0% encontró este documento útil (0 votos)
315 vistas28 páginas

Monografia Convencion de Viena (Corregido)

1) La Convención de Viena sobre Compraventa Internacional de Mercaderías nació de los esfuerzos para crear un derecho uniforme para las transacciones comerciales internacionales. 2) Se redactó en 1980 con la participación de más de 60 naciones y entró en vigor en 1988. 3) La Convención busca regular el comercio internacional estableciendo soluciones que superan las diferencias entre sistemas legales y se adaptan a las necesidades del comercio globalizado.

Cargado por

Anthony AQ
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
315 vistas28 páginas

Monografia Convencion de Viena (Corregido)

1) La Convención de Viena sobre Compraventa Internacional de Mercaderías nació de los esfuerzos para crear un derecho uniforme para las transacciones comerciales internacionales. 2) Se redactó en 1980 con la participación de más de 60 naciones y entró en vigor en 1988. 3) La Convención busca regular el comercio internacional estableciendo soluciones que superan las diferencias entre sistemas legales y se adaptan a las necesidades del comercio globalizado.

Cargado por

Anthony AQ
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 28

“Año de la Universalización de la Salud”

UNIVERSIDAD PERUANA LOS ANDES

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLÍTICAS

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TRABAJO MONOGRÁFICO DE INVESTIGACIÓN

TITULO: CONVENCIÓN DE VIENA SOBRE


COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE
MERCADERÍAS
CURSO : DERECHO COMERCIAL II: COMERCIO INTERNACIONAL

DOCENTE: DRA. POZO ESPEJO STEPHANIE ROSA MERCEDES

INTEGRANTES:

1. AGURTO QUIJADA, ANTHONY BRIAN


2. CARVO MOLERO, MARÍA DE LOS ÁNGELES
3. ESPINOZA QUISPE, NICOLE STEPHANIE
4. FERNANDEZ HUALI, ROZCINA MARUJA
5. LAZARO LAUREANO, CLEINDI LUZ

SEMESTRE: XI

HUANCAYO - PERÚ

2020-II

1
DEDICATORIA

“A nuestros Padres por su esmero, amor, y sus deseos


de que seamos unas personas prósperas y de bien;

En segundo lugar a todos los Pensadores, Filósofos y


Juristas que nos han dejado su legado”.

LOS AUTORES

2
INTRODUCCIÓN

La Convención de las Naciones Unidas Sobre los Contratos de Compraventa


Internacional de Mercaderías de 1980 (CISG por sus siglas en inglés) a la que en el
presente trabajo denominaremos Convención de Viena, es un tratado internacional
impulsado por la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(CNUDMI). Sin duda se trata de una de las convenciones internacionales más exitosas, lo
que puede constatarse por el número de países que la han suscrito y ratificado, entre los que
se encuentran los principales actores internacionales del comercio internacional, por lo que
se estima que regula al menos potencialmente más del 80% de las transacciones de
compraventa internacionales.

Se trata de uno de los instrumentos más representativos de la tendencia mundial


hacia la creación de un derecho uniforme que inició después de la Primera Guerra Mundial
y que cada vez toma mayor fuerza en el mundo. Representa también uno de los ejemplos
más importantes del acercamiento que desde hace muchos años se da entre el common
law y el civil law, encuentro extraordinariamente fructífero, porque establece soluciones
que constituyen una indiscutible novedad y hace del derecho contractual un derecho que se
adapta de mejor forma a las necesidades de un comercio internacionalizado y por tanto
libre de los límites y diferencias que antes imponían las fronteras nacionales.

La Convención de Viena representa el inicio de un nuevo derecho de la


compraventa. Sus criterios han tenido gran influencia tanto en el mundo de los negocios
como en el académico. Puede afirmarse que constituye el punto de vista decisivo sobre
muchas cuestiones generales del derecho de los contratos, sobre todo las que se refieren a
su formación, a los incumplimientos y en general a todo el sistema de la responsabilidad
contractual. 

3
ÍNDICE

CARATULA……………………………………………………………………….………..1
DEDICATORIA…………………………………………………………………………….2
INTRODUCCIÓN…………………………………………………….…………………….3
CAPITULO I

ANTECEDENTES HISTORICOS, CONCEPTO Y ASPECTOS BASICOS


RELATIVOS A LA CONVENCION DE VIENA Y LA REGULACION DE LA
COMPRAVENTA INTERNACIONAL

1.1. CONCEPTO
1.2. CLASES DE COMPRAVENTA INTERNACIONALES

CAPITULO II

LEY APLICABLE DE LA CONVENCION DE VIENA DE 1980 SOBRE EL


CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERIAS

2.1. INTRODUCCIÓN HISTÓRICA

2.2. AMBITO DE APLICACIÓN

2.3. EXCLUSIÓN DE LA CONVENCIÓN DE VIENA POR LA AUTONOMIA


CONFLICTUAL DE LAS PARTES

2.4. DISPOSICIONES GENERALES

CAPITULO III

CARACTERISTICAS PRINCIPALES, INFLUENCIA INTERNACIONAL Y CASO


PRÁCTICO LA CONVENCION DE VIENA SOBRE LOS CONTRATOS DE
COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERIAS

CONCLUSIONES…………………………………………………………………………24
BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………………………………..25

4
CAPÍTULO I
ANTECEDENTES HISTORÍCOS, CONCEPTO Y ASPECTOS
BASICOS RELATIVOS A LA CONVENCION DE VIENA Y LA
REGULACION DE LA COMPRAVENTA INTERNACIONAL

1.1. ANTECEDENDES HISTÓRICOS

Tiene su origen remoto en la idea de crear una regulación internacional uniforme para la
compraventa internacional de mercaderías que corresponde al gran jurista austriaco Ernest
Rabel, quien comenzó a trabajar en ese sentido en la década de 1920. Poco después el
Instituto Internacional para la Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT) fundado en
1926, adoptaría el proyecto sugerido por el profesor Rabel. Sin embargo, los trabajos
habrían de suspenderse por el inicio de la Segunda Guerra Mundial.

Comenta Ponce de León que la Convención de Viena:” inició después de la Primera


Guerra Mundial y que cada vez toma mayor fuerza en el mundo. Representa también uno
de los ejemplos más importantes del acercamiento que desde hace muchos años se da
entre el common law y el civil law, porque establece soluciones que constituyen una
indiscutible novedad y hace del derecho contractual un derecho que se adapta de mejor
forma a las necesidades de un comercio internacionalizado y por tanto libre de los límites
y diferencias que antes imponían las fronteras nacionales” (DÍEZ PICAZO y PONCE DE
LEÓN, Luis. 1997).

