Ejercicios sobre el silogismo jurídico.
Construya las premisas con las que se apoya el contenido de cada lectura y resalte
la conclusión a la que estás llegan.
Lectura #1
El 20 de diciembre de 2018, en rueda de prensa, el dirigente deportivo al referirse
al fútbol femenino afirmó “eso anda mal. Eso no da nada ni económicamente ni nada de
esas cosas. Aparte de los problemas que dan las mujeres. Son más tomatragos que los
hombres... Pregúntele a los del Huila como están de arrepentidos de haber sacado el título y
haberle invertido tanta plata al equipo… Y fuera de eso, les recuerdo, es un caldo de cultivo
del lesbianismo tremendo”.
La Defensoría del Pueblo presentó una acción de tutela en representación de todas
las mujeres afectadas por dichas declaraciones. En el trámite del proceso, el
máximo accionista del club deportivo emitió un comunicado de prensa por medio
del cual ofreció disculpas y se retractó de sus declaraciones. En consecuencia, el
juez de tutela de primera instancia decidió declarar la carencia actual de objeto.
La Sala Octava de Revisión, con ponencia del magistrado José Fernando Reyes
Cuartas, decidió revocar la decisión del juez al concluir que, aunque el accionado
se retractó y ofreció disculpas públicas, dicho acto no constituyó una carencia
actual de objeto por hecho superado en tanto el modo no corresponde con el acto
discriminatorio, en consecuencia, la amenaza o vulneración del derecho no
había concluido.
La Sala resaltó que, si bien la Constitución protege el derecho a la opinión como
manifestación de la libertad de expresión este, como todos los derechos, tiene
límites. Para el caso, evidenció que la opinión del señor Gabriel Camargo
Salamanca involucró actos de discriminación que reproducen la violencia
estructural contras las mujeres en razón a su género u orientación sexual. Primero,
porque su opinión establece diferencias arbitrarias y humillantes respecto de un
grupo poblacional de especial protección constitucional en razón de su género y
orientación sexual. Segundo, porque las expresiones del accionado responden a la
discriminación estructural contra las futbolistas, la cual es producto de la
naturalización y la consecuente invisibilización de comportamientos o actitudes
sexistas y misóginas.
La Corte tomó nota de las dificultades asociadas a la práctica del fútbol femenino a
partir de varios aspectos denunciados por las mismas futbolistas. Además,
reconoció que el fútbol femenino en Colombia se desarrolla en un contexto de
discriminación multidimensional que lo afecta y relega. Constató profundas
brechas entre el fútbol masculino y el femenino que, según la providencia, se
traducen en actitudes como las del señor Camargo las cuales “se fundan en
prejuicios y estereotipos contrarios a la aspiración democrática y pluralista de la
Constitución de 1991”.
Por ello, consideró que “las palabras, los actos, las expresiones y el trato de aquellas
mujeres que deben transitar por espacios nuevos y a veces hostiles, deben ser objeto de un
escrutinio constitucional especial”. A juicio de la Sala los dirigentes y los cuerpos
directivos se encuentran obligados a identificar dificultades y generar
oportunidades para el fútbol femenino. Por lo tanto, sus actuaciones no pueden
estar dirigidas a marchitar” iniciativas que pretenden no solo impulsar el valor del
deporte como forma de interacción social sino también como medio para la realización de
planes de vida que encuentran su lugar en el artículo 16 de la Constitución”.
Premisa mayor: Gabriel Camargo Salamanca dirigente deportivo se refiere de forma
discriminatoria a jugadoras de futbol femenino, dando su opinión de manera humillante
respecto a estas.
Premisa menor: La Defensoría del Pueblo presenta una acción de tutela en representación
de todas las mujeres afectadas por las declaraciones del dirigente deportivo. La corte
reconoce que el futbol femenino en Colombia se desarrolla en un contexto de
discriminación multidimensional.
