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Cerrando Las Puertas Al Ocultismo (Enero 2021)

El documento habla sobre los peligros del ocultismo y la necesidad de cerrar las puertas a las prácticas ocultistas. Explica que el contacto con el ocultismo, ya sea de forma explícita o implícita, puede invocar a los espíritus malignos y crear vínculos maléficos. También señala que cuando alguien tiene problemas persistentes con demonios, casi siempre hay una raíz en el ocultismo que debe ser descubierta y cortada para lograr la liberación.
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Cerrando Las Puertas Al Ocultismo (Enero 2021)

El documento habla sobre los peligros del ocultismo y la necesidad de cerrar las puertas a las prácticas ocultistas. Explica que el contacto con el ocultismo, ya sea de forma explícita o implícita, puede invocar a los espíritus malignos y crear vínculos maléficos. También señala que cuando alguien tiene problemas persistentes con demonios, casi siempre hay una raíz en el ocultismo que debe ser descubierta y cortada para lograr la liberación.
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CERRANDO LAS PUERTAS AL

OCULTISMO

-
INTRODUCCIÓN

LA RELACIÓN CON EL OCULTISMO

Si el abandono de la vida cristiana es una desprotección ante los ataques de los


demonios, el contacto con el ocultismo, en sus múltiples formas, constituye ya una
invocación expresa o implícita de los espíritus malignos, que puede crear fácilmente
un vínculo maléfico, aunque sus efectos puedan dar la cara muchos años después.

La enseñanza bíblica sobre la gravedad de estas formas de idolatría es constante


desde la Antigua Alianza: "Cuando entres a la tierra que va a darte el Señor, tu Dios,
no aprendas a imitar las abominaciones de esas naciones, no haya entre los tuyos
quien haga pasar a su hijo o su hija por el fuego; ni vaticinadores, ni agoreros, ni
hechiceros, ni encantadores, ni espiritistas, ni adivinos, ni nigromantes; porque el
que practica eso es abominable para el Señor. Y, por estas abominaciones, los va
a desposeer el Señor, tu Dios, delante de ti”. (Dt 18, 9-12).

Estos modos de ocultismo, cuyas principales vertientes son la adivinación y la


hechicería, son considerados en la Biblia como formas de adulterio espiritual, en
cuanto alejan del Dios verdadero para adorar a falsos dioses. Crean vínculos o
ataduras maléficas-procedentes del contacto con el ocultismo, que son
especialmente insidiosas. La experiencia nos lleva a concluir que, cuando una
persona tiene problemas insistentes con los demonios, casi siempre hay alguna raíz
en el ocultismo. En tales casos, la liberación no se producirá mientras no se
descubra esa raíz y se haya cortado con ella.

Son raras las posesiones o las infestaciones de lugares que he atendido en las que
el interesado o la interesada, no haya hecho espiritismo, por ejemplo, mediante
“juegos” de la Ouija o de su versión más reciente, el Charlie Charlie; o mediante la
presentación new-age del espiritismo como channeling o canalización con espíritus,
maestros ascendidos o seres extraterrestres, o acudido a adivinos o curanderos.

Igualmente he podido comprobar que cuando se realiza un maleficio, éste no afecta


al maldecido si no tiene puertas abiertas; y que, cuando las cierra, el hechizo se
vuelve contra quien lo profiere.

En una ocasión, aconteció que unos padres andaban preocupados porque en la


habitación de su hijo con cierta frecuencia se montaba poco menos que un
poltergeíst. Habían intentado diversos remedios, pero nada. Lo primero que se les
preguntó era si su hijo hacía espiritismo y ellos dijeron que pensaban que no. Pero
más tarde vinieron con el chaval, quien ante la sorpresa de ellos reconoció que
llevaba año y medio practicando la Ouija acompañado de un amigo. Una vez que
se cerraron las puertas existentes, el fenómeno remitió y la paz volvió a la familia.

2
En la mayoría de las afecciones malignas preternaturales la vulnerabilidad del
afectado procede sobre todo de haber realizado prácticas supersticiosas. Y por eso,
después de revisar cómo se encuentra el paciente en vida cristiana, lo primero que
hay que mirar son sus antecedentes idolátricos para que se dedique por un tiempo
a abjurar de ellos de forma sistemática.

Para que la puerta se abra, no es preciso que la práctica ocultista se haya realizado
con intención de invocar a los diablos. Estas prácticas funcionan objetivamente,
aunque el interesado subjetivamente desconozca el alcance de lo que hace. Y por
eso es frecuente que; en cuanto se empiece a hacer la oración de renuncia al
ocultismo, el Espíritu Santo, que es Quien convence al mundo del pecado, revele a
la persona afectada prácticas idolátricas a las que hasta ese momento no había
dado importancia.

Las prácticas ocultistas se han ido introduciendo en la vida de muchas personas sin
que sean conscientes de la gravedad de las supersticiones. Y no digamos ya si se
presentan con apariencia cristiana, como sucede en la santería. En muchos
ambientes antes cristianos se han convertido en algo normal diversos modos de
adivinación – Tarot, y Ching, Runas vikingas- cartas astrales, horóscopos, escritura
automática, curanderismo por contacto, entre otros; así como el uso de amuletos y
talismanes como pirámides, tréboles, herraduras, velas de colores, baritas de
incienso, cuarzos, mano de Fátima, ojo azul, máscaras funerarias africanas y
egipcias, elefantes, búhos, brujas, atrapasueños, llamadores de ángeles, elfos,
gnomos, duendes, y otros muchos más.

Es preciso eliminar, después de haber exorcizado todos esos amuletos,


quemándolos o rompiéndolos y enterrando sus restos en lugar no habitado. De esta
manera actuaron muchos de los convertidos a la fe en Éfeso, pero que todavía no
se habían deshecho de sus escritos sobre brujería. En efecto al ver el desastre que
les había pasado a los siete exorcistas judíos hijos de Esceva, judío de familia
pontifical, “bastantes de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los
quemaron delante de todos. Se calculó su valor y dio como resultado cincuenta mil
monedas de plata”. (Hch, 19, 18-19). En cuanto se les abrieron los ojos a la
gravedad del ocultismo, no dudaron en desprenderse de esos cotizados objetos.

En ocasiones, la contaminación ocultista se transmite a través de tatuajes y


piercings. Si el que los realiza se ha contaminado por haber tatuado imágenes o
haber incorporado piercings relacionados con el ocultismo, el que recibe estas
prácticas puede resultar infestado, aunque su tatuaje o su piercing no tenga que ver
con el mundo obscuro.

3
PRIMER DÍA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados y así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que
los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida. Amén.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica, tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre, Dios de toda criatura, que diste a tus santos
Apóstoles la potestad de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar todo
poder del enemigo; Dios santo, que al realizar tus milagros ordenaste: huyan los
demonios; Dios fuerte, por cuyo poder Satanás, derrotado, cayó del cielo como un
rayo; ruego humildemente con temor y temblor a tu santo nombre para que,
fortalecido con tu poder, pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya. Tú, que vendrás a juzgar al mundo por el fuego
purificador y en él a los vivos y los muertos.

Antes de pedir a Dios nuestro Señor que nos libere de toda atadura y de todo mal
operado sobre nosotros, oremos a nuestra Madre Santísima, para que nos defienda
del enemigo malo y extienda su amor entre nosotros. Pues donde está ella no puede
prevalecer el enemigo, ya que su pureza lo ciega y derrota.

4
Recordando la profecía del Eterno Padre, te invocamos, Mujer Santa, Virgen María
elegida por Dios para traernos al Salvador, ¡Oh, Madre del Descendiente Poderoso!
que aplastaste la cabeza de la Serpiente, acompáñanos ahora porque nuevamente
tu Hijo, a través de nuestra humilde oración, habrá de enfrentar al autor del pecado
y del dolor.

Virgen María, te invocamos seguros de que nos escuchas, te invocamos confiados


en que no abandonarás al Hijo Santísimo de tus entrañas en esta batalla, porque
nunca lo abandonaste, Madre mía, entonces también ven en nuestro auxilio, y
recuérdanos que debemos confiar hasta el último momento en la voluntad perfecta
del Padre, así como tu sola presencia se lo recordó a tu Hijo.

Virgen María, estamos aquí; ampáranos y socórrenos en este momento porque


también nosotros somos esclavos del Señor.

Virgen María, madre de Dios y madre de la Iglesia, fortalécenos con tu presencia,


auxílianos con tu figura, ¡oh Madre Inmaculada! Tú que estuviste al pie de la cruz,
ven nuevamente al Calvario, danos paz con tu mirada como se la diste a tu Hijo,
llénanos de esperanza con tus ruegos como lo hiciste por tu Hijo, danos confianza
en el Padre Eterno como tú la tuviste durante la crucifixión, en aquel viernes de
dolor.

Virgen María, hemos vuelto contigo al Calvario, aquí está tu Hijo Jesucristo
muriendo por amor, Jesucristo, tu Hijo, está venciendo al Maligno. Tu Descendiente
Santísimo, en este mismo momento, está pisando la cabeza del dragón; ven, María,
a auxiliarnos para que se cumpla la Palabra de Dios, déjanos ocupar el lugar del
discípulo amado y junto a ti contemplar la redención. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la


perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú
Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a
los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.

BENDICIÓN Y EXORCISMO DEL AGUA…

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SALMO 18
R. Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza.

Yo te amo, Señor; tú eres mi fortaleza;


Señor, mi roca, mi alcázar, mi libertador.

Dios mío, peña mía, refugio mío, escudo mío,


mi fuerza salvadora, mi baluarte.
Invoco al Señor de mi alabanza
y quedo libre de mis enemigos.

Me cercaban olas mortales,


torrentes destructores me aterraban,
me envolvían las redes del abismo;
me alcanzaban los lazos de la muerte.

En el peligro invoqué al Señor,


grité a mi Dios:
desde su templo él escuchó mi voz,
y mi grito llegó a sus oídos.

Entonces tembló y retembló la tierra,


vacilaron los cimientos de los montes,
sacudidos por su cólera;
de su nariz se alzaba una humareda,
de su boca un fuego voraz,
y lanzaba carbones ardiendo.

Inclinó el cielo y bajó


con nubarrones debajo de sus pies.
Volaba a caballo de un querubín
cerniéndose sobre las alas del viento,
envuelto en un manto de oscuridad;

como un toldo, lo rodeaban


oscuro aguacero y nubes espesas;
al fulgor de su presencia, las nubes
se deshicieron en granizo y centellas.

Y el Señor tronaba desde el cielo,


el Altísimo hacía oír su voz:
disparando sus saetas, los dispersaba,
y sus continuos relámpagos los enloquecían.

6
El fondo del mar apareció,
y se vieron los cimientos del orbe,
cuando tú, Señor, lanzaste un bramido,
con tu nariz resoplando de cólera.

Desde el cielo alargó la mano y me agarró,


me sacó de las aguas caudalosas,
me libró de un enemigo poderoso,
de adversarios más fuertes que yo.

Me acosaban el día funesto,


pero el Señor fue mi apoyo:
me sacó a un lugar espacioso,
me libró porque me amaba.

El Señor retribuyó mi justicia,


retribuyó la pureza de mis manos,
porque seguí los caminos del Señor
y no me rebelé contra mi Dios;
porque tuve presentes sus mandamientos
y no me aparté de sus preceptos;

Le fui enteramente fiel,


guardándome de toda culpa;
el Señor retribuyó mi justicia,
la pureza de mis manos en su presencia.

Con el fiel, tú eres fiel;


con el íntegro, tú eres íntegro;
con el sincero, tú eres sincero;
con el astuto, tú eres sagaz.
Tú salvas al pueblo afligido
y humillas los ojos soberbios.

Señor, tú eres mi lámpara;


Dios mío, tú alumbras mis tinieblas.
Fiado en ti, me meto en la refriega,
fiado en mi Dios, asalto la muralla.

Gloria al Padre, gloria al Hijo y gloria al Espíritu Santo, como era en un principio,
ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

7
LECTURA DEL LIBRO DEL GÉNESIS 3, 1-15

La serpiente era más astuta que las demás bestias del campo que el Señor había
hecho. Y dijo a la mujer: «¿Conque Dios te ha dicho que no comas de ningún árbol
del jardín?». La mujer contestó a la serpiente: «Podemos comer los frutos de los
árboles del jardín; pero del fruto del árbol que está en la mitad del jardín nos ha
dicho Dios: “No coman de él ni lo toquen, de lo contrario morirán”». La serpiente
replicó a la mujer: «No, no morirán; es que Dios sabe que el día en que coman de
él, se les abrirán los ojos, y serán como Dios en el conocimiento del bien y el
mal». Entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno para comer,
atrayente a los ojos y deseable para lograr inteligencia; así que tomó de su fruto y
comió. Luego se lo dio a su marido, que también comió. Se les abrieron los ojos a
los dos y descubrieron que estaban desnudos; y entrelazaron hojas de higuera y se
las ciñeron. Cuando oyeron la voz del Señor Dios que se paseaba por el jardín a la
hora de la brisa, Adán y su mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre
los árboles del jardín. El Señor Dios llamó a Adán y le dijo: «¿Dónde estás?». Él
contestó: «Oí tu ruido en el jardín, me dio miedo, porque estaba desnudo y me
escondí». El Señor Dios le replicó: «¿Quién te informó de que estabas desnudo?,
¿es que has comido del árbol del que te prohibí comer?». Adán respondió: «La
mujer que me diste como compañera me ofreció del fruto y comí». El Señor Dios
dijo a la mujer: «¿Qué has hecho?». La mujer respondió: «La serpiente me sedujo
y comí». El Señor Dios dijo a la serpiente: «Por haber hecho eso, maldita tú entre
todo el ganado y todas las fieras del campo; te arrastrarás sobre el vientre y comerás
polvo toda tu vida; pongo hostilidad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y
su descendencia; esta te aplastará la cabeza mientras tú le herirás el talón».

Palabra de Dios.

ORACIÓN DE SELLAMIENTO CON LA PRECIOSÍSIMA SANGRE DE NUESTRO


SEÑOR JESUCRISTO

Nosotros nos colocamos a los pies de Jesucristo y nos rendimos a su señorío, nos
atamos a su santa voluntad, nos amarramos con los lazos infinitos de su
misericordia, abrimos nuestros corazones de par en par para que penetre e invada
todo nuestro ser. En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo muerto y resucitado
nosotros clamamos y aplicamos su sangre preciosa sobre nosotros, sobre nuestra
familia, sobre nuestros bienes espirituales y materiales. Nosotros sellamos nuestros
corazones para que con tu sangre preciosa sean limpiados de odios, resentimientos,
temores, angustia, soledad, tristeza, dolor e incertidumbres. Nosotros sellamos
nuestros espíritus en la sangre preciosa de Jesús. Nosotros sellamos nuestra alma
en la sangre preciosa de Jesús. Nosotros sellamos nuestras mentes y nuestra
voluntad en la sangre preciosa de Jesús. Nosotros sellamos nuestro pasado y
nuestro presente en la sangre preciosa de Jesús. Sellamos con la sangre preciosa
de Jesús a nuestros hijos para que ante el sello poderoso de la sangre de Jesús
huya toda fuerza del mal. Aplicamos la Sangre Preciosa de Jesús, sobre nuestras
casas y todos los que habitamos en ellas. Derramamos la Sangre de Jesús en
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nuestro trabajo y en nuestro negocio para que queden sellados y ninguna potencia
del maligno pueda hacernos daño. Amén.

ACTO DE RENUNCIA

En Nombre de Jesús, yo te pregunto: ¿Renuncias de manera personal y a nombre


de tus antepasados a Satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al pecado para que puedas vivir en la gracia de Dios?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias con todo tu corazón a todo lo que el enemigo del alma ha introducido
en nuestro mundo para alejarnos del Señor?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica de brujería, magia blanca, negra o de cualquier color,


santería, hechicería o vudú?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica supersticiosa, como son las limpias y las barridas?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento,


codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo rito que hayas vivido tú o tu familia de iniciación chamánica,


espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o
sociedad secreta?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,


esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras substancias
con fines mágicos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución; a todo lo que tú u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar tu
sexualidad
R. Sí, renuncio.
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¿Renuncias al uso de la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a
instrumentos para encontrar tesoros ocultos o dinero enterrado?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café


y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,


imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al alcoholismo, a la gula, suciedad, a las drogas y a cualquier otra


adicción?
R. Sí, renuncio.

Que el Señor te mantenga siempre lejos del pecado y te dé la salud del alma y del
cuerpo.
R. Amén.

CREDO

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
10
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS

Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros


Cristo ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos ángeles y arcángeles,


Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Elías,
San Juan Bautista,
San José,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos patriarcas y profetas,

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A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los Santos apóstoles y evangelistas,


Todos los Santos discípulos del Señor,
Todos los Santos inocentes,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María Magdalena,


San Esteban,
San Lorenzo,
San Vicente,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santas Perpetua y Felícitas,


San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
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San Martín,
San Nicolás,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos obispos y confesores,


Todos los santos doctores,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier,


Todos los Santos y Santas de Dios,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
Todos los santos monjes y ermitaños,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Juan María Vianey,


Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Jesús,
Santa Águeda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,

Todas las santas vírgenes y viudas, rueguen por nosotros

A cada uno respondemos: Líbranos, Señor

Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
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Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu nacimiento,
Por tu bautismo,
Por tu santo ayuno,
Por tu pasión y tu cruz,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

A cada uno respondemos: Ten piedad de nosotros

Cristo, Hijo de Dios vivo,


Tú, que por nosotros fuiste tentado por el diablo,
Tú, que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos,
Tú, que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios,
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros,
Tú, que vendrás a juzgar a vivos y muertos,

A cada uno respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros que somos pecadores,


Para que nos oigas,
Para que nos perdones,
Para que seas indulgente,
Para que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
Para que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
Para que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
Para que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los
órdenes de la jerarquía eclesiástica,
Para que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
Para que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera
concordia,
Para que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error,
y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
Para que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
Para que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes
eternos,
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna,
14
Para que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
Para que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos, Hijo de Dios,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros

Dios y Padre nuestro, que nos ves quebrantados por nuestra fragilidad, te rogamos
suplicantes por todos nosotros para que apartes el espíritu del mal y nos restituyas
a la plena libertad de tus hijos para que así, te alabemos siempre con la multitud de
tus santos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN SANTA DE LIBERACIÓN Y RENUNCIA EN EL PODER DE DIOS

En el nombre del + Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Oh Dios uno y Trino, Señor Santo, Dios poderoso, yo: (decir nombre y apellidos)
hoy y por siempre me postro a tus pies para adorarte y glorificarte como: mi Dios,
mi Señor, mi Dueño, mi Amo, mi Rey, mi Todo. Amén.

Señor mío, proclamo con todo mi ser, que mi vida te pertenece por siempre a Ti y
solo deseo vivir bajo tu bendición, tu gracia y protección. Amén.

Proclamo con todo mi ser tu Grandeza y Majestad: Santo Dios Creador, Santo Dios
Salvador, Santo Dios Santificador. Santo eres Dios uno y Trino por los siglos de los
siglos. Amén.

Señor y Dios mío, en este día, acudo con humildad a la intercesión de la


bienaventurada Virgen María mi Madre, mi Reina y mi Señora; a San Miguel
arcángel patrono y defensor de mi fe en la Santa Iglesia, a San Rafael, San Gabriel,
los Santos Coros Angélicos, mis Santos Ángeles custodios y todo el Ejército
Celestial, a San José, los Santos Apóstoles fundamentos de la fe, mis Santos
Patronos y todos los Santos y Bienaventurados del cielo y unido a la Santa Iglesia:
para que oren e intercedan por mi liberación y mi sanación y me cuiden con su
solicitud amorosa y pidan bendiciones para mi vida, la de mi familia y todo lo mío.
Amén.

Señor Dios uno y Trino, yo te recibo hoy como: mi + Creador, mi Salvador, mi


Santificador y pido que vengas a mi vida: la conviertas, la cambies, la liberes, la
desates y la sanes con tu poderoso y santo amor y ejerzas todo tu poder sobre mí,

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para que, renunciando al enemigo y a toda maldad, quede libre de las ataduras y
perversidades malignas y este lleno de tu santo y poderoso amor. Amén.

Santo Dios Majestuoso, tuyo es mi pasado: + libéralo, desátalo y sánalo con tu


poder. Dios mío, eres el Señor y Dueño de mi pasado. Amén.
Santo Dios Poderoso, tuyo es mi presente: + libéralo, desátalo y sánalo con tu
majestad. Dios mío, eres el Señor y amo de mi presente. Amén.
Santo Dios Omnipotente, tuyo es mi futuro: + bendícelo, guíalo y condúcelo. Dios
mío, eres el Señor y Soberano de mi futuro. Amén.
Tú y solo tú eres mi Dios, mi amor y mi todo hoy y por siempre. Amén.
Señor Santo, que las fuerzas del enemigo infernal y de todos mis enemigos visibles
e invisibles no prevalezcan jamás sobre mí y los míos y yo venza con Tu Presencia
infinita hasta llegar a Tu Eternidad. Amén.

Yo (decir nombre y apellidos) + renuncio a todo lo que he vivido hasta hoy y me ha


alejado de ti, sea lo que sea, lo que haya hecho: libre, conscientemente,
voluntariamente o por ignorancia hasta el día de hoy; toda maldad y atadura de
pecado con tu poder se va de mi vida y reinas tú y por siempre tú en mi vida. Amén.
Señor mío, con firmeza y confianza en ti: me declaro vencedor en ti hasta la
eternidad. Amén.

Dios mío, por lo tanto, libre, voluntaria y conscientemente, hoy y siempre, + renuncio
a satanás y a todas sus legiones espirituales y materiales que me atacan para
destruir mi vida presente y futura, a mi familia y todo lo mío. Renuncio a los tres
enemigos de mi alma: el demonio, el mundo y la carne. Proclamo firmemente: que
deseo vivir la libertad de los hijos de Dios sirviéndote solo a ti Dios uno y Trino:
Padre, Hijo y Espíritu Santo; amándote en el amor de María Reina en la Iglesia
Santa, fundada por ti para mi salvación. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me atacan para
que: no te ame sobre todas las cosas, para que jure tu Santo Nombre en falso, para
que no santifique tus fiestas, para que no honre padre, madre y familia, para que
mate de muchas maneras, para que cometa actos impuros, para que robe, para que
levante falsos testimonios y mienta, para que desee a quien no debo y para que
codicie los bienes ajenos; para que me aleje de los Santos Sacramentos que me
llevan a la salvación, para que no te ame en tu Santa Iglesia viviendo la verdad y
que caiga en herejías, apostasía, sacrilegio, profanación o viva una religiosidad falsa
sin fundamentos en la Divina Palabra, la tradición y el Magisterio auténtico de la
Santa Iglesia y me aleje además del amor de María Reina del cielo y de la tierra.
Amén.

Hoy proclamo que deseo vivir tus Santos Mandamientos y Sacramentos en tu Santa
Iglesia y en el amor de María Santísima y que todo lo que me ataca para que no lo
haga, se aleje de mi vida y quede atado con tu poder a los pies de la Cruz de Tu
Hijo amado Jesucristo por la fuerza del Espíritu Santo. Amén.

16
Libérame + oh Dios mío de todas las cadenas que no me permiten amarte y cumplir
Tu Voluntad y aleja de mis esos enemigos que me atacan constantemente para que
no viva tu gracia, tu verdad y bendición. Amén.

