0% encontró este documento útil (0 votos)
124 vistas34 páginas

Alemania y El Tratado de Versalles COMPLETO

El documento describe el contexto político y social de Alemania después de la Primera Guerra Mundial, incluyendo el establecimiento de la República de Weimar, la inestabilidad económica y política que enfrentó, y las condiciones que permitieron el surgimiento de Adolf Hitler y el partido nazi.

Cargado por

Kory Cusme
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
0% encontró este documento útil (0 votos)
124 vistas34 páginas

Alemania y El Tratado de Versalles COMPLETO

El documento describe el contexto político y social de Alemania después de la Primera Guerra Mundial, incluyendo el establecimiento de la República de Weimar, la inestabilidad económica y política que enfrentó, y las condiciones que permitieron el surgimiento de Adolf Hitler y el partido nazi.

Cargado por

Kory Cusme
Derechos de autor
© © All Rights Reserved
Nos tomamos en serio los derechos de los contenidos. Si sospechas que se trata de tu contenido, reclámalo aquí.
Formatos disponibles
Descarga como DOCX, PDF, TXT o lee en línea desde Scribd
Está en la página 1/ 34

Alemania 1918: la cuna de la revancha

Tras cuatro años de guerra, los meses de octubre y noviembre de 1918 aportarán el máximo grado
de tensión para la nación alemana. Convencida la población de la seguridad de la victoria, debido a
la profunda labor de los medios de propaganda, los grupos dirigentes del Estado y del ejército ya no
son capaces de sostener esta evidente falacia. Para los conocedores de la realidad, la derrota se
presenta ya inevitable, y los altos jefes militares, verdaderos responsables directos de la situación,
se preparan para encontrar una salida airosa y, por encima de todo, adecuada a la salvaguardia de
sus intereses. El inmediato desprestigio nacional que las fuerzas armadas tendrían que sobrellevar
en caso de descubrirse estos hechos, supondría un golpe demasiado fuerte, que el militarismo
germano no está dispuesto a sufrir.

El nuevo gobierno parlamentario habría de cargar así con la pretendida culpa histórica de
una situación de desastre a la que en absoluto había contribuido a crear. Mientras, los verdaderos
responsables se retiraban de la escena a la espera de tiempos mejores. Por otra parte, y para agravar
todavía más la situación en el orden político, la petición de armisticio —que constituye una
tremenda sorpresa para una población no avisada de la realidad bélica— se ve rodeada por una
sucesión de profundos trastornos sociales. Así, al mismo tiempo que se produce
la caída del sistema imperial, toda Alemania se ve sacudida por acontecimientos que traslucen una
auténtica fiebre revolucionaria. A imagen de los hechos producidos un año antes
en Rusia, obreros y soldados, marinos y cuerpos de seguridad alemanes se constituyen en
avanzadillas de la revolución inminente. El nacimiento de la república, el día 9 de
octubre, seguido dos días más tarde por la firma del armisticio, identificará de esta manera
aquel clima de trastorno general y de sensación de derrota con el nuevo régimen, que da sus
primeros y vacilantes pasos. Es, pues, el momento del derrumbamiento de unos valores y
unas estructuras hasta entonces consideradas inamovibles. Y, para una importante fracción
de la población, la desaparición del sistema imperial, que era símbolo de la etapa más brillante de la
historia reciente del país, viene traído de la mano de unos arribistas.
Fomentan desde el principio la falsa idea de una traición al pueblo alemán por parte de los políticos
profesionales, a los que acusan de constituir centros de influencia de ideologías e intereses
extranjeros, contrarios lógicamente a los de la nación. Esta actitud aparecerá, bajo todas las
formas posibles y en todo momento, a lo largo umñde la dificultosa experiencia política que supuso
la vida de la Primera República alemana.

Mientras, el resentimiento hacia los que ahora representan un nuevo orden nacido de la derrota y el
caos económico, va arraigando fuertemente en amplias capas de la población. La idea de la
«puñalada por la espalda», tan fomentada en todo momento por los sectores interesados en el
debilitamiento del regimen democrático, cobrará volumen hasta convertirse en el verdadero
espectro político de los republicanos y de sus soportes sociales.

Weimar: el caos permanente


Una marcada convulsión social y política, una profunda crisis económica y el fuerte auge de la vida
cultural caracterizan la etapa conocida como la República de Weimar.
A partir del momento en que los victoriosos aliados imponen sus condiciones de paz, la economía
alemana experimenta un rudísimo golpe, a causa, sobre todo, de la obligación Y, a pesar de la
relativa comprensión con que los aliados anglosajones van observando la cuestión, la obstinada
postura de Francia, siempre temerosa y ahora envalentonada y revanchista, será la que se imponga
hasta el final.
Friedricb Ebert, líder del Partido Demócrata Social (spo), de izquierda, encabezó el gobierno. En
enero de 1919 se celebró una elección general, la primera totalmente democrática en el país. Los
socialdemócratas surgieron como el partido más grande y Ebert fue el primer presidente de la
república. Tenían algunas ideas marxistas, pero creían que la forma de lograr el socialismo era a
través de la democracia parlamentaria.

Para finales de 1919, la Asamblea Nacional (Parlamento), que se reunía en Weimar porque Berlín
seguía dividido por la inquietud política, había acordado una nueva constitución. Esta constitución
de Weimar (en ocasiones llamada la constitución democrática más perfecta de la época moderna,
cuando menos en el papel) dio su nombre a la República de Weimar, vigente hasta 1933, cuando
fue destruida por Hitler. Pasó por tres fases:
1 .De 1919 a finales de 1923. Periodo de inestabilidad y crisis durante ef cual la república luchó
para sobrevivir.
2. De finales de 1923 a finales de 1929. Periodo de estabilidad durante el cual Gustav Stresemann
fue el político más importante. Gracias al Plan Dawes de 1924,por el cual los Estados Unidos
concedieron enormes créditos, Alemania pareció recuperarse de su derrota y disfrutaba del auge de
la industna.
3. De octubre de 1929 a enero de 1933. Otra vez inestabilidad. La crisis económica mundial que
empezó con la caída de Wall Street de octubre de 1929, pronto repercutió de manera desastrosa en
Alemania; hubo 6.5 millones de desempleados. El gobierno no pudo afrontar la situación y para
finales de 1932 la República de Weimar parecía a punto del colapso.

Quizá la causa principal del fracaso de la república fueron los problemas económicos que la
asolaron constantemente y que fue incapaz de resolver de manera permanente.
1. En 1919, Alemania estuvo cerca de la bancarrota por los enormes gastos de la guerra, que había
durado mucho más de lo que nadie esperaba.
2. Su ititención de pagar las cuotas de las inderttnizaciottes empeoraba las cosas. En agosto de
1921, después de pagar un vencimiento de 50 millones de libras esterlinas. Alemania pidió
autorización para suspender los pagos
hasta lograr la recuperación económica, pero Francia se negó, y en 1922 los alemanes declararon
que no podían hacer el pago anual completo.
3. En enero de 1923, tropas francesas ocuparon el RnJir (importante área industrial alemana) para
tratar de apoderarse de la producción de fábricas y minas. El gobierno alemán ordenó que los
trabajadores opusieran resistencia pasiva y la industria de la zona se paralizó. Los franceses no
lograron su objetivo, pero el efecto en la economía alemana fue catastrófico: inflación galopante y
colapso del marco. La tasa de cambio al final de la guerra era de 20 marcos por dólar, pero aun
antes de la ocupación del Ruhr, los problemas con las indemnizaciones lo habían hecho perder
valor.
Para noviembre de 1923, el valor del marco se desplomaba tan rápidamente que cuando al
trabajador se le pagaba en efectivo, tenía que gastar los billetes de inmediato; si esperaba al día
siguiente, ya no tenían valor. La situación financiera se estabilizó finalmente cuando en 1924 el
canciller Gustav Strese- mann introdujo una nueva moneda conocida como Ren- tenmark.
Este desastre financiero tuvo profundos efectos en la sociedad alemana y las clases trabajadoras
resultaron muy golpeadas; los salarios no podían seguirle el paso a la inflación y los fondos de los
sindicatos se agotaron. pero las clases medias y los pequeños capitalistas fueron los más afectados,
pues perdieron sus ahorros, de modo que muchos empezaron a pensar en los nazis para mejorar la
situación.
Adolf Hitler

En la Alemania de la primera posguerra se daban todas las condiciones precisas para elsurgimiento
de un salvador del pueblo, de un hombre providencial que situase nuevamenteal país al nivel que
hasta entonces había tenido. Adolf Hitler, un agitador más entre tantos otros, llegó a personificar los
extendidos anhelos de resurgimiento a base de fórmulas practices que no hacían más que recoger e
interpreter unas creencias y valores que se hallaban ya presentes en lo más profundo de la sociedad
alemana. Reunía, además, en su propia persona los rasgos precisos para convertirse en un verdadero
arquetipo del hombre alemán del período.

Católico por bautismo, Adolf Hitler (1889-1945) nació el 20 de abril de 1889, en la ciudad
fronteriza de Braunau am Inn, situada aproximadamente 105 km al este de Munich y casi a 48km al
norte de Salzburgo en Alta Austria.

Su padre, Alois Hitler (1837-1903), fue un funcionario de aduana de nivel medio. Hijo natural de
Maria Anna Schickelgruber, nació en 1837, Alois Schickelgruber cambió su nombre en 1876 por
Hitler, el nombre de pila del hombre que se casó con su madre cinco años después de su nacimiento.
La ilegitimidad de Alois Hitler daría lugar ya en la década de 1920 -y aún presente en la cultura
popular actual- a la especulación de que el abuelo de Hitler era judío. Lo cierto es que nunca se
encontró evidencia creíble que avalara la noción de la ascendencia judía de Hitler. Los dos
candidatos que es más probable que hayan sido el abuelo de Hitler fueron el hombre que se casó
con su abuela y el hermano de ese hombre.

En 1898, la familia Hitler se mudó a Linz, la capital de Alta Austria. Hitler, que quería hacer carrera
en las artes visuales, tuvo una amarga pelea con su padre, que quería que ingresara a la
administración pública de Habsburgo. Tras la muerte de su padre, Hitler finalmente convenció a su
madre, Klara Hitler (Pölzl, de soltera, quien era prima de Alois) de que le dejara perseguir su sueño
de convertirse en un artista. Mientras ella se moría de cáncer de mama en el otoño de 1907, Hitler
realizó el examen de ingreso a la Academia de Artes de Viena, pero no fue aceptado. A comienzos
de 1908, unas semanas después de la muerte de Klara en diciembre de 1907, Hitler se mudó a
Viena, al parecer con la esperanza de volver a intentar ingresar a la Academia de Artes.
Hitler vivió en Viena entre febrero de 1908 y mayo de 1913. Había crecido en una familia de clase
media, con relativamente pocos contactos con gente judía, en una región del estado de Habsburgo
en la que muchos nacionalistas alemanes se habían decepcionado por el hecho de que el Imperio
Alemán, fundado en 1871, no había incluido a las regiones de habla alemana de la Monarquía de los
Habsburgo. Sin embargo, el legado de los años en Viena no es tan claro como Hitler lo describe en
su autobiografía política. El empobrecimiento y la vida en albergues para personas desamparadas
comenzó solo un año después de su llegada, después de haber despilfarrado una generosa herencia
dejada por sus padres, y de haber rechazado todos los argumentos de sus familiares vivos y amigos
de la familia para que hiciera carrera en la administración pública.

A fines de 1909, Hitler conoció la verdadera pobreza cuando sus fuentes de ingresos se agotaron.
Ese invierno, sin embargo, ayudado brevemente por un último obsequio de su tía, comenzó a pintar
con acuarelas escenas de Viena para un socio comercial y consiguió dinero suficiente para subsistir
hasta que partió rumbo a Múnich en 1913. Es posible que Hitler haya vivido y compartido el
antisemitismo general que era común entre los nacionalistas alemanes de clase media. No obstante,
él tenía relaciones personales y comerciales con judíos en Viena y, por momentos, dependió en
parte de los judíos para su subsistencia. Esta pudo haber sido una excusa para disimular sus
sentimientos reales hacia los judíos. No es sino después de la Primera Guerra Mundial que se puede
demostrar que Hitler había adoptado una ideología “antisemita”.

