Topografia UD2
Topografia UD2
didáctica II
UNIDAD DIDÁCTICA II
5. COORDENADAS CARTESIANAS Y POLARES
5.1.‐ INTRODUCCIÓN
Los resultados de los trabajos topográficos se van a plasmar, en el caso más
general, en un plano, en el que se representan todos los detalles planimétricos y
altimétricos que han sido objeto del levantamiento topográfico. El plano irá referido a un
sistema de ejes cartesianos, siguiendo el eje Y la dirección de la meridiana (dirección
Norte‐Sur) y el eje X la dirección perpendicular a la meridiana (dirección Este‐Oeste). Éste
es el caso habitual, aunque, en ocasiones, se prefiere orientar los ejes cartesianos de
manera distinta. La dimensión Z, que corresponde a las alturas de los puntos con relación
al plano horizontal de referencia, se suele representar mediante curvas de nivel o planos
acotados.
Llamamos transporte por coordenadas a la operación consistente en trazar
sobre el plano XY los distintos puntos del levantamiento. Para representar un punto del
terreno de coordenadas X e Y conocidas, llevaremos a partir del origen de coordenadas
las magnitudes X e Y, previamente reducidas a la escala del plano, en las dirección de los
ejes X e Y respectivamente. La intersección de las perpendiculares a los ejes levantadas
por los puntos así obtenidos nos señala la proyección del punto del terreno. Las
coordenadas X se denominan abscisas y las Y ordenadas.
La proyección sobre el plano XY de un punto P del terreno también puede
obtenerse a partir de sus coordenadas polares: distancia, proyectada sobre dicho plano,
entre P y el origen de coordenadas O y ángulo formado por la alineación OP con uno de
los ejes de coordenadas. En un trabajo topográfico es habitual que se combinen estos dos
métodos para la obtención del plano topográfico, como veremos más adelante.
5.2.‐ COORDENADAS POLARES
Los instrumentos topográficos se limitan a la medida de coordenadas polares,
ángulos y distancias, por lo que las coordenadas cartesianas deben deducirse por cálculo
a partir de las polares. Estas coordenadas en topografía serán distancia reducida y acimut.
5.2.1.‐ Distancia natural y distancia reducida
Distancia natural ó geométrica entre dos puntos es la longitud del tramo de
recta que los une teniendo en cuenta los tres ejes X, Y y Z, es decir, teniendo en cuenta la
inclinación de esa recta. Pero en Topografía no interesa medir distancias naturales, sino
proyecciones de éstas respecto a los ejes. Así, llamamos distancia reducida entre dos
puntos a la longitud del tramo de recta que une sus proyecciones sobre el plano
horizontal XY. Se trata, por tanto, de una distancia proyectada sobre dicho plano (figura
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 39
Topografía Unidad didáctica II
5.1). Con posterioridad estudiaremos su proyección
sobre el eje Z, que denominaremos desnivel.
Puesto que en Topografía interesa
determinar distancias reducidas, los instrumentos
de medida de distancias deben disponer de
procedimientos para reducir las distancias naturales
medidas con ellos. Estos procedimientos consisten
en la determinación, junto con la distancia natural,
del ángulo vertical o bien del desnivel entre los dos Fig. 5.1. Distancia natural y reducida
puntos extremos de la alineación cuya distancia
medimos.
La distancia reducida entre dos puntos será menor, o como mucho igual, que
su distancia natural. Si tenemos dos puntos A y B, de coordenadas cartesianas XA, YA, ZA y
XB, YB, ZB, respectivamente, las expresiones para el cálculo de la distancia entre ellos
serán:
2 2 2
distancia natural : DN = ( X B - X A ) + (Y B - Y A ) + ( Z B - Z A )
2 2
distancia reducida : DR = ( X B - X A ) + ( Y B - Y A )
5.2.2.‐ Concepto de acimut
Llamamos acimut al ángulo formado por
una alineación y la dirección de la meridiana, medido a
partir del Norte y en el sentido de avance de las agujas
del reloj, por lo que los acimutes estarán referidos a la
dirección de la meridiana o a una paralela a la misma.
La orientación se define de manera
similar, pero en este caso la referencia es el Norte de
la cuadrícula del sistema de coordenadas empleado
(normalmente, UTM) y no la meridiana. La diferencia Fig. 5.2. Concepto de acimut
entre acimut y orientación es la convergencia, cuyo
valor depende de la longitud geográfica (véase 3.4.4) del lugar. No obstante, en lo que
sigue y dado que en Topografía es habitual hacerlo de esta forma, emplearemos el
término acimut en el sentido de: ángulo horizontal que forma una alineación con el
Norte de la cuadrícula, medido desde éste y en sentido horario.
Así, para determinar el acimut de una recta AB consideraremos una paralela
al eje Norte‐Sur trazada por A y mediremos el ángulo formado por estas dos rectas, desde
el Norte y en sentido horario. Denominaremos θAB a este acimut. Si en vez de considerar
el punto A como referencia consideramos el B, la paralela al eje Norte‐Sur se trazará por
B y el acimut obtenido, θBA, diferirá del θAB en ±200g (ó ±180o), suponiendo que despre‐
ciamos la convergencia de meridianos (figura 5.2.). En la notación que empleamos, el
subíndice indica el punto de referencia y el superíndice el punto al cual se mide.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 40
Topografía Unidad didáctica II
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 41
Topografía Unidad didáctica II
rializados en el terreno, en los que se sitúan los instrumentos topográficos y que se
denominan estaciones. Por tanto, las coordenadas que vamos a calcular serán
coordenadas relativas, no absolutas y se denotarán XAB (figura 5.4).
Las coordenadas absolutas se deducen fácilmente de las relativas, realizando
la operación conocida como arrastre de coordenadas. En el ejemplo de la figura, las
coordenadas absolutas XOB (XB), YOB (YB) de un punto B se obtienen a partir de sus coorde‐
nadas relativas XAB, YAB respecto a otro punto A y de las coordenadas absolutas XOA (XA),
YOA (YA ) de éste, por las expresiones:
X OB = X OA + X BA o X B = X A + X AB
Y OB = Y OA + Y BA o YB = YA + YAB
tal como se deduce de la figura 5.4. A partir de ahora denotaremos siempre las
coordenadas absolutas con este segundo formato, con el punto en el subíndice.
Los puntos de un levantamiento se apoyan unos en otros y, por consiguiente,
el arrastre de coordenadas se hará de una forma escalonada hasta determinar las
coordenadas absolutas de todos los puntos de interés.
5.4.‐ TRANSFORMACIÓN DE COORDENADAS
5.4.1.‐ Paso de coordenadas polares a coordenadas cartesianas
Si se dispone de las coordenadas polares, distancia
reducida y acimut, de un punto A con relación a un origen de
coordenadas O, las expresiones para el cálculo de coordenadas
cartesianas se deducen fácilmente de la figura 5.5:
X A = X OA = DOA sen θOA
Y A = YOA = DOA cos θOA
siendo DOA la distancia reducida de A al origen y θOA el acimut de Fig. 5.5. Coordenadas
la recta OA. polares y coordenadas
cartesianas
Estas expresiones son aplicables en todos los cuadrantes, pues nos dan en
cada caso las coordenadas con su signo, ya que, como sabemos, el seno es positivo de 0g
a 200g y negativo de 200g a 400g y a su vez el coseno es positivo de 300g a 100g y negativo
para el resto del círculo, por lo que los signos de las coordenadas coinciden con las
indicadas anteriormente e inmediatamente se deduce la posición de A respecto al origen
de coordenadas.
También podemos determinar las coordenadas relativas de un punto B con
relación a otro punto A, que no es el origen de coordenadas. Para ello necesitamos
conocer la distancia reducida AB y el acimut de la recta AB. Las expresiones son:
X BA = D AB sen θ BA
Y BA = D AB cos θ BA
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 42
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semejantes a las anteriores.
5.4.2.‐ Paso de coordenadas cartesianas a coordenadas polares
La distancia reducida de un punto al origen de coordenadas O se calcula:
DOA = ( X A ) 2 + (Y A ) 2
siendo XA, YA las coordenadas cartesianas absolutas de A.
El cálculo de la distancia reducida entre dos puntos A y B, de los cuales se
dispone de coordenadas absolutas , será:
2 2
D AB = (X B - X A ) + (YB - Y A )
como hemos visto. Si se dispone de las
coordenadas parciales, la expresión será
semejante:
2 2
D AB = (X AB ) + (Y AB )
Para el cálculo del acimut a partir de
las coordenadas cartesianas pueden darse
cuatro casos, según el punto se encuentre en
uno u otro cuadrante (figura 5.6):
1er cuadrante: El acimut θOA de la alineación OA
se determina:
| X OA |
θ OA = arco tg
| Y OA | Fig. 5.6. Cálculo de acimutes
Todas las coordenadas que aparecen en estas expresiones las pondremos en valor
absoluto.
2o cuadrante: El acimut θOB se puede calcular con cualquiera de las expresiones si‐
guientes:
B
B
|Y O |
θO = 100 g + α = 100 g + arco tg B
| XO |
B
B
| XO |
θO = 200 g - β = 200 g - arco tg B
|YO |
3er cuadrante: El acimut θOC se puede calcular con cualquiera de las expresiones
siguientes:
| XC
O|
θC g g
O = 200 + α = 200 + arco tg
|YC
O|
|Y C
O|
θC g g
O = 300 - β = 300 - arco tg
| XC
O|
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 43
Topografía Unidad didáctica II
4o cuadrante: El acimut θOD se puede calcular con cualquiera de las expresiones
siguientes:
D
D |Y O |
θO = 300 g + α = 300 g + arco tg D
| XO |
D
D | XO |
θO = 400 g - β = 400 g - arco tg D
|Y O |
Con frecuencia interesa determinar el acimut de la alineación formada por
dos puntos A y B cualesquiera, en lugar del de la formada por un punto y el origen. Las
expresiones son semejantes, sustituyendo en cada caso las coordenadas respecto al
origen por la diferencia, en valor absoluto, de las coordenadas de los dos puntos. Se
aplicarán unas expresiones u otras dependiendo de la posición del segundo punto
respecto al primero, tal y como si éste fuese el origen de coordenadas. Por ejemplo, la
expresión correspondiente al primer cuadrante quedaría:
| XB - X A |
θ BA = arco tg
| YB - Y A |
Esta expresión se aplicará cuando el punto B se sitúe en el primer cuadrante
respecto al A, es decir, cuando: XB > XA ; YB > YA. Cuando el punto B esta en segundo
cuadrante respecto a A será: XB > XA ; YB < YA. Para el tercer cuadrante será: XB < XA ; YB <
YA. Y finalmente en el cuarto cuadrante: XB < XA ; YB < YA.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 44
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6. ELEMENTOS DE LOS INSTRUMENTOS TOPOGRÁFICOS
6.1.‐ INTRODUCCIÓN
Antes de comenzar el estudio de los instrumentos topográficos es
necesario conocer una serie de elementos que, formando parte o siendo
independientes del instrumento propiamente dicho, son imprescindibles para la
medida de ángulos y distancias.
Las lecturas realizadas con un instrumento topográfico estarán siempre
referidas a su centro de medidas pero, al ser éste distinto en cada nuevo
posicionamiento, las lecturas deberán referirse a puntos marcados en el terreno. Esto
se consigue situando el centro de medidas del instrumento en la vertical del punto
señalado en el terreno, denominándose este proceso estacionamiento o puesta en
estación.
El estacionamiento o puesta en estación supone, por tanto, que el
instrumento topográfico esté perfectamente nivelado, es decir, que el eje principal
(véase 7.1.1) se coloque en posición vertical. Además, este eje debe pasar por el punto
al que vamos a referir las medidas, o punto de estación. Llamamos eje principal a aquel
en torno al cual el instrumento puede describir un giro horizontal.
6.2.‐ ELEMENTOS DE SEÑALIZACIÓN DE PUNTOS
Por norma general, en los trabajos topográficos será necesario marcar
puntos sobre el terreno, respecto a los cuales se obtendrán coordenadas de otros.
Estos puntos deben estar señalizados el tiempo necesario para concluir los trabajos y,
a veces, permanecer disponibles para trabajos posteriores.
Las características que puede requerir un punto materializado en el terreno
son:
Ser duradero, no moverse ni deformarse
Señalar de forma precisa el punto al que se refieren las medidas
Facilitar el estacionamiento y la medida a él
Presentar una visibilidad adecuada de la zona
Ser localizable y permitir la reposición en caso de
pérdida
No es condición imprescindible que los puntos
señalizados en el terreno cumplan todos los requisitos
anteriores, que cumplan varios o todos dependerá de la
Fig. 6.1. Estacas
utilización que se le asigne a cada uno.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 45
Topografía Unidad didáctica II
Algunos de los tipos de señales que se pueden emplear son:
Estacas de madera (figura 6.1). Muy utilizadas por su
bajo coste y facilidad de colocación.
Clavos metálicos (figura 6.2). De distintos tamaños y
tipos de cabeza, en función de que sirvan de
referencia planimétrica o altimétrica.
Hitos y mojones (figuras 6.3 a 6.5). Son bloques en Fig. 6.2. Clavos
forma de prisma o de paralelepípedo, de distintas dimensiones y
materiales. Pueden ser construidos in situ o prefabricados y anclados al
terreno mediante una cimentación o mediante elementos metálicos.
Fig. 6.3. In situ Fig. 6.4. Prefabricado Fig. 6.5. Hito feno
La elección de un tipo u otro de señal dependerá de la naturaleza y
duración del trabajo topográfico, de las características del terreno, de la necesidad de
reocupación, del tiempo de permanencia de la señal, etc.
6.3.‐ ELEMENTOS DE PUESTA EN ESTACIÓN
6.3.1.‐ Trípode
Los instrumentos topográficos se montan
sobre elementos que permitan situarlos a la altura del
operador y mantenerlos en una posición fija. Para ello se
utilizan trípodes, dotados de tres patas de madera o metal,
terminadas en unos regatones metálicos que permiten
clavarlas en el suelo y asegurar su estabilidad (figura 6.6).
Los más usuales son los trípodes de meseta.
Disponen de una plataforma circular o triangular sobre la Fig. 6.6. Trípode
que se apoya el aparato. De ella parten las tres patas,
sujetas mediante articulaciones que permiten su giro.
Cada pata está formada por dos largueros unidos por
travesaños. Normalmente son extensibles, pudiendo
deslizar la parte inferior de la pata por el interior de la
superior, variando con ello su longitud y facilitando la
puesta en estación del aparato, incluso en terrenos no
llanos.
Los trípodes de meseta llevan, en la
plataforma donde se apoya el instrumento topográfico Fig. 6.7. Meseta de trípode
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 46
Topografía Unidad didáctica II
(figura 6.7), una guía metálica G sujeta a la meseta por uno de sus extremos A. La guía
puede girar alrededor de A y sobre ella se desliza un tornillo T que sujeta al
instrumento. De esta forma, el tornillo puede adoptar cualquier posición en el interior
de un amplio orificio circular en el centro de la meseta.
Una vez sujeto el instrumento al trípode mediante el tornillo T, si éste no
está apretado, podemos moverlo sobre la meseta, hasta conseguir que el eje principal
del instrumento coincida con el punto de estación.
La plataforma del trípode es normalmente plana, pero también existen
trípodes de meseta curva, especialmente destinados a facilitar la nivelación de ciertos
instrumentos topográficos.
