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El Estudio de La Filosofia Antigua en El Peru A Partir de Los Años 80

El Capítulo I se enfoca en definir y delimitar el significado del término "filosofía antigua", el cual puede ser ambiguo u oscuro si no se especifica a qué antigüedad se refiere. Aunque generalmente se asocia con la filosofía de la antigua Grecia, el adjetivo "antiguo" podría también referirse a otras tradiciones filosóficas antiguas no europeas. Por lo tanto, es importante clarificar que cuando se habla de "filosof

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El Estudio de La Filosofia Antigua en El Peru A Partir de Los Años 80

El Capítulo I se enfoca en definir y delimitar el significado del término "filosofía antigua", el cual puede ser ambiguo u oscuro si no se especifica a qué antigüedad se refiere. Aunque generalmente se asocia con la filosofía de la antigua Grecia, el adjetivo "antiguo" podría también referirse a otras tradiciones filosóficas antiguas no europeas. Por lo tanto, es importante clarificar que cuando se habla de "filosof

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El estudio de la Filosofía antigua en el Perú a partir de los 80 hasta la

actualidad

Marlon Tello

RESUMEN:

En este presente artículo, se expondrá cómo se desarrolló el estudio de la “Filosofía


Antigua” en el Perú desde los años 80 hasta la actualidad. Para ello, se empezará a
partir de una breve caracterización del término “Filosofía antigua” y una breve
explicación de la “Filosofía Antigua” como disciplina en la comunidad filosófica del
Perú. Luego veremos su estancia histórica desde los años 80 caracterizando su
problematicidad y mostrando cómo a pesar de ello el estudio de la “Filosofía
antigua” siguió en pie con José Antonio Russo Delgado y Víctor Lí-Carrillo Chía
continuando con su gran desarrollo hasta la actualidad de la mano de profesores
como: Dante Dávila, Rafael Cerpa Estremaydoro, Fernando Muñoz o Raúl
Gutiérrez.

Palabras clave: Filosofía Antigua en el Perú, Filosofía Antigua, Universidad


Nacional Mayor de San Marcos, Pontificia Universidad Católica del Perú, estudios
clásicos.
El estudio de la Filosofía antigua en el Perú a partir de los 80 hasta la
actualidad

Introducción

Capítulo I: El término “filosofía antigua”

Capítulo II: La “filosofía antigua” como disciplina filosófica en el Perú

Capítulo III: Estancia histórica desde los 80 hasta la actualidad

Relevancia histórica: ¿Por qué desde los años 80?

Problemática

Permanencia

En la UNMSM

En la PUCP

Conclusiones

Bibliografía
Introducción:

Realizar una descripción de cómo se llevó a cabo el estudio de la Filosofía Antigua


