APROXIMACIÓN AL IDEARIO PEDAGÓGICO DE
RAMÓN TOVAR
Omar Hurtado Rayugsen
IPC –UPEL
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RESUMEN
Nos proponemos establecer un esquema para estudiar la permanencia de las ideas fundamentales que,
en los campos científico y educativo, han orientado la práctica de Ramón Adolfo Tovar López, por
considerar que ellas tienen plena pertinencia en los actuales momentos. El interés que manifestamos, en
ver desde esta perspectiva la trayectoria vital del estudiado docente, encuentra su explicación en la
oposición que asumimos frente al criterio descalificador y negativista que se nos ha venido imponiendo
desde hace décadas; contra el cual esgrimimos las tesis que exaltan la existencia y las ideas de ilustres
conciudadanos que han desarrollado una verdadera corriente enaltecedora de lo nacional que, sin rallar en
lo autárquico, ha elevado el gentilicio sobre sólidos preceptos metodológicos. Estos connacionales,
paradójicamente, han sido desconocidos por la cultura oficial. En el caso del autor que nos ocupa
encontramos suficientes indicios en torno a la sobre vivencia de lo que afirma en cuanto a la:
conceptualización de las ciencias sociales, teoría geográfica, pedagogía, didáctica y finalidad de la
ciencia. Estos indicadores guardan una contundencia tal, que no dudamos en insistir en la creciente
actualidad y vigencia de sus postulados.
Palabras clave: Ramón Tovar, pensamiento, evolución, ciencia social, educación
Dos ejes…sustentan [nuestra obra]:
el científico social y el pedagógico;
en continua realimentación.
Tovar L., Ramón A., (1990).
La Venezuela de 1923 se debatía bajo la más férrea dictadura. Diez años habían transcurrido desde la
derrota de las últimas huestes de La Libertadora en las márgenes del padre río; en Borinquen agonizaba
el líder del liberalismo restaurador; la tercera reforma de la Constitución le había asignado carácter
dinástico a la Presidencia de la República; el oro negro se preparaba para desplazar al café y sus
asociados de su predominio en el PIB; la población venezolana; que escasamente rebasaba los tres
millones, se encontraba dispersa en un hábitat predominantemente rural y diezmada por endemias
seculares.
En ella, el 11 de diciembre, nace, antecedido por Évila, Ramón Adolfo; en el carabobeño Puerto
Cabello, convirtiéndose en el único varón de la unión entre Adolfo Ricardo Tovar y Trina Bernarda
López. Esa imbricación entre el duro país y el solaz porteño estará presente permanentemente en su vital
transcurrir, constantemente hace orgullosa mención de ella y a la manera como condicionaron su
pensamiento y acción; por ejemplo, cuando dice en una entrevista que le hizo Ángela Angulo: “…nunca
soñé salir de Puerto Cabello. Nunca, porque para nosotros los porteños primero el mundo es muy
abierto; digamos somos amigos de viajar pero no de desarraigarnos” (2005). O la afirmación que nos
entrega, (1991), con ocasión de su incorporación como miembro pleno a la Academia Nacional de la
Historia:
“Venezuela vivía una situación „no deseada‟; sin embargo no hubo barreras para
abrevar en las mejores aguas de la vida. Se nos inició en la fidelidad a los principios: la
amistad, el amor a nuestros semejantes, y por encima de todo el amor a nuestra Patria”.
Su tránsito como estudiante es bastante conocido. Hizo su primaria en la Escuela Federal Graduada
“Bartolomé Salom”; estudió Topografía y se desempeñó como tal, durante la campaña contra el
paludismo, en el Ministerio de Sanidad y Asistencia Social; cursó Contabilidad y Mecanografía en la
Esuela de Comercio y Lenguas Vivas, lo que le permitió ser corresponsal, tenedor de libros, listero de
buques y, más adelante, corrector de pruebas; el Bachillerato en Filosofía y Letras lo hace en el Liceo “de
Aplicación”, debiendo culminarlo en el “Andrés Bello”; egresa como Profesor de Ciencias Sociales del
Instituto Pedagógico Nacional y obtiene su Diploma de Estudios Superiores, alcanzando la opcionalidad a
la agregación docente, en el Instituto de Geografía Aplicada en la Universidad de Estraburgo.