Cuando el lugar donde se debe
estacionar es una superficie lisa, que no permite
clavar los regatones, se utilizan bases para
trípodes denominadas estrellas (figura 6.8). Estos
dispositivos están constituidos por listones
metálicos unidos por un extremo y formando los
extremos opuestos un triángulo equilátero, en Fig. 6.8. Estrella
cuyos vértices se disponen orificios o elementos
para retener los extremos de las patas del trípode.
Si es necesario estacionar el instrumento sobre un vértice geodésico no se
suelen utilizar trípodes, sino basadas situadas directamente sobre el vértice (figura
6.9). Cuando se trata de un vértice de la Red Regente estas basadas disponen de un
dispositivo para centrarlas en el clavo del que dispone el vértice (figura 6.10).
Fig. 6.10. Basada Regente
Fig. 6.9. Basada Fig. 6.11. Estacionamiento
forzado
En determinados trabajos de alta precisión se debe estacionar
repetidamente sobre un punto, para lo que se instalan sistemas de estacionamiento
forzado (figura 6.11). Estos sistemas hacen innecesario el trípode puesto que permiten
la unión directa con el instrumento topográfico.
6.3.2.‐ Plomada óptica y láser
Para poner el instrumento en estación, además de nivelarlo es preciso que
el eje principal del mismo pase por el punto de estación. Para comprobarlo se utilizan
las plomadas.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 47
Topografía Unidad didáctica II
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 48
Topografía Unidad didáctica II
Para permitir el uso de la plomada óptica ó láser, el tornillo T, al que nos
referimos anteriormente, es hueco de forma que la visual reflejada o el láser pueda
pasar a través de él.
Existen plataformas nivelantes (véase 6.4.1.) dotadas de plomadas ópticas
y plomadas independientes, ópticas o láser, que permiten la puesta en estación de
portadores de reflectores, sensores, antenas GPS, etc.
6.3.3.‐ Tornillos de presión y coincidencia
Para facilitar el trabajo, a cada posible
movimiento de los elementos de un instrumento
topográfico en torno a cada uno de sus ejes
corresponde un tornillo que, una vez apretado, impide
el movimiento, mientras que al estar suelto permite el
giro libremente. Estos tornillos se llaman de presión.
Además, cada tornillo de presión va
acompañado de un segundo tornillo que, una vez Fig. 6.18. Tornillos de presión y
coincidencia
apretado el primero, permite imprimir pequeños
giros en ambos sentidos a los elementos móviles del
instrumento. Estos tornillos se denominan de coincidencia.
Cuando queramos visar un punto soltaremos el
tornillo de presión del movimiento correspondiente y giraremos
el instrumento hasta aproximarnos lo más posible a la
alineación del punto. Entonces fijaremos el tornillo de presión y
completaremos la operación girando el tornillo de coincidencia
hasta que el punto quede perfectamente centrado. Como el
recorrido de los tornillos de coincidencia es limitado, si no
conseguimos visar perfectamente el punto porque finaliza el
recorrido del tornillo, se debe soltar el tornillo de presión y Fig. 6.19. Tornillos
volver a centrar el punto, pero nunca forzar los tornillos del coaxiales
instrumento topográfico.
Estos tornillos pueden ser de varios tipos. En la
figura 6.18., con el tornillo de presión suelto, el eje exterior (1)
puede girar libremente alrededor del eje interior (2). Si lo
apretamos, todavía es posible imprimir ciertos giros al conjunto
de los ejes (1 y 2) con el tornillo de coincidencia.
Actualmente, los tornillos de presión y coincidencia
suelen ser coaxiales (figura 6.19) para facilitar la localización
cuando deben ser manipulados al tiempo que se visa un punto a
través del anteojo. También existen instrumentos en los que
no aparece esta pareja de tornillos, siendo sustituida por un Fig. 6.20. Instrumento
mecanismo sin fin para la coincidencia y con un sistema de con sistema de fricción
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 49
Topografía Unidad didáctica II
fricción que sustituye al tornillo de presión (figura 6.20).
La opción más avanzada es la que representan los instrumentos
servomotorizados, que utilizan la tecnología de servomotores para el giro vertical y
horizontal, prescindiendo por lo tanto de los clásicos tornillos de presión y
coincidencia.
6.4.‐ ELEMENTOS DE NIVELACIÓN
Los niveles son órganos fundamentales en cualquier instrumento
topográfico y de la precisión y exactitud con que se construyan va a depender en gran
medida la del instrumento.
En Topografía se emplean niveles de aire o de burbuja, consistentes en una
ampolla de vidrio cerrada y casi llena de un líquido de poca viscosidad, dejando una
burbuja de aire que siempre ocupará la zona más alta de la ampolla.
También se utilizan distintos dispositivos que permiten calcular la
desviación sobre la horizontal o la vertical y que pueden presentan esta información
en la pantalla del instrumento topográfico. Estos se conocen como niveles electrónicos
o digitales.
El nivel de burbuja o el digital se emplea, en
combinación con los tornillos de la plataforma nivelante,
para conseguir la horizontalidad de una recta en la que
se apoya o la verticalidad de un eje alrededor del cual
gira.
6.4.1.‐ Plataforma nivelante
La base de los instrumentos topográficos, Fig. 6.21. Plataforma
que apoya sobre la meseta del trípode, es la plataforma nivelante
nivelante (figura 6.21).
Esta plataforma consta de tres brazos
horizontales, en forma de triángulo equilátero, atravesados
en sus extremos por tornillos nivelantes verticales. Girando
estos tornillos se puede variar la inclinación de la plataforma.
Si además adaptamos a ésta uno o más niveles de
burbuja, o ésta está unida a un instrumento topográfico
dotado de niveles de burbuja o digitales, podemos emplear
los tornillos para nivelar el instrumento, es decir, situar la
plataforma en posición horizontal, lo que equivale a situar Fig. 6.22. Situación de
en posición vertical el eje principal del instrumento. plataforma nivelante
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 50
Topografía Unidad didáctica II
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 51
Topografía Unidad didáctica II
Como se ve, la sensibilidad es inversamente proporcional al radio de
curvatura. En principio, cuanto mayor sea éste, tanto más sensible será el nivel. No
obstante hay que evitar los radios de curvatura excesivos, con los cuales sería muy
difícil mantener calada la burbuja. La sensibilidad de estos niveles dependerá de la
finalidad y precisión del instrumento topográfico en el que están montados, pero suele
oscilar entre 1’ y 20”.
En el caso de los niveles electrónicos su sensibilidad será semejante a los
de burbuja y dependerá del tipo de dispositivo que utilicen. Su valor se incluye en los
datos técnicos del instrumento.
6.4.2.2.‐ Empleo del nivel
Se pretende situar vertical el eje principal
del instrumento, lo que equivale a situar
horizontalmente la plataforma nivelante, que, por
construcción, debe ser perpendicular a dicho eje. Para
ello se sitúa el eje del nivel sensiblemente paralelo a la
dirección formada por dos tornillos nivelantes y
actuando únicamente sobre ellos, girándolos siempre
en sentidos contrarios (éste movimiento se conoce
como uñas adentro–uñas afuera), se cala la burbuja.
Con ello habremos conseguido que la línea que pasa
por esos dos tornillos ocupe una posición horizontal
(figura 6.25).
A continuación giramos 90o (100g) el nivel y
lo ponemos en la dirección del tercer tornillo nivelante. Fig. 6.25. Empleo del nivel
Si actuando únicamente sobre ese tercer tornillo tórico
calamos la burbuja en esta nueva posición, habremos conseguido horizontalizar una
línea perpendicular a la primera, por lo que toda la plataforma nivelante ocupará una
posición horizontal y el eje principal del instrumento unido a ésta se habrá situado en
posición vertical.
Esta operación se debe repetir hasta que comprobemos, con un giro lento
del instrumento, que se encuentra nivelado en todas las posiciones.
Existen instrumentos que montan dos
niveles tóricos, dispuestos en posiciones
perpendiculares, que permiten la nivelación sin el
giro de 90o (100g). Esta disposición de dos niveles
tóricos también puede aparecer en pantalla del
instrumento topográfico, de manera que el calado de
los niveles se hace de la forma ya indicada con los
tornillos pero observando los niveles electrónicos
que aparecen en pantalla (figura 6.26). Fig. 6.26. Nivel tórico en pantalla
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 52
Topografía Unidad didáctica II
6.4.3.‐ Nivel esférico
Es un nivel de menor precisión, en el que se
sustituye el tubo de vidrio por una caja metálica de forma
cilíndrica y cerrada en su parte superior por una tapa de
cristal que tiene la cara interior esférica. En el centro de la
tapa de vidrio lleva grabada una circunferencia. Para calar la
burbuja basta situarla en el interior de la circunferencia.
Fig. 6.27. Nivel esférico
En el ejemplo de la figura 6.28, la burbuja se
encuentra en la posición A. Actuando sobre los tornillos de la
plataforma nivelante (T1 y T2) la llevaremos a la posición B. A
continuación, actuamos sobre el tercer tornillo (T3), llevando
la burbuja a la posición C, en la que ya se encuentra calada.
Repetiremos la operación cuantas veces sea necesario, hasta
calar la burbuja perfectamente.
Los niveles esféricos son mucho menos precisos
que los tóricos, con una sensibilidad que normalmente está
entre 3´ y 20´, y solo se emplean para nivelaciones groseras y
rápidas. Si un instrumento dispone de un nivel tórico y otro
esférico, ambos corregidos, al calar la burbuja del primero
quedará calada la del segundo.
Fig. 6.28. Empleo del
nivel esférico
6.4.4.‐ Nivel reversible de doble cara
Estos niveles son reversibles, pueden girar
en torno a un eje que es paralelo al del nivel. En ellos,
la superficie tórica se sustituye por otra en forma de
huso y que debe ir graduada por ambos lados.
Se utilizan con aparatos cuyo anteojo en Fig. 6.29. Nivel reversible
o
reversible, es decir, puede girar 180 en torno a un eje
paralelo al anteojo. Se utiliza normalmente en niveles o equialtímetros.
6.4.5.‐ Nivel de coincidencia o de burbuja partida
Este método constructivo
suprime las divisiones del nivel tórico ó
de doble cara. Utiliza un sistema óptico
de prismas de reflexión total que, al
mirar por el ocular, nos muestra una
burbuja dividida longitudinalmente en
dos partes que se mueven en sentidos
contrarios; en realidad se trata de la
mitad de cada uno de los extremos de Fig. 6.30. Nivel de coincidencia
la misma burbuja. Para calar el nivel
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 53
Topografía Unidad didáctica II
basta que las dos partes se vean una a continuación de la otra.
Debido al funcionamiento descrito, el desplazamiento que se observa en la
burbuja es el doble del real, por lo que cuando se consiga hacer coincidir ambos
extremos de la burbuja, como el límite de la apreciación visual es 0,2mm, el
desplazamiento real en el nivel es de 0,1mm, lo que permite conseguir un calado de la
burbuja mucho más preciso que con niveles de burbuja no dotados de este sistema. Se
utiliza normalmente en niveles o equialtímetros.
6.5.‐ ANTEOJO
El anteojo de que va
provisto todo goniómetro facilita
la visión precisa de los puntos
que vamos a levantar o que nos
van a servir de referencia. Los
anteojos disponen de lentes que
facilitan el trabajo al aumentar el
tamaño aparente de los objetos Fig. 6.31. Anteojo astronómico
observados a través de ellos.
6.5.1.‐ Anteojo astronómico y topográfico
El anteojo astronómico consta de dos lentes
convergentes, una se dirige hacia el objeto a visar y se
llama objetivo (L1) y la otra, donde aplica el ojo el
observador, se llama ocular (L2). Un objeto lejano AB
produce una imagen A´B´ real e invertida. Si se coloca el
ocular (L2) de forma que la imagen A´B´ que situada
entre su foco (F1) y el ocular, se formará una segunda
imagen real e invertida y de mayor tamaño A”B” (figura
6.31.). Fig. 6.32. Retículo
El anteojo topográfico responde al mismo
esquema básico. Se diferencia del astronómico en que
entre ambas lentes se interpone un retículo. El retículo
está formado por un disco de vidrio plano donde se
han grabado, como mínimo, dos finas líneas
ortogonales denominadas hilos, uno vertical y otro
horizontal, y que constituyen la cruz filar,
superponiéndose su imagen sobre la del objeto
observado. Estos retículos pueden ser de distintos
tipos y sirven para colimar el punto o puntos que
corresponden a las visuales de interés. Fig. 6.33. Colimación
Cuando en el retículo aparecen grabadas dos líneas horizontales, por
encima y por debajo de la línea central o axial y a la misma distancia de ésta, se
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 54
Topografía Unidad didáctica II
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 55
Topografía Unidad didáctica II
al eje de colimación y tiene un valor en torno a 1o30´. Por esto, la búsqueda
de puntos a colimar mirando sólo a través del anteojo es muy lenta, debido
a que la zona observada es pequeña y se debe enfocar para tener
imágenes nítidas a distintas distancias. Para agilizar el proceso todos los
anteojos montan dispositivos de puntería rápida para una colimación
aproximada del punto.
Aberraciones: Son distorsiones de la imagen debidas a que los rayos
luminosos no se comportan en la práctica siguiendo exactamente las leyes
teóricas.
6.5.3.‐ Anteojos de analatismo central
En el anteojo de la figura
6.35, los rayos luminosos que parten de
los hilos a y b se refractan al llegar al
objetivo L, pasando por el foco F. En
estos anteojos, la distancia (d) se mide a Fig. 6.35. Anteojo convencional
partir de F, lo que nos obliga a introducir
una constante aditiva K´ para referir la distancia al centro del anteojo:
D = d + K´
Para eliminar esta constante
se incorpora a los anteojos un sistema
óptico que traslada el punto F o punto
analático, al centro del anteojo. Estos
anteojos se denominan de analatismo
central (figura 6.36), o también anteojos Fig. 6.36. Anteojo de analatismo central
estadimétricos de Porro, y en ellos
queda eliminada la constante aditiva.
6.6.‐ LECTURA DE ÁNGULOS
Sabemos que las magnitudes que un
instrumento topográfico puede medir en campo son ángulos
y distancias. Por esto, una vez estacionado el instrumento
topográfico y colimado un punto, necesitamos disponer en
el instrumento de dispositivos que nos permitan medir los
ángulos con la precisión requerida. Estos dispositivos son
círculos graduados que se denominan limbos.
En los instrumentos topográficos de menor
precisión angular se montan limbos en el exterior (figura Fig. 6.37. Medida
6.37) y en los que el valor angular se obtiene por angular
coincidencia con un índice de lectura y a simple vista. Los
valores angulares así obtenidos sirven para determinados instrumentos topográficos
pero carecen de la precisión necesaria para la mayoría de los cálculos en topografía.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 56
Topografía Unidad didáctica II
6.6.1.‐ Medida óptico‐mecánica de ángulos. Micrómetros
En los micrómetros, la lectura del limbo se hace a través de un ocular
asociado a un sistema de prismas y microscopios que llevan la lectura aumentada del
limbo al ocular. Existen distintos tipos de micrómetros:
De observación directa: Es un sistema óptico de
aumento que nos muestra el valor grabado en el
limbo y una señal que se mueve solidariamente
con la alidada. La lectura angular se realiza
directamente por la posición de la señal respecto a
los valores del limbo. Se pueden realizar
simultáneamente las lecturas sobre los limbos Fig. 6.38. Micrómetro
horizontal y vertical, porque pueden visualizarse de observación directa.
