Javier Alvarez Rodriguez
Javier Alvarez Rodriguez
ENERGÉTICA
Directores:
D. Teodoro Estrela Monreal
Dr. Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos
Dña. María del Carmen Llasat Botija
Dra. en Ciencias Físicas
2011
i
Desgarrada la nube; el arco iris
brillando ya en el cielo,
y en un fanal de lluvia
y sol el campo envuelto.
Desperté. ¿Quién enturbia
los mágicos cristales de mi sueño?
Mi corazón latía
atónito y disperso.
...¡El limonar florido,
el cipresal del huerto
el prado verde, el sol, el agua, el iris!..
¡el agua en tus cabellos!...
Y todo en la memoria se perdía
como una pompa de jabón al viento
Antonio Machado
Canyon Passage
Galileo Galilei
iii
AGRADECIMIENTOS
Recuerdo el 3 de febrero de 1996 como el día en el que inicié mi viaje al Centro de Estudios
Hidrográficos, CEH, gracias a una beca de la entonces Área de Hidrología y hoy de Recursos
Hídricos. De mañana bajé por el Paseo de la Virgen del Puerto, vi el río Manzanares, los
árboles del viejo Paseo Bajo y seguí hasta la puerta principal con la ménsula de vigas-hueso
de Fisac. El director del CEH era en aquella época Carlos Escartín Hernández. Me recibió
afectuosamente en su despacho y me animó por la excelencia del equipo al que me
incorporaba. Teodoro Estrela Monreal acudió pronto al despacho de dirección. Era el tutor de
la beca que Juan Manuel Ruiz García dejaba después de aprobar la oposición del Cuerpo de
Ingenieros. José Ramón Témez Peláez era el jefe del Área. En la tercera planta esperaba el
resto de compañeros. Javier Ferrer Polo y Liana Ardiles López trabajaban incansablemente en
un mapa de precipitaciones máximas. Montserrat Ferrer Juliá estaba en todo y,
específicamente, gestionaba los Sistemas de Información Geográfica, implementando la base
de datos cartográfica sobre el SIG-GRASS y ARCInfo. Armando Espina Argüello, Ángel
Moneo Nieto, Pedro Altares Escobar y Lucio Bonachía Benito aportaban la hidrología
experimental del área. El primer día también conocí a Isabel Navarro Serrano, bibliotecaria
del CEH a la que echaremos de menos pronto.
El Área de Recursos ha compartido la tercera planta con la unidad encargada de los equipos
informáticos, de las bases de datos y de trabajos de programación. Luis Quintas Ripoll es su
responsable. Mantiene la base de datos y dispone los medios informáticos de la casa. Siente
continuamente la necesidad de instruir, como de hecho ocurría en aquellos días en los que,
novato tras novato, tuvimos que ir estudiando sus apuntes de UNIX e incluso, el libro de
Rachel Morgan y Henry Mc Gilton. Al de programación en C ya no llegué; me quedé en el
fortran. Luis posee una inteligencia generosa para emprender, ayudar y conversar, aunque sea
de política, y se involucra en los trabajos fundamentales y tradicionales del CEH, como las
bases de datos con las que trabaja el resto de áreas, los sistemas de información geográfica y
la clasificación hidrográfica. Particularmente en su debe está una gran parte del Sistema
Integrado de Modelización Precipitación-Aportación, SIMPA; el otro padre, si me permite
decirlo así Juan Manuel Ruiz García, es Teodoro Estrela Monreal.
SIMPA es un modelo relativamente conocido, pero con la ayuda de compañeros de la unidad
de Tecnologías de la Información se han desarrollado otras aplicaciones hidrológicas como
GISPLANA, la base de datos hidrometeorológicos de Honduras, CHAC, SAMHI o más
recientemente el CAUMAX. En esta memoria quiero mencionar no solo por la ayuda que
prestan en la programación y en la resolución de problemas informáticos, sino también por
tanto tiempo de cercanía a José Fernández Moya, Víctor Campo López, Jorge Oliva Moreno,
Elías Moreno Fernández y Encarnación Sánchez Aguilar y otros compañeras que
abandonaron la unidad como Julia Torres Matamoros y a Raquel Martín Arribas.
Desde el inicio del viaje al CEH trabajé en la programación de modelos hidrológicos
distribuidos y en proyectos de recursos hídricos. Pronto llegó un proyecto sobre la situación
de los acuíferos de la cabecera del Guadiana y la discusión sobre la incertidumbre de las
estimaciones de la lluvia, su repercusión en la recarga directa y en las pérdidas desde los
cauces que, desde el norte o el sur, drenan en la llanura de San Juan.
Pasado un tiempo, a Javier Ferrer Polo lo sustituyó Manuel Menéndez Prieto. Manolo llegó
del Laboratorio de Hidráulica. Organizó el World Water Congress y se trabajó en la cuenca
v
del Segura y en Centroamérica. Personalmente, con intensidad en Honduras, en compañía de
Luis Balairón Pérez, actualmente en la Dirección de una de las dos grandes ramas del CEH, el
Laboratorio de Hidráulica. En medio de esta dinámica, cursos de modelos y recarga y la
oportunidad de conocer a Silvino Castaño Castaño, geólogo con dos vocaciones muy
pronunciadas, la amistad y la docencia. Tengo la suerte de que sobre mí ha caído en ejercicio
de ambas y es posible que con el tiempo acabe por distinguir la facies Utrillas o capas de
glacis en Guadalajara. Victoria Alonso Ballester ocupó la secretaría de la tercera planta en esa
misma época y desde su marcha, no somos capaces a organizarnos y poner el Belén de
Navidad.
Con Mirta Dimas Suárez y Julio Villaverde Valero he compartido proyectos como los de
pérdidas en el río Segura e interminables informes de sequías y estado hidrológico, pero
sobretodo muchos, muchos días. Son un ejemplo de capacidad, tesón y honradez, cualquiera
que sea el tipo de problema planteado. Con Mirta, Armando Espina Argüello, Ángel Moneo
Nieto, Sara Martínez García y Daniel Blanco Ward, además experto catador en nuestra
sociedad vinista, revivieron los anuarios y estadísticas hidrológicas del CEH. Andrea
Lamberti, Elena Borrell Brito y Ángela Potenciano de las Heras estuvieron su temporada en el
CEH. Llegaron en passant Luis Miguel Barranco Sanz y Natalia García Bravo. Con todos se
acometieron los trabajos de recursos hídricos en España, en Centroamérica, sobre el impacto
del cambio climático y otros relacionados con materias de formación. He perdido la esperanza
de ganar una partida de ajedrez a Luis, pero no de seguir charlando sobre las incertidumbres
de los proyectos.
Concepción Marcuello Olona se encuentra hoy despachando temas institucionales después de
pasar por el Laboratorio de Hidráulica y por Hidrología. Es de los pocos ingenieros de la casa
con experiencia en labores hidráulicas y en las de, dicho con generalidad, planificación
hidrológica. Celia García Montañés, Luis Mediero Orduña, Lara Incio Caballero, Julio
Garrote Revilla y Antonio Jiménez Álvarez, Jefe del Área de Recursos Hídricos, son o han
sido el resto de compañeros de la cueva hidrológica del CEH. Actualmente es un cuarteto,
hace poco quinteto, hábil e inteligente, admirado dentro y fuera del CEH.
A María del Carmen Ángel Martínez la conocí por su virtud de ver en el visible y en el
infrarrojo. Fue un golpe de suerte para el CEH su traslado. No me olvido en esta memoria de
los compañeros de la secretaría de Recursos Hídricos, Luisa Fernanda Hernán Pérez y Manuel
Sánchez Sánchez, y del grupo de colaboradores externos al CEH, Manuel Maestre Páez,
Rubén Hierro Rodríguez, Carlos Mayor de Pablo, Jesús García Villar y Leónidas Mol Ón-
Labé. Es un grupo de altura técnica que saben hacer alegres tantas horas de oficina.
Profesionalmente hubo un trabajo de especial relevancia para el Centro y para Áreas como la
de Hidrología. A finales de los años 90 se emprenden trabajos de planificación hidrológica a
escala nacional desde la Subdirección de Planificación Hidrológica dirigida por Francisco
Cabezas Calvo-Rubio. De aquella colaboración surgió el Libro Blanco del Agua en España,
hito al que mira con orgullo cualquiera que haya participado en él lo más mínimo. Para el
Área, constituyó una oportunidad para poner a prueba la estructura de información y el
sistema de simulación hidrológica distribuida, SIMPA. Fueron momentos de enorme interés
que me permitieron contemplar la elaboración un trabajo de importantes consecuencias en
España y apreciar la vocación y el enorme nivel científico técnico de funcionarios de la
administración hidráulica. Es durante este trabajo cuando surge la necesidad de elaborar
procedimientos de interpolación de la lluvia registrada en las casi 11.000 series históricas de
la red AEMET para el manejo de los modelos hidrológicos distribuidos. En otros capítulos y
vi
responsabilidades participaban técnicos del CEH como Federico Estrada Lorenzo, Ángel
García Cantón y Alfonso Palma Villalón, en aquella época en el Área de Estudios y
Planificación, Joaquín Rodríguez Chaparro, del Área de Ingeniería de Regadíos. A Federico
lo conocí en un pequeño despacho de la 4ª planta al solicitarle el libro que guardaba sobre
series temporales de Salas, Delleur y Yevjevich. Recientemente ha asumido la dirección del
CEH al dejarla el propio Juan Manuel Ruiz García. Julio Prado Pérez del Río era el director
del Centro durante esta época y fue el encargado de recoger el Premio Nacional de Medio
Ambiente Aqua como reconocimiento de aquella labor. Julio y Alfonso fallecieron pronto y
guardo de ellos un queridísimo recuerdo.
Los dos directores de tesis han sido María del Carmen Llasat Botija, profesora del
Departamento de Astronomía y Meteorología de la Universidad Autónoma de Barcelona, y
Teodoro Estrela Monreal, actualmente profesor del Departamento de Ingeniería Hidráulica y
Medio Ambiente de la Universidad Politécnica de Valencia. Me han guiado, acompañado y
animado a terminar esta tesis. Tesis que, a pesar de haber puesto en ella todo mi empeño, no
está a la altura de sus capacidades técnicas y científicas. He de agradecerles la bondad, el
espíritu generoso que les liga y su compromiso en labores docentes, compartiendo su
experiencia y conocimiento. He de animarles a que sigan midiendo, pensando y equilibrando
para poner todo en marcha. A este agradecimiento debo sumar por sus indicaciones, interés y
ánimo a los profesores del Departamento de Ingeniería Civil: Hidráulica y Energética de la
Escuela de Caminos, Canales y Puertos de la Universidad Politécnica de Madrid, Luis Garrote
Marcos, Eduardo Martínez Marín y Luis Mediero Orduña que formaron la comisión de
evaluación de la prelectura de esta Tesis.
Al releer en los párrafos anteriores todos los nombres de los que he hecho memoria, me
conmueve la extraordinaria oportunidad profesional y personal que he vivido durante estos
años en el CEH. Pretendía describir cuándo y por qué surge el interés por los procedimientos
de interpolación y la lluvia, pero salta antes el nosotros y la deuda por lo que comparto con
todos estos nombres casi diariamente. Es quizás un reflejo consciente del valor que tienen los
equipos de personas en el desempeño de tareas técnicas, más allá de las genialidades y
habilidades personales. Compartimos la inagotable fuente de interés científica y técnica que es
el campo de la hidrología y me queda una satisfacción impagable por la bondad y honradez
que he encontrado en todos estos mis amigos.
El capítulo de agradecimientos de una Tesis permite tradicionalmente reservar sus últimos
párrafos para expresar algún sentimiento íntimo y reconocimiento a las personas más cercanas
al corazón del autor. Durante este viaje al Centro de Estudios Hidrográficos he compartido mi
vida con mi esposa, Marian, y mi hijo, Isidro. Ella es amparo de mi felicidad, No encerrarse;
darse a todos; ser sin ser melancolía. Isidro me ha saqueado en muy poco tiempo la otra parte
de mi corazón. Guarda como cualquier niño su tesoro de inocencia y curiosidad y nos lo hace
emocionante a los que vivimos su vida, mientras guardamos la esperanza de que ese barco,
ese niño vaya muy lejos por el agua.
vii
A mi familia, Marian e Isidro
ix
RESUMEN
La evaluación de los recursos hídricos es una cuestión clásica en hidrología, siendo sus
resultados básicos en la planificación hidráulica. Los datos necesarios para su realización
procederían de los registros de variables hidrológicas como los caudales en estaciones de
aforo o los niveles piezométricos, pero en la práctica resultan insuficientes para contemplar la
variabilidad espacial y temporal del ciclo hidrológico. Los modelos hidrológicos permiten
transformar la lluvia en escorrentía y estimar los diferentes procesos por los que circula el
agua. Pero se enfrentan a términos de incertidumbre derivados de las técnicas y posibilidades
de medida de variables y parámetros, el tratamiento de la variabilidad espacial y temporal
registrada, la bondad de las expresiones matemáticas que representan los procesos que
concurren en el ciclo hidrológico y los procedimientos numéricos de resolución. A
consecuencia de la existencia de esta incertidumbre, la práctica habitual hidrológica debe
asumir los Principios de Parsimonia y Equifinalidad.
Las series históricas de variables meteorológicas se registran en redes de sensores terrestres
cuyo procesamiento se enfrenta a problemas como el de la baja densidad de registros en
altitud y la falta de modelos que representen la compleja relación entre la lluvia y la orografía.
El tratamiento de la fase atmosférica y, en concreto de la lluvia, es la primera tarea de un
ejercicio de simulación hidrológica y determina el principal influjo de los modelos. La
incertidumbre derivada de esta tarea se propaga al resto de procesos hidrológicos simulados,
con repercusiones en las técnicas de calibración, validación y en los resultados alcanzados.
El objetivo de la presente Tesis es la estimación de la lluvia en áreas montañosas de España
mediante la propuesta de un procedimiento de interpolación. La metodología se fundamenta
en el uso de técnicas geoestadísticas y de regresión lineal. La hipótesis principal es la
descomposición de la variabilidad de la lluvia entre factores locales y de circulación general
atmosférica. Los primeros están representados por la lluvia media y la variabilidad mensual
en cada punto del territorio. Describen la influencia de los factores como la altitud,
orientación del terreno, influencia de la costa y posición geográfica. El paso mensual es
suficiente para contemplar los cambios estacionales y la secuencia de épocas húmedas y secas
intranuales. Calculadas las componentes locales, se definen las anomalías relativas a los
esquemas de circulación general atmosférica, cuya continuidad es apropiada para ser tratada
mediante técnicas geoestadísticas. Los mapas de lluvia finalmente obtenidos son influjo en
modelos de simulación de recursos hídricos en España.
xi
ABSTRACT
The assessment of water resources is a classical question in hydrology and its results are
essential in water resources planning. Data required to conduct these studies are hydrological
variables such as streamflow recorded in gauging stations and groundwater levels, but they
are insufficient considering spatial and temporal variability of the hydrological cycle. Then,
hydrological tools for a rainfall-runoff modelling are needed. They estimate several
hydrological processes, but they face a several sources of uncertainty. They arise from
techniques and possibilities for measuring variables and parameters, the way time and space
variability is considered, the goodness of the mathematical expressions that represent
hydrological processes and numerical procedures to solve mentioned equations. As a
consequence of the existence of this uncertainty, the hydrological practice must assume the
principles of Parsimony and Equifinality.
Historical series of meteorological variables are recorded in ground networks which faces
problems like a low density of records in altitude and lack of models to represent the complex
relationship between rainfall and orography. A mayor task in hydrological simulation is its
resolution and determines the main input in hydrological models. The uncertainty resulting
from this task is propagated through other simulated processes, with implications in
calibration and validation techniques and in results achieved.
The aim of this work is the estimation of rainfall in mountainous regions of Spain by means of
an interpolation procedure that integrates rain and orographic treatment. The methodology is
based on geostatistical techniques and linear regression models. The main hypothesis is the
decomposition of rainfall variability into local and general atmospheric circulation patterns.
The former are represented by monthly average rainfall and standard deviation at each point
of the territory. It describes the influence of features such as altitude, terrain orientation,
influence of the coast and geographical position. The monthly time step is adequate to
consider seasonal changes and the sequence of intra-annual wet and dry seasons. Once local
components are estimated, anomalies related to general atmospheric circulation patterns are
defined and geostatistical techniques are applied considering their continuity. Rainfall maps
obtained are used as input data for a water resources model.
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ÍNDICE DE CONTENIDOS
ÍNDICE DE CONTENIDOS
1 PRECIPITACIÓN Y OROGRAFÍA EN LA SIMULACIÓN DEL CICLO HIDROLÓGICO.
OBJETIVOS DE LA TESIS................................................................................................................................. 1
1.1 INTRODUCCIÓN Y ANTECEDENTES ........................................................................................................ 1
1.1.1 Consideraciones Históricas sobre el Ciclo Hidrológico y la Montaña ........................................... 1
1.1.2 La Precipitación en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Principios de la Hidrología................. 3
1.1.3 El Recurso Hídrico Natural en la Planificación Hidrológica en España........................................ 6
1.1.4 Estimación e Interpolación de la Precipitación. Atlas Climáticos y PLanes Hidrológicos a Escala
Nacional....................................................................................................................................................... 10
1.1.5 Cuestiones Abiertas e Identificación de Lagunas.......................................................................... 13
1.2 OBJETIVOS DE LA TESIS ...................................................................................................................... 16
1.3 CONTENIDO DE LA TESIS ..................................................................................................................... 17
2 PRECIPITACIÓN. PROCESOS Y FACTORES CONDICIONANTES. LA OROGRAFÍA EN LOS
MÉTODOS FÍSICOS Y EXPERIMENTALES ............................................................................................... 21
2.1 PROCESOS CONDICIONANTES DE LA PRECIPITACIÓN ........................................................................... 21
2.1.1 Circulación Atmosférica................................................................................................................ 22
2.1.1.1 Ecuaciones de Estado del Aire Húmedo. Empuje Hidrostático............................................................22
2.1.1.2 Células de Hadley, Ferrel y Polar.........................................................................................................25
2.1.2 Efectos Locales: Mar y Relieve ..................................................................................................... 26
2.1.3 Modelos Climáticos de Circulación Global .................................................................................. 27
2.2 TIPOS DE PRECIPITACIÓN .................................................................................................................... 29
2.2.1 Precipitaciones Convectivas.......................................................................................................... 30
2.2.2 Precipitaciones Ciclónicas ............................................................................................................ 32
2.3 INFLUENCIA DE LA OROGRAFÍA EN LA PRECIPITACIÓN ........................................................................ 34
2.3.1 Métodos Físicamente Basados ...................................................................................................... 35
2.3.1.1 Forzamiento Orográfico y Excedente de Saturación ............................................................................36
2.3.1.2 Modelo de Colton.................................................................................................................................38
2.3.1.3 Modelo de Bell.....................................................................................................................................39
2.3.1.4 Modelo de Alpert-Shafir ......................................................................................................................40
2.3.1.5 Factor Orográfico, OFA .......................................................................................................................41
2.3.1.6 Modelo de Smith y Barstad ..................................................................................................................42
2.3.2 Métodos Experimentales................................................................................................................ 42
2.3.2.1 Modelos de Spreen, Burns y Schermerhorn .........................................................................................43
2.3.2.2 Modelo de Hanson ...............................................................................................................................46
2.3.2.3 Experimentación en la Cordillera del Himalaya...................................................................................46
2.3.2.4 Caracterización de Lluvias Convectivas...............................................................................................48
2.3.2.5 Modelo PRISM ....................................................................................................................................49
2.3.2.6 Técnicas Multivariadas de Interpolación..............................................................................................50
2.4 SÍNTESIS .............................................................................................................................................. 50
3 SERIES DE PRECIPITACIÓN HISTÓRICA Y COMPLETADO ...................................................... 53
3.1 LA RED TERRESTRE DE MEDIDA DE LA PRECIPITACIÓN EN ESPAÑA ................................................... 53
3.1.1 Técnicas de medida de la lluvia..................................................................................................... 54
3.1.1.1 Sensores de Tierra ................................................................................................................................54
3.1.1.2 Radar Meteorológico............................................................................................................................55
3.1.1.3 Satélites y Teledetección ......................................................................................................................57
3.1.2 Red Terrestre en España: AEMET, SAIH y SIAR.......................................................................... 59
3.1.3 Representatividad de la Red Meteorológica y Orografía.............................................................. 63
3.1.3.1 Modelos Digitales de Elevación y Orientación ....................................................................................63
3.1.3.2 Disponibilidad de Pluviometría en Altitud...........................................................................................64
3.2 TÉCNICAS DE COMPLETADO DE SERIES PLUVIOMÉTRICAS .................................................................. 72
3.2.1 Propiedades de las Series Temporales .......................................................................................... 73
3.2.2 Completado de Series Mensuales sin Persistencia ........................................................................ 75
3.2.2.1 Regresión Simple .................................................................................................................................75
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ÍNDICE DE CONTENIDOS
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ÍNDICE DE CONTENIDOS
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ÍNDICE DE FIGURAS
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1. Redes de medida de aguas superficiales en España según MARM..................................................7
Figura 2. Red de medida de aguas subterráneas en España según MARM .....................................................7
Figura 3. Esquema del modelo de Témez implementado en SIMPA ..............................................................9
Figura 4. Principales variables hidrológicas estimadas por el modelo de recursos en SIMPA .......................9
Figura 5. Lluvia media anual (1921-1930) en España (Lorenzo Pardo, 1933)..............................................11
Figura 6. Isoyetas de lluvia anual de 1959/60 en la cuenca del Guadalquivir (CEH, 1971)..........................11
Figura 7. Lluvia media anual en España del LBAE y posteriores actualizaciones (MARM, 2000b)............11
Figura 8. Gradiente altitudinal de la lluvia de registros y de resultados del LBAE (MARM, 2000a)...........12
Figura 9. Curva de saturación del aire...........................................................................................................24
Figura 10. Circulación de Hadley. Células de Hadley, Ferrel y Polar...........................................................25
Figura 11. Modelo noruego ciclones extratropicales.....................................................................................33
Figura 12. Curva de condensación por saturación en altura ..........................................................................37
Figura 13. Diagrama de Spreen .....................................................................................................................44
Figura 14. Pluviómetro y depósitos de recogida ...........................................................................................54
Figura 15. Red meteorológica AEMET.........................................................................................................59
Figura 16. Red pluviométrica de la red SAIH ...............................................................................................62
Figura 17. Red agroclimática SIAR ..............................................................................................................63
Figura 18. MDT de orientaciones obtenido mediante el SIG-GRASS en España y Portugal .......................64
Figura 19. Red pluviométrica en Cordillera Cantábrica y Picos de Europa ..................................................65
Figura 20. Red pluviométrica en el Pirineo ...................................................................................................65
Figura 21. Red pluviométrica en la Sierra de Gredos....................................................................................65
Figura 22. Red pluviométrica en el Sistema Ibérico y la cabecera del Turia.................................................66
Figura 23. Red pluviométrica en la Sierra de Cazorla...................................................................................66
Figura 24. Red pluviométrica en Sierra Nevada............................................................................................66
Figura 25. Red pluviométrica en la Sierra de Ronda.....................................................................................66
Figura 26. Red pluviométrica en Islas Canarias ............................................................................................66
Figura 27. MDE y reparto de superficie en España por altitud .....................................................................67
Figura 28. Histograma del nº de estaciones en altitud en España..................................................................68
Figura 29. Nº de series con registro anual completo y promedio de lluvia anual en España.........................69
Figura 30. Nº de estaciones con registro anual completo disponibles en radios de 10 km ............................71
Figura 31. Nº de series con registro anual completo y promedio de lluvia anual por franjas de altitud ........72
Figura 32. Series de lluvia disponibles por completado y promedio de lluvia en España .............................83
Figura 33. Densidad de información pluviométrica completada ...................................................................85
Figura 34. Series de lluvia disponibles por completado y promedios de lluvia por altitud ...........................86
Figura 35. Tipos de clima (Precipitación media anual) .................................................................................90
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ÍNDICE DE FIGURAS
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ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 74. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica, norte (1). H.R. 90º .......................................133
Figura 75. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica, norte (1). H.R. 60º .......................................134
Figura 76. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica, sur (2). H.R. 90º...........................................135
Figura 77. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica y vascongadas, norte (3). H.R. 90º ...............136
Figura 78. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica y vascongadas, sur (4). H.R. 90º...................137
Figura 79. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Pirineo Navarro y Aragonés, suroeste (5). H.R. 90º .......138
Figura 80. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Pirineo Aragonés y Catalán, suroeste (6). H.R. 90º ........139
Figura 81. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Costera Catalana, sureste (7). H.R. 90º...........................140
Figura 82. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, norte (8). H.R. 90º..............................................141
Figura 83. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, sur (9). H.R. 90º.................................................142
Figura 84. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, oeste (10). H.R. 90º............................................143
Figura 85. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, este (11). H.R. 90º..............................................144
Figura 86. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Gredos, norte (12). H.R. 90º ...........................................145
Figura 87. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Gredos, sur (13). H.R. 90º ..............................................146
Figura 88. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Navacerrada, noroeste (14). H.R. 90º .............................147
Figura 89. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Navacerrada, sureste (15). H.R. 90º................................148
Figura 90. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cabecera del Turia, oeste (16). H.R. 90º ........................149
Figura 91. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cazorla, oeste (17). H.R. 90º ..........................................150
Figura 92. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cazorla, este (18). H.R. 90º ............................................151
Figura 93. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Sierra Nevada, norte (19). H.R. 90º ................................152
Figura 94. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Sierra Nevada, sur (20). H.R. 90º ...................................153
Figura 95. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Sierra de Ronda, oeste (21). H.R. 90º .............................154
Figura 96. Perfiles del MDE en la Cordillera Cantábrica y lluvia media en diciembre...............................156
Figura 97. Perfiles del MDE en el Pirineo y lluvia media en diciembre .....................................................156
Figura 98. Perfiles del MDE en el Sistema Central y lluvia media en diciembre........................................157
Figura 99. Ventanas o medias móviles ........................................................................................................163
Figura 100. Isoyetas con contornos de lluvia constante ..............................................................................164
Figura 101. Aplicación del método de Thiessen .........................................................................................166
Figura 102. División de la cuenca según los polígonos de Thiessen...........................................................166
Figura 103. Superposición de las isoyetas a los polígonos de Thiessen ......................................................167
Figura 104. Comparación de las superficies estimadas con 1, 3, 6 y 12 puntos de interpolación ...............169
Figura 105. Comparación de las superficies estimadas con exponentes 0,5, 1, 2 y 4..................................170
Figura 106. Distribución espacial de la lluvia por IDW ..............................................................................170
Figura 107. Ejemplos de interpolación de splines bilineales (izqda.) y bicúbicos (drcha.) .........................173
Figura 108. Corte transversal de superficies con distintos valores del parámetro suavidad ........................176
Figura 109. Sensibilidad al parámetro tensión con suavidad nula...............................................................176
Figura 110. Corte transversal de las superficies con distintos valores del parámetro tensión .....................177
Figura 111. Semivariograma experimental y modelos teóricos...................................................................186
xxi
ÍNDICE DE FIGURAS
xxii
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 150. Trayectorias del MDE y de lluvia media anual en cabeceras de margen derecha del Segre ....247
Figura 151. Gradiente actitudinal de la lluvia anual ....................................................................................248
Figura 152. Serie de lluvias anuales en España ...........................................................................................249
Figura 153. Serie de lluvias anuales en la cuenca del Ebro .........................................................................249
Figura 154. Serie de lluvias anuales en la cabecera del Tajo.......................................................................250
Figura 155. Serie de lluvias anuales en la cuenca del Segura......................................................................250
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ÍNDICE DE TABLAS
ÍNDICE DE TABLAS
Tabla 1. Valores de la constante específica de los gases ...............................................................................23
Tabla 2. Tipos de radar..................................................................................................................................56
Tabla 3. Nº de estaciones meteorológicas históricas (MARM, 2000a) .........................................................60
Tabla 4. Nº de estaciones meteorológicas en servicio en el año 2000 (MARM, 2000a) ...............................61
Tabla 5. Recomendaciones OMM (1994) sobre red pluviométrica básica....................................................61
Tabla 6. Descripción de la red SAIH.............................................................................................................62
Tabla 7. Masas de aire activas sobre la Península Ibérica. B, borrasca; A, anticiclón ..................................91
Tabla 8 Aplicación método de las isoyetas..................................................................................................164
Tabla 9 Aplicación método de Thiessen......................................................................................................166
Tabla 10. Criterios de ajuste........................................................................................................................188
Tabla 11. Referencias sobre comparaciones entre métodos determinísticos y krigeado .............................203
Tabla 12. Índices de error............................................................................................................................236
xxv
ÍNDICE DE ECUACIONES
ÍNDICE DE ECUACIONES
Ec. 2-1. Leyes de Dalton ...............................................................................................................................22
Ec. 2-2. Ecuación general de los gases perfectos ..........................................................................................22
Ec. 2-3. Constante general de los gases perfectos .........................................................................................22
Ec. 2-4. Constante específica del aire húmedo ..............................................................................................22
Ec. 2-5. Humedad absoluta del aire...............................................................................................................23
Ec. 2-6. Humedad específica .........................................................................................................................23
Ec. 2-7. Humedad relativa .............................................................................................................................23
Ec. 2-8. Curva de saturación del aire.............................................................................................................24
Ec. 2-9. Masa de agua precipitable................................................................................................................24
Ec. 2-10. Relación entre humedad específica, presión de vapor y total atmosférica .....................................36
Ec. 2-11. Humedad específica en aire saturado .............................................................................................37
Ec. 2-12. Temperatura en función del enfriamiento por elevación................................................................37
Ec. 2-13. Densidad de vapor de agua ............................................................................................................37
Ec. 2-14. Tasa de condensación del aire (Roe, 2005)....................................................................................37
Ec. 2-15. Velocidad vertical (ascenso) en modelo de Bell (1978).................................................................39
Ec. 2-16. Precipitación orográfica (Alpert, 1986) .........................................................................................40
Ec. 2-17. Precipitación orográfica (Alpert, 1986) .........................................................................................40
Ec. 2-18. Factor orográfico, OFA..................................................................................................................42
Ec. 2-19. Nº de Froude de humedad ..............................................................................................................42
Ec. 3-1. Regresión entre la energía captada por el radar y la intensidad de lluvia ........................................56
Ec. 3-2. Descomposición del modelo de series temporales ...........................................................................73
Ec. 3-3. Ecuación del ratio normal ................................................................................................................75
Ec. 3-4. Recta de regresión lineal ..................................................................................................................75
Ec. 3-5. Error cuadrático y condiciones para el ajuste por mínimos cuadrados ............................................75
Ec. 3-6. Expresión del ajuste de la ecuación de regresión lineal por mínimos cuadrados.............................76
Ec. 3-7. Parámetros de la ecuación de regresión lineal obtenidos por mínimos cuadrados...........................76
Ec. 3-8. Ajuste por mínimos cuadrados. Criterio de distancias verticales.....................................................76
Ec. 3-9. Ajuste por mínimos cuadrados. Criterio de distancias horizontales.................................................76
Ec. 3-10. Media geométrica del parámetro a de los criterios de distancia horizontal y vertical....................77
Ec. 3-11. Recta de regresión considerando el término aleatorio....................................................................77
Ec. 3-12. Condición esperanza nula del error................................................................................................77
Ec. 3-13. Término de varianza del error ........................................................................................................77
Ec. 3-14. Ajuste por mínimos cuadrados en función de los residuos normalizados ......................................77
Ec. 3-15. Ajuste por MC en función de los residuos normalizados y distribución Gamma ..........................77
Ec. 3-16. Sesgo del ruido...............................................................................................................................78
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ÍNDICE DE ECUACIONES
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ÍNDICE DE ECUACIONES
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ÍNDICE DE ECUACIONES
Ec. 5-59. Ecuación general del krigeado sobre una variable .......................................................................189
Ec. 5-60. Ecuación general del KS ..............................................................................................................190
Ec. 5-61. Comprobación del estimador insesgado en el KS ........................................................................190
Ec. 5-62. Varianza de la estimación del KS ................................................................................................190
Ec. 5-63. Sistema de ecuaciones del KS......................................................................................................190
Ec. 5-64. Equivalencia entre covarianzas de residuos y de la variable original en procesos estacionarios .190
Ec. 5-65. Varianza de la estimación en el KS..............................................................................................191
Ec. 5-66. Ecuación general del KO .............................................................................................................191
Ec. 5-67. KO y condición de pesos .............................................................................................................191
Ec. 5-68. Comprobación del estimador insesgado en el KO .......................................................................191
Ec. 5-69. Varianza de la estimación del KO................................................................................................191
Ec. 5-70. Sistema de ecuaciones del KO .....................................................................................................192
Ec. 5-71. Varianza de la estimación en el KO .............................................................................................192
Ec. 5-72. Relación entre los semivariogramas de la variable original con deriva y el residuo....................193
Ec. 5-73. Deriva en el KD ...........................................................................................................................193
Ec. 5-74. Ecuación general del KD .............................................................................................................193
Ec. 5-75. KD y condiciones sobre las funciones de deriva..........................................................................193
Ec. 5-76. Comprobación del estimador insesgado en el KD .......................................................................194
Ec. 5-77. Varianza de la estimación del KD................................................................................................194
Ec. 5-78. Sistema de ecuaciones del KD .....................................................................................................194
Ec. 5-79. Varianza de la estimación en el KD .............................................................................................194
Ec. 5-80. Expresión de la deriva lineal en el KDE ......................................................................................195
Ec. 5-81. Ecuación general del KDE ...........................................................................................................195
Ec. 5-82. KDE y condiciones sobre las funciones de deriva .......................................................................195
Ec. 5-83. Comprobación del estimador insesgado en el KDE .....................................................................195
Ec. 5-84. Varianza de la estimación del KDE .............................................................................................196
Ec. 5-85. Sistema de ecuaciones del KDE...................................................................................................196
Ec. 5-86. Varianza de la estimación en el KDE ..........................................................................................196
Ec. 5-87. Ecuación general del KSR ...........................................................................................................197
Ec. 5-88. Comprobación del estimador insesgado en el KSR .....................................................................197
Ec. 5-89. Varianza de la estimación del KSR..............................................................................................197
Ec. 5-90. Sistema de ecuaciones del KSR ...................................................................................................197
Ec. 5-91. Varianza de la estimación en el KSR ...........................................................................................197
Ec. 5-92. Ecuación general del CKS ...........................................................................................................198
Ec. 5-93. Comprobación del estimador insesgado en el CKS .....................................................................198
Ec. 5-94. Varianza de la estimación del CKS..............................................................................................198
Ec. 5-95. Sistema de ecuaciones del CKS ...................................................................................................199
Ec. 5-96. Varianza de la estimación en el CKS ...........................................................................................199
xxx
ÍNDICE DE ECUACIONES
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ÍNDICE DE ECUACIONES
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
1 PRECIPITACIÓN Y OROGRAFÍA EN LA
SIMULACIÓN DEL CICLO HIDROLÓGICO.
