0% encontró este documento útil (0 votos)
339 vistas11 páginas

Tema 1

El documento resume la evolución histórica del violín desde sus orígenes hasta la actualidad. Explica que el violín moderno surge de la evolución de instrumentos como el ravanastrón, el bin y el omerti. También menciona varios instrumentos antecesores del siglo XVI como la viola da braccio, la viola da amor y la viola pomposa. Finalmente, señala que el violín adquiere su forma actual en el siglo XVI gracias a luthiers como Gasparo da Saló y los miembros de la familia Amati en Cre
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
339 vistas11 páginas

Tema 1

El documento resume la evolución histórica del violín desde sus orígenes hasta la actualidad. Explica que el violín moderno surge de la evolución de instrumentos como el ravanastrón, el bin y el omerti. También menciona varios instrumentos antecesores del siglo XVI como la viola da braccio, la viola da amor y la viola pomposa. Finalmente, señala que el violín adquiere su forma actual en el siglo XVI gracias a luthiers como Gasparo da Saló y los miembros de la familia Amati en Cre
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 11

TEMA 1

EL VIOLÍN: ANTECEDENTES Y EVOLUCIÓN HISTÓRICA, DESDE

FINALES DEL SIGLO XVI HASTA LA ACTUALIDAD. EL VIOLÍN

MODERNO: CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS, ASPECTOS

FUNDAMENTALES EN LA ELECCIÓN DEL INSTRUMENTO

INTRODUCCIÓN

El nacimiento del violín en la Historia de la Música está en íntima relación

con la evolución de la viola. En los siglos XV y XVI se llamaba “viola” a todos los

instrumentos de cuerda y arco. Según la zona del cuerpo en la que se apoyase en

instrumento para tocarlo se denominaban “da braccio” (en el brazo) o “da gamba”

(en las piernas). De la misma etimología de la palabra “viola” procede la palabra

“vihuela”, que hace referencia a un instrumento que gozó de mucha popularidad

en España durante el Renacimiento, también de cuerda. Había vihuelas de mano,

antecesora de la guitarra actual, y vihuelas de arco, si se tocaban con éste.

Así pues el violín surge por la evolución de estos y otros instrumentos

similares por la búsqueda de tesituras más altas y brillantes, principalmente.

ANTECEDENTES

El antecedente más lejano del violín, que podríamos llamar prehistórico,

se denomina “ravanastrón” y es llamado así porque parece ser que su inventor

fue el rey Ravana de Ceilán, hacia el año 5.000 a. C. Las hazañas, hechos y

batallas de este monarca están relatadas en un poema épico, el “Ramayana”, en

el que se menciona al instrumento. Su uso todavía perdura entre algunos monjes

budistas del Nepal.


El ravanastrón es un instrumento de cuerda frotada con arco que consiste

en un cilindro de madera de sicomoro agujereado de unos 11 cm. de largo por 5

cm. de diámetro, su tapa armónica la constituye la piel de una serpiente boa, el

mango es de madera de bambú y mide unos 55 cm. por el que pasan dos o tres

cuerdas de tripa de gacela, sujetas por clavijas. El arco se hace también, como el

mango, de caña de bambú.

Cronológicamente, el siguiente instrumento que merece la pena

mencionar es el “bin”, otro instrumento de cuerda con arco con origen en la

península del Indostán. Su caja de resonancia consistía en una calabaza hueca.

También se conservan algunos ejemplares.

Por evolución de estos y otros, el siguiente instrumento que encontramos

con mejoras notables es el “omerti”, que estaba formado por un coco con cuatro

aberturas y por un mango con dos clavijas para dos cuerdas de tripa. El arco era

de bambú con un mechón de crines.

El siguiente instrumento antecesor del violín que aparece en la línea

cronológica y que podemos considerar muy interesante es el “rabab". Este

instrumento oriental es uno de los que mayor número de denominaciones ha

tenido, por lo que también ha sido uno de los que más formas y variedades han

tenido. Por ejemplo, en España se le conoció como rabel, rabelillo, requequín, etc.

Varios autores han intentado dar definiciones de este instrumento. Uno de

ellos afirma que procede de Persia y Arabia y que fue introducido en Europa por

la invasión árabe en España. Lo define como con una caja de resonancia en

forma de media nuez, con un pergamino tirante como resonador, con dos cuerdas

y que se tañía con un arco muy corto. También dice que se hizo muy popular en
la Edad Media y que solían utilizar los juglares y poetas de la época para

acompañar sus canciones.

