Cuestiones de Responsabilidad Entre Dispositivo Penal - Máximo Sozzo
Cuestiones de Responsabilidad Entre Dispositivo Penal - Máximo Sozzo
sociedad
Revista de Ciencias Sociales
A manera de epílogo.
Cuestiones de responsabili-
dad entre dispositivo penal
y dispositivo psiquiátrico.
Materiales para el debate desde
Argentina.
Máximo Sozzo
(UNL/UBA).
(1978, 1990), en las transformaciones in- En todos estos casos judiciales, los mé-
ternas del dispositivo psiquiátrico en el mar- dicos mentales como médicos especialis-
co del auge de la disciplina como tecnolo- tas intervinieron en el debate para determi-
gía de poder en la sociedad moderna. Para nar los motivos del delito, con las herra-
el dispositivo psiquiátrico constituyó una mientas del código teórico renovado del
invención conceptual que permitió alentar alienismo, introduciendo las nociones de
la extensión del umbral del ejercicio del monomanía, locura moral o degeneración
saber-poder por parte de su cuerpo profe- e iniciando "desde abajo" el proceso de
sional (el alienista, el médico mental), fue- medicalización del delito y de patologización
ra de los muros del asilo hacia las aulas de del delincuente -sobre la base de la me-
los tribunales y, más allá, hacia diferentes dicalización previa de la locura y de la pa-
espacios sociales. Decía Esquirol al respec- tologización previa del loco. Esta transfor-
to: "La locura es producto de la sociedad y mación produjo, como resultado principal,
de sus influencias intelectuales y morales" la constitución histórica del "loco-delincuen-
(cit. por Castel, 1980, p. 126) y esta afir- te" como subjetividad doblemente diferen-
mación etiológica encerraba un programa ciada: por un lado, del loco y, por el otro, del
de acción. La medicina mental se construía criminal; y como resultado accesorio, la cons-
como medicina social, ya no se planteaba titución histórica del "perito" como profe-
como objeto sólo el cuerpo individual apre- sional, a mitad de camino entre la medicina
sado en el asilo, sino también el cuerpo so- y el derecho, personificación por definición
cial, no como metáfora sino como realidad del campo de la "medicina legal".
biológica objeto de intervención. (para los A partir de estos hitos en los que el te-
diversos pasos en este movimiento del cuer- mor traicionaba a la piedad rompiendo el
po individual al cuerpo social, ver Castel, equilibrio distante de ambos, propio de las
1980; Foucault, 1990). sensibilidades colectivas occidentales frente
La materialización del ensanchamiento a la locura, se hacía cada vez más probable
de la esfera de la irresponsabilidad penal de que una persona acusada de un delito fuera
los locos-delincuentes se dio, tanto en Euro- considerado loco -aún cuando su locura no
pa Continental y el mundo anglosajón como se manifestase a través de signos exterio-
en Argentina, a partir de determinados "ca- res claramente visibles- y, por ende, fuera
sos difíciles": crímenes graves, que nacen de declarado irresponsable penalmente y
un "grado cero de locura visible", crímenes sobreseido o absuelto. El área de la rela-
de familia y de vecindad que atacan las rela- ción locura y crimen fue creciendo cons-
ciones más sagradas y naturales, "crímenes tante e incesantemente, teórica y práctica-
contra natura", monstruosidades de la sinra- mente, no sin conflictos mas o menos cruen-
zón. (Foucault, 1978). En Francia los casos tos y más o menos extensos, entre los cuer-
Papavoine, Cornier, Riviere (Foucault, 1976, pos profesionales involucrados (jueces, fis-
1978, 1989; Castel, 1976 y 1980); en Espa- cales y defensores vs. médicos mentales).