en el Perú a partir de la década de los 80, es una tarea que implica revisar tres
momentos: La delimitación semántica del término “Filosofía antigua”, la cual, se
muestra multívoca en su significación debido a su amplio alcance, ya que si
asumimos la tesis que la filosofía es un saber teórico-práctico crítico y reflexivo y,
por ende, que no tiene ningún lugar privilegiado de práctica debido a su no-
exclusividad como saber, puesto que alude abstractamente al ejercicio del filosofar;
entonces, el término Filosofía antigua puede designar las filosofías europeas como
no-europeas. Sin embargo, el término “filosofía” es de por sí un término que por su
convencionalidad alude a un saber cultivado originariamente por los antiguos
griegos a partir del siglo VI y desarrollado en la tradición griega y europea posterior;
en ese sentido, en tanto la convencionalidad del término “filosofía”, la significación
de ésta es básicamente europea. El adjetivo de “antigua” se le añade sintéticamente
y resuena dentro del aspecto originario de su convencionalidad pero no se reduce a
este. De modo que, la “Filosofía antigua” por su convencionalidad, en tanto que
refiere a su originariedad, acoge a la tradición filosófica griega a partir del siglo VI
a.C. y, en tanto que se refiere a su desarrollo referido a su originariedad, se extiende
hasta el siglo VI a.C.
La existencia de la “Filosofía antigua” como objeto de estudio en la comunidad
filosófica del Perú. Ante todo, se parte, de hecho, asumiendo a una comunidad
filosófica como existente en el Perú, la cual, se determina como aquel conjunto de
individuos que estudian o hacen filosofía en dicha región; pero, como estudiar o
hacer filosofía en el Perú no se da más que en los ambientes académicos
abarcando tanto centros de estudios de educación secundaria, pre-universitaria o
superior, entonces el término “comunidad filosófica del Perú” se torna multívoco, por
ello para su determinación unívoca, aunque no exclusiva puesto que puede tantas
determinaciones unívocas como aspectos de la comunidad filosófica del Perú haya,
lo asiremos en su significación originaria, esto es, en su lugar de despliegue más
inmediato, el cual, es la universidad peruana –representada primero en la figura de
la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y después por otras universidades
tales como la Pontificia Universidad Católica del Perú- , pues en esta se cultiva entre
profesores y alumnos, siendo los primeros aquellos que se encargan de la
enseñanza y estudio de la filosofía siendo esta un tratamiento serio y riguroso, ya
que se trabajan
con textos filosóficos exigiendo por sí un trabajo intelectual, el cual, atraviesa dos
etapas: la comprensión a nivel argumentativo y la comprensión a nivel esencial, esta
exige, aún, herramientas teóricas como el dominio de disciplinas auxiliares tales
como la Lógica o la Filología clásica, entre otras. La filosofía como disciplina, en
Perú y en toda Latinoamérica, es una importación directa de Europa. Luego, la
filosofía, como disciplina en el Perú, es una disciplina que estudia el filosofar
europeo asumiendo sus problemas que son parte de la materia prima para la
reflexión filosófica peruana, y re-pensándolos desde un contexto histórico
determinado. Cuando en el Perú se asumen los problemas del filosofar europeo,
estos abarcan tanto su contemporaneidad como su originariedad, ambos aspectos
están enhebrados según una relación de correspondencia primordialmente histórica,
la cual, hace que la contemporaneidad del filosofar europeo dependa de la
originariedad de este. Y es con esta última que se enlaza el cultivo de la filosofía
como disciplina y la determinación del contenido disciplinario de la filosofía, pues, en
tanto se alude a su originariedad, se hace referencia a un aspecto de la
convencionalidad del término “filosofía”, la cual, alude a la matriz sapiencial y, por
tanto, filosófica de la tradición europea. Lo “antiguo” en el estudio del filosofar
europeo en el Perú aparece de modo espontáneo, pues está remitido a los orígenes
de dicho filosofar. Por tanto, la “Filosofía antigua” en el Perú como objeto de estudio
se de la comunidad filosófica que es de modo inmediato en la universidad.
El estudio de la “Filosofía antigua” en el Perú a partir de la década de los 80.
Ahondar en este hecho es problemático por dos cosas: las condiciones político-
sociales en el Perú de los 80 y la multiplicidad de pareceres en el Perú respectos a
la “Filosofía antigua”. La primera es determinante pues a pesar de la toma de la
UNMSM por los movimientos terroristas se continuaron con los estudios de la
“Filosofía antigua” siguiendo como un bastión firme ante las dificultades
estructurales. La segunda es problemática porque al haber multiplicidad de
pareceres hay, así también, estudios de diferentes perspectivas y, por consiguiente,
una cierta cantidad no menor; no obstante, ahondar en la multiplicidad conllevaría
sacar a la luz varios trabajos y perderse en esa variedad; por ello, el trabajo de
selección será direccionado según una perspectiva en torno a la tradición de
docentes dedicados a la enseñanza de la “Filosofía antigua”. De acuerdo a esto
último colocamos como pilares para nuestro recuentro historiográfico los dos
docentes sanmarquinos: José Antonio Russo Delgado y Víctor Lí-Carrillo Chía,
debido a que a nuestra consideración sobresalieron por su audacia, creatividad,
sutileza intelectual y larga trayectoria en la docencia que trajo como resultado la
elaboración de libros y artículos científicos respecto a la “Filosofía Antigua”. Así,
bajo esos criterios, a saber, audacia, creatividad, sutileza intelectual y trayectoria
incluimos a Fernando Muñoz, Javier Aldama y Rafael Cerpa Estremaydoro –que,
aunque no es sanmarquino, ejerció la docencia universitaria en dicha casa de
estudios mediante un taller dedicado al estudio y actualidad de la lógica aristotélica-,
a pesar de que la mayoría de estos docentes oscilan entre licenciados, magísteres o
doctores en Filosofía no se puede negar que para la labor del estudio de la
“Filosofía Antigua” se requiere –como afirmamos líneas arriba- de herramientas
teóricas como la Filología, en este sentido, la doctora Ana Gispert-Sauch Colls es
incluida dentro de nuestro recuentro historiográfico por ejercer la docencia de las
lenguas clásicas dentro de la escuela académico profesional de Filosofía en San
Marcos. Asimismo, como San Marcos no es la única universidad del Perú también
reconocemos a la PUCP como centro de enseñanza y estudio de la “Filosofía
Antigua” dentro de la cual destacan Federico Camino como notable docente de la
misma disciplina, Raúl Gutiérrez como experto en el pensamiento platónico y Dante
Dávila también docente y especialista en el pensamiento aristotélico.
Capítulo I: El término “filosofía antigua”
La filosofía que se desarrolla y tiene más impacto en el Perú actualmente poco tiene
que ver con los estudios sobre Platón, Aristóteles o el pensamiento pre-socrático,
tópicos usualmente tratados en filosofía antigua. Aun así no se afirma que es in-
existente el estudio de la filosofía antigua en el Perú, de hecho existe pero aún es
poco promovido. Las razones que corresponden a tal situación nos llevarían a un
estudio sobre la realidad contemporánea de la filosofía antigua en el Perú, eso no
incluye revisar autores y nada más, es decir el ambiente académico que está
conformado por una variedad de estudiosos y especialistas, sino involucra abarcar
varios aspectos que, en cierto modo, son condicionantes como por ejemplo: el
aspecto estructural, histórico-social. Pero, mencionamos el término “filosofía
antigua”, así por así y sin más, sin saber a qué exactamente nos estamos refiriendo,
por lo general nos terminamos refiriendo a la antigüedad griega por lo que a filosofía
se refiere y terminamos mencionando Parménides, Heráclito o Platón, pero alguien
nos podría objetar y decir que el adjetivo “antiguo” en este caso está señalando una
particular antigüedad que en cuanto particular excluye de por sí a las otras
particulares antigüedades: romana, egipcia, hindú, china, azteca o inca. Es por eso
que la significación del término “filosofía antigua” al ser referida inmediatamente a la
antigüedad griega merece ser esclarecida precisamente desde esa significación
inicial y solo a partir de este análisis se puede establecer el sentido en el que se
está tomando “filosofía antigua” para la pertinencia de que contemporáneamente
hay un estudio de la filosofía antigua en el Perú.
En el esclarecimiento de la significación del término “filosofía antigua” hay pues una
vuelta conceptual dentro de él en la medida en que se quiere apuntar con su
concepto el cual expresa la definición del término. “Filosofía” como es sabido es un
término exclusivamente griego. Tal como indica Hadot:
“Las palabras de la familia philosophia no aparecen antes del siglo v a.C., y
no fue definida filosóficamente más que en el siglo IV, por Platón; sin
embargo, Aristóteles y, con él, toda la tradición de la historia de la filosofía
consideran filósofos a los primeros pensadores griegos que aparecieron a
principios del siglo VI, en la periferia de la zona de la influencia griega, en las
colonias de Asia Menor, exactamente en la ciudad de Mileto: Tales,
matemático y técnico, uno de los Siete Sabios, célebre por haber predicho el
eclipse de sol del 28 de mayo de 585, luego Anaximandro y Anaxímenes.”
(Hadot, 2000: 21)
A partir de la afirmación de Pierre Hadot podemos considerar que hasta en la misma
antigüedad hubo un trabajo de esclarecimiento conceptual para delimitar bien el
término filosofía. Como es sabido, Platón define filosóficamente el término filosofía
como “amor a la sabiduría”, sin embargo, esta definición se encuentra muy lejos
nuestra labor esclarecedora por cuanto está enmarcada en un esquema alejado de
las condiciones geográficas y relativas. En el caso de Aristóteles, no obstante, hay
una diferencia significativa por cuanto establece una historia de la filosofía a partir
de su noción de filosofía y teoría de las cuatro causas. A partir de él, toda la
tradición posterior considero como primer filósofo a Tales y en toda “buena” de
historia de la filosofía no falta la mención siempre a Tales.
El caso de Aristóteles es significativo pues con él vemos un buen ejemplo de cómo
se construye una historia de la filosofía tan solo con la simple mención de “primer
filósofo” adjudicándole todo un sistema filosófico que lo justifique. No estamos
afirmando que el sistema filosófico de Aristóteles esté exclusivamente encaminado a
justificar la mención de Tales como “primer filósofo”, sino que ponemos de relieve un
ejemplo significativo, en el cual, podemos observar una construcción historiográfica
a partir de una construcción conceptual.
Sea la definición de Platón o Aristóteles lo cierto es que los pre-socráticos son la
primera referencia de la palabra filosofía. Podemos notar, sin embargo, un cierta
tendencia de los estudios actuales sobre los pre-socráticos, que consiste en dejarse
llevar por los prejuicios de Aristóteles y toda la opinión ulterior que se surgió a partir
de tal prejuicio. Kingsley (2017) identifica la situación con dos palabras: autoridad y
tradición. Pues, en primer lugar, como él menciona:
“En los dos últimos siglos, la erudición clásica post-ilustrada ha considerado
la historia de la filosofía griega como un proceso evolutivo hacia un ideal de
racionalidad, un ideal extremadamente vago pero muy seductor. Ello ha
supuesto aceptarla, casi sin cuestionarla, la arrogante afirmación aristotélica
según la cual la filosofía presocrática no fue sino un tartamudeante intento de
decir lo que solo Aristóteles, y con él su sucesor Teofrasto, han pasado así a
ser considerados la autoridad última para nuestro conocimiento de los
presocráticos, no solo porque son aquellos los primeros autores que nos
ofrecen abundante información sobre las doctrinas de los filósofos
presocráticos, sino también porque a ambos pensadores se les considera
altamente cualificados para entender los fines, y también las carencias, de la
filosofía presocrática.” (Kingsley, 2017: 17,18)
La segunda razón que él menciona es que a partir de la publicación en 1935 del
estudio de Cherniss sobre Aristóteles y los presocráticos:
“La crítica es cada vez más consciente de que Aristóteles y la escuela
aristotélica no solo incurrieron en la malinterpretación de los postulados
básicos del pensamiento presocrático, sino que también abusaron, de
manera sistemática, del malentendido y tergiversación para silenciar así las
aportaciones de sus predecesores. En otras palabras, Aristotéles y Teofrasto
no resultan ser en absoluto guías infalibles para nuestra interpretación de los
presocráticos.” (Kingsley, 2017: 18)
La tradición académica, sin duda, ha comenzado a desligarse de los prejuicios de
Aristotéles y la tradición posterior en torno a él. Esto ha tenido un alcance a nivel
global disciplinariamente hablando y ha motivado a reflexiones independientes
sobre los términos “filósofo” y “filosofía” y elaboraciones historiográficas
correspondientes al estudio de la filosofía antigua en el sentido que estamos
determinado, en Europa como es evidente son importantes, en ese sentido, los
estudios de Guthrie que ha llegado a ser famoso por su voluminosa obra que es un
trabajo exhaustivo sobre la historia de la filosofía griega en su monumental obra
desarrollada en 6 volúmenes.
En Perú, Federico Camino cuenta con un trabajo no tan extenso como el de Guthrie
pero si sugerente por ser una reflexión independiente que forma parte de ese
conglomerado intelectual y, por ende, de la tradición académica que ha comenzado
a desligarse de los prejuicios aristotélicos y post-aristotélicos. El trabajo de Camino
es un artículo para una revista llamada “Areté” que es una revista de filosofía
editada por el Departamento de Humanidades de la Pontificia Universidad Católica
del Perú (PUCP), que aunque no se sitúe al nivel exhaustivo ni al impacto
académico de la obra de Guthrie. Sin embargo, su relevancia es importante porque
respecto de los términos “filósofo” y “filosofía” da cuenta de la vida contemplativa
que aparece en el relato de Heráclides en su texto “Sobre el placer” haciendo su
reflexión sobre ello, y afirma:
“En el relato de Heráclides, tal como lo ha conservado la tradición doxográfica
se vincula el observar sin adquirir nada para sí con el conocimiento de las
cosas en lo que estas tienen de esencial. A ellas se accede con la mirada
distanciada y no comprometida que los griegos llamaron θεωρίἀ que significa
ver, indagar y también misión sagrada, encargo, fiesta. (…) θεωρεῖν más que
spectare, videre, intueri y θεωρίἀ más que contemplatio es el asumir lo que al
hombre le está concedido, la búsqueda de la verdad cuya plena posesión, la
sabiduría, solo le pertenece a Dios. A esa búsqueda la llamó Pitágoras
“filosofía” y aquel que hace de ella su ocupación, “filósofo”.” (Camino, 1999:
25)
Esa es la significación doxográfica del término filosofía, según Camino, y el “filósofo”
estaría dedicado a ese quehacer. A partir de la pequeña reflexión doxográfica
elaborada por Camino, nos percatamos de que la filosofía se define desde los
mismos pre-socráticos y Pitágoras, de acuerdo a ello, es una figura fundacional
puesto que determina la tarea de la filosofía y, por tanto, la actividad del filósofo.
Eso queda muy lejos de nuestra labor de dar cuenta del significado del término
“filosofía antigua” pues habíamos rechazado semejante significación cuando
descartamos la definición platónica de filosofía por poseer un esquema alejado de
las condiciones geográficas y relativas. Sin embargo, a partir, de la tradición
doxográfica vemos que somos conducidos hacia esa definición por una simple
inspección de las definiciones y términos.
De hecho que lo “antiguo” no aparece contenido analíticamente en tal definición de
filosofía, puesto que es manifiesto que este término no aparezca correlativamente
desde aquella definición de filosofía. Sin embargo, esta al determinarse así ya indica
que habrá algo permanente desde sí misma y se conservará para la posteridad,
llegando hasta nuestros días como un legado exclusivamente griego.
Mediante esta vuelta conceptual realizada dentro del concepto mismo, hemos dado
cuenta que el significado de “filosofía antigua” apunta hacia algo más que una
simple definición sin referentes particulares concretos, apunta hacia sus orígenes
concretos.
En definitiva, el término “filosofía antigua” es el resultado, precisamente, de una
mirada posterior a ella y abarca tanto sus orígenes como su definición más precisa
en la que resulta que se da con el principio de ella en varios sentidos: especulativo
porque es visión y contemplación, fundacional puesto que instaura una actividad
patente para su tradición subsecuente y relativa puesto que indica que el nacimiento
en sus condiciones espacio-temporales específicas fue en el siglo VI a.C. como una
actividad cultivada y emergente del mundo griego, y su deceso como tal fue en el
siglo V a.C. mediante su culminación con el neoplatonismo que fue uno de los
momentos que marcó el fin de la filosofía cultivada entre los griegos antes de la
irrupción del cristianismo.
Capítulo II: La filosofía antigua como disciplina filosófica en el Perú