Poderoso Señor: libera y aleja de mi todo espíritu de: soberbia, envidia, pereza, ira,
gula, avaricia y lujuria y todos los demonios capitales y maldades que me atacan
para perturbar mi vida de cada día y la de mi familia y no permitirme vivir según tu
verdad. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me han atado a mi
o a los míos desde las generaciones pasadas hasta el día de hoy. Ejerce tu poder
oh Dios y ven a liberarme, sanarme y desatarme con tu grandeza Santa. Destruye
todo lazo intergeneracional de maldad, muerte, odio, destrucción, enfermedad,
maldición, miseria, división, vicios destructores de toda clase, pecados que vengan
oprimiendo y haciendo daño a mi vida, a mi familia y a los que me rodean. Rompe
esas cadenas intergeneracionales, todas las maldades y dame tu libertad oh Dios
mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que hayan atado mi vida
desde mi concepción, gestación y nacimiento, desde mi infancia, adolescencia y
juventud y en el presente de mi historia. Todo lo que haya oprimido, contaminado o
esclavizado mi vida: salga a los pies de tu Majestad. Ejerce tu poder Señor y ven a
salvarme y a liberarme con tu grandeza y majestad para que libre en tu nombre,
viva mi vida según tu voluntad. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que hayan atado mi vida
con toda clase de pecados y me hayan encadenado en ellos para que no viva como
tu deseas y no siga mi camino hacia ti. Renuncio a todo pecado pasado y presente
con el cual me esté perturbando el enemigo y me desestabilice en mi camino hacia
ti y en mi vida personal, familiar, laboral y social. Sea tu poder el que me libere y
desate para que libre pueda amarte y glorificarte. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y me
hagan ser víctima de: soledad, tristeza, rechazo, estrés, preocupación, decepción,
depresión, pesimismo, negativismo, angustia, dolor, amargura, condenación,
incomprensión, ansiedad, desespero, egoísmo, sentimientos de culpa, complejos
de inferioridad, culpabilidad, deseos de muerte y destrucción personal,
desasosiego, timidez y temor a ser rechazado o aceptado en mi familia, en mi
trabajo, en el lugar donde este, en el lugar donde vivo, con mi esposo o esposa, mis
padres, familiares, hermanos u otras personas. Libérame y desátame con tu poder
Señor, rompe y deshaz esas cadenas porque solo deseo vivir para ti en todo lo que
soy y hago. Creo, confío y espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

17
Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu
Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima de temor al futuro, de miedo al fracaso en lo que haga, de miedo a
afrontar el pasado y dejarlo atrás, de miedo al fracaso en mi vida personal y
profesional, de miedo al fracaso en mi vida sentimental, con mi familia; renuncio al
miedo al fracaso en todos los aspectos, renuncio a todo apego desordenado a
alguna persona, a ser mal esposo, padre o mala esposa o madre, miedo a no ser
entendido y a expresar mis ideas, sueños, anhelos, proyectos por muy difíciles o
imposibles que me parezcan o que le parezcan a otros; renuncio al miedo de ser
mal esposo y padre o mala esposa o madre, mal hijo, mala hija, mal estudiante o
profesional, mal trabajador o en lo que me desempeño, a ser mal amigo o
compañero, renuncio a traicionar a alguien y hacerle daño con palabras, chismes,
calumnias u otras formas de maldad. Libérame con tu poder Señor de todo lo que
esté afectándome para bloquear mi vida y mi camino de cada día, líbrame de toda
persecución contra mi vida y los míos. Eres poderoso, en ti pongo todo mi existir.
Creo, confío y espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima de falta de entendimiento en lo que hago, en el trabajo, a toda falta de
sabiduría, a toda mentira, a falta de entendimiento con los demás, a toda falta de
empeño en mis oficios diarios, y en todos los demás aspectos de mi vida, a falsos
conceptos y enseñanzas contrarios a lo que me han enseñado acerca de la fe, de
la educación, de la familia, el trabajo, de las relaciones personales, las riquezas, la
salud, las falsedades que perturben o confundan mi mente o mentiras que se hagan
pasar como verdades, aleja de mi a toda persona falsa, mentirosa y
traicionera. Libérame con tu poder Señor y con tu sabiduría poderosa, derriba las
barreras del error, para que no sea confundido jamás y permanezca en la verdad.
Creo, confío y espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima de: divorcio, infidelidad, traición, de abuso, de culpa, de falta de perdón,
de rencor, de resentimiento, de odio, de rabia, de división, de maltrato y mal genio,
de ira y desenfreno, envidias, de momentos de ira contra mí mismo o hacia la familia
u otras personas, de celos, de envidia en cualquier aspecto: familiares, personales
o profesionales, de falta de perdón hacia mis padres, hacia mis hijos,
mis hermanos, hacia mi esposa, mi esposo, mi novio, mi novia, mi ex pareja, hacia
mi familia, hacia aquellos que me traicionaron; renuncio a toda forma de odio o
venganza hacia mis enemigos o hacia alguien que me haya hecho daño. Hoy
renuncio a esto, pido y extiendo perdón hacia estas personas y a mí mismo si me
culpabilizo de mi pasado o presente o haber hecho cosas malas contra mí, la familia
o los demás. Libérame con tu poder Señor y derriba todo poder del mal que me
haga caer en estas tinieblas y brille la luz de tu paz y tu amor en mí. Creo, confío y
espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

18
Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu
Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima de: falta de perdón y amor hacia mí mismo, falta de perdón por mis
pecados pasados, de aceptarme como soy y luchar por mi conversión continua, yo
renuncio a todo maltrato hacia alguien, hacia mí mismo, hacia mi familia y otras
personas de palabra o de obra, de humillación, agresión, de violencia hacia mi
esposa o esposo, hacia mi padre, hacia mi madre, mis hermanos, mis hermanas,
hacia los superiores en cargo, hacia personas que estando en algún sitio de
autoridad ejerciéndola abusaron de mi como persona: en lo emocional, en lo mental,
en lo espiritual, en lo físico, a personas en puestos de gobierno que tratamos con
ellos en algún caso que les competía resolver hacia mi o alguna otra persona con
la cual de alguna manera guardo algún vínculo, etc., en otras palabras todo rencor,
odio, venganza, resentimiento o rechazo hacia personas de cualquier clase o cargo.
Libera las ataduras que se hayan generado por ello en mí y en otros. Libérame con
tu poder Señor y reine en mí el amor verdadero. Creo, confío y espero en ti amoroso
Señor mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima o causante de: aborto, seducción, lujuria, lascivia, fornicación,
masturbación, homosexualismo, lesbianismo, sadomasoquismo, pornografía,
infidelidad, sadismo, orgía y toda clase de perversión o atadura sexual, atadura
afectiva o sexual a otra persona con la que no debo estar nunca, miedo a dejar a
alguien que me haga daño por apego o por no querer afrontar la soledad, toda
escoria sexual con la que me sienta atado o atacado; todas las ataduras sexuales
del pasado o presente que no me permitan vivir en pureza según mi estado, todo
vicio impuro que este atado a mi o a mi familia, renunció a todo afecto, emoción o
sentimiento desordenado. Libérame con tu poder Señor y tu pureza me cubra y me
llene de bendición. Creo, confío y espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima o causante de: miseria, de ruina, de pactos de pobreza, de escasez, de
codicia, de avaricia, de robo, de pérdida de objetos, de negocios infructuosos que
no dejan resultados, de pérdidas de terrenos, de casas, de cosas valiosas, de
documentos, líbrame de involucrarme con conexiones inadecuadas, de malas
conexiones con el dinero, de falsas personas en la fe, renuncio a verme involucrado
en escándalos: personales, familiares, profesionales, de negocios, de cadenas
espirituales, de padecer yo o los míos de muertes violentas o calamitosas o
repentinas, de enfermedades penosas que traen una carga de dolor y no solo al que
la padece sino a los que de alguna manera se ven involucrados en ella de forma
personal, emocional, mental, física o financiera; yo renuncio hoy a verme
involucrado en cosas que no edifiquen a otros ni a mí, a ser confundido para mal
por alguna persona, institución, cuerpos policiales, empresas de embargo,
tribunales, así como del gobierno, a verme atacado como persona que haya
cometido cualquier tipo de fechoría u acto ilícito en contra de las leyes o terceros, y
a causa de ello quieran tomar sobre mi o los míos, o sobre mis bienes cualquier tipo
19
de represalia, tomando la justicia en sus propias manos equivocadamente; yo
renuncio hoy en tu Nombre para recibir libertad como hijo tuyo. Libérame con tu
poder Señor para que tu providencia y bondad me acompañen siempre. Creo, confío
y espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me hagan ser
víctima o causante de: venganza, homicidio, suicidio, secuestro, envenenamiento,
estafa, complejo de muerte, temor a enfrentarme a retos verdaderos, temor de
hablar sobre la verdad, violación, soberbia, cizaña, temor a reclamar mis derechos,
miedo a otras personas, miedo a la autoridad de alguien, temor a confrontar a
alguien en su mentira o miedo a sostenerme en la verdad por represalias, miedo a
vivir y sostener la verdad de la fe, a falsos respetos humanos por temor a
represalias. Libérame con tu poder Señor y brille en mi tu vida y gracia. Creo, confío
y espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima o causante de: mentira, fraude, soborno, falsa religiosidad, herejía,
sacrilegio, profanación, abominación, falsa fe, desacralización, falsos ídolos, falsas
creencias e ideologías, confusión y perturbación en la verdad, fascinaciones,
fantasías, sueños recurrentes de muerte, desastres naturales o familiares,
desastres financieros, pesadillas, sueños obsesivos, sueños eróticos, sueños
destructivos, pesadillas, fantasmas, sueños de visiones infernales y toda clase de
perturbación maligna, toda persona o ideología que quiera alejarme de tu verdad y
de los rectos principios de tus mandamientos y de tu magisterio verdadero.
Libérame con tu poder Señor y mantenme firme en tu verdad. Creo, confío y espero
en ti amoroso Señor mío. Amén.

Hoy, Trinidad Santa, pido que + me liberes, desates y sanes y yo renuncio en tu


Nombre al enemigo y sus legiones espirituales y materiales que me aten y hagan
ser víctima de toda acción diabólica: posesión, vejación, infestación, maleficio,
contaminación, esclavitudes malignas, presión, opresión, sugestión, perturbación,
influencia, idolatría, pactos de hechicería, brujería, santería, maleficios, entierros,
vudú, bebedizos, masonería en todos sus grados, nueva era, magia blanca, magia
negra, iluminismo, ocultismo, espiritismo, mediumnidad, invocaciones de espíritus,
poderes satánicos, sectas diabólicas, sectas y grupos malignos, ataduras malignas,
cadenas del mal, consagraciones al enemigo, conjuros diabólicos, engaños
malignos, trampas infernales, invocaciones a almas condenadas, supersticiones,
riegos para contaminar, maldiciones con palabras u objetos puestos en lugares,
contaminación para ruina de lugares, santería, ciencias ocultas, maldiciones,
mensajes subliminales, poder del tercer ojo, poderes mentales para el mal, hipnosis,
perversión, fantasmas, sombras de muerte, fríos de muerte, olores satánicos,
fetiches, talismanes, contras, desdoblamientos, tabla ouija, animales en brujería,
encantamientos, regresiones malignas, reencarnación, espectros, ahogamientos de
demonios o brujas, sortilegios, reiki, métodos orientales espiritistas, enfermedades
enviadas al cuerpo o al espíritu, espíritus de muerte y destrucción de la vida, la
20
familia, el trabajo, misas negras, falsas creencias, falsas religiones, sectarismo,
chalanería, harecrisnas, culto a los falsos ángeles, cultos indígenas de adoración a
elementos naturales: tierra, mar, aire, fuego, agua, mares, ríos, árboles, montañas,
animales sea del tipo, hábitat o especie que fueren; dianética, espiritismo, amarres
afectivos, control mental, meditación trascendental, rosacruces, dones falsos,
lenguas falsas, pactos de toda clase, grados de brujería, numerología, artes
mágicas y maldades para destruir la vida, la familia, el ambiente y el trabajo,
profecías falsas, videntes falsos, lecturas de manos, adivinación, tatuajes
diabólicos, horóscopos, pactos hechos con sangre de animales, o de personas,
lecturas de cartas: de tarot, egipcio, francés, fenicio, español; cartas gitanas,
horóscopos, eneagrama, círculos de fuego y muerte, creencias astrales, toda clase
de nueva era, brujerías con ropa íntima o de cualquier tipo de ropa, de hombres,
mujeres o niños, piezas de cabello, ataduras con prendas de vestir, flujos de
personas, fotografías para rituales, pactos hechos con el diablo por terceras
personas para hacerme daño a mi o a los míos o por mis antepasados hacia mí, mi
familia, negocio, profesión, pareja, personas enviadas para hacerme daño a mí, a
mi familia o a mis bienes, todo tipo de pactos hechos con las tinieblas y con todo el
mundo espiritual que sea contrario a tu Nombre Santísimo; en otras palabras toda
clase de maldad que utilice el demonio y sus agentes espirituales y materiales para
destruirme y hacer mucho mal a mi familia y a mis bienes. Libérame con tu poder
Señor y que jamás triunfe el enemigo en mí y solo Tú seas mi luz y mi salvación.
Creo, confío y espero en ti amoroso Señor mío. Amén.

Señor Santo, ahora te pido que, con tu poder Trinitario, Creador, Salvador y
Santificador: + laves, limpies, purifiques, liberes, desates y sanes con tu majestad
poderosa, todas estas cosas mencionadas a continuación: toda mi cadena
intergeneracional: Todo mi pasado y el de mi familia. Amén.

Libera en mi mente: mi consciente e inconsciente, subconsciente, memoria,


inteligencia, imaginación, recuerdos; libera en mis sentidos: oído, tacto, gusto,
olfato, vista. Libera en mi corazón: sentimientos, afectos y emociones; libera en mi
cuerpo: todas mis áreas físicas: sistema nervioso, sistema endocrino, sistema
linfático, sistema respiratorio, sistema urinario, sistema reproductor, sistema
muscular, sistema sanguíneo, sistema digestivo, sistema inmunológico, sistema
circulatorio, sistema óseo. Libera en mi alma y toda mi vida espiritual toda atadura
de maldad o engaño, de confusión o cadena de mentira o falsedad, libérame en
todo mi ser y en todos mis caminos personales, familiares y sociales, que todos mis
caminos se liberen, se desaten, se purifiquen, de todas las imágenes y de todos los
recuerdos del pasado que me han herido: se liberen de modo que no queden, ni
raíz, ni fundamento, ni maldad alguna. Que me libere toda atadura a personas o
cosas que me han hecho daño; y hoy soy y me declaro liberado por ti, liberado para
ti, liberado en ti. En tu Santísimo Nombre, me declaro liberado, desatado y sanado.
Amén.

Yo (decir nombre completo) soy tuyo Señor, por siempre tuyo, para siempre tuyo.
Profeso que solo deseo vivir mi vida con el corazón puesto en el cielo. Mi principio
y mi fin eres tú y declaro con todo mi ser, que viviré mi batalla de cada día, guiado
21
por tu poder y majestad y venceré para llegar a gozar de tu amor en la eternidad.
Me refugio y consagro para ti, en el Inmaculado Corazón de María Reina de los
Corazones, para vivir tu Santa voluntad. Amén.

Proclamo con todo mí ser tu Grandeza y Majestad Señor y Dios mío con todo el
cielo: Santo, Santo, Santo. Amén.

Yo (decir nombre y apellidos) proclamo firmemente Dios Trino y Uno, que mi


pasado, mi presente, mi futuro y mi eternidad son tuyos y por siempre tuyos. Que
por Ti fui creado en santidad y así mismo deseo llegar algún día a la eternidad para
ser feliz contigo. Amén.

Y pido a tu majestad soberana y poderosa que me bendigas a mí, a mi familia y a


todo lo nuestro hoy y siempre. Descienda abundantemente tu Santa bendición en el
nombre del + Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE

Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo: mi cuerpo,


mi mente y mi alma. Te alabo por tu creación, por todas tus obras y maravillas. Te
agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco
todo lo que tan generosamente me has dado.

Estoy sinceramente arrepentido por no haberte conocido, amado, servido y honrado


como debía. Abrazo mi herencia como hijo tuyo, tanto el gozo como la
responsabilidad. Te doy mi "Sí" para poder ser un instrumento de tu Voluntad.

Yo prometo mi fidelidad y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi


fe. Al más amoroso, atento y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina
Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego y entrego a mi
familia a Ti y solemnemente me consagro y consagro a mi familia a Ti, ahora y para
siempre.

Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a la Santísima Virgen María
para que me guíe hacia Jesús y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que
todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí, un templo viviente
preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo. Y que
yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero
e íntimo amigo, uno que te ama por sobre todas las cosas. Y que vengas por mí
cuando muera, para llevarme a casa contigo.

Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos
tus hijos pasados, presentes y futuros. Que traigas la paz al mundo y que reúnas a
todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como
en el cielo. Amén.

22
CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que
te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes
de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y
todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones
y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate
formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre
Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso


Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor
y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón
con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre auxilio del pueblo cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos
de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro
infalible; preserva de la impiedad y del vicio a la incauta juventud; promueve las
vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos,
el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la


incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce esperanza, Madre de
Misericordia y puerta del cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes,
particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a
fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos
que te conozcan, amen y podamos llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza y, en fin, el
pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor
que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra
el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte
una corona en el Paraíso. Así sea.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.
23
SEGUNDO DÍA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados y así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que
los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida. Amén.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica, tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo, con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre, Dios de toda criatura, que diste a tus santos
Apóstoles la potestad de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar todo
poder del enemigo; Dios santo que al realizar tus milagros ordenaste: huyan los
demonios; Dios fuerte por cuyo poder Satanás, derrotado, cayó del cielo como un
rayo; ruego humildemente con temor y temblor a tu santo nombre para que,
fortalecido con tu poder, pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya. Tú que vendrás a juzgar al mundo por el fuego
purificador y en él a los vivos y los muertos.

Antes de pedir a Dios nuestro Señor que nos libere de toda atadura y de todo mal
operado sobre nosotros, oremos a nuestra Madre Santísima, para que nos defienda
del enemigo malo y extienda su amor entre nosotros. Pues donde está ella no puede
prevalecer el enemigo, ya que su pureza lo ciega y derrota.

24
Recordando la profecía del Eterno Padre, te invocamos, Mujer Santa, Virgen María
elegida por Dios para traernos al Salvador, ¡Oh, Madre del Descendiente Poderoso!
que aplastaste la cabeza de la Serpiente, acompáñanos ahora porque nuevamente
tu Hijo, a través de nuestra humilde oración, habrá de enfrentar al autor del pecado
y del dolor.

Virgen María, te invocamos seguros de que nos escuchas, te invocamos confiados


en que no abandonarás al Hijo Santísimo de tus entrañas en esta batalla, porque
nunca lo abandonaste, Madre mía, entonces también ven en nuestro auxilio, y
recuérdanos que debemos confiar hasta el último momento en la voluntad perfecta
del Padre, así como tu sola presencia se lo recordó a tu Hijo.

Virgen María, estamos aquí; ampáranos y socórrenos en este momento porque


también nosotros somos esclavos del Señor.

Virgen María, madre de Dios y madre de la Iglesia, fortalécenos con tu presencia,


auxílianos con tu figura, ¡oh Madre Inmaculada! Tú que estuviste al pie de la cruz,
ven nuevamente al Calvario, danos paz con tu mirada como se la diste a tu Hijo,
llénanos de esperanza con tus ruegos como lo hiciste por tu Hijo, danos confianza
en el Padre Eterno como tú la tuviste durante la crucifixión, en aquel viernes de
dolor.

Virgen María, hemos vuelto contigo al Calvario, aquí está tu Hijo Jesucristo
muriendo por amor, Jesucristo, tu Hijo, está venciendo al Maligno. Tu Descendiente
Santísimo, en este mismo momento, está pisando la cabeza del dragón; ven, María,
a auxiliarnos para que se cumpla la Palabra de Dios, déjanos ocupar el lugar del
discípulo amado y junto a ti contemplar la redención. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la


perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú
Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a
los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.

BENDICIÓN Y EXORCISMO DEL AGUA…

25
SALMO 15
R. Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti.

Protégeme, Dios mío, que me refugio en ti;


Yo digo al Señor: «Tú eres mi bien».
Los dioses y señores de la tierra
No me satisfacen.

Multiplican las estatuas


De dioses extraños;
No derramaré sus libaciones en mis manos,
Ni tomaré sus nombres en mis labios.

El Señor es mi heredad y mi copa;


Mi suerte está en tu mano.
Me ha tocado un lote hermoso,
me encanta mi heredad

Bendeciré al Señor, que me aconseja,


Hasta de noche me instruye internamente.
Tengo presente siempre al Señor
Con Él a mi derecha no vacilaré.

Por eso se me alegra el corazón


se gozan mis entrañas,
mi carne descansa serena.
Porque no me entregarás a la muerte,
Ni dejarás a tu fiel conocer la corrupción.

Me enseñarás el sendero de la vida,


Me saciarás de gozo en tu presencia,
De alegría perpetua a tu derecha.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

LECTURA DEL LIBRO DEL ISAÍAS 14, 4b - 23

¡Cómo ha terminado el opresor, cómo ha concluido su tormento! El Señor ha


quebrado el bastón de los malvados, el cetro de los dominadores, que golpeaba a
los pueblos con furor, con golpes incesantes, y dominaba con ira a las naciones,
con opresión implacable. La tierra toda descansa sosegada, lanzan gritos de
júbilo. También los cipreses se alegran por tu desgracia, y los cedros del Líbano,

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diciendo: «Desde que sucumbiste, no sube el leñador para talarnos». El abismo se
estremece en lo profundo cuando sale a tu encuentro, despierta a las sombras en
tu honor, a todos los grandes de la tierra, se alzan de sus tronos todos los reyes de
las naciones. Te responden y dicen: «También tú, como nosotros, has perdido tu
fuerza, eres como nosotros: al abismo fue arrojado tu esplendor, el son de tus arpas;
debajo de ti, un lecho de gusanos; tu cobertor, lombrices. ¡Cómo has caído del cielo,
astro matutino, hijo de la aurora! ¡Has sido derribado por tierra, opresor de
naciones! Tú decías en tu corazón: “Escalaré los cielos; elevaré mi trono por encima
de las estrellas de Dios; me sentaré en el monte de la divina asamblea, en el confín
del septentrión escalaré las cimas de las nubes, semejante al Altísimo”. ¡En cambio,
has sido arrojado al abismo, a las profundidades de la fosa!». Los que te ven, miran
estupefactos y reflexionan: «¿Era este el hombre que hacía temblar la tierra y
estremecerse los reinos, que convertía el mundo en un desierto, destruía sus
ciudades y no liberaba a sus prisioneros? Todos los reyes de las naciones reposan
con honor, cada cual en su morada. A ti en cambio te han arrojado de tu tumba
como a un vástago despreciable, cubierto de muertos traspasados por la espada, y
arrojados sobre las losas del sepulcro, como un cadáver pisoteado. No te reunirás
con ellos en la tumba: porque has destruido tu país y asesinado a tu gente. Nunca
más se hablará de la descendencia de los malvados». Preparad a sus hijos para la
matanza por la culpa de sus padres, no sea que resurjan y se adueñen del país, y
cubran el mundo con sus ciudades. Me alzaré contra ellos oráculo del Señor del
universo y extirparé de Babilonia el nombre y la descendencia, posteridad y
progenie oráculo del Señor. Haré de ella propiedad de erizos y la convertiré en un
lugar cenagoso, la barreré con la escoba de la destrucción oráculo del Señor del
universo.

