1.
LA EVOLUCION DEL TRATAMIENTO DEL INFRACTOR PENAL
La creación de una jurisdicción especializada para los menores de edad (y con ella del
llamado Derecho de Menores) tiene un origen reciente. A finales del siglo pasado (en
1899) se creó el Primer Tribunal Juvenil en Chicago (Illinois), experiencia que luego se
implantó en Europa. Este hecho marco la culminación de un prolongado proceso de
reforma que comenzó a inicios del siglo XIX y que significó la superación de criterios
que sometían a los menores de edad que cometían un hecho punible a los juzgados y
procedimientos de los adultos1. Las críticas formuladas a ésta concepción, dieron lugar
a determinadas modificaciones sustantivas. La primera, consistió en separar a los
menores detenidos de los adultos, creándose centros especializados para ellos.
Luego, a mediados del siglo XIX se elaboraron las primeras leyes de menores en
Inglaterra y luego en Estados Unidos. Finalmente, se crearon tribunales de menores
que marcó el cambio integral de la visión del tratamiento de los infractores de una
norma penal. Durante las primeras décadas del presente siglo esta tendencia se
extendió en América Latina. Como dice García Méndez fue la primera etapa de
reforma jurídica en lo que se refiere al derecho de la infancia de 1919 a 1939, se
introduce la especificidad del derecho de menores y se crea un nuevo tipo de
institucionalidad: la justicia de menores. En el caso de nuestro país, el Código de
Menores de 1962, fue la primera norma que dio un tratamiento orgánico a los menores
que se encontraban en tal situación, aunque es necesario recordar que el Código
Penal de 1924 contenía ya normas especificas aplicables a los menores de edad que
infringían una norma penal. Así, los artículos 137º a 149º y 410º a 416º, contenía
disposiciones relacionadas con el tratamiento de los menores infractores, las medidas
que se les podían aplicar y la jurisdicción a la que eran sometidos en base a los
postulados básicos de la Doctrina de la Situación Irregular.
1.1 La Doctrina de la Situación Irregular
La característica central de esta doctrina es la concepción del menor de edad
como un sujeto pasivo de la intervención jurídica estatal, como un objeto de tutela
y no un sujeto de derecho. Como señala Bustos Ramírez “..., la ideología de la
situación irregular convierte al niño y al joven en objeto, y no en sujeto de
1
BARATTA, Alessandro: “Infancia y democracia”. En; EMILIO GARCÍA MÉNDEZ - MARY BELOFF (compiladores).
Infancia, Ley y Democracia en América Latina. Análisis crítico del panorama legislativo en el marco de la Convención
Internacional sobre los Derechos del Niño. Prefacio de Luigi Ferrajoli. Temis - Depalma, Bogotá, 1998. Pág. 41.
derechos, en un ser dependiente, que ha de ser sometido a la intervención
protectora y educadora del Estado”2.
1.2 La Doctrina de la Protección Integral
La Doctrina de la Protección Integral se caracteriza por reconocer al menor de edad
como ser humano y sujeto de derechos. A decir de García Méndez, esta
transformación se podría sintetizar en el paso del menor como objeto de
compasión-represión a la infancia-adolescencia como sujeto pleno de derechos 3.
Por su parte, Armijo indica que, corriendo el riesgo de simplificar excesivamente el
planteamiento de esta doctrina, lo que hace es incorporar al niño como un sujeto
pleno de derechos y deberes constitucionales 4. Un aspecto central en este proceso
es el cambio del término menor por la de niño, que responde no sólo a una opción
terminológica, sino a una concepción distinta: el cambio de un ser desprovisto de
derechos y de facultades de decisión, por un ser humano sujeto de derechos.