Es aquí que Diez Picazo y Ponce de Leon nos expresan el progreso que se logró con la
cercanía del commow law y del civil law, ya que a través de estos y de su adaptación del
resto de los países que se logran mejorar las condiciones del comercio, dejando menos
marcada la diferencia que existe entre los países que deseen hacer uso del derecho
contractual.

Es en 1951, que el gobierno holandés convocó a una convención internacional para la


unificación del derecho de las compraventas en la Haya. Se formó una comisión que
trabajaría hasta lograr el proyecto de dos convenciones internacionales: The Uniform Law
on The International Sale of Goods (ULIS) en 1956 y The Uniform Law on the Formation
of Contracts for the Internacional Sale of Goods (ULFIS) en 1958. Los dos proyectos
5
fueron distribuidos entre los gobiernos con el objeto de que los comentaran e hicieran las
sugerencias pertinentes, pero sobre todo para que expresaran su intención de ratificarlas o
no. Y aunque ambos fueron aprobados en fueron aprobados en una nueva conferencia de la
Haya en 1964, ninguno tuvo relevancia ya que en 1972 solo nueve países las habían
ratificado y entre ellos no se encontraban importantes economías.

Después de 1972 se formó un grupo de trabajo liderado por Jorge Barrera Graf para
redactar un proyecto de convención que pudiera obtener una aceptación más amplia por
parte de la comunidad internacional. El primer proyecto de una ley uniforme en la materia
se terminó en enero de 1976 y poco después fue circulado entre los miembros de las
Naciones Unidas. El proyecto fue examinado por cinco semanas por más de sesenta
naciones, entre marzo y abril de 1980. Según comenta castellano:

“Se celebró una Conferencia internacional de plenipotenciarios en 1980 en Viena, del 10


de marzo al 11 de abril, con el fin de unificar en un sólo texto el Derecho sobre
compraventa internacional”. (CATELLANOS RUIZ. 1998)

Como nos señala Castellanos, fueron varios los asistentes en 1980 en lo que actualmente
conocemos como la Convención de Viena, cuya finalidad primordial fue regular el
comercio internacional entre países a través de un único ordenamiento que fuese
comprensible para todos.

Redactada en seis lenguas, que eran considerados los idiomas oficiales, como: árabe, chino,
español, francés, inglés y ruso entrando en vigor el primero de enero de 1988.

En el 2008 la página web de la Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho


Mercantil Internacional, nos señala que se encuentra conformada por Pakistan, Perú,
Argentina, China, Egipto, los Estados Unidos, Francia, Hungría, Italia, Lesoto, Siria,
Yugoslavia y entre otros, siendo así, más de 70 países los que son parte de la Convención
de Viena.

1.1.1. CONCEPTO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE MERCADERÍA

La Convención de las Naciones Unidas Sobre los Contratos de Compraventa Internacional


de Mercaderías de 1980 (CISG por sus siglas en inglés) a la que en el presente trabajo

6
denominaremos Convención de Viena, es un tratado internacional impulsado por la
Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional (CNUDMI). Sin
duda se trata de una de las convenciones internacionales más exitosas, lo que puede
constatarse por el número de países que la han suscrito y ratificado, entre los que se
encuentran los principales actores internacionales del comercio internacional, por lo que se
estima que regula al menos potencialmente más del 80% de las transacciones de
compraventa internacionales. Independientemente de lo anterior, la Convención destaca
por su novedosa regulación de los contratos de compraventa internacionales, lo que le ha
permitido influir sobre muchos derechos nacionales, así como otros instrumentos
internacionales de derecho uniforme y constituirse en referencia indiscutible para el mundo
académico en relación al derecho contractual.

Se trata de uno de los instrumentos más representativos de la tendencia mundial hacia la


creación de un derecho uniforme que inició después de la Primera Guerra Mundial y que
cada vez toma mayor fuerza en el mundo. Representa también uno de los ejemplos más
importantes del acercamiento que desde hace muchos años se da entre el common law y el
civil law, encuentro extraordinariamente fructífero, porque establece soluciones que
constituyen una indiscutible novedad y hace del derecho contractual un derecho que se
adapta de mejor forma a las necesidades de un comercio internacionalizado y por tanto
libre de los límites y diferencias que antes imponían las fronteras nacionales.

La Convención de Viena representa el inicio de un nuevo derecho de la compraventa. Sus


criterios han tenido gran influencia tanto en el mundo de los negocios como en el
académico. Puede afirmarse que constituye el punto de vista decisivo sobre muchas
cuestiones generales del derecho de los contratos, sobre todo las que se refieren a su
formación, a los incumplimientos y en general a todo el sistema de la responsabilidad
contractual. Consecuencia de lo anterior es la influencia que ha tenido sobre otros
instrumentos internacionales de derecho uniforme que actualmente regulan en un gran
porcentaje los contratos comerciales internacionales, como los Principios UNIDROIT o los
Principios de Derecho Europeo de los Contratos. Tampoco puede soslayarse la influencia
que ha tenido en distintos derechos nacionales que se han reformado para adaptarse en gran
medida a esta nueva visión del derecho contractual. Francia, Alemania, Holanda, los Países

7
Nórdicos y otros de la Unión Europea; Japón, China, Argentina y los países francoparlantes
de África se encuentran entre los que ha resentido su influencia.

1.2. CLASES DE COMPRAVENTA INTERNACIONALES

1.2.1. CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL

El contrato de compraventa internacional, es aquella modalidad contractual, que permite a


una persona natural o jurídica de un determinado país, comprar mercaderías a otra persona
jurídica o natural de distinta nacionalidad, a cambio de un precio convenido; asimismo, “La
compraventa internacional representa una de las funciones básicas del comercio exterior: la
de transacción. Es una operación de intercambio por medio de la cual se entrega una cosa
determinada contra su equivalencia en dinero. Ampliamente puede definirse como una
convención mutua en virtud de la cual se obliga el vendedor a entregar la cosa que vende y
el comprador el precio convenido por ella. Es un vínculo entre la producción y el consumo
internacional de bienes y servicios”.

Para nosotros, el contrato de compraventa internacional es el acto jurídico por el cual más
de dos personas de distinto país transan sobre mercaderías a cambio de un precio
determinado, donde una de las partes resulta vendedora y el otro comprador; el contrato
puede convenirse por la forma que las partes establezcan.

Las compraventas internacionales realizadas fuera del establecimiento mercantil del


empresario del vendedor se caracterizan porque se celebran con consumidores
normalmente en la vivienda del consumidor que compra o en la de otro consumidor, o en
su centro de trabajo; o en un medio de transporte público. Las compraventas ambulantes
son aquellas realizadas por comerciantes, fuera de un establecimiento comercial
permanente, en los lugares debidamente autorizados, en instalaciones comerciales
desmontables o transportables, incluyendo los camiones-tienda. Para el desarrollo de la
actividad de la venta ambulante es necesario contar con autorización del ayuntamiento en
cuyo término municipal radica el lugar donde pretende ejercitarse. En este tipo de contratos
de compraventa internacional tampoco existe un establecimiento comercial permanente,
aunque pueden realizarse entre empresarios o entre empresarios y consumidores.

