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Jorge L. RODRÍGUEZ (2002) - Lógica de Los Sistemas Jurídicos

Jorge L. Rodríguez, "Lógica de los sistemas jurídicos" (Centro de Estudios Políticos y Constitucionales, Madrid, 2002).

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Légica de los juridicos El Derecho y la Justica ODRIGUEZ Légica de los sistemas juridicos Prélogo de Euceso Buwcin Jorce L. Ropricuez ISON a4.269-1217-2 Men eee ee ©, oo IcentRo bE lestupios| Iclelplcl io WEF ae “Cimos telos Anirupolngfa y Mosoia de 4a historia en lida Sone del Ti, MW ereseRadauee de lees, Protoge de Jose L Abel Andlinis Nogico y derecho. (Gas Alerourn ¥ Ege fia Penge de Geog ven wg Soctologla del derecho sodalizine Thera. Aevata Teves Traduca de LC. ‘yrds 4 Rte Bs Pilogo de ‘Breare Peestass La nermativided det dorecho: deber Juetdico y razones para In ocelén, dan © pth Mobic Rasba pedotlon y norman Jost ita educa de han Et Mone atin y orden pollen on Hume. Sit hunctamenten Aloescm. Dest Marne de Pa, Ly lets det beri, Maran Bingo Feet a justtorion del ee. etre Begin Una. ania de derecho. Pill Soyer Tadueon 3 Ficatdo Caeccoe y Shia Ven Derecho, ica y palin. Fnnsto Goeén ats 1 ante smi det dere Un seems: sion leben fat Maal aera. age esto tees Nerdy derecho, Un ether Anat nen Ra Pag de wvier de Lucas, ae En tomo 0 Hannah Aron, Complesin y dies de Manuel ivy Fis Bins Etica geneeal. Agnes Heer, Tenducin de Age ow Rodiguee Aecién y norma en CH. von Weight. Donel Gonsler Lair, ‘Le teorfa de In juste de Imumonuel Kant. Ji Ws Calon Misco La clea de Inari he ‘Tosqvela, Props motodsdgiens porn ue {eon Herald la warton ewe, ha Jost Sates Cat, Penge dt Felo Fermin. La Hlosofta de tondorechor Ieameneadsrate. ‘otoridad ages Reenas Cola a poet de mein pon la ‘te ol nfs Jorn, ‘es Cstna Reto GENIN DE ESTUDIOS POLITICOS ¥ CONSTTTUCIONILES Plaza de la Marina Espaviola, 9. 28071 Madrid LOGICA DE LOS SISTEMAS JUR{DICOS ‘eo Coleccién: E! Derecho y ta Justicia JORGE L. RODRIGUEZ Directores: BuJas Diaz. y Francisco J, Larowta LOGICA DE LOS SISTEMAS JUR{DICOS Préloga Eucenio Butyain CENTRO DE ESTUDIOS POLITICOS ¥ CONSTITUCIONALES Madd, 2002 © Jono L. Rovalavez © Cenrro ve Bstunios Potiticos v Constirucionauss NPG: 005-02-054-7 ISBN: 84-259-1217-2 Depésito legal: M, 48.532 - 2002 Fotocomposicién ¢ impresién: TARAVILLA Mesén de Patios, 6 28013 Madrid INDICE PRALOGO de Bucexio BuLraw AGRADECIMIENTOS INTRODUCCION SECCION PRIMERA ‘Cartruo LBL DERECHO COMO SISTEMA 1, Normas, formulaciones de normas y propos vas en el derecho .. 2. Diversidad de contenidas de los sistemas juridieos 2 3. Los sistemas juridieos como sistemas deductivos .. 39 4, Lagunas nocmativas y lagunas axiolégicas 62 5, Contradicciones normativas y eontlictos entre NOFMU wane 8B 6. Dox objeciones contra la cafacterizacién de lox sistemas ju- ridicos como sistemas deductivos .. 01 Caetru.o IL—DINAMICA DEL DERECHO Y APLICACION DE LAS NORMAS JURIDICAS .. “ 9 119 7, Sistemas jurldicos y orden jurfdico.. 8, Identidad de fos sistemas jurfdicos e identi Fidico . 9, Aplicabilidad de las normas jutidicas.... seme 140 10, Aplicacién, aplicabilidad y criterios de aplicabilidad 147 11, Preferencias entre normas y jerarquias normativas 138 12. Niveles de jerarquizacién en el derecho .. 170 Aptnpice 4 LA Seccion primera, —LOGICA DE NORMAS Y 16- GICA Di PREFERENCIAS... cnn 119 13, BI dilema de Jorgensen 179 14, Légica de normas y I6gica dep 185 15. Normas condicionales y derrotabi 195 vu APA ARO REAR AAR ER AAA MARAAADRVAVOVVAIAAA JORGE 1. RODRIGUEZ 16, Analog{as entre la légica de normas ic Analog en a gi de normas y agi de preteen PROLOGO 17. Preferenciascondicionaes y deroabilidad ay '. referencias acfclicas y eleecién racional 240 SECCION SEGUNDA Earttuto L.—LA JUSTIFICACION DE L s AS : et ON DELAS DECISIONESJU- 13, Pesupuests y limites del modelo. a {Los juristas en general y los filésofos del derecho en particular han =xigencias de racionalidad en la justificacién de las decisio- sido-a menudo acusados —y no sin raz6n—de ser poco precisos en sus nes judiciales... Heetiieacien de Ine ecto: Tormuilaciones, propensos a Ix granditocuencia y al lenguaje metafori- 21, Reglas de inferencia y cambios de interpretacién Bd co; basta mencionar las famosas metiforas acu‘ticas (fuentes, lagunas) 4 tan frecuentes en los eseritos juridicos. Felizmente, en ef transcurso del 22, Razonamientos juridicos a fortiori, a pari y a con 23. Justteacin nigra y justfiectoneslerns 3g 24. Catos flees y casos diffi n siglo xx se ha produeido una creciente tendencia hacia In eliminacién ide estos vicios, al menos en lox escritos de los fildsofos del derecho. 25, Justificacién juridica y justificacién moral " 318 Esta tendencia fue inaugurada por Hans Kelscn, continuada por Alf Ross Carttuvo 1V— y HLA. Hart y se intensificé merced a Ia intervencion de los I6gicos tuo IV--REGLAS, PRINCIPIOS Y DERROTABILIDAD } tiidsofos que se lian ocupado con ereciente interés de las normas y RC me cen 338 de los conceptos nornaativos. Cabe destacar la gran influencia que tavo fl ya clisico libro de Georg Henrik von Wright Norm and Action’, Bn Espaiia esta nueva forma de hacer filosoffe del derecho comenzé en la época post-franquista con Elfas Dinz, Gregorio Peces-Barba, “Albert Calsimiglia y Francisco Laporta y alcanz6 un notable grado de desa frolfo en libros de Juan Carlos Bay6n?, Manuel Atienza y Juan Ruiz Mancro' y José Juan Moreso“, para mencionar sélo algunos ejemplos 26. Criterios de distincién entre reglas y principios 27, El argumen del caballo de Tovar 28. La derroablidad dl derecho on dentificacién de norn wedad y laguna ax 30, Resolucion de confctoc ene norms seereecneestee 31. Aplicaci6n de normas y reglas procesales ceeenenee |) 2 32. Sgélasionss: principios juridicos ¢ identificacién del de- emesis ae ee rela i iti net reees oe ua ¢ —con alg jmistmo— fo he- BIBLIOGRAFIA... mos estado totalmente ajenos a esta evoluci6n, ya que nuestro viejo li- BIA 42 bro Normative Sysiems3, publicado hace ya més de treinta afios, sigue mostrando sorprendentes signos de lozanfa, pues es lefdo, ensefiado y fo en Espaia y en muchos otros patses. En esa obra hemos intentado aplicar al derecho los desarrollo de la Ijpica y los métodos claborados en las ciengias més avanzadas, Suby ce a este emprendimiento la idea de que el derecho puede ser concel do como un sistema deductivo (0, més exactamente, como una secuen- © Von Wright 19630, Haydn 1991 > AtionzaRuiz Manero 1996. + Moreso 1998, » Alehourrén-Bulygin 1971 vit cin temporal de sistemas deduetivos), euyas propie (completitud, consistencia e independencis) desempenan un papel muy importante. En efecto, « partir de kx Hustracién se instauran los ideal politicos de democracia representativa y del Estado de derecho. Una de las aspiraciones més importantes de los pensadores de In Hustracién In idea de la separacién de poderes, especialmente, entre el poder legis- lativo, como poder politico por excelencia, en manos de representantes, del pueblo (Parlamento) y el poder judicial, como poder puramente 16 nico, ejercido por jueces profesionales. En esta teoria, el poder legisla- tivo esld encargado de crear el derecho, 16 normas juridicas ‘generales, en primer lugar las leyes, mi * tarea lel poder jue icial es la mera aplicacién de ésas normas a casos coneretos. Pero las decisiones de los jueces deben fundarse en el derecho y esto imp Ja sentencia del juez para estar justificada debe ser derivada o inferida Igicamente de las norma juridicas generates y de la descripcién de los hechos del caso, En esto consiste In famosa teoria del silogismo judicil. He agui la idea, un tanto rudimentaria, del derecho como un sistema deductivo, es decir, un conjunto de enunciados de los que pueden deri- yarse soluciones para los problemas que enfrentan los jueces. Este ideal de organizacidn jurtdica de ta sociedad requiere que et derecho sea completo y coherente, es decir, que no haya lo que los ristas suelen Hamar lagunas del derecho, ni contradicciones 0 conti te entre normas juridicas, pues justamente en los casos en que no haya ‘una norma aplicable o cuando hay dos 0 més normas incompatibles aplicables al mismo caso este ideal de una nftida separacién entre la ereacién y la aplicacién del derecho entra en crisis. La codificacién napoleénica fue el primer intento serio de lograr una legislacién siste- iticn que suministre respuestas undvocas a todas los problemas juri- dicos, es decir, que sea completa y coherente, Curiosamente, los pro- blemas de completitud, coherencia ¢ independencia han sido los temas centrales en matemiticas, en la légica y en la fisica, es decir, en las ciencias més avanzadas, durante los sltimos cien afios. De ah{ que ta iden de aprovechar para la ciencia juridica Ia experiencia de otras dis- ciplinas mAs desarvolladas y adaptar en lo posible sus métodos no pa- rece del todo descabellada, sobre todo teniendo en cuenta que estos te- ‘mas requieren conocimientos de légica, de los que hasta hace muy poco careefan los juristas y los fl6sofos del derecho. El uso de las herramien- tas l6gicas para el andlisis conceptual ha develado serias fallas en el enfoque tradicional que obligs a replantear muchos problemas. Cabe mencionar en este contexta el persistente rechazo de la posibilidad de. lagunas normativas por parte de numerosos juristas y destacados fil6- les estructurales 4 = sates ne Las sISTEMAS sURIDICOS sofos, como por ejemplo Kelsen. Kelsen no sélo sostenta que las lags nas son imposibles y por ende todo sistema juridico es siempre com pleto, sino que ademés ha negado durante gran parte de su vida la po- sibilidad de contradicciones 0 conflictos normativos. El escaso conocimiento de Ia Iégica por parte de los juristas no es sorprendente, habida cuenta del enorme desarrollo que {avo le légica en el iltima si- glo y.del hecho de que la légien de las normas y de tos conceptos nor vos recién comenzé a explorarse sistemiticamente en épocas muy recientes, més espectficamente, a partir de 1951, aio en que se publi- ‘e6 cl famoso ensayo de von Wright «Deontic Logic» ®. Desde este punto de vista el libro de Rodriguez, cuyo titulo Légica de los Sistemas Juridicos refleja adecuadamente su contenido, viene a ‘cumplir un papel muy importante. En él se analizan eon admirable ri- gor los conceptos comtinmente usados por los juristas en forma inge- al, pero que son muy importantes para la reconstruccién racional del derecho. Rodriguez, parte de la distincién que estimo fundamental, elabora- du originariamente por von Wright y Carlos Alchourrén, entre formu- laciones de normas, normas y proposiciones normativas, es decir, pro- posiciones acerea de (Ia exisiencia de) las normas. La I6giea de normas y la cocrelativa légica de las proposiciones normativas son herramien- tas indispensables para la caracterizacién de los sistemas juridicos y de sus propiedades estructurales, que es uno de los temas centrales de este libro. En él se analizan en profundidad las nociones de contradiccidn normativa o conflicto de normas y los diferentes tipos de lagunas. Este Ultimo término es especialmente ambiguo: cabe distinguir al menos cuatro diferentes conceptos que los juristas suelen agrupar bajo este rétulo: lagunas normativas (ausencia de solucién para un caso genéri 0), lagunas de conocimiento (dificultad para subsumir un caso indivi- lual en un easo genérico debida a la instliciencia de informacién acerca de los hechos), lagunas de reconocimiento (dificultad para subsumir un caso individual debida a la vaguedad de los términos que caracterizan fl caso genérico) y lagunas axiologicas (solucién valorativamente in ‘adecuada o injusta de un easo genérico). Es especialmente interesante €l tratamiento que ofrece Rodriguez de las tagunas axiolégicas y del ‘concepto de relevancia. Las distineiones entre relevancia preseriptiva y deseriptiva, asf como entre la relevancia (¢ irrelevancia) positiva y ne~ gativa le permiten elaborar una teoria de las lagunas axiolégicas que constituye un aporte tan importante como original. 7 Von Wright 1951 xl ROAR OHRAFE MER AARAAARAARAAADABZADAADMMO JORG 1. RODRIGUEZ, Me parece igualmente destacable la contribucién del autor en to que respecta a la dindmiica del derecho, Partiendo de la distincién entre sis- tema jurfdico y orden jurfdico, se analizan dos modelos de relaciones entre ambos concepios, lo que conduce a una interesante discusién del problema de la identidad de los sistemas y de los érdenes juridicos, destaciindose Ia importancia del establecimiento de un orden jerérqui- Co entve las normas juridicas sobre la base de ciertos eriterios de pre- ferencia, Io que permite solucionar el problema de In indeterminacién logica del sistema que se produce como consecuencia de ciertas devo- gaciones. En el Apéndice a la secciGn primera del libro se halla una de las Contribuciones mis originales de Rodriguez: la construccién de una Iégica de las proposiciones preferenciales, es decir, de las proposicio- nes descriptivas de las preferencias, en estrecha analogia con a distin- cidn entre la Igica de normas y Ia de las proposiciones normativas. Ast como la I6gica de preferencias (elaborada por primera vez. por von Wright”) se ocupa de los enunciados que expresan preferencias, la I6- gica de las proposiciones preferenciales pretende identificar las conse- cuencias de un conjunto de preferencias, es decir, reconstruir un siste- ma de preferencias, Esta distincién le permite a Rodriguez establecer una serie de muy interesantes analog(as formales con la Iégica de las Proposiciones normativas, tales como la posibilidad de dos tipos de egacidn (externa e interna) de los diferentes conceptos de, preferencia ¢ indiferencin. 