Palabra de Dios.

ORACIÓN DE PROTECCIÓN

Nos vestimos con la armadura de Dios:

Con sus manos colóquese una armadura: Nos ponemos la armadura de Dios, para
estar vestidos de Cristo.

Ponga las manos sobre su cabeza: Nos ponemos el casco de la salvación sobre la
cabeza, y llevamos nuestra mente a la cautividad de Nuestro Señor Jesucristo.
Sometemos nuestra voluntad a la suya y rogamos porque su voluntad perfecta se
haga en nosotros.

Ponga las manos sobre sus ojos: Nos ponemos el casco de la salvación sobre los
ojos, para ver con los ojos de Jesús.

27
Ponga las manos sobre su nariz: Nos ponemos el casco de la salvación en la nariz,
para participar de las fragancias de Nuestro Señor Jesucristo y seamos agradables
a Él.

Ponga las, manos sobre sus orejas: Nos ponemos el casco de la salvación sobre
las orejas, para escuchar la voz del Señor y solamente obedecer su voz.

Ponga las manos sobre su boca: Nos ponemos el casco de la Salvación sobre la
boca para que, las palabras de nuestra boca y las meditaciones de nuestro corazón
sean agradables a ti, oh, ¡Señor! nuestra fuerza y nuestro redentor.

Ponga las manos sobre su pecho: Nos ponemos la coraza de la rectitud sobre el
corazón y te damos gracias por esta vestidura, porque no tenemos ninguna que sea
nuestra.

Ajuste sus manos a la cintura: Nos ponemos el cinturón, de la verdad en la cintura


para pararnos con seguridad y fortalece a la persona en nuestro interior.

Colóquese las sandalias en los pies: Nos ponemos las sandalias del evangelio de
la paz, y nos calzamos los pies con el celo por el Evangelio, para ir y proclamar la
buena nueva de Nuestro Señor Jesucristo.

Empuñe el escudo de la fe en su mano izquierda: Sostenemos el escudo de la fe


con la mano izquierda, para desviar las flechas incendiarias del enemigo. Tú, oh
Señor, eres nuestra fortaleza, nuestro baluarte y nuestro redentor. A ti solamente
acudimos.

Empuñe la espada de la palabra en su mano derecha: Con la mano derecha


empuñamos la espada del Espíritu, que es más aguda que cualquier espada de dos
filos, penetrando y discerniendo las intenciones del corazón. Cúbrenos con tu
preciosa sangre; crea en nosotros un corazón limpio y no permitas que caiga la
maldad sobre nosotros.

Colóquese con el gesto de sus manos una vallada de Juego: Erige un grueso
escudo de fuego alrededor de nosotros y no permitas que caiga sobre nosotros
ninguna maldad; ponemos a nuestras familias y a nuestros hermanos, nuestra
comunidad y a nosotros mismos, bajo la cruz de Jesús, y la protección de su sangre
preciosa. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

28
ACTO DE RENUNCIA

En Nombre de Jesús, yo te pregunto: ¿Renuncias de manera personal y a nombre


de tus antepasados a Satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al pecado para que puedas vivir en la gracia de Dios?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias con todo tu corazón a todo lo que el enemigo del alma ha introducido
en nuestro mundo para alejarnos del Señor?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica de brujería, magia blanca, negra o de cualquier color,


santería, hechicería o vudú?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica supersticiosa, como son las limpias y las barridas?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento,


codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo rito que hayas vivido tú o tu familia de iniciación chamánica,


espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o
sociedad secreta?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,


esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras substancias
con fines mágicos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución; a todo lo que tú u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar tu
sexualidad
R. Sí, renuncio.

29
¿Renuncias al uso de la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a
instrumentos para encontrar tesoros ocultos o dinero enterrado?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café


y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,


imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al alcoholismo, a la gula, suciedad, a las drogas y a cualquier otra


adicción?
R. Sí, renuncio.

Que el Señor te mantenga siempre lejos del pecado y te dé la salud del alma y del
cuerpo.
R. Amén.

CREDO

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
30
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS

Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros


Cristo ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos ángeles y arcángeles,


Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Elías,
San Juan Bautista,
San José,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos patriarcas y profetas,

31
A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los Santos apóstoles y evangelistas,


Todos los Santos discípulos del Señor,
Todos los Santos inocentes,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María Magdalena,


San Esteban,
San Lorenzo,
San Vicente,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santas Perpetua y Felícitas,


San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
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San Martín,
San Nicolás,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos obispos y confesores,


Todos los santos doctores,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier,


Todos los Santos y Santas de Dios,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
Todos los santos monjes y ermitaños,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Juan María Vianey,


Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Jesús,
Santa Águeda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,

Todas las santas vírgenes y viudas, rueguen por nosotros

A cada uno respondemos: Líbranos, Señor

Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
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Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu nacimiento,
Por tu bautismo,
Por tu santo ayuno,
Por tu pasión y tu cruz,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

A cada uno respondemos: Ten piedad de nosotros

Cristo, Hijo de Dios vivo,


Tú, que por nosotros fuiste tentado por el diablo,
Tú, que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos,
Tú, que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios,
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros,
Tú, que vendrás a juzgar a vivos y muertos,

A cada uno respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros que somos pecadores,


Para que nos oigas,
Para que nos perdones,
Para que seas indulgente,
Para que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
Para que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
Para que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
Para que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los
órdenes de la jerarquía eclesiástica,
Para que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
Para que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera
concordia,
Para que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error,
y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
Para que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
Para que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes
eternos,
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna,
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Para que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
Para que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos, Hijo de Dios,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros

Dios y Padre nuestro, que nos ves quebrantados por nuestra fragilidad, te rogamos
suplicantes por todos nosotros para que apartes el espíritu del mal y nos restituyas
a la plena libertad de tus hijos para que así, te alabemos siempre con la multitud de
tus santos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DE RENUNCIA Y LIBERACION

En tu nombre, Jesucristo, yo (tu nombre completo, con nombres y apellidos), de


manera personal y a nombre de mis antepasados: renuncio a Satanás, a todas sus
fascinaciones, seducciones y mentiras. Renuncio a toda práctica de brujería, magia
blanca, negra, de cualquier color, santería, hechicería o vudú. Renuncio a toda
limpia con riegos, huevo, yerbas, bálsamos, vino, sangre o fuego. Renuncio a todo
pacto, reto, sello, alianza o consagración al demonio; a conjuros, perjuros,
maleficios e invocaciones diabólicas.

Renuncio a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento, codicia,
avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito.

Renuncio a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia e idolatría. Renuncio a todo


rito de iniciación chamánica, espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz,
dianética y a toda secta o sociedad secreta como la masonería, los iluminati, etc.
Renuncio a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,
esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras sustancias
con fines mágicos.

Renuncio a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución. A todo lo que yo u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar mi
sexualidad.

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En el nombre de Jesucristo, renuncio al culto y veneración a la llamada “santa
muerte” y al vampirismo, a todo encantamiento, invocación y evocación de muertos,
a espíritus impuros que son custodios, guardianes cósmicos, protectores, espías,
vigilantes, a seres espirituales nombrados “maestros de sabiduría” o a cualquier
maleficio en forma oculta o manifiesta.

Renuncio a todo acto o juego de ocultismo, a consultar un médium, a la ouija, al


control mental, al manejo del péndulo, tijeras, varillas mágicas o a instrumentos para
encontrar “tesoros ocultos” o dinero enterrado.

Renuncio también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de las cartas y de


la mano, café, caracoles, tabaco o cigarrillo fumado, a toda forma de astrología,
horóscopos o cartas astrales.

Renuncio a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos, imanes,


agujas, pulseras de doble polo o con puntas imantadas, cinturones rezados de
protección, sábilas o ajos con o sin moños rojos, imágenes de santos mezcladas
con tierra de panteón, velas y veladoras de colores “curadas”, fetiches y
representaciones de mi persona, de cualquier material y forma que se encuentran
enterrados o manipulados por mí mismo u otras personas. Renuncio a toda forma
equivocada de “medicina alternativa” que bajo engaños haya entregado mi ser al
demonio.

En el nombre de Jesús, renuncio a toda comida o bebida mezclada con brujería que
haya yo ingerido consciente e inconscientemente y a todo lo que haya sido tirado,
rociado o untado en mi cuerpo, ropa, zapatos, casa, trabajo, negocio o cualquier
pertenencia u objeto que esté cercano a mí, que haya sido maldecido o consagrado
al mal.

En el nombre de Jesucristo denuncio, renuncio y echo fuera de mí a todo espíritu


de traición, destrucción, muerte, esclavitud, ausencia de Dios, miseria, mendicidad,
soltería, infelicidad matrimonial, viudez, orfandad, amargura, envejecimiento o
muerte prematura, persecución, problemas con las leyes o la justicia humana,
esterilidad, humillación, rechazo, insomnio, deseos de suicidio, aislamiento, locura,
soledad, neurosis, depresión, obsesión, miedo, angustia, debilidad, enfermedades
crónicas, invalidez, ceguera, sordera, mudez, falta de olfato, imposibilidad de
saborear la comida, insensibilidad, celos, inconformidad, incapacidad para vivir,
conseguir o conservar un trabajo, una pareja, un matrimonio o una familia.

En el nombre de Jesús denuncio, renuncio y echo fuera de mí todo espíritu de


alcoholismo, drogadicción o de cualquier otra adicción, de mal carácter, de falta de
memoria, de falta de control y dominio de mi ser, irrealidad, inconsciencia, envidia,
abandono, gula, suciedad, desorden, malos olores crónicos en mi cuerpo, ropa o

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casa, de falta de fe, esperanza y caridad, de falta de interés en la vida, de desprecio
a la eucaristía y de aborrecimiento o flojera para tener vida de oración. Corto,
destruyo y nulifico los medios a través de los cuales fueron hechos los daños antes
mencionados, si fueron veladoras, fotos, ropa, tijeras, agujas, fetiches, entierros, lo
que haya sido.

Renuncio lo que en forma consciente o inconsciente haya yo hecho, o haya sido


hecho por otra persona en mi nombre para obtener poderes, dinero, éxito, buena
suerte o pretender saber el futuro, o bien para conseguir el amor y la salud propios
o ajenos, o tener dominio y control sobre personas, objetos, animales, lugares,
espíritus y fuerzas de la naturaleza. Nulifico los efectos de cualquier práctica
contraria al compromiso adquirido a través de mi bautismo, de fidelidad y
reconocimiento a Jesucristo como mi único Salvador, a los Sacramentos, a la Virgen
María y a la Iglesia Católica. A lo que impida el ejercicio de mi sentido común,
capacidad de juicio, entendimiento y voluntad. Echo fuera de mi todo aquello con lo
que haya intentado sustituir el amor y la confianza de Jesús. Renuncio si hubo el
rechazo de mis padres desde el instante de mi concepción y durante mi vida en el
seno materno. Renuncio al mal que me hayan causado si hubo intento de
abortarme: con yerbas, sustancias químicas o con objetos punzantes o cortantes.

Renuncio a todo el rencor que yo tenga si fui dado en adopción o abandonado sin
haber conocido a mis padres biológicos o a maldiciones recibidas durante mi
gestación.

Señor Jesús, por tus benditas llagas, nulifica todo mandato de fracaso, muerte en
vida y suicidio que hay en mí por estas causas, la incapacidad para aceptar el amor
de Dios, para aceptarme a mí mismo o a las personas.

Renuncio a todo lo que sea contrario a la salud, el respeto y la dignidad que, como
templo del Espíritu Santo, necesita todo mi ser y que esté impidiendo relacionarme
con Dios, conmigo mismo, con mi entorno en una forma sana, tener una familia y
un trabajo digno y bien remunerado.

Porque Jesucristo se manifestó para deshacer las obras del diablo: habiendo
denunciado, renunciado y echado fuera de mis todos los espíritus del mal, Jesús los
reprende, los ata y los amordaza; y los envía a los pies de su Santa Cruz para tomar
control sobre cada uno de ellos y de sus nefastas obras y a su vez, les prohíbe
regresar en el momento presente, en el futuro o en el momento de mi agonía y
muerte.

Habiendo nulificado todos los efectos, causas y consecuencias, en el nombre de


Jesús, caigan todos los bloqueos, tinieblas y barreras, las que Satanás construyó a

37
mi alrededor. Señor Jesús ordena a todo ser demoníaco que despojó a mi familia o
a mí mismo(a), que nos devuelva, todo aquello que nos haya quitado.

Padre Santo, te lo ruego, sana toda mi vida, toda mi histona personal, perdóname,
ayúdame, libérame y bendíceme. Padre Dios, acepto que Tú seas mi Padre,
Jesucristo mi hermano, la Virgen María mi Madre, porque hoy, yo (di tu nombre
completo, con todos los nombres y apellidos) les pertenezco para siempre.

A través de tu Santo Espíritu, guíame para la reparación de todas las faltas que
cometí y enséñame a amar tu voluntad. Gracias Dios amado, Uno y Trino.

Termina esta oración diciendo en voz alta (Filip. 2:5-11):

La actitud de ustedes debe ser como la de Cristo Jesús, quien, siendo por
naturaleza Dios, no consideró el ser igual a Dios, como algo a qué aferrarse. Por el
contrario, se rebajó voluntariamente, tomando la naturaleza de siervo y haciéndose
semejante a los seres humanos. Y al manifestarse como hombre, se humilló a sí
mismo y se hizo obediente hasta la muerte, ¡y muerte de cruz!

Por eso Dios lo exaltó hasta lo sumo y le otorgó el nombre que está sobre todo
nombre.

Para que ante el nombre de Jesús


se doble toda rodilla
en el cielo y en la tierra
y debajo de la tierra,
y toda lengua confiese que Jesucristo es el Señor,
para gloria de Dios Padre.

CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE

Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo: mi cuerpo,


mi mente y mi alma. Te alabo por tu creación, por todas tus obras y maravillas. Te
agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco
todo lo que tan generosamente me has dado.

Estoy sinceramente arrepentido por no haberte conocido, amado, servido y honrado


como debía. Abrazo mi herencia como hijo tuyo, tanto el gozo como la
responsabilidad. Te doy mi "Sí" para poder ser un instrumento de tu Voluntad.

Yo prometo mi fidelidad y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi


fe. Al más amoroso, atento y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina
Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego y entrego a mi

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familia a Ti y solemnemente me consagro y consagro a mi familia a Ti, ahora y para
siempre.

Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a la Santísima Virgen María
para que me guíe hacia Jesús y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que
todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí, un templo viviente
preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo. Y que
yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero
e íntimo amigo, uno que te ama por sobre todas las cosas. Y que vengas por mí
cuando muera, para llevarme a casa contigo.

Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos
tus hijos pasados, presentes y futuros. Que traigas la paz al mundo y que reúnas a
todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como
en el cielo. Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que
te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes
de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y
todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones
y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate
formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre
Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso


Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor
y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón
con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre auxilio del pueblo cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos
de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro
infalible; preserva de la impiedad y del vicio a la incauta juventud; promueve las
vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos,
el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la


incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
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y de las almas del purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce esperanza, Madre de
Misericordia y puerta del cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes,
particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a
fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos
que te conozcan, amen y podamos llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza y, en fin, el
pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor
que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra
el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte
una corona en el Paraíso. Así sea.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

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TERCER DÍA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados y así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que
los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida. Amén.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica, tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre, Dios de toda criatura, que diste a tus santos
Apóstoles la potestad de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar todo
poder del enemigo; Dios santo, que al realizar tus milagros ordenaste: huyan los
demonios; Dios fuerte, por cuyo poder Satanás, derrotado, cayó del cielo como un
rayo; ruego humildemente con temor y temblor a tu santo nombre para que,
fortalecido con tu poder, pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya. Tú, que vendrás a juzgar al mundo por el fuego
purificador y en él a los vivos y los muertos.

Antes de pedir a Dios nuestro Señor que nos libere de toda atadura y de todo mal
operado sobre nosotros, oremos a nuestra Madre Santísima, para que nos defienda
del enemigo malo y extienda su amor entre nosotros. Pues donde está ella no puede
prevalecer el enemigo, ya que su pureza lo ciega y derrota.

41
Recordando la profecía del Eterno Padre, te invocamos, Mujer Santa, Virgen María
elegida por Dios para traernos al Salvador, ¡Oh, Madre del Descendiente Poderoso!
que aplastaste la cabeza de la Serpiente, acompáñanos ahora porque nuevamente
tu Hijo, a través de nuestra humilde oración, habrá de enfrentar al autor del pecado
y del dolor.

Virgen María, te invocamos seguros de que nos escuchas, te invocamos confiados


en que no abandonarás al Hijo Santísimo de tus entrañas en esta batalla, porque
nunca lo abandonaste, Madre mía, entonces también ven en nuestro auxilio, y
recuérdanos que debemos confiar hasta el último momento en la voluntad perfecta
del Padre, así como tu sola presencia se lo recordó a tu Hijo.

Virgen María, estamos aquí; ampáranos y socórrenos en este momento porque


también nosotros somos esclavos del Señor.

Virgen María, madre de Dios y madre de la Iglesia, fortalécenos con tu presencia,


auxílianos con tu figura, ¡oh Madre Inmaculada! Tú que estuviste al pie de la cruz,
ven nuevamente al Calvario, danos paz con tu mirada como se la diste a tu Hijo,
llénanos de esperanza con tus ruegos como lo hiciste por tu Hijo, danos confianza
en el Padre Eterno como tú la tuviste durante la crucifixión, en aquel viernes de
dolor.

Virgen María, hemos vuelto contigo al Calvario, aquí está tu Hijo Jesucristo
muriendo por amor, Jesucristo, tu Hijo, está venciendo al Maligno. Tu Descendiente
Santísimo, en este mismo momento, está pisando la cabeza del dragón; ven, María,
a auxiliarnos para que se cumpla la Palabra de Dios, déjanos ocupar el lugar del
discípulo amado y junto a ti contemplar la redención. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la


perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú
Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a
los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.

BENDICIÓN Y EXORCISMO DEL AGUA…

42
SALMO 91
R. Tú eres Señor, mi refugio.

Tú que habitas al amparo del Altísimo,


que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti».

Él te librará de la red del cazador,


de la peste funesta.
Te cubrirá con sus plumas,
bajo sus alas te refugiarás:
su verdad es escudo y armadura.

No temerás el espanto nocturno,


ni la flecha que vuela de día,
ni la peste que se desliza en las tinieblas,
ni la epidemia que devasta a mediodía.

Caerán a tu izquierda mil,


diez mil a tu derecha;
a ti no te alcanzará.

Nada más mirar con tus ojos,


verás la paga de los malvados,
porque hiciste del Señor tu refugio,
tomaste al Altísimo por defensa.

No se acercará la desgracia,
ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos;

Te llevarán en sus palmas,


para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones.

«Se puso junto a mí: lo libraré;


lo protegeré porque conoce mi nombre;
me invocará y lo escucharé.

Con él estaré en la tribulación,


lo defenderé, lo glorificaré,
lo saciaré de largos días
y le haré ver mi salvación».

43
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MATEO 4, 1-11

Entonces Jesús fue llevado al desierto por el Espíritu para ser tentado por el diablo.
Y después de ayunar cuarenta días con sus cuarenta noches, al fin sintió hambre.

El tentador se le acercó y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se
conviertan en panes». Pero Él le contestó: «Está escrito: “No solo de pan vive el
hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios”».

Entonces el diablo lo llevó a la ciudad santa, lo puso en el alero del templo y le dijo:
«Si eres Hijo de Dios, tírate abajo, porque está escrito: “Ha dado órdenes a sus
ángeles acerca de ti y te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con
las piedras”». Jesús le dijo: «También está escrito: “No tentarás al Señor, tu Dios”».

De nuevo el diablo lo llevó a un monte altísimo y le mostró los reinos del mundo y
su gloria, y le dijo: «Todo esto te daré, si te postras y me adoras». Entonces le dijo
Jesús: «Vete, Satanás, porque está escrito: “Al Señor, tu Dios, adorarás y a Él solo
darás culto”».

Entonces lo dejó el diablo, y he aquí que se acercaron los ángeles y lo servían.

Palabra del Señor.

ORACIÓN DE SELLO CON LA SANGRE DE JESÚS

En el nombre poderoso de Nuestro Señor Jesucristo, muerto y resucitado, yo clamo


y reclamo su preciosísima sangre sobre mí, sobre este lugar, en el aire, la atmósfera,
el agua, el fuego, el viento, la tierra, los subterráneos, los abismos, las fuerzas
satánicas de la naturaleza, y el bajo mundo y todos sus frutos a mi alrededor.

Yo (mi nombre) sello en la sangre preciosísima de Jesús, mi espíritu, mi alma, mi


mente y mi cuerpo, mi pasado, mi presente y mi futuro, todo lo que soy, lo que hago
y lo que tengo, sello el norte y el sur, el oriente y el occidente, la puerta de los
abismos, lo alto y lo profundo, lo ancho y lo largo, esta habitación y todos los
presentes, mi familia y a todas las familias asociadas a los presentes, y a sus lugares
y posesiones, animales, cosas y fuentes de ayuda en la Sangre de Jesús. Amén.

44
ACTO DE RENUNCIA

En Nombre de Jesús, yo te pregunto: ¿Renuncias de manera personal y a nombre


de tus antepasados a Satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al pecado para que puedas vivir en la gracia de Dios?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias con todo tu corazón a todo lo que el enemigo del alma ha introducido
en nuestro mundo para alejarnos del Señor?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica de brujería, magia blanca, negra o de cualquier color,


santería, hechicería o vudú?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica supersticiosa, como son las limpias y las barridas?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento,


codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo rito que hayas vivido tú o tu familia de iniciación chamánica,


espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o
sociedad secreta?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,


esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras substancias
con fines mágicos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución; a todo lo que tú u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar tu
sexualidad
R. Sí, renuncio.

45
¿Renuncias al uso de la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a
instrumentos para encontrar tesoros ocultos o dinero enterrado?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café


y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,


imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al alcoholismo, a la gula, suciedad, a las drogas y a cualquier otra


adicción?
R. Sí, renuncio.

Que el Señor te mantenga siempre lejos del pecado y te dé la salud del alma y del
cuerpo.
R. Amén.

