LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA
Magistrado ponente
STC13534-2016
Radicación n.º 05001-22-10-000-2016-00297-01
(Aprobado en sesión de veinte de septiembre de dos mil dieciséis)
Bogotá, D. C., veintidós (22) de septiembre de dos mil
dieciséis (2016).
Decídese la impugnación formulada frente a la
sentencia dictada el 19 de agosto de 2016 por la Sala de
Familia del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Medellín, dentro de la tutela promovida por Y. A. M. Z., en
nombre propio y en representación de su hija XXX, en
contra del Juzgado Décimo de Familia de Oralidad de la
misma ciudad, con ocasión del juicio verbal de revisión de
custodia y visitas promovido por el aquí actor, a favor de la
citada menor, respecto de Ana María Bedoya Tamayo.
1. ANTECEDENTES
1. El gestor suplica para sí y su prohijada, la
protección de las prerrogativas fundamentales al debido
proceso, igualdad e “(…) interés superior de los niños (…)”,
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presuntamente lesionadas por la autoridad judicial
convocada.
2. Sostiene, como apoyo de su reclamo, en síntesis,
lo siguiente (fls. 1 a 15, cdno. 1).
2.1. En el memorado litigio verbal, el Juzgado Décimo
de Familia de Oralidad de Medellín desestimó la pretensión
de “(…) custodia compartida (…)” promovida por el aquí
actor, manteniéndola solo para la “(…) mamá de la menor
(sic) (…)”.
2.2. Censura la determinación antelada, pues en su
opinión, el juzgador pretirió valorar el dictamen psiquiátrico
aportado con el libelo genitor, el cual daba cuenta de un
lado, del “(…) total apego afectivo de [su] hija adolescente con
su progenitor (…)” y, de otro, de la ausencia de factores de
riesgo que puedan afectar emocionalmente a la niña.
3. Suplica invalidar el proveído materia de reproche, y
en su lugar acoger su reclamo.
1.1. Respuesta del accionado
El despacho vinculado se atuvo a lo resuelto en las
presentes diligencias (fl. 33, cdno. 1).
1.2. La sentencia impugnada
Denegó la protección invocada por ausencia de
transgresión de las garantías deprecadas, tras hallar
razonable y ajustada a la normatividad aplicable al caso, la
decisión del funcionario acusado, indicando que el
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reclamante “(…) pretende revivir el debate probatorio (…)”
(fls. 36 a 41, cdno. 1).
1.3. La impugnación
La incoó el promotor realzando los argumentos del
libelo genitor (fls. 45 a 49, cdno. 1).
2. CONSIDERACIONES
1. Y. A. M. Z. cuestiona al Juez Décimo de Familia de
Oralidad de Medellín porque dentro del referenciado asunto,
negó erróneamente su pretensión de ejercer la custodia
compartida de su hija, pues soslayó, de un lado, la prueba
testimonial y científica practicada; y de otro, las
circunstancias emocionales de su descendiente.
2. No se concederá el resguardo, al observar la Corte
que el juzgador convocado analizó razonablemente la
actuación, lo cual descarta una conducta irregular producto
de su exclusiva voluntad.
En efecto, para resolver de la manera criticada, adujo
que según el informe de “(…) evaluación socio familiar (…)”
rendido por la trabajadora social asignada al despacho
querellado, “(…) los progenitores de XXX tenían diversos
conflictos que no han podido solucionarse (…)”, dificultando
que aquélla “(…) comparta techo de manera separada (…)”
con ambos padres.
Agregó que dicho contexto imposibilita acceder a la
custodia compartida exigida por el demandante, porque no
existía un nivel mínimo de comunicación y respeto de aquél
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con la señora Ana María Bedoya Tamayo. Destacó que no
había identidad entre los padres “(…) en cuanto a la forma
de educar a Waira (…)”, mientras uno es represivo, el otro
es permisivo, por tal razón, estimó que tal situación le
generaba a la niña una inestabilidad emocional, por no
tener clara la autoridad y disciplina.
Enfatizó que si bien la menor no estaba afectada
emocionalmente, al no correr peligro físico y mental junto a
sus ascendientes, quienes, a su manera, le brindan cariño y
amor, ejerciendo la función de crianza y educación, la falta
de consenso de éstos para las decisiones de crianza de XXX,
conducía a recomendarles “(…) acudir a un programa de
asesoría socio familiar, a fin de orientarlos sobre el ejercicio
de sus roles (...)”.
Así las cosas, infirió dos razones para no “(…) privar a
la madre de XXX de continuar ejerciendo los derechos de la
custodia (…)”. La primera, por tener esa condición natural
de madre, y la segunda, porque la adolescente “(…) no se
encuentra en ninguna situación irregular que pueda ser
vulneradora de sus derechos fundamentales (…)”.
3. Se descarta la posibilidad de predicar una vía de
hecho en el fallo reseñado porque, al margen del criterio
que la Corte pudiera tener1, no se advierte un proceder
arbitrario y caprichoso por parte del tutelado, por tanto, no
hay lugar a la intervención de esta particular justicia,
reservada para casos de evidente desafuero judicial.
1CSJ. STC. 17 abr. 2013, Rad. 00743-00; véase igualmente, entre otras, las sentencias de 15
de febrero de 2012, Rad. 00219-00 y 10 de mayo de 2005, Rad. 00142-00.
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No obstante, si el quejoso disiente de estas
apreciaciones, no por ello se abre camino la prosperidad del
reclamo constitucional; no es suficiente una decisión
discutible o poco convincente, sino que ésta se encuentre
afectada por defectos superlativos y carentes de
fundamento objetivo, situación que por supuesto no ocurre
en el subexámine.
Sobre el particular, esta Sala ha sostenido:
“(…) [A]l margen de que esta Corporación comparta o no, el
análisis (…) efectuado por los juzgadores accionados, el
mecanismo de amparo constitucional no está previsto para
desquiciar providencias judiciales con apoyo en la diferencia de
opinión de aquéllos a quienes fueron adversas, obrar en
contrario equivaldría al desconocimiento de los principios de
autonomía e independencia que inspiran la función pública de
administrar justicia y conllevaría a erosionar el régimen de
jurisdicción y competencias previstas en el ordenamiento
jurídico a través del ejercicio espurio de una facultad
constitucional, al que exhorta el promotor de este amparo (…)”2.
4. La sola divergencia conceptual no puede ser venero
para demandar el amparo constitucional porque la tutela no
es instrumento para definir cuál planteamiento
hermenéutico en las hipótesis de subsunción legal es el
válido, ni cuál de las inferencias valorativas de los
elementos fácticos es la más acertada o la más correcta
para dar lugar a la intervención del juez constitucional. El
resguardo previsto en la regla 86 es residual y subsidiario.
5. Por las razones anotadas, se ratificará la sentencia
examinada.
2CSJ. STC. 15 de feb. 2011, rad. 2010-01404-01, reiterado STC. 24. sep. 2013, rad. 2013-
02137-00.
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3. DECISIÓN
En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de
Justicia, en Sala de Casación Civil, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley,
RESUELVE:
PRIMERO: CONFIRMAR la sentencia de fecha,
contenido y procedencia anotada.
SEGUNDO: Comunicar telegráficamente lo resuelto
en esta providencia a los interesados y oportunamente
envíese el expediente a la Corte Constitucional para su
eventual revisión.
NOTIFÍQUESE Y CÚMPLASE
ÁLVARO FERNANDO GARCÍA RESTREPO
Presidente de Sala
MARGARITA CABELLO BLANCO
AROLDO WILSON QUIROZ MONSALVO
LUIS ALONSO RICO PUERTA
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ARIEL SALAZAR RAMÍREZ
LUIS ARMANDO TOLOSA VILLABONA