Araceli de Tezanos El - Lugar - de - La - Apropiacion - Del - Oficio - de - Ensenar
Araceli de Tezanos El - Lugar - de - La - Apropiacion - Del - Oficio - de - Ensenar
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Araceli de Tezanos
Resumen:
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Docteur es Lettres et Sciences Humaines. Université de Paris X – Nanterre. DEA en Etudes Ibériques et Ibéro
américaines. Université de Paris X – Nanterre. Maestría en Investigación Educativa, Universidad Iberoamericana,
México. Certificados en Pedagogía e Historia de la Pedagogía, Univeristá degli Studi, Firenze, Italia. Maestra
Normal, Institutos Normales, Montevideo, Uruguay.
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prueba” de unas habilidades para enseñanza, estipuladas desde un modelo prescriptivo”
(Barco de Surghi, 2000). Por otra parte, llama la atención que a pesar de las anotaciones
sobre la necesidad de incorporar la reflexión a la práctica, tal como se lee en el texto, ya
clásico, de Donald Schön publicado en castellano en 1992, y frecuentemente citado en los
planes de estudio revisados, la idea de reflexión es incorporada, en algunos casos, como un
aspecto a tener en cuenta en los “talleres de reflexión”, pero está ausente de la actividad de
práctica en sentido estricto.
¿La noción de práctica juega el mismo papel en los planes de estudio para la formación de
maestros primarios y para los profesores de enseñanza secundaria? Si hubiera diferencias
¿dónde y cuándo surgen?
¿Cuáles son las modalidades de práctica inscritas en los planes de estudio revisados?
Y algunas otras que consideramos menos relevantes. Estas preguntas dirigieron nuestra
reflexión y las respuestas conforman el cuerpo de la argumentación que, con carácter de
ensayo, presentamos a continuación.
“El deber del maestro es velar que cada monitor sea totalmente
competente para enseñar las lecciones que le fueron asignadas. Esto solo
se puede obtener examinando a quien pretende ser monitor en las
lecciones que tienen que enseñar. El maestro nunca debe nombrar un
monitor sin examinarlo, sin embargo he conocido algunas personas que
pretenden enseñar en este sistema, nombran a un niño como monitor sólo
porque juzgan que un buen lector o porque puede escribir bien. Los
monitores no pueden ser nombrados por adivinación, pues es fácil llegar a
una certeza a través de un examen que contemple una serie progresiva de
lecciones, adaptadas a la forma de tutorear” (Lancaster, 1821: p. 7)
“Art. 2º. En esta Escuela se enseñarán los ramos siguientes: leer i escribir
con perfección, i un conocimiento perfecto de los métodos de enseñanza
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Juan Bautista de Lasalle es el fundador de la orden religiosa de los Hermanos Cristianos, fundador
de colegios para niños pobres en Francia en el Siglo XVII. Para formar a los maestros creó los
llamados “séminaires pour les maîtres de la champagne” (seminarios para los maestros del campo).
Estas instituciones se consideran el origen de las escuelas normales para la formación de maestros
de escuela primaria.
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mútua i simultánea ; dogma i moral relijiosa; aritmética comercial,
gramática i ortografía castellana; jeografía descriptiva; dibujo lineal;
nociones jenerales de historia i particulares de la de Chile” (Bulnes, Manuel
Montt, Santiago, enero 18 de 1842)
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Las negrillas son nuestras.
El modelo prusiano para la formación de maestros y su apropiación en
América Latina
Es decir, la práctica se hace presente, desde los inicios en las escuelas normales con una
finalidad clara y contenidos definidos. La práctica está “en relación con los métodos [de
enseñanza]” y se tratará de conducir a los alumnos “a través de una observación ilustrada y
desde su propia experiencia, a principios simples y lúcidos, y para ello se instalará al lado de
todas las escuelas normales, escuelas donde los alumnos realizarán sus prácticas” (Cousin,
1840: 248). Aquí está, entonces, el origen de la práctica como componente de los planes de
estudio de la formación docente y la existencia de la escuela de aplicación, o escuela de
práctica. Es decir, una respuesta inicial a una de nuestras interrogantes.