Lo que antecede no es una simple relación de cursos, aunque pareciera serlo. En la primaria fue
estimulado por la “…imagen juvenil, enérgica, que infundía fe y optimismo de…Don Carlos
Federico Gross Rodríguez”; hizo los estudios de topografía porque: “…teníamos una gran facilidad
para la matemática [y] un gran maestro…”; aprendió contabilidad donde todo tenía “…que ser a
mano, no como se hacen ahora….”; como corrector. “ Me llamaban el inglés…porque era muy
puntual”; en segundo año de bachillerato nos decían que: “hablábamos en francés”; en el Pedagógico
“me gradué un año después que mis compañeros porque me negué a firmar una caución
prometiendo que no volvería a protestar defendiendo la justicia”; y en el postgrado: “Cuando fui a
Francia…yo llevé… mi Título de Educación Superior del Instituto Pedagógico”. Quienes conocemos
al Profesor Tovar encontramos en esta secuencia una preparación a conciencia para el ejercicio docente
oteado desde el sólido compromiso social.
Tal preparación a propósito cubre todos los campos de la vida. Así, mientras consolida su unidad
existencial con Aura Barradas, su compañera entrañable; se va definiendo el Maestro; en un trayecto que
abarca más del 69 % de su vida y que cubre Los Teques, Valle de la Pascua y Caracas como estaciones
temporales y, como centros de acción, a la Escuela Normal “Eulalia Buroz”, los liceos “Francisco de
Miranda”, “José Gil Fortoul” y “Fermín Toro”, el instituto “Rafael Rangel”, el colegio “Santiago de León
de Caracas”, la Unidad Educacional Paraíso, la Escuela de Economía de la Universidad Central de
Venezuela, el Postgrado en Historia de la Universidad “Santa María” y, sobre todo, al Instituto
Pedagógico de Caracas (otrora IPN). De esta manera lo asienta en la memorable ocasión, (1991), de su
elevación a la condición de Individuo de Numero:
“Debo…destacar a quien me ha hecho compañía por cuatro décadas, a mi esposa…a
nuestros hijos que al aceptarme han salido perdedores en las alternativas por los conflictos
del deber…al ciudadano común que con nosotros compartiera el taller donde trabajara
como corrector…a mi portamira de los llanos… [sólo soy] un modesto educador venezolano
que no sabe sino agradecer a todos los que han hecho posible que ahora pueda estar en tan
distinguida institución”.
Del tránsito por la educación secundaria queda la impronta en centenares de alumnos que lo recuerdan
por su disciplina y nivel de exigencia; virtudes que elevará al máximo durante su desempeño en la aulas
de educación superior. Tales condiciones forman parte de su identificación vital, así lo testimonian sus
compañeros de estudios tanto en Venezuela como en Francia.
Finalizando la década de los cincuenta marcha a la patria de Víctor Hugo donde logra desarrollar las
propuestas que ya había delineado en Contribución para un Estudio del Guárico Occidental, (1959), en
este, su primer libro, aparecen nociones como abordaje integral del espacio físico para establecer su
potencialidad, evolución histórica del uso del espacio y tendencias en su explotación. En la tierra de Vidal
de la Blache concibe un método (al que denomina El Método de los Conjuntos) que le permite determinar
las estructuras espaciales y le posibilita afirmar: “El estudio geográfico constituye…postulado
fundamental de cualquiera programación de desarrollo económico que se intente”, aplicando esta
formulación al Bajo –Rhin logró adelantar que “1) Se trata de una zona industrial sin recursos
significativos del subsuelo, 2) En consecuencia su recurso geográfico más importante es el hombre,
y 3) Su significación histórica descansa en su posición geográfica”. Un extracto de esta elaboración
aparece en La Geografía, Ciencia de Síntesis, (1966), en el que además afirma la identificación de la
geografía como ciencia social diferenciándola del naturalismo, valoriza la enseñanza de la geografía
regional y de la geografía económica así como destaca la importancia de los trabajos de campo desde el
punto de vista didáctico.