Lectura: 106,4g
en un solo ocular las imágenes correspondientes a
ambos limbos.
De escala o estima: En este
caso, a la imagen del limbo se
superpone una escala grabada
que equivale a la menor
división del limbo,
Fig. 6. 39 y 6.40. Micrómetros de escala o
normalmente un grado. La
estima. Lecturas: (6.39) V: 94,06g; Hz: 214,96g;
escala se mueve solidaria a la (6.40) 392,65g
alidada y la lectura angular se
realiza estimando la posición de la señal que acompaña al valor del limbo y
que se sitúa dentro de la escala. Generalmente sólo se podrá leer un valor
angular, excepto en el caso que dos valores del limbo coincidan
exactamente con los extremos de la escala, también en este caso será sólo
un ángulo el medido. Se pueden realizar simultáneamente lecturas en
ambos limbos.
Encuadrado: En este tipo de
micrómetro al limbo se le
superpone una doble señal que
funciona como índice de lectura.
La diferencia con los tipos
anteriores es que en este caso el
valor angular inferior al grabado
en el limbo se obtiene, no por Fig. 6.41 y 6.42. Micrómetros encuadrados.
Lecturas: (6.41) Hz: 134,318g;
estima, sino leyéndolo en una
(6.42) V: 87,23g
escala auxiliar. Para leer el ángulo
se centra, en la doble señal del índice, un valor del limbo mediante un
tornillo denominado micrométrico. Este tornillo acciona un dispositivo de
placa plano‐paralela que mide el valor angular entre la posición en que
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 57
Topografía Unidad didáctica II
quedó el limbo y una posición con una división del limbo centrada en la
doble marca. Cuando se actúa sobre el tornillo micrométrico se observa un
movimiento que no es real, sino que es producido por el dispositivo
indicado. No se pueden realizar al mismo tiempo las lecturas sobre los dos
limbos, se debe actuar sobre el tornillo micrométrico para centrar el valor
del limbo sobre el que se desee leer y posteriormente volver a accionar el
tornillo para centrar el valor del otro limbo. La lectura angular será el valor
centrado del limbo más el que indique la escala auxiliar.
Existen otros tipos de micrómetros que permiten la lectura simultánea de
los ángulos situados diametralmente opuestos del limbo para eliminar errores de
excentricidad del limbo,
6.6.1.1.‐ Sensibilidad y apreciación de micrómetros
La sensibilidad del micrómetro se define como la décima parte de la menor
división del mismo. La apreciación coincide con la sensibilidad, siempre que la menor
división se vea con magnitud aparente superior o igual a 2mm, al ser 0,2mm el límite
de la apreciación visual. En caso contrario, la apreciación será aquella fracción de la
menor división con tamaño aparente igual a 0,2mm.
La menor división será la del limbo en micrómetros de observación directa
y la división más pequeña de la escala auxiliar en los de escala o estima y en los
encuadrados.
6.6.2.‐ Medida electrónica de ángulos
Actualmente la mayoría de los instrumentos topográficos no montan los
micrómetros descritos anteriormente, sino que utilizan dispositivos que transforman
un valor angular analógico en valor digital que puede ser utilizado por un procesador
en cálculos, presentado en pantalla o almacenado para descarga posterior.
Estos limbos, al igual que los ópticos tradicionales, suelen ser de vidrio,
sobre los que se han grabado líneas trasparentes y opacas, por lo que para leer sobre
ellos se utiliza un sistema formado por un diodo emisor de luz (L.E.D) y un
fotodetector. En función del paso o no la luz a través de ellas, producirá la generación
o no en el fotodetector de una corriente que permita transformar un giro del limbo en
un valor digital.
Vamos a estudiar a continuación los distintos tipos de limbos.
6.6.2.1.‐ Limbos incrementales
Estos limbos (figura 6.43) no tienen ningún tipo de valor grabado en su
superficie por lo que no pueden realizar lecturas aisladas de ángulos, tan sólo
cuantifican variaciones angulares. Por ello, el operador debe introducir un valor inicial
al que el microprocesador sumará algebraicamente los valores calculados. En la
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 58
Topografía Unidad didáctica II
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 59
Topografía Unidad didáctica II
angular con ayuda de los sectores en que está dividido el limbo y que
generan señales senoidales en los fotosensores. El valor del ángulo se
obtiene contando el número de períodos completos entre ambos
fotosensores (n) y el desfase del periodo incompleto (Δφ)
L = n φ + ∆φ
En los limbos verticales, o eclímetros, se utilizan los mismos sistemas, pero
la necesidad de situar sin error el cenit y la línea de horizonte hace que estén dotados
de dispositivos compensadores, en principio semejantes a los utilizados en los
teodolitos y taquímetros convencionales, pero adaptados para transformar cualquier
desviación en información que entienda el microprocesador del que disponen y poder
introducir las correcciones necesarias. Estos dispositivos pueden ser de distintos tipos:
péndulo, por reflexión o refracción en un líquido, etc.
6.7.‐ MIRAS Y REFLECTORES
6.7.1.‐ Miras topográficas parlantes
Las miras se emplean en los sistemas
clásicos de medida de distancias por métodos
indirectos y para el cálculo de desniveles. Son reglas
graduadas, que suelen ir divididas en metros,
decímetros y centímetros y, en algún caso, hasta en
milímetros o dobles milímetros. Normalmente su
longitud es de cuatro metros y, para
facilitar su transporte, pueden ser
Fig. 6.46 y 6.47. Miras
telescópicas o dividirse en tramos.
topográficas parlantes
La lectura de mira se realiza en el punto en el que se
superpone sobre ésta el hilo horizontal del retículo. Cuando el retículo
es estadimétrico debe realizarse la lectura de los tres hilos
horizontales (lectura superior, central e inferior) para, además de
utilizarlas en las expresiones en las que intervienen, comprobar que
no existe equivocación en ellas.
Las miras son de madera o aluminio, pintadas en colores
vivos para hacerlas más visibles a grandes distancias. En algunos casos
se les incorporan niveles de burbuja para garantizar su correcto
posicionamiento, reduciendo así los errores que se derivan de la falta
de verticalidad de las mismas. Las casas constructoras emplean
distintos sistemas para indicar las divisiones y facilitar la lectura de la
Fig. 6.48 y 6.49.
mira.
Miras de código
de barras
Las miras utilizadas en planimetría suelen ir divididas en
centímetros, mientras que para trabajos altimétricos se utilizan, normalmente, miras
divididas en milímetros o dobles milímetros.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 60
Topografía Unidad didáctica II
6.7.2.‐ Miras topográficas de código de barras
Con el fin de reducir el tiempo de trabajo y mejorar la precisión de las
lecturas se utilizan miras con código de barras.
Para ello se equipa al instrumento con un procesador digital electrónico de
imágenes que permite determinar la altura de mira y la distancia del instrumento a
ésta. La lectura del código de barras de la mira se hace en forma electrónica y
automáticamente y puede ser utilizada por el procesador del instrumento.
Las miras suelen ser de aluminio, telescópicas o
desmontables. Las más precisas son de una pieza y llevan el
código de barras grabado sobre una pletina de INVAR, aleación
que conserva prácticamente inalterable su longitud ante la
variación de la temperatura. Esta pletina va unida al armazón
metálico mediante un dispositivo que hace que la dilatación Fig. 6.50. Placa de apoyo
del armazón no afecte a la banda de código de barras. Suelen
montar niveles esféricos, para facilitar su colocación vertical, y asas de sujeción.
Para mejorar la precisión de las nivelaciones, en los puntos intermedios
que no estén materializados mediante señales, se pueden utilizar placas para apoyar la
mira, tanto las de código de barras como las parlantes antes comentadas (figura 6.50).
6.7.3.‐ Reflectores
El reflector es necesario en la medida de distancias mediante ondas ya que
devuelve la señal enviada por el distanciómetro. Esta devolución
puede realizarse mediante reflexión pura o por reflexión‐refracción.
La señal emitida puede ser devuelta por placas
reflectantes en cortas distancias, pero en la mayoría de los casos es
necesaria la utilización de prismas de reflexión total.
Fig. 6.54. Bastón
Los prismas pueden ser de distintos tipos; el más usual es porta prisma
el resultado de truncar el vértice de un cubo de vidrio, de manera
que presente una base equilátera y lados isósceles y con las caras recubiertas de una
capa reflectante, de manera que devuelva la onda incidente paralela a la dirección
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 61
Topografía Unidad didáctica II
inicial y después de sufrir tres reflexiones. Otro tipo de prisma es un triedro
trirrectángulo de paredes especulares.
Existen prismas direccionales que, para que devuelvan la señal, deben
estar dirigidos hacia el instrumento topográfico que la emite, y otros se construyen
para que devuelvan la señal sea cual sea la dirección desde la que la reciban; son los
prismas de 360o.
Los reflectores o prismas se suelen montar en bastones portaprismas, que
son telescópicos y están dotados de nivel esférico.
6.7.2.‐ Jalones
Son parecidos a los bastones
portaprismas. Los jalones suelen estar construidos
de metal y tienen una punta de acero. Su longitud
suele ser de 2 o 3m y de algunos centímetros de
Fig. 6.55. Jalones
diámetro. Son de una pieza o desmontables y
normalmente están pintados a franjas rojas y blancas para que faciliten su visibilidad.
Sirven para indicar la localización de puntos o la dirección de alineaciones.
6.8.‐ TIPOS DE INSTRUMENTOS TOPOGRÁFICOS
Podemos clasificar los instrumentos topográficos en tres grandes grupos,
según su objetivo sea la determinación de ángulos, de distancias o de desniveles.
• Medida de ángulos: goniómetros.‐ Los instrumentos topográficos para la
medida de ángulos se denominan goniómetros. Los goniómetros completos,
como el teodolito, miden ángulos acimutales y verticales. Otros, además de la
medida de ángulos, permiten también la determinación de distancias, como
el taquímetro y la estación total.
• Medida de distancias.‐ La medida de distancias se puede realizar por
métodos directos, con instrumentos como el rodete, la cinta metálica o los
hilos invar. Los taquímetros y las estaciones totales emplean métodos
indirectos.
• Medida de desniveles.‐ Los instrumentos más especializados para la medida
de desniveles son los niveles o equialtímetros, de visual horizontal. Los
taquímetros y las estaciones totales permiten determinar el desnivel
mediante visuales inclinadas.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 62
Topografía Unidad didáctica II
7. MEDIDA Y REPRESENTACIÓN DE ÁNGULOS Y DISTANCIAS
Todo levantamiento topográfico consta de tres etapas bien diferenciadas. La
primera es la planificación del trabajo, atendiendo a las características del terreno a
levantar, a la escala del plano a obtener, etc., siempre con el objetivo de que los errores
que se cometan no superen la tolerancia fijada. La segunda es el trabajo de campo y va a
consistir en la realización, sobre el terreno, de todas las mediciones necesarias para la
obtención de un plano topográfico. Esta toma de datos se reduce, en todos los casos, a la
medida de ángulos y de distancias. En la tercera etapa, trabajo de gabinete, se realizarán
los cálculos necesarios para la determinación de las coordenadas de los puntos y,
finalmente, el trazado del plano.
Los instrumentos topográficos nos van a permitir acometer los trabajos
propios de la segunda etapa. Con ayuda de estos instrumentos se realizarán las
mediciones que sea preciso para determinar las coordenadas de los puntos de interés.
Los instrumentos topográficos se emplean también para los trabajos de replanteo, de los
que nos ocuparemos más adelante.
7.1.‐ MEDIDA DE ÁNGULOS
Los ángulos a medir pueden ser de dos tipos: para planimetría se necesitan
ángulos medidos sobre el plano horizontal, que se llaman ángulos acimutales; para
altimetría se miden ángulos sobre un plano vertical, o ángulos cenitales. Los ángulos
verticales se utilizan también para el cálculo de distancias por métodos indirectos, como
se verá más adelante.
Los aparatos topográficos empleados para la medida de ángulos reciben el
nombre genérico de goniómetros. Los goniómetros que leen ángulos horizontales se
denominan acimutales y los que leen ángulos verticales,
eclímetros. Es frecuente que los goniómetros puedan
medir ambos tipos de ángulos y que además permitan
medir distancias por métodos indirectos.
7.1.1.‐ Definición de ejes, limbos y movimientos
El esquema general de un goniómetro
responde a la figura 7.1.
En primer lugar encontramos un anteojo que
puede girar alrededor de un eje horizontal, llamado eje
secundario. El eje que atraviesa el anteojo, llamado eje de
colimación, debe ser perpendicular al eje secundario en
Fig. 7.1. Esquema general
todas las posiciones del anteojo. de un goniómetro
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 63
Topografía Unidad didáctica II
El giro del anteojo en torno al eje secundario arrastra un índice que permite
efectuar lecturas sobre un círculo vertical graduado, o limbo vertical. Así se pueden leer
ángulos cenitales.
El conjunto puede girar a su vez en torno a un eje vertical, que se llama eje
principal del aparato. Este giro arrastra un índice que permite efectuar lecturas sobre un
círculo horizontal graduado, o limbo horizontal, que es fijo, pudiendo medir así ángulos
horizontales. El eje secundario debe ser perpendicular al eje principal en todas las
posiciones del aparato.
El mismo efecto puede conseguirse si son los limbos los que giran y los índices
los que permanecen fijos y, de hecho, así sucede en algunos goniómetros. Nosotros
vamos a referirnos a los goniómetros que emplean el primer sistema: limbos fijos e
índices móviles.
Mediante el giro en torno a los ejes principal y secundario, el anteojo puede
adoptar cualquier posición y visar (colimar) cualquier punto en el espacio.
Las partes móviles del aparato, que giran en torno a cada eje, se denominan
alidadas. La alidada horizontal estará formada por los elementos que giran en torno al eje
vertical: anteojo, limbo vertical con su índice y el índice del limbo horizontal. La alidada
vertical está constituida por los elementos que giran en torno al eje secundario: anteojo e
índice del limbo vertical.
El conjunto se apoya sobre una plataforma con tres tornillos nivelantes, que
permiten situarla en posición horizontal (nivelarla).
A este esquema corresponden los siguientes aparatos topográficos: teodolito,
taquímetro, estación total y brújula taquimétrica.
7.1.2.‐ Orígenes de ángulos
Los ángulos se miden en topografía con ayuda de círculos graduados, que se
denominan limbos, y de índices o sistemas de lectura. Los limbos pueden ser de
graduación sexagesimal o centesimal, siendo más habitual este segundo caso. La
apreciación en la medida de ángulos dependerá de las prestaciones del instrumento que
se emplee.
7.1.2.1.‐ Ángulos horizontales
Si desde un punto A (figura 7.2) lanzamos
visuales a dos puntos P y Q, el ángulo que interesa en
topografía no es el PAQ, sino el rectilíneo del diedro
formado por los planos verticales que contienen
respectivamente a las visuales aP y aQ y que se cortan en
la recta vertical que pasa por A. Este ángulo es el formado Fig. 7.2. Ángulos horizontales
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 64
Topografía Unidad didáctica II
por las proyecciones de las dos visuales sobre el plano horizontal.
Los planos verticales que contienen a las distintas visuales se cortan en el eje
principal del aparato. Los ángulos horizontales se miden sobre el círculo horizontal o
limbo horizontal. Los ángulos medidos sobre este limbo corresponderán siempre a las
proyecciones horizontales de las visuales, como es fácil apreciar al observar el esquema
del goniómetro.