Lo que nos interesa ahora, es ver cómo llegan estas ideas de las escuelas normales
prusianas en la segunda mitad del siglo XIX, a los países latinoamericanos. En el proyecto
de estado nacional que se discute y desarrolla durante ese período, el maestro es
considerado con una misión de vital importancia en este proyecto transformador, puesto que
"si sabemos bien lo que son los maestros de un pueblo, sabremos lo que será la sociedad,
cuando la generación que se educa llegue a dirigir la sociedad" (Varela, 1874:230). José
Pedro Varela anota en 1874, “no es posible organizar buenas escuelas sin buenos maestros,
ni es posible tener buenos maestros sin escuelas normales”, puesto que aunque haya
algunos casos excepcionales de sujetos con disposiciones naturales para la enseñanza, “la
gran generalidad empieza enseñando mal, y concluye enseñando, si es posible peor (…),
Los que tienen disposiciones excepcionales, consiguen, en la práctica vencer las dificultades
que se les presentan, pero, para conseguirlo, han tenido que sacrificar antes generaciones
enteras de infelices criaturas, víctimas de su inexperiencia y de su ignorancia en el arte de
enseñar” (Varela, 1974: p. 251).
El modelo de plan de estudios que servirá de base para la creación de las Escuelas
Normales en varios países de América Latina proviene del adoptado en varias instituciones
de Estados
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Unidos , a partir del modelo prusiano y contempla el estudio científico de las disciplinas que
se enseñan en las escuelas comunes y sus correspondientes métodos para que las lecciones
tengan en cuenta las capacidades y los hábitos intelectuales de los alumnos; las
características del desarrollo intelectual y moral de los niños, según sus orígenes sociales y
territoriales, sus condiciones familiares, y su género, así como también las nociones
fundamentales sobre su desarrollo físico. Hay un particular énfasis en los contenidos de la
ciencia de la educación y una descripción exhaustiva de la historia de la educación
“incluyendo un bosquejo exacto de los sistemas educacionistas de las diferentes edades y
naciones; las circunstancias que les dieron origen; los principios en que se fundaban; los
fines que deseaban alcanzar; sus éxitos y caídas, su permanencia y cambios; hasta donde
influenciaron el carácter individual y nacional; hasta donde cualquiera de ellos puede haber
originado en planes premeditados de parte de los fundadores, si favorecieron la inteligencia,
virtud y felicidad del pueblo, o de otro modo, con las causas, etc.”. Y también se señala que
“el arte de enseñar no es una ciencia y no puede ser aprendido sin práctica, por
simples estudios teóricos” Esta última afirmación va a marcar durante más de cien años
la formación de maestros primarios o básicos.
Diez años después, en 1883, José Abelardo Nuñez, en Chile, recoge las mismas ideas,
cuando afirma
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La descripción que se presenta a continuación es una síntesis del texto que José Pedro Varela
transcribe de un texto de Calvin E. Stowe. (Varela, 1874: 254 y sigs.) La referencia al texto original es
Stowe, Calvin E. Common Schools and Teachers’s Seminaries, publicado en Marcha, Capen, Lyon
and Webb, Boston, 1839.
las condiciones de una escuela verdaderamente modelo. No se
comprendería, a la verdad, que de otra manera pudieran los futuros
institutores obtener la preparación en métodos de enseñanza, así como en
nociones de pedagogía en general, que deben ser el primero y más
esencial de sus conocimientos.”(Nuñez, 1883:p.150).
Durante más de cien años, en América Latina, la formación de maestros para la escuela
primaria mantendrá sin muchos cambios el patrón prusiano originario, con variaciones en los
contenidos de sus programas, pero no en la estructura esencial: la articulación de la
formación general y la formación profesional, que está vinculada estrechamente a la práctica
que se realiza en las escuelas anexas, escuelas modelos o escuelas de aplicación. La
influencia prusiana será directa, como en el caso de Chile donde llegan misiones
alemanas para contribuir a la instalación y mejoramiento de las escuelas normales, o
indirecta, donde se hará presente a través de la versión norteamericana del modelo prusiano
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a través de la “normal school” fundada por Horace Mann en Massachussets , como es el
caso de Uruguay y Argentina.
