerte" para reflejar la naturaleza circular del tiempo a través de la repetición agotadora. Ambos artistas busc

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Nombre y apellidos: María de los Ángeles Jiménez Vado

DNI: 70080952K
Email: [email protected]
Teléfono: 625453999
Centro asociado: Lorenzo Luzuriaga, Valdepeñas (Ciudad Real)

Nancy Holt, Bruce Nauman y una propuesta del concepto tiempo.

Si buscamos en el diccionario de la RAE la definición de tiempo, esta nos dice


“Magnitud física que permite ordenar la secuencia de los sucesos, estableciendo un
pasado, un presente y un futuro, y cuya unidad en el sistema internacional es el
segundo.” Esta definición no especifica de ningún modo si esta magnitud física avanza
de forma lineal y progresiva, tal y como está inserto en el imaginario común y, sin
embargo, ¿no es también una línea lo que forma la figura cerrada de un círculo? En la
década de 1960, EEUU se alzaba como una potencia cuyo imperialismo parecía
imparable y frente a ello, el arte respondió con múltiples movimientos que proponían
una revisión y relectura de muchos conceptos que parecían culturalmente establecidos y
aceptados. Uno de estos conceptos es, precisamente, el tiempo y su percepción como
una progresión lineal. El Land Art, movimiento que salta a la gran escala utilizando el
planeta como escenario, es precisamente reflejo de esta llamada de atención. Centrado
en el carácter perecedero de la naturaleza, llega a la conclusión de que la única forma de
pervivir frente al paso del tiempo, es dejando huella. En un momento en que forman
parte de los debates la teoría de la relatividad y del Big Bang -que propone el inicio del
universo como una explosión cuyos materiales se expanden continuamente y que en
algún punto se retrotraerán a su inicio- no es de extrañar que ese proceso de ida y vuelta
se superponga a la historia misma tal como la percibimos. ¿Es realmente el tiempo un
movimiento de avance lineal hacia adelante? ¿No estamos acaso repitiendo tiempos ya
pasados, los mismos errores y las mismas acciones que nos llevan al mismo punto una y
otra vez? Con esta idea sobre la mesa, la experimentación con el tiempo será un motivo
muy presente en algunas obras del Land Art.

Nacida en 1938, en Worchester (Masachusetts), Nancy Holt comienza su carrera en el


68 tras haber experimentado junto a su marido, Robert Smithson, con el mundo
audiovisual. De esa exploración en forma de vídeos destaca la pieza East Coast, West
Coast (1969) ya que gracias al viaje que inmortaliza, Holt entra en contacto con la
Tierra y con las culturas indígenas, dos aspectos que marcarán su obra. Aunque cuenta
con producciones muy variadas, como escritos -como sus Buried Poems- , fotografías y
vídeos en los que investiga la percepción- destaca sobretodo por sus obras de Land Art
así como sus esculturas. En ellas podemos comprobar cómo el círculo es un elemento
fundamental junto con el de espacio y tiempo. Sobre la base del espacio, en el que Holt
desarrolla sus obras como complementarias de la naturaleza, expone la percepción del
tiempo. Las obras se desarrollan y se mantienen en el tiempo y en ellas éste es el que
hace que la luz se posicione de forma que las complemente. A este respecto podemos
pensar en Sun Tunnels (1973-76), la obra más conocida de la autora donde es el tiempo
quien completa la obra al conseguir que la luz del sol proyecte sobre el interior del túnel
las distintas constelaciones y es el tiempo también quien alinea éstos con el sol en los
equinoccios. Pero podemos pensar en otra obra, quizá menos conocida, como es Annual
Ring (1981) en la que también el tiempo es protagonista pues sólo con su transcurso la
obra se activa y se desactiva al posicionar el sol en el mediodía del equinoccio de
verano en el ángulo perfecto para que la luz encaje con un anillo que se encuentra en la
parte superior de la estructura de la obra. En la misma línea encontramos 30 Below
(1980) o el proyecto de Sky Mound (1984), ambos con sus elementos alineados con
diferentes estrellas y constelaciones. Estas alineaciones no son casuales, pues con ellas
invita al espectador a ver más allá de la percepción del tiempo a escala humana para
desplazarla hacia la cronología astronómica, donde la circularidad es un elemento
constante.
Con este tipo de plasticidad temporal, la artista consigue posicionar al espectador en el
lugar de la reflexión sobre el tiempo y al mismo tiempo ofrece esa visión cíclica en la
que gracias a la obra vemos cómo este acaba por repetirse una y otra vez.