Participamos de la convicción en cuanto a que las líneas centrales del pensamiento del Maestro fueron
conocidas por sus connacionales en 1964, cuando sale la primera edición de Venezuela, país
subdesarrollado. En ella nos informa, por vez primera, acerca de la herencia histórica que tiene el control
por parte del Estado de la riqueza del subsuelo, lo que es producto del genio previsor de El Libertador
quien prolongó la legislación colonial sobre la materia. A esta fórmula le atribuye la diferencia
fundamental entre las antiguas provincias hispánicas y las de origen anglosajón, señalando que esto es
evidenciable en el comportamiento de los gobiernos frente a la anterior riqueza aurífera y la
potencialidad energética del presente. Esta tesis de profundo contenido geohistórico es acompañada por
otras no menos trascendentales, como un juicio crítico sobre la reforma agraria exhibida en ese entonces
como una de las más avanzadas en América Latina, al respecto nos dice: “…[entre] los más graves
males que traen consigo las reformas agraria concebidas a lo siglo XIX [está] la división de la
tierra; en nuestros días el primer enemigo del valor de la misma es la división que conduce a la
larga a la atomización [que se constituye en] una traba en la aplicación de los medios y métodos
modernos de explotación”. Quienes terciamos en el insoslayable debate acerca de la pertinencia de las
instituciones de educación superior debemos leer con atención este libro en el que se nos alerta sobre de
la necesidad en que están: “nuestras universidades [de] abrir sus compuertas a nuevas y urgentes
profesiones [para poder] dedicar mayores esfuerzos y dineros a las tareas de las investigaciones
sanas y desprejuiciadas”.
Sus clases en la Escuela de Economía de la Universidad Central de Venezuela le proporcionaron la
excusa para regalarnos La población de Venezuela, (1968), al que define como el resultado de una
necesidad docente y en el que insiste en su idea de que: “[el] poblamiento [y la] actividad económica
[son] dos vertientes de un mismo hecho geográfico: la ocupación del espacio”. Cada vez nos llama
más la atención como, hace más de siete lustros, el Profesor Tovar adelantó su posición acerca de la
confrontación entre quienes defienden la unidisciplinariedad, dominante en el siglo XVIII, y las visiónes
inter, pluri y multidisciplinarias, propias de esta centuria; en tal sentido afirma: “El dominio, limitación
fisiográfica, se convierte en área, esto es se humaniza. En consecuencia, lo que era natural a la
escala de las otras especies animales, deviene [en] geográfico en virtud de la presencia del hombre”.
El fecundo 1968 le permite entregarnos Imagen geoeconómica de Venezuela. Este aparece orientado a
ubicar a la Geografía Económica dentro de la ciencia geográfica diciéndonos: “…el Marco Físico o
soporte geoeconómico no tiene sino un valor potencial y se ordena en el capítulo de las condiciones
de producción… [a las que] habría que añadir la población…”. Tal visualización la explana
ampliamente en el aparte dedicado a explorar los aspectos geoeconómicos del territorio nacional, lo que
lo conduce a tratar ampliamente la situación del país al que conceptualiza como conjunto económico
mientras lo ve funcionando como una región. No debe entenderse como una exageración lo que afirma al
cierre de esta redacción, en plena euforia nacionalizadora:
“Rescatar el control de la actividad petrolera marcará…el punto de arranque para salir
del „subdesarrollo‟, debido a que dejaremos de depender de „los factores de producción no
residentes en el país‟, pero si nos dejamos „transferir la contaminación ambiental‟, ¿no sería
esto, otra modalidad del subdesarrollo, y tal vez más amenazante?”.
Como creemos haber silueteado, durante el año de 1969 se manifiesta la claridad pedagógica del
Maestro al entregarnos El Programa lo hace el profesor. Este trabajo, que ahora con derecho pleno ve su
segunda edición; fue inicialmente publicado como expresión del esfuerzo de dos de sus numerosos
amigos. Como toda su producción rápidamente se agotó y, pese a todos los intentos adelantados, no había
podido reeditarse.