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Si bien, el modelo de escuelas normales , y en consecuencia, la importancia de la práctica
en la formación docente, ha sobrevivido en la mayoría de los países latinoamericanos, en el
caso de Chile, en 1974, la dictadura militar las elimina y serán reemplazadas por las
Facultades de Educación que se hacen cargo de la formación de los maestros para la
escuela básica, dando continuidad a un proceso iniciado en el país durante los años 60’s
(Cox y Gysling, 2009: 445 y ss.) y que produce una ruptura en las formas de pensar y
considerar la práctica en la formación
docente.
5
Tal como lo señala Domingo Faustino Sarmiento en su texto sobre la Educación Popular (Santiago
de Chile 1849 primera edición), él y Horace Mann visitaron conjuntamente las escuelas normales
prusianas. (Sarmiento, 1915:p. 249)
6
Una breve revisión histórica sobre las Escuelas Normales en Chile se encuentra en un trabajo de
Iván Nuñez publicado en 2010.
1.2 La práctica en la formación de los profesores de enseñanza
secundaria.
Los argumentos que presentamos a continuación nos permiten construir una respuesta
desde la historia de las instituciones, sobre el lugar de la práctica en la formación de los
docentes para la enseñanza media, la cual, en general aparece relacionada con las llamadas
Escuelas Normales Superiores.
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Joseph Lakanal (1762-1845) es un intelectual que participa activamente en la Convención que se
origina a partir de la Revolución Francesa. A diversos informes elaborados por él se le debe la
creación del Museo de Historia Natural, el desarrollo del Jardín Botánico, la preocupación por los
derechos de autor, el primer telégrafo aéreo. A él también pertenece la propuesta sobre la estructura
inicial del sistema educativo francés, pues en “el proyecto del 26 de junio de 1793 se establecen las
siguientes disposiciones: una escuela para cada mil habitantes; escuelas separadas para los niños y
las niñas; el nombramiento de los institutores y de las institutrices confiado a la oficina de inspección,
compuesta de tres miembros y establecida junto a cada administración de distrito; la organización
general de los métodos, de los reglamentos, del régimen escolar puesta en manos de una comisión
central que estuviese cerca del cuerpo legislativo y colocada bajo su autoridad”.
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En negrillas en el original
Se podría hipotetizar que esa afirmación de Lakanal será reformulada después de la visita de Victor
Cousin a Prusia, tal se evidencia en lo que hemos anotado anteriormente sobre la escuela normal.
La fundación de esta primera escuela normal ha tenido diferentes interpretaciones en la
historia de las instituciones normalistas en Francia. A este respecto, se establece una
diferencia entre la concepción de la Convención que promovía una enseñanza limitada a la
aplicación de métodos simples, susceptibles de reproducir rápida y fácilmente cuando los
estudiantes regresaran a sus lugares de origen. Los fundamentos de la propuesta
pedagógica de Lakanal, aceptados por la Convención, se inscriben en el pensamiento
filosófico de su tiempo donde se consideraba que “la idea no podía llegar al entendimiento
sino por intermedio de los sentidos. Recomendaba por tanto, el método que consiste en
impresionar primero los ojos de los alumnos;... en crear el entendimiento por los sentidos;...