1a caracterizacidin de esos distintos conceptos y el esa men de sus propiedades formales (reflexividad, transitividad, simetrfa ¥ conexidad) constituyen una novednd muy interesante y fructifera. Otro punto importante es la discusi6n referente a las normas y pre- ferencias condicionales y su formalizacién, que lleva al problema de ta derrotabilidad de las normas y de las preferencias. Tales desarrollos lle- van al autor a conectar el tema de las I6gicas de preferencias con el conocido problema de eleccién racional (Kenneth Arrow, Amartya Sen) en el cual logra sefialar aspectos. novedosos. Con respecto a In justificacidn de las decisiones judiciales, Rodri- guer, examina algunas concepeiones que defienden ta'supuesta peculia- ridad de los razon ridlicos, por lo que no admiten suv manejo con las herramientas de la Kégica formal. Allf pone en evidencia en for- ma convincente Ia insuficiencia de tales criticas y demuestra. mediante el andlisis de la distincién entre casos ficiles y casos dificiles, que s0- bre esta base no puede objetarse el intento de la reconstruccién deduc- Mon Wright 19630. xi LOGICADELOS SISTEMAS suRIOICOS livista de las decisiones judiciales, eomo-pretenden algunos partidasios de las teorfas de la argumentacidn juridica. Asimismo, en 10 que res pecta a la distincién entre la justificacién jurfdica y Ia justificacin moral, Rodriguez concluye que la primera slo puede descalificarse por insuficiente si se acepta alguna forma de realismo moral. Ti el final del trabajo se evaltian las critieas al positivismo juridi- co basadas en la distinciin entre principios y reglas, iniciadas por Dworkin en su famosa’ polémica con Hart, y desarrolladas luego por muchos otros auiores contempordneos. Rodriguez. descarta como criti ca al positivismo una lectara de la tesis originaria de Dworkin segin la eval el derecho estarfa integrado no s6lo por reglas identificables en virtud de su origen (es decir, normas ezeadas por Ins autoridades com- petentes), sino también per principios morales, pues en tal caso el re- chazo del positivismo sexfa una mera consecuencia analitica de waa estipulacién conceptual. A su juicio, la distincion entre reglas y princi pios sélo podria tomarse como una genuina critica al positivismo si se Coneiben los principids de modo tal que no se presuponga su cardcter moral, lo cual requiere que su earacterizacién sea tal que le diferencia com las reglas resulte cualtativa y no meramente de grado, Pero si esa diferencia entre regias y principios consiste en que Ins primeras son entendidas como normas concluyentes, mientras gue los sequnds se interpreian camo normias no concluyentes —vomo muchos aulores coinciden on sefaiar—, dado que nada obsta a que los princi pins puiedan iniradcir excepeiones en las reglas, de esto resultaria que las reglas tampoco serfan concluyentes. Esta objecién parece lievar a li conclusisn de que todas las normas juridicas son derrotables en vir- {ud de consideraciones de tipo valorativo, lo cual es diffcilmente acep- table. n st libro Rodriguez. justifica, no obstante, que ta tesis central del ivismo jurdico, esos, In posbilidad de distingir ene el dere cho y la moral, no esta afectada por la presencia en el derecho de cipice no eonluyentes, tumpoce por a posta de pediar rrotabilidad de algunas o todas las normas juridicas, en cualquiera de los miiltiples sentidos que cube atribuir a esta expresién, BI ear implicito de las exeepeiones que fimitan la aplieacidn de fos prineipios o de las reglas puede ser explicado en una perspectiva dindmica, ya sea como producto de modificaciones de las normas @ de fas ercencias de tun determinado intérprete respecto de qué normas estn expresadas en determinadas Form -s normativas, « bien como a no aplicacién de ciertas soluciones establecidas en las normas como consecuencia de distintas valoraciones morales, sin que ninguna de tales alternativa: XIE ponga en peligro la concepcién positivista del derecho, El libro de Ro- driguez puede ser eonsidersulo como una doble defensa: de ta utiidael de la concepcién deductiva del derecho y de la viabilidad del posi mo juridico. Jorge L. Rodriguez es un joven investigador de Mar del Plata que se doctors en la Universidad de Buenos Aires con el presente trabajo. A pesar de su juventud no es, sin embargo, un desconocido, ticulos suyos fueron publicados en revistas ta importantes como Doxa (Espatia), Analisi ¢ Dirivto (Italia), Isonomia (México) y Archiv fiir Rechts- und Soziaiphilosophie (Alemania) y en 1999 obtuvo el Premio al Joven Investigador de la Asociacién Internacional de Filosoffa Juri- ica y Social (IVR). No dudo que este libro contribuird a su consagrax cién como uno de los mas destacados filésofos del derecho de nuestros dias. Voy a terminar este prélogo con una nota personal. Si bien Jorge Rodrfguez ne ha side mi alumno en el sentido estricto, bien puede con- siderarse como mi discipulo en un sentido més amplio, Pero como dijo en una ocasién Manuel Atienza, la relacién asimétrica entre un maes- to y un discipulo suele ser efimera y si las cosas van bien es reempla- zada con el tiempo por una relacién mas duradera y simétrica: la rela- cién de amistad. En este caso las cosas han ido muy bien. Evucsio Butyow Julio de 2002 xiv AGRADECIMIENTOS Si itentara meneionar a todos aqusos qu de un modo w oro me apoyaron para poder terminar este trabajo no podria evitar incurs injatts omisiones, Por eso voy a linitarme « agradecer a Leonardo Pérez. Hegi por hiaberme iniciado en Ia filosofia del derecho y conta- giado su pasidn, a José Juan Moreso, Pablo Navarro, Claudina Orunesu, Pablo Perot, Tobias Schleider y German Sucar por sus invalorables apor tex y sugerencias, a Eugenio Bulygin y Ricardo Guibourg porque sin su permanente estimulo hace mucho tiempo que habria abandonado este ‘camino, y a Ia Fundacisn Antorchas por haber subsidiado parcialmente esta investigacién, Dedico estas paginas a mi familia y a mis amigos, a quienes tanto necesito y quienes siempre estin alli cuando los necesito y, especial- mente, a la memoria de mi padre Idefonso José Rodriguez. xv MORO REF FAA AARAARAA AANA INTRODUCCION 0 Logie: born gatekeeper to the Tem pile of Science, vitim of eaprictous dest. fioomed iliterte 10 be the drudge of pe das come t0 the aid af thy master, Lagi lations. Jenayay Brarras J, assis (e.), Mor As, The Bentham Collection, London, Ur versity Collage, 1834, 1¥,p. A modo de introduccién me gustaria formular algunos comentarios acerca de la génesis de! trabajo a fin de justficar su presente estructura. En el ato 1995, encontrandome a cargo de un curso de grado de Légiea Juridica en la Facultad de Derecho de la ciudad de Mar del Plata, pude apreciar que una de las mayores dificultades para el dictado de la asignatura consistia en Ia falta de un texto accesible a los estudiantes, que tuviera una notacién unificada y que diera cuenta de los diferentes puntos que constituian el contenida temético de la materia. Debido a ello comencé a trabajar en un borrador para suplir esa falencia, que no tenia la pretensién de producir un resultado original, sino solamente una sintesis del tratamiento dado @ ciertos temas por otros autores. No obs- tante, no pude resistirme 2 Ia wentaciGn de desatroliar mis propios pun- tos de vista sobre varios de los temas que iba tocando. Ast, por ejem- plo, el andlisis de las contradicciones entre normas y la primera paive del capftulo III de este trabajo reproducen con pocos cambios ideas que fueron escritas por entonces. A comienzos de 1996 terminé una primera versi6n de ese trabajo y se lo envié al Dr. Bulygin para que me sefalara los errores més grue- sos que pudiera deteciar en 1. Creo que el tamafo del borrador —que cra bastante mas extenso que Ia presente versién—, frustré mis expec- tativas de que llevara a cabo una revisidn exhaustiva, no obstante to cual me sugiri6 que las ideas allf desarrolladas podfan ser empleadas para presentar un proyecto de tesis de doctorade y se offeci6 a dirigirme en esa empresa. Dediqué todo ese afio para diagramar el proyecto, para el cual pensé que podia resultar interesante emplear teérica con Ja que contaba a fin de merituar los alcances de ciertas eriticas ditigi- das contra la reconsiruccién sistemética del derecho y el positivismo juridico. Ba particular, mi idea consistia en aprovechar © modelo de anélisis del derecho desarrollado bisicamente por Alchourrén y Buly £10 y los estudios efectuados en los tiltimos trabajos por parte del pro- fesor Alchourtén sobre el problem dela dertoabiidad de las norms para examinar la interaccidn entre rexlas y prineipios en el derecho, un tema clisico pero sobre el eual consideré que el aparate eonceptual propuesto podfa permitir ofrecer una nueva luz. A fines de 1996 pre~ senté formalmente el proyecto y dediqué los dos afos siguientes a es- cribir la tesis, en buena medida reclaborando lo que ya tenia escrito. Finalmente, en 1999 pude sobrellevar su defensa ante un tribunal exa- minador compuesto por los Dres. Ricardo Caracciolo, Martin Farrell y Eduardo Rabossi, cuyas agudas eritieas y sugereneias me pesmi enriquecer ef material con posterioriclad Este trabajo reproduce, con algunas variaciones de detalle, mi tesis doctoral. Las ideas que aguf se desarrollan hun sido organizauas en dos secciones. En la primera de ellas, que comprende os dos capitulos ini- ciales, se presenta Ia concepcidn de los sistemas juridicos como siste- mas deductivos y se evalian erftieamente sus principales implicancias te6ricas. En la segunda seccién se analiza el proceso de justificacién de lus decisiones judiciales y las objeciones dirigidas a la concepcién sistemética del derecho y af positivismo jusfdico sobre la base det ferente papel que cumplirian en el razonamiento juridico las reglas y _En el capitulo I se exploran las virtudes y falencias de la concep- cidn de los sistemas jurfdicos como sistemas deductivos, evaluéndase en particular la propuesta formulada en este sentido por Alchourrén Bulygin, que pnrece edecuada para superar los problemas que trae apa Fejada toda concepcion reduceionista de Ins normas juridiens, esto es la pretensién de reputar juridicas a todas aquellas normas que compar. tan una cierta propiedad. La eoncepcién de los sistemas juridicos como istemas deductivos permite aprovechar para el anlisis del derecho distintas categorfas de las ciencias formales, lo que a su vez posibilita esclarecer problemas como el le su completitud, coherencia e indepen denela, Se pone especial énfasis en la importancia de la distinci6n en- tte normas, formulaciones de normas y proposietones normativas y en el andlisis de las eontradicciones entre niormas y las lagunas en ei Fecho, on particular sobre las denominadas «lagunas axiolégicasy, ya que ambas cuestiones tienen repereusién sobre la distincién entre re- Blas y principios juridicos Sobre el final del capitulo se puntualizan dos extieas que han sido dlirigidas contra el enfoque analizado. La primera de ellas objeta esta caracterizacién sobre la base de las consecuencias aparentemente in- admisibles que se seguirfan de Ta existencia de contradicciones en los a LOGICA DF LOS SISTEMAS 1URIDICOS sistemas jurfdicos, Bn el trabajo se intenta mostrar que Ia objecién fa Ila debido a una presentacién demasiado simplificada de las earae ticas que asumen las contradicciones normativas en el derecho y en raz6n de una ambigiiedad en Ia formulacién del argumento, La segun- a pone de manifiesto una serin objecién de caricter Wégico a las defi niciones de «norma juridica» y «sistema juridico» ofrecidas por Alchou- rrén y Bulygin en ta version castellana de Normative Systems, En el texto se sugiere que no hay modo de obviar Ia objecién salvo que se enuacie no sélo a Ia idea de caracterizar al derecho en el nivel de las hormas, sino también a Ia pretensién de hicerlo en el nivel de los si temas, Un intento por superar la limit capftulo Hl, en el cual se analizan problemas de dinimica juridi vvés de la distincién entre las nociones de «sistema juridico» y «orden juridico», entendido este Ultimo como una secuencia de sistemas mo- ‘mentineos. Allf se brinda una justificacidn de Ia conveniencia de con- cebir la relacidn entre el sistema y el orden juridico como una relacién de pertenencia y no de inclusién, justificacién que se apoya entre otras consideraciones en el caricter no conmutativo de las derogaciones en serie, Se distingue ademds entre pertenencia y aplicabitidad de las nor- ‘mas y se comparan los procesos de promu‘gaci6n y derogacién de nor- mas con el establecimiento de préferencias entre ellas. El capitulo con- lye con una critica a ciertos argumentos utilizados para justificar la conveniencia de establecer jerarquias entse las normas en el nivel de su aplicacién. Genaro Carrié sostenfa que:la 16gica debe cumplir la funeién de los resortes en los muebles: tiene que estar presente pero no debe verse. He intentado en cierta forma seguir su conscjo, despojando en lo posible el cuerpo del texto de los distintos capftulos de «terrorismo I6gico» y concentrando en un apéndice a ta primera seccién algunas consideracio- nes sobre la l6gica de normas y la légica de preferencias que se toman ‘como base en el resto del trabajo. Respecto de la primera, se enfatiza Ja importancia de distinguir tna genuina légica de normas —si algo ast es posible— de una I6gica de proposiciones normativas y se conside- ran algunas de las alternativas propuestas para In representacién de las hormas condicionales. Este problema de la formalizacién de las normas condicionales —respecto del cual se ha csumido el enfoque que Car- os Alchourrén ha denominado «concepeién puente» frente al enfoque de la «concepcién insular»—, tiene un vinculo muy estrecho con la dis- tincién entre reglas y principios en el derecho, dado que su considera cidn permite advertir en qué consistiria el earicter derrotable de cier- 3 DOOR AORAREAOEAAARAAARAAAAADDAIADMANMODM Jongh RooRIOU, {as normas, Una ambigiiedad que asume 1a negacién en el contexto de tuna I6gica de normas condicionales —paralela en cierto sentido a la ambigiiedad de la negacién en In I6gica de proposiciones normativ permite definir una nocién débil de derrotabilidad, a partir de la c pueden desarrollarse nociones mas fuertes mediante Ia adicién de a ‘mas suplementarios. En raz6n de la estructura general y condicional que parece presen~ tar Ia mayor parte de las normas juridiens, para una representacion tor. imal adecuada de ellas pueden uiilizarse los operadores deénticos estén. dar y condicionales estrictos para dar cuenta de la generalidad en cuanto a las circunstancias. Sin embargo, podria considerarse que existen ra. zones para interpretar Ins condiciones especificudas por las normas jus ridicas para el surgimiento de derechos y obligaciones no como condi. Clones suficientes, sino meramente como condiciones contribuyentes, sto