Introducción
La iglesia de Jesucristo es su cuerpo aquí en la tierra. Esta iglesia es la gloriosa novia que
espera a su Señor. Y, como doncella que es, requiere atenciones, cuidados propios de su
condición. A lo largo de los años y centurias se ha observado a los diferentes líderes, tanto
espirituales, como seculares, dejar marca en la vida; cambiando la historia, logrando metas,
dando libertas, auxilio, salvación y más.
Pero el liderazgo del tercer mileno tiene grandes desafíos, debido a una sociedad
cambiante, globalizada y sumamente informada, trayendo consigo, que el liderazgo se vea
de diferentes formas, y con diversas variantes.
Las características de un líder cristiano son el espíritu de servicio, la perspicacia
organizadora, la pericia administrativa y el fervor en la oración. La iglesia necesita y busca
un verdadero liderazgo, uno que se encarne dentro del pueblo, uno que hable del amor
mientras sirve a la gente; que tome tiempo para capacitar a otros, que a su vez hagan lo
mismo con otras personas.
También es importante conocer las características de un líder espiritual y conocer las
diferencias en posicionamiento en base a los valores del liderazgo convencional, conocer
las actitudes y las formas de desarrollar un liderazgo que trasciende dentro de las siguientes
generaciones.
“Y busqué entre ellos hombre que hiciese vallado y que se
pusiese en la brecha delante de mí, a favor de la tierra, para
que yo no la destruyese; y no lo hallé”.
Eze. 22:30.
Conclusión
El líder tiene un espíritu enseñable y no uno inflexible, si su corazón arde con las
necesidades de los demás, si anhela reunirse con otros y guiarles desde una perspectiva de
bien, si busca formar capacidad y delegar a otros, a fin de que tengan una proyección
amplia del desarrollo de la misión.
Permita que el Espíritu Santo sea su compañero, su formador y su maestro mientras cumple
los propósitos de Dios; mientras camina viviendo una vida al servicio de Dios y para el
servicio de los demás, vea en Jesús su modelo de ser.
Profundice en el conocimiento de líderes como Moisés, Nehemías, Pablo o el apóstol Juan.
examine qué principios y valores tuvieron ellos. Sea un servidor actualizado. tome en serio
el estudio de las sagradas escrituras y de los instrumentos o recursos actuales de liderazgo.
Sirva con integridad apasionada y constancia amorosa a quienes lo sigan.
LIDERAZGO BÍBLICO
La palabra líder o liderazgo no es un término bíblico, pues no se menciona en la Biblia. Sin
embargo, no por ello es una palabra antibíblica. Solamente es una palabra que se deriva del
concepto de ser jefe, dirigente, autoridad, gobernante, comisionado para hacer algo, de estar
encabezando algo y muchos derivados más que se pueden sintetizar con la palabra
liderazgo.
Según Wikipedia se define el liderazgo como el conjunto de habilidades gerenciales o
directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser o actuar de las personas o
en un grupo de trabajo determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo
hacia el logro de sus metas y objetivos1.
En una reunión de líderes misioneros en Shangai hace muchos años, le preguntaron a D. E.
Hoste, quien sucedió a Hudson Taylor como director general de la misión al interior de la
China, su opinión en cuanto a cuál era la marca de un buen líder. Con su humor de siempre
contestó: “Si quisiera descubrir si soy un líder, ¡miraría tras mí para ver quién me está
siguiendo!
A Pablo nunca le faltaron seguidores. Sus cualidades de carácter lo elevaban
irresistiblemente por sobre sus colegas y asociados. Por ejemplo, cuando él y Bernabé
partieron en su primer viaje misionero, el orden fue “Bernabé y Pablo”. Pero al poco
andar, por la mera fuerza del carácter sobre pasó al hombre mayor, y leemos acerca de
“Pablo y Bernabé”. Para su crédito, parece ser que Bernabé, de gran corazón, no resintió
el liderazgo de su colega más joven2.
El ser humano es mayordomo de los bienes de Dios y que el sojuzgar la tierra es tener el
poder de administrar los recursos naturales. Un hombre no es solo lo que le debe a sus
padres, amigos y maestros, sino que un hombre es también en lo que Dios lo ha convertido
al llamarlo para un ministerio en particular y al dotarlo de dones naturales y materiales.
La capacitación de otros líderes
“Sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza” (1 Ti. 4:12)
Fue el argumento de John R. Mott que otros líderes deben buscar multiplicar sus propias
vidas por medio del desarrollo de hombres más jóvenes, otorgándoles libertad de acción y
una salida adecuada para sus poderes. A fin de lograr esto, se les debe cargar con un gran
peso de responsabilidad incluyendo crecientes oportunidades de iniciativa y poder de
decisión final. Es más, se les debe otorgar reconocimiento y un crédito generoso por sus
logros.
El método que utilizó Pablo para preparar a Timoteo para su obra fue profundamente
instructivo. Pablo anduvo por los pasos de su maestro, y sus técnicas de enseñanza estaban
en plena armonía con la prescripción de Mott. Vertió su propia personalidad y convicciones
en Timoteo y estuvo preparado para estar mucho tiempo con él.
Timoteo tenía probablemente veinte años cuando comenzó su tutelaje. El joven hombre de
Dios, al parecer carecía de la afirmación de su maestro, una debilidad que probablemente se
veía acentuada por su mala salud. Era más propenso a yacer que a liderar. Su timidez innata
y su tendencia a la lastima propia también necesitaba corrección. El joven necesitaba más
hierro incorporado a su carácter. A partir de referencias fortuitas podría inferirse que
Timoteo tendía a ser demasiado tolerante y parcial con personas importantes y bastante
vago en su trabajo.
