Origen de la Guerra Federal
Para saber que originó principalmente “la explosión” propiamente dicho de
la Guerra Federal, debemos considerar algunos antecedentes que fueron
calentando el clima hasta llegar al desenlace de los acontecimientos.
Fue la consecuencia histórica de la inestabilidad de los factores de poder
que se suceden en la organización del Estado venezolano desde 1.830, y la
debilidad social, institucional y económica con la cual se intentó edificar la
república de Venezuela luego de su separación definitiva de la República de
Colombia.
Los hechos se remontan al mismo proceso de configuración de la
República de Venezuela (1.811, 1.821, 1.830), a la presencia de elementos
oligárquicos en los gobiernos que se suceden a partir de 1.830, a la inestabilidad
de los factores internos de poder, el resquebrajamiento de la élite dirigente
(conservadores y liberales), además de las sucesivas crisis económicas, que
productos de factores externos e internos afectaron la economía doméstica,
agrícola primario exportadora, latifundista, desconectada entre sí, lo que marcaba
un escaso desarrollo del mercado interno y poco desarrollo de las fuerzas
productivas, traducido en un creciente descontento social y político que se
intensifica en la década de los años 50 del siglo XIX.
La constitución aprobada en 1.830 tenía un fuerte carácter centralista y
conservador. Nada más promulgarse comenzaron a sucederse levantamientos
armados en varias zonas del país que buscaban la formación de estado federal.
La centralización política empezó pronto a ser contestada. Los primeros
levantamientos, limitados al oriente del país, comenzaron en 1.831. Los
terratenientes de la zona, contrarios al poder adquirido por la burguesía de
Caracas, fueron sus organizadores.
Por otra parte, en los llanos la situación era diferente. En esa zona los
terratenientes empezaron a combatir a grupos de bandoleros formado por
campesinos que luchaban contra sus miserables condiciones de trabajo.
La crisis económica, cuyos efectos se empiezan a sentir en el país a partir
de 1.842, agudiza las tensiones latentes. La pauperización creciente de pequeños
y medianos propietarios, desposeídos de su tierra por los efectos del
encarecimiento del crédito y de las ejecuciones de hipotecas y la marginalización
de pequeños comerciantes, vinculados esencialmente a los circuitos de
distribución interna de los productos agropecuarios (siendo ilustrativo en este
sentido el caso de Ezequiel Zamora), son las principales causas de los
levantamientos de los años 1.846 y 1.847, cuya expresión política se refleja en la
creciente radicalización de los planteamientos del Partido Liberal y de su vocero,
el periódico El Venezolano. Sin embargo, ni el Partido Liberal, ni su jefe nominal,
Antonio Leocadio Guzmán, aunque estuviere comprometido este último en las
insurrecciones de 1.846, consideran una modificación de las estructuras sociales;
su lucha sigue enmarcada dentro del contexto de los intereses de una clase
propietaria, la de los hacendados.
La guerra campesina (1.846-1.847) es la respuesta de los sectores
desposeídos frente al poder omnímodo de Páez y más concretamente contra el
fraude electoral cometido por Soublette y su gobierno. Era tanta la carga
reaccionaria de Páez que ante el reclamo de los campesinos llegó a decir “Los
apóstoles de la anarquía y la disolución llevaron a imprimir en la dócil
creencia de nuestras masas la lisonjera cuanto extravagante idea de que
iban a poseer lo que jamás les había pertenecido ni podía pertenecerle, sino
bajo la más injusta y absurda usurpación”.
En 1.848, como resultado de la crisis desatada, el congreso elige como
presidente de la república a José Tadeo Monagas como una figura que pudiera
reconciliar a liberales y conservadores. Páez y los conservadores intentan
controlar al nuevo presidente pero este se distancia de los conservadores y se
acerca a los liberales. El intento del congreso (dominado por los conservadores)
de enjuiciar a Monagas culmina en el asalto al congreso. Así se inicia un periodo
de asentamiento de los liberales en el poder. En éste periodo se legislan varias
medidas en favor de la clase terrateniente, lo que conllevará un proceso de
acaparamiento de tierras por parte de éstos. También se va configurando un cierto
entendimiento entre sectores liberales y conservadores bajo la consigna Unión de
los venezolanos y olvido de lo pasado.
Aunque su primer mandato había concluido con un acercamiento entre
liberales y conservadores, el segundo gobierno de José Tadeo Monagas se
caracterizó por su autoritarismo.