CREDO

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
46
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS

Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros


Cristo ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos ángeles y arcángeles,


Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Elías,
San Juan Bautista,
San José,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos patriarcas y profetas,

47
A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los Santos apóstoles y evangelistas,


Todos los Santos discípulos del Señor,
Todos los Santos inocentes,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María Magdalena,


San Esteban,
San Lorenzo,
San Vicente,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santas Perpetua y Felícitas,


San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
48
San Martín,
San Nicolás,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos obispos y confesores,


Todos los santos doctores,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier,


Todos los Santos y Santas de Dios,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
Todos los santos monjes y ermitaños,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Juan María Vianey,


Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Jesús,
Santa Águeda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,

Todas las santas vírgenes y viudas, rueguen por nosotros

A cada uno respondemos: Líbranos, Señor

Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
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Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu nacimiento,
Por tu bautismo,
Por tu santo ayuno,
Por tu pasión y tu cruz,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

A cada uno respondemos: Ten piedad de nosotros

Cristo, Hijo de Dios vivo,


Tú, que por nosotros fuiste tentado por el diablo,
Tú, que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos,
Tú, que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios,
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros,
Tú, que vendrás a juzgar a vivos y muertos,

A cada uno respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros que somos pecadores,


Para que nos oigas,
Para que nos perdones,
Para que seas indulgente,
Para que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
Para que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
Para que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
Para que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los
órdenes de la jerarquía eclesiástica,
Para que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
Para que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera
concordia,
Para que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error,
y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
Para que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
Para que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes
eternos,
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna,
50
Para que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
Para que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos, Hijo de Dios,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros

Dios y Padre nuestro, que nos ves quebrantados por nuestra fragilidad, te rogamos
suplicantes por todos nosotros para que apartes el espíritu del mal y nos restituyas
a la plena libertad de tus hijos para que así, te alabemos siempre con la multitud de
tus santos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DE ROMPIMIENTO DE ATADURAS Y MALDICIONES

En el nombre de Jesucristo y por su preciosísima sangre, yo ahora renuncio, rompo


y me aparto de toda contaminación del demonio, de toda herencia negativa de mis
padres, abuelos vivos o muertos, que en el pasado o ahora estén afectando mi vida
y la vida de mi familia. Que la sangre poderosa de Jesucristo rompa toda obra
satánica que haya pasado a través de mis generaciones, que tu sangre preciosa
recupere, rompa, limpie, libre y proteja cualquier territorio que haya sido entregado
a Satanás por mis antepasados o por mí mismo. Rompo, con tu sangre preciosa,
cualquier camino de separación en mi familia; bendito Jesucristo, perdona y libera
a mi familia de cualquier vínculo que esté enraizado en el odio, resentimientos,
venganza, amargura y toda falta de perdón. Me opongo por todos los medios a
cualquier forma de herir a otros: que mis descendientes sean bendecidos. Te alabo
y te bendigo por la obra que tú estás haciendo en mi vida y en la de mi familia.
Amén.

ORACIÓN DE LIBERACIÓN

En el nombre de Jesucristo, te pido, Padre, que liberes esta casa de todo mal, de
todo pecado cometido en contra tuyo en el pasado.

Tomo autoridad sobre el pecado, el mundo, todo el reino de las tinieblas y la muerte,
pues ya Jesucristo pagó el precio con su Preciosa sangre al ganarles la batalla y
guerra a estos que han sido derrotados y aniquilados por su sacrificio, resurrección,
intercesión, segunda venida.

Señor Jesucristo, ordeno que nada ni nadie haga mal a mi familia, vecinos, amigos,
compañeros de trabajo, estudio, jefes y hermanos en la carne y espíritu. En el
51
nombre de Jesús, todo agente del mal quede atado para no perturbar nuestro
trabajo terrenal y espiritual, nuestras súplicas, oraciones y peticiones intercesoras,
nuestros estudios, nuestros negocios, nuestra salud, nuestras finanzas, y toda obra
que hagamos en este día y por siempre.

Todo espíritu humano o maligno quede atado con cadenas irrompibles e


inquebrantables y enviado a los pies de Nuestro Señor Jesucristo, y ha de obrar de
acuerdo a su voluntad.

Que el poder del dulce nombre y la sangre preciosa de Jesucristo cubran este hogar
y que una legión de ángeles escolte a todo espíritu liberado por esta oración. A su
vez, mi Señor Jesucristo siga llenando el cuerpo, el alma y el espíritu de mis
hermanos y el mío con el Espíritu Santo, para que no exista morada para nadie,
más. Amén.

ROMPIMIENTO DE ATADURAS

Oh Padre Celestial, de ti procede toda bendición en el cielo y en la tierra. En el


nombre de Nuestro Señor Jesucristo, por los misterios de su encarnación, pasión,
muerte, resurrección y ascensión al cielo, por los méritos y el poder de sus gloriosas
llagas, de su Preciosísima Sangre, de sus azotes, de su corona de espinas, de sus
clavos, de la lanza, de su santa cruz, de la soga y de su humildad, y por la fuerza
del Espíritu Santo, en virtud de mi santo bautismo y apoyado en su divina Palabra,
Señor Jesús, te pido que ates, encadenes, aisles, azotes, circundes, quemes,
ahogues, humilles, amordaces y traspases a todos y a cada uno de los espíritus del
mal, que more o influya en mí y fuera de mí, en otras personas, en este lugar en el
aire, en la atmósfera, el agua, el fuego, la tierra, lo subterráneo, los abismos, las
fuerzas satánicas de la naturaleza y el bajo mundo. También a los que estén en mis
emociones, memoria, en mi mente y en mis heridas emocionales con sus
correspondientes nombres, atributos y aspectos y todos los demás que estén en mí.

Señor Jesús, te pido que ates, quemes, claves, ahogues, humilles las potestades
de lo alto que tengan autoridad sobre los espíritus malignos que me estén
oprimiendo, para que no interfieran en algún sentido en el ejercicio del ministerio; lo
mismo ates, encadenes, aísles, azotes, circundes, quemes, claves, ahogues,
humilles, al fuerte, es decir, al jefe que manda los espíritus inferiores, que moren o
influyan en mí.

Señor Jesús te pido que ates y encadenes a las almas de los difuntos que moren
en mí, alrededor mío, en mis lugares de trabajo, descanso, estudio y oración, e
imploro para ellas la gracia de la indulgencia de la Santa Iglesia Católica, para que
descansen en paz. Ofrezco por ellas la oración del Santo Padre, de todos los monjes
y monjas de clausura para que retrocedan de mí y obtengan, por la pura misericordia
de Dios, el descanso eterno. Asimismo, encadenes y ates a las almas de los
condenados que Satanás haya mandado para perturbar mi paz, la de mi ciudad, de
mi barrio, de mi casa, de mi grupo de oración, de mis lugares de estudio, de trabajo,
52
de descanso. Coloco a estas almas en la herida del Costado de Jesús para que les
tenga misericordia. Sé, Señor Jesús, que los caminos de tu misericordia son
infinitos. Tú, Señor, las puedes arrancar de las garras de Satanás. Kyrie eleison.
También ata, encadena, aísla, azota, circunda, quema, clava, ahoga, humilla a
todos los emisarios de las sedes satánicas, y a cualquier reunión de brujas o
hechiceros o adoradores de Satanás que pueden influir y estar presentes en alguna
forma inexplicable. Liga las interrelaciones e interacciones, rompe las
comunicaciones, relaciones y acciones entre los espíritus que estén allí.

En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo, yo (mi nombre), invoco a San Miguel


Arcángel, San Gabriel, San Rafael, a todos los Ángeles y con la intercesión de la
bienaventurada, y siempre Virgen María, de San José, del Santo Padre Pío, el Santo
Cura de Ars, San Francisco de Asís, San Antonio de Padua, San Benito de Nursia,
y de todos los Santos: Señor Jesús, prohíbe a cualquiera de los enemigos
mencionados, que se comuniquen conmigo (mi nombre), que se manifiesten en
alguna forma, o que hagan algo, excepto lo que ordene en el nombre poderoso de
Jesús.

Señor Jesús, prohíbe y ata a todos los espíritus perdidos, reuniones de brujas,
grupos satánicos, o emisarios de sus asociados, súbditos o jefes, de hacerme daño
y vengarse de mí, de mi familia, de mis asociados o causarles algún daño o heridas
a los trabajos, bienes espirituales, animales y cosas que tenga. Y así atados,
encadenados, quemados, aislados, amordazados, azotados, circundados,
clavados, traspasados, ahogados, y humillados, se vayan a tus pies para que así tu
dispongas de ellos y no vuelvan nunca jamás a atormentarme y esto lo pido en
Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.

ROMPIMIENTO DE PACTO, SELLOS, CADENAS Y MALEFICIOS

En el nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo (mi nombre)


renuncio, rompo, deshago, desbarato, pisoteo, disuelvo, aniquilo, invalido, desato y
reviento cualquier pacto, sello (se nombra si se conoce), cualquier consagración (se
nombra si se conoce) compromiso, reunión de brujas, maleficio, hechizo, maldición,
magia, atadura, trampa, artimaña, ardid, mentira, impedimento, obstáculo,
decepción, división, diversión, distracción, cadenas espirituales (se nombra si se
conoce) o influencias espirituales.

También renuncio, ato, amarro y venzo a todos los efectos satánicos como
engendros o gérmenes diabólicos, enfermedades del cuerpo, del alma, de la mente,
del espíritu colocados en mí en este lugar, en cualesquiera de las personas, lugares
y cosas mencionadas traídas a mí, o adquiridas con Satanás o con algún espíritu
inmundo, consciente o inconsciente por cualquier agente o por alguna persona, por
sí mismo, o a causa de mis propios pecados y errores o que vengan conmigo desde
el momento de la concepción y desde el vientre materno, desde la niñez o cualquier
momento de mi vida; por motivo de (se nombra si se conoce) y renuncio a todos los
falsos beneficios recibidos por estos motivos.
53
Si alguna cosa me ha sido enviada o hecha y no es de Nuestro Señor Jesucristo,
en su nombre se lo devuelvo a quien me lo envió y pido al Padre Celestial para que
llegue así a mi hermano, que quiso hacerme daño a mí. Ahora me entrego a mí
mismo a Jesucristo; me consagro completamente al Señor por medio del Corazón
Inmaculado de la Santísima Virgen María y me sello con el poder del Espíritu Santo.

Ahora coloco la Cruz de Nuestro Señor Jesucristo, entre mí mismo, entre todas las
generaciones y mi árbol genealógico. Ordeno en el nombre de Jesús que no haya
comunicación directa entre las generaciones. Toda comunicación será filtrada a
través de la Preciosa Sangre de Nuestro Señor Jesucristo. Me entrego al Ministerio
del Espíritu Santo y recibo de él la curación intergeneracional.

Oh Padre Celestial humildemente te suplico, por la intercesión de la Bienaventurada


y siempre Virgen María, de los Arcángeles, de los Ángeles y de todos los santos,
que lo que yo ato por medio de esta oración aquí en la tierra, quede atado en el
cielo, y lo que desato en la tierra, quede desatado en el cielo por siempre. Te lo
ruego Padre, por Cristo, con Cristo y en Cristo Nuestro Señor que contigo vive y
reina en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los siglos. Amén.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

ORACIÓN DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN DE RAÍCES PROFUNDAS

Ven, Espíritu Santo, penetra las profundidades de mi alma con tu poder. Arranca las
raíces más profundas y ocultas del dolor y del pecado que están enterrados en mí.
Lávame en la preciosa Sangre de Jesús y aniquila definitivamente toda ansiedad
que traigo en mí, toda amargura, angustia, sufrimiento interior, desgaste emocional,
infelicidad, tristeza, ira, desesperación, envidia, odio y venganza, sentimiento de
culpa y de autoacusación, deseo de muerte y de fuga de mí mismo, toda opresión
del maligno en mi alma, en mi cuerpo y toda perversidad que él coloca en mi mente.
Oh, bendito Espíritu Santo, quema con tu fuego abrasador toda tiniebla dentro de
mí, que me consume y me impide ser feliz. Destruye en mí todas las consecuencias
de mis pecados y de los pecados de mis antepasados, que se manifiestan en mis
actitudes, decisiones, temperamento, palabras, vicios. Libera, Señor, a toda mi
descendencia de la herencia del pecado y de la rebelión contra las cosas de Dios
que yo mismo les transmití. ¡Ven, Santo Espíritu! ¡Ven, en el nombre de Jesús!
Lávame en la Sangre preciosa de Jesús, purifica todo mi ser, quiebra toda la dureza
de mi corazón, destruye todas las barreras de resentimiento, dolor, rencor, egoísmo,
maldad, orgullo, soberbia, intolerancia, prejuicios e incredulidad que existen en mí.
Y, en el poder de Jesucristo resucitado, libérame Señor! Cúrame Señor! ¡Ten piedad
de mí, Señor! ¡Ven Santo Espíritu! Hazme resucitar ahora para una vida nueva, llena
de tu amor, alegría, paz y plenitud. Creo que estás haciendo esto en mí ahora y
asumo, por la fe, mi liberación, cura y salvación en Jesucristo, mi Salvador. ¡Gloria

54
a ti, mi Dios! ¡Bendito seas por siempre! Alabado seas, oh mi Dios! En nombre de
Jesús y por María nuestra Madre. Amén.

CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE

Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo: mi cuerpo,


mi mente y mi alma. Te alabo por tu creación, por todas tus obras y maravillas. Te
agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco
todo lo que tan generosamente me has dado.

Estoy sinceramente arrepentido por no haberte conocido, amado, servido y honrado


como debía. Abrazo mi herencia como hijo tuyo, tanto el gozo como la
responsabilidad. Te doy mi "Sí" para poder ser un instrumento de tu Voluntad.

Yo prometo mi fidelidad y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi


fe. Al más amoroso, atento y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina
Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego y entrego a mi
familia a Ti y solemnemente me consagro y consagro a mi familia a Ti, ahora y para
siempre.

Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a la Santísima Virgen María
para que me guíe hacia Jesús y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que
todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí, un templo viviente
preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo. Y que
yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero
e íntimo amigo, uno que te ama por sobre todas las cosas. Y que vengas por mí
cuando muera, para llevarme a casa contigo.

Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos
tus hijos pasados, presentes y futuros. Que traigas la paz al mundo y que reúnas a
todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como
en el cielo. Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que
te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes
de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y
todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones
y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate
formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre
Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

55
CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso


Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor
y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón
con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre auxilio del pueblo cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos
de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro
infalible; preserva de la impiedad y del vicio a la incauta juventud; promueve las
vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos,
el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la


incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce esperanza, Madre de
Misericordia y puerta del cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes,
particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a
fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos
que te conozcan, amen y podamos llegar a salvar muchas almas.
Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza y, en fin, el
pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor
que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra
el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte
una corona en el Paraíso. Así sea.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

56
CUARTO DÍA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados y así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que
los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida. Amén.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica, tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre, Dios de toda criatura, que diste a tus santos
Apóstoles la potestad de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar todo
poder del enemigo; Dios santo, que al realizar tus milagros ordenaste: huyan los
demonios; Dios fuerte, por cuyo poder Satanás, derrotado, cayó del cielo como un
rayo; ruego humildemente con temor y temblor a tu santo nombre para que,
fortalecido con tu poder, pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya. Tú, que vendrás a juzgar al mundo por el fuego
purificador y en él a los vivos y los muertos.

Antes de pedir a Dios nuestro Señor que nos libere de toda atadura y de todo mal
operado sobre nosotros, oremos a nuestra Madre Santísima, para que nos defienda
del enemigo malo y extienda su amor entre nosotros. Pues donde está ella no puede
prevalecer el enemigo, ya que su pureza lo ciega y derrota.

57
Recordando la profecía del Eterno Padre, te invocamos, Mujer Santa, Virgen María
elegida por Dios para traernos al Salvador, ¡Oh, Madre del Descendiente Poderoso!
que aplastaste la cabeza de la Serpiente, acompáñanos ahora porque nuevamente
tu Hijo, a través de nuestra humilde oración, habrá de enfrentar al autor del pecado
y del dolor.

Virgen María, te invocamos seguros de que nos escuchas, te invocamos confiados


en que no abandonarás al Hijo Santísimo de tus entrañas en esta batalla, porque
nunca lo abandonaste, Madre mía, entonces también ven en nuestro auxilio, y
recuérdanos que debemos confiar hasta el último momento en la voluntad perfecta
del Padre, así como tu sola presencia se lo recordó a tu Hijo.

Virgen María, estamos aquí; ampáranos y socórrenos en este momento porque


también nosotros somos esclavos del Señor.

Virgen María, madre de Dios y madre de la Iglesia, fortalécenos con tu presencia,


auxílianos con tu figura, ¡oh Madre Inmaculada! Tú que estuviste al pie de la cruz,
ven nuevamente al Calvario, danos paz con tu mirada como se la diste a tu Hijo,
llénanos de esperanza con tus ruegos como lo hiciste por tu Hijo, danos confianza
en el Padre Eterno como tú la tuviste durante la crucifixión, en aquel viernes de
dolor.

Virgen María, hemos vuelto contigo al Calvario, aquí está tu Hijo Jesucristo
muriendo por amor, Jesucristo, tu Hijo, está venciendo al Maligno. Tu Descendiente
Santísimo, en este mismo momento, está pisando la cabeza del dragón; ven, María,
a auxiliarnos para que se cumpla la Palabra de Dios, déjanos ocupar el lugar del
discípulo amado y junto a ti contemplar la redención. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la


perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú
Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a
los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.

BENDICIÓN Y EXORCISMO DEL AGUA…

58
SALMO 103
R. ¡Bendice, alma mía, al Señor!

Bendice, alma mía, al Señor,


y todo mi ser a su santo nombre.
Bendice, alma mía, al Señor,
y no olvides sus beneficios.

Él perdona todas tus culpas


y cura todas tus enfermedades;
él rescata tu vida de la fosa,
y te colma de gracia y de ternura;
él sacia de bienes tus días,
y como un águila se renueva tu juventud.

El Señor hace justicia


y defiende a todos los oprimidos;
enseñó sus caminos a Moisés
y sus hazañas a los hijos de Israel.

El Señor es compasivo y misericordioso,


lento a la ira y rico en clemencia.
No está siempre acusando
ni guarda rencor perpetuo;
no nos trata como merecen nuestros pecados
ni nos paga según nuestras culpas.

Como se levanta el cielo sobre la tierra,


se levanta su bondad sobre los que lo temen;
como dista el oriente del ocaso,
así aleja de nosotros nuestros delitos.

Como un padre siente ternura por sus hijos,


siente el Señor ternura por los que lo temen;
porque él conoce nuestra masa,
se acuerda de que somos barro.

Los días del hombre duran lo que la hierba,


florecen como flor del campo,
que el viento la roza, y ya no existe,
su terreno no volverá a verla.

Pero la misericordia del Señor dura desde siempre


y por siempre, para aquellos que lo temen;
su justicia pasa de hijos a nietos:
para los que guardan la alianza
y recitan y cumplen sus mandatos.
59
El Señor puso en el cielo su trono,
su soberanía gobierna el universo.
Bendecid al Señor, ángeles suyos,
poderosos ejecutores de sus órdenes,
prontos a la voz de su palabra.

Bendecid al Señor, ejércitos suyos,


servidores que cumplís sus deseos.
Bendecid al Señor, todas sus obras,
en todo lugar de su imperio.

¡Bendice, alma mía, al Señor!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN LUCAS 10, 19

Los setenta y dos volvieron con alegría diciendo: «Señor, hasta los demonios se
nos someten en tu nombre». Él les dijo: «Estaba viendo a Satanás caer del cielo
como un rayo. Mirad: os he dado el poder de pisotear serpientes y escorpiones y
todo poder del enemigo, y nada os hará daño alguno. Sin embargo, no estéis
alegres porque se os someten los espíritus; estad alegres porque vuestros nombres
están inscritos en el cielo». En aquella hora, se llenó de alegría en el Espíritu Santo
y dijo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido
estas cosas a los sabios y entendidos, y las has revelado a los pequeños. Sí, Padre,
porque así te ha parecido bien. Todo me ha sido entregado por mi Padre, y nadie
conoce quién es el Hijo sino el Padre; ni quién es el Padre sino el Hijo y aquel a
quien el Hijo se lo quiera revelar». Y, volviéndose a sus discípulos, les dijo aparte:
«¡Bienaventurados los ojos que ven lo que vosotros veis! Porque os digo que
muchos profetas y reyes quisieron ver lo que vosotros veis, y no lo vieron; y oír lo
que vosotros oís, y no lo oyeron».

Palabra del Señor.

ORACIÓN DE SELLAMIENTO CON LA SANGRE DE CRISTO

"Esta es la sangre que sella el pacto que Dios ha ordenado para ustedes"
(Hebr, 9:20).

Señor, me apropio de tu palabra que dice: "Porque ésta es mi sangre con la que se
selló el pacto en el cual es derramada a favor de muchos". Hoy quiero que selles mi
vida personal con todas mis pertenencias, yo (nombre) sello mi salvación con la
sangre preciosa de Jesucristo, para que todos mis afectos sean cubiertos. Yo,

60
(nombre) sello mi corazón para que no entre ningún espíritu de rencor, miedo,
tristeza, amargura. Yo (nombre) sello mi voluntad para que esté siempre dispuesta
a hacer el bien que yo quiero y no hacer el mal que no quiero. Yo (nombre) sello mi
mente para que entren sólo pensamientos que me permitan alcanzar el gozo y la
paz, para que cambiando mi manera de pensar cambie mi manera de vivir. Yo
(nombre) sello con la preciosa sangre de Jesucristo mi cuerpo para que reciba
salud, sea protegido del pecado, de enfermedades, adulterio y accidentes. Yo
(nombre) sello con la preciosa sangre de Jesucristo mi pasado para que toda herida
que esté haciendo daño sea sanada con tu sangre bendita. Yo (nombre) sello mi
presente para que todas mis actividades sean cubiertas con tu sangre preciosa. Yo
(nombre) sello mi futuro para que mis planes y proyectos sean preservados de toda
influencia del mal. Yo (nombre) sello con la preciosa sangre de Jesucristo a mis
hijos (diga el nombre de él o de ellos) para que sean protegidos. Yo (nombre) sello
mi economía, enséñame a dar para recibir. Yo (nombre) sello mi boca para que mis
palabras sean de bendición y no de maldición. Yo (nombre) sello mis oídos para
que sólo escuche la voz de Dios y así hacer su voluntad. Yo (nombre) sello mis
manos para que trabajen en tu obra y para el beneficio de los demás. Amén.

ACTO DE RENUNCIA

En Nombre de Jesús, yo te pregunto: ¿Renuncias de manera personal y a nombre


de tus antepasados a Satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al pecado para que puedas vivir en la gracia de Dios?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias con todo tu corazón a todo lo que el enemigo del alma ha introducido
en nuestro mundo para alejarnos del Señor?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica de brujería, magia blanca, negra o de cualquier color,


santería, hechicería o vudú?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica supersticiosa, como son las limpias y las barridas?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento,


codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría?


R. Sí, renuncio.

61
¿Renuncias a todo rito que hayas vivido tú o tu familia de iniciación chamánica,
espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o
sociedad secreta?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,


esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras substancias
con fines mágicos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución; a todo lo que tú u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar tu
sexualidad
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al uso de la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a


instrumentos para encontrar tesoros ocultos o dinero enterrado?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café


y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,


imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al alcoholismo, a la gula, suciedad, a las drogas y a cualquier otra


adicción?
R. Sí, renuncio.

Que el Señor te mantenga siempre lejos del pecado y te dé la salud del alma y del
cuerpo.
R. Amén.