en hacer brotar de la sensibilidad la moral, así como el entendimiento de la sensación”
(Compayré, 1908: 331). Esta es entonces, la regla que según Lakanal debía transmitir la
escuela normal. Sin embargo, esta propuesta metodológica no prosperó en la creación de
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la primera Escuela Normal laica, pues fue Dominique Garat , quien la organizó,
transformándola en un centro de estudios superiores, dirigida a menos alumnos y más
instruidos, y una enseñanza erudita, sancionada con un examen final (Delsault, 1992:10) la
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que finalmente se puso en marcha . Este será el modelo de la Escuela Normal Superior,
que se instalará definitivamente en 1841 en la Rue de Ulm, en París, dedicada básicamente
a la formación de científicos en diferentes áreas del conocimiento, que ejercerán la docencia
en los collèges y liceos en Francia. En la Escuela Normal, “no hay ninguna barrera que
separe las disciplinas, las ciencias y las letras se codean y, algunas veces, se mezclan en
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la formación de los “normaliens” . Las únicas ausentes son la Pedagogía y la Didáctica, y
fundamentalmente, la práctica de la enseñanza.
La reforma del sistema educativo francés, conducida por Jules Ferry, produce una demanda
significativa a la formación de docentes, es por ello que fundan otras dos escuelas normales
superiores, con objetivos diferentes a rue d’Ulm: una de hombres en Saint Cloud (1882) y
otra de mujeres en Fontenay-aux-Roses (1880). Sus estudiantes eran reclutados entre los
mejores maestros de las escuelas primarias, los estudios duraban dos años y su propósito
fue preparar los profesores y los directores de las escuelas normales primarias
Estas dos modalidades de escuela normal superior, las vamos a encontrar reproducidas en
América Latina, ya sea con el mismo nombre o como Facultad de Ciencias de la Educación,
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Dominique Joseph Garat fue un filósofo francés discípulo de Condillac.
Este modelo de institución está más vinculada al origen de la Escuela Normal Superior por la
estructura que le dio Garat, y no a las llamadas Escuelas Normales Primarias en Francia que
responden al modelo prusiano descrito más arriba.
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Se mantiene el término en francés, pues la categoría normalista en los países latinoamericanos
corresponde a aquellos estudiantes y egresados de las escuelas normales, homólogas de las
escuelas normales primarias francesas que forman a los maestros para la escuela primaria.
herederas directas del positivismo comtiano, y más específicamente de la cátedra que Emile
Durkheim inauguró en la Sorbonne.
Y agrega
“Como no sería legal atribuir tales doctrinas a ignorancia de los representantes del pueblo,
debo pensar que sus autores pertenecen a una escuela nueva, la escuela de los que creen
que la enseñanza es un arte infusa, un arte que se adquiere por inspiración de lo alto [...]”
(Letelier, 1927: p. 431-432)
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Se podría hipotetizar que esta ausencia está vinculada al hecho que el acceso a la enseñanza
secundaria o media fue hasta un poco más allá del siglo XX estuvo restringido a los jóvenes
provenientes de sectores sociales que ya poseían un capital cultural que les permitía aprender por sí
solos.
hipotetizar estuvo siempre en segundo plano, pues “el Instituto sería un espacio de
educación académica general (no profesional), al mismo tiempo que un espacio de cultivo
de las disciplinas humanistas de investigación científica” (Nuñez, 2007: p.155). Recuperando
de esta manera, su hermandad con la Escuela Normal Superior de Rue de Ulm.
Una breve nota aclaratoria. La institución A, si bien tiene condición de educación superior,
no pertenece al sistema universitario nacional. En el caso de las instituciones B,C, y D los
planes de estudio corresponden a carreras gestionadas en Facultades de Educación del
sistema universitario público.
Tabla 1.
Práctica II
III Práctica docente de 2hrs./28 hrs.
Intervención
IV Práctica docente de
Intervención
12 horas/44 horas
semanales (2)
V Práctica
Práctica docente de Educación Básica
Intervención 10 créditos/
Práctica docente de 50 créditos
VI Intervención Práctica Docente
12 horas /44 horas Práctica III Intermedia
(2) 4hrs./28 6 créditos /20
Estas evidencias muestran con claridad el nivel de dispersión que se manifiesta en los
modos de encarar la práctica en la formación de maestros para la escuela primaria o básica.