En el Perú dar cuenta de la existencia de una comunidad filosófica dedicada al


estudio de la filosofía antigua tal y como la hemos caracterizado puede resultar fácil,
pero tal labor puede resultar difícil porque primero para afirmar ello se debe
demostrar, en general, la existencia de una comunidad filosófica en el Perú y luego,
en particular, una instancia de ella que tenga a la filosofía antigua como objeto de
estudio. Hablar de lo primero es algo que conllevaría a una tarea genealógica por
cuanto se expliciten las condiciones para el surgimiento de una comunidad
filosófica, lo cual conllevaría a un análisis más estructural que incluya otras variables
aparte del aspecto académico, como por ejemplo, el aspecto económico, social o
histórico. Hablar de lo segundo, sería revisar el porqué de la filosofía antigua como
objeto de estudio, o sea demostrar la peculiaridad de esta disciplina en la
comunidad filosófica del Perú, y para ello, tendríamos que revisar varios trabajos
que no precisamente corresponden a nuestro corte histórico. Por eso, ya desde el
inicio habíamos advertido que solo tomaremos un momento particular para explicar
el proceso y lo peculiar de la filosofía antigua como disciplina filosófica en el Perú a
partir de los años 80.
Sin embargo, podemos exponer los orígenes de esta disciplina en el Perú a través
de un momento fundacional, es decir, a partir del surgimiento de la filosofía en la
universidad peruana y de la intelectualidad surgida en ella. Pero ambas no son
posibles sin el surgimiento de la filosofía en Latinoamérica, al respecto son
sugerentes las afirmaciones de Miró Quesada (1974) pues para él el filosofar
latinoamericano nace por inseminación artificial:
El filosofar latinoamericano aflora como consecuencia de un crecimiento
nuevo y vigoroso. Pero no puede asentarse en el terreno de la tradición
propia. No puede reaccionar contra una filosofía vieja y caduca, porque esta
filosofía desapareció junto con la Colonia. No puede continuar ni renovar una
tradición ideológica porque la tradición se ha perdido, se ha evaporado en las
brumas de una dominación muerta. (pág. 2)
El crecimiento del filosofar latinoamericano viene empujado con la necesidad de su
nacimiento ya que este fue posible por la llegada de Occidente a Latinoamérica:
Nuestro filosofar nace por importación directa, viene de Occidente
como llegan por barco las maquinarias, los vestidos y los perfumes.
Nace dentro de las universidades porque las universidades crecen y
empiezan a enseñar de todo. Nace como nacen la química, la
matemática y la biología. […] Nace porque las facultades humanísticas
crean cursos de filosofía para ser iguales a las facultades europeas.
Porque los intelectuales latinoamericanos desean deslumbrar a sus
alumnos y a sus lectores. (pág. 3)
En consecuencia, en la génesis del filosofar latinoamericano está inmersa la filosofía
como importación desde una condición ajena no-latinoamericana. La filosofía así
entendida es una disciplina que se cultiva a partir de una tradición previa, la
tradición europea. Desde sus inicios, la filosofía latinoamericana nace como
repetición de la filosofía europea, pero, puesto que la repetición, es decir, la
transferencia semántica de un discurso hacia una localidad, exige la previa
comprensión, entonces es inevitable sentirse ajeno hacia tal discurso ya que no hay
una aprehensión total de su sentido. A este fenómeno peculiar propio de la región
latinoamericana Miró Quesada lo llamó “vivencia del desenfoque”:
“La vivencia del desenfoque conduce necesariamente a otra vivencia:
la “exigencia” de seriedad. Se considera que el período anterior ha
sido un período inicial. Pero por ello mismo un período primitivo, poco
serio, un período de historieta de la filosofía. La consigna es ir a los
textos mismos, y sobre todo a los textos clásicos. La disciplina del
filosofar empieza a vivirse como una disciplina difícil, exigente, que
solo puede ser practicada por la élite intelectual. […] Se vive así, a
ritmo acelerado la conciencia del desenfoque, el anhelo de superar la
mera comprensión formal de los textos.” (Miró Quesada, 13: 1974)
El esfuerzo que se hace para pasar de la mera comprensión discursiva hacia la
verdadera comprensión significativa es llamado por Miró Quesada “la recuperación
anabásica”. Comprender a la filosofía europea, en este sentido, significa obligarse a
comprender sus antecesores históricos que abarcan su tejido cultural. Se exige la
recuperación conceptual de la filosofía europea y para ello se hace la regresión
hacia sus orígenes, que siguen resonando en la actualidad. En este esfuerzo se dan
dos momentos que Miró Quesada (1974) menciona como: la instalación en la
historia y la tecnificación humanista.
La filosofía en Latinoamérica tomará atravesará este rumbo y su actitud con
respecto a la filosofía antigua será única y peculiar, pues asumirá como parte de su
tarea recuperar la verdadera comprensión de la tradición europea. Perú no es la
excepción puesto que constituye una representatividad cultural debido a que fue el
lugar geográfico por excelencia donde se desarrolló la matriz universitaria de toda
América. En suma, en el Perú la filosofía antigua es tomada como disciplina y por
objeto de estudio por su carácter propedéutico ya que gracias a ella se puede
entender el resto del filosofar europeo.
Los momentos en la recuperación que atravesará la comprensión de esta disciplina
serán pues cruciales para ver en el Perú el esfuerzo por entender el pensamiento
filosófico antiguo -sobre todo si nuestra labor consiste en revisar cómo se desarrolla
el estudio de la filosofía antigua en el Perú a partir de los años 80- , el cual,
atraviesa dos momentos: la instalación en la historia y la tecnificación humanista.
La primera exige conciencia histórica y, por tanto, conciencia de las condiciones
particulares de existencia, es decir, tomarse como un sujeto que estudio inmerso en
un contexto geográfico, social y político determinado, por eso, todo saber que sea
recibido estará condicionado, a partir, de circunstancias históricas determinadas.
Las circunstancias impiden ver o captar la esencia de un pensamiento ajeno y otro,
de las cuales, es imposible escapar. Por ello, el primer paso es reconocer que se
pertenece a una realidad determinada para entender otra producción cultural de otra
realidad, sin embargo, hay que evitar caer en el mero reconocimiento de las
circunstancias pues el objetivo es entender y comprender la producción cultural de
otra realidad, que en este caso, es la filosofía antigua que es por defecto europea.
Para eso, es muy conveniente cumplir con una tarea individual, la cual consiste en
la formación en la cultura o tradición humanista en su sentido más auténtico que por
defecto es europeo. Esta sólida formación humanista consiste en aprender las dos
lenguas clásicas por defecto: griego antiguo y latín, además también implica una
lectura de la literatura filosófica y su comprensión a partir del horizonte cultural
legado por la tradición humanista. Desde ese lado, es posible ver con autenticidad, y
por tanto, comprender, la filosofía antigua.
Así pues, la filosofía antigua en el Perú como disciplina se da en su lugar de
realización más inmediato que es la universidad hecha por una comunidad filosófica
la cual es constituida por académicos: profesores, estudiantes, dándose en
cualquier universidad que posea de por sí la Filosofía como una de sus carreras. Sin
embargo, el rol de mayor responsabilidad lo obtienen los profesores pues ellos son
los encargados de enseñar, divulgar y transmitir, previa comprensión, la filosofía
antigua, por lo cual, su labor académica resulta crucial para ver de qué modo se ha
estudiado la filosofía antigua en el Perú, en específico, desde los años 80.

Capítulo III: Estancia histórica desde los 80 hasta la actualidad

Sobrevilla (1985) en su resumen y comentario sobre las tesis de Kramer acerca de


la doctrina no escrita de Platón, señala: “Los resultados filológicos del libro de Hons-
Joachim Krámer Areté en Platón y Aristóteles son de una importancia decisiva para
comprender la filosofía del fundador de la Academia, la del Estagirita y la historia de
la filosofía antigua en general” (pág.194). Frase concluyente a la que llegará luego
de mostrar el informe sobre el estado actual de la doctrina no escrita de Platón y su
valoración; tal escrito fue redactado durante noviembre de 1980 en Tubinga y llegó a
Lima en agosto de 1981. Esto refleja en primer lugar la existencia de una tradición
sólida de estudios de filosofía antigua en San Marcos y, en segundo lugar, una
constante actualización acorde con investigaciones contemporáneas propias de su
época. El texto señalado es clave, no solo por su especificidad sino también por su
temporalidad, esta nos remite inmediatamente a la realidad histórica del Perú
durante aquel tiempo pero a su vez nos muestra que a pesar de las vicisitudes o
contingencias sociales el estudioso de la filosofía antigua se mantiene firme y realiza
sus investigaciones libremente, aunque en el caso de Sobrevilla el lugar de
redacción del escrito es una realidad ajena, esta no se mostraba indiferente ante
nuestra realidad por estar precisamente remitida hacia nosotros.

Relevancia histórica: ¿Por qué desde los años 80?