En Viena, Hitler fue verdaderamente influenciado por dos movimientos políticos. El primero fue el
nacionalismo racista alemán propagado por el político pangermano de Alta Austria, Georg von
Schönerer. La segunda influencia clave fue la de Karl Lüger, alcalde de Viena desde 1897 hasta su
muerte en 1910. Lüger, que todavía estaba en el poder cuando Hitler llegó a Viena, promovía un
antisemitismo que era más práctico y organizacional que ideológico. No obstante, reforzó los
estereotipos antisemitas e hizo ver a los judíos como enemigos de las clases media y baja alemanas.
Por último, a diferencia de Schönerer, que siempre se había sentido más cómodo con el
nacionalismo elitista de las fraternidades estudiantiles, Lüger se sentía más a gusto con las
multitudes de las grandes ciudades y sabía cómo canalizar su protesta en su provecho político

Desatendió los reiterados llamamientos para cumplir el servicio militar, y a los veinticuatro años
(edad en la que cesaba la obligación de ingresar a filas), cruzó la frontera alemana, instalándose en
Múnich. Ese mismo año (1913) las autoridades austriacas averiguaron su paradero y lo obligaron a
comparecer primero en su consulado en Múnich y luego ante la comisión de reclutamiento de
Salzburgo. Allí, dado su débil estado físico, fue declarado no apto e inútil para la milicia.
La paulatina gestación de su ideario había llevado al joven Hitler a sentir un profundo desprecio por
el ejército de su Austria natal, al que juzgaba débil e irrelevante en la Europa de aquel tiempo;
admiraba, en cambio, el vigor y pujanza de las guarniciones alemanas. Por ello no debe sorprender
que, tras haber eludido durante tres años el servicio militar austriaco, se enrolase voluntariamente en
el ejército alemán el 16 de agosto de 1914, al poco de iniciarse la Primera Guerra Mundial.
Herido y gaseado en el frente, fue condecorado con las cruces de hierro al mérito militar de segunda
y de primera clase, honor este último muy raramente concedido en un rango como el de sargento,
que Hitler había alcanzado. Según testimonios, fue un soldado valiente y se ganó pronto la simpatía
de sus superiores gracias a su marcado antisemitismo. Acabada la guerra con la humillante derrota
de Alemania, Hitler vio desvanecerse la soñada grandeza de su patria adoptiva y la camaradería y
demás alicientes de su vida aventurera de soldado. Todavía permanecería dos años en los cuarteles:
fue nombrado oficial de propaganda del Reichswehr, el ejército regular, y se dedicó a predicar el
ideal nacionalista y la lucha contra los bolcheviques entre los soldados, impartiendo numerosas
conferencias.
El 12 de septiembre de 1919 fue comisionado para asistir a una asamblea del incipiente Partido
Obrero Alemán (DAP) con el objeto de recabar información sobre dicha asociación. Hitler
intercambió impresiones con el presidente del DAP, Anton Drexler, y todo habría terminado allí,
quizá, si no hubiese recibido poco después una tarjeta postal en que la dirección del partido (el cual
no contaba entonces con más de cincuenta afiliados) le comunicaba su ingreso en el mismo. Notable
era sin duda su afinidad con aquella pequeña formación ultraderechista, que incluía entre sus
orientaciones ideológicas el ideal expansionista pangermánico, el racismo antisemita y el rechazo
frontal a las imposiciones del Tratado de Versalles.
En marzo del año siguiente abandonó la milicia para dedicarse por entero a su actividad política.
Fue entonces cuando el partido añadió «nacionalsocialista» a su denominación (convirtiéndose en el
Nationalsozialistische Deutsche Arbeiterpartei, Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán, de cuya
abreviatura surgiría la palabra «nazi») y Hitler se convirtió en su jefe de propaganda. Como tal
consiguió reclutar a personajes destacados de la sociedad muniquesa, esencialmente nacionalistas, y
también a trabajadores, contribuyendo al por entonces modesto crecimiento del grupo. En 1921,
Hitler se hizo con la presidencia del NSDAP, tras eliminar a Drexler; pronto instauró en el partido
algunos de sus rasgos más visibles: el culto a la personalidad del «Führer» («líder» o «caudillo», es
decir, el propio Hitler), la cruz gamada y el saludo con el brazo en alto.
¿QUÉ ERA EL NACIONALSOCIALISMO?
Lo que no significaba era nacionalización y redistribución de la riqueza. El término "socialismo” se
incluyó sólo para conseguir el apoyo de los trabajadores alemanes, pero se debe aceptar que Hitler
prometió un mejor trato para ellos. De hecho, se parecía mucho al fascismo de Mussolini. Los ex
combatientes de la Primera Guerra Mundial fueron los principales promotores del nuevo
movimiento ultranacionalista que se formó en la región de Baviera, integrado por un ejército de
voluntarios dispuestos a defender el espacio vital de Alemania y purificar la sangre de su pueblo
para vengar luego las humillaciones impuestas en Versalles. Adolf Hitler era uno de aquellos
soldados.
Los principios generales del movimiento se resumen a continuación.
1. Era más que un partido político entre muchos. Era un estilo de vida dedicado al renacimiento de
la nación. Todas las clases sociales se debían unir en una “comunidad nacional”
(Volksgemeinschaft) para volver a hacer de Alemania una gran nación y recuperar el orgullo
nacional. Como los nazis tenían la única forma conecta de hacerlo, todos los demás partidos, en
especial los comunistas, debían ser eliminados.
2. Se ponía mucho énfasis en la despiadada eficiencia de la organización de todos los aspectos de la
vida de las masas, dirigida por el gobierno central, para alcanzar la grandeza, con violencia y temor,
si fuera necesario. El Estado era supremo; los intereses individuales quedaban supeditados a los
intereses del Estado, es decir, era un Estado totalitario en el cual la propaganda era clave.
3. Como era probable que la grandeza sólo pudiera lograrse mediante la guerra, todo el Estado debía
organizarse sobre una base militar.
4. La teoría de la raza era vitalmente importante, la humanidad podía dividirse en dos grupos, arios
y no arios. Los arios eran los alemanes, idealmente altos, rubios, de ojos azules y bien parecidos;
eran la raza maestra, destinada a regir el mundo. Todas las demás, la eslava, los pueblos de color y
particularmente los judíos, eran inferiores. Debían ser excluidos de la "comunidad nacional”, junto
con los otros grupos considerados como indignos de pertenecer, incluidos gitanos y homosexuales.
La raza eslava estaba destinada a ser la raza esclava de los alemanes.

Sturmabteilung
o «SA» o tropas de as alto, funcionaron como una organización tipo milicia del NSDAP, el partido
nacionalsocialista alemán. A los miembros de las SA se les conocía como «camisas pardas», por el
color de su camisa y uniforme Las SA fueron el primer grupo militarizado nazi que creó títulos y
rangos jerárquicos propios para sus miembros; posteriormente, los rangos de las SA fueron
adoptados también por otros grupos del NSDAP. Las SA jugaron un importante papel en el ascenso
al poder de Adolf Hitler en los primeros años de la década de 1930, hasta que fueron desarticuladas
en 1934 e integradas en las SS en cierto modo, aunque las SA siguieron existiendo después de la
Noche de los cuchillos largos, pero con una importancia mucho menor que la que tuvieron en
principio. En el momento de su desarticulación contaban con aproximadamente 4 millones y medio
de hombres en sus filas.
Ernst Rohm fue uno de los lideres mas sobresalientes de las SA, fue muy allegado a Hitler que al
igual que este, Rohm batallo en la primera Guerra mundial, fue gracias a el y a un grupo de ex-
soldados que se forman las SA, que tenian como fin implantar la fuerza y cohesion en contra de los
comunistas, judios y contrarios al partido nacional socialista.

Las Schutzstaffel
más conocidas como las SS, fue una organización militar, policial, política, penitenciaria y de
seguridad de la Alemania nazi.
Las SS se establecieron en 1925 como guardia personal del líder nazi Adolf Hitler. Bajo el mandato
de Heinrich Himmler entre 1929 y 1945, las SS pasaron de ser una pequeña formación paramilitar a
convertirse en una de las más grandes y poderosas organizaciones dentro del Tercer Reich.
El grupo fue inicialmente formado en el año 1923 como una compañía perteneciente a las
Sturmabteilung (SA) con la función de proteger a los miembros más veteranos del NSDAP en las
reuniones, discursos u otros eventos públicos, y fue llamado en origen Stabswache (guardia
personal). Dirigido por Emil Maurice, un violento Freikorps por aquel entonces, el grupo original
estaba compuesto por tan sólo ocho hombres.

El Beer Hall Putsch


En noviembre de 1923, el gobierno recibió una nueva amenaza en un momento en que la opinión
pública estaba muy descontenta por la ocupación francesa del Ruhr y la desastrosa caída del valor
del marco (véase más adelante).
El objetivo de Hitler, ayudado por el general Ludendorff e inspirado por la reciente marcha sobre de
Benito Mussolini, era tomar el control del gobierno del estado bávaro en Munich y después
encabezar una revolución nacional para, en Berlín, derrocar al gobierno. Sin embargo, la policía no
tuvo problema para disolver la marcha de Hitler y el "putsch de la Cervecería” (así llamado porque
la marcha partió de la cervecería de Munich, donde Hitler había anunciado su "revolución nacional”
la noche anterior) pronto acabó. Hitler fue sentenciado a cinco años de prisión, pero sólo estuvo
encarcelado nueve meses (porque las autoridades bávaras simpatizaban en cierta forma con sus
objetivos). De esa estancia en la cárcel de Landsberg surgió la primera redacción de Mein Kampf,
dictada a Rudolf Hess, compañero de celda también condenado por la tentativa golpista que
desempeñaría altos cargos en la Alemania nazi.
Una vez puesto en libertad, y pese a las ideas expresadas en el libro (el expansionismo
pangermánico, la doctrina del «espacio vital», la superioridad de la raza aria y el exterminio de las
razas «inferiores»), nadie impidió a Hitler reorganizar su partido y continuar su incesante labor
propagandística; era solamente otro ultranacionalista exaltado al frente de un grupo marginal.

Mein Kampf:
Los postulados básicos del mito racista expresados en Mein Kampf pueden resumirse
En cuatro puntos:
1. Toda forma de progreso social surge de una lucha por la supervivencia en La que los más aptos
son seleccionados y los más débiles son exterminados o Sometidos; esa lucha se libra en el seno de
una raza y da origen a una élite Natural de la cual surge el líder, quien, por medio de la propaganda,
organiza al resto del pueblo y lo lleva a conquistar la victoria. Pero la lucha se da también entre las
distintas razas y culturas, de manera que la superioridad de la raza aria debe demostrarse por medio
de la fuerza militar.
2. La raza superior se puede degenerar al mezclarse con razas inferiores ya que tales mezclas
producen la decadencia cultural; sin embargo, una raza puede purificarse cuando desaparezcan los
productos híbridos.
3. Las razas pueden dividirse en tres tipos: la raza aria, creadora de cultura; algunas razas que son
portadoras de cultura y pueden servir de auxiliares a la raza superior; y la raza judía, destructora de
la cultura.
4. La raza aria está destinada a salvar a la humanidad mediante el honor y el cumplimiento del
deber, cualidades que son los atributos fundamentales del ario, y más importantes aún que la
inteligencia.
LA IRRESISTIBLE ASCENSIÓN DE ADOLF HITLER

Hubo en Alemania un tiempo en que muy pocos conocían a Adolf Hitler y en el que casi nadie
votaba al pequeño partido nacionalsocialista. Bastaron diez años para que la radio, los carteles y
la agitación callejera convirtieran al pequeño ultraderechista en amo y señor de Alemania. Su
fulminante ascensión intriga desde entonces a historiadores, sociólogos y psicólogos. Porque
Hitler conquistó el poder en 1933 sin necesitar un golpe de Estado: fueron los propios alemanes
quienes le auparon con sus votos. Luego no tuvieron la posibilidad de retirarle su confianza, y
queda, por tanto, la duda de hasta qué punto la nación alemana se identificó con el programa y los
modales nazis.
Al comenzar la década de 1930, los problemas de Alemania se agravaron a causa de la crisis
económica originada en Estados Unidos, que la afectó más rápidamente y en forma mucho más
grave que a otras naciones europeas. La producción industrial alemana disminuyó notablemente y
sólo sobrevivieron los grandes consorcios, los cuales absorbieron algunas de las pequeñas empresas
en quiebra. En consecuencia, se produjo un gran aumento de la desocupación en el sector industrial
que perjudicó también a los sectores comercial y agrícola. El gobierno, conformado por tres
facciones ideológicas distintas, fue incapaz de resolver la grave crisis económica y esto hizo que
aumentara el descontento, que fue aprovechado por el Partido Nazi para atraerse la simpatía de los
obreros al prometerles un “verdadero socialismo” que acabaría con el desempleo y proporcionaría
el bienestar a los trabajadores. Fue entonces cuando el Partido Nazi empezó a ser considerado como
una opción posible para solucionar los problemas económicos y sociales de Alemania. Apoyado en
la ignorancia de las masas y en el odio que las clases capitalistas sentían por el socialismo, el
Partido Nazi fue consiguiendo el apoyo de éstas al igual que el de la clase media. Su objetivo era
reprimir el movimiento obrero y luchar en contra del gobierno republicano, que había provocado el
descontento de esos grupos sociales al no haber sido capaz de acabar con el desorden desatado en el
país. Las calles alemanas se convirtieron en sangrientos campos de batalla entre los comunistas y
las camisas pardas, quienes resultaron beneficiados ante la opinión pública como los únicos capaces
de enfrentarse con éxito al terror rojo.