Otro de los autores coincide en atribuirle su origen oriental, de hecho

parece ser que sigue siendo el instrumento principal de las orquestas de

Marruecos, Argelia y Túnez. Cuenta que en Europa empezaron pronto a aparecer

rabeles tiples, tenores y bajos, formando toda una familia y que gozó de gran

prestigio, pero que su uso fue decayendo hacia el siglo XVI.

En otros documentos y libros aparecen datos como que cuando se

introdujo en Occidente transformó su caja, poniendo unos bordes ligeramente

cintrados para facilitar el juego del arco. Y en algún otro sitio se dice que no fue

introducido por los árabes, como las tesis anteriores, sino que estos conocieron

los instrumentos de cuerda frotada en la Península Ibérica.

Para la clasificación de estos instrumentos antiguos podemos echar mano

del libro de “El Violín” de Pasquali-Principe, que los dividen en septentrionales (el

cruth, la lira, la rota, el rabel, la trompa marina, los grossgeigen y los

kleinengeigen, las “viéles” y las violas, etc.) y en orientales (el ravanastrón, el

omerti, la lyra griega, que empleaba un caparazón de tortuga como caja; el rebab,

tanto el árabe, el argelino o el tunecino; etc…).

Etimológicamente, la palabra violín parece tener sus raíces en el latín

clásico (raíz fides: “cuerda” y su diminutivo fidicula) y en derivación en el latín

vulgar (fidula). Estas denominaciones se fueron traduciendo de distintos modos a

los distintos países. En italiano se quedó la forma “viola”, cuyo diminutivo es

“violino” y “violoncello”.
A medida que nos acercamos al siglo XVI van apareciendo otros

instrumentos que podemos considerar como antecesores del violín actual. Uno de

ellos fue la “viola da orbo” o viola de ciego (porque parece ser que ellos las

empleaban mucho mientras mendigaban y contaban historias). Era un

instrumento de cuerda frotada con rueda, la cual se accionaba con un manubrio.

La “viola da spalla” se llamaba así porque por su tamaño era preciso

sujetarla a la espalda mediante una correa cruzada sobre el pecho. Era otra

designación para la “viola da braccio”.

Uno de los instrumentos de este tipo más importantes del período fue la

“viola de amor”. Su nombre no se sabe si es realmente de “viola de amore” o de

“viola da mori” (de los moros, por ser ellos unos de los posibles inventores de los

instrumentos de cuerdas simpáticas). Michael Praetorius, en su “Syntagma

Musicum” atribuye a un inglés la adición de cuerdas simpáticas a la viola. En

cualquier caso es un instrumento de cuerda frotada con siete cuerdas simpáticas

de metal, que vibran por simpatía a las otras siete de tripa, generalmente afinadas

en las tonalidades de re mayor o re menor. Durante el siglo XVII tuvo mucho éxito,

muchos concertistas y muchas obras fueron escritas para ella, pero luego fue

cayendo en desuso hasta desaparecer.

Hubo más instrumentos durante este período con cuerdas simpáticas,

como la “viola di fagotto”, también llamado “viola di bordone”, “viola di paredón” o

barítono.

La “viola di lira” poseía quince cuerdas afinadas de una manera un tanto

peculiar. Su uso se generalizó durante el siglo XVII.


La “viola pomposa” era como un pequeño violoncello, pero con una

cuerda soprano adicional (es decir, Do-Sol-Re-La-Mi) y su invención ha llegado a

ser atribuida a J. S. Bach. Se utilizó, pero pronto fue desbancada por el violoncello

de la familia del violín.

En resumen, en lo que se refiere a la introducción de los instrumentos de

cuerda frotada con arco en Occidente podemos considerar dos factores

importantes: la invasión árabe en España y la incursión de las razas

indogermánicas por el norte.

Hacia el siglo XIII hace su irrupción en Europa la “viola” o “viela”. En el

siglo XV empieza a componerse música polifónica. Este desarrollo de la polifonía

propició y llevó consigo la aparición de diferentes tesituras para los instrumentos,

haciéndose de tamaños distintos. A partir de 1480 fueron transformándose todos

ellos hasta aparecer la familia del violín hacia el siglo XVII, con un grado

insuperable de perfección.

EVOLUCIÓN HISTÓRICA, DESDE FINALES DEL SIGLO XVI

HASTA LA ACTUALIDAD

Es en la segunda mitad del siglo XVI cuando el violín queda establecido,

junto con toda su familia, tal y como lo conocemos en la actualidad (o casi, ya que

en el siglo XIX sufrirá algunas reformas, aunque los cambios en la apariencia

serán poco visibles). Este recién creada familia instrumental pronto se impondrá al

uso de otros instrumentos de arco, que acabarán cayendo en desuso.


En cuanto a la paternidad del violín la verdad es que no se sabe a ciencia

cierta quién fue su creador, aunque se manejan varias hipótesis. Algunas apuntan

a que su creador fue el luthier Gasparó da Saló, de Brescia, pero lo cierto es que

antes de él ya existía una afamada escuela de luthería en Cremona, regentada

por Andrea Amati, el primero de una familia artesana violera de mucho prestigio,

por lo que algunos afirman que el 1º violín pertenece a Amati. Hay una gran

problemática en cuanto a las fechas de nacimiento y muerte de este luthier, por lo

que tampoco podemos asegurar con certeza que él fuese su creador. En

cualquier caso de lo que no cabe duda es que ambos artesanos tuvieron que ver

en la aparición del violín y su familia y que fueron pioneros en su construcción.

Este hecho sólo es rebatido por D. Boyden, en su libro “The History of violin

playing, from its origins to 1761” en el que afirma que el violín es mucho anterior a

ellos, ya que aparece pintado en un cuadro de Gaudenzo Ferrazi, titulado “La

Madonna del naranjo”, y que data de 1529 o 1530, pero la verdad es que las

características del violín que aparecen en el fresco difieren bastante de lo que

entendemos como violín en la actualidad, claro que también puede deberse a que

la representación iconográfica simplemente no sea fiel a la realidad.

Pero aparte de Amati y de da Saló fueron muchos los luthiers que tuvieron

que ver con la aparición del violín, luthiers que se puede decir que realizaron

instrumentos previos. Los más importantes fueron los siguientes:

Giovanni Kerlino: vivió en el siglo XV. Posiblemente de origen británico

(por la raíz “-ker” de su apellido). Trabajó en Brescia, siendo posiblemente el

fundador de la famosa escuela. Realizó un violín, probablemente modificando una

antigua y pequeña viola, del que muchos han dicho que es el primer violín.
Testator, “Il Vecchio”: del siglo XVI. Trabajaba en Milán. Él también

construyó lo que podríamos decir prototipos de violín y se dice que Gasparó da

Saló fue seguidor de sus modelos.

Gaspar Duiffoprugcar: también vivió en el siglo XVI. Nació cerca de

Bavaria, pero trabajó en Francia. Fue el 1º de una larga familia de artesanos

violeros, los cuales se establecerían en Padua y Venecia. Figura como el primero

en construir un violín con las características actuales, ya que se encontró un

instrumento con su firma fechado en 1510. Sin embargo luego se comprobó que

ese violín era una falsificación hecha por Vuillaume en el siglo XIX.

Girolamo da Virchi: fue el maestro de Gasparó da Saló, además de su

amigo. También trabajó en Brescia. Alcanzó altos niveles de delicadeza y

perfección en sus instrumentos.

Ventura Linarolo: trabajaba en Venecia. Las formas y dimensiones de

sus instrumentos son muy similares a las del violín actual.

Hay muchos tratados, libros y métodos de la época y posteriores que

hacen referencia al hecho que estamos tratando. Los más importantes tienen

como autores a J. M. Lanfranco, Philibert Jambé de Fer, Ludovico Zacconi y F.

Lesure.

De lo que no hay duda es que el violín surge a mediados del siglo XVI y

que Italia es el país que se encontró en primera línea, ya que de ahí son dos de

las tres escuelas principales de luthería del mundo: la cremonense, la bresciana

junto con la alemana del Tyrol. En la escuela de Cremona, tras la familia Amati,

aparecería la gran figura de Antonio Stradivari, en Brescia destacaría Paolo

Maggini, discípulo de Gasparó da Saló y en la tirolesa contaremos con Jacob


Stainer. Entre estas escuelas existen muchas diferencias, la mayoría radica en la

forma de sus violines: sus efes, su voluta, su tamaño, etc.

Además de estos magníficos luthiers, existen otros muchos cuyos

instrumentos son verdaderas joyas sonoras: la familia Ruggeri, la familia

Grancino, la familia Guarnieri (destacando Guarnieri del Gesú), la familia

Guadagnini, Domenico Montagnana, Carlo Bergonzi (alumno de Stradivarius), etc.