es, condiciones necesarias de condiciones suficientes, cuya forma, lizacién requerird del empleo de condicionalés derrotabies —-que no satisfaven ti ley de refuerae det antecedemte ni el modus ponens-— Ja no satisfaceién de! modus ponens por parte de lox enunciados dlerrotables trac aparejado un corolario de enorme relevancin: results. ‘fa imposible derivar consecuencias normativas a partir de enunciados condicionales derrotables con relacign a casos concretos. Ello asf pues Coma tales enunciacos expresan sélo condiciones contribuyentes, nun, fa se podria estar sezuro frente a un caso concreto de que no concurre una excencién a su respecto. Se avanzan asimismo en et apéndice algunas ideas acerca de la be gica de preferencias con el propdsito de dar cuenta de las jerarguins enire normas como herrumienta para ta resolucién de contlictos. A in. {es fines, se presenta una seric de analogtas entre 1a légica de normas ¥ Ia l6gica de preferencias, intentando mostrarse que también respecto de las tiltimas correspond distinguir una genuina lépica de prefercn clas de una I6gica de proposiciones acerca de preferencias. La primera intentaria reconstruir la racionalidad en la actividad de preferir. La se- gunda permitiria identificar las consecuencias que se siguen de un cierto stoma de preferencias, sea que este se adecue 0 no a las paulas de acionalidad reconstruidas en el eéleulo de 1a I6gica de preferencias. Ello permite advertir ambigtiedacles en las nociones descriptivas de pre. ferencias semejantes a las que se presentan en el edlculo de a légica de proposiciones acerca de normas, lo que hace posible analizar con mayor claridad sus propiedides formales, en particular el problema de la Wansitividad de la indilerencia. Avanzando Ia analogia con la Igica de normas, se introduce ta cuestién de la representacién de las prele- 4 ceacns condiciones ye problema de a deroabldad también on exe campo. ‘alchours ron statin que la idea de Ja derrotabilidad habia sido. Soalleda en diversas dren de esd pese aque en general en cada sa delle se halls avanzd sin tomar en consider Te hecho en tn demi Aa. a mish peosapelon apace con diferentes nombres cn eigen oh eon de os abs fons de omen a oqict Secaca em intligencl areal bajo ot nombre de «20 omnis yen aden cones ae compat sn tualizacién de bases de datos, Examinando el problema de la steceisa Calecive, or paadealar lr daivaciouss del orem’ de impos de Arrow, me parecié advertir que también allf se Prearnlabe: Bee dieutad,) exo focus fatentaprsenta en el al el peice Ia seguna ss itn cons dd tae El pe ocupae i econstucren deine dea ene fa partir del marco tedrico preséntado en la seccién anterior. Se busca mando en cuenta las supuesias peculiaridades que presentarfan ie ra tar Reverenaa ho i logics Torre ara Te cual a evllan los enzo- formas de razonamiento son validas para ka Kgicn formal, ella no po- cea expe eu ain nc vets evan omen Forms iigieamente inviidas de eezonariento, ta Kigien formal no po- dhe br ncn del Hecho de que los jue na emplean can prevedh enc abor coriiana, Amsy alterrtives de ext dilema poreseran Sond ants fe qe ge foal rest mc de masiado estrecho para la evaluacién de los razonamientos juridicos. Lo Que sini jusficar en el bao es que, ai bien enol modo en goe tinct diferencia se preseatonhibiaaimente en el dereeho rain an ype lea crseuencias Ten nt FeAibi, lat prevechogus. spade etal Gaando‘m inj Sissel scones feds or sea uo en Share ogy, chin el iio de vali ene sien catgut advertir este peligro. por oun gare, se analiza [a dst sy if les a de tenia demestar que no puede drive unnobjcton ai 1énoma a la reconstruccién deductivista de las decisiones judiciales sobre excuse de tines coo eso aos sretenlda ny salro gue fo iis qo en los chon Cs is > siones judiciales se fundamentan en principios mientras que en los Fiéciles sé fundnn en reglas, y que entre reglas y principios media una Herencia de caréeter légico. Por ditimo, se explora Ia distineién entre ficaei6n jurtuica y justificaciGn moral, seftalundo que sé se toma en consideracién un seniido fuerte de ejustilieucién», de coulormidad eon el cual se exige para calificar coma justificado el contenido de una de. cisién judicial no sélo que ésie se siga Igicamente de ciertas premi- sas, sino ademés que ests premisas sean corrects, esto Heva a la ne cesidad de ofrecer alin criterio de correceién para premisas normuatives, indicandose algunas de las dificultades que esto ofrece. Al respecto, proyectando las conclusiones del anilisis efectuado sobre el final del éndice, se destaca la tensidn que existe en Zar un acuerdo en ciertos principios morales bs Ja resolucién de problemas practicos concretos. El capftulo 1V se dedica a Ia evaluacién de la erftica al positivismo fundada en Ia distincién entre regias y principios. Si bien los criterios de distincién entre reglas y principios han sido extensamente discuti- dos, uno de los que reviste particular interés ex aguel que considera que mientras las reglas configuran de modo cerrado los casos, estipulando soluciones normativas quc se siguen concluyentemente siempre que se verifiquen ciertas condiciones, los principios lo hacen de manera abiert, esto es, establecen soluciones no coneluyentes por cuanto se encuen- tran sujetos a excepciones implicitas. sin caructeristien ha sido util zada por Ronald Dworkin, entre otros autores, como argumento para sostener que los principios no serfan identificables en virtud de un test coino el de Ia regla de reconocimiento, lo cual comportatta un serio obstaculo contra la pretensién positivista de la independencia concep- twal entre el derecho y Ia moral Se destaca la importancia de una sugerencia de Carlos Nino en el sentido de que los argumentos de Dworkin admiten dos diversas lect ras: si lo que se sostiene es que el derecho no s6lo esti compuesto por reglas identificables en virtud de su origen sino también por principios morales, sus ideas no constituirian una critica al positivismo sino més bien un desarrolto de las consecuencias que se sepuirfan del rechazo de tal concepeién, Para tomar sus argumentos coma una genuina erftica al positivismo deberia poder establecerse una diferencia entre las regias ¥ les principios que no presupusiera que los tiltimos son normas mor: les, Seria entonces necesario justificar la existencia de una diferencia cualitativa entre reglas y principios que permita sostener que, debido a tal diferencia, los prineipios no resultan identiieables en virtud de un test como el de la regia de reconocimiento, En este sentido, parece ha- 6 Loarca pF Los ststIaNAs Junipicos i i en sindiear al earfeter no eon ber coineidencia entre diversos autore: a al ea su rasgo mas saliente. Sin embargo, la Jyyente de los principios como su rasg I bre tales bases no piirece tener respuesta a In siguiente objeci6n: si se dite que los prineipios poseen carter no concluyente » admis, que ellos pueden eventualmente intwdueit exeepeones en las reglas, estas festa objecién contra lo que podria denominarse «lesis fuerte de xeparacion entre reglasy prinipios deja subsitente un serio custo humiento contra el positivism ya que, de conformidad con lo expre sado, todas las normas jurfdicas resultarfan derrotables en virtud de consideraciones vatorativas ; Para analiza e problema planted se parte de una rt de explicar el carieter no concluyente que se atribuye a los p eens probabiladcs,toealzindove el problema en lo que et = fica se ha denominado «derrotabilidud>, Pero se trata de remarcar que fa noelén de derrotabiidad, cuando se predien ta caracterstica con relucién al derecho, encubre en realidad uns diversidad de problemas diferentes, Basicamente, cuando se hace referencia a la derrotabitidad con respecto a las normas de un cierto sistema juridico, se formula una airmacin relativa a la eaifieacién normativa de ln aeciones de eon formidad con el sistema que se toma como punto de referencia. Y oc tre que las calificaciones normativas de ciertas aeciones de acuerdo con fas normas de cierto sistema normativo son sensibles a las variaciones, tito del contexto normativo como del context etic, Si cambian las normas o Yarfa el conocimiento acerca de las normus que componen Sistema de referencia, puede variar la calificacién normativa de una ice si cambian los hechos o varia la informacisn relative a Tos hex cios de-un caso, puede igualmente varia Ia ealifieacién normativa de tuna acciGn, En cualquiera de estos casos podria hablarse de «derrota- ilidad “ah aricesre Ia base de estas ideas, se evaldan los distintes sentidos ue pueden acordarse en el derecho a la idea de la derrotabilidad, tratando {le demostrar a) que en cualquiera de esos sentidos el problema afecta 3 fda norma juries, y b) que, no obatante, ninguno de esos sentdos resulta incompatible Con la esi basica del postivisao, esto es, que es posible identficar las normas de un sistema jurdico sin recurce a com, Sideraciones morales, De modo que la posibiidad de distingule entre « derecho que es y el derecho que debe ser no se ver'a afectada por ia adimisién de principios no concluyentes como integrantes de 1s siste- mas juridicos. A tal fin se utilizan las distinciones introducidas en ta 3 a99499999° neb6O060 00606666 0066006 86606 JoRGi L. kopalour Primera sectién, entre normas, formulaciones de normas y propos mes normativas, sistema y orden jurfdico, pertenencia y aplicabilidad de normas y los anilisis efectuados respecto de las coniradiceiones y la. unas, los procesos de promulgacién y derogacién de normas y las je- Farqufas entre normas, En resuinen, este trabajo —como un pariente pobre de Rayuele de Cortézar— es a la vez. muchos trabajos ya que puede set lefdo de mo. dos diversos. Sia pesar de ello tuviera que expresar en pocas palabras Cuil es su cometido central, ditia que éste consiste en un intento por gureeer una vision panordmica de las distintas posibilidades de empleo 6gien para el anilisis det derecho. Pese a su influencia en la filosofia y la teorfa del derecho, las ap gaciones del andlisis ISgico al campo juridico no han tenido igual veo 11 Ia labor de ta dogmitica, es decir, Sobre el estudio que efectian lox Juristas de los problemas concretos de cada rama del derecho. Existen huchas razones que portrfan explicar ese fenémeno. Por una parte, la formacién de los abogados ha mantenido siempre un fuerte eardicter enciclopedista, ajeno a cuestiones metodolégicas y aislado cle los avan es operacos en tal sentido en otros campos del conocimicnto. Por otra, {a casi completa carencia de preparacién en disciplinas formales vuel, Jo.3 los juristas bastante desconfiacos respecto de la simbologfa de la logica formal y su fecundidad para el estudio del material juridico. Mi aspiracién es que este trabajo contribuya a disipar tal descon- fianza y @ destacar el importante papel que la logica puede eumplir como herramienta para el estudio del derecho. Hago mfo el volo de Bentham para que los juristas no desprecien el auxilio que la logica los ECCION PRIMERA Cariruto EL DERECHO COMO SISTEMA 1, NORMAS, FORMULACIONES DE NOEMAS Y PROPOSICIONES NORMATIVAS ES EL DERECHO Para adentrarme en el andlisis de las normas jurfdicas creo que pue- de resultar fructifero partir de In consideracién de un ejemplo del de- recho argentino. in dos fallos recientes dictadios con una diferen aio, la Suprema Corte de Justicia de la provincia de Buenos Aires tuvo ‘oportunidad de pronunciarse sobre un problema altamente controverti- do entre los penalistas argentinos: Ia «secuela de juicio» como causal de interrupeién de la preseripcién de ta accién penal. Se trata de las sentencias dictadas en los autos «Balchumas 0 Balchunas, Marcela Lucia s/ Homicidio culposo»' y «Caiién, Carlos L, sf Denuncia»?. Lo curioso es que ambas decisiones, pese a versar sobre el mismo tenia y justificarse apelando a idénticos textos legales, resultaron contradic- torias. La cuestién central a resolver era Ia siguiente: el artfculo 67 del ‘Cédigo Penal argentino (segsin texto incorporado por ley 23.077) esta- blece que la prescripeién de la aecién penal se interrumpe por Ia comi- sin de otro delito 0 por la «secuela del juicion, expresion esta dltima sobre cuya interpretacidn existe gran divergencia de opiniones entre los juristas. En el primero de los casos citados, la Suprema Corte interpre- 6 que In voz juicio» contenida en la expresién «secuela del juiciow hacfa alusi6n exclusivamente a la segunda etapa de las dos en las que se dividfa el procedimiento penal de la provincia Buenos Aires: suma- rio y plenario®. Se considers que durante el sumario no podfa haber «secuela de juicio» pues dicha etapa del proceso penal constituia una fase preparaioria del juicio propiamente dicho, esto es, el plenarie. En TY SCBA, causa P. 44.190, flo de fecha 816/03. 