Sobre la materia que lo inspira abre fuegos desde la introducción, cuando nos dice:
“Asistimos en los tiempos que corren a un marcado divorcio entre la realidad y la
escuela. Descubrir la complejidad de los factores incidentes en el hecho, está en el plano de
las más urgentes instancias. Contribuir a llamar la atención sobre tan delicado fenómeno,
nos ha motivado para ofrecer esta selección de corte pedagógico”.
Las páginas restantes las dedica a ofrecernos un acercamiento al perfil de un educador, insistir en el
valor didáctico del cartograma, un recorrido por las características de la geografía en los prolegómenos de
la contemporaneidad, la tipificación de la disciplina en la educación primaria, la codificación del docente
y del alumno de la ciencia geográfica, destacar la contribución de la geografía en la conformación de la
educación para los nuevos tiempos, revisar algunos pensamientos trascendentes de Rabindranath Tagore,
presentar su definición de la americanidad e hilvanar un recuerdo para su promoción. En este libro el
educador a carta cabal que él es se hace presente cuando asevera, parafraseando al poeta hindú: “Soy
como el Sándalo, que perfuma el hacha que lo hiere”.
En 1974 aprovecha la declaratoria de la UNESCO que convierte esos diez años en la década de la
lucha ecológica para dar a la imprenta su Lo Geográfico, en el que insiste en su percepción sobre el
espacio geoeconómico contemporáneo y la imbricación entre ecología y geografía, bueno es señalar lo
que acota en esta dirección: “Estamos en presencia de concepciones del universo. „posiciones frente a
la vida‟. La interdependencia ecológica, la unidad funcional biológica y la interrelación geográfica,
responden a la misma actitud: „la concepción del conjunto‟. En Geografía decimos „no hay hecho
aislado‟ ”. Desarrolla la conferencia que diera en el Instituto Pedagógico de Barquisimeto, hoy “Luis
Beltrán Prieto Figueroa”, con ocasión del Primer Seminario Nacional de Geografía para el futuro; en la
que, ampliando sus aportes al Método para la enseñanza de la Geografía, nos dice:
“…sólo en las clases de geografía aprenden los alumnos a conocer las relaciones que existen
en el tiempo y en el espacio entre los medios naturales y los tipos de civilizaciones, a atribuir
la parte que les corresponde a los factores naturales y a los factores humanos en los paisajes
y a medir las influencias recíprocas”.
Previamente, en 1970, dirigió una carta al profesor Piar Martínez Natera que éste se permitió
incorporar como proemio a su texto de Geografía Económica, en la que señala:
“…si, el presente es geográfico pero es un producto histórico. El hombre que es histórico
hoy, fue en su tiempo geográfico. Y nosotros seremos indefectiblemente historia mañana
para las generaciones que serán geográficas. El espacio geoeconómico actual es un producto
histórico. Por eso no se puede ser verdadero geógrafo sin una profunda cultura histórica”.
Veintidós páginas de Lo Geográfico están dedicadas a tratar los aportes de Francisco Tamayo a la
metodología geográfica, a este insigne científico ya le había dedicado diez páginas en El programa lo
hace el profesor exaltando el carácter noosférico de su Mapa Fitogeográfico. Al destacar la contribución
del ilustre tocuyano a la ciencia de relaciones afirma:
“Los aportes de Don Francisco Tamayo como geógrafo son incalculables. Especialmente
en el campo metodológico. Hemos seleccionado tres de [ellos]…Por [el] primer[o] conocimos
al autor gracias a nuestros profesores de Ciencias Biológicas del Liceo de Aplicación anexo
al Instituto Pedagógico [Nacional]; la segunda nos proporcionó el instrumento para poder
conceptuar nuestro territorio como un conjunto dinámico de „unidades ecológicas‟; y con
[el] tercer[o] formula a todos los venezolanos un reto en esta época de „la contaminación y el
hambre‟ ”.
En 1978 encontramos su Perspectiva geográfica de Venezuela, que fue saludada como indicadora de
la madurez intelectual que habían logrado el geógrafo y el educador que en él cohabitan. A su vez el
mismo, en la presentación, asienta que ella está
“…dirigida a todos los interesados por la dinámica geográfica del país y de manera muy
especial a los educadores. La tendencia actual en las economías desarrolladas es hacia la
integración regional…Con lo que se podría interpretársela como un signo de nuestra
civilización en el momento actual. Poco es cuanto conocemos de nuestro país con vista a una
integración que, quiérase o no, vendrá por cuanto es la dinámica universal que informa a la
economía mundial en nuestro tiempo”.