ña, los casos Fiel, Garayo (el "sacamante- El nacimiento de la criminología posi-
cas"), el cura Galeote (Alvarez Uria, 1983; tivista constituyó un momento central en
Peset, 1983; Gonzalez y Gonzalez, 1994); esta historia -sobretodo en Argentina, pero
en Inglaterra, el caso McNaughten (Selmini, también en los otros horizontes culturales,
1998); en Argentina, los casos Vivado, a excepción del contexto inglés-, pues sig-
Castruccio, Santos Godino (Marí, 1982; nificó la instancia más avanzada de la
Vezzetti, 1985; Ruibal, 1996). medicalización del delito en el campo del
166 Máximo Sozzo
propone por objeto, asegurar, tranquilizar, nes especiales de asilos y luego, en la Re-
dar a la sociedad garantías posibles contra vista Médico Quirúrgica en 1883 afirman-
la repetición, no de delitos sino de desgra- do un criterio terapéutico en esta lógica de
cias... Contra las tormentas se levantan pa- la discriminación -esta importancia para los
rarrayos" (Pacheco, 1848, p. 146 -las cur- médicos del destino institucional del irres-
sivas son mías). ponsable por locura también se registra tam-
Estos dos ejemplos, el Código Penal bién en el caso francés y español (Cfr.
español de 1848 y el Proyecto de Código Castel, 1976; Alvarez Uría, 1983). Sin em-
Penal argentino de 1868 ilustran la "pLej. bargo, un poco inexplicablemente la Ley
historia" de la responsabilización objetiva 1920 que sancionó el Código Penal en
TeT YffeTire-Mitéhiplábáñ 1886, como veíamos más arriba, en base al
- proyecto de 1868, borró la referencia de
1aexrsierciá7é úrirEase5úTif
para aquel que• era declarado irresponsable Tejedor que permitía la internación del
penalmente por locura (o situaciones aná- loco-delincuente en una institución total o
l-ogás), pese a no resolver acabadamente en su custodia familiar.
e p no conceptua as • ases que justi ica- Ahora bien, ¿qué sucedía con las per-
ban la misma en el contexto de la raciona- sonas que eran definidas como locos-de-
lidad y programa político sobre la cuestión lincuentes? El sobreseimiento o la absolu-
— ción. Pero existía un plus en las prácticas
criminal propia del clasicismo. Justamen-
te, la nueva racionalidad y programa polí- penales, que escapaba a los alcances de los
tico sobre la cuestión crimaaLcleda_segun- textos normativos y por eso mismo sólo se
da mitad del siglo XIX, la criminología articulaba en ciertos casos, era ocasional e
positivista, problematizó este vacío concep- incierto: la internación en instituciones to-
tual y generó fundácioiles más sólida_s_aa2_ tales (Hospitales, Hospicios, Asilos de
Ti existencia de esta consecuencia jurídica Mendigos, Conventos, etc.). Esta interna-
a partir de la ob'etivación de la idea de res- ción era , en ciertos casos, consecuencia
ponsabilidad vía la introducción de la no- directa del accionar del juez penal. En otros
clon e peh rosidad o temibilidad. casos, la iniciativa era el fruto de negocia-
En Argentina ya en 1879, Julián Fernán- ciones con el poder familiar -en el caso de
dez desde el discurso médico sostenía la las familias acomodadas- o, en la mayor
necesidad de la internación en una institu- parte de los casos, cuando las familias eran
ción total del loco-delincuente: "...la me- pobres, con el poder asistencial de las so-
dicina legal arranca muchos supuestos cri- ciedades filantrópicas y las órdenes religio-
minales del rigor de la ley para aconsejar sas, primero o, después, con el poder ad-
su encierro en asilos de observación, por- ministrador. Se creaban por debajo de los
que para ella no son sino enfermos desgra- textos normativos unas prácticas penales
ciados... dañosos a la sociedad en que vi- que eran extralegales, pero no por ello de-
ven". (cit. por Vezzeti, 1985). En el mismo jaban de ser judiciales e implicaban tam-
sentido, se dirigía el primer proyecto de ley bién unas vinculaciones con otros poderes
sobre alienados elaborado por Emilio Coni estatales e instituciones de la sociedad ci-
en 1879. La misma idea era defendida por vil.
