LA INEXISTENCIA DI NOMBR DEL PADRI.
/95
completamente singular y sorprendente, que solo sanciona la intuición
de Freud. Yo intento dar otro cuerpo a esta intuición en mi nudo bo,
evocar el monte Neubo, donde, como se
aue está bien pensado para
dioe. se otorgó la Ley-que no tiene absolutamente nada que ver con
las leves del mundo real, leyes que siguen siendo un interrogante
eter-
namente planteadoLa Ley de la que se trata en este caso es simple-
mente la ley del amor, es decir, la père-version." (Lacan 1975-76: 148).
La función que tenía el Nombre del Padre en la lógica del sig-
nificante, fhunción de un significante que ordena el conjunto de los
significantes en un orden simbólico se traduce en la topología del
nudo borromeo a la función fundamental de un primer redondel
consistencia todos los demás*4.
que comunica
su a
II.C.1. La admisión simbólica
del Nombre del Padre y la incorporación
Como quedó planteado anteriormente, la identificación primaria
encuentra íntima-
freudiana, concebida como una incorporación, se
mente ligada con el concepto
de admisión simbólica del significante
admisión simbólica la
del Nombre del Padre. Lacan traduce como
forclusión-que
Bejahung freudiana, oponiéndola a la Verwerfung o freudiano,
estudiaremos más adelante. Siguiendo el planteo
ligará
previo al
el juicio de atribución, que en tanto
dicha operación con
del pla-
de existencia se encuentra dominado por principio
el
juicio
rechazando lo displacentero como
cer, incorporando lo placentero y
al La admisión simbólica del Nombre del Padre constitui-
ajeno yo5.
ria así una simbolización primitiva:
haber,
34. "Cuando yo digo el Nombre del Padre, eso quiere decir que puede
redondeles. Eso es el
número indefinido de
Omo en el nudo borromeo, un
anudados, todo
número indefinido, en tanto que están
punto viv: es que ese
comunica su consistencia
Cposa sobre uno, sobre uno en tanto que agujero, él
a todos los otros." (Lacan 1974-75: 15/4/75)
NOMBRE DEI
PADRE
LA INEXISTENCIA DEL
96
que puede o Doo llevarse
"A nivel de esa Bejahung. pura, primitiva,
dicotomia: aquello que hau.
cabo, se establece una primera aya
a
sometido a la Bejahung, a la
simbolización primitiva, sufrirád estado
sufrirá otro""
destinos; lo afectacdo por la Veruerung primitiva
1955-56: 119)
(Lacan
Esa simbolización primitiva dará lugar a una primera co
coni.
ción del orden simbólico, de la cadena signifhcante orientada onstitu-
el significante del Nombre del Padre como carretera principial, a
po
como una dimensión preedípica del superyó:
. t a l reacción de incorporación proporciona su model
,
molde, su Verbila, a esa especie de incorporación, la incorporaci
de determinadas palabras entre otras, que está en el origen de
formación precoz llamada el superyó." (Lacan 1956-57: 177-178
Siguiendo a Freud, Lacan subrayará también la íntima relación
entre esta operación y la lógica "típicamente", "exquisitamente" mae
culina. Por esta vía se preparará el terreno de lo que a parir del
Seminario 18 Lacan formalizará como lógicas de la sexuación, incl
yendo así en su formalización del Edipo freudiano la disimetría de
los sexos en relación con el mismo.
Finalmente, esta operación primordial de incorporación conlle
vará la constitución del cuerpo simbólico", en la que Lacan se de
tendrá en Radiofonia haciendo referencia a los incorporales estoicos
quienes, al identificar el ser con el cuerpo, se encontraron forzadosa
admitir al tiempo y al espacio como incorporales:
36. "No subrayado por Freud, ese primer tiempo es, hablando propiament
lo que constituye una identihicación típicamente mascuina; él va más lejos, er
en
quisitamente masculina. Este aspecto primordial que le hará describir qu
dice
un segundo tiempo, lo que va a operarse es la rivalidad con el padre
él-concerniente al objeto primordial. Ese primer tiempo toma su valor po
articulado en su carácter prinmitivo y del nbién
una vez cual surge su relieve, tamulucido
dimensión míica, por ser articulado al mismo tiempo en lo que es así prou
como la primera forma de la identificación, a saber: la incorporación..
1961-62: 27/6/62)
LA INEXISTENCIA IDEL NOMBRE DEL
PADRE1 97
Vuelvo en primer lugar al cuerpo de lo simbólico (...) El primer
no haceal segundo, al incorporarse en él. De donde lo incor
ral que sigue marcando al primero, desde el tiempo posterior a
cucrpo
poral
ncorporación. Hagamos justicia a los estoicos por haber sabido
su
de este ttérmino,
ér el incorporal, firmar en qué lo simbólico sujeta al
cuerpo
(Lacan 1970: 431)
Allíla función paterna será matematizada.en términos de menos
cuestión que retomaremos más adelante, situándola como
uno
onorte de una operación que articula la intrusión con la extrusión:
li donde se opera la incorporación del Nombre del Padre como me-
nos uno que ordena la serie de significantes, se produce también una
extracción de goce, una negativización de la carne:
El lecho del Uno-en-Menos está hecho con la intrusión que
avanza desde la extrusión; es el significante mismo. No le sucede 2sí
a toda carne. Solo de aquellas que el signo marca al negativizarlas, se
elevan, desde este cuerpo del que se separan, las nubes, aguas supe-
riores, de su goce, cargadas de rayos que distribuyen cuerpo y carne".