A partir de la exhortación de Pablo de “que avives el fuego del don de Dios” (2 Ti. 1:6)
parece ser que, al igual que muchos otros, Timoteo era apto para confiar en antiguas
experiencias espirituales, en lugar de reavivar sus brasas agonizantes.
A pesar de estos aspectos negativos su carácter, Pablo tenía una elevada opinión de su
potencial con aspiraciones muy encumbradas y exigentes para él. Lo mantenía en el lugar
más alto, sin evitarle experiencias dificultosas. Ni tampoco le brindó refugio ante penurias
que endurecería su fibra e impartirían virilidad.
Le asignó a Timoteo tareas que iban más allá de su capacidad consciente, pero lo alentó y
lo fortificó en su ejecución. ¿De qué otra manera podría un joven desarrollar sus poderes y
capacidades más que manejando situaciones que lo llevarán al límite?
Gran parte de la capacitación la recibió en el trabajo mientras viajaba con Pablo, un
privilegio único para un hombre tan joven. Tales viajes lo pusieron en contacto con todo
tipo de gente, hombres de estatura cuya personalidad y logros encendieran en él una
ambición saludable. De su tutor sin duda aprendió cómo salir triunfante de los reveses y las
crisis que parecían ser rutinarios en la vida y el ministerio de Pablo.
Los grandes hombres se construyen más por sus fracasos que por sus éxitos. Ni tampoco
permiten que el fracaso los amargue.
En una época en que el hombre de menos de treinta años no era normalmente considerado
digno de gran reconocimiento, la juventud de Timoteo fue una desventaja importante. Pero
eso no impidió que Pablo le otorgara responsabilidades y que lo alentara a no decaer debido
a su edad.
“Ninguno tenga en poco tu juventud, sino sé ejemplo de los creyentes en palabra, conducta,
amor, espíritu, fe y pureza” (1 Ti. 4:12). Estas son cualidades en las cuales una persona
joven es deficiente.
Pero la vida ejemplar puede compensar grandemente cualquier desventaja de la juventud.
Las obligaciones que le dio Pablo a Timoteo
Pablo concentró su consejo a Timoteo en una obligación cuádrupla, y las apuntaló con
cinco “dichos dignos de decir”. A fin de alentar y fortificar al joven pastor para su tarea
intimidatoria en Éfeso, una iglesia que había gozado de una galaxia de talento, y por la cual
Timoteo se hubiera sentido inadecuado, Pablo le indicó cuatro obligaciones solemnes de las
que podemos aprender qué cosas consideraba vitalmente importantes en la obra pastoral.
1.- guardar el depósito. “oh Timoteo, guarda o que se te ha encomendado, evitando las
profanas platicas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la
cual profesando algunos, se desviaron de la fe” (1 Timoteo 6:20-21).
Moffat traduce la primera parte de este pasaje: “mantén intactos los valores de la fe”. Este
es un ejemplo del ámbito bancario, y l palabra que a veces se traduce como deposito tenía
gran parte el significado que tiene hoy día: dinero confiado a un banquero para que lo
guarde. Es deber del banquero devolverlo intacto. Así, Pablo le estaba diciendo a Timoteo:
Dios ha hecho un deposito en tu banco espiritual; monta guardia sobre él.
El joven se le había confiado las verdades de la salvación de Dios, y tenía que dar cuenta de
su administración.
2.- Actuar sin favoritismos. “Te encarezco delate de Dios y del Señor Jesucristo, y de sus
ángeles escogidos, que guardes estas cosas sin prejuicios, no haciendo nada con
parcialidad” (1 Timoteo 5:21). ¿esta obligación surgió del temor de Pablo de que el joven
Timoteo fuera demasiado fácil de influir por parte de grupos de presión una situación que
no es conocida en la obra cristiana de nuestros propios días?
En todo momento somos responsables de ser motivados por consideraciones subjetivas por
lo que necesitamos la fortalecedora influencia de esta seria obligación. En la obra cristiana,
la imparcialidad absoluta, la honestidad indudable y la integridad son fundamentales.
3.- mantener los principios impolutos. “te mando delante de Dios que da vida a todas las
cosas, y de Jesucristo, que dio testimonio de la buena profesión delante de Poncio Pilato,
que guardes el mandamiento sin Macula ni reprensión, hasta la aparición de nuestro Señor
Jesucristo, la cual a su tiempo mostrará el bienaventurado y solo Soberano, Rey de reyes, y
Señor de señores” (1 Timoteo 6:13-15). Pablo estaba instando a Timoteo a que mantuviera
el encargo que se le había confiado, los principios contenidos en la palabra de Dios,
inmaculados y sin defectos hasta la aparición de Cristo.
4.- mantener el sentido de urgencia “Te encarezco delante de Dios y del Señor Jesucristo
que juzgará a los vivos y a los muertos en su manifestación y en su reino, que prediques la
palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda
paciencia y doctrina, (2 Timoteo 41-2). Debe tenerse presente que Pablo estaba anticipando
el fallecimiento temprano y por lo tanto con frecuencia estaba bajo la influencia del mundo
por venir. Proclama la palabra, proclámala en toda su gloria y totalidad, instó.
Bibliografía
1- wikipedia
2- Sea un líder: J.Oswald Sanders. 2002.
3- Liderazgo trascendente, para el tercer milenio.