ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES
Unidad Didáctica n.º 1
Conceptos fundamentales de la animación
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
I Introducción a la animación
A) Características
B) Valores
C) Ámbitos
II El animador
A) Funciones del animador
B) Roles o estilos de animador
III El grupo
A) Etapas o fases en la vida de los grupos
B) Técnicas y dinámicas de grupo
IV La planificación
A) Niveles de concreción y fases
B) Elaboración de programas
C) El proyecto como eje de intervención: fases
Formación sin barreras Pág. 2/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
I. Introducción a la animación
La animación infantil se enmarca dentro de un término más amplio: la animación
sociocultural. En esta primera unidad comprenderemos la animación sociocultural en su
totalidad para después centrarnos en la práctica concreta de la animación infantil.
La animación sociocultural es un término y una profesión que se ha abierto camino en
la sociedad actual. Aunque el concepto es viejo y hay quien dice que Platón fue el primer
animador sociocultural de la historia, podemos afirmar que la animación sociocultural y sus
profesionales no aparecen en los países desarrollados hasta después de la Segunda Guerra
Mundial debido a los cambios sociales.
Etimológicamente, el término “animación” procede del latín animare, que significa
“alma”. Según el Diccionario de la Real Academia Española, “animar” es infundir vida a un ser
viviente, infundir energía moral, excitar a una acción. Del “animador” dice que es aquel que
anima o el especialista en animación. Por otro lado, “educar” (del latín educare), quiere decir
dirigir, encaminar, adoctrinar. En definitiva, podemos concluir que el animador es el conductor
del animado, su infundidor, y esta labor no puede desligarse de algo tan importante como es la
educación.
Ander-Egg, autor al que nos referiremos en numerosas ocasiones, define la animación
de una forma muy completa: “Conjunto de técnicas sociales que, basadas en una pedagogía
participativa, tienen por finalidad promover prácticas y actividades voluntarias que, con la
participación activa de la gente, se desarrollarán en el seno de un grupo o comunidad
determinado y se manifiesta en los diferentes ámbitos del desarrollo de la calidad de vida”.
En nuestras propias palabras, la animación sociocultural se basa en procedimientos
dirigidos a personas y grupos para, conjuntamente, formular y llevar a cabo iniciativas y
proyectos que, desde la cultura, potencien el desarrollo social.
Así pues, cuando hablamos de animación, en cualquiera de sus ámbitos, nos estamos
refiriendo a una educación para el ocio y el tiempo libre. De ahí que se realice desde la cultura,
porque no debemos entender esta solo como la compilación de conocimientos, sino desde el
punto de vista de la búsqueda de una calidad de vida con unos valores. Esta actividad
educativa requiere así una amplia responsabilidad por parte del animador. No se trata de una
mera ocupación del tiempo que no usamos para tareas programadas socialmente hablando (la
escuela, los deportes), sino una educación para el uso de ese tiempo, de manera que sirva
para completar el desarrollo social, cognitivo, afectivo y motor de la persona, que en el futuro,
en su madurez, sepa disfrutar de su tiempo y pueda proyectarlo a su vez hacia el de otros.
A)
A) Características
Para afianzar el concepto veamos brevemente qué características podemos otorgar a
la animación:
Es promotora de valores: debe definir el modelo de proyecto para el que se va a
trabajar; teniendo claro qué valores se pretenden transmitir, así como hacer una
selección de contenidos que vayan en consonancia con dichos valores.
Es elemento transformador: debe preparar a las personas para conocer las
distintas realidades sociales y así poder transformarlas para mejorar.
Es cauce de participación: debe promover la participación comunitaria de las capas
sociales (si no, carece de sentido). Debe superar el concepto de cultura como consumo
para avanzar a otra como participación, aprovechando el potencial de cada individuo,
grupo o comunidad.
Es catalizadora: debe orientarse a proporcionar elementos para que el individuo y el
grupo encuentren respuestas a sus necesidades. Aquí es fundamental el papel del
animador.
Es promotora de la vida asociativa: debe promover que toda persona que lo
necesite no encuentre trabas para pertenecer a una actividad asociativa.
Formación sin barreras Pág. 3/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Es un proceso: debe prever y desarrollar el análisis, formular finalidades, establecer
prioridades, concretar objetivos, buscar recursos, fijar medios y plazos, respetar los
ritmos y articular evaluaciones.
Es pedagógica: debe ser reflexiva en cuanto a los métodos, los caminos y las
acciones a utilizar para conseguir los objetivos que se marcan. Debe ser participativa.
Es permanente y continua: debe ser una labor de desarrollo continuado en el
tiempo y tender a esa finalidad.
B) Valores
Como ya se ha manifestado, en el ámbito de la animación se pretenden promover unos
valores muy concretos, como son:
El pluralismo. Pretende una sociedad abierta (pluralidad en todos los ámbitos de
esta). La Constitución de 1978 reconoce el pluralismo en todas sus
manifestaciones. La pluralidad implica una actitud de aceptación de diferentes
posturas, no basta con saber que existen. La sociedad no tiene que ser
homogénea y este valor de la heterogeneidad la enriquece.
La concienciación. La concienciación pretende la colaboración con la comunidad,
educar en una participación responsable, incitar a la solidaridad, a la fraternidad, a
la colaboración. Es decir; llegar a conseguir un compromiso con la sociedad, con la
vida.
La libertad. La libertad es condición y consecuencia del pluralismo. El hombre
posee un impulso innato en la búsqueda de la libertad; hay que conseguir que el
individuo sea capaz de protagonizar sus propios actos.
La democracia. Si privamos al individuo de este derecho, queda frustrado. Las
personas buscamos el bienestar de los demás, si no lo conseguimos, creamos
situaciones de tensión y malestar. Este valor ayuda en la búsqueda de felicidad
porque nos hace respetar los deseos de otros.
Las relaciones humanas. La animación pretende mejorar nuestra calidad de vida.
Pertenecemos a una sociedad, una comunidad y una familia, en las que las
relaciones humanas desempeñan un papel básico. La animación promueve la
Formación sin barreras Pág. 4/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
comunicación, el diálogo y el respeto dentro de estas relaciones y puede así evitar
conflictos o al menos, aprender a resolverlos de forma civilizada.
La autonomía personal. Es uno de los valores fundamentales de la animación. La
educación consiste en esto; desarrollar en la persona capacidades que le lleven a
juzgar por su cuenta, a tomar decisiones y a ser responsable con respecto a ellas.
En suma, el objetivo final de la animación sería el de estimular, incentivar, promover,
abrir y ensanchar constantemente los cauces para que exista una participación de los
ciudadanos a la hora de organizar y gestionar sus intereses comunes, mediante la
comunicación y relación entre individuos y grupos.
C) Ámbitos
La animación se concreta en el ámbito que nos corresponda, en función de la edad a la
que esté dirigida, al ámbito geográfico en que se desarrolle, el lugar concreto en el que se lleve
a cabo y el plazo que nos marquemos para su puesta en marcha. Estos son los ámbitos
generales de los que habitualmente hablamos, pero no debemos olvidar otros entornos como
centros penitenciarios, centros hospitalarios, centros turísticos, etc.
Formación sin barreras Pág. 5/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
En las páginas siguientes, vamos a estudiar el perfil de los participantes en un
programa de animación, el animador y el grupo, y qué necesitaremos para llevar a cabo una
planificación. En las siguientes unidades concretaremos los conceptos en el ámbito infantil,
conoceremos a nuestros destinatarios más a fondo, sus características y etapas, así como los
recursos que nos van a servir de ayuda en nuestros encuentros.