2 SCHA, causa P 7-770, fllo de fee 1DS4 > Ta coma se halla vigene hasta a sania de a ley 11,922 y sts mdifcatorias, u PQQ ‘af ¢ Se JonGt L. RopRfouee, #1 fallo comentado se interprets que no puede haber «juicio» sin cjer- sicio de Ia accién y que, en un juicio penal por un delito de accién paiblica, su iniciacién se producirfa con el ejercicio de Ia accién penal a través de la acusacisn fiscal. Este acto consttuiria el inicio del ple- nario en el proceso bonaerense El argumento esgrimido por el tribunal para justificar esa interpre- facidn en la causa «Balehumas» consistié en que la intervencién de los interesados en el sumatio habrfa sido prevista por la ley para garanti- zar el derecho de defensa durante la acumulaeién de pruebas. Por con- Siguiente, se epté por una acepcién restringida de «juicio» y se hizo lugar al recurso presentado en autos por entenderse que la accién pe. fal Se enteontraba prescripta, Pero pocos meses despuc la Suprema Corte modificé su criterio. al decidir el caso «Cardin»: se adopt entonces una acepcién amplia de Ja expresin «juicio», entendigndose por tal todo el proceso penal, tnn- to el plenario como Ja etapa sumarial, Para ello se adujo que, siguicn- do una «interpretacién teleolégica», no podfa ser otro el significado de la expresion esecuela de juicion, dado que las maniobras dilatorias que, n se entendis, esta causal de interrupeidn de la prescripcién pre: (ende evitar, podian darse en ambas etapas del proceso. Por ello la Corte decidié que no import aeusacién fi hhabido © n0 . pues lo importante era impedir que la aecién penal pudiera preseribirse mientras los Srganos judiciales expresaran su vor luntad de reprimir al delineuente, en curmplimiento del irimite fijado por expresas disposiciones legales. En apoyo de tal decisién se sostuvo (ue 1a vor juicio» debfa interpretarse en relacion con el significado acor. dado a las expresiones «acciém penal» y wextincién de la accién pent {Como explicar una situacién como ésta, en la que se llega a de: siones incompatibles sin que hayan variado los textos que se ita apoyo de ambas sentencias? Aqui se manifiestan en toda su importa cia ciertas distinciones conceptusles hoy corrientes en la teoria gene~ ral del derecho: de acuerdo con von Wright, puede distinguirse entre las formulaciones normativas, como oraciones que expresan normas, las norma expresadas por dichas formuliciones y las propostetones ior. ‘metivas expresadas por enunciadlos metalingifsicos referidos a norms Antes de profundizar estas distinciones, eabe aclarar que resulta icar algo que tos los fendmenos que se asocian con la fengan en comin, Como Wittgenstein seftalaba, hay Mes —y «nveniae parece un caso paradigmatico dle “Ch von Wright 19634:100, LOGICA oe LOS SisTEMIAS JuRiDICOS aludic a fenémenos entre los cuales no exis~ todos compartan, sino que se hallan empa- seen un cierto aire cllo— que se utilizan para te ninguna propiedad que saan in fentados entre si de muchas maneras diferentes, p ido de familia® : sxcleos significative piseipaes dela expesin enon sesminan- do eapecialmente To que denomin6 exeglas deter : es o reglas tcnicasm y «prescripciones»’, sete SI ‘pie ins determinativas 0 BI ejemplo arquetipico de las ree! 0 s estri dado por Is regls de los juegos. Las relas de HEE temmtinan los movimientos amisibles y de ese modo al propio jusgo: determinan cues son Tor movimienos corrects desde el puto de visa faego wi | vimienios permitidos desde el el juego mismo Y eles son los movimicntas permitidos desde ef Tras de Ta gramatica dev lenguaje nara, 8 que elas fia es pate fas del gveutso corvecte. De un, persona que no bacon aveglo & Is regis de rama de um ema se is que hale Ieee eet yue no habla exe idioma, Similar comportamiento re aeevor Hexibilidad y mutabilidad al hallarse sujetas & wn permanente proceso de cambio. stones tna funda ipo importante de normas junto a las reg! eae quae las que von Weight denomina weaess 0 nativas serian aqucllas ata * cies 0 slacién con los medios a smplear pi treglas tenicas». Eas guardan relat = ti a sme pa insruceiones de uso, cor Tas que Se presupone que to persona que Is Sigue aspia al resultado con visas a cuyo toro sedan dlehas instruc Sites Los seln tan formas en oaiones coniinales en. iyo anteedente se menciona alguna cosa que se desea y en exo com Seine se hace referencia alge que tiene 0 90 tiene que hacrse aes formulglones no son deserinvas ni presen, pe suponen Wen engnciado deseriplivo cn ef eval el eonsecucnte es te sort del srtecedente.al que von Wight ealifict como «pfO- fosildn anak». Para von Wright bis gla tenes no pueden {er ideniicadan on las proposiiones anankastins, po enue ells mredia una eonexidn Kigict ya que las primeras presi ide las segue © Yeas Wugenstein 1953, pargratios 65 9 67 CE von Wright L634, capitulo L _ 13 Bl tereer tipo de normas estaria conformado por las prescripciones. Ellas son dadas 0 dictadas por alguien, esto es, dimanan o tienen su origen en ta voluntad de un dador de normas 0 autoridad normativa, Ademds, van dirigidas a algin agemte, a quien von Wright denomina «sujeto normativo», Cuando Ia autoridad diets una preseripcién, pre- lende que el sujeto adopte una cierta condueta. Puede decirse que la ernisién de fa preseripcién manifiesta la voluntad de la autoridad de hacer que el sujeto se comporte de una manera determinada. Para que el sujeto conozea Ia voluntad de 1a autoridad, esta Ghtima promulga a norma y para darle efectividad le afade una sancién 0 amenaza de castigo. Las preseripciones son, en términos generales, drdenes o permi= sos dados por alguien desde una posicién de autoridad « alguien en una posicién de agente y sus ejemplos més caracteristicos serfan las Grdenes militares y las regulaciones dictadas por funcionarios est tales? ‘Tomaré este tercer sentido de la expresién «norma» como bisico, de modo que, salvo que se indique lo contrario, resiringiré el uso de tal voeablo para referitme con él exclusivamente a lo que von Wright denomina «pri >. Una formutactén normativa serfa, entonces, una expresi6n lingtis- tica a través de Ia cual una autoridad normativa pone en conocimiento de cierios agentes cémo pretende dirigir su conducta, en Ia medida en que dicha expresién sea considerada como s{mbolo, con prescindencia de su significado, Las formulaciones normativas expresan normas, de manera que sélo corresponde hablar de «normas» como resultado de la operucién que Heva a cabo el intérprete euando toma en considcracién el significado de una formulacién normativa, identificando o estipulando reglas de uso definidas para sus términos componentes, Podrfa decirse entonces que una norma es la correlacién de un significado a una for- ‘mulacién normativa, Dos formulaciones normativas correlacionadas a 7 Podiiatomarse » esos es nds sigifeativs simplemente como tes uss di ferenciables deni def familia de fendmenos wscclalos fa expresién enorme 0 ben como definicions estipustvas de wes calgoras teres disian, De seuer eon 0 cho, los andliss de von Wright sean suscepibles de dos interretaciones Iago to- sulla de i proysctin de programa del segunda Wgsnsen consistems en tear @l wo de las exprosianes en ct sjug del lengua ctiianom ta qe rela de its eta a reconsacln ectav ean psi, Ee ine ase ou 40 del emprendmiento seria rutfer en Ia media en ue no 4 simplique lagu ade! ws ondnario yn el segundo, en Ia medida en ul econstucein 3 Io aca posible, pseaun xiao de fezundidaly set similar explicendm, peta me Simple que 4 Loic bg Los stern sos - tun mismo significado expresarian entonces dos normas diferentes aun- fe sindnimast. se ina de las actividades que: cumplen los juristas bajo la denomina- cin genérica de sinterpretaciény consistejustamente en ta atribucin de un significado a los textos Iegales. En otras palabras, uno de los cometidos fundamentales del intérprete en el derecho (abogado, juris 6 juez), consiste en la identificacién del significado de una formulacién normativa, 0 en Ia adscripcign de uno entre varios posibles en caso de ambigiiedad. El resultado de la interpretacién seri, en consecuencia, kt identificacién de un cierto significado para un texto legal i Cabe aclarar que lo dicho en el parrafo unterior es, en buena medi- da, una eonstruecién teérica: si alguien preguatara: «,Cémo interpreta Ud. cl articulo x de esta ley?, cualquiera responderia: «Lin mi criterio este articulo preseribe ...» y 10 que digi a continuacidn serd a su vez una expresién lingistica, Sostener que la interpretacin consiste en alvibuir un cierto significado a un texto normative y que el resultado de tal operacién sera la identificacién de una norma parece una abstrac~ ‘cidn, por cuanto ese resultado se manifiesta siempre a través de una nueva expresiGn del lenguaje. Por consiguiente, podrfa sostenerse si- guiendo @ Vernengo” que interpretar es traducir un enunciado de un erto lenguaje a otro enunciado del mismo u otto lenguaje, que por alguna raz6n se considera més comprensible 0 claro. Pero aunque en Ia prictica la interpretaci6n juridica consista en traducir una expresién lingijfstica en otra, no pierde valor Ia distincidn efeciuada entre normas y formulaciones de normas ya que ella permite explicar situaciones como la comentada, en las que se arriba a soluciones disfmiles para easos andlogos a partir de diferentes interpretaciones de los mismos textos, ‘Moreso y Navarro sostienen que la identided de una norma estérelactoneda con cl uso de alguno de los siguientes exterios: — sintbetico: Ia identdad de la norma depende de Ia ident de lo formulacién formative (aingue aq deberfatodavisuelarars si Tas normas son entendidas ‘nm enuneiadgstipo 0 bien como enunelidos-insripeién, s2gdn kr distineién de Pierce 1906 entre ype y then). _— Semantco: le identidad de la norma depend de ta identi de! significado eti- boo a ana formalacisn noemativ — tnist: Iw identidad de una norma depende de fa identidad de ta relacion entre formutucidn normaivs y significado (el. Moreso-Navareo 1993:30-3)). De acuerdo con esta claificaei6n, el eriterio de identdad de tas normas propnssto cs un etiterio mixto sintetieo-reméntico. Esta caracterizacion de las normas, por otra parte, no presupone que el significado sca uns eatidad abstraca Gf, Nesnengo 197137 OO © OOOO OSH ESCH H COC HPOSYAIHGISR 10RGE L. RODRIGUER Se podria suponer que una interpretacién adecuada de un cierto texto legal seré la que se formule mediante otra expresién lingilstica que resulte logicarnente equivalente a la primera, de la cval, por consiguien- (c, se deriven las mismas consecuencias légicas que de aquell embargo, la operacion de interpretacién no es unfvoca, pues pueden cxistir varias interpretaciones plausibles de un mismo texto y muchas veces ellas no son logicamente equivalentes. La razén u que ello abe- dece esté dada por los problemus seménticos que aquejan al lenguaje en el que se expresan [as normas, en particular a la ambigliedad, El derecho, si bien estd expresado en un tenguaje técnico, con términos que Poscen un significado precisado por definiciones estipulativas, toma ‘como base a! lenguaje natural, Esto resulta imprescindible a fin de que tos destinatarios de las normas puedan comprender su significado y adecuar su conducta a Jo que se prescribe. Ahora bien, en la medida cn ‘que dos juristas atribuyan a un mismo texto interpretaciones que no sean Vogicamente equivalents, [as normas a las que arriben serdn diferentes Y sus consccuencias presumiblemente también La imerpretacién en el derecho, tal como se 1a ha caracterizado —esto €8, como la identificacién 0 adscripcién de significado a los ex- tos juridicos, euyo resultado se pone de manifiesto a través de nuevas expresiones lingilfsticas, supuestaménte mas comprensibles que las que In autoridad normativa formulé—, constituye una operacién lingll(s- tica™®. Lo que el jurista debe tener en cuenta al momento de interpretar ‘Dos enuiciauos descriptive son ligicamente equivateites, d2sde ima perspcek ‘ya semintiea. si, y sola si, cada uow Ue ellos ex verdades en lon minmox easor =m low {que el cura Joes. Pero trainase de preseripcionex esi earacerizacion resllarta cic, donable pes pressponlts fn posite! de niboie valores the verdad las norte * Los problemas de lenguaje ew ef derecho han sid abueddos en aumerasc Ira bajos, Ent ellos, eabe mencionar especialmente [a extenst puldmiea xostenide por ‘Sehawiin Soler y Genaro Cari fresefala en Cuprhé 1986), También se reconcile Hectora de Ros 1984, eapfilo ¥, Vesnenge 1O7T y 1996 y Mores 1 99a. Ange en In interpeticin xe Hewes a eaby operaciones sue av non eSUFECLAMEE pica correxpannderta puntuaizat lo siguiente: 8) Ea primer lugar, sien Jo mayor paste de los proteins interpretativas en et derecho se generan u parti de fas deficiemeias semeticas del kenguaje haturi, gure se ellos son de fndole extrictamente ldpica. Me refer a fax Hamada naenbgitedaden sintécticass, que resultan de diftcultades en [a ineloceién de la utlizacién dada stm> Does de putin vs gies, Un ajo de to septa leo legal ea puede et ne el xenlida de una disyuncin exetuyente eoino ineluyente I problema sintdetiew mas grave en ta interpretacidn de ls (extos legales resulta fel carter cundicional de Ia mayoria de ellas. Lox enuncisaos condicionaes del tee. Eunje narural se peestun a muchas iatcepreucinnss diversay y ext prvice SION pt 16 ® Sin” LOGICA DH LOS SISTEMAS WURlDICOS je. ‘pio en tuna formulacién normativa son las reglas del Lenguaje, en principio « el modo usual en que son utilizadas las palabras por In comunidad lin- istica a la que pertenece. aera cas, #euise up uso extendido dentro de la ‘comunidad ju- ridica para ciertas expresiones, el jursta deers adecuar sa interpret cidn a ee uso. No obstante, ocurre muchas veces que Ja autoridad nor- tmativa se apara de los usoscorientes, estipuind in cent sigifieado para una expresién, Pera en cualquiera de las dos situaciones Ia labor interpretativa se circunscribe a una investigacién empirica a fin de iden- tificar el uso de una expresién —para lo cual se tiene en cuenta el con- Gicmal sv hr de derma as dreunstnens tien sg epd Hehe mt ltt ocean rout enc ag fl en run Tegal, se requerird del andlisis Iggieo para determinar cules gon las diferencias entre icc ei ake an comme “oe oe tee ve conseceencis, xi bien el conjunio de Hos Fores «ese toma en cuenta park JORGE L. RODRIGUEZ texto en In cual aquella se inserta y la sitwacign particular a evalua 6 Ia iniencién det legistador"™ Claro que es posible que ef resultado delicha investigaci6n sea incierto, bien porque no existe un uso habitual o mayoritariamente acep- tado para cierlus expresiones, bien porque In intencién del legislador no est clara. Fin tales circunstancias, la labor interpretativa del jurista de hhecho suele no limitarse a una investigacion empirica, postulande un significado no resultante de reghas adnitidas sin discusidn, sine produ to de sus propias convicciones. En conscevencia, a veces la tarea in~ terprotativa es meramente descriptiva de usos lingiifsticos, pero en oc siones preseribe como deberia interpretarse el texto legal en cuesti¢n, in razn de los problemas seménticos del lenguaje juridico ya comen- tados y de Ia imposibilidad de Tistar todas las « lenguajes naturales, siempre existe un marco dad en la atribucisn de significado a los textos legales". Bs corriente en el derecho distinguir entre la llamada «interpret j6n subjetivay, destinada a descubrir la intencién o la voluntad del legislador, y Ia ‘sinterpretaeidn objetiva», que busca determinar el sig- nificado del texto legal con independencin de Io que el legiskidor qu so decir, el «sentido objetivo» de la ley. Pero como lo sefialn Eugenio Bulygin, esta distincién resulta insostenible: no existe un tinico senti- do (el supvesto «sentido objetivon) en el que una expresién pueda ser interpretada, por