8
Caso Núm.1. Una compraventa entre una empresa francesa y una empresa alemana con
establecimientos en sus respectivos países deberá ser objeto de regulación por la
Convención de Viena de 1980, pues los contratantes tienen establecimientos en distintos
Estados parte de la Convención.

Caso Núm.2. Una compraventa entre una empresa francesa y una empresa alemana que
tengan ambas sus establecimientos en España siguen siendo internacional, aunque no le sea
de aplicación la Convención de Viena de 1980, por no cumplir con el elemento
internacional, presupuesto de la aplicación de la Convención, como es el que los
contratantes tengan establecimientos en Estados diferentes.

Igualmente, la naturaleza de los bienes objeto del contrato de compraventa internacional


incide en la aplicación de los distintos Convenios de Derecho Internacional Privado
aplicables en esta materia. En este sentido, como tendremos ocasión de tratar más
exhaustivamente, la Convención de Viena de 1980 sólo se aplica a las compraventas
internacionales de mercaderías, es decir, cuando su objeto son los bienes muebles
corporales (Oberlan De Sgericht, 1994a). Por tanto, la compraventa internacional de bienes
inmuebles y la de bienes inmateriales (como la propiedad industrial o intelectual) está
excluida del ámbito de aplicación de la Convención de Viena; por lo que no deja de
sorprender que una Corte alemana haya decidido que, según el sentido de la Convención de
Viena, las mercaderías comprendían todos los bienes materiales e inmateriales que
pudieran ser objeto de un contrato de compraventa internacional (Oberlan De Sgericht,
1993a).

Tampoco la venta internacional de empresas o establecimiento mercantil pueden


considerarse mercaderías a los efectos de aplicación de la Convención de Viena, puesto que
la venta de una empresa lleva aparejada la venta de derechos que no pueden considerarse
mercaderías a los efectos de aplicar la normativa uniforme (Corte Arbitral De La Cámara
De Comercio, 1993).

No puede olvidarse que la compraventa de establecimiento mercantil o de empresa tiene


por objeto la transmisión de una unidad empresarial viva que comprende tanto bienes
inmuebles como bienes o derechos inmateriales (patentes, marcas, etc.) (FerrarI, 1994,
1995a, 1995b). En este sentido, hay que acudir a las soluciones del Convenio de Roma de

9
1980 para determinar la ley aplicable a las compraventas internacionales de bienes
inmuebles, de bienes inmateriales, de empresas o establecimientos mercantiles.

Para determinar el régimen jurídico básico de la regulación de la compraventa internacional


es necesario diferenciar los dos grandes grupos de problemas que plantea dicho contrato
desde un punto de vista de Derecho Internacional Privado: la competencia judicial
internacional y el Derecho aplicable a los contratos de compraventa internacional; aunque
el objeto de este trabajo sólo se va a centrar en el problema de la ley aplicable a los
contratos de compraventa internacional de mercaderías. Para determinar la competencia
judicial internacional en materia de contratos de compraventa internacional existen dos
grados de regulación: i) El recogido en el Reglamento comunitario 44/2001, de 22 de
diciembre de 2000, relativo a la competencia judicial, el reconocimiento y la ejecución de
resoluciones judiciales en materia civil y mercantil o en su caso el regulado en el Convenio
de Bruselas de 27 de septiembre de 1968 o el Convenio de Lugano de 16 de septiembre de
1988 – ambos con el mismo nombre-; ii) En caso de no ser de aplicación dicho régimen
habrá que acudir al Art.22 de la Ley Orgánica del Poder Judicial (LOPJ) donde se establece
el régimen de producción interna.

Para determinar el Derecho aplicable a los contratos de compraventa internacional


también es necesario establecer dos niveles: i) La Convención de Viena sobre los
contratos de compraventa internacional de mercaderías de 11 de abril de 1980 y el
Convenio de Roma sobre ley aplicable a las obligaciones contractuales de 19 de junio de
1980; ii) Los Arts. 10.5 y concordantes del Código Civil español, donde se configura el
obsoleto régimen de producción interna, en defecto de la aplicación del régimen
convencional.

10
CAPITULO II

LEY APLICABLE DE LA CONVENCION DE VIENA DE 1980 SOBRE


EL CONTRATO DE COMPRAVENTA INTERNACIONAL DE
MERCADERIAS

2.1. AMBITO DE APLICACIÓN

La convención de Viena se aplica a las compraventas de mercaderías entre personas con


establecimientos en distintos estados. Este tema se encuentra regulado en la Parte I, que
consta de 5 artículos que son relativas a su aplicación espacial, temporal y material, en el
cual se reconoce su carácter dispositivo.

2.1.1. ÁMBITO DE APLICACIÓN ESPACIAL

En este sentido encontramos que la Convención de Viena se aplica a las compraventas de


mercaderías entre personas con establecimientos en distintos estados, es necesario aclarar
que no se tendrá en cuenta el hecho de que las partes tengan su establecimiento en Estados
diferentes cuando ello no resulte del contrato. Se comprende entonces que la finalidad de la
norma es proteger la buena fe y la seguridad del tráfico.

Encontramos dentro del ámbito de aplicación espacial, dos presupuestos de aplicabilidad de


la Convencion de Viena, ya que es necesario determinar en que casos dichas compraventas
internacionales quedan sujetos al régimen convencional previsto por esta, estableciéndose
dos situaciones:

a) Aplicabilidad directa: Basado en el sistema de reciprocidad que nos explica que


todas las compraventas internacionales en que las partes tengan sus
establecimientos en diversos estados contratantes con la condición de cumplan los
requisitos del articulo 1 al 6 de la Convención de Viena.
b) Aplicabilidad indirecta: Este explica que si las partes no tienen algún
establecimiento en un Estado contratante, como lo señala Castellanos Ruiz: “la
Convencion de Viena es de aplicación cuando las normas de derecho internacional

11
Privado prevean la aplicación de la ley de un Estado contratante”.
(CASTELLANOS RUIZ.1998).
2.1.2. AMBITO DE APLICACIÓN TEMPORAL

Esta se divide en dos momentos que resultan relevantes para distinguir, en primer lugar
encontramos a aquellos Estado que han ratificado su participación en la Convención y del
otro lado encontramos a la aplicación a un contrato determinado que se halla en función del
momento de su entrada en vigor en cada uno de los Estados parte, es necesario aclarar que,
como señala Castellanos:

”la Convención no se opone a que los Estados que tengan


reglas jurídicas comunes a los contratos de compraventa y a su
formación las apliquen siempre que las partes tengan sus
establecimientos en esos estados” (CASTELLANO RUIZ.
1998).