(ibíd.: 432)
Es esta doble operación de incorporación y extracción posibilita-
da por el Nombre del Padre como menos uno la que dará lugar a la
dimensión moebiana del cuerpo que encontraremos en la estructura
encontrándose la misma en estructuras en las que el
neurótica, no
Cuerpo logra constituirse en relación con una simbolización primor-
dial referida al Otro materno, en ausencia del Nombre del Padre*
En la clase del 18/3/75 de su Seminario 22 Lacan articulará ex-
plicitamente la identificación primaria con el Nombre del Padre:
dentitíquense a lo real del Otro real: ustedes obtienen lo que he in
la
ucado con el Nombre del Padre; v es ahí que Freud designa lo que
18/3/75).
identificaciónttiene que ver con el amor" (Lacan 1974-75:
Un poco más adelante
on
en el mismo seminario
articulará el objeto a
como pere
de gozar con la función paterna (aquí definida
Versis de
versión, que
que retomaremos más adelante), definiendo en un juego
38. Cuestión« realidad en las
On
que desarrollé ampliamente en mi artículo "Yo, cuerpo y
neurosis ypsicos (Soria 2016e) y retomaré en esta tesis
psicosis" en
VIILB.
PADRE
98 LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE IDEL
palabras dicha función en relación con
itivo-cuya
dimensión del
funencion
el aperitivo-cuya fu.
consiste justamente en
abrir el apetito- eseo «
en el campo de la nece e
ser introducida
negativiza el hambre al
de la père-version, de la versión
dad"
".el plus-de-gozar proviene a-père
itiva del gozar" (ibíd.: 8/4/75).
I.c.2. La metdfora paterna
Siguiendo a Evans" podemos distinguir dos momentos en la con com
ceptualización lacaniana de la metáfora. El concepto tradicional á
metáfora implica la aplicación de una palabra o de una expresión
un objetooa un concepto al cual no denota literalmente, con elf
de sugerir una comparación, en este caso tácita, y facilitar su com.
prensión. Lacan, siguiendo la línea abierta por Jakobson, identihoa
la metáfora con el eje sustirutivo del lenguaje, proponiendo en 'L
instancia de la letra..." que la significación o la atribución del si
nificado al significante no aparece de manera espontánea, sino que
es un producto específico de una operación que cruza sobre la bara
que en el algoritmo de Saussure separa el significante del signiicada
Todo ello reflejó en la siguiente fórmulat:
S S()s
Donde, fS expresaría la función significante, esto
t o es, el
efect
la
ereo lad
significación. S sería el significante y s el significado. ror n
(+) correspondería a la barra horizontal
separadora del signin
signihcado en el algoritmo de Saussure cruzada y que, en o ue, en
este cas
a p e r i t i oe
39. He extraído consecuencias de dicha función del padre
el campo de los trastornos como
anorexia }
alimentarios en "Psicoanálisis de la a
bulimia" (Soria 2016d)
LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE/ 99
"la aparición de la signifhcación" y, por último, el
r e p r e s e n t a r í a
no cquivaldría a «ser congruente con». Ello se leería así: la función
sig-
nificante por la que se produce la sustitución de un significante
Spor otro (S) es congruentecon la aparición de la significación.
porotro
(S)
ereriormente
Pos
en 1958 (Lacan 1958), modificaría esta fórmula,
proponiendo
en su lugar2;
S. )
Donde S representaría los significantes, x la significación desco-
nocida y s el significado inducido por la metáfora que, en úlimo
caso, consistiría en la sustitución en la cadena de significación de
un significante S por otro S>. Este último aparece barrado (5) como
resultado exitoso del proceso mismo de metaforización. Es esta fór-
mula la que, siguiendo los desarrollos que está realizando en ese mo
mento en su seminario, traducirá en términos de metáfora paterna:
Nombre-del-Padre
Deseo de la Madre
Deseo de la Madre
Nombre-del-Padre (A
Falo
Significado al sujeto
E punto en común es la lógica de sustitución de un signihcante
por otro, con el resultado del advenimiento de una nueva signihca-
clon, que en el caso de la metátora paterna será la significación fálica,
que abrirá la posibilidad de la significación compartida en un lazo
discursivoa'partir del denominador común del patrón fålico.de la
DIen Lacan dedica dos clases del Seminario 3 al estudio me-
ätora y
dnetonimia, es recién en el
definirá al
que Seminario 5 padre
CO
como una su formaliza-
a metáfora". Esta definición es correlativa de
ción del Edipo freudiano en tres tiempos lógicos en los que se desple-
garía la diacronía de la operación metafórica de sustitución del deseo
100 LA INEXISTENCIA DEL NOMBREDEIL. PADRE
En un primer tiempo el nis.
de la madre por el Nombre del P'acdre.
así el trik
ubica en el lugar de falo de la madre, constituyéndose
Rho, que retomaremos en VIILR.
imaginario, base del esquema
Falo Madre
Hijo
En el primer tiempo y en la primera etapa, se trata, pues, de
esto-el sujeto se identifica en espejo con lo que es el objetodel
deseo de la madre. Es la etapa fålica primitiva, cuando la metáfon
sí, al la primacía del falo ya instaurada en
paterna actúa en estar
el mundo por la existencia del símbolo del discurso y de la ley.