II. El animador
El animador de un grupo no es solo un miembro más de este, ya que se diferencia del
resto en que tiene el papel de animar, educar, divertir e implicar a los demás. Tendrá unas
características, unas funciones y una responsabilidad muy específicas. Debe dar respuesta a
las necesidades de su grupo, por eso, ante todo, el animador tiene que ser una persona
madura, responsable y muy formada en temas educativos, de recreación, de tiempo libre,
pedagogía, etc.
Posee una posición especial en el control de la comunicación, cierto estatus y poder, ya
que es dinamizador, presentador, modelo de comportamientos… Así, según cómo sea el
animador, probablemente sea el grupo, y más aún en el rango de edades que vamos a
estudiar, en las que se buscan modelos continuamente. Esta será una gran baza para el
animador-educador, así pues, debe cultivarla.
En cuanto a las características principales, podríamos decir que son las mismas que
vimos sobre la animación sumado a los valores que promueve. Aunque esto parezca una
obviedad, no podemos olvidar que cuando pretendemos llevar a cabo una ideología, debemos
ser fieles a sus objetivos, y sus características conformarán las nuestras en dicho terreno. En
nuestro caso, lo que no podemos olvidar es que debemos tener un gran amor por el colectivo
infantil, mucha paciencia, capacidad creativa y un carácter afable y comprensivo.
El animador sociocultural es un profesional que actúa en diferentes ámbitos (rural,
urbano), colectivos (mujeres, presos) y con matices (educativo, social). Por lo tanto, es un
profesional que:
a) Desarrolla su actividad dentro del campo educativo, y más concretamente en la
educación no formal, y complementa el concepto de educación permanente.
b) Trabaja con colectividades, no con individuos en particular, con el fin de buscar un
desarrollo comunitario y la promoción cultural.
c) Planifica, desarrolla y evalúa programas, proyectos y actividades en, para, por y
desde las colectividades para las que trabaja.
d) Su meta final es la transformación social y conseguir mayores cotas de bienestar
social y desarrollo personal de la colectividad.
El animador actuará siempre bajo la supervisión general de licenciados o diplomados, y
en colaboración con otros técnicos y animadores, aunque tiene un alto grado de autonomía y
responsabilidad en las tareas que va a realizar.
Podrá ejercer su actividad en los sectores de intervención social, turismo, actividades
recreativas, en las áreas de programación, organización, desarrollo, seguimiento y evaluación
de proyectos de animación sociocultural, así como la elaboración de programas de intervención
sociocultural.
Los requisitos generales de cualificación que le posibilitan para el desempeño de sus
labores profesionales son necesarios para: programar, organizar, dinamizar y evaluar
proyectos de intervención social encaminados al desarrollo social, aplicando técnicas de
dinámica de grupos y utilizando recursos comunitarios, culturales y de ocio y tiempo libre.
Formación sin barreras Pág. 6/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Imagen: JENSPIE3 https://www.flickr.com/photos/17483683@N00/4029465208/
(Con licencia Creative Commons Atribución).
La animación es un concepto que está presente en carreras universitarias como
Trabajo social, Educador social y todas las relacionadas con educación, así como en los títulos
de Formación Profesional, Técnico de Animación Sociocultural y Técnico de Integración Social.
Sin embargo, no es ejercida exclusivamente ni necesariamente por estos profesionales, ya que
personas con una titulación oficial de Monitor de Ocio y Tiempo Libre o una formación
específica en determinada temática pueden contribuir a la animación. La tipología que se
presenta en la siguiente tabla puede ayudarnos a valorar mejor cada circunstancia.
Hay distintas clasificaciones entre los animadores, pero tal vez la más ilustrativa en
torno a la responsabilidad y funciones asumidas, y las ventajas e inconvenientes respecto a las
mismas es la que indicamos a continuación:
Formación sin barreras Pág. 7/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
A) Funciones del animador
Presentamos un compendio de funciones que más concretamente desempeñará el
animador:
Investigación social y cultural que supone entre otras cosas: analizar el entorno
social en el que se pretende actuar, analizar y formular las nuevas expectativas y
descubrir y satisfacer las necesidades.
Estimular y motivar: fomentar las iniciativas, ofrecer igualdad de oportunidades,
repartir liderazgo.
Catalizar proceso de dinamización: establecer prioridades, desarrollar la creatividad
y proporcionar los medios para la planificación y promoción de actividades.
Relaciones intragrupo: favorecer intercambios de ideas, potenciar la participación.
Formación sin barreras Pág. 8/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Relaciones extragrupo e intragrupo: confiar en la capacidad del grupo, decidir
colectivamente, hacer que cada grupo asuma su responsabilidad.
Programación: presentar proyectos, priorizar objetivos según las necesidades e
integrar los recursos del medio en la programación.
Evaluación: evaluar los factores sociales, las relaciones de grupo, la ejecución de
proyectos y todo lo que se realice.
Organización: prever recursos, definir las áreas de intervención y tomar decisiones.
Gestión y asistencia técnica: hablar con las instituciones (escuelas, universidades)
para buscar apoyo, gestionar becas y subvenciones y conocer y solicitar
información.
Orientación y asistencia técnica: facilitar intercambios entre las asociaciones y la
Administración.
Expresión e información: respetar ideas y criterios en el grupo, estimular la
comunicación y el diálogo.
Educación: ocio y tiempo libre, convivencia, autoestima, valorar al compañero,
autonomía personal.
Previsión de servicios: preparar y buscar recursos, participación de centros,
conseguir infraestructuras para las actividades y propaganda.
Coordinar: hacer seguimiento de lo dispuesto, coordinar animador/grupo.
Promoción de la producción: apoyar nuevas iniciativas, celebrar entrevistas y
relacionarse con autoridades en la materia.
Más que la necesaria enumeración de funciones que ejerce el animador, queremos
reflexionar aquí sobre una serie de actitudes y valores que subyacen a dichas funciones:
1. Valores en el animador sociocultural
El animador sociocultural debe ser una persona que cree valores en la sociedad en la
que está inmerso, con el fin de que las personas se puedan realizar, dentro de un marco
democrático y con los derechos y deberes que ello lleva consigo. Debe ser un revulsivo de las
actitudes competitivas, individualistas, xenófobas, incomprensión, consumismo, etc.
2. Actitudes del animador sociocultural
Las actitudes en cualquier actividad que supone como eje central el trato con personas
y/o colectivos humanos son fundamentales. Así pues, en estrecha vinculación con las
capacidades profesionales que se requieren para ser animador sociocultural están las
actitudes.
Teniendo en cuenta que las acciones de la intervención social deben realizarse dentro
de unas coordenadas de acción basadas en las necesidades expresadas por los individuos y/o
comunidades y contando con la participación desde el primer momento, surgen como actitudes
fundamentales:
La capacidad de establecer vínculos empáticos.
La capacidad de escucha activa.
La capacidad de respeto y comprensión por el otro.
Además, las actuaciones en cualquier intervención social requieren la labor de un
equipo multidisciplinar, por lo que los profesionales deben tener:
Formación sin barreras Pág. 9/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
La disposición para colaborar en tareas colectivas.
El interés y el respeto por las estrategias y soluciones a problemas distintos a los
suyos.
La conformidad ante las normas previamente establecidas y consensuadas por el
grupo.
La valoración del trabajo ajeno compartiendo responsabilidades en el equipo.