Manifestando en esa idea que los estados pueden actuar conforme a sus propias leyes de
cada país se asemejen, ya que entre países vecinos esto beneficia su relación comercial
existente desarrollando asi el flujo de comercio.

2.1.3. ÁMBITO DE APLICACIÓN MATERIAL

En esta situación encontramos que la idea de Reinhart aclara las ideas de manera adecuada,
al mencionar que: “La Convencion de Viena no define que debe entenderse por contrato
de compraventa” (REINHART. 1991). Se puede entender a raíz de esta idea que, como
existen tantas modalidades de contratos internacionales existen ciertos contratos que
quedan excluidos, como el contrato de permuta. Sin embargo en su mayoría son incluidos
en la Convención de Viena porque busca la unificación de criterios en cuanto materia de
contratos en materia internacional, por lo tanto debe incluir la mayor cantidad de contratos
posibles.

2.2. EXCLUSIÓN DE LA CONVENCIÓN DE VIENA POR LA AUTONOMÍA


CONFLICTUAL DE LAS PARTES

A. CARÁCTER DISPOSITIVO DE LA CONVENCIÓN DE VIENA

12
Por increíble que parezca el régimen jurídico establecido en la Convención de Viena es
dispositivo. Así lo señala su Art. 6 cuando establece que las partes podrán excluir la
aplicación de la Convención o, sin perjuicio de lo establecido en el Art. 12, establecer
excepciones a cualquiera de sus disposiciones o modificar sus efectos. Ha sido
considerado, incluso, el precepto más importante de la Convención, pues basta, para excluir
una compraventa internacional incluida en su ámbito de aplicación, que las partes así lo
decidan (CAIN, 1983). Por este motivo, aunque el estudio del Art. 6 de la CV se establece
en el Capítulo I de la Parte I de la CV, junto a las disposiciones relativas a su ámbito de
aplicación, es más conveniente tratar su estudio en un epígrafe separado, dada la
importancia y la autonomía científica de este tema (Castellanos Ruiz, 1998, 2003). No en
vano, es el artículo de la Convención de Viena que más decisiones judiciales ha generado
en los distintos Estados partes del texto uniforme, tal y como ya se había acreditado con su
precedente: el Art. 3 de la LUVI de la Haya de 1964 (Ley Uniforme sobre la venta
internacional de objetos mobiliarios corporales de 1964).

La Convención de Viena confiere, por tanto, una particular importancia a la autonomía de


la voluntad de los contratantes. El carácter dispositivo de la Convención aunque pudiera
parecer un error o un descuido de sus redactores se explica fácilmente.

B. AUTONOMÍA CONFLICTUAL EN LA CONVENCIÓN DE VIENA

El Art. 6 establece el principio regulador de la autonomía de la voluntad del vendedor y del


comprador, de forma que el ejercicio de dicha autonomía prevalece sobre lo dispuesto por
la Convención, que puede ser excluida en su totalidad, en partes o incluso en singulares
disposiciones. Este derecho de las partes a excluir total o parcialmente el Derecho uniforme
se justifica como una aplicación particular de un principio general de Derecho
Internacional Privado: la autonomía de la voluntad conflictual entendida como la facultad
reconocida a las partes para designar el ordenamiento jurídico aplicable a un contrato
internacional. Este principio permite a los contratantes optar por una reglamentación
adecuada a sus necesidades. En este sentido, el Art. 6 de la Convención respeta tal derecho,
no obstante la existencia del Derecho uniforme sobre venta internacional, otorgando a las
partes el poder de decidir cuál será el Derecho aplicable al contrato, si la Convención de
Viena o el Derecho interno de un Estado. Se sigue así el precedente marcado por el Art. 3

13
de la Ley uniforme sobre venta internacional de 1964, que también disponía el efecto
derogatorio de la voluntad de las partes sobre el Derecho convencional elaborado por
aquella Conferencia.

C. EXCLUSIÓN EXPRESA Y EXCLUSIÓN TÁCITA

Debido a esta continuidad, aunque el Art. 6 de la Convención no diga nada al respecto hay
que entender que la exclusión de la Convención de Viena puede hacerse de dos formas: a)
de forma expresa y b) de forma tácita. Si no se menciona expresamente la exclusión tácita
es para evitar que, en todo caso, de manera irrazonable, se considerara excluida de forma
tácita la Convención de Viena. No cabe, pues, la exclusión (total o parcial) unilateral por
una de las partes.

 EXCLUSIÓN EXPRESA

La exclusión expresa puede llevarse a cabo a través de una disposición concreta en el


contrato de compraventa donde se indique que la Convención de Viena de 1980 sobre
venta internacional de mercancías no será aplicable a dicho contrato o mediante la
inserción de determinadas condiciones generales de la contratación incorporadas al
contrato, siempre que sean incompatibles con las soluciones propuestas por la normativa
convencional. Estas dos hipótesis son las más simples y no plantean problemas. No es
necesario indicar la ley aplicable, a pesar de que en la preparación de la Ley uniforme
sobre venta internacional y de la Convención de Viena de 1980 se sugirió que un acuerdo
que excluyese la Convención sólo sería válido si el acuerdo también designaba el Derecho
interno aplicable. Sin embargo, esta sugerencia no se aceptó. Si las partes están de acuerdo
en no aplicar la Convención, serán las normas de Derecho Internacional Privado las que
determinen el Derecho interno aplicable. En el caso de que las partes excluyan la
Convención de Viena y designen como Derecho aplicable a su relación contractual el
Derecho interno de un Estado parte de la Convención, no podrá aplicarse la normativa
uniforme sobre la base de que forma parte del Derecho interno, al haber sido expresamente
excluida por las partes, debido al carácter dispositivo del que goza la Convención de Viena.

 EXCLUSIÓN TÁCITA

14
La exclusión de la Convención de Viena también puede realizarse de forma tácita. Aunque
a diferencia de la LUVI (artículo 3), la CV guarda silencio sobre este punto, sus redactores
así lo entendieron. Si no se enunció de manera expresa, fue con el fin de evitar que la
referencia específica a la exclusión tácita moviera a los Tribunales a concluir, con
fundamentos insuficientes, que se había excluido la totalidad de la CVS.

2.3. DISPOSICIONES GENERALES

El Capítulo II de la Parte I de la Convención de Viena establece por un lado, una serie de


disposiciones generales en la interpretación y aplicación de la normativa uniforme y otros
principios generales aplicables a la interpretación de la conducta de las partes. Y, por otro
lado, señala el valor de los usos y prácticas convenidos entre las partes. Para finalizar el
estudio de las disposiciones generales se hace referencia a las cuestiones de forma del
contrato y, a modo de resumen, a la jerarquía de las normas aplicables a un contrato de
compraventa internacional incluido en su ámbito de aplicación.