(Lacan 1957-58: 198)
En el segundo tiempo, calificado por Lacan de nodal y negativo,
a
el padre interviene privando a la madre, y desalojando por ende
nino del lugar de falo de la misma. Así, el falo imaginario se neg
operándose en lo simbólico la función de la castración,
esta
tiviza,
bleciéndose por esa operación el padre como Otro de la ley en
tanio
la madre consiente en que la palabra del padre sea la que vehiculiet
dicha función:
E estrecho vínculo de esta remisión de la madre a una ley q
no es la suya sino la de Otro, junto con el hecho de que el objeto
ismo
Su deseo es soberanamente poseldo en la realidad por aquel m
que
Otro a cuya ley ella remite, da la clave de la relación del Edipo. Ag
relación
llo que constituye su carácter decisivo se ha de aislar como
no con el padre, sino con la palabra del padre. (ibíd.: 198-1 mbólic
Como resultado de esta operación se abre el triángulo sir
LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL
PADRE/ 101n
yo
N P
Hijo deseado = Ideal del yo
Finalmente, un tercer
tiempo en el que es decisivo el
papel que
juega cierta dimensión real del padre-que luego abordaremos más
en detalle- en la que el mismo debe demostrar que es efectivamente
poseedor del falo, interviniendo allí su potencia en el sentido genital
del término. Es este tiempo el que dará la clave de la salida del
Edipo,
distinguiéndose, tal como ocurre en la versión freudiana del mismo,
las vicisitudes masculinas y femeninas de dicha salida. Esta dimen-
sión real del padre se articulará posteriormente con las vertientes del
deseo y el goce del padre en la perspectiva del objeto a, abriéndose
anto la dimensión del padre-síntoma como aquella de la père-versión
antasmática. En el esquema Rho dará lugar al establecimiento de la
Danda de la realidad como una banda moebiana, manifestación to-
pológica del estatuto metafórico de la operación paterna:
102 LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE
El varón sale con los títulos en el bolsillo en tanto toma al pade
como su ideal-dimensión posedípica del ideal del yo". Lacan se
ñala que la salida femenina es más simple, no tomando el camino de
la identificación sino aquél de la elección de objetos, Esta operación
44. "Sin embargo, si lo que Freud articuló tiene sentido, el niño tiene en reserva
todos los títulos para usarlos en el futuro. El papel que desempeña aquí la metáfon
paterna es ciertamente el que podíamos esperar de una metáfora-conduce a h
institución de algo perteneciente a la categoría del significante, está ahí en reserva y
su significación se desarrollará más tarde. El niño tiene todos los tútulos para ser un
hombre, y lo que más tarde se le pueda discutir en el momento de la pubertad, s
deberá a algo que no haya cumplido del todo con la identificación
metafória con
imagen del padre, si ésta se ha constinuido a través de esos tres tiempos". (ibíd: 201
45. "Tengan en cuenta también que la salida del complejo de Edipo es, como
todo el mundo sabe, distinta para la mujer. Para ella, en efecto, esta tercer
etapa, como lo destaca Freud-lean su artículo sobre el declive del
Edipo
es mucho más
simple. Ella no ha de enfrentarse con esa identificación, ni ha
de conservar ese título de virilidad. Sabe dónde está eso y sabe dónde ha de"
a buscarlo, al padre, y se
dirige hacia quien lo tiene. Esto también les
ndica
inu
en qué sentido una feminidad, una verdadera hasta
feminidad, siempre tiene ne
cierto punto una dimensión de coartada. Las verdaderas mujeres, eso sic mpre
tiene algo de extravío. Es una desta
sugerencia que les hago únicamente para
car la dimensión concreta de este desarrollo". (íd.)
IA INEXISTENCIA DELNOMBRE DEL PADRE/ 103
netal
afórica funcionará como una mediación que volverá vivible la
relación imaginaria, teniendo consecuencias tanto en el plano del
estab
blecimiento del campo de la realidad, de la relación del sujeto
el superyó y, fundamentalmente, en la posibilidad de asunción
con
sexuadao,
de una posición
En "Cuestión preliminar,.. Lacan propondrá que le estabiliza-
ción conseguida por Schreber en el perlodo terminal de su delirio es
roducto de una operación metafórica que viene a funcionar como
una suplencia de la metáfora paterna, indicando que "Sin duda la
ción del inconsciente ha advertido muy pronto al sujeto de
adivinaciós
que, a falta de poder ser el falo que falta a la madre, le queda la so-
lución de ser la mujer que falta a los hombres" (Lacan 1958: 547).
Es en esta dirección que el trabajo del delirio en él consistirá en una
serie de retoques del significante producto del desastre creciente de
lo imaginario "hasta que se alcance el nive) en que significante y sig-
nifhcado se estabilizan en la metáfora delirante". (ibíd.: 559)
I.C.3. El no delpadre
Lacan juega con la homofonía entre nombre (nom) y no (non)
Nombre del Padre se trata de
para indicar que en la función propia al
Lacan definía el segundo
unanegación-recordemos al respecto que
efectivamente el Nom-
tiempo del Edipo, aquél en el cual interviene
bre del Padre vehiculizado por la palabra materna, como
nodal y ne-
sirviéndonos
aDo-cuyo estatuto interrogaremos esteapartado,
en
Lacan:
para ello de la clase del 19/3/74 del Seminario 21. Alli plantea
hemos querido degradar, sólo pu-
damor, que en la opinión algunos
de
renuncia a su objeto. Esto
postularse en ese más allá donde, para empezar,
instituirse
nbien nos permite cornprender que todo refugio donde pueda
interven-
de un sexo con
el otro, requiere la
felación vivible, temperada
en ello radica
la enseñanza del
ción de que es la metáfora paterna;
e
nmedium
Paicoanálisis". (Lacan 1964: 283-284)
104/ 1AINEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADR
"EI Nombre del Padre al que antes aludí irónicamente, e, cuando
dije que tendría relación con la antigiedad de la familia, zqué
ser? Qué es lo que el Edipo, el susodicho Edipo, nos ensefña sl puede
sobre
csto? Y bien, no pienso que esto pueda abordarse de frente. (...
