VICARIA SAN MAXIMILIANO MARIA KOLBE.
HORA SANTA PARA CONSAGRAR EL NUEVO AÑO.
Hno. Félix Hernández
INTRODUCCIÓN:
Al terminar un año, es bueno ponernos delante de Dios para agradecer lo que
nos ha permitido vivir en el año que termina y consagrar el año nuevo que
inicia.
Por lo tanto, en un primer momento será para ver nuestra vida con gratitud, un
espacio para tomar conciencia de todo lo vivido y reconocer el paso de Dios en
nuestra vida. Como cristianos los hemos vivimos en la Fe y Esperanza,
abandonados a la infinita Misericordia de nuestro Señor Jesucristo.
Ser agradecidos es una virtud que todo cristiano debe practicar con frecuencia,
con esta actitud nos disponemos para este momento de oración.
Con el Canto de entrada recibimos al Padre Rafael Ríos.
CANTO:EL TAMBORILERO
Padre Rafael:
Bienvenida y Oración Inicial.
CANTO AL ESPÍRITU SANTO: SECUENCIA
CANTO DE MEDITACIÓN: AMEMONOS DE CORAZÓN
Lectura del santo evangelio según san Juan (1,43-51):
En aquel tiempo, determinó Jesús salir para Galilea; encuentra a Felipe y le
dice: «Sígueme.»
Felipe era de Betsaida, ciudad de Andrés y de Pedro. Felipe encuentra a
Natanael y le dice: «Aquel de quien escribieron Moisés en la Ley y los profetas,
lo hemos encontrado: Jesús, hijo de José, de Nazaret.»
Natanael le replicó: «¿De Nazaret puede salir algo bueno?»
Felipe le contestó: «Ven y verás.»
Vio Jesús que se acercaba Natanael y dijo de él: «Ahí tenéis a un israelita de
verdad, en quien no hay engaño.»
Natanael le contesta: «¿De qué me conoces?»
Jesús le responde: «Antes de que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de
la higuera, te vi.»
Natanael respondió: «Rabí, tú eres el Hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel.»
Jesús le contestó: «¿Por haberte dicho que te vi debajo de la higuera, crees?
Has de ver cosas mayores.»
Y le añadió: «Yo os aseguro: veréis el cielo abierto y a los ángeles de Dios
subir y bajar sobre el Hijo del hombre.»
Palabra del Señor
EXPOSICIÓN DE JESÚS SACRAMENTADO.
CANTO: Jesús está vivo.
Padre Rafael:
CANTO:
Señor mío Jesucristo, que por el amor que tienes a los hombres estás de
noche y de día en este Sacramento lleno de piedad y de amor, esperando,
llamando y recibiendo a cuantos vienen a visitarte, yo creo que estás presente
en el Santísimo Sacramento del Altar. Te adoro desde el abismo de mi nada y
Te doy gracias por todos los regalos que me has dado, especialmente por
haberme dado en este Sacramento Tu Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad, por
haberme dado como abogada a Tu Santísima Madre, la Virgen María, por
haberme llamado a visitarte es esta tarde. Adoro a Tu Amantísimo Corazón y
deseo adorarlo por tres motivos: primero, en agradecimiento de esta tan
preciosa dádiva; segundo, para desagraviarte de todas las injurias que recibes
de Tus enemigos en este Sacramento; y tercero, porque deseo en esta visita
adorarte en todos los lugares de la tierra donde estás ahora oculto y más
abandonado.
Gracias, Señor, porque eres el Amor, porque has venido al mundo por amor,
porque entras en mi vida por amor, porque has entregado tu vida por mi por
amor, porque estás presente cada día bajo las especies de pan y vino por
amor! ¡Gracias, Jesús Eucaristía! ¡Gracias, porque me haces comprender que
el amor es tu signo de distinción y debe ser también el mío! ¡Gracias, Jesús
Eucaristía, porque me haces comprendes que quieres entrar en mi corazón,
quieres que goce con tu presencia, que tu amor llene por completo mi corazón,
que todos mis sentimientos, mis palabras, mis pensamientos, mis miradas, mis
acciones esté movidos por el mismo amor que tu presentas! ¡Gracias, Jesús
Eucaristía, porque eres la fuerza que sostiene mi vida, tan frágil y
débil! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque tu presencia me sostiene y me
alimenta! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque tomas todo aquello que me
abruma y lo haces tuyo! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres el amor que se
entrega hasta el extremo, porque tu amo es infinito, porque tu bondad es
misericordiosa y compasiva, porque me buscas para que alcance la felicidad,
porque quieres que ame como tu amas, sea fiel en el amor como lo eres tu!