2. NATURALEZA JURÍDICA DE LA RESPONSABILIDAD PENAL DEL
ADOLESCENTE
La promulgación del Código de los Niños, significó un cambio de paradigma en el
tratamiento legal frente a los adolescentes, con la superación de la llamada Doctrina
de la situación irregular en nuestro país. Hay que relevar dos aspectos fundamentales
de este cambio de perspectiva: los niños y adolescentes no son ya objetos de
compasión y de represión sino que son sujetos de derechos; y en segundo lugar, en el
ámbito penal, se establece una normatividad exclusiva para el adolescente infractor
pasible de medidas socio educativas perfectamente diferenciada del niño o
adolescente en presunto estado de abandono sujeto a medidas de protección. En
nuestro ordenamiento el adolescente mayor de doce años que infringe la ley ya sea
como autor o partícipe de un hecho punible tipificado como delito o falta en la ley penal
es pasible de medidas socio educativas del mismo modo que el adulto de penas. Es
decir, tanto las penas como la medidas socio educativas son la respuesta del Ius
Puniendi estatal, entendido éste como la facultad del estado de intervenir y sancionar
la comisión de ilícitos y como tales, ambas encuentran su justificación en la idea que
tenga el Estado sobre la finalidad de las sanciones que aplica.
2
BUSTOS RAMIREZ, Juan: “Perspectivas de un derecho penal del niño”. En; Nueva Doctrina Penal.
1997/A. Editores del Puerto, Buenos Aires, 1997. Pág. 65.
3
GARCIA MENDEZ, Emilio: Derechos de la infancia adolescencia en América Latina. Edino, Quito, 1994.
Pág. 91
4
ARMIJO, Gilbert: Enfoque Procesal de la Ley Penal Juvenil. San José, 1997. Pág. 25.
En nuestro ordenamiento el adolescente mayor de doce años que infringe la ley ya sea
como autor o partícipe de un hecho punible tipificado como delito o falta en la ley penal
es pasible de medidas socio educativas del mismo modo que el adulto de penas. Es
decir, tanto las penas como la medidas socio educativas son la respuesta del “Ius
Puniendi estatal”, entendido éste como la facultad del estado de intervenir y sancionar
la comisión de ilícitos5 y como tales, ambas encuentran su justificación en la idea que
tenga el Estado sobre la finalidad de las sanciones que aplica.
3. CULPABILIDAD, INIMPUTABILIDAD Y RESPONSABILIDAD PENAL
Consideramos que esta opción de nuestra legislación no es la más adecuada, por que
como lo hemos señalado anteriormente, consideramos que el adolescente no sólo es
penalmente responsable sino que además es penalmente imputable y lo es porque, a
pesar de haberse podido comportar lícitamente, es decir, de haberse podido decidir
por el derecho opta por el injusto6. Dicho de otro modo, siéndole exigible una conducta
distinta, al ser capaz de ser motivado de modo suficiente por la norma para
comportarse conforme a derecho, actuó ilícitamente. Por lo tanto, al comprender la
ilicitud de su actuar, dicho acto le es reprochable. 7 La nota característica es que su
responsabilidad se ubica en un sistema distinto al de los adultos, pues debe responder
como sujeto de derechos humanos específicos, es decir desde su específica posición
dentro de la sociedad.
4. EL SUJETO ACTIVO EN EL SISTEMA DE JUSTICIA PENAL JUVENIL
PERUANO
En el caso específico de los menores de edad, el Código de los Niños y Adolescentes
en concordancia con la Convención, ha optado por establecer dos grupos etáreos en
su artículo I del Título Preliminar:
a. Los niños; que comprende desde su concepción hasta los 12 años, siendo
absolutamente irresponsables por la infracción de una norma penal y quienes serán
pasibles de medidas de protección establecidas en los artículos 184º y 242º del
Código de los Niños y Adolescentes.
5
LUZON PEÑA, Diego “ Manual de Derecho Penal “ Parte General I Ed. Universitas, Madrid , 1996, p 77-
78.
6
BERDUGO, señalaba que “se consideraba al hombre cualquiera sea su origen o condición social como
un ser notado naturalmente para distinguir el bien y el mal ( es decir con libre albedrío) entonces era
culpable aquel que pidiendo hacer el bien se inclina por el mal”BERDUGO GOMEZ DE LA TORRE en
Lecciones de Derecho Penal , Op Cit p 201-228.
7
BUSTOS señala “ Ser imputable significa tener la capacidad de conocer la ilicitud del obrar y de poder
actuar conforme al derecho”Cfr, BUSTO RAMIREZ, Juan “ Imputabilidad y edad Penal” en Justicia Penal y
Sociedad, Revista Guatemalteca de Ciencias Penales, Op Cit. p 119.
b. Los adolescentes; que comprende a las personas entre los 12 hasta antes de
cumplir los 18 años de edad, quienes están sujetos a una responsabilidad penal juvenil
y son pasibles de medidas socioeducativas señaladas en el Código luego de un
proceso judicial. En consecuencia, el sujeto activo del sistema penal juvenil en nuestro
país, será el adolescente infractor de la ley penal, comprendido en este grupo etáreo.