Melendez en el caso Vivado en 1877, justi- La regularidad de estas prácticas judi-
ficando la separación de los locos-delin- ciales era relativa. Una cuota de formali-
cuentes, tanto de los locos como de los de- dad podría haber sido aportada por el Có-
lincuentes, en asilos especiales o pabello- digo Civil sancionado en 1869 y puesto en
170 Máximo Sozzo
En 1916 Rodolfo Moreno alentó el de- es objeto de castigo, pero su acto autoriza
bate del proyecto de Código Penal de 1906, medidas especiales a su respecto. El crite-
logrando en 1917 obtener un despacho de rio expiatorio infiltrado en las legislacio-
la Comisión de Legislación Penal y nes antiguas desaparece para dar paso al
Carcelaria de la Cámara de Diputados de criterio social, según el cual todos los indi-
la Nación. La Cámara de Senadores de la viduos son imputables, imponiéndose su
Nación lo trató en 1919 y es aprobado por responsabilidad y señalándose las excep-
la Cámara de Diputados en 1921, sancio- ciones." (Moreno, 1922, p. 240).
nándolo, para que sea promulgado como Aunque no se establece explícitamente
Ley 11729 el 29 de abril de 1922. la necesidad de que se trate de un manico-
El Código Penal -actualmente vigente- mio criminal o de una sección especial de
trata el tema de la relación entre locura y cri- un manicomio común, este era el "espíri-
men en su Artículo 34 Inciso 1 establecien- tu" del legislador, como claramente lo ex-
do la inimputabilidad del que "no haya po- presaba el mismo Moreno: "La reclusión
2k, dido en el momento del hecho, ya sea por en establecimientos especiales si bien pue-
insuficiencia de sus facultades, por alteracio- de mirarse como una novedad en los códi-
nes morbosas de las mismas o por su estado gos, no lo es en la teoría científica ni en la
de inconsciencia, error o ignorancia de he- práctica de las naciones. Desde mucho
cho no imputable, comprender la criminali- tiempo la doctrina ha venido poco a poco
dad del acto o dirigir sus acciones". Cuando uniformándose sobre las ventajas de sepa-
el inimputable sea un "enajenado", "el tribu- rar a los locos delincuentes de los locos co-
nal podrá ordenar la reclusión del agente en munes y secuestrar a aquellos en manico-
un manicomio, del glle no saldrá sino por mios criminales: hoy la opinión está hecha
resolución judicial, con audiencia del ministe- y resuelta favorablemente la cuestión. Es-
rio publico y previo dictamen de peritos que tos manicomios existen y funcionan en va-
declaren desaparecido el peligro de que el rias partes, como en Irlanda, Inglaterra y
--
enfermo se dañe a sí mismo o a los demás". Escocia, en Pennsylvania y en Nueva York;
Se rece en este te2(1ón9rmatizo hay países en dónde a falta de ellos se des-
las idea5sle ya se manifestaban en las tinan, en los manicomios comunes o en las
ticas de la intersección entre dispositivo cárceles, departamentos especiales y sepa-
penal y dispositivo psiquiátrico. Decía , -el
rados para los locos delincuentes; así suce-
mismo Moreno al respecto: "Se trataría de de en algunos puntos de Alemania, Italia,
un loco peligroso, cuyo peligro habría sido etc." (Moreno, 1922, p. 231-2). "Por otra
revelado por la realización de un hecho parte, en virtud de un sentimiento no in-
punible, que podría repetirse y producir fundado, se estima de diverso modo a los
nuevos trastornos y nuevos daños". (More- locos ordinarios y a los locos delincuentes,
no, 1922, p. 229) "La persona, en el con- en los primeros se ve simplemente a des-
cepto científico, puede no ser responsable graciados, en los segundos se ve algo más:
y ser, sin embargo, objeto de medidas se ve también individuos que han ofendido
precaucionales. Así, el que realiza el hecho a la sociedad, y no es posible contener un
en estado de enajenación mental, debe ser movimiento de desconsideración, de repul-
absuelto por ausencia de discernimiento, sión, a veces, hacia ellos. La necesidad de
pero debe ser sometido a una reclusión que no herir ese sentimiento, particularmente,
le impida causarse daño a sí mismo o pro- en las familias de los locos ordinarios, es
ducirlo a los demás. No es responsable, no otra razón en pro de los manicomios crimi-
A manera de epilogo. Cuestiones de responsabilidad entre dispositivo penal... 173
internación en las instituciones totales y al señala Selmini (en este dossier), estas ten-
uso de los fármacos como herramientas de dencias responsabilizantes han sido de dos
cronificación, a las lesiones de los derechos signos contrarios: a) una tendencia "pro-
fundamentales de las personas internadas, gresista" y b) una tendencia "represiva o
etc. En esta tendencia se encuentra explíci- punitiva". La primera se desarrolló funda-
tamente una jerarquización de la finalidad mentalmente en Italia (y en menor medida
de la corrección/curación/readaptación/ en Francia) y la segunda, fundamentalmente
resocialización/reinserción, por sobre la fi- en EEUU y Gran Bretaña.