E igualmente con repeticiones, Bruce Nauman nos vuelve a ilustrar este incesante
retorno de los hechos que chocan frontalmente con nuestra percepción cultural de
avance en línea recta, pero a diferencia de Holt, las repeticiones de Nauman, en obras
construidas a base de letreros de neón, son más artificiales y son más rápidas, casi
instantáneas. Aquí, lo que empuja al espectador a una reflexión no es tanto la
consciencia sobre el paso del tiempo como la angustia que causa ese incesante
parpadeo. Es interesante, además, tener en cuenta cómo esto enlaza con la cultura actual
tanto en el aspecto artificial como en la rapidez con la que se suceden las iluminaciones
de estos focos de neón. Son obras que consiguen incomodar al espectador precisamente
con dos parámetros que parecen formar parte del día a día de cada uno de nosotros sin
que en ese día a día nos paremos a pensar en lo angustioso que nos resulta.

Nacido en 1941, en Fort Wayne, Nauman trata de conseguir tensión en sus obras
mediante la repetición de acciones, simples, monótonas, que por ese patrón incesante en
que una y otra vez se reproduce una misma actividad consiguen condensar el tiempo y
aturdir y agotar al espectador. También polifacético en sus producciones, investiga
mediante la experimentación con su cuerpo la percepción del tiempo y del movimiento
– Wall/ Floor Positions (1968) - , así como sobre la identidad y lo que esta oculta, por lo
que realiza obras en las que aparecen payasos – como Payaso con cámara de vigilancia
(1986) – y otras en las que oculta su rostro mediante el maquillaje – Arte maquillaje
(1967-68) -. Sin embargo, las obras que más claramente aluden a la cuestión del tiempo
son aquellas que construye a base de letreros de neón que se encienden y apagan. Estas
obras, como Cien viven, cien mueren (1984) o LIFE, DEATH, LOVE, HATE,
PLEASURE, PAIN (1983) se componen de una serie de palabras referidas a la vida y al
día a día que continuamente parpadean. Hacen una clara alusión a los elementos que
caracterizan la vida y quedan atrapadas en la reiteración incansable, siendo una
metáfora perfecta de la circularidad del tiempo y como en él se repite la vida una y otra
vez. La producción artística de Nauman está marcada por su palpable desesperanza y
pesimismo, hace obras desagradables, que angustian al espectador y que exponen el
dolor y para plasmarlo un elemento muy importante es el lenguaje. Utiliza palabras
vulgares, duras, que hacen aún más impactantes los letreos. Es desagradable el mensaje
y es angustiosa la exposición a la agotadora reproducción del juego de luces, y en esa
tensión consigue que el espectador pierda la noción del tiempo, que sienta que vive una
y otra vez el mismo momento.

Es interesante plantearse entonces, si la vida funcionara como una de estas obras, si todo
está llamado a repetirse, como ya dijera Nietzsche en La gaya ciencia “¿Quieres esto
otra vez y aún innumerables veces?”

Comentario de texto.
“Y me acordé de que, a mediados del s.XIX, ningún artista europeo ignoraba que,
si quería prosperar, debía interesar a los intelectuales (la nueva clase), lo que
provocó que la situación de la cultura se convirtiera en el tema que más trataban
los creadores y que el propósito exclusivo del arte pasará a ser el de sugerir e
inspirar ideas. (…) A mí me han divertido siempre inmensamente las ideas así que
podía sentirme contento. Hacía tiempo que no sabía cómo respiraba el arte
contemporáneo, pero allí en Kassel andaba sobrado de estímulos para investigar
sobre la situación de ese arte. De joven me aburría ver un Rembrandt; ante un
cuadro de este admirable pintor no sabía qué decir. En cambio, si veía un ready-
made de un simple imitador de Duchamp, se disparaban en mí todo tipo de
comentarios y me entraban ganas de sentirme, de una vez por todas, un artista. Y
lo mismo, recuerdo, me ocurría con Manet, tan influenciado por Mallarmé, cuyo
discípulo más importante puede que fuera -me atrevo a decir- Marcel Duchamp.
Mallarmé le dijó a Manet: “No pintes el objeto en sí, sino el efecto que produce”.
En esa frase se anunciaba el abandono moderno de la obra plana y el ascenso del
concepto a un lugar preferente”. Pp.98-99