En cuanto a la comunicación, tiene que ser una herramienta fundamental en la
intervención. El profesional debe tener:
Respeto ante las opiniones ajenas.
Interés por la exposición adecuada y correcta de las ideas.
Valoración ante la necesidad de comunicación y la selección informativa del
trabajo.
Rechazo de las opiniones dogmáticas y valoración de la información desligada del
contexto.
Valorando la importancia del trabajo, debe:
Mostrar orden y método en la realización de tareas.
Planificar y organizar su propio trabajo, sin eludir responsabilidades.
Tener una preparación rigurosa y profunda en todo lo que suponga la acción y
capacidad de reciclaje, previendo modificaciones futuras.
Teniendo en cuenta la imprevisibilidad de las personas, un animador social debe tener:
Capacidad para adaptarse a lo inesperado.
Capacidad para actuar en situaciones de emergencia o grave dificultad.
Paciencia.
Sentido del humor.
Imagen: Agustín Fontaine https://www.flickr.com/photos/agustinfontaine/2236365327/
(Con licencia Creative Commons “Atribución”).
Formación sin barreras Pág. 10/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
B) Roles o estilos de animador
Existen diversas clasificaciones de tipos y roles de animador. Sin ánimo de ser
exhaustivos, en este curso ejemplificamos una clasificación por roles que remite a
interpretaciones que no solo son de orden funcional, sino también ético e ideológico:
• Político: tiende a que los individuos tomen conciencia de la realidad social. Su fin es
hacer ciudadanos activos, militantes.
• Religioso: es un animador por vocación, hace total entrega de sí. Ejerce un verdadero
sacerdocio. Se consagra totalmente a su tarea y a los individuos.
• Maternal: la clave de la animación es el amor. Hay que velar por las personas,
ayudarlas, escuchar y resolver sus problemas. Lo importante es estar disponible, ser
acogedor.
• Personalista: permite que los individuos sean responsables, adultos autónomos
dotados de espíritu crítico. Debe permitir que todos se expresen.
• Iniciador: es el que provoca deseos culturales. Estimula el descubrimiento de otras
dimensiones, relaciones, conocimientos, nuevos lenguajes, nuevas formas, etc.
Cuando aludimos al modo de llevar a cabo la animación, la manera en la que se
organizan las actividades y se dirigen los grupos, nos estamos refiriendo a su labor, definida
por el temperamento del animador, las aptitudes y actitudes, su formación, etc. Ello da lugar a
tres tipos de estilos de animación (Maillo, 1979):
1. El animador autocrático o autoritario trata de imponer su voluntad haciendo que los
demás se adhieran a su postura, ya sea con referencia al pensamiento o a la acción. Considera
que su idea es la mejor y su opción la más conveniente. Este consigue que el grupo o la
colectividad acepten sus puntos de vista. Desde antes del inicio el proceso, este animador sabe
dónde quiere llevar al grupo y qué quiere conseguir de él. No cree en la iniciativa de los demás,
y, por tanto, no lo estimula.
2. El animador permisivo o de estilo “dejar hacer”, también conocido como laisser-faire,
ha tenido un gran predicamento en los últimos años, aunque parece que su prestigio va
decayendo. Encontró un caldo de cultivo en una “no directividad” mal interpretada, que
confundió el respeto a la libertad de los otros con la ausencia de normas, siquiera sean estas
pactadas.
Este animador deja que el grupo o colectivo vaya a su aire sin apenas intervenir en el
proceso, ya que supone que las propuestas de acción y los proyectos aparecerán
espontáneamente. Lo que suele aparecer con este estilo de animador es el aburrimiento, la
confusión, y, muy a menudo, la agresividad. Con frecuencia, el miembro más dominante del
grupo se impone y ejerce ilegítimamente una autoridad que el animador no ha sabido o no ha
querido ejercer.
3. El animador democrático, como indican los psicólogos y avala la experiencia, es el
que a la larga consigue resultados más duraderos y positivos. La característica distintiva de
este animador es la de albergar un convencimiento sincero de que el grupo, o colectivo, con el
que trabaja, tiene la posibilidad de detectar sus necesidades y encontrar soluciones a sus
problemas, si se le facilitan las ayudas técnicas oportunas y se respeta su proceso de reflexión
y análisis.
También está convencido de que se generan mayores recursos, imaginación e
inteligencia apelando a la colaboración de diferentes personas, sobre todo si están implicadas
en el problema, que recurriendo únicamente a los servicios de un experto por competente que
sea.
El animador democrático estimula a los miembros del grupo o de la colectividad para
que fijen sus propios objetivos y tomen las decisiones, de manera que la responsabilidad final
sea compartida por todos o al menos por la mayoría.
Formación sin barreras Pág. 11/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
A simple vista, todos nos habremos quedado con el democrático y no es mala elección.
Lo que ocurre es que no podemos generalizar, es decir, estos esquemas son neutros, definen
rasgos muy concretos y lo cierto es que en cada situación seremos nosotros los encargados de
adecuar un rol determinado a una necesidad concreta. En el caso que nos ocupa, la animación
del colectivo infantil, intentaremos adoptar el modelo democrático la mayor parte del tiempo; sin
embargo, al tratarse de edades tan complicadas, habrá situaciones en las que deberemos ser
un poco autocráticos, por ejemplo a la hora de organizar y dirigir en los primeros momentos de
las actividades, y quizá debamos dejar hacer en situaciones de esparcimiento. El animador
deberá tener en cuenta siempre las características únicas de cada grupo, el momento en que
se encuentre este, etc.
Terminamos nuestro enfoque sobre el perfil del animador con este decálogo:
Formación sin barreras Pág. 12/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
III. El grupo
Un grupo no es solo un conjunto de personas que se reúnen. El grupo al que nosotros
nos vamos a dirigir caminará unido hacia un mismo fin. Por lo tanto, podríamos pensar que un
grupo de amigos que se reúne para ir al fútbol es también el tipo de grupo al que nos referimos,
puesto que todos persiguen el mismo objetivo. Un grupo es algo más; a primera vista parece
simple, pero cuando un conjunto de personas se reúne, convive y se comunica para compartir
vivencias, por y para unos fines, la cosa es más compleja.
Veamos algunas definiciones que nos dan varios autores sobre este concepto:
“Llamamos grupo a un conjunto de individuos que interactúan con referencia a un
objeto determinado” (Kisnerman, 1983).
“Un grupo será definido como una pluralidad de individuos que se hallan en contacto
los unos con los otros, que tienen en cuenta la existencia de unos y otros, y que tienen
conciencia de cierto elemento común de importancia” (Olmsted, 1986).
“Un grupo es un conjunto de individuos en el cual la existencia de todos es necesaria
para la satisfacción de las necesidades de cada uno” (Catell, 1980).
Como vemos no existen grandes diferencias entre ellas, lo que sí podemos deducir es
que el animador es quien se los va a encontrar, así que intentará formar grupos sanos o
ideales, con metas comunes y afinidades, donde una vez aparezcan los conflictos (porque
aparecerán) tengan soluciones lo más viables y prácticas posibles.
En los grupos sanos predomina un clima de solidaridad, aceptación de los demás,
libertad, creatividad, cooperación… Este es el ambiente ideal para un grupo. El animador
tendrá que asumir la difícil tarea de conseguirlo, aunque no podemos olvidar que en un grupo
sano también habrá conflictos. Tampoco se trata de que los grupos sean homogéneos, no
debemos confundirnos, ya que la variedad es enriquecedora siempre. En ocasiones, nos
encontraremos elementos distorsionantes dentro de un grupo sano que obstaculizan su
marcha, provocando malestar, inseguridad, coacción, etc.