La graduación de los limbos puede ser sexagesimal (00‐3600) o centesimal (0g‐
400g). Si las lecturas crecen en el sentido de avance de las agujas del reloj, la graduación
es directa y en caso contrario, inversa.
Los instrumentos topográficos no pueden medir directamente acimutes, a
menos que hayan sido previamente orientados, sino ángulos horizontales referidos a una
dirección arbitraria. Sin embargo, veremos como resulta posible transformar estas
lecturas angulares en acimutes, lo que nos va a permitir trabajar con ángulos medidos
siempre desde una misma referencia, con las ventajas que esto conlleva.
El hecho que permite utilizar distintas referencias en el limbo horizontal es la
posibilidad que presenta éste para modificar su posición, es decir, la posibilidad de girar
el limbo cambiando la posición del origen de la graduación, del cero. Pueden darse tres
casos (figura 7.3):
• Referencia al Norte verdadero: acimutes.‐ Cuando la
graduación del limbo es directa y su cero se sitúa en la dirección
de la meridiana decimos que el instrumento está orientado.
Entonces, las lecturas acimutales estarán referidas al Norte
verdadero y serán, por tanto, acimutes.
• Referencia al Norte magnético: rumbos.‐ Con determinados
instrumentos topográficos es posible orientar al Norte
magnético, determinando ángulos acimutales referidos a la
meridiana magnética, que se denominan rumbos. Para Fig. 7.3. Norte verdadero
transformar un rumbo en acimut, debemos conocer la y norte magnético
declinación magnética en el momento y lugar de la medición.
• Referencia arbitraria.‐ Con frecuencia se miden ángulos acimutales sin haber orientado
previamente el instrumento topográfico. La referencia de estos ángulos será, por tanto,
arbitraria y tendremos que realizar determinados cálculos si deseamos transformarlos en
acimutes.
7.1.2.2.‐ Ángulos verticales
Los ángulos verticales se miden con limbos situados en posición vertical, que
se denominan eclímetros, y al igual que en el caso de ángulos horizontales, los eclímetros
pueden llevar graduación sexagesimal o centesimal, siendo más frecuente este segundo
caso.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 65
Topografía Unidad didáctica II
La diferencia fundamental en la medida de ángulos horizontales y verticales
consiste en que en estos últimos no se puede girar el limbo como en los horizontales, sino
que el origen de la graduación debe estar obligatoriamente en unas posiciones concretas,
que pueden ser:
• En la recta cenit‐nadir.‐ En
este caso la graduación cero del
eclímetro se situará en la parte
superior del mismo. Las lecturas
se realizarán con referencia a la
recta vertical y los ángulos así
medidos se denominan distan‐
cias cenitales φ. Es el caso más
Fig. 7.4. Limbos verticales
habitual.
• En el plano horizontal.‐ Las lecturas realizadas con eclímetros cuya graduación cero
ocupa la posición horizontal, se denominan alturas de horizonte α. Para un determinado
ángulo vertical, los valores φ y α son complementarios: φ + α = π/2.
7.2.‐ CAUSAS DE ERROR EN LA MEDIDA DE ÁNGULOS
7.2.1.‐ Errores sistemáticos
Como ya sabemos, en Topografía podemos cometer errores de dos tipos:
sistemáticos y accidentales. Los errores sistemáticos son los debidos a descorrecciones
del propio instrumento y actúan siempre en el mismo sentido, por ejemplo, errores de
construcción, de ajuste, etc. Los errores de este tipo se reducen a valores despreciables
con las verificaciones y correcciones, que debemos aplicar a todo instrumento
topográfico antes de emplearlo y que estudiaremos en capítulos posteriores.
7.2.2.‐ Errores aleatorios o accidentales
Los errores aleatorios o accidentales dependen de nuestros sentidos y de las
limitaciones de los instrumentos empleados, por lo que varían en magnitud y signo; por
ello, es este tipo de errores el que debemos estudiar en profundidad para poder
reducirlos a valores tales que el error total nunca supere la tolerancia fijada en cada
trabajo topográfico.
Los errores aleatorios que se cometen en medida de ángulos son:
• Error de verticalidad del eje principal.
• Error de dirección.
• Error de puntería.
• Error de lectura.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 66
Topografía Unidad didáctica II
Cada uno de estos tipos de error actúa independientemente, de manera que
el conjunto de ellos generará el error angular total, que será el valor que debemos tener
en cuenta para un trabajo topográfico en particular.
7.2.2.1.‐ Error de verticalidad del eje principal
Es el error que se comete cuando, al estacionar el instrumento topográfico, el
eje principal no queda en una posición perfectamente vertical. Este error toma valores
distintos si se realizan lecturas de ángulos cenitales o acimutales, por lo que a continua‐
ción estudiamos ambos casos:
• Observaciones cenitales.‐ En la figura 7.5 vemos que
el instrumento topográfico se estaciona en el punto O.
OV es la vertical del lugar o posición exacta que debería
ocupar el eje principal y OE es la posición que ocupa
realmente el eje principal en una determinada
observación. Al realizar una lectura cenital respecto a
un punto A, se obtiene un ángulo φ', distinto del que se
obtendría de estar el eje principal perfectamente
vertical φ. Por tanto, cometemos un determinado
error, que sería: e = φ ‐ φ’. Fig. 7.5. Error de verticalidad
del eje principal. Observaciones
Se calcula como error máximo en la cenitales
medida de distancias cenitales o alturas de horizonte el
valor de 1/3 de la sensibilidad del nivel de burbuja (como sabemos, expresado en
segundos sexagesimales), pues sólo en función de éste podemos situar perfectamente
vertical el eje principal. Así, el máximo error que podemos cometer será:
1
evc = S"
3
Cuando el instrumento topográfico dispone de nivel electrónico se utiliza
como error el valor de la precisión del estabilizador del compensador Pe.
• Observaciones acimutales.‐ En este caso, debido a la
posición del eje principal, al leer un ángulo acimutal
obtenemos una lectura h', cuando lo que deberíamos
medir, si el eje principal fuese vertical, sería h. Por tanto,
el error cometido en esa lectura será: e = h - h'
También en este caso se calcula el error
máximo, que podemos cometer en lecturas acimutales,
en función de la sensibilidad del nivel de burbuja que
lleve instalado el instrumento topográfico, y será:
1 Fig. 7.6. Error de verticalidad
eva = S"
12 del eje principal. Observaciones
acimutales
En caso de instrumentos que montan nivel
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 67
Topografía Unidad didáctica II
electrónico es:
1
eva = P
4 e
siendo Pe la precisión del estabilizador del compensador.
Se observa claramente que el error de verticalidad del eje principal es mucho
más importante en la determinación de ángulos verticales que en la de ángulos
acimutales.
Las expresiones que calculan en error de verticalidad del eje principal en
función de la sensibilidad del nivel de burbuja son válidas para teodolitos, taquímetros,
estaciones totales y brújulas taquimétricas que estén dotados de dicho elemento. En el
caso de las estaciones totales que dispongan de compensadores se utilizarán las
expresiones en función del estabilizador del compensador. En el caso de que el equipo
funcione con los compensadores desactivados se utilizarán las expresiones en función de
la precisión del nivel.
Hay autores que afirman que si el instrumento está dotado de
compensadores de doble eje, horizontal e índice vertical, se despreciarán estos errores.
7.2.2.2.‐ Error de dirección
Es el error que se producirá cuando
el eje principal del instrumento topográfico no
pase exactamente por el punto de estación, ó
también, cuando la mira, prisma o señal de
puntería a la que visamos, no se sitúe
perfectamente sobre el punto que
pretendemos medir. Este error sólo afecta a la Fig. 7.7. Error de dirección
medida de ángulos acimutales.
En la figura 7.7, sea E el punto de estación y P el punto al cual visamos.
Designamos por ee la máxima desviación admisible de la plomada del instrumento
topográfico utilizado respecto al punto de estación y por ep la separación máxima
admisible de la mira o señal de puntería respecto al punto visado. Se observa que el radio
ep es mayor que ee, hecho totalmente lógico, puesto que las dimensiones en planta de la
mira siempre serán mayores que el punto materializado sobre el terreno y, por tanto,
será difícil posicionarla exactamente. En el caso de utilizar jalones, sobre todo si están
dotados de nivel esférico, el valor de ep disminuye considerablemente.
Tomamos el caso más desfavorable, es decir, que se cometa el máximo error
admisible tanto con el instrumento topográfico como con la mira o jalón, de manera que
la visual sea tangente a ambos círculos por la parte interior.
Llamando eda al error de dirección, este ángulo será el que forme la recta EP
con la paralela a la visual más desfavorable trazada desde E.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 68
Topografía Unidad didáctica II
Siendo D la distancia reducida EP, se tiene:
ee + e p
sen eda =
D
Como eda es un ángulo muy pequeño, se puede sustituir el seno por el arco
expresado en radianes, obteniéndose como valor máximo admisible del error de
dirección expresado en segundos sexagesimales:
ee + e p
e da = 206265
D
Si utilizamos plomada mecánica y mira topográfica, se admite para el cálculo
del valor máximo del error: ee + ep = 5cm = 0,05m
Si se utiliza la plomada óptica y mira topográfica, el valor máximo del error
será: ee + ep = 2,5cm = 0,025m
Si utilizamos una estación total dotada de plomada óptica o láser y jalón porta
prisma con nivel esférico, el caso habitual, el valor máximo del error es: ee + ep = 1,25cm =
0,0125m
En cualquier caso, siempre puede ser calculado este error para cada
instrumento, teniendo en cuenta las condiciones específicas de la observación: altura de
estacionamiento, altura y estabilidad de prisma, etc.
Vemos que el error de dirección es inversamente proporcional a la distancia,
así, en trabajos topográficos en que esta es pequeña, el error de dirección es, con mucho,
el mayor de todos los errores accidentales.
7.2.2.3.‐ Error de puntería
Cuando visamos un punto con el anteojo de un instrumento topográfico, la
puntería consiste en mover el anteojo hasta hacer coincidir el centro de la cruz filar con el
punto que queremos colimar, que estará señalado por una mira o una señal de puntería.
Debido a imperfecciones de nuestra vista, el enrase de los hilos del retículo con la señal
nunca será perfecto y se cometerá un error de puntería.
En el caso de instrumentos óptico‐mecánicos:
• Observaciones cenitales.‐ Se adopta como error máximo
visando a una señal de puntería bien definida, enrasando el hilo
horizontal con la división de la señal:
20" 4A Fig. 7.8. Error de puntería.
e pc = (1 + )
A 100 Cenital enrasada
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 69
Topografía Unidad didáctica II
siendo A el número de aumentos del anteojo. En el caso de
visuales lanzadas a una mira topográfica, sin enrasar con la
separación entre divisiones y determinando a estima, por tanto,
la fracción de división, o en el caso de colimar prismas desde
grandes distancias, se admite un error máximo mayor:
50" 4A Fig. 7.9. Error de puntería.
e pc = (1 + ) Cenital no enrasada
A 100
• Observaciones acimutales.‐ Se admite que son más precisas que
las cenitales. La puntería estará bien realizada cuando el vertical
divide a la mira o el jalón en dos mitades aparentemente iguales.
El error máximo de puntería en observaciones de este tipo será:
10" 4A
e pa = (1 + )
A 100
Fig. 7.10. Error de puntería.
En el caso de estaciones totales: Acimutal
• Observaciones cenitales y acimutales.‐ Cuando se lanzan visuales sobre prisma, los
errores cenitales y acimutales dependen de la distancia de la visual. Así, si la distancia es
corta y se observa con claridad el prisma, la expresión del error
cenital y acimutal será:
20" 4A
e pc = e pa = (1 + )
A 100
Si la distancia es grande y no se puede observar con claridad el
prisma, se utilizará:
50" 4A Fig. 7.11. Error de puntería.
e pc = e pa = (1 + )
A 100 Estación total
Sin embargo, si para la medida del ángulo acimutal no se utiliza el prisma, sino que se visa
el jalón, la expresión que calcula en error máximo será:
10" 4A
e pa = (1 + )
A 100
7.2.2.4.‐ Error de lectura
En los instrumentos óptico‐mecánicos, el error de lectura es el cometido al
hacer la lectura sobre el dispositivo que permite leer valores de ángulo sobre los limbos.
Dicho dispositivo será un micrómetro. El error dependerá de la apreciación de dicho
micrómetro, que se define como la décima parte de la menor división, siempre que esa
menor división se vea con un tamaño aparente superior o igual a 2mm. El error máximo
será 2/3 de la apreciación m, expresada en segundos, tanto en observaciones cenitales,
como acimutales:
2
elc = ela = m"
3
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 70
Topografía Unidad didáctica II
Cuando se utiliza una estación total, el error de lectura dependerá del
dispositivo electrónico que permite leer ángulos sobre los limbos y cuya precisión p viene
indicada por el fabricante como la desviación típica para ángulos horizontales y verticales
(según ISO 17123‐3). Estos valores suelen expresarse en segundos sexagesimales o en
mgon (1 mgon = 10 segundos centesimales).
2
elc = e la = p
3
7.2.2.5.‐ Error angular total
Como se vio en el capítulo 4, el error total de una operación en la que
intervienen varias causas de error, independientes entre sí, será:
2
E a = eva + e2da + e2pa + e2la
en observaciones acimutales.
2
E c = evc + e2pc + e2la
en observaciones cenitales.
Todos los errores angulares aleatorios que hemos estudiado en este capítulo
están expresados en segundos y, por tanto, también lo estarán los errores totales Ea y Ec.
7.3.‐ MEDIDA DE DISTANCIAS. MEDIDA DIRECTA DE DISTANCIAS
Además de la medida de ángulos, se precisa en Topografía la medida de
distancias para que, a partir de ángulos y distancias, podamos calcular las coordenadas
planas del punto visado con relación al punto de estación.
Puesto que en Topografía interesa determinar distancias reducidas, los
instrumentos de medida de distancias deben disponer de procedimientos para reducir las
distancias naturales medidas con ellos. Estos procedimientos consisten en la
determinación, junto con la distancia natural, del ángulo vertical o bien del desnivel entre
los dos puntos cuya distancia medimos.
Las distancias se pueden medir mediante dos métodos:
Métodos directos.‐ Consisten en comparar la distancia a medir con un
instrumento patrón, cuya longitud se conoce.
Métodos indirectos.‐ Aprovechan determinadas propiedades para calcular
distancias, sin necesidad de que se establezca un contacto directo entre el
instrumento de medida y el terreno a medir. Son los más usados en
Topografía.
7.3.1.‐ Medida directa de distancias
Entendemos, por tanto, como medida directa de distancias la que consiste en
comparar la magnitud a medir con un instrumento de medida, previamente calibrado
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 71
Topografía Unidad didáctica II
(por ejemplo, cinta métrica). Esto se realizará superponiendo el instrumento de medida a
la magnitud real a medir y anotando el número de veces que la longitud de aquél entra
en ésta.
La medida directa constituye el método más sencillo para la medida de
distancias. Sin embargo, su uso ha quedado restringido a la medida de distancias muy
cortas y a la de la altura del instrumento. En Topografía, la forma más frecuente de medir
distancias son los métodos indirectos, bien estadimétricos o por medio de ondas.
Para pequeñas distancias, por ejemplo, medida de la altura del aparato, se
emplea el flexómetro. Para distancias mayores se emplea la cinta metálica, más precisa.
