Paul Almeida Cómo estudiar los movimientos sociales Clasificación y métodos
- En aras de la claridad conceptual, los académicos encuentran útil especificar diferentes
niveles de la actividad de los movimientos sociales. En una escala creciente, dichas
actividades se ordenan de la siguiente manera: (1) formas cotidianas de resistencia, (2)
movimientos locales de base, (3) movimientos sociales nacionales, (4) olas de protesta, (5)
movimientos revolucionarios y (6) movimientos sociales trasnacionales
Formas cotidianas de resistencia
- Las formas cotidianas de resistencia son actos de disenso e incumplimiento que llevan a
cabo los individuos o los grupos pequeños contra las fuentes cercanas de injusticia. Este
nivel de microrresistencia es también conocido como “las armas de los débiles” (Scott,
1985).
- r. En líneas generales, los grupos marginados participan en microactos anónimos y
encubiertos de resistencia para evitar las represalias de sus adversarios (Scott, 1990).
- Sin embargo, para quienes estudian la escalada de la protesta, el enfoque de las
“resistencias cotidianas/armas de los débiles” se limita a los grupos subordinados que
recurren a sus escasos medios disponibles para oponer resistencia al maltrato que reciben
en diversos contextos diarios, por lo general en pequeños grupos y en el sitio de
producción. Johnston (2005; 2011) sostiene que es necesario especificar un enlace micro-
macro más amplio a fin de comprender los mecanismos a través de los cuales la
resistencia cotidiana escala hasta devenir en un movimiento local de bases. Scott (1985, p.
273) alude a un enlace micro-macro en los siguientes términos: Tales formas de resistencia
son las estrategias diarias, continuas y casi permanentes de las clases rurales subordinadas
que viven en circunstancias difíciles. En momentos de crisis, o bien de cambios políticos
trascendentales, es posible que aquellas se vean complementadas con otras formas de
lucha que resultan más oportunas. […] Son el obstinado basamento sobre el que pueden
crecer otras formas de resistencia
- En resumen, las formas cotidianas de resistencia proveen una comprensión a nivel micro
de la acción colectiva, especialmente en situaciones extremas de opresión y explotación
Movimientos locales de base
- Los movimientos locales de base luchan a nivel local o regional por objetivos limitados y
específicos (como la contaminación local o la sindicalización de una fábrica) y suelen
contar con una provisión restringida de recursos organizacionales internos.
- Los movimientos locales obtienen respaldo en su mayor parte de voluntarios individuales
que viven en comunidades cercanas. En muchos casos, el logro de las metas propuestas
depende en gran medida de la capacidad del movimiento local para forjar alianzas con
otros grupos, sobre todo con movimientos sociales más grandes (Almeida y Stearns,
1998).
- El rasgo que define a estos movimientos es su carácter de lucha local enfocada en
problemas locales, con una membresía voluntaria que deriva de comunidades cercanas.
Los movimientos locales de base también suelen autodenominarse con referencia a su
localidad o región,
Movimientos sociales nacionales
- Los movimientos sociales nacionales representan luchas amplias (extendidas a gran parte
del territorio nacional) que involucran a organizaciones formales o federaciones de redes
con afiliaciones laxas (Tarrow, 2011). Los movimientos sociales nacionales poseen recursos
internos y una amplia gama de metas dirigidas a la reforma política, así como al cambio de
actitudes públicas. De acuerdo con Tilly (1984), el movimiento social nacional surgió en
concomitancia con la expansión de los sistemas políticos representativos en Europa
occidental a mediados del siglo XIX. La expansión geográfica y las crecientes tareas
administrativas convirtieron al Estado en principal lugar adonde debían dirigirse los grupos
para presentar reclamos y denunciar Los movimientos sociales nacionales representan
luchas amplias (extendidas a gran parte del territorio nacional) que involucran a
organizaciones formales o federaciones de redes con afiliaciones laxas (Tarrow, 2011). Los
movimientos sociales nacionales poseen recursos internos y una amplia gama de metas
dirigidas a la reforma política, así como al cambio de actitudes públicas. De acuerdo con
Tilly (1984), el movimiento social nacional surgió en concomitancia con la expansión de los
sistemas políticos representativos en Europa occidental a mediados del siglo XIX. La
expansión geográfica y las crecientes tareas administrativas convirtieron al Estado en
principal lugar adonde debían dirigirse los grupos para presentar reclamos y denunciar
- El movimiento social nacional es la forma más analizada y estudiada por los
investigadores. Sus ejemplos incluyen el movimiento por los derechos civiles, el
movimiento de las mujeres, el movimiento ambientalista, el movimiento LGBTQ, el
movimiento obrero y el movimiento por los derechos de los discapacitados, entre muchos
otros. El siglo XXI presenció el ascenso de varios otros movimientos sociales nacionales,
como el movimiento por los derechos de los inmigrantes. El éxito de los movimientos
sociales nacionales en la concreción de sus metas más importantes acarrea cambios
sociales de gran envergadura. Estos resultados positivos pueden incluir la extensión del
derecho al voto y a la ciudadanía, el acceso a la salud, la seguridad del empleo y la
creación de leyes que protejan a grupos vulnerables, por citar unos pocos ejemplos.