Barreiro nos habla de algunos perfiles distorsionantes que pueden aparecer en los
grupos:
El autoritarismo. Dominio de uno sobre otro. Puede ejercerlo tanto la
autoridad formal como cualquier miembro del grupo.
La competencia. Puede aparecer una lucha interna callada entre los
miembros por el poder, el prestigio, el afecto del que manda, el
reconocimiento…
La lucha por el poder. Lucha entre la autoridad formal por el control del grupo
o entre los líderes naturales.
La humillación. Abierta o encubierta. Burla, ironía, intolerancia ante el error…
Los mensajes duales. Doble código, doble vínculo, pueden distorsionar la
comunicación.
La discriminación. Exaltación de unos, desvaloración de otros. Distinción
entre los brillantes y los mediocres. Menosprecio del perdedor, marginación.
La distancia. Frialdad, incomunicación, indiferencia. Desinterés por los
problemas de los otros, ridiculización de lo afectivo.
La depresión. Pasividad, tedio, falta de estímulos positivos, falta de vitalidad y
entusiasmo.
El animador intentará que estos obstáculos no interfieran demasiado en la vida del
grupo. Si llegase a encontrarlos, deberá actuar lo antes posible ya que puede derivar, en el
caso más extremo, en la desaparición del grupo.
Formación sin barreras Pág. 13/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
A) Etapas o fases en la vida de los grupos
Cualquier grupo humano se desarrolla evolutivamente igual que las personas. Es
función del animador formar grupos en un clima de aceptación y atención personal a cada
miembro. Si conocemos bien las etapas y sabemos en cuál se encuentra el grupo en cada
momento, nos servirá para prevenir reacciones con las que no contábamos y poder seguir
consiguiendo los objetos que nos propusimos.
Aunque existen muchas clasificaciones de las etapas o fases, vamos a basarnos en la
que ofrecen Sindo Froufe y M.ª Ángeles Sánchez en su libro Constituir la animación
sociocultural, y que sería la siguiente:
1. Etapa de formación. Cuando las personas se reúnen por primera vez, aún no
constituyen un grupo. Hay tensión, angustia, expectativas e inseguridad… En estos
momentos o situaciones tensas y poco cálidas, la actuación del animador será
decisiva, intentará cuidar la información, favorecer el conocimiento entre los
miembros del grupo, motivar y definir lo que se espera de los miembros. Esta etapa
es muy importante, ya que en ella se comienzan a definir los objetivos, a fijar las
normas, a discutir los métodos de trabajo y a compartir las responsabilidades.
2. Etapa de la confección de normas. En esta etapa los individuos ya están
trabajando juntos. Se busca el agrado, se establecen las primeras normas y se
empieza a trabajar. Las normas son acuerdos entre los miembros del grupo sobre
comportamientos que deben prevalecer en las reuniones. Se pretende conseguir
una responsabilidad compartida, cooperación con los demás, tomar decisiones
consensuadas y resolver los conflictos que se presenten. El animador tendrá que
controlar que la confección de normas sea coherente y provechosa para el grupo.
3. Etapa de la participación. El grupo es ya una entidad y comienza a caminar.
Empieza a haber un alto nivel de participación. También pueden aparecer el
conformismo y los primeros conflictos. El grupo ya ha aceptado al líder y sus
normas. A partir de ahora tienden al pacto y a la unanimidad.
4. Etapa de la toma de decisiones. El grupo está estructurado y se organiza para
tomar decisiones. Aparece el sentido de la identidad grupal, ya se siente con vida
propia, con fines alcanzables por todos los miembros. Los problemas y conflictos
pueden seguir apareciendo, pero el grupo ya es más maduro y enfrenta las
dificultades. Ahora el grupo tiene que tomar acuerdos y decisiones para conseguir
los objetivos que se propuso y con los que está comprometido. Tomar decisiones
no es fácil (para nadie) ya que se es consciente de las consecuencias que estas
tendrán aunque se hayan consensuado por mayoría.
5. Etapa del grupo eficaz. El grupo se organiza, controla su funcionamiento y evalúa
su progreso. El grupo ya es maduro, así que puede juzgar si se han conseguido los
objetivos propuestos. Se reunirá para evaluar los objetivos al animador, el trabajo
personal y el trabajo realizado en conjunto.
Formación sin barreras Pág. 14/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
B) Técnicas y dinámicas de grupo
Las técnicas grupales son medios y procedimientos que vamos a utilizar en los grupos
y que nos van a servir para conseguir productividad y bienestar en él. Facilitan la comunicación
y participación de los miembros, pero nunca debemos entenderlas como fines en sí mismas, ya
que, como hemos dicho, son medios para conseguir objetivos marcados.
El animador deberá conocerlas bien para saber utilizarlas correctamente; una técnica
mal usada puede ser improductiva e incluso desastrosa.
Las dinámicas de grupos son los procesos que se generan en el interior del grupo
como consecuencia de su existencia. “Las dinámicas de grupos, a través de sus técnicas,
tratan de conseguir que los individuos se desarrollen, crezcan, maduren, establezcan nuevas
formas de relaciones, estimulen y organicen el aprendizaje y ejerzan la función de guía”
(Andueza, 1986).
Cuando vayamos a decidir qué técnica queremos usar, tendremos en cuenta que
debemos adaptarlas a: los objetivos marcados, la madurez del grupo, el tamaño de este, el
ambiente y tiempo, las características de los miembros y la capacitación del animador. Esto
requiere que el animador se esfuerce por adecuar las posibilidades a las técnicas en función de
sus aplicaciones concretas.
1. Objetivos marcados. Nos ayudará a elegir la que mejor se adapte a las
posibilidades, características y limitaciones de cada reunión. Las hay que nos
ayudan a intercambiar ideas, otras que potencian el desarrollo y la participación del
grupo y otras que intentan ayudar a eliminar conflictos. Con ellas conseguiremos
objetivos inmediatos a necesidades del grupo.
2. Madurez del grupo. Nos ayudará si buscamos las que se adapten a los momentos
del proceso interno del grupo. Exigen condiciones de madurez, cohesión,
comunicación y diálogo (por ejemplo, si el grupo no es maduro, utilizaremos
técnicas que requieran menor implicación personal).
3. Tamaño. Según el número de miembros, sabremos cuáles son más adecuadas. A
veces queremos aplicar una técnica que requiere pocos participantes, y nosotros
tenemos el doble o el triple; solo tendremos que dividir en subgrupos y al final de la
técnica, realizar una puesta en común.
Formación sin barreras Pág. 15/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
4. El ambiente y el tiempo. Tanto el espacio físico como el tiempo del que
disponemos, son esenciales a la hora de elegir técnicas. Las técnicas son
diferentes y siempre hemos de adaptarlas a ellos según nuestras posibilidades.
5. Características de los miembros. Edad, sexo, niveles culturales, tipos de
intereses, expectativas, etc., nos ayudarán a elegir. Debemos evitar situaciones
violentas para los miembros; forzar significaría dañar la comunicación.
6. Capacitación del animador. Si no se conoce bien una técnica, es mejor no
aplicarla ya que los efectos pueden ser más negativos que positivos. Será
recomendable usar técnicas sencillas pero bien conocidas, mejor que otras más
complejas pero menos conocidas.
El animador tendrá que exponer qué se pretende con ella, explicar el desarrollo de la
actividad lo más claramente posible (cuantas menos dudas suscite mejor será su desarrollo).