5. DEBIDO PROCESO SUSTANTIVO Y DEBIDO PROCESO ADJETIVO
El debido proceso tiene dos manifestaciones: El debido proceso sustantivo o material y
el debido proceso adjetivo formal o procesal. El debido proceso sustantivo funciona
como “una forma de autocontrol en la actuación de la administración pública en
general”8en tanto, protege a los ciudadanos de las leyes contrarias a los derechos
fundamentales, así como de las decisiones administrativas y jurisdiccionales
arbitrarias9, dando lugar a su inaplicación o invalidez 10 evitando la divergencia entre
dichos actos y los principios que consagra la constitución y el estado de derecho.
El TC señala que los principios y reglas que integran la dimensión formal del debido
proceso tienen que ver con las formalidades estatuidas, tales como las que establecen
el juez natural, el procedimiento establecido previamente, el derecho de defensa, la
motivación, etc 11
6. LAS GARANTÍAS SUSTANTIVAS, PROCESALES Y DE EJECUCIÓN EN EL
SISTEMA DE JUSTICIA PENAL JUVENIL
A. Garantías Sustantivas
A.1. Principio de Culpabilidad.-
LEGISLACIÓN NACIONAL CÓDIGO PENAL
• Título Preliminar, Artículo VII CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Título Preliminar, Artículo VII
• Artículo 215
• Artículo 236
12
Según Mir Puig , el término culpabilidad, tiene tanto connotaciones morales como
jurídicas. En el derecho penal puede ser entendido de manera amplia oponiéndose a
la noción de inocencia, y de manera más estricta como uno de los niveles de la teoría
8
IÑAKI ESPARZA, Leibar
9
LANDA ARROYO, césar “Procesos Constitucionales en la Constitución Peruana de 1993 Materiales de
Enseñanza del Curso de Derecho Constitucional PUC p 20.
10
BUSTAMANTE ALARCON, Reynaldo, “Derechos Fundamentales y Proceso Justo
11
Fundamento 6 del Expediente 8125-2005-HC del 14 de noviembre del 2005.
12
MIR PUIG, Santiago: Derecho Penal. Parte General. 4ª Edición corregida y puesta al día con arreglo al
Código Penal de 1995. Barcelona, 1996. Pág. 95
general del delito. Desde el Principio de Culpabilidad, se pueden establecer diversos
límites al poder punitivo del Estado que se expresan en:
a. Principio de personalidad de las penas.- Que prohíbe sancionar a una persona
por los hechos cometidos por otra.
b. Principio de responsabilidad por el hecho.- Que postula un derecho penal de
acto, debiendo sancionarse al autor de un hecho por la conducta que realiza y no por
sus características personales. En tal sentido, la culpabilidad rechaza el llamado
Derecho Penal de Autor13.
c. Principio de dolo o culpa.- Requiere que la persona haya deseado realizar la
conducta (dolo) o al menos haya existido una inadecuada selección de los medios
para realizar una determinada acción (imprudencia, negligencia o impericia). Desde
éste principio se prohíbe la responsabilidad objetiva o la responsabilidad por el
resultado.
d. Principio de imputación personal.- Es necesario que el hecho pueda ser atribuido
a su autor, por ello se prohíbe la responsabilidad penal de quienes no tengan
condiciones psíquicas que le permitan motivarse por la norma penal.
A.2. Principio de legalidad
LEGISLACIÓN NACIONAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA
Artículo 2, inciso 24, literal d.
CÓDIGO PENAL
Artículo II del Título Preliminar
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
Artículo 183
Artículo 189
• Artículo 191
• Artículo 193
• Artículo 194
• Artículo 217
13
Zaffaroni señala que no existe un criterio unitario sobre lo que se entiende con dicho término, pero es
claro que en su manifestación extrema, es una corrupción del derecho penal, en tanto no prohíbe el
acto en sí mismo, sino por ser una manifestación de una "forma de ser" del autor, un síntoma de la
personalidad, que sería lo realmente delictivo, prohibido y reprochable. Por ello, «Dentro de esta
concepción no se condena tanto el hurto como el "ser ladrón”, no se condena tanto el homicidio como
el ser homicida, la violación como el ser delincuente sexual, etc.». Ver ZAFARONNI, Raúl Eugenio:
Manual de Derecho Penal. Parte General. Ediciones Jurídicas. Lima, 1990. Pág. 72.