Conclusión: Por ello la corte considera que “las palabras, los actos, las expresiones y el
trato de aquellas mujeres que deben transitar por espacios nuevos y a veces hostiles, deben
ser objeto de un escrutinio constitucional especial” los cuerpos directivos se encuentran
obligados a identificar dificultades y generar oportunidades para el futbol femenino.
Lectura #2
La tutela fue presentada por su abuela, también de nacionalidad venezolana, en
contra de la Registraduría Nacional del Estado Civil porque se abstuvo de inscribir
en el registro civil a su nieta que nació en diciembre de 2017 y en marzo de 2018
llegó al país. En agosto de ese mismo año fue encontrada en situación de
abandono, por lo que la Comisaría de Familia de Puerto Colombia, Atlántico, la
dejó a su custodia.
La Registraduría señaló que el único documento antecedente para la inscripción
del nacimiento es el registro civil de nacimiento del país de origen, pero en este
caso únicamente se cuenta con un certificado de nacido vivo, el cual no es un
documento válido para tramitar un registro civil de nacimiento. Además, las
normas colombianas no contemplan el registro de personas que no nacieron en el
territorio y que son hijos o hijas de padres extranjeros.
La Sala Quinta de Revisión, con ponencia de la magistrada Paola Andrea Meneses
Mosquera, señaló que, según la normativa nacional vigente, el registro civil de
nacimiento es prueba de la nacionalidad colombiana por nacimiento y, hasta
ahora, no ha sido considerada como una vía legal de regularización migratoria.
Por lo tanto, la Sala afirmó que la Registraduría Nacional del Estado Civil no
vulneró los derechos fundamentales de la menor de edad, pero encontró que estos
sí se encuentran bajo amenaza, puesto que es imposible corroborar si culminó el
registro que se inició en Venezuela, la abuela no puede regresar a su país y no
existe servicio consular venezolano en Colombia para hacer el trámite.
“Pese a que los menores extranjeros e hijos de nacionales extranjeros no tienen
derecho a la nacionalidad por nacimiento y no se les puede otorgar la nacionalidad
por adopción de forma automática, respecto a ellos sí existe el deber constitucional,
en cabeza del Estado, la familia y la sociedad, (…) de asistirlos y protegerlos para
garantizarles el ejercicio pleno de sus derechos, entre estos, de su derecho a la
nacionalidad”, indicó la Corte.
El Alto Tribunal advirtió que, aunque actualmente en el país no existe un
procedimiento formalmente establecido para estos efectos, ello no es excusa para
que el Estado no realice todas las gestiones necesarias para materializar
efectivamente el derecho a la nacionalidad de una persona, especialmente,
tratándose de un menor.
Por lo tanto, el fallo ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores adelantar los
trámites necesarios para proteger los derechos fundamentales a la nacionalidad y
la personalidad jurídica de la menor.
Así mismo, el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar (ICBF) deberá orientar a
la abuela de la menor en el trámite administrativo que adelante el Ministerio de
Relaciones Exteriores y en el procedimiento de regularización migratoria, mientras
que esta deberá colaborar con dicho ministerio y demás autoridades para atender
de forma oportuna y suficiente los requerimientos que las entidades realicen,
encaminados a garantizar los derechos fundamentales de la menor de edad.
Premisa mayor: Se interpuso una tutela en contra de la Registraduría Nacional del Estado
Civil porque esta se abstuvo de inscribir una menor nacida en diciembre de 2017 y que
llego al país en marzo del 2018, con un único certificado de nacido vivo documento no
valido para realizar este trámite.
Premisa menor: La sala quinta de revisión señala que la según la normativa nacional
vigente la Registraduría Nacional del Estado Civil no vulnero los derechos fundamentales
de la menor, pero el alto tribunal advierte que, aunque en el país no exista un proceso
vigente y la Registraduría no haya violado ningún derecho fundamental, no es excusa para
que el estado no realice todas las gestiones necesarias para materializar efectivamente el
derecho a la nacionalidad de una persona.
Conclusión: Este fallo ordenó al Ministerio de Relaciones Exteriores adelantar los tramites
necesarios para proteger los derechos fundamentales a la nacionalidad y a la personalidad
jurídica de la menor. El instituto colombiano de bienestar familiar debe orientar a la
ponente de la tutela en el tramite administrativo que adelante el ministerio de relaciones
exteriores.
Lectura #3
La Corte Constitucional concedió una tutela a un ciudadano que le solicitó a su
EPS hacer entrega de los medicamentos que requiere para el tratamiento de
diferentes enfermedades que padece, como diabetes e hipertensión, en el
municipio de Sandoná, Nariño, donde reside, puesto que su condición de salud y
la pandemia del Covid-19 le impiden reclamarlos en la ciudad de Pasto.
Pese a que la entidad de salud reconoce que el paciente hace parte del grupo
poblacional de alto riesgo, por lo que debe velar por su bienestar evitando
exponerse al contagio del virus, insiste en que el actor puede delegar la diligencia
del reclamo del tratamiento en otro municipio, a una persona que no tenga
restricciones similares.
La Sala Octava de Revisión, con ponencia del magistrado José Fernando Reyes
Cuartas, no compartió los fundamentos administrativos que respaldan la decisión
de la EPS de entregar algunos de los medicamentos en Sandoná y otros en Pasto, lo
cual representa una carga insostenible que no está obligado a seguir soportando el
accionante.
“Exigir a los pacientes adelantar trámites administrativos o esfuerzos materiales
que resulten incompatibles con las normas relacionadas con la emergencia
sanitaria, como el traslado de un municipio hacia otro para reclamar
medicamentos para el tratamiento de enfermedades crónicas, constituye una
barrera para el goce efectivo del derecho a la salud, pues de aquellos depende la
vida e integridad de los usuarios que deben obedecer las medidas preventivas de
distanciamiento individual responsable, en aras de salvaguardar su salud y
bienestar”, señaló la Corte.
La Sala determinó que la entrega de los medicamentos por parte de la EPS en dos
municipios diferentes a un mismo afiliado no solo representa un desconocimiento
de la función pública que ejerce para garantizar el derecho a la salud de los
pacientes, sino que constituye una barrera en el acceso a los servicios médicos que
resulta injustificada. Aún más, considerando que, de acuerdo con las directrices del
Ministerio de Salud y organismos internacionales como la Organización Mundial
de la Salud -OMS- y la Organización Panamericana de la Salud -OPS-, los Estados
y las entidades de salud deben acatar medidas encaminadas a mitigar los riesgos
de contagio del virus SARS-CoV-2 y vulnerabilidad de aquellas personas que
sufren de enfermedades crónicas como es el caso del accionante.
Premisa mayor: La corte constitucional concede una tutela a un ciudadano que le
solicita a su EPS hacer entrega de los medicamentos en el municipio de Sandoná, Nariño,
donde reside puesto que su condición de salud y la pandemia del Covid – 19 le impiden
reclamarlos en la ciudad de Pasto, pero la entidad insiste que este tramite puede ser
delegado a una persona que no tenga restricciones similares.
Premisa menor: La Sala Octava de Revisión, con ponencia del magistrado José
Fernando Reyes Cuartas, no compartió los fundamentos administrativos que respaldan la
decisión de la EPS de entregar algunos de los medicamentos en Sandoná y otros en Pasto,
lo cual representa una carga insostenible que no está obligado a seguir soportando el
accionante.
Conclusión: La Sala determinó que la entrega de los medicamentos por parte de la EPS
en dos municipios diferentes a un mismo afiliado no solo representa un desconocimiento de
la función pública que ejerce para garantizar el derecho a la salud de los pacientes, sino que
constituye una barrera en el acceso a los servicios médicos que resulta injustificada.
Referencias
1. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-212-21 (M.P. José Fernando
Reyes Cuartas, 23 de julio de 2021.
2. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-155-21 (M.P. Paola Andrea
Meneses Mosquera, 29 de junio de 2021.
3. Corte Constitucional de Colombia. Sentencia T-195-21 (M.P. José Fernando
Reyes Cuartas, 14 de julio de 2021.