- Los movimientos sociales nacionales de larga duración suelen movilizarse en forma de
campañas. Los grandes movimientos que perduran a lo largo de décadas, e incluso de
siglos, tienden a oscilar entre períodos de fuerte actividad y relativa quietud. El período de
quietud –o “suspensión”– puede ser importante para reconstruir el movimiento en
entornos hostiles y prepararlo para la próxima ronda de movilizaciones (Taylor, 1989).
Cuando los movimientos nacionales de larga data y gran envergadura comienzan a
reactivarse, sus movilizaciones suelen adoptar la forma de una campaña enfocada en
determinados problemas o metas.
Olas de protesta
- Las olas de protesta tienen lugar cuando múltiples movimientos sociales o grupos sociales
participan en constelaciones de protestas sostenidas en el tiempo y extendidas en el
espacio (por ejemplo, a escala nacional) (Tarrow, 1989; 2011; Almeida, 2008a y 2011 Della
Porta, 2013). En las olas de protesta participan muchos sectores de la sociedad (como los
estudiantes, los empleados públicos, los obreros industriales y los trabajadores rurales),
con tácticas cada vez más confrontativas. Cabe decir, entonces, que las olas de protesta
expanden rápidamente la acción de los movimientos sociales en escala geográfica,
diversidad de grupos participantes y cantidad de actividades disruptivas.
- El principal investigador de este tema, Sidney Tarrow (1989; 2011), sostiene que las olas
de protesta siguen un patrón parabólico. En otras palabras, hay una apertura de
instituciones políticas y una expansión de recursos que fomentan las protestas de uno o
unos pocos movimientos sociales (como los movimientos estudiantiles de las
universidades), para después extenderse rápidamente a otros grupos (como los obreros
industriales, la iglesia y los empleados públicos) mediante el suministro de nuevas
oportunidades para la acción, aparejado al hincapié en la vulnerabilidad de ciertos
organismos económicos y estatales. La escala de la protesta alcanza su punto máximo con
la renovación de los marcos interpretativos, las innovaciones tácticas y la difusión a grupos
adicionales. Con el tiempo, la protesta termina por amainar bajo una mezcla de
institucionalización, reforma gubernamental, represión estatal y agotamiento de los
participantes. Estas etapas representan el “ciclo” de una ola de protesta.
- Los investigadores de la acción colectiva han reconocido las múltiples trayectorias que
pueden seguir los ciclos de protesta. La dirección de estas trayectorias depende de los
contextos políticos particulares (o el grado de democratización), de la interacción entre los
movimientos y el Estado, y de los movimientos rivales. Tarrow (2018) considera que
Estados Unidos ingresó en un ciclo de disenso (es decir, en una ola de protesta) desde
fines de 2016, con el ascenso del trumpismo y los múltiples movimientos que constituyen
la “resistencia”, incluido el grupo activista Indivisible, con casi seis mil sedes locales en
todo el país (Brooker, 2018).
- Una de las cuestiones más fascinantes para los estudiosos de la acción colectiva gira en
torno a la posibilidad de que, bajo circunstancias especiales, una ola de protestas escale o
se radicalice hasta convertirse en un movimiento revolucionario (Brockett, 2005; Almeida,
2008ay 2011). Las recientes oleadas de la “primavera árabe” en Libia, Siria y Yemen, que
se radicalizaron hasta el punto de la movilización revolucionaria y la guerra civil, dan
crédito a esta perspectiva (Alimi, 2016).
Movimientos revolucionarios
- La meta primordial de los movimientos revolucionarios es la caída del régimen político e
instituciones gubernamentales vigentes (Goodwin, 2001; Goldstone, 2014). Sus
participantes no consideran siquiera la posibilidad de reclamar nuevas políticas o
mantener los beneficios existentes. Por el contrario, apuntan a sustituir de raíz el sistema
de gobierno junto con la totalidad de sus prácticas. Los movimientos revolucionarios
suelen emerger de la interacción entre actividades de un movimiento (o movimientos) y
un Estado represivo e ilegítimo (Goldstone, 1998; Almeida, 2003 y 2007a). Esta interacción
dinámica conduce a la formación de coaliciones opositoras interclasistas (Foran, 2005).