2.3.1. DIFICULTADES INTERPRETATIVAS Y APLICATIVAS DE LA


CONVENCIÓN DE VIENA

La Convención formula también ciertas directrices de interpretación de sus disposiciones,


indicando no sólo cuando la normativa uniforme se aplica respecto de aquellos casos que
efectivamente están regulados en la Convención (Art. 7.1), sino también resolviendo las
posibles lagunas de reglamentación (Art. 7.2).

A. INTERPRETACIÓN DE LA CONVENCIÓN DE VIENA

El talón de Aquiles de cualquier Convención de Derecho uniforme, incluida la Convención


de Viena, es el riesgo de que se produzcan interpretaciones divergentes de un país a otro,
resurgiendo, así, el problema de los conflictos de leyes. El riesgo es, efectivamente, real si
se tiene en cuenta que las reglas de interpretación son diferentes de un sistema jurídico a
otro: mientras que unos sistemas jurídicos preconizan la búsqueda de la intención de los
redactores del texto, luego se recurre a los trabajos preparatorios, otros prefieren una
interpretación literal del texto. La Convención de Viena no enuncia expresamente los
métodos de interpretación, sino los principios de interpretación de su texto.

15
 INTERNACIONALIDAD DEL TEXTO UNIFORME

El Art. 7.1 prescribe, para la interpretación de las disposiciones de la Convención, tener en


cuenta, en primer lugar, su carácter internacional. Este principio se entiende por el origen
internacional del mismo texto. De este modo, el juez de un país contratante no puede
interpretar las disposiciones de la Convención atendiendo al significado que tengan en su
ordenamiento interno. El intérprete debe igualmente tener en cuenta el carácter
internacional de la propia compraventa, pues le imprime caracteres particulares:
alejamiento de las partes, riesgo de incomprensión entre ellas, problemas monetarios, la
necesidad particular de informar al cocontratante de los incidentes de la ejecución del
contrato y de preservar sus intereses, etc… Aunque el Art. 7.1 de la CV no desarrolla con
amplitud los criterios interpretativos de su propio texto, hay que tener en cuenta que estos
criterios interpretativos están codificados en la Convención de Viena sobre el Derecho de
los Tratados de 23 de mayo de 1969, aplicables a cualquier Tratado internacional. Lo que
no es admisible es acudir a los criterios interpretativos del foro (Honnold, 1990; Sarcevic &
Volken, 1986).

 UNIFORMIDAD DEL TEXTO UNIFORME

El Art. 7.1 señala, igualmente, que en la interpretación de la Convención de Viena hay que
tener en cuenta la necesidad de promover la uniformidad en su aplicación (Usinor Industeel
vs. Leeco Steel Products Inc., 2002). Este principio de interpretación invita a los jueces a
consultar la jurisprudencia de los diferentes Estados parte y, en concreto, las decisiones
dictadas eventualmente sobre la disposición concreta a interpretar de la Convención
(Herber, 1983; Martiny, 1990; Reinhart, 1991; Sarcevic & Volken, 1986).

 OBSERVANCIA DE LA BUENA FE INTERNACIONAL

El Art. 7.1, por último, invita a interpretar la Convención asegurando la observancia de la


buena fe en el comercio internacional (Laudo arbitral de la CCI, núm.8611/1997; o
Sentencia de la Corte de Casación francesa, 19 marzo 2002, donde se hace referencia de
forma expresa a la observancia del principio de la buena fe). No se trata de interpretar el
propio contrato de compraventa, como podría creerse, sino el texto de la Convención. Este
principio se encuentra presente en diversas disposiciones de la Convención de Viena. El

16
Art. 7.1 lo único que hace es proclamarlo como un principio general (Fernández De La
Gándara & Calvo Caravaca, 1995). Se puede entender que esta disposición permite no
imponer una aplicación literal de la Convención, que iría manifiestamente en contra de la
igualdad en casos especiales, en detrimento de una parte. No se entiende muy bien por qué
alguna decisión jurisprudencial acude, en última instancia, para resolver los problemas de
interpretación que plantea la normativa uniforme, al “Derecho nacional pertinente”, pues el
Art. 7.1 no hace referencia alguna a esta posibilidad (Handelsgericht Des Kantons, 1999c).

B. INTEGRACIÓN DE LA CONVENCIÓN DE VIENA

El Art. 7.2 formula una regla para las materias que se rigen por la Convención, es decir,
que no están excluidas de su campo de aplicación, ex Arts. 4 y 5 de la Convención, pero
que no están expresamente resueltas en ella.

 PRINCIPIOS GENERALES DE LA CONVENCIÓN DE VIENA

Para solucionar estas lagunas de reglamentación, el Art. 7.2 establece que, en primer lugar,
habrá que acudir a los principios generales en los que se basa la Convención. Entre los
principios generales en los que se basa la Convención hay que destacar los siguientes: el
respeto de la buena fe contractual, la libertad contractual, la prohibición del abuso de
derecho, la ausencia de formalismos, el deber de cooperar con la otra parte para la buena
ejecución del contrato, y, en particular, el deber de comunicar toda información útil para la
realización de este fin, el deber de evitar pérdidas al cocontratante, el deber de minimizar
sus propias pérdidas, etc. (Magnus, 1990).

2.3.2. INTERPRETACIÓN DE LA VOLUNTAD DE LAS PARTES

La Convención de Viena formula las directrices relativas a la interpretación de la voluntad


de las partes (Art. 8). Estas directrices combinan el subjetivismo y el objetivismo. Según el
Art. 8.1 las declaraciones y otros actos de una parte deberán interpretarse conforme a su
intención cuando la otra parte haya conocido o no haya podido ignorar cuál era esa
intención (Vid. La sentencia S.A.R.L. Bri Production “Bonaventure” vs. Société Pan Africa
Export (1995), en relación al destino pactado de las mercaderías).

17
Se trata, por tanto, de un criterio hermenéutico que se inclina por el subjetivismo la
interpretación debe indagar cuál es la voluntad real de cada uno de los contratantes-,
aunque moderado por una exigencia que la otra parte haya conocido o no haya podido
ignorar cuál era la intención del otro contratante. Se refiere, por tanto, a las “declaraciones
y otros actos de una parte” y no a la “voluntad contractual” o “voluntad común de las
partes” (Audit, 1990; Calvo Caravaca, 1993, 1994a, 1994b).