¡Ayúdame, Señor, a olvidarme de mi, de mis apegos y de mis problemas y me
entregue por completo a Ti como tu te has entregado hasta el extremo!
¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque eres la ternura de Dios presente en las
especies santas! ¡Gracias, Jesús Eucaristía, porque a tu lado siento que tu
amor me salva, me sostiene, me cura y me conforta!
Como primer momento de nuestra oración, agradecemos a Dios todo lo que
recibimos en este año que terminó como regalo de su infinito amor por
nosotros.
(En un momento de silencio, hacemos un recuento de todo lo vivido y se lo
presentamos como ofrenda al Señor).
Gracias por la paz, la alegría, la unión de las personas, gracias por las
amistades que gratuitamente nos dan su cariño. Gracias por los logros y éxitos,
por la salud. Gracias por el trabajo, el descanso y la diversión, por la ilusión y la
compañía, por la esperanza en el día a día.
Señor, aunque me cuesta un poco decirlo, te doy gracias también por la
enfermedad, por el fracaso, por la desilusión, la soledad, el dolor y el
sufrimiento, gracias por la desesperación, por el llanto, gracias por que a través
de ello me doy cuenta que todo esto me acercó más a Ti. Amén.
Hno. Félix Hernández:
CANTO:
Señor hoy me puse a reflexionar acerca de mi pasado y las imágenes que
pasan por mi mente son tan “obscuras”, tan confusas, Dios mío, no alcanzo a
entender cómo es posible que yo pudiera haber estado tan alejado de ti.
La penumbra invadía mi alma, mi corazón siempre estaba agitado, mi mente
siempre confundida y abrumada con tantas cosas, no sabía yo a donde iba y
tampoco me detenía a pensar en lo que hacia, no tenía conciencia de mi
proceder y en otras ocasiones los pensamientos negativos, el orgullo, la ira y el
coraje me hacían su presa y no sabía como librarme de estas cosas.
Sin embargo Dios mio, Tú estabas allí siempre, cuando todo me irritaba,
cuando reaccionaba sin pensar, pero Tú señor, en tu misericordia, allí seguías
a mi lado, protegiéndome, tenías a tus ángeles cuidándome, como guardianes
invisibles, aunque yo te rechazara Tú invisible me cuidabas.
Me protegiste siempre, me libraste del mal, Gracias Señor porque Tú no
tomabas en cuenta mi mal comportamiento ni mi ingratitud para seguir
conmigo.
Hoy humildemente te pido que me perdones por ser ciego a tu presencia y
también te pido perdón por ser sordo a tus palabras, te pido perdón por el mal
que causé a mis semejantes consciente e inconscientemente.
Perdónanos por las veces que hemos trabajado tan duro para ser
autosuficientes, olvidando nuestra necesidad de ti, viviendo
independientemente de tu espíritu. Perdónanos por dejar que el miedo y la
preocupación controlen nuestras mentes, y por permitir que el orgullo y el
egoísmo causen estragos en nuestras vidas. Perdónanos por no seguir tus
caminos y por vivir lejos de tu presencia.
Señor, te pido perdón Por la palabra que callé. Por esa mano que no tendí.
Por la sonrisa que escatimé. Por el saludo que negué. Por la mirada que
desvié. Por la disculpa que no pedí. Por esos oídos que no presté. Por ese
gozo que no compartí. Por tanta lágrima que no enjugué. Por esa verdad que
omití. Por tantas veces, Señor, como me marché de Ti o como no te abrí.