La institución A mantiene, desde nuestro punto de vista, la tradición prusiana sobre el lugar
de la práctica, como lo esencial en el aprendizaje del oficio de enseñar, pues vincula al
futuro maestro con la realidad de la escuela desde el primer año de su formación. Otro
aspecto a tener en cuenta, vinculado a la tradición prusiana, es la relación entre la institución
formadora y el sistema educativo. Esta está representada por el Director de la Escuela de
Práctica quien es el profesor de Didáctica de sus practicantes. Ellos están a cargo de un
maestro de clase, durante todo el horario escolar, los días que están presentes en la
escuela.
Tabla 2.
Instituciones públicas a las que se ingresa después de haber cursado y aprobado una
licenciatura en una disciplina específica.
II Práctica Práctica
Profesional II Profesional
8hrs/21 horas 20 créditos/60
créditos
Práctica Profesional Práctica
III 150 horas (2) Profesional III
12 hrs./24 horas
IV Práctica Profesional
140 horas
(1) Está integrada a las 70 horas de Didáctica y Diseño Curricular
(2) El total de horas de práctica sumadas las dos prácticas profesionales
es de 290 horas sobre un total de 1015 horas reloj que cubre la totalidad de
la formación
(3)Está integrada en las horas asignadas a un Taller de Investigación Pedagógica y Práctica
Profesional. En total 12horas/24horas
Una hipótesis sobre la adjetivación de la práctica como profesional que comparten las tres
mallas curriculares expuestas, y otras que fueron revisadas, se puede sostener en los
argumentos de Iván Nuñez sobre la profesionalización de los docentes de enseñanza
secundaria que se inicia con la fundación del Instituto Pedagógico, cuando sostiene “la
identidad del normalista era de índole técnica, mientras que la del profesor de Estado era
una mezcla de elementos propios de las profesiones liberales y de elementos académico-
disciplinarios” (Nuñez, 2007:155). El comentario que formulamos con anterioridad sobre el
carácter profesional de la práctica docente, es pertinente también para este caso y los que
se presentan a continuación.
Tabla 3
II
Práctica + Didáctica
III 3 horas/18 horas
IV 15 clases en Práctica II Práctica II
institución pública de 2 horas / 34 horas 2 horas/30 horas
enseñanza
secundaria
V Práctica III
Práctica + Didáctica 4 horas /36 horas
3 horas/18 horas
VI 20 clases en
institución pública de Práctica Inicial I
enseñanza 5 créditos/45
secundaria créditos
VII
Práctica + Didáctica Práctica Inicial II
4 horas/18 horas (1) 5 créditos/45
créditos (2)
VIII Práctica Práctica IV 4 horas/28 horas
Profesional 4 horas/30 horas
20 créditos/50
créditos (2)
IX Práctica Práctica
Profesional profesional
20 horas/24 horas 20 horas/24
(3)
X
(1) El practicante se hará cargo de un curso bajo la supervisión de un profesor adscriptor y la consejería del
profesor de Didáctica.
(2) Esta práctica se produce en el mismo semestre que la Didáctica de la disciplina objeto de enseñanza.
(3) Esta práctica se acompaña de la Memoria o Seminario de Título, aunque no se indica si estos
trabajos
están vinculados o no a la enseñanza.
(4) Esta es una malla curricular que corresponde a otra especialización disciplinaria en la misma institución.
Desde nuestro punto de vista éste es uno de los aspectos más complejos de la práctica
docente, pues en su definición se deben considerar los aportes de la tradición ya que en
algunos casos, como veremos más adelante, ellos aparecen de manera imprevista, aunque
con otro nombre, en las consideraciones más contemporáneas, como veremos más
adelante. En consecuencia, la mirada crítica se hace imprescindible.
Recuperemos inicialmente la tradición que se inicia con los programas de las primeras
Escuelas Normales, donde la práctica docente, como hemos visto, era considerada esencial.