nalidad de la defensa social entendida como La tendencia responsabilizante progre-
neutralización/incapacitación. sista en Italia, como señalan Selmini, Pitch
Los éxitos de esta tendencia fueron mas y Pavarini-Betti (en este dossier), tuvo su
bien modestos y temporales y más que po- origen -paradójico- en el proceso de des-
ner verdaderamente en cuestión el núcleo institucionalización o desmanicomializa-
duro de la intersección entre dispositivo pe- ción que se desarrolló durante la década del
nal y dispositivo psiquiátrico tal como se 70, que fue, sin dudas, el más radicalizado
había configurado en el cambio de siglo -la de los que se produjeron en Europa Conti-
continuidad de la internación manicomial nental y el mundo anglosajón (abandono
de los locos-delincuentes- generaron medi- de la psiquiatría tradicional, abolición del
das alternativas que se dispusieron en un manicomio, reconocimiento de la cura co-
"continuum correccional-custodial" (Co- mo un derecho y postulación de la libertad
hen, 1988; Pavarini, 1994), a través de una y el consentimiento del paciente como in-
lógica de la bifurcación entre dos polos: un dispensable, creación de una red de servi-
sector "hard" (institución total: neutraliza- cios sanitarios territorializados) y que trajo
ción/incapacitación) y un sector "soft" (tra- aparejada una crisis de legitimidad de la pe-
tamiento en la comunidad: corrección/cu- ricia psiquiátrica y de la medida de seguri-
ración/readaptación/resocialización/rein- dad de internación del loco-delincuente en
serción), que se apoyaban recíprocamente los Hospitales Psiquiátricos Judiciales.
uno sobre otro y permitían la producción de En la búsqueda de la liberación de la
remedios intermedios a través de sus nego- psiquiatría de su mandato de control social
ciaciones continuas -y con otras institucio- se pretendía realizar la ruptura del compro-
nes estatales (por ejemplo, los servicios so- miso de la psiquiatría con la justicia penal,
ciales). Este tipo de resultados también en para que pueda constituirse como discipli-
parte se produjo como consecuencia de los na enteramente sanitaria y pueda reivindi-
procesos de desinstitucionalización o car para sí su vocación terapéutica. Se de-
desmanicomialización en Francia e Italia, nunciaba entonces al juicio de inimputa-
aunque en estos dos horizontes culturales el bilidad como una injusticia social, terreno
impacto sobre la relación locura y crimen fue de estigmatización y ejercicio de la arbi-
menor que en el contexto anglosajón. trariedad contra aquellos que detentaban un
En estos horizontes culturales a partir status socioeconómico bajo y a la interna-
de los años 60 se comenzaron a generar ten- ción en el Hospital Psiquiátrico Judicial
dencias inversas de transformación hacia la como mas lesiva que la pena para los dere-
responsabilización objetiva explícita de los chos humanos de las personas privadas de
locos-delincuentes a través de la reforma su libertad, pues no había posibilidad de
legislativa -que son analizadas en los tres gozar de los "beneficios penitenciarios", las
textos que integran este dossier. Como bien condiciones de vida en dichas institucio-
A manera de epílogo. Cuestiones de responsabilidad entre dispositivo penal... 175
nes totales eran aún peores que aquellas de torias" (Garland, 1996, 0 Malley, 1999) que
las prisiones, la duración de la internación navegan entre estrategias nostálgicas o de
era ilimitada, etc. La propuesta legislativa "negación histérica", que consisten en vie-
que plasmó esta tendencia responsabilizante jas medidas que en el pasado han demos-
progresista en Italia, planteaba la abolición trado su ineficacia, basadas en una "crimi-
de la inimputabilidad por locura, de la pe- nología del otro" (aumento de las penas,
ricia psiquiátrica y del Hospital Psiquiátri- pena de muerte, incapacitación, retribución,
co Judicial, equiparando a los locos-delin- etc.) y estrategias adaptativas o innovadoras
cuentes a los otros imputados y, por ende, que consisten en nuevas medidas basadas
haciéndolos merecedores del castigo legal en una "criminología del sí mismo" (el pre-
vía una responsabilización objetiva explí- so como "empresario de su vida cotidia-
cita (ver al análisis critico de Pavarini-Betti, na", prevención situacional, prevención co-
Pitch y Selmini en este dossier). munitaria, etc.) (Garland, 1996, 1997 y
La tendencia responsabilizante puniti- 1999; O`Malley, 1999). Estos desarrollos
va o represiva, en cambio, se plasmó en mas bien bipolares de la política de control
forma más compleja en cuanto al tipo de del delito en el marco de la hegemonía de
propuestas legislativas generadas y a las la Nueva Derecha deben relacionarse con
medidas efectivamente adoptadas (ver al las dos racionalidades gubernamentales más
respecto Selmini, en este dossier y, mas amplias que se reúnen en esta "alianza pa-
ampliamente, Selmini, 1998) y se originó radójica", en torno a determinados progra-
en razones completamente diversas, pero mas políticos concretos (el reaganismo, el
siempre en la misma dirección de una thatcherismo): el neoconservadurismo y el
responsabilización objetiva explícita del neoliberalismo.