• Artículo 222
Este principio exige que los delitos, las penas y las medidas de seguridad pasibles de
ser aplicadas a los adultos, así como las medidas para los adolescentes infractores,
deben estar establecidas previamente mediante una ley formal y regular. Prohíbe el
uso de la analogía y la costumbre como fuente de derecho para el caso del derecho
penal. Su objetivo es la seguridad jurídica y limitar posibles arbitrariedades del poder
penal estatal. A partir de este principio surge una serie de garantías14:
a. Tipo penal - Tipicidad.- El respeto del Principio de Legalidad exige una clara
tipicidad, esto es, la precisa descripción de la conducta prohibida. La
determinación del tipo penal cumple dos finalidades: a) proteger bienes
jurídicos; y, b) garantizar los derechos de los ciudadanos, impidiendo así
arbitrariedades que puedan surgir durante la actuación policial o judicial.
b. Legalidad de las sanciones.- El Principio de Legalidad no sólo comprende el
principio de tipicidad, es decir la descripción de las conductas prohibidas, sino
también el de legalidad de las sanciones, que exige que las penas deben estar
establecidas previamente por ley.
A.3. Principio de humanidad
LEGISLACIÓN NACIONAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA
• Artículo 2, inciso 24, literal d. • Artículo 139, inciso 21
CÓDIGO PENAL
• Artículo II
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Artículo 194
• Artículo 195
• Artículo 196
• Artículo 235
El Principio de Humanidad se relaciona con el de proporcionalidad, en tanto debe
existir relación entre la gravedad del hecho y la respuesta penal que se genera,
teniéndose en cuenta la importancia relativa y comparativa de los bienes jurídicos
14
Ver esquema seguido por RODRIGUEZ DEVESA, José María; SERRANO GÓMEZ, Alfonso: Derecho Penal
Español. Parte General. Edición Décimo Séptima. Diykinson, Madrid, 1994. Pág. 173. Así como, MIR
PUIG, Santiago: Op. cit. Pág 76 y 77.
afectados15. Este principio fue recogido en la Convención Americana de Derechos
Humanos (artículo 5.2), así como en la generalidad de los instrumentos
internacionales de derechos humanos de los cuales es parte el Estado peruano. Por
este motivo, al margen de la falta de criterios específicos para determinar la medida a
aplicarse a un adolescentes, nuestra legislación se encuentra dentro de los
parámetros que dicta el Principio de Humanidad contemplado en el artículo 37º incisos
a) y c) de la Convención sobre los Derechos del Niño, que prohíbe las torturas y tratos
o penas crueles, inhumanos o degradantes, así como la pena de muerte y la prisión
perpetua16.
B. GARANTÍAS PROCESALES.
Las garantías procesales suponen una serie de derechos relacionados con el proceso
al cual puede ser sometido una persona. En tanto la privación de libertad de los
adolescentes es consecuencia de una investigación y juzgamiento judicial, las
garantías con que deben contar han de ser similares a las que rigen el proceso penal
para adultos17.
B.1. Principio de jurisdiccionalidad
LEGISLACIÓN NACIONAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA
Artículo 139, incisos 1, 2 y 3
Artículo 173
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Artículo 133
La especial protección se explica por el derecho en juego durante el proceso penal: la
libertad individual (cuando no la vida o la propiedad), en tanto toda limitación a este
15
En todo ordenamiento jurídico existe una jerarquía constitucional y legal de los bienes jurídicos,
comenzado con el de la vida, el cual debe tener la mayor penalidad, mientras que el resto debería tener
una pena gradualmente menor. Ver MERA, Jorge: “Adecuación del Derecho Penal Chileno a las
exigencias de los Derechos Humanos”. En; Sistema Jurídico y Derechos Humanos: El derecho nacional y
las obligaciones internacionales de Chile en materia de derechos humanos. Cecilia Medina y Jorge Mera
editores. Universidad Diego Portales. Escuela de Derecho. Cuadernos de análisis jurídico. Serie
Publicaciones Especiales Nº 6. Santiago de Chile, 1997. Pág. 394 y ss.