- El académico de la revolución tercermundista John Foran (2005) lleva este debate aún más
lejos cuando sostiene que las revoluciones también pueden ocurrir por medio de
elecciones democráticas. Si un partido político llega al poder por vía de las urnas, e
introduce de inmediato cambios estructurales, como la redistribución de la tierra y la
nacionalización de recursos naturales e industrias cruciales, Foran clasifica ese proceso
como una revolución. Como ejemplos, el autor cita la llegada de Allende a la presidencia
de Chile en 1970, así como la victoria de Hugo Chávez en la Venezuela de 1999. Los
triunfos electorales de Evo Morales en Bolivia (2006) y de Rafael Correa en Ecuador (2007)
también se condicen a grandes rasgos con este modelo.
- Los movimientos locales de base confrontan a las élites al nivel de los pueblos, ciudades y
condados. Los movimientos locales rara vez atraen la atención de las autoridades
nacionales. Solo los movimientos sociales de alcance nacional comienzan a atraer la
atención del poder central, porque se organizan a una escala mucho más amplia, y
apuntan al Estado o a las grandes instituciones como blanco de sus demandas. Las
democracias estables (donde se celebran elecciones regulares competitivas entre partidos
políticos) normalmente están en condiciones de tolerar actividades de movimientos
sociales nacionales sin mayores crisis políticas. Los regímenes no democráticos tienden a
sentirse amenazados por los movimientos sociales nacionales, por lo cual actúan para
suprimirlos por vía de diversas estrategias, desde la represión salvaje hasta la cooptación
Movimientos sociales trasnacionales
- Por último, hay actividades de movimientos sociales que operan a nivel internacional. Los
movimientos sociales trasnacionales se movilizan en al menos dos naciones y, a menudo,
en varias decenas más. Mientras que los movimientos revolucionarios pueden clasificarse
como la forma más intensiva de movilización, los movimientos trasnacionales son su
forma más extensiva
- Pg 64 cuadro resumen de movimientos sociales
Métodos y herramientas de investigación
Entrevistas
- El protocolo de entrevista se basa en la comprensión del movimiento que tiene el
investigador, así como en las teorías prevalentes de los movimientos sociales que guían las
explicaciones causales del área en cuestión. Entrevistar es una destreza. Algunas de las
mejores entrevistas deben sus buenos resultados a la flexibilización del protocolo, así
como al seguimiento de respuestas intrigantes, con información previamente desconocida
sobre la dinámica del movimiento. L
Observación
- Otra estrategia fundamental de los investigadores es la observación de los movimientos
sociales en el terreno
Encuestas
Archivos y datos secundarios
- Los investigadores de los movimientos sociales también basan sus análisis en archivos
históricos y datos secundarios. Los archivos históricos sirven para reconstruir movimientos
del pasado, ya sean de hace décadas o de hace siglos. Ho-fung Hung (2011) usó archivos
chinos de varios siglos para demostrar cómo cambiaron las formas de protesta en China
entre diferentes dinastías, desde las protestas que se dirigían a las autoridades locales
hasta las que involucraban viajes a capitales regionales para entregar peticiones. Los
archivos históricos pueden incluir diversos registros escritos sobre actividades de
movimientos, desde documentos policiales, recortes de periódicos, propaganda y
gacetillas de movimientos, hasta diarios de sus líderes y participantes
Análisis de las protestas
- Un método prominente en los estudios de los movimientos sociales es el análisis de los
eventos de protesta. Esta técnica involucra el conteo sistemático de las protestas y la
clasificación de sus formas (por ejemplo, convencionales, disruptivas, violentas). El análisis
de las protestas es una variante metodológica del análisis de contenidos (Rucht et al.,
1999; Koopmans, 2002); es un análisis de contenidos textuales (Hutter, 2014) que
suministra información sobre la “acción colectiva distintiva en pos de una meta explícita
mediante el uso de medios confrontativos, disruptivos, o incluso violentos” (Rucht y
Ohlemacher, 1992, p. 77). Los analistas de protestas dividen el proceso en dos etapas. La
primera involucra la selección de artículos publicados en una o varias fuentes noticiosas,
como los que se archivan digitalmente en las bases de datos LexisNexis Academic Universe
y NewsBank.8 La segunda etapa consiste en codificar y analizar el contenido de esos