siera mostrarles cómo se amoneda ese nombre, ese nombre s qui
al menos reprimido. Para llevar ese nor
pocos casos no vemos,
no basta que aquella en la que se encarna el Otro, (...)-no h
nombte
más que encarnarse, encarna la voz a saber, la madre, la mad.
habla, la mnadre por la cual la palabra se transmite, la madre, hay
adre
decirlo, es reducida a traducir ese nombre por un n0, justamente. el
que
no que dice el padre, lo que nos introduce en el fundamento de
negación. (...) No se siente acaso que hay una abertura de ese no
lógico al decir-no? Al decir-no proposicional, diría yo, para sopor.
tarlo. A saber, lo que hago funcionar, en mis esquemas, acerca de la
identificación sexual, o sea que todo hombre no puede confesarseen
su goce, es decir en su esencia, fálica para llamarla por su nombre
que todo hombre no llega sino, al fundarse sobre esta excepción, de
algo, el padre, en tanto que proposicionalmente él dice «no» a esa
esencia. El desfiladero del significante por el cual pasa al ejercicio ce
algo que es el amor, es muy precisamente ese Nombre del Padre que
sólo es no a nivel del decir, y que se amoneda por la voz de la madre
en el decir no de cierto número de prohibiciones; esto en el caso, en
el feliz caso, aquél donde la madre quiere, con su pequeña cabeza,
proferir algunos cabeceos". (Lacan 1973-74: 19/3/74)
En primer lugar, Lacan indica que en algunos casos no encontra
mos este nombre, o al menos no lo encontramos reprimido, haciendo
referencia entonces a que el nombre en tanto tal puede ser objeto de
una negación. Este es un punto que retomaremos más adelante. ya
que ésta es una clase en la que Lacan también se refiere a la declin&
ción del Nombre del Padre; sólo dejo seDalado que allí se deja
aeru
margen entre la forclusión y lo que propongo como inexistencia
un nombre que no vemos (inexistencia?), al menos no reprimie
.
(forclusión').
En segundo lugar, indicará que este nombre se amoneda, seacuna
a etec
haciendo referencia a la operación por la cual el metal deviene
LAINEXISN IA DELNOMBRFDPAME
10
tivamen moneda con un valor, que puede usarse, En esta
una
t e eu n
ate
ope-
ración, al como fue seDalado tempranamente por Lacan, es crucial
raención
tervenció de la palabra de la madre, que opera una traducción
la i
del nombre por un no, de modo que la negación estarla de algún
incluida
odo incluida en el nombre mismo, pero sólo serla operativa, sólo
cumpliría su funcióntal como el metal bruto al transformarse en
oneda-. ser traducido por la madre como un decir no en cierto
mero de orohibiciones. Es interesante que Lacan también hace re
ferencia en relación con esta operación al "ejercicio del amor". Como
fue estudiado anteriormente, Lacan sitúa una relación intrínseca en-
tre amor y Nombre del Padre. Lo que agrega en esta clase es que el
mismo sólo puede ejercerse por mediación de la palabra materna, lo
aue deja abierta la cuestión acerca del estatuto que adquieren tanto
la negación como el amor para un sujeto cuando no se da el feliz caso
en el que la madre consiente a proferir algunos cabeceos
En tercer lugar, se plantea esta operación de traducrión como
un pasaje del decir al dicho que se articula en un paso del noló-
gico al no proposicional. Así, el estatuto de la negación en el nivel
del Nombre del Padre en tanto tal se daría en el plano del decir,
tratándose allí de una negación puramente lógica, que recién se
efectivizaría en los dichos (o cabeceos) como una proposición en
el nivel de la palabra materna. El no lógico es abordado aquí en la
perspectiva introducida por el lado macho de las fórmulas de la se-
Xuación-que retomaremos detalladamente más adelante que
toma como referencia la función del padre en el mito de la horda,
como aquél quele dice no a la función fálica, vehiculizando así la
función de la castración. Es esta función de excepción paterna la
que funda el universal, el para todos, por el que los hijos se reco
ocen como hermanos, pasando a formar parte del conjunto de
los hombres.
materna, en tanto
AS, el no del padre, vehiculizado por la palabra
dimensión de la falta
1DICIÓn o inter-dicción, abre en el sujeto la
de la experiencia del amor.
Dolica, que se encuentra en el centro
Por eso Lacan indica en el Seminario 23 que finalmente la ley que
SO Lacan de
habilita la runción
1a función paterna es la ley del amor. Se trata entonces
06/ LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE
una negación que opera abriendo un espacio de afirmación
ón,
estatuto es dialéctico, en oposición al estatuto de la
encontramos en los casos en los que el Nombre del Padre
negación cuyo
que
no e
operando, que van desde el negativismo esquizofrénico hasta l .
negatividad de la melancolía.
pura
Conclusiones
El punto de partida de la función del Nombre del Padre es
la
ausencia de metalenguaje, lo que introduce una función singular
y excepcional para este significante, que organiza el orden simbá.
lico. Es definido en primer lugar por como metáfora,
Lacan que
que
se despliega en tres tiempos que articulan los tres registros y que
vehiculiza la función de la castración, abriendo la dimensión de l
significación fålica.
En segundo lugar, se desplegará topológicamente introduciendo
una dimensión moebiana en el cuerpo, que dará lugar a una parti-
cularidad en la estructura neurótica, a diferenciar topológicamente
tanto de la psicosis como de las estructuras que se constituyen a
par
tir de la inexistencia del Nombre del Padre.
En tercer lugar, se definirá como una función de anudamiento de
los registros que se plasmará como cuarto redondel que anudará bo-
rromeanamente los tres registros. En este punto el Nombre del Padre
es también el padre del nombre, su función fundamental es la no-
minación como cuarto que anuda, con lo que podemos afirmar que
sobre el final de la enseñanza de Lacan el Nombre del Padre adquiere
un estatuto fundamentalmente real, un real cuya existencia-o mas
precisamente, ex-sistencia- depende sin embargo de su vigencia en
la cultura.
LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE / 107
D . EL PROBLEMA DE LA ENCARNACIÓNw
DELA FUNCIÓN
TILD.1. Avatares de la encarnación
de la función en los textos lacanianos
Si bien Lacan distingue con énfasis el Nombre del Padre de la
nersona del padre, la relación entre ambos en su conceptualización
de la función paterna es compleja, atravesando toda su enseDanza, no
pudiendo afirmarse que la posibilidad tanto de su admisión simbóli-
ca como de
la eficacia de su función prescindan absolutamente de la
referencia al padre de la realidad o al menos a
alguien que cumpla su
función para el sujeto. Así lo subrayaba en 1938:
"Cualquiera que sea la etapa del desarrollo en la que se produce, y
muerte del padre tiende
según el grado de culminación del Edipo, la
realidad. Al re-
también a agotar, inmovilizándolo, el progreso de la
lacionar con esas causas un gran número de neurosis y su gravedad,
la experiencia contradice así la orientación teórica que considera que
la de la fuerza paterna."
agente fundamental reside en amenaza
su
(Lacan 1938: 83)
estudia
Por otraparte, es en el mismo seminario en el que Lacan
interviene la
los tres tiempos del Edipo, en cuyo segundo tiempo
la madre de la mis
palabra del padre--tratándose del caso que hace
la persona para ser pro-
ma función que requiere del soporte de
altura
el interviene el padre real-a esta
Terida, así como en tercero
refiere con este
término fundamental-
e ia enseñanza de Lacan, se
consideraremos en el próximo
mente padre de la realidad, como
al
término, que
partadocon su potencia en el
sentido genital del
Cncontramos la siguiente afirmación:
cuando el
no está presente,
ncluso en los casos en que el padre
complejos de Edipo com-
madre,
S e ha quedado solo
con su
n o r m a l e s - n o r m a l e s en los
dos sentidos, normales en
nente también normales porque
n o r m a l i z a n t e s , por
una parte, y
neurotizantes, por ejem
su efecto
snormalizan, qu
omalizan, quiero decir por
LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE/
117
E l padre no es causa Sut-de acuerdo con el mito religioso-
deseo?El
que ha.
sujeto que ha llegado lo bastante lejos en la realización de su
Sino
deseo, para reintegrarlo a su causa cualquiera que sea, a lo que hay de
irreductib en la función del a." (Lacan 1962-63: 364)
ID.3. Elproblema del primer tiempo del Edipo
Ja postulación por parte de Lacan de un primer tiempo del Edi-
en el cual eventualmente podría detenerse la constitución sub-
po,
ieriva, plantea un problema epistémico que se reflejará asimismo en
je
una problemática clínica, la de las neurosis insuficientemente consti-
uidas o neurosis en suspenso, que permanecen anudadas por la an-
ustia, en relación con las cuales llega a abrirse una zona de frontera,
la 2ona fobia-perversión fälica, que linda con el campo de las psicosis.
La perspectiva estructuralista con la que Lacan aborda su primera
formalización del Edipo freudiano se plasma con fuerza en el nivel
sincrónico-Nombre del Padre sí o no- con el que Lacan aborda la
distinción neurosis-psicosis a la altura de su escrito sobre las psicosis,
cuando escribe que
es en un accidente de este registro y de lo que en él se cumple, a
en el
saber la preclusión del Nombre del Padre en el lugar del Otro, y
fracaso de la metáfora paterna, donde designamos
el efecto que da a
estructura que la separa dela
su condición esencial, con la
a psicosis
neurosis" (Lacan 1958: 556).
metá-
cuando de abordar su dimensión
se trata
n embargo, los tres tiempos, Lacan se
c a en la perspectiva diacrónica de
acerca de la presencia
tra en la necesidad de argumentar
Leh el falo en ese primer
de1Os
los significantes
sigr del Nombre del Padre y etectiva
tiem en el cual aún no se ha producido la intervención
O
de la , ocurrirá en el segundo tiempo
para
d función paterna-que
nción pate
distanciarse
posfreudiana-particularmente
Carse así de la orientación
sobre la
dimensión preedípica por
kleinianaqu
2 que acentuaba la
63-68.
60. Cuestión abordada por mí en Soria 2015b:
.A ENENRSTENCLA tEI NOMMRRE DEL PADRE
dapica". Para elio Lacan recurre asimismo a la referencia a
gencia cultural del Nombre del Padre, no sin cierta contradicci
la vi
momento postula la preexistencia de a
q u e en un primer
pasaje por los tres tiempos del Edacquel
del Edip
que se obtendria luego del
decir la operación metaförica por la que el Deseo de la Mad
re, qhe
opera en acto en el primer tiempo, se vería tachado y sustituido
por
e Nombre del Padre:
En el primer tiempo y en la primera etapa, se trata, pues, de es.
d sujeto se identifica en espejo con lo que es el objeto del deseo
a madre. Es la etapa tálica primitiva, cuando la metáfora paterna
e
aa
aa en si, ali estar la primacía del falo ya instaurada en el mundo porh
existencia del simbolo del discurso y de la ley." (Lacan 1957-58: 19
Quizás sea esta contradicción la que lo lleva a luego situar una
introducción velada de la instancia paterna en este primer tiempa
de lo que podria deducirse que aún no ha realizado su operación
mecatorica:
En primer lugar, la instancia paterna se introduce bajo una for
ma velada, o todavía no se ha manifestado. Ello no impide que e
padre exista en la materialidad mundana, quiero decir en el munda.
