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Distintas Cronicas en Las Que Se Ambienta El Cuento El Hambre de Mujica Lainez

Los documentos narran la fundación de Buenos Aires en 1536 y la dura colonización, describiendo las penurias sufridas por los españoles como el hambre extrema que los llevó a comer carne humana, animales y hasta sus propios excrementos. Se destacan los relatos de Ulrico Schmidel sobre la fundación y las luchas con los indígenas Querandíes, y de Ruy Díaz de Guzmán sobre el sufrimiento por el hambre, incluyendo el caso de una mujer española que fue ayudada por una le
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Distintas Cronicas en Las Que Se Ambienta El Cuento El Hambre de Mujica Lainez

Los documentos narran la fundación de Buenos Aires en 1536 y la dura colonización, describiendo las penurias sufridas por los españoles como el hambre extrema que los llevó a comer carne humana, animales y hasta sus propios excrementos. Se destacan los relatos de Ulrico Schmidel sobre la fundación y las luchas con los indígenas Querandíes, y de Ruy Díaz de Guzmán sobre el sufrimiento por el hambre, incluyendo el caso de una mujer española que fue ayudada por una le
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Testimonios de la conquista y colonización

del Río de la Plata.

La fundación de Buenos Aires por Pedro de Mendoza en 1536 quedó


documentada en el “Romance” de Luis de Miranda, un soldado y
clérigo español integrante de dicha expedición.
El relato de la conquista y la colonización rioplatense es obra de los
cronistas, destacándose entre ellos Ulrico Schmidel y Ruy Díaz de
Guzmán.
Ulrico Schmidel escribió Viaje al Río de la Plata. Fue un soldado
alemán voluntario, integrante de la expedición de Mendoza.
Ruy Díaz de Guzmán escribió La Argentina manuscrita. Fue el
primer cronista criollo (había nacido en Asunción).

ULRICO SCHMIDEL: Viaje al Río de la Plata.

CAPÍTULO 7: Allí levantamos una ciudad que se llamó


Buenos Aires esto quiere decir buen viento. También traíamos
de España, sobre nuestros buques, setenta y dos caballos y
yeguas, que así llegaron a dicha ciudad Buenos Aires. Allí,
sobre esta tierra, hemos encontrado unos indios que se llaman
Querandís, unos tres mil hombres con sus mujeres e hijos; y
nos trajeron pescado y carne para que comiéramos. También
estas mujeres llevan un pequeño paño de algodón cubriéndose
sus vergüenzas. Estos Querandís no tienen paradero propio en
el país sino que vagan por la comarca, al igual que hacen los
gitanos en nuestro país. Cuando estos indios Querandís van
tierra adentro, durante el verano, sucede que muchas veces
encuentran seco el país en treinta leguas a la redonda y no
encuentran agua alguna para beber, y cuando agarran o
asaetan a flechazos un venado y otro animal salvaje, juntan la
sangre y se la beben. También en algunos casos, buscan una
raíz que se llama cardo, y entonces la comen por la sed.
Cuando los dichos Querandís están por morirse de sed y no
encuentran agua, sólo entonces beben esa sangre. Si acaso
alguno piensa que la beben diariamente, se equivocan: esto no
lo hacen y así lo dejo dicho en forma clara.
Los susodichos Querandís nos trajeron alimentos
diariamente a nuestro campamento, durante catorce días, y
compartieron con nosotros su escasez en pescado y carne, y
solamente un día dejaron de venir. Entonces nuestro capitán
don Pedro de Mendoza envió enseguida un alcalde de nombre
Juan Pavón, y con él dos soldados, al lugar donde estaban los
indios, que quedaba a unas cuatro leguas de nuestro
campamento. Cuando llegaron donde aquéllos estaban, el
alcalde y los soldados se condujeron de tal modo que los indios
lo molieron a palos y después los dejaron volver a nuestro
campamento. Cuando el dicho alcalde volvió al campamento,
tanto dijo y tanto hizo, que el capitán don Pedro de Mendoza
envió a su hermano carnal don Diego Mendoza con trescientos
lansquenetes (1) y treinta jinetes bien pertrechados(2); yo
estuve en ese asunto. Dispuso y mandó nuestro capitán general
don Pedro de Mendoza, juntamente con nosotros, matara,
destruyera y cautivara a los nombrados Querandís, ocupando
el lugar donde éstos estaban. Cuando allí llegamos, los indios
eran unos cuatro mil, pues habían convocado a sus amigos.

1- lansquenete: nombre con que se designó en Alemania una


clase de soldado.
2- pertrechados: armados.
CAPÍTULO 9: (...) se levantó un asiento y una casa fuerte para
nuestro capitán general don Pedro de Mendoza y un muro de
tierra en derredor de la ciudad de una altura hasta donde uno
puede alcanzar con un florete (1). (También) este muro era de
tres pies de ancho y lo que se levantaba hoy se venía abajo
mañana de nuevo al suelo; a más la gente no tenía qué comer y
se moría de hambre y padecía gran escasez. (También) se llegó
al extremo de que los caballos no daban servicio. Fue tal la
pena y el desastre del hambre que no bastaron ni ratas ni
ratones, víboras ni otras sabandijas; también los zapatos y
cueros, // todo tuvo que ser comido.
Sucedió que tres españoles habían hurtado un caballo y se
lo comieron a escondidas; y esto se supo; así se los prendió y se
les dio tormento para que confesaran tal hecho; así fue
pronunciada la sentencia que a los tres susodichos españoles se
los condenara y ajusticiara y se los colgara en una horca. Ni
bien se los había ajusticiado y cada cual se fue a su casa y se
hizo noche, aconteció en la misma noche por parte de otros
españoles que ellos han cortado los muslos y unos pedazos de
carne del cuerpo y los han llevado a su alojamiento y comido.
(También) ha ocurrido entonces que un español se ha comido a
su propio hermano (2) que estaba muerto. Esto ha sucedido en
el año de 1535 (...) en la sobredicha ciudad de Buenos Aires.

1- florete: espadín usado en la esgrima.


2- El soldado (según la crónica de Díaz de Guzmán) fue Diego
González Baytos.

RUIZ DÍAZ DE GUZMÁN: La Argentina.


Fragmento del capítulo XII: En este tiempo padecían en
Buenos Aires cruel hambre, porque faltándoles totalmente la
ración, comían sapos, culebras y las carnes podridas que
hallaban en los campos, de tal manera, que los excrementos de
los unos comían los otros, viniendo a tanto extremo de hambre
como en tiempo que Tito y Vespasiano tuvieron cercada a
Jerusalén: comieron carne humana; así le sucedió a esta
mísera gente, porque los vivos se sustentaban de la carne de los
que morían, y aun de los ahorcados por justicia, sin dejarle
más de los huesos; y tal vez hubo hermano que sacó la asadura
y entrañas a otro que estaba muerto para sustentarse con ella.
Finalmente murió casi toda la gente, donde sucedió que una
mujer española, no pudiendo sobrellevar tan grande necesidad,
fue constreñida a salirse del real e irse a los indios para poder
sustentar la vida; tomando la costa arriba, llegó cerca de la
Punta Gorda en el monte grande, y por ser ya tarde, buscó
adonde albergarse y topando con una cueva que hacía la
barranca de la misma costa, entró en ella; repentinamente topó
con una fiera leona que estaba en doloroso parto, que vista por
la afligida mujer quedó ésta muerta y desmayada, y volviendo
en sí, se tendía a sus pies con humildad. La leona que vio la
presa, acometió a hacerla pedazos; pero usando de su real
naturaleza, se apiadó de ella, y desechando la ferocidad y furia
con que la había acometido, con muestras halagüeñas llegó así
a la que ya hacía poco caso de su vida, y ella, cobrando algún
aliento, la ayudó en el parto en que actualmente estaba, y
venido a luz parió dos leoncillos; en cuya compañía estuvo
algunos días sustentada de la leona con la carne que traía de
los animales; con que quedó bien agradecida del hospedaje,
por el oficio de comadre que usó; y acaeció que un día
corriendo los indios aquella costa, toparon con ella una
mañana al tiempo que salía a la playa a satisfacer la sed en el
río, donde la sorprendieron y llevaron a su pueblo, tomándola
uno de ellos por mujer, de cuyo suceso y de los demás que pasó,
haré relación adelante.

Fragmento del capítulo XIII: (...)En este tiempo sucedió una


cosa admirable, que por serlo la diré, y fue que habiendo salido
a correr la tierra un capitán de aquellos pueblos comarcanos,
halló en uno de ellos y trajo a aquella mujer española de que
hice mención anteriormente, que por el hambre se fue a poder
de los indios. Así fue que Francisco Ruiz Galán (1) la vio,
ordenó que fuese echada a las fieras para que la despedazasen
y comiesen; y puesto en ejecución su mandato, llevaron a la
pobre mujer, la ataron muy bien a un árbol y la dejaron como
una legua fuera del pueblo, donde acudieron aquella noche a la
presa gran número de fieras para devorarla; entre ellas vino la
leona a quien esta mujer había ayudado en su parto, y
habiéndola conocido, la defendió de las demás que allí estaban,
y querían despedazarla.
Quedándose en su compañía la guardó aquella noche, el
otro día y la noche siguiente, hasta que el tercero fueron allá
unos soldados por orden de su capitán a ver el efecto que había
surtido dejar allí aquella mujer, hallándola viva, y la leona a
sus pies con sus dos leoncillos, que sin acometerlos se apartó
algún tanto dando lugar a que llegasen; quedaron admirados
del instinto y humanidad de aquella fiera. Desatada la mujer
por los soldados la llevaron consigo, quedando la leona dando
muy fieros bramidos, mostrando sentimientos y soledad de su
bienhechora, y haciendo ver por otra parte su real ánimo y
gratitud y la humanidad que no tuvieron los hombres. De esta
manera quedó libre la que ofrecieron a la muerte, echándola a
las fieras. Esta mujer yo conocí, y la llamaban la Maldonado,
que más bien se le podía llamar Biendonada; pues por este
suceso se ve no haber merecido el castigo a que la expusieron,
pues la necesidad había sido causa a que desamparase a los
suyos, y se metiese entre aquél.los bárbaros...
1- Francisco Ruiz Galán: Mendoza lo deja al frente de Bs As
cuando (por razones de salud) se traslada al fuerte de Corpus
Christi.

LUIS DE MIRANDA: Romance.

(...)
Por los malos tratamientos
muchos buenos acabaron
y otros los indios mataron
en un punto.
Y lo que más que aquesto junto
nos causó ruina tamaña
fue la hambre más extraña
que se vio.
La ración que allí se dio
de harina y de bizcocho,
fueron seis onzas (1) u ocho,
mal pesadas.
Las viandas más usadas
eran cardos que buscaban
y aun estos no los hallaban
todas veces.
El estiércol y las heces
que algunos no digerían,
muchos tristes los comían,
que era espanto.
Allegó la cosa a tanto
que, como en Jerusalén,
la carne de hombre
también la comieron
Las cosas que allí se vieron,
no se han visto en escritura:
comer la propia asadura
de su hermano.
¡Oh juicio soberano,
que notó nuestra avaricia
y vio la recta justicia
que allí obraste!
A todos nos derribaste
la soberbia por tal modo,
que era nuestra cara y lodo
todo uno.
Pocos fueron o ninguno
que no se viese citado,
sentenciado y emplazado
de la muerte.
Más tullido el que más fuerte,
el más sabio el más perdido,
el más valiente caído
y hambriento.
Almas puestas en tormento
era vernos cierto a todos,
de mil maneras y modos,
y apenando:
unos continuo llorando
por las calles derribados;
otros lamentando echados
tras los fuegos,
del humo y cenizas ciegos
y flacos descoloridos,
itris de desfallecidos
tartamudos;
otros del todo ya mudos,
que huelgo echar no podían,
así los tristes morían
rabiando.
Los que quedaban, gritando,
decían: nuestro general
ha causado aqueste mal,
que no ha sabido
gobernarse y ha venido
aquesta necesidad
también por su enfermedad,
que si tuviera
más fuerzas y más pudiera,
no viniéramos a puntos
de vernos así tan juntos
a la muerte.
Múdenos tan triste suerte,
dando Dios un buen marido,
sabio, fuerte y atrevido
a la viuda.

CUESTIONARIO PARA ANALIZAR LOS FRAGMENTOS


DE LAS CRÓNICAS DE SCHMIDEL Y DÍAZ DE GUZMÁN
Y EL POEMA DE MIRANDA
l. Elaborar uan definición de crónica a partir de los fragmentos
leídos. Ejemplificar con el capítulo 7 de Schmidel.
2. Según Schmidel, ¿Cuál es la actitud inicial de los indios para
con los conquistadores?
3. ¿Qué provoca el cambio?
4. Teniendo en cuenta el marco histórico dado, ¿por qué
podemos decir que la actitud de Juán Pavón y sus soldados es
coherente con sus personalidades?
5. ¿Cuál es el tema presente en todos los textos?
6. ¿Qué hecho relacionado con ese tema relata Díaz de
Guzmán? Comentarlo brevemente.
7. Enumerar semejanzas y diferencias entre las crónicas y el
poema de Miranda.

EL HAMBRE de M. M. Lainez (1910 -1985)


cuestionario
1. Especificar en qué lugar se ubica la acción del cuento.
Transcribir indicios temporales y espaciales.
2. ¿Cómo califica el autor a la nueva tierra descubierta? ¿Por
qué ha seleccionada ese adjetivo?
3. Enumerar los sentimientos del personaje central.
4. ¿Qué importancia tiene el desmayo de Baitos en la sucesión
de los acontecimientos? Justificar.
5. ¿Cuáles son los dos grupos sociales que se ven en este
cuento? ¿Qué personajes se ubican en uno y en otro?
6. ¿Cuál es el tema del relato? Justificar.
7. Citar las fuentes que dieron origen al cuento.
8. Redactar un final diferente para el cuento, a partir de que
Baitos despierta del desmayo o después de que el ballestero se
da cuenta de que mató a su hermano.
9. Leer el fragmento de “La Argentina” de M. del Barco
Centenera, que relata este mismo suceso y señalar semejanzas
y diferencias.

MARTÍN DEL BARCO CENTENERA

Un hecho horrendo, digo lastimoso,


aquí sucede: estaban dos hermanos;
de hambre el uno muere, y el rabioso
que vivo está, le saca los livianos
y bofes y asadura, y muy gozoso
los cuece en una olla por sus manos,
y cómelos; y cuerpo se comiera,
si la muerte del muerto se encubriera.

MARTÍN DEL BARCO CENTENERA

Un hecho horrendo, digo lastimoso,


aquí sucede: estaban dos hermanos;
de hambre el uno muere, y el rabioso
que vivo está, le saca los livianos
y bofes y asadura, y muy gozoso
los cuece en una olla por sus manos,
y cómelos; y cuerpo se comiera,
si la muerte del muerto se encubriera.

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