Jorge Luis Borges: El sueño (Siete poemas:
1964-1975-1981)
“…Mi suerte es lo que suele denominarse poesía intelectual. La palabra es casi un oximoron;
el intelecto (la vigilia) piensa por medio de abstracccioes, la poesía (el sueño), por medio de
imágenes, de mitos o de fábulas. La poesía intelectual debe entretejer gratamente esos dos
procesos. Así lo hace Platón en sus diálogos…”
Borges, Prólogo al libro de poemas La Cifra (1981)
“Chuang Tzu soñó que era una mariposa. Al despertar ignoraba si era Chuang Tzu que
había soñado que era una mariposa o si era una mariposa y estaba soñando que era Chuang
Tzu”
Sueño de Chuang Tzu, citado por Borges.
De El otro, el mismo (1964)
El sueño
Si el sueño fuera (como dicen) una
tregua, un puro reposo de la mente,
¿por qué, si te despiertan bruscamente,
sientes que te han robado una fortuna?
¿Por qué es tan triste madrugar? La hora
nos despoja de un don inconcebible,
tan íntimo que sólo es traducible
en un sopor que la vigilia dora
de sueños, que bien pueden ser reflejos
truncos de los tesoros de la sombra,
de un orbe intemporal que no se nombra
y que el día deforma en sus espejos.
¿Quién serás esta noche en el oscuro
sueño, del otro lado de su muro?
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De La rosa profunda (1975)
Efialtes
En el fondo del sueño están los sueños. Cada
Noche quiero perderme en las aguas obscuras
que me lavan del día, pero bajo esas puras
Aguas que nos conceden la penúltima Nada
Late en la hora gris la obscena maravilla.
Puede ser un espejo con mi rostro distinto,
Puede ser la creciente cárcel de un laberinto,
Puede ser un jardín. Siempre es la pesadilla.
Su horror no es de este mundo.
Algo que no se nombra
Me alcanza desde ayeres de mito y de neblina;
La imagen detestada perdura en la retina
E infama la vigilia como infamó la sombra.
¿Por qué brota de mí cuando el cuerpo reposa
Y el alma queda sola, esta insensata rosa?
El sueño
Cuando los relojes de la media noche prodiguen
un tiempo generoso,
iré más lejos que los bogavantes de Ulises
a la región del sueño, inaccesible
a la memoria humana.
De esa región inmersa rescato restos
que no acabo de comprender:
hierbas de sencilla botánica,
animales algo diversos,
diálogos con los muertos,
rostros que realmente son máscaras,
palabras de lenguajes muy antiguos
y a veces un horror incomparable
al que nos puede dar el día.
Seré todos o nadie. Seré el otro
que sin saberlo soy, el que ha mirado
ese otro sueño, mi vigilia. La juzga,
resignado y sonriente.
La cierva blanca
¿De qué agreste balada de la verde Inglaterra,
De qué lámina persa, de qué región arcana
De las noches y días que nuestro ayer encierra,
Vino la cierva blanca que soñé esta mañana?
Duraría un segundo. La vi cruzar el prado
Y perderse en el oro de una tarde ilusoria,
Leve criatura hecha de un poco de memoria
Y de un poco de olvido, cierva de un solo lado.
Los númenes que rigen este curioso mundo
Me dejaron soñarte pero no ser tu dueño;
Tal vez en un recodo del porvenir profundo
Te encontraré de nuevo, cierva blanca de un sueño.
Yo también soy un sueño fugitivo que dura
Unos días más que el sueño del prado y la blancura.
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De La cifra (1981)
El sueño
La noche nos impone su tarea
mágica. Destejer el universo,
las ramificaciones infinitas
de efectos y de causas que se pierden
en ese vértigo sin fondo, el tiempo.
La noche quiere que esta noche olvides
tu nombre, tus mayores y tu sangre,
cada palabra humana y cada lágrima,
lo que pudo enseñarte la vigilia,
el ilusorio punto de los geómetras,
la línea, el plano, el cubo, la pirámide,
el cilindro, la esfera, el mar, las olas,
tu mejilla en la almohada, la frescura
de la sábana nueva, los jardines,
los imperios, los Césares y Shakespeare
y lo que es más difícil, lo que amas.
Curiosamente, una pastilla puede
borrar el cosmos y erigir el caos.