61. "En dpunto a donde lievé las cosas la última vez, vieron dibujarse una lin
de investigación sobre la triada imaginaria madre-niño-falo, como preludioa
puesta en juego de la relación simbóica, que sólo se produce con la cuarta funcin
a ded padre. introducida por a dimensión del Edipo. El triángulo es en si mism
proodipico Sólo lo aisamos aquí por abstracción, y únicamente nos interesa ol
medida en que inmediatamente se integra en el cuarteto constituido porla
evención die h función paterma, a partir de lo que podemos llamar ladecepa
erak
fhsndarncntal de niño. Esa se produce cuando reconoce-hemos dejadoabier
pregunta de oómo ocurre-no sólo que no es el objeto único de la madre, sino
fala A
aa madre k interesa, de forma más o menos acentuada según los casos, et
partir de este recoaocimiento, ha de reconocer en segundo lugar que la mau
.8
csamena esá prirada. que a da misma le falra esteobjeto." (Lacan 1956)
Nombr
62. Perspectiva que podría leerse asimismo en su afirmación: "E
del Padre, hay que tenerio. pero también hay que saber servirse de e( L a
1957-58: 8/1/58).
LA
INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE/ 119
éste reina la ley del símbolo. Por
1e en
eso la cuestión
debid del
falo ya
planteada
estápl
en
algun lugar en la
madre, donde el niño ha
(ibíd.:
e n c o n t r a r l a . "
200)
de
todos modos, dicho fundamento
termina de resolver el
no
de posibilidad
de la posibilid rechazo de
en lasu
sis, ya que, si en el primer tiempo del Edipo perspectiva
oblema
prob
de la psi-
el Nombre del Padre
alo
yelfalo están operando por encontrarse en la cultura, cómo es que
chazados en la psicosis? La cuestión se
zanjaría de
a necesidad.de un tiempo.lógico anterior, un tiempo cero,plantearse
en el que
habria operado la admisión simbólica del Nombre delPadre
Fsta problemática epistémica refleja asimismo una
problemática
linica, la que en la perspectiva treudiana podría situarse en relación
Con una detención en el primer tiempo de la fobia, aquél en que la an-
gustia no se encuentra aun ligada con una representación", temporali
dad que se corresponde en la perspectiva lacaniana con la dificultad en
la que se encuentra Juanito para pasar del primer al segundo tiempo
dd Edipo, pasaje que podrífa no ocurir, y en el que se juega, según
Lacan, una decisión del sujeto°. Es en este punto-particularmente
63. Cuestión abordada por mí en Soria 2010: 97-102.
64. "En el caso de la histeria de angustia, una primera fase del proceso suele
descuidarse; quizá ni siquiera se la advierte, pero es bien notable para una ob-
servación más cuidadosa. Consiste en que la angustia surge sin que se perciba
ante qué. Cabe suponer que dentro del Icc existió una moción de amor que
demandaba trasponerse al sistema Prc; pero la investidura volcada a ella desde
ste Sistema se le retiró al modo de un intento de huida, y la investidura li-
n a l inconciente de la representación así rechazada fue descargada como
angustia." (Freud 1915: 179)
65. Cuestiones:abordadas por mí en Soria 2010: 88-91.
66. madre que una cuestión,
plano de la privación de la
. pues sobre el
se plantea para
el sujeto: la
Omento dado de la evolución del Edipo,
de aceptar, regisra a esta privacion
simbolizar él mismo, volver significante
registrar, infantil sujeto
Cuyo objeto es la madre.
Esta privación, el
hla aasume
cse
comp
comprueba que
es esencial,
ustedes
noo no la asume, la acepta o la rechaza. Este punto
lo encontr vez que vuestra experiencia
los
en todas las encrucijadas, cada
"
DEL PADRE
120 LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE
en sus seminarios 4 y 5 - Lacan sitúa una zona de frontera
en la que
ularmente lafohi
se abren distintas posibilidades clínicas, particularmente
fobia
perversiones que se encuentran en relación con el falo COr
omo yla
(fetichismo y travestismo), lindantes asimismo con las psicosi
psicosis obieto
Si bien con el correr de su enseñanza Lacan parece despre.
se de esta perspectiva diacrónica de la metátora paterna.e desprende
sin embargo de continuar refiriéndose a esta problemática
bastante más adelante, como ocurre por ejemplo en su Semin clinicg
16 al referirse a la fobia como una placa giratoria entre neur
inaris
eurosis y
perversións8.
lleve hasta un cierto punto que ahora intentamos definir como "nodal" nd
en e
Edipo." (ibid.: 191)
67. "La experiencia, en todo caso, no lo duden, y ustedes podrán controla
confirmarlo, cada vez que tengan la ocasión de verlo, la experiencia prueba q
en la medida en que el sujeto no franquea este punto nodal, es decir no acpu
esta privación del falo operada por el padre sobre la madre, se observa que cn
en la regla -y yo subrayo este "en la regla", porque ahí no tiene simplemene
una importancia de correlación ordinaria, sino de correlación fundada en
estructuraes en la medida en que el niño mantiene para sí mismo una ciera
forma de identihicación a este objeto de la madre, a este objeto que les repreit
to desde el origen, para emplear la palabra que ahí surge, como objeto "ia
si se puede decir, de alguna manera, siempre que se trate de fobia, de neur
Esu
o de perversión, ustedes percibirán un lazo (...) Hay grados, por supuesto.
rsión
relación no es la misma en la neurosis o en la psicosis que en la perves
(ibid.: 191)
no com
68. "No debe verse la fobia en absoluto como una entidad clínica,sino
una placa
giatoria. Ese es el punto esbozar hoy. Ela
que quería v y pe
frecuentemente hacia los dos grandes órdenes de la neurosis, hister
l a perversics
rosis obsesiva, también realiza la unión con la estructura de a
nos ilustra en suma sobre todo tipo de consecuencias que tie y que
perceptibles. Se trata mucho menos de una entidad c l í n i c a aS
iselr
apbe
irefge c t a m e n e
necesitan en absoluto limitarse a un tema particular para ser P
cone
figura clinicamente ilustrada, de manera brillante sin duda, pes
infinitamente diversos." (Lacan 1968-69: 280).