OBJETIVOS DE LA TESIS
El conjunto de los diferentes estados y procesos por los que pasa el agua desde sus orígenes
constituye el campo científico de la hidrología (Bras, 1990). El agua circula entre la atmósfera
y la Tierra y es elemento imprescindible para la vida y para las actividades del hombre, que
modifica en su provecho el ciclo hidrológico natural. La hidrología como ciencia tiene
intereses comunes con otras disciplinas: meteorología, climatología, edafología, geología,
biología u oceanografía, a las que se añadirían especialidades científicas tales como la
economía o la sociología al considerar el agua como un factor para el desarrollo de las
actividades del hombre.
La cuestión sobre qué procesos constituyen el ciclo hidrológico ya se planteó en la Grecia
clásica de la mano de dos problemas: cómo se resuelve el balance del agua que los ríos
desaguan al mar y cuál es el origen de la que drena de los manantiales en épocas secas. Las
evidencias con las que se contaba en la antigua Grecia podrían ser como las siguientes: que
los ríos llegan de las montañas; que a las lluvias intensas, le siguen crecidas en los ríos; y que
en época estival los caudales disminuyen y llegan a secarse algunos cursos fluviales. Ninguno
de los dos problemas encuentra respuesta en la observación inmediata de la naturaleza y
ambos exigen la formulación de procesos hidrológicos de montaña y de llanura, atmosféricos,
superficiales y subterráneos.
1
1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
Entre las primeras teorías sobre el ciclo hidrológico, las denominadas teorías
transmutacionistas sostienen que el agua se transforma en aire al evaporarse y el aire en
líquido. Es Aristóteles el que fija el concepto de circulación ascendente y descendente y el del
equilibrio entre generación y corrupción. A pesar de mantener como principio la
transmutación, Aristóteles, explica en los Libros Meteorológicos la fase terrestre del ciclo
hidrológico asignando a las montañas el papel de territorio receptor de la precipitación ya que
es allí donde se dan bajas temperaturas para que el vapor se transforme en lluvia. La lluvia se
infiltra y forma la escorrentía de las épocas de recesión. La velocidad con la que aparece la
escorrentía depende de las características de la montaña, en términos de densidad de las
montañas según los Libros Meteorológicos.
Las teorías conservacionistas, por el contrario, mantienen la conservación de un principio en
forma de agua y la existencia de un ciclo, con retornos ascendentes, uno atmosférico y un
segundo subterráneo hacia las montañas. Es este segundo retorno subterráneo el que supuso
un conflicto experimental ya que su carácter ascendente, aunque explicara el origen de la
escorrentía en las montañas, necesita algún tipo de mecanismo que impulsara el agua en
sentido contrario a la gravedad y la elevara hasta las áreas de mayor altitud. Tales, Platón,
Plinio e incluso Descartes en el siglo XVII apoyaron estas teorías proponiendo diferentes
mecanismos que no pudieron ser observados en la naturaleza (Solís, 1990).
Vitruvio sostuvo en el siglo I que el ciclo hidrológico es función de la evaporación y de las
lluvias abundantes en las montañas. Perrault en el siglo XVII refrenda la fase descendente o el
origen de los caudales de los ríos comparando el orden de magnitud de aforos en la cabecera
del Sena con el de los registros de lluvia para concluir que los primeros son muy inferiores a
los segundos. Sin embargo, la imposibilidad de recoger exhaustivamente datos hidrológicos
en una cuenca y contemplar el conjunto de procesos hidrológicos provocó que, a pesar de los
planteamientos conceptuales de la Ilustración Francesa y su experimentación sobre distintas
fases del ciclo hidrológico como la infiltración, perviviera el debate del origen de las fuentes
y, en consecuencia, el del cierre del ciclo hidrológico. De acuerdo a Solís (1990), a principios
del siglo XVIII, Vallisneri recoge información en cuencas de montaña de los Alpes donde la
generación de escorrentía es abundante. En fuentes de carácter local encuentra que a los años
húmedos siguen periodos de recesión de abundancia, lo que liga los mecanismos de recarga
de origen pluvial con la descarga de las fuentes. El cierre de la teoría conservacionista del
retorno atmosférico lo explica Hadley en el siglo XVIII mediante experimentación en
laboratorio y medidas de evaporación. El agua en la atmósfera precipita y genera escorrentía
que, por acumulación en la red de drenaje, forma las aportaciones de los ríos. Una cantidad se
infiltra y reaparece con el tiempo como componente subterránea en función de las
características hidrodinámicas del medio, expresadas en leyes similares a las del flujo en
medios porosos publicada por Darcy en 1856. Parte del agua precipitada vuelve a la atmósfera
por evapotranspiración y se cierra el ciclo hidrológico.
Roe (2005) destaca el papel de la British Rainfall Organisation y de su fundador George
James Symons al subrayar la necesidad de cuantificar la contribución de la lluvia en zonas
montañosas. La asociación se fundó en 1859 con voluntarios que recogían datos dispersos de
lluvia en Gran Bretaña. A finales del s. XIX manejaban más de 3.500 puntos de medida. Los
datos sirvieron para investigar la importancia de la homogeneización de los sistemas de
registro, el alcance de eventos extremos cuya extensión se estudiaba mediante mapas de
isoyetas, así como la variabilidad temporal y espacial de la lluvia mensual y anual.
2
1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
La simulación integral del ciclo hidrológico está hoy lejos de haber encontrado una solución
concluyente a pesar del avance proporcionado por planteamientos basados en la
concatenación de procesos e interrelaciones, expresados ambos en términos con
fundamentación física, conceptual o estadística. Un esquema de simulación integral de cuenca
considera a la lluvia como mecanismo desencadenante del resto de procesos hidrológicos y su
estimación se apoya en observaciones con una fuerte variabilidad estacional, interanual y
espacial, entre las zonas de montaña y valle o entre las zonas costeras y del interior. A partir
de la lluvia, se suceden procesos de retención y detención como la intercepción de lluvia, la
evaporación y transpiración de las plantas, la recarga de los acuíferos, así como los
mecanismos de generación de escorrentía y propagación en las cuencas.
La primera formulación del método racional de Mulvaney, publicada en 1851, planteaba
como variables básicas para estimar un caudal máximo o de pico para el diseño de desagües,
la dependencia directa de la lluvia o de su intensidad en un intervalo de tiempo definido, del
área de la cuenca drenante y de un coeficiente de escorrentía característico de la cuenca. En el
estudio de eventos, Sherman introduce en 1932 el concepto de hidrograma unitario para
estimar, no solamente el caudal punta a partir de una cantidad de lluvia efectiva, sino también
la evolución en el tiempo de los caudales, lo que se conoce como hidrograma. Su fundamento
reside en modelos lineales de respuesta a lluvias unitarias. Este problema se reformuló dentro
de la teoría de sistemas durante los años 50.
Ambos modelos permanecen vigentes, reservando a la precipitación el papel de mecanismo
desencadenante, si bien la estimación de la respuesta hidrológica depende de factores
relacionados como la geología, los suelos y su textura, la topografía y pendientes del terreno,
la vegetación y usos de suelo, la variabilidad espacial de cualquiera de factores fisiográficos
mencionados y la variabilidad e intensidad de variables atmosféricas como la lluvia o
temperatura entre otros. Estos factores caracterizan las leyes que regirían los procesos
hidrológicos y sus interrelaciones. Pero en la práctica, el conjunto de procesos hidrológicos
resulta inabordable por la heterogeneidad de los factores anteriores y porque la aplicabilidad
de las leyes que representan los procesos hidrológicos depende de la escala (Eagleson, 1970).
En función de la heterogeneidad y escalas espaciales y temporales, los procesos resultan más
o menos relevantes para estimar una componente hidrológica y son de aplicación unas u otras
leyes físicas. De acuerdo al denominado Principio de Parsimonia, los modelos deben integrar
únicamente los procesos dominantes que permiten transformar la lluvia en cualquier
componente hidrológica como la escorrentía permitiendo, con carácter general, identificar
causas y efectos y limitar la incertidumbre de la simulación hidrológica.
El Principio de Conservación de Masa constituye una ecuación fundamental en hidrología,
aplicable a cualquier escala espacial, no dependiente de ningún parámetro distinto de los
geométricos que definen el volumen de control u otros relacionados con las variables
implicadas (Dooge, 1988). Fundamenta la formulación del ciclo hidrológico, así como la de la
de la física de los procesos y fases por las que circula el agua (Eagleson, 1970; Singh, 1988;
Chow et al., 1994; Beven, 2001). Este principió se extendió al Principio de Conservación de
la Energía por Penman en 1948 (McCulloch, 2007) para la determinación de la evaporación
en función de términos energéticos y aerodinámicos. La aplicación de los principios de
continuidad o conservación necesita de la definición de volúmenes de control por lo que para
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
facilitar la representación del ciclo hidrológico ha sido tradicional usar elementos de balance
que reciben una cantidad de agua o energía, la almacenan y dan salida.
La teoría de sistemas plantea el estudio de un fenómeno complejo descomponiéndolo en una
serie de variables de entrada y salida, así como en una serie de funciones de transformación.
Éstas dependen de parámetros que se estiman mediante ajuste entre las variables de entrada y
salida. Las funciones de transformación se entienden como expresiones de mecanismos
físicos conocidos y deterministas o, desde otro punto de vista, como funciones capaces de
simular los mecanismos que sigue el agua en cada proceso, básicamente almacenamiento y
propagación. La estructura del ciclo hidrológico se expresa por medio de un conjunto de
procesos interrelacionados que reciben, almacenan y descargan agua entre ellos hasta producir
la escorrentía, pero cuya primera entrada es la precipitación y el cierre atmosférico es la
evapotranspiración.
El esquema de simulación de Freeze y Harlan (1969) integra diferentes mecanismos de
estimación de componentes subsuperficiales, directas y subterráneas de escorrentía, cálculos
de evapotranspiración desde el suelo y zona saturada, así como ecuaciones hidráulicas de
propagación de la escorrentía. Su diseño se apoya en la implementación de ecuaciones
físicamente basadas y en el avance que entonces se vislumbraba sobre las posibilidades
computacionales y numéricas para simular el conjunto considerable de procesos que forman
el ciclo hidrológico. Este esquema se ha mantenido hasta las actuales versiones de modelos
distribuidos y físicamente basados con aplicación a multitud de problemas hidrológicos
(Graham y Butts, 2005; Singh y Woolhiser, 2002). Sin embargo, los parámetros de los que
dependen las leyes adquieren significado cuando se aplican a una escala y cuenca
determinada, reduciendo la utilidad de las técnicas experimentales de laboratorio en la
parametrización de los modelos de simulación hidrológica. Hay un problema de escala entre
los valores de los parámetros procedentes de ensayos puntuales cuando los procesos poseen
una clara dimensión espacial (Beven, 1987 y 2002).
La calibración hidrológica es una técnica a posteriori. Una técnica a priori se referiría al uso
de la experimentación en la estimación de los parámetros de los que depende una ley física
(Duan et al, 2003). Sin embargo, las características hidrológicas que describen los parámetros
no son fácilmente observables y medibles a la escala de cuenca (Gupta et al., 2003). La
calibración en hidrología consiste en el ajuste del valor de los parámetros utilizando como
criterio el mejor acuerdo posible entre registros hidrológicos históricos y las simulaciones
realizadas con el modelo. Se distinguen en el proceso de calibración tres pasos, de cero a dos
según Boyle et al. (2000). El nivel cero está definido por la recopilación del rango de valores
de un parámetro en función de la similitud de las características de una cuenca con otras. En
el nivel uno, los valores de los parámetros se aproximan en función del estudio del efecto de
ese parámetro en la respuesta. Finalmente, en el nivel dos se comparan resultados simulados
con históricos utilizando el modelo hidrológico, lo que permite contemplar el conjunto de
interacciones de los procesos dominantes. Como regla práctica se asume extrapolable la
caracterización hidrológica de una a otras cuencas y el ajuste de los valores de parámetros se
basa en identificar características fisiográficas comunes entre diferentes cuencas (Gupta et al.,
2003).
La calibración de parámetros es un proceso complejo al entrar en juego incertidumbres
asociadas a diversas causas, entre las cuales es principal la experiencia del técnico (Schaake,
2003) y otras ya comentadas relativas a la necesaria simplificación en la representación
matemática del ciclo hidrológico o a la falta de acuerdo entre la parametrización de
4
1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
5
1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
ciencia hidrológica radicalmente imprecisos que no pueden ser tratados sin el apoyo de
técnicas estadísticas y que afectan al planteamiento conceptual del problema.
Las consideraciones anteriores subrayan la complejidad del objetivo de simulación integral
del ciclo hidrológico y las variables fuentes de incertidumbre que hay en la práctica de los
modelos y en la representación de procesos, cualquiera que sea el fundamento de las
ecuaciones, físicamente basadas, estocásticas o fundadas en la teoría de sistemas, desde el
momento en que se produce la lluvia hasta la generación de escorrentía. La adecuada
representación de la lluvia es entonces un problema que compromete la fiabilidad de los
modelos hidrológicos y de sus predicciones (Tetzlaff y Uhlenbrook, 2005; McMillan et al.,
2011).
1
Concepto derivado de la Directiva Marco del Agua que establece el marco comunitario de actuación en aguas
6
1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
Figura 1. Redes de medida de aguas superficiales en España Figura 2. Red de medida de aguas subterráneas en España
según MARM según MARM
2
http://www.marm.es/. No se incluye la posición de los piezómetros de Canarias
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
PRE
ETR (ETP)
(TEM)
A c u íf e ro K sólida líquida
i
ESCd
nieve
j
C e ld a ( i,j) (TEM)
ESC
P u n to d e C o n tro l
REC
suelo
PRE: precipitación H
TEM: temperatura
ETP: evapotranspiración potencial ESCsb
H: humedad en el suelo
ETR: evapotranspiración real
ESCd: escorrentía directa acuífero
REC: recarga V
V: volumen acuífero
ESCsb: escorrentía subterránea
ESC: escorrentía total
A título de ejemplo, la Figura 4 muestra mapas medios anuales de las anteriores variables,
precipitación, evapotranspiración potencial y real, recarga en las masas de agua subterránea y
escorrentía total estimados mediante el modelo anterior. La escala de trabajo es mensual entre
los años hidrológicos 1930/31 y 2005/06. La precipitación representa el influjo de agua en el
ciclo hidrológico, mientras que la evapotranspiración potencial representa la demanda
atmosférica de agua, que se satisface en función de las disponibilidades de agua en el suelo
dando la evapotranspiración real. En cada unidad acuífera, el influjo de agua está dado por la
recarga que, en plazos de tiempo suficientemente amplios, tiene que igualar a la descarga. La
escorrentía es suma de esta descarga subterránea y la denominada escorrentía directa.
Recarga Escorrentía
Figura 4. Principales variables hidrológicas estimadas por el modelo de recursos en SIMPA
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
Figura 5. Lluvia media anual (1921-1930) en España Figura 6. Isoyetas de lluvia anual de 1959/60 en la cuenca
(Lorenzo Pardo, 1933) del Guadalquivir (CEH, 1971)
Figura 7. Lluvia media anual en España del LBAE y posteriores actualizaciones (MARM, 2000b)
La elección del método de inverso de distancia atendió en el LBAE a razones prácticas dentro
del mismo contexto de simulación hidrológica. Los mapas mensuales de lluvia se interpolaron
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
Figura 8. Gradiente altitudinal de la lluvia de registros y de resultados del LBAE (MARM, 2000a)
La curva correspondiente a los resultados del LBAE permite estimar un valor del gradiente
medio entre precipitación y altitud de 60 mm/100 m, desde los 800 msnm, con lluvias
12
1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
estacionarias entre los 600 y 700 mm/año en cotas inferiores; por encima de los 1.600 msnm,
las lluvias superan los 1000 mm/año en media (MARM, 2000a). Sin embargo, los datos
promediados de las estaciones de la AEMET no muestran el mismo comportamiento
monótono creciente con la altitud. Proporcionan un máximo de lluvias alrededor de los 1.800
msnm, si bien el número de estaciones utilizadas en estas altitudes es muy escaso. Por otro
lado, los promedios de lluvia registrada no alcanzan los valores resultado de la interpolación.
Esto atendería a las siguientes razones. O bien la red meteorológica es claramente insuficiente
y no registra un importante volumen de lluvia en las cotas más altas; o bien, los resultados del
LBAE (MARM, 2000a) han sobreestimado la lluvia y el volumen sobrante se ha repartido en
otros procesos hidrológicos mediante la calibración y ajuste de los volúmenes de escorrentía
conforme a los registrados en algunas estaciones de aforo.
3
https://www.uni-hohenheim.de/spp-iop/index.htm
4
http://www.map.meteoswiss.ch/
5
http://www.hymex.org/
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
dada la, en muchos casos, superior precipitación respecto a los territorios de alrededor y las
condiciones hidrológicas favorables a la generación de escorrentía como una reducida
evapotranspiración potencial y altas pendientes.
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
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1. Precipitación y Orografía en la Simulación del Ciclo Hidrológico. Objetivos de la Tesis
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
p = ∑ pi V = ∑Vi
pi p
pi ⋅ V = p ⋅ Vi ⇔ =
Vi V
siendo pi y p la presión parcial ejercida por el gas i y la total de la mezcla
respectivamente, Vi y V el volumen parcial ocupado por el gas i y el total ocupado por
la mezcla.
2. Cualquier gas cumple la ecuación general de estado, aplicable a cada una de las fases,
aire seco, vapor de agua y mezcla final o aire húmedo:
Ec. 2-2. Ecuación general de los gases perfectos
R * = Ri ·M i
p ⋅ V = m ⋅ R ⋅ (273 + T ) = ∑ ni ·R * ·T = ∑ mi ·Ri ·T ⇒ R =
∑ m ·R
i i
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Aire húmedo Depende de la cantidad de vapor Función del contenido de vapor de agua en la mezcla de
de agua aire húmedo
Ra = Rd ·(1 + 0,61·qv )
Tabla 1. Valores de la constante específica de los gases
e
ρv =
Rv ⋅ (273 + T ) 0,622 ⋅ e
⇒ ρv =
Rd Rd ⋅ (273 + T )
Rv =
0,622
siendo e la presión de vapor en Pa, Rv la constante de gas vapor 461,51 J/kg·K, Rd la
constante de gas para aire seco, 287,05 J/kg·K, y T la temperatura en ºC. La relación
entre Rd y Rv es igual a una constante, 0,622, relación entre los pesos moleculares del
vapor de agua y el aire seco.
2. Humedad específica, qv, es la relación de masas de vapor de agua y aire húmedo, en
kg/kg o relación de densidades de vapor de agua ρv y aire húmedo ρa,
Ec. 2-6. Humedad específica
ρv
qv =
ρa
3. Humedad relativa, hr, es la relación entre la masa de vapor para un volumen dado de
aire y la masa de vapor contenida en el mismo volumen, a la misma temperatura pero
en condiciones de saturación. Comúnmente se expresa como el cociente entre la
presión de vapor y la correspondiente a saturación en %,
Ec. 2-7. Humedad relativa
e
hr = %
eas
23
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
El aire tiene una capacidad máxima de retención de vapor. Cuando ésta se alcanza, el aire se
satura y la presión máxima que soporta el vapor se denomina presión de vapor saturante que,
para agua pura, depende únicamente de la temperatura del aire y se expresa, entre -40ºC y
40ºC, como:
10
El motor más importante del clima es el Sol. Calienta la superficie de la Tierra y las capas de
la Atmósfera que la rodean. De la radiación recibida, aproximadamente un 30% es reflejada y
el resto es absorbida, un 17% por la atmósfera y otro 53% por la corteza terrestre. En la
Atmósfera, las masas de aire experimentan descensos de temperatura conforme ascienden,
siendo mayor la temperatura de superficie. La diferencia de temperatura entre la Atmósfera y
la superficie terrestre causa una transferencia de calor sensible que hace ascender la
temperatura del aire en contacto con la superficie (conducción); también hay transferencia de
24
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Ferrel
Viento en s uperficie
Hadle y
La circulación de las masas de aire sigue los meridianos en la estructura de Hadley con una
única celda en cada Hemisferio y sentidos de circulación opuestos en superficie y en altura.
Sin embargo, la fuerza de Coriolis asociada al movimiento de rotación de la Tierra modifica
esta estructura al superponer una componente zonal a la circulación de aire. Así, en el
Hemisferio Norte, los vientos que se dirigen hacia el Polo viran hacia la derecha; hacia la
izquierda en el Hemisferio Sur, los que se dirigen hacia el Polo Sur. Esta rotación hace que en
latitudes de 30º y en altura la componente de velocidad dirigida del Ecuador a los Polos sea
prácticamente horizontal. La corriente es entonces del oeste en altura y desciende por
enfriamiento, formándose el cinturón de altas presiones tropicales. El aire que desciende a
superficie se divide en dos ramas. Una está dirigida hacia el Ecuador y cierra la primera celda;
la segunda, hacia los Polos. La dirigida hacia el Polo Norte vuelve a desviarse por efecto de la
fuerza de Coriolis que hace que progresivamente vire hacia la derecha, hasta que
aproximadamente en la latitud de 60º vuelve a ascender por calentamiento, con divergencia en
altura. El aire procedente del Polo se calienta por contacto con la superficie y asciende cuando
llega a los 60º de latitud.
25
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Como consecuencia de estos efectos se forman dos cinturones de altas presiones: en los 30º de
latitud y en los Polos. Los cinturones de bajas presiones están sobre el Ecuador y en las
latitudes medias altas, aproximadamente en los 60º (Sumner, 1998). Finalmente, la estructura
de Hadley se fragmenta en tres celdas por hemisferio: la de Hadley, que se sitúa entre los 0º y
los 30º-35º; la de Ferrel que llega hasta los 45º-65º de latitud; y la Polar que ocupa el resto. La
mayor parte de España se encuentra en el área de influencia de la segunda célula de Ferrel,
sometida por tanto a vientos del oeste en superficie. Las islas Canarias están localizadas en el
cinturón de altas presiones subtropical y sometida a los vientos alisios.
Se define como fuerza del gradiente de presión a la que se orienta de las altas a las bajas
presiones. Induce movimientos verticales y horizontales. La componente horizontal es la que
tiene un efecto importante al ser la causante de los vientos horizontales. Su dirección no está
únicamente condicionada por la dirección de las presiones altas hacia las bajas. Con esa
componente inicial, actúa la fuerza de Coriolis. En una depresión o baja hay descenso de
presiones hacia el centro. Por tanto, en el Hemisferio Norte, la componente que toma el
viento, al ser corregida de forma proporcional a la velocidad adquirida por la fuerza de
gradiente, tiene sentido antihorario o circulación ciclónica. Al contrario ocurre con los
anticiclones, con decrecimiento de presiones hacia el exterior y componentes del viento con
giro igual al de las agujas del reloj.
En sentido vertical siempre hay un gradiente de presiones ya que éstas disminuyen en altura.
Sin embargo, esta fuerza vertical no suele generar una dinámica significativa por estar
prácticamente equilibrada con la de la gravedad (condiciones hidrostáticas). Los procesos
convectivos profundos se caracterizan por hallarse en condiciones no hidrostáticas y de ahí la
dificultad de su modelización.
26
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
brisas tierra adentro y durante la noche, desde la tierra hacia el mar. El contraste entre el
rozamiento del viento sobre el mar y sobre el continente es otra fuente de inestabilidad ya que
el viento se frena al contacto con la tierra y aparecen turbulencias de aire en ascenso.
El mar interviene en el clima de una zona en función de la configuración de la costa en su
entorno. En el Golfo de Vizcaya cuando el viento sopla mar adentro, afloran aguas frías en
superficie que rebajan la temperatura en la costa. Al contrario ocurre cuando sopla tierra
adentro, situación en la que se acumulan aguas cálidas en la costa del Golfo de Vizcaya. En
invierno la corriente es paralela a la costa y gira con vientos del SO hacia la costa de Francia.
En verano, la actividad del mar se reduce, hay calentamiento y posibilidad de ciclogénesis
local que genera fuertes intensidades de precipitación entre agosto y octubre.
El relieve genera situaciones climáticas propias. El efecto inmediato del relieve es la
modificación de la circulación de aire sobre la superficie. El condicionamiento impuesto llega
a escalas sinópticas, tal como describe Barros et al (2004) sobre el continente indio. La
orografía impone un primer patrón de circulación sobre valles y llanuras; un segundo patrón
se encuentra en mesoescala y se identifica por la transmisión de la estructura orográfica a las
bandas de nubosidad y la formación de dipolos orográficos. Éstos están caracterizados por la
formación de una mesoalta a barlovento y otra mesobaja a sotavento de las cadenas
montañosas más relevantes, como los Pirineos o los Sistemas Ibérico y Cantábrico (Llasat,
2009). El esquema clásico de forzamiento orográfico contempla la elevación forzada de una
masa de aire húmedo ante una barrera y la disminución de temperatura y presión de vapor
saturante, lo que provoca condensación (Roe, 2005). En ambientes montañosos, hay mayor
superficie del terreno expuesta al Sol, mayor calentamiento, ascenso por convección y
generación de brisas desde los valles o desde el mar hacia las montañas que arrastran masas
húmedas. Al contrario, también se produce flujos por gradiente de densidad, desde las laderas
hacia los valles cuando hay enfriamiento y caída del aire más pesado (vientos catabáticos).
Ligado a fenómenos convectivos, la orografía juega un papel favorecedor de la dinámica
convectivas (Llasat y Puigcerver, 1994; Ramis et al., 1995; Rigo, 2004). La cuenca
mediterránea es el área del mundo donde mayor número de eventos de ciclogénesis se
producen y el lugar extratropical donde mayores intensidades de lluvia extratropical se
registran (Llasat, 2009). Sobre el Mediterráneo se forman capas aire cálido y húmedo de 1,5 a
2 km de espesor que originan fenómenos convectivos desde el otoño hasta la primavera. Los
dos grandes centros de ciclogénesis en el Mediterráneo que afectan a la Península Ibérica son
el Golfo de Génova y la costa de Argelia.
27
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
CTMs), las interacciones con la cobertura de hielo (Ice Sheet Models, ISM) o los
intercambios que ocurren desde la superficie terrestre como la evapotranspiración. El
fundamento de los modelos es físicamente basado, aunque dependen de simplificaciones
operativas en términos de escala y de procesos, como el del forzamiento orográfico.
El conjunto de ecuaciones de estos modelos no tiene una solución explícita y han de
resolverse por métodos numéricos. Los modelos globales se integran en todo el planeta, en
escalas espaciales y temporales razonablemente amplias. Actualmente, la resolución de la
parte atmosférica de un modelo normal es de 100 a 300 km en línea horizontal y,
aproximadamente, el doble para los océanos. En ambos casos, la resolución vertical es de
unos 20 niveles. Las ecuaciones se resuelven generalmente en pasos de media hora.
Sin embargo, existe un conjunto de procesos asociados a resoluciones menores como los
procesos convectivos de formación de nubes, radiación, viento, procesos hidrológicos sobre la
superficie terrestre, etc. que se han de implementar en los modelos por medio de
parametrizaciones, simplificando su variabilidad real. Trabajan, por tanto, a resoluciones
mucho más amplias que las que usan los modelos hidrológicos y sus resultados, en términos
de precipitación, no son suficientemente válidos, al menos en cuanto a la representatividad
estacional y a la escala u orden de magnitud de lluvias y variabilidad. Se hacen en ellos
necesaria la utilización de procedimientos de reescalado o regionalización mediante técnicas
de proyección regional, downscaling, y de correcciones de sesgo o bias (Wilby et al., 2004;
AEMET, 2008).
Hay dos grandes grupos de técnicas de proyección regional: las dinámicas y las estadísticas.
Las primeras están basadas en el anidamiento de modelos climáticos regionales, MCR, bajo
las condiciones de contorno que dan los modelos MCGAO. La resolución espacial de los
modelos anidados baja normalmente hasta los 0,5º, aún demasiado amplia para contemplar los
procesos en montaña. Las técnicas estadísticas analizan las relaciones estadísticas entre series
locales y regionales. La consideración de aspectos no lineales, estacionariedad o la
correlación espacial entre las estaciones dan lugar a diferentes técnicas. Un último grupo de
técnicas se conocen como método de los análogos consistentes en trasladar a los valores
locales, los valores alcanzados en situaciones análogas registradas históricamente. Los
trabajos en análogos parten de una clasificación de situaciones análogas y usan como
predictores los campos obtenidos de MCG.
Las condiciones iniciales de los MCGAO tienen en cuenta la memoria de los procesos
involucrados, con ajustes de 5 a 50 años para aquellos que ocurren en la atmósfera o en el
hielo o, mayores, para los que involucran balances entre la superficie y capas profundas del
océano.
Los modelos climáticos y las diferentes técnicas de proyección regional conllevan la aparición
de términos de error que dependen lógicamente de aspectos como la representación
matemática de los procesos e interacciones. En el informe del IPCC (2007) se mencionan
diversos problemas teóricos al respecto de la representación en los modelos del forzamiento
inducido por los gases de efecto invernadero, la amplificación del forzamiento solar, la
influencia de factores antropogénicos como la introducción de aerosoles, el acoplamiento de
procesos océano-atmósfera, las técnicas operativas de cada modelo, así como los errores
derivados de la falta de ajuste de escala de procesos determinantes en la atmósfera y que
escapan a la escala sinóptica.
28
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Los distintos MCGAO dan soluciones diferentes debido a las distintas opciones y
composiciones de los modelos, ecuaciones y términos fundamentales de la dinámica océano-
atmósfera, de las técnicas de parametrización, de resolución numérica y de proyección
regional. Los resultados difieren y el abanico de resultados se ha asumido como incertidumbre
asociada al tratamiento de los procesos. Es decir, se usan las soluciones de varios modelos
para estimar una respuesta media y una incertidumbre respecto a esa media.
Los modelos son evaluados de varias maneras. La principal consiste en comparar los datos
climáticos simulados con los observados. Los resultados para el análisis de impacto del
cambio climático en España (AEMET, 2008) utilizan el periodo de control 1961-1990. Entre
las variables resultado, la temperatura de superficie es la que menos errores presenta en las
simulaciones de los modelos. Pero variables como la presión atmosférica y la precipitación
tienen peor respuesta simulada dando diferencias importantes en la escala y en el ciclo
estacional.
Los resultados de los MCGAO dan desviaciones medias que varían enormemente de una
región a otra y de un modelo a otro. Las desviaciones de los valores medios de la temperatura
estacional a nivel subcontinental son normalmente de ±4ºC, y las desviaciones de las
precipitación oscilan entre -40% y +80% (IPCC 2001a y 2001b). Los MCR de alta resolución
han mejorado considerablemente en los últimos años. Los MCR que se basan en las
condiciones de contorno observadas muestran desviaciones de las temperaturas cuyo
promedio por zona (celdas de unos 100 km2) es, en general, menor de 2ºC, mientras que las
desviaciones de la precipitación son inferiores al 50%.