Cuando no sea posible este criterio, se atribuirá a las declaraciones y otros actos de una
parte el sentido que les habría dado en igual situación una persona razonable de la misma
condición que la otra parte (Art. 8.2). Técnicamente no es otra cosa que una auténtica
ficción: como no es posible averiguar la intención real de una de las partes se equipara a
ella la que le hubiera asignado un “hombre razonable” (Berlingieri, 1981). Este standard
del hombre razonable puede encontrarse en otros preceptos de la Convención de Viena:
Arts. 18.2, 33.c), 38.1, 39.1, 43.1, 47, 49.2, 63.1, 64.2.b), 65.1, 65.2, 72.2, 73.2 y 75. Se
recurre, pues, a un concepto jurídico indeterminado complejo, en el que se combina un
elemento subjetivo –que se halle en circunstancias semejantes una persona de su misma
condición- y uno objetivo –el estándar del hombre razonable-, del que hay diversas
manifestaciones en la Convención (Honnold, 1990).

Un elemento común a las dos reglas anteriores son las circunstancias a tener en cuenta para
resolver cuál es la intención de una de las partes o lo que hubiera entendido un hombre
razonable de la misma clase en semejante situación: todas las circunstancias pertinentes del
caso y, en particular, las negociaciones, cualesquiera prácticas que las partes hubieran
establecido entre ellas, los usos y el comportamiento ulterior de las partes (Art. 8.3)
(Mitchell Aircraft Spares Inc. vs. European Aircraft Service Ab, 1998; Honnold, 1990).

2.3.3. USOS Y PRÁCTICAS DEL COMERCIO INTERNACIONAL

El espíritu de la Convención de Viena, reguladora del Derecho uniforme de la venta


internacional, es traducir en forma escrita los usos y las prácticas efectivamente seguidas en
el comercio internacional (Audit, 1990).

 USOS Y PRÁCTICAS CONVENIDOS

18
El Art. 9.1 establece que las partes están obligadas por los usos y las prácticas que ellas
mismas han convenido.

a. Esta disposición cubre, por un lado, los usos cuya aplicabilidad han pactado las
partes tanto cuando se acuerdan de forma expresa, como ad ex, cuando las partes
recurren a expresiones o abreviaturas usuales en el comercio internacional,
frecuentemente codificadas por corporaciones profesionales (los INCOTERMS de
la Cámara de Comercio: cláusulas FOB, CIF, etc…), como de forma tácita, en
aquellos casos en los que se infiere del comportamiento del comprador y del
vendedor o de la interpretación de su voluntad conforme a los criterios del
mencionado Art. 8 de la Convención (En la sentencia S.V. Braun Inc. vs. Alitalia
Linee Aeree Italiane, S.P.A. (1994), se había pactado la entrega de las mercaderías
ex work, por lo que dicha práctica debía primar sobre la solución otorgada por la
CV).
b. Por otro lado, también cubre este precepto las prácticas que hayan establecido entre
las partes. Se refiere a aquellos usos que regularmente hayan seguido en sus
relaciones las partes que sirven para determinar a la vez su intención y las
obligaciones existentes entre ellas. (En este sentido puede citarse la sentencia del
Amtsgericht (2000) donde no se demostró la existencia de una práctica seguida por
las partes, ex Art. 9.1; o la sentencia del landgericht (1998a), donde, por el
contrario, se acepta que el lugar del pago debía determinarse conforme a las
prácticas establecidas entre las partes, ex Art. 9.1, y no conforme a lo dispuesto en
el Art. 57 de la CV, que regula la determinación del lugar del pago sólo en defecto
de pacto).

Los usos prevalecen, al igual que cualquiera otra cláusula pactada por las partes, sobre
las disposiciones de la Convención de Viena, dada su naturaleza dispositiva (Art. 6). En
caso de incompatibilidad entre un uso convenido y la práctica hasta entonces seguida
por las partes, cabe interpretar que deberá prevalecer el uso convenido (Bianca &
Bonell, 1987; Calvo Caravaca, 1993, 1994a, 1994b).

19
CAPITULO III

CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES, INFLUENCIA


INTERNACIONAL Y CASO PRÁCTICO DE LA CONVENCION DE
VIENA SOBRE LOS CONTRATOS DE COMPRAVENTA
INTERNACIONAL DE MERCADERIAS

3.1. CARACTERÍSTICAS PRINCIPALES DE LA CONVENCIÓN DE VIENA:

La Convención de Viena es un tratado internacional que proporciona un texto o derecho


uniforme sobre la compraventa internacional de mercaderías.

Sus características principales son las siguientes:

3.1.1. DE NATURALEZA VINCULANTE:

Se inscribe dentro de los instrumentos tendientes a la unificación del derecho o hard law,
cuya naturaleza es vinculante. Al ser un tratado internacional constituye derecho interno e
idéntico para todos aquellos Estados que la suscriben y ratifican, por lo que su aplicación es
obligatoria respecto de los contratos de compraventa internacionales que caen dentro de su
ámbito de aplicación. En esto se diferencia de otros instrumentos de derecho uniforme no
vinculantes o soft law, que también regulan los contratos y que caen en el esquema de

20
armonización del derecho, como los Principios UNIDROIT o los Principios de Derecho
Europeo de los Contratos (PECL), que constituyen instrumentos opcionales a los que las
partes se someten voluntariamente y cuya efectividad se basa en el convencimiento, dada
su calidad interna y el prestigio de las instituciones y de los juristas que los promueven y
redactan.

La Convención de Viena, como instrumento vinculante, constituye una regulación paralela


a los ordenamientos sobre contratos de compraventa de mercaderías de los países que
forman parte de la convención. Aquellas compraventas cuya naturaleza sea eminentemente
local o doméstica se regirán por las distintas leyes nacionales aplicables; pero cuando se
trate de una operación de compraventa internacional de mercaderías regida por las leyes de
alguno de los Estados contratantes o que involucre partes relacionadas a dichos Estados,
entonces –por regla general-8 deberá aplicarse obligatoriamente.

3.1.2. DE CARÁCTER INTERNACIONAL:

Tiene una vocación eminentemente internacional, pues sus redactores quisieron restringirla
a ese tipo de contratos con el objeto de lograr que más países la suscribieran al no incidir
sobre sus regulaciones nacionales. Por tanto, la Convención no es aplicable a las
compraventas internas o domésticas.

El carácter internacional se determina exclusivamente porque los Establecimientos de las


partes (como se definirá este concepto más adelante) se encuentren en diferentes Estados.
Esta circunstancia debe ser probada por quien alegue la aplicabilidad de la convención.

Especialidad y alcance limitado de regulación.

La convención regula los contratos de compraventa internacionales de mercaderías, es


decir, aquellos contratos en los que aparece el intercambio de dinero (en su más amplia
connotación) por mercaderías, entendiéndose por estas como todo tipo de bienes muebles
materiales o inmateriales afectos al comercio en su más amplia gama, siempre y cuando se
adquieran para fines comerciales y no para consumo personal o familiar.

Por otro lado, la Convención regula exclusivamente algunos aspectos del contrato de
compraventa internacional de mercaderías: su formación y las obligaciones de las partes.