LA INEXISTENCIA IDEL NOMBRE DEL PADRE/
121
Il,D.4. Impases en la operación metafórica
tal
hien, tal como
como fue estudiado II.C,
el complejo de Edipo
Si bien, en
udiano es inseparable del complejo de castración, es posible en-
contrar
en los textos freudianos diversos matices, muchas veces
pa-
radójicos, en cuanto a la posible operatividad, tanto de la función
radc
patern.
wna
P p a t e
como de la función de la castración, en algunos casos que
alein
de algún modo modo ensanchan la zona de frontera referida en el punto
rerior hasta abarcar también a la clínica de la melancolía.
anter
cuanto a la función paterna, en esa increíble especulación
En
ioDatológica que es Síntesis de las neurosis de las neurosis de
ransferencia', mientras reud ubicaba a la esquizofrenia y la para
aaia en relación con distintas versiones del primer tiempo del mito
noia
de Tótem y tabú --tiempo del padre vivo-y a las neurosis como
distintas versiones del segundo tiempo del mismo -tiempo en el
que opera retroactivamente el padre muerto como padre simbóli-
co, lugar vacío en la estructura, situaba a la psicosis maníaco-
depresiva como una detención en el momento del asesinato del
padre y la fiesta totémica. La manía consistiría en una detención en
el momento omnipotente de triunfo sobre el padre, posterior a su
asesinato-fiesta eterna mientras que la melancolía se situaría
en el momento lógico posterior, como una detención en la culpa,
marcada por el eterno autorreproche. Aquí el estatuto del padre
se vuelve problemático, en tanto no se trata ni del padre vivo de
1a psicosis de la gama de la esquizofrenia-paranoia ni del padre
la haciéndose presente una dimensión real
nuerto de neurosis",
en el centro
Elpadre muerto como cadáver, que suele encontrarse
de la
problemática clínica de la anorexia
69. Cuestión recientemente estudiada por mí (Soria 2017).
desde la pespeciva de la
to-
abordada por mí particularmente
On retomaré más adelante.
2016e, texto que
gla de superficies en Soria
" A n o r e x i a - b u l i m i a " (Soria
71. Lo que estudié rticularmente en mi rexto
2016d).
NOMBRE DEL PADRE
122 LA INEXISTENCIA DEL
En la función de la castración, nos referiremosen
cuanto a
del cual Freud Ilama
lugar al Hombre de los lobos", respecto lama
la
ción en cuanto al intrincado y paradojal devenir de la misma. aten.
"Nos ha devenido notoria la inicial toma de posición de n..
paciente frente al problema de la castración. La desestimómó y sese atuvstro
al punto de vista del comercio por el ano. Cuando dije que la de
timó, el significado más inmediato de esta expresión es que no ai.
saber nada de ella siguiendo el sentido de la represión {esfuerz. quiso
desalojof. Con ello, en verdad, no se había pronunciado ningún in
de
jui
cio sobre su existencia, pero era como si ella no existiera. Ahora bien
ien,
esta actitud no puede ser la definitiva, ni siquiera podía seguir siénd
lo en los años de su neurosis infantil. Después se encuentran buena
pruebas de que él había reconocido la castración como un hecho. s
había comportado también en este punto como era característico de
su naturaleza, lo cual por otra parte nos dificulta muchísimo tanto
exposición como la empatía. Primero se había revuelto y luego cedió,
pero una reacción no había cancelado a la otra. Al final subsistieron
en é, lado a lado, dos corrientes
opuestas, una de las cuales abomi
naba de la castración, mientras que la otra estaba pronta a aceptarla
y consolarse con la feminidad como sustituto. La tercera corriente,
más antigua y profunda, que simplemente había desestimado la cas
tración, con lo cual estaba todavía en cuestión el juicio acerca de su
realidad objetiva, seguía siendo sin duda activable." (Freud 1918:78)
En un artículo dedicado al caso73 he intentado demostrar la re
lación entre sus vicisitudes en cuanto al
complejo de castración y
la estructura melancólica, continuando de
algún modo
los estudio
realizados sobre el caso por J.-A. Miller seminario clinico,
en su
como la perspectiva propuesta por C. Soler en cuanto al abordaje
la melancolía7".
Por otra parte, sobre el final de
obra Freud vuelve sobre
su
coexistencia de distintas corrientes derivadas del complejo de ca
CIón, en primer lugar para dar cuenta
del mecanismo de la Vereug ung
(desmentida) como destino de la
dará cuenta de la formación del representación en la operaco
fetiche como signo de
la amenaza de castración a
la vez que es triun
protección contra eld
LA INEXSTENCIA DEL NOMBRE
DEL PADRE/ 123
C x t o
obre el
sobre el fetic
fetichismo". En segundo lugar lo hará al referirse a la
ex
c s i s i ó n cdel yo
en el proceso detensivo como una
desgarradura irrepara-
bleque e sólo.
sólo se agrandará con el tiempo en respuesta al problema de la
1stración con dos ireacciones contrapuestas, ambas válidas y eficaces"
stración con
cOexistencia entre distintas corrientes del complejo de castración
ars lugar a una zona de frontera entre melancolía y perversión. Al
respecto es interesante que Lacan sefiale justamente a la escisión del
o Como el fenómeno especíhco que dará cuenta de la particularidad
aso Gide", acerca del cual abundan las referencias lacanianas que
dan cuenta de su estatuto melancólico, tal como traté de demostrar
recientemente".
Estos planteos freudianos darán cuenta de ciertos posibles impa-
ses en la función paterna, particularmente en cuanto a su función de
agente de la castración. Más allá de la forclusión del falo, resultado
de la forclusión del Nombre del Padre en la clínica de las psicosis, es
posible precisar desde la formalización lacaniana del Edipo freudia-
no la lógica de dichos impases. Siguiendo lo planteado en el punto
anterior, puede abrirse entonces una zona de la práctica analítica en
la que ha habido admisión simbólica del Nombre del Padre sin que
esta operación haya sido suficiente para que el mismo intervenga eh-
cazmente en la estructura, desplegando su potencialidad metafórica.
Una primera posibilidad, recién considerada, es entonces que se
produzca una detención en el primer tiempo del Edipo, que daría
como resultado una neurosis insuficientemente constituida, en la
que el sujeto quedaría capturado en el Deseo de la Madre sin poder
de la madre
servirse del Nombre del Padre, atrapado en el fantasma de an-
alica, ubicándose respecto del mismo, o bien en una posición
8ustia (zona de la fobia en un sentido general, o precisamente de
más
satistacción (zona
histeria de angustia), o bien en una posición de
de las perversiones
per fálicas, fetichismo y travestismo).
s considerada por
Agregaré en este punto una segunda posibilidad,sido admitido en
ni
CCientemente; que el Nombre del Padre haya
Deseo de la Madre. Se trata aquí
orden pero que falte el
simbólico, Lacan ha incursionado
Clinica del sujeto no deseado, en la que
124 LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE
a partir del caso Gide, estableciendo en su caso la perversión
una solución a la ausencia de deseo materno81
rsión como
Si la metáfora paterna consiste -tal como considerane
II.B.1-en la sustitución del significante del Deseo de la
mos
Madre p
el significante del Nombre del Padre, con el consiguiente
del advenimiento de una nueva signiicación«
resulta
es la signis
la signihia
ción fálica puede deducirse que ante la ausencia de Desen d
deh
Madre no puede operarse en modo alguno la función de sustitu
con el consiguiente advenimiento de la significación fálica, Dorl
que el resultado es la ausencia de la función de la castración cn
estructura subjetiva:
(NP) = (-9./)
DMS2
Conclusiones
El Nombre del Padre se verifica como un concepto complejo,
múltiple, que, a la vez que es un concepto triple en sí mismo, in-
troduce una terceridad entre el nifño y su madre, distinguiéndose
también por su presencia en los tres registros: padre imaginario, sin
bolico y real. Este último, particularmente, dará cuenta de que
función simbólica, matemática y lógica del Nombre del Padre sólo
se instala a partir de una presencia encarnada, que se ligará cona
función del objeto a causa del deseo.
La postulación por parte de Lacan de un
primer tiempo del Edip
en el cual eventualmente podría detenerse la constitución subjetia
disin
82. Propongo forma de la tachadura del DM en estos casos para
esta
relN
guirla de aquella que resulta de la sustitución metafórica del mismo por
estabaa
corrigiendo de este modo la anotación propuesta en Soria 2017, que pie
confusión la inexistencia del DM
o p o r
con su forclusión-cuestión señalau
tunamente por Fabián Schejtman, a quien agradezco por ello.
LA INEXISTENCIA DEL NOMBRE DEL PADRE/ 125
problema epistémico que se reflejará asimismo en una
plantea un proi
Pblemática clínica, la de las neurosis insuficientemente
blemática cli constitui-
neurosis en suspenso, que permanecen anudadas por la angus-
das o neurosis
en relación con las cuales llega a abrirse una zona de frontera, la
tia, o
zona fobia-perversión fálica, que linda con el campo de las psicosis.
Aesta posibilidad agregamos la de la ausencia de Deseo de la Madre,
aue impediría:
que impediría asimismo el funcionamiento metafórico del Nombre del
Padre, aun habiendo sido admitido el mismo en el orden simbólico, lo
que abre la zona de frontera con la melancolía.
E PLURALIZACIÓN DEL NOMBRE DEL PADRE
La pluralización del Nombre del Padre-introducida por Lacan
en dos momentos de su enseñanza, situados el primero a partir de
la última clase del Seminario 10 y el segundo a partir del Seminario
21, tal como fue ubicado por Schejtman*-, ha sido señalada por
diversosautores como una superación del singular que daría cuenta
de una declinación del Nombre del Padre en su enseñanza, lo que por
mi parte leería más como un anhelo que como una comprobación,
no sólo co-
ya que es fácilmente verificable que en dicha enseñanza
existen el singular y el plural en dichos dos momentos, sino que en
los últimos seminarios vuelve la referencia al Nombre del Padre en
Singular, lo invita a seguir con detenimiento dichos movimientos
que
a hora de intentar dar cuenta de su lógica.
la
año de
Asimismo la coincidencia entre la decisión de dedicar un
Su seminario a los Nombres del Padre y su expulsión de la IPA fue
Lacan mis-
Eerpretada en múltiples sentidos*5, empezando por
n0, quien leyó dicha expulsión como un procedimiento de exco
unión realizado por una comunidad de resonancias eclesiásticas,
c o m o una
la misma
gndo a
compararse con Spinoza, leyendo
consideraremos en el capítulo VIlI.
yos aportes
Lacan no tocaba también
chejtman se pregunta si con la pluralización
una faz militar del deseo de Freud (op.cit., 16/)