Los modelos climáticos se usan actualmente para la caracterización del clima y, bajo
determinadas condiciones de forzamiento relacionadas con la presencia de compuestos en la
atmósfera, en la evaluación del cambio climático. Están lejos de poder similar con precisión la
dinámica atmosférica y efectos como el que la orografía produce en la lluvia. Debido a la
influencia que los errores tienen en los resultados, los análisis de impacto sobre
perturbaciones inducidas en la atmósfera, como por ejemplo un posible aumento de CO2, se
realizan en términos de series de anomalías como diferencias respecto a una situación de
referencia. El análisis por diferencias permite hipotéticamente filtrar errores sistemáticos
comunes a la pasada de referencia y la correspondiente a la perturbación inducida. Sin
embargo, la proporcionalidad de los errores a la magnitud de las variables demuestra que hay
errores importantes que siguen influyendo en los resultados. Por otro lado, esta magnitud de
los errores y la falta de ajuste estacional impiden actualmente la utilización de los resultados
para forzar modelos hidrológicos y simular las diferentes fases del ciclo.
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Un ascenso convectivo se produce por el empuje hidrostático que experimenta una masa de
aire cuando está más caliente que el entorno (Cotton, 1990). El aire con mayor temperatura
ocupa un volumen mayor, disminuye su densidad y sufre del entorno un empuje equivalente
al peso del volumen desalojado. También se conocen como ascensos convectivos aquellos
forzados por el paso sobre una barrera montañosa, sobre una superficie rugosa generando
eddies o torbellinos de aire ascendente y sobre un frente o línea de convergencia (Sumner,
1988).
La curva de evolución de la temperatura ambiente con la presión sobre un punto se conoce
como curva de estado y se registra mediante radiosondeos de altura, temperatura, humedad
del aire y presión en la Troposfera. El aire se calienta en contacto con el suelo por lo que suele
registrarse un descenso de temperatura con la altura a diferencia de lo que ocurre en la
Estratosfera, región en la que la temperatura aumenta con la altura. También se dan los casos
opuestos de inversión térmica radiativa o superposición de una capa cálida de aire o de
inversión de subsidencia por descenso de aire frío y ascenso del caliente. Al gradiente de la
curva de estado se le denomina gradiente geométrico o térmico vertical (Llasat, 1991; Cotton,
1990). La temperatura de una masa de aire en ascenso depende de su temperatura inicial, de
su contenido de humedad, de la temperatura del entorno y de los procesos a los que está
sometida. La comparación de la evolución de temperatura de la masa ascendente (curva de
evolución) respecto al gradiente térmico vertical (curva de estado) permite evaluar la
convectividad y describir sus estados y fases de desarrollo.
La estabilidad o inestabilidad del ascenso de una masa de aire es función de sus propiedades y
las del aire del entorno. Si iniciado el ascenso, éste continúa, se tendrá una situación inestable.
Es condicional si depende de si el aire está saturado o no. Si una vez iniciado el ascenso, se
induce un mecanismo de descenso o, al contrario, iniciado un descenso se induce un
mecanismo compensatorio de ascenso, la partícula se encuentra en situación estable.
Dada una masa de aire en ascenso, este continuará en situación inestable y ascenso si la masa
se mantiene a una temperatura superior a la del entorno. El ascenso continúa hasta encontrar
un nivel de equilibrio6 en el que las temperaturas se igualan. En términos de gradiente de
temperaturas, si el gradiente térmico vertical del ambiente es mayor que el coeficiente de
enfriamiento adiabático de la masa de aire ascendente, se habla de inestabilidad ya que la
temperatura desciende más deprisa que la de la masa en ascenso. El coeficiente de
enfriamiento adiabático de la masa de aire no saturado es de 9,8 ºC/km. A medida que el aire
asciende, se enfría y va disminuyendo su capacidad máxima de retención de vapor de agua,
aproximándose a las condiciones de saturación. Cuando se alcanza la saturación, el aire
ascendente condensa vapor de agua liberando calor latente. Con el aire saturado se habla del
coeficiente de enfriamiento por elevación adiábatica saturada. Su valor depende de la presión
y temperatura.
Al ser el coeficiente de enfriamiento adiabático saturado menor que el seco, puede darse una
situación intermedia en la que la masa de aire no inicie el ascenso hasta alcanzar las
condiciones de saturación. Se dice que la situación es condicionalmente inestable. Es decir,
permitirá el ascenso a una masa de aire saturada pero no a una no saturada. En general, la
6
Nivel de equilibrio: nivel en el que se igualan las temperaturas ambiente y la de la masa ascendente
30
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
masa de aire no saturada asciende de forma espontánea si existe inestabilidad o por ascenso
forzado hasta el nivel de condensación por elevación7. Una vez alcanzado este nivel, el aire se
satura. Si la masa está más caliente que el entorno, hay ascenso libre. En caso contrario, es
necesario un forzamiento que le lleve hasta el nivel de convección libre8 a partir del cual
seguirá ascendiendo siempre que la masa de aire esté más caliente que el entorno.
En una situación real, el aire en ascenso se mezcla con el ambiente de cuyas características
depende la continuidad del proceso. Si el aire ambiente está saturado y más frío, se producirá
un descenso de temperatura en la masa ascendente, a la vez que algunas gotas de agua se
evaporan con consumo de calor y descenso de temperatura.
El aire saturado se eleva y se forman gotas de agua por coalescencia, que caen y aligeran la
parte superior de la nube. Al caer las gotas, atraviesan capas de aire no saturado y parte del
agua condensada se vuelve a evaporar, absorbiendo energía y enfriando el aire, que desciende
y favorece el ascenso de nuevas masas de aire caliente y húmedo. En su movimiento
descendente, el aire frío es arrastrado hacia la base creando una zona de alta presión y se
inicia la disipación de la nube. Otro factor que interviene en los intercambios de calor y
energía es el rozamiento sobre las gotas minúsculas que se forman en el ascenso de la masa de
aire saturado, reduciendo su flotabilidad.
Se conoce como CAPE a la energía potencial disponible para la formación de estructuras
convectivas. Depende de la relación entre las condiciones ambientales de humedad y
temperatura y las de la masa ascendente y se evalúa comparando la curva de estado y la curva
de evolución. Este índice de energía potencial sirve para clasificar los tipos de convección,
aunque su sensibilidad al contenido de humedad y a la distribución vertical de la flotabilidad
hace que sea muy sensible a errores de estimación.
Los ascensos convectivos de masas de aire forman nubes tipo cúmulos o cumulonimbos que
generan celdas o agrupaciones de ellas en escalas micro a meso9. La vida media de estas
estructuras va de 30 minutos a las 12 horas de las mayores estructuras. Los cúmulos son
nubes de buen tiempo, pero cuando crecen considerablemente con una cantidad suficiente de
agua, dan lugar a precipitaciones. Para su formación es necesario que exista convergencia
horizontal en niveles bajos, es decir, que el viento incida con direcciones opuestas, y el
ambiente que favorezca su inestabilidad. La convergencia horizontal se produce entre las
brisas; por la elevación forzada sobre las laderas de una montaña; por convergencia a
sotavento de una masa de aire que rodea una elevación; o por la convergencia creada por un
ciclón extratropical o una línea de convergencia. La acción del viento de cizalladura en el
entorno de las nubes se da cuando existe una variación en velocidad y dirección del viento
con la altura, creando zonas de alta y baja intermitentes. Las situaciones de fuerte cizalladura
son favorables al desarrollo de tiempo severo, poco eficiente pluviométricamente (tormentas
eléctricas, granizo, etc.).
7
Nivel de condensación por elevación: nivel para el cual una masa de aire se satura por elevación adiabática
8
Nivel de convección libre: nivel a partir del cual hay enfriamiento más rápido del ambiente que el que se da en
la masa de aire saturado
9
En términos espaciales microescala se refiere a eventos de dimensiones hasta los 2 km, mientras que la
mesoescala llegaría hasta los 2.000 km
31
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Los sistemas convectivos más simples están constituidos por celdas unicelulares,
caracterizados por una fase de desarrollo, otra de madurez y otra de disipación. Este tipo de
tormentas tienen una duración entre 25 y 60 minutos, con una extensión de 5 a 10 km
caracterizándose por intensidades altas y fuertes vientos racheados en superficie (Llasat,
1991).
Otro tipo de sistemas convectivos con duraciones de tormenta entre 1 y varias horas son las
multicelulares donde hay una concatenación de generación-disipación de estructuras celulares
denominadas madre e hija. Mientras las células hija registran intensas corrientes ascendentes,
las células madre están en la fase de madurez o disipación. La convergencia necesaria para su
formación puede llegar hasta los 20 km de distancia (Llasat, 1990 y 1997; Llasat et al., 1996).
La estructura supercelular está formada por una célula de grandes dimensiones muy
persistente, caracterizada por la existencia de un mesociclón en su interior.
Los denominados sistemas convectivos de mesoescala (SCM) están constituidos por
agrupaciones de tormentas unicelulares o multicelulares. Se clasifican según su estructura y
pueden llegar a durar más de 12 h (Rigo y Llasat, 2005). La mayor parte de los episodios de
lluvias intensas e inundaciones se producen por sistemas multicelulares o SCMs.
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Los ciclones pueden interaccionar con la orografía de diferentes maneras. Cotton (1990) cita
tres fenómenos: los procesos de siembra y alimentación, el bloqueo orográfico y las tormentas
en las laderas de sotavento.
Los procesos de siembra y alimentación, conocidos como de Bergeron (1968 y 1973) por sus
experiencias en las colinas cercanas a Uppsala, son fruto de la combinación de dos procesos
de precipitación. Sobre una pequeña colina (50 m de altura en las primeras experiencias) se
produce un ascenso forzado de aire húmedo que se enfriará según el gradiente adiabático no
saturado. Puede alcanzar la saturación, pero no se produciría lluvia ya que el tiempo para que
se formen las gotas y precipiten es menor que el tiempo de paso a la ladera de sotavento por lo
que ha de existir un segundo mecanismo. Cuando sobre esta nube existe otra sembradora de
gotas donde se han dado los procesos de nucleación, crecimiento de cristales y precipitación,
por reducida que sea su intensidad, al pasar por la zona del movimiento forzado agrega agua a
las gotas ya formadas, que crecen y la precipitación resulta localmente más intensa
(Grabowski, 1989). Según Cotton (1990), este proceso es frecuente con los ciclones en los
que la corriente cálida actúa de alimentadora, formando la nube que remonta la colina. La
precipitación se producirá si por encima se dispone de nubes en altura generadas por el ciclón.
Grabowski (1989) implementó un modelo matemático para la simulación de este proceso en
altitudes inferiores al km. El modelo permitía comprobar el efecto de la variación de algunos
parámetros fisiográficos o climáticos como la anchura de las cumbres, las orografías
complejas, la cantidad de precipitación de la nube sembradora, el efecto de la velocidad del
viento sobre la cantidad de lluvia o las posibilidades de generación de lluvia o nieve. En el
modelo se consideraban dos capas de nubes y de procesos microfísicos. Una primera capa es
estratiforme sembradora y una segunda es función de las perturbaciones orográficas. Con
cimas anchas, la lluvia se concentra sobre la cima y se produce con mayor intensidad cuanto
más fuerte sea el viento. Con cimas estrechas, la lluvia se dispersa hacia el lado de sotavento,
con mayores intensidades cuanto menor sea la velocidad del viento ya que su mayor
velocidad hace que la dispersión hacia el lado de sotavento sea mayor y aunque se genere
mayor cantidad de lluvia, ésta se dispersa más. En orografías complejas se dan mayores
diferencias entre máximos y mínimos cuanto mayor sea la altitud o mayor sea la escala
horizontal del fenómeno. La mayor intensidad de lluvia no se da con las precipitaciones más
intensas de la nube sembradora.
El bloqueo orográfico se da en grandes cordilleras sobre las que el ascenso de una masa de
aire puede generar un dipolo orográfico. Si esto ocurre sobre un frente frío, provoca que el
aire frío deba a su vez remontar esta zona de alta de la ladera de la montaña, superponiéndose
a la masa de aire cálido y húmedo. La situación es entonces de una masa de aire cálido y con
humedad por debajo de una fría, lo que degenera en una inestabilidad con ascenso convectivo
y precipitaciones sobre la montaña. El bloqueo puede romper la continuidad de la masa cálida
y húmeda y atraparla en las zonas bajas de la ladera de barlovento, en donde se dan las
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
del sistema en estudio. Un sistema se caracteriza por el valor de sus variables de estado que
condicionan todas las demás dependientes de ella. La expresión de estas relaciones de
dependencia son las ecuaciones de estado. Son propiedades del sistema la masa y la energía
que se pueden intercambiar con el entorno. Además, el entorno ejerce una serie de acciones
sobre un sistema como fuerzas que inducen un equilibrio dinámico. Los modelos son
determinísticos puesto que se apoyan en la certeza de las operaciones consideradas.
El esquema básico de Rotunno y Ferretti (2001) para estimar la precipitación orográfica
consideraría en cada momento la cantidad de vapor de agua en la columna de aire, la cantidad
de agua líquida que se mantiene en el aire y la que tiene velocidad descendente. Su
determinación necesita considerar los principios de conservación de masa, cantidad de
movimiento y energía, intercambios de calor e interacciones de procesos y fases, con lo que
finalmente aparecen variables como la velocidad, temperatura, humedad relativa o absoluta,
velocidad del aire, densidad, fuerzas de equilibrio hidrostático, fricción, Coriolis o
cizalladura, parámetros como la constante de los gases, las constantes de cambio de fase a
presión y volumen constante o las de calor sensible, entre otras. Las escalas temporales y
espaciales deben ser suficientes para contemplar fenómenos como la formación de nubes o la
generación de tormentas convectivas.
mv · Rv ·T md · Rd ·T
p = pv + pd ⇒ p = +
V V
m· R
p= ·T ⇒
V
mi · Ri
pi = ·T
V
mv · Rv + md · Rd
⇒ p= ·T = (ρ v · Rv + ρ d ·0,622· Rv )·T = (ρ v + ρ d ·0,622 )· Rv ·T
V
ρv ρv ρv ⇒
qv = = ⇒ ρ d = ·(1 − qv )
ρa ρv + ρd qv
ρ e 0,622·e
⇒ p = ρ v + v ·(1 − qv )·0,622 · Rv ·T = (0,622 − 0,378·qv )· ⇒ qv ≈
qv qv p
El esquema clásico de lluvia orográfica supone un ascenso forzado de una masa de aire
debido al obstáculo montañoso. El ascenso induce enfriamiento del aire y la reducción de la
capacidad de vapor en saturación. En condiciones de saturación, la humedad específica, qvas,
es función de la temperatura (Ec. 2-8) y de la altitud del terreno,
36
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
eas (T )
qvas (T , z ) = 0,622·
p(z )
La temperatura del aire ascendente se expresa en función de la alcanzada a una altura de
referencia, To, del coeficiente de enfriamiento adiabático por elevación, γ, y del incremento de
altitud, z-zo. γ tiene un valor aproximado 0,0098ºC/m,
Ec. 2-12. Temperatura en función del enfriamiento por elevación
T = To − γ ·( z − zo )
La densidad del vapor saturante por unidad de volumen de una masa de aire húmedo es el
producto de la densidad del aire, ρa, por la humedad específica saturada, qvas. Suponiendo una
masa de aire húmedo aislada del entorno cuyo ascenso se fuerza a una velocidad w constante,
por balance de cantidad de movimiento, la derivada del producto anterior en altitud es la tasa
de condensación o volumen de agua sobrante. Al integrar este último término se obtiene el
agua condensada por saturación ante un ascenso forzado. Tomando como origen el nivel del
mar, una temperatura a esa altitud de 15ºC, resulta una relación entre altitud (msnm) y la tasa
de condensación por saturación (Kg de vapor respecto a m3 de aire húmedo y unidad de
tiempo) convexa, resultado de la acumulación diferencial decreciente (Figura 12). Se asume
que la precipitación cae inmediatamente al suelo.
Ec. 2-13. Densidad de vapor de agua Ec. 2-14. Tasa de condensación del aire (Roe, 2005)
ρv = ρa ·qvas =
C=−
(
d ρ a ·qvas
=−
) (
∂ ρ a ·qvas dz
· =
)
0,622·eas (T ) dt ∂z dt
=
( )
Rd · 1 + 0,611·qvas ·(273 + T ) = − w·
( as
∂ ρ a ·qv )
∂z
1.20E-02
1.00E-02
en ascenso forzado (Kg/m )
3
Agua condensada
8.00E-03
6.00E-03
4.00E-03
2.00E-03
0.00E+00
0 500 1000 1500 2000 2500 3000 3500 4000
Altitud(msnm)
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
w = wl + wt = wl − k3·v·∇z· ρ a · g
El ascenso del aire implica una variación de temperatura y de la humedad relativa. Esta
variación se supone lineal introduciendo un factor función de la presión y temperatura. Para
que se forme una gota de agua precipitable tienen que darse condiciones de saturación en la
masa ascendente y un tiempo mínimo de formación de 1.200 s, 20 minutos.
La cantidad total que precipita es el exceso de saturación más la cantidad agua arrastrada por
coalescencia en su caída. Es una componente aditiva en el modelo y es función de la
velocidad terminal, de un factor de eficiencia y del tamaño de la gota, función a su vez de la
intensidad de lluvia. La evaporación de agua en la caída y el desplazamiento horizontal por la
acción del viento, especialmente importante cuando bajan las temperaturas por debajo de 0ºC
y se produce nieve, también se tratan en el modelo.
Este modelo se utilizó en Gran Bretaña para la predicción de las cantidades de lluvia. El
esquema se completaba con la estimación de la contribución de lluvias convectivas y todo el
modelo estaba acoplado a otro de escala superior (10 niveles) que proporcionaba los datos
básicos para su funcionamiento. Tal como se ha descrito, el modelo implementa un
considerable número de procesos y parámetros, entre los cuales se han considerado factores
básicos para la estimación de la precipitación orográfica la evolución de la humedad en altura
por ascenso forzado de una masa de aire y la acción del viento de superficie sobre las laderas
de las montañas.
Corradini (1985) volvió a utilizar la formulación de Bell (1978) delimitando la zona de
influencia orográfica hasta los 2.000 msnm aproximadamente. En el modelo de Corradini la
precipitación orográfica es un incremental de la que se deriva de los esquemas de circulación
general sobre el territorio por lo que para alturas superiores, se admite la precipitación que cae
en zonas libres de la influencia orográfica.
39
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
( )
P = − ∫ ∇ z · ρ a ·qv ·v ·dz + E ≈ ρ amed ·q med
v
(
· v·∇z + wl + E)
0
(
P = 0,622·hr ·eas ( z )· v·∇z + wl · ) R·T1( z )
40
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
41
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
El peso dado al término de convergencia hace que se utilice como índice de la influencia
orográfica. Se denomina factor orográfico, OFA del inglés Orographic Factor, al producto
escalar de la velocidad en superficie por el gradiente orográfico. Es positivo en las laderas de
sotavento y negativo en las de barlovento.
Ec. 2-18. Factor orográfico, OFA
OFA = −v·∇z
Sin embargo, Rotunno y Ferretti (2001) relativizan la importancia del factor OFA al encontrar
otros mecanismos de generación de lluvia orográfica en los Alpes. Un primer mecanismo se
basa en un ascenso forzado sobre la ladera, directamente relacionado con la pendiente sobre la
que circula el aire. Pero el segundo mecanismo de modificación de la circulación del aire
sobre la barrera montañosa con convergencia vertical se debe al balance del calor latente. Por
esto, la lluvia no está directamente relacionada con la pendiente y el uso del factor OFA como
variable predictiva se relativiza. Otro índice similar para describir el forzamiento orográfico
de la lluvia con un flujo saturado es el nº de Froude de humedad (Kunz y Kottmeier, 2006):
Ec. 2-19. Nº de Froude de humedad
U
F=
N·H
En el que U es la velocidad perpendicular a la montaña, H es la altura de la montaña y N es la
frecuencia Brunt-Väisäla. Al utilizar la componente de velocidad, el fundamento es similar al
OFA. Los autores mencionados describen diferentes experiencias para eventos de lluvias altas
y nº de Froude mayores a 1.
La precipitación aumenta en zonas donde la orografía fuerza el ascenso de las masas de aire
húmedo. Bajo esta premisa se ha estudiado qué variables relacionadas con la orografía son
predictivas de la precipitación, de su intensidad o duración (Spreen, 1947; Burns, 1953;
Schermerhorn; 1967; Duckstein, 1972 y 1972b; Hanson, 1982; Loukas y Quick, 1993; Daly et
al.; 1994; Singh et al., 1995; Hay et al., 1998; Barros et al., 2000; Marquínez et al., 2003;
Guan et al., 2005; Naoum y Tsanis, 2004b; Bookhagen y Burbank, 2006; Barstad et al., 2007;
Saghafian y Bondarabadi, 2008; Daly et al., 2008; Haile et al., 2011). La variable predictiva
42
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
43
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
4,5 120
ELEVAC IÓ N RELATIVA LÍNEA PIVO TE
4,0
100
3,5
Precipitación, mm
80
Elevación, Km
3,0
60
2,5 Elevación relativa 0.0 Km
Elevación relativa 0,3 Km
Elevación relativa 0,6 Km
40
2,0 Elevación relativa 0,9 Km
Elevación relativa 1,2 Km
Elevación relativa 1,5 Km
1,5 20
1,0
0
S SE 0-10º 10º-25º
SO O
25º-45º 45º-65º
NO E
65º-90º 90º-225º
N NE
Cero 225º-360º
Burns (1953) reproduce la misma técnica gráfica de correlación múltiple para su aplicación en
pequeñas cuencas tomando como fuente los trabajos de Lindsey, Kholer y Pauhlus de la
Universidad de Stanford. Éstos asumían leyes regionales en las que se obtiene mayor
precipitación con mayor altitud, mayor pendiente, mayor elevación relativa y mayor
exposición a la entrada de masas húmedas. Según refiere Burns (1953), la experimentación de
Lindsey en Sierra Nevada, había permitido concluir que la lluvia aumentaba hasta la cota
1.500 msnm, para luego decrecer.
Burns adapta el método a cuencas del oeste de Glendora, en California. El tamaño de la
cuenca de experimentación es de unos 70 km2 con desniveles entre 500 y 1.645 m. Se
utilizaron medias de once años de precipitación de 141 pluviómetros, con una densidad
equivalente de 1 estación cada 0,39 km2. Los índices son:
1. Altitud de la estación sobre el nivel del mar. De la misma forma que había sido
definida por Spreen (1947). Se considera que cuanto mayor sea la altura, la
temperatura se reduce y las condiciones de la masa de aire se acercan a la saturación,
lo que da precipitación. En sentido opuesto actúa el factor de vaciado del contenido de
humedad en altura conforme la masa de aire pierde humedad por condensación. Los
dos factores hacen que exista una altitud intermedia, más baja que la cima, donde se ha
de alcanzar la precipitación máxima. En las cuencas de experimentación de San Dimas
se asume que este punto tendría una altura superior a la cima
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
2. Pendiente. Este índice es nuevo respecto a los considerados en los trabajos de Spreen.
Cuanto más rápido y vertical sea el ascenso, mayor cantidad de precipitación, lo que
permitiría localizar las áreas de lluvia máxima en las ladera más pronunciadas. Es un
factor asociado a la localización de la estación, pero depende de la configuración de
las laderas. Sin embargo, la elección de un índice relacionado con este fenómeno es
difícil.
3. Elevación relativa. En este caso se reformula la definición dada por Spreen. Se define
como la diferencia de altitud respecto al punto de mayor elevación en un radio de 8 km
sobre el cuadrante NE ya que la entrada de los frentes húmedos en las cuencas de
experimentación es del SO. Se supone que la introducción de este factor está
relacionada conque el punto queda a barlovento de la barrera orográfica donde la
precipitación aumenta en función del efecto barrera.
4. Orientación. Esta variable se reformula también buscando reflejar la estructura de la
cuenca respecto a la posición de la estación, que podrá estar expuesta a la entrada de
los frentes o en umbría. Se considera un modelo de ocho direcciones básicas de
orientación. La dirección considerada es la correspondiente a la perpendicular trazada
desde la divisoria hacia la estación.
5. Regionalización climática. Permite tratar de forma global el resto de variables que no
se han tenido en cuenta explícitamente. En el estudio presentado por Burns (1953) se
distinguen cuatro regiones, con gradientes hipsométricos distintos. La región de mayor
gradiente no coincide con la de mayores alturas y parece estar más relacionada con la
dirección de entrada del aire húmedo y de la disposición de barreras intermedias.
Burns reformula así el modelo de Spreen (1947) con el objetivo de mejorar los resultados a
escala de cuenca. Mientras el modelo de 1947 sería aplicable regionalmente en grandes
escalas, los nuevos índices de Burns permiten mejorar los resultados en las cuencas de
experimentación de las Montañas de San Gabriel en California explicando, con la selección
de variables dada, un 84% de la varianza.
Una de las dificultades con la que se enfrenta este nuevo modelo es la selección de un variable
que refleje el efecto barrera sobre un punto de la cuenca. La existencia de barreras en
dirección SO en la zona de experimentación hace que en el punto se recoja menos
precipitación ya que el ascenso ha sido forzado durante el avance de la masa de aire húmedo.
Para su consideración, probó con la diferencia de alturas entre la estación y el máximo en un
radio de 8 km sobre el cuadrante SO. El óptimo se encontró con 3 km, pero finalmente no se
consideró como índice explícitamente utilizado en la formulación y se asumió como factor
englobable dentro de las características representadas por la regionalización.
Schermerhorn (1967) reduce la selección de índices a tres, el índice de elevación, efecto
barrera y latitud suponiendo que el efecto orográfico en las lluvias se hace consistente al
trabajar con medias de varios años.
1. Índice de elevación. Se parte de la hipótesis de unificar en una sola variable el efecto
de la altitud y elevación relativa considerada en los anteriores modelos. Se toma
entonces un único índice representativo de un área determinada. Para las cuencas del
oeste de los estados de Washington y Oregón, donde los frentes húmedos entran por el
SO, se define un índice como media de las alturas máximas encontradas en los ángulos
de 0º, 30º, 60º y 90º del cuadrante NE. El peso de las alturas encontradas en los
45
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
primeros 6,5 km (4 millas) es el doble del asignado a las alturas encontradas entre los
6,5 y 16 km (10 millas). Además, se acepta que cuando llueve sobre una cumbre, a
sotavento se registran todavía importantes cantidades de precipitación por lo que este
índice se transforma en la media de alturas máximas del cuadrante SO en los primeros
6,5 km sobre los mismos radios.
2. El efecto barrera a sotavento de la entrada del viento por el que se registra una
disminución de precipitación a lo largo de distancias importantes. Para su
parametrización se consideró la media de las alturas máximas a partir de los primeros
6,5 km hacia la costa en los radios de 210º, 220º, 230º y 240º respecto al norte. En este
caso se toma por tanto el complementario al efecto de mantenimiento de lluvias a
sotavento citado en el párrafo anterior. No obstante, el efecto de barrera no queda
adecuadamente representado cuando la barrera se hace irregular.
3. Latitud, que representa un factor regional de descenso de precipitaciones de norte a sur
en las cuencas de experimentación
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
estudiar las relaciones con la orografía. Durante el invierno predominan los ciclones
extratropicales; en el premonzón, los fenómenos convectivos y el postmonzón es una época
seca. Los gradientes de lluvia cambian estacionalmente y en función de la ladera, barlovento y
sotavento, con un área de transición donde se registran altas precipitaciones.
En la cordillera se distinguen tres partes, la exterior, media e interior. El máximo de lluvia
anual se da en la cordillera exterior, mientras que le mínimo se da en la interior. En la exterior
y durante la estación del monzón, se registra una disminución de precipitación en las laderas
de barlovento a partir de una altura con el máximo de lluvia situado alrededor de los 600
msnm; durante el invierno, pre y postmonzón, las lluvias de las cumbres se trasladan hacia
sotavento. Durante el monzón los máximos se dan en la cordillera externa y en la media.
El efecto orográfico más claro se da en la cordillera media. El aumento de precipitación con la
altitud es continuo, a barlovento y a sotavento, con máximos de lluvia entre los 1.600 y 2.000
msnm. La explicación dada a este fenómeno es que en las estaciones no monzónicas la
humedad del aire es mucho menor con lo que se llega a condiciones de saturación a mayor
altura, permitiendo sobrepasar las cimas de la cordillera exterior. Durante la época del
monzón esto no ocurre ya que el aire está cargado de humedad y, ante un ascenso forzado, se
satura rápidamente, produciéndose una maduración rápida de la nube.
En el lado de barlovento se registra una disminución de la precipitación a partir de la altitud
de 1.800 msnm. En las laderas de sotavento ocurre el mismo fenómeno, con máximos en la
cota de los 2.000 msnm de altitud, excepto en la época invernal en las que se da un marcado
descenso de precipitación conforme aumenta la altitud. La similitud en las cotas de máximo
entre barlovento y sotavento en las épocas de pre y post monzón se justifica por el predominio
de fenómenos convectivos que alcanzan las mismas alturas. La intensidad de lluvia en la
cordillera media crece con la altitud del lado de barlovento, lo que le hace alcanzar altas
precipitaciones anuales; en el lado de sotavento es el número de días el que crece con la
altitud para alcanzar volúmenes de lluvia similares.
En la zona alta de los Himalayas, la precipitación disminuye exponencialmente debido al
menor contenido de humedad en el aire. A partir de una altitud de 4.000 msnm, la
precipitación se hace insignificante durante los meses del invierno y escasa durante el resto de
estaciones. Las intensidades y número de días con precipitación también se hacen menores
con la altitud.
Alpert (1986) refiere el trabajo de Dhar y Rakhecha (1980) en el que las máximas
precipitaciones asociadas al monzón se dan en altitudes de la cordillera media, entre los 2.000
y 2.400 msnm. Otro pico de lluvia se encuentra al pie de la cordillera exterior, lo que en
conjunto les lleva a utilizar un polinomio de 4º grado para representar la relación entre altitud
y lluvia. Este polinomio presenta oscilaciones descendentes hacia sotavento y tendencia
creciente en las laderas de barlovento. En Dhar y Nandargui (2004) se utilizan lluvias totales
anuales para concluir que las mayores lluvias se dan al pie de la cordillera y que la tendencia
general de la relación altitud y lluvia es decreciente.
La existencia de este máximo de precipitaciones en alturas menores a las cimas de las
montañas está ligada según Daly et al. (1994) a las regiones subtropicales donde existe un
límite para el desarrollo vertical de la nubosidad. En zonas templadas el máximo ocurre cerca
de la cima (Daly et al., 1994). Las excepciones se asocian al efecto de reducción de humedad
en la masa de aire ascendente cuando se tienen amplias formaciones montañosas con grandes
distancias horizontales entre la base y la cima (por ejemplo 120 km, tal como citan respecto a
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
48
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
comportamiento está la del mecanismo de siembra-alimentación de las lluvias sobre una capa
inferior de nubes con ascenso forzado. La altura a la que se producen las mayores tasas de
precipitación es equivalente entonces a la de la base de la nube media, aunque ha de cambiar
conforme a las características de la tormenta y de la región. Loukas y Quick (1993) recogen
de otros autores un valor de unos 800 m.
49
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
2.4 SÍNTESIS
Los anteriormente denominados modelos físicamente basados dan actualmente soluciones al
forzamiento orográfico de la precipitación utilizando un conjunto de ecuaciones basadas en
consideraciones sobre la dinámica del aire húmedo y los cambios de fase del agua, sobre la
mecánica del movimiento de masas de aire, especialmente en términos de la interacción del
viento contra la ladera, y consideraciones termodinámicas en cuanto hay flujos de calor
latente y sensible que llegan a condicionar el flujo de masas de aire sobre una barrera
orográfica. Es evidente que la parametrización de modelos de este tipo exige un conocimiento
preciso de un alto número de variables atmosféricas y fisiográficas, manejables en un
contexto científico dependientes de la escala de trabajo. Por ello, solo se aplican a pequeñas
áreas de estudio muy instrumentadas.
50
2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
Este enfoque no ha encontrado aun una respuesta definitiva a la simulación del complejo
conjunto de procesos relacionados no solo con el ascenso forzado de una masa de aire sobre
una ladera, sino también con otros en los que la orografía también juega un papel principal
como son la convergencia horizontal de masas de aire, los ascensos forzados, el dipolo y el
bloqueo orográfico, los procesos de siembra y alimentación y las tormentas en laderas de
sotavento, entre otros. No parece por tanto adecuada, la implementación y utilización de estos
métodos a la escala del territorio de España, a series históricas y a escalas mensuales en los
que se mezclan diferentes tipos de eventos y génesis y masas de aire.
Los modelos físicamente basados permiten la elaboración de simplificaciones conceptuales y
de parámetros que puedan utilizarse como predictivos en ecuaciones de regresión. En este
sentido un primer paso se da al contemplar el forzamiento orográfico como el ascenso del aire
húmedo, la reducción de presión de vapor saturante y el aumento de la condensación, en
incrementos decrecientes si se parte de condiciones de saturación y para un gradiente térmico
constante. Otra derivación de los modelos físicamente basados y simplificados en ladera es la
que identifica como variables clave de la contribución orográfica a la acción del viento en
superficie y al gradiente orográfico y el producto vectorial de ambos, OFA. Este factor sería
predictivo de la lluvia en altitud, mayorando la lluvia en pendientes mayores.