CREDO

Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
62
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS

Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros


Cristo ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
63
San Gabriel,
San Rafael,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos ángeles y arcángeles,


Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Elías,
San Juan Bautista,
San José,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos patriarcas y profetas,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los Santos apóstoles y evangelistas,


Todos los Santos discípulos del Señor,
Todos los Santos inocentes,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María Magdalena,


San Esteban,

64
San Lorenzo,
San Vicente,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santas Perpetua y Felícitas,


San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
San Martín,
San Nicolás,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos obispos y confesores,


Todos los santos doctores,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier,


Todos los Santos y Santas de Dios,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
Todos los santos monjes y ermitaños,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Juan María Vianey,


Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Jesús,
65
Santa Águeda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,

Todas las santas vírgenes y viudas, rueguen por nosotros

A cada uno respondemos: Líbranos, Señor

Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu nacimiento,
Por tu bautismo,
Por tu santo ayuno,
Por tu pasión y tu cruz,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

A cada uno respondemos: Ten piedad de nosotros

Cristo, Hijo de Dios vivo,


Tú, que por nosotros fuiste tentado por el diablo,
Tú, que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos,
Tú, que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios,
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros,
Tú, que vendrás a juzgar a vivos y muertos,

66
A cada uno respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros que somos pecadores,


Para que nos oigas,
Para que nos perdones,
Para que seas indulgente,
Para que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
Para que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
Para que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
Para que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los
órdenes de la jerarquía eclesiástica,
Para que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
Para que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera
concordia,
Para que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error,
y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
Para que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
Para que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes
eternos,
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna,
Para que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
Para que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos, Hijo de Dios,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros

Dios y Padre nuestro, que nos ves quebrantados por nuestra fragilidad, te rogamos
suplicantes por todos nosotros para que apartes el espíritu del mal y nos restituyas
a la plena libertad de tus hijos para que así, te alabemos siempre con la multitud de
tus santos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

LÍBRAME DEL MAL

Señor Jesús, líbrame si algún mal han hecho sobre mí, sobre mi alma, sobre mi
cuerpo, sobre mi trabajo.

67
Y con tu poder, por tu misericordia y por tu voluntad, haz que mi familia, seres
queridos y amigos, desde este mismo momento puedan regresar a la plenitud de tu
gracia, en completa salud y en completa unión con los deseos de la Santísima
Trinidad.
Te lo pido, Jesús, por tus méritos, por tu sangre preciosa, derramada en la cruz, por
los dolores de la Santísima Virgen y por la intercesión del patriarca San José, para
mayor gloria de la Santísima Trinidad. Amén.

ORACIÓN PARA ROMPER TODA CLASE DE ATADURAS

Señor Rey soberano, tu gloria domina toda la tierra, tú tienes poder sobre todas las
cosas, porque todo está bajo tu dominio, tú eres Señor de todos, tú lo sabes todo,
tú lo puedes todo, para ti no hay nada imposible; hoy te invito para que vengas a mi
miseria. Ya sé que partiendo de estas ruinas tú puedes recorrer mi vida entera,
trayendo sobre mí la paz que necesito. Te presento mis necesidades, a tus pies dejo
todas mis cargas: entrégale tus problemas.

Quiero ahora mismo entregar, en el nombre de Jesús, toda cadena, atadura,


maldición que provenga de mis antepasados o que yo mismo haya alcanzado con
mis actitudes o palabras afectando mis emociones, mi salud, mis ilusiones, mis
actitudes y mis bienes. Señor Jesús, corta y expulsa, con el poder de tu Sangre
Preciosa, todos los espíritus o influencias negativas de los antepasados, de
cualquier fuente genética, espiritual y física que esté afectando los miembros de mi
familia (coloca los que consideres que necesitan ser liberados). Aplico tu sangre
preciosa sobre mi familia para que seamos protegidos de todo daño, herida,
catástrofe, accidentes, calamidades, enfermedades o cualquier trampa del
demonio. Señor Jesucristo, rechaza, expulsa, repudia, reprime toda fuerza oscura
y cualquier atadura emocional, económica, sexual, que no me permite ser libre.
Señor Jesucristo rompe, deshaga, toda maldición que otros hayan lanzado sobre
mí, sobre mi familia, sobre mis pertenencias, para hacerme daño de cualquier forma.
Señor Jesucristo, reprende y expulsa a todos los poderes del demonio de todos los
miembros de mi familia, vivos y difuntos. Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu
Santo pisotea, disuelve y aniquila, deshaz, invalida, cualquier cadena, maldición,
atadura, trampa y artimaña, mentira, cadenas intergeneracionales que estén
afectando mi vida y la vida de toda mi familia dañando mi tranquilidad.

Espíritu Santo, con tu espada, corta toda atadura, maldición sobre mi economía
familiar, empresarial causada por apegos al dinero, por ataduras a la ruina o las
deudas debido a mi falta de generosidad con la Iglesia, engañado por los espíritus
del mal, resistiéndome a dar los diezmos y las ofrendas, atándome a la mezquindad,
tacañería, crítica y juicio temerario hacia sus ministros. Hoy quiero apropiarme de la
Palabra de Dios que dice: "También recibirán lo mejor de todas las primicias y de
todas las ofrendas que ustedes presenten. Les darán a los sacerdotes, para su pan,
lo mejor de sus masas. Así mi bendición reposará sobre los hogares de ustedes"
(Ezeq. 44:30).

68
Prometo, de ahora en adelante, serte fiel en el diezmo. Abro mi corazón a ti para
recibir toda clase de bendiciones para mí y toda mi familia. Amén.

ORACIÓN DE LA VICTORIA DEL NOMBRE DE JESÚS Y SUS LLAGAS

Al orar por otros menciona sus nombres en el lugar indicado.

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús aplastó la cabeza de la
serpiente y también venció su poder sobre mí. Él ganó esta victoria por mí. ¡Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesucristo destruyó el poder de
la muerte: en mi corazón y en mi vida también. Él venció a la muerte. ¡Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! El Cordero, el León de Judá,
venció a Satanás y al poder del pecado en mi vida. ¡Jesús es vencedor! ¡Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús puso a todos sus
enemigos bajo sus pies. En mi vida también, el enemigo es vencido. ¡Jesús lo
venció! Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús vino para destruir todas
las obras del diablo. En mi vida también, porque Jesús es vencedor. ¡Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús nos liberó de todo el
poder del pecado, porque dice: "Si el Hijo los libera serán verdaderamente libres".
Él me hizo esta promesa. Jesús vencedor me libró de los lazos del pecado. ¡Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Yo sé que mi Redentor vive.
Me redime y me transforma en una nueva criatura. Jesús me libera. ¡Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús despojó a sus enemigos,
los exhibió públicamente y triunfó sobre ellos en la cruz. Jesús vence sobre el
enemigo, cuando trata de oprimirme ¡Aleluya!

¡En el nombre de Jesús y en sus llagas hay victoria! Jesús tiene las llaves del
infierno y de la muerte. Desde hoy el enemigo no me dañará, por más que "ronde
como león rugiente". ¡Jesús me redimió! ¡Jesús es vencedor! ¡Aleluya!

ORACIÓN PARA LIBERACIÓN DE MALDICIONES ANCESTRALES

Padre eterno, tú eres el único Dios inmortal, Dios que es amor, misericordia y
bondad. Mira a tu Hijo Unigénito, Jesucristo y ten misericordia. Yo te ofrezco los
dolores de su flagelación en la columna, sus heridas y Sangre, por todos los de tu
pueblo que estén viviendo bajo el peso de una maldición por sus pecados, por los

69
pecados de sus antepasados, y por la desobediencia al romper el pacto que ellos
hicieron contigo. Libéranos por la flagelación de tu Hijo, sánanos por sus heridas y
sálvanos por su Sangre preciosa. Amén.

Sangre preciosa de Jesucristo, perdónanos.


Santas llagas de Jesucristo, sana nuestras heridas.
Por tu flagelación, libéranos y perdónanos. Amén.

ORACIÓN DESPUÉS DE LA LIBERACIÓN

Te rogamos, oh Dios todopoderoso, que el espíritu de iniquidad no tenga más poder


sobre mí, sino que huya y no regrese más. Que entren en mí y por mandato tuyo, la
bondad y la paz de Nuestro Señor Jesucristo, por quien fuimos redimidos y que no
temamos ningún mal, porque Dios está con nosotros por los siglos de los siglos.
Amén.

Señor Jesús, llena todo vacío que haya quedado, en mi alma, en mi corazón, en
mis sentimientos y en mi memoria con el amor de la Santísima Trinidad, de modo
que no quede tristeza, soledad, congoja, ganas de llorar, abandono de la fe,
desánimo o pusilanimidad. Todo queda sellado con el amor maravilloso de la
Santísima Trinidad y la dulce ternura de mi Madre María.

Corazón Inmaculado de María, yo renuevo hoy en tus manos las promesas de mi


bautismo. Renuncio para siempre a Satanás enemigo de nuestra alegría. Renuncio
a sus engaños, a sus seducciones y a sus obras. Me entrego enteramente a Jesús,
señal viva del amor de Dios por nosotros, para ser fiel a Él y para poder vivir
plenamente como hijo de Dios. Yo me entrego a ti, Inmaculada María, te escojo
como mi Madre y Señora. A ti, como hijo tuyo, yo entrego y consagro mi vida, mi
familia, y la comunidad en la cual vivo. Dispón siempre de mí, según tú corazón, oh
María.

Presérvame del mal y defiéndeme del maligno. En el último día recógeme en tus
brazos. Y como hijo tuyo, preséntame a Jesús. Entonces, el alma mía exultará de
alegría. Empezará mi paraíso. Será un eterno canto de alabanza a Dios, junto a ti,
oh María, Madre de Misericordia. Amén.

ORACIÓN DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN DE RAÍCES PROFUNDAS

Ven, Espíritu Santo, penetra las profundidades de mi alma con tu poder. Arranca las
raíces más profundas y ocultas del dolor y del pecado que están enterrados en mí.
Lávame en la preciosa Sangre de Jesús y aniquila definitivamente toda ansiedad
que traigo en mí, toda amargura, angustia, sufrimiento interior, desgaste emocional,
infelicidad, tristeza, ira, desesperación, envidia, odio y venganza, sentimiento de
culpa y de autoacusación, deseo de muerte y de fuga de mí mismo, toda opresión

70
del maligno en mi alma, en mi cuerpo y toda perversidad que él coloca en mi mente.
Oh, bendito Espíritu Santo, quema con tu fuego abrasador toda tiniebla dentro de
mí, que me consume y me impide ser feliz. Destruye en mí todas las consecuencias
de mis pecados y de los pecados de mis antepasados, que se manifiestan en mis
actitudes, decisiones, temperamento, palabras, vicios. Libera, Señor, a toda mi
descendencia de la herencia del pecado y de la rebelión contra las cosas de Dios
que yo mismo les transmití. ¡Ven, Santo Espíritu! ¡Ven, en el nombre de Jesús!
Lávame en la Sangre preciosa de Jesús, purifica todo mi ser, quiebra toda la dureza
de mi corazón, destruye todas las barreras de resentimiento, dolor, rencor, egoísmo,
maldad, orgullo, soberbia, intolerancia, prejuicios e incredulidad que existen en mí.
Y, en el poder de Jesucristo resucitado, libérame Señor! Cúrame Señor! ¡Ten piedad
de mí, Señor! ¡Ven Santo Espíritu! Hazme resucitar ahora para una vida nueva, llena
de tu amor, alegría, paz y plenitud. Creo que estás haciendo esto en mí ahora y
asumo, por la fe, mi liberación, cura y salvación en Jesucristo, mi Salvador. ¡Gloria
a ti, mi Dios! ¡Bendito seas por siempre! Alabado seas, oh mi Dios! En nombre de
Jesús y por María nuestra Madre. Amén.

CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE

Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo: mi cuerpo,


mi mente y mi alma. Te alabo por tu creación, por todas tus obras y maravillas. Te
agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco
todo lo que tan generosamente me has dado.

Estoy sinceramente arrepentido por no haberte conocido, amado, servido y honrado


como debía. Abrazo mi herencia como hijo tuyo, tanto el gozo como la
responsabilidad. Te doy mi "Sí" para poder ser un instrumento de tu Voluntad.

Yo prometo mi fidelidad y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi


fe. Al más amoroso, atento y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina
Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego y entrego a mi
familia a Ti y solemnemente me consagro y consagro a mi familia a Ti, ahora y para
siempre.

Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a la Santísima Virgen María
para que me guíe hacia Jesús y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que
todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí, un templo viviente
preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo. Y que
yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero
e íntimo amigo, uno que te ama por sobre todas las cosas. Y que vengas por mí
cuando muera, para llevarme a casa contigo.

Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos
tus hijos pasados, presentes y futuros. Que traigas la paz al mundo y que reúnas a

71
todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como
en el cielo. Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que
te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes
de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y
todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones
y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate
formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre
Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso


Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor
y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón
con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre auxilio del pueblo cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos
de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro
infalible; preserva de la impiedad y del vicio a la incauta juventud; promueve las
vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos,
el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la


incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce esperanza, Madre de
Misericordia y puerta del cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes,
particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a
fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos
que te conozcan, amen y podamos llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza y, en fin, el
pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor
que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra

72
el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte
una corona en el Paraíso. Así sea.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

73
QUINTO DÍA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados y así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que
los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida. Amén.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica, tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre, Dios de toda criatura, que diste a tus santos
Apóstoles la potestad de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar todo
poder del enemigo; Dios santo, que al realizar tus milagros ordenaste: huyan los
demonios; Dios fuerte, por cuyo poder Satanás, derrotado, cayó del cielo como un
rayo; ruego humildemente con temor y temblor a tu santo nombre para que,
fortalecido con tu poder, pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya. Tú, que vendrás a juzgar al mundo por el fuego
purificador y en él a los vivos y los muertos.

Antes de pedir a Dios nuestro Señor que nos libere de toda atadura y de todo mal
operado sobre nosotros, oremos a nuestra Madre Santísima, para que nos defienda
del enemigo malo y extienda su amor entre nosotros. Pues donde está ella no puede
prevalecer el enemigo, ya que su pureza lo ciega y derrota.

74
Recordando la profecía del Eterno Padre, te invocamos, Mujer Santa, Virgen María
elegida por Dios para traernos al Salvador, ¡Oh, Madre del Descendiente Poderoso!
que aplastaste la cabeza de la Serpiente, acompáñanos ahora porque nuevamente
tu Hijo, a través de nuestra humilde oración, habrá de enfrentar al autor del pecado
y del dolor.

Virgen María, te invocamos seguros de que nos escuchas, te invocamos confiados


en que no abandonarás al Hijo Santísimo de tus entrañas en esta batalla, porque
nunca lo abandonaste, Madre mía, entonces también ven en nuestro auxilio, y
recuérdanos que debemos confiar hasta el último momento en la voluntad perfecta
del Padre, así como tu sola presencia se lo recordó a tu Hijo.

Virgen María, estamos aquí; ampáranos y socórrenos en este momento porque


también nosotros somos esclavos del Señor.

Virgen María, madre de Dios y madre de la Iglesia, fortalécenos con tu presencia,


auxílianos con tu figura, ¡oh Madre Inmaculada! Tú que estuviste al pie de la cruz,
ven nuevamente al Calvario, danos paz con tu mirada como se la diste a tu Hijo,
llénanos de esperanza con tus ruegos como lo hiciste por tu Hijo, danos confianza
en el Padre Eterno como tú la tuviste durante la crucifixión, en aquel viernes de
dolor.

Virgen María, hemos vuelto contigo al Calvario, aquí está tu Hijo Jesucristo
muriendo por amor, Jesucristo, tu Hijo, está venciendo al Maligno. Tu Descendiente
Santísimo, en este mismo momento, está pisando la cabeza del dragón; ven, María,
a auxiliarnos para que se cumpla la Palabra de Dios, déjanos ocupar el lugar del
discípulo amado y junto a ti contemplar la redención. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la


perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú
Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a
los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.

BENDICIÓN Y EXORCISMO DEL AGUA…

75
SALMO 149
R. ¡Cantad al Señor un cántico nuevo!

Cantad al Señor un cántico nuevo,


resuene su alabanza en la asamblea de los fieles;
que se alegre Israel por su Creador,
los hijos de Sión por su Rey.

Alabad su nombre con danzas,


cantadle con tambores y cítaras;
porque el Señor ama a su pueblo
y adorna con la victoria a los humildes.

Que los fieles festejen su gloria


y canten jubilosos en filas:
con vítores a Dios en la boca
y espadas de dos filos en las manos:
para tomar venganza de los pueblos
y aplicar el castigo a las naciones,
sujetando a los reyes con argollas,
a los nobles con esposas de hierro.

Ejecutar la sentencia dictada


es un honor para todos sus fieles. ¡Aleluya!

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

LECTURA DEL SANTO EVANGELIO SEGÚN SAN MARCOS 5, 1- 20

Y llegaron a la otra orilla del mar, a la región de los gerasenos. Apenas desembarcó,
le salió al encuentro, de entre los sepulcros, un hombre poseído de espíritu
inmundo. Y es que vivía entre los sepulcros; ni con cadenas podía ya nadie
sujetarlo; muchas veces lo habían sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía
las cadenas y destrozaba los cepos, y nadie tenía fuerza para dominarlo. Se pasaba
el día y la noche en los sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con
piedras. Viendo de lejos a Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó con voz
potente: «¿Qué tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios altísimo? Por Dios te
lo pido, no me atormentes». Porque Jesús le estaba diciendo: «Espíritu inmundo,
sal de este hombre». Y le preguntó: «¿Cómo te llamas?». Él respondió: «Me llamo
Legión, porque somos muchos». Y le rogaba con insistencia que no los expulsara
de aquella comarca. Había cerca una gran piara de cerdos paciendo en la falda del
monte. Los espíritus le rogaron: «Envíanos a los cerdos para que entremos en
ellos». Él se lo permitió. Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron
en los cerdos; y la piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al mar y se
ahogó en el mar. Los porquerizos huyeron y dieron la noticia en la ciudad y en los
76
campos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y vieron al
endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su juicio. Y se
asustaron. Los que lo habían visto les contaron lo que había pasado al
endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de su
comarca. Mientras se embarcaba, el que había estado poseído por el demonio le
pidió que le permitiese estar con él. Pero no se lo permitió, sino que le dijo: «Vete a
casa con los tuyos y anúnciales lo que el Señor ha hecho contigo y que ha tenido
misericordia de ti». El hombre se marchó y empezó a proclamar por la Decápolis lo
que Jesús había hecho con él; todos se admiraban.

Palabra del Señor.

ORACIÓN DE SELLAMIENTO Y PROTECCIÓN A LA SANGRE DE CRISTO.

Yo (di tu nombre) me coloco a los pies de Jesucristo y me rindo a su Señorío, me


ato a su santa voluntad, me amarro con los lazos infinitos de su misericordia, abro
mi corazón de par en par para que penetre e invada todo mi ser.

En el nombre de Nuestro Señor Jesucristo muerto y resucitado, yo clamo y aplico


su preciosa sangre sobre mí, sobre mi familia, sobre mis bienes espirituales y
materiales.

Yo sello mi corazón para que con tu Sangre Preciosa sea limpiados de odios,
resentimientos, temores, angustia, soledad, tristeza, dolor, etc.

Yo (di tu nombre) sello mi espíritu en la Sangre Preciosa de Jesús. Yo (di tu nombre)


sello mi alma en la Sangre Preciosa de Jesús.
Yo (di tu nombre) sello mi mente y voluntad en la Sangre Preciosa de Jesús.
Yo (di tu nombre) sello mi pasado y mi presente en la Sangre Preciosa de Jesús.

Sello a mis hijos (nombrarlos) para que ante el sello poderoso de la Sangre de Jesús
huya toda la fuerza del mal. Aplico la Sangre de Jesús sobre mi casa y los que
habitan en ella.

Derramo la Sangre de Jesús en mi trabajo o negocio para que queden sellados y


ninguna potencia del maligno pueda hacerme daño. Amén.

ACTO DE RENUNCIA

En Nombre de Jesús, yo te pregunto: ¿Renuncias de manera personal y a nombre


de tus antepasados a Satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras?
R. Sí, renuncio.

77
¿Renuncias al pecado para que puedas vivir en la gracia de Dios?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias con todo tu corazón a todo lo que el enemigo del alma ha introducido
en nuestro mundo para alejarnos del Señor?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica de brujería, magia blanca, negra o de cualquier color,


santería, hechicería o vudú?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica supersticiosa, como son las limpias y las barridas?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento,


codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo rito que hayas vivido tú o tu familia de iniciación chamánica,


espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o
sociedad secreta?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,


esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras substancias
con fines mágicos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución; a todo lo que tú u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar tu
sexualidad
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al uso de la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a


instrumentos para encontrar tesoros ocultos o dinero enterrado?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café


y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales?
R. Sí, renuncio.

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¿Renuncias a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,
imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al alcoholismo, a la gula, suciedad, a las drogas y a cualquier otra


adicción?
R. Sí, renuncio.

Que el Señor te mantenga siempre lejos del pecado y te dé la salud del alma y del
cuerpo.
R. Amén.

CREDO

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.
79
LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS

Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros


Cristo ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos ángeles y arcángeles,


Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Elías,
San Juan Bautista,
San José,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos patriarcas y profetas,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
80
A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los Santos apóstoles y evangelistas,


Todos los Santos discípulos del Señor,
Todos los Santos inocentes,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María Magdalena,


San Esteban,
San Lorenzo,
San Vicente,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santas Perpetua y Felícitas,


San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
San Martín,
San Nicolás,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos obispos y confesores,


Todos los santos doctores,

81
A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier,


Todos los Santos y Santas de Dios,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
Todos los santos monjes y ermitaños,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Juan María Vianey,


Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Jesús,
Santa Águeda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,

Todas las santas vírgenes y viudas, rueguen por nosotros

A cada uno respondemos: Líbranos, Señor

Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu nacimiento,
Por tu bautismo,
82
Por tu santo ayuno,
Por tu pasión y tu cruz,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

A cada uno respondemos: Ten piedad de nosotros

Cristo, Hijo de Dios vivo,


Tú, que por nosotros fuiste tentado por el diablo,
Tú, que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos,
Tú, que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios,
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros,
Tú, que vendrás a juzgar a vivos y muertos,

A cada uno respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros que somos pecadores,


Para que nos oigas,
Para que nos perdones,
Para que seas indulgente,
Para que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
Para que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
Para que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
Para que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los
órdenes de la jerarquía eclesiástica,
Para que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
Para que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera
concordia,
Para que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error,
y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
Para que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
Para que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes
eternos,
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna,
Para que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
Para que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos, Hijo de Dios,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
83
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros

Dios y Padre nuestro, que nos ves quebrantados por nuestra fragilidad, te rogamos
suplicantes por todos nosotros para que apartes el espíritu del mal y nos restituyas
a la plena libertad de tus hijos para que así, te alabemos siempre con la multitud de
tus santos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DE RENUNCIA

Terminamos el Padre Nuestro pidiendo a Dios que nos libre del mal. Es una petición
muy seria que hacemos a Dios Todopoderoso: que nos libre de Satanás, del diablo,
del seductor (Ap 12,9), del padre de la mentira (Jn 8,44). También Jesús lo pidió
para nosotros en la última cena: "No te pido que los retires del mundo, sino que los
guardes del maligno" (Jn 17, 15)

"Al pedir ser liberados del maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos
los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador. En esta
última petición, la Iglesia presenta al Padre todas las desdichas del mundo. Con la
liberación de todos los males que abruman a la humanidad, implora el don precioso
de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo." (Catecismo
n. 2854)

Señor, el demonio anda "como león rugiente buscando a quien devorar" (1Pe 5,8).
No queremos caer en sus garras. Líbranos del mal.
Líbranos del tentador, de sus seducciones y de sus engaños, no dejes que siembre
la cizaña del mal en nuestras vidas.
Líbranos del orgullo, del amor propio y la autosuficiencia.
Líbranos de la idolatría y la vanidad, de toda forma de egoísmo, de ponernos al
centro de nuestros pensamientos e intereses.
Líbranos de ser esclavos de la opinión de los demás, de la cobardía, del respeto
humano y de todo aquello que condicione nuestra autenticidad cristiana.
Líbranos de cuanto nos esclaviza sin que nos demos cuenta.
Líbranos de los malos sentimientos, del rencor, del odio, del deseo de venganza.
Líbranos de cualquier ambición o atadura que nos robe la paz.
Queremos aspirar a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
Líbranos de los apegos que nos impiden llegar hasta ti.
Aleja de nosotros toda turbación, angustia, tristeza u obsesión.
Líbranos de las fuerzas del mal, de los maleficios, de las brujerías, de la infestación
diabólica.
Queremos estar siempre en tus brazos y nunca bajo el poder de Satanás.
¡Queremos ser libres, Señor! ¡Queremos ser tuyos, sólo tuyos!
Queremos despojarnos del hombre viejo y que nos revistas del hombre nuevo a
través de la gracia que nos regalas en los Sacramentos.