7.3.1.1.‐ La cinta métrica. El flexómetro
La cinta métrica utilizada en medición de distancias se fabrica en una
delgada lámina de acero, aluminio o fibra de vidrio. La longitud de las cintas métricas
es variable, las más usuales son de 10, 15, 20, 25, 30, 50 y 100m. Los flexómetros son
metálicos, de longitudes entre 1 y 10m y suelen incluir un mecanismo para el
rebobinado automático de la cinta.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 72
Topografía Unidad didáctica II
Existen cintas para mediciones de precisión, pero que requieren toda una
serie de procesos de estacionamiento y de correcciones por calibración, temperatura,
pandeo y pendiente. Todo esto hace que, como se comentó anteriormente, la medida
de distancia se realice habitualmente por métodos indirectos. En cualquier caso,
siempre pueden ser utilizadas, con las debidas precauciones.
También aquí se cometen errores sistemáticos y aleatorios o accidentales.
Entre los primeros tenemos errores por falta de alineación, de horizontalidad, de
pandeo y por falta de contraste. Los errores aleatorios son de lectura y falta de
coincidencia de un tramo y del siguiente. Teniendo en cuenta ambos tipos de errores,
se establece una estimación del error medio, según las expresiones:
En terreno fácil: e = 0 ,00032 L + 0 ,0022 L
En terreno difícil: e = 0 ,00032 L + 0 ,0078 L
donde L es la distancia medida.
7.4.‐ MEDIDA INDIRECTA DE DISTANCIAS POR METODOS ESTADIMETRICOS
Aunque el fundamento es sencillo, la medición de distancias por métodos
directos es una operación complicada, larga, tediosa y costosa cuando la distancia es
larga o el terreno es irregular, de manera que la mayoría de las distancias no se
pueden medir con este método. Para la medida de distancias en Topografía se
emplean, normalmente, métodos indirectos.
El primero de los métodos que vamos a estudiar es el método estadimétrico.
7.4.1.‐ Fundamento de los métodos estadimétricos
Si observamos una regla vertical,
o mira topográfica, a través del espacio que
queda entre dos listones separados vertical‐
mente una distancia h, tendremos, por
semejanza de triángulos (figura 7.15):
D H d
= D= H
d h h
siendo d la distancia del ojo a los listones, D
la distancia del ojo a la regla y H la longitud
del tramo de regla que abarca la vista entre
los dos listones. Fig. 7.15. Fundamento de la estadimetría
Conociendo el valor de las otras tres magnitudes, podremos calcular la
distancia D. Este es el fundamento de los métodos estadimétricos para la medida
indirecta de distancias.
D=K H
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 73
Topografía Unidad didáctica II
Existen distintas formas de aplicar la expresión fundamental de la estadía, lo
que da lugar a tres categorías o tipos de estadímetros. La que utilizan normalmente los
instrumentos topográficos es la denominada 1ª categoría, en la que permanece
constante la relación d/h=K y lo que varía es la magnitud H que abarca nuestra vista sobre
la regla graduada. La constante K se denomina constante diastimométrica y los anteojos
suelen construirse de manera que su valor sea 100.
En la práctica, los dos listones se sustituyen
por dos hilos horizontales grabados en el retículo del
anteojo y equidistantes del hilo central denominados
hilos estadimétricos (figura 7.16). Esta categoría de
estadímetros se denomina también de mira variable e
hilos fijos. La mayor de las tres lecturas, lectura superior
Ls, será la correspondiente al hilo que ocupa la posición
superior (HS en la figura 7.18), la lectura inferior Li co‐
Fig. 7.16. Retículo estadimétrico
rresponderá al hilo que ocupa la posición inferior (HI) y la
lectura axial o central Lc corresponde al hilo central (HC). Como cada una de estas lecturas
de mira corresponde a la distancia desde donde está apoyada la mira hasta la posición del
hilo, la magnitud H se obtendría:
H = LS - LI
Por tanto, la expresión para el
cálculo de la distancia mediante la
estadimetría, para visuales horizontales sobre
una mira topográfica situada verticalmente,
será:
D = K (LS - LI)
En el caso más general, visuales
inclinadas, la expresión a emplear debe tener Fig. 7.17. Visuales inclinadas
en cuenta la inclinación de la mira respecto a
la visual y la de ésta respecto a la horizontal, por lo que será (figura 7.17):
D = K (LS - LI) cos2α = K (LS - LI) sen2φ
siendo α la altura de horizonte y φ la distancia cenital de la
visual.
La lectura debe tomarse hasta la cifra corres‐
pondiente a los milímetros o medios milímetros en miras de
nivelación, cuya menor división en un doble milímetro o
milímetro, aunque en miras divididas en centímetros esta
cifra no podrá leerse con mucha exactitud.
Para hacer una lectura de mira anotaremos las Fig. 7.18. Lectura de mira
lecturas de los tres hilos del retículo, comprobando que no
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 74
Topografía Unidad didáctica II
hay equivocación: la lectura del hilo central coincide con la media aritmética de las de los
hilos extremos:
Ls + L i
Lc =
2
Es una práctica nada recomendable la de anotar directamente la diferencia
entre las lecturas extremas, ya que no permite comprobación.
7.5.‐ MEDIDA INDIRECTA POR MÉTODOS ELECTRÓNICOS
La medida de distancias mediante estadimetría acarrea grandes errores
además de no poder medir grandes distancias. Todo esto llevó a que a mediados del
siglo XX se iniciasen los estudios para medir la distancia mediante ondas y obtener así
un método de medida indirecta de distancias más preciso y que permitiera medir
grandes distancias.
7.5.1.‐ Sistema en la medición de distancia. Comparación de fase
Para medir las distancias mediante ondas existen dos posibles métodos:
Medir el tiempo invertido por una señal, de velocidad conocida, en recorrer
una distancia. Para ello es necesario disponer de un reloj de muy alta
precisión.
Comparar la onda original con la reflejada desde el punto al que se quiere
medir la distancia, determinando el desfase entre ambas y calculando así la
distancia.
Es este segundo método el que utilizan prácticamente todos los
instrumentos utilizados en Geodesia y Topografía.
En función del tipo de onda utilizada, los medidores electrónicos de
distancia se pueden clasificar en los siguientes grupos:
Equipos electromagnéticos. Telurómetros
La onda portadora está incluida en la zona de las microondas del espectro
electromagnético, con una longitud de onda (λ) comprendida entre 1m y 1cm
aproximadamente. Estos equipos pueden medir distancias mayores de 150km, con
precisiones del orden de 10mm±3ppm. Necesitan un reflector activo que emita una
onda de retorno y no precisan una colimación precisa entre emisor y reflector. Su
utilización principal es la medida de largas distancias propias de las triangulaciones
geodésicas.
Equipos electroópticos. Geodímetros y distanciómetros
Si la onda portadora utilizada pertenece a la zona visible del espectro, con
λ entre 0,7 y 0,4μm, son los denominados geodímetros o distanciómetros de luz
visible. La fuente de la portadora suele ser un láser gaseoso de Helio‐Neón. El alcance
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 75
Topografía Unidad didáctica II
máximo suele estar en torno a los 60km y con precisiones del orden de 5mm±1ppm. El
reflector es pasivo y su utilización fundamental es en triangulaciones geodésicas.
Cuando la onda utilizada se sitúa en el infrarrojo, con λ entre 1,2 y 0,7μm
estamos ante los denominados distanciómetros infrarrojos, que son los instrumentos
que habitualmente utilizamos en Topografía. En este caso, la fuente de la portadora
suele ser un diodo de arseniuro de Galio (GaAs). Utilizan reflectores pasivos y tienen
un alcance máximo de 20km con precisiones de 5mm±1ppm. Los utilizados
normalmente en los instrumentos topográficos no superan los 5km y pueden alcanzar,
en los instrumentos más precisos, valores de 0,2mm±0,2ppm.
Actualmente existen en el mercado equipos que pueden efectuar mediciones
de distancia sin reflector. Estas distancias no
suelen superar los 100m, aunque existen
equipos que pueden realizar este tipo de
mediciones para distancias superiores a
1.000m. La distancia que se puede medir
depende tanto del distanciómetro como de la
rugosidad y el color de la superficie sobre la
que mide. Se trata también de
distanciómetros infrarrojos con el mismo tipo
de diodo para la generación de la portadora,
pero que bajo determinadas condiciones
consiguen mayores rendimientos de éste. Sus
precisiones son semejantes a las indicadas Fig. 7.19. Estación total y prisma
anteriormente.
El procedimiento utilizado en este último tipo de aparatos para la medida de
distancias se denomina comparación de fase y es el siguiente: El emisor, un diodo de
arseniuro de galio, emite una onda, perteneciente a la zona infrarroja del espectro, que
actúa como portadora de una determinada frecuencia, por consiguiente, con una
determinada longitud de onda. La señal viaja hasta el punto extremo de la alineación a
medir y allí es devuelta por un prisma de reflexión total, construido generalmente de
vidrio con forma de triedro trirrectángulo y paredes especulares. La onda reflejada es
captada de nuevo, en el distanciómetro, por un fotorreceptor, normalmente un
fotodiodo, en el que se generará una corriente que se traduce en información para el
microprocesador.
Por tanto, el recorrido total realizado
por la señal es el doble de la distancia a calcular D.
Esta distancia se mide gracias a la modulación que
se induce sobre la onda portadora, ya que a cada
frecuencia corresponde una determinada longitud
de onda λ, de manera que si conocemos el número
de longitudes de onda N que ha descrito la señal
desde la salida del distanciómetro hasta su nueva
recepción, conoceremos la distancia en una Fig. 7.20. Medida de la distancia.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 76
Topografía Unidad didáctica II
primera aproximación. Para determinar este número de longitudes de onda, los
distanciómetros utilizan hasta cuatro longitudes de onda distintas.
Para calcular con precisión la distancia se usa una onda de frecuencia
conocida y se compara a la salida del emisor y a su regreso, en el receptor, a fin de
conocer el desfase δ producido entre ambas situaciones (figura 7.20). A partir de este
dato se calcula, ya con alta precisión, la distancia, con la expresión:
δ
2 D=N λ+ λ
2π
7.5.2.‐ Precisión de un distanciómetro
El error que se produce en la medida de una distancia con un distanciómetro
se expresa, como ya hemos visto, de la siguiente forma: Amm+Bppm.
La existencia de dos componentes es debida a que existen errores que son no
proporcionales o independientes de la distancia medida (A) y que se expresan como un
valor en milímetros y errores que son directamente proporcionales a la distancia medida
(B) y que se expresan como partes por millón, o lo que es lo mismo, milímetros por
kilómetro medido.
A continuación vamos a estudiar brevemente los errores que componen cada
parte.
7.5.2.1.‐ Errores proporcionales a la distancia
Los errores serán:
Corrección atmosférica
Como ya se ha visto, la medida de la distancia depende de la longitud de onda
y ésta es función de la velocidad de propagación en el medio y de la frecuencia. La
longitud de onda se calcula teóricamente en función de la velocidad de la luz en el vacío,
pero en la atmósfera la velocidad de propagación de la onda es inferior, dependiendo de
las condiciones atmosféricas (temperatura y humedad).
La cantidad de vapor de agua contenida en el aire está relacionada con la
presión atmosférica y esta última es mas fácil de calcular que la humedad, por lo que
suele ser éste el valor utilizado.
Las casas fabricantes suministran los distanciómetros con unos valores de
corrección que aplica directamente el equipo. Pero estos valores corresponden a unas
condiciones atmosféricas que no suelen ser las que se dan en el momento de la medición,
por lo que, si queremos que el valor de la distancia sea preciso, debemos indicar al
equipo los valores de temperatura y presión atmosférica en ese momento.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 77
Topografía Unidad didáctica II
Al distanciómetro se le podrán introducir estos valores y él calculará
automáticamente la corrección, o en el manual dispondrá de una gráfica donde, entrando
con los valores de temperatura y presión ó humedad, nos indicará en valor de corrección
que debe ser introducido en el equipo
Error producido por la frecuencia de modulación
Si se producen variaciones en la frecuencia de modulación de la portadora
cambia la longitud de onda, lo que conlleva que para una misma distancia varíe el
número de ciclos y por tanto la medición de la distancia por parte del distanciómetro.
Este error se suele producir por desajustes del oscilador y solo puede ser medido e
introducido el valor de corrección en el equipo por laboratorios especializados.
Además de estos errores, también es aplicable el error de refracción
atmosférica, que se explicará en el Tema 13, y que suele ser corregido automáticamente
por el equipo.
7.5.2.2.‐ Errores no proporcionales a la distancia
Estos errores serán:
Errores del distanciómetro. Constante del instrumento
No coincidencia del centro geométrico y el centro eléctrico del
distanciómetro (punto desde el que se emite la onda). Toda distancia medida por un
equipo topográfico se debe referir a un punto del eje principal de dicho equipo, lo que
permita la proyección precisa sobre el punto de estación. Si el centro eléctrico del
distanciómetro no coincide con dicho eje principal, se debe tener en cuenta el
desplazamiento para el cálculo de la distancia. Es un valor constante y depende del
diseño del equipo.
Errores del reflector. Constante del prisma
La onda incidente llega al reflector y, tras sufrir tres reflexiones, sale del
reflector en una dirección paralela a la de llegada y con sentido contrario. Debido al índice
de refracción del cristal y a las reflexiones sufridas se producirá una variación en la fase de
la onda, lo que implica la determinación de un valor de distancia a corregir en el cómputo
general. La posición del prisma respecto a la vertical del punto señalado por el jalón
también debe ser tenida en cuenta. Se debe indicar al equipo el prisma que está
utilizando o, en su defecto, la constante de dicho prisma, para que la utilice en el cálculo
de la distancia.
7.5.3.‐ Errores aleatorios ó accidentales en la medida de la distancia por métodos
electrónicos
Los errores serán los siguientes:
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 78
Topografía Unidad didáctica II
Error en la medida de la distancia mediante distanciómetro (ed)
Es el error estudiado anteriormente y que viene indicado para cada equipo
por parte del fabricante bajo la expresión: Amm+Bppm. El valor indicado es el error
estándar o desviación típica, obtenido para ese equipo. Lo denotaremos como ed.
Error de dirección (ee y ep)
Ya explicado para medida de ángulos, sólo que aquí utilizaremos
independientemente los valores de error para el punto de estación ee y para el punto
visado ep con los siguientes valores de error:
ee con plomada mecánica: 0,0275m.
ee con plomada óptica o láser: 0,0025m.
ep con jalón: 0,01m.
ep con trípode dotado de plomada óptica o láser: 0,0025m.
Error de inclinación del jalón (ei)
Es el error que se comete en la medida de la distancia por la inclinación del
jalón porta prisma.
La situación normal es que el jalón esté dotado de nivel esférico, pero la
evidente dificultad de mantenerlo calado o la posibilidad de rotura o desajuste de éste
hace que se tomen, a la hora de determinar los errores máximos aleatorios los siguientes
valores:
g
β con nivel esférico: 1
g
β sin nivel esférico: 3
La posición del jalón perfectamente
nivelado permite calcular la distancia EP, pero
debido al error de inclinación la distancia
calculada será EP´, con lo que el error cometido
Fig. 7.21. Error de inclinación del jalón.
es P”P´. Como ya hemos indicado, la máxima
inclinación del jalón no pasará de 3g, porque esa inclinación ya es detectable a simple
vista. Este ángulo hace que se pueda considerar despreciable la distancia PP” y por tanto
iguales EP y EP”. Por esto, calcularemos EP´ como la suma de EP y P”P´.