La existencia de bandas o cotas de lluvia máxima, generalizando entre los 1.000 y 2.000
msnm, a partir de las cuales la lluvia decrece también se plantea en la bibliografía como
posibilidad asociada a este modelo simplificado. Se han observado en la cordillera del
Himalaya con tecnología TRMM, pero no hay acuerdo sobre si estas bandas son extrapolables
a latitudes templadas o si las lluvias máximas se encuentran en las proximidades de las
cumbres, tal como asumen modelos experimentales como el PRISM.
Sin embargo, los modelos físicamente basados tienen la limitación de la escala en la que
pueden ser aplicados, surgiendo problemas conceptuales y prácticos a la hora de tratar con
complejas orografías. Entre ellos se han citado la estimación del campo de velocidades del
viento, necesario como dato en un modelo simplificado, la introducción de condiciones
dinámicas y de advección de lluvia a sotavento de las laderas expuestas a las masas de aire, de
microfísica de la lluvia relacionada con los cambios de fase y termodinámicas por los
balances energéticos.
La gran ventaja de los modelos aquí denominados experimentales es evitar el complejo
conjunto de ecuaciones y parámetros de la fundamentación físicamente basada, la resolución
numérica o tiempos de proceso demasiado dilatados. Sin embargo, la dependencia de la
información registrada es mayor y tanto las relaciones utilizadas como la selección de
variables dependen de las características climáticas de las cuencas y de la escala de
experimentación. La extrapolación de estos modelos a cuencas diferentes exige por tanto una
revisión e, incluso, una nueva formulación a través de regresiones aproximadas a la realidad.
Los procedimientos basados en un menor condicionamiento como el proporcionado por
regresiones entre precipitación y variables como la altitud, orientación o pendiente han sido
utilizados con profusión en hidrología. Las comparaciones entre los resultados alcanzados
mediante regresión y los modelos numéricos de fundamento físico concluyen la aptitud de los
primeros, siempre y cuando la red sea suficiente.
En este marco, la altitud es la variable básica en los estudios de regresión, aunque hay
modelos que, con diferentes criterios, parametrizan las pendientes, orientación y el efecto
barrera principalmente. Estos modelos estadísticos se enfrentan al problema del necesario
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2. Precipitación. Procesos y Factores Condicionantes. La Orografía en los Métodos Físicos y Experimentales
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3. Series de Precipitación Histórica y Completado
10
AEMET, anteriormente Dirección General Instituto Nacional de Meteorología, INM. El INM se transformó
según Real Decreto de 8 de febrero de 2008 Consejo de Ministros, a iniciativa del Ministerio de Medio
Ambiente y a propuesta conjunta de los Ministerios de Administraciones Públicas y Economía y Hacienda, al
amparo de la Ley 28/2006, de 18 de julio, de Agencias estatales para la mejora de los servicios públicos. Su
finalidad y cometido es el desarrollo, implantación y prestación de los servicios meteorológicos que son
competencia del Estado, así como el apoyo al ejercicio de otras políticas públicas y actividades privadas,
contribuyendo con ello a la seguridad de bienes y personas, y al bienestar y desarrollo sostenible de la sociedad.
Desde su origen se ha denominado Instituto Central Meteorológico (1887), Observatorio Central Meteorológico
(1911), Servicio Meteorológico Español (1920), dependiente del Instituto Geográfico, Servicio Meteorológico
Nacional (1932) e Instituto Nacional de Meteorología (1978)
http://www.aemet.es/
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3. Series de Precipitación Histórica y Completado
54
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
K 0,75 y 2,5 cm Con pequeña longitud de onda, esta antena captaría fenómenos
como gotas de niebla
12 y 40 GHz
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3. Series de Precipitación Histórica y Completado
E = a· I b
Los parámetros a y b se ajustan por calibración con datos registrados en pluviómetros
convencionales. Los valores del exponente b varían entre 80 y 660; los de a, entre 1,2 y 1,9
(Sumner, 1988), en función del tipo de precipitación, convectiva o estratiforme (Rigo y
Llasat, 2004 y 2005). A su vez, en casos de lluvias muy intensas puede requerirse el uso de
otros métodos para estimar la intensidad de lluvia. El radar tiene como problema básico el que
la precipitación que se quiere estimar es en superficie y no en altura, donde es más sencilla la
lectura del eco sin interferencias (Kitchen et al, 1992). En general se destaca la siguiente serie
de problemas sobre esta técnica (Joss et al., 1997; Rigo, 2004; Germann et al, 2006):
1. La precipitación en bajas altitudes puede pasar inadvertida y no ser detectada
2. La precipitación detectada en altura puede no alcanzar el suelo por evaporación o
acción del viento (advección de lluvia)
3. Los cambios de fase líquido-hielo repercuten en el eco que recibe la antena receptora y
provocan errores de interpretación de intensidad de la lluvia
4. La evaporación desde el suelo puede reflejar la onda emitida
5. Incapacidad para detectar la lluvia fina
6. Las exploraciones de cota baja interceptan obstáculos, dejando zonas en sombra, como
ocurre en áreas de relieve
7. Hay condiciones que inducen a una propagación anómala del haz emitido relacionadas
con la variación vertical del índice de refracción
8. La señal es atenuada por la presencia en la atmósfera de moléculas que absorben y
dispersan la señal. Este efecto depende del diámetro y constante dieléctrica de las
partículas, así como de la longitud de onda de la señal. Las mayores longitudes de
onda son atenuables en menor medida
56
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
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3. Series de Precipitación Histórica y Completado
11
http://www.eumetsat.int/Home/index.htm
58
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Las observaciones meteorológicas en España datan desde la primera mitad del siglo XVIII,
aunque es a mitad del XIX cuando se organiza la coordinación de registros y la publicación de
estadísticas (AEMET, 2011). En esta reciente publicación de AEMET se indica que la red de
observación meteorológica actual cuenta, después de haber iniciado su automatización en
1985, con 109 estaciones principales, 766 estaciones meteorológicas, automáticas, 1.276
estaciones termométricas y 2.472 estaciones pluviométricas, de lo que cabe deducir un total
de 3.347 estaciones con registro de lluvia. Históricamente ha llegado a tener más de 5.000
estaciones en servicio durante los años 70 (AEMET, 2011). AEMET gestiona la difusión de
información meteorológica en España. Su secuencia de medida permite usar datos a diferentes
escalas temporales, diarias, mensuales, estacionales o anuales. En la Figura 15 se representa la
situación de los sensores terrestres de AEMET de los que se tiene información en la base
HIDRO del CEDEX. Se distingue entre estaciones pluviométricas, termométricas y
termopluviométricas.
El inventario realizado con motivo de la publicación del LBAE (MARM, 2000a) cifraba en
algo más de 9.000 el conjunto de estaciones meteorológicas históricas y en más 5.000 el
59
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
60
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Zonas urbanas 10 a 20
Si las cifras de la tabla anterior (Tabla 5) se comparan con las correspondientes a la red activa
en España (Tabla 4), se comprueba que, en términos globales, los indicadores son superiores a
los mínimos de la OMM. En todas las cuencas, con excepción del Tajo y Guadiana, los
indicadores son inferiores a la mitad de los recomendados, lo que sería indicativo de una
buena calidad de la red.
El SAIH se comenzó a instalar en España en los años 90. Recopila información
pluviométrica, niveles de embalse y caudales con el propósito principal de servir de alerta
temprana. Teniendo en cuenta la fecha de inicio de medidas, las series registradas son cortas
para una evaluación de recursos hídricos. Por otro lado, debido a que los objetivos iniciales de
instalación de esta red se centraban en el registro de señales que sirvieran de alarma, surge el
61
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Demarcación Inicio
Hidrográfica medidas
Júcar 01/01/1990
Segura 01/01/2000
Ebro 01/01/1997
Guadalquivir 01/10/1999
Tajo 01/01/2000
Guadiana 09/11/2006
Tabla 6. Descripción de la red SAIH Figura 16. Red pluviométrica de la red SAIH
Desde el año 1998 está activo el SIAR13, formado por un conjunto de estaciones
agroclimáticas con registro de temperatura y humedad del aire, velocidad y dirección del
viento, radiación solar y precipitación para estimar las necesidades de riego con datos reales
en los regadíos. La red depende del MARM y cuenta con datos en casi todas las provincias de
España14 (Figura 17). La instalación de estas estaciones sigue los criterios de estandarización
de medidas climáticas y las condiciones de mantenimiento de la red, con una alta calidad en la
información registrada. Sin embargo, las series son cortas y, a escala nacional, los datos de
lluvia son redundantes con los ya existentes en estaciones AEMET cercanas. Estas series
pueden ser útiles para completado de lagunas y análisis de calidad de los periodos comunes de
información.
12
http://www.mma.es/portal/secciones/aguas_continent_zonas_asoc/saih/
13
http://www.mapa.es/siar/
14
Sin cobertura SIAR las provincias de Pontevedra, Orense, Asturias, Cantabria, Vizcaya, Álava, Guipúzcoa, La
Rioja, Gerona, Lérida, Tarragona y Barcelona
62
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
15
http://srtm.csi.cgiar.org/
63
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
combinado con una holgura de 90º en la selección de ángulos de orientación permite obtener
muestras similares a las derivadas del cálculo de orientaciones sobre MDE de resolución
5.000 m. Se evita de esta manera el manejo de un tipo de información definida de manera
imprecisa en las referencias consultadas. Por último, se han considerado pendientes llanas y,
por tanto sin orientación, a las inferiores a un 1%. No se ha localizado ningún criterio en la
bibliografía que respalde esta decisión y la sensibilidad en la interpolación, con muy escasas
zonas de montaña en estas condiciones, es muy reducida. Las pendientes se calculan entre
cada celda y la que da la máxima pendiente de las 8 vecinas utilizando el mismo comando
r.slope.aspect del SIG-GRASS.
64
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
En otras zonas de España se vuelven a encontrar ejemplos que ilustran la falta de estaciones
de la red en zonas altas y las aglomeraciones de información en las bajas. Las figuras
siguientes (Figura 20 a Figura 26) muestran la distribución de los pluviómetros en el Pirineo,
Sistema Ibérico, Sierra de Gredos, Cazorla y Sierra Nevada para comprobar que la baja
densidad de pluviómetros en altura es un problema generalizado en España. Únicamente las
Islas Canarias parecen dar una mayor densidad de sensores en altitud.
Figura 20. Red pluviométrica en el Pirineo Figura 21. Red pluviométrica en la Sierra de Gredos
65
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Figura 22. Red pluviométrica en el Sistema Ibérico y la Figura 23. Red pluviométrica en la Sierra de Cazorla
cabecera del Turia
Figura 24. Red pluviométrica en Sierra Nevada Figura 25. Red pluviométrica en la Sierra de Ronda
66
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
msnm. Áreas entre 1.000 y 1.200 msnm ocupan unos 50.000 km2. Las superiores a la cota
1.200 msnm se encuentran en el mismo orden de magnitud de los 50.000 km2.
120000
100000
80000
Superficie (km 2)
60000
40000
20000
< 200
200-400
400-600
600-800
800-1000
1000-1200
1200-1400
1400-1600
1600-1800
1800-2000
> 2000
Altitud (msnm)
Inicialmente, para manejar una densidad uniforme, el reparto de estas estaciones en altitud
debería ser similar al de las áreas de la Figura 27. El aumento de densidad debe darse en las
clases de mayor variabilidad de la lluvia, tal como ocurre en las zonas de montaña o en las
zonas de costa. El histograma de la Figura 28 muestra el reparto de estaciones de medida de la
lluvia en España considerando el territorio dividido en franjas de 200 m de altitud. También
muestra un sesgo positivo, con un núcleo regular entre los 200 y 1.000 msnm y un pico
secundario entre los 600 y 800 msnm. La densidad de estaciones aumenta en las cotas bajas
entre los 0 y 200 msnm y en la costa, donde la variabilidad de lluvias también es mayor, pero
no en las áreas de mayor altitud, donde se comprueba el descenso importante del número de
estaciones. En cotas superiores a los 1.200 msnm únicamente se encuentra un 6% del total de
estaciones históricas, de las cuales, aproximadamente un 20%, son estaciones de Canarias.
Por encima de los 1.400 msnm, el porcentaje de estaciones es la mitad del anterior y las de
Canarias son casi el 30% del total. A pesar de estas cifras, los mínimos OMM se siguen
cumpliendo con el total de estaciones históricas.
67
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Los cambios de localización de las series, del entorno en el que se realizan las medidas o la
falta de mantenimiento hacen que surjan componentes de heterogeneidad en las series y
periodos sin registros o lagunas. La siguiente gráfica (Figura 29) está elaborada con las series
de la base de datos HIDRO (Quintas, 1996) procedentes a su vez de AEMET y de registros
históricos anteriores a 1970 procedentes de las antiguas oficinas de hidrometría de las
Confederaciones Hidrográficas, responsables de la toma de datos en un número reducido de
estaciones meteorológicas. Se representan el número de estaciones con registro anual
completo en cada año hidrológico desde 1804 y la estimación de lluvia media en España
obtenida por media aritmética del número total de datos de lluvia anual disponibles. El
número de estaciones con registro anual completo no coincide con el número de estaciones ya
que parte de las estaciones pasan por periodos de avería o abandono sin registro. El conjunto
total de estaciones históricas en España con las que se cuenta para la realización de este
trabajo es de 11.660, superior al número de estaciones manejado en el LBAE y muy superior
al de datos disponibles en cada año. El máximo se da en la primera mitad de los años 70 y
solamente alcanza la cifra de 4.500 series con año completo.
La Figura 29 permite comprobar el crecimiento importante de la red pluviométrica entre los
años 40 y 70. Desde principios de la década de los 70, la disponibilidad de información ha ido
decreciendo hasta las aproximadamente 3.000 series de años completos de principios del s.
XXI, similar al número de estaciones que indica AEMET (2011). Hay un último tramo de
descenso hasta las casi 2.000 estaciones en el año 2004/05. En la misma figura se representa
superpuesta una estimación de lluvia media anual calculada con una media aritmética del
conjunto anual de registros disponible en España. Es interesante observar asimismo que son
apreciables visualmente leves componentes de tendencia ascendente o descendente de lluvia
que coinciden con los ascensos o descensos del número de estaciones activas.
68
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Figura 29. Nº de series con registro anual completo y promedio de lluvia anual en España
69
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
70
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
71
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Figura 31. Nº de series con registro anual completo y promedio de lluvia anual por franjas de altitud
72
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Las series temporales son secuencias de datos históricos o sintéticos producidos por un
proceso aleatorio durante sucesivos intervalos de tiempo. En los apartados siguientes se
considera que el término i-ésimo, xi, de una serie temporal está constituido por una parte
determinista, di, y una parte aleatoria, ei,
Ec. 3-2. Descomposición del modelo de series temporales
xi = d i + ei
b. ¿Qué variables se pueden seleccionar con información sobre una dada?. ¿Podemos
diseñar un modelo estocástico que permita prever, por ejemplo, una serie de
caudales con los registrados en otros puntos del territorio o con series de
precipitación?. ¿Se pueden aprovechar las características regionales del
fenómeno?.
73
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
74
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Con carácter general, el completado de datos meteorológicos se puede realizar utilizando una
serie de técnicas que abarcarían desde la consideración de la media aritmética, que permite
rellenar datos entre series bajo determinadas condiciones de similitud; el ratio normal; el
inverso distancia al cuadrado y aquellos métodos que aprovechan superficies de interpolación
representativas del dato en una región, como las isoyetas para las precipitaciones; hasta los
métodos de regresión simple y múltiple, que permiten la obtención de los valores incógnita en
función del grado de asociación entre series de datos.
Ec. 3-3. Ecuación del ratio normal
1 P4 P P
Pi , 4 = ⋅ ⋅ Pi ,1 + 4 ⋅ Pi , 2 + 4 ⋅ Pi ,3
3 P1 P2 P3
en la que el subíndice i es indicativo de la fecha del dato a rellenar en una estación 4 a partir
de los datos contemporáneos registrados en las estaciones 1, 2 y 3 y de las relaciones en
media de las series registradas.
y est = a· x + b
n
ECM = ∑ ( yi − yiest ) 2
i =1
∂ECM
∀k ∈ (1, n ) → =0
∂a k
75
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Permitiendo obtener los parámetros ak de la función f(x) que representa al yest. La estimación
de a y b con una expresión lineal y mínimos cuadrados queda,
Ec. 3-6. Expresión del ajuste de la ecuación de regresión lineal por mínimos cuadrados
y est = a ⋅ x + b
n n n
ECM = ∑ ( yi − yiest ) 2 = ∑ ( yi − (a· xi + b )) =∑ yi2 + (a· xi + b ) − 2· yi ·(a· xi + b )
2
( 2
)
i =1 i =1 i =1
∂ECM n n
∂a
= ∑ (2·(a· xi + b )· xi − 2· yi · xi ) = 2·∑ a· xi2 + b· xi − yi · xi = 0 ⇒ ( )
i =1 i =1
n n n n
⇒ a·∑ xi + b·n· x − ∑ xi · yi = 0 ⇒ a·∑ xi + b·n· x = ∑ xi · yi ⇒
2 2
i =1 i =1 i =1 i =1
∂ECM n
= ∑ 2·(a· xi + b ) − 2· yi = 0 ⇒ a· x + b = y ⇒ b = y − a· x
∂b i =1
n n n n
2
⇒ a·∑ xi2 + b·n· x = ∑ xi · yi ⇒ a·∑ xi2 + n· y· x − n·a· x = ∑ xi · yi ⇒
i =1 i =1 i =1 i =1
n n
∑ x ·y i i ∑ x ·y i i
i =1 − y· x i =1 − y· x
⇒a= n ⇒b= y− n ·x
n
n
∑ xi2 ∑ xi2
2 2
i =1 −x i =1 −x
n n
Siendo x e y las medias las series x e y, rxy, el coeficiente de correlación de Pearson,
COV(x,y), la covarianza y σ x y σ y , las desviaciones típicas de las series, queda
Ec. 3-7. Parámetros de la ecuación de regresión lineal obtenidos por mínimos cuadrados
σ y COV ( x, y ) σ y COV ( x, y )
a = rxy ⋅ = · = b = y −a⋅x
σx σ x ·σ y σ x σ x2
En el caso anterior se ha ajustado la curva utilizando como medida de error las distancias
verticales. El resultado se puede implementar en la ecuación de regresión quedando,
Ec. 3-8. Ajuste por mínimos cuadrados. Criterio de distancias verticales
COV ( x, y )
y est − y =
σ x2
(
· x−x )
Si se toman distancias horizontales, la expresión del ajuste es distinta e igual a:
Ec. 3-9. Ajuste por mínimos cuadrados. Criterio de distancias horizontales
(x − x ) = COVσ( x, y)·(y
2
est
−y )
y
76
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
n
( x i − x) ⋅ ( yi − y )
COV ( x, y ) 2
n
∑
ρ = rxy = 2 2
= i =1
σ x ⋅σ y σ x ⋅σ y
Las expresiones anteriores sobre un ajuste por mínimos cuadrados se pueden ampliar al caso
de considerar un elemento aleatorio ε en la relación entre dos variables. Entonces, la
ecuación de regresión se expresa como sigue,
Ec. 3-11. Recta de regresión considerando el término aleatorio
yiest = a ⋅ xi + b + ε i
La distribución del error está condicionada a la de las variables utilizadas. Para una
distribución simétrica, se estimarían la tendencia central y desviación típica del error,
dependiente de las condiciones de ajuste. En el caso del ajuste por mínimos cuadrados, la
esperanza del error es nula y la varianza depende de la desviación típica de la variable
dependiente y del coeficiente de correlación entre variables.
Ec. 3-12. Condición esperanza nula del error
[ ]
E yi − yiest = E [ yi − b − a ⋅ xi ] = y − b − a ⋅ x = 0
Ec. 3-13. Término de varianza del error
[(
E yi − yiest ) ] = σ ⋅ (1 − r )
2 2
y
2
xy
Las ecuaciones anteriores se han obtenido utilizando los datos sin transformación alguna. Sin
pérdida de generalidad, se pueden expresar los resultados anteriores en función de los
residuos normalizados:
Ec. 3-14. Ajuste por mínimos cuadrados en función de los residuos normalizados
y est − y x−x
= rxy · + ξ · 1 − rxy2
σy σx
77
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
se tendría ξ perteneciente a una Gamma(0, 1, γξ) tal que el coeficiente de sesgo del ruido, γξ,
es función del de la variable independiente y del coeficiente de correlación de Pearson,
(Fiering y Jackson, 1971)
Ec. 3-16. Sesgo del ruido
1 − rxy3
γξ = ·γ x
(1 − r ) 2 1,5
xy
3
2 γ ·t γ
2
2
ξ = ·1 + ξ − ξ −
γξ 6 36 γ ξ
1 N
1 N xij − x j
xj =
N
∑x ij ; Sj =
N − 1 i =1
(
⋅ ∑ xij − x j )
2
; tij =
Sj
i =1
78
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
s3 r −r ⋅r s3 r − r ⋅r
a1 = ⋅ 13 23 2 12 a2 = ⋅ 23 13 2 12
s1 1 − r12 s2 1 − r12
donde s1, s2 y s3 son las desviaciones típicas de las series tij correspondientes a cada estación
y, dado que estas series han sido previamente estacionalizadas, su valor será 1, r12 es el
coeficiente de correlación simple entre los residuos de las estaciones 1 y 2; r13 es el
coeficiente de correlación simple entre los residuos de las estaciones 1 y 3; r23 es el
coeficiente de correlación simple entre los residuos de las estaciones 2 y 3, según la expresión
siguiente donde m y n representarían las diferentes combinaciones entre las estaciones
mencionadas:
Ec. 3-21. Coeficiente de correlación de Pearson
∑ (t
∀ij
m
ij )(
− t m ⋅ tijn − t n )
rmn =
∑ (t ) ∑ (t )
m 2 2
ij −t m ⋅ n
ij −t n
∀ij ∀ij
Se puede comprobar que la media del ruido εij es cero, mientras que su desviación típica sería
función del error cuadrático cometido en la ecuación de regresión. Se puede estimar a partir
de la expresión:
Ec. 3-22. Varianza del ruido
Sε2 = S 32 ⋅ (1 − ( R123 ) 2 )
79
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
siendo R123 el coeficiente de correlación múltiple entre las estaciones 1 y 2 con la número 3,
que para valores de desviación típica s1, s2 y s3 unitarios toma la expresión:
Ec. 3-23. Coeficiente de correlación múltiple
a
k N
Pmn = Rmn ⋅ mnk
12 ⋅ N
donde Pmn es el elemento (m,n) de la matriz de priorización correspondiente a la estación a
k
completar k, Rmn el coeficiente de correlación múltiple entre la estación k y las estaciones m y
n de referencia y Nmnk el número de datos mensuales registrados a la vez en las tres estaciones
m, n y k. El exponente a suele ser un dato que se introduce para ponderar la importancia que
tiene en el completado el número de datos comunes entre las tres estaciones. Se puede
determinar experimentalmente bajo el criterio de generar series con mínimo error cuadrático.
Halladas las matrices de priorización de cada estación, se elige cuál es la mejor pareja para
rellenar un mes en cuestión. En principio se escogerá para cada estación k la pareja de
referencia con un mayor valor de priorización, pero la existencia de los valores en el mes de
completado en esas estaciones m y n, origina que se tengan que elegir sucesivas parejas de
estaciones de acuerdo a valores decrecientes de priorización.
Dado que las series completadas han sido las tij, se precisa deshacer la transformación para
obtener la serie desestacionalizada y completada xij. Ello se consigue aplicando la siguiente
expresión a los residuos completados de la estación k:
Ec. 3-25. Transformación inversa de la normalización. Desestacionalización
xij = x j + S j ⋅ tij
Para aplicar esta metodología es preciso agrupar previamente las estaciones meteorológicas en
grupos homogéneos o afines, estableciendo un control previo de las estaciones que sirven de
referencia para el completado de una dada. Se evita así la transmisión de heterogeneidades y
errores de unas estaciones a otras.
80
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
El planteamiento del caso de regresión simple con persistencia es idéntico al del apartado
anterior considerando que la serie x corresponde a la desplazada, por ejemplo, un intervalo de
tiempo. Los modelos estocásticos multivariados de regresión utilizados para rellenar lagunas
en series de aportaciones mensuales consideran, a diferencia del caso anterior, la existencia de
una estructura de autocorrelación temporal en la serie de datos de cada estación, permitiendo
además extraer información a través de la correlación espacial con otras estaciones.
A continuación se expone la metodología propuesta por el Cuerpo de Ingenieros de los
EE.UU., que se ha estandarizado bajo la denominación del modelo HEC-4. Este modelo
permite rellenar lagunas en secuencias de aportaciones basándose en la autocorrelación de una
estación y de sus relaciones estadísticas con otras (correlación espacial).
Como en el caso anterior, el primer paso consiste en extraer la serie de residuos de acuerdo a
la estructura según la cual se distribuyen los datos de las series de aportaciones. El programa
plantea como hipótesis que las series se comportan de acuerdo a una distribución LogPearson
III con lo que, habiendo transformado las series originales en series de los logaritmos de las
aportaciones mensuales, se consideran la media, desviación típica y coeficiente de sesgo del
logaritmo de la serie según las expresiones siguientes: yij = log xij
Ec. 3-26. Media, desviación típica y sesgo de las series logarítmicas
N N N
∑ yij ∑ (y ij − y j ) ∑ (yij − y j )
2 3
i =1 i =1 N i −1
yij = log xij yj = σj = gj =
N N −1 (N − 1) ⋅ (N − 2) σ j 3
donde yij es el logaritmo de las aportaciones en el mes j del año i, y j es la media de la serie
logarítmica de las aportaciones en el mes j y N es el número de años de la serie. Se
estacionalizan las series de acuerdo a las expresiones:
Ec. 3-27. Transformación considerando el sesgo y la componente cíclica estacional
yij − y j 6 g j ⋅ tij gj
tij = kij = ⋅ 3 + 1 − 1 +
σj gj 2 6
donde tij es una serie estacionaria a la que se han suprimido las tendencias estacionales. A sus
valores podría ajustarse, en primera aproximación una distribución normal, ya que los xij han
sufrido una transformación logarítmica normalizante previa. Este tratamiento se debe al hecho
suficientemente conocido de que las aportaciones no siguen una distribución normal. A los
valores tij, el modelo HEC-4 no les ajusta una normal, sino una distribución Pearson-III en la
que se hace intervenir el coeficiente de sesgo periódico g j , resultando una nueva variable ki,j.
El modelo de regresión planteado sobre la serie de residuos es del tipo
Ec. 3-28. Modelo de regresión
M
k ijo = bo k ijo−1 + ∑ b1 ⋅ k ij1 + ε ij
1=1
81
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
Generar los valores de la serie xi utilizando el resto de la división del modelo lineal axi-1+c
entre m.
Ec. 3-29. Generación de números aleatorios. Modelo lineal
(a· xi −1 + c )
xi = resto
m
82
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
restan 6 unidades, se tendrá una normal de media cero y desviación típica unidad. La
transformación de Box-Muller utiliza dos números uniformemente distribuidos con media 0 y
varianza 12, para generar números normales de media 0 y varianza, 12.
Ec. 3-30. Transformación Box-Muller
1
ti = ln ·cos(2·π ·u2 )
u1
Figura 32. Series de lluvia disponibles por completado y promedio de lluvia en España
16
http://www.inag.pt/
83
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
84
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
85
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
evolución del número de estaciones representa el total de estaciones con año completo a cota
igual o inferior a la de referencia. Las precipitaciones promedio lo son exclusivamente de las
estaciones de cada intervalo de cotas. Desde la cota 1.200 m ya no parece existir un
incremento significativo de estaciones cuando, sin embargo, son los pluviómetros que
mayores cantidades registran, tal como se aprecia en las series promediadas. Si la media del
conjunto de pluviómetros completados oscila alrededor de los 600 mm anuales, la media de
los pluviómetros en cotas superiores a los 1.200 msnm oscila alrededor de unos 900 mm
anuales, es decir, es un 30% superior.
Figura 34. Series de lluvia disponibles por completado y promedios de lluvia por altitud
3.4 SÍNTESIS
Los datos de lluvia en España se registran mediante la red terrestre de pluviómetros, el radar y
el satélite. Las últimas dos técnicas, radar y satélite, proporcionan estimaciones espacialmente
distribuidas y en perfiles de lluvia en altura. Pero en la práctica encuentran numerosos
problemas técnicos para estimar cuantitativamente la lluvia en cualquier punto del territorio.
No captan cualquier intensidad de lluvia o nieve y, particularmente en el caso del radar
horizontal, son sensibles a la presencia de obstáculos, como los montañosos, tanto por la
presencia de ecos de la propia superficie como por dejar zonas en sombra. En comparación
con la red terrestre básica, no se dispone actualmente de series históricas de medida. Sin
embargo, experiencias combinadas entre imagen de satélite y radar vertical del TRMM abren
las posibilidades de exploración y cuantificación de la lluvia en la montaña, con información
sobre la estructura del campo de lluvias, permitiendo identificar y seguir eventos que pueden
no ser detectados completamente en la red pluviométrica convencional.
La red pluviométrica terrestre cuenta con otra serie de inconvenientes. La información que
produce es puntual y los patrones que representan la variabilidad espacial de la lluvia hay que
extraerlos del estudio de continuidad de la variable registrada. La densidad de la red y el
mantenimiento son variables en el espacio y en el tiempo, lo que repercute en la calidad de los
datos y en la presencia de lagunas en las series históricas.
Una perspectiva espacial de la densidad de pluviómetros revela que, en un número importante
de áreas montañosas, la red está en los mínimos recomendados por la OMM. Se comprueba
que el número de equipos terrestres es más escaso en altura, donde cabe esperar un
86
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
incremento de lluvia significativo. En media, los pluviómetros en cotas superiores a los 1.200
msnm dan al menos un 30% más de lluvia que la media dada por el total de pluviómetros.
Desde un punto de vista hidrológico, el que la máxima lluvia se dé en montaña, supone que la
generación de escorrentía y recurso es también mayor dado que, además, son áreas de menor
evapotranspiración potencial y pendientes pronunciadas. Asimismo, al combinar altas tasas de
precipitación y escorrentía con la baja densidad, se concluye la mayor incertidumbre en estas
áreas. La resolución del problema de la relación entre lluvia y orografía es fundamental desde
el punto de vista hidrológico y la implementación de resultados de interpolación en los
modelos de recursos.
De otro lado, la disponibilidad de registros es variable en el tiempo y se comprueba la mejora
de las condiciones de medida, en términos de número de instrumentos y equipos activos,
durante los años 70 y el empobrecimiento de la red posterior, significativamente en la cuenca
del Guadalquivir y sur de la Península. Los problemas de calidad en las series de pluviometría
no se han analizado en este trabajo debido a que, si bien algunos tipos de error accidentales se
identifican con facilidad, la componente de errores sistemáticos es mucho más compleja y hay
fuentes de heterogeneidad ligadas a cambios en el carácter del clima difícilmente distinguibles
de los que se derivan de cambios en el entorno y condiciones de medida. En todo caso, si los
errores se comportaran aleatoriamente, cabría esperar su compensación del manejo del
conjunto de series.
Los procedimientos como el completado de series de pluviometría basados en la utilización de
técnicas de regresión múltiple con estacionalización previa han probado su utilidad, hasta
hacer prácticamente constante desde 1950 la disponibilidad de datos registrados. La sencillez
del procedimiento ha permitido procesar más de 12.400 series de pluviometría en España y
Portugal, homogeneizando la disponibilidad de información. Los datos originales solamente
permiten manejar un máximo de 4.500 series con registro anual completo, distintas de año a
año, durante el primer lustro de los años 70, pasando a más de 8.000 una vez completadas las
series. Desde los años 70 hasta la primera década del siglo XXI, hay un aumento ligero de
disponibilidad de información pluviográfica completada, lo que invita a tomar el periodo de
referencia a aquel comprendido entre los años hidrológicos 1970/71 y 2000/01 que coincide
con el estándar actual de valores climáticos normales17. En todo caso, el completado de series
de pluviometría mensual no resuelve el problema de la baja densidad de la red en altura.
Las redes pluviométricas del SAIH y el SIAR no resuelven problemas como los anteriores. La
red SIAR es redundante a la información disponible en AEMET, ya que sus puntos de medida
se sitúan en zonas de regadío, cercanas a las poblaciones con registros históricos. Cabe
esperar que la calidad de su información sea alta, por lo que su corto periodo de medida se
puede usar para análisis de la calidad y para el completado de series. El SAIH es una red sin
homologación de acuerdo a las prácticas de medida recomendadas por la OMM y sin un
repositorio de acceso público que permita la descarga y uso de las series. El objetivo original
de la red SAIH no era el registro de información sino servir de señal de aviso o emergencia.
Actualmente se pretende unificar objetivos, ampliando la utilidad de la red SAIH.