Te doy gracias Señor por no haberme abandonado, te doy gracias porque
nunca perdiste la paciencia conmigo, te doy gracias por acercarme a ti y por
seguirme limpiando cada día, para poder servirte y amarte con un corazón
limpio y mostrar ese mismo amor a mis semejantes.
Gracias también a ti Virgen María, gracias Madre porque nunca dejaste de
interceder por mi, porque me amas tanto como una verdadera madre ama a
sus hijos y quieres lo mejor para mi. Perdona mi actitud de soberbia y ayúdame
a tener un corazón humilde como el tuyo.
Ahora, en silencio, oremos y pidamos perdón por todo lo que nosotros hemos
contribuido, a lo largo de este año que terminó, por acción o por omisión, a
hacer más dolorosa o difícil la vida de los demás.
(Dejamos un momento de silencio para examinar nuestra conciencia)
Decimos juntos:
Dios omnipotente y misericordioso, abre mis ojos para que descubra el mal que
he hecho; toca mi corazón, para que, con sinceridad, me convierta a ti.
Restaura en mí tu amor, para que resplandezca en mi vida la imagen de tu Hijo
Absuélveme, Señor, de todos mis pecados. Concédeme el perdón de mis
culpas, para que te sirva con espíritu libre. Amén.
Padre Rafael:
CANTO:
CONSAGRACIÓN DEL NUEVO AÑO Y BENDICIÓN DE LA FAMILIA
Le pedimos a Dios nos conceda iniciar el año nuevo con un corazón renovado
y decidido a vivir como discípulos para que nuestros anhelos y propósitos se
hagan realidad.
Reflexionamos:
¿Qué quiero pedirle al Señor para este nuevo año? ¿Cómo quiero vivirlo?
¿Qué bendiciones deseo para mi familia, amigos, parientes, comunidad,
parroquia?
Pidamos al Señor bendiga todos nuestro buenos deseos, nuestros anhelos de
seguir caminando en el la búsqueda sincera de su voluntad y en el compromiso
por ser fieles discípulos suyo.
(Mientras se lee la siguiente bendición nos podemos inclinar o arrodillar)
. Que tu visión interior sea transformada para que puedas ver más claramente
tu propio viaje con toda la humanidad como un viaje de paz, esperanza y
unidad (Nm 24, 15-17;Jn 20, 20).
· Que Dios Padre que se hace cercano en su Hijo Encarnado sea en quien
te puedas apoyar en los momentos débiles y dolorosos. Que conozcas a Dios
como tu roca, tu refugio, tu fuerza, tu consuelo y apoyo (Sal 94, 18).
· Que seas consciente de todos los lugares por los que te llevan tus pies
en el nuevo año. Que conozcas qué bellos son los pies del mensajero que
anuncia la buena noticia (Is 52,7).
· Que no tengas miedo a las preguntas que oprimen tu corazón y tu
mente. Que las recibas y esperes pacientemente el día en que encontrarán
contestación (Mt 11, 3).
· Que seas el que da la bienvenida con una sonrisa a los que estrechen tu
mano y que tus manos se extiendan para abrazar, perdonar, sanar, amar a
quien más necesite de tu cariño (Lc 7, 36-50).
· Que sea tuyo el regalo de la reverencia por todas las cosas creadas.
Que te enfrentes con valentía y entusiasmo a la responsabilidad de preservar y
cuidar la belleza de la tierra (Sir 42, 15; 43, 33).
· Que el manantial de la compasión mane profundamente dentro de ti
hasta confortar a los otros, de manera especial al que más sufren (2Cor 1, 3-
7).
· Que te despiertes cada mañana con la acción de gracias en tus labios y
en tu corazón, reconociendo que todo es don, que todo es bendición (Sal 138,
1).
· Que tu amistad con Dios sea fuerte y sana. Que ese amor sea a la vez
consuelo y reto mientras luchas por encontrar el camino en el año nuevo (Jn
21, 15-19).