En esos enfrentamientos, tuvieron especial participación las SS, siglas de Schutz-Staffel


(escuadrones de defensa), organización creada en 1925 como guardia personal de Hitler, y
encargada además del servicio de seguridad del nacionalsocialismo
El miedo al comunismo llevó al Partido Nazi al poder. Si en 1928 consiguió sólo el 2.8% de los
votos y doce escaños en el Parlamento, en las elecciones de 1930 se consolidó como la segunda
fuerza política con 107 escaños por encima de los comunistas, que sólo alcanzaron 77. Para las
elecciones presidenciales de 1932, Hitler presentó su candidatura frente al presidente Paul von
Hindenburg, quien logró ganar apoyado por el Zentrum (Partido Católico) y por los socialistas que
tratan de evitar el triunfo de Hitler, quien obtuvo el voto de todas las fuerzas nacionalistas y de
derecha.
Pero, como en esta ocasión, por primera vez, los comunistas llegaban a tener cien escaños en el
Parlamento, los líderes de la derecha presionaron a Hindenburg para que formara un gabinete de
coalición presidido por Hitler, lo que sucedió el 3 de enero de 1933. Así, aunque no pudo llegar al
poder por un triunfo constitucional, el líder del Partido Nazi obtenía el cargo de canciller y daba el
primer paso hacia el control total de Alemania. Con este suceso la toma del poder del
nacionalsocialismo era ya un hecho, pues el nuevo gobierno reunía a los más cercanos
colaboradoresde Hitler, entre ellos a Franz von Papen como vicecanciller, y a los más destacados
miembros de las clases conservadoras favorables al nazismo.
Hitler consolida su poder
Una vez en el gobierno, Hitler empezó a tomar una serie de medidas destinadas a controlar el
poder y obtuvo el control absoluto de los medios de comunicación: en 1933 se creó la Gestapo,
policía secreta destinada a identificar y perseguir a los oponentes políticos del nacionalsocialismo.
La ofensiva contra esos oponentes y también contra todas aquellas personas a quienes los Nazis
consideraban sus enemigos, se realizó, una vez que Hitler llegó al poder, mediante tres acciones de
terror ejecutadas en igual número de noches históricas: el incendio del edificio del Reichstag (27 a
28 de febrero de 1933), del que se responsabilizó a los comunistas y se les declaró fuera de la ley;
la Noche de los Cuchillos Largos (30 de junio de 1934), cuando fueron eliminados los miembros de
las SA que se oponían a las SS; y la Noche de los Cristales Rotos (9 al 10 de noviembre de 1938)
en contra de la comunidad judía, cuando se destruyeron 270 sinagogas y tiendas comerciales, se
procedió al arresto y deportación de 20 mil personas de ese grupo étnico, y se causa la muerte de
dos mil de ellas. El incendio del Reichstag y la posterior acusación contra los comunistas como
supuestos autores del siniestro permitió al Partido Nazi triunfar en las elecciones de marzo de
1933 y alcanzar la mayoría parlamentaria que daría a Hitler plenos poderes. Alos pocos días se
aprobó una ley que permitía al líder nazi gobernar por decreto durante cuatro años, cambiar la
bandera alemana por la de la esvástica, y eliminar los partidos que se opusieran. Aunque lo
facultaba también a cambiar la Constitución, Hitler no creyó necesaria esa medida y mantuvo
teóricamente la Constitución de Weimar. En agosto de 1933 murió el presidente Hindenburg, y
Hitler, sin dejar la cancillería, se proclamó presidente del Reich, llamándose a sí mismo
Reichspräsident, es decir, concentraba en su persona la jefatura del Estado y la del gobierno. Esta
acción fue respaldada luego por un plebiscito que aprobó el autonombramiento con 88% de los
votos ciudadanos.
La elección del 5 de marzo de 1933
La campaña electoral fue extremadamente violenta. Como ya estaban en el gobierno, los Nazis
podían utilizar todo el aparato del Estado, incluidas la prensa y la radio, para tratar de conseguir
la mayoría. Los funcionarios más importantes de la policía fueron sustituidos por nazis confiables,
y se convocó a 50 000 policías auxiliares, la mayoría de la sa y las ss (Schutz-staffeln, Segundo
ejército privado de Hitler, integrado originalmente por sus guardaespaldas personales). Tenían
órdenes de evitar la hostilidad contra la sa y las ss, pero debían ser implacables con los
comunistas y otros "enemigos del Estado”. Las reuniones de todos los partidos, excepto el nazi y el
nacionalista, debían ser disueltas y los oradores golpeados, mientras la policía miraba hacia el
otro lado.
El incendio del Reichstcag
La campaña electoral llegó al clímax la noche del 27 de febrero, cuando el Reichstag resultó muy
dañado por un incendio aparentemente iniciado por un joven holandés anarquista llamado Van der
Lubbe, que fue arrestado, juzgado y ejecutado por su tarea. Se ha sugerido que la sa conocía los
planes de Van der Lubbe, pero le permitió seguir adelante e incluso iniciar incendios por su cuenta
en otras partes del edificio con la intención de culpar a los comunistas. No hay pruebas
concluyentes de ello, pero lo que sí es cierto es que Hitler utilizó el fuego para atizar el miedo al
comunismo y como pretexto para prohibir el partido. Sin embargo, a pesar de todos sus esfuerzos,
los nazis no lograron la mayoría. Casi 90% del electorado votó y los nazis ganaron 288 de 647
escaños, 36 menos de la cifra mágica de 324 que necesitaban para la mayoría. Los nacionalistas
volvieron a ganar 52 escaños. Hitler seguía dependiendo del apoyo de Papen y Hugenberg (líder
de los nacionalistas). Éste resultó ser el mejor desempeño de los nazis en una elección "libre”, y
nunca lograron la mayoría. Vale la pena recordar que incluso en la cúspide de sus triunfos
electorales, los nazis eran apoyados sólo por 44% de los votantes.
¿Cómo pudo mantenerse Hitler en el poder?
La Ley de Autorización, 23 de marzo de 1933
La base legal de su poder fue la Lev de Autorización, impuesta a través del Reichstag el 23 de
marzo de 1933, en la cual se especificaba que el gobierno podía introducir leyes sin la aprobación
del Reichstag durante los siguientes cuatro años, ignorar la Constitución v firmar acuerdos con
países extranjeros. Todas las leyes las redactaría el canciller y entrarían en vigor al día siguiente
de su publicación. Esto significaba que Hitler sería dictador absoluto durante los siguientes cuatro
años, pero corno su voluntad ahora era lev, podría extender indefinidamente ese periodo de cuatro
años. Ya no necesitaba el apoyo de Papen y Hugenberg; la Constitución de VVeirnar había sido
dejada de lado. Este cambio constitucional tan importante tenía que ser' aprobado por dos tercios
de la mayoría, si bien los na/.is sólo tenían mayoría simple.
¿Cómo lograron los nazis que la Ley de Autorización fuera aprobada por el Reichstag?
El método era típico de ellos. El Teatro de la Ópera Kroll (donde el Reichstag sesionaba desde el
incendio) era rodeado pollos ejércitos privados de Hitler y los representantes tenían que forzar su
paso a través de robustas filas de soldados de las ss para entrar al edificio. A los 8 1
representantes comunistas sencillamente no se les dejaba pasar (muchos ya estaban en la cárcel).
Dentro del edificio, tilas de soldados del sa, con camisa de color café, se alineaban contra la
pared, y se podían oír los cantos de las ss en el exterior: “Queremos la lev, o incendio v muerte”.
Se necesitaba valor para votar en contra del proyecto de Ley de Autorización en ese ambiente.
Cuando el Partido Católico del Centro decidió votar en favor de dicho proyecto, el resultado fue la
conclusión esperada, sólo los socialdemó- cratas se pronunciaron en contra, y fue aprobada por
441 a 94 votos (todos de los socialdemócratas).
Gleichschaltung
Hitler aplicaba una política conocida como de Gleichschaltung (coordinación por la fuerza) que
convirtió a Alemania en un Estado totalitario o fascista. El gobierno intentaba controlar tantos
aspectos de la vida como fuera posible a través de una enorme fuerza policial y la afamada Policía
Secreta del Estado, la Gestapo (Geheime Staatspolizei). Era peligroso oponerse o criticar al
gobierno de alguna manera.
La noche de los cuchillos largos
La llamada Noche de Los Cuchillos Largos tuvo lugar entre la noche del 30 de junio y la
madrugada del 1 de julio de 1934, y fue una purga política dentro del Partido Nazi que consistió
en una serie de asesinatos cuyo blanco principal fue la cúpula del grupo militarizado SA y su líder,
Ernst Röhm. Este sangriento episodio derivó de la desconfianza que Adolf Hitler y sus asesores
sentían respecto de este grupo ante su crecimiento, y la posible amenaza que implicaba su líder,
Ernst Röhm, veterano de la Gran Guerra. Al verano de 1934 el número de enrolados en la SA
había llegado a casi 2 millones, superando el número de soldados con que contaban las Fuerzas
Armadas. Por su parte, Ernst Röhm era conocido por su promiscuidad sexual, y se decía que
pasaba jornadas enteras en fiestas etílicas y sexuales con jóvenes de la SA; ideológicamente
representaba el ala izquierda del partido, tenía ideas socialistas, se oponía a los empresarios
alemanes y no era totalmente fiel a Hitler. Heinrich Himmler, el jefe de las SS, Hermman Göring y
Joseph Goebbels convencieron a Hitler de llevar a cabo el operativo. Así fue como durante una
noche las unidades de las SS arrestaron y ejecutaron a Röhm y otros líderes de la SA. La Noche de
Los Cuchillos Largos desarticuló a la SA y una buena parte de sus miembros fueron absorbidos
por el ejército del Führer de Alemania
La noche de los cristales rotos
En la noche del 9 de noviembre de 1938 hubo un estallido de violencia contra los judíos en todo el
Reich. Parecía imprevisto, provocado por la furia de los alemanes por el asesinato de un
funcionario alemán en París en manos de un adolescente judío. Pero en realidad, el ministro de
propaganda alemán Joseph Goebbels y otros nazis habían organizado cuidadosamente los
pogroms. En dos días, más de 250 sinagogas fueron quemadas, más de 7.000 comercios de judíos
fueron destrozados y saqueados, docenas de judíos fueron asesinados, y cementerios, hospitales,
escuelas y hogares judíos fueron saqueados mientras la policía y las brigadas de bomberos se
mantenían al margen. Los pogroms se conocieron como Kristallnacht, la "Noche de los cristales
rotos", por los cristales destrozados de los escaparates de las tiendas que llenaron las calles.
La mañana posterior a los pogroms, 30.000 judíos alemanes fueron arrestados por el "delito" de
ser judíos y fueron enviados a campos de concentración, donde cientos de ellos murieron. Algunas
mujeres judías también fueron arrestadas y llevadas a cárceles locales. Se prohibió que los
negocios propiedad de judíos reabrieran a menos que fueran administrados por no judíos. A los
judíos se les impusieron toques de queda, que limitaban las horas del día en que podían salir de
sus casas
Propaganda
Los nazis trataron de aunar las aportaciones de uno y otro y convirtieron la propaganda en una
"nueva arma" para convencer al pueblo, para llegar a él, para imponer su visión del mundo y el
Estado. Supieron utilizarla para alcanzar el poder, para aprovecharse de la crisis y las
frustraciones existentes, mostrándose como salvadores de la nación en quiebra, y una vez en el
gobierno, pusieron todos los medios de comunicación bajo su control y los utilizaron para dominar
el Estado y controlar a las masas. Sin la propaganda sistemática y el control de los medios no se
explica el crecimiento de nacionalsocialismo a lo largo de los años 20 y 30. Buscaron un enemigo
y lo encontraron en los judíos y los comunistas, y sobre ellos lanzaron todo el descrédito, a la vez
construyeron todo su mensaje sobre la exaltación del líder y su papel como guía o caudillo: sus
discursos se transmitían por la radio, su imagen estaba omnipresente en los carteles que
empapelaban las calles, en los periódicos o emisiones de cine, donde se exaltaba su carisma y los
logros y conquistas conseguidos. Y en todos los medios se reproducían de forma masiva desfiles
solemnes, símbolos, banderas y estandartes, que asedian al pueblo alemán casi como una obsesión.
Alemania se convirtió de esa manera en una "sociedad hipnotizada". El padre de todo este
mecanismo propagandístico fue Joseph Goebbels, al frente del recién creado Ministerio de
Propaganda y Educación Popular. Su enorme capacidad como manipulador de la información lo
convirtió en uno de los personajes fundamentales del nazismo, artífice de una incansable labor de
propaganda basada en los siguientes principios:
1. Principio de simplificación del enemigo único. Adoptar una única idea, un único símbolo.
Individualizar al adversario en un único enemigo.
2. Principio del método de contagio. Reunir diversos adversarios en una sola categoría o
individuo. Los adversarios han de constituirse en suma individualizada.
3. Principio de la transposición. Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos,
respondiendo el ataque con el ataque. “Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las
distraigan.”
4. Principio de la exageración y desfiguración. Convertir cualquier anécdota, por pequeña que
sea, en amenaza grave.
5. Principio de la vulgarización. “Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos
inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer,
más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es
limitada y su comprensión, escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.”
6. Principio de orquestación. “La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y
repetirlas incansablemente, presentarlas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre
convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas.” De aquí viene también la famosa
frase: “Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad”.
7. Principio de renovación. Hay que emitir constantemente informaciones y argumentos nuevos a
un ritmo tal que, cuando el adversario responda, el público estará ya interesado en otra cosa. Las
respuestas del adversario nunca han de poder contrarrestar el nivel creciente de acusaciones.
8. Principio de la verosimilitud. Construir argumentos a partir de fuentes diversas, a través de los
llamados globos sondas o de informaciones fragmentarias.
9. Principio de la silenciación. Acallar las cuestiones sobre las que no se tienen argumentos y
disimular las noticias que favorecen al adversario, también contraprogramando con la ayuda de
medios de comunicación afines.
10. Principio de la transfusión. Por regla general, la propaganda opera siempre a partir de un
sustrato preexistente, ya sea una mitología nacional o un complejo de odios y prejuicios
tradicionales. Se trata de difundir argumentos que puedan arraigar en actitudes primitivas.
11. Principio de la unanimidad. Llegar a convencer a mucha gente que piensa “como todo el
mundo”, creando una falsa impresión de unanimidad.
LA CARTELERÍA NAZI
Hasta la Primera Guerra Mundial, el cartelismo tuvo básicamente fines publicitarios y
comerciales. Los carteles de guerra surgieron durante la Gran Guerra, mientras la cartelería
política encontraba su momento poco después, en la nueva Unión soviética surgida de la
revolución bolchevique. A lo largo del siglo XX la evolución técnica de las artes gráficas dio a la
cartelería una gran relevancia y en el periodo entreguerra la propaganda política y bélica a través
del cartel alcanzaría su cénit, así lo evidenció el desarrollo de la Guerra Civil española y el
surgimiento de los estados fascistas. El nazismo mostró gran maestría en el uso del cartel como
medio de propaganda, éste permitía llegar a gran cantidad de público sin necesidad de invertir
grandes recursos. Además, correctamente situado y desarrollando el mensaje con habilidad
estética y técnica, su capacidad para influir y movilizar en las masas era evidente. Así lo
comprendió Goebbels, ministro de propaganda alemán, plenamente consciente del poder de la
imagen. Ésta resultaba mucho más sugestiva y se grababa por mucho tiempo en la mente del
espectador, especialmente en una sociedad donde el acceso a ella era muy limitado, porque la
televisión no se había convertido en un medio de masas. El cartel nazi tiene un mensaje claro y un
lenguaje directo, lleno de frases cortas y sencillas, pero punzantes y llamativas, que resumen la
ideología nacionalsocialista o exigen del espectador un tipo de conducta comprometida. Se
acompañan de una estética muy cuidada en el marco de una composición atractiva. Son carteles
impactantes, rotundos en su intento de convencer, repletos de consignas que apelaban al instinto y
las pasiones más que a la razón. Auténticos "gritos en la pared" que clamaban por la maldad de
los judíos, la grandeza del líder, el bienestar económico generado por el nuevo régimen o el valor
del trabajo en la retaguardia durante la guerra mundial. A continuación expongo una breve
selección de carteles y un VIDEO con una completa selección de carteles propagandísticos del
nazismo, todos ellos traducidos.