Las técnicas de grupo deben fomentar actitudes de cooperación, participación, conocimiento,
confianza, responsabilidad y autonomía; es nuestra labor como animador conseguirlas.
Los tipos de técnicas que nos vamos a encontrar en los libros corresponden a esta
clasificación. No hay que olvidar que un animador ha de ser creativo, por lo que cuando
llevemos algún tiempo utilizando técnicas ayudados por los libros, empezaremos a crear
variantes, a idear nuevas según las necesidades que tenga el grupo en cada momento. No es
tan difícil.
A continuación, veamos algunos ejemplos de la aplicación de las técnicas.
1. Técnicas de presentación:
Presentarse a los demás es señal de buena educación. Cuando nos encontramos en
ambientes nuevos o un grupo de personas se reúne por primera vez. Conocer a las personas
por su nombre es ganar posiblemente su interés y su participación. El primer esfuerzo del
grupo debe ser/estar dirigido a que todos los miembros se conozcan, al menos en los
elementos más superficiales como son el nombre y los apellidos. Nadie queda más satisfecho
que aquella persona que rápidamente es nominada por su nombre de pila en las primeras
sesiones del trabajo grupal.
A continuación, exponemos una serie de técnicas de presentación que creemos
necesarias y que se pueden usar y poner en práctica en las sesiones iniciales, cuando las
personas que constituyen el grupo se desconocen y el ambiente es aún un poco tirante y frío.
Es obligado romper todas las ataduras sociales/personales que reducen los niveles de
comunicación humana y de apertura hacia los demás.
Formación sin barreras Pág. 16/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Ejemplos de técnica de presentación:
Formación sin barreras Pág. 17/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
2. Técnicas de afirmación grupal:
Todos hemos sido educados y formados en las percepciones negativas de los demás.
La cultura impuesta ha sido una cultura del menosprecio, de los defectos.
Las técnicas de afirmación personal dentro del grupo o del grupo como entidad viva,
pretenden el desbloqueo de las situaciones negativas anteriores y la profundización en los
aspectos comunicativos que faciliten la identidad grupal y su desarrollo armónico. Cada
miembro del grupo debe poseer un autoconcepto positivo de sí mismo y del grupo.
Es necesario que el grupo sea crítico con sus actuaciones, analice con frialdad sus
aportaciones y sepa enjuiciar todas las dificultades que se le presenten con un sentido
enriquecedor y del aprendizaje continuo.
Proponemos una serie de técnicas, que pretenden favorecer la autoestima y crear un
clima de confianza y de apoyo mutuo donde todos sus miembros se puedan expresar con
plena y total libertad. Al mismo tiempo, sirven para conocer con detenimiento a los miembros
del grupo y al grupo mismo.
3. Técnicas de confianza grupal:
La confianza dentro de la dinámica grupal es una condición indispensable para el
fomento de actitudes de ayuda, de colaboración mutua y de creación de ambientes solidarios.
Es obligado que la persona confíe en sí misma, en sus capacidades y sus posibilidades, así
como en sus valores de apertura hacia los otros. Debe mostrar una confianza en el grupo, que
le ayude a profundizar en el conocimiento recíproco. Trabajar en un clima grupal de confianza
supone que uno actúe espontáneamente, que se abra a los demás en sus acciones y que los
compañeros potencien sus capacidades de autorrevelación.
Ponerse en manos del grupo para conseguir una comunicación más fluida, para que la
conducta individual tenga sentido y profundidad relacional, es uno de los objetivos básicos de
las técnicas de confianza grupal. Únicamente se actúa con una libertad confiada, donde las
tareas resultan gratificantes y se viva un ambiente de solidaridad y apoyo mutuo.
Formación sin barreras Pág. 18/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Las técnicas de confianza grupal suponen un conocimiento previo, o que el grupo esté
formado por personas que tengan los mismos intereses o que luchen ante los mismos
problemas.
4. Técnicas de comunicación/cooperación
Comunicarse entre los miembros del grupo supone un intercambio de comunicación
verbal y no verbal. La cooperación hace referencia a un trabajo conjunto de varias personas
con un objetivo común.
La relación comunicativa se impone en el grupo, pero una comunicación que nos lleve
al diálogo entre todos los miembros, percibidos como iguales. Entendemos la comunicación
como un intercambio de signos/símbolos entre las personas que componen un grupo humano.
Las técnicas usadas en la comunicación no verbal son importantes por cuanto que posibilitan la
Formación sin barreras Pág. 19/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
exteriorización de expresiones tales como las emociones, las actitudes y los conflictos
conscientes o inconscientes que surgen con frecuencia en la dinámica grupal.
Reflejamos en la elección de técnicas de comunicación/cooperación las variables de
ayuda, respeto mutuo, creación de la comunidad grupal, pertenencia, diversión, unión, en
contra de otras estrategias potenciadas como exigencias normales en las relaciones humanas
como son la selección, la discriminación, la competición, la exclusión u otras habilidades
negativas. En las técnicas cooperativas todos ganan, siempre que los miembros del grupo
estén concienciados de que deben competir con las tareas asignadas o con las dificultades que
se encuentren en su desarrollo como personas/grupo.
Muchos conflictos y problemas que surgen en el grupo se deben a la falta de
comunicación. Escuchar supone comprender a los demás y estar abierto a sus necesidades. El
desarrollo de las formas de comunicación no verbal es otra experiencia decisiva para potenciar
las relaciones interpersonales y el fortalecimiento del grupo. El grupo descubre las ventajas e
inconvenientes de los resultados, así como la capacidad de compartir.
Formación sin barreras Pág. 20/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
5. Técnicas de evaluación grupal:
Es necesario proponernos una evaluación del grupo, de su integración, de la
participación de los miembros, de las actitudes y del interés mostrado en todas las actividades
realizadas. Evaluar no es controlar los resultados del grupo. Ello sería negativo para el clima
grupal. El grupo como entidad, compuesto por personas, necesita saber cómo es su
funcionamiento, cómo son las interacciones y qué nivel de logro de los objetivos se ha
conseguido.
La evaluación es un resorte para ir progresando, para detectar las deficiencias y
potenciar las mejoras conseguidas. La evaluación es un mecanismo de renovación de los
grupos. La capacidad de los grupos para revisar su funcionamiento, los procesos de
participación, los resultados, los ritmos, las disposiciones afectivas, etc., es lo que les permite ir
avanzando. La evaluación nunca es un fin en sí misma, sino un medio para lograr la mejora en
el grupo, tanto a nivel productivo como personal.
Proponemos una serie de técnicas, generalmente, estas nos facilitan la información
para realizar una excelente evaluación, pero como tales no son la evaluación grupal, ya que
esta es tarea de todos sus miembros.
Formación sin barreras Pág. 21/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
IV. La planificación
La animación sociocultural, y en concreto la animación infantil, siempre ha de ser una
actividad programada, inserta dentro de una planificación de mayor o menor envergadura. El
animador siempre ha de tener este aspecto en cuenta, ya que para hacer bien su trabajo ha de
planificar teniendo en cuenta siempre los objetivos que desea alcanzar. En la exposición de
este apartado, nos basaremos fundamentalmente en las indicaciones de Muñoz Corvalán en su
artículo “Proceso de planificación para la elaboración de programas”, en Contribuciones a las
Ciencias Sociales, julio 2012 (disponible en: http://www.eumed.net/rev/cccss/21/jlmc2.html).