Uno de los contenidos fundamentales de dicha práctica es la llamada “lección de crítica”, la
que tal como la describe José Abelardo Nuñez “Otro medio esencialmente práctica y cuya
influencia en la enseñanza normal es por demás evidente… consiste en el ejercicio práctico
de alguno de los ramos de la enseñanza primaria, dirigiendo la clase una alumna normalista
en presencia de todas sus compañeras…varias de las señoritas presentes … expusieron
todos los puntos en que a su juicio había incurrido en errores de más o menos importancia
su compañera…. La preceptora contestó a la mayor parte de estas observaciones,
aceptándolas o explicando. Este género de ejercicios, llamados “de crítica” en las escuelas
norteamericanas, es indudablemente el más acertado método de enseñar la pedagogía
práctica” (Nuñez, 1883: p.153-154). En 1862, Sheldon describe las “lecciones de crítica”
(critcism lessons):
“Varias de las lecciones que dan los alumnos se llaman lecciones de crítica. Se dan en
presencia de miembros de la clase, quienes expresan sus opiniones sobre varios puntos de
la lección; enumerando aquellos en los cuales ellos piensa que el practicante ha sido
exitoso, y aquellos en los que ha fallado. Para dirigir una lección de crítica correctamente, es
necesario que haya alguien que presida, cuya opinión es la final” (Sheldon, 1862:p. 24). A
continuación señala los puntos clave que tienen que servir como guía a la observación de la
clase. Por ejemplo, respecto a la materia a enseñar es adecuada a los alumnos. Sin
embargo, es lo indicado como guía sobre el método que nos interesa presentar en totalidad
“II. Método
1. Si el maestro claramente aprehende la distinción entre qué debe ser dicho y qué
debe ser dado,
2. Si distingue una de otra las diferentes facultades mentales, sabiendo cuáles son y
cuáles hay que ejercitar
3. Si se usan buenas ilustraciones y hay suficientes para todos cuando es necesario el
uso de diagramas
4. Si se usan las preguntas apropiadas cuando se requiere una respuesta general.
Preguntas directivas solo para obtener afirmaciones, sobre las que se formularán
nuevas preguntas
5. Si el pizarrón ha sido bien usado, escribiendo las palabras nuevas, también el título
de la lección, y también con los niños más grandes, definiciones y enunciados
6. Si se produce una síntesis apropiada de la lección para los niños
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7. Si se hace un uso apropiado del levantar la mano.” (Sheldon, 1862: p.25)
También encontramos una guía de observación sobre el docente que contempla aspectos
de su personalidad en la medida que es capaz de interesar a los niños, si atiende a todos
los alumnos por igual o se dirige solo un grupo, el tono de voz apropiado y el uso correcto en
la pronunciación del vocabulario y la sintaxis. Y finalmente, la observación de los niños que
incluye si son respetuosos y atentos y siguen la lección. Correspondiente a la época en que
fue presentada la obra de Sheldon, también se habla sobre el tono del maestro cuando lee
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las Sagradas Escrituras y si esta lectura toca el corazón de los niños (Sheldon, 1862:25) .
Las lecciones de crítica tal como las describen Sheldon y Nuñez, resurgen hoy en día en las
denominas “lessons study”, que si bien llegan a los países latinoamericanos a través de los
Estados Unidos o Inglaterra, su origen está en las escuelas de formación de maestros
japonesas, quienes reconocen este vínculo con la tradición de las escuelas normales
prusianas, a través de la presencia de maestras norteamericanas que introdujeron tanto las
lecciones de objetos, o lecciones de cosas, como las lecciones de crítica en la formación de
maestros primarios (Makinae, 2010).
Cuando en Chile se produce el cierre de las Escuelas Normales en 1974, esta tradición fue
reemplazada por formas traídas por la Tecnología Educativa, como es el caso de la
denominada “micro-enseñanza” (micro-teaching), que aleja paulatinamente esta tradición de
las lecciones de crítica. La cual estuvo siempre ausente de la formación de profesores de
enseñanza secundaria o media, que durante los años 60’s se adaptaron fácilmente a las
nuevas orientaciones que surgieron de la introducción del diseño instruccional en las
Facultades de Educación e Institutos Pedagógicos de algunos de países latinoamericanos.