A través del texto encontramos como caracteriza al país en “dos grandes espacios…el Caribe o
Antillano y el…del Orinoco”; adelanta lo que denomina “la dinámica estructural de la Venezuela
petrolera…[que se] reproduce en los tres subconjuntos…Centro Norte, Zulia y Resto”; propone una
reinterpretación del espacio físico a partir de “Apoyarse en el paisaje vegetal [para] acercarse a la
comprensión del soporte natural”, ello le permite afirmar que “Venezuela es un país húmedo” e
“intertropical” definido por “dos contactos el cordillerano y el Deltaico, entre los que se ubica la
solución de continuidad del Golfo de Unare”. Posteriormente se detiene en las implicaciones espaciales
del relieve. La complejidad espacial de todas estas variables lo conducen a establecer que
poblacionalmente estamos integrados en “cuatro subconjuntos…Occidental, Central, Oriental y
Meridional”. Tales premisas le permiten hilar lo que asumimos como la dinámica diferencial de “los
paisajes fronterizos” a partir del postulado marxista “… la frontera geográfica se conduce como zona
de contacto de pueblos; y pueblo es „la solidaridad‟ del grupo humano con su territorio”. Las
páginas finales están dirigidas a reafirmar, desde la frontera marítima, su acepción del “mar como
espacio político y económico”.
Su participación como cruzado de la interdependencia no tiene sosiego, lo que ha venido visualizando
desde la geografía, también lo trabaja desde la vertiente histórica, en 1983 entrega un artículo que intitula
“Bolívar y la concepción del espacio”. En él establece sin ambages la contundencia de la visión
geográfica del notorio caraqueño, con oraciones como: “Bolívar manejó un criterio geográfico
avanzado”, “El espacio geográfico para Bolívar tiene un carácter „socio-político‟; pueblo, nivel
cultural, magnitud del territorio, posición del mismo, forma de gobierno, historia y personalidad
cultural constituyen una „integridad‟ ”; “[el] equilibrio geo-histórico lo denuncia por primera vez
en el Manifiesto de Cartagena”; “La posición geográfica para El Libertador es clave en el rol
desempeñado por la parte en el todo; así en la seguridad militar como en la calidad de las
relaciones, y en particular en el orden comercial”; “Consciente de la dinámica geo-económica del
mundo, Bolívar se apoya en „la contradicción dominante‟ entre una Europa industrial y
comerciante (Inglaterra) y una potencia que ejerce su imperio político (España) sobre tan inmenso
territorio, pero incapaz de controlarlo”. Debe llamarnos a la reflexión el hecho de cómo, cuando aún
hoy se insiste en una interpretación pro o anti patriotera para referirse al accionar de Simón Bolívar;
veintidós años atrás el Profesor Tovar nos alertaba acerca de la necesidad de analizar la gesta libertadora
desde una perspectiva geohistórica.
A lo largo de toda esta saga hemos encontrado a un docente en ciencias sociales y de estas latitudes
que se muestra preocupado por “la crisis epistemológica que afecta a la Geografía desde la década de
los sesenta” y por “la creciente brecha entre ciencia y educación”. Quien buscando solución a esta
debilidad didáctico-conceptual recurre a la antropología, la sociología y la historia como vías de
superación. En lo que entendemos como una evolución lógica de su pensamiento en 1986 produce “El
Enfoque Geohistórico”, que asume con
“…carácter de urgencia en nuestros días, por muy variados conceptos, máxime si se quiere
con la planificación mejorar, con margen de seguridad confiable, las condiciones de vida del
espacio humanizado [lo que] no se aviene con el diseño de políticas ceñidas a esquemas
abstractos, divorciados de la especificidad del territorio respectivo”.
En conversaciones con el Profesor Tovar, que para quienes somos sus afortunados alumnos
constituyen ejercicios pedagógicos abiertos y permanentes, nos ha confesado que si estuviésemos en una
sociedad con menor presencia de la hiper especialización, como la francesa como por ejemplo,
probablemente no hubiese hecho falta avanzar la propuesta geohistórica; pero que en la nuestra, como
consecuencia del predominio de esquemas decimonónicos y de la acentuada tendencia a las tesis a
históricas, su defensa es algo inexcusable.
Corriendo el riesgo de aparecer como irreverentes al llevarle la contraria al Maestro; diremos en
primer lugar que sabemos como su afirmación está impregnada de una exagerada modestia; y en segundo
término que hemos encontrado en algunas disertaciones y no pocas publicaciones, como Corrientes
Epistemológicas, Metodología y Prácticas en Geografía de Santarelli de Serer y Campos (2002) y Marx y
el Siglo XXI de Vega Cantor (1999), suficientes elementos de juicio para reafirmarnos en la convicción de
que lo que él llama enfoque constituye una sólida proposición metodológica para la indagación y
enseñanza de las ciencias sociales en América Latina, e inclusive que estamos en presencia de una
coherente evolución de pensamiento para abordar nuestra formación económico social.
La actuación del Profesor Ramón Tovar como investigador, educador y luchador social no se detiene.
Los estudios de postgrado en las universidades Pedagógica, Santa María y del sol amada lo tienen como
su conferencista permanente; recientemente participó en el I Seminario Binacional de Geografía Social,
convocado por la Universidad del Zulia, donde reafirmó la vigencia del abordaje interdisciplinario
señalándonos que: “…urgido por la crisis epistemológica de la mitad del siglo pasado el Centro de
Investigaciones Geodidácticas consideró inaplazable definirse y optó por la alternativa geohistórica
entendiéndola como sucesora de la geografía de los orígenes”.
Así mismo las publicaciones especializadas cuentan periódicamente con sus contribuciones.
Verbigracia, los inicios de la década de los noventa vivieron, desde el Pedagógico de Maracay, el
alumbramiento del postgrado en la enseñanza de la geografía en el país; tal fasto fue celebrado por el
Maestro con la elaboración de una trilogía referida al estudio de la masificación que, más tarde, evaluó
en los siguientes términos:
“…la masificación generadora de las masas actuales [como el producto de] la dinámica
asumida por la civilización contemporánea en virtud de la nueva división del trabajo, que se
ha inscrito en nuestra sociedad con la aplicación de los logros de la revolución científico-
técnico de la cultura occidental”.
La proyección del inquiridor y el educador ha sido reconocida por propios y extraños. De esta manera
es asentado por la Universidad Pedagógica Experimental Libertador cuando le confirió el Premio a la
Labor Investigativa, ocasión en la que se publicó un folleto que resume su currículum vitae en el que se lo
caracteriza en los siguientes términos:
“…en Tovar hay aún más, al investigador se integra el docente, en simbiosis de
excelencia, para proponer métodos y prácticas que incorporen a los futuros ciudadanos del
país y del mundo en el conocimiento real de la problemática geográfica, lo que implica
orientar el proceso pedagógico hacia el desarrollo de una actitud mental que conduzca a la
reflexión crítica ante hechos concretos”.
En Sendas de la Nueva Ciencia, que ya hemos comentado, él se encarga de alinderar su tarea futura
cuando nos indica:
“Los planes de estudio, la organización en facultades, las murallas de la incomunicación,
el grado e intensidad de las investigaciones prueban nuestra debilidad con la pena que
significa la carga económico-social entre otras la formación de cuadros inoperantes”.
“Estamos obligados a crear nuestra propia ciencia. Ella debe respetar nuestra
especificidad; reconocer nuestra individualidad zonal y orientada desde las directrices que
se extraigan con nuestra ciencia social”.
Atendiendo a esa especie de bitácora podemos proclamar, con emocionada satisfacción, que tendremos
Profesor Tovar para rato. Porque los ochenta y dos años de vital tránsito que recientemente ha cumplido
no lo han alejado del ejercicio constante de su labor de pedagogo socialmente comprometido, que busca
desentrañar en nuestra raigalidad las razones para explicar y superar las contradicciones espaciales que
signan al mundo contemporáneo.
REFERENCIAS:
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