Según la Real Academia Española, planificar es hacer un plan o proyecto de acción. La
planificación tiene mucho que ver con prever (ver con anticipación) y con prevenir (anticiparse a
un inconveniente, dificultad u objeción).
Son muchas las definiciones que se recogen de diversos autores, pero coinciden en
estos puntos fundamentales que hemos indicado. Así recogemos:
• Según Kaufman: “La planificación se ocupa solamente de determinar qué debe
hacerse, a fin de que posteriormente puedan tomarse decisiones prácticas para su
implantación. Es un proceso para determinar a dónde ir y establecer los requisitos para
llegar a ese punto de la manera más eficaz y eficiente posible”.
• Una definición precisa de planificación sería la de Ander-Egg: “La planificación consiste
en introducir organización y racionalidad en la acción”.
• Marco Marchioni se expresa en estos términos: “La planificación es al mismo tiempo
una finalidad de la acción social, una necesidad implícita en ella, un método y un
instrumento de trabajo”.
La planificación, en todo caso, consiste en buscar, anticipar, prever, predecir e intentar
vislumbrar qué va a desarrollarse y aplicarse en el futuro.
La planificación es el sistema que ponemos en marcha una vez conocidos nuestros
destinatarios, condiciones ambientales, tiempo del que disponemos y necesidades de los
niños, para conseguir que se cumplan los objetivos y las decisiones que tomamos en un
principio para animar un determinado grupo. Es una reflexión previa en la que fijamos unas
metas y que posteriormente nos demuestran si son o no eficaces.
Para que la planificación sea eficaz, debemos tener en cuenta unas bases previas:
La sociedad. Porque es el medio en que nos encontramos inmersos. Al
proponernos una planificación debemos analizar las exigencias sociales del
momento.
Formación sin barreras Pág. 22/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
La cultura. A la hora de planificar, es muy importante tener en cuenta las
posibles diferencias culturales de los individuos a los que vamos a animar
(atención a la diversidad cultural, cosa que hoy en día con la amplia
multiculturalidad que existe nos vamos a encontrar con toda seguridad).
Las teorías del aprendizaje. Para planificar un proceso es imprescindible
conocer en qué momento madurativo se encuentra cada niño, qué está en
disposición de aprender, cómo debemos tratarle, etc. (estas teorías las
veremos en la próxima unidad).
Todo proceso programador/planificador consta de una serie de elementos, que vamos
a desarrollar más detenidamente.
A) Niveles de concreción y fases
La mayoría de las acciones de animación sociocultural se definen en tres niveles, de lo
más concreto a lo más general: proyecto, programa y plan.
Un proyecto se refiere a un conjunto de actividades que constituyen la unidad más
pequeña y concreta que forma parte de un programa y que se puede realizar con
independencia de otros proyectos. El proyecto fijará objetivos operativos y metas a corto plazo,
y se detallarán las actividades para obtener esos objetivos o metas.
Tal como nos señala Ander-Egg, la elaboración de un proyecto consiste esencialmente
en organizar un conjunto de actividades que implican el uso y la aplicación de recursos
humanos, financieros y técnicos, en una determinada área o sector, con el fin de lograr ciertas
metas u objetivos.
Un programa hace referencia a un conjunto de proyectos relacionados o coordinados
entre sí. Generalmente su duración es a medio plazo, se fijan objetivos y metas específicas y
se identifican los proyectos que lo componen.
Un plan se refiere al aspecto global de todas las actividades del proceso de desarrollo
dentro de un periodo determinado y puede ser a corto, medio y largo plazo. Se trata de un
conjunto organizado de fines, objetivos, metas, instrumentos, medios y recursos para lograr el
desarrollo de un área determinada (comunidad, provincia, región, país) o de un sector
(agrícola, industrial, sanitario...). Comporta programas y proyectos. Un plan tiene un carácter
general, fija objetivos y metas generales, e identifica los medios que se emplearán para su
Formación sin barreras Pág. 23/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
obtención, las áreas prioritarias, la utilización de recursos, la asignación de tareas, las
funciones y las responsabilidades.
En realidad, podríamos encuadrar esta diferenciación en tres niveles del proceso de
planificación:
• Planificación general: el nivel de concreción es bajo y, con respecto a la
temporalización, con vistas a medio y largo plazo. En esta planificación se recogen
todos los elementos: fines, objetivos, metas, medios, instrumentos, recursos,
evaluación, etc., y el conjunto de programas que deben llevarse a cabo para alcanzar
los fines que se buscaban y cumplir los objetivos.
• Planificación específica: hace referencia concreta al programa encaminado al logro
de una parte específica de los objetivos que se hallan enumerados en el plan. Aumenta
el nivel de concreción con referencia a una planificación general.
• Planificación concreta: se refiere a las actividades concretas y específicas que son
necesarias para llevar adelante un determinado proyecto. Esta planificación enumera el
conjunto de actividades que se van a realizar. Es el mayor nivel de concreción dentro
de la planificación.
Como ejemplo clarificador de estos tres niveles de planificación podemos mencionar,
en el Estado español, el Plan nacional sobre drogas, con un nivel de planificación general; el
Programa Ítaca de acciones de prevención de la drogodependencia en el ámbito escolar, con
un nivel de planificación específica, y finalmente el proyecto El secreto de la buena vida de
promoción de la prevención para alumnos de tercer ciclo de primaria, como ejemplo de
planificación concreta.
Formación sin barreras Pág. 24/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
B) Elaboración de programas
Según Ezequiel Ander-Egg, programar es la acción de prever el futuro deseable y
señalar los medios para alcanzarlos. Programar presupone dar respuesta a diez preguntas
básicas:
Los programas se pueden clasificar atendiendo a diversos modelos y tipos:
Según la dimensión temporal encontramos:
• Programas a corto plazo: son los que comprenden de seis meses a tres años.
• Programas a medio plazo: comprenden un periodo de tres a ocho años.
• Programas a largo plazo: abarca periodos de tiempo de diez, quince y hasta veinte
años. Las planificaciones a largo plazo se utilizan para definir líneas de política
social o bien de política educativa.
Si atendemos a una dimensión espacial de la planificación, podemos hacer alusión a:
• La planificación nacional: es la que se encarga de elaborar un programa que
abarque a toda la nación o Estado. Esta misión la suelen ocupar los planes.
• La planificación regional: es la que atiende a regiones que presentan
características y necesidades comunes.
• La planificación local: es una planificación en un ayuntamiento o de organización
de base.
Formación sin barreras Pág. 25/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Según el carácter de la intervención, estos pueden ser:
• Socioeducativos: intervención para el desarrollo de procesos de aprendizaje
(educación permanente, educación popular, para el ocio y el tiempo libre…).
• Socioculturales: para la promoción de la creación y difusión cultural de base, de la
participación en procesos culturales, “consumo de cultura”, etc.
• Socioasistenciales: promoción de la participación en sectores sociales
desfavorecidos, para la superación de las desigualdades y de las situaciones de
marginación, prevención de las desviaciones sociales, integración social, etc.
• Socioeconómicos: promoción de la participación grupal o comunitaria en
procesos de desarrollo socioeconómico, economía social, autoempleo, etc.
Los programas en función de los sectores de población a los que se dirigen pueden
agruparse según criterios evolutivos (infancia, juventud, adultez…), según discriminación
(mujeres), según limitaciones (discapacitados), lugar de origen (inmigrantes), etc.
Existen también programas en función del territorio o la institución concreta en la que
se ubican (comunidad autónoma, centros de día, asociaciones…).