No es casualidad que anteriormente hayamos señalado a Perú como lugar
geográfico de la matriz universitaria de toda América, esto no obedece a un
chauvinismo, ni a un patriotismo. Lo que se quiere señalar, es la representatividad
cultural de Perú mediante la primera universidad que existió en su seno: Universidad
Nacional Mayor de San Marcos.
Para efectos de la labor historiográfica elegida, San Marcos sirve como lugar en el
tiempo para resaltar la significatividad de la década elegida, tal como lo señala la
Comisión de la Verdad y Reconciliación Nacional en el tomo IV, sección 2.20 del
Informe Final:
“La Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) no solamente es
una de las universidades públicas más antiguas de América del Sur, sino
también la más grande e importante del Perú. Dada la centralidad de la
UNMSM, su evolución como centro educativo refleja claramente los cambios
abismales vividos en el país, donde una vertiginosa demanda educativa
irrumpe en el escenario en los últimos cuarenta años. Al mismo tiempo, los
procesos seguidos por esta universidad refleja la compleja dinámica del
diverso panorama político peruano.” (Comisión de la Verdad y Reconciliación,
2003: 633)
Estas palabras iniciales de la CVR para explicar la situación histórica de la UNMSM
durante la época de los 80 -época caracterizada por el auge del movimiento
terrorista por parte de Sendero Luminoso- reflejan lo que venimos señalando el
lugar que ocupa la UNMSM en América y su centralidad, pero además también
señalan que a la par de los acontecimientos históricos la UNMSM no ha tenido una
evolución independiente o subsistente, sino que su dinámica y proceso están
marcadas por las condiciones económicas y políticas de la realidad peruana.
Como se sabe el movimiento senderista dio su gran salto hacia el mundo durante
los años 80, San Marcos como es evidente no se encontraba ajena ante tal
situación. Los cambios y expresiones ideológicos de grupos subalternos, de cierto
modo, se inmiscuían en las universidades y reclaman para sí la libertad de la que
gozaba el espacio universitario, libertad que le permitía la difusión libre de sus
ideales:
“Durante el inicio de los ’80, la presencia del PCP-SL es mínima al interior de
la Universidad, sus actividades estarán centradas en algunas acciones de
difusión mediante las pizarras del Movimiento Juvenil, la distribución de
volantes y ocasionales colectas de los familiares de los presos procesados
por terrorismo y el denominado Socorro Popular.” (Comisión de la Verdad y
Reconciliación, 2003: 647)
El último movimiento como bien señala el informe será de vital importancia para
comprender de la violencia en Lima. Sin embargo, frente a la violencia hay una
episteme intacta y que no quiere perderse siendo absorbida por el movimiento
“revolucionario”. La episteme intacta en San Marcos, en especial, en Letras,
peculiarmente, en Filosofía, carrera que por su carácter libre permite la discusión y
el diálogo participativo de diversas posturas, episteme que pertenece a la
comunidad académica y que de alguna forma y se desarrolla a partir de la
producción de conocimientos.
Dentro de todas las epistemes intactas, había una cuya tradición se había sentado
por buen tiempo, nos referimos a la tradición de estudios clásicos aquí en nuestro
país cultivada por los dos maestros: José Russo Delgado y Víctor Lí-Carrillo,
dedicados por entero a la investigación del pensamiento filosófico de los griegos,
cada uno independientemente.
Los años 80, sin duda, representó una época muy problemática para el Perú debido
al auge del movimiento senderista y la par significó no una sumisión pura al
movimiento político sino una oposición que hacía su propio a partir de su propia
tradición. Por eso habíamos presentado una reflexión con respecto al texto de
Sobrevilla elaborado en Tubinga en 1980 y recibido en Lima al año siguiente. Lo
cual, indica que el estudio y el cultivo de las humanidades existieron y resistieron los
problemas de índole social.
Respecto al cultivo de la filosofía antigua como disciplina de estudio, se considera al
texto de Sobrevilla fundacional por su participación en la discusión mundial
mediante una pequeño exposición que resume los principales contenidos de la
investigación de Krämer sobre la doctrina no-escrita. Es un trabajo centrado en sí
mismo, es decir, solo se concentra del autor al cual va a tratar. La rigurosidad del
autor que está tratando lo obliga a consultar referencias pertinentes para dicha
rigurosidad, como indica en su primer pie de página el propio estudioso al cual
referenciaba tuvo que ayudarle con la bibliografía para la redacción final de su
trabajo. Escapa de la particularidad de la región peruana y se inserta en la región
mundial mediante la elaboración breve de un resumen sobre un estudioso de Platón
de “renombre” en la escuela filológica.
Por ello, se considera tomar como punto de partida los años 80 para la descripción
del estudio de la filosofía antigua en el Perú el trabajo de Sobrevilla y, en este
respecto, verlo como un caso particular del cultivo de tal disciplina filosófica en el
Perú que se atiene a sus circunstancias históricas, las deja de lado para
concentrarse en su objeto de estudio, que se atiene a las bases fundacionales que
determinan su investigar cuyo principio está fundado en la investigación rigurosa
adecuada para su objeto de estudio, que se mantiene a través de las épocas pues
constituye una tradición muy fuerte, en el sentido de aporta a la comprensión del
filosofar europeo mediante la comprensión esencial de sus raíces.
Problemática

Las limitaciones de describir este proceso atraviesan desde problemas históricos


hasta el desconocimiento de estudiosos. Los problemas históricos son uno de los
principales motivos por los cuales se ha emprendido este trabajo, pero también está
la cuestión de la rigurosidad intelectual del mismo, que incluye desde abarcar una
gama posible de estudiosos peruanos que hayan tenido, por ejemplo, la filosofía
como objeto de estudio. De una forma u otra, la tarea historiográfica reviste un
problema el cual es la descripción de cómo se llevó a cabo el estudio de la filosofía
antigua en el Perú a partir de la década de los 80.
Ese problema ha implicado tres problemas: a qué nos referimos con filosofía
antigua, la existencia de la filosofía antigua como objeto de estudio en la comunidad
filosófica del Perú, el estudio de la filosofía antigua en el Perú a partir de la década
de los 80, este último es el que reviste más importancia para la delimitación
historiográfica por cuanto expresa la particularidad histórica de su situación a partir
de una década problemática. A pesar de ello, estos tres problemas se conjugan en
una sola temática y muestran la complejidad del asunto a tratar.
El estudio de la filosofía antigua en el Perú a partir de la década de los 80 puede ser
visto, entonces, como un caso particular en toda la región del cultivo y desarrollo de
la filosofía antigua como objeto de estudio. Sin embargo, dada la peculiaridad de su
situación, ella se encuentra inmersa ante todo en un lugar matricial cultural, luego en
una tradición intelectual previa enfrentándose siempre al problema de la
comprensión esencial de la raíz filosófica del filosofar europeo.
El lugar de la matriz cultural está referido a San Marcos. San Marcos, en tanto que
universidad, primera recibía por excelencia las importaciones culturales traídas
desde Europa. Como consecuencia de ello, la filosofía encontró su lugar inmediato
de realización, y de se conoce heredera de la tradición occidental cual mera
extensión del filosofar europeo:
“El pensamiento latinoamericano es, en realidad, una prolongación de la
filosofía occidental desde el siglo XVI. Pensamos que este pensar, que ya
estaba presente en la Conquista y que se afirma durante la Colonia, se
expresa con sus propias características en las ideas de la revolución
latinoamericana de la Independencia durante el siglo XIX y en las corrientes
del siglo XX. Puede ser difícil probar la existencia de un hilo conductor
sistemático de la reflexión filosófica local, pero no deja de ser interesante
apreciar la continuidad de temas, de estilos, argumentos e ideas en esta
reflexión a lo largo del tiempo.” (Augusto Castro, 2000: 4)

No nos detendremos en el desarrollo del pensar latinoamericano desarrollado en el


Perú como una expresión auténtica u otra frente al pensar europeo occidental, lo
que veremos es la participación de la comunidad filosófica respecto a la discusión
mundial en lo que respecta a la filosofía antigua. Como se ha denotado, habrá
corrientes filosóficas en el Perú que se adecuaran correlativamente a las corrientes
europeas que irán apareciendo a lo largo de los siglos.
En el siglo XX, el estudio de la filosofía antigua alcanzará notables desarrollos de
comprensión e interpretación del mundo griego a partir de los trabajos pioneros de
Guthrie, Cherniss o Kirk. Otro que también cabe mencionar es la monumental labor
que hicieron Hermann Diels y Walther Kranz con su recopilación de los fragmentos
de los pre-socráticos titulada Die Fragmente der Vorsokratiker en 1903 y con varias
re-ediciones de infaltable lugar en cualquier referencia seria y rigurosa pero no por
ello imprescindible, pues hoy alternativamente está la recopilación hecha por André
Laks y Glenn Most para la Loeb Classical Library bajo el título de Early Greek
Philosophy. Introductory and Reference Materials compuesta por nueve volúmenes,
también con la misma pretensión de Diel-Krans de abarcar los filósofos
presocráticos comprendidos entre el siglo V.I. a.C. y el siglo V a.C. A pesar de tal
reciente mención en el mundo hispano resaltan los trabajos de Ramón Cornavaca
Fragmentos Presocráticos y de Alberto Bernabé Fragmentos presocráticos: de
Tales a Demócrito no se pretende valorar a uno por encima de otro pero con esta
multiplicidad de trabajos que la tarea de la comprensión de la filosofía antigua es
múltiple hasta en su vertiente filológica.
En el caso de Perú, nuestros estudiosos no han hecho más que servir a una causa
mayor la comprensión, estricta y rigurosa de la filosofía antigua valiéndose con sus
armas intelectuales: audacia intelectual, creatividad y sutileza. Debido a la
multiplicidad de pareceres en la comprensión y selección filológica de la filosofía
pre-socrática en el mundo, también es posible ver una multiplicidad de pareceres en
las obras de nuestros estudiosos siendo ese el principal problema por el cual
atravesamos y el cual solucionamos mediante la unificación de ellos por una sola
causa intelectual.
Permanencia