lo que la sinterpretactén objetiva» no polria consistic en oira cosa que en la idemtificacidn del uso combn de las expresiones 4 inerpretar. Ahora bien, si el legislador no se aparté del uso comin Gel lenguaje, ser menester interpretar Is expresin en cuesti6n siguic do ese uso comin; por otra parte, si se apartd del uso comin y emples la expresion en un sentido diferente, ese deberd ser el sentido que se acuerde a sus dichos. Por consiguiente, cuando ef legistador no se aparta del uso comiin, interpretacién objetiva y subjetiva coinciden, mientras que si lo hace, pretender efectuar una ainterpretacién objetiva» impli- carf modifiear ta norma que el legisladar diets" Cabe adventir que en el proceso de interpretaci6n jurfdica, a fin de fijar el significado de una formulacién normativa, resulta necesario que se la relacione con las restantes formulaciones dadas a conocer por la ‘autoridad y que se tenga en cuenta para ello ciertos criterios jerdrqui- cos. Asf, €5 posible que con mas de una formulacién normativa, segin Es obvio que solamente en vn sentido meieGrico puede hublarse de unw sinter dn del lepisadar» cuando se hace referencia a un sisiema juridico contemporaine “Cr Bulygin 1986, © CE Alchaairén-Bulypin 1983s, 8 “LOGICA DIE LOS sIsTEMAs sUEIDICOS el significado que se les adjudique y Ia rel cllas, pueda oblenerse s6lo una norma, © que de una formulacién nor- mmativa se extraiga mas de una norma. Por ello podria decirse que una norma es una expresidn lingifstica a la que se ha fijado un cierto sig nificado partiendo de una varias formulaciones normativas, 0 que es posible formular pantiendo de fa reconstruceién de wna o varias formu: laciones normativas™. ‘Con respecto a la distincién entre normas y proposiciones normati- vas ereo importanie aclarar que, aunque en un sentido muy general puede entenderse que cualquier asercisn metalinglistica referida a una norma expresa una proposicién normativa, en sentido estricto denomi- nnaré «proposicién normative» al signifiendo de un enunciado existen cial que predica [a pertenencia de una norma a un cierto sistema". Bl ‘enunciado que expresa una propo: iva serd ealificado como ‘enunciado normativon y, si se refiere a un sistema jurfdico, «enuncia~ do juridico»". Las proposiciones normativ como las proposi- ciones jurfdicas como especies de dicho géncr0— son entidades suscep- tibles de verdad o falsedad y esa verdad o falsedad es relativa al sistema normativo de referencia”. No obstante lo expresado, In idea de que las proposiciones norma- tivas poseen valores de verdad ha sido cuestionada agudamente por ‘Tecla Mazzarese. Su argumento central consiste en sefialar que, como no existe una dnica interpretacién que pueda considerurse «correcta» 0 verdadera» respecto de una formulacitin nonmativa cualquiera, el pro- o de identificacién de Ia norma por ella expresida no podria dar un lacién que se admita entre $e die en el texto 0 que es posible formula» para dejar abierta Ia posibifidad tke inci nel eoneepi de narnia a Is Ho Tipieas de fas norms formulas. Agradezco x Gerniin Sucar el haber eorregido en este pnts una versign preliminar de ese trabajo, Lus normas derivalns serdn analiza en 1 punta 3 de este expstul, "CE von Weight 196%: 121 Debio alo extend del uso de a dstineién ene norms y praposieiones nor agul que les propasiciones son entidades de ls que eabe predii wer {tudo falsedad, aunque tal suposicion ha merecido no pocus ericas. Al vexpecto puede tonsultarse Orayen 1989:17-59, Por otra parte, cortesponde aclarar que en von Wright 1(3e:120-121 parece sostenerse que une oracidn wala descrpaivamente para decir que tna acid ex obligatoria, prmitida 0 prohibida expresa un enunciado normativo, inn tras que una oracién asada para decir que una nocma que establees tal o cual est existe express una proposicién nonnativa, Sin embargo, caiacido con Eugenio Bulyzin en qe, {81 interprets, los enunelados normatives no son mds que wna forma elipticn de reste proposiciones nocmativas (ef. Bulygin 1999) "Part una eritien Ia idea de que las pruposiciones nocmativas pueden desinise coma entncidos que slescrihen ademas puede consuliarse Rayén 199% 19 OY OU OOO OOO OGY OCHOECOCBSSHHIGIVIGS ROKER REO MEO RK RRR ARR AAR RE - Jono 1. koDRIGIEZ, resultado univoco y, consiguientemente, no seria posible atribuir un valor de verdad deierminado a la proposicién que afirme la pertenen cia de tal norma a un cierto sistema nermativo EI nudo de la lectura eseéptica de Ia nocién de proposicién norma aque efectiia Mazzarese puede ser formulado a través de la tes tres tesis: iguien- a) La nocién de proposicién normativa, més que constituir el con- tenido significative de un tinico enunciado (es decir, e! contenido sig- nificativo de una formulacidn normativa que expresa una norma yili- da), no puede sino ser el resultado de una conjuncién encubierta de al menos dos diferentes enunciados: a) un enunciado interpretativo, y b) ‘un enunciado de validez : b) Ni los enunciados interpretativos ni los enunciados de validez pueden ser concebidos como descriptivos. ©) Ni los enunciados interpretativos ni los enunciados cde validez pueden ser concebidos como verdaderos o falsos”! Bulygin ha eriticado esta visi6n atribuyéndole a Mazzarese In co- misién de una falacia de generalizacién inadecuada, De acuerdo con Bulygin: ee la negacisn del en presi siempre una Ghica norma» Mazzarese pasa a la eonclus que «una formulacién normativa expresa siempre una plural ormas». Esta conclusidn no se sigue de las premisas, Todo lo que podemos inferir es que una formulacién normativa a veces expresa luna pluratidail de normas, pero no que siempre lo hace, Para decirio cen otras palabras: de In negacién de Ta proposicién que expresa que todas las formtlaciones normativas son unfvoeas no $e sigue que |o- das las formulaciones normativas sean ambiguas» (Bulygin 1999)? ® Vease Monzarese 1989139167, 1991 y 1986, * Gi Maas 196 aay plurality of arms This cnctuston des et toe from the prmtics Al we tam Ife ts tha a woe formation sonmtines epresses pray of noms, but no ‘hari aways dors so. To pu tin ter words: Yom the negation of the propos ‘hat al navn frmutatons ace tivo doe on foto thal norm formato Are ambiygas(tradceio ne eremeee) Cor ajo, Mavarene ane le ein mat oc den one sence it tow: un enaneiado interpetativo ¥ un emincado de validee Eta vbjecitn de Bulan Con fs tess de Mazsarese solo ae drge expresamente cana su priser anumre, esto es, que nose pede preicuvenad false de Ine enunciadon trp 20 LOGICA DE Los stsmianas suRIbICOs ‘A su ver, Mazzarese ha replicado que Bulygin confunde dos eriti- cas que no son equivalentes: a) reconocer que & yeces una formulacién normativa es susceptible de diferentes interpretaciones no significa que sea siempre susceptible de diferentes inlerpretaciones, y b) reconocer |guna formulacién normativa es susceptible de diferentes intorpre- laciones no signifiea que todas las formulaciones normativas sean sus- ceptibles de diferentes interpretaciones. a segunda critica, que distingue ertre formulaciones normativas que pueden ser susceptibles de diversas fnterpretaciones y otras que no, en opinién de Mazzarese se encontrarfa cargada ideolégicamente y ex- receria de verdadero fundamento epistémico. Cudndo y cémo delinear al Ifmite entre las dos especies de formulaciones normativas depende- rfa y variaria segdn las valoraciones del intérprete. Pero la primera critica sefala que unn misma formulacién normati- va puede ser susceptible ce més de una interpretacién de acuerdo con cl caso de que se trate. Segin Mazzarese, esto permitirfa delinear una uieva formulacién de Ja visién escépticx sobre las proposiciones nor mativas: reconocer que la posibilidad de diferentes interpretaciones de tuna formulaci6n normativ no se da de una vez para siempre, no sexia otra cosa que una forma distinta de decir que cualquier formulacion normativa es «difusa» y quc su grado. tanto desde la perspective semén- iva como pragmitica, podria variar en diferentes comtextos, Sobre esta diseusién me limitaré « decir dos cosas. En prim ar, de conformidad con las caracterizaciones que he esbozado aqut, las proposiciones normativas se refieren a rormas, es decir, a formulacio- hes ya interpreiadas. Con esto no se niega la posibilidad de que exista ms dle una interpretacién admisible de uia formulacién normativa. Pero creo que esto dltimo no desdibuja la distincién trazada, Ella continia resultando indispensable ya que todo enunciado mediante el cual se atribuyan ciertas propiedades a ciertas normas seré siempre un enun- ciado metalingiifstico a su respecto, con total independencia del grado de dificultad en la interpretacidn de tas formulaciones normnativas a partir de las cuales esas normas hayan sido identificadas. En segundo lugar, la noci6n de proposicién normativa no debe set Pom Marzarese sostiene gsivismo que tampoco de te enuneiados de vale, corres onde predicar verdad v falsedad. Aunque en el atfevlo comentada Tilyein afi que ho tomard en euenia exle segundo amguineato, el texte sure que Is misma objecion puede fornuaese contra éh consttuiels también ana generaizacién inadecesda afimar five sien alpunos eases results dudoso determina si uaa norma es vilida,entonces elo siempre dudoso respecto de todas las norms, Cr bhazzarese 1996 ai sonar t. ronkiousz confundida con In de enunciado de ta ciencia det derecho. Esto seria tun error ya que no todos los enunciados que se formulan en la ciencia de} derecho pueden ser considerados como susceptibles de verdad falsedad, y elo en razén de que uno de los eometidos fundamentales de la ciencia del derecho consiste justamente en adscribir una interpre- taci6n a las formulaciones normativas ambiguas, Pero debe tenerse pre- sente que otro de sus cometides no menos importante lo constituye et desarrollo de todas las consecuencias que se siguen de un conjunto de normas una vez que ellas han sido identificadas, para lo cual la nocién de proposicién normativa resulta de capital importancia, Esta dltima aclaracién me parece importante dado que, en general, los urgumentos Uuilizados para objetar la posibilidad de atribuir valores de verdad a las proposiciones normativas porecen mis bien destinads « poner en tela de juicio la concepcién de los enunetadas de la ciencia del derecho como puramente descriptivos 4 2. Divensivan be CONTENIDOS DE LoS SISTEMAS JURIDICOS Basta una répida mirada a cualquier texto legal para apreciar que cen el derecho conviven formulaciones lingiisticas muy diversas: algu- nas de ellas establecen sanciones para ciertas conductas; otras califican como obligatorias, prohibidas 0 permitidas a ciertas conduetas; otras definen ciertas expresiones; otras alribuyen potestades para produci efectos juridicos; otras expresan propuestas programéticas de gobiern: y la lista puede continuarse largamente. Podrfa admitirse, no obstante, que In finalidad principal del dere- ccho se dirige a vincular ciertos hechos con ciertas consecuencias nor- mativas, entendiéndose por estas tltimas las calificueiones de ci ‘coniductas como obligatorias, permitidas o prohibidas.®* De conformi- dad con esto, las normas expresadas en la mayoria de los textos lega- les poseerfan una estructura general y condicional: toda vez que se den ciertas circunstancias, resultard obligatorio, permitido o prohibido rea lizar cierta conducta, Por cierto que lo anterior deja subsistente Ia pregunta acerea de si todas tas formulaciones normativas en el derecho pueden interpretarse ‘como expresivas de preseripciones de alguna especie, como serfa el easo por ejemplo, Alchourrén-Bulygia 1971, eapliolo 1, donde se remarca ele Ty ricter reldcional de los enuneiados jridicos, entendiendo que su funeiGn eonsfste bis csmente en establecer correlociones deduetivas entre cutos (descripeiones de cicuns- tanciat de hecho) y eomecueneias aorinativ LGoICA DE LOS sisTEMAS sURIDICOS si todas ellas presentaran una estructura bésiea comin consistente en el enlace de ciertos hechos con ciertas consecuencias normativas. Muchos autores han intentado caracterizar en primer término qué ha de entenderse por «norma juirtdica y, una vex delimitado tal eoncepto, Cefinir la nocién de «sistema juridico» como un conjunto de normas jurilicas. No eabe duda de que este planteo posee el gran mérito de ta simplicidad, pero In cuestién es si desde esta perspectivas se puede dar ‘cuenta acabadamente de aquello a lo que los juristas aluden a través de Jn expresi6n «sistema jurfdico». Este punto de vista para analizar el derecho podria califiearse como veduccionisia, en el sentido de que todas las normas juridicas son con sideradas reducibles @ una tiniea clase, Ello obliga a forzar la inter- pretacién de muchas formulaefones comtenidas en los textos legales a in de hacerlas corresponder con una misma estructura. Ejemplos paradigméticos de lo dicho serfan los trabajos de Austin, Bentham y Kelsen (al menos en la mayor parte de su obra), de conformidad con los cuales las normas juridicas serian imperativos de un soberano (Ben- tham-Austin), 0 bien todas ellas imputarfan sanciones @ ciertos actos (Kelsen). in lugar a dudas fa tcoria kelseniana representa una de las cons- trucciones teéricas mas elaboradas.que se inscriben en esta linea de pensumiento reduccionista. A través de las diversas presentaciones de sus ideas, el programa de trabajo trazado por Kelsen parece siempre encaminado a dar cuenta en primer lugar de los rasgos distintivos: de Jas normas juridicas para, a partir de ello, analizar el funcionamiento de los sistemas jurfdicos concebidos como conjuntos de normas de ta- les caracteristicas*, Una objecién muy seria proyecta sin embargo sus sombras sobre los pasos que transitan este camino: ninguna teoria, y tampoco la de Kelsen, ha logrado identificar caracteristicas comunes @ todas las normas jurfdicas, Al menos esto no es posible si se pretende tomar en forma aislada a cada norma, sin tener en cuenta sus relacio- nes reefprocas, por cuanto ello trae aparejaco como consecuencia el desprecio de importantes diferencias en cuanto su estructura y fun- cionamiento, Como se dijo. Kelsen sostiene que todas las normas juridicas se cearacterizan por imputar una sancién coactiva a cierto acto, Pero resulta obvio que no todas las normas expresadas por las formulaciones con- tenidas en los textos legales presentan dicha cualidad, que s6lo encon- ® Tal como luego s¢ vers, a partic de Kelsen 1960 podiiainterpretacse que esta perspectiva es suillmemtedejada de lado por insatsfactors, 2B OO OOOOH OOP HOSCHHEOCCHVSHHHILVGGH ae e ‘ € € Dl «€ H€ € ee ee eek eee - JORGE |. RODRIGUEZ. trarfa un correlato directo en las normas de Ia parte especial de tn c6- digo penal. Alchourrén y Bulygin diferencian, sin pretensidn de exhaus- Nvida, as siguentes especies de enuncindos que suelen integra los istemas juridicos™: 4) enunciados que ordenan, prohiben o permiten conductas, pero gue no establecen sanciones (como las normas de competencia, si se lis interpreta como permisivas); b)__enunciados que preseriben actos coactivos, los cuales son nor- mmalivos —preseriptivos— y «juridicos por derecho propio»; ©) enunciados que no son normativos, pero que influyen en los ‘efectos normativos de otros enunciados. No son normas, pero tienen re- levancia normativa en conesidn con olras normas ¥ son calificable como «juridicos» por integrar el sistema (como las definiciones 0 po tulados de significacién); d) cnunciados que no tienen influencia sobre las consecuencias vormativas (leorfas polftieas, invocaciones a Dios, ete.)