"LA RADIO DEL PUEBLO"


Tras su llegada al poder, el ministro de la propaganda, Joseph Goebbels, se propuso llegar con el
mensaje del gobierno nazi a todos los hogares y percibió la importancia de la radio como vehículo
para comunicarse con las masas, sobre todo, teniendo en cuenta que la televisión apenas existía.
Tal proyecto implicaba la popularización de la radio -cada alemán debía tener un aparato- para lo
que se necesitaban receptores más baratos. Y en agosto de 1933 se presentaba la Volksempfänger
o Radio del Pueblo de la que se vendieron hasta el inicio de la guerra, siete millones de unidades.
Durante la guerra se venderían a mitad de precio otras 1.800.000 de una versión más barata, la
DKE38. Ambas estaban marcadas con un águila y una svástica.
En esta expansión de la radio influyó no solo el precio, sino también la publicidad masiva que se
dió en periódicos, salas de cine y a través de carteles en las calles
LA PRENSA NACIONALSOCIALISTA
La prensa se convirtió desde un principio en un ingrediente más en la estructura propagandística
nazi, a pesar de todo, siempre estuvo en un segundo plano respecto a medios hablados como la
radio. Como ocurrió con los medios en general, la prensa cayó pronto y en su mayoría bajo el
control de régimen. Muchos periódicos fueron cerrados, muchos periodistas y editores
perseguidos. Aunque siempre permanecieron periódicos con cierto tono liberal como el
Frankfurter Zeitung que daban cierta apariencia de pluralidad, todos ellos estaban, sin embargo,
sometidos a las directrices que el Ministerio de Propaganda enviaba diariamente a sus
redacciones. Con el tiempo la editora del partido nazi fue haciéndose con la propiedad de la
mayoría de la prensa germana. El artífice de tal proceso fue Max Amann, que creó un enorme
imperio periodístico con cientos de publicaciones y miles de empleados. Era el presidente de la
Cámara de Prensa -órgano del régimen nazi para dominación de la industria editorial-, jefe del
Reich para la Prensa del Partido y director de la Eher Verlang, la compañía editora del partido
nazi y encargada de publicar libros, revistas y periódicos. Ella editaba las obras de Goebbels o el
Mein Kampf de Hitler, y también los principales periódicos del partido, convertidos en pura prensa
propagandística. Nos referimos al Völkischer Beobachter, "El observador popular", el periódico
oficial del NSDAP, autodenominado "Diario de combate del Movimiento Nacionalsocialista de
Alemania", o al Illustrierter Beobachter, un periódico diario ilustrado con fotografías y
fotomontajes que cubría los actos de los líderes nazis. Ambos periódicos crecieron con el nazismo,
por eso cuando se fundaron en los primeros años 20, su tirada no superaba unos miles de
ejemplares, mientras en el año 1944 estaba por encima del millón y medio.
Educacion
Las Juventudes Hitlerianas antes de la Guerra
El Partido Nazi (NSDAP) creó el germen de las Juventudes Hitlerianas (Hitlerjugend, abreviado
HJ) en 1922, pero no sería hasta 1926 cuando adquirirían el nombre definitivo. Para darnos
cuenta de su vertiginoso crecimiento debemos conocer que empezó contando con unos 1000
miembros y que en 1939 ya contaba con 8 millones de jóvenes en sus filas.
Había una división por edades, y se creó también la Deutsche Jungvolk, destinada a los niños entre
10 y 14 años, quedando así las HJ para los jóvenes de 14 a 18.
Al principio estas asociaciones eran sólo para varones, pero más tarde se amplió a las niñas y
jóvenes, creándose la Bund Deutsche Madel (BDM) para las jóvenes y la Jungmadel para las
niñas.
Para pertenecer a estos grupos debías pasar unas pruebas raciales para demostrar tu pureza de
sangre, una vez dentro la instrucción de los varones se centraba en el ejercicio físico, la
preparación en el manejo de las armas, la estrategia militar…y a las mujeres, en cambio, se les
enseñaba cómo ser buenas madres alemanas y amas de casa. Demostrando el fondo machista y
degradante del régimen nazi.
Una cosa si tenían en común ambos sexos en su aleccionamiento, y era la inculcación en sus
jóvenes y maleables mentes del antisemitismo más absoluto. El odio a los judíos era parte
fundamental del proceso de adoctrinamiento al que eran sometidos, siendo de obligada lectura el
Mein Kampf (Mi lucha), el delirante y antisemita libro escrito por Hitler cuando estaba preso.
También vimos más ejemplos de adoctrinamiento dentro del Tercer Reich en nuestro anterior post
sobre Lebensborn.
Los principales líderes de la organización fueron Kurt Gruber al comienzo, Baldur Von Schirach
hasta 1940 cuando fue sustituido por una polémica de índole sexual y Arthur Axmann hasta el final
de la guerra.
Como dato curioso es interesante conocer que el uniforme de las HJ, que consistía en una camisa
parda y un pantalón corto marrón, fue diseñado por Hugo Boss, sí, el fundador de la casa de moda
Hugo Boss, que también confeccionó antes y durante la guerra los uniformes de las Waffen SS y la
Wehrmacht.
Y otro dato muy importante es el hecho de que la mayoría de los puestos directivos de las HJ
estaban copados por jóvenes hijos de obreros de origen humilde, consiguiendo Hitler de esa forma
dar un golpe brutal a los comunistas alemanes, que ya no podían denominarse en exclusiva como
la encarnación del movimiento obrero.
Jungmädelbund
era un movimiento alemán para niñas de 10 a 13 años, la única autorizada después de la llegada
al poder del régimen nazi en Alemania en 1933. Es la rama femenina joven de las Juventudes
Hitlerianas. Todas las demás organizaciones se incluyen o prohibidos por el régimen; por la Ley
de 1 de diciembre de 1936, el número de miembros del movimiento se convierte en obligatoria.
Niñas de 14 a 18 años de edad y luego entraron en el Bund Deutscher Mädel. En 1938, se crea una
tercera rama para las mujeres de 17 a 21 años, el BDM / Werk "Glaube und Schöneit" (Fe y
belleza).
Política económica
La política económica de Hitler presentó dos fases. La primera (1933-1936) se centró en la lucha
contra la crisis en un intento por reactivar la economía y abatir el desempleo.
Para ello se comisionó al doctor Hjalmar Schacht, economista liberal que aplicó medidas
proteccionistas y otorgó concesiones a los empresarios industriales a cambio de que aceptaran
colaborar con el Estado admitiendo mano de obra adicional. El propio gobierno aumentó
considerablemente el empleo de trabajadores en la industria de armamentos y en la construcción
de obras públicas (ferrocarriles, puertos, aeropuertos, autopistas). La inflación disminuyó con la
utilización de bonos garantizados por el banco central en calidad de moneda de intercambio. Tales
medidas lograron su objetivo y para 1936 se había alcanzado el pleno empleo y moderado la
inflación.
La segunda fase (1936-1939) coincidió con la política dictatorial, cuando se abandonó el Plan
Schacht y los nazis se hicieron cargo directamente de la gestión económica. Se aplicó un plan a
cumplirse en cuatro años, administrado por Hermann Goering, que pretendía abastecer a la
población mediante el aprovechamiento máximo de todos los recursos nacionales para garantizar
la total independencia de la economía alemana con respecto a las potencias extranjeras. Se
congelaron los salarios, se limitó el consumo, se restringieron los beneficios empresariales y se
sujetaron al racionamiento la pasta de papel, la carne y las grasas. A este periodo corresponde la
reactivación de la industria de armamentos en coincidencia con la política de rearme del Estado
nazi.
Sin embargo, en 1938 la economía alemana volvió a entrar en dificultades al desatarse la inflación
a causa del aumento en los gastos destinados al rearme y a una crisis mundial ocurrida en el año
anterior. Ante esa nueva situación peligrosa para Alemania, puesto que no era autosuficiente en
alimentos y materias primas, el gobierno nazi tenía dos opciones: la primera consistía en reducir el
gasto destinado al rearme, a lo cual Hitler se resistía porque lo obligaba a posponer sus metas
expansionistas; la otra opción, más de acuerdo con la política del Führer, era provocar una guerra
que diera a Alemania un triunfo rápido, ya que las conquistas militares le asegurarían el dominio
sobre Europa, se dispondría de materias primas, alimentos y mano de obra, además de que podría
proporcionarle una justificación ante el pueblo alemán para introducir una economía de guerra si
fuera necesario. A principios de 1939, Hitler consideraba que las presiones económicas le estaban
empujando hacia un conflicto armado internacional.
LA POLÍTICA EXTERIOR: EL EXPANSIONISMO Y APACIGUAMIENTO, EL
CAMINO HACIA A LA GUERRA.
En la política exterior de Hitler pueden distinguirse tres fases diferentes en el cumplimiento de sus
principales objetivos: rearmar a Alemania, unir a todas las personas de habla alemana en una sola
nación, y conquistar el espacio vital para alcanzar el proyecto de la Gran Alemania.