El estudio de la filosofía antigua en el Perú está incluido en una tradición de estudios


clásicos. La permanencia de estos a través del tiempo, a pesar de las carencias y
dificultades institucionales y circunstancias históricas mencionadas tiene un aporte
que no puede no ser no tomado en cuenta para la tradición de estudios clásicos:
“No obstante, a pesar de las múltiples carencias y dificultades, no podemos
negar u opacar el esfuerzo individual de algunas figuras importantes que
hemos tenido y que han destacado en esta materia, estudiosos y
especialistas en las lenguas clásicas y el pensamiento antiguo, cuyos aportes
se expresan en una rica y variada producción académica en libros o artículos
en revistas especializadas. Así pues, es preciso recordar a los maestros
sanmarquinos José A. Russo Delgado y Víctor Lí-Carrillo Chía, cuyos
importantes trabajos sobre los filósofos antiguos destacan por su erudición y
profundidad en el análisis. Igualmente, no podemos dejar de mencionar a la
filóloga española Ana María Gispert-Sauch Colls, actual profesora de griego y
latín en nuestra casa de estudios, cuyas notables contribuciones al estudio de
las lenguas clásicas constituyen un aporte insoslayable en nuestra
comunidad académica.” (Álvaro Gamarra, 2017: 133)
Aquí, se trata de destacar la relevancia que adquiere para la comunidad académica
filosófica del Perú el cultivo de los estudios clásicos en el Perú, ya que es producto
del ejercicio académico realizado por “docentes especialistas en lenguas clásicas y
el pensamiento antiguo”, que es lo más rescatable, pues sin tal ejercicio académico
no sería posible hablar de los estudios de Filosofía Antigua en el Perú. Sin embargo,
a pesar de dicha relevancia convenida por el ejercicio académico, el autor señala
que hay el estado actual (2016) de los estudios clásicos es de incertidumbre y ellos
se encuentran pocos promovidos.
No obstante, pareciera que estuviésemos enfocando el trabajo descriptivo en una
inmediatez matricial cultural e intelectual, la cual está referida a la UNMSM. Aunque
en el despliegue histórico de nuestra descripción la escuela de Filosofía de UNMSM
constantemente se dio a reconocer en el mundo académico teniendo su alcance
hacia otras universidades con su referencia hacia ella y mediante su participación en
la construcción de una tradición de estudios clásicos. Como es mencionado en una
reseña crítica sobre “Sócrates, máscara de Platón” de Fernando Muñoz: “Así
también, algunos docentes de gran trayectoria académica como Federico Camino
Macedo, actual profesor en la PUCP, y Rafael Cerpa Estremadoyro, actual profesor
de la UNMSM con una sólida formación en la materia.” (Álvaro Gamarra, 2017: 134)

En la UNMSM:

