Eran las 7 de la mañana cuando sonó el teléfono de la estación, mi compañero Diego atendió la
llamada. Era muy extraño que llamaran a esta hora. Potra es un pueblo pequeño, bastante
tranquilo, no suele suceder nada importante, algunas veces el gato de la señora Ana se pierde o en
algunas ocasiones el señor Pedro se queja por las escandalosas fiestas que hace Jack, el rico del
pueblo, pero ¿qué puedo decir?, Pedro ya es viejo y cansón.
Veía a Diego mientras colgaba el teléfono, con su cara preocupada dijo:
- ¡Tenemos que ir rápido, han encontrado un cuerpo en el lago!
Salimos inmediatamente, durante el recorrido nos preguntábamos de qué se podría tratar,
esperaba que se tratara de algún accidente, de pronto alguien que no sabía nadar se ahogó.
El cuerpo era el de una mujer joven, como de 20 años, flaca, blanca, y de cabello, debió ser muy
bonita, pero no se podía apreciar muy bien su aspecto físico, el cuerpo estaba descomponiéndose.
Mientras que se llevaban el cuerpo para ser analizado, buscamos pistas que nos pudieran ayudar a
entender lo que había pasado. No encontramos mucho, solo unas colillas de cigarrillos, podrían ser
de cualquier persona, pero algo me decía que esto podría ser importante.
Después de analizar el cuerpo el médico forense dijo que se trataba de un asesinato, había restos
de piel debajo de sus uñas, trató de pelear con el asesino, pero finalmente la chica había sido
ahorcada.
No sabíamos muy bien por donde comenzar así que fuimos a la cafetería de Julia, en pueblo
pequeño los rumores corren muy rápido, y la cafetería de Julia es el mejor lugar para obtener otra
pista.
- Me enteré de lo del lago, María lo comentó está mañana, – dijo Julia un poco asustada-
dicen que se trata de una viajera que llegó ayer al pueblo, estuvo por el parque principal
en la mañana, por la tarde dejó sus maletas en la posada de don Luis, Salió de allí y no se
supo más de ella.
Al llegar a la posada le enseñamos la foto a don Luis.
- Sí, la muchacha alquiló una habitación y dijo que iría a encontrarse con un amigo, que al
regreso me pagaba el alquiler. Pero aun no ha vuelto, ya veo porqué…- dijo don Luis muy
sorprendido mientras encendía un cigarrillo – vi que subió por la calle 10, puede que la
haya visto Doña Ana, siempre está sentada en su mecedora.
Caminamos algunas cuadras hasta la casa de doña Ana, Veía a Diego un poco inquieto, llevaba
poco tiempo trabajando conmigo, hace no mucho había llegado al pueblo, pero ya estaba muy
bien instalado, se había ganado la lotería, pues en tres meses ya estaba comprometido con
Claudia, la hija mayor de Jack. muy probablemente este era su primer caso de asesinato, también
era el mío, en todos mis años como jefe de policía nunca había visto algo así
- La chica es muy bonita, si, muy bonita, y tan joven – decía doña Ana, algunos en el pueblo
dicen que está loca.
- Se encontró con un joven alto, y se dirigieron al lago, pero no recuerdo quién era – dijo.
Regresamos al lago, quizás pasamos algo por alto, en el camino Diego encendió un cigarro, a veces
fuma, en especial cuando el día ha sido muy largo.
Un botón verde estaba tirado en el suelo cerca del muelle, no revisamos el muelle en la mañana
porque el cuerpo fue encontrado al otro lado, pero, en ese momento entendí todo.
Al regresar a la estación le pregunté a Diego:
- ¿Por qué lo hiciste?
- ¿Hacer qué? – me preguntó serio.
- Levanta las mangas de tu camisa – dije.
Así lo hizo, a pesar de eso, su cara de asombro me pareció creíble pero ya la verdad era evidente.
- Cuando peleabas con Sara perdiste este botón – dije mientras le enseñaba el botón que
hacía falta en su camisa – para no dejar evidencia arrastraste el cuerpo hasta el otro lado
del lago, cubriste las huellas y finalmente fumaste un cigarro. Pero, no entiendo ¿Por qué
lo hiciste?
- Sara era mi novia en el otro pueblo – empezó – al venir a Potra prometí que pronto podría
venir a vivir conmigo, pero vi que Claudia era la oportunidad perfecta para ser rico, así que
me comprometí con ella. Sara llegó inesperadamente, ella se enteró de mi relación con
Claudia, iba a arruinarlo todo así que decidí que lo mejor era que callara para siempre.
Por supuesto que fue arrestado de inmediato, un juez se encargaría de juzgarlo. Nunca me
imaginé que mi compañero podría llegar a hacer algo tan terrible. Pero, ya saben lo que dicen,
en un pueblo pequeño todo se sabe.