Para obtener el valor de ei = P”P´ utilizamos el triángulo BP”P´. Sabiendo que
α es la altura de horizonte de la visual, β la inclinación del jalón y Ap la altura del prisma
se aplica el teorema del seno en el citado triángulo y se obtiene:
ei Ap
=
sen β sen (100 + α )
y despejando, el error máximo debido a la inclinación del jalón será:
Ap sen β Ap sen β
ei = =
sen (100 + α ) cos α
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 79
Topografía Unidad didáctica II
En el caso de utilizar prisma sobre trípode este error no se contempla.
Error total en la medida de distancia con distanciómetro
Por las mismas razones que se explicaron en la medida de ángulos, la
expresión del error aleatorio total en la distancia será:
E d = ed2 + ee2 + e p2 + ei2
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 80
Topografía Unidad didáctica II
TEMA 8. NIVEL
8.1.‐ MEDIDA DE DESNIVELES
Los instrumentos topográficos pueden medir diferencias de altitud
(desniveles) entre el punto de estacionamiento y el punto medido. La determinación
de la altitud de este último se obtiene a partir de la altitud del punto de
estacionamiento y del desnivel calculado, mediante lo que conocemos por arrastre de
coordenadas.
Los dos procedimientos más habituales para la medida de desniveles son
(figura 8.1):
Con visuales horizontales: Se emplean
instrumentos cuyos anteojos se sitúan
en posición horizontal. El desnivel
viene dado por la diferencia entre la
altura del anteojo con relación al
punto de referencia y la lectura
realizada sobre una mira topográfica,
o por la diferencia entre dos lecturas
de mira en puntos distintos.
Con visuales inclinadas: Se emplean Fig. 8.1. Procedimientos de cálculo de
instrumentos cuyo anteojo es capaz desniveles
de moverse en el plano vertical. Para el
cálculo del desnivel debe tenerse en cuenta el ángulo vertical y la distancia
reducida entre el punto de referencia y el punto medido.
Los instrumentos más especializados para la medida de desniveles son los
niveles o equialtímetros, de visual horizontal. Los taquímetros y las estaciones totales
permiten determinar desniveles mediante visuales inclinadas, pero las precisiones
alcanzadas son siempre inferiores a las obtenidas con nivel.
8.2.‐ ESQUEMA GENERAL Y FUNDAMENTO DEL NIVEL
El esquema general de un nivel
es sencillo: Un anteojo y un dispositivo de
nivelación, nivel de burbuja sólo o
acompañado de otros mecanismos, que
permita conseguir la horizontalidad del eje
de colimación del citado anteojo. Para
conseguir esto, el eje de colimación y el eje
del nivel deben ser paralelos, y ambos
perpendiculares al eje principal del
Fig. 8.2. Esquema general del nivel
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 81
Topografía Unidad didáctica II
instrumento. Para facilitar la nivelación se cuenta con los tornillos de la plataforma
nivelante (figura 8.2).
Este esquema básico se completa con una serie de dispositivos:
Los anteojos suelen ser estadimétricos, para permitir la determinación de la
distancia reducida entre el punto de estación y el punto visado. Si no lo son,
pueden disponer de un sistema para la medida de esa distancia mediante
métodos electrónicos.
Los niveles suelen incorporar también un limbo acimutal, generalmente de
poca apreciación, sobre el que se leerán ángulos mediante micrómetros o
de forma electrónica. Puesto que el anteojo del nivel ocupará una posición
horizontal, no tiene sentido incorporarle un eclímetro, por lo que los niveles
nunca medirán ángulos verticales.
No suelen incorporar plomadas ópticas ni láser, ya que para la puesta en
estación en niveles no es imprescindible.
Los instrumentos que disponen de medida electrónica permiten el archivo y
descarga de los datos de campo, así como la obtención de resultados in
situ.
El fundamento de la determinación del desnivel con este instrumento
consiste en garantizar que la visual lanzada por él es rigurosamente horizontal, lo que
constituye un plano de comparación para distintos puntos del terreno. La forma de
garantizar la horizontalidad es lo que da lugar a la existencia de distintos tipos de
niveles, que estudiaremos más adelante.
El cálculo del desnivel con éste
instrumento se puede realizar
estacionándolo sobre un punto y
colocando una mira topográfica sobre el
otro punto entre los que se quiere
determinar el desnivel. La expresión será,
tal como se deduce de la figura 8.3 Fig. 8.3. Método del punto extremo
(método del punto extremo):
Z BA = i A - mB
Siendo iA la altura del instrumento y mB la lectura del hilo axial del retículo.
En el caso de que la cruz filar sea estadimétrica, conviene tomar las tres lecturas y
efectuar la comprobación que ya conocemos.
Los niveles suelen ser aparatos
muy precisos, por lo que la aparición en la
expresión anterior del término iA, que
siempre introduce un error importante, es
indeseable. Para eliminarla se emplea
ventajosamente el método del punto medio
(figura 8.4.), consistente en estacionar el nivel
en una posición intermedia entre los dos Fig. 8.4. Método del punto medio
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 82
Topografía Unidad didáctica II
puntos cuyo desnivel se pretende determinar. Esta posición E no tiene porqué estar
alineada con los dos puntos, es suficiente con que las distancias desde el
estacionamiento a cada una de las posiciones de la mira sean aproximadamente
iguales.
El desnivel ZAB se determina entonces como la suma del desnivel de B
respecto a E y la de E respecto a A. Como sabemos:
Z BE = i E - mB
Z EA = - ZEA = - ( i E - m A ) = mA - i E
El desnivel de B respecto a A será:
Z AB = Z AE + Z EB = m A - i E + i E - mB = m A - mB
Con este método no es necesario, por tanto, medir la altura del aparato.
8.3.‐ CAUSAS DE ERROR EN LOS NIVELES
Los errores aleatorios o accidentales que pueden producirse en las
mediciones con nivel analógico, de línea o automático, son:
Error de horizontalidad del eje de colimación:
Es el error que se comete cuando, al
lanzar la visual a la mira topográfica, el eje de
colimación no queda en una posición
perfectamente horizontal. Como, por construcción,
este eje es perpendicular al eje principal, lo que
hacemos es verificar la verticalidad de éste.
En la figura 8.5 vemos que, en un instru‐
mento topográfico estacionado en el punto O, OV es
Fig. 8.5. Error de horizontalidad del
la vertical del lugar o posición exacta que debería eje de colimación
ocupar el eje principal y OE es la posición que ocupa
realmente el eje principal en una determinada observación, que forma un ángulo e con la
vertical. Al lanzar la visual, se produce un error de horizontalidad del eje de colimación
que dependerá de e (de su magnitud y de la dirección en que se produce) y de la
dirección de la visual. En el caso más desfavorable (figura 8.5), si el eje principal se inclina
en la dirección de la visual, todo el error e se transmite a ésta.
Este error es el que se explicó en el tema 7 como error de verticalidad del eje
principal para observaciones cenitales y, como se indicó, el valor adoptado será:
1
eh = s"
3
Siendo s la sensibilidad del nivel de burbuja.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 83
Topografía Unidad didáctica II
Cuando el nivel disponga de un dispositivo que mejore la precisión del nivel
de burbuja (nivel de coincidencia o de burbuja partida) se considerará la sensibilidad
de este dispositivo.
Cuando se trate de un nivel automático, que disponga de un dispositivo
distinto del nivel de burbuja para garantizar la horizontalidad del eje de colimación
(compensador), se utilizará la desviación típica de éste. Su valor depende de la
precisión del instrumento, pero suele ser menor de 1”.
Error de puntería:
Este error ya se explicó en el tema 7. En el caso del nivel no se podrá elegir un
punto de la mira para enrasar el hilo horizontal sino que, normalmente, no coincidirá con
una división de ésta, por lo que se deberá estimar la fracción de división no completa. En
este caso, el error máximo admisible será:
50" 4A
ep = ( 1+ )
A 100
Siendo A el número de aumentos del anteojo.
Este será en caso de los niveles de línea y de los analógicos automáticos,
que utilizan mira topográfica.
Como los errores anteriores se calcularon en segundos, el error total,
también en segundos, vendrá dado por la expresión:
E n = eh2 + e p2
Los niveles electrónicos suelen indicar en los manuales metodologías de
ajuste por medio de series de mediciones (norma ISO 17123‐2), que permiten
determinar para el instrumento los valores de corrección necesarios que permitan
alcanzar las precisiones indicadas, normalmente como desviación estándar en 1km. En
estos instrumentos también se debe tener en cuenta la precisión de la mira de código
de barras utilizada.
8.4.‐ CLASIFICACIÓN Y TIPOS DE NIVELES
En la actualidad, los tipos de niveles que se puede encontrar son
básicamente dos: los analógicos automáticos y los electrónicos automáticos. Los
primeros utilizan miras topográficas convencionales y los segundos miras de código de
barras.
Sin embargo, antes de pasar a describir estos tipos de niveles, repasaremos
brevemente otros tipos anteriores.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 84
Topografía Unidad didáctica II
8.4.1.‐ Niveles de plano y de línea
Nivel de plano
Es el tipo clásico de nivel. La horizontalidad de las visuales se consigue con
un nivel de burbuja muy sensible y un sistema de tornillos nivelantes. Por tanto, una
vez nivelado el instrumento de forma semejante a un taquímetro, al girar el eje de
colimación en torno al eje vertical debe describir un plano horizontal, lo que justifica el
nombre de éste tipo de niveles.
En la práctica, la sensibilidad de los niveles de burbuja está limitada. Ya
hemos explicado que en un nivel tórico a mayor radio de curvatura corresponde mayor
sensibilidad, pero radios de curvatura muy grandes no son prácticos por la dificultad
de mantener calada la burbuja. Cualquier defecto constructivo que suponga que el eje
de colimación no sea perfectamente paralelo a la plataforma nivelante, que contiene
el nivel de burbuja, va a introducir errores en la medición.
Este tipo de niveles no se utiliza en la actualidad.
Nivel de línea
En los niveles de línea la horizontalidad se
consigue independientemente para cada visual. Disponen de
un nivel de burbuja esférico, para nivelar groseramente el
instrumento con ayuda de los tornillos nivelantes, y de un
nivel de burbuja más preciso, que se mueve con el anteojo y
cuyo eje debe ser paralelo, por construcción, al eje de
colimación. Este nivel de burbuja va provisto de un tornillo
de basculamiento fino, que permite imprimir pequeños giros Fig. 8.6. Nivel de línea
verticales al conjunto anteojo‐nivel de burbuja, posibilitando
el calado de la burbuja.
Es imprescindible calar la burbuja de este nivel de burbuja una vez
colimado cada punto y antes de efectuar la lectura de mira. Cuando posteriormente
colimemos otro punto, debemos repetir el proceso, ya que por el procedimiento
descrito sólo se garantiza la horizontalidad de la
visual para la que hemos calado la burbuja. Por
eso este tipo de instrumentos se les denomina
niveles de línea.
El sistema que hemos descrito
supone, como ya hemos comentado, que el eje
del nivel de burbuja es paralelo al eje de
colimación. Cualquier defecto que impida que
se cumpla esta condición va a suponer la
aparición de errores de medición. Fig. 8.7. Nivel de línea reversible
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 85
Topografía Unidad didáctica II
Para evitarlo se construyen los denominados niveles de línea reversibles,
en los cuales el anteojo y el nivel de burbuja pueden girar 1800 en torno a un eje que
debe coincidir con el de colimación. El objetivo es poder lanzar dos visuales a cada
punto, una con el anteojo en posición normal y otra con el anteojo girado. Daremos
como resultado el promedio de las dos lecturas. Antes de realizar cada una de las dos
lecturas, debemos calar la burbuja con el tornillo de basculamiento fino. Como se
aprecia en la figura 8.7, cualquier falta e paralelismo entre ejes que introduzca un error
en la lectura en posición normal, supone un error igual y de sentido contrario en la
posición girada, siempre que hayamos tenido la precaución de nivelar antes de
efectuar cada una de las lecturas.
Si el eje del nivel de burbuja y el eje de colimación forman un ángulo α una
vez nivelado el instrumento en la primera posición, formarán el mismo ángulo una vez
nivelado en la segunda posición. Por tanto, los errores e1 y e2 son iguales y de signo
contrario. Si la lectura correcta es m, las lecturas que obtendremos serán:
m + e1 y m + e2 = m - e1
El resultado de la medición será:
( m + e1 ) + ( m - e1 )
mR = =m
2
Para que le nivel de burbuja pueda ser empleado en las dos posiciones del
anteojo, debe tratarse de un nivel de burbuja de doble cara, cuyo fundamento ya
conocemos. Habitualmente, los niveles reversibles incorporan un nivel de burbuja de
doble cara y de coincidencia.
Como hemos indicado, la doble lectura realizada con niveles de línea
reversibles supone la eliminación de todos los errores sistemáticos. En consecuencia,
siempre que se trabaje de esta forma, este tipo de niveles no precisa de ninguna
corrección.
Este tipo de niveles consigue altas precisiones, pero debido al laborioso
proceso de toma de datos no se encuentran ya en el mercado. Sin embargo, puesto
que aún existen equipos en funcionamiento, es necesario conocerlo.
8.4.2.‐ Niveles analógicos automáticos
Este tipo de niveles está constituido
por instrumentos dotados de dispositivos
compensadores que obligan a que la visual sea
horizontal, dentro de ciertos límites. Utilizan
miras topográficas convencionales o parlantes.
Están provistos de un nivel de
burbuja esférico, que permite realizar una
nivelación grosera con ayuda de los tornillos
Fig. 8.8. Nivel analógico automático
nivelantes. Una vez realizada esta operación, el
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 86
Topografía Unidad didáctica II
ángulo que el eje principal del nivel forma con la vertical el mismo que forma el eje de
colimación con la horizontal y caerá dentro de los límites de actuación del mecanismo
compensador, que es del orden de 10 a 15´. Así, la nivelación definitiva se realiza
automáticamente, llegando a precisiones del compensador inferiores a 1” (0,3 – 0,5”).
A continuación se realiza la lectura de mira.
Por tanto se trata de niveles cuya precisión depende de la del
compensador, pero que pueden llegar a altas precisiones, y que tienen siempre la
ventaja de su sencillez y rapidez de uso, por lo que son muy empleados.
Existen distintos mecanismos para el dispositivo compensador, entre ellos:
espejos compensadores, prismas suspendidos, mecanismos pendulares con o sin
amortiguación, etc.
8.4.3.‐ Niveles electrónicos automáticos
También denominados niveles electrónicos
de código de barras por el tipo de mira que utilizan. Sus
precisiones son variables, desde equipos de obra a los
de máxima precisión.
Presentan la particularidad de realizar la
medida de desniveles y de distancias de forma
automática, lo que les permite almacenar los datos y Fig. 8.9. Nivel electrónico
transferirlos a un ordenador personal o realizar cálculos automático
en el propio instrumento. Disponen de un dispositivo compensador semejante a los de
los niveles analógicos pero con control electrónico del rango de inclinación.
El método de trabajo es semejante a los niveles analógicos automáticos: En
primer lugar se cala el nivel de burbuja esférico para que el eje de colimación esté
dentro del rango de trabajo del compensador y a continuación se pulsa la tecla de
medida para todas las posiciones de la mira. Se reducen los tiempos de medida y se
facilita el trabajo al eliminar la lectura de mira, aunque normalmente disponen de
retículo que permite la toma de datos como en un nivel analógico automático.