Precisamente habíamos comenzado con el artículo de Sobrevilla. “La Doctrina no


escrita de Platón según H.J. Krämer. Un informe sobre el estado de la investigación”
el cual es importante para nuestra descripción historiográfica por su participación en
la discusión mundial mediante la reseña descriptiva de las investigaciones de
Krämer sobre Platón poniendo de relieve su importancia como para la filología
contemporánea, en sus consideraciones finales Sobrevilla (1985) señala sobre los
resultados filológicos obtenidos por Krämer:
“Krämer ha hecho claro que no se puede comprender la filosofía platónica,
sino se toma en cuenta la doctrina no escrita y escrita. Si inicialmente se
podía observar en su primer libro una cierta desvalorización de las ideas en
favor de la doctrina no escrita, posteriormente Krämer ha aceptado que la
tradición indirecta no puede sustituir a los diálogos, sino solo
complementarlos y ampliar la imagen de Platón que proporcionan. No
obstante, la doctrina no escrita estaría situada sobre la escrita por concernir a
los principios. En opinión de Krämer la doctrina no escrita habría
comprendido una ontología y una deducción ontológica. Según la primera la
entidad, la areté y la verdad se basarían sobre el ser uno y, por último, sobre
un fundamento. Este estaría constituido por el principio de lo Uno que al
ponerse en contacto con el principio de la Díada Indefinida daría lugar a todo
lo que, vale y es verdadero. El fundamento es determinado negativamente
como el no-mundo, lo no-multiplicidad y la no-entidad. La deducción
ontológica abarcaría el movimiento de la derivación de los principios a los
entes individuales, y el de la reducción que seguiría el camino inverso.”
(págs. 194-195)
Asimismo anota también la importancia fundamental de los planteamientos
filológicos de Krämer para la historia de la filosofía:
“Las consecuencias de los planteamientos filológicos de Krämer son de
inocultable importancia también para la historia de la filosofía.
Restringiéndonos a su propuesta de reconstrucción de la doctrina no escrita
de Platón, ella corregiría la imagen del fundador de la Academia planteada
por Nietzche la cual ha tenido una enorme difusión a través de la
interpretación de Heidegger. Según esta imagen Platón habría dividido la
“realidad” (= lo que hay) en un mundo sensible inmanente y en otro inteligible
trascendente, y habría colocado a este sobre aquel. El mundo inteligible sería
el de las ideas.” (pág. 195)
Además añade en relación al impacto de las tesis de Krämer y su importancia para
la filología contemporánea:
“Quizás se pueda sostener que, luego del impacto inicial causado por los
planteamientos de Krämer y Gaiser, la investigación sobre la tradición
platónica indirecta ha llegado a un cierto punto muerto y los argumentos a
favor y en contra han comenzado a repetirse. Para superarlo será necesario
que en los próximos años se aporten nuevas pruebas en pro de la
reconstrucción propuesta de la doctrina no escrita de Platón; o que se
presente una interpretación nueva y plausible que la de Cherniss sobre el
sentido del testimonio de Aristóteles sobre esta doctrina.” (pág. 196)
Finalmente:
“A más de veinte años de escrita la tesis de Hans-Joachim Krämer sobre la
doctrina no escrita de Platón, se muestra como una piedra miliar de la
filología contemporánea. En todo caso, consideramos que ha hecho
impensable que se vuelva a una posición como la de Cherniss para quien la
versión de Aristóteles sobre la tradición platónica indirecta no sino un
conjunto de malentendidos, en lo que habría incurrido una de las mentes más
lúcidas de la historia de la humanidad,” (pág. 196)
Por otra parte, tenemos la labor de los maestros y eruditos José Antonio Russo
Delgado y Víctor LÍ-Carrillo Chía, quienes con sus trabajos acerca de la filosofía pre-
socrática y platónica, respectivamente dieron alcances y perspectivas nacionales
sobre la filosofía antigua. De esta forma, se insertaron mediante ellas a la discusión
mundial sobre la filosofía antigua. Sus trabajos se pueden resumir en dos ideas
importantes: rigurosidad intelectual, interpretativa, bibliográfica y el uso del método
filológico como herramienta de análisis.
La rigurosidad intelectual la definimos como la consideración de múltiples
perspectivas al momento de estudiar un filósofo determinado, o sea, la no-
pretensión de superioridad que es referida a un estudio propio sobre otras
consideraciones respecto al mismo objeto de estudio y abandonarlas por ser inútiles
o superficiales.
En el caso de José Russo Delgado, al respecto de su obra Lo que es: Los eleatas,
Parménides, Zenón, Meliso Renzo Roncagliolo (1995) anota con respecto al análisis
del Poema de Parménides:
“El modo como el autor se aproxima al pensamiento de cada uno de los
eleatas se convierte en una línea que se mantiene constante a lo largo de
toda la investigación. Desde el inicio explora las posibles influencias
(Homero, Hesíodo, Orfismo, Pitagorismo, Chamanismo, etc.) que permitan
una comprensión del sentido del texto, presentando al mismo tiempo
aclaraciones filológicas de las expresiones más complejas. Dadas sus
características (por ejemplo el uso de un lenguaje alegórico, la presencia de
elementos mitológicos, etc.), el Proemio se ha convertido en un lugar común
de discusión de los especialistas al inicio de toda investigación sobre el
Poema que pretenda esclarecer su naturaleza. Siguiendo esta línea, Russo
Delgado agrupa las principales interpretaciones (alegórica, no alegórica,
religiosa, literal, etc.) brindándonos de este modo la posibilidad de acceder a
un conjunto variado de opiniones especializadas sobre el tema.” (pág. 178)
Así pues, en la rigurosidad intelectual de José Russo Delgado se encuentra
implicada la rigurosidad interpretativa como el considerar otras interpretaciones
sobre un filósofo determinado, en la interpretación propia sobre tal y no ceñirse a las
fuentes materiales, es decir, a los fragmentos sino también examinar el contexto
cultural que determina el horizonte de significación de algún tópico tratado por el
filosófico, trabajo que se expresa al determinar como unitarios términos
aparentemente disparejos pero que en el fondo poseen una convergencia semántica
fundamental.
La rigurosidad bibliográfica la definimos como la creación de categorías para la
distribución de las fuentes bibliográficas y la distinción – en el caso de Russo
Delgado- entre fragmentos y testimonios, dejando de lado a los últimos por su débil
resistencia al examen filológico-interpretativo siendo los fragmentos los más fuertes,
en ese sentido, al ser pruebas directas del filósofo a estudiar. Como muy bien lo
señala Rafael Cerpa (2007) cuando hace su reseña sobre una obra de Russo
Delgado titulada La ética en Demócrito:
El autor parece distinguir con nitidez los fragmentos de los llamados
testimonios. Los fragmentos, aunque de valor desigual dependiendo de la
fuente, deben ser considerados como más importantes que los testimonios,
pues estos últimos son pruebas indirectas que pasarían por el filtro
interpretativo de un doxógrafo. Los fragmentos proceden básicamente de dos
textos: el Florilegio de Juan Estobeo y Las sentencias doradas de
Demócrates, el filósofo. Consideremos brevemente el texto de Estobeo. Juan
Estobeo escribió a inicios del siglo V de nuestra era una antología de
escritores y filósofos, para cuya elaboración se basó según Hermann Diels en
su célebre Doxographi Graeci en una colección previa realizada por Aetio
(aprox. 100 d. C), el cual a su vez utilizó un texto anterior (¿100 a. C?). La
antología de Estobeo se componía originalmente de cuatro volúmenes, de los
cuales parte del segundo y el tercer volumen estaban consagrados a la ética.
Aunque el texto de Estobeo haya sufrido todos los avatares propios de los
manuscritos (incluyendo una edición medieval), en general la antigüedad y la
importancia de este escrito para el establecimiento de la doxografía han sido
reconocidas por numerosos especialistas. Esto no es excepción en el caso
del establecimiento de los fragmentos de Demócrito a partir del escrito de
Estobeo
La filología como explicación del sentido prístino de las palabras es también de gran
importancia para el estudio de la filosofía antigua en el Perú. Esto se ve
ejemplificado en el estudio que hace Lí-Carrillo sobre el nombre, pues rescata el
método etimológico antiguo y es valorado por su papel cognoscitivo en el sentido de
que gracias a aquel método se puede rescatar la significación auténtica de la
palabra. Este método es expresado bajo el rol epistemológico del nombre ya que
ayuda a distinguir entre las impurezas de significaciones referidas a la esencia
mostrando la significación propiamente referida a la esencia de la cosa. Tal como lo
expone Madgalena Vexler Talledo (2000):
“Basándose en la semejanza de donde derivan las palabras, se trató de dar
cuenta de las cosas. «La explicación de palabras se convierte entonces, en
explicación por palabras». Según la tradición, Heráclito habría inaugurado
este método, y todos los pensadores lo han utilizado con diversos propósitos.
Platón y Aristóteles lo utilizaron sobre todo para exponer doctrinas ajenas a
ellos. El método de la explicación según Li-Carrillo «consiste en determinar el
sentido auténtico, el sentido verdadero de un vocablo». A pesar de que en la
época clásica se conocían los mecanismos, principios y límites del método,
fueron los estoicos quienes forjaron el nombre de etimología. Según Li-
Carrillo, todavía Aristóteles se refería al método, como «dejarse guiar por las
palabras». Y es de dicha tendencia a explicar el sentido de las palabras, de
donde habría surgido el método etimológico. Pero el término método debe ser
entendido en su acepción más amplia, es decir, como un conjunto de
operaciones, todas ellas encaminadas a discernir la significación última del
vocablo, sin someterse, por eso, a reglas fijas ni normas «invariables». El
método etimológico, buscó encontrar en la diversidad de las formas el mismo
significado, y puede ser definido desde este punto de vista, como un triple
proceso: «Es un proceso de identificación, porque efectúa la asimilación de
diferencias. Es un proceso de transformación, porque altera la forma de un
vocablo para explicitar su sentido. Es un proceso de derivación, porque del
sentido actual asciende «hasta el sentido fundamental».” (Vexler Talledo,
2000)
Debido al esclarecimiento del significado de las palabras nos remitimos
inmediatamente su significado originario, el cual se puede apreciar en el análisis
etimológico de la palabra. Al respecto, Ana María Gispert-Sauch Colls ex-docente
de griego y latín en la Universidad Ruiz de Montoya y la Universidad Nacional Mayor
de San Marcos a la cual se la ha homenajeado durante la semana de la Filosofía
2018 en la facultad de Letras de la UNMSM, tiene un cúmulo de reflexiones sobre la
importancia las lenguas clásicas:
No engañemos a los alumnos ni nos engañemos a nosotros mismos: todos
nosotros pertenecemos a una porción cultural de la humanidad, sólo a una
porción, nada más. Nuestro magma cultural pertenece a ese sector (ese
"huso", para hablar geométricamente, ya que nos movemos sobre una
esfera) que nos empeñamos en denominar "occidente". (Personalmente, soy
de las que combaten esa denominación por considerarla arbitraria:
"occidente" con respecto ¿a qué? Para nosotros, los chinos son occidentales
y Europa está al oriente). Somos ciudadanos del mundo, pero no comemos
de todas las cocinas del mismo, ni nos cubrimos con todos los vestidos;
nuestros habitáculos no están laqueados como en la China, no habitamos en
iglúes, no bailamos como el pueblo ruso; lo que es más determinante: hemos
heredado, además del arpa y el silogismo, algunas utopías, mitos y
explicaciones. Nuestros referentes filosóficos hay que buscarlos en la Jonia y
la Palestina. Cuando en nuestras universidades pretendemos enseñar
filosofía, debemos reconocer modestamente que sólo nos asomamos a unas
líneas de pensamiento, las que provienen de Grecia y, a través de varios
grupos sociales europeos, desembocaron en América. Conforme con esta
actitud de humildad, debemos reconocer que nuestras raíces se encuentran
-hundidas y profundas, pero se encuentran-en los suelos mediterráneos de
Grecia y Roma. Son lugares e historias lejanas, es verdad. ¿Por qué no cavar
en busca de nuestras raíces en los suelos maya o chimú, en los altiplanos
andinos? La historia no es una realidad manejable a voluntad, y nos ha
conducido hasta encontramos este día, vestidos a la europea, entre paredes
de cemento, en un espacio o "campus" que llamamos "universitas", "alma
mater'', y comunicándonos en una lengua importada desde Castilla. Podría
haber sido de otra manera, pero no lo ha sido.
Por lo cual, reconocemos que mediante la enseñanza de griego y latín reforzamos la
comprensión esencial de las raíces filosóficas del filosofar europeo. En ese sentido,
las reflexiones de Gispert-Sauch son valederas pues nos hace notar que nosotros, a
pesar de que geográficamente seamos otros y ajenos a la historia Europea,
históricamente y culturalmente compartimos junto con Europa sus raíces espirituales
las cuales están en el imaginario colectivo, no siendo la filosofía una excepción
puesto que ella misma inmediatamente tiene como raíz de origen Europa, siendo
Grecia su lugar de nacimiento.
Luego de señalar mediante la pequeña reflexión de Gispert-Sauch la importancia de
las lenguas clásicas, en la misma institución que ella trabajó y en donde ejerció su
actividad docente y labor investigativa están en nuestra escena académica dos
docentes que comparten la cátedra de filosofía antigua: Javier Aldama y Fernando
Muñoz. El primero dedicado a los cursos de Antigua I y II así como los seminarios
de Platón y Aristóteles también como cátedra, el segundo dedicado exclusivamente
a las cátedras de Antigua.
La producción intelectual de Javier Aldama en cuanto a filosofía vio sus frutos en su
tesis titulada “El alma en la obra platónica” (1993). La cual intenta responder a la
pregunta: ¿Qué es realmente el alma para Platón? Para ello postulará cinco tesis
que le permitirán responder a esa pregunta las que son presentadas en la
introducción:
1) En el período juvenil o de influencia socrática, el alma humana es autoconciencia
moral, el hombre es básicamente bueno, pues su voluntad está unida a su razón, la
que siempre aspira al bien
2) En el período de madurez se vincula el aspecto intelectual del alma humana,
presentada por Sócrates en relación a lo moral, a lo que es en-sí y para- sí „ a las
Ideas, y en especial la Idea del Bien. Se postula del alma como ente intelectual que
es divina, inmortal, simple e indisoluble (Fedón). Pero en este período también va a
destacarse el otro aspecto del alma, el aspecto no-racional; en el cual Platón
diferencia dos facultades : la irascibilidad y la concupiscencia»
3) La noción centra l del alma está formulada en el Fedro, la misma está vinculada a lo
que posteriormente llama Platón el Alma del Mundo. El Alma es en lo físico, auto-
movimiento, y es a la vez lo que contiene al "principio racional", de tal manera que
propicia un movimiento ordenado, finalista; lo que en suma hace posible este
cosmos.
4) En el plano psicológico, del hombre va Platón hacia el Mundo, Hombre y Mundo se
asemejan entre sí; el Alma del Mundo es la fuente de donde procede toda la energía
que mueve al Mundo y a cada una de sus partes; dotándoles de un orden; pero el
Mundo (como el hombre y la pólis) degenera. Por lo que el orden, lo racional en el
Hundo se vuelve a establecer en su alma, por la intervención de lo divino.
5) Lo inmortal, simple, indisoluble y divino del alma es su aspecto intelectual, lo
racional; lo mortal del alma es lo que de ella se une al cuerpo y se relaciona con el
mundo externo.
El trabajo posee como todo trabajo de tesis un conocimiento de bibliografía
actualizada para la época lo peculiar de este trabajo es la coherencia interna de sus
tesis y su intento por mostrar a partir de los textos platónicos el alma para Platón,
por lo cual se inscribe en la línea de interpretación inaugurada por Schleiermacher
cuya prerrogativa central dice “interpretar a Platón desde los textos de Platón”.
Indirectamente participa de la discusión mundial sobre estudios platónicos, aunque
por el formato presentado constituye un caso particular sin relevancia mundial de
estudio sobre la tradición platónico, sirviendo solo para efectos de conseguir un
grado académico.
Ahora bien el otro docente profesor principal del curso es conocido ahora por su
enigmático libro “Sócrates, máscara de Platón” (2016). La intención principal del
texto es mostrar la figura contradictoria de Sócrates presentándonos para ello la
figura de Socrátes ciudadano y la de máscara de Platón para sintetizar ambas
figuras en la imagen enigmática del filósofo ateniense y mostrando que una de sus
principales enseñanzas es la del no-saber que refleja la sentencia del oráculo de
Delfos: “Conócete a ti mismo”. No como señalan alguna reseña que dice que el
autor no tiene o no pretende defender ninguna tesis particular sobre el tema en fin
eso es una tarea de interpretación y labor comprensiva. Lo que es cierto es que
Fernando Muñoz en ese libro expone toda la síntesis de trabajos previos hechos por
él que están relacionados que la temática de su libro:
“El autor no pretende desarrollar o defender una tesis particular sobre el
tema, como parece sugerir el título del libro, ni enfocarse en el estudio de
algún asunto relacionado con lo socrático; por el contrario, como ya se dijo,
su exposición pretende ofrecer una visión panorámica de Sócrates en lo
referente a su vida, pensamiento y trascendencia. El objetivo central de esta
obra es presentarnos al filósofo y ciudadano Sócrates, hombre de múltiples
máscaras, cuya vida y pensamiento se fusionan indisolublemente en medio
de un conjunto de circunstancias sociales, políticas e intelectuales que le tocó
vivir. A continuación, examinemos el contenido del texto y veamos algunos
tópicos centrales planteados por el autor.” (Alvaro Gamarra, 2017: 135)