21
No trata –salvo disposición expresa- sobre los efectos del contrato en la propiedad de las
mercaderías, ni sobre la validez del contrato entre otras materias excluidas. La CISG no es
ni aspira a ser una regulación completa del contrato de compraventa.

3.1.3. DE CARÁCTER PRÁCTICO Y LENGUAJE SIMPLE:

La Convención no fue redactada para cubrir las necesidades de los tribunales o de los
abogados postulantes. Por el contrario, se desarrolló pensando en los requerimientos
prácticos de los hombres de negocios y de los demás operadores del comercio internacional
que no necesariamente tienen conocimientos legales especializados en la materia.

Sus normas tienen como característica un lenguaje simple, accesible y efectivo. De igual
modo, se eliminaron todas las referencias a los distintos derechos nacionales, tan cargados
de doctrina y dogmatismo propio de sus idiosincrasias.

Como ejemplo de lo anterior se eliminaron de la redacción de la Convención toda


referencia a la Consideración del derecho anglosajón y de la Causa del derecho latino, dos
figuran de gran arraigo en el derecho contractual de ambas tradiciones legales.

3.1.4. ÉNFASIS EN LOS USOS Y PRÁCTICAS:

En los negocios internacionales los usos y prácticas (costumbres) existentes en cada una de
sus ramas transporte marítimo, seguros, banca, comercio de commodities, etc.

Son universalmente aceptados y reconocidos como obligatorios a pesar de que no exista


acuerdo expreso entre las partes.

Por ello constituyen una parte fundamental del derecho del comercio internacional, cuyo
propósito es encontrar soluciones prácticas para las transacciones que regula.

Los usos y costumbres tienen un impacto e importancia mucho mayores en el comercio


trasnacional del que tienen en los distintos derechos nacionales. La Convención de Viena
reconoce esta situación y les otorga una categoría incluso superior a las de sus propias
normas.

22
En los términos de la Convención, los usos y prácticas constituyen normas especiales que
reflejan las prácticas comúnmente aceptadas en cada rama del comercio. Por ello
prevalecen incluso sobre las normas de la Convención a falta de acuerdo en contrario.

3.2. INFLUENCIA INTERNACIONAL:

La Convención de Viena es uno de los instrumentos de derecho uniforme más exitosos


principalmente por la calidad de su regulación, la sencillez de su redacción y por el número
de países que la han adoptado. Por ello ha tenido una influencia significativa tanto a nivel
internacional en la conformación de los principales instrumentos de derecho uniforme no
vinculantes (soft law) que regulan los contratos internacionales, como en el ámbito
nacional en el derecho interno de un gran número de países.

En relación a los principales instrumentos de derecho uniforme que regulan los contratos
internacionales, la Convención es una de las principales fuentes de inspiración de los
Principios UNIDROIT Sobre los Contratos Comerciales Internacionales (publicados por
primera vez en 1994 y con ediciones en 2004, 2010 y 2016), de los Principios de Derecho
Europeo de los Contratos (PECL) de 1999,30 del Draft Common Frame of Reference
(DCFR) conformado en 2008 y del Draft Common European Sales Law (EESL). Todos
estos instrumentos internacionales no vinculantes (soft law) claramente son afluentes de la
Convención, no solo en cuanto a su aproximación sistemática, es decir, el uso de los
conceptos generales de la Convención de Viena señaladamente el concepto de
Incumplimiento esencial- sino en cuanto a la regulación de los mecanismos denominados
derechos y acciones en caso de incumplimiento del contrato o remedios por
incumplimiento (remedies) entre otras aportaciones.

Además de provocar una oleada de estudios comparados sobre la compraventa en distintos


países. La Convención de Viena ha tenido gran influencia en las legislaciones nacionales.
Finlandia, Noruega y Suecia, aprovecharon la adopción de la Convención para promulgar
nuevas leyes nacionales sobre la compraventa de mercaderías basadas en el instrumento
internacional, excepto en la parte correspondiente a la formación del contrato. De igual
manera, luego de que finalizara la guerra fría y el colapso de la antigua Unión Soviética,
tanto Rusia como los países de Europa del este que se separaron, se inspiraron en la CISG
para redactar sus respectivos códigos civiles. China, el gran jugador del comercio

23
internacional también siguió de cerca a la Convención al redactar su código civil de
1999.32 Holanda, Egipto33 y Japón34 son otros de los países que han resentido la
influencia de la Convención de Viena. En la Unión Europea la influencia de la CISG se
refleja en la Directiva en Ventas al Consumidor de 1999 (Directive 1999/44/EC) formulada
con base en el tratado internacional.

De igual manera, en el continente africano, los dieciséis miembros de L’Organisation pour


l’harmonisation en Afrique du Droit des Affaires (OHAD) adoptaron el Acte uniforme sur
le droit comercial général (AUDCG) la cual está basada fundamentalmente en la CISG.35

En Alemania, la CISG tuvo un fuerte impacto por lo menos en los trabajos preparatorios de
la Ley de Modernización del Derecho de las Obligaciones (Schuldrechtsreform) de 2002,
considerada como la más importante revisión del Código Civil Alemán (BGB), desde 1900
en que entró en vigor. Aunque los legisladores al votar la reforma modificaron el proyecto
inicial basado en la CISG y el derecho europeo, para asegurar la compatibilidad de la
reforma con el sistema alemán tradicional del derecho de las obligaciones, puede
distinguirse la influencia de la Convención de Viena, no solo en relación al régimen de la
compraventa, sino al régimen de las obligaciones en general.

En ese mismo tenor, el Código Civil y Comercial de la Nación promulgado en Argentina


en 2014 que fusionó en un solo ordenamiento el antiguo Código Civil argentino de Vélez
Sársfield y el Código de Comercio, ha seguido a la Convención de Viena.

Aunque indirectamente, la reforma a la regulación de las obligaciones y contratos del


Código Civil Francés (Código Napoleón de 1804), mediante ordenanza del 10 de febrero
de 2016 también recibió la influencia de la Convención de Viena. Como lo afirman
Deshayes, Genicon y Laithier en su comentario a la reforma39 el bicentenario del Código
Civil Francés en 2004, en el debut del siglo XXI, estuvo marcado por tres fenómenos
complementarios. El primero es el movimiento de recodificación de algunos de los más
importantes códigos nacionales, por lo menos en las disposiciones relativas a las
obligaciones y contratos, acentuadas por la impresión de envejecimiento de la regulación
vigente en esa fecha. El segundo fenómeno es la aparición de proyectos científicos
internacionales, en particular la CISG, los Principios UNIDROIT y los Principios de
Derecho Europeo de los Contratos (PECL), estos últimos destinados a transmitir a las

24
autoridades europeas la necesidad de un derecho de los contratos común para el continente
europeo. El tercer fenómeno, más difuso, es el fortalecimiento y la mayor toma de
conciencia impulsada principalmente por la Banca mundial- de una mayor concurrencia
normativa entre los derechos de los distintos países y la consecuente necesidad de
uniformar el derecho contractual internacional. Todo ello llevó a la reforma del Código
Napoleón, la cual, al menos indirectamente a través de los Principios del Derecho Europeo
de los Contratos- recibió la influencia de la Convención de Viena.