1. LA PRIMERA FASE (1933-1934).


A) EL INTENTO DE ANSCHLUSS CON AUSTRIA.
Fueron los movimientos iniciales cautelosos del gobierno de
de Hitler; en 1933 firmó un tratado comercial con Gran Bretaña y un
Concordato con el Vaticano. Ese mismo año, Alemania en octubre
dejó la Sociedad de Naciones, excluyéndose y siendo ignorado por
los foros internacionales. En enero de 1934 firmó con Polonia un
pacto de no agresión por diez años. Hitler también suspendió el pago
de las reparaciones de guerra. Sin embargo, la acción más seria fue
e intento por lograr el Anschluss, es decir, la unificación de
Alemania y Austria.
Engelbert Dollfus, canciller austriaco
asesinado en 1934.
La unión de estos dos países, se volvió a plantear desde la desintegración del Imperio Austro-
Húngaro, estaba enfocada a fortalecer a Alemania y dejar a Francia aislada. El primer intento fue
realizado en julio de 1934, por un pequeño grupo nazi que pretendió dar un golpe de Estado en la
sede del gobierno en Viena, aparentando actuar por su cuenta. Sin embargo, fracasó porque los
rebeldes asesinaron a Engelbert Dollfus, el canciller austriaco, y Hitler tuvo que aparentar no
estar enterado de los planes. Además, la acción de los rebeldes provocó la movilización tropas
italianas en la frontera con Austria para evitar una posible agresión alemana, ya que en aquella
época Mussolini se oponía a la política del Anschluss, ya que él mismo estaba interesado en la
anexión de Austria a Italia.

2. LA SEGUNDA FASE (1935-1936).


A) LA ELIMINACIÓN DEL RECUERDO DE VERSALLES: REARME Y EXPANSIONISMO.
Se inició con un acontecimiento favorable para Alemania, que a comienzos de 1935 logró
reincorporar el territorio del Sarre. Según el Tratado de Versalles, las minas de carbón de esta
región pasaban a ser propiedad exclusiva de Francia durante un periodo de quince años, en
compensación por la destrucción de las minas francesas durante la Primera Guerra Mundial. Pero
el tratado también disponía que al final de ese periodo se celebrara un plebiscito para determinar
el futuro del territorio; al realizarse tal plebiscito, más de 90% del electorado votó a favor de la
incorporación a Alemania.
En esta segunda fase, la política exterior alemana aceleró el rearme. Hitler anunció la creación de
una poderosa Luftwaffe (Fuerza Aérea) -que el Tratado de Versalles prohibía-, así como el
restablecimiento del servicio militar obligatorio y el lanzamiento del plan cuatrienal, por medio del
cual Alemania debería estar preparada para la guerra en cuatro años. Junto con estas acciones,
Hitler repudió formalmente el Tratado de Versalles.
Los avances expansionistas de la Alemania nazi y su política de rearme pusieron en alerta al resto
de las potencias europeas, temerosas de
que Hitler violara el Tratado de Versalles.
En abril de 1935 se reunieron en Stresa,
Italia, los representantes de Francia, Gran
Bretaña e Italia, y crearon el Frente Común
de Stresa, que concluyó un acuerdo por
el cual se garantizaba la integridad del
territorio austriaco.

El conde Ciano, ministro de exteriores


de la Italia fascista firma ante Hitler el
En mayo del mismo año, Francia firmó Pacto de Acero.
otro pacto con la Unión Soviética y este
país con Checoslovaquia, buscando
prestarse ayuda mutua en caso de agresión. Pero Hitler logró establecer con Gran Bretaña, en
junio de 1935, un acuerdo naval por el que Alemania podría aumentar su flota, pero sólo hasta un
tercio de la capacidad de la británica.

B) LA APROXIMACIÓN A ITALIA.
En 1936 se da un cambio en las relaciones entre Italia y Alemania; Hitler, que admiraba a
Mussolini y deseaba establecer una alianza con su gobierno, apoyó la invasión italiana a Etiopía y
rompió el boicot internacional contra Italia. La guerra civil que estalló en España ese año permitió
un mayor acercamiento entre los dos líderes, que juntos decidieron apoyar al general Francisco
Franco contra las fuerzas democráticas de la República Española. Con la alianza entre Hitler y
Mussolini, nacía el Eje Berlín-Roma, que se concretó con el Pacto de Acero, firmado por Italia y
Alemania en mayo de 1939, en el cual se comprometían a ayudarse mutuamente en caso de guerra
y a colaborar para conseguir el espacio vital que buscaban ambas naciones. Con este pacto se
rompía el Frente Común de Stresa.

3. LA TERCERA FASE (1937-1939).


La tercera fase de la política exterior de
Hitler se caracterizó por las estrategias
de expansión encaminadas a lograr su
proyecto de la Gran Alemania, así como
por la intensificación del rearme. El
miedo a una nueva guerra y la necesidad
de ganar tiempo para el rearme incitaron
a los países europeos democráticos
(Francia, Gran Bretaña) a ceder ante
Hitler y a aceptar las anexiones confiando
en la palabra de éste que decía cada vez
que se incorpora un territorio que con
ello se calmaban las ambiciones alemanas.
A esa política, que más tarde se demostró
errónea, se le llama política de
apaciguamiento.

A) EL LOGRO DEL ANSCHLUSS CON AUSTRIA.


El primer paso en los planes de expansión fue Expansionismo alemán
realizar un segundo intento entre
por la 1936dey 1939.
unificación
Alemania y Austria. Durante los primeros meses de 1937, el canciller austriaco, Kurt Schuschnigg,
sucesor de Dollfus, declaraba que su país solamente podría mantener su independencia frente a las
amenazas de Mussolini si era reconocido por Alemania, nación con la que estaba más identificado
por razones raciales y culturales.
Después de que Alemania reconociera la plena soberanía de Austria, y ésta se declaró Estado
alemán en contra de lo estipulado por el Tratado de Versalles, el gobierno de Hitler exigió al
canciller austriaco que el jefe del nazismo, Arthur SeyssInquart, fuera nombrado ministro del
Interior. Más tarde, Schuschnigg se retractó tratando de evitar la anexión con Alemania y convocó
un plebiscito esperando que el pueblo reforzara su posición frente a Alemania. Los nazis
protestaron y Hitler decidió utilizar la fuerza para evitar el plebiscito, imponiendo a Seyss-Inquart
como canciller, quien proclama el Anschluss y llama a las tropas alemanas a introducirse en
territorio austriaco. El 13 de marzo de 1938 cruzaron la frontera las fuerzas militares nazis, que
fueron recibidas con entusiasmo por gran parte de la población, que en un nuevo plebiscito había
aceptado la anexión; el Anschluss se había realizado sin resistencia armada. Ante este hecho, que
violaba los tratados de paz, Gran Bretaña y Francia se limitaron a enviar una protesta al gobierno
alemán a la cual Hitler ni siquiera contestó.

B) LOS SUDETES
Tras el éxito obtenido en Austria, era de esperarse que el expansionismo nazi se fijara como
objetivo inmediato la anexión de los Sudetes, territorio de Checoslovaquia donde vivían
aproximadamente tres millones de alemanes. El gobierno británico, siguiendo con su actitud
conciliadora y de "apaciguamiento" hacia Hitler, propuso realizar una conferencia de todos los
Estados europeos, Alemania incluida, a fin de que se resolviera de forma pacífica el asunto de
Checoslovaquia.
Se trataba de evitar una nueva guerra, puesto que la opinión pública tanto en Inglaterra como en
Francia era favorable a mantener la paz a toda costa, aunque fuera necesario convencer a los
checoslovacos para que cedieran a Alemania el territorio de los Sudetes. Además, la política de
Arthur Neville Chamberlain, primer ministro inglés, se basaba en la creencia de que al dar
satisfacción a las demandas de Hitler respecto de unir los territorios habitados por alemanes, se
evitaría que extendiera sus ambiciones expansionistas al resto de Europa.

Firma del Pacto de Munich por el cual se reconocen a Hitler sus


derechos sobre los Sudetes en Checoslovaquia.

Pero Hitler estaba dispuesto a atacar Checoslovaquia con el propósito de apoderarse de un


territorio más extenso, y presionó al gobierno checo con demandas exageradas que sabía que no
iban a ser aceptadas. Buscaba un pretexto para invadir Checoslovaquia y esperaba que Inglaterra
y Francia se mantuvieran al margen. Ante tal situación, los gobiernos de estos países decidieron
actuar y empezaron a movilizar sus ejércitos; la guerra parecía inminente. Hitler da entonces
marcha atrás a sus planes invasores y propone una conferencia de cuatro potencias --Gran
Bretaña, Francia, Italia y, por supuesto, Alemania en la ciudad de Munich.
La conferencia, que pasaría a la historia con el nombre de Pacto de Munich, se realizó a fines de
septiembre de 1938, sin que fuera invitada Checoslovaquia ni consultada la Unión Soviética.
Mediante el Pacto de Munich se estableció que Checoslovaquia debía ceder a Alemania las zonas
habitadas por personas de habla alemana, y se formó una comisión encargada de fijar las
fronteras definitivas. De regreso a Inglaterra, Chamberlain expresó con satisfacción que traía a su
país: "la paz en nuestra época". En noviembre siguiente, la citada comisión concedió a Hitler
prácticamente todo cuanto había venido exigiendo, lo que causó a Checoslovaquia cuantiosas
pérdidas en recursos humanos y naturales.

C) EL RESTO DE CHECOSLOVAQUIA.
En marzo de 1939, las tropas de Hitler
entraron
en Bohemia-Moravia, región de
Checoslovaquia
habitada por personas de origen checo, y
aprovecharon un movimiento
independentista
de los eslovacos para ocupar todo el
territorio.
Tras haber prometido que sólo reclamaba
la
parte alemana del país, Hitler rompía su
palabra
y Checoslovaquia desaparecía
completamente
del mapa. En abril de ese año, Mussolini se
apoderaba de Albania.
Las potencias occidentales
¿Hasta cuándo
empezaron a durará esta luna de miel?
Caricatura alusiva a la firma del pacto de darse cuenta de que la palabra de
no agresión entre Hitler y Stalin.
Hitler
carecía de valor y que sus
propósitos no
se limitaban a reunir a los
alemanes, sino que ambicionaba anexarse toda Europa oriental, situación que hacía temer la
integridad de Polonia, Rumania y los Países Bálticos. El gobierno británico trató de formar una
alianza antialemana con la URSS, para garantizar la defensa de esos países, pero Polonia y los
Países Bálticos no estaban dispuestos a permitir ejércitos soviéticos dentro de sus fronteras, ni
siquiera para defenderlas contra los alemanes.

D) EL TRATADO GERMANO SOVIÉTICO.


En cambio, Hitler firmó con la Unión Soviética un pacto de no agresión en agosto de 1939. En las
cláusulas secretas del mismo, se acordaba que, en cualquier futuro reajuste territorial, la Unión
Soviética disfrutaría de una influencia predominante en los Estados bálticos y se le reconocía su
derecho a la región de Besarabia que había pasado a Rumania en 1918. A cambio de ello, los
soviéticos se comprometían a no intervenir en guerra alguna entre Alemania y Polonia, ni entre
Alemania y las democracias occidentales.
El pacto germano-soviético asombró al mundo pues unía dos naciones reconocidas como enemigas
ideológicas. Pero lo más grave para la paz mundial era la gran inquietud y temor que provocó el
pacto respecto a las intenciones de Hitler, sobre todo porque unía dos fuerzas poderosas en contra
de las potencias occidentales. Esto significaba el comienzo inminente de una nueva guerra
europea.