17
A este respecto se puede consultar el Atlas Climático Ibérico de AEMET (2011) y la página web de AEMET
sobre valores normales de variables climatológicas,
http://www.aemet.es/es/elclima/datosclimatologicos/valoresclimatologicos
87
3. Series de Precipitación Histórica y Completado
88
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Las estimaciones de la precipitación media anual en España varían entre los aproximadamente
650 mm/año que tradicionalmente ha dado la AEMET como valor normal en los informes
climatológicos anuales y los casi 680 mm/año del LBAE (MARM, 2000a). La irregularidad es
una característica siempre destacada. Espacialmente, por las notables diferencias entre el
noroeste y el sureste de la Península. El rango de precipitación media anual va desde los más
de 2.800 mm/año hasta los 70 mm/año de puntos del sureste peninsular y Canarias (MARM,
2000a), tal como se infiere de la Figura 7. AEMET (2011) cifra la variabilidad en media anual
entre los más de 2.200 mm/año del noroeste de Navarra y algunas áreas del suroeste de
Galicia hasta los valores más bajos alcanzados en las provincias de Almería, Murcia y sur de
Alicante, con precipitación media anual inferior a los 300 mm/año, no llegando a los 200
mm/año en zonas próximas al cabo de Gata. Al incremento de lluvias con la latitud se añade
el incremento con la altitud, que se mantiene en las distribuciones estacionales de lluvia. A las
tendencias observadas en la lluvia siguen también las del número de días con lluvia que
igualmente disminuyen de norte a sur, aumentan con la altitud y disminuyen hacia el interior.
La Figura 35 muestra una clasificación climática basada en la precipitación media anual que
permite distinguir entre tres regiones: húmeda (más de 800 mm/año), árida (menos de 300
mm/año) y de transición (Capel, 1995). El índice climático de UNESCO fue utilizado en el
LBAE para caracterizar climáticamente España. Este índice es el resultado del cociente entre
la lluvia y la evapotranspiración potencial media anual, cuyo valor medio en España es
aproximadamente de unos 860 mm/año. La Figura 36 ha sido elaborada con datos MARM
89
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 35. Tipos de clima (Precipitación media anual) Figura 36. Índice de Aridez UNESCO
Los tipos de tiempo están condicionados por el movimiento, humedad y temperatura de las
masas de aire sobre el territorio. Los movimientos de aire son verticales y éstos a su vez
ascendentes (bajas presiones) o descendentes (altas presiones); u horizontales, de masas que
circulan sobre continentes, océanos y mares a distintas latitudes que, a su vez, condicionan la
cantidad de humedad que transportan y su temperatura. La Península Ibérica y las Islas
Baleares están situadas en una zona templada, en el borde meridional de Europa, entre los 35º
y 44º de latitud norte. Es una zona de convergencia de masas frías polares y cálidas de los
trópicos que genera frentes y situaciones de inestabilidad. Las Islas Canarias se encuentran en
el cinturón de altas presiones, entre los 26º y 30º de latitud norte. Su clima es
predominantemente anticiclónico con una marcada influencia de los vientos alisios en las islas
occidentales.
La Península está sometida al influjo de situaciones anticiclónicas, ciclónicas y advectivas de
masas de aire que llegan desde distintas áreas en función de la posición de los centros de
presión. Su frecuencia se asocia a la estacionalidad climática y su variabilidad a la
irregularidad del clima. La Tabla 7 muestra el conjunto de masas de aire activas que actúan
sobre la Península Ibérica. Su carácter es seco si su procedencia es continental (norte de
Europa o África) o húmedo si es marítimo (Mediterráneo o Atlántico); frío si procede del
norte o cálido si su procedencia es de menores latitudes.
Denominación Origen y dirección de entrada Carácter Frecuencia Situación sinóptica
en la Península INV: invierno;
VER: verano;
PRI: primavera;
OTO: otoño
Marítima ártica Océano Ártico. Norte Fría y húmeda OTO, INV y PRI B sobre la Península y A
en el Atlántico. Vaguada
con rumbo norte
18
Zona hiperárida en la que el cociente entre precipitación y ETP total anual no llega al 5%; árida, entre el 5% y
el 20%; semiárida, entre el 20% y el 50%; subhúmeda, entre el 50% y el 75%; húmeda, cuando es mayor que el
75%
90
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
El mar y el relieve son factores de carácter local que condicionan el clima. El mar presenta
dos mecanismos de contraste con el continente. Su inercia térmica es distinta por lo que
permanece a mayor temperatura cuando se producen advecciones de aire frío que favorecen el
ascenso vertical de aire húmedo y las situaciones de inestabilidad. Por otro lado, el mar opone
una fuerza de fricción al viento reducida si se compara con la que ejerce el continente. Por
esto, la velocidad del viento sobre el continente disminuye, se crean turbulencias y la costa se
convierte en una zona de transición e inestabilidad.
La orografía y las montañas modifican las componentes verticales y horizontales del viento;
provocan una pérdida de su energía por rozamiento y constituyen una fuente de calor sensible
y latente. En España, la disposición orográfica de las Cordillera Cantábrica, Pirineos, Sistema
Central, Sierra Morena y Cordilleras Béticas no se opone frontalmente a la circulación del
oeste, por lo que la influencia atlántica es predominante en la mayor parte de la Península.
Otras dos alineaciones, el Sistema Ibérico y el flanco oriental de la Cordillera Bética sí se
disponen frontalmente a esta advección de masas húmedas procedentes del Atlántico,
generando un área hacia el este peninsular y Levante bajo efecto Föhn que, por otro lado, está
sometida a corrientes húmedas del mediterráneo con ascensión y lluvia. Capel (1995) destaca
como efectos de la configuración orográfica el debilitamiento de oeste a este de las masas
húmedas y la imposibilidad del paso de las masas desde dirección N o NE hacia el S. Martín-
Vide y López-Bustins (2006) resaltan la complejidad del clima mediterráneo cuando se
considera la orografía que lo rodea y aísla de la dinámica atlántica.
91
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
900 3,50
800 3,00
700 2,50
Precipitación anual (mm)
600 2,00
DUA
500 1,50
400 1,00
300 0,50
Precipitación total anual España
Promedio del ciclo completo
200 0,00
Promedio 1970/71-2000/01
Media móvil centrada (11 años)
100 DUA de lluvia -0,50
0 -1,00
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Figura 37. Lluvia anual (mm) en España y desviaciones unitarias acumuladas (DUA). 1940/41-2006/07
La Figura 38 muestra la evolución anual del cociente entre medias móviles de 11 años y la
precipitación media en las grandes cuencas españolas. La media de España representa
suficientemente la tónica de las grandes cuencas atlánticas. Evoluciones distintas se dan en
cuencas insulares y las que no están expuestas directamente al Atlántico, como las del Norte,
Sur, Segura y, en menor medida, las Cuencas Internas Catalanas. Especialmente estas últimas,
son territorios expuestos al mar Cantábrico o Mediterráneo, a sotavento de los frentes
húmedos del Atlántico, comprendidos entre una cadena montañosa y el mar, con ríos de un
recorrido menor, cuencas menores y variabilidad, por tanto, mayor (Álvarez-Rodríguez et al.,
2008).
92
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
1,4
España Norte
Duero Tajo
Guadiana Guadalquivir
1,3
Sur Segura
Ebro CIC
Baleares Canarias
Media móvil / precipitación media anual
1,2
1,1
1,0
0,9
0,8
0,7
0,6
1940
1941
1942
1943
1944
1945
1946
1947
1948
1949
1950
1951
1952
1953
1954
1955
1956
1957
1958
1959
1960
1961
1962
1963
1964
1965
1966
1967
1968
1969
1970
1971
1972
1973
1974
1975
1976
1977
1978
1979
1980
1981
1982
1983
1984
1985
1986
1987
1988
1989
1990
1991
1992
1993
1994
1995
1996
1997
1998
1999
2000
2001
2002
2003
2004
2005
2006
Figura 38. Ratio lluvias medias móviles (11 años)/lluvia media anual en las grandes cuencas españolas
93
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
94
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Morena; los Sistemas Béticos, desde la provincia de Cádiz hasta la Sierra de Cazorla; y las
áreas húmedas de islas occidentales del Archipiélago Canario como la isla de la Gomera.
Las mayores altitudes de la zona norte se encuentran en los Pirineos y Cordillera Cantábrica,
superando los 1.500 msnm con máximos en Aneto (3.403 msnm) y Monte Perdido (3.352
msnm) y Peña Cerredo (2.678 msnm). Los relieves occidentales bifurcan las corrientes de aire
zonales hacia el Golfo de Vizcaya y cuenca del Duero o, si hay componente meridional,
cortan el paso de las borrascas del noroeste atlántico hacia el Duero. Los pirenaicos, cortan el
paso a las borrascas del norte de Europa cuando llevan dirección hacia la vertiente meridional
de los Pirineos. Asociadas a estas altitudes hay zonas frías, definidas así de acuerdo al índice
térmico de Koppen. Es decir, zonas con menos de 4 meses al año en que se superan los 10ºC
de temperatura media diaria, como también ocurre en el Sistema Central y Sierra Nevada.
En el norte no hay un marcado periodo seco y las lluvias se dan durante todo el año. Las
máximas se originan en otoño e invierno, con vientos atlánticos del oeste y noroeste. La
cantidad de lluvia disminuye desde la costa hacia el interior, aunque la presencia del relieve
hace que se den mayores lluvias a mayor altitud, contrastando las laderas enfrentadas al mar
con las opuestas a sotavento. En la zona norte, el contraste de la temperatura del mar en el
Golfo de Vizcaya y la componente que allí se remansa de la corriente del Golfo, puede
provocar fenómenos de ciclogénesis. Las Figura 39 y Figura 40 muestran las medias y
desviaciones típicas de lluvia de las estaciones de Santiago de Compostela y Santander con
máximos en invierno y apreciables cantidades de lluvia durante los meses de verano.
Figura 39. Estacionalidad de la lluvia en Santiago de Figura 40. Estacionalidad de la lluvia en Santander
Compostela
El clima mediterráneo tiene cuatro estaciones en las que el invierno y verano son
marcadamente secas y la primavera y otoño se definen como transiciones. El invierno no es
excesivamente frío y transcurre desde diciembre a febrero aproximadamente. El verano es
largo y caluroso, alcanzando temperaturas superiores a los 35ºC en julio y agosto. La
primavera es irregular, entre el carácter invernal y veraniego. Las precipitaciones se dan en
dos temporadas y su origen es el mediterráneo y el ya mencionado atlántico, aunque las
borrascas pueden llegar debilitadas. Las Figura 41 y Figura 42 muestran las medias y
95
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 41. Estacionalidad de la lluvia en Barcelona Figura 42. Estacionalidad de la lluvia en Zaragoza
96
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 43. Estacionalidad de la lluvia en Valencia Figura 44. Estacionalidad de la lluvia en Alcantarilla, Murcia
97
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 45. Estacionalidad de la lluvia en Zamora Figura 46. Estacionalidad de la lluvia en Madrid
Figura 47. Estacionalidad de la lluvia en Sevilla Figura 48. Estacionalidad de la lluvia en Badajoz
Canarias es la región meridional de España. Tiene lluvias anuales de régimen alisio en las
islas occidentales (Figura 49). En las islas orientales de Fuerteventura y Lanzarote, el clima es
subdesértico sin efectos orográficos, que sí son más importantes en la isla de Gran Canaria
(Figura 50), en la que la transición hacia el clima oriental se atenúa por el relieve.
98
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 49. Estacionalidad de la lluvia en Santa Cruz de Figura 50. Estacionalidad de la lluvia en Tamaraceite en Gran
Tenerife Canaria
99
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
100
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
101
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Las siguientes figuras (Figura 52 y Figura 53) representan la lluvia media mensual del
conjunto de estaciones pluviométricas proyectadas en dos únicos cortes de la Península
Ibérica: uno de oeste a este y otro desde el sur al norte. En abscisas de ambas figuras se
representan las coordenadas geográficas x e y (en coordenadas UTM y huso 30). Los datos de
las Islas Canarias se representan desplazados de su longitud y latitud real, siendo fácilmente
reconocibles por los saltos de información entre islas.
Es evidente que los factores locales quedan difuminados en la amalgama de puntos
proyectados sobre dos únicos cortes, aunque se identifican perfectamente los incrementos de
lluvia en la costa y los orográficos en el interior. La fuente de variabilidad más destacada es
función de la posición geográfica (longitud y latitud). La Figura 52 representa la variación de
lluvia de oeste a este. Permite comprobar que la lluvia disminuye de la costa hacia el interior.
102
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
103
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
104
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
La Figura 53 muestra la variación de la lluvia media mensual desde el sur hacia el norte. Se
comprueba la magnitud de las lluvias en la fachada cantábrica respecto al resto y la tendencia
monótona de aumento de lluvia desde el sur hacia el norte, especialmente durante los meses
de primavera y verano, concretamente entre mayo y septiembre. Además, durante las
estaciones climáticas de mayor la influencia de los frentes atlánticos, es decir, durante el final
de la primavera y el verano, se deja de percibir claramente el ascenso monótono en el corte de
sur a norte. Los incrementos de lluvia en áreas interiores coinciden con la presencia
orográfica. Las Figura 52 y Figura 53 destacan además la insularidad de las Islas Canarias19.
Sur Norte Sur Norte
19
En las gráficas las Islas Canarias aparecen desplazadas de su posición real para facilitar la representación
105
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
106
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
107
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
De ambos conjuntos de gráficas (Figura 52 y Figura 53), se infiere que las mayores lluvias en
otoño e invierno se dan en la fachada atlántica y en el norte, mientras que en primavera y
especialmente en verano se desplazan hacia el Mediterráneo.
Las desviaciones típicas mensuales exhiben un comportamiento parejo al de las medias. La
Figura 54 presenta diagramas de dispersión mensuales entre medias y desviación típica. Se
comprueba la existencia de un efecto proporcional entre ambos estadísticos. Los coeficientes
de correlación de Pearson son altos, alcanzando valores entre 0,8 y 0,9.
108
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
109
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
110
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
111
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
geográficas x e y (en huso UTM30) aunque de menor magnitud que el de las variables media
y desviación típica mensual. Hay diferencias entre los valores Peninsulares y los de las Islas
Canarias y una componente decreciente desde el sur hacia el norte y de este a oeste,
especialmente marcada durante los meses de verano, producto de alta variabilidad y medias
reducidas. También destacan los saltos de los coeficientes calculados en zonas de montaña.
Oeste Este Oeste Este
112
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
113
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 55. Coeficiente de variación de la lluvia media mensual en función de la coordenada x (UTM30)
Mientras la coordenada x permite contemplar en los meses invernales como enero el paso
entre la zona de influencia atlántica a la mediterránea de menores medias mensuales, la
coordenada y revela la suave deriva de los meses de otoño y verano, decreciente desde el sur
hacia el norte.
114
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
115
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
116
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 56. Coeficiente de variación de la lluvia media mensual en función de la coordenada y (UTM30)
117
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
118
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
La Figura 57 muestra las 4 primeras componentes procedentes del análisis de más de 7.000
series pluviométricas completadas entre 1970/71 y 2000/0120. Los resultados en componentes
por estación se interpolaron para mejorar la visión de la estructura general.
20
Conforme a OMM, 30 años definen un año medio en meteorología y, respecto a 1960/61-1990/91, el número
de registros del periodo 1970/71-2000/01 es mayor (Figura 34) y mayor número de años secos
119
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
21
El East Atlantic (EA) es un indicativo de la variabilidad climática en el Atlántico Norte. Se calcula en función
de un dipolo existente entre el norte a sur pero, respecto a la NAO, los centros están desplazados hacia el sureste.
Una anomalía positiva es indicativa de altas temperaturas en Europa durante todos los meses del año, así como
120
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
121
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Invierno
La CP1 de invierno ya destaca la circulación zonal del Atlántico sobre la Península. Las CP2
y CP3 invernales son similares a las correspondientes CP2 y CP3 de otoño. La señal de lluvias
desde el norte puede deberse a la advección de aire ártico marítimo. En primavera, la CP1
sigue siendo atlántica, de dirección de entrada suroeste, aunque se aprecia un decrecimiento
de lluvia en zonas de montaña del sistema Central. Las CP2 y CP3 destacan las regiones
ligadas al Mediterráneo y sur de la Península. Por último en verano, además de la CP1
atlántica, las CP2 y CP3 subdividen la fachada mediterránea en norte y sur, posiblemente
ligadas a la oscilación de los centros de borrascas en el Mediterráneo. Al igual que en el caso
de las componentes anuales, el factor orografía delimita regiones con distinto comportamiento
pluviométrico, si bien se hacen variables en función de los tipos de tiempo, estaciones y las
distintas escalas temporales de análisis.
El conjunto de componentes principales, tanto las derivadas de las series anuales como las de
las series estacionales, permite destacar una serie de conclusiones. Se pueden considerar
varias regiones en España en función de la latitud y longitud. Hay variabilidad de norte a sur
122
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
como del oeste al este, es decir, del Atlántico al Mediterráneo. La orografía compartimenta las
regiones de influencia si la entrada de aire húmedo es frontal o aproximadamente frontal
forzando el ascenso y la pérdida de humedad de la masa de aire. Pero el efecto orográfico es
variable en función de la dirección de entrada del aire. Otros efectos locales que inducen la
convectividad alrededor del Golfo de Vizcaya y del Mediterráneo, asociados o no a la
orografía, complican aún más la delimitación de regiones homogéneas. La estacionalidad
multiplica estos aspectos anteriores al considerar la variabilidad intranual.
Las siguientes figuras (Figura 60 hasta Figura 70) muestran la colección de cortes del MDE
de la Península Ibérica a los que se superponen las lluvias completadas del periodo
comprendido entre 1970/71 y 2000/01 en el pluviómetro más cercano al eje de corte. La
Figura 59 muestra la guía de cortes realizada. Estas muestras permiten comprobar la
existencia del gradiente altitudinal de la lluvia, variable como se comprueba, en muy cortas
distancias a lo largo del territorio. Otro efecto que aparece es la tendencia de la lluvia desde la
costa hacia el interior.
Sección nº 1
Sección nº 3
Sección nº 5
Sección nº 7
Sección nº 9
Sección nº 12
Sección nº 10
Sección nº 8
Sección nº 6
Sección nº 4
Sección nº 2
Figura 59. Guía de secciones en MDE. Clases impares, cortes de sur a norte; pares, de oeste a este
La Figura 60, sección nº 1, corta a Galicia de sur a norte y muestra lluvias suavemente
decrecientes desde la costa atlántica hacia el interior. En esta trayectoria las cotas ascienden
hasta los aproximadamente 950 msnm en unos 130 km. A continuación las lluvias sí parecen
seguir el gradiente altitudinal de la lluvia con decrecimiento hasta el eje del río Miño
(aproximadamente 450 mm en un desnivel de aproximadamente 1.000 m) y ascenso hasta la
frontera con Portugal (400 mm en 1.100 m). Mirás-Ávalos et al. (2007) refieren la
123
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
complejidad del patrón anual de lluvia en Galicia donde se espera un aumento con la altitud y
un decrecimiento conforme aumenta la distancia a la costa, así como una pérdida de
regularidad estacional por efecto de orografía de menor escala.
La siguiente sección, Figura 61, pasa por las cuencas de los ríos Guadalete y Barbate,
Guadalquivir, Guadiana, Tajo, Duero y Nalón en el Cantábrico. Desde el sur y hasta
aproximadamente la sierra de Guadalupe en la mitad de la sección y divisoria entre el Tajo y
Guadiana, la lluvia muestra un suave decrecimiento con incrementos de 200 mm ante las
divisorias sur y norte del Guadalquivir. La divisoria del Duero en Gredos ya provoca un
considerable incremento en la lluvia, unos 700 mm en 1.200 m de ascenso. Las lluvias se
reducen en valles y ascienden con la altitud con suave decrecimiento hacia el centro del valle
del Duero. El siguiente incremento pluviométrico importante se da en la vertiente sur de la
Cordillera Cantábrica con 900 mm en 1.400 m de ascenso. La cara norte de la Cordillera
Cantábrica sufre un marcado gradiente altitudinal de la lluvia que no es seguido por la lluvia.
En unos 2.000 m de descenso, los registros darían un decrecimiento de lluvia de 300 mm para
volver a incrementarse en los últimos 30 km hasta la costa.
124
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
La siguiente sección, Figura 62, también presenta más de 800 km de trayectoria sobre la
Península. La parte más meridional encuentra una compleja orografía de en Sierra Nevada
hasta los valles del Genil y Guadalquivir. La precipitación no muestra claramente un
gradiente altitudinal de la lluvia y se mantienen alrededor de los 500 mm/año, bajando a los
400 mm/año en el Guadalquivir y ascender hacia la divisoria del Guadiana con un gradiente
de 350 mm en 700 m. En la cuenca del Tajo se registra un incremento de lluvia desde margen
izquierda hasta la sierra de Guadarrama equivalente a unos 600 mm en 1.100 m.
La sección de la Figura 63 parte de la costa mediterránea, cruza la cuenca del Segura y del
Júcar, pasa por la cabecera del Turia y atraviesa el valle del Ebro hasta el Pirineo. En esta
última cuenca contrasta fuertemente el gradiente altitudinal de la lluvia de margen derecha,
unos 200 mm de incremento en 800 m de desnivel, con la de margen izquierda, 1.500 mm en
unos 1.000 m de desnivel.
Por último, la Figura 64 traza un corte sur-norte desde la costa mediterránea hacia el Pirineo
Catalán de algo más de 200 km de longitud. Desde el sur, se distingue claramente un descenso
de lluvia a sotavento de la primera barrera orográfica en el Priorato catalán. La diferencia
125
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
El primer corte oeste-este, Figura 65, se ha trazado desde el atlántico en la desembocadura del
Guadalquivir hasta el campo de Tabernas en la costa mediterránea de Almería. La disposición
de Sierra Nevada es paralela a la costa y a la propia trayectoria del corte por lo que es de
esperar que los gradientes más pronunciados se den en la dirección perpendicular coincidente
con la sección nº 5. En la llanura de desembocadura del Guadalquivir se aprecia un descenso
de la lluvia hacia el interior y un suave gradiente creciente con la orografía aproximadamente
a 30 km de la costa. El gradiente es de unos 300 mm en 900 m de ascenso. A sotavento de la
sierra de Ronda la lluvia desciende y asciende en secuencias coincidentes con la orografía.
Desde el punto de vista del Mediterráneo hacia Sierra Nevada, el ascenso de lluvias es suave a
pesar de las altitudes alcanzadas.
126
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
La siguiente sección, Figura 66, parte del cauce del Guadiana en la frontera Portuguesa y
acaba en el Mediterráneo, en la Manga del Mar Menor. Es clara la importancia de las lluvias
atlánticas frente a las registradas en la fachada mediterránea una vez superadas las cumbres de
la sierra de Cazorla. En la parte atlántica, la tendencia general y los pulsos de lluvia coinciden
con los de la orografía. El máximo gradiente se da en el lado occidental de Cazorla con un
ascenso de lluvia de casi 900 mm en 1.100 m de ascenso. En el lado mediterráneo las lluvias
descienden bruscamente y, a continuación, siguen un suave gradiente de 300 mm en 1.000 m
estabilizándose en los 300 mm de lluvia.
Figura 66. Sección 4. Portugal en Rosal de la Frontera y Mediterráneo en San Pedro del Pinatar
El siguiente corte, Figura 67, también parte del río Guadiana y llega hasta el Mediterráneo en
la llanura del Júcar, habiendo atravesado anteriormente la llanura de San Juan en la cabecera
del Guadiana. A lo largo del eje del río Guadiana no se aprecia un gradiente altitudinal de la
lluvia claro hasta llegar a las estribaciones de los Montes de Toledo. Hacia el Mediterráneo,
hay una fuerte disminución de lluvias e incrementos de unos 100 mm en la plataforma de los
Campos de Montiel. En la cuenca del Júcar, las precipitaciones más altas se registran en la
costa y de cara al mar Mediterráneo.
127
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
La Figura 69, sección 10, atraviesa el Duero y Ebro y vuelve a presentar ascensos y
disminuciones de lluvia conforme a la orografía. En los extremos del corte, sin embargo,
aparecen los fenómenos opuestos. Desde la costa portuguesa el incremento de lluvias hasta la
plataforma del Duero es reducido, pero desde la frontera, las lluvias disminuyen hasta
estabilizarse sobre la llanura. En la cuenca del Ebro se registra un descenso en la lluvia que se
estabiliza, como la altitud, en áreas cercanas al río. Desde el curso principal del Ebro hasta la
costa, las lluvias tienen una suave tendencia creciente que no sigue al relieve de la costa.
Figura 69. Sección 10. Frontera con Portugal y costa Mediterránea en Cambrils
El último corte, Figura 70, atraviesa la Península desde Galicia hasta las proximidades del
cabo de Rosas en el Mediterráneo, habiendo pasado por la cuenca del Miño, Duero y Ebro.
Tanto en el Atlántico como en el Mediterráneo, las tendencias globales indican un descenso
desde la costa hacia el interior. Si se considera una escala menor, los gradientes orográficos de
128
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
la lluvia son más claros y, por lo general, a los ascensos de altitud le corresponden
incrementos de lluvia. Los gradientes más importantes se dan en el Atlántico, de unos 700 mm
en unos 500 m de ascenso en áreas cercanas a la costa o de 1.500 mm en 1.100 m. En el Ebro,
en ambas márgenes, los gradientes son de aproximadamente 600 mm en 900 m de ascenso.
Figura 70. Sección 12. Costa atlántica en Vigo y la mediterránea cerca de Las Rosas
Las secciones anteriores (Figura 60 a Figura 70) se han trazado según las direcciones sur-
norte y oeste-este. Las alineaciones de las Cordilleras en la Península Ibérica siguen
direcciones similares a una de estas dos, lo que facilita la observación del comportamiento de
la lluvia en función de la orografía. En general, se comprueba la existencia de correlaciones
positivas entre la lluvia anual y la orografía, pero con gradientes de magnitud variable, entre
0,3, 0,6 y 1,2 hasta los 1,5 mm/m de cordilleras del norte peninsular y Pirineos. También se
comprueba la ocurrencia de lluvias altas en la costa y la reducción hacia el interior, con
variaciones importantes de lluvia en reducidas distancias.
Una perspectiva estacional de los anteriores cortes (Figura 71 y Figura 72) deja comprobar la
variabilidad estacional de los gradientes altitudinales. En la época húmeda, resultan
proporcionales a los anuales, pero se reducen conforme las lluvias se reducen. Singularmente,
en las mismas gráficas se comprueba la diferencia de comportamiento pluviométrico entre las
áreas mediterránea y cantábrica. Mientas en la mediterránea (Figura 72) las lluvias invernales
se reducen, en la cantábrica (Figura 71) las lluvias se mantienen durante todo el año si bien las
otoñales e invernales marcan los máximos estacionales.
129
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 71. Sección 5. Costa mediterránea en Almuñécar y cantábrica en Santander. Lluvia estacional
La Figura 73 muestra un conjunto de áreas en las que se han seleccionado los datos de lluvia
media mensual y altitud para explorar las relaciones entre ambas variables. El carácter de esta
selección es regional, es decir, se explora el gradiente de un conjunto de estaciones
pertenecientes a un área determinada. Cada zona es aproximadamente rectangular, de
longitudes reducidas, entre los 50 y 100 km, buscando homogeneidad desde el punto de vista
de las lluvias.
130
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
1
3
Norte
2 4 5
6
8
10
11
9
7
14
15
12 Rumbo (º)
16
13
Holgura (º)
18
17
Holgura (º)
19
20
21
Las dispersiones entre lluvia media mensual y altitud de cada una de las zonas anteriores se
presentan en las gráficas comprendidas entre la Figura 74 y la Figura 95. Se trata de zonas del
Cantábrico, Vascongadas, Pirineo Navarro, Aragonés y Catalán, Sistemas Ibérico y Central,
Sierra de Gredos, Montes Universales, Cordilleras Penibéticas y Sierra de Ronda. La
selección de estaciones tiene en cuenta el valor de la orientación del terreno sobre el que está
instalada cada estación pluviométrica y la orientación principal de la región que, en el mapa
de la Figura 73, se señala con una flecha superpuesta al rectángulo de selección. La
orientación o rumbo se han calculado con el MDE del IGN a 200 m de resolución.
El rumbo principal maximizaría el efecto regional de la orografía sobre las lluvias si la
incidencia de la masa de aire húmedo se produjese según esa dirección. Una vez escogida la
orientación o rumbo de la barrera montañosa, se seleccionan todas estaciones con orientación
o rumbo comprendido entre este principal y una holgura del rumbo, H.R. Este parámetro
puede variar y de hecho se han tanteado selecciones con holguras de 90º y 60º. Producen
conjuntos de diagramas de dispersión distintos, pero sin consecuencias prácticas relevantes en
la mayoría de zonas. Holguras menores, por ejemplo de 30º, reducen excesivamente el
número de datos y hacen que la regresión pierda significación. Al contrario, cuanto mayor es
la holgura del rumbo, se mejora la representatividad regional de cada dato, evitando el
problema de la indefinición de la escala de cálculo de la orientación de una celda y los
cambios de resolución para su estimación tal como realiza el modelo PRISM entre otros (Daly
et al., 1994; Guan et al., 2005).
El potencial de regresión es una medida del condicionamiento impuesto por un punto a la
recta de regresión. Entre los puntos de los diagramas de dispersión se pueden distinguir
aquellos con potencial alto y los de potencial muy alto. De acuerdo a la siguiente expresión
(Ec. 4-1), se clasifican como valores de potencial medio o alto a aquellos valores de hi
superiores a 0,2; los superiores a 0,5 son potenciales muy altos. La Ec. 4-1 presenta la
definición de potencial, hi, siendo i el índice que recorre el conjunto total de puntos n. yesti es
el valor estimado por regresión lineal, a y b son los coeficientes de la recta de regresión
131
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
ajustada por mínimos cuadrados (Ec. 3-6), rxy es el coeficiente de correlación de Pearson, σ x
y σ y las desviaciones típicas de las series registradas x e y y x e y las correspondientes
medias.
Ec. 4-1. Potencial de una observación en regresión simple
yiest = a· xi + b
σy n ( )(
1 xi − x · x j − x )· y n
1 x −x ( )
2
a = rxy ⋅ ⇒ yi
est
= ∑ +
σ x2
j = ∑ hij · y j ⇒ hi = hii = + i 2
σx n
j =1 j =1 n σx
b = y − a ⋅ x
Los puntos con un potencial medio o alto se representan con un triángulo invertido de color
naranja, mientras que los puntos de potencial muy alto se representan superponiendo al caso
anterior un triángulo vertical de color rojo (Figura 74 a Figura 95). No es una medida de
extremo, ya que conforme los puntos se alejan del centro de gravedad, el potencial se hace
mayor. Pero puede ser indicativo del grado de aislamiento de los puntos por ser mayor el
potencial cuando los puntos están aislados.
Se han incluido tres rectas de regresión. En color rojo y trazo fino, la ajustada a la nube
completa de puntos; en color rojo y trazo grueso, la ajustada a la nube de puntos sin
considerar los puntos de potencial muy alto; en color marrón y trazo fino la recta ajustada
únicamente a los valores de la muestra registrados por encima de la cota que marca el tercer
cuartil de la muestra completa. En la leyenda de cada gráfica figuran los siguientes índices:
1. N representa el número de puntos de la muestra
2. P.RL. es la pendiente de la recta de regresión ajustada a la muestra sin los puntos de
mayor potencial
3. T.I. es el término independiente de la recta de regresión ajustada a la muestra sin los
puntos de mayor potencial
4. R2 coeficiente de determinación o porcentaje de la varianza total explicada por la
variable predictiva o regresora
5. MSR, cuadrado medio de regresión y MSE, error cuadrático medio
Ec. 4-2. Cuadrado medio de regresión Ec. 4-3. Error cuadrático medio
N
MSR = ∑ yiest − y( )
2
MSE = ∑
N
(y − y )
i
est 2
i
i =1 i =1 N −2
6. pvF es el p-valor del contraste F sobre la relación entre ambas variables; bajos valores
del p-valor indican la existencia de una relación entre altitud y precipitación media
mensual
Ec. 4-4. Estadístico de la prueba F
MSR
f =
MSE
132
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 74. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica, norte (1). H.R. 90º
133
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 75. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica, norte (1). H.R. 60º
134
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 76. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica, sur (2). H.R. 90º
135
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 77. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica y vascongadas, norte (3). H.R. 90º
136
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 78. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cantábrica y vascongadas, sur (4). H.R. 90º
137
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 79. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Pirineo Navarro y Aragonés, suroeste (5). H.R. 90º
138
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 80. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Pirineo Aragonés y Catalán, suroeste (6). H.R. 90º
139
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 81. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Costera Catalana, sureste (7). H.R. 90º
140
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 82. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, norte (8). H.R. 90º
141
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 83. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, sur (9). H.R. 90º
142
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 84. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, oeste (10). H.R. 90º
143
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 85. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Ibérica, este (11). H.R. 90º
144
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 86. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Gredos, norte (12). H.R. 90º
145
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 87. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Gredos, sur (13). H.R. 90º
146
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 88. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Navacerrada, noroeste (14). H.R. 90º
147
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 89. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Navacerrada, sureste (15). H.R. 90º
148
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 90. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cabecera del Turia, oeste (16). H.R. 90º
149
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 91. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cazorla, oeste (17). H.R. 90º
150
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 92. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Cazorla, este (18). H.R. 90º
151
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 93. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Sierra Nevada, norte (19). H.R. 90º
152
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 94. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Sierra Nevada, sur (20). H.R. 90º
153
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 95. Dispersión y regresión altitud-lluvia. Sierra de Ronda, oeste (21). H.R. 90º
Las gráficas anteriores revelan que las relaciones de la lluvia con la altitud son variables en el
tiempo y en el espacio. Es común a todas las áreas de exploración la pérdida de linealidad
154
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
155
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
con una gradación de tamaño, simboliza la precipitación media del mes de diciembre del
periodo 1970/71-2000/01.