16
En el marco de la legislación antiterrorista, se llegó a condenar a cadena perpetua a adolescentes que
se encontraban dentro de los 15 y 18 años de edad, rebajando para ello la capacidad penal a los 15 años
en los casos de Terrorismo y Traición a la Patria, excluyéndolos del ámbito de la legislación común de
adolescentes infractores.
17
FAUNDEZ LEDESMA, Hector: “El derecho a un juicio justo”. En: Revista de la Facultad de Ciencias
Jurídicas y Políticas, Nº 80. Universidad Central de Venezuela, Caracas, 1991. Págs. 133-179. Y, MAIER,
Julio B. J.: Derecho Procesal Penal. Tomo I. Fundamentos. Editores del Puerto S.R.L. Buenos Aires, 1996.
A nivel nacional, SAN MARTIN CASTRO, César: Derecho Procesal Penal. Volumen I. Grijley, Lima, 1999
derecho debe realizarse mediante un proceso que responda a un supuesto
expresamente señalado por la ley (Principio de Legalidad), que haya sido
adecuadamente probado sin duda alguna (Presunción de Inocencia), por un ente
imparcial y objetivo (independencia e imparcialidad del magistrado y Principio del Juez
Natural) y que goce de todas las garantías procesales (Debido Proceso).
B.2. PRINCIPIO DEL CONTRADICTORIO
LEGISLACIÓN NACIONAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA
• Artículo 139, inciso 15
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Artículo 192
• Artículo 203
• Artículo 207
• Artículo 212
Una característica que debe tener todo proceso penal es el equilibrio e igualdad de las
partes. Para ello se requiere de:
• La existencia de una imputación; que significa que el ente acusador indique
claramente el hecho del que se acusa al adolescente;
• La realización de una intimación; es decir, que la imputación sea comunicada
oportunamente para poder desarrollar su defensa; y,
• La celebración de una audiencia; donde puedan contraponerse las argumentaciones
de la parte acusadora y de la defensa.
B.3. PRINCIPIO DE INVIOLABILIDAD DE LA DEFENSA LEGISLACIÓN NACIONAL
CONSTITUCIÓN POLÍTICA
• Artículo 139, inciso 14
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Artículo 148
• Artículo 200
• Artículo 219
El Derecho a la Defensa constituye la posibilidad efectiva del imputado a defenderse
de los cargos formulados en su contra. Este principio implica:
• Conocer los cargos que se le imputan;
• Tener la oportunidad para rebatirlos ante el tribunal;
• Poder presentar pruebas;
• Poder confrontar las presentadas en su contra; y,
• Contar con la asistencia de un abogado.
Es necesario diferenciar dos aspectos de este derecho18: • Defensa material.- Derecho
del imputado de hacer valer por sí mismo su defensa. • Defensa técnica.- Derecho a
contar con la asistencia técnica de un abogado, que le permita una defensa adecuada
(incluye el deber del Estado de proporcionar asistencia jurídica en caso que la persona
no pueda acceder a un abogado). Ello complementa la capacidad del imputado de
hallarse presente en el juicio, ya que en materia procesal penal el Derecho de Defensa
carece de sentido sin la asistencia jurídica, en tanto el desconocimiento de sus
derechos o de la forma de hacerlos valer impide a la persona ejercitar una defensa
adecuada19.
B.4. PRINCIPIO DE PRESUNCIÓN DE INOCENCIA.
LEGISLACIÓN NACIONAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA
• Artículo 2, inciso 24, literal e
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Artículo 5
• Artículo 208
• Artículo 209
• Artículo 210
• Artículo 211
• Artículo 236
Es un derecho subjetivo en favor del inculpado ser considerado inocente en tanto no
se presente una prueba suficiente que destruya dicha presunción. Maier plantea tres
expresiones del Principio de Presunción de Inocencia:
• Indubio pro reo.- La presunción beneficia al inculpado, siendo la parte acusadora
quien busca destruirla en el proceso. Para una sentencia condenatoria es necesario
que la presunción sea completamente eliminada mediante una certeza absoluta sobre
la culpabilidad. La presunción se manifiesta tanto al momento de sentenciar como
durante el proceso, donde la persona no puede ser tratada como culpable. Ello se
vincula con el carácter excepcional que deben tener las medidas de coerción durante
el proceso, que como la detención preventiva, en la práctica se convierten en
verdaderas condenas anticipadas.