· Que tu espíritu esté abierto y alerta para descubrir la voluntad de Dios
para ti. Que tu oración sea de sabiduría, orientación y profundo entendimiento
del camino de Dios para ti, para tu familia, para la comunidad y para el mundo
(Lc 1, 26-38).
Que tu vida este año sea un nuevo regalo para Dios y que estén benditos cada
uno de sus días. Amen.
(en silencio cada uno ora pidiendo la bendición para cada uno de los miembros
de su familia)
Hno. Félix Hernández
CANTO:
Querido Dios, Gracias por hacer todas las cosas nuevas. Gracias por todo lo
que has permitido en nuestras vidas este último año, lo bueno junto con las
cosas difíciles, que nos han recordado lo mucho que te necesitamos y
confiamos en tu presencia llenándonos cada día.
Te pedimos que tu Espíritu nos guíe en cada paso de este nuevo año. Te
pedimos que guíes nuestras decisiones y que vuelvas nuestros corazones a
desearte profundamente por encima de todo lo demás. Les pedimos que abran
las puertas que necesitan ser abiertas y cierren las que necesitan ser cerradas
herméticamente. Te pedimos que nos ayudes a liberarnos de las cosas a las
que has dicho “no”, “todavía no” o “espera”. Pedimos ayuda para perseguirte
primero, por encima de todo sueño y deseo que hayas puesto en nuestros
corazones.
Te pedimos tu sabiduría, que tu fuerza y tu poder estén constantemente
presentes en nosotros. Te pedimos que nos hagas fuertes y valientes para el
camino que tenemos por delante. Danos habilidad más allá de lo que nos
sentimos capaces, deja que tus dones fluyan libremente a través de nosotros,
para que seas honrado por nuestras vidas, y otros sean atraídos hacia ti.
Rezamos para que nos mantengas lejos de las trampas y trampas de las
tentaciones. Que nos susurrarías al oído cuando necesitemos correr, y al
corazón cuando necesitemos mantenernos firmes.
Oramos por su protección sobre nuestras familias y amigos. Te pedimos que
nos cubras con tu mano y nos mantengas alejados de las malas intenciones del
enemigo; que seas una barrera para rodearnos, que estemos seguros en tus
manos. Oramos para que nos des discernimiento y perspicacia más allá de
nuestros años, para entender tu voluntad, escuchar tu voz y conocer tus
caminos.
Te pedimos que mantengas nuestros pasos firmes, sobre tierra
firme, ayudándonos a ser consistentes y fieles. Danos resistencia sobrenatural
para que mantengamos el curso, no nos desviemos hacia la derecha o la
izquierda, o nos distraigamos con demasiada facilidad por otras cosas que
intentarían alejarnos de una caminata cercana contigo.
Padre Rafael:
CANTO:
Querido Dios Hijo, que vienes a nosotros en la fragilidad de un Niño, para que
no tengamos miedo acercarnos a ti; te suplicamos y presentamos nuestras y
necesidades, escúchalas y atiéndelas según tu voluntad. A cada petición
respondemos:
“Escúchanos Señor que confiamos en Ti”…
Señor te pedimos que ilumines a nuestros gobernantes para que trabajen por
la justicia y la paz, sobre todo en aquellos lugares donde actualmente se ha
desatado la violencia y la guerra. Oremos
Te pedimos por el Papa, Obispos y Sacerdotes para que renovados por la
celebración del misterio de tu Encarnación guíen a nuestra Iglesia conforme a tus
enseñanzas a sendas de vida nueva. Oremos
Por todos los que sufren y están enfermos, padecen soledad o abandono; para
que sean consolados y encuentren la paz, el amor y el consuelo que Cristo vino
a traernos. Oremos.
Señor te pedimos que ayudes con la luz de tu Espíritu a todos los jóvenes, para
que encuentren el Ti el sentido de su vida y por quienes se sienten llamados a ser
sacerdotes, religiosos o religiosas no tengan miedo darte una respuesta generosa.