Para el animador, es fundamental conocer y contemplar los elementos de un programa
en su planificación. Para explicar esto con detalle, podemos nos vamos a basar en los
elementos definidos por López-Cabanas y Chacón de un programa, ampliando con otras ideas
complementarias:
• Título: suficientemente claro como para dar a conocer el motivo principal del programa.
• Dependencia institucional: se señala la organización o institución responsable del
programa.
• Fundamentación: justifica la necesidad que lo origina. Aquí se debe hacer mención a:
◦ Realidad a la que va dirigido.
◦ Hipótesis de trabajo.
◦ Previsiones de la evolución de la futura intervención.
◦ Elección del camino preferente.
• Objetivos: la definición de objetivos es elemento fundamental del diseño de un
programa. Se refiere a los resultados que se pretenden alcanzar, no a las acciones
concretas (como ocurre en el proyecto), sino a estados y comportamientos esperados
en términos más globales, referidos al bienestar social, de los que saldrán los
intermedios y específicos.
Veamos en este punto qué es un objetivo y cómo se formula: un objetivo es aquel
comportamiento o meta que definimos para que el niño alcance durante la actividad o
proceso y que se debe poder evaluar. Podemos clasificarlos a su vez en:
Generales: la meta final que pretendemos del niño al finalizar el proceso
(por ejemplo, desarrollar habilidades manuales).
Específicos: como su propio nombre indica, son aquellos que van a dotar
de especificidad, es decir, que van a concretar los anteriores (por ejemplo,
aprender técnicas de reciclaje).
Operativos: nos dirán qué queremos que haya conseguido el niño y sea
capaz de hacer por sí solo al final de proceso (por ejemplo, durante el
proceso ha realizado actividades con papel usado para hacer reciclado de
papel, y ha obtenido varias muestras).
Los objetivos operativos son los que más concretan la finalidad que
pretendemos y cuanto más definidos estén, más nos ayudarán a evaluar al final si la
actividad estuvo bien propuesta, si existieron lagunas, qué debemos cambiar en la próxima
planificación, etc.
Formación sin barreras Pág. 26/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Para ayudarnos a enunciar bien los objetivos y a que cumplan eficazmente su función,
debemos cumplir unas características:
Debemos enunciarlos con verbos que expresen conductas que podamos observar,
es decir, que sean comprobables.
Tienen que precisar en qué situación concreta se va a adquirir la nueva conducta.
Durante el proceso, antes de un campamento, granja escuela…
Deben indicar el nivel de calidad de la ejecución, que establezca el margen de error.
Han de ser unívocos, suficientemente claros para que no haya otra interpretación
posible.
• Alcance temporal: los programas tienen una temporalidad más corta que los planes,
por lo que sus objetivos están referidos a periodos de entre seis meses y tres años.
• Descripción de las grandes fases: se refiere a las grandes categorías de actividades
que el programa tendrá que desarrollar a través de sus diferentes proyectos.
• Descripción de las características de los recursos organizativos, humanos y
materiales necesarios: se incluye el personal necesario, su perfil profesional,
equipamientos, etc. Será fundamental hacer una previsión de contenidos, actividades y
medios:
Los contenidos: son el vehículo para transmitir los conocimientos, las actitudes
y los valores que pretendemos. Nuestros contenidos serán buenos en la
medida que sirvan para los fines que pretenden. Para comprobar si un
contenido es bueno o no, podemos atender a estos criterios:
o Validez: si es adecuado y congruente con los objetivos.
o Significación: si transmite realidad.
o Adecuación: si están en consonancia con las necesidades e intereses
de los destinatarios.
o Interdisciplinariedad: si todos los contenidos convergen en algún punto
en común.
Las actividades: al planificar, elegiremos aquellas actividades que se adecúan
mejor a la consecución de los objetivos marcados. Para comprobar que una
actividad está bien diseñada y su eficacia, utilizaremos los mismos criterios que
con los contenidos. A su vez, para que una actividad sea válida, ha de estar
adaptada:
o A los objetivos generales, específicos y operativos.
o Al nivel de madurez de los destinatarios.
o Al ambiente social y a la cultura del lugar y de cada uno.
No debemos olvidar que si una actividad está bien planteada, no solo
aspiramos a conseguir los objetivos básicos que nos hemos marcado, sino que
además daremos la oportunidad al más creativo, más rápido y conseguir
avanzar más. (En caso contrario, podemos provocar el aburrimiento; tanto si el
nivel de la actividad se nos queda por encima o por debajo de las posibilidades
de cada niño).
Los medios: son cualquiera de los recursos que utilizaremos en las actividades
que nos van a servir de ayuda para conseguir los objetivos. Al hacer la
planificación, deberemos preverlos para que nos dé tiempo suficiente a
conseguirlos. Para su selección tendremos en cuenta:
o Su coste o precio.
o La disponibilidad.
o Su fácil uso.
o La eficacia, etc.
Formación sin barreras Pág. 27/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
En definitiva, lo más efectivo será adecuarlos a los objetivos y a las
características concretas de cada actividad. (De los recursos nos ocuparemos
muy detenidamente en la unidad 3).
• Presupuesto general estimado: en el presupuesto se distinguen los capítulos de
equipamiento, material fungible y gastos generales y de mantenimiento.
• Evaluación: de estrategias, técnicas, métodos, adecuación de objetivos, así como de
instrumentos de recogida de información. En la elaboración de programas se debe
contemplar una evaluación general y otra más específica, por proyectos.
C) El proyecto como eje de la intervención: fases
Como ya hemos señalado, la guía práctica para la intervención con los niños del
animador será el proyecto. Una vez que ya conocemos las ideas que consideradas en la
explicación de la elaboración de programas, ahora nos corresponde aplicar las siguientes
fases:
1. Fase de diagnóstico
Supone un primer estudio o análisis para situar los problemas o necesidades. También
incluye la determinación de los recursos disponibles. El diagnóstico sirve de base para la
realización de un proyecto o programa.
Formación sin barreras Pág. 28/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
El diagnóstico aborda varios aspectos:
• Formulación de los problemas y ubicación en un contexto global.
• Análisis de las variables que intervienen en el problema y las relaciones entre ellas.
• Un pronóstico del desarrollo futuro del o de los problemas.
Todo diagnóstico debe comenzar con una investigación preliminar con objeto de
acercarse a la problemática de la comunidad, captando sus necesidades o problemas más
significativos y urgentes.
2. Fase de planificación social
Supone especificar qué se quiere hacer, cómo, dónde, cuándo y con qué medios, qué
personas, grupos o instituciones lo van a hacer, dirigir, coordinar y supervisar.
La planificación significa tomar una serie de decisiones sistemáticas para alcanzar de la
forma más eficaz posible un conjunto de objetivos durante un periodo de tiempo determinado.
E. Ander-Egg establece una serie de pautas o criterios para la planificación:
a) Definir y enunciar claramente los objetivos y las metas: consiste en determinar qué
se quiere hacer. Es importante que los objetivos estén definidos operacionalmente en términos
de comportamientos observables.
b) Proponer objetivos y metas realistas: cualquier proyecto que no tenga un
conocimiento adecuado de las metas y que no se adapte a la realidad social y cultural de la
comunidad, en modo alguno resultará significativo y, por consiguiente, no obtendrá el éxito
deseado.
c) Establecer una jerarquización de los objetivos: la jerarquía de las necesidades.
