Pateemos pues esta vaca.
2 Corintios 12:7-10
7 Y para que la grandeza de las revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue
dado un aguijón en mi carne, un mensajero de Satanás que me abofetee, para que no me
enaltezca sobremanera;
8 respecto a lo cual tres veces he rogado al Señor, que lo quite de mí.
9 Y me ha dicho: Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad. Por
tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí
el poder de Cristo.
10 Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en
necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy
fuerte.
El pensamiento que Pablo tenía una enfermedad que dios no quiso sanar es
ampliamente sostenido. Esta enseñanza ha guiado a que muchos crean que
debe ser la voluntad de Dios que muchos de sus santos estén enfermos. Esto
ha mantenido a muchos atados cuando deberían estar libres.
Una creencia común es que Pablo sufría una dolencia en los ojos que lo tenía
casi ciego. La Biblia declara que el Señor Jesús se le apareció en visión a
Ananías y lo envió a imponerle manos a Saulo para que reciba la vista (Hechos
9:12-17). El siguiente verso dice que Dios lo sanó. El concluir que Pablo tenía
un problema en los ojos debido a su breve ceguera sería rebajar la obra de
Dios.
Cuando Pablo, camino a Roma, estuvo en la isla de Malta, le predicó a la gente
y les hablo de la obra redentora de Dios. Si sus ojos hubieran estado llenos de
pus, como dicen algunos, ¿hubieran creído estas personas en Dios por su
sanidad? Mas la Biblia dice que Pablo impuso sus manos sobre ellos y fueron
sanados.
Es verdad que Dios permitió que Pablo tuviese ese “aguijón de la carne,” pero
no fue obra de Dios. La Biblia dice que “fue permitido un mensajero de Satanás
para abofetearle.” La Biblia no dice que este aguijón de la carne fuese una
enfermedad.
Note como se usa esta expresión “aguijón de la carne” en otros lugares de la
Biblia. Antes que los hijos de Israel fuesen a la tierra de Canaán, Dios les dijo
que destruyesen a los habitantes de esa nación, los cananitas, porque si no lo
hacían, les darían problemas a los hijos de Israel, serían un aguijón en su
costado.
No se habla de enfermedad (Números 33:55).
El aguijón de Pablo tampoco fue una enfermedad; fue un mensajero de
Satanás enviado para abofetearlo.
En cada lugar donde iba Pablo, el diablo levantaba persecución contra Pablo.
Pablo escribió las muchas veces que fue apedreado, azotado y dejado por
muerto. Escribió las veces que fue puesto en la cárcel y aún cuando luchó con
leones. A pesar de ello, en todos sus escritos acerca de persecuciones y
tribulaciones nunca incluye enfermedades. En ningún lugar de la Biblia
encontramos que en algún momento de su ministerio Pablo estuviese
incapacitado por enfermedad.
¿Por qué permitió Dios que este aguijón en la carne abofetee a Pablo? La
Biblia dice que fue para que Pablo no desarrolle una tendencia al orgullo
debido a las visiones y revelaciones que había tenido.
Por eso, antes que alguien declare que tiene un aguijón en la carne, sería
bueno preguntarle cuantas visiones y revelaciones ha tenido. Muchos de los
que piensan que tienen un aguijón en la carne no han tenido ningún tipo de
revelación o visión. En su ignorancia y duda lo único que hacen es permitirle a
Satanás que los derrote y los mantenga lejos de las bendiciones de Dios.
Sin embargo, hay algunos que tienen un aguijón en la carne en algunas de las
formas que tuvo Pablo, porque el diablo esta siempre para levantarle
problemas y obstaculizar la obra que están haciendo para Dios. Pero noten que
Dios dijo: “Bástate mi gracia.” La gracia de Dios nos da poder para levantarnos
por encima de las bofetadas de Satanás.