3.3. PRINCIPALES ASPECTOS DE LA CONVENCIÓN QUE INFLUYERON EN


LOS INSTRUMENTOS INTERNACIONALES Y EN LAS REFORMAS A LOS
DERECHOS NACIONALES:

Su lenguaje, su estructura interna y el mecanismo de las acciones por incumplimiento


(remedies).

a. Por lo que ve al lenguaje: los redactores de la Convención decidieron separarse en


gran medida de los términos legales y conceptos propios de los distintos derechos
nacionales, buscando en su lugar un lenguaje legal totalmente independiente y
neutro (lingua franca), que pudiera entenderse por todos los operadores del
comercio a pesar de su pertenencia a las distintas tradiciones jurídicas y con
independencia de si son o no profesionales del derecho.
b. En cuanto a su estructura: Los redactores de la Convención descartaron la
inherente a los sistemas domésticos tradicionales y en su lugar crearon para la CISG
una estructura transparente alejada de cualquier influencia legal histórica.
Así, por ejemplo, al regular las obligaciones del vendedor, inmediatamente le sigue
la sección que establece las acciones (remedies) por incumplimiento (breach) de
dichas obligaciones y lo mismo ocurre con las obligaciones del comprador. Todos
coinciden en que el aspecto que más influencia ha tenido a un nivel sustantivo es el
referido sistema de las acciones por incumplimiento (remedies).
En ese sentido, la Convención de Viena no adoptó el sistema del incumplimiento ni
l elemento de la causa pertenecientes al civil law y de influencia romana, optando
en su lugar por el sistema anglosajón de breach of contract.

25
c. Otro aspecto de la influencia internacional que ha tenido la Convención de
Viena se refiere a su utilización para resolver controversias en materia de
comercio internacional.
Al parecer la utilización cada vez más frecuente de la CISG por los tribunales,
sobre todo los arbitrales, evidencia el éxito que ha tenido ese instrumento
internacional.
Cada vez es más frecuente que dichas disputas se resuelvan por árbitros
internacionales y no por los tribunales nacionales.
Esos árbitros utilizan los instrumentos de derecho uniforme para fundar sus
resoluciones, por ser estos los más adecuados para normar las transacciones
internacionales, pues para ello fueron creados.
Como vimos, el auge de esos instrumentos internacionales de derecho uniforme se
debe en gran medida al impulso inicial que les otorgó la Convención de Viena, al
imponer un nuevo estilo de regulación, un nuevo lenguaje jurídico y una nueva
apreciación jurídica internacional a las transacciones comerciales, pues ahora es
indiscutible las ventajas que otorga el instrumento internacional sobre los
ordenamientos domésticos.
No obstante, la Convención de Viena no ha sido tan exitosa como se esperaba en
los países de la tradición del common law. Hasta ahora ninguno ha modificado sus
derechos nacionales de acuerdo con la CISG y dos de sus principales economías
Reino Unido y la India no la han suscrito. Son dos las principales razones de lo
anterior. La primera tiene que ver con la redacción de la Convención. No obstante
que en lo sustantivo coordina las posiciones de las tradiciones del common law y el
civil law respecto a un número importante de cuestiones, su estructura y lenguaje
corresponde más bien al civil law. La segunda tiene que ver con una cuestión
práctica en el comercio internacional. Resulta que las leyes sobre compraventa
internacional de mercaderías vigentes en los países del common law,
principalmente las de Reino Unido y de los Estados Unidos, son ampliamente
reconocidas y utilizadas internacionalmente. Es un hecho que el Banco Mundial y
muchos de los operadores del comercio internacional consideran más adecuadas
dichas leyes, por tener una aproximación más práctica en la solución de problemas

26
a diferencia de las leyes del civil law, mucho más dogmáticas- y por ello las
consideran como más amigables al comercio transfronterizo (market friendly).
Sin embargo, se espera que con el tiempo se irá superando esta condición, a medida
que se complete la curva de aprendizaje de los abogados de ambas tradiciones
legales y sobre todo por la tendencia moderna hacia la uniformidad del derecho
contractual internacional.

CONCLUSIONES

 La Convención de las Naciones Unidas sobre los Contratos de Compraventa


Internacional de Mercaderías proporciona un texto uniforme del derecho sobre la
compraventa internacional de mercancías. La Convención fue preparada por la
Comisión de las Naciones Unidas para el Derecho Mercantil Internacional
(CNUDMI) y adoptada por una conferencia diplomática el 11 de abril de 1980.
 La preparación de un derecho uniforme para la compraventa internacional de
mercancías comenzó en 1930 en Roma en el Instituto Internacional para la
Unificación del Derecho Privado (UNIDROIT). Después de una larga interrupción
en la labor como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial, el proyecto fue
presentado en 1964 a una conferencia diplomática celebrada en La Haya, que
adoptó dos convenciones, una sobre la compraventa internacional de mercancías y
la otra sobre la formación de los contratos para la compraventa internacional de
mercancías.
 La Convención se divide en cuatro partes. La Parte I trata del ámbito de aplicación
y las disposiciones generales. La Parte II contiene las normas que rigen la
formación de contratos de compraventa internacional de mercancías. La Parte III se

27
refiere a los derechos y obligaciones sustantivos de comprador y vendedor
derivados del contrato. La Parte IV contiene las disposiciones finales de la
Convención relativas a asuntos tales como el modo y el momento de su entrada en
vigor, las reservas y declaraciones que se permite hacer y la aplicación de la
Convención a las compraventas internacionales cuando ambos Estados interesados
se rigen por el mismo o semejante derecho en esta cuestión.

BIBLIOGRAFÍA
 CARRACO BULEJE, Luciano y TORREZ CARDENA, German. Manual del Sistema
Tributario. Lima. Centro de Investigación Jurídico Contable S.A. 1998, 758 págs.
 SIERRALTA RÍOS, Aníbal. Contratos de Comercio Internacional. Fondo Editorial
1991, Pontificia Universidad Católica del Perú. 2000, 700 págs.
 LEYVA SAAVEDRA, José. Factoring. Legal Book´s S.A.C. 2001, 32 págs.
 ROMERO ZAVALA, Luis. Teoría General de los Contratos Tomo I. EDITORA
“FACET” E.I.R.L. Edición Lima Perú. 1999, 300 págs.
 Constitución Política del Estado peruano de 1993, 32 págs.

28

También podría gustarte