Cuanto más responda una actividad a una necesidad sentida por la comunidad, más merece
figurar en el plan.
d) Determinar los recursos disponibles: implica conocer de antemano los recursos con
los que se cuenta; ya sean de tipo humano, financiero, material o técnico.
e) Prever los instrumentos y los medios adecuados a los fines: se consideran
prioritarios aquellos instrumentos y medios que promuevan o faciliten la participación de los
individuos o de los grupos.
f) Establecer el tiempo y ritmo del programa: es importante precisar el tiempo necesario
para realizar cada actividad, así como el tiempo total de ejecución de cada proyecto contenido
en el programa.
g) Elaboración: se deben incluir los siguientes aspectos:
• La denominación del proyecto: título del proyecto, organismo o institución
patrocinadora, ubicación y radio de influencia.
• La naturaleza del proyecto: incluye su fundamentación y localización física.
• La determinación de las actividades y tareas para alcanzar los objetivos
propuestos.
• La especificación de las técnicas que se van a utilizar, considerando prioritarias
aquellas que estimulen la participación de la comunidad.
• El cálculo de costes de ejecución.
• La determinación de los recursos necesarios: humanos, técnicos, materiales y
financieros.
• La asignación de recursos por actividad: consiste en especificar las
disponibilidades financieras necesarias para cada una de las actividades.
• El establecimiento de un calendario de actividades (incluye la temporalización del
proyecto).
3. Fase de ejecución e intervención
Consiste en realizar o ejecutar lo que anteriormente se había planificado de acuerdo
con los resultados obtenidos en la investigación.
Formación sin barreras Pág. 29/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Al poner en marcha un proyecto es importante conseguir una buena coordinación entre
todos los organismos que van a incidir en el mismo. Es necesario coordinar actividades,
servicios e individuos con el fin de alcanzar los objetivos propuestos.
La mejor manera de coordinar es a través de reuniones con los interesados a través del
trabajo en equipo, donde se intercambia información y se proponen soluciones a problemas
concretos.
Por otro lado, consideramos importante la preparación de la comunidad para que
participe en el programa. Ello supone tener en cuenta una serie de variables: las aspiraciones y
necesidades comunitarias, el grado de actividad o pasividad de los individuos, la existencia de
organizaciones de base, etc.
4. Fase de evaluación y control
Se trata de una comparación entre lo realizado y los objetivos que se pretendían
conseguir en un principio.
Por otro lado, la evaluación debe ser una acción procesual (proceso permanente de
control operacional) y comprehensiva (abarca todo el proceso desarrollado).
Esta fase es la propiamente evaluadora, pero desde el momento del diagnóstico se
realizará dicha evaluación procesual, aplicada a cada una de las fases que hemos visto:
1. Fase de diagnóstico: evaluación de necesidades
Antes de poner en marcha cualquier proyecto de animación, hacemos un estudio de la
realidad social, del entorno y de las necesidades que se generan en ella o en un grupo de ella.
Conociendo las necesidades, nos es más fácil formular fines y objetivos. Por ejemplo, una
ludoteca nace porque se ha elaborado una evaluación de las necesidades de juego y ocio para
los niños de un determinado barrio. Una vez detectadas, se elabora un proyecto de actuación.
2. Fase de planificación social: evaluación de las posibilidades de aplicación
Conocidas las necesidades y planteados los objetivos para resolverlas, diseñamos un
proyecto de intervención. Hemos de evaluar tanto el diseño realizado del plan como si es
aplicable o no, y si los objetivos y su adaptación a la realidad se corresponden con los medios
humanos, económicos y materiales de que dispondríamos. Lo que hacemos es ver
objetivamente si es posible llevar a cabo nuestro proyecto con los medios necesarios. Si
seguimos con el ejemplo de la ludoteca, sería el momento de analizar si nuestra planificación
ha seguido todos los pasos necesarios y los costes que genera, el apoyo económico con el que
contamos, la financiación por parte de alguna entidad, los fondos privados, el personal, los
espacios, los recursos materiales, etc. Si todo es posible, podemos ponerlo a funcionar.
3. Ejecución e intervención: evaluación del funcionamiento
Como decíamos en el punto anterior, se trata de elegir ciertos momentos durante la
ejecución del programa para comprobar si existen desviaciones en lo que nos propusimos
(tiempos, técnicas, dinero, respuestas…) y así poder reconducir, retroalimentar nuestra
actuación. Es difícil pero muy importante, ya que es la única forma de subsanar errores antes
de que sea demasiado tarde para reformular. Siguiendo con nuestro ejemplo, puede que
durante el primer trimestre en nuestra ludoteca hayamos iniciado un taller que no interese
mucho a los chicos; al evaluar el trimestre, debemos decidir si sería positivo y posible eliminarlo
y cambiarlo por otro o, por el contrario, arriesgarnos a mantenerlo por otras razones.
4. Evaluación y control: evaluación de los resultados
Por último, vamos a comprobar los efectos que ha producido nuestra intervención. Se
trata de contrastar los objetivos que nos planteamos con los resultados que hemos conseguido.
También evaluaremos aquellos logros que sin haberlos buscado a conciencia, hemos obtenido.
Formación sin barreras Pág. 30/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
Cuando respondamos a todas las preguntas que debemos hacernos para comprobar estos
resultados (todas aquellas que confirmen un resultado, como por ejemplo, ¿en qué grado
hemos conseguido los objetivos propuestos?, ¿cómo hemos gestionado los recursos
existentes?, ¿en qué medida hemos buscado y conseguido más recursos?, ¿han resultado
estos suficientes para la consecución de objetivos?, etc.), comprobaremos si nuestro proyecto
ha sido eficaz, si han existido problemas que hayan producido efectos negativos, y, sobre todo,
si podremos volver a utilizarlo en un futuro ante una situación de necesidad parecida.
Toda intervención social debe ser evaluada antes, durante y después de la actuación,
no solo por los trabajadores que la han llevado a cabo, sino también por la comunidad y los
responsables últimos de la intervención.
En la intervención directa del animador, será muy importante que cumpla respecto a los
destinatarios de sus actividades con tres funciones de la evaluación:
- Formativa: lo importante no es dar una calificación al resultado del niño en
determinada actividad, sino darle a conocer qué ha hecho bien y qué podría mejorar.
- Motivadora: en nuestra evaluación debemos mostrar los obstáculos hallados y la
manera de salvarlos, motivando a la persona a hacerlo bien en la siguiente oportunidad.
- Feedback (o retroalimentación): es la función más obvia, suministra información a la
persona de los resultados que va consiguiendo; asimismo, la evaluación da información al
animador para reformular objetivos y actividades o plantear otros nuevos.
En la unidad cuatro se trabaja de una forma más práctica la evaluación, en ella incluso
podremos encontrar cuestionarios que se pueden adaptar para evaluar nuestras actividades
futuras.
Terminamos recordando las fases fundamentales de un proyecto de animación.
Formación sin barreras Pág. 31/32
ANIMACIÓN INFANTIL PARA EDUCADORES Y PADRES Unidad Didáctica n.º 1
En las siguientes unidades, nos centraremos más en conocer aspectos de desarrollo
de los niños de distintas edades, la importancia del juego como recurso en la animación y la
ejecución de diversas actividades en función de las características de nuestra intervención.
Volveremos a contemplar como aspecto fundamental la planificación en la unidad cuarta del
curso, donde se plasma la ejecución práctica de un proyecto.
En la sección “Utilidades” encontraréis bibliografía disponible para el curso
Animación infantil para educadores y padres.
Formación sin barreras Pág. 32/32