CHARLA 33
HOY NO ES LO MISMO QUE AYER
LA CHARLA DE Hoy quiero comenzarla con una
pregunta sencilla: ¿Podemos hoy realizar las cosas tal
como lo hacíamos ayer? ... Desde luego que no, día a
día, tanto nosotros como los métodos de trabajo
cambiamos. Estos cambios son necesarios para
progresar y desarrollar el trabajo con menos
accidentes, en forma más cómoda, y con mayor
provecho para todos. No podemos aferrarnos a las
formas de pensar y a los métodos que practicábamos
ayer y aplicarlos a nuestra vida de hoy. ¿Por qué?
Sencillamente porque la vida de ayer era mucho más
simple que la que vivimos hoy. Los trabajos industriales son mucho más complejos cada día por lo
que el concepto de prevención de accidentes se ha desarrollado a tal punto que necesitamos
conocerlo completamente para poder evitar accidentes.
Siempre es bueno recordar los tiempos pasados porque muchas de las normas y métodos que se
practicaban ayer pueden servir de experiencia e inclusive pueden aplicarse en la industria actual.
Pero hay que tener cuidado porque en la actualidad se han incorporado al trabajo gran cantidad
de factores y responsabilidades que se desconocían en el pasado. Por ejemplo, hace muchos años
los accidentes se consideraban y se aceptaban como algo inevitable del trabajo. Esto nos resulta
totalmente absurdo hoy ya que sabemos que los accidentes no suceden espontáneamente, sino
que son provocados por alguna causa. La actitud que tenían los trabajadores hace muchos años no
es la misma que la que tenemos hoy porque en nuestros días todos nos preocupamos por evitar
errores que pueden provocar accidentes y por hacer todo lo posible para reducir al máximo los
peligros.
Tal vez algunos de nosotros hayamos trabajado el tiempo suficiente en la industria para darnos
cuenta de los cambios que se han experimentado. Es fácil entonces darse cuenta que hoy
tomamos en consideración muchos aspectos que antes se pasaban por alto. Por ejemplo, ciertos
procedimientos de trabajo y exposiciones peligrosas de algunos trabajadores que se consideraban
como tonterías, hoy las calificamos como actitudes inseguras. Pero desafortunadamente, todavía
hay muchos trabajadores que se resisten a cambiar de actitud. Piensan que son mejores y más
listos que las normas de prevención de accidentes, las ignoran y no siguen sus recomendaciones.
¿Conocemos a alguien que actúe y que piense de esta forma? Casi seguro que sí.
La forma en que actuamos, en que reaccionamos ante determinadas situaciones y problemas
refleja en gran parte la forma en que pensamos y la forma en que concebimos la vida. Quiero
decir, que si en nuestro trabajo ponemos cuidado, interés, preocupación y atención, estamos
reflejando una actitud segura que es la que se debe adoptar, mantener y desarrollar, no
solamente en el trabajo sino en todas las actividades que realizamos. Esto es muy importante
porque la actitud de una persona influye sobre la actitud de otras que le rodean si esa actitud es
errónea, entonces la influencia será negativa.
Muchas veces no nos damos cuenta o no sabemos que otra persona nos está mirando, nos está
observando y que está juzgando nuestro proceder. Si se trata del trabajo que realizamos, evalúan
nuestro desempeño -si lo hacemos correctamente o incorrectamente. Esa persona que nos
observa puede ser otro trabajador, el supervisor, quizás sea el vecino, pero de todas formas es
alguien que se da cuenta de los errores que cometemos o de lo bien que desempeñamos la tarea.
La actitud positiva ante la prevención de accidentes puede empezar por una persona, pero
piensen ustedes cuánto más efectiva puede ser si el grupo entero se vuelca totalmente hacia la
formación de actitudes seguras y positivas.
Todos debemos estar pendientes de los peligros que nos rodean, así como de todo lo que
podemos hacer para corregir las condiciones inseguras. Debemos siempre seguir y obedecer las
normas de prevención de accidentes, esté o no esté presente el supervisor u otra persona
encargada del grupo, ya que al fin y al cabo si sucede alto indeseable el perjudicado será el que
cometa el error.
Hay una actitud que es muy personal a la misma vez totalmente colectiva: la preocupación por la
prevención de accidentes. Si todos adoptamos esta actitud y constantemente trabajamos para
mejorarla, podremos estar seguros de que en años venideros se verá claramente el fruto de la
misma. Tal vez nuestros hijos, el día de mañana, puedan mirar hacia atrás y decir que nos
preocupamos e interesamos por mejorar las cosas.
Si alguno de nosotros todavía no ha empezado a interesarse en la causa de la prevención de
accidentes, es hora de que mire al pasado, lo compare con los esfuerzos que se realizan en
nuestros días, y se convenza de que ya es tiempo de empezar.
Tomado del “Supervisor”. Publicación del Consejo Interamericano de Seguridad.