84
Tenemos la certeza de que, si tú estás con nosotros, nadie podrá contra nosotros
(cfr Rm 8, 31)
Por eso hacemos esta oración llenos de confianza en Ti: Tú has vencido al mundo
(cfr. Jn 16,33)
Todo lo podemos en ti que nos das fuerza (cfr Fil, 4,13)
Por los méritos de la pasión, muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo,
te pedimos, Padre, que nos libres del maligno ahora y en la hora de nuestra muerte.
Amén.

ORACIÓN DE RENUNCIA

Señor Jesús, yo te recibo hoy como mi Señor y mi Salvador y recibo tu Espíritu


Santo para que venga a mi vida y la cambie hoy, Padre yo renuncio en el nombre
de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser víctima o causante de soledad,
tristeza, rechazo, estrés, preocupaciones por el que dirán, depresión, amargura,
condenación, desespero, ansiedad que me hace comer compulsivamente y me
produce exceso de gordura y me hace sentir avergonzado(a) al relacionarme con
otras personas y me trae complejos de inferioridad, timidez y temor a ser rechazado
o rechazada, no aceptado o aceptada en mi trabajo, en el lugar donde estudio sea
instituto, liceo, escuela, universidad, en el lugar donde vivo, con mis vecinos,
familiares, primos, primas, hermanos.

Padre yo renuncio en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser


víctima o causante de temor al futuro, de miedo al fracaso en los estudios, miedo al
fracaso en mi vida profesional, miedo al fracaso en mi vida sentimental de pareja y
con mis hijos.

Renuncio al miedo, al fracaso, a ser mal padre o mala madre, miedo a no ser
entendido y a expresar mis ideas, sueños, anhelos, proyectos, por muy locos o
imposibles que me parezcan o que les parezcan a otros, renuncio al miedo de ser
mal hijo, mala hija, mal estudiante, profesional, comerciante o ministro de Dios, a
ser mal amigo o compañero.

Padre yo renuncio en el nombre de Jesús, a legiones espirituales que me hagan ser


víctima o causante de falta de entendimiento en los estudios, trabajo, ministerio, a
toda falta de sabiduría, toda falta de revelación, primeramente, en la palabra y en
todos los demás aspectos de mi vida, a falsos conceptos y paradigmas que me
fueron enseñados acerca de la educación, de la familia, el trabajo, las relaciones
personales, las riquezas y la salud.

Padre yo renuncio en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser


víctima o causante de divorcio, de abuso, de culpa, de falta de perdón, de rencor,
de resentimiento, de rabia porque otros están prosperando y yo no, por los
momentos de ira, de odio, de celos, de envidia ministeriales, familiares, personales
o profesionales, falta de perdón hacia los padres, hacia los hijos, hermanos, hacia

85
mi esposa, mi esposo, mi novio, mi novia, hacia mi familia, hacia aquellos que me
traicionaron.

Hoy renuncio a esto, pido y extiendo perdón hacia estas personas y a mi mismo.
Padre yo renuncio en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser
víctima o causante de falta de perdón hacia mí mismo, yo renuncio a legiones
espirituales de maltratos hacia la mujer, maltratos hacia el hombre, de humillación,
vejación, hacia los niños, hacia los ancianos, de violencia hacia mis padres, hacia
mi madre, mis hermanos, mis hermanas, profesores, personas que estando en
algún sitio de autoridad ejerciéndola, abusaron de mi como persona, en lo
emocional, en lo mental, en lo espiritual, en lo físico.

A personas en puestos de gobierno que tratamos con ellos en algún caso, que les
competía resolver hacia mi o alguna otra persona con la cual de alguna manera
guardo vínculo, hijo, hermano etc., y no lo hicieron por abuso, falta de
responsabilidad, negligencia, por el motivo que fuera, consciente o
inconscientemente que lo hayan hecho en esta hora, extiendo perdón hacia ellos.

Padre, yo renuncio en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser


víctima o causante de aborto, seducción, lujuria, lascivia, fornicación, masturbación,
homosexualismo, lesbianismo, sadomasoquismo, pornografía, infidelidad, sadismo
y orgía.

Padre, yo renuncio en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser


víctima o causante de miseria, de ruina, de pactos de pobreza, de escasez, de
codicia, de avaricia, de robo, de hurto, de perdida de objetos valiosos, de negocios
infructuosos que no dejan resultados, de pérdidas de terrenos, de casas, joyas, de
documentos, bonos, de involucrarme con conexiones inadecuadas, de malas
conexiones con el dinero, de falsos hermanos en la fe, renuncio a verme involucrado
en escándalos, personales, familiares, profesionales, de negocios, espirituales,
padecer yo o los míos de muertes violentas o calamitosas, enfermedades penosas
que traen una carga de dolor y no solo al que la padece sino a los que de alguna
manera se ven involucradas en ella de forma personal, emocional, mental, física o
financiera.

Renuncio a verme involucrado yo o mi familia en cosas que no edifiquen a otros , ni


a mí, a ser confundido para mal por alguna persona, institución, cuerpos policiales,
empresas de embargo, tribunales nacionales o extranjeros, así como gobierno de
la nación o extranjeros, como persona que haya cometido cualquier tipo de fechoría
u acto ilícito en contra de las leyes o terceros, y a causa de ello quieran tomar sobre
mi o los míos, o sobre mis bienes cualquier tipo de represalia tomando la justicia en
sus propias manos equivocadamente, yo renuncio hoy en el nombre de Jesús.

Padre, yo renuncio en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser


víctima o causante de venganza, homicidio, suicidio, secuestro, envenenamiento,
arrogancia, altivez, orgullo, estafa, complejo de inferioridad, temor a enfrentarme al

86
público, temor de hablar, violación, soberbia, cizaña, temor a reclamar mis
derechos.

Padre, yo renuncio, en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan


ser víctima o causante de: mentira, fraude, soborno, religiosidad, misticismo,
fascinación, sueños recurrentes de muerte, desastres naturales o familiares,
financieros, pesadillas, sueños obsesivos, eróticos y sueños de visiones infernales.

Padre, yo renuncio en el nombre de Jesús a legiones espirituales que me hagan ser


víctima causante de: idolatría, pactos de hechicería , brujería, santería , masonería,
magia blanca, magia negra, nueva era, vudú, budismo, hinduismo, charlatanería,
harecrisnas, culto a los ángeles, cultos indígenas de adoración a elementos
naturales, tierra, mar, aire, fuego, agua, mares, ríos, árboles, montañas, animales
sea del tipo, hábitat o especie que fueren, dianética, espiritismo, control mental,
meditación trascendental, rosacruces, templarios, pactos hechos con sangre de
animales, o personas con bebes, niños o niñas, doncellas vírgenes o adultos,
ancianos, lecturas de cartas, de tarot, egipcio, francés, fenicio, español, cartas
gitanas, caracoles, con ropa íntima o de cualquier tipo de ropa, de hombres, mujeres
o niños, piezas de cabello, semen o flujo de personas, sudor, lagrimas, orina,
fotografías, pactos hechos con el diablo por mi o por terceras personas, por mis
antepasados hacia mí, mi familia, negocio, profesión, pareja, todo tipo de pactos
hechos con las tinieblas y con todo el mundo espiritual que sea contrario al Nombre
de Jesús.

Señor Jesús, quema todas estas cosas con el fuego del Espíritu Santo, quémalas
en mi mente, en mi consciente e inconsciente, en mi corazón, en mi alma y en todo
mi ser y en todos mis caminos, quema todas las imágenes y todos los recuerdos del
pasado, de modo que no queden, ni raíz, ni rama, hoy soy y me declaro libre, libre,
libre, en el nombre de Jesús. Amén.

ORACIÓN DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN DE RAÍCES PROFUNDAS

Ven, Espíritu Santo, penetra las profundidades de mi alma con tu poder. Arranca las
raíces más profundas y ocultas del dolor y del pecado que están enterrados en mí.
Lávame en la preciosa Sangre de Jesús y aniquila definitivamente toda ansiedad
que traigo en mí, toda amargura, angustia, sufrimiento interior, desgaste emocional,
infelicidad, tristeza, ira, desesperación, envidia, odio y venganza, sentimiento de
culpa y de autoacusación, deseo de muerte y de fuga de mí mismo, toda opresión
del maligno en mi alma, en mi cuerpo y toda perversidad que él coloca en mi mente.
Oh, bendito Espíritu Santo, quema con tu fuego abrasador toda tiniebla dentro de
mí, que me consume y me impide ser feliz. Destruye en mí todas las consecuencias
de mis pecados y de los pecados de mis antepasados, que se manifiestan en mis
actitudes, decisiones, temperamento, palabras, vicios. Libera, Señor, a toda mi
descendencia de la herencia del pecado y de la rebelión contra las cosas de Dios
que yo mismo les transmití. ¡Ven, Santo Espíritu! ¡Ven, en el nombre de Jesús!

87
Lávame en la Sangre preciosa de Jesús, purifica todo mi ser, quiebra toda la dureza
de mi corazón, destruye todas las barreras de resentimiento, dolor, rencor, egoísmo,
maldad, orgullo, soberbia, intolerancia, prejuicios e incredulidad que existen en mí.
Y, en el poder de Jesucristo resucitado, libérame Señor! Cúrame Señor! ¡Ten piedad
de mí, Señor! ¡Ven Santo Espíritu! Hazme resucitar ahora para una vida nueva, llena
de tu amor, alegría, paz y plenitud. Creo que estás haciendo esto en mí ahora y
asumo, por la fe, mi liberación, cura y salvación en Jesucristo, mi Salvador. ¡Gloria
a ti, mi Dios! ¡Bendito seas por siempre! Alabado seas, oh mi Dios! En nombre de
Jesús y por María nuestra Madre. Amén.

CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE

Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo: mi cuerpo,


mi mente y mi alma. Te alabo por tu creación, por todas tus obras y maravillas. Te
agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco
todo lo que tan generosamente me has dado.

Estoy sinceramente arrepentido por no haberte conocido, amado, servido y honrado


como debía. Abrazo mi herencia como hijo tuyo, tanto el gozo como la
responsabilidad. Te doy mi "Sí" para poder ser un instrumento de tu Voluntad.

Yo prometo mi fidelidad y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi


fe. Al más amoroso, atento y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina
Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego y entrego a mi
familia a Ti y solemnemente me consagro y consagro a mi familia a Ti, ahora y para
siempre.

Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a la Santísima Virgen María
para que me guíe hacia Jesús y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que
todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí, un templo viviente
preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo. Y que
yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero
e íntimo amigo, uno que te ama por sobre todas las cosas. Y que vengas por mí
cuando muera, para llevarme a casa contigo.

Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos
tus hijos pasados, presentes y futuros. Que traigas la paz al mundo y que reúnas a
todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como
en el cielo. Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que
te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes

88
de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y
todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones
y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate
formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre
Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso


Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor
y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón
con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre auxilio del pueblo cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos
de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro
infalible; preserva de la impiedad y del vicio a la incauta juventud; promueve las
vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos,
el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la


incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce esperanza, Madre de
Misericordia y puerta del cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes,
particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a
fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos
que te conozcan, amen y podamos llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza y, en fin, el
pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor
que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra
el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte
una corona en el Paraíso. Así sea.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

89
SEXTO DÍA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados y así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que
los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida. Amén.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica, tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre, Dios de toda criatura, que diste a tus santos
Apóstoles la potestad de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar todo
poder del enemigo; Dios santo, que al realizar tus milagros ordenaste: huyan los
demonios; Dios fuerte, por cuyo poder Satanás, derrotado, cayó del cielo como un
rayo; ruego humildemente con temor y temblor a tu santo nombre para que,
fortalecido con tu poder, pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya. Tú, que vendrás a juzgar al mundo por el fuego
purificador y en él a los vivos y los muertos.

Antes de pedir a Dios nuestro Señor que nos libere de toda atadura y de todo mal
operado sobre nosotros, oremos a nuestra Madre Santísima, para que nos defienda
del enemigo malo y extienda su amor entre nosotros. Pues donde está ella no puede
prevalecer el enemigo, ya que su pureza lo ciega y derrota.

90
Recordando la profecía del Eterno Padre, te invocamos, Mujer Santa, Virgen María
elegida por Dios para traernos al Salvador, ¡Oh, Madre del Descendiente Poderoso!
que aplastaste la cabeza de la Serpiente, acompáñanos ahora porque nuevamente
tu Hijo, a través de nuestra humilde oración, habrá de enfrentar al autor del pecado
y del dolor.

Virgen María, te invocamos seguros de que nos escuchas, te invocamos confiados


en que no abandonarás al Hijo Santísimo de tus entrañas en esta batalla, porque
nunca lo abandonaste, Madre mía, entonces también ven en nuestro auxilio, y
recuérdanos que debemos confiar hasta el último momento en la voluntad perfecta
del Padre, así como tu sola presencia se lo recordó a tu Hijo.

Virgen María, estamos aquí; ampáranos y socórrenos en este momento porque


también nosotros somos esclavos del Señor.

Virgen María, madre de Dios y madre de la Iglesia, fortalécenos con tu presencia,


auxílianos con tu figura, ¡oh Madre Inmaculada! Tú que estuviste al pie de la cruz,
ven nuevamente al Calvario, danos paz con tu mirada como se la diste a tu Hijo,
llénanos de esperanza con tus ruegos como lo hiciste por tu Hijo, danos confianza
en el Padre Eterno como tú la tuviste durante la crucifixión, en aquel viernes de
dolor.

Virgen María, hemos vuelto contigo al Calvario, aquí está tu Hijo Jesucristo
muriendo por amor, Jesucristo, tu Hijo, está venciendo al Maligno. Tu Descendiente
Santísimo, en este mismo momento, está pisando la cabeza del dragón; ven, María,
a auxiliarnos para que se cumpla la Palabra de Dios, déjanos ocupar el lugar del
discípulo amado y junto a ti contemplar la redención. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la


perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú
Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a
los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.

BENDICIÓN Y EXORCISMO DEL AGUA…

91
SALMO 136
R. Porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Señor porque es bueno:


porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios de los dioses:


porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Señor de los señores:


porque es eterna su misericordia.

Sólo hizo grandes maravillas:


porque es eterna su misericordia.

El hizo sabiamente los cielos:


porque es eterna su misericordia.

El afianzó sobre las aguas la tierra:


porque es eterna su misericordia.

El hizo lumbreras gigantes:


porque es eterna su misericordia.

El sol que gobierna el día:


porque es eterna su misericordia.

La luna que gobierna la noche:


porque es eterna su misericordia.

El hirió a Egipto en sus primogénitos:


porque es eterna su misericordia.

Y sacó a Israel de aquel país:


porque es eterna su misericordia.

Con mano poderosa, con brazo extendido:


porque es eterna su misericordia.
El dividió en dos partes el mar Rojo:
porque es eterna su misericordia.

Y condujo por en medio a Israel:


porque es eterna su misericordia.

92
Arrojó en el mar Rojo al faraón:
porque es eterna su misericordia.

Guió por el desierto a su pueblo:


porque es eterna su misericordia.

El hirió a reyes famosos:


porque es eterna su misericordia.

Dió muerte a reyes poderosos:


porque es eterna su misericordia.

A Sijón, rey de los amorreos:


porque es eterna su misericordia.

Y a Hog, rey de Basán:


porque es eterna su misericordia.

Les dió su tierra en heredad:


porque es eterna su misericordia.

En heredad a Israel su siervo:


porque es eterna su misericordia.

En nuestra humillación, se acordó de nosotros:


porque es eterna su misericordia.

Y nos libró de nuestros opresores:


porque es eterna su misericordia.

El da alimento a todo viviente:


porque es eterna su misericordia.

Dad gracias al Dios del cielo:


porque es eterna su misericordia.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

93
LECTURA DE LA CARTA DEL APÓSTOL SAN PABLO A LOS EFESIOS 6, 12 - 20

Porque nuestra lucha no es contra hombres de carne y hueso sino contra los
principados, contra las potestades, contra los dominadores de este mundo de
tinieblas, contra los espíritus malignos del aire. Por eso, tomad las armas de Dios
para poder resistir en el día malo y manteneros firmes después de haber superado
todas las pruebas. Estad firmes; ceñid la cintura con la verdad, y revestid la coraza
de la justicia; calzad los pies con la prontitud para el evangelio de la paz. Embrazad
el escudo de la fe, donde se apagarán las flechas incendiarias del maligno. Poneos
el casco de la salvación y empuñad la espada del Espíritu que es la palabra de
Dios. Siempre en oración y súplica, orad en toda ocasión en el Espíritu, velando
juntos con constancia, y suplicando por todos los santos. Pedid también por mí, para
que cuando abra mi boca, se me conceda el don de la palabra, y anuncie con
valentía el misterio del Evangelio, del que soy embajador en cadenas, y tenga valor
para hablar de él como debo.

Palabra del Señor.

ORACIÓN DE SELLAMIENTO PARA PROTEGERNOS DE LAS FUERZAS DEL


MAL Y LOS ATAQUES DEL DEMONIO

Señor Jesús, en Tu Nombre, y con el poder de Tu Sangre Preciosa yo sello, cubro,


baño y purifico a cada persona, hechos o acontecimientos a través de los cuales el
enemigo nos quiera hacer daño.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos toda potestad destructora en el aire,


en la tierra, en el agua, en el fuego, debajo de la tierra, en las fuerzas satánicas de
la naturaleza, en los abismos del infierno, y en el mundo en el cual nos moveremos
hoy.

Con el poder de la Sangre de Jesús rompemos toda interferencia y acción del


maligno. Te pedimos Jesús que envíes a nuestros hogares y lugares de trabajo a la
Santísima Virgen acompañada de San Miguel, San Gabriel, San Rafael y toda su
corte de Santos Ángeles.

Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestra casa, todos los que la
habitan (nombrar a cada una de ellas), las personas que el Señor enviará a ella, así
como los alimentos, y los bienes que Él generosamente nos envía para nuestro
sustento.

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos tierra, puertas, ventanas, objetos,


paredes y pisos, el aire que respiramos y en fe colocamos un círculo de Su Sangre
alrededor de toda nuestra familia.

94
Con el Poder de la Sangre de Jesús sellamos los lugares en donde vamos a estar
este día, y las personas, empresas o instituciones con quienes vamos a
tratar (nombrar a cada una de ellas).

Con el poder de la Sangre de Jesús sellamos nuestro trabajo material y espiritual,


los negocios de toda nuestra familia, y los vehículos, las carreteras, los aires, las
vías y cualquier medio de transporte que habremos de utilizar.

Con Tu Sangre preciosa sellamos los actos, las mentes y los corazones de todos
los habitantes y dirigentes de nuestra Patria y de nuestra Iglesia Católica Universal,
a fin de que Tu paz y Tu Corazón al fin reinen en ella.

Con el poder de la Sangre preciosa de Jesús, yo sello todas las bendiciones


pasadas, presentes y futuras que me has concedido; sello todo aquello que necesita
ser sellado y que no tenga conocimiento o que se me haya olvidado.

Y en tu nombre, Señor Jesús, y con el poder de tu Sangre preciosa, yo me apropio


de todas las bendiciones que el demonio, sus ángeles y sus secuaces me han
robado a mí y a toda la familia, y me las devuelva setenta veces siete filtradas y
purificadas en tu Sangre preciosa.

Te agradecemos Señor por Tu Sangre y por Tu Vida, ya que gracias a Ellas hemos
sido salvados y somos preservados de todo lo malo.

Sangre poderosa de salvación, combate al enemigo. Amén.

ACTO DE RENUNCIA

En Nombre de Jesús, yo te pregunto: ¿Renuncias de manera personal y a nombre


de tus antepasados a Satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al pecado para que puedas vivir en la gracia de Dios?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias con todo tu corazón a todo lo que el enemigo del alma ha introducido
en nuestro mundo para alejarnos del Señor?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica de brujería, magia blanca, negra o de cualquier color,


santería, hechicería o vudú?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica supersticiosa, como son las limpias y las barridas?
R. Sí, renuncio.

95
¿Renuncias a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento,
codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo rito que hayas vivido tú o tu familia de iniciación chamánica,


espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o
sociedad secreta?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,


esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras substancias
con fines mágicos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución; a todo lo que tú u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar tu
sexualidad
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al uso de la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a


instrumentos para encontrar tesoros ocultos o dinero enterrado?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café


y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,


imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al alcoholismo, a la gula, suciedad, a las drogas y a cualquier otra


adicción?
R. Sí, renuncio.

Que el Señor te mantenga siempre lejos del pecado y te dé la salud del alma y del
cuerpo.
R. Amén.