*. Conse nte de la existencia de una gran cantidad de formulaciones en el derecho que no se ajustaban a su esquema basico, Kelsen intents eaplicaring como frazmentos de la formulncion de norma jurficas genuinas —teorla de tas normas iicompleias— © como expresivas de normas juridicas no independientes, esto es, normas que resultan jur dicas pcs ano pun anciones en vito desu aconeienesental> con otras que si lo hacen, Es evidente, sin embargo, a partir de las propias raflexiones de Kel- sen sobre el tema, que tales soluciones no resultan del todo satisfueto- Fias, La teorfa de las normas incompletas oscurece y desdibuja Ia no. cién de norma juridica, ya que no provee criterio alguno para identificar qué es en definitiva una norma juridica. La teorfa de las normas no in- dependientes, por su parte, restilta totalmente incompatible con Ia pre 7 Nor doe enfin exe wo expen wencio contend enw sa 1m jurdcam 9 de reverent senoneladn jalan oa a noien ee ae defers eh Punto anterior. Podriaecinse que en esie caso la eapresisn wentineiadon ne esIs nets sc br sai de cfare cm fla al denon ede verdad ofan ck. vom Wright 196-120, Mie adeane se pein fento ge Te sveran fv aoves Caos a oe semen ef AlchonrénBuygin P7106 2 nn seg eden dela Teorfa Para del Derecho, Keven eneuadra coms sur anna nae tra eo wae i normas (Kelsen 1960:67-70), — —— 24 LOGICA DE LOS sis EMAS suRIDICOS tensi6n originaria de Kelsen, desde que si una norma no independiente deviene juridica s6lo por su” conexién con otras normas juridicas, ello implica renunciar a definie el derecho en el nivel de las normas para pasar a hacerlo a partir de las relaciones entre normas, esto es, en el nivel de los sistemas juridicos®, Es que, sintéticamente, ef problema podria plantearse asf: en el uso corriente de los juristas, con la expresion «sistema juridicon se hace referencia a un conjunto de normas que por alguna Faz6n son califica~ fdas como qjuridicas». A su ver, con la expresién «norma juridica» se falude ordinariamente al significado de cualquier formulacién conteni- daen un sistema jurfdico ®. Evidentemente, estos dos usos resultan eit- tulares, lo cual no tiene nada de curioso: si recurrimos a un dicciona~ tio —que define términos en funcisn del uso ins extendido que poseen deniro de determinada comunidad lingtifstica— encontraremos muchos eagos en los que la definicién de un término remite a otro para euye definici6n se. emplea el primero. Pero si se aspira a constiuir una teorfa cle las normas y de los siste- ras juridicos con cierto grado de rigor, serd necesario abandonar una de estas dos caracterizaciones usuales. Kelsen opta por abandonar la carncterizacién de «norma jurfdica» entensdida como el sentido de cual- fiuier formulacién contenids en un sistema juridico. Pero su definiciéa éstipulativa ce tal término deja fuera de la denotacién de «norma jurt ica» al sentido que corresponde asigharle a gran parte de las formula ciones presentes en los textos legales. Claro que esta es una consecuen- cia de preferir caracterizar el derecho en el nivel de las normas: Ia aceptacidn de la definicién usual de «sistema jurfdiear como conjunto de normas jurfdicas lo obliga a encontrar algén rasgo uniforme en to- das ellas para diferenciar al derecho de otros érdenes normativos. No puede, por consiguiente, criticarse a la teorfa kelseniana por su alejamiento del uso que la expresién «norma juridica» posee para lox juristas ya que, como se dijo, el uso corriente debe abandonarse, sea fara [a definieisn de «norma juridican, sea para la definicién de «sis- emu juridico». La principal objecién consiste en que su teoria no puc- de explicar satisfactoriamente la funcién que cumplen In mayorfa de las formulaciones contenicias en los sistemas jurtdicos al predicarse ta co- actividad como nota caracterfstica de toda norma jurtdica. "Témese, slo a titulo de ejemplo, el caso de las innumerables defi- Gh, Alchousrén-thulygin 1971-4106. 1% Como ae advinig en el punto anterior. ordinariamente se cafifiea come «nora tan a la formulacin como 411 iferpretacién que a ella se le acuerda, 25 jon: L. RoDRIGuIEZ niciones que aparecen en los textos legales*!, Como lo senaian Alehou- ron y Bulygin®, el figurar en un texto legal parece conferirle a las definiciones cierto carécter oficial y obligatorio, a diferencia de aque- llas que son formuladas, por ejemplo, por los juristas en sus tratados, Pero si esas definiciones son normas, en el sentido de prescripeiones, cube preguntarse qué es lo que prescriben, Una respuesta aparentemente plausible seria ésta: quien vaya a uti- lizar las normas de un determinado sistema juridico esti obligado emplear las definiciones que el legislador haya estipulado, pues ellas fijan el significado que debe atribuirse a los términos que emplea. Se tratarfa, pues, de una clase especial de normas que s6lo diferirfa de otras normas en que la conducta que se prescribe es una conducta lingifsti- ca. Esta idea, sin embargo, ha sido rebatida por Alchourrén y Bulygin del siguiente modo: las definiciones legales s6lo cumplen la funcién de contribuir a la identificucién del significado de las formulaciones de formas en lax que figuran los términos definidos, AGn cuando en ellas pueden aparecer expresiones aparentemente normativas, ello resulta ‘engafioso en razén de que en verdad una definicién no obliga a nada. Un articulo como el 330 del Cédigo Procesal Civil y Comercial de It Provincia de Buenos Aires, que establece: «La demanda serd deducida por escrito y contendrd...., pretende establecer cuales son los requisi- tos que debe cumplimentar quien presente tina demanda. La disposicién en cuestign no obliga a nadie a presentar demandas. Podria decirse que, si se quiere presentar una demanda, entonces deberdn satisfacerse los requisites especifieados, pues de lo contrario no podré hablarse de una «demanda». Este dltimo enunciado expresarfa imma regla técnica, pero 170 es el legislador quien Ia formula: en todo caso seré quien desce pre sentar una demanda o aconsejar a otro sobre el modo de hacerlo quien Tormularé tal regla técnica a partir de la definicién del legislador. Alora bien, como la definicién permite identificar ciertas normas y Ia identifieacién es una condicién necesaria para la aplicacién de una orma, eabe formular la regla técnica de acuerdo con la cual si se de- sea usar la norma, entonces se debe usar la definicién legal. Por eierto ‘que podria no empledrscla, pero en tal caso se asignarfa a las palabras del legislador un significado distinto al que él les atribuyé. De esto coneluyen Alchourrén y Bulygin que s6lo podria decirse genuinamen- te que quien tenga Ia obligacién de aplicar las normas juridicas —como ‘A Tin de evaluar las dificultades que trae aparejadas el apegarse a Ia tess redve- sionists, ser suficienteconsiderar en este apariado los casos de ls definiciones lege les y las normas de competencia, 3 Gf, Alchourrdn-fulygin 1943s, 6 {601C DE 105 sistas JURIDIC _ el caso de los jueces y otros funcionarios— estar obligado a iden- alas y, por ello, a emplear las definiciones legales, como conseeuen- cia de que Ia identificacisn de las normas es condicién necesaria para el cumplimiento de Ia obligacién de aplicarlas. De manera que las definiciones legales no serian prescripciones ni tampoco reglas téeni en a partir de ellas podrfan formularse reglas Wenicas—. Se tratarfa de reglas conceptuales, esto es, reglas de- terminativas de acuerdo con Ia clasificacién de von Wright, que coadyu ‘arian a la identifiencién de las normas formuladas por el legislador, Otro easo problematico para las teorias reduccionistas esté dado por lus Mlamadas «normas de competencian o > » > > J > > > > > > > > > ee ee PBEDLLD- SELL BE JoRGe L. RopRIGUE, Corresponderfa agiegar a ello, aunque pueda parecer obvio, que no cualquier enunciado puede utilizarse para efectuar inferencias en el derecho. Los juristas emplean la expresién «validos» para calificar a aquellos que se aceptan como admisibles para integrar la base de un. sistema juridico. sala de agregar @ X ef enancailo y (el antecedeate del condicional). (¥ también a ta inversa, 312 8 consecuencia del conjunita constiinlde por Xe y,entonces y>2 es con 58 LOGICA DE_LOS SISTEMAS JURIDICOS corte temporal para analizar qué normas pertenecen en un determinado momento a un sistema juridico, puede que esos hechos, que constitu yen condiciones para ¢ surgimiento de nuevas normas, se hayan ya verificado en ciertas ocasiones, por lo que otras normas ademis de las soberanas formarén parte del sistem, Ne dicho que resulta muy importante diferenciar la «validez en- tendida como pertenencia de una norma a un sistema y la «validez» en cl sentido de obligaoriedad de una norma, Segiin Alchourrén y Buly- gin, estos dos conceptos diferentes podrian llegar a confundirse si no se diserimina entre el eriterio de legalidad, como regia conceptual que permite identificar la pertenencia de ciertas normas a un sistema, de kus normas de competencia en él mencionadas, que serfan normas permi- sivas™, __ Creo que si se rechaza ta concepeién de las «normas de competen- ie» como normas permisivas y se prescinde del criterio de legalidad para Ia identificacién de la pertenencia de eiertas normas a un sistema estiticamente considerado, se vuelve mais nitida Ia distincién entre «va- lide2» como pertenencia y «validez» como obligatoriedad. Desde este punto de vista se refuerza la idea de que la cuestién de saber si la pri- ‘mera constitucién —el conjunto de normas indepeudientes— pertenc- ce 0 no al sistema, simplemente no se plantea. Seria un sinsentide pre- guntarse por la pertenencia de las normas independientes al sistema, ya que éste es definido en términos de una constitucién dada, Esas nor ‘mas independientes constituyen el primer eslabén de una posible cade- na de derivacién de otras normas”. No hay razén para it mds alld de Ja constitucién, puesto que la pertenencia de las restantes normas pue- de derivarse I6gicamente de la constitucién, dc ciertas normas indepen- dientes, Entre ellas habré algunas que fijen las condiciones para la per tenencia de otras normas al sistema, esto es, habré al menos una regla que atribuya potestades jurfdicas, En otras palabras: las reglas —con- ceptuales— que atribuyen potestades se vinculan con la «validez» en- tendids como pertenencia de una norma a un sistema, Paralelamente, ‘eovenca de, Este tino rest, conocido por e nombre de Terema dela De dein, prcudamente porate, ca vs ar mis eiante, Pa selwario ah a empl. conidrenar un conisun fae lonarenos A, foe os ee fg ‘nunindo sunt Las gue ha Compo 21 aston maps de eed) imaores de edad pea admits st lene. eget aneion ipa a rca condiclonal 1 Falana tee 21 ena, pe amin ss oes oon iene conta frm or Tecate say ne ‘oc gue es el antecedent ae onachmale(Akarasa lye ™ CE Alehourrdn-Bulygin 1971:120. eee e penile. * CE Baty 130, » oh © O66 OOOH UE O HOG HHH HHKLSSLLDYS eg ee my Oe _ Jone 1 wooetcueZ, 1a obligatoriedad de cumpliy con una norma surge de las normas de competencia, entendidas como prescripeiones que ligan efectos jurtdi- cos a las instancias vélidas de instituciones juridieas. Claro que, para poder considerar justificada una norma N,, es necesario que sea obli- gatorio cumplirla en virtud de fo precepiuade por otra norma Ny pero ello resulta insuficiente: se requiere que también N, esté justificada, esto es, se requiere de la existencia de una norma N, que establezca la obli- gatoriedad de cumplir con N,. Y esta cadena de justificacién parece remitirse al infinito. La perteneneia de una norma a un sistema depende de la perienen- cia de otras normas al sistema, salvo en e] caso de las normas sobern- nas que lo definen. La obligatoriedad de una norma, en cambio, depende de la obligatoriedad de otra que establezca la obligacién de cumpliria Y aunque no tenga sentido preguntarse acerca de la pertenencia de las normas soberanas al sistema, sf puede preguntarse con pleno sentido porqué es obligatorio cumpliclas™, Esto es lo que habria Hevada a Kelsen a postular su «norma fun- dante bisiea», und nornia no positiva, presupuesta en todo orden jurt= dico, que establecerfa la obligatoriedad de obedecer las normas dicta- das por el primer constituyente y constituirta el fundamento de validex de as restantes normas del sistema”. Como bien ha seftalado Bulygin, esta «norma fundante bisiew» resulta superflua para fundar Ia validez de la primera constitucidn (el conjunto de las normas soberanas o in- dependientes), si por «validez» se interpreta pertenencia de una norma un sistema, ya que 1a primera constitucién define al sistema. ¥ es insuficiente para fundar la «validez» como obligatoriedad, dado que para justificar normativamente la primera constitucién —y todas las restaa- les normas del sistema por ella originado— se requiere de una verda- dera norma que obligue a cumplirla —no de un simple supuesto— y, ademds, esa norma debe a su vez ser obligatoria En opinién de Nino, la fuerza obligatoria de las normas juridicas no puede, en siltima instancia, ser establecida por las mismas normas ju dlicas, ya que ello no permitiria predicar fuerza obligatoria de las nor- ™ CF. Buty CE Kelsen 1960:208 y as, char «validets como obligatoviedad dle Iae normas jurtlicas no puede estar ba- sda en meras Iipétesis 9 en fieiones, Por ello aquellos flbsofor del derecho que to. ‘marten serio la idea de ta valider como obligatoriedad no pueden sentrse saisfechos on la norma bastea Kelseniana y deben recurrir a sustitutos mds poderosos. Nino, po jomplo, sostiene que fa validez de las normas juices estd basada en Juicios mara les absolutos y objetivanente vitides (Bulygin 1990). 