En este fragmento de la novela Kessel no invita a la lógica Enrique Vila-Matas expone


el giro fundamental que da al arte contemporáneo la base sobre la que opera hoy en día.
Los artistas del XIX, con la irrupción del Romanticismo, deciden dejar de considerar las
obras de un modo formalista para pasar a sugerir en ellas un valor que va más allá del
mero objeto: el valor del concepto. Este cambio tiene mucho que ver con el contexto
histórico del momento, en una sociedad donde el neoclasicismo, fruto de la Ilustración,
se ve como algo frío que no dice nada, surge el Romanticismo como una llamada a lo
irracional, a lo pasional, a una nueva forma de ver y de mirar. El Romanticismo se
perfila, así, como la primera de las vanguardias y aunque le sigue un periodo de vuelta a
la racionalidad esta ya no es simple y meramente la búsqueda de la plasmación
fidedigna de lo que se ve y de una belleza perfectamente canonizada, sino que es un
realismo con un fuerte carácter social, que trata de denunciar las dificultades que pasan
las capas bajas, adquiriendo con esto el embrión de la denuncia social que se acabará
desarrollando más tarde con el arte contemporáneo.

Una vez abierta la brecha por el Romanticismo, el resto de vanguardias se suceden más
centradas en captar aquello que no se ve porque, para lo que ya se ve, ya está la realidad
misma, y es a esto a lo que Mallarmé invitaba a Monet cuando, tal como cita el texto, le
decía “No pintes el objeto en sí, sino el efecto que produce”.Este renovado interés por
investigar fuera de la rigidez de las formas se verá aún más acentuado cuando tras la
Primera Guerra Mundial los principios de la Ilustración queden totalmente denostados y,
con ellos, su concepción del arte y la belleza. En ese contexto, el arte se lanza a un viaje
de no retorno en el que la forma queda supeditada al concepto que trata de expresar. No
hay ya, por tanto, normas con que encerrar la creatividad de los artistas que desde ese
momento utilizan los colores con total libertad y se sirven de materiales y objetos
provenientes de fuera de la esfera del arte para incluirlos en ella porque ahora están
dotados de un significado. Dentro de la libertad que tiene ahora el artista, se crean
también nuevas formas de expresión en las que incluso puede participar el propio
artista, como es el caso de las performances.

El viraje tan drástico que da el arte desde su concepción tradicional hasta llegar a las
vanguardias y el arte contemporáneo hay que entenderlo, por tanto, por el cambio que se
produce en la esfera intelectual, en las corrientes del pensamiento -lo que en el texto cita
como “los intelectuales (la nueva clase)”-. Hay que tener en cuenta que en el siglo XIX
la sociedad ya da una importancia relevante a la educación y el conocimiento, la
formación intelectual es un valor que en principio se desarrolla en las clases altas y de
ese intelectualismo deriva la demanda de obras que no se queden solo en un valor
meramente objetual, sino que se espera del arte que funcione como espacio de reflexión.

Por último, la búsqueda de la expresión de un concepto a través de una producción


artística trae consigo la intención de la transmisión de ese concepto al espectador, es
decir, la obra tiene que hacer partícipe al espectador y con ello, el arte se vuelve más
desafiante. La estética transgresora, los nuevos medios de representación, buscan
impactar al espectador para, con ello, suscitar una reacción que es la que da sentido a
ese valor conceptual que ahora busca el arte - si veía un ready-made de un simple
imitador de Duchamp, se disparaban en mí todo tipo de comentarios -. Liberado ya de
la forma, se culmina “el abandono moderno de la obra plana y el ascenso del concepto
a un lugar preferente”.
 Bibliografía:

Maderuelo, Javier (ed.): Medio siglo de arte. Últimas tendencias 1955-2005. Madrid,
Abada Editores, 2006

Web del Museo Reina Sofía:


 https://www.museoreinasofia.es/exposiciones/bruce-nauman-inside-out
Holt/Smithson Fundation:
 https://holtsmithsonfoundation.org/time-being-robert-smithson

Revista Estúdio vol.3 no.5 Lisboa, jun. 2012. Aprehender el lugar: los túneles de Nancy
Holt. Knowing the place: Nancy Holt's tunnels. Paula Santiago Martín de Madrid

Web de la Fundación Cartier:


 https://www.fondationcartier.com/en/exhibitions/bruce-nauman

Web Plataforma de Arte Contemporáneo:


 https://www.plataformadeartecontemporaneo.com/pac/bruce-nauman-estancias-
cuerpos-palabras/

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