Estos niveles electrónicos utilizan dos principios de funcionamiento para la
lectura sobre la mira de código de barras: El de correlación y el basado en
transformadas de Fourier. El primero utiliza una base de datos de la mira de código de
barras de la que dispone y con la que compara la imagen de la mira captada por el
detector para la lectura que está realizando, obteniendo así la altura de mira y la
distancia. Y el segundo transforma la imagen de la mira al dominio de la frecuencia
para determinar los datos de la visual.
Estos equipos pueden realizar mediciones aunque parte de la mira de
código de barras quede oculta por obstáculos o fuera de campo. Pero para que la
medida sea posible esta sección de mira no observada no debe superar el 20 o 30%,
según equipos.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 87
Topografía Unidad didáctica II
8.4.4.‐ Niveles láser
La utilización del láser en los niveles da lugar
a dos tipos de niveles láser: rotatorios y lineales.
Niveles láser rotatorios
Disponen de un emisor láser que proyecta un
haz sobre un prisma pentagonal que rota por la acción
de un motor eléctrico. Este haz genera un plano en el
Fig. 8.10. Nivel láser rotatorio
espacio que puede ser horizontal, vertical o de un ángulo
determinado, dependiendo de las características del
nivel.
El instrumento monta niveles de burbuja y
dispositivos compensadores para garantizar la nivelación.
La velocidad de giro del haz es variable según los
instrumentos. El alcance del láser es también variable,
pudiendo ser el radio mayor de 400m. Los instrumentos de
este tipo no suelen alcanzar nivelaciones de alta precisión, Fig. 8.11. Detector
pero son muy útiles en nivelaciones de obra.
En las distintas aplicaciones puede bastar con
la presencia del láser visible o pueden utilizarse
detectores, que son sensores que determinan el eje del
haz láser recibido. Pueden utilizarse de forma
independiente o unidos a una mira convencional y suelen
disponer de una pantalla de cristal líquido y señales
acústicas para indicar la posición del eje del láser.
Niveles láser lineales
Fig. 8.12. Nivel láser lineal
Utilizan un láser semejante a los anteriores
pero sin rotación y su utilización principal es la de alineación
de tuberías. Disponen de dispositivos de nivelación y pueden
emitir el láser con la inclinación que se le indique. Disponen
también de señales de puntería para colocar en el extremo
opuesto de la alineación.
Fig. 8.13. Señal de puntería
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 88
Topografía Unidad didáctica II
9. ESTACIÓN TOTAL
9.1.‐ TEODOLITO Y TAQUÍMETRO
El teodolito es un instrumento óptico‐mecánico que responde a la definición
de goniómetro completo, ya que mide ángulos horizontales y verticales con muy alta
precisión. Estas precisiones exigen alta sensibilidad de los niveles de burbuja, grandes
aumentos del sistema óptico de los anteojos y mucha apreciación de los limbos, hasta
0,1”. Todo lo anterior hizo que fuese un instrumento fundamental para, por ejemplo, la
realización de las redes geodésicas y en los trabajos geodésicos y topográficos de muy
alta precisión.
El taquímetro, o teodolito‐taquímetro, fue el instrumento óptico‐mecánico
más utilizado en trabajos topográficos. Se trata de un instrumento que, a los elementos
de medida de ángulos acimutales y verticales propios del teodolito, incorpora la
posibilidad de medir distancias, gracias a un anteojo estadimétrico. De esta forma, es
posible determinar las coordenadas de cualquier punto visado con relación al punto de
estación.
Los taquímetros tienen apreciaciones angulares inferiores a los teodolitos,
entre 10 y 2m. Mayores apreciaciones son inútiles ya que al visar a una mira topográfica
s
parlante el error de dirección superará al de lectura. En ambos instrumentos, los anteojos
son de analatismo central.
El esquema general de un teodolito o de un
taquímetro es semejante, y se recoge en la figura 9.1,
separando sus tres bloques fundamentales:
El bloque A constituye la alidada horizontal. En él
se sitúa el eclímetro (1), con los tornillos de presión y
coincidencia del movimiento de giro del anteojo en torno al
eje secundario (2) y el propio anteojo (3). Puede observarse
también un nivel de burbuja (4), el índice de lectura acimutal
(5) y un juego de tornillos de presión y coincidencia (6) para el
giro en torno al eje vertical. El bloque A termina en un eje
vertical (7) que se aloja en otro eje hueco del bloque B.
En el bloque B se encuentran el limbo horizontal
(8) y un eje hueco (9) que aloja al eje (7) y a su vez se
introduce en otro eje hueco del bloque C.
El bloque C incluye la base nivelante y un tercer Fig. 9.1. Esquema teodolito
o taquímetro
juego de tornillos de presión y coincidencia (10), también para
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 89
Topografía Unidad didáctica II
el giro en torno al eje vertical.
En el teodolito o el taquímetro pueden darse dos tipos de movimientos en
torno al eje vertical (principal) del aparato. Si fijamos el tornillo de presión (6) y soltamos
el (10), el movimiento de giro horizontal arrastra a los bloques A y B y, por tanto, al limbo
horizontal. Este giro se llama movimiento general del instrumento. Si, por el contrario,
fijamos el tornillo de presión (10) y soltamos el (6), lo que se mueve es el bloque A,
permaneciendo fijo el conjunto de los bloques B y C. Este giro, que no arrastra el limbo
acimutal, se denomina movimiento particular de la alidada acimutal. El movimiento
general arrastra el limbo horizontal y el índice de lectura unidos solidariamente, por lo
que la lectura no varía. El movimiento particular, por el contrario, arrastra el índice pero
no el limbo, por lo que la lectura varía a medida que gira la alidada acimutal.
La existencia de estos dos movimientos nos permite hacer coincidir la
graduación cero del limbo acimutal con una visual determinada y referir a ella todas las
lecturas. Frecuentemente se toma como referencia la dirección del Norte verdadero, de
forma que las lecturas tomadas sean acimutes. Esta operación se conoce como orientar el
aparato y se estudiará posteriormente.
Normalmente los aparatos van blindados para proteger sus componentes
(limbos, sistemas ópticos, etc.), pero todos ellos responden al esquema general que
acabamos de estudiar.
Ambos tipos de equipos fueron utilizados en Geodesia y Topografía hasta
hace unas décadas, cuando el desarrollo de la medida de ángulos y distancias por
métodos electrónicos dejó obsoletos estos equipos óptico‐mecánicos.
9.2.‐ ESTACIÓN TOTAL
La estación total permite la medida de ángulos y distancias, al igual que el
taquímetro, con la diferencia de que ambas magnitudes se miden electrónicamente.
Como se vio en el tema 7, el fundamento de la medida electrónica de ángulos
consiste en la medición y transformación de un valor angular analógico en un valor
digital, obteniendo la medida angular a través de un microprocesador y pudiendo
alcanzarse altas precisiones sin el lento proceso de lectura de ángulos en micrómetros
encuadrados.
En el caso de la medida de distancias, la estadimetría no permite grandes
precisiones ni mediciones a grandes distancias, lo que sí puede lograrse mediante la
medición electrónica de distancias, que se estudió en el tema 7.
Ambas razones hacen que los teodolitos y taquímetros hayan sido sustituidos
ventajosamente por las estaciones totales, de las que existe una gran variedad de
modelos que cubren los distintos rangos de precisión.
Las estaciones totales están equipadas con software que permite:
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 90
Topografía Unidad didáctica II
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 91
Topografía Unidad didáctica II
9.3.2.‐ Orientación
En el apartado 7.1.2.1 se explicó que el limbo horizontal tiene la
particularidad de poder situar su cero u origen de mediciones en una posición
determinada. Este hecho permite la orientación del instrumento topográfico, que podrá
ser al Norte verdadero, al magnético o arbitraria.
El caso más habitual consiste en estacionar sobre un punto de coordenadas
conocidas y orientar al Norte verdadero visando a otro punto de coordenadas también
conocidas. Esta operación se conoce como materializar la base topográfica formada por
los dos puntos.
La estación total puede realizar este proceso de dos formas:
Estacionado el instrumento en el primero de los puntos de coordenadas
conocidas se le indican las coordenadas de éste, bien tecleándolas en ese
momento o recuperándolas de la memoria, y a continuación se le indican de
la misma manera las coordenadas del otro punto al tiempo que se visa éste.
La estación total procederá a la orientación de su limbo de forma automática.
El acimut de la alineación se calcula a partir de las coordenadas de los dos
puntos y, una vez estacionada la estación total en el primer punto, se hace
coincidir la visual al otro punto con el valor del acimut, introduciéndolo en el
instrumento. De forma similar podemos orientar al Norte magnético si
conocemos el rumbo de una alineación y el instrumento está provisto de una
declinatoria u orientadora, o a cualquier otra dirección que en un momento
dado pueda interesar como referencia para las lecturas acimutales.
9.3.3.‐ Lecturas
Una vez estacionado el instrumento, y orientado si procede, se toman las
lecturas. Para ello visamos los distintos puntos moviéndonos primero con los tornillos de
presión de los movimientos vertical y horizontal, hasta que el punto aparezca en el
campo de visión del anteojo y se fijan los dos tornillos de presión. Si la estación dispone
de dispositivo de fricción sustituyendo a los tornillos de presión, el proceso es semejante,
moviendo el instrumento manualmente. A continuación se opera con los de coincidencia
hasta que el punto quede en el centro de la cruz filar, es decir colimado. En este
momento se pueden observar las medidas angulares, pero si se necesita medir la
distancia, se actuará sobre la tecla correspondiente.
Los datos correspondientes a una visual aparecen en la pantalla y pueden
guardarse en la memoria del instrumento. Estos datos serán: número de punto, ángulos
horizontal y vertical, distancia natural o reducida, desniveles, códigos y atributos,
corrección ppm, constante de prisma, coordenadas X, Y, Z del punto visado o del punto
de estación, altura de prisma y de instrumento, etc.
Para realizar estas mediciones de la forma más precisa posible, las estaciones
totales disponen de una serie de correcciones, unas automáticas y otras que debemos
activar.
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 92
Topografía Unidad didáctica II
Compensador de doble eje. Como se estudió en el tema 7, la inclinación del
eje vertical genera errores en la medida de ángulos, tanto horizontales como
verticales. Por ello las estaciones totales están dotadas de estos
compensadores, que son dispositivos que corrigen los errores producidos por
pequeñas desviaciones del eje principal. Aseguran, siempre que estén
perfectamente ajustados, precisiones de 0,5 a 2” dentro de su amplitud de
operación que está en torno a 4 a 5´. Estas magnitudes son propias de
estaciones totales para aplicaciones topográficas.
Corrección atmosférica. También se estudiaron en el tema 7 los errores que
genera la atmósfera al medir una distancia mediante ondas. El fabricante del
instrumento indica estos errores mediante una expresión de la forma
Amm+Bppm. Esta cuantía es cierta siempre y cuando se hayan introducido en
la estación total los valores de temperatura y presión atmosférica existente en
el momento de la medición. Para ello todas las estaciones totales disponen de
un apartado específico en su software.
Además de estas correcciones, de la que disponen prácticamente todas las
estaciones totales, existen otras, que son: error de colimación, error de
perpendicularidad, curvatura terrestre, error de índice del círculo vertical, refracción,
error de índice del compensador, excentricidad del círculo, reducción al nivel medio del
mar, distorsión de la proyección, etc.
9.3.4.‐ Cálculo de distancias y desniveles
La estación total calcula, en
primera instancia, la distancia natural
entre el punto de estación y el punto
visado, pudiendo presentar en pantalla
este dato o ya calculada la distancia
reducida. Pero normalmente, al
descargar los datos brutos en un
ordenador, la distancia que forma
parte de los datos de una visual puede
ser la distancia natural, por lo que
debemos recordar la expresión que
permite el paso entre una y otra:
D = DN cos α = DN sen φ
La estación total calcula, Fig. 9.2. Cálculo del desnivel con estación total
por defecto, el ángulo vertical como φ
(distancia cenital), aunque puede presentarlo como α (altura de horizonte), como %, etc.
La estación total permite calcular el desnivel, es decir la diferencia de cota,
entre el punto visado y el de estación, para ello se debe introducir en ella tanto la altura
del prisma (Ap) como la del instrumento (i).
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 93
Topografía Unidad didáctica II
Pero también podemos calcularlo a partir de los datos brutos de la visual.
Para ello necesitamos conocer la distancia reducida entre ambos puntos (D), la altura del
instrumento en el punto de estación (i), el ángulo vertical de la visual (φ o α) y la altura
del prisma sobre el punto (Ap). Cuando se utilice una estación total sin prisma, la altura
de prisma será 0.
Llamamos tangente topográfica o tangente trigonométrica (t) a la distancia
vertical entre el centro del anteojo y la proyección del hilo central del anteojo.
Como se ve en la figura 9.2, este valor puede calcularse con la expresión:
D
t= = D cot g φ
tg φ
cuando la estación total calcula distancias cenitales (φ), que es lo habitual. Cuando se
trata de alturas de horizonte (α), la expresión sería:
t = D tg α
El desnivel se calcula por la expresión:
Z AB = t + i - Ap
Esta fórmula se aplica tanto en visuales ascendentes (φ<100g) como
descendentes (φ >100g). En efecto, en una visual ascendente se tendrá, según se ve en la
figura 9.2:
t + i = Ap + Z AB
de donde se despeja directamente la expresión del desnivel.
En visuales descendentes, será:
i + (-Z AB ) = (-t) + Ap
puesto que t es negativa, al serlo la tangente de φ, y ZAB es negativa, ya que la cota del
punto visado es menor que la del punto de estación. Despejando, obtenemos la
expresión anterior.
Es habitual indicar que el anteojo de instrumento topográfico está en posición
normal o en posición invertida. Estas dos posiciones suelen ser indicadas por la estación
total mediante un icono en pantalla.
Posición normal del anteojo es aquella
en la que, para una visual determinada, la distancia
cenital leída está entre 0 y 200g. En esta posición,
la tangente topográfica será positiva para visuales
en ascenso y negativa para las en descenso, puesto
que la tangente es positiva de 0 a 100g y negativa
de 100 a 200g. Esto coincide plenamente con lo
explicado en el cálculo del desnivel. Fig. 9.3. Fórmulas taquimétricas
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 94
Topografía Unidad didáctica II
Posición invertida del anteojo es aquella en la que se obtiene una distancia
cenital entre 200 y 400g. En este caso, las tangentes topográficas para visuales en
descenso serán positivas y negativas en ascenso, debido al signo que adoptan las
tangentes. Es claro que en este caso no pueden ser utilizadas directamente los valores de
las tangentes en el cálculo del desnivel.
Llamamos fórmulas taquimétricas a las expresiones que nos permiten calcular
distancias y desniveles a partir de las lecturas efectuadas con un taquímetro. Estas
expresiones, ya conocidas, son las siguientes (figura 9.3):
D = DN cos α = DN sen φ
D
t= = D cot g φ = D tg α
tg φ
X EP = D sen θ EP YEP = D cos θ EP Z EP = t + i - Ap
9.4.‐ ERROR EN LA MEDIDA DEL DESNIVEL CON ESTACIÓN TOTAL
Los errores accidentales en medida de ángulos y distancias con la estación
total se han estudiado ya en el tema 7.