18
CAROCCA PEREZ, Alex: Garantía Constitucional de la Defensa Procesal. José María Bosch, Editor.
Barcelona, 1998. Pág. 20.
19
Se cita el caso del juez Sutherland de la Corte Suprema de los Estados Unidos, quien señalaba que el
derecho a ser oído puede ser de escasa utilidad si no se establece que la persona deba ser oída
mediante un abogado, ya que incluso una persona capaz e inteligente pero sin conocimientos jurídicos
necesarios, es incapaz de poder defenderse adecuadamente. FAUNDEZ LEDESMA, Héctor: Op. cit. Pág.
167.
• Onus probandi.- La carga de la prueba recae sobre el acusador. Las presunciones
legales de culpabilidad son contrarias a este principio 20, así como la amplitud del
criterio judicial o las sentencias no fundamentadas debidamente21.
• Trato de inocente.- El imputado goza de un estado de inocencia, que restringe las
limitaciones de sus derechos durante el proceso al mínimo indispensable y sólo para el
cumplimiento de los fines del proceso.
B.5. PRINCIPIO DE IMPUGNACIÓN
LEGISLACIÓN NACIONAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA
• Artículo 139 inciso 6
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Artículo 186
• Artículo 210
• Artículo 219
Las razones para consagrar este derecho se sustentan en la posibilidad de que el
tribunal que sentenció pueda haber cometido un error, brindándose una forma de
control hacia el tribunal inferior22. La evaluación que realiza el tribunal superior,
comprende los aspectos de hecho y derecho, así como la condena y la pena misma.
Para Maier, el recurso contra la sentencia es una garantía procesal del condenado.
Nuestro ordenamiento legal, el artículo 139°, inciso 6° de la Constitución Política del
Estado establece como una garantía de la administración de justicia el principio de la
pluralidad de instancia.
B.6. PRINCIPIO DE LEGALIDAD DEL PROCESO.
LEGISLACIÓN NACIONAL CONSTITUCIÓN POLÍTICA
• Artículo 2, inciso 24, literal d
CÓDIGO DE LOS NIÑOS Y ADOLESCENTES
• Artículo 189 • Artículo 204 • Artículo 206 • Artículo 223 • Artículo 225 • Artículo 228
Entendido como la necesidad de que el procedimiento debe estar fijado por la ley,
evitándose una excesiva discrecionalidad por parte del órgano jurisdiccional en el
mismo. Lo óptimo debería ser que se trate de una ágil investigación previa, seguida de
20
Para la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, la presunción se afecta cuando la legislación
autoriza la detención y juzgamiento de personas en base de semi-pruebas de culpabilidad, o como
cuando en el delito de terrorismo se presume legalmente la existencia de asociaciones ilícitas. Ver O
´DONNELL, Daniel: Protección Internacional de los Derechos Humanos, Comisión Andina de Juristas, 2da.
edición, Lima, 1989. Pág. 170. Este autor cita las partes pertinentes del Informe Argentina (1980),
Informe Anual 1979-1980 sobre Chile.
21
La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha señalado (para el caso de los tribunales
especiales, pero también aplicable en los casos comunes) que la existencia de sentencias basadas
únicamente en pruebas circunstanciales afecta este principio. Ver Informe sobre Nicaragua (1981),
citado en O´DONNELL, Daniel: Op. cit. Págs. 170-171.
22
FAUNDEZ LEDESMA, Héctor
un proceso oral, con una única audiencia, para así poder cumplir los principios de
oralidad, concentración e inmediación, propios del proceso penal23.
CONCLUSIÓN
Quienes aún no asimilan los cambios postulados por la CDN padecen de una
confusión, que en la práctica permite el encierro o privación de libertad de jóvenes
faltos de asistencia, que nacieron bajo la vigencia de principios sociales, culturales y
morales particulares de sus ámbitos de convivencia. Si estas circunstancias hacen que
deriven en infracción a la ley penal siendo niños no punibles, la realidad cotidiana del
sistema judicial penal juvenil Argentino hace que los mismos puedan ser pasibles de
injerencia penal más allá de los límites de su intervención convencional.
23
SAN MARTIN CASTRO, César. Págs. 82-83.