Los dos partidos principales se unieron para derrocar a Monagas mediante
una rebelión armada encabezada por el general Julián Castro. La insurrección,
que comenzó en Valencia el 5 de marzo de 1.858, terminó cuando Castro entró en
Caracas 13 días después. El 15 de marzo, Monagas renunció a su cargo.
Con la Revolución de Marzo de 1.858, comenzó la cadena de
acontecimientos que encendió la chispa de la Guerra Federal. Bajo la dirección de
Julián Castro, el movimiento insurreccional prometía liberar a todos los
trabajadores, sirvientes y campesinos que tomaran las armas de las deudas que
tuvieran con sus patronos, sumas estas que serían financiadas por la Tesorería
nacional al triunfar la revolución. Pero, una vez consolidado el nuevo gobierno, el
predominio del elemento conservador en su seno -junto con las medidas de
retaliación contra cualquier intento de oposición- reavivó la lucha.
El 7 de junio de 1.858, un decreto del presidente Castro ordena la expulsión
de Venezuela de Juan Crisóstomo Falcón, Ezequiel Zamora, Wenceslao Casado,
Antonio Leocadio Guzmán, José Gabriel Ochoa, Fabricio Conde y otros futuros
jefes de la contienda armada; mientras, en los valles de Aragua, en la sierra de
Carabobo y en los llanos de Portuguesa se levantan en armas, bandas de
“campesinos armados”, bajo el liderazgo de “hombres oscuros” (es decir
mestizos), como Zoilo Medrano, o José de Jesús , “el Agachado” González, quien
había acompañado a Zamora en la rebelión de 1.846. Mientras la insurrección se
extendía, el Gobierno se encontraba cada vez más incapacitado para suprimir
tales estallidos; a medida que se propagaba la revuelta, se aceleraba su vigor y su
ritmo.
Rumores de que el Gobierno se proponía restablecer la esclavitud y que los
hierros que se utilizaban para marcar los sacos de añil serían -en realidad- hierros
para marcar a los futuros esclavos, servían para exaltar el terror de las
poblaciones rurales a las cuales se les decía, además, que iban a ser vendidas a
los ingleses quienes, supuestamente, iban a utilizar su carne para hacer jabón y
sus huesos para fabricar mangos de cuchillos y de bastones. En respuesta, las
consignas de: ¡Mueran los blancos! y ¡Hagamos una nación para los indios!,
eran muestras del grado de violencia alcanzado. Mientras tanto, la reunión en
Valencia de una Convención Constitucional intentaba traducir los principios de la
Revolución de Marzo en términos de un programa político.
Desde el destierro, en las vecinas islas caribeñas de Curazao y Saint
Thomas, los jefes liberales expulsados en junio de 1.858 se organizaban,
preparaban tropas, elaboraban programas (destacándose entre ellos el Programa
de Federación, elaborado en Saint Thomas por la Junta Patriótica de Venezuela,
presidida por Félix María Alfonzo). En agosto de 1.858, un intento de los liberales
para derrocar a Julián Castro, conocido como “La Galipanada”, es debelado y
fracasa; pero el domingo 20 de febrero de 1.859, el comandante Tirso Salaverría,
seguido de 40 hombres, asalta con éxito el cuartel de Coro, se apodera de 900
fusiles y lanza el “Grito de la Federación”, cuya fecha pasará luego a formar
parte del escudo nacional, al lado de la fecha del 19 de abril de 1810. La guerra
había empezado.
En resumen, las causas esenciales de la Guerra Federal son las siguientes:
El reparto desigual de las tierras y la ganadería, estaban en manos
de unas cuantas familias de caudillos militares que habían luchado
en la Independencia.
La miseria en la que vivían alrededor de cuarenta mil libertos (ex-
esclavos) que, al no encontrar trabajo, habían regresado como
sirvientes a las casas de sus antiguos amos o deambulaban por
distintas partes del país en situación de miseria.
Las prédicas de los liberales sobre la igualdad social, en contra de la
desigualdad que se manifiesta por todas partes. Esto coloca al
pueblo contra los conservadores y los propietarios de grandes
haciendas y hatos.
La crisis económica de 1858 tanto a nivel nacional como
internacional. Como reflejo de esta crisis el país se hace deficitario,
ya que los ingresos obtenidos por los productos de exportación
disminuyen, puesto que esos productos bajaron de precio.
La expulsión del país de los dirigentes liberales, quienes se
refugiaron en las islas de Saint Thomas y Curazao, y formaron la
Junta Patriótica de Venezuela.