loco-delincuente. Esta segunda tendencia La contradicción entre las estrategias
responsabilizante se desarrolló en EEUU y nostálgicas o de negación histérica y las
Gran Bretaña frente al surgimiento de una estrategias innovadoras o adaptativas no
difundida alarma social en torno a deter- evidencian una debilidad de las políticas de
minados casos de locos-delincuentes. En control del delito de la Nueva Derecha, sino,
parte esta tendencia se vincula, como la ten- precisamente, su fuerza, ya que les permi-
dencia responsabilizante progresista, a los te ante determinadas contingencias políti-
procesos de desinstitucionalización o cas responder en forma volátil, mantenien-
desmanicomialización que transformaron do la unión en función de bases sólidas: la
los dispositivos psiquiátricos desde la dé- agresiva defensa de la economía capitalista
cada del 50, pero mientras aquella se pre- y la critica feroz del welfarismo como ra-
senta como continuación de estos en lo que cionalidad gubernamental.
se refiere a la relación entre locura y cri- La tendencia hacia la responsabilización
men, la tendencia responsabilizante en sen- objetiva explícita del loco-delincuente en
tido represivo o punitivo puede leerse como el contexto anglosajón debe leerse como
una respuesta negativa frente a los efectos una consecuencia directa de los desarrollos
de estos procesos hacia la desresponsabili- en materia de política criminal que respon-
zación objetiva de los locos-delincuentes. den a la instalación de la Nueva Derecha y,
Sin embargo, para comprenderla acaba- fundamentalmente, del neoconservaduris-
damente, debe ubicarse en el contexto del mo. En la construcción de un vocabulario
auge de la Nueva Derecha y sus políticas de la culpa y el castigo típico de las "cam-
de control del delito "volátiles y contradic- pañas de ley y orden" o "cruzadas mora-
176 Máximo Sozzo
les" dedos neoconservadores, la idea de "ha- </ En la Argentina los parámetros de re-
cer que el delincuente pague su crimen" re- gulación de la relación entre locura y cri-
sulta central. El criminal es claramente un men fijados en la década del 20 se mantu-
"otro", un "monstruo", esencialmente dis- vieron sin modificaciones en la cómoda
tinto de las personas honestas que confor- combinación de desresponsabilización sub-
man las colectividades tradicionales -la na- jetiva explícita y responsabilización obje-
ción, la comunidad, la familia- (Garland, tiva implícita del loco-delincuente.
1996 y 1999; O WIalley, 1999) que debe ser
hecho responsable de su acción, sin eximen-
tes ni atenuantes, no importa si se trata de responsabilizadoras" , pero que en este caso operan
menores o locos y aun cuando no se asuma la devolución del Estado a la sociedad civil (Garland,
ni resuelva la contradicción conceptual que 1996; O`Malley, 1996; Crawford, 1998). Parten de la
base de una idea del delincuente como aquel que como
este tipo de posiciones supone en el con-
todos nosotros realiza sus acciones en base a un cal-
texto del "modernismo penal" (Garland, culo que busca maximizar beneficios y asumen que
1990).' el delito es un riesgo típico de la vida cotidiana —lo
que Garland llama "criminologías de la vida cotidia-
na" (Garland, 1996)- por lo que todos debemos ser
responsables de saberlo calcular y evaluar, para pre-
'Es interesante observar que en la otra cara de la Nueva venirlo o evitarlo a través de nuestras acciones con-
Derecha, el neoliberalismo, también aparecen como cretas — prevención situacional, prevención comuni-
estrategias innovativas o adaptativas, "estrategias taria, etc.