En la PUCP:
La importancia de esta universidad para los estudios de filosofía antigua y su
conexión con la UNMSM en tal temática es porque está referida a ella mediante la
relación académica que mantiene en el sentido de mantenerse actualizada a las
últimas investigaciones en el área de la filosofía antigua.
Al respecto está universidad tiene como parte de su plana docente profesores que
participaron en el III Congreso de la Asociación Latinoamericana de Filosofía
Antigua (ALFA) la cual produjo un texto que recopiló todos los trabajos presentados
en dicho congreso, titulado Ecos de filosofía antigua (2013) tal como dice en su
Presentación:
Ecos de filosofía antigua es una selección de los trabajos presentados en el
III Congreso de la Asociación Latinoamericana de Filosofía Antigua (ALFA),
realizado en la Pontificia Universidad Católica del Perú (PUCP) entre el 9 y el
11 de noviembre de 2011, y organizado por ALFA y el Centro de Estudios
Filosóficos de la PUCP. La selección ha sido realizada por nuestro Comité
Editorial, compuesto por María Isabel Santa Cruz (Universidad de Buenos
Aires), Alfonso Correa (Universidad Nacional de Colombia), Ricardo Salles
(Universidad Nacional Autónoma de México), Marco Zingano (Universidad de
São Paulo) y Raúl Gutiérrez (PUCP).
Ignorando a los otros nombres que fácilmente podrían haber sido materia de otra
descripción historiográfica, en este texto se encuentran los artículos de tres
docentes investigadores en dicha casa de estudios: Disputas sobre las sombras de
la εἰκασία y las estatuas de la πίστις de Raúl Gutiérrez especialista en el
pensamiento platónico, Aristóteles y el ser como imperativo de Dante Dávila docente
especialista de Aristóteles de la PUCP y la UNMSM donde es conocido por su
famosa rivalidad clásica con el profesor Fernando Muñoz y, finalmente, La relación
πρὸς ἕν en el libro V de la Metafísica de Rafael Cerpa Estremaydoro -que aunque
es de la Universidad Católica San José (ex Facultad de Teología Pontificia y Civil de
Lima) está asociado a esta universidad por su aparición se encuentra asociado a
esta universidad por el simple hecho de concordar con los otros dos profesores en
el mismo volumen de una recopilación sobre investigaciones en filosofía antigua, el
criterio puede ser débil pero es también una ventaja para nosotros puesto podemos
agruparlo en esta categoría solo como allegado académico en cuanto aparece junto
a dos docentes de la PUCP, pero sería insuficiente si lo colocamos como parte de
un conjunto de estudiosos sobre la filosofía antigua si es que no tenemos en su
universidad de origen por lo menos dos investigadores conocidos en el ámbito
académico- investigador especialista también en el pensamiento antiguo.
Revisemos puntualmente el aporte de cada uno para el estudio sobre la filosofía
antigua en el Perú.

En el caso del primer trabajo, Raúl Gutiérrez hace una lectura re-interpretativa de
los libros I y II a partir del símil de la caverna:
“El alma podrá realizar perfectamente sus funciones en la medida que
alcance su propia ἀρετή, la ἀρετή humana y, con ella, la justicia (335c). Con
todo, este último argumento presupone una idea que no será planteada
explícitamente sino hasta República II, pues, al igual que en el argumento
anterior, pertenece al contexto de la génesis de la polis justa, una génesis
que nos remite al conocimiento de la indigencia de la naturaleza humana y
las diferencias innatas entre los individuos como principio de su fundación
(369b). Me refiero a la correspondencia entre φύσις y ἔργον. Así pues, cada
«parte» de la comunidad política o del individuo debe cumplir con la función
que le corresponde por naturaleza. Ahora bien, una vez formulada la analogía
entre πόλις y ψυχή, se examinará primero la justicia en la polis (República II,
368d-IV, 434c) y, a continuación (434d-445e), la justicia en el alma,
distinguiendo así entre dos niveles ontológicos, el visible y el inteligible, y, en
ellos, entre la πίστις y la διάνοια29. Precisamente a esa correspondencia
entre φύσις y ἔργον se refiere Sócrates como un inicio (ἀρχή) y un molde formativo
(τύπος) de la justicia que encontraríamos al fundar la polis, con lo cual nos remite a
República II 370b y siguientes. Ese es el «inicio», pues recién allí se introduce la
noción de φύσις, mientras que el modelo del que se parte en República I es el de la
τέχνη, que, visto desde la perspectiva de la polis, es más bien el de una sombra o
imagen del «molde formativo» basado en la consideración de la φύσις. Sin embargo,
la correspondencia entre φύσις y ἔργον propia de la justicia política es, a su vez, una
imagen o simulacro —εἴδωλον— de la justicia psíquica entendida como el orden
armónico del alma (443c). En última instancia, la misma justicia psíquica nos remite a
aquel orden conforme al pensamiento y, por tanto, al fundamento—κατὰ λόγον—
propio del ámbito inteligible, cuyos elementos, las Ideas, se comportan siempre del
mismo modo sin cometer ni padecer recíprocamente injusticia (500c), un orden, por
tanto, en el que, al igual que en los órdenes político y psíquico, cada uno de sus
elementos «hace lo suyo» y, de ese modo, cumple su función. Siendo así, la
correspondencia entre φύσις y ἔργον constituye una de aquellas imágenes basadas en
la ἐπιστήμη que el filósofo ha de instaurar en este mundo para instaurar, como un
demiurgo, un orden político justo (500d). A diferencia de las equívocas imágenes
producidas por la δόξα, en tanto perdure un orden semejante, constituirá una imagen
más bien unívoca del orden psíquico y, en última instancia, del inteligible, una
imagen que, como molde formativo o τύπος, ha de dejar su huella —su sombra— en
los ciudadanos de la polis. Vemos así a un Sócrates que, según lo que se dice del
filósofo que desciende a la caverna, dispone de un conocimiento de las imágenes y de
aquello de lo que son imágenes (520c; ver Gutiérrez, 2009b).” (Gutiérrez, 2013: 248-
249)
En esta larga cita que resume el trabajo interpretativo de Gutiérrez vemos su
rigurosidad intelectual, que se despliega de modo distinto puesto que es más una
hermenéutica textual que colige e infiere el móvil por el cual Sócrates dispone de un
saber de las imágenes que pertenecen al ámbito de lo sensible, dicho móvil está
dado por la misma idea de justicia que reside en la racionalidad, la cual posee el
deseo de disponer de lo caótico para ordenarlo según lo bello y lo bueno, sin duda
en este trabajo Gutiérrez hace buena combinación de la interpretación textual y el
análisis filológico como herramientas de comprensión textual.
En el caso del segundo trabajo, Dante Dávila, interpreta la frase aristotélica “el ser
se dice en varios sentidos” de acuerdo a un círculo imperativo el cual consiste en la
comparecencia o el actuar de acuerdo a lo expresado o lo contenido en el ser:
“τὸ ὂν λέγεται πολλαχῶς, el ser se dice en varios sentidos. Si se interpreta la
frase en su sentido lógico, tales sentidos son las categorías, las cuales son
las diversas predicaciones que hacemos de la sustancia, que es el sujeto de
referencia; y si se interpreta la frase en su sentido ontológico, el ser aparece
en varios sentidos, y tales sentidos son las diversas determinaciones reales
referidas a la sustancia, que es el primer sentido de ser. Pero si
interpretamos la frase de acuerdo con el círculo del imperativo, el cual
contempla a la vez la exigencia del mundo y la obediencia a los fenómenos,
podemos entenderla como: el ser ordena de muchas maneras, el ser obliga
de muchas maneras, el ser impera en varios sentidos.” (Dávila, 2013: 381)
El motivo de esta interpretación es digno de resaltar por cuanto apela a la
creatividad a los saltos dialécticos para ejercer y sostener una tesis que por lo
menos a cualquier helenista “serio” haría saltar, mientras otros quieren ir a la
comprensión esencial mediante las vías tradicionales: comprensión textual y el uso
del método filológico de análisis. Dante Dávila muestra que podemos con las
determinaciones del pensar ejerciendo un análisis sobre nociones previas y
adquiridas penetrar en significados que a primera vista pueden ser vistos como
disparates académicos pero si son revisados más de cerca poseen un valor digno
de apreciar por cuanto pueden ser un aporte esencial para la comprensión de tesis
filosóficas, en este caso reinterpretar al ser como un imperativo nos conlleva a una
interpretación imperativista de la doctrina aristotélica la cual recae a una forma de
realismo, algo no tan lejos de la realidad.
En el caso del tercer trabajo, Rafael Cerpa nos sitúa en la relevancia y
problematicidad de su tesis situándonos de lleno en la manera cómo se ha tratado el
tema del πρὸς ἕν aristotélico:
Desde la década de 1960 existe un interés creciente por un componente de
la filosofía de Aristóteles que Owen llamó sentido focal y que algunos
comentaristas antiguos denominaron homonimia πρὸς ἕν. Mientras que
existen diferentes trabajos orientados a la aparición de la relación πρὸς ἕν en
textos como el libro IV de la Metafísica, la Ética a Nicómaco y la Ética a
Eudemo, poco se ha escrito sobre la aparición de este instrumento filosófico
en el libro V de la Metafísica. Por ello, nuestro trabajo intentará presentar los
rasgos esenciales de la aparición de la relación πρὸς ἕν en el libro V. Con
esto se podrá apreciar tanto las similitudes, como las diferencias que
presenta el empleo de este instrumento en relación a otros textos del corpus
aristotélico. (Cerpa, 2013: 337)
En su trabajo re-interpreta el sentido del πρὸς ἕν examinando primero la relación
entre δύναμις y δυνατόν:
Todos los sentidos de δυνατόν están referidos a la primera potencia o
capacidad (δύναμις 1). La primera capacidad es aquella que se menciona, en
primer lugar, cuando se habla de capacidad y a la cual Aristóteles añade el
término «en general» (ὅλος, 1019a19) para indicar cuál es el sentido más
propio del término (In Aristotelis Metaphysica commentaria, 395, 6; el autor se
refiere a Metafísica, 1019a19). Esta capacidad es la capacidad productiva,
que es definida como «principio de cambio», pues Aristóteles afirma que las
otras cosas llamadas «posibles» (δυνατὰ) son denominadas así a partir de
esta potencia o capacidad. Algunas de ellas son capaces porque otra cosa
tiene esta especie de poder sobre ellas; claramente, el poder de cambiar, de
mover y de actuar sobre ellas. Tales son aquellas que tienen la capacidad
pasiva, pues (ellas son capaces) porque hay un poder capaz de actuar sobre
ellas. (Cerpa, 2013: 353)
Sin duda, vemos que la capacidad de Cerpa para establecer sus tesis
centrales es muy solvente y hasta en ciertos puntos erudita, posee un amplio
conocimiento de la temática a tratar mezcla tanto el método interpretativo, el
método filológico y la rigurosidad bibliográfica que en su caso sirve al método
interpretativo. En efecto, se considera que su método de proceder gira en torno
a la rigurosidad interpretativa la cual se expresa en su caso al momento de
remitirnos de inmediato a los antecedentes históricos de sus afirmaciones
como de los problemas semánticos que el identifica en el corpus aristotélico.

Conclusiones:
Una vez realizada todo nuestro intento descriptivo del desarrollo de la filosofía
antigua en el Perú podemos sintetizar todas las ideas principales de nuestra
descripción historiográfica, indicando y recalcando además que la limitación
persistió a lo largo de la obra. Limitación en cuanto la rigurosidad, pues no se llegó a
abarcar completamente en su extensión la producción bibliográfica de cada autor
pues eso sería una tarea titánica, llevaría mucho tiempo y este no es el propósito de
este artículo. El propósito está dado desde el inicio describir cómo llevó a cabo el
desarrollo de la filosofía antigua en el Perú desde los años 80, y para ello
referenciamos nuestros condescendientes más cercanos en lo que respecta al
estudio de la filosofía antigua, y mostrando quizá en el primer capítulo cuán
actualizado se está con respecto a estos temas. Lo problemático también abarca la
limitación en cuanto a lo que se considera como estudioso de la filosofía antigua,
pues tranquilamente se puede llegar a considerar a un aficionado o a un estudiante
pero la diferencia radica en que mientras los dos están todavía por aprender, el
docente ya pasó ciertas pruebas de exigencia como especies de “control de calidad”
para salir al paso y enfrentarse al gran gigante antiguo. El estudiante tiene mucho
que aprender, el docente también pero está más adelantado, y eso nos enseñó está
pequeña descripción, nuestra limitación al momento de historiar en torno a una
temática momentos de la filosofía ya sea entendida como actividad de filosofar o
simplemente como objeto de estudio según una particularidad suya.

Sea como fuere, el estudio de la filosofía antigua en el Perú a partir de los años 80
resulta problemático y en cierto modo, paradójico comenzando desde que
consideramos como texto fundacional de esta historia al texto de Sobrevilla en
referencia a las investigaciones de Krämer sobre la doctrina no-escrita de Platón,
pues lo hizo estando en Tubinga y no en Perú como se quiere, pero lo hizo en una
época muy difícil para nosotros en cuanto a lo político ya que en los años 80
atravesamos el auge de los movimiento radicales de izquierda en todo su esplendor,
aun así eso no fue óbice para la continuación de los demás estudios, sobre todo los
de filosofía antigua que hasta el día de hoy tienen vigencia en las facultades de
Filosofía debido a que los estudios de filosofía antigua se refieren a los orígenes de
la filosofía, al principio de la actividad que se cultiva hoy entre nosotros, y qué es
más bello que hablar del origen.

En fin, diremos que a existencia del estudio de la filosofía antigua en la actualidad


como disciplina dentro de la comunidad filosófica peruana se desarrolló en la
universidad peruana a pesar de las dificultades externas o internas que padecía en
los años 80, debido al auge de los movimientos radicales de izquierda e intromisión
estatal para la represión de dichos grupos, continuando su actividad hasta la época
contemporánea en la que se aprecia que la existencia de la disciplina mencionada
depende más de la voluntad académica de docentes interesados en el tema, los
cuales en la materia reflejan la rigurosidad en tres modos: intelectual, interpretativa y
bibliográfica además del uso de la filología como herramienta; es más hemos visto
que algunas de las producciones bibliográficas desarrolladas han tenido repercusión
en la región latinoamericana mediante la participación en un congreso realizado por
una asociación de filosofía antigua latinoamericana y que uno de ellos ha sido el
compilador de todos los trabajos presentado para el congreso.

La preocupación principal que hemos identificado gira en torno al concepto de


recuperación anabásica el cual hemos extraído de Miró Quesada, con el que se
refiere a ese deseo, empuje o intento de comprender la filosofía europea a partir de
su raíces más inmediatas las cuales se remiten por necesidad al filosofar griego, por
cuanto el filosofar griego es matriz espiritual y cultural del pensamiento y la filosofía
europea. Por ello, la comunidad filosófica en el Perú al tomar como objeto de
estudio la filosofía antigua se inscribe en la discusión general al estar remitida al
tratamiento de los orígenes del filosofar europeo. Es pues, que el estudio de la
filosofía antigua desde los años 80 hasta la actualidad dependió de la voluntad
académica de docentes, más que de una vocación institucional, el interés radica en
lo interesante y atrapante de la temática a tratar, dado que la filosofía antigua capta
uno de los momentos más esenciales de la filosofía en general, para entender a los
europeos hay que entender a los griegos sin eso nuestro momento de re-afirmación
frente a la ajenidad occidental no es más que mera ilusión. Por eso es importante,
una buena información y formación en la historia de la filosofía, siendo la filosofía
antigua uno de los temas obligatorios que todo estudioso debe emprender al
momento del estudio de la filosofía. Aunque los profesores mencionados no
sirvieron a tal voluntad, sin duda que aportaron mucho a nosotros y a la discusión
mundial, por el modo en que han elaborado sus trabajos, de ellos conseguimos
información mediante el alcance de reseñadores críticos e investigadores para
evidenciar que la historia de la filosofía es la historia de la referencia mutua entre
filósofos, algo que es importante al momento de hacer una descripción
historiográfica cualquiera que sea. En nuestro caso, dadas las aclaraciones en cierto
modo nos hemos topado con una tarea muy compleja y difícil de hacer hasta para
un “buen” investigador por cuanto se intenta develar y mostrar la permanencia
histórica de una disciplina dada por “muerta” desde la circunstancia histórica desde
la que se parte, los años 80. En suma, a través de este trabajo demostramos que el
estudio de la filosofía antigua posee relevancia y ha sido una constante a través de
la historia universitaria.

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