Corresponde ahora obtener los errores accidentales en la medida del desnivel
y que son los siguientes:
• Error por visuales inclinadas y en la medida de la distancia:
Ed
et = D [ (1 + ) tg ( α + E c ) - tg α ]
D
D = distancia reducida
α = máxima altura de horizonte prevista
Ed = error total en la medida de la distancia. Véase 7.5.3
Ec = error angular cenital total. Véase 7.2.2.5
Dependiendo de la topografía de la zona objeto del levantamiento,
podremos estimar cuales serán los mayores valores de altura de horizonte
que van a darse. et tiene en cuenta, además del error derivado de la
inclinación de las visuales, el cometido al medir mediante ondas la distancia
reducida, que influye en el cálculo de la tangente topográfica t.
• Error en la medida de la altura de aparato: Se considera ei = 0'01
metros.
• Error de verticalidad del prisma:
em = Ap sen β tg ( α + β )
Ap = máxima altura de prisma prevista, en metros
β = máxima inclinación prevista del jalón porta prisma
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 95
Topografía Unidad didáctica II
α = máxima altura de horizonte prevista
El error total en altimetría será:
Ev = e2t + e2i + e2m
y está expresado en metros.
9.5.‐ MÉTODOS PARA AUMENTAR LA PRECISIÓN EN LA MEDIDA DE ÁNGULOS
En cualquier instrumento de medida, por bien construido que esté y aunque
se realice el trabajo con el máximo cuidado, se cometerán siempre errores. Como
sabemos, estos errores pueden ser sistemáticos o accidentales.
Los errores sistemáticos proceden del propio aparato, son debidos a
desajustes, a imperfecciones, a defectos de fabricación y a errores residuales tras la
corrección del mismo. Actuarán siempre en el mismo sentido y con la misma magnitud, o
siguiendo la misma ley. Estos errores pueden hacerse despreciables en aparatos bien
conservados, debidamente contrastados y empleando el método operativo adecuado.
Los errores accidentales existirán siempre, dependen del operador y su
estudio es de gran importancia para garantizar que el trabajo a realizar no va a dar lugar a
errores que excedan la tolerancia preestablecida.
En mediciones angulares de cierta precisión se aplican los siguientes procedi‐
mientos:
9.5.1.‐ Regla de Bessel
Consiste este método en visar dos veces cada punto, primero con el anteojo
en posición normal y después con el anteojo en posición invertida previa vuelta de
campana al anteojo y giro, respecto al limbo horizontal, de 180o ó 200g. En el instrumento
se puede seleccionar graduación centesimal o sexagesimal, aunque por defecto está
seleccionada la centesimal.
En estaciones totales
centesimales y con eclímetros de
distancia cenital, como el de la
figura 9.4, las lecturas sobre limbos
deberían cumplir, visando siempre
el mismo punto en ambas
posiciones, que:
g
LHN = LHI ± 200 en el limbo hori‐
zontal.
LHN y LHI son las lecturas acimutales
en las posiciones normal e
invertida, respectivamente.
g
LVN = 400 ‐ LVI en el limbo vertical. Fig. 9.4. Regla de Bessel
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 96
Topografía Unidad didáctica II
LVN y LVI son las lecturas cenitales en las posiciones normal e invertida, respectivamente.
Naturalmente, siempre se producirán errores, por lo que las dos igualdades
anteriores no se cumplirán exactamente. Como resultado de la medición, una vez
aplicada la regla de Bessel, se dará la media aritmética de las lecturas normal e invertida
corregida:
LHN + ( LHI ± 200 g ) LVN + ( 400 g - LVI )
LH = LV =
2 2
Aplicando esta regla eliminamos errores sistemáticos de ajuste (de desviación
de índices, irregularidad del movimiento del tubo ocular, etc.), y reducimos errores
accidentales. No afecta en los errores de verticalidad del eje principal y de dirección, que
son independientes de la observación.
9.5.2.‐ Método de repetición
Este método exige para su realización orientar previamente la estación total.
Para medir un án‐
gulo acimutal con este método
(figura 9.5) se hace coincidir, en
primer lugar, la visual al primer
punto del ángulo a medir (en el
sentido creciente de la gradua‐
ción del limbo) con la lectura
cero del limbo acimutal (1a
posición). Para ello seguiremos
un procedimiento similar al
utilizado para orientar el
instrumento.
Seguidamente se
colima el segundo punto del
ángulo (2ª posición). Fig. 9.5. Método de repetición
A continuación, fijando el ángulo leído, se vuelve a colimar el primer punto (3a
posición). Ahora, volvemos a colimar el segundo punto del ángulo (4a posición). En este
momento, si se lee el ángulo horizontal, se obtiene una lectura que será el doble del
ángulo medido. Con este procedimiento, se pueden realizar las repeticiones que sean
necesarias, de manera que se obtenga el ángulo medido tan solo dividiendo la lectura
final entre el número de repeticiones realizadas.
Con el procedimiento que se muestra en la figura se consiguen dos
repeticiones. Dos o tres repeticiones suelen ser suficientes, pues la precisión obtenida
crece rápidamente con las primeras repeticiones para disminuir, también rápidamente,
con las siguientes. Si por cálculo se deduce que es preciso un alto número de
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 97
Topografía Unidad didáctica II
repeticiones, lo que se necesitará probablemente será un instrumento de mayor
precisión.
Este método se puede combinar con la regla de Bessel. Para ello, al terminar
una serie de repeticiones, se gira 200g el limbo horizontal y vuelta de campana el anteojo
y se realizan las repeticiones en sentido inverso. Al final, se debe obtener 200g al realizar
la última visual; la diferencia será el error cometido al realizar el proceso.
El error que se comete al leer un ángulo con este método será:
2 e2l 2 e2p
Ea = + + ev2 + e2d
n2 n
siendo n el número de repeticiones y el, ep, ev y ed los errores de lectura, puntería,
verticalidad y dirección.
El método disminuye los errores accidentales de lectura y puntería, pero no
influye en los de verticalidad y dirección.
9.5.3.‐ Método de reiteración
En este método no es preciso orientar la estación total, puesto que no es
necesario hacer coincidir un ángulo horizontal determinado con una visual.
Cada reiteración debe realizarse combinada con la regla de Bessel.
Para realizar una
medición dividimos la
semicircunferencia por el
número de reiteraciones +
regla de Bessel que vamos a
realizar: si necesitamos 4
observaciones, equivalentes a
2 reiteraciones + regla de
Bessel, sería 200g/2 = 100g. El
ángulo así obtenido nos
indica qué cantidad de grados
hemos de girar
aproximadamente el limbo
horizontal antes de realizar la
siguiente reiteración.
Antes de comen‐
zar con la aplicación de este
método debemos observar la
siguiente precaución: colocar
el limbo horizontal de manera
que la primera lectura Fig. 9.6. Método de reiteración
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 98
Topografía Unidad didáctica II
acimutal sea próxima a cero pero mayor, evitando así la necesidad de sumar o restar 400g
a una de las lecturas.
El método operativo es el siguiente (figura 9.6): visamos el primer punto del
ángulo a medir anotando la lectura acimutal (1a posición). Giramos el instrumento en el
sentido creciente de las lecturas hasta visar el segundo punto, anotando también su
lectura (2a posición). Por diferencia de lecturas obtenemos un primer valor del ángulo.
Ahora aplicamos la regla de Bessel (giro de 200g y vuelta de campana del
anteojo), por lo que estamos visando el punto anterior pero con una lectura distinta, la
cual anotamos (3a posición). A continuación visamos el primer punto y tomamos también
su lectura (4a posición). Por diferencia de lecturas obtenemos un segundo valor del
ángulo.
En este momento disponemos de dos valores del ángulo a medir, es decir, de
dos reiteraciones.
Para realizar las siguientes reiteraciones volvemos a la posición normal del
a
anteojo (5 posición). Giramos el instrumento aproximadamente la cantidad de grados
que obtuvimos anteriormente, 100g en el ejemplo. Finalmente realizamos el mismo
proceso anteriormente descrito.
Al concluir tenemos una serie de reiteraciones repartidas en toda la extensión
del limbo horizontal. Además, este método disminuye también los errores accidentales
de lectura y puntería:
2 e2l 2 e2p
Ea = + + ev2 + e2d
n n
9.6.‐ VERIFICACIONES DE LA ESTACIÓN TOTAL
Los instrumentos topográficos son aparatos de precisión en los que los
errores sistemáticos han sido determinados y puestos a cero en fábrica. Pero, por
diversas causas, se pueden producir desajustes que puedan dar lugar a la aparición de
errores sistemáticos en las mediciones. Por ello es importante que se revise el
instrumento: antes de usarlo por primera vez, antes de realizar mediciones de gran
precisión, después de largos periodos de trabajo, almacenamiento o transporte, etc. y
siempre tras haber sufrido un accidente, como una caída, un fuerte golpe, etc.
Las estaciones totales incluyen, dentro del software, apartados específicos
para realizar verificaciones y ajustes del equipo como error de colimación horizontal, del
índice del círculo vertical, del nivel electrónico, de perpendicularidad, etc. El software guía
en la realización de las verificaciones y ajustes citados. Además, en el manual del
instrumento se indican procedimientos de verificación y ajuste del anteojo y de otros
componentes como nivel esférico, plomada óptica o láser, plataforma nivelante, etc.
Pero para que estas verificaciones se realicen con precisión y los ajustes sean
correctos, deben respetarse escrupulosamente las condiciones de realización, siendo
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 99
Topografía Unidad didáctica II
preferible, en muchos casos, que las ejecuten talleres certificados, donde además de
éstas se chequearán los dispositivos electrónicos, se actualizará el software y nos
aportarán certificado de la calibración que acreditará la precisión del equipo.
Las verificaciones que se estudian a continuación constituyen un chequeo
rápido del funcionamiento del instrumento y no sustituye nunca a la revisión antes
citada.
Estas verificaciones se efectuarán siempre siguiendo el orden en que se van a
estudiar, puesto que cada una de ellas se apoya, en mayor o menor medida, en las
anteriores.
9.6.1.‐ Verificación del nivel tórico
El elemento que permite la nivelación del instrumento topográfico es el nivel
tórico, sea de burbuja o digital, del que dispone y es su verificación la primera que
debemos realizar. La horizontalización de una superficie plana, sobre la que se apoya el
nivel, presupone que el eje del nivel es paralelo a la superficie. En la práctica, es corriente
que los niveles se descorrijan, debido al uso, por lo que se deben comprobar con cierta
frecuencia. Cuando el nivel está descorregido y no se cumple la condición anterior, es evi‐
dente que no podemos garantizar la puesta en estación del instrumento puesto que no
podremos nivelarlo.
Para comprobar si un nivel tórico está corregido calamos la burbuja en una
determinada posición (posición 1) y a continuación giramos el instrumento 1800 o 200g
(posición 2). Si la burbuja permanece calada el eje del nivel es paralelo a la superficie de
apoyo y podemos nivelar.
Si el eje del
nivel no es paralelo a la
plataforma, sino que
forma un ángulo α con
ella, al calar la burbuja
en la posición 1 la plata‐
forma se habrá
inclinado un ángulo α
respecto a la horizontal
(figura 9.7). Si giramos Fig. 9.7. Verificación del nivel tórico
el nivel 180o, la burbuja
adoptará la posición simétrica respecto al eje principal del aparato, ocupando la posición
2 de la figura. Como se puede apreciar, la desviación de la burbuja corresponde a 2α, es
decir, dos veces la descorrección.
Para corregir un nivel tórico de burbuja se puede actuar sobre el tornillo de
corrección con el que están provistos estos niveles, haciendo que la burbuja recorra la
mitad del desplazamiento que había sufrido, con lo cual el eje del nivel se habrá situado
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 100
Topografía Unidad didáctica II
paralelo a la plataforma. A partir de aquí ya podemos nivelar de la forma habitual. En los
niveles digitales no tenemos posibilidad de actuar.
9.6.2.‐ Verificación de la perpendicularidad entre el eje de colimación y el eje
secundario
Se pretende comprobar que el eje de colimación es perpendicular, en todas
las posiciones del anteojo, al eje secundario o eje en torno al cual bascula el anteojo. Si
esto no se cumple, al cabecear el anteojo se moverá el eje de colimación describiendo un
cono, no un plano.
Para realizar
esta verificación se nivela el
aparato y, a continuación,
se colima un punto lejano y
bien definido (1a posición).
Seguidamente se aplica la
regla de Bessel de forma
estricta: se gira la alidada Fig. 9.8. Verificación de perpendicularidad eje de colimación y
horizontal 180o (ó 200g) eje secundario
exactos y se cabecea el
anteojo. Si no existe descorrección, el simple cabeceo del anteojo debe permitirnos
volver a colimar exactamente el mismo punto.
Si ambos ejes no son perpendiculares existe una descorrección e y el eje de
colimación en la 3a posición formará un ángulo 2e con la posición inicial por lo que en la
3a posición el punto no queda colimado (figura 9.8).
9.6.3.‐ Verificación de la perpendicularidad entre el eje secundario y el principal
Se pretende comprobar que el eje secundario es perpendicular, en todas las
posiciones del instrumento, al eje principal o eje vertical. De no cumplirse esta condición,
aun estando nivelado el aparato, al cabecear el anteojo se moverá el eje de colimación en
un plano inclinado, no vertical.
Para realizar esta verificación se nivela el aparato y se colima la parte superior
de una línea perfectamente vertical, por ejemplo el hilo de una plomada. Actuando
únicamente sobre los tornillos del movimiento vertical del instrumento, comprobamos
que el centro de la cruz filar sigue en todo momento la línea vertical marcada por el hilo
de la plomada; si se separa de ella es porque existe descorrección.
9.6.4.‐ Verificación del eclímetro
Se pretende comprobar que, con el instrumento nivelado, el origen de las
lecturas en el eclímetro ocupa una posición correcta. Esto supone, en un eclímetro que
determine distancias cenitales, que al anteojo en posición perfectamente horizontal
García, A., Rosique, M.F. y Torres, M. (UPCT) 101
Topografía Unidad didáctica II
corresponde una lectura de 90o (ó 100g) exactos y al anteojo en posición perfectamente
vertical corresponde una lectura de 0o (ó 0g) exactos.
La verificación se realiza nivelando el instrumento y colimando, a
continuación un punto alto y lejano que esté bien definido. Anotaremos la lectura vertical
LN en esta posición normal del anteojo. Seguidamente se aplica la regla de Bessel, pero no
de forma estricta, girando aproximadamente 180o (ó 200g) acimutales y cabeceando el
anteojo, hasta volver a colimar el mismo punto. Anotaremos la nueva lectura vertical LI
en esta posición invertida del anteojo.
En un eclímetro centesimal de distancias cenitales
(figura 9.9) si el eclímetro está corregido, se debe verificar:
LN = 400 g - LI = L' I
como vimos al explicar la regla de Bessel.
Si existe descorrección, ésta puede determinarse
(véase la figura 9.9):
( LN - L' I )
LN - e = L' I + e LN - L' I = 2e e=
2
Fig. 9.9. Verificación
La lectura vertical correcta será: eclímetro cenital
( LN + L' I )
L=
2
Con eclímetros de altura de horizonte, como los que se muestran en la figura
9.10, las expresiones para calcular la descorrección e y la lectura vertical correcta L
varían: en el 1er caso de la figura, serán:
( LN + LI ) ( LN - LI )
L= e=
2 2
y en el 2º caso, siendo L'I = 200g - LI:
( LN + L' I ) ( LN - L' I )
L= e=
2 2
Fig. 9.10. Verificación eclímetro de altura de horizonte
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