A manera de epílogo. Cuestiones de responsabilidad entre dispositivo penal... 177
cados. Sin embargo, pienso que puede po- sabilidad individual y de la responsabili-
seer mayor potencial explicativo, la explo- dad institucional/social se encuentran
ración del carácter "adaptativo" y "no- indisolublemente unidas.
adoptativo" de toda importación de discur- El nacimiento de la intersección entre
sos y prácticas de control social, tal como dispositivo psiquiátrico y dispositivo penal
ha sido puesto de manifiesto en torno a implicó la construcción de un conjunto de
América Latina en el siglo XIX por competencias profesionales -el juez penal
Salvatore-Aguirre (1996), que lleva nece- que debía juzgar, el médico legal o perito
sariamente a introducirnos en la especifi- que debía auxiliar en la tarea de juzgar a
cidad de las racionalidades y programas po- través del diagnóstico y el pronóstico, el
líticos sobre la cuestión criminal en nues- médico mental o alienista que debía tratar
tro horizonte cultural (cfr. Melossi, 1997). o neutralizar- sobre el "qué hacer" con res-
Los dilemas de la responsabilidad/irres- pecto al loco-delincuente. Desde la conso-
ponsabilidad subjetiva o fundada en la cul- lidación de la intersección institucional, y
pabilidad y de la responsabilidad/irrespon- más allá de los vaivenes entre la desres-
sabilidad objetiva o fundada en la peligro- ponsabilización subjetiva, la responsabili-
sidad (ya sea manifiesta o latente) son dos zación objetiva latente, la desresponsabili-
claves de lectura fundamentales de la his- zación objetiva manifiesta y la responsabili-
toria de la intersección entre dispositivo zación objetiva manifiesta, se ha venido
psiquiátrico y dispositivo penal en los di- produciendo en este terreno un complejo
versos horizontes culturales. Frente a estos proceso de multiplicación de las "asuncio-
dos dilemas de "atribución de responsabi- nes de responsabilidad", una pluralización
lidad" es preciso también instalar la inda- de actores que se "hacen cargo" del loco-
gación sobre los supuestos de "asunción de delincuente, que ha sido mas marcado en
responsabilidad" (Pitch, 1989). En térmi- el mundo anglosajón y en Europa Conti-
nos generales se expresa al respecto Tamar nental que en la Argentina (en donde, sin
Pitch: "...ningún razonamiento sobre los embargo ha habido algunos impulsos so-
criterios de atribución de responsabilidad bretodo desde la década del 80).
al delincuente puede prescindir de una ra- Un fenómeno muy importante de esta
zonamiento sobre la asunción de responsa- pluralización es que no se trata ya sólo de
bilidad por parte del criminólogo, además actores institucionales que son depositarios
de, naturalmente, por parte de las institu- de nuevas competencias profesionales -co-
ciones y actores a quienes es delegada o mo los psicólogos, psicoanalistas, trabaja-
que asumen, la tarea de definir, seleccio- dores sociales, etc.- sino de actores socia-
nar y de diversas maneras, gestionar a los les, que reivindican nuevas competencias
criminales mismos" (Pitch, 1989, p. 36). sociales: las asociaciones de familiares de
La limitación del primer campo impli- locos-delincuentes, las organizaciones de
ca la extensión del segundo. Las cuestio- derechos humanos, los colectivos de locos-
nes de responsabilidad en torno a la ima- delincuentes privados de su libertad, etc.