Figura 96. Perfiles del MDE en la Cordillera Cantábrica y lluvia media en diciembre
156
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
Figura 98. Perfiles del MDE en el Sistema Central y lluvia media en diciembre
Cualquiera de las tres zonas seleccionadas tiene altitudes superiores a los 2.000 msnm por lo
que esta representación sería adecuada para valorar cómo evoluciona la lluvia en altura y si
existen máximos de lluvia intermedios ligados a un vaciado del volumen de vapor en el
ascenso de una masa de aire húmedo. Sin embargo, la presencia de un número importante de
estaciones en áreas de cota baja y la escasez de pluviómetros en altura no permite obtener
conclusiones en este sentido. Mucho menos cuando se pretende utilizar una variable como la
pendiente, con fundamento físicamente basado para su uso.
El establecimiento de relaciones regionales entre lluvia y orografía se enfrenta al problema de
la alta variabilidad de la lluvia en pequeñas distancias lo que provoca que, en cada muestra,
puedan aparecer mezcladas diferentes tendencias. En cada región definida, los sucesivos
valles se disponen transversalmente al rumbo principal, provocando que las laderas de un área
montañosa se enfrenten con diferentes ángulos a la dirección del viento predominante, lo que
empobrecerá las relaciones entre lluvia y altitud. Dada esta situación, las nubes de puntos no
reflejan gradientes altitudinales de la lluvia uniformes. En las regresiones regionales rara vez
se encuentra algún mes con gradientes superiores a los 0,8 mm/m que, por otra parte, serán
promedios de gradientes heterogéneos. Esta situación no encuentra solución si se definen
rumbos principales en cada región. En el siguiente apartado se explora desde un punto de
vista local el gradiente altitudinal de la lluvia mediante cortes del MDE.
4.4 SÍNTESIS
Las descripciones de los apartados anteriores permiten comprobar cómo la lluvia en España
está condicionada por el influjo de masas de aire húmedas y un conjunto de factores locales
entre los que se ha destacado la orografía o la situación relativa respecto a la costa. Las lluvias
medias mensuales aumentan con la latitud, y de este a oeste, dejando al Atlántico como el
principal influjo de humedad. Disminuyen desde la costa hacia el interior y tenderían a ser
mayores conforme aumenta la altitud, especialmente durante los meses invernales y en el
interior de la Península. En vertientes costeras esta relación se hace más errática, lo que podría
asociarse a una mayor actividad convectiva en el Cantábrico y Mediterráneo, en la que la
configuración orográfica respecto a la costa es un factor multiplicador. Estas tendencias se
difuminan y pierden desde finales de primavera y durante el verano, estaciones climáticas de
157
4. La Precipitación en España e Influencia Orográfica
carácter seco, de reducidas lluvias cuyo orden de magnitud no se maneja fácilmente en los
diagramas de dispersión con la altitud. Pero mientras en el Cantábrico las lluvias se mantienen
durante todo el año, en la época estival e invernal, las lluvias dan los valores mínimos
estacionales.
La exposición de cada punto del territorio al influjo de masas de aire con diferentes
direcciones y la estructura y la posición de las diferentes cordilleras condicionan los tipos de
tiempo. La costa es en sí misma un factor de discontinuidad entre el mar y la superficie
terrestre. El efecto de la orografía en la lluvia no solamente es acrecentar la lluvia sobre las
laderas expuestas al frente húmedo y reducir la humedad del aire en su recorrido, sino
también conducirla a lo largo de valles o hacia zonas abiertas. Los diferentes tipos de tiempo
dependen de la relación entre la dirección de entrada del frente húmedo y la disposición
montañosa. Si la montaña se opone frontalmente al avance de la masa de aire, crea una
discontinuidad entre barlovento y sotavento. Si la desvía, permite su penetración de masas
húmedas a lugares más alejados de la costa.
Los mapas de componentes principales hacen evidentes los factores anteriores y la
dependencia respecto a la orografía, la posición relativa de la costa y a la variabilidad
estacional. Muestran una exposición contrastada a distintos regímenes de lluvia en
coincidencia con la posición de relieves ortográficos, así como áreas sometidas a una alta
variabilidad durante el año. Entre éstas últimas cabe citar la del Golfo de Vizcaya, Pirineo
Aragonés y Leridano o la cabecera de ríos atlánticos como Duero, Tajo y Guadiana. Su
variabilidad climática complica la delimitación de regiones en las que estudiar el gradiente
altitudinal de la lluvia.
La exploración del gradiente altitudinal de la lluvia en España permite contrastar su
dependencia espacio-temporal. En los cortes del MDE al que se superponen las medias de
lluvia anual más cercanas se encuentran gradientes entre 0,3, 0,6 y 1,2 y los hasta 1,5 mm/m
de cordilleras del norte y Pirineos. Estacionalmente, estas relaciones se mantienen más o
menos proporcionalmente hasta la época seca. También se encuentran relaciones inversas
entre altitud y lluvia en estrechas franjas de costa, en el interior o durante la estación estival.
El estudio del grado de correlación entre la altitud y la lluvia vuelve a encontrar el problema
de la escasez de puntos de medida en altura. La variabilidad de estas zonas está por tanto
infrarrepresentada al compararla con la densidad de medida de territorios de menor altitud.
Supone además la indefinición de las regresiones en las áreas de mayor altitud y la falta de
apoyo cuando, aparte de la altitud, se pretende introducir mayor número de variables en
ecuaciones de regresión múltiple como la orientación, pendiente, orografía regional, etc. El
caso de la pendiente es especialmente notable porque mientras se llega a un conocimiento de
su variabilidad espacial por medio de los MDE, se encuentran muy pocos puntos en áreas de
máxima pendiente en la que modelos físicamente basados pronostican altas precipitaciones
recomendando el uso de índices como el OFA mencionado en capítulos anteriores.
158
5. Métodos de Interpolación
5 MÉTODOS DE INTERPOLACIÓN
159
5. Métodos de Interpolación
P ( x, y ) = ∑ ω i ( x, y ) ⋅ P ( x i , y i )
i
1 1
P= ∫ P ( x, y ) ⋅ dxdy o P = ∑ P( x, y )·∆x·∆y
A A
donde ∆x e ∆y son las resoluciones oeste-este y norte sur del mallado regular. En un modelo
agregado, la precipitación media de la cuenca se obtiene directamente de los valores
registrados puntualmente:
Ec. 5-3. Modelo de ponderación lineal para la precipitación media areal
1 1
P= ·∫ ∑ ω i ( x, y )·P ( xi , y i )·dxdy = ·∑ P ( xi , yi )·∫ ω i ( x, y )·dxdy =
A i A i
1
∑i ω i ⋅ P( xi , yi ) ⇒ ω i = A·∫ ω i ( x, y )·dxdy
donde, tal como se señaló anteriormente, los ωi son los pesos para el cálculo de la
precipitación areal en esa cuenca y P(xi, yi) la precipitación registrada en el pluviómetro i.
Los pesos ωi(x, y) y ωi sintetizan la información sobre el tratamiento de la lluvia y sus valores
dependen del método de interpolación elegido. Su uso se puede extender a la consideración
aleatoria del fenómeno, de lo que cabría distinguir entre métodos determinísticos y métodos
estocásticos. Para los primeros, las variables introducidas y las relaciones entre ellas son
ciertas; para los segundos el fenómeno y las relaciones entre las variables implicadas se
analizan en términos de probabilidad de ocurrencia, con dependencias espaciales y temporales
que se extraen del análisis de los datos registrados. El hecho de introducir información como
la del patrón de continuidad espacial en los métodos de interpolación óptima hace que, al
menos en zonas de baja densidad de medida, estos métodos sean teóricamente superiores
(Tabios y Salas, 1985; Goovaerts, 2000). En la práctica, con cualquier procedimiento de
interpolación, la disponibilidad adecuada de información, espacial y temporal, es la que
160
5. Métodos de Interpolación
La precipitación media areal es aquella media representativa de la caída sobre el total del área
de la cuenca. La primera aproximación a ésta es un promedio de los registros en los
pluviómetros de la cuenca (Creutin y Obled, 1982; Singh, 1988),
Ec. 5-4. Precipitación media areal.
∑ P( x , y )
i =1
i i
P=
N
Es un método simple, pero tiene varios inconvenientes de aplicación. Por un lado, su finalidad
es agregada. Para que sea representativa tiene que haber partido de datos tomados en una red
de medida con una densidad uniforme. El método no recibe ni da información sobre las
diferencias que existan en la cuenca, por lo que los resultados solo son representativos de
cuencas con una variabilidad muy reducida, por ejemplo, cuencas muy llanas sin gradientes
importantes de precipitación.
161
5. Métodos de Interpolación
∑ P( x , y ) ∑a ⋅ P
i subzona _ i N
siendo A = ∑ ai
i i
i =1 P= i
Psubzona _ j = A i =1
m
La extensión natural hacia un modelo distribuido son las denominadas ventanas o medias
móviles. En cada una de las celdas, se calcula la precipitación media de los datos registrados
en el conjunto de pluviómetros que queden dentro de un contorno de selección de
determinadas características centrado en la misma celda.
∑ P( x , y )
i =1
i i
P ( x, y ) =
m
Registro pluviométrico
Celda de cálculo
Contorno de búsqueda
162
5. Métodos de Interpolación
Las medias móviles pueden aplicarse en cuencas con cierta variabilidad espacial, permitiendo
introducir patrones de comportamiento a través del número m de puntos o del contorno
geométrico escogido. Sin embargo, es de esperar problemas de aplicación en áreas de baja
densidad donde encontrar puntos sea difícil o con aglomeraciones de estos que provoquen
redundancias de información. La superficie de precipitación final presenta discontinuidades
entre celdas por lo que para mejorar la continuidad es necesario aplicar filtros que trabajen
con los valores que rodean a una celda.
163
5. Métodos de Interpolación
recomiendan escoger únicamente los más próximos por cuadrante cuando existan demasiados
y continuar la búsqueda en el resto.
∑a ⋅ P i i N
P= i =1
siendo A = ∑ ai
A i =1
Este método permite que el analista introduzca su experiencia y adapte la distribución espacial
de precipitaciones a influencias como el tipo de lluvia, la orografía, pendientes, dirección de
entrada de determinados frentes húmedos, etc. Sin embargo, la introducción de información
subjetiva sin apoyo en una red densa de pluviómetros que guíen con certeza el trazado de las
isoyetas se convierte en un defecto metodológico. Además, la experiencia del analista no es
en principio automatizable, lo que impide una aplicación sistemática a un conjunto extenso de
eventos de lluvia.
164
5. Métodos de Interpolación
Es uno de los métodos habitualmente utilizados para obtener precipitaciones media areal de
una cuenca. La documentación original (Thiessen, 191124) exponía el método para la
estimación de precipitaciones medias areales en territorios extensos. El procedimiento
consiste (Tabios y Salas, 1985; World Climate Programme, 1985; Abtew et al., 1993; Naoum
y Tsanis, 2004a) en extrapolar la precipitación registrada en un pluviómetro al conjunto de
puntos de la cuenca que cumplan la condición de ser los que tienen a ese pluviómetro dado
como el más cercano. Es decir, la precipitación de cada celda es la del pluviómetro más
cercano (Creutin y Obled, 1982) y la media areal se calcula por ponderación areal delimitando
las zonas de influencia de cada pluviómetro. La delimitación de zonas de influencia se realiza
de la siguiente manera:
1. Triangulación del territorio uniendo los pluviómetros con los adyacentes mediante
segmentos
2. Trazado de las mediatrices de los segmentos que unen los pluviómetros. Los
segmentos que se forman al cortarse éstas alrededor de los pluviómetros son los
lados de los polígonos de influencia de cada polígono
3. Se planimetran las áreas ai de influencia de cada parcela del interior de la cuenca
4. Se calcula la precipitación media areal de la cuenca teniendo en cuenta que la
precipitación de cada subzona corresponde a cada pluviómetro
Este método permite introducir información de los pluviómetros exteriores a la cuenca de una
forma razonable, además de aparecer la distancia como criterio básico. Pero sigue
proporcionando una distribución de lluvias discontinua y no tiene en cuenta otros tipos de
influencia, al menos en un principio, como por ejemplo la orografía. En la siguiente figura se
muestra el esquema de polígonos resultado del método. Una ventaja de aplicación es que los
pesos ya consideran las posibles redundancias en los datos. En los lugares con aglomeraciones
de datos, los polígonos resultantes son más pequeños y su peso menor al estimar la lluvia
media areal. Al contrario ocurre en las zonas de baja densidad, donde las áreas y los pesos son
mayores.
24
Thiessen, A.H., 1911. Precipitation for Large Areas. Monthly Weather Review 39, pp.: 1082-1084
165
5. Métodos de Interpolación
166
5. Métodos de Interpolación
factor corrector Ki, consistente en el cociente entre la estimación de lluvia areal de cada
polígono de Thiessen calculada por isoyetas y la registrada en el pluviómetro:
Ec. 5-9. Esquema de ponderación del Thiessen Modificado
Pai ai
Ki = Pi a = K i ⋅ Pi P=∑ ⋅ Pi a
Pi i A
siendo las Pai, las precipitaciones areales que le corresponden al polígono i según el método
de las isoyetas; Pi, la precipitación areal según Thiessen, correspondiente a la del pluviómetro
i; Pia, la precipitación transformada; ai, las áreas poligonadas según Thiessen y A el área total
de la cuenca.
La aplicación de este método exige que se esté trabajando sobre precipitaciones con cierta
estabilidad espacial, es decir, que a lo largo de los sucesivos episodios de lluvia considerados,
se mantenga el patrón de isoyetas estimado inicialmente. El coeficiente Ki se calcula mediante
la aplicación de los métodos de isoyetas y Thiessen a un suceso suficientemente consistente
que, según el tipo de suceso de lluvias considerado, se obtiene de valores medios de
precipitación durante intervalos de tiempo mayores o iguales al de cálculo. Por ejemplo, se
suelen manejar patrones de precipitaciones obtenidos a partir de intervalos de tiempo
decenales, permitiendo la aplicación de los correspondientes Ki a datos anuales.
167
5. Métodos de Interpolación
5. Delimitados los polígonos de cada estación, se planimetran las áreas de cada uno
de ellos para obtener los pesos con los que se obtiene la precipitación media de la
cuenca según la fórmula de ponderación lineal
Respecto al método de Thiessen, este procedimiento añade como otros una complejidad
mayor al delimitar las áreas de influencia de cada pluviómetro en función de la altitud o de
otras variables geomorfológicas (Llanos-Acebo et al., 1995; Sen, 1998).
1 1 1 1 1 2
, 2, 3, , 2
, e − cd , e − cd
d d d 1 + cd 1 + cd
siendo d la distancia entre el dato y el punto de estimación y c una constante a parametrizar.
También se utilizan funciones armónicas cuando se requiera introducir periodicidades en la
interpolación. Los esquemas que se usan con mayor frecuencia son los del tipo inverso de
distancia, IDW por sus siglas en inglés, Inverse Distance Weighted:
Ec. 5-11. Ponderación por inverso de distancia, IDW
N
Pi
∑d b
( x, y )
P ( x, y ) = Ni i
1
∑i d b ( x, y )
i
donde N y b son los parámetros que definen la forma de la función interpolada y que
dependerían de la topografía, las características de la lluvia e incluso la estación climática y
densidad de la red.
1. N es el número de pluviómetros más cercanos utilizados para obtener la precipitación
en una celda. Usar más de un dato para estimar el valor de una celda es una de las
mejoras respecto al Thiessen, reduciendo la sensibilidad al error. La ponderación de
cada dato se hace función de la distancia a la celda. Sin embargo, este procedimiento
basado únicamente en un criterio de distancias no filtra las redundancias de
información derivadas de las aglomeraciones de datos en redes irregularmente
espaciadas. En estos casos puede ser necesario realizar una selección previa de los
pluviómetros de cálculo.
La Figura 104 muestra en 3D los resultados de la interpolación utilizando distinto
número de puntos. En el primer caso, se representa la estimación usando un único
vecino, resultado que entonces coincide con el de Thiessen. Otro aspecto destacable es
168
5. Métodos de Interpolación
que cuanto mayor sea el número de puntos, más suavizada será la superficie resultado.
Además, cuanto mayor sea el número de puntos, la superficie tiende a un valor medio
sobre el que destacan los valores extremos de la muestra.
2. b es el exponente positivo que pondera las distancias. Siendo mayor que 1, cuanto
mayor sea este exponente, mayor será la velocidad a la que se pierde información
conforme aumenta la distancia desde la celda al pluviómetro. Este parámetro
permitiría reflejar lluvias de alta concentración espacial si la red de medida tiene una
densidad aceptable. Es frecuente la utilización de valores de b igual a 2 y el método se
conoce entonces como inverso de distancia al cuadrado. A la vista de las siguientes
figuras (Figura 105), no parece que las variaciones entre 1 y 3 produzcan diferencias
significativas entre los resultados alcanzados, aunque se observa que un mayor
exponente revela regiones de influencia de cada dato en las que el valor interpolado
presenta escasa variabilidad. Falivene et al. (2010) aplican el método a la estimación
de la distribución espacial de la propiedades caloríficas de carbón y concluyen que a
mayor valor del exponente, menor suavización de la superficie interpolada y mayor
error por calibración cruzada. Por otra parte, esta conclusión es indicativa de la
necesidad de usar un conjunto amplio de criterios de comparación entre métodos de
interpolación y no únicamente los basados en calibración cruzada, sensibles al grado
de suavización de la superficie resultado.
169
5. Métodos de Interpolación
La Figura 106 muestra el resultado de interpolar por IDW valores de precipitación dispersos
por la cuenca que se representan con color rojo. La superficie no es continua y hay fracturas
delimitando las áreas de influencia de cada dato. Se distinguen además áreas de fuerte
curvatura para adaptarse a todos los valores registrados.
Este método solo utiliza información geométrica para el cálculo de la lluvia por lo que
cualquier corrección para aproximar los resultados a patrones conocidos de lluvia pasa por la
selección de estaciones o la inclusión de nuevos datos en áreas singulares. Aparte quedan las
estrategias de búsqueda combinando direcciones preferentes mediante contornos elípticos o el
uso de límites máximo y mínimo del número de datos. Los mayores inconvenientes de este
método son la insensibilidad a las aglomeraciones y redundancias de información (Tabios y
Salas, 1985; Gambolati y Volpi, 1979) o la falta de un medios para considerar factores que
170
5. Métodos de Interpolación
con carácter local condicionan los valores de variables climáticas como la lluvia y orografía
(Tobin et al., 2011).
La precipitación media sobre la cuenca se calculará según expresiones que dependen del
número N de celdas que pertenecen a la cuenca
Ec. 5-12. Estimación de la precipitación media areal desde una retícula regular
∑ P ( x, y) ⋅ ∆x ⋅ ∆y
i i i N
P= i =1
siendo A = ∑ ∆xi ⋅ ∆yi
A i =1
K
P ( x, y ) = ∑ φ i · f i ( x, y )
i =0
El grado de los polinomios ha de ser bajo para evitar fluctuaciones en el ajuste (Gambolati y
Volpi, 1979). La siguiente expresión corresponde a un polinomio de grado 1, dependiente de
3 parámetros ai que se determinan en función de los datos conocidos.
Ec. 5-14. Precipitación en función de un polinomio de grado 1
P ( x, y ) = a1 + a 2 ⋅ x + a 3 ⋅ y
La utilización de polinomios de grado bajo implica obtener superficies suavizadas que, en el
caso de las lluvias, representan mejor una tendencia regional de los registros de lluvia (Naoum
y Tsanis, 2004a). Si lo que interesa es mejorar la precisión del ajuste, se puede optar por
transformaciones de los datos originales y hacer dependiente la fórmula anterior de residuos
transformados de la lluvia de los que se espera un comportamiento suavizado. Este puede ser
el caso de residuos obtenidos al filtrar media y varianza mensual. New et al (1998a y 1998b)
aplicaron para una serie de variables meteorológicas registradas en todo el mundo,
precipitación incluida, un proceso de interpolación mensual que trabajaba sobre los
logaritmos de los residuos una vez filtrada la media. Los logaritmos de los residuos se
interpolaban y, una vez deshecha la transformación, se componían con la capa media para dar
capas mensuales de la variables en cuestión. Sobre el mapa de medias se realizó un
tratamiento del efecto de la altitud en la precipitación.
Otra posibilidad que se tiene para la utilización de los polinomios en el ajuste de superficies
de precipitación es aplicar este esquema en subdominios del área de estudio. Es decir, ajustar
superficies a cada subdominio, en función de los datos de ese subdominio y de determinadas
condiciones de continuidad con los subdominios adyacentes, por ejemplo, continuidad de
primer y segundo orden.
171
5. Métodos de Interpolación
Dados n puntos con datos de precipitación, se considera el sistema formado por la sustitución
de la precipitación registrada en cada punto con sus coordenadas (xj, yj) con el índice j de 1
hasta n en la ecuación polinómica. Cuando el número de puntos n es igual al número de
coeficientes de las funciones, K+1, el sistema es determinado con n ecuaciones y n
incógnitas. Utilizando una expresión matricial el vector de incógnitas queda como función de
la inversa de la matriz formada por los valores de los polinomios en los n puntos considerados
(Gambolati y Volpi, 1979).
Ec. 5-15.Interpolación de Lagrange
K n
∀j = 1..n : P ( x j , y j ) = ∑ φi · f i (x j , y j ) ⇒ F ·φ = P ⇒ φ = F · P ⇒ φi = ∑ α ij · P ( x j , y j )
−1
i =0 i =1
K n n
K n
P( x, y ) = ∑ ∑ α ij ·P( x j , y j ) · f i ( x, y ) = ∑ ∑α ij · f i ( x, y )·P( x j , y j ) = ∑ ω j ( x, y )·P( x j , y j )
i =0 j =1 j =1 i =0 j =1
Con un polinomio de grado 1, hay 3 incógnitas ai (i desde 1 hasta 3) que se ajustan conocida
la lluvia en 3 pluviómetros de la cuenca. El sistema de ecuaciones queda:
Ec. 5-17. Sistema de ecuaciones en una interpolación polinómica
n=3
∀j = 1..3 : P ( x j , y j ) = a1 + a2 ⋅ x j + a3 ⋅ y j
donde j recorre los pluviómetros existentes en la cuenca (1 a n, igual a 3). Gambolati y Volpi
(1979) destacan la necesidad de utilizar datos regularmente distribuidos en el espacio para
mejorar el ajuste de los polinomios.
2
n
K
e = ∑ ∑ φ i · f i ( x j , y j ) − P ( x j , y j )
j =1 i = 0
Para minimizar este funcional, se igualan las derivadas parciales de los coeficientes φi a 0.
172
5. Métodos de Interpolación
n K n
∂e
∀l = 0..K : = 0 ⇒ ∑∑ φ l · f i ( x j , y j )· f l ( x j , y j ) = ∑ f l ( x j , y j )·P ( x j , y j )
∂φ l j =1 i = 0 j =1
Al resolver:
Ec. 5-20. Pesos al resolver por mínimos cuadrados
n K
∀i = 0..K : φ i = ∑ β ij ·P( x j , y j ) ⇒ ω k ( x, y ) = ∑ β ik · f i ( x, y )
j =1 i =0
n
e = ∑ ( P( xi , y j ) − (a1 + a 2 ⋅ x j + a3 ⋅ y j )) 2
j =1
∂e ∂e ∂e
=0 =0 =0
∂a1 ∂a 2 ∂a 3
La aplicación a territorios extensos, con abundante número de registros en los que el ajuste
polinómico encuentre dificultades para adaptarse a los variables gradientes de lluvia justifica
la segmentación del dominio de trabajo. Esta posibilidad alivia el esfuerzo y tiempo de
computación, proporcional al cubo del número de datos a interpolar, n3. Además, da más peso
a la información local y filtra la extrapolación de información que a grandes distancias dejan
de tener interés, pero necesita de la imposición de condiciones de ajuste entre los segmentos.
La condición de ajuste básica consiste en imponer no solamente el ajuste a los registros de
cada subdominio de trabajo, sino también la continuidad entre los ajustes de subdominios
contiguos y, si se precisa, en las derivadas y en la suavidad de la transición. Este es el
fundamento del ajuste mediante polinomios segmentados o splines (Naoum y Tsanis, 2004a).
Operativamente tiene ventajas la interpolación con solapes entre subdominios. Para ello se
ajustan los polinomios al conjunto de puntos formado por los de cada subdominio más los
incluidos en una ventana 3x3. El algoritmo Franke (Mitasova y Mitas, 1993) considera una
subdivisión tal que el número de datos disponible en el conjunto 3x3 es inferior a un máximo,
kmáx, y superior a un mínimo en cada subdominio, kmín, por debajo del cual, se amplia la
ventana de búsqueda. El orden de magnitud de estos parámetros está entre 300 para el primero
y 200 para el segundo.
173
5. Métodos de Interpolación
n
∂ n
2
s ∂2s ∂2s
∑ [∇s( xi , yi )]2 =∑ 2
+ 2· +
∂x∂y ∂y 2 x = x ; y = y
i =1 i =1 ∂x i i
n
s ( x, y ) = α + β ·(x, y ) + ∑ φ i ·k (( x, y ), ( xi , yi ))
i =1
2 2
k (( x, y ), ( xi , y i )) = ( x, y ) − ( xi , y i ) ·log ( x, y ) − ( xi , y i )
El procedimiento TPS es físicamente equivalente al problema de la deformación de una placa
sometida a un conjunto de esfuerzos. La superficie deformada se obtiene bajo condición de
energía mínima de deformación. Inicialmente, los términos del funcional están constituidos
por expresiones dependientes de la segunda derivada relacionadas con la curvatura, pero
debido a los problemas de ajuste con fuertes gradientes en los datos, se añaden otros términos
al funcional a minimizar (Mitas y Mitasova, 1988; Mitasova y Mitas, 1993; Hofierka et al.,
2002):
• Términos en primera derivada resultando los métodos denominados TPS con tensión
• Términos en terceras derivadas o TPS regulares con tensión
• Finalmente, términos en cualquier orden de derivación o CRS o RST
La función s(x,y) se compone de una tendencia lineal de primer orden, que no aporta términos
en la curvatura al no tener derivadas de segundo orden, más una serie de funciones escogidas
en función del grado de derivación incluido en el funcional. En Mitasova y Mitas (1993),
Mitasova y Hofierka (1993) y Hofierka et al. (2002) se usan funciones radiales y
exponenciales. Si x pasa a representar el vector de coordenadas (x, y), la función T(x) a la
tendencia y R(x) al conjunto de funciones radiales y ri a la distancia entre el punto de
estimación x de coordenadas (x, y) y cada dato en xi de coordenadas (xi, yi), y ϕ un parámetro
denominado de tensión
Ec. 5-23. Superficie de ajuste
n ϕ · ri 2 2
n
ϕ·r 2
s( x ) = T ( x) + ∑φi ·R( x, xi ) = a1 + ∑ φi ·− e
+ ln i + 0.577215
2
i =1 i =1
174
5. Métodos de Interpolación
∑ (P − s(x ))
2
i i ⋅ ωi + I ( s)·ω0
i =1
para i = 1..n
ϕ · ri , j 2 ϕ ·r
n 2
ω
a1 + ∑ φ j ·− e + ln i , j + 0.577215 + δ i , j · o = Pi
2
2
j =1
ωj
N
∑φ
j =1
j =0
La resolución del sistema de ecuaciones puede dar problemas de resolución, bien por falta de
convergencia o por elevados tiempos de proceso. En el caso de las lluvias, los gradientes y
curvaturas importantes provocan problemas de ajuste de campos de precipitación (Creutin y
Obled, 1982). En el SIG-GRASS (GRASS Development Team, 2008; Neteler y Mitasova,
2004), el comando de interpolación, rst, se ha implementado con el Algoritmo Franke
(apartado 5.6.3) para evitar problemas con grandes volúmenes de información. Los
parámetros del modelo a calibrar son la suavidad, ω o smooth, y la tensión, ϕ o tension.
Hofierka et al. (2002) refieren valores de los parámetros de tensión aplicados a lluvias anuales
entre 50 y 100; los de suavizado en 0,1. Las siguientes figuras (Figura 108 a Figura 110)
ilustran la sensibilidad de los parámetros tensión y suavidad del modelo TPS. La Figura 108
representa un corte transversal de 4 superficies ajustadas con distintos valores del parámetro
suavidad. Éste influye en la desviación vertical del ajuste entre la superficie interpolada y el
dato. Cuando es nulo, la superficie pasa por los registros. Valores altos hacen que las
superficies tiendan al valor medio constante.
175
5. Métodos de Interpolación
140.0
120.0
(mm)
100.0
Precipitación
80.0
mm
60.0
s0
S=0
s1
S=1
40.0
s10
S=10
s100
S=100
20.0
Registro
Puntos
Cercano
Puntos cercanos
0.0
0
1000
2000
3000
4000
5000
6000
7000
8000
9000
10000
11000
12000
13000
14000
15000
16000
17000
18000
19000
20000
21000
22000
23000
24000
25000
26000
27000
28000
29000
30000
31000
32000
33000
34000
35000
36000
Distancia (m)
Figura 108. Corte transversal de superficies con distintos valores del parámetro suavidad
El parámetro tensión se relaciona con la distancia de influencia. La Figura 109 representa dos
superficies ajustadas con distintos valores del parámetro tensión. Con valores más bajos, las
superficies resultantes son de tipo placa y mayores son las distancias de influencia o alcance;
los valores altos dan superficies tipo membrana, pero alcances menores, con curvaturas altas
en las proximidades de los puntos.
Tensión 50; suavidad, nula. Placa Tensión 100; suavidad, nula. Membrana
La Figura 110 muestra un corte trasversal de distintas superficies ajustadas con valor nulo del
parámetro suavidad, pero distintos valores del de tensión. Los valores bajos del parámetro
tensión producen inestabilidades en la resolución del sistema de ecuaciones.
176
5. Métodos de Interpolación
190.0 t10s0
t=10
t50s0
t=50
170.0 t100s0
t=100
(mm)
t1000s0
t=1000
150.0 Puntos
Registro
Precipitación
Cercano
Puntos cercanos
130.0
mm
110.0
90.0
70.0
50.0
0
1000
2000
3000
4000
5000
6000
7000
8000
9000
10000
11000
12000
13000
14000
15000
16000
17000
18000
19000
20000
21000
22000
23000
24000
25000
26000
27000
28000
29000
30000
31000
32000
33000
34000
35000
36000
Distancia (m)
Figura 110. Corte transversal de las superficies con distintos valores del parámetro tensión
Hutchinson (1998a y 1998b) realiza, dentro de los trabajos del Spatial Interpolation
Comparison 97 (Dubois et al., 1998), la interpolación de los datos diarios de 100
pluviómetros de Suiza mediante thin plate splines con una transformación previa de los datos.
Esta transformación previa es de raíz cuadrada para suavizar el sesgo positivo de la muestra.
En la interpolación se añade un tratamiento integrado del efecto de la topografía y variables
relacionadas como pendiente y orientación. La aplicación del método thin plate spline
realizada es como sigue:
1. Filtrado de la información redundante. La existencia de registros próximos con valores
de precipitación transformada diferentes dificulta el ajuste de la superficie continua.
Se aplica entonces un procedimiento iterativo que calcula el error estimado entre
punto y la superficie de ajuste. Superado un umbral, el registro se retira. A la vez que
se van retirando, se comprueba cómo la distancia mínima entre puntos en los que se
registra este efecto aleatorio.
2. La solución del procedimiento anterior es de compromiso. En el problema planteado
se retiró un 10% de los registros y una distancia mínima entre estos de 7,3 km.
3. La consideración de topografía y otras variables como la pendiente y orientación
derivadas de un MDE se realiza de forma integrada mediante polinomios que trabajan
explícitamente con estas variables. Así se exponen los siguientes procedimientos:
a. polinomio bivariado sobre las coordenadas f(x, y)
b. el trivariado parcial en el que el spline se representa mediante una función f(x,
y) al que se añade la influencia constante de la elevación: f(x, y) + a·h
c. el trivariado f(x, y, h) donde la influencia de la elevación es variable
d. el pentavariado parcial f(x, y, h) + a·p + b·q en el que la influencia de la
pendiente y orientación es constante y variable de la elevación
e. el tetravariado f(x, y, p, q); donde la influencia de la pendiente y orientación es
variable en el espacio, sin dependencia explícita de la altitud
177
5. Métodos de Interpolación
Varios autores destacan la equivalencia o incluso las mejoras de este procedimiento respecto
al krigeado. Hofierka et al. (2002) y Hargrove (1997) utilizan los RST y señalan como ventaja
formal respecto al krigeado el que el ajuste mediante splines no necesita de una calibración
externa de parámetros como ocurre con el semivariograma, del que hay que definir tipo,
efecto pepita, rango y alcance previamente al proceso de krigeado. Hargrove (1997) añade
que el RST no hace ninguna hipótesis de estacionariedad y que con sucesivos órdenes se hace
suficientemente flexible para adaptar la lluvia a una variabilidad condicionada no solamente a
la altitud sino también a las componentes de viento dominantes y de la carga de humedad,
situaciones en la que el cokrigeado es una pobre elección.