96
CREDO

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS

Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros


Cristo ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
97
Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
San Gabriel,
San Rafael,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos ángeles y arcángeles,


Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Elías,
San Juan Bautista,
San José,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos patriarcas y profetas,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los Santos apóstoles y evangelistas,


98
Todos los Santos discípulos del Señor,
Todos los Santos inocentes,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María Magdalena,


San Esteban,
San Lorenzo,
San Vicente,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santas Perpetua y Felícitas,


San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
San Martín,
San Nicolás,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos obispos y confesores,


Todos los santos doctores,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier,


Todos los Santos y Santas de Dios,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
99
Todos los santos monjes y ermitaños,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Juan María Vianey,


Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Jesús,
Santa Águeda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,

Todas las santas vírgenes y viudas, rueguen por nosotros

A cada uno respondemos: Líbranos, Señor

Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu nacimiento,
Por tu bautismo,
Por tu santo ayuno,
Por tu pasión y tu cruz,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

A cada uno respondemos: Ten piedad de nosotros

Cristo, Hijo de Dios vivo,


Tú, que por nosotros fuiste tentado por el diablo,
Tú, que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos,
100
Tú, que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios,
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros,
Tú, que vendrás a juzgar a vivos y muertos,

A cada uno respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros que somos pecadores,


Para que nos oigas,
Para que nos perdones,
Para que seas indulgente,
Para que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
Para que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
Para que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
Para que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los
órdenes de la jerarquía eclesiástica,
Para que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
Para que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera
concordia,
Para que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error,
y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
Para que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
Para que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes
eternos,
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna,
Para que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
Para que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos, Hijo de Dios,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros

Dios y Padre nuestro, que nos ves quebrantados por nuestra fragilidad, te rogamos
suplicantes por todos nosotros para que apartes el espíritu del mal y nos restituyas
a la plena libertad de tus hijos para que así, te alabemos siempre con la multitud de
tus santos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

101
ORACIÓN DE RENUNCIA

Terminamos el Padre Nuestro pidiendo a Dios que nos libre del mal. Es una petición
muy seria que hacemos a Dios Todopoderoso: que nos libre de Satanás, del diablo,
del seductor (Ap 12,9), del padre de la mentira (Jn 8,44). También Jesús lo pidió
para nosotros en la última cena: "No te pido que los retires del mundo, sino que los
guardes del maligno" (Jn 17, 15)

"Al pedir ser liberados del maligno, oramos igualmente para ser liberados de todos
los males, presentes, pasados y futuros de los que él es autor o instigador. En esta
última petición, la Iglesia presenta al Padre todas las desdichas del mundo. Con la
liberación de todos los males que abruman a la humanidad, implora el don precioso
de la paz y la gracia de la espera perseverante en el retorno de Cristo." (Catecismo
n. 2854)

Señor, el demonio anda "como león rugiente buscando a quien devorar" (1Pe 5,8).
No queremos caer en sus garras. Líbranos del mal.
Líbranos del tentador, de sus seducciones y de sus engaños, no dejes que siembre
la cizaña del mal en nuestras vidas.
Líbranos del orgullo, del amor propio y la autosuficiencia.
Líbranos de la idolatría y la vanidad, de toda forma de egoísmo, de ponernos al
centro de nuestros pensamientos e intereses.
Líbranos de ser esclavos de la opinión de los demás, de la cobardía, del respeto
humano y de todo aquello que condicione nuestra autenticidad cristiana.
Líbranos de cuanto nos esclaviza sin que nos demos cuenta.
Líbranos de los malos sentimientos, del rencor, del odio, del deseo de venganza.
Líbranos de cualquier ambición o atadura que nos robe la paz.
Queremos aspirar a las cosas de arriba, no a las de la tierra.
Líbranos de los apegos que nos impiden llegar hasta ti.
Aleja de nosotros toda turbación, angustia, tristeza u obsesión.
Líbranos de las fuerzas del mal, de los maleficios, de las brujerías, de la infestación
diabólica.
Queremos estar siempre en tus brazos y nunca bajo el poder de Satanás.
¡Queremos ser libres, Señor! ¡Queremos ser tuyos, sólo tuyos!
Queremos despojarnos del hombre viejo y que nos revistas del hombre nuevo a
través de la gracia que nos regalas en los Sacramentos.
Tenemos la certeza de que, si tú estás con nosotros, nadie podrá contra nosotros
(cfr Rm 8, 31)
Por eso hacemos esta oración llenos de confianza en Ti: Tú has vencido al mundo
(cfr. Jn 16,33)
Todo lo podemos en ti que nos das fuerza (cfr Fil, 4,13)
Por los méritos de la pasión, muerte y resurrección de tu Hijo Jesucristo,
te pedimos, Padre, que nos libres del maligno ahora y en la hora de nuestra muerte.

102
ORACIÓN DE RENUNCIA Y LIBERACIÓN

Señor Jesucristo, te pedimos que nos liberes y eches fuera de nosotros a todo
espíritu de traición, destrucción, muerte, esclavitud, ausencia de Dios, miseria,
mendicidad, soltería, infelicidad matrimonial, viudez, orfandad, amargura,
envejecimiento o muerte prematura, persecución, problemas con las leyes o la
justicia humana, esterilidad, humillación, rechazo, insomnio, deseos de suicidio,
aislamiento, locura, soledad, neurosis, depresión, obsesión, miedo, angustia,
debilidad, enfermedades crónicas, invalidez, ceguera, sordera, mudez, falta de
olfato, imposibilidad de saborear la comida, insensibilidad, celos, inconformidad,
incapacidad para vivir, conseguir o conservar un trabajo, una pareja, un matrimonio
o una familia.

Señor Jesucristo, te pedimos que nos liberes y eches fuera de nosotros, todo
espíritu de alcoholismo o de cualquier otra adicción, de mal carácter, de falta de
memoria, de falta de control y dominio de mi ser, irrealidad, inconsciencia, envidia,
abandono, gula, suciedad, desorden, malos olores crónicos en mi cuerpo, ropa o
casa, de falta de fe, esperanza y caridad, de falta de interés en la vida, de desprecio
a la Eucaristía y de aborrecimiento o flojera para tener vida de Oración.

Señor Jesucristo, corta, destruye y nulifica los medios a través de los cuales fueron
hechos los daños antes mencionados: si fueron veladoras, fotos, ropa, tijeras,
agujas, fetiches, entierros o lo que haya sucedido.

Renuncio a lo que en forma consciente o inconscientemente haya yo hecho o haya


sido hecho por otra persona en mi nombre para obtener poderes, dinero, éxito,
buena suerte, o pretender saber el futuro, o bien para conseguir el amor y la salud
propios, o ajenos, o tener dominio y control sobre personas, objetos, animales,
lugares, espíritus y fuerzas de la naturaleza.

Señor Jesucristo, nulifica los efectos de cualquier práctica contraria al compromiso


adquirido a través de mi bautismo, de fidelidad y reconocimiento a Jesucristo como
mi único Salvador, a los Sacramentos, a la Virgen María, a la Iglesia Católica a lo
que impida el ejercicio de mi sentido común, capacidad de juicio, entendimiento y
voluntad.

Señor Jesús, echa fuera de mí todo aquello con lo que haya intentado sustituir el
amor y la confianza de Jesús. Renuncio al rechazo de mis padres, desde el instante
de mi concepción, y durante mi vida en el seno materno.

Renuncio al mal que me causaron por intentar abortarme: con yerbas, sustancias
químicas, o con objetos punzo cortantes.

Renuncio a todo el rencor que tengo si fui dado en adopción, o abandonado sin
haber conocido a mis padres biológicos, o a maldiciones recibidas durante mi
gestación.

103
Señor Jesús, por tus llagas, nulifica todo mandato de fracaso, muerte en vida y
suicidio que haya en mí por estas causas, la incapacidad para aceptar el amor de
Dios, para aceptarme a mí mismo o a las personas, para estudiar, trabajar y ser
feliz.

Renuncio a todo lo que sea contrario a la salud, el respeto y la dignidad que, como
Templo del Espíritu Santo, necesita todo mi ser y que esté impidiendo relacionarme
con Dios, conmigo mismo, con mi entorno en una forma sana, tener una familia
unida, y un trabajo digno y bien remunerado. Porque Jesucristo se manifestó para
deshacer las obras del Diablo (1 Jn 3,8). Habiendo denunciado, renunciado y
echado fuera de mí todos los espíritus de mal, Señor Jesús te pido que tomes control
de todos ellos y prohíbeles que nunca jamás vuelvan a regresar.

Habiendo nulificado todos los efectos, causas y consecuencias, Señor Jesús, con
tu autoridad has que caigan todos los bloqueos, tinieblas y barreras que Satanás
construyó a mi alrededor y ordénale a todo ser demoníaco que despojó a mi familia
o a mí mismo, que nos devuelva todo lo que nos quitó.

Padre Santo, te lo ruego, por favor sana toda mi vida, toda mi historia personal;
¡perdóname!, ayúdame, libérame, instrúyeme, bendíceme.

A través de tu Santo Espíritu, guíame para la reparación de todas las faltas que
cometí, y enséñame a amar tu voluntad. Gracias Padre. Amén, Amén, Amén.

En el Nombre de Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo, sello y protejo, con el
Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor, a: (en este momento nombre a todos
sus hijos), sello su consciente, inconsciente, subconsciente; ser físico, ser biológico,
psicológico, material, y espiritual. Los sello y los protejo, con el Poder de la Sangre
Preciosa, de Jesucristo el Señor, de todo accidente, dentro y fuera de la escuela o
trabajo, de cualquier atropello, al cruzar calles o avenidas; de alcoholismo,
tabaquismo, drogadicción, sexualidad, sensualidad, lujuria, obscenidad.

Los sello y los protejo, con el Poder de la Sangre de Jesucristo, el Señor, de sufrir
algún secuestro, o de alguna enfermedad; de sufrir algún robo, abuso de autoridad,
por parte de cualquier maestro, o abuso de cualquier compañero; de riñas dentro y
fuera de la escuela, o de su trabajo.

Los sello y los protejo, con la Sangre de Jesucristo el Señor, de pandillerismo, de


algún mal golpe, de caerle mal a alguien, de venganza, de apatía, de indiferencia
ante cualquier dolor ajeno, de indiferencia a la Eucaristía, de desprecio a la
virginidad, desprecio al respeto a los adultos y a los propios padres.

Los sello y los protejo con el Poder de la Sangre de Jesucristo el Señor, de cualquier
maldición, de parte de cualquier maestro, compañero, o jefe de trabajo, u otras
personas. De abuso de autoridad, física y verbal, psicológica y mental. De cualquier
persona que los quiera engañar, sonsacar o involucrar en cualquier problema que
no les corresponda.
104
Los sello y los protejo con el Poder de la Sangre de Jesucristo, el Señor, de cualquier
desilusión, obsesión, depresión; enfermedad física y mental.

Señor Jesucristo ¡derrama tus Bendiciones sobre mis hijos! ¡Derrama tu Preciosa
Sangre sobre su cerebro!, para que tengan buena retención en sus clases. Que tu
Sangre Señor Jesucristo, fluya por sus venas. En el Nombre del Padre, del Hijo, y
del Espíritu Santo. Amén.

Señor Jesús, ata todo principado, poder y fuerza espiritual del mal, en las regiones
de maldad, que están influenciando a: (mencione los nombres de sus hijos...).

Esa influencia contra ellos, queda cancelada, por el Poder de la Sangre de


Jesucristo el Señor. Señor Jesucristo, ato y rompe, con el poder de tu sangre
preciosa, los espíritus de hechicería, ocultismo, satanismo, rechazo, suicidio, ira,
odio, resentimiento, amargura, orgullo, miedo, decepción, incredulidad,
esquizofrenia, sensualidad, sexualidad, lujuria, obsesión, adicción, manipulación
mental, comportamiento compulsivo, falta de perdón, soberbia, drogas, alcoholismo.

Señor Jesucristo, declara anulados por completo, todos los males en la vida de mis
hijos, todo mal debe irse, en el Nombre de Jesucristo. Mis hijos van a ver la Luz del
Evangelio de Jesús, para que sean enseñados por Él, y se multiplicará su paz.

Padre Celestial, Creador de todas las cosas, te doy las gracias por el regalo que
nos has dado en nuestros hijos, te pido que mandes ángeles que los guarden, y los
protejan en todos sus caminos. Te pido que proveas para ellos amigos cristianos,
que puedan ayudarlos con buenos consejos y buenas influencias. Dios, que
maravilloso privilegio y responsabilidad es ser padre; ayúdanos a discernir cuando
mis hijos necesitan de nuestras oraciones y ayuda. Danos Sabiduría, para ser los
padres que debemos ser, y ayúdanos a ser comprensivos con ellos. Padre Santo,
permite que nuestros hijos cumplan el Plan que tú has diseñado para sus vidas.
Que el Espíritu de Dios, Espíritu de Sabiduría, Espíritu de Inteligencia, Espíritu de
Consejo y Poder, Espíritu de Conocimiento y, sobre todo, el Espíritu de Temor de
Dios, repose sobre ellos.

Nosotros depositamos en tus divinas manos, a nuestros hijos y te agradecemos por


amarlos más de lo que nosotros los amamos y les darás un futuro de Esperanza.
Amén.

ORACIÓN DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN DE RAÍCES PROFUNDAS

Ven, Espíritu Santo, penetra las profundidades de mi alma con tu poder. Arranca las
raíces más profundas y ocultas del dolor y del pecado que están enterrados en mí.
Lávame en la preciosa Sangre de Jesús y aniquila definitivamente toda ansiedad
que traigo en mí, toda amargura, angustia, sufrimiento interior, desgaste emocional,
infelicidad, tristeza, ira, desesperación, envidia, odio y venganza, sentimiento de

105
culpa y de autoacusación, deseo de muerte y de fuga de mí mismo, toda opresión
del maligno en mi alma, en mi cuerpo y toda perversidad que él coloca en mi mente.
Oh, bendito Espíritu Santo, quema con tu fuego abrasador toda tiniebla dentro de
mí, que me consume y me impide ser feliz. Destruye en mí todas las consecuencias
de mis pecados y de los pecados de mis antepasados, que se manifiestan en mis
actitudes, decisiones, temperamento, palabras, vicios. Libera, Señor, a toda mi
descendencia de la herencia del pecado y de la rebelión contra las cosas de Dios
que yo mismo les transmití. ¡Ven, Santo Espíritu! ¡Ven, en el nombre de Jesús!
Lávame en la Sangre preciosa de Jesús, purifica todo mi ser, quiebra toda la dureza
de mi corazón, destruye todas las barreras de resentimiento, dolor, rencor, egoísmo,
maldad, orgullo, soberbia, intolerancia, prejuicios e incredulidad que existen en mí.
Y, en el poder de Jesucristo resucitado, libérame Señor! Cúrame Señor! ¡Ten piedad
de mí, Señor! ¡Ven Santo Espíritu! Hazme resucitar ahora para una vida nueva, llena
de tu amor, alegría, paz y plenitud. Creo que estás haciendo esto en mí ahora y
asumo, por la fe, mi liberación, cura y salvación en Jesucristo, mi Salvador. ¡Gloria
a ti, mi Dios! ¡Bendito seas por siempre! Alabado seas, oh mi Dios! En nombre de
Jesús y por María nuestra Madre. Amén.

CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE

Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo: mi cuerpo,


mi mente y mi alma. Te alabo por tu creación, por todas tus obras y maravillas. Te
agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco
todo lo que tan generosamente me has dado.

Estoy sinceramente arrepentido por no haberte conocido, amado, servido y honrado


como debía. Abrazo mi herencia como hijo tuyo, tanto el gozo como la
responsabilidad. Te doy mi "Sí" para poder ser un instrumento de tu Voluntad.

Yo prometo mi fidelidad y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi


fe. Al más amoroso, atento y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina
Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego y entrego a mi
familia a Ti y solemnemente me consagro y consagro a mi familia a Ti, ahora y para
siempre.

Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a la Santísima Virgen María
para que me guíe hacia Jesús y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que
todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí, un templo viviente
preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo. Y que
yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero
e íntimo amigo, uno que te ama por sobre todas las cosas. Y que vengas por mí
cuando muera, para llevarme a casa contigo.

106
Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos
tus hijos pasados, presentes y futuros. Que traigas la paz al mundo y que reúnas a
todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como
en el cielo. Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que
te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes
de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y
todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones
y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate
formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre
Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso


Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor
y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón
con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre auxilio del pueblo cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos
de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro
infalible; preserva de la impiedad y del vicio a la incauta juventud; promueve las
vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos,
el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la


incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce esperanza, Madre de
Misericordia y puerta del cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes,
particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a
fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos
que te conozcan, amen y podamos llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza y, en fin, el
107
pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor
que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra
el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte
una corona en el Paraíso. Así sea.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

108
SÉPTIMO DÍA

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

ACTO DE CONTRICIÓN

Señor mío, Jesucristo, Dios y Hombre verdadero, Creador, Padre y Redentor mío,
por ser Tú quién eres y porque te amo sobre todas las cosas, me pesa de todo
corazón haberte ofendido; propongo firmemente nunca más pecar, apartarme de
todas las ocasiones de ofenderte, confesarme y cumplir la penitencia que me fuera
impuesta. Ofrezco, Señor, mi vida, obras y trabajos, en satisfacción de todos mis
pecados y así como lo suplico, así confío en tu bondad y misericordia infinita, que
los perdonarás, por los méritos de tu preciosísima sangre, pasión y muerte, y me
darás gracia para enmendarme y perseverar en tu santo amor y servicio, hasta el
fin de mi vida. Amén.

GLORIA

Gloria a Dios en el cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor. Por tu
inmensa gloria te alabamos, te bendecimos, te adoramos, te glorificamos, te damos
gracias, Señor Dios, Rey celestial, Dios Padre todopoderoso. Señor Hijo único
Jesucristo. Señor Dios, Cordero de Dios, Hijo del Padre; tú que quitas el pecado del
mundo, ten piedad de nosotros; tú que quitas el pecado del mundo, atiende nuestra
súplica, tú que estás sentado a la derecha del Padre, ten piedad de nosotros; porque
sólo tú eres Santo, sólo tú Señor, sólo tú Altísimo Jesucristo con el Espíritu Santo
en la gloria de Dios Padre. Amén.

ORACIÓN

Señor Jesucristo, Verbo de Dios Padre, Dios de toda criatura, que diste a tus santos
Apóstoles la potestad de someter a los demonios en tu nombre y de aplastar todo
poder del enemigo; Dios santo, que al realizar tus milagros ordenaste: huyan los
demonios; Dios fuerte, por cuyo poder Satanás, derrotado, cayó del cielo como un
rayo; ruego humildemente con temor y temblor a tu santo nombre para que,
fortalecido con tu poder, pueda arremeter con seguridad contra el espíritu maligno
que atormenta a esta criatura tuya. Tú, que vendrás a juzgar al mundo por el fuego
purificador y en él a los vivos y los muertos.

Antes de pedir a Dios nuestro Señor que nos libere de toda atadura y de todo mal
operado sobre nosotros, oremos a nuestra Madre Santísima, para que nos defienda
del enemigo malo y extienda su amor entre nosotros. Pues donde está ella no puede
prevalecer el enemigo, ya que su pureza lo ciega y derrota.

109
Recordando la profecía del Eterno Padre, te invocamos, Mujer Santa, Virgen María
elegida por Dios para traernos al Salvador, ¡Oh, Madre del Descendiente Poderoso!
que aplastaste la cabeza de la Serpiente, acompáñanos ahora porque nuevamente
tu Hijo, a través de nuestra humilde oración, habrá de enfrentar al autor del pecado
y del dolor.

Virgen María, te invocamos seguros de que nos escuchas, te invocamos confiados


en que no abandonarás al Hijo Santísimo de tus entrañas en esta batalla, porque
nunca lo abandonaste, Madre mía, entonces también ven en nuestro auxilio, y
recuérdanos que debemos confiar hasta el último momento en la voluntad perfecta
del Padre, así como tu sola presencia se lo recordó a tu Hijo.

Virgen María, estamos aquí; ampáranos y socórrenos en este momento porque


también nosotros somos esclavos del Señor.

Virgen María, madre de Dios y madre de la Iglesia, fortalécenos con tu presencia,


auxílianos con tu figura, ¡oh Madre Inmaculada! Tú que estuviste al pie de la cruz,
ven nuevamente al Calvario, danos paz con tu mirada como se la diste a tu Hijo,
llénanos de esperanza con tus ruegos como lo hiciste por tu Hijo, danos confianza
en el Padre Eterno como tú la tuviste durante la crucifixión, en aquel viernes de
dolor.

Virgen María, hemos vuelto contigo al Calvario, aquí está tu Hijo Jesucristo
muriendo por amor, Jesucristo, tu Hijo, está venciendo al Maligno. Tu Descendiente
Santísimo, en este mismo momento, está pisando la cabeza del dragón; ven, María,
a auxiliarnos para que se cumpla la Palabra de Dios, déjanos ocupar el lugar del
discípulo amado y junto a ti contemplar la redención. Amén.

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la batalla. Sé nuestro amparo contra la


perversidad y asechanzas del demonio. Reprímale Dios, pedimos suplicantes, y tú
Príncipe de la Milicia Celestial, arroja al infierno con el divino poder a Satanás y a
los otros espíritus malignos que andan dispersos por el mundo para la perdición de
las almas. Amén.

BENDICIÓN Y EXORCISMO DEL AGUA…

110
SALMO 18
R. El cielo proclama la gloria de Dios

El cielo proclama la gloria de Dios,


el firmamento pregona
la obra de sus manos:
el día al día le pasa el mensaje,
la noche a la noche se lo susurra.

Sin que hablen, sin que pronuncien,


sin que resuene su voz,
a toda la tierra alcanza su pregón
y hasta los límites del orbe su lenguaje.

Allí le ha puesto su tienda al sol:


él sale como el esposo de su alcoba,
contento como un héroe,
a recorrer su camino.

Asoma por un extremo del cielo,


y su órbita llega al otro extremo:
nada se libra de su calor.

La ley del Señor es perfecta


y es descanso del alma;
el precepto del Señor es fiel
e instruye a los ignorantes.

Los mandatos del Señor son rectos


y alegran el corazón;
la norma del Señor es límpida
y da luz a los ojos.

El temor del Señor es puro


y eternamente estable;
los mandamientos del Señor son verdaderos
y enteramente justos.

Más preciosos que el oro,


más que el oro fino;
más dulces que la miel.
de un panal que destila.

111
También tu siervo es instruido por ellos
y guardarlos comporta una gran recompensa.
¿Quién conoce sus faltas?

Absuélveme de lo que se me oculta.


Preserva a tu siervo de la arrogancia,
para que no me domine:
así quedaré limpio e inocente
del gran pecado.

Que te agraden las palabras de mi boca,


y llegue a tu presencia el meditar de mi corazón,
Señor, Roca mía, Redentor mío.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio ahora y siempre,
por los siglos de los siglos. Amén.

LECTURA DEL LIBRO DE APOCALIPSIS 21, 1-8

Y vi un cielo nuevo y una tierra nueva, pues el primer cielo y la primera tierra
desaparecieron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén que
descendía del cielo, de parte de Dios, preparada como una esposa que se ha
adornado para su esposo. Y oí una gran voz desde el trono que decía: «He aquí la
morada de Dios entre los hombres, y morará entre ellos, y ellos serán su pueblo, y
el “Dios con ellos” será su Dios». Y enjugará toda lágrima de sus ojos, y ya no habrá
muerte, ni duelo, ni llanto ni dolor, porque lo primero ha desaparecido. Y dijo el que
está sentado en el trono: «Mira, hago nuevas todas las cosas». Y dijo: «Escribe:
estas palabras son fieles y verdaderas». Y me dijo: «Hecho está. Yo soy el Alfa y la
Omega, el principio y el fin. Al que tenga sed yo le daré de la fuente del agua de la
vida gratuitamente. El vencedor heredará esto: yo seré Dios para él, y él será para
mí hijo. Pero los cobardes, incrédulos, abominables, asesinos, impuros, hechiceros,
idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda».

Palabra del Señor.

ORACIÓN DE SELLAMIENTO PIDIENDO PROTECCIÓN Y BENDICIONES

Yo (Diga su Nombre) me coloco


a los pies de Jesucristo y
me rindo a su Señorío,
me ato a su santa voluntad,
me amarro con los lazos

112
infinitos de su misericordia,
abro mi corazón de par
en par para que penetre
e invada todo mi ser.

En el nombre de nuestro
Señor Jesucristo,
muerto y resucitado,
yo clamo y reclamo su
preciosa sangre sobre mí,
sobre mi familia,
sobre mis bienes
espirituales y materiales.

Yo sello mi corazón para


que tu sangre preciosa,
limpie la mía de odios,
resentimientos, temores,
angustias, soledad,
tristeza, dolor, etc.

Yo (Diga su Nombre)
sello mi espíritu
en la sangre preciosa
de Cristo.

Yo (Diga su Nombre)
sello mi alma
en la sangre preciosa
de Jesús.

Yo (Diga su Nombre)
sello mi mente y mi voluntad
en la sangre preciosa
de Jesús.

Yo (Diga su Nombre)
sello mi pasado
y mi presente en la sangre
preciosa de Jesús.

113
Sello con la sangre preciosa de Jesús
a mis hijos (nombrarlos)
para que ante el sello
poderoso de la sangre de Jesús
huya toda fuerza del mal.

Aplico la sangre de
Jesús sobre mi casa,
los que habitan en ella.