gen del loco-delincuente se vinculan La multiplicación de asunciones de res-
estructuralmente con las cuestiones de res- ponsabilidad implica también la transfor-
ponsabilidad en torno a los actores socia- mación de las viejas competencias profe-
les e institucionales que participan en los sionales (el juez penal, el perito, el psiquia-
procesos de definición y gestión de los lo- tra heredero del médico mental o alienista)
cos-delincuentes. Las esferas de la respon- en el contexto de dispositivos instituciona-
A manera de epílogo. Cuestiones de responsabilidad entre dispositivo penal... 179
les -el penal y el psiquiátrico- que se en- que en los verdaderos confines de la cues-
cuentran en pleno movimiento (cfr. Pitch, tión crim de camposmás silen-
en este dossier). cios-os y silenciados, puedan producirse
Como bien señala Pitch (en este dossier), --rittevas—visioírtraré la relación entre la
la activación de competencias y responsabi- locura y el crimen, solidarias y democráti-
lidades institucionales y sociales diversas cas, teniendo en cuenta las necesidades sin
hace mas posible pensar en "políticas que más descuidar los derechos. ■
que buscar justificaciones en la existencia de
"peligros", reedifican concretamente, es de- Bibliografía
cir, en la praxis, cuáles son los riesgos y quién
debería y podría asumirlos" y "...la disponi- Alvarez Uria, (1983): F., Miserables y Locos,
bilidad personal e institucional de asumir ries- Barcelona, Tusquets, pp. 364.
gos es más alta cuando existe colaboración y Bunge, C.A. (1914): "Vista Fiscal (Camara)",
reciprocidad. Los riesgos son en estos casos Revista de Criminologia, Psiquiatría y Me-
compartidos y son también menores, porque dicina Legal, pp. 747-750.
se asumen responsabilidades articuladas en- Castel, R. (1976): "I Medici e i Giudici", en
tre sí". Tal vez, esta multiplicación de asun- Foucault, M., lo Pierre Riviere, Avendo
ciones de responsabilidad , de actores socia- Sgorzzato mia Madre, mia Sorella e mio
les e institucionales que se "hacen cargo" sea Fratello..., Torino, Giulio Einaudi, pp. 275-
el signo político mas auspiciable en pos de 292
la resolución de los nudos irresueltos históri- Castel, R. (1980): El Orden Psiquiátrico, Ma-
camente en la intersección entre dispositivo drid, Las Ediciones de la Piqueta, pp. 340.
psiquiátrico y dispositivo penal y que coti- Castel, R. (1983): "Prólogo", en Alvarez Uria,
dianamente, en nuestro presente, generan al- F., Miserables y Locos, Barcelona, Tusquets,
tísimos costos sociales que son al mismo pp. 7-13.
tiempo "costos de la justicia penal" y "cos- Castel, R. (1984): La gestión de los Riesgos.
tos de la injusticia penal" (Ferrajoli, 1989). De la Antipssiquiatria al Postanalisis, Bar-
En la Argentina, a fines de los 90, la celona, Anagrama.
intersección entre dispositivo penal y dis- Cohen, S. (1988): Visiones del Control Social.
positivo psiquiátrico, se encuentra inmersa Delitos, Castigos y Clasificaciones, Barce-
en una situación de parálisis y la activación lona, PPU, pp. 407.
de asunciones de responsabilidad desde ac- Coll, J. (1913): "El caso Godino. Vista Fiscal",
tores no institucionales parece una propues- en Archivos de Criminología, Psiquiatría y
ta poco menos que irrealizable en un con- Medicina Legal, pp. 643-649.
texto en el que las únicas movilizaciones Crawford, A. (1988): Crime Prevention and
sociales importantes referidas a la cuestión Cominunity Safety. Politics, Policies and
criminal se encuentran guiadas por senti- Practices, Longman, Harlow,
mientos de indignación moral, "pánicos De Leonardis, 0. (1985): "Statuto e Figure della
morales" en torno a imágenes demonizadas Pericolosita Sociale tra Psichiatria Riformata
o por un difundida alarma social frente a e Sistema Penale: Note Sociologiche", en Dei
los "delitos callejeros". La necesidad de Delitti e delle Pene, 2, pp. 232-267.
nuevos lenguajes que nos alejen del voca- De Leonardis, 0., Pitch, T., Mauri, D. y Gallio,
bulario impuesto por la nueva derecha, en- G. (1988): Curare e Punire. Problemi e
tre monstruos o electores racionales, pare- Innovazioni nei Rapporti tra Psichiatria e
ce ser un presupuesto indispensable para Giustizia Penale, Unicopoli, Milano.