N
P ( x, y ) = ∑ ci · g ( xi , yi )
i =1
siendo N el número de puntos cercanos, g(xi, yi) una función cuadrática dependiente de la
distancia entre el punto donde se estima la variable en cuestión, (x, y), y el punto con dato (xi,
yi); ci son coeficientes de ponderación que se calculan planteando el siguiente sistema que
relaciona los datos registrados con los resultados de la ponderación utilizando formas
cuadráticas. Tomando un número de puntos cercanos igual al de parámetros a determinar,
queda
Ec. 5-27. Sistema de ecuaciones de interpolación cuadrática y expresión matricial
N
∀j = 1..N : Pj = ∑ ci · g ij ⇒ P = G·C ⇒ C = G ·P ⇒
−1
i =1
N N N N
N
⇒ ci = ∑ hij ·Pj ⇒ Po = ∑ ∑ hij ·Pj · g oi = ∑ ∑ hij · g oi ·Pj
j =1 i =1 j =1 j =1 i =1
En Borga y Vizzaccaro (1997) se recoge la recomendación de Moore et al (1989), según los
cuales la formulación se extendía a un parámetro adicional de ajuste b para controlar un
crecimiento o decrecimiento excesivo de la pendiente de la superficie interpolada
Ec. 5-28. Ponderación mediante formas cuadráticas
N
P ( x, y ) = ∑ ci · g (xi , yi ) + b
i =1
N
∑c
i =1
i =0
178
5. Métodos de Interpolación
caso del cono, los términos gi coinciden con la distancia. En el caso de un hiperboloide
aparece una constante más, a, cuyo valor óptimo coincide aproximadamente con la mitad del
factor de escala horizontal según recoge Borga y Vizzaccaro (1997) de Lee et al. (1974).
Ec. 5-29. Expresión de las formas cuadráticas del cono e hiperboloide
gi = (xi − x )2 + ( yi − y )2
2 2
g i = a 2 + ( xi − x ) + ( yi − y )
n
P ( x, y ) = ∑ ai · zi
i =0
Guan et al. (2005) incorporan ecuaciones de regresión múltiple en función de las coordenadas
x e y, la altitud, dirección de entrada del frente húmedo (supuesta invariable a escala mensual)
y la orientación del terreno, pero corrigen el resultado final interpolando los residuos del
ajuste mediante krigeado. Ninyerola et al. (2005, 2007a, 2007b) describe la misma línea de
trabajo basada en regresión múltiple con corrección de residuos. Las variables regresoras son
la altitud, la latitud, la continentalidad que, a su vez, considera diferentes funciones de
distancia al mar, la curvatura del terreno y la radiación solar.
Un problema a destacar de este método es la indefinición sobre el grado de representatividad
local o regional de las variables implementadas. Por ejemplo, Daly et al., (1994) y Guan et al.
(2005) se discute sobre qué resolución de trabajo tomar para representar adecuadamente la
influencia del entorno en la estimación de lluvia ya que la influencia de parámetros como la
orientación es en parte local y en parte regional. El modelo PRISM (Daly et al., 1994)
considera celdas desde 6 a 9 km de resolución a los 2 km con una serie de filtros de
suavización intermedios. Guan et al. (2005) usan para el cálculo de las orientaciones celdas
entre 3 y 9 km, recomendando un valor intermedio de 5 km.
179
5. Métodos de Interpolación
P ( x , y ) = a· z + b
R ( xo , yo ) = ∑ ωi ⋅ Pi − P ( xo , yo )
∀i
siendo i el índice de cada uno de los datos utilizados para estimar el valor en (xo, yo); P(xo, yo)
es el valor registrado de precipitación o cualquier otra variable. La esperanza del error bajo la
25
Gandin, L.S., 1965. Objective Analysis of Meteorological Fields, traducido del ruso por R. Hardin, en Israel
Program for Scientific Translation, Jerusalem. 242 pp
26
Belousov, S.L.; Gandin, L.S. y Mashkovich, S.A. 1971. Computing Processing of Meteorological Data. Israel
Program for Scientific Translation, Jerusalem. 210 pp.
180
5. Métodos de Interpolación
E [R( xo , yo )] = E ∑ ωi ⋅ Pi − P( xo , yo ) = ∑ ωi ⋅ E [P ] − E [P ]
∀i ∀i
Ec. 5-34. Condición de sesgo nulo. Interpolación óptima
E [R( xo , yo )] = 0 ⇒ ∑ ωi ⋅ E [P ] − E [P ] = 0 ⇒ ∑ ωi = 1
∀i ∀i
n n n
Var[R( xo , yo )] = ∑ ∑ ωi ·ω j Covij + Var (Po ) − 2·∑ ωi ·Covoi
i =1 j =1 i =1
n n n
n
L = ∑ ∑ ωi ·ω j Covij + Var (Po ) − 2·∑ ωi ·Covoi + 2·µ ·∑ ωi − 1
i =1 j =1 i =1 i =1
∂L
∀i = 1..n : = 0 ⇒ ∑ ω j ·Covij − Covoi + µ = 0
∂ωi
de donde se obtiene un sistema de ecuaciones cuya expresión matricial es:
Ec. 5-37. Sistema de ecuaciones en la interpolación óptima
181
5. Métodos de Interpolación
los pesos, el sistema anterior tendría dimensión n, sin la última fila y columna de la matriz
principal.
El krigeado es un estimador lineal insesgado por lo que también responde al acrónimo BLUE
(Best Linear Unbiased Estimator). Es lineal porque las estimaciones se realizan a través de
combinaciones lineales de los datos. Es insesgado al imponer como condición que el error
residual medio debe hacerse nulo y es el mejor puesto que minimiza la varianza del error. Por
tanto, se basa en los mismos principios expuestos anteriormente, pero la herramienta de
simulación de la estructura espacial de la variable no son las covarianzas, sino el
semivariograma. El krigeado implica y englobaría una primera fase de análisis geoestadístico
de los datos para detectar interdependencias entre las series de datos y ajustar un modelo
teórico de covarianzas a través de un semivariograma.
Además de la distancia, el semivariograma permite introducir la dirección y anisotropías de
procesos físicos. Se pueden definir semivariogramas en función de distintas direcciones de
continuidad espacial. Para ello se considerarán únicamente aquellos puntos separados por una
distancia h en cada dirección, estimando γ(h) y rehaciendo la interpolación adecuadamente.
El krigeado se ha presentado bajo la premisa de estacionariedad. Esta ha de ser al menos local
y la forma de tratarla o de poder respetar tendencias en los datos, añadirlas en la estructura u
otras variables explicativas, hace que aparezcan diversas formas de krigeado. Así se habla
desde el presentado krigeado simple, ordinario, cokrigeado y del krigeado con deriva al
imponer una estructura subyacente a los datos, deriva, tratada como una función determinista
que contiene la información sobre la tendencia, etc. Consideraciones adicionales hacen que
estos grupos se subdividan dando lugar a una familia de técnicas más amplia, tal como se
exponen con detalle en los apartados siguientes.
La geoestadística proporciona un conjunto de herramientas estadísticas para incorporar la
estructura espacial en el análisis de datos, interpolación y simulación de fenómenos naturales
(Gómez-Hernández, 1996). Frente a otro tipo de modelos de interpolación, obtiene una
medida de la incertidumbre que, en todo caso, depende del modelo supuesto de estructura
espacial (Gambolati y Volpi, 1979). Desde el punto de vista geoestadístico, el medio se
representa por un modelo probabilístico. Los valores registrados constituyen una realización y
los atributos en puntos sin medida se estiman con un nivel de incertidumbre asociado. Sin
información registrada, la incertidumbre es máxima y equiprobable en todos los puntos del
dominio y se reduce si se consideran los valores registrados y la estructura de dependencia
espacial del fenómeno natural. Esta estructura de dependencia espacial se infiere del análisis
de la muestra sobre la que se ajusta un modelo representativo de la población subyacente. Es
decir, el fenómeno natural se analiza mediante funciones aleatorias bajo la hipótesis de que
cada realización está compuesta por una componente determinista o estructurada y otra
aleatoria o errática.
Debido a la linealidad de la formulación y a la posibilidad de incorporar variables secundarias
(Gómez-Hernández, 1996), así como a la posibilidad de generar series sintéticas y simular
procesos, la geoestadística se ha aplicado en hidrología con diferentes objetivos entre los que
se citan la interpolación de variables hidrológicas como la precipitación, temperatura o
evapotranspiración (Chua y Bras, 1982; Creutin y Obled, 1982; Bras y Rodríguez-Iturbe,
1985; Tabios y Salas, 1985; Dingman et al. 1988; Abtew et al. 1993; Martínez-Cob, 1996;
Borga y Vizzaccaro 1997; Holawe et al. 1999; Goovaerts, 2000; Tobin et al., 2011), a la
estimación de campos de precipitación combinando la procedente del radar y la pluviométrica
182
5. Métodos de Interpolación
(Krajewski, 1987; Seo et al., 1990a y 1990b; Cassiraga y Gómez-Hernández, 1996a y 1996b),
al completado de información hidrológica (Teegavarapu, 2006), al diseño de redes de medida
(Rodríguez-Iturbe y Mejía, 1974) dada la estimación de incertidumbre, a la derivación de los
MDE (Weber y Englund, 1992 y 1994) y a la estimación de niveles piezométricos, la
parametrización de modelos de aguas subterráneas y a la resolución del problema inverso
(Gambolati y Volpi, 1979; Volpi et al., 1979; Samper y Carrera, 1990). Gambolati y Volpi
(1979) también destacaron algunos aspectos negativos de su uso como la similitud del modelo
de interpolación con modelos deterministas (Tabla 11), su escasa fundamentación física y las
dificultades para manejar los términos conceptuales involucrados y la deriva o tendencia.
La estructura de dependencia espacial entre los valores de dos puntos del dominio se
incorpora mediante tres tipos de funciones. La función de covarianza mide el grado de
asociación entre dos variables y está representada por la esperanza del producto de las
variables. Si u1 y u2 son vectores de dos puntos distintos, m(u1) y m(u2), las medias de la
variable en esos puntos y Z(u1) y Z(u2), el valor de las variables,
Ec. 5-38. Función de covarianza
1 1
[
γ (u1 , u2 ) = ·Var [(Z (u1 ) − Z (u 2 ) )] = ·E (Z (u1 ) − Z (u 2 ) − m(u1 ) + m(u2 ) )2
2 2
]
La tercera es la función de correlación, procedente de la estandarización de las covarianzas
por las desviaciones típicas.
Ec. 5-40. Función de correlación
Cov(u1 , u 2 )
ρ (u1 , u2 ) =
σ (u1 )·σ (u2 )
En la práctica se necesita trabajar con hipótesis que simplifiquen el problema de la estimación
de variables. Una primera hipótesis se basa en suponer que hay homogeneidad y que todos los
puntos del espacio tienen la misma distribución de frecuencias aleatoria. En sentido general,
supondría la invariancia del modelo para cualquier traslación de un vector h, pero
normalmente se restringe el significado de estacionariedad a la invariancia de los dos
primeros momentos y de las relaciones que ligan los puntos dos a dos. Es decir, se trabaja
conforme a la estacionariedad de segundo orden, en medias, varianzas y covarianzas,
1. La esperanza de la variable Z(u) existe y no depende de la posición u.
Ec. 5-41. Estacionariedad en medias
∀u : E[Z (u )] = m
183
5. Métodos de Interpolación
C (Z (u ), Z (u + h) ) = C (h )
En un proceso estacionario de segundo orden, el semivariograma y la covarianza solo
dependen de la separación entre dos puntos. Ambas magnitudes están relacionadas mediante
la varianza como se describe a continuación,
Ec. 5-43. Relación entre semivariograma y covarianzas bajo la hipótesis de estacionariedad
1 1
[ ] [
γ (h) = ·E (Z ( x + h) − Z ( x) )2 = ·E (Z ( x + h) − m − Z ( x) + m )2 =
2 2
]
1
2
[ 2 2
= · E (Z ( x + h) − m ) + (Z ( x) − m ) − 2·(Z ( x + h) − m )(
· Z ( x) − m ) = ]
= Var ( x) − C (h)
En procesos en los que la media varía lentamente, se admite que el semivariograma definido
en función de la esperanza de la diferencia al cuadrado de dos variables separadas una
distancia h es independiente del valor local de la media, ya que en el semivariograma la
diferencia de medias es reducida. No es así en el caso de la covarianza, ya que esta última
depende del producto de las medias.
Hay fenómenos sin varianza, pero cuyo semivariograma sí existe. En los problemas de
estimación que trata la geoestadística, es suficiente con que se cumpla la condición de función
aleatoria intrínseca, es decir, que sea estacionaria en la variable derivada por incrementos. En
función de los incrementos considerados, k incrementos necesarios para lograr la
estacionariedad, la esperanza y la varianza existen y son independientes del vector u. Se habla
entonces de funciones aleatorias intrínsecas de orden k y se define una cuarta función que
represente la continuidad espacial de la variable, pero no sobre los incrementos, sino sobre
estas combinaciones necesarias para lograrla. Sería la covarianza generalizada. Se trata de
una técnica aplicable cuando sobre la variable no se puede suponer la estacionariedad de las
medias (Chua y Bras, 1982; Seo et al. 1990a y 1990b; Samper y Carrera, 1990).
La función semivariograma es la que normalmente se utiliza en geoestadística en el ejercicio
de inferencia. Da menos problemas de identificación que la función de covarianzas (Samper,
1990), que sí aparece explícitamente a la hora de resolver los sistemas de interpolación por
krigeado. A partir de los semivariogramas experimentales, se ajusta un modelo continuo de
dependencia espacial, cuyas posibilidades de elección están restringidas a unos cuantos
modelos que evitan problemas de inestabilidad de los sistemas de ecuaciones en que se
formula el krigeado (Isaaks y Srivastava, 1989; Samper y Carrera, 1990; Goovaerts, 2000).
Son, en todo caso suficientes, para representar la continuidad de la mayoría de fenómenos
naturales. Siendo a, el alcance o distancia representativa de la máxima continuidad espacial y,
b, la meseta o varianza del fenómeno, los modelos de semivariograma más usuales son los
siguientes:
1. Modelo pepita o discontinuidad en el origen por errores de medición o discontinuidad
del medio
184
5. Métodos de Interpolación
0, h = 0
γ ( h) =
b, resto
2. Modelo lineal. Representa un crecimiento lineal del semivariograma
Ec. 5-45. Semivariograma modelo lineal
h h
3
−
h
γ (h) = b· 1 − e a
5. Modelo Gaussiano. También con el alcance en el 95% de la meseta. Se aplica a
fenómenos continuos y de evolución suavizada
Ec. 5-48. Semivariograma modelo Gaussiano
2
h
−
γ (h) = b·1 − e a
6. Modelo monomial, con el exponente menor que dos para no dar problemas de
estabilidad. Se aplica a fenómenos fractales
Ec. 5-49. Semivariograma modelo monomial
γ (h) = b·hθ
θ ∈ (0,2 )
7. Combinaciones lineales de semivariogramas bajo el principio de superposición
Ec. 5-50. Semivariograma combinación lineal
L
γ (h) = ∑ α l ·γ l (h)
0
185
5. Métodos de Interpolación
100000
Semivariograma
90000
80000
70000
60000
50000
40000
Distancia
186
5. Métodos de Interpolación
1 N (h)
· ∑ (Z (u + h) − Z (u ) )
2
γ ( h) =
2· N (h) 1
Con esta expresión se obtienen una serie de valores muestrales del semivariograma función de
h. Estos valores aparecen como una nube de puntos en un diagrama (h, γ(h)) como el de la
Figura 111. Sobre esta nube de puntos se ajusta un semivariograma continuo, teórico,
representativo de la dependencia espacial de las variables en estudio.
Considerando la lluvia estocástica en el territorio, una tormenta se considera como la
realización de ese proceso. Bajo la hipótesis de ergodicidad, se estiman los parámetros del
modelo, medias, varianzas y covarianzas en función de esta única realización. Si se dispone
de un conjunto de realizaciones, el problema del ajuste del semivariograma también se enfoca
a través de la unión de éstas (Bacchi y Kottegoda, 1995). Con un total de M realizaciones, el
semivariograma experimental se calcula como,
Ec. 5-52. Semivariograma experimental y media con realizaciones múltiples
M N (h)
1
·∑ ∑ (Z j (ui + h) − Z j (ui ) )
2
γ ( h) =
2·M · N (h) j =1 i =1
1 M N
m* = ·∑∑ Z j (ui )
M · N j =1 i=1
Que se asume constante para el total de realizaciones disponibles.
Los parámetros de los que dependen los semivariogramas, el tipo elegido, el grado de
anisotropía o el esquema de interpolación son susceptibles de optimización en función de
diferentes criterios cuantitativos y gráficos que permitan la apreciación personal y subjetiva
que dé validez a un ajuste.
El procedimiento de calibración cruzada (Isaaks y Srivastava, 1989) consiste en evaluar el
error en cada punto de registro respecto a la superficie ajustada con el resto de registros. Del
error en cada punto, se deriva un estadístico global que caracteriza la calidad del ajuste. Este
procedimiento se aplica sobre todos y cada uno de los datos, es decir, realizando tantas
interpolaciones como datos se tengan, retirando de cada una de ellas un solo valor real del
grupo, interpolando y calculando el error a ese dato. Una técnica alternativa y que no consume
tantos recursos consiste en elaborar los términos de error con una única interpolación, de la
que se han retirado un porcentaje de datos escogidos aleatoriamente o clases de información
seleccionada por cumplir una condición.
Siendo ei la diferencia entre el valor registrado y el obtenido por interpolación utilizando el
resto de valores de la muestra, se usan los siguientes términos de error (Chua y Bras, 1982;
Bacchi y Kottegoda, 1995; Martínez-Cob, 1996; Naoum y Tsanis, 2004a; Falivene et al.,
2010),
187
5. Métodos de Interpolación
Denominación Ecuación
Error medio, EM. Debe aproximarse al valor nulo Ec. 5-53. Error medio
n n
∑ ei
i =1
∑ (Z (u ) − Z
i =1
i
*
(ui ) )
EM = =
n n
Error medio absoluto, EMA Ec. 5-54. Error medio absoluto
n n
∑ ei
i =1
∑ (Z (u ) − Z
i =1
i
*
(ui ) )
EMA = =
n n
Error medio cuadrático, EMC Ec. 5-55. Error medio cuadrático
n n
∑ (Z (u ) − Z ) 2
∑ ei2
i =1 i =1
i
*
(ui )
EMC = =
n n
Error medio cuadrático estandarizado por la varianza Ec. 5-56. Error medio cuadrático estándar
teórica del krigeado en cada punto de registro, EMCS.
Debe aproximarse a la unidad 1 n e 2 1 n Z (ui ) − Z * (ui )
EMCS = ·∑ i 2 = ·∑
( )
2
n i =1 σ i n i =1 σ i2
Sesgo de los errores, CSe, y coeficiente de correlación Ec. 5-57. Coeficiente de sesgo de los errores
de Pearson, rZZ*, entre valores estimados y registrados.
El sesgo debe ser nulo y como en un diagrama de 1 n (ei − me )3
CS e = ⋅∑
dispersión entre valores estimados y registrados el n i =1 σ e3
sesgo y la probabilidad condicional a obtener errores
altos con valores altos son menores cuanto mejor sea Ec. 5-58. Coeficiente de correlación de Pearson entre valores
el ajuste sobre la recta de 45º, el coeficiente de estimados y registrados
correlación de Pearson debe tender a la unidad.
n (Z (u i ) − mZ ) ⋅ (Z * (ui ) − mZ )
∑
*
i =1 n
rZZ * =
σ Z ⋅σ Z *
188
5. Métodos de Interpolación
N
Z * (u ) − m(u ) = ∑ ωi (u )·(Z (ui ) − m(ui ) )
i =1
189
5. Métodos de Interpolación
Z * (u ) − m = ∑ ωi ·(Z (ui ) − m )
i
[ ] [
E Z * (u ) − Z (u ) = E Z * (u ) − m − Z (u ) + m = ]
= m + ∑ ωi · E [Z (ui ) − m] − m = ∑ ωi · E [Z (ui ) − m] = 0
i i
i i
= ∑∑ ωi ·ω j ·CR (ui − u j ) + CR (0) − 2·∑ ωi ·CR (ui − u )
i j i
1 ∂σ ε2
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C R (ui − u j ) = C R (ui − u ) ⇒
2 ∂ω i j
190
5. Métodos de Interpolación
= C (0) − ∑ ωi ·C (ui − u )
i
Z * (u ) − m(u ) = ∑ ωi ·( Z (ui ) − m(u )) ⇒ Z * (u ) = ∑ ωi ·Z (ui ) + m(u )·1 − ∑ ωi
i i i ⇒
∑i ωi = 1
⇒ Z * (u ) = ∑ ωi ·Z (ui )
i
La esperanza del error de la estimación es nula al haber impuesto la suma de pesos igual a la
unidad. El estimador es entonces insesgado,
Ec. 5-68. Comprobación del estimador insesgado en el KO
[ ]
E Z * (u ) − Z (u ) = ∑ ω i ·E[Z (ui )] − m(u ) = m(u )·1 − ∑ ω i = 0
i i
La varianza del error de la estimación como diferencia entre Z*(u) y Z(ui) a minimizar es
función de los residuos,
Ec. 5-69. Varianza de la estimación del KO
191
5. Métodos de Interpolación
En este caso, al tener una condición sobre los pesos, la minimización se plantea a través del
Lagrangiano para llegar al sistema de ecuaciones del KO,
Ec. 5-70. Sistema de ecuaciones del KO
L = σ ε2 + 2·µ · ∑ ω i − 1
i
1 ∂L
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C R (ui − u j ) + µ = C R (ui − u )
2 ∂ω i j
1 ∂L
· = 0 ⇒ ∑ ωi = 1
2 ∂µ i
= C (0) − ∑ ωi ·C (ui − u ) − µ
i
El valor del parámetro µ ha de ser negativo por lo que la varianza de este modelo es mayor
que la del KS en el que se conocía la media en cada punto (Samper y Carrera, 1990).
La ventaja de este modelo sobre el KS reside en permitir la variabilidad en la media que es
desconocida y no se maneja explícitamente. Así, el KS dará estimaciones más próximas a la
media global que este procedimiento, que permitirá variaciones mayores en puntos con
medias locales superiores o menores a la global (Goovaerts, 1997). En aplicaciones a la
evapotranspiración potencial en zonas del norte de España (Martínez-Cob, 1996) la calidad de
los resultados alcanzados con este método son similares al CK. Algo similar a lo que concluye
Murthy y Abbaiah (2007) en estimaciones de lluvias anuales, estacionales y mensuales con
transformación previa para eliminar el sesgo de los datos de la región de Andhra Pradesh en la
India. Mirás-Avalalos et al. (2007) describen la similitud de resultados con esquemas de
inverso distancia al implementar el modelo a lluvias mensuales en Galicia y la obtención de
mapas de lluvia suavizados que no reproducen los máximos y mínimos registrados, al igual
que Gómez-Hernández et al. (2001) concluyeron con datos de Asturias.
Herrera et al. (2010) utilizan el KO sin uso explícito de la orografía para interpolar mapas de
lluvia diaria desde 1950 hasta el año 2003. Su objetivo es mejorar la resolución temporal y
espacial de la información disponible para el estudio de los escenarios regionalizados de
cambio climático mediante proyecciones de evolución del clima para el siglo XXI con
diferentes supuestos de emisión de gases de efecto invernadero; en particular, se busca
mejorar la representatividad de fenómenos extremos en la información disponible. La
resolución de los mapas es de 0,2º (aproximadamente 20 km) y el ámbito territorial lo
constituyen la Península Ibérica e Islas Baleares. Los datos proceden de una selección de
2.750 estaciones que cumplen una serie de criterios de calidad. El krigeado se aplica en dos
fases. En una primera se interpola la variable binaria ocurrencia de lluvia; en la segunda, los
valores de lluvia.
192
5. Métodos de Interpolación
1 1
[ 2
] [
γ Z (h) = ·E (Z (u + h) − Z (u ) ) = ·E (m(u + h) + Y (u + h) − m(u ) − Y (u ) ) =
2 2
2
]
1
[ 2
= · E (m(u + h) − m(u ) + Y (u + h) − Y (u ) ) =
2
]
1 2
= ·(m(u + h) − m(u ) ) + γ Y (h)
2
La media, m(u), se supone ajustable a expresiones polinómicas en la que los coeficientes ak
son desconocidos pero constantes en el dominio de interpolación. Las funciones fk son
polinomios de orden k sobre las coordenadas. El orden de estos polinomios es bajo para evitar
inconsistencias y que la matriz del sistema quede mal condicionada (Samper y Carrera, 1990).
Ec. 5-73. Deriva en el KD
K
m(u ) = ∑ ak · f k
k =0
K
Z * (u ) − m(u ) = ∑ ωi ·( Z (ui ) − m(ui )) ⇒Z * (u ) − ∑ ak · f k (u ) =
i k =0
K
= ∑ ωi · Z (ui ) − ∑ ak · f k (ui )
i k =0
Como en el caso anterior, para dejar la estimación en función de los valores conocidos de la
variable, Z(ui), se imponen las condiciones sobre las funciones de la deriva.
Ec. 5-75. KD y condiciones sobre las funciones de deriva
K
K
Z * (u ) − ∑ ak · f k (u ) = ∑ ωi · Z (ui ) − ∑ ak · f k (ui ) ⇒
k =0 i k =0
K
⇒ Z * (u ) = ∑ ωi ·Z (ui ) + ∑ ak · f (u ) − ∑ ωi · f k (ui )
i k =0 i ⇒ Z * (u ) = ∑ ωi ·Z (ui )
∀k = 0..K : f (u ) = ∑ ωi · f k (ui ) i
i
193
5. Métodos de Interpolación
Si por convenio se toma que el polinomio de orden cero es la unidad, se tendrá como
condición que el sumatorio de pesos sea la unidad. Se comprueba que la esperanza del error
de la estimación es nula y que el estimador es insesgado.
Ec. 5-76. Comprobación del estimador insesgado en el KD
[ ]
E Z * (u ) − Z (u ) = ∑ ωi · E [Z (ui )] − m(u ) =
i
K K
= ∑ ωi ·∑ ak · f k (ui ) − ∑ ak · f k (u ) =
i k =0 k =0
K
= ∑ ak · ∑ ωi · f k (ui ) − f k (u ) = 0
k =0 i
La varianza del error de la estimación es,
Ec. 5-77. Varianza de la estimación del KD
Al tener condiciones sobre las funciones de deriva y los pesos, la minimización se plantea a
través del Lagrangiano y se llega al sistema
Ec. 5-78. Sistema de ecuaciones del KD
K
L = σ ε2 + 2·∑ µ k · ∑ ω i · f k (ui ) − f k (u )
k =0 i
K
1 ∂L
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C R (ui − u j ) + ∑ µ k · f k (ui ) = C R (ui − u )
2 ∂ω i j k =0
1 ∂L
∀k , k = 0..K : · = 0 ⇒ ∑ ω i · f k (ui ) = f k (u )
2 ∂µ k i
El sistema queda en función de las covarianzas de los residuos, CR, que ya no son
equivalentes a las covarianzas de la variable, C (Goovaerts, 1997). Los términos de las
funciones de deriva no se conocen explícitamente, por lo que tampoco se simplifica el
problema a determinar el semivariograma de unos residuos calculados conocida la media. La
forma de trabajar en este caso es suponer igualdad en un entorno de interpolación reducido
con una deriva insignificante. Es decir, la parte inicial del semivariograma es la que define la
estructura de continuidad. Si hubiera una dirección o un área de deriva nula, se estima en ella
el semivariograma bajo la hipótesis de isotropía en las covarianzas de los residuos (Samper y
Carrera, 1990). Finalmente, la varianza en el punto de estimación es,
Ec. 5-79. Varianza de la estimación en el KD
194
5. Métodos de Interpolación
m(u ) = ao + a1 · y1 (u )
La ecuación general del krigeado en función de este modelo queda expresada en función de la
media y de la deriva lineal externa,
Ec. 5-81. Ecuación general del KDE
1
1
Z * (u ) − m(u ) = ∑ ωi ·( Z (ui ) − m(ui )) ⇒ Z * (u ) − ∑ ak · yk (u ) = ∑ ωi · Z (ui ) − ∑ ak · yk (ui )
i k =0 i k =0
Para dejar la estimación en función de los valores conocidos de la variable, Z(ui), se imponen
las condiciones sobre las funciones de la deriva.
Ec. 5-82. KDE y condiciones sobre las funciones de deriva
1
1
Z * (u ) − ∑ ak · yk (u ) = ∑ ωi · Z (ui ) − ∑ ak · yk (ui ) ⇒
k =0 i k =0
1
⇒ Z * (u ) = ∑ ωi ·Z (ui ) + ∑ ak · y (u ) − ∑ ωi · yk (ui )
i k =0 i ⇒ Z * (u ) = ∑ ωi ·Z (ui )
∀k : k = 0..1 : y (u ) = ∑ ωi · yk (ui ) i
i
Cuando k es igual a 0 se tiene como condición que el sumatorio de pesos sea la unidad. Con
estas condiciones se comprueba que la esperanza del error de la estimación es nula y que el
estimador es insesgado.
Ec. 5-83. Comprobación del estimador insesgado en el KDE
[ ]
E Z * (u ) − Z (u ) = ∑ ωi · E [Z (ui )] − m(u ) =
i
K K
= ∑ ωi ·∑ ak · yk (ui ) − ∑ ak · yk (u ) =
i k =0 k =0
K
= ∑ ak · ∑ ωi ·yk (ui ) − yk (u ) = 0
k =0 i
La varianza del error de la estimación es,
195
5. Métodos de Interpolación
1
L = σ ε2 + 2·∑ µ k · ∑ ω i · yk (ui ) − yk (u )
k =0 i
1
1 ∂L
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C R (ui − u j ) + ∑ µ k ·yk (ui ) = C R (ui − u )
2 ∂ω i j k =0
1 ∂L
∀k , k = 0..1 : · = 0 ⇒ ∑ ω i · yk (ui ) = yk (u )
2 ∂µ k i
196
5. Métodos de Interpolación
(
Z * (u ) − m* = ∑ ωi · Z (ui ) − m* )
i
[ ]
E Z * (u ) − Z (u ) = m + ∑ ω i ·E [Z (ui ) − m] − m = 0
i
1 ∂σ ε2
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C R (ui − u j ) = C R (ui − u )
2 ∂ω i j
σ ε2 (u ) = C R (0) − ∑ ω i ·C R (ui − u )
i
Chua y Bras (1982) aplicaron el KU para hallar la lluvia de nueve tormentas en cuencas del
noroeste de Colorado, comparando los resultados de dos métodos de krigeado. El primer
método se basaba en la teoría de funciones intrínsecas y suponía desconocidos los coeficientes
de la función polinómica. Esta teoría se basa en que para manejar variables no estacionarias,
se utilizan combinaciones lineales que hagan desaparecer esta tendencia y estimar el
197
5. Métodos de Interpolación
[ ]
E Z * (u ) − Z (u ) = m1 − m1 + ∑ ω i ·E [Z (ui ) − m1 ] + ∑ λl ·E [Y (ul ) − m2 ] = 0
i l
198
5. Métodos de Interpolación
La varianza se minimiza para el conjunto de pesos planteado (i=1..N; l=1..M) para llegar al
sistema de ecuaciones siguiente,
Ec. 5-95. Sistema de ecuaciones del CKS
1 ∂L
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C 11
R (ui − u j ) + ∑ λl ·C R (u i − ul ) = C R (u i − u )
12 11
2 ∂ω i j l
1 ∂L
∀l , l = 1..M : · = 0 ⇒ ∑ ω i ·C 12
R (u l − ui ) + ∑ λ j ·C R (u l − u j ) = C R (ul − u )
22 12
2 ∂λl i j
Al ser estacionaria, las covarianzas de los residuos, CR, son iguales a las de la variable, C. La
varianza en el punto de estimación es finalmente,
Ec. 5-96. Varianza de la estimación en el CKS
Si no existiera correlación entre las variables, los términos cruzados se anulan y se tiene el
KS.
Para que la estimación no dependa de las medias desconocidas, la sumas de los pesos se hacen
unidad y nula,
Ec. 5-98. Condiciones en los pesos del CKO
⇒ Z * (u ) = ∑ ωi ·Z (ui ) + 1 − ∑ ωi ·m1 (u ) + ∑ λl ·Y (ul ) − ∑ m2 (u )
i i l l
∑i i ⇒
ω = 1
∑l l
λ = 0
⇒ Z (u ) = ∑ ωi ·Z (ui ) + ∑ λl ·Y (ul )
*
i l
El estimador es insesgado al cumplir las condiciones anteriores sobre los pesos. Estas
condiciones pueden tomar otra forma. Por ejemplo si se escala adecuadamente la variable
secundaria para que el valor de su media coincida con la de la variable principal, se considera
la siguiente condición con resultados distintos a los de la anterior (Isaaks y Srivastava, 1989).