Derramo la sangre de Jesús


en mi trabajo o negocio,
para que quede sellado
y ninguna potencia del maligno
pueda hacerle daño. Amén

ACTO DE RENUNCIA

En Nombre de Jesús, yo te pregunto: ¿Renuncias de manera personal y a nombre


de tus antepasados a Satanás, a todas sus fascinaciones, seducciones y mentiras?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al pecado para que puedas vivir en la gracia de Dios?


R. Sí, renuncio.

¿Renuncias con todo tu corazón a todo lo que el enemigo del alma ha introducido
en nuestro mundo para alejarnos del Señor?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica de brujería, magia blanca, negra o de cualquier color,


santería, hechicería o vudú?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda práctica supersticiosa, como son las limpias y las barridas?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda maldición, mal deseo, envidia, odio, rencor, resentimiento,


codicia, avaricia, soborno, robo, fraude, despojo o enriquecimiento ilícito?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo acto de orgullo, soberbia, prepotencia, vanidad y egolatría?


R. Sí, renuncio.

114
¿Renuncias a todo rito que hayas vivido tú o tu familia de iniciación chamánica,
espiritista, espiritualista, masonería, filosofía rosacruz, dianética y a toda secta o
sociedad secreta?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a todo conocimiento de la nueva era, creencia en la reencarnación,


esoterismo, metafísica, meditación trascendental, yoga, a todo acto de
curanderismo, a las operaciones espirituales, hipnotismo con regresiones, baños
con flores, especies, yerbas, sangre de animales o humana, o con otras substancias
con fines mágicos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a toda lujuria, aborto, adulterio, homosexualidad, bisexualidad, incesto,


violación, pornografía, bestialismo, promiscuidad y prostitución; a todo lo que tú u
otras personas hayan hecho ilícitamente para controlar, nulificar o desbordar tu
sexualidad
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al uso de la ouija, al control mental, al manejo del péndulo, a


instrumentos para encontrar tesoros ocultos o dinero enterrado?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias también a toda clase de adivinación, sortilegio, lectura de cartas, café


y caracoles, a toda forma de astrología, horóscopos o cartas astrales?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias a los amuletos y talismanes, a las herraduras, pirámides, cuarzos,


imanes, agujas, sábilas o ajos con moños rojos?
R. Sí, renuncio.

¿Renuncias al alcoholismo, a la gula, suciedad, a las drogas y a cualquier otra


adicción?
R. Sí, renuncio.

Que el Señor te mantenga siempre lejos del pecado y te dé la salud del alma y del
cuerpo.
R. Amén.

CREDO

"Creo en un solo Dios, Padre todopoderoso,


Creador del cielo y de la tierra,
de todo lo visible y lo invisible.
Creo en un solo Señor, Jesucristo,
Hijo único de Dios, nacido del Padre antes de todos los siglos:
Dios de Dios, Luz de Luz, Dios verdadero de Dios verdadero,
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engendrado, no creado, de la misma naturaleza del Padre,
por quien todo fue hecho;
que por nosotros lo hombres,
y por nuestra salvación bajó del cielo,
y por obra del Espíritu Santo se encarnó de María, la Virgen,
y se hizo hombre;
y por nuestra causa fue crucificado
en tiempos de Poncio Pilato;
padeció y fue sepultado,
y resucitó al tercer día, según las Escrituras,
y subió al cielo,
y está sentado a la derecha del Padre;
y de nuevo vendrá con gloria
para juzgar a vivos y muertos,
y su reino no tendrá fin.
Creo en el Espíritu Santo,
Señor y dador de vida,
que procede del Padre y del Hijo,
que con el Padre y el Hijo
recibe una misma adoración y gloria,
y que habló por los profetas.
Creo en la Iglesia, que es una, santa, católica y apostólica.
Confieso que hay un solo bautismo
para el perdón de los pecados.
Espero la resurrección de los muertos
y la vida del mundo futuro.
Amén.

LETANÍA DE TODOS LOS SANTOS

Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros


Cristo ten piedad de nosotros, Cristo ten piedad de nosotros
Señor ten piedad de nosotros, Señor ten piedad de nosotros
Cristo óyenos, Cristo óyenos
Cristo escúchanos, Cristo escúchanos
Dios Padre celestial, ten piedad de nosotros,
Dios Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros,
Dios Espíritu Santo, ten piedad de nosotros,
Trinidad santa un solo Dios, ten piedad de nosotros,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María,
Santa Madre de Dios,
Santa Virgen de las vírgenes,
San Miguel,
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San Gabriel,
San Rafael,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos ángeles y arcángeles,


Todos los santos coros de los espíritus bienaventurados,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Elías,
San Juan Bautista,
San José,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos patriarcas y profetas,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Pedro,
San Pablo,
San Andrés,
San Juan,
Santo Tomás,
Santiago,
San Felipe,
San Bartolomé,
San Mateo,
San Simón,
San Tadeo,
San Matías,
San Bernabé,
San Lucas,
San Marcos,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los Santos apóstoles y evangelistas,


Todos los Santos discípulos del Señor,
Todos los Santos inocentes,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

Santa María Magdalena,


San Esteban,

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San Lorenzo,
San Vicente,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santas Perpetua y Felícitas,


San Fabián y San Sebastián,
San Juan y San Pablo,
San Cosme y San Damián,
San Gervasio y San Protasio,
Todos los santos mártires,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Silvestre,
San Gregorio,
San Ambrosio,
San Agustín,
San Jerónimo,
San Martín,
San Nicolás,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Todos los santos obispos y confesores,


Todos los santos doctores,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Antonio,
San Benito,
San Bernardo,
Santo Domingo,
San Francisco,

A cada uno respondemos: Rueguen por nosotros

Santos Ignacio de Loyola y Francisco Javier,


Todos los Santos y Santas de Dios,
Todos los santos sacerdotes y levitas,
Todos los santos monjes y ermitaños,

A cada uno respondemos: Ruega por nosotros

San Juan María Vianey,


Santa Catalina de Siena,
Santa Teresa de Jesús,
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Santa Águeda,
Santa Lucía,
Santa Inés,
Santa Cecilia,
Santa Catalina,
Santa Anastasia,

Todas las santas vírgenes y viudas, rueguen por nosotros

A cada uno respondemos: Líbranos, Señor

Muéstrate propicio,
De todo mal,
De todo pecado,
De tu ira,
De la muerte súbita e imprevista,
De las asechanzas del demonio,
De la cólera, del odio y de toda mala intención,
Del espíritu de fornicación,
Del rayo y de la tempestad,
Del azote de los terremotos,
De la peste, del hambre y de la guerra,
De la muerte eterna,
Por el misterio de tu santa encarnación,
Por tu venida,
Por tu nacimiento,
Por tu bautismo,
Por tu santo ayuno,
Por tu pasión y tu cruz,
Por tu muerte y sepultura,
Por tu santa resurrección,
Por tu admirable ascensión,
Por la venida del Espíritu Santo, nuestro Consolador,
En el día del juicio,

A cada uno respondemos: Ten piedad de nosotros

Cristo, Hijo de Dios vivo,


Tú, que por nosotros fuiste tentado por el diablo,
Tú, que libraste a los atormentados de los espíritus inmundos,
Tú, que diste a tus discípulos el poder sobre los demonios,
Tú, que estás sentado a la derecha del Padre intercediendo por nosotros,
Tú, que vendrás a juzgar a vivos y muertos,

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A cada uno respondemos: Te rogamos, óyenos

Nosotros que somos pecadores,


Para que nos oigas,
Para que nos perdones,
Para que seas indulgente,
Para que te dignes conducirnos a verdadera penitencia,
Para que te dignes fortalecernos y conservarnos en tu santo servicio,
Para que te dignes regir y gobernar tu santa Iglesia,
Para que te dignes conservar en tu santa religión al Sumo Pontífice y a todos los
órdenes de la jerarquía eclesiástica,
Para que te dignes abatir a los enemigos de la santa Iglesia,
Para que te dignes conceder a los reyes y príncipes cristianos la paz y la verdadera
concordia,
Para que te dignes conceder la paz y la unión a todo el pueblo cristiano,
Para que te dignes devolver a la unidad de la Iglesia a los que viven en el error,
y traer a la luz del Evangelio a todos los infieles,
Para que levantes nuestro espíritu al deseo de las cosas celestiales,
Para que concedas a todos nuestros bienhechores la recompensa de los bienes
eternos,
Para que libres nuestras almas, las de nuestros hermanos, parientes y
bienhechores, de la condenación eterna,
Para que te dignes darnos y conservar las cosechas de la tierra,
Para que te dignes conceder el descanso eterno a todos los fieles difuntos,
Para que te dignes escucharnos, Hijo de Dios,

Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Perdónanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Escúchanos Señor
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, Ten piedad de nosotros
Cristo, óyenos, Cristo, óyenos
Cristo, escúchanos, Cristo, escúchanos
Cristo, ten piedad de nosotros, Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros, Señor, ten piedad de nosotros

Dios y Padre nuestro, que nos ves quebrantados por nuestra fragilidad, te rogamos
suplicantes por todos nosotros para que apartes el espíritu del mal y nos restituyas
a la plena libertad de tus hijos para que así, te alabemos siempre con la multitud de
tus santos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

ORACIÓN DE RENUNCIA Y LIBERACIÓN

En nombre de Jesucristo renuncio (da tu nombre completo) personalmente y en


nombre de mis ancestros a Satanás, a todos sus encantos, tentaciones y mentiras.

Renuncio a toda práctica de brujería, magia blanca, magia negra, cualquier color,
santería, brujería o vudú. Renuncio a toda purificación por huevo, hierbas, bálsamo,
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vino, sangre o fuego. Renuncio a todos los pactos, invocaciones, sellos, uniones u
ordenanzas diabólicas; renuncio a los hechizos, perjurios, maleficios e invocaciones
diabólicas. Renuncio a toda maldición, lujuria maligna, envidia, odio, malicia,
resentimiento, codicia, avaricia, tacañería, soborno, robo, engaño, hurto y
enriquecimiento injusto.

Renuncio a todo acto de orgullo, arrogancia, engreimiento, arrogancia, vanidad y


egoísmo. Renuncio a todos los ritos de iniciación chamanistas, espiritualistas,
masónicos, rosacruces, dianéticos y a todas las sectas y sociedades secretas.

Renuncio a todo conocimiento sobre la nueva era, la creencia en la reencarnación,


el esoterismo, la metafísica, la meditación trascendental, el yoga, todas las acciones
de curación, las operaciones espirituales, la hipnosis regresiva, los baños con flores,
las especies, las hierbas, la sangre animal o humana u otras sustancias con fines
mágicos.

Renuncio a la lujuria, al aborto, al adulterio, a la homosexualidad, a la bisexualidad,


al incesto, a la violación, a la pornografía, a la sodomía, a la promiscuidad y a la
prostitución. Renuncio a todo lo que yo u otros han hecho ilegalmente para controlar,
abolir o abrumar mi sexualidad.

En nombre de Jesucristo, renuncio a la adoración y al culto de la mal llamada “santa


muerte” o vampirismo, a cualquier hechizo e invocación de muertos, los espíritus
guardianes, los espíritus cósmicos, los defensores, los espías, los guardianes, los
seres espirituales llamados “maestros de sabiduría” o cualquier otra criatura maligna
en forma oculta o explícita.

Renuncio a cualquier acción o juego de la ouija, control mental, balanceo de


péndulo, herramientas para encontrar “tesoros escondidos” o dinero enterrado.
También renuncio a cualquier tipo de adivinación, hechizos, lectura de cartas, café
y caracoles, todas las formas de astrología, horóscopos o cartas astrales.

Renuncio a amuletos y talismanes, herraduras, pirámides, cuarzos, imanes, agujas,


sábila o ajo con cintas rojas, imágenes de santos mezcladas con el suelo del
cementerio, velas y velas de colores “curadas”, fetiches y representaciones de mi
persona de cualquier material y cualquier forma enterrada o manipulada por mí o
por otros. Renuncio a cualquier forma errónea de “medicina alternativa” que haya
ritualizado mi ser al diablo.

En el nombre de Jesús, renuncio a cualquier comida o bebida mezclada con brujería


o a cualquier bebida que haya tragado y a cualquier cosa que haya sido arrojada,
rociada o embadurnada en mi cuerpo, ropa, zapatos, casa, trabajo, negocio, o
cualquier objeto o cosa cercana a mí que haya sido maldecida o consagrada al mal.

En nombre de Jesucristo renuncio a todos los espíritus de traición, destrucción,


muerte, esclavitud, impiedad, sufrimiento, mendicidad, soledad, infelicidad
conyugal, viudez, orfandad, amargura, envejecimiento o muerte prematura,
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persecución, problemas con la ley o la justicia humana, esterilidad, humillación,
rechazo, insomnio, pensamientos suicidas, aislamiento, locura, soledad, neurosis,
depresión, obsesión, miedo, dolor, debilidad, enfermedad crónica, discapacidad,
ceguera, sordera, mutismo, inodoro, incapacidad de probar la comida,
insensibilidad, celos, insatisfacción, incapacidad de vivir, conseguir o mantener un
trabajo, pareja, matrimonio o familia.

Señor Jesús expulsa de mí cualquier espíritu de alcoholismo o cualquier otra


adicción, mal carácter, falta de memoria, falta de control y dominio de mi ser,
irrealidad, inconsciencia, envidia, desolación, gula, desorden, malos olores crónicos
en mi cuerpo, ropa o casa, falta de fe, esperanza y misericordia, falta de interés en
la vida, desprecio por la Eucaristía, odio o pereza para llevar una vida de oración.

Recorto, destruyo y cancelo los medios por los que se hizo el daño mencionado, ya
sean velas, fotos, ropa, tijeras, agujas, fetiches, funerales o lo que sea.

Renuncio a todo lo que he hecho consciente o inconscientemente o a lo que ha


hecho otra persona en mi nombre para ganar poder, dinero, éxito, felicidad o para
pretender conocer el futuro, o para ganar amor y salud para mí mismo o para los
demás, o para tener poder y control sobre las personas, objetos, animales, lugares,
espíritus y fuerzas de la naturaleza.

Anulo las consecuencias de cualquier práctica contraria a las obligaciones que he


adquirido por mi bautismo, mi fidelidad y el reconocimiento de Jesucristo como mi
único Salvador, los sacramentos, la Virgen María y la Iglesia Católica. Por cualquier
cosa que impida el ejercicio de mi sentido común, juicio, comprensión y voluntad.

Rechazo todo lo que he tratado de reemplazar por el amor y la confianza de Jesús.


Renuncio al abandono paterno desde el momento de la concepción y durante mi
vida en el útero. Renuncio al mal que me han hecho al tratar de destrozarme con
hierbas, productos químicos u objetos punzantes. Renuncio a toda reclamación si
fui dada en adopción o abandonada sin conocer a mis padres biológicos o las
maldiciones que recibí durante el embarazo.

A través de las heridas de Jesús, anulo todo mandamiento de fracaso, muerte en


vida y suicidio que hay en mí por estas razones, por mi incapacidad de aceptar el
amor de Dios, de aceptarme a mí mismo o a las personas, de aprender, de trabajar
y de ser feliz.

Renuncio a todo lo que sea contrario a la salud, al respeto y a la dignidad, que todo
mi ser como templo del Espíritu Santo necesita y que me impide tratar a Dios, a mí
mismo y a mi entorno de forma saludable, tener una sola familia y un trabajo decente
y bien remunerado.

Porque Jesucristo vino a destruir las obras del diablo: Señor Jesucristo, reprende y
expulsa de mí a todos los espíritus malignos, y envíalos sometidos bajo tus pies
para que nunca regresen a hacerme ningún daño.
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Después de haber eliminado todas las consecuencias, causas y efectos, Señor
Jesucristo con tu autoridad, elimina todos los bloqueos, la oscuridad y los obstáculos
que Satanás ha erigido a mi alrededor y ordena a cualquier ser demoníaco que me
haya robado a mí o a mi familia que nos devuelva todo lo que nos ha quitado.

Santo Padre, te pido que me cures toda mi vida, toda mi historia personal,
perdóname, ayúdame, libérame y bendíceme.

Padre de Dios, acepto que Tú eres mi Padre, que Jesucristo es mi hermano, que la
Virgen María es mi madre, porque hoy les pertenezco para siempre, yo (di tu nombre
completo).

Guíame con tu Espíritu Santo para que pueda corregir todos los errores que he
cometido, y enséñame a amar tu voluntad. Amén.

ORACIÓN DE SANACIÓN Y LIBERACIÓN DE RAÍCES PROFUNDAS

Ven, Espíritu Santo, penetra las profundidades de mi alma con tu poder. Arranca las
raíces más profundas y ocultas del dolor y del pecado que están enterrados en mí.
Lávame en la preciosa Sangre de Jesús y aniquila definitivamente toda ansiedad
que traigo en mí, toda amargura, angustia, sufrimiento interior, desgaste emocional,
infelicidad, tristeza, ira, desesperación, envidia, odio y venganza, sentimiento de
culpa y de autoacusación, deseo de muerte y de fuga de mí mismo, toda opresión
del maligno en mi alma, en mi cuerpo y toda perversidad que él coloca en mi mente.
Oh, bendito Espíritu Santo, quema con tu fuego abrasador toda tiniebla dentro de
mí, que me consume y me impide ser feliz. Destruye en mí todas las consecuencias
de mis pecados y de los pecados de mis antepasados, que se manifiestan en mis
actitudes, decisiones, temperamento, palabras, vicios. Libera, Señor, a toda mi
descendencia de la herencia del pecado y de la rebelión contra las cosas de Dios
que yo mismo les transmití. ¡Ven, Santo Espíritu! ¡Ven, en el nombre de Jesús!
Lávame en la Sangre preciosa de Jesús, purifica todo mi ser, quiebra toda la dureza
de mi corazón, destruye todas las barreras de resentimiento, dolor, rencor, egoísmo,
maldad, orgullo, soberbia, intolerancia, prejuicios e incredulidad que existen en mí.
Y, en el poder de Jesucristo resucitado, libérame Señor! Cúrame Señor! ¡Ten piedad
de mí, Señor! ¡Ven Santo Espíritu! Hazme resucitar ahora para una vida nueva, llena
de tu amor, alegría, paz y plenitud. Creo que estás haciendo esto en mí ahora y
asumo, por la fe, mi liberación, cura y salvación en Jesucristo, mi Salvador. ¡Gloria
a ti, mi Dios! ¡Bendito seas por siempre! Alabado seas, oh mi Dios! En nombre de
Jesús y por María nuestra Madre. Amén.

CONSAGRACIÓN A DIOS PADRE

Mi amadísimo Padre, por favor, acepta este ofrecimiento de mí mismo: mi cuerpo,


mi mente y mi alma. Te alabo por tu creación, por todas tus obras y maravillas. Te

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agradezco por haberme dado la vida y por todo lo que has hecho por mí. Te ofrezco
todo lo que tan generosamente me has dado.
Estoy sinceramente arrepentido por no haberte conocido, amado, servido y honrado
como debía. Abrazo mi herencia como hijo tuyo, tanto el gozo como la
responsabilidad. Te doy mi "Sí" para poder ser un instrumento de tu Voluntad.

Yo prometo mi fidelidad y te pido la gracia de la constancia y la perseverancia en mi


fe. Al más amoroso, atento y misericordioso de todos los Padres: En tu Divina
Presencia, yo, sinceramente, proclamo mi amor por Ti; me entrego y entrego a mi
familia a Ti y solemnemente me consagro y consagro a mi familia a Ti, ahora y para
siempre.

Amadísimo Padre, como hijo tuyo, te pido: Que envíes a la Santísima Virgen María
para que me guíe hacia Jesús y que Jesús me envíe el Espíritu Santo para que
todos ellos me lleven a Ti. Que habites conmigo y en mí, un templo viviente
preparado por María, dedicado por Jesús y purificado por tu Espíritu Santo. Y que
yo siempre esté contigo y en Ti. Que me permitas, como hijo tuyo, ser tu verdadero
e íntimo amigo, uno que te ama por sobre todas las cosas. Y que vengas por mí
cuando muera, para llevarme a casa contigo.

Te pido, además, Padre, por el bien de la humanidad: Que tengas piedad de todos
tus hijos pasados, presentes y futuros. Que traigas la paz al mundo y que reúnas a
todos tus hijos en Ti. Y que venga tu Reino y tu Voluntad se haga en la tierra como
en el cielo. Amén.

CONSAGRACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Recibe ¡oh Espíritu Santo!, la consagración perfecta y absoluta de todo mi ser, que
te hago en este día para que te dignes ser en adelante, en cada uno de los instantes
de mi vida, en cada una de mis acciones, mi director, mi luz, mi guía, mi fuerza y
todo el amor de mi corazón. Yo me abandono sin reservas a tus divinas operaciones
y quiero ser siempre dócil a tus santas inspiraciones. ¡Oh Santo Espíritu! Dígnate
formarme con María y en María, según el modelo de tu amado Jesús. Gloria al Padre
Creador. Gloria al Hijo Redentor. Gloria al Espíritu Santo Santificador. Amén.

CONSAGRACIÓN A LA VIRGEN MARÍA

¡Oh Santísima e Inmaculada Virgen María, tiernísima Madre nuestra y poderoso


Auxilio de los Cristianos! Nosotros nos consagramos enteramente a tu dulce amor
y a tu santo servicio. Te consagramos la mente con sus pensamientos, el corazón
con sus afectos, el cuerpo con sus sentidos y con todas sus fuerzas y prometemos
obrar siempre para la mayor gloria de Dios y la salvación de las almas.

Tú, pues, ¡oh Virgen incomparable! que fuiste siempre auxilio del pueblo cristiano,
continúa, por piedad, siéndolo especialmente en estos días. Humilla a los enemigos
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de nuestra religión y frustra sus perversas intenciones. Ilumina y fortifica a los
obispos y sacerdotes y tenlos siempre unidos y obedientes al Papa, maestro
infalible; preserva de la impiedad y del vicio a la incauta juventud; promueve las
vocaciones y aumenta el número de los ministros, a fin de que, por medio de ellos,
el reino de Jesucristo se conserve entre nosotros y se extienda hasta los últimos
confines de la tierra.

Te suplicamos ¡oh dulcísima Madre! que no apartes nunca tu piadosa mirada de la


incauta juventud expuesta a tantos peligros, de los pobres pecadores y moribundos
y de las almas del purgatorio: sé para todos ¡oh María! dulce esperanza, Madre de
Misericordia y puerta del cielo.

Te suplicamos, gran Madre de Dios, que nos enseñes a imitar tus virtudes,
particularmente la angelical modestia, la humildad profunda y la ardiente caridad, a
fin de que, por cuanto es posible, con tu presencia, con nuestras palabras y con
nuestro ejemplo, representemos, en medio del mundo, a tu Hijo, Jesús, logremos
que te conozcan, amen y podamos llegar a salvar muchas almas.

Haz, ¡oh María Auxiliadora! que todos permanezcamos reunidos bajo tu maternal
manto; haz que en las tentaciones te invoquemos con toda confianza y, en fin, el
pensamiento de que eres tan buena, tan amable y tan amada, el recuerdo del amor
que tienes a tus devotos, nos aliente de tal modo, que salgamos victoriosos contra
el enemigo de nuestra alma, en la vida y en la muerte, para que podamos formarte
una corona en el Paraíso. Así sea.

Por la señal ✠ de la Santa Cruz, de nuestros ✠ enemigos, líbranos Señor ✠ Dios


nuestro. En el nombre del Padre, y del Hijo ✠, y del Espíritu Santo. Amén.

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