180 Máximo Sozzo
ción de las culturas italiana y norteameri- Ruibal, B. (1993): Ideología del Control Social,
cana con respecto al control social", Delito 1880-1920, Centro Editor de América La-
y Sociedad, Año 5, N°9, 1997. tina, Bs. As..
Monahan, J. (1976): Community Mental Health Ruibal, B. (1996): "Medicina Legal y Derecho
and the Criminal Justice System, Pergamon Penal a Fines del Siglo XIX", en Lobato,
Press, New York. M.: Política, Médicos y Enfermedades,
Moreno, R. (1908): La Ley Penal Argentina, Biblos, Buenos Aires, pp. 193-210.
Buenos Aires, Valerio Abeledo. Salessi, J. (1995): Médicos, Maleantes y Mari-
Moreno, R. (1922): El Código Penal y sus An- cas, Beatriz Viterbo Editora, Bs. As..
tecedentes, Buenos Aires, H.A. Toduosi, Salvatore, R. y Aguirre C. (Ed) (1996): The Birth
Tomo II. of the Penitentiary in Latin America,
Pacheco, J. (1948): El Código Penal Concor- University of Texas Press, Austin.
dado y Comentado, Imprenta de D. Santia- Selmini, R. (1998): I Confini della Responsabi-
go Saunaque, Madrid. litá, Edizioni Scientifiche Italiane, Milano.
Pasquino, P. (1991): "Criminology: the Birth of Sozzo, M. (1995): "Sistema de Justicia Penal,
a Special Knowledge", en Burchell, Graham, Selectividad y Loco-Criminal en la ciudad
Gordon, Colin y Miller, Peter: The Foucault de Santa Fe", Delito y Sociedad, Año 4, N°6/
Effect. Studies in Govemmentality, Harves- 7, pp. 143-164.
ter Wheatsheaf, London, pp. 235-250. Sozzo, M. (1998): "Control Social e Intersección
Pavarini, M. (1994): I Nuovi Confini della Institucional Psiquiatría-Justicia Penal", en
Punibilita. Introduzione alla Sociologia Piconto, T. y Bodelon, E.: Transformaciones
della Pena, Bologna, Martini Bologna, pp. del Estado y el Derecho Contemporáneos.
179. Nuevas Perspectivas de la Investigación So-
Paz Anchorena, J.M. (1918a): "La Noción del cio-Jurídica, Dykinson, pp. 47-76.
Estado Peligroso del Delincuente", en Re- Sozzo, M. (1999): De Locos-Criminales. Apun-
vista de Criminología, Psiquiatría y Medi- tes sobre el Nacimiento de la Intersección
cina Legal, pp. 129-157. entre Dispositivo Penal y Dispositivo Psi-
Paz Anchorena, J.M. (1918b): "Instituciones quiátrico en la Argentina, mimeo.
preventivas", en Revista de Criminología, Steadmann, H. y Cocozza, J. (1974): Careers of
Psiquiatría y Medicina Legal, pp. 385-403. the Criminally Insane: Excessiv e Social Con-
Peset, J.1. (1983): Ciencia y Marginación: So- trol of Deviance, Lexington Books, Lexing-
bre Locos, Negros y Criminales, Editorial ton.
Crítica, Barcelona. Vezzetti, H. (1985): La Locura en la Argentina,
Pfhol, S. (1978): Predicting Dangerousness. Paidos, Buenos Aires.
The Social Construction of Psichiatry Vezzetti, H. (1982): "La Locura y el Delito. Un
Reality, Lexington Books, Lexington. Análisis del Discurso Criminológico en la
Pitch, T. (1989): Responsabilitá Limitate, Mi- Argentina del Novecientos", en AAVV: El
lano, Giacomo Felrinelli, pp. 248. Discurso Jurídico, Hachette, Bs. As..
Rivarola, R. (1990): Exposición y Crítica del Van Der Kerchov, M. (1990): "Droit Penale et
Código Penal de la República Argentina, Sainte Mentale", en Deviance et Societe, 14,
Buenos Aires, Felix Lajoaune, 3 Tomos. 2, pp. 199-206.
182
,
..,-i:11:1•::::