199
5. Métodos de Interpolación
∑ω + ∑ λ
i
i
l
l =1
La varianza del error de la estimación depende de los términos de covarianzas de las dos
variables y de los términos cruzados.
Ec. 5-100. Varianza de la estimación del CKO
L = σ ε2 + 2·µ o · ∑ ω i − 1 + 2·µ1 · ∑ λl
i l
1 ∂L
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C 11 R (ui − u j ) + ∑ λl ·C R (ui − ul ) + µ o = C R (u i − u )
12 11
2 ∂ω i j l
1 ∂L
∀l , l = 1..M : · = 0 ⇒ ∑ ω i ·C R12 (ul − ui ) + ∑ λ j ·C R22 (ul − u j ) + µ1 = C 12
R (u l − u )
2 ∂λl i j
1 ∂L
· = 0 ⇒ ∑ ωi = 1
2 ∂µ o i
1 ∂L
· = 0 ⇒ ∑ λl = 0
2 ∂µ1 l
200
5. Métodos de Interpolación
1 ∂L
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C R11 (ui − u j ) + λ ·C R12 (ui − ul ) = C R11 (ui − u )
2 ∂ω i j
1 ∂L
· = 0 ⇒ ∑ ω i ·C R12 (ui − u ) + λ ·C R22 (0) = C R12 (0)
2 ∂λ i
del que se supone que las covarianzas de los residuos son iguales a las de la variable por su
estacionariedad. Es importante destacar que el sistema no necesita manejar la estructura de
covarianzas de la variable secundaria, basta con conocer su varianza. Se suele aplicar una
simplificación para la estructura cruzada derivada de una analogía markoviana, con lo que
solo sería necesario estimar el semivariograma de la primera variable.
Ec. 5-105. Simplificación del cálculo de covarianzas cruzadas
C 12 (0) 11
C 12 (h) = ·C (h)
C 11 (0)
1 ∂L
∀i, i = 1..N : · = 0 ⇒ ∑ ω j ·C 11 12 11
R (ui − u j ) + λ ·C R (u i − u l ) + µ = C R (ui − u )
2 ∂ω i j
1 ∂L
· = 0 ⇒ ∑ ω i ·C 12 22 12
R (u i − u ) + λ ·C R (0) + µ = C R (0)
2 ∂λ i
∑ωi
i + λ =1
201
5. Métodos de Interpolación
202
5. Métodos de Interpolación
de información (Isaaks y Srivastava, 1989; Falivene et al. 2010). Desde este punto de vista, el
método de Thiessen es un buen método para el cálculo de precipitaciones medias areales, ya
que asigna pesos proporcionalmente al área de influencia de la estación, menor donde hay
mayores aglomeraciones.
Teóricamente, los métodos estocásticos ofrecerían alguna ventaja formal al trabajar
explícitamente con la aleatoriedad del fenómeno y, por tanto, con la incertidumbre de las
estimaciones. Sin embargo, aunque la perspectiva del problema es distinta al considerar las
relaciones ciertas, los métodos determinísticos manejan conceptos similares (Gambolati y
Volpi, 1979). El error cuadrático mínimo y la minimización de la varianza del error serían
equivalentes por lo que en la práctica las ventajas entre unos y otros no están claras. Otros
ejemplos de la similitud de estructuras estocásticas y determinísticos aparecen cuando se
valoran los modelos de continuidad espacial de los métodos óptimos dados en términos de
covarianzas o las estructuras similares que se encuentran al usar procedimientos polinómicos
y splines, variacionales o de formas cuadráticas (Matheron, 1981; Creutin y Obled, 1982;
Abtew et al. 1993; Mitasova y Mitas, 1993; Borga y Vizzaccaro, 1997, Hofierka et al., 2002;
Mitasova et al., 2005). Estos últimos ajustan el valor de los pesos al resolver un sistema de
ecuaciones que, por un lado, depende de una matriz que refleja las relaciones de continuidad
en la distancia entre registros y, por otro lado, de un vector, término independiente del
sistema, donde se valora, en función de la distancia, la contribución de cada registro en la
estimación de un punto de coordenadas (xo, yo). Por tanto, son métodos que, al igual que los
métodos óptimos (Isaaks y Srivastava, 1989) tienen en cuenta las redundancias de
información y la ponderación de cada dato en función de las distancias y de la estructura de
continuidad espacial impuesta.
La Tabla 11 muestra una colección de referencias bibliográficas en las que se alcanzan
resultados comparables entre métodos determinísticos y krigeado.
Método determinístico Referencia bibliográfica
Splines Matheron, 1981
Splines con condición de suavización Creutin y Obled, 1982
Formas cuadráticas Tabios y Salas, 1985
Planteamiento variacional Mitasova y Mitas, 1993
Formas cuadráticas Michaud y Soorooshian, 1994
Lluvias cincominutales
Inverso distancia y splines Weber y Englund 1992 y 1994
Formas cuadráticas Borga y Vizzacaro, 1997
Thiessen e inverso distancia Dirks et al. 1998
Inverso distancia Gómez-Hernández et al. 2001
Inverso distancia Mirás-Avalalos et al. 2007
Inverso distancia Lu y Wong, 2008
Inverso distancia Favilene et al. 2010
Tabla 11. Referencias sobre comparaciones entre métodos determinísticos y krigeado
203
5. Métodos de Interpolación
mayor duración son las más consistentes, mientras que la correlación espacial de otras se
pierde antes. Este paso temporal de trabajo tiene también influencia en la aplicabilidad de los
métodos de interpolación. Para los pasos temporales más reducidos y, especialmente cuando
se trata de tormentas convectivas con alta incertidumbre respecto a su localización espacial y
en las que difícil encontrar factores locales que tengan repercusión en su distribución espacial,
se recurre al seguimiento conjunto mediante radar y contraste con modelos de celdas. Cuando
se trata de intervalos temporales más amplios, por ejemplo, los abordados en los estudios de
recursos hídricos, cobran mayor importancia los patrones normales de precipitación y la
interpolación de anomalías. Se acepta que trabajando con pasos temporales mayores se
elimina parte de la componente aleatoria y las variables se hacen más consistentes en lo que
se refiere a sus dependencias espaciales y temporales. Es de esperar que los efectos locales
más importantes se manifiesten con mayor claridad.
No siempre la aplicación de un método busca la máxima precisión en la estimación. Hay
ocasiones en las que solo interesa una visión rápida de un fenómeno por lo que la utilización
de los métodos sencillos es suficientemente adecuada. Cualquier método determinístico
(Borga y Vizzaccaro, 1997) y, en concreto los esquemas de inverso distancia (Mirás-Avalos et
al., 2007), da una visión rápida de la distribución espacial de la variable bajo cualquier
circunstancia.
5.11 SÍNTESIS
Los apartados anteriores describen un conjunto de procedimientos de interpolación, así como
los criterios manejados en diferentes estudios comparativos. Las redes de medida cuentan con
al menos dos problemas que tienen influencia en la selección de los métodos de interpolación.
La baja densidad de la red de medida con registros insuficientes en áreas de alta variabilidad
como la montaña y las redundancias de información. Los métodos de interpolación trabajan
con tres elementos: los datos registrados puntualmente, las variables que pueden ser utilizadas
con carácter predictivo y las técnicas de selección de datos.
Los métodos de interpolación se han venido clasificando entre deterministas o estocásticos,
aunque el análisis de unos y otros revele similitudes conceptuales en la parametrización. Sin
embargo, formalmente se encuentran justificaciones al enfoque estocástico como son las
incertidumbres de las medidas o la complejidad de los mecanismos de generación de lluvia
del proceso físico analizado.
La variable predictiva elemental en los esquemas de interpolación es la distancia, que en sí se
define como razón del denominado Primer Principio de la Geografía. Los métodos de
interpolación la utilizan explícitamente, a través de reglas de selección de datos y formulando
medidas de continuidad espacial. Una segunda variable es la localización para, a
continuación, seleccionar otras como la altitud, orientación, pendiente, etc. Aunque no parece
que pueda proponerse un mejor método de interpolación, sí es recomendable el apoyo en
variables predictivas que suplan las carencias de las redes de medida. Aparte queda la
consideración de la variabilidad estacional y temporal de los eventos de lluvia que se
manifiestan con distinta intensidad en un territorio.
La gran ventaja formal del planteamiento geoestadístico reside en la consideración aleatoria
del fenómeno y en el estudio de la continuidad espacial por medio del semivariograma. Sin
embargo, variables como la precipitación o aquellas otras que puedan ser introducidas en los
modelos con carácter predictivo no son estacionarias y dependen de un alto número de
204
5. Métodos de Interpolación
factores locales, lo que complica su tratamiento mediante esta técnica. Tampoco las relaciones
entre la precipitación y las variables predictivas se mantienen invariables y en la práctica
varían también en el tiempo y en el espacio. Ambos factores son fundamentales cuando se
pretende utilizar un método de interpolación en grandes territorios. La falta de datos en zonas
de alta variabilidad como las montañas tampoco hace recomendable el uso de técnicas cuya
parametrización sea sensible a la falta de información en estas zonas. Esto condena la utilidad
del cokrigeado. Con todo, si se logra filtrar mediante una transformación adecuada la
variabilidad de la lluvia, el krigeado sobre residuos, simple u ordinario, proporciona la
máxima libertad con el mínimo número de consideraciones para automatizar el ajuste de un
semivariograma.
El objetivo de la tesis se centra en la implementación de modelos de interpolación que
integren el tratamiento orográfico donde la densidad de las medidas se reduce drásticamente,
en todo el territorio de España y reproducible mes a mes para componer mapas mensuales de
lluvia en un intervalo temporal suficientemente amplio para elaborar estudios de recursos
hídricos y planificación hidrológica. Dados estos condicionantes y las características ya
analizadas de la red de medida, el conjunto formado por los procedimientos de interpolación y
las técnicas de selección de datos debería contemplar:
1. Flexibilidad para introducir relaciones de la lluvia con el conjunto de variables que se
considere predictivo
2. Posibilidad de implementación en todo el territorio nacional donde se encuentra que
tanto las medias, variabilidad, correlación espacial, las direcciones de continuidad de
la lluvia y las relaciones con cualquier variable predictiva son variables en función de
características locales como la orografía y la presencia del mar
3. Filtrado de redundancias de datos
4. Resolución en un intervalo de tiempo razonable para proceder con la simulación del
resto de variables del ciclo hidrológico
La exposición anterior ofrece un conjunto de procedimientos con los que poder derivar una
formulación híbrida que permita no perder el fundamento físico de las relaciones entre
variables. Los modelos de regresión en ventanas móviles aplicados a un territorio como
España en celdas de 200 m de resolución suponen un esfuerzo de cálculo alto, asumible si se
plantea para el estudio de condiciones de lluvia medias variables mensualmente. Los
procedimientos como el krigeado pueden utilizarse sobre las anomalías resultantes de filtrar
una componente con características locales y estacionales particulares, tal como se expone en
el siguiente capítulo.
205
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Los anteriores capítulos exponen las bases para la elección de un modelo de interpolación de
series mensuales de lluvia. Este modelo debe incorporar una solución de interpolación de la
lluvia en montaña y ser suficientemente práctico en términos de tiempo de proceso para los
resultados sean implementados a su vez en un modelo de evaluación de recursos hídricos. La
delimitación de regiones climáticamente homogéneas es un problema complejo en el contexto
de este trabajo. La variabilidad de tipos de tiempo, la estacionalidad y del efecto de los
factores locales hacen de la regionalización un problema de difícil solución. Además, se ha
destacado el problema de la reducida densidad de pluviómetros en altitud.
Lo anterior ha determinado la elección de un procedimiento consistente en formular
regresiones de lluvia y altitud con un enfoque local, es decir, desde cada celda, considerando
el conjunto de información disponible en las cercanías para parametrizar la relación entre
lluvia y altitud en cada celda. Se consideran dos componentes tratadas independientemente.
La lluvia es variable en el tiempo y espacio en función de la circulación atmosférica, de la
localización geográfica y de factores locales tales como la orografía y la presencia del mar.
Una componente se supone ligada a los esquemas de circulación atmosférica general; la otra,
a los factores locales.
La estacionalidad climática induce variabilidad en los registros mensuales de lluvia. En
hidrología ha sido habitual tratar esta heterogeneidad en función de medidas de localización y
207
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
variabilidad como la media aritmética y la desviación típica (Fiering y Jackson, 1971; Salas et
al., 1980; Hipel y McLeod, 1994). Otra hipótesis de trabajo ha sido obviar la autocorrelación
temporal de series mensuales de lluvia suponiéndolas independientes. Con objeto de
homogeneizar la disponibilidad de información, en este trabajo las series históricas de lluvia
en España han sido completadas utilizando un procedimiento de regresión bivariada con
estacionalización previa, tal como se ha expuesto en capítulos anteriores (apartado 3.1.3.2).
Mediante el completado se logra homogeneizar la disponibilidad de información en todas las
series pluviométricas y hacer así comparables estadísticos de series completas. En la práctica,
el completado de series ha permitido pasar de unas 3.000 a 4.000 series anuales completas
registradas en estaciones meteorológicas a más de 8.000 (apartado 3.3) durante el periodo
comprendido entre los años hidrológicos 1970/71-2000/01.
El modelo de interpolación que se propone guarda similitudes con el modelo de completado
expuesto (apartado 3.2) en cuanto a la consideración de componentes. Cada dato de lluvia se
supone compuesto por una estructura de características locales, expresadas en términos de
medias y desviaciones típicas mensuales, y unas anomalías o residuos variables en el tiempo.
La estacionalidad queda asumida en el modelo al tratar mensualmente las medias y
desviaciones típicas. En el modelo de completado, las medias y desviaciones típicas son
características de cada serie temporal. En el caso de la interpolación, las medias y
desviaciones típicas mensuales son mapas que han de deducirse del conjunto extraído de las
series registradas puntualmente.
Las técnicas de regresión y ventanas móviles se usan para obtener estos mapas de patrones de
media y desviación típica mensual en función de variables predictivas como la orientación y
la altitud. En cada celda o punto de coordenadas x e y se formula una ecuación de regresión
con las medias y desviaciones típicas deducidas de las series registradas en las cercanías. En
total se formulan tantas ecuaciones como celdas en las que se discretiza el territorio. Es decir,
si solamente se considerara el territorio de España, unas 2.000.000 con resolución de 500x500
m; casi 12.500.000 con resolución 200x200 m. Además, queda considerar el número de meses
(12) y de estadísticos (2, media y desviación típica).
Hallados los patrones de media y desviación típica mensual en cada punto del territorio de
España, se pueden obtener conjuntos de anomalías de lluvia, correspondientes a una fecha
determinada. Se cuenta con que en cada estación y fecha se dispone de un valor de lluvia
registrada en mm. La media y desviación típica mensual vienen dadas por la lectura en las
coordenadas x e y mencionadas del mapa de medias y de desviaciones típicas de ese mes. El
residuo o anomalía se calcula utilizando la ecuación de normalización mensual (Ec. 3-18)
entre el dato de lluvia registrada en una coordenada x e y y la media y desviación típica
mensual leídas en esas mismas coordenadas. La razón de utilizar una resolución tan alta (200
m) es reducir al máximo el efecto del sesgo entre los estadísticos de una estación y los de una
celda del dominio de cálculo.
El conjunto de anomalías de una fecha en particular constituye un conjunto de valores
puntuales georreferenciados cuya continuidad es susceptible de ser estudiada mediante
procedimientos geoestadísticos para posteriormente, aplicar un procedimiento de
interpolación. Al haber filtrado las componentes de media y desviación típica locales, se
supone estacionario el campo de anomalías de cada mes y adquiere sentido la interpolación
por procedimientos de interpolación óptima y la exploración de los términos de continuidad.
La ventaja del procedimiento expuesto reside en que las anomalías dependen de los esquemas
208
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
de circulación atmosférica dominantes, una vez han sido filtradas las componentes con
información de carácter local, media y desviación típica.
Los mapas finales de lluvia mensuales se derivan del conocimiento de los patrones y de los
mapas de anomalías interpoladas. La misma ecuación de normalización vuelve a ser utilizada,
pero esta vez en sentido inverso (Ec. 3-25) para, a partir de un mapa de anomalías de una
fecha determinada y los patrones de media y desviación típica mensual, obtener un mapa de
lluvias de esa fecha.
Este procedimiento debe ser además razonablemente rápido para que el tratamiento de la fase
atmosférica sea práctico en el uso de modelos de evaluación de recursos hídricos y de
transformación de la lluvia en el resto de procesos del ciclo hidrológico. El problema del
tratamiento de la orografía se resuelve en el apartado de estimación de lluvias medias y
desviaciones típicas mensuales. El problema de la redundancia de información se resuelve en
la interpolación de anomalías mediante procedimientos óptimos o geoestadísticos. La
continuidad de las anomalías se representa mediante semivariogramas omnidireccionales
cuyos parámetros son ajustados automáticamente.
En esencia, este tratamiento recoge la experiencia de trabajos ya referidos en la bibliografía
consultada. En Abtew et al., (1993) se trabaja con series de anomalías o residuos
normalizados de series temporales (Fiering y Jackson, 1971); Daly et al. (1994 y 2008) y
Lloyd (2005) abordan el planteamiento de regresiones lineales y el de las ventanas móviles.
La presente propuesta enfoca el problema de la interpolación de lluvias en el territorio
nacional y el de las zonas montañosas a través de patrones estimados con regresiones en
ventanas móviles que tienen como única variable predictiva la altitud, siendo la orientación de
cada celda un criterio de selección de información. Se simplifican las ecuaciones respecto a
las técnicas de regresión múltiple, evitando la inclusión de variables o parámetros que
representan factores locales como la continentalidad, el efecto barrera o la distancia al mar,
cuya definición es siempre compleja y dependiente de las posibilidades y características del
área de experimentación. Además, los porcentajes de varianza explicada en zonas de montaña
no son altos o incluso son muy bajos en épocas estivales o de finales de primavera (Figura 74
a Figura 95). Siendo el resto de variables de carácter secundario y su contribución por tanto,
menor, no se ha considerado oportuno introducir otras variables fisiográficas en las
ecuaciones. Hay que advertir que índices estadísticos como el tanto por ciento de varianza
explicada se elaboran a partir de una muestra de información que tiene importantes
deficiencias ante los escasos datos registrados en las zonas altas y la falta de adaptación entre
la red de medida y la variabilidad del fenómeno en estudio.
La orientación no figura explícitamente en las ecuaciones de regresión, pero se ha utilizado
como criterio de clasificación de las muestras en el cálculo de patrones. Esta variable es
objeto de definiciones que tienen en cuenta las orientaciones de celdas alrededor de la de
cálculo o algún otro factor de escala como el cálculo a menor resolución para representar
áreas mayores. En la presente propuesta, la orientación se ha calculado del MDE a la
resolución de trabajo, siguiendo los algoritmos usuales implementados en SIG. A partir de
este valor, se define un sector angular por suma y resta de un ángulo constante en grados u
holgura tal como se ha mencionado en capítulos anteriores. Es decir, la selección de
condiciones similares de lluvia en función de la orientación no necesita de la igualdad estricta
de orientaciones sino de las comprendidas dentro de unos rangos, con lo se evita los cambios
de resolución y de factores de escala en su cálculo.
209
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Los datos de lluvia en altitud son escasos y el carácter de la lluvia en cotas altas es distinto al
de menores altitudes. El uso de regresiones cuenta entonces con al menos dos inconvenientes.
Por un lado, las muestras están mal condicionadas por la escasez de información y el peso de
la registrada a menores cotas. Por otro, las ecuaciones de regresión se usan en la práctica
como herramientas de extrapolación a estas mayores altitudes.
La consideración de estos aspectos ha determinado la introducción de técnicas adicionales en
las ecuaciones de regresión. Los datos de altitud se transforman por medio de funciones
logarítmicas para reducir la escala de la diferencia de altitud cuando en cotas altas se
extrapola la estimación de lluvia. Desde otro punto de vista, al transformar la altitud mediante
un logaritmo, se logra que la extrapolación de los datos de lluvia sea conservadora respecto a
las variables sin transformar e imponga una curvatura convexa en la relación altitud-lluvia y
zona de cotas altas y lluvias altas. El apoyo teórico a este paso se encuentra en la estimación
simplificada de lluvia bajo forzamiento orográfico, Ec. 2-14 y Figura 12. Experimentalmente
se ha comprobado este efecto en algunas áreas de España, tal como se muestra en las figuras
comprendidas entre la Figura 74 y la Figura 95.
También hay casos con grandes variaciones de lluvia en reducidos cambios de altitud, tal
como ocurre con las lluvias de costa. En este caso, conviene ampliar la escala de la altitud en
cotas bajas por medio de la misma transformación logarítmica. Sin embargo, la densidad de
datos registrados es mayor, por lo que el uso de transformaciones es aquí menos importante.
Por último, las transformaciones logarítmicas aplicadas a la variable precipitación definen una
curvatura cóncava cuando las lluvias se reducen a valores bajos.
La segunda técnica introducida en las regresiones se basa en la modificación de los pesos con
los que se estiman los parámetros de las ecuaciones de regresión. Bajo la hipótesis de que las
relaciones de lluvia y altitud son variables conforme varía la altitud y, en ausencia de un
criterio físico general, los datos más importantes para la estimación de una cantidad de lluvia
a una determinada cota serán los más próximos. En esencia, ante la incertidumbre de la
relación lluvia-altitud, se aplica así el mencionado principio de geografía apoyando la estima
en los valores más cercanos (Tobler, 1970). El criterio inmediato a introducir es el de inverso
de distancia en la ponderación de los puntos de cada ecuación de regresión, dando mayor peso
a los puntos más cercanos al de estimación. Este criterio es suficientemente rápido y práctico.
En definitiva, los patrones de lluvia media y desviación típica mensual se pueden calcular con
los datos de altitud y los valores de medias y desviaciones típicas mensuales de cada serie de
lluvia completada durante el periodo 1970/71-2000/01. Este volumen de información supera a
la información disponible en Herrera et al. (2010) y Ninyerola et al. (2007b) en un factor de 4.
La decisión de usar el procedimiento de las ventanas móviles para estimar los patrones de
lluvias medias y desviaciones típicas se justifica en la ventaja formal de enfocar el problema
localmente desde cada celda. Desde cada una de ellas, se elige el conjunto de información
registrada con carácter predictivo para estimar la lluvia media y desviación típica mensual.
Este procedimiento se ha enfrentado tradicionalmente con el problema de los tiempos de
proceso que, aunque siguen siendo considerables, se limitan al cálculo de los 24 mapas de
estadísticos mencionados. Un modelo basado en la regionalización da mayor consistencia a la
estimación de parámetros, pero puede provocar la infraestimación de características de áreas
no suficientemente representadas en la muestra.
Las técnicas geoestadísticas de interpolación se utilizan para caracterizar la continuidad
espacial de las anomalías mensuales de lluvia sin tener que reproducir ecuaciones de regresión
210
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
en cada mes de simulación del modelo hidrológico. En los patrones de medias y desviaciones
típicas mensuales se consideran representadas las componentes locales, quedando la
variabilidad de las anomalías fundamentalmente relacionada con el esquema de circulación
general dominante en cada fecha. Esta variable sí es regionalizable y su continuidad se puede
representar a través del semivariograma. Utilizando criterios de ajuste automático (Pebesma y
Wesseling, 1997) del semivariograma y supervisión posterior, se interpola mediante krigeado
ordinario la colección de mapas mensuales de anomalías que se componen con los patrones de
medias y desviación típica para transformarlas en lluvias. Sobre otros procedimientos de
krigeado, el ordinario admite variabilidad de la media y una estimación directa del
semivariograma dependiente de la misma variable a interpolar. Técnicas como el cokrigeado
no se ha considerado oportuno utilizarlas por los altos niveles de correlación recomendados en
la bibliografía consultada.
Los mapas de lluvia media mensual se calculan formulando en cada celda del territorio
nacional una ecuación de regresión con la altitud como variable predictiva. Siendo P(x,y) la
precipitación en mm/mes estimada en un punto de coordenadas x e y y z(x,y), el valor de la
altitud en msnm en ese mismo lugar, queda
Ec. 6-1. Regresión básica precipitación-altitud
P ( x, y ) = a ⋅ z ( x, y ) + b
La orientación del terreno se usa como criterio de selección de datos con los que
posteriormente se formula cada ecuación de regresión. Desde cada celda, se toma el valor de
la orientación calculada sobre el MDE de 200 m de resolución y se seleccionan los registros
de lluvia situados en celdas cercanas tales que su orientación esté comprendida en el sector
semicircular de 180º formado por el ángulo de orientación de la celda y una holgura de ángulo
±90º. Se ha comprobado que ángulos menores que 45º reducen excesivamente el número de
datos sobre los que formular cada ecuación de regresión; los mayores, es decir, los
comprendidos entre 45º y 90º, no suponen diferencias determinantes con los 90º finalmente
escogidos. Cuando la celda tiene una pendiente menor que un 1% se considera que la
orientación no determina la lluvia de la misma y cualquier dato de lluvia es seleccionado.
La distancia máxima de búsqueda es de 100 km, ampliable hasta encontrar un mínimo de 12
puntos. El número máximo es de 18 puntos. No se ha considerado oportuno incluir en la
ecuación de regresión variables como las coordenadas x e y porque la estimación es local.
La ecuación de regresión solamente considera dos variables, la altitud y la precipitación, que
se transforman mediante una función logarítmica para reducir o ampliar la escala de las
variables. Se han considerado cuatro casos:
1. Correlación positiva entre lluvia y altitud y altitud del punto a estimar superior al
promedio de altitudes. La altitud se transforma logarítmicamente con objeto de reducir
la escala de diferencias entre la nube de puntos y las extrapolaciones en altura
Ec. 6-2. Regresión transformada precipitación-altitud I
P( x, y ) = a ⋅ log[z (x, y )] + b
211
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
log[P( x, y )] = a ⋅ z ( x, y ) + b
3. Correlación positiva y altitud del punto a estimar inferior al promedio de altitudes. La
transformación logarítmica se aplica sobre la lluvia, ampliándose la escala en el
dominio de las más bajas
Ec. 6-4. Regresión transformada precipitación-altitud III
log[P( x, y )] = a ⋅ z ( x, y ) + b
4. Correlación negativa y altitud del punto a estimar inferior al promedio de altitudes. La
transformación logarítmica se aplica sobre la variable altitud para aumentar la escala
en las cotas bajas y mejorar la resolución en la extrapolaciones de costa
Ec. 6-5. Regresión transformada precipitación-altitud IV
P( x, y ) = a ⋅ log[z (x, y )] + b
El ajuste de la recta de regresión se realiza por mínimos cuadrados, pero el peso de cada punto
es variable en función de un criterio de inverso distancia al cuadrado al punto de estimación.
Se entiende que esto mejora las estimaciones ante la falta de información en altitud donde las
ecuaciones de regresión extrapolan la caracterización de la relación lluvia-altitud. Siendo x e y
las coordenadas de la celda en la que se estima la lluvia, en la Ec. 3-6 se sustituyen los pesos,
ωi igual a 1/n (Ec. 6-7), que afectan a cada registro por los de la expresión de la Ec. 6-6 en la
que las distancias entre el punto de estimación y cada registro se calculan considerando las
dimensiones x, y y z.
Ec. 6-6. Reparto de pesos por inverso de distancia y distancia entre los puntos i y j
1
b
d ( x, y , z )
ω j ( x, y ) = N j
di = (xi − x )2 + ( yi − y )2 + (zi − z )2
1
∑i d b ( x, y, z )
i
212
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Ec. 6-7. Ajuste ponderado de la ecuación de regresión lineal por mínimos cuadrados
n
∑ x ·y i i n
xi
n
yi
i =1 −∑ ·∑
n n n
a= i =1 i =1
n 2
∑ xi 2
xi
n
i =1 − ∑
n i =1 n n n n
∑ i i i ∑
ω · x · y − ω i i ∑ ωi · yi
· x ·
n
a = i =1 i =1 i =1
2
∑ x ·y i i
∑
n
n
ωi · xi − ∑ ωi · xi
2
i =1 − y· x i =1
n i =1
b= y− ·x ⇒
n 2
n n n
∑ xi ∑ ω · x · y − ∑ ω i i ∑ ωi · yi
· x ·
i =1 2 n i i i
−x b = ∑ ωi · yi −
i =1 i =1 i =1
n 2
i =1
n
n
∑
i =1
ωi · xi − ∑ ωi · xi
2
i =1
1
ωi =
n
Una vez filtradas las componentes locales a través de las medias y desviaciones típicas
mensuales, los residuos representan la variabilidad de la lluvia asociada a los esquemas de
circulación general y son, por tanto, particulares de cada mes. Los residuos resultantes tienen
una componente estructural de continuidad que se representaría por medio de un
semivariograma omnidireccional ya que la influencia de las variables locales mencionadas
habría sido filtrada. La particular variabilidad mensual de la lluvia se refleja en la variabilidad
de la estructura de los residuos por lo que para representar la lluvia mensual es necesario
realizar una calibración automática de los parámetros del semivariograma. Estos parámetros
que representan la estructura de continuidad espacial son el tipo de modelo, el efecto pepita, la
meseta y el alcance descritos en el apartado 5.9.2.
La siguiente figura (Figura 112) muestra histogramas y estadísticos de los residuos obtenidos
para el conjunto de series disponibles en la Península Ibérica durante el año hidrológico
1971/72. Con carácter general, los histogramas muestran un cuerpo central de valores con
apariencia normal y simetría alrededor del valor central, aunque en algunos casos se observa
una componente hacia el sesgo positivo. También aparecen extremos negativos fruto del
tratamiento de valores prácticamente nulos de precipitación con desviaciones típicas
mensuales muy reducidas, lo que numéricamente puede compensar la estimación del sesgo y
hacerlo incluso negativo. Las Islas Canarias muestran un fuerte contraste climático entre las
islas occidentales y orientales y los histogramas del conjunto dan caracteres bimodales. Lo
más apropiado el ajuste en cada una de las islas independientemente.
213
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
27
Estadísticos. MD, media; DE, desviación estándar o típica; CV, coeficiente de variación, CS, coeficiente de
sesgo; MN, mínimo; PC, primer cuartil; MA, mediana; TC, tercer cuartil; MX, máximo
214
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
λ
gi − 1
λ ≠ 0 ⇒ qi =
∀i, i = 1..n : λ
λ = 0 ⇒ q = log( g )
i i
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6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Octubre Noviembre
Diciembre Enero
Febrero Marzo
216
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Abril Mayo
Junio Julio
Agosto Septiembre
217
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
entre desviaciones típicas y altitud se debilita. Existe, sin embargo, una opción más
económica en términos de tiempo de proceso basada en aprovechar la proporcionalidad
existente entre medias y desviaciones típicas (Figura 54). El cociente entre ambos estadísticos
es el coeficiente de variación, con menor dependencia a factores locales que la media o la
desviación típica. En las Figura 55 y Figura 56 se muestra la reducción de variabilidad de este
coeficiente respecto a las medias y desviaciones típicas.
El procedimiento de interpolación por krigeado se realiza en dos fases: el estudio de la
continuidad espacial y la aplicación de la condición de minimización de la varianza del error.
La siguiente figura (Figura 114) muestra los semivariogramas ajustados a los coeficientes de
variación de lluvia. Se tratan independientemente las Islas Baleares y Canarias de la Península
Ibérica. Los semivariogramas de las dos primeras presentan oscilaciones derivadas de la
separación en islas. Los de la Península no muestran esos efectos y aunque muestran una
tendencia conforme las distancias son mayores, inducen al uso de un KO para su
interpolación. Considerando la dependencia local de los coeficientes de variación se ha
considerado oportuna la selección del procedimiento de krigeado ordinario, KO. El número de
puntos de interpolación es de 12.
218
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Octubre Noviembre
Diciembre Enero
219
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Febrero Marzo
Abril Mayo
Junio Julio
220
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Agosto Septiembre
La Figura 116 muestra los mapas de desviaciones típicas obtenidos por producto de los mapas
de coeficientes de variación y medias de la Figura 113.
Octubre Noviembre
Diciembre Enero
221
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Febrero Marzo
Abril Mayo
Junio Julio
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Septiembre
Agosto
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6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Se ha elegido la cota de 1.700 msnm como umbral de corte para evaluar la bondad de las
transformaciones y criterios utilizados en la interpolación frente al uso de técnicas de
regresión lineal directa entre la lluvia y la altitud. El número de datos es escaso frente al total
de series disponible, pero se aproxima al proceso que se quiere evaluar. Siempre bajo las
prevenciones comentadas, se ha calculado un término de error relativo y su media, EMR. La
Figura 117 muestra mensualmente los diagramas de dispersión entre cada dato de lluvia y los
valores interpolados mediante regresión lineal y regresión con variables transformadas. Se
comprueