Distintas Cronicas en Las Que Se Ambienta El Cuento El Hambre de Mujica Lainez
Distintas Cronicas en Las Que Se Ambienta El Cuento El Hambre de Mujica Lainez
(...)
Por los malos tratamientos
muchos buenos acabaron
y otros los indios mataron
en un punto.
Y lo que más que aquesto junto
nos causó ruina tamaña
fue la hambre más extraña
que se vio.
La ración que allí se dio
de harina y de bizcocho,
fueron seis onzas (1) u ocho,
mal pesadas.
Las viandas más usadas
eran cardos que buscaban
y aun estos no los hallaban
todas veces.
El estiércol y las heces
que algunos no digerían,
muchos tristes los comían,
que era espanto.
Allegó la cosa a tanto
que, como en Jerusalén,
la carne de hombre
también la comieron
Las cosas que allí se vieron,
no se han visto en escritura:
comer la propia asadura
de su hermano.
¡Oh juicio soberano,
que notó nuestra avaricia
y vio la recta justicia
que allí obraste!
A todos nos derribaste
la soberbia por tal modo,
que era nuestra cara y lodo
todo uno.
Pocos fueron o ninguno
que no se viese citado,
sentenciado y emplazado
de la muerte.
Más tullido el que más fuerte,
el más sabio el más perdido,
el más valiente caído
y hambriento.
Almas puestas en tormento
era vernos cierto a todos,
de mil maneras y modos,
y apenando:
unos continuo llorando
por las calles derribados;
otros lamentando echados
tras los fuegos,
del humo y cenizas ciegos
y flacos descoloridos,
itris de desfallecidos
tartamudos;
otros del todo ya mudos,
que huelgo echar no podían,
así los tristes morían
rabiando.
Los que quedaban, gritando,
decían: nuestro general
ha causado aqueste mal,
que no ha sabido
gobernarse y ha venido
aquesta necesidad
también por su enfermedad,
que si tuviera
más fuerzas y más pudiera,
no viniéramos a puntos
de vernos así tan juntos
a la muerte.
Múdenos tan triste suerte,
dando Dios un buen marido,
sabio, fuerte y atrevido
a la viuda.