En España destacaron Ignacio, Bienvenido y Miguel Fleta, Contreras “El

Granadino”, N. Duclós,…

A partir del siglo XIX, como ya dijimos antes, los violines sufrirán unas

pequeñas modificaciones, debidas sobre todo a las cada vez mayores exigencias

técnicas y de potencia que los compositores estaban reclamando para sus obras,

además que la influencia que ejerció Paganini en el panorama violinístico de la

época. Estos cambios fueron el alargamiento y elevación del diapasón (para que

los dedos no se apoyaran en “vacío” en las tesituras más agudas), por lo que será

necesario poner puentes más altos, se reforzarán la barra armónica, el alma y la

tapa armónica, empezarán a entorcharse todas las cuerdas, aparecerán

elementos de sujeción como la barbada y la almohadilla, etc.

Un personaje del que ya hemos hablado, del siglo XIX, J. B. Vuillaume,

fue un gran arquetero y traficante de instrumentos antiguos. A él se le “debe” la

aplicación sistemática de estos cambios sobre instrumentos del Barroco,

modificando sus características iniciales.


EL VIOLÍN MODERNO: CARACTERÍSTICAS CONSTRUCTIVAS

Actualmente la problemática existente para la construcción de

instrumentos es muy distinta a la que tenían en la antigüedad. Antes disponían de

maderas de excelente calidad, sin contaminar, disponían de grandes tiempos de

secado natural,…su mayor problema era su transporte. Su manufactura era

completamente a mano y para el barniz no empleaban nada más que productos

naturales que ellos mismos mezclaban. Las maderas que se suelen emplear son

abeto para la tapa, arce para el fondo y los aros y ébano para las partes móviles

(clavijas, cordal, diapasón, etc.).

En la actualidad la contaminación y la tala y quema incontroladas acaban

con las reservas de árboles y sobre todo bajan mucho la calidad de la madera, lo

que encarece considerablemente los recursos y el resultado final. Por ello el

secado se hace artificialmente. Se emplean sierras de precisión, lijadoras

mecánicas y demás artilugios mecánicos para su construcción. Los barnices

llevan gran cantidad de colorantes y conservantes. Además debemos tener en

cuenta que un violín nuevo requiere todavía unos cuantos años de rodaje para

sacarle todo el partido a su sonido, cosa que no sucede con los instrumentos

antiguos.
ASPECTOS FUNDAMENTALES EN LA ELECCIÓN DEL INSTRUMENTO

En cuanto a la decisión de la elección de un instrumento debemos

distinguir entre dos situaciones bien distintas: la del violinista formado y la del

violinista principiante.

En el primer caso la elección del instrumento adecuado pasará por los

gustos personales de cada uno en cuanto a estética, sonido, comodidad de

sujeción, etc. además de por el nivel adquisitivo que la persona tenga. Aún así

estaría bien dejarse asesorar por amigos, maestros, expertos, etc. antes de dar el

paso final.

En el segundo caso, el del violinista principiante, debemos pensar que

casi siempre se trata de niños de siete u ocho años, por lo que debemos procurar

un violín del tamaño adecuado a él. Para estos casos hay multitud de tamaños

escalonados para permitir el mejor desarrollo violinístico del niño. Podemos hacer

una prueba para determinar el tamaño del violín adecuado: se le coloca el violín al

niño en el hombro y se le hace estirar el brazo por debajo de él, con los dedos

también estirados, pero sin forzarlos. Si los dedos sobrepasan la voluta o se para

en el nacimiento de la palma de la mano ese violín puede resultar adecuado al

niño.

Sin embargo y por desgracia estos violines más pequeños no suelen ser

de gran calidad, por eso deberemos observar que se cumplan una serie de

requisitos mínimos: por ejemplo, las clavijas deben tener el ajuste perfecto para

que no resulte un tormento ni para el alumno ni para el profesor el moverlas para

la afinación del instrumento; la cejilla superior debe estar levantada y debe

permitir la separación adecuada entre los dedos del niño en la primera posición,
además el cambio y ajuste de la cejilla no es una reparación cara; por otro lado

está el puente, que debemos recordar que debe tener más elevación en la zona

de la cuarta cuerda, para favorecer mucho mejor el juego del arco sobre el plano

de cada cuerda; y por último están las cuerdas, a veces verdaderos alambres que

no suenan bien y que incluso pueden lastimar los dedos del alumno, poco cuesta

comprar un juego de cuerdas decente y ponérselas al violín. El resultado sonoro

será mucho mejor y la técnica de mano izquierda también se verá favorecida.

Como profesores deberemos buscar el instrumento que mejor se adapte a

nuestro alumno principiante y a sus necesidades de aprendizaje. No debemos

transigir ni hacer ninguna concesión mientras el instrumento utilizado no se

adapte a estos niveles.

También podría gustarte