Oremos
Señor te pedimos de todo corazón por la Paz del mundo entero, que todos
los seres humanos vivamos como hermanos en concordia, dialogo, respeto,
perdón y amor. Oremos
Te pedimos también, por todos nuestros familiares, amigos y conocidos que en
este año se han adelantado a la casa del Padre, para que gocen ya de la paz
eterna al contemplar el rostro de Dios. Oremos
Querido Jesús Eucaristía, a quien María Santísima entregó como Pan de vida
eterna en Belén, hoy, venimos a implorar tu misericordia por todos los ateos,
por todos los que no creen en Ti, por los que aún no te conocen, para que, a
través de la vocación gozosa de tus sacerdotes, religiosos y misioneros, abran
los ojos del alma y te descubran en la Creación, en la noche tapizada de
estrellas, en el corazón de las almas puras y sencillas. Te pedimos que
conviertas nuestros corazones en nuevos pesebres de carne, para que Tú
nazcas en ellos y nos hagas anunciadores de tu mensaje de amor y paz.
Oremos.
Sagrado Corazón Eucarístico del Niño Jesús, queremos, como familia de fe
reunida en oración, darte nuestro amor y nuestra adoración por todos aquellos
que, escuchando el llamado para colaborar en tu Iglesia, se han olvidado de Ti,
o han despreciado tu voz y se han hecho sordos a la invitación a compartir. Te
ofrecemos nuestro amor en reparación por los que en vez de seguir tu llamado
a colaborar en la Iglesia, te han dado la espalda y se han ido lejos de ti,
engañados por los falsos atractivos del mundo. Oremos.
Corazón amado de Jesús Niño, ven y cuida, con tu sonrisa de Niño en Belén, a
nuestras familias, y con la fuerza de tu Sangre derramada en la Cruz aliéntanos
para que te mantengamos nuestro “sí”, te glorifiquemos en el Pesebre y en la
Eucaristía, y te adoremos en el tiempo y en la eternidad en los Cielos. Escucha
nuestros ruegos, querido Corazón del Niño Jesús, y concede la gracia de la fe
a quienes no creen en ti. Oremos
Padre Rafael:
ORACIÓN FINAL:
CANTO:
Jesús Eucaristía, nacido para nuestra salvación, te ofrecemos lo que somos y
lo que tenemos; te ofrecemos las mortificaciones que podamos pasar en el día
a día de este año que apenas vamos empezando, pidiéndote la gracia de la
conversión para nuestros seres queridos que no creen en ti, y para todos los
que en el mundo viven alejados de ti. Te prometemos darte el calor de nuestro
corazón para que en estos momentos de adoración, calmemos un poco tu sed
de almas; te prometemos ser tus súbditos, tus siervos, tu misioneros en todo
tiempo y lugar.
Señor, que nos has dado vivir un año más en nuestra vida y ahora nos
concedes ver nacer un año nuevo, haz que, cuantos confesamos que el
tiempo, la historia y la vida son dones tuyos, sepamos aprovechar este nuevo
año que pones en nuestras manos para trabajar por la paz, la justicia y la
fraternidad, y que sepamos llenarlo de obras de amor a nuestros hermanos,
para que así todos descubran que Tú eres nuestro Padre bueno y vivan felices
confiando en Ti.
Sagrado Corazón Eucarístico de Jesús que viniste como Niño en Belén, y te
quedas oculto bajo el velo sacramental en la Eucaristía. Ante Ti los pastores se
postraron para adorarte en Belén, ahora nosotros también te hemos venido a
adorar y nos retiramos ya. Te consagramos nuestros sentidos: los ojos, que te
han de ver siempre en la Hostia Santa; los oídos, que han de escuchar el
mensaje de salvación en tu Palabra en el Evangelio; el olfato, que ha de
extasiarse con el olor de tu exquisito perfume en el amor, la paz y la esperanza
que nos traes en el diario vivir; la boca, que ha de abrirse a la alabanza; el
gusto, que ha de saborear tu Sagrado Cuerpo en el Manjar de Ángeles; y el
tacto, que ha de palpar tu presencia en el servir a los hermanos. Amén.
BENDICIÓN CON JESÚS SACRAMENTADO.
CANTO. ENTRA
CANTO A MARÍA SANTÍSIMA: