Karla Edith Reynoso Ayala 6°C
Formación docente, revisiones, desafíos y apuestas:
Lo incompleto como condición de posibilidad
Hablar de formación docente se plantea como una incomodidad necesaria,
imprescindible y posibilitadora del crecimiento profesional, pero también como un
trabajo mutuo y colectivo, porque los procesos formativos: Son compartidos en
diálogo y en interacción con otros.
Existen 2 interpretaciones sobre los modos de concebir la formación y el lugar del
quehacer docente, la primera que las o los educadoras(es) son los primeros y
únicos responsables del éxito o fracaso estudiantil. Y la segunda que ni la formación
inicial resuelve los problemas, ni el docente puede ser señalado como responsable.
En otras palabras: lo inicial designa un punto de partida marcado por etapas pero
que no puede darse por concluido y la tarea de educar es una labor de conjunto, por
lo que la responsabilidad siempre es compartida.
Abrate propone que se acepte la imposibilidad de pretender que la formación inicial
aporte todo lo que requiere la profesión docente. Además, asume que no basta con
la acumulación de años para tener las mejores resoluciones de los desafíos.
Una de las piezas clave que supone la formación docente tal como la concibe
Abrate es el trabajo colaborativo abierto a intercambios y el diálogo con dinámicas.
El ISEP (Instituto Superior de Estudios Pedagógicos) que, anticipándose a
situaciones como la desatada por la pandemia, desde el 2016 propuso diferentes
proyectos y estrategias entre la educación presencial y a distancia.
Referencia bibliográfica:
- Abrate, L. (2020). Formación docente, revisiones, desafíos y apuestas.
Recuperado el 23 de abril del 2021. Sitio web: https://cedoc.infd.edu.ar/wp-
content/uploads/2020/12/7-Formaci%C3%B3n-docente-Liliana-Abrate-Final.pdf