60 LOGICA DE LOS sIsTEMAS sURIDICOS _ del sistema, A su yea, si tales norma mas juridicas de mayor jerarqui 7 : atoria, ellas no podrfan transmith jeas careeieran de fuerza obi a las demas”. - Por tal motivo, cree Nino que no existen razones juridicas que pue- ddan justificar acciones y decisiones con independencia de su derivacién de tazones morales. Silos razonamientos justificatorios en el derecho concluyeran en juicios del tipo «el que mata a otro debe ser penado de ocho a veinticinco aos de prisién», 0 «el inguilino que debe dos mi ses de alquiler debe ser desalojado», éstas serfan razones tiltimas y el discurso juridico seria auténiome, Pero e| razonamiemto juridico ex pateialmente reflexivo ya que suele coneluir en razones que aluden al hecho de que las anteriores son normas jurfdicas de ciesto ordenamienio, Como razones que res- paldan cualquier cuestionamiento de les: normas anteriores, tales pro- posiciones no son meras definieiones ni exclusivamente descrip- tienes de hecho, sing que incluyen juieias normativos quo legitiman fr determinada autor y descripeiones de preseripciones de dich futorilid, Ba otras palabras, hs mzones Inherentes al razonainiiento juridico que aluden al hecho de que ciertas normas son parte de un sistema jusidico, no son, ellas mismas, rizones jurfdieas, sino que pertenceen a un sistema juslificatorio mils ampliow (Nino 1994:82-83), Aunque el anilisis de Ia idea de fondo que subyace a este argumenio de Nino se efectuardé més adelante ™, quisiera adelantar aquf una acla- sacién. La consideracién del problema de Ia validez como obligatorie- dad de las normas de un sistema jurfdico nos coloca en una situacién parangonable al «rilema de Munchhausen, al que alude Hans Albert al evaluar el problema més general de la fundamentacién de nuestras reenicias 0 convieciones "™. Segdin Albert, cualquier intento de funcla- mentaci6n ihima de un sistema de leyes cientificas o de normas mora- les se halla condenado al fracaso, pues habré de enfrentarse inevitable mente con alguno de los tres cuernos de este trilema: el de una regresidn infinira eo la busqueda de premisas de las cuales deducir esas leyes 0 normas; el de un circulo vicioso, que indebidamente otorgue el rango de premisas a algunas de esas leyes © normas ya deducidas ‘con antelacién; o el de una ruptura del proceso deductive 0 corte ar- birario en un punto determinado, que caprichosamente baga pender © GF. Nino 1994:78, "Vase capitulo I Aller 1968, citado por Muguerza 1991 61 sunt 1. wobec, todo el cuerpo de leyes o de normas de premisas instituidas de ma- era dogmftica. Lo indeseable de cada una de estus salidas mueve a Albert a denegar racionalidad al intento mismo de fundamentacién hima. Estos problemas realzan la imporiancia de ta sugereneia de Buly- gin en cl sentido de que, para el estudio del derecho, parece conveniente preservar el concepto de «validez» como pertenencia a un sistema y descartar la validez normativa u obligatoriedad. Sélo ast es posible con- luna dicotomta estricta entre el conocimiento del derecho, la des- nt del derecho y la ciencia juridica, por un lado, y Ia valoracién del derecho, la creacién de las normas juridicas y Ia politica juridica, por el otro. Desde esta perspectiva —positivista—, Ia ciencia jurfdiea puede establecer qué normas pertenecen a un orden juridico dado, pero no puede prescribir Ia obligacién de obedecer esas normas, esto es, 00 puede afirmar su validez sin traspasar los limites impuestos por el ideal Positivista de una ciencia juridica Tibre de valoraciones ™ 4, LAGUNAS NORMATIVAS Y LAGUNAS AXIOLOGILAS Se dijo que una de las virtudes de interpretar a los sistemas juridi- cos como sistemas deductivos es que permite aprovechar para el dere- cho eaicgorfas de andlisis de las eiencias formales. ¥ esto resulta rele- vante ya que una de las facetas més destacables de la Inbor de la cienci Juridica consiste en desarroliar todas las consceveneias légicas que se Siguen de ciertos enunciados escogidos como la base del sistema. ‘La sistematizaci6n del derecho comprende dos actividades diferen- tes: la solucién de los casos genéricos mediante la derivacién de las consecuencias del conjunto de las normas juridicas formuladas y la re- Tormulacién de ta base det sistema, Para Mevar a cabo la primera, el Jurista debe estar en condiciones de decir qué consecuencias juridicas stn correlacionadas con los diferentes tipos de situaciones, lo cual supone determinar el dmbito de los problemas jurfdicos que las normas en cuesti6n pretenden resolver. Asf se identificarin todos los casos ge- néricos relevantes —universo de casos— y las acciones reguladas por las normas —universo de acciones, que da lugar a un universo de so- luciones—. EI paso siguiente seria puramente deduetivo: desarrollar las consecuencias légicas de las normas juridieas que funcionan como la base axiomitica del sistema, Esto permitiria determina: "9 CE. Bulygin 1990, 2 LocHeA DU Los ssriaHas sURMbICOS a) sie sistema es completo, es decir, si resuelve todos los casos posibles o si en cambio conticne slagunas normativas, casos a los cun- Jes no se les ha correlacionada solucién alguna; b)_ siel sistema es coherent, en el sentido de que sus normas no correlacionan a ningdn easo dos © mas soluciones Iégicamente incom patibles; | ‘©). si las normas del sistema son independientes entre si, esto es, si no hay casos a los cuales dos o mas normas correlacionen la misma solucién o, por el contrario, san redundantes en algn caso en este sen- tido™. Los posibles defectos l6gicos de un sistema normativo tienen dife- rente gravitacién: la incompletitud y la ineoherencia afeetan al sistema mismo, en el sentido de que su eliiinacién requiere una modificacién del sistema; la redundancia, en cambio, no afecta al sistema sino a su presentacisin 0 formulacién, Cuando un sistema jurfdico posee lagunas © contradicciones, la tinica forma de eliminarlas es modificundo el sis- tema. Ademds, cuando el sistema jurfdico no correlaciona un caso ge- nérico con ninguna solucién o le alribuye dos soluciones 1égicamente incompatibles, se hace imposible determinar cémo ser4 solucionado un caso individual subsumible en é1'°*, lin el caso de las redundancias, en cambio, su eliminacién puede logratse modificando a base del sistema, sin que ello importe una motlificacién del sistema mismo, Como se dijo, It sistematizacion del derecho abarea tanto a la solucién de los casos genéricos mediante la derivacién de las consecuencias del conjunto de las normas juridicas como a la reformulacién del sistema. Este dtimo paso consiste justa- mente en encontrar una base axiomética nueva, que resulte més redu- cida y més simple, esto es, mas general € independiente, pero al mis- mo tiempo sea normativamente equivalente a la base originaria, de modo que sus consecuencias I6gicas sean las mismas ®, Habida cuenta de su problemstico eardeter, me interesa formutar en este punto algunas consideraciones sobre las lagunas en el derecho y analizar en el proximo las contradieciones entre normas, Los jurisias emplean In expresién «lagunam para hacer referencia a "=" Ch, Bulygin 1986 y Hulygin 199 a, Las defiiciones rigurosas de estas tres 1k ciones pueden consultarse en Alchourrén-Bulygin 1971 ‘wf, Alehourrén-Bulygin 1971:126. "Sin embargo, una reformulaeiGn del sistem puede ser, en cierto sent, em- jore que otra, ain cuando ambas sean légicnmente equivatentes (ef. Bulygin 1986), ‘véase To qae al roxpecto se dice en el capitulo IIL 6 yO OOOH OOOOH OK OECD HOSEDSSHSSSGE & nt OC CE ee a = SOO i) gic mnuy diferentes que convendrfa disc y Bulygin " se han eneargadi de dite ar. Asf, Alehourrén ieiar los siguientes nilcleos sig- n primer lugar, puede hablarse de «lagunas en el derecho» para cia a los problemas que suscita la aplicacién de normas generales a casos individuales. Esta tarea supone la clasificacién del caso individual en alguno de los casos genéricos que resultan de las otmas generales del sistema. A esta operacion se Ia conoce como sub suncién. Las dificultades de la subsuncién de un caso individual pueden ori- ginarse en dos fuentes diversas. En primer lugar, puede generar proble- mas la falta de informacién acerea de los hechos de un caso, Puede que se ignore si un hecho conereto es o no subsumible en un caso genético dcbido a que se carece de la informacién necesaria: hay algunos aspec- tos del hecho que se desconocen y esa falta de conocimiento es lo que Provoca la dificultad en clasificar el caso. Pero, en segundo lugar, pue- den surgir dificult indeterminacién semiinticn del Jenguaje en que estin expresadas las normas generales, Aun conocien- do perlectamente todos los hechos del caso, puede ocurrir que no sca posible determinar sil caso individual es o no subsumible en un caso genérico debido a problemas de interpretacién de las expresiones que aparecen en la formulacién de la norma general que define el caso gi nérico. Para evitar equivocos Alchourrén y Bulygin proponen denominar lagunas de conocimiento» a aquellos casos individuales frente a los cuales, a causa de la falta de conocimiento acerca de las propiedades del hecho, no puede saberse si pertenecen 0 no a una clase determina- da de casos, esto es, a cierto caso genético; y «lagunas de reconocimien- to» a aquellos casos individuales en los cuales existen dudas respecto de si pertenccen 0 no a cieito caso genérico por la falta de determina. cidn semdntica de los conceptos que caracterizan a ese caso genérico. Este tipo de problemas, de caricter empirico 0 semntico, se pro- ducen en el nivel de la aplicacin de Ins normas generates para la re- solucién de los casos individuales. Por ello, sc encuentran en un plano diferente respecto de otros problemas a los que también se alude con la expresién «lagunas», en particular, a lo que se ha denominado «la- unas normativas», expresién que se asocia con la falta de completitud del sistema, BI hecho de que un sistema normativo sea completo, en el sentido de que soluciona todos los casos posibles, no excluye la posi- "© En Alehourrén-Bulygin 1971 64 bilidad de que sc presenten lagunas de conocimiento o de reconocimion- to ya que nada obsta a que se verifique un caso individual cuya clasit eaci6n resulte dudosa ". b) Las lagunas ntormativas podrfan ser definidas del siguiente modo: un easo C, de un universo de casos UC, es una Inguina eel siste~ ma normative o Con relacién a un universo dé soluciones six y s6l0 sig no correlaciona C, con ninguna solucién de ese universo de solu- ciones. . ‘Con mayor precisiGa, Alchourrén y Bulygin caracterizan el concepte de laguna normativa como un caso no correlacionade con ninguna so- lucién maximal, Para un universo de casos compuesto por una tinica aeciGn p, pueden distinguirse tres soluciones maximales y tres solucio- rnes minimales (empleando P para representar la permisién, F para el carfeter facultative, O para la obligacion y Ph para la prohibici6n): Soluciones maximales: PpaP=p (Kp); Ppa~P~p (Op) y ~PpaP-p (Php). Soluciones minimales: — Ppv=P=p (Pp): ~PpwP=p (P=p) y ~Ppv-P=p (~Fp). ximales son aquellas que califi- encidn de p, mientras que las jcamente It realizacidn « [a En consecuencia, las soluciones can de6nticamente Ia realizacién y ta al soluciones minimales silo ealifiean deén abstencién de p. Alchourrén y Bulygin brindan un ejemplo tomado del derecho a geulino para ilustrar esta nocién de laguna normativa. El Cédigo Civil Argentino regula el problema de la restitucién de bienes inmucbles por parte de terceros poseedores. Cuando una persona en posesién de un bien inmueble de propiedad de otra fo transfiere a un tercero, surge Ia cuestién acerca de si, y en su caso bajo qué circunstancias, el propie- lario del inmueble puede recuperar su posesién del tercer poseecor 0, cen oltos términos, bajo qué circunstancias tiene el tercer poseedor el deber de restituir el inmucble al verdadero propietario 0 puede conser- varlo, El Cédigo Civil establecia diferentes soluciones de acuerdo con tres propiedades relevantes: la buena fe del enajenante, Ia buena fe del adquirente y el earfcter oneroso de la transferencia, Existian solucio- nes especiales para diversas combinaciones de estas tres propiedades, pero no se brindaba ninguna pauta de como resolver el caso en el que tanto el enajenante como el adquirente habsan actuado de buena fe y la transferencia se habia operado a titulo oneroso. 