artículos de acuerdo con un protocolo diseñado de antemano. El protocolo de codificación
distingue los diversos tipos de protesta en función del tiempo, la frecuencia, los grupos
participantes, los objetivos de los reclamos populares (es decir, los destinatarios o blancos
de la protesta) y la ubicación geográfica
- Los periódicos son una de las fuentes informativas más utilizadas en el análisis de la
protesta. Los periódicos tienen tres propiedades que los dotan de un atractivo especial
para los investigadores de los movimientos sociales: (1) continuidad, (2) amplia cobertura,
(3) fiabilidad (Koopmans, 1999). La continuidad de los periódicos se refiere a la extensión
de su cobertura durante períodos prolongados. Según el periódico de que se trate, la
cobertura puede extenderse a lo largo de décadas, o incluso hasta más de un siglo, en
casos como el del New York Times y el London Times. Ello implica la posibilidad de
documentar el ascenso y la caída de un movimiento social a lo largo del tiempo, mediante
la cuantificación y la medición de los eventos de protesta
- Combinando las propiedades de continuidad y amplia cobertura, un estudiante de los
movimientos sociales puede demostrar el estallido de una ola de protesta mediante la
documentación de un período exacerbado de actividades impulsadas por múltiples
grupos. Por último, los periódicos ofrecen cierto nivel de fiabilidad y estandarización, en la
medida en que publican reiteradamente el mismo tipo de artículos para informar sobre el
mismo tipo de eventos. Pese a todas sus deficiencias, los periódicos, en comparación con
la mayoría de sus alternativas, siguen siendo las fuentes más confiables, duraderas y
consistentes para estudiar las protestas a lo largo de períodos prolongados y en múltiples
regiones geográficas.
- Los periódicos también adolecen de tres sesgos cruciales, que los investigadores deben
tomar en cuenta: (1) la intensidad, (2) la proximidad y (3) la ideología (Koopmans, 1999). El
sesgo de intensidad se relaciona con la magnitud de una protesta. Los periódicos y los
reporteros son más propensos a cubrir protestas multitudinarias, violentas o disruptivas, o
bien aquellas que involucran arrestos u otras acciones policiales. La proximidad se
relaciona con las protestas que son geográficamente cercanas a la sede de un periódico
importante o al lugar donde trabaja un corresponsal. De aquí se deduce que los
movimientos sociales de las ciudades reciben mayor cobertura que los de las zonas
rurales. Los periódicos también se caracterizan por mantener un sesgo ideológico, que
depende de los propietarios y la dirección editorial. Desde este punto de vista, los
periódicos conservadores serían más propensos a cubrir movimientos conservadores,
como los anti-inmigrantes, los antiabortistas y las movilizaciones de la derecha cristiana.
Los periódicos progresistas, en cambio, se inclinarían por los movimientos más afines a la
izquierda, como el sindicalismo y el ambientalismo. Además, los periódicos son una mejor
fuente de datos “duros” que de datos “blandos” (Earl et al., 2004). Los datos duros
incluyen el lugar donde ocurrió la protesta, la cantidad de participantes y el tipo de acción
elegida (el dónde, el quién y el qué de la protesta). Los periódicos tienden a ser bastante
deficientes en lo que concierne a informar sobre los aspectos “blandos” de los
movimientos, como las motivaciones, los “marcos” y las ideologías de los participantes. Es
ahí donde las entrevistas y la observación complementan la información de los periódicos:
una estrategia de investigación conocida como “triangulación”
Métodos mixtos
- Si bien los métodos presentados en la sección anterior se cuentan entre los de uso más
común en los estudios sobre movimientos sociales, los autores de proyectos más extensos
–como disertaciones, manuscritos de libros o publicaciones múltiples– suelen inclinarse
por el empleo de “métodos mixtos” o combinados. Este enfoque metodológico se conoce
como “triangulación” (Snow y Trom, 2002). Según Ayoub et al. (2014, p. 71), “la
triangulación ofrece beneficios cruciales en la medida en que las lógicas de los distintos
métodos se entienden como mutuamente complementarias en lugar de sustitutivas”.
- De ahí que, a fin de comprender mejor la dinámica social en sus múltiples dimensiones
(como los tipos de agravios y la magnitud de la movilización), los investigadores empleen
métodos múltiples en el mismo estudio, como la combinación de entrevistas con análisis
de eventos de protesta (Almeida, 2008a y 2011; 2016a)
Resumen