Pacto de Acero
Antecedentes:
Las relaciones entre Alemania e Italia habían sido tensas desde la mitad de la Primera Guerra
Mundial tras romper la Triple Alianza y unirse a la Entente.
Tampoco cambiaron las relaciones con el establecimiento de la Italia Fascista y Alemania Nazi.
En 1934 hubo una casi guerra entre el Füher y el Duce debido al asesinato del Canciller Engelbert
Dollfuss, amigo de Mussolini que mantenía alianzas en Austria Como represalia el Duce envío al
Ejército Italiano al Paso del Brennero en la frontera con Austria, por lo que Hitler derrotado
políticamente hubo de retirarse y aceptar las condiciones ítalo-austríacas.
A pesar de las discrepancias existentes entre Alemania e Italia, Hitler siempre había admirado a
la cuna del Imperio Romano insinuando incluso en su libro una posible amistad y alianza futura
entre germanos e italianos. La ocasión propicia para modificar la situación de enemistad con
Italia llego con la invasión a Austria en Marzo de 1938. En ese momento Italia estaba siendo
acosada por Reino Unido
Relaciones germano alemanas
Ribbentrop fue quien comenzó con las relaciones germano soviéticas. En compañía de Hitler viajo
a Roma en 1938 para exponerle sus propuestas al Duce. La idea presentada consistía en una
coalición de carácter defensivo contra Gran Bretaña y Francia a cambio de reconocer al Alto
Adagio como territorio italiano y Austria como provincia del Tercer Reich. Mussolini dijo que lo
pensaría pero no aceptaría de momento.
Galeazzo Ciano contrario a esta propuesta denuncio públicamente en el Palacio Chigi que el
Tercer Reich iba a invadir territorios sin consultar a nadie, sus quejas se vieron confirmadas con
la invasión a Sudetes en 1938. Un mes después se hospedó en Roma desde el 22 al 29 de Octubre
para ofrecer una alianza, fracasando en el debido a que Ciano convenció a Mussolini de que
firmar tal acuerdo era muy arriesgado.
Inesperadamente la situación cambio debido al error cometido por Francia. Preocupado por las
amenzas francesas y también por el deseo de arrebatar a los galos Niza, Saboya y la colonia de
Djibuti en África; Mussolini empezó a ver con buenos ojos las propuestas alemanas. Por eso
mismo Ciano a través del embajador italiano en Berlín, Bernardo Attolico, entregó una carta a
Von Ribbentrop que decía que Italia estaba dispuesta a pactar una alianza contra los anglo-
franceses, siempre que se respetase el Alto Adiggio. Además Italia estaba dispuesta a financiar la
evacuación de todos los alemanes en los territorios irredentos italianos que quisieran marcharse a
Alemania. Hitler se excitó al saber de la noticia, el Alto Adiggio era una región tan pequeña que
podía prescindir de ella en el espacio vital germánico, el “Lebensraum”.
Pero de nuevo las cosas se pusieron tensas cuando Alemania ocupó Chequia el 15 de Marzo de
1939 sin consultar a Italia. Ciano estuvo a punto de convencer a Mussolini para que rompiese
relaciones con Alemania. Por suerte para ambos países Hitler hizo una declaración oficial de que
Alemania nunca se opondría al expansionismo italiano en el Mar Mediterráneo y Croacia,
territorios que ansiaba anexionar el Duce. Aquel anuncio hizo seguir a Mussolini adelante con el
pacto.
Para el 4 de Mayo de 1939 se ultimaron los últimos detalles para la coalición germano-italiana
entre Ribbentrop y Ciano. El objetivo de los italianos, los cuales promovieron la reunión, fue la de
averiguar las verdaderas intenciones de los alemanes con Polonia y sobretodo informarles de que
hubiera un compromiso por parte germana de que no se inmiscuiría el Reich en ninguna guerra
antes de un período de tres años, ya que Italia militarmente no estaría preparada hasta dicha
fecha.
Hasta el 7 de Mayo se prolongaron las entrevistas bilaterales entre los dos países. De estas
reuniones salieron dos malentendidos que más tarde serían claves para entender la Historia. En
primer lugar los italianos creyeron que con el pacto apaciguarían a los alemanes y por fin dejarían
de reclamar territorios a la fuerza. En segundo lugar los alemanes creyeron que los italianos
pronto entrarían en guerra con Francia y eso les aliviaría un frente, algo totalmente fuera de la
realidad porque poco a poco las relaciones ítalo-francesas se iban fortaleciendo. Un último error,
en este caso de los italianos, fue pensar que Alemania tendría la obligación de consultarles a la
hora de emprender cualquier acción militar, cosa que desde luego no iban a hacer.
Finalmente el 22 de mayo de 1939 Alemania e Italia sellaron su alianza con la firma del Pacto de
Acero. La ceremonia tuvo lugar en Berlín, siendo los firmantes los Ministros de Asuntos Exteriores
Joachim Von Ribbentrop y Galeazzo Ciano, Adolf Hitler únicamente acudió como mero
observador.

Artículos:
1. Estipula que Alemania e Italia estarán en comunicación la una con la otra, en regla al
“entendimiento de todos los intereses comunes o de la situación general europea”.
2. Obligación de Italia y Alemania a seguir una política exterior similar: por ejemplo, los dos
países acuerdan en los eventos internacionales que sucedan a entrar en mutua conversación.
3. Promesa de soporte militar completo de los signatarios de ir a la guerra con otro país.
4. Sostenimiento de las intenciones del Artículo 3, en concordancia con el establecimiento de una
gran cooperación en la esfera militar y en la esfera de economía de guerra. Este artículo también
sostiene una gran comunicación entre Italia y Alemania en orden con los logros económicos y de
cooperación militar.
5. Obligación de Italia y Alemania de acordar todos los futuros armisticios, fomentando el soporte
del apoyo militar y la planificación entre los dos países.
6. Instamiento a la importancia de mantener relaciones con países que sean amigos tanto de Italia
como de Alemania.
7. El Pacto de Amistad y Alianza entre Alemania e Italia tiene validez: esto estipula que el Pacto
entra en vigor desde su firma y que deberá cumplirse hasta el final en 1949.
Hubo también dos cláusulas secretas. La primera consistía en una cooperación militar y
económica. La segunda se basaba en un acuerdo de mutua campaña propagandística respecto a
las poblaciones de ambos países para justificar la alianza entre las dos potencias europeas.
Pacto de no agresión germano-soviético.
El Tratado de no Agresión entre Alemania y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas,
conocido coloquialmente como Pacto Ribbentrop-Mólotov, fue firmado entre la Alemania nazi y la
Unión Soviética por los ministros de Asuntos Exteriores de estos países, Joachim von Ribbentrop y
Viacheslav Mólotov respectivamente. El pacto se firmó en Moscú el 23 de agosto de 1939, nueve
días antes de iniciarse la Segunda Guerra Mundial.1 Los efectos del tratado fueron disminuyendo
con la creciente hostilidad entre ambas naciones hasta 1941 cuando el régimen nazi decidió
invadir la Unión Soviética.
I. Los documentos
Pacto de no agresión del 23 de agosto de 1939

Guiados por el deseo de consolidar la paz Alemania y la URSS, fundándose en las prescripciones
fundamentales del tratado de neutralidad de 1926 han acordado lo que sigue:
Artículo primero. Las dos partes se comprometen a abstenerse de todo acto de violencia entre sí
tanto aisladamente como en alianza contra otras potencias.
Artículo 2.En caso de que una de las dos partes fuera atacada por una tercera potencia la otra
parte, no ayudara, bajo ninguna circunstancia, a esa tercera potencia.
Artículo 3. Los gobiernos de las dos partes permanecerán constantemente en contacto, por
consultas, para informarse recíprocamente de las cuestiones que afecten a sus intereses comunes.
Artículo 4. Ninguna de las dos partes contratantes participará en un agrupamiento de potencias
dirigido, directa o indirectamente, contra la otra parte.
Artículo 5.En caso de conflicto entre las dos partes contratantes, se resolverá por medio de vías
amigables o de ser necesario por medio de un arbitraje.
Artículo 6. El presente tratado se prolongara durante un período de diez años, yu en caso de que
uno de los dos contratantes no denuncie la expiración de este tratado un año antes de la expiración
de este plazo, la duración de la validez de este tratado se prolongara automáticamente a cinco
años.ç
Artículo 7. El presente tratado deberá ser ratificado en el más breve plazo posible. Los
instrumentos de ratificación serán intercambiados en Berlín. El tratado entra en vigor desde el
momento de su firma.
Hecho en dos originales, en ruso y en alemán.
Moscú, 23 de agosto de 1939.
Por el gobierno alemán: J. von Ribbentrop.
Con plenos poderes del gobierno de la URSS: V: Molotov.

Protocolo secreto
Los representantes plenipotenciarios han discutido de forma confidencial la cuestión
de las fronteras de sus esferas de influencia en Europa oriental. Estas conversaciones han llevado
a las conclusiones siguientes:

1. En caso de reorganización territorial o política de las zonas que pertenecen a los estados
bálticos –Finlandia, Estonia, Letonia, Lituania- la frontera norte de Lituania será la
frontera entre las esferas de interés de Alemania y de la URSS. En esta perspectiva, las
partes contratantes reconocen los intereses de Lituania en la región de Vilno.

2. En caso de reorganización territorial y política en las regiones que forman parte del
estado polaco, la frontera entre las esferas de interés de Alemania y de la URSS deberá
pasar aproximadamente a lo largo de los ríos Narev, Vístula y San. La cuestión de saber si
la existencia ulterior de un estado polaco independiente corresponde a los intereses de las
dos partes contratantes, y cuáles serán las fronteras de ese estado, no podrá ser
definitivamente resuelta más que según el curso de la evolución política futura. Pero en
todo caso, los dos gobiernos arreglaran esta cuestión por acuerdo amigable.

3. En lo que concierne a la Europa del Sur-este, la parte soviética ha llamado la atención


sobre los intereses de la URSS sobre Besarabia. La parte alemana declara su desinterés
político total en esas regiones.

4. Las dos partes guardarán este protocolo estrictamente secreto.

Moscú, 23 de agosto de 1939.

Por el gobierno alemán: J. von Ribbentrop.


Con plenos poderes del gobierno de la URSS: V: Molotov.

Tratado germano-soviético de delimitación y de amistad del 28 de septiembre de 1939.


El gobierno del Reich y el Gobierno de la URSS, tras el hundimiento del ex estado polaco,
consideran exclusivamente como su tarea restablecer el orden y la calma en estos territorios y
asegurar a las poblaciones que están establecidas en ellos una existencia pacífica que responda a
su originalidad étnica.

Con este objetivo, los dos Gobiernos han convenido lo que sigue:

Artículo primero. El gobierno del Reich y el Gobierno de la URSS fijan como frontera de los
intereses de imperio recíprocas, la línea que se encuentra trazada en el mapa adjunto que debe ser
descrita más en detalle en un protocolo complementario.

Artículo 2.Las dos partes reconocen a la frontera de intereses recíprocos del artículo primero
como definitiva y no aceptaran intervención alguna de terceras potencias en este reglamento.

Artículo 3. Las medidas de restauración política necesarias son tomadas, en los territorios al oeste
de la línea indicada en el artículo primero, por el Gobierno del Reich; en los territorios al este de
esta línea, por el Gobierno de la Unión Soviética.

Artículo 4. Los dos Gobiernos consideran el presente reglamento como un fundamento asegurado
para el desarrollo y el progreso de las relaciones amistosas entre sus pueblos.

Artículo 5. Este Tratado será ratificado, y los instrumentos de ratificación serán intercambiados,
tan pronto como posible. El Tratado entra en vigor en el momento de su firma.

Hecho en dos originales, en ruso y en alemán.

Moscú, 28 de septiembre de 1939.


Por el gobierno alemán: J. von Ribbentrop.
Con plenos poderes del gobierno de la URSS: V: Molotov.

Anexo.
La línea fronteriza comienza en la punta meridional de Lituania; va, de ahí, en dirección general
occidental, del norte de Augustowo a la frontera del Reich y sigue esta última frontera hasta el río
Pisa.
De ahí, sigue el curso del Pisa hasta Ostrolenka; luego, sigue el Bug hasta Keystnopol, gira hacia
el oeste y se dirige al norte de Rawa-Ruska y de Lubaczow hasta San. Sigue luego el San hasta su
fuente.
Protocolo confidencial del 28 de septiembre de 1939.
El Gobierno de la URSS no pondrá obstáculos al deseo eventual de nacionales alemanes, o de
otras personas de origen alemán, residentes en su esfera de influencia, de emigrar hacia Alemania
o hacia la esfera de influencia alemana.
Está de acuerdo en que estos desplazamientos sean organizados por agentes del gobierno del Reich
en colaboración con las autoridades locales competentes, y en que los derechos de propiedad de
los emigrantes sean salvaguardados.
Una obligación correspondiente incumbe al gobierno del Reich en lo que concierne a las personas
de origen ucraniano o bielurruso que residan en su esfera de influencia.
Por el gobierno alemán: J. von Ribbentrop.
Por el gobierno de la URSS: V: Molotov.
Protocolo adicional secreto del 28 de septiembre de 1939.
Los plenipotenciarios firmantes constatan el acuerdo siguiente entre el gobierno alemán y el
gobierno de la URSS.
El protocolo adicional secreto del 23 de agosto de 1939 es modificado en el artículo 1 en la medida
en que el territorio del estado lituano es afectado a la esfera de intereses de la URSS y en que, de
otra parte, la provincia de Lublin y partes de la de Varsovia son afectadas a la esfera de intereses
de Alemania (ver el mapa anexo al tratado de delimitación y de amistad entre la URSS y
Alemania). En cuanto el gobierno de la URSS haya tomado sobre el territorio lituano medidas
especiales con el objetivo de la protección de sus intereses, la frontera germano-lituana será
rectificada con el objetivo de llegar a un trazado simple y natural, volviendo a Alemania el
territorio lituano situado al suroeste de la línea indicada en el mapa.
Se constata de otra parte que los acuerdos económicos en vigor entre Alemania y Lituania no
deben ser afectados por las medidas más arriba indicadas de la Unión Soviética.
Por el gobierno del Reich alemán: von Ribbentrop
Por el gobierno de la URSS: V. Molotov.
Protocolo adicional secreto del 28 de septiembre de 1939.
Los plenipotenciarios firmantes, concluyendo el Tratado germanosoviéitco de delimitación y de
amistad, se han declarado de acuerdo en lo que sigue:
Las dos partes no tolerarán en sus territorios ninguna agitación polaca susceptible de afectar al
territorio de la otra parte. Pondrán fin a una tal agitación en su origen y se informarán
mutuamente sobre las disposiciones tomadas a este efecto.
Por el gobierno del Reich alemán: von Ribbentrop
Por el gobierno de la URSS: V. Molotov.
Declaración del gobierno del Reich y del gobierno de la Unión Soviética del 28 de septiembre de
1939.
El Gobierno del Reich y el Gobierno de la Unión Soviética, habiendo arreglado por el acuerdo
firmado hoy, definitivamente, las cuestiones que derivan de la disolución del estado polaco y
habiendo así creado una base segura para una paz duradera en Europa oriental, expresan en
común la opinión de que correspondería a los verdaderos intereses de todas las naciones poner fin
al estado de guerra que existe entre Alemania, de una parte, Francia e Inglaterra, de otra.
Los dos Gobiernos emprenderán pues esfuerzos comunes, si se da el caso, de acuerdo con otras
potencias amigas para lograr lo más rápidamente posible este objetivo.
Si, sin embargo, los esfuerzos de los dos gobiernos quedaran sin éxito, se constataría entonces el
hecho de que Inglaterra y Francia son responsables de la continuación de la guerra. En el caso de
esta continuación, los gobiernos de Alemania y de la Unión soviética se consultarían
recíprocamente sobre las medidas necesarias.
Von Ribbentrop, Molotov.
Protocolo secreto del 10 de enero de 1941.
El conde von Schulenburg, en nombre del gobierno del Reich alemán, de una parte, V.M.Molotov,
en nombre del gobierno de la URSS de otra, se han puesto de acuerdo en lo que sigue:

1. El gobierno alemán renuncia a sus pretensiones sobre la parte del territorio de Lituania
mencionada en el protocolo adicional secreto del 28 de septiembre de 1939 e indicado en
el mapa adjunto a ese protocolo.