1 CF, Alehourrén-Bulygin 1971:61-62. _ 65 sone La dogmitica juridica tradicional ha sostenido la iden de que los sistemas juridicos son completos, esto es, carecen de lagunas en el sen- {ido indicado. Entre los diversos arpumentos que se han esgrimido en apoyo de esia idea, el mas utilizado es el que se vincula con el Hama- do principio de prohibicién'", de acuerdo con el cual se considera que todo Io que no est prohibido esta permitido. Segiin von Wright, si lo que expresa este «principio de probibi fuese una verdad necesaria, todo acto o estado de cosas estaria no do como permmitido © como prohibiclo y, en consecuencia, todo sistema serfa cerrada, esto es, carecerfa de lagunas ™. Si epermitidos y «pro- hibido» se toman como interdetinibles, es decir, si «permitido» signi- fiea lo mismo que «no prohibido» y «prohibido» si «ino permitico», entonces el prine ver dad necesaria pues resultard analitico, De ahf que, si se aeepta que los caracteres deGnticos epermitido» y «prohibido» son interdefinibles eon la ayuda de la negacién, todo sistema normativo seria trivialmente ce- rrado pues todas las conductas resultarian desnticantente caracterizadus por todo sistema normativo'" Este resultado no fue considerado satisfaetorio por von Wright, pues en alin sentido parecerfa perfectamente sensato admitir la existencia de sistemas normativos incompletos. Por tal motivo, ka permisién tue tomada como un eardcter deéntico auténomo por el mismo von Wright en trabajos posteriores, rechazando ast la interdefinibilidad entre «per- mitido» y «prohibidor " Para Alchourrén y Bulygin, sin embargo, resulta errdnea la tesis de que la interdefinibilidad entre «permitider y «prdhibido» implica que todos Jos sistemas normativos son necesariamente cerrados, 10 cual explicarfa ciertas vacilaciones de von Wright frente a este problema. Se tratarfa de dos afirmaciones independientes entre sf, por lo cual resul- taria perfectamente posible acepiar la interdefinibilidad y, ain a chazar la clausura necesarin de los sistemas normativos. A fin de demostrarlo, ponen de manifiesto una ambigiedad oculta tras el llamado «principie de prohibicién». Se ha presentado al comien: zo de este capitulo la diferencia que media entre las normas y las pro- posiciones normativas. Por otra parte, y tal como se desarrollaré més detalladamente en el apéndice al final de esta seccién, si bien en la 16- gic de normas las expresiones «permitidon, «prohibido» y «obligato ' Alchourrén y Bulygin toman esta expresidn de Gioja 1954 ™ CE von Wright 19689282 ys, "8 Cf, Alehourrén-Bulygin 1971-172. °° CL por ejemplo von Weight 19634:100 y ss, 66 160iCA De Los sisTuMAS 1URIDICOS riow resultan interdefinibles, en la Iégica de proposiciones normativas Ja situacién es distinta ya que hay dos conceptos de permisisn: ta Ha mada «permisin negativar —ausencia de prohibicién— y la llamada «permisién positivan —que depende de Ia existencia de una norma per= misiva— Cuando lus expresiones cobligatorion, «permitidor y «prahibido» aparecen en enunciados prescriptivos, esto cs, en normas, ellas pueden ser tomadas como interdefinibles en el sentido de que las normas «per- mitido p», «no obligatorio no p» y «no prohibido p» son Iogicamente quivalentes y significan lo mismo. Lo mismo ocurre con las normas ido p», «no permitido p» y «obligatorio no po. Pero a situacién ficalmente diferente cuando se pasa de las normas a las proposi- iones normativas. Devir que p esti prohibido por el sistem « no es diciar una norma sino expresir una proposiciin normativa. Es propo- siciGn normativa pertenece a un nivel de lenguaje diferente respecto de los enunciados del sistema normativo de referencia, Se trata de una proposicidn metaingtfstica con respecto al Fengiaje del sistema nor malivo a Decir que p esté prohibido por ot significa que la norma que prohibe p pertenece a o es una consecuencia del sistema a, EI enun- ciado metasistemitico «p esté prohibido por el sistema normative co» es verdadero si y s6lo si entre las consecuensias de hay una norma que prohibe p. Ahora bien, ,qué ocurre con la negacién de dicho enun- ciado? Como «p esta prohibido por el sistema normativo co» es un enun- ciado metalingiifstico en el sentido indicado, su negacién puede ser entendida de dos maneras distintas: decir que una accién no est pro- hibida en un cierto sistema normativo puede significar que no existe en el sistema normativo considerado una norma que prohibe tal accién, sentido de acuerdo con el cual Ia negacién opera sobre todo el enun- ciado metalingifstico, o que una norma que n0 prohifbe tal accién exis te en el sistema considerado, en cuyo caso la negacién opera sobre ta norma mencionada en el enuneiado metalingiifstico. En consecuencia, la expresién «permitido» resulta ambigua cuando ligura en proposicio- nes normativas, dado que puede ser interpretada tanto en un sentido posilivo como én un sentido negativo. Decir que p estd positivamente permitido en el caso q por el sistema a significa que una norma que permite p en el caso q e5 una consecuencia de ct, Decir que p esté ne- gativamente permitido en el caso q por el sistema 0: significa que en- tre las consecuencias de o& no hay una norma que prohiba (no permita) pen el caso q. La permisi6n positiva se refiere a un hecho positivo (la existencia de una norma permisiva), mientras que la permision negati- va se refiere a un hecho negativo (la no existencia de una norma pro- 67 one 1. nopeaune, hibitiva), Las relaciones entre estos dos conceptos deseriptivos de per= isin son las siguientes: si el sistema normativo de referencia es con sistente, Ia permisidn positiva implica a la negativa; si es completo, ta permisién acgativa implica a tn positiva, De manera que para sistemas, hormativos completos y consistentes, no hay raz6n alguna para distin- iuie entre estos dos conceptos. Ex por ello que una genuina [dgicn de hormas, en la cual prohibicién y permisién resultan interdeti puede ser interpretada como una Kigiea para sistemas normativos idea. les, para aquellos sistemas normativos complelos y consistentes. El pro- blema es que la mayor parte de los sistemas normativos no se adecuan a este ideal, de ahi la importancia de diferenciar entre una ldgica de ormas (que intenta reconstruir la racionalidad en el dictado de niormas) yuna légica de proposiciones normativas (que intenta determinar qué Consecuencias se siguen de un sistema normativo, sea éste completo y consistente © no). Sobre estas bases, Alchourrén y Bulygin sostienen que el principio de prohibieién pad enuncarse explieamsnte como un proposeton metasistemética, come tuna proposicién acerca de los sistemas norma- tivos, del siguiente modo: «Para todo sistema of, para toda conduct . par toda conducta p y para todo ease q, wale que si p ao esti peohihido en el caso q en 4 entonces (yest permitide ene! caso q en a» (Alchoutrdn-Bulygin 19712174) Pero en este punto cabe preguntarse en qué sentido estén tomados los términos «permitido» y «prohibidon en el principio de prohibicién asf interpreindo. Aceptando que se trata aquf de un enunciado acerca de un sistema y no de una norma, no es posible pensar que se (rata de ea- macteres normativos, esto es, de tos operadores permitido y prohibido de la I6gica de normas. Corresponderfa por lo tanto interpretatlos como caracteres de conductas, esto es, como alguno de los operadores de la Iégiea de proposiciones normativas, Tratindose de operadores de ta W6gica de las proposiciones norma- tivas, se vuelve necesario discriminar entre In permisién nogativa y la permisién positiva. En conse: es preciso distinguir dos dileren- {es interpretaciones del principio de prohibicién, a las que Alchourrdn Tce eared lx Kira i edd a cs sens ca etn ster, enon tape) Es sb (=) s6n-Bulygin 1971:174), nein ae 68 LOGICA DIE Os sIsrEMAS JURIDIEOS y Bulygin denominan «versin débil» y «versiéin fuerte» segiin qu {amino «permitidon se le asigne el signifivado de Ia permision n va o de la permisién positiva, respectivamente Ja versién débil, Seguin kas definiciones ya vistas de los dos con- ceptos de permisién, el principio de prohibicién expresarfa que si de & se infiere la prohibicién de p en el caso q, entonees de ono se in- Frere la prohibicién de p en el caso q. Ast, el principio de probibicion serfa un cnunciado necesariamente verdadero, habida cuenta de su ca- ricter analitico, Esto es claro si se tiene en cuenta que, cn esta inter- pretacién, el principio no seria mas que un caso particular det princi- prio lgico de identidad, Ahora bien, aunque cierto que en esta inteleccidn el principio de prohibicién resulta analitico, ello de ninguna manera excluye ta pos bilidad de que el sistema normativo del cual se predique Ia afirmacién contenida en el principio sea incompleto, En esta versin débil, el prin- cipio de prohibicién no clausura el sistema y es perfectamente compa- ible con Ia existencia de laguna Lo dicho se verd' mis claro si se recuerda que una laguna normal es un caso que el sistema no correlaciona con ninguna solucidn, Si hay una Jaguna en el sistema, entonces no se correlacionara al caso en ‘cuestisn con ta solucién «probibido po», de manera que p no estaré pro- hibido en ese caso en el sistema, ¥ si p no esté prohibide, entonces esturd permitid en sentido negativo. En otras palabras, una laguna es un caso en el cual lt conducta se eneventra permitida en sentido ne~ tivo, fo cual demuestra que In permisién negativa no sélo es compa- lible con la existencia de una laguna, sino que, ademés, la existencia de una laguna implica Ia permisiOn negativa Por otra parte, en su versidn fuerte el principio de prohibicién ex- presaria que todo lo que no esta prohibido esté permitido en el sentido positivo. En otras palabras, para todo sistema ct, para toda conducta p y para todo caso q, vale que si de o no se infiere la prohibicién de p én q, entonces de 6 se infiere Ia permisién positiva de p en q. Ast in- terpretado, el principio de prohibicisn no s6lo no es necesario, sino que ‘es verdadero, a menos que todos los sistemas normativos mente cerrados, esto es, completos respecio de cualquier Universo de casos y cualquier universo de soluciones. Del s6lo hecho de que una norma —aquella que prohtbe p— no pertenezca al sistema, no se puede inferir que otra norma distinta —la que permite p— forme " Gf, Alchourrén-Bulygin 1971:178. 1 Cf. Alchower6u-Bulyein 19712178. 69 tambign parte det sistema, a menos que el sistema contenga una regla de clausura, es decir, una regia que autorice a efectuar esa inferencia ©) Enel lenguaje juridico muchas veces se emplea la expresién sdaguna del derecho» para designar situaciones en las cuales, si bien existe una solucién, ella es considerada axiolégicumente inadecuada. En estos easos no puede decirse que el sistema posea una «laguna norma va», cn cl sentido antes esbozado. Por otra parte, no cualquier solu cién injusta puede ser cali usu: evando los juris tas hblan de «lagunas» en el sentido que ahora trataré de earacterivat, hacen referencia a una solucién axiolégicamente inadecuads en razsn de que el legislador no tuvo en cuenta una distineién que deberfa hu- ber tomado cn cuenta, Para referirse a este tipo de situaciones Alchou- ‘rn y Bulygin emplean el calificativo de lagunas axiolégicas. A fin de caracterizar la nocién de laguna axiolégica resulta clave distinguir entre dos sentidos en que puede ser entendida ia expresién «celevancia normativa: un sentido descriptivo y un sentido prescriptive. «Decir que una propiedad es relevante en el sentido deseriptivo {para un caso y en relacién a un sistema normativo y un universo de soluciones) es afirmar un estado de cosas que de hecho se estado de cosas consiste en que el easo en cuestién y su easo com- plementario tienen diferente status normativa, Pero la palabra «rele- ante» es también frecuentemente usada en otro sentido, que podrta- mos llamar su significado prescriptivo. Decie que una propiedad es relevante en el sentido prescriptivo es afirmar que un estatlo de co- sas debe deberis darse, esto es, que un caso y su: complementario deben wner diferente “status normativon (Alehourrén-Bulygin 1971:153, 154), Cabe aclarar que para Alchourrén y Bulygin dos casos son comple- mentarios con respecto @ wna propiedad p si, y s6lo si, los dos casos difieren entre s{ en que p esta presente en uno de ellos y ausente en el otto, siendo iguales todas las demds propiedades definitorias del caso", La confusi6n entre las lagunas axioldgicas y las normativas se de- berfa entonces al uso indisctiminado y poco feliz del término «laguna» en combinacién con la ambigiedad de la palabra «relevante»: afirmar que una propiedad es stelevante» puede significar que un caso y su complementario tienen de hecho diferente status normativo en un cier- to sistema de normas; pero también puede significar que un caso y su complementario deben tener diferente status normativo en un sistema "Cf. Alehouredn-Bulygin 19713179, © Cf Alehoureén-Buly gin 197 1:152, 0 {LOGICA DE Los sISTeMAS suRIDICOS de normas segtin cierto sistema axioldgico, Fn el primer easo, puede hablarse de un «significado descriptive» del término «relevantem: en el segundo, de un, «significado preseriptivan "”. Alchourrén y Bulygin definen Ia relevancia (¢ irrelevancia) norma- tiva en sentido descriptivo de una propiedad con relacién a un caso del siguiente: modo: «Li prupicdad p ex relevante en ef eutw C, de un UG, en relacién 8 un sistema normative & y un UA, =DF el case C, y st ease cont plementario con respecte a p en UC, tienen diferente status normati yo on relividn # cry el UA,. Deeir qe des casos tienen diferente sta jus normative en relacién @ un sistema normative o y un UA, significa que hay un elemento (una soluciéa) del USmin correspon= diente al UA, que esti correlacionado por c con uno de los casos y no con el otro» (Alchourr6u-Bulygint 19715152). «La propiedad p es drretevanie en ef caso C, de un UC, en rela cién a un sistema normativo a y un UA, =D. no es relevante en , ¢5 decir, el easo C, y su complementatio con respecto a p en UC, ticnen igual starus notmative en relacién a ct y el USmin correspon diente a UA,. Decir que dos casos tienen igual status normative en relacién a ay un USmin significa que o los dos casos estin correla- cionados con las mismas soluciones, 0 no Io estin con ninguna» (Alehourrén-Bulygin 1971:152-153), Estas definiciones pueden generalizarse para un universo dé casos y para un universo de acciones del siguiente modo: si una propiedad ante en algin caso de un universo de el universo de casos en cuesti6n; y si es relevante en al menos un univer- so de casos correspondiente a un universo de acciones, puede decirse que es relevante en tal universo de acciones. Si en cambio es irrelevante en todos los casos de un universo de casos, es irrelevante en ese uni- verso de casos y si es irrelevante en todos Tos universos de casos co- rrespondientes a un universo de acciones, es irrelevante en tal univer- so de acciones Sobre Iu base de esta idea, los profesores argentinos distinguen lo que denominan tesis de relevancia € hipdtesis de relevancia: la tesis de relevancia de un sistema normativo ot para un universo de acciones UA, es el enunciado que identifica el conjunto de las propiedades relevan- tes con relacién a ot y UA; Ia hipétesis de relevancia para un universo de acciones UA, es él entinciado que identifica el conjunto de propie- dades que deben ser relevantes para UA,, La tesis de relevancia es un casos, es relevante * Cf, Alehourrén-Bulygin 1971:183:54 y 161 n

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