El diseño instruccional transformó la práctica en un mero entrenamiento, centrado en el
ejercicio de la simulación que se desarrolla tanto en las salas de clase de la institución
formadora (micro-enseñanza) como en las aulas de las escuelas y liceos. Este ejercicio de
14
15
La traducción es de la autora
La autora de este artículo fue formada como maestra de escuela primaria bajo esta modalidad
de las lecciones de crítica.
simulación se funda sobre un plan de clase que se mantiene incambiado sean cuales fueren
las temáticas o contenidos programáticos a enseñar. Este patrón de clase debe ser
formulado siempre en términos de: tema, objetivo general, objetivo(s) específico(s),
desarrollo y evaluación. Tanto el objetivo general, como el o los objetivos específicos tienen
una forma propia de enunciación que corresponde a las condiciones y características de la
evaluación, entendida como mensurable y cuantificable.
Este es uno de los temas que en general no se discute mucho, y en el cual, la tradición
manda, en el sentido que la primera práctica se denomina en general de Observación. Sin
embargo, no hemos encontrado descripciones sobre los contenidos de las otras prácticas
indicadas en las mallas curriculares, más allá de comentarios generales sobre los propósitos
y objetivos. Este fue, en cambio, una de las preocupaciones mayores, en el momento que
como Directora de la División de Educación, del Instituto Profesional de Osorno,
promovimos y desarrollamos la transformación de las mallas curriculares de las carreras de
Pedagogía en Educación Básica y Pedagogía en Educación Media. En consecuencia, y a
pesar que estos planes de estudio fueron modificados en 1997 a partir de las demandas
impuestas por el proyecto de Fortalecimiento de Formación Inicial Docente (FFID) del
Ministerio de Educación. Sin embargo, considero que la relación entre contenidos y
secuencia de la práctica docente implementada en dichos programas, tiene hoy en día
vigencia, y por lo menos tienen la relevancia de haber sido implementada desde 1989 hasta
1997, para el caso de Pedagogía en Educación Básica, y desde 1990 hasta 1997 en el
caso de Pedagogía en Educación Media (Tezanos, 2006). El proceso de secuenciación de
contenidos es un tema que debe necesariamente ser contemplado en las discusiones sobre
el lugar de la práctica en la formación docente. La discusión sobre la secuencia y los
contenidos es solo posible cuando se comprende el enseñar en su significado más extenso,
vinculado directamente a la noción de formación a través de la transmisión de los contenidos
sustantivos de la cultura. Más aún, en la secuenciación de los contenidos tendrían que ser
contemplados tanto la organización de un proceso de conocimiento del contexto de la
enseñanza, que trasciende los muros de la institución educativa como aquellos elementos
que están comprometidos en el oficio de enseñar propiamente tal.
3. A modo de conclusión
En este artículo intentamos dar cuenta de los elementos sustantivos de una tradición
que da sentido y significado a la práctica en la formación docente, que no sólo está
vinculada al conocimiento de los cuerpos teóricos sino también, y bien particularmente, a la
realidad del entorno donde ella se produce. Es por ello, que es posible considerar una
práctica articulada a un trabajo en terreno, que se adscriba a las reglas correspondientes y
que es el espacio vincular con lo real a través de la formulación de las preguntas
pertinentes.
Makinae, N (2010). The Origin of Lesson Study in Japan, Conference Proceedings Japan
Society of Mathematical Education. Recuperado el 28/08/2013 de
www.lessonsstudygroup.net/lg/readings/
Nuñez Prieto, I. (2010) Las Escuelas Normales: una historia de fortalezas y debilidades
(1842-1973) en Docencia No. 40: 33-39
Sheldon, E.A. (1862) A Manual of Elementary Instruction for the use of private and public
schools and Normal Classes, containing a graduate course of object lessons for training the
senses and developing the faculties of children. Charles Scribner, 124 Grand Street, New
York
Solari, M.H. (1991) Historia de la Educación Argentina, Editorial Paidós, Buenos Aires,