2. El gobierno de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas está dispuesto a compensar


al gobierno de Alemania el territorio indicado por el artículo 1 del presente protocolo
entregando a Alemania una suma de 7,5 millones de dólares-oro, equivalente a 31,5
millones de marcos alemanes.

El pago de este montante de 31,5 millones de marcos será asegurado por el gobierno de la URSS
de la forma siguiente: un octavo, es decir 3 millones 937.500 marcos, será pagado por entrega de
metales no ferrosos durante los tres meses siguientes a la firma del presente protocolo; los siete
octavos restantes, es decir 27 millones 562.500 marcos, serán pagados en oro y vendrán en
deducción de los pagos en oro debidos por Alemania a fecha del 11 de febrero de 1941 conforme al
intercambio de cartas entre M. Schnurre, presidente de la delegación económica alemana, y A.I.
Mikoian, comisario del pueblo para el comercio exterior de la URSS, en el marco de la firma del
acuerdo del 10 de enero de 1941 “sobre las entregas mutuas a efectuar durante el segundo período
de aplicación del acuerdo económico del 11 de febrero de 1940 entre Alemania y la URSS”

Moscú, 10 de enero de 1941

Por el gobierno del Reich Alemán: Von Schulenburg.


Por instrucción del gobierno de la URSS: V. Molotov.
Estallido de la Segunda Guerra Mundial.

Los golpes de fuerza de Hitler: la marcha hacia la II Guerra Mundial.

Mientras tanto, Hitler, seguro de su preponderancia militar, pasó de la destrucción de las


cláusulas del tratado de Versalles a la etapa ulterior: la creación de la Gran Alemania. Hitler era
consciente de que el peligro era mayor y de que la guerra podía estallar. Hitler expuso sus planes
expansionistas a sus principales colaboradores en la conferencia secreta conocida como Protocolo
Hossbach (finales de 1937). Hitler aplicaría sus planes, son los llamados golpes de fuerza. Sin
embargo, Francia e Inglaterra no se decidieron a intervenía hasta el cuarto golpe de fuerza.
a) El primer golpe: el Anschluss o anexión de Austria por Alemania.

Austria tras su derrota en la I Guerra Mundial quedó reducida a un territorio pequeño de lengua y
cultura alemana. Hitler ya había intentado la anexión de Austria (Anschluss), pero ahora la
situación era distinta, le favorec ía. No estaba dispuesto a perder esta oportunidad.

En febrero de 1938 Hitler presionó al canciller aus tríaco, Schuschnigg, para que nombrara al
dirigente del partido nazi austríaco, Seyss-Inquart, como ministro del Interior. En marzo el
canciller quiso convocar un referéndumpara ratificar o no la unión de Austria con Alemania, con
la intención de mantener la independencia de Austria. Hitler, ante esa convocatoria, lanzó un
ultimátum(11 de marzo). Se anuló, entonces, la convocatoria, dimitió el canciller y se formó un
gobierno presidido por Seyss-Inquart. A continuación, tropas alemanas entran en Austria y ocupan
Viena. Una vez controlada Austria, los nazis organizaron un referéndumcuyo resultado fue de una
inmensa mayoría (99,75 %) a favor de la unión con e l Reich alemán (abril de 1938).

Este golpe de fuerza fue aceptado sin reacción, se contentaron con protestar, tanto por Gran
Bretaña como por Francia.

b) El segundo golpe: la anexión de los Sudetes.

Los Sudetes es una zona del noroeste de Checoslovaquia donde vivían tres millones de alemanes
que eran bien tratados por los checos. Estos alemanes pedirán la autodeterminación. Para apoyar
a esta minoría alema na Hitler desplazó 750.000 soldados a la frontera con

Checoslovaquia y reforzó la frontera con Francia por si había alguna reacción de ésta ya que era
aliada de Checoslovaquia. El riesgo de guerra era inminente, ante esta circunstancia y a instancias
del primer ministro
británico Chamberlain se reunieron el 29 de septiembre de 1938 en la Conferencia de Munich el
inglés Chamberlain, el francés Daladier, Hitler y Mussolini. En esta conferencia se aceptó la
anexión de los Sudetes por Hitler a cambio de que diera garantías a Francia y Gran Bretaña de
que con eso acababan sus ambiciones. Chamberlain pensaba que se había evitado la Alemania y
los territorios que se irá incorporando Hitler antes de la II Guerra Mundial.

guerra. Hitler firmó unos compromisos que sabía que incumpliría: tras los Sudetes vendrían otros
territorios. En definitiva, en esta Conferencia se manifestó la impotencia y debilidad de las
democracias que cedieron ante Hitler y sacrificaron a Checoslovaquia, que por entonces era el
único país de la Europa Oriental que mantenía la democracia como sistema de gobierno.

c) El tercer golpe: el resto de Checoslovaquia y Memel. Italia se apunta a las conquistas.

Con la incorporación de los Sudetes y de Austria la situación de Checoslovaquia era desesperada,


formaba una cuña que se adentraba en Alemania. Tras la Conferencia de Munich y la anexión de
los Sudetes Checoslovaqui a había quedado debilitada y Hitler decide ocupar (16 de marzo de
1939) la parte checa y Eslovaquia se convierte en un país independiente bajo tutela alemana.

Seis días después de la ocupación de Checoslovaquia Hitler se anexiona Memel (en Lituania) (23
de marzo), una ciudad declarada libre en el tratado de Versalles.

En abril de 1939 Mussolini invadía Albania. Ese mismo mes, Francia y Gran Bretaña estaban
dispuestas a intervenir ante una próxima anexión. Mientras, Hitler y Mussolini firmaban una
coalición militar: el Pacto de Acero (mayo de 1939), por el que Alemania e Italia se aliaban
militarmente.

d) El cuarto golpe: Polonia.

Todos sabían que el siguiente paso sería Polonia. Así, tras la desintegración de
Checoslovaquia, Hitler planeó invadir Polonia. Comenzó por exigir la anexión de
Danzig, ciudad internacionalizada pero poblada por alemanes, y una vía extraterritorial a través
del “corredor” para unir Alemania con Prusia Oriental. La postura de la URSS en esta situación
era muy importante. Gran Bretaña y Francia, ante la nueva amenaza, garantizaban las fronteras a
Polonia e iniciaron negociaciones con la URSS en marzo de 1939, pues una alianza con los
soviéticos podía detener a Hitler. Pero había una desconfianza mutua y los polacos se resistían a
que tropas rusas pudieran entrar en territorio polaco en caso de agresión alemana. Stalin,
mientras tanto, venía entablando negociaciones secretas con los alemanes. El 23 de agosto se
firmaba un Pacto germano-soviético de no agresión y los ministros de Exteriores ruso y alemán
Molotov( y Ribbentrop) incluyeron una cláusula secreta para repartirse Polonia y los países
bálticos.
En la madrugada del 1 de septiembre de 1939 las tropas alemanas invaden Polonia: hoy sabemos
que desde el 3 de abril había dado la orden de invadir Polonia el 1 de septiembre; respaldado por
el acuerdo germano-soviético, Hitler mantuvo la fecha y empezó el ataque. Dos días más tarde, el
día 3, Francia y Gran Bretaña le declaran la guerra: Ha estallado la II Guerra Mundial.

Pacto tripartito

Pacto Tripartito también conocido como el Pacto del Eje, fue un pacto firmado en Berlín el 27 de
septiembre de 1940 por Saburō Kurusu, Adolf Hitler y Galeazzo Ciano, representando al Imperio
de Japón, Alemania Nazi y el Reino de Italia, respectivamente. Este pacto constituía una alianza
militar entre estas naciones, y oficialmente se conformaban las Fuerzas del Eje, opuestas a las
Fuerzas Aliadas en la Segunda Guerra Mundial. En los siguientes meses, los reinos de Reino de
Hungría, Reino de Bulgaria, Reino de Rumania y Reino de Yugoslavia se adherirían al pacto, los
tres primeros para recibir territorio en los Balcanes, y el último para evitar ser invadido. El Estado
Eslovaco también se adhirió al Pacto tras la desmembración de Checoslovaquia.

Antecedentes
Para la fecha de firma del pacto, el Reino de Italia y la Alemania Nazi ya habían iniciado
campañas militares contra los Aliados. El Imperio de Japón solamente había ocupado
pacíficamente a la Indochina francesa, luego de presionar a las autoridades francesas coloniales
que no podían contar con ayuda alguna de la metrópoli. Hasta entonces, la potencia colonial de
Asia, el Reino Unido, había destinado unidades militares en pequeño número para la protección de
sus colonias, en parte porque la mayoría de sus tropas ya estaban muy ocupadas luchando contra
Alemania. Solamente los Estados Unidos habían estado preparándose para hacer frente a la
amenaza militar nipona, pero no estaban preparados para afrontar una guerra en dos frentes, es
decir, contra Alemania y Japón de modo simultáneo. Este Pacto reconocía las esferas de influencia
de los tres miembros originales, promovía la cooperación entre sus miembros para establecer un
nuevo orden mundial y para fomentar la prosperidad y bienestar de sus pueblos. El Pacto tripartito
también ordenaba a sus miembros apoyar, por todos los medios posibles, a un miembro que fuera
atacado por una potencia externa, exceptuando a las que ya estaban en guerra, en este caso
Francia y el Reino Unido. Con esta última condición, Japón no estaba obligado a atacar a las
colonias asiáticas del Reino Unido, aunque finalmente lo hizo en diciembre de 1941. Por una
solicitud específica de Japón, la Unión Soviética no fue incluida en la lista de las potencias
atacantes, por lo que cuando Alemania invadió este país, Japón no tuvo obligación formal de
unirse a la agresión alemana. De esta manera, la principal potencia afectada en la práctica por el
Pacto Tripartito eran los Estados Unidos, ya que si entraba en guerra con Japón, debería
prepararse para luchar en Europa y Asia al mismo tiempo.
Escritos del Pacto
Los gobiernos de Japón, Alemania e Italia consideran como prerrequisito para una paz duradera
que toda nación del mundo reciba el espacio sobre el que tiene derecho. Por lo tanto, estas
naciones han decidido respaldar y cooperar una con otra en sus esfuerzos en Europa y la Gran
Asia Oriental respectivamente. El principal propósito de esto es establecer y mantener un nuevo
orden de las cosas, planeado para promover la prosperidad mutua y el bienestar de los pueblos
involucrados. Además, es el deseo de los tres gobiernos de extender la cooperación a naciones en
otras esferas de influencia que estén inclinadas a dirigir sus esfuerzos a través de vías similares a
las suyas con el propósito de realizar su último objetivo, la paz mundial. Entonces, los gobiernos
de Japón, Alemania e Italia han acordado:
ARTÍCULO 1: Japón reconoce y respeta el liderazgo de Alemania e Italia en el establecimiento de
un nuevo orden en Europa.
ARTÍCULO 2: Alemania e Italia reconocen y respetan el liderazgo de Japón en el establecimiento
de un nuevo orden en la Gran Asia Oriental.
ARTÍCULO 3: Japón, Alemania e Italia están de acuerdo en cooperar en sus esfuerzos en las
líneas discutidas. Ellas se asistirán mutuamente con todos los medios políticos, económicos y
militares si uno de las naciones firmantes es atacado por una potencia que actualmente no esté
involucrada en el conflicto europeo o en el conflicto sino-japonés.
ARTÍCULO 4: Con miras a aplicar el Pacto, comisiones técnicas, designadas por los respectivos
gobiernos de Japón, Alemania e Italia, deben reunirse sin demora.
ARTÍCULO 5: Japón, Alemania e Italia afirman que los acuerdos no afectan en ninguna manera el
estatus político actual entre cada una de las potencias firmantes y la Rusia soviética.
ARTÍCULO 6: El presente pacto será válido inmediatamente después de su firma y permanecerá
así por diez años desde la fecha en que se volvió efectivo. Antes de la expiración de ese término, las
Potencias firmantes podrán, por petición de una de estas, entrar en negociaciones para renovar el
pacto.
Cambios en las alineamientos diplomáticos en Europa
Como hemos visto, la principal política exterior de Hitler después de alcanzar el poder fue destruir
el Acuerdo de Paz de Versalles, que debía llevarse a cabo junto con el rearme. Esto se logró entre
1933 y 1938 y, en el proceso, se estableció el escenario para nuevas reivindicaciones territoriales y
el estallido de la guerra mundial en 1939.
En los años posteriores a la Primera Guerra Mundial, Gran Bretaña y Francia fueron los dos
países más poderosos de Europa. Italia, a pesar de estar en el lado ganador en la Primera Guerra
Mundial, era un país mucho menos influyente y Alemania era un paria entre las naciones - un
estado paria.
Alemania había sido reducida al más bajo de los bajos por el Tratado de Versalles. El tratado
había despojado a Alemania de tierras, gran parte de su poderío militar, y se vio obligado a pagar
enormes cantidades en reparaciones financieras a los vencedores de la Primera Guerra Mundial
Los términos del Tratado de Versalles convirtieron a Alemania en un perfecto caldo de cultivo
para Hitler y para los nazis. Hitler y los nazis pudieron jugar con el tratado y explotar el
resentimiento del pueblo alemán. Hitler prometió romper el tratado si él Se convirtió en suerte
alemana para el primer ministro) y que fue un ganador de los votos a los ojos de muchos alemanes.
La explotación de Versalles por parte de los nazis y el resentimiento del pueblo alemán, junto con
la promesa de volver a alegrar a Alemania, fue uno de los factores clave en la eventual llegada de
Hitler al poder en Alemania. Si el Tratado de Versalles no había sido tan duro, no hubiera habido
un Adolf Hitler en la política alemana, el partido nazi habría seguido siendo un oscuro grupo
marginal sin influencia más allá del estado alemán de Baviera, por tanto, no habría habido
Segunda Guerra Mundial.
Cómo Europa pasó de lo que todo el mundo pensaba que sería una paz duradera con Alemania, un
paria entre las naciones. A una Alemania nazi dirigida por Hitler con planes para hacerse cargo
de Europa es un catálogo de oportunidades perdidas para evitar un conflicto importante, errores
de juicio de las principales potencias europeas de la época, y numerosos cambios en las actitudes y
alineaciones entre las naciones de Europa y más allá.
La respuesta de Gran Bretaña y Francia a sus acciones después de 1933 sería Clave para Hitler y
su objetivo de derrocar el Tratado de Versalles; La posición de Alemania en Europa seguía siendo
vulnerable y permanecía bajo las restricciones del Tratado de Versalles. Afortunadamente para
Hitler, la situación internacional después de 1933 funcionó a su favor.
 Gran Bretaña
Gran Bretaña fue ocupada no sólo con la crisis económica, sino también por los
acontecimientos en el Lejano Oriente, donde estaba preocupado por la expansión
japonesa. Sus recursos ya estaban sobrecargados, y su prioridad principal era la
seguridad del Imperio Británico. Muchos políticos británicos también consideraron
injusto el Tratado de Versalles y apoyaron una reparación de "agravios legítimos".
Muchos políticos de derecha en Gran Bretaña también temieron al dictador comunista
Stalin y tuvieron simpatía por Hitler, que también vieron como un amortiguador a la
propagación del comunismo desde el Oriente.
 Francia
Francia estaba muy preocupada por la posible amenaza alemana pero era demasiado
débil para actuar por sí sola, especialmente después del fracaso de su intervención de
1923 en el Ruhr. También estaba políticamente dividido, después de una serie de
gobiernos débiles, y tenía problemas económicos importantes. A falta de apoyo de Estados
Unidos o Gran Bretaña en la tarea de preservar el asentamiento de Versalles, construyó
una línea defensiva de fortalezas a lo largo de la Línea Maginot entre 1929 y 1938.
También desarrolló alianzas con países en las fronteras orientales de Alemania: Polonia y
" Checoslovaquia, Rumania y Yugoslavia.
 Estados Unidos
La depresión económica significó que Estados Unidos todavía estaba centrado en las
preocupaciones domésticas y era poco probable que cambiara su postura aislacionista.
Otros factores también contribuyeron a favor de Hitler:
 la situación económica internacional fomentaba la insularidad nacional en lugar
de la seguridad colectiva.
 Los recuerdos de la Primera Guerra Mundial seguían siendo agudos y el horror
de esta guerra hizo que muchos decidieran tomar las medidas necesarias para
evitar otra guerra.
 La necesidad de evitar otra guerra fue reforzada por la debilidad militar de Gran
Bretaña y Francia en este momento.
 Gran Bretaña y Francia no pudieron ponerse de acuerdo sobre una política
común para tratar con Hitler.
 El fracaso para tratar con eficacia la expansión japonesa en Manchuria fue un
golpe para el sistema de Washington y para la propia Liga.
 La revisión del Tratado de Versalles ya había comenzado; Gran Bretaña y
Francia evacuaron la Renania en 1929-30 y los pagos alemanes de la reparación
fueron cancelados con eficacia en la conferencia de Lausana de 1932.

Fin de la seguridad colectiva


Seguridad Colectiva:
En 1931, el sistema de seguridad colectiva concebido en cl tratado de Versalles todavía estaba
completo. Alemania estaba desarmada y mantenía sus fronteras, las potencias vencedoras estaban
unidas y la paz intencional estaba reforzada por la Sociedad de Naciones.
Tras la Primera Guerra Mundial, la mayor parte de los Estados rechazaban el sistema de balance
de poderes como el pilar para mantener la seguridad internacional. En lugar de eso, los Estados
ganadores buscaron institucionalizar un sistema de seguridad colectiva a través de la Sociedad de
Naciones, en el que la agresión por parte de un Estado produjera una respuesta concertada de
todos los demás. El objetivo de la seguridad colectiva era frustrar cualquier intento por parte de
los Estados de cambiar el status quo mediante la fuerza, pues un cambio en el status quo
«acarrearía un cambio en el orden mundial de Estados independientes y soberanos» (Ebegbulem,
2011:23). Esto implicaba reunir una fuerza colectiva arrolladora que resultara amenazante y
sirviera o bien como disuasión o bien para atajar las agresiones de los Estados revisionistas u
otros agresores.
Muchos de los lideres políticos hacia el final de la Primera Guerra Mundial confiaban en que este
sistema lograría mantener la paz y seguridad internacionales. Algunas de sus asunciones al
respecto eran que las guerras podían evitarse restringiendo la acción militar y que el agresor
podía ser fácilmente identificado. estaba equivocado y sabia que la comunidad internacional
actuaria contra él, pero este no fue siempre el caso. Aunque se habían comprometido con la
defensa mutua, muchos países se negarían a hacerlo si ese acto no favorecía sus intereses o les
parecía demasiado arriesgado o costoso. Algunos decían también que los acuerdos sobre
seguridad colectiva podían convertir pequeñas disputas en grandes guerras, y bloquear otras
soluciones no violentas a los conflictos.
La ideología nacionalista y racista, y los factores económicos, tanto en Italia como en Alemania,
contribuyeron a la creciente adopción de políticas exteriores agresivas y expansionistas, el
escenario europeo general en los años de entreguerras hizo sobresalientes movimientos políticos
tanto en Europa como en el resto del mundo. Esto fue el resultado de una combinación de factores
políticos y económicos. Muchos de los cuales resultaron directamente de la Primera Guerra
Mundial. Todos estos factores se combinaron en la década de 1930 para crear cambios
diplomáticos significativos que eventualmente condujeron al colapso de la seguridad colectiva Y,
finalmente, al estallido de la guerra.
Debilidades de la Liga de Naciones
La Liga de Naciones, establecida en enero de 1920 después de la Primera Guerra Mundial, debía
prevenir la agresión y la guerra. Sus funciones más importantes eran:
 Para garantizar el territorio de los Estados a través de la seguridad colectiva.
 para evitar conflictos
 Para resolver las disputas pacíficamente
 para actuar como un organismo para el desarme.
Aunque sus objetivos debían mucho a los 14 puntos del presidente estadounidense Woodrow
Wilson, Estados Unidos, en 1919. ya la nación más poderosa del mundo no se unió. Así, durante
gran parte de su existencia, se vio esencialmente como un club europeo de los vencedores de la
Primera Guerra Mundial. Además, la Liga tenía varias debilidades específicas: además de los
problemas de afiliación o, más bien, de no pertenencia. También tenía otros problemas que
socavaban sus posibilidades de cumplir con éxito sus objetivos. Especialmente después del
comienzo de la Gran Depresión, éstos se volvieron cada vez más evidentes y significativos durante
los años 30.
No pertenencia
Desde sus comienzos, tres de las grandes potencias del mundo no eran miembros de la Liga. Hasta
septiembre de 1926, Alemania no se le permitió unirse. Después de que Alemania se convirtiera en
miembro permanente del Consejo en 1926, la Liga era vista como un club de vencedores. El temor
al comunismo significaba que la Rusia soviética no estaba autorizada a actuar con tacto, el
gobierno ruso condenó a la Liga como capitalista: club dominado por potencias imperialistas.
Especialmente significativo fue el rechazo de los EE.UU. a unirse a la Liga.
El colapso de la seguridad colectiva
Los diversos problemas económicos y políticos experimentados por países como Gran Bretaña y
Francia en la década de 1930, así como la experiencia de Italia y Alemania condujeron a cambios
diplomáticos. Estas alineaciones diplomáticas condujeron finalmente al fin de la seguridad
colectiva. Cada vez más, los gobiernos británicos en la segunda mitad de la década de 1930
adoptaron una política de apaciguamiento en relación con las políticas extranjeras cada vez más
agresivas y expansionistas de la Italia fascista y la Alemania nazi. Esto a su vez hizo más probable
el estallido de la guerra.
Apaciguamiento

La política de apaciguamiento fue una Política basada en solucionar los conflictos por medios
pacíficos y de compromiso en lugar de recurrir a la guerra. Este concepto de apaciguamiento está
normalmente asociado a la figura de Neville Chamberlain y tiene un claro matiz peyorativo.

Sin embargo, para comprender plenamente la postura del líder conservador británico es necesario
remontarse al Tratado de Versalles (1919). Muchos, especialmente entre la opinión pública
británica, consideraban que Alemania había sido maltratada en la Conferencia de París. Las
exorbitantes reparaciones de guerra o la injusta aplicación del principio de las nacionalidades en
Austria, Danzig o los Sudetes, hacían que muchos fueran proclives a una revisión del Tratado. A
todo ello se le unía el vivo deseo de evitar de nuevo los horrores de la Gran Guerra y la conciencia
del relativo declive de un poder británico que debía hacer frente a múltiples desafíos en todo el
planeta.

La falta de reacción ante la invasión japonesa de Manchuria en 1931, el acuerdo naval anglo-
alemán de 1935, en el que Londres se avenía a ignorar las cláusulas de Versalles, la nula
respuesta a la ocupación de Renania en 1936... son claras muestras de la actitud británica.
Cuando Neville Chamberlain accede al cargo de primer ministro lo único que hace es continuar
una política bien asentada. Chamberlain, por un lado, pensaba, equivocadamente, que Hitler era
un hombre con el que se podía llegar a acuerdos, por otro lado, desconfiaba profundamente de la
URSS. Esto explica su tácita aprobación del Anschluss en 1938 y su convicción, cuando estalló la
crisis de los Sudetes en 1938, de que el pueblo británico no iría a la guerra "por una disputa en un
lejano país entre gente de la que no conocemos nada". La firma del Pacto de Munich era la
consecuencia evidente de este planteamiento. Lo cierto es que la mayor parte de la opinión pública
británica vitoreó a Chamberlain a su regreso de Munich. Era el hombre que había conseguido "la
paz para su tiempo".

La realidad estalló ante los ojos británicos en marzo de 1939 con la ocupación nazi de
Checoslovaquia. El apaciguamiento había llegado a su fin y Gran Bretaña y Francia prometieron
apoyar a Polonia en caso de ser atacada. El pacto germano-soviético en agosto de 1939 abrió el
camino al ataque alemán a Polonia y a la guerra general.
La política de apaciguamiento se reveló como un rotundo fracaso: lejos de satisfacer a Hitler, la
actitud de Chamberlain persuadió a Alemania de que Francia y Gran Bretaña permanecerían de
nuevo inactivas si atacaba a Polonia. De hecho, facilitó el estallido de un conflicto que iba a
superar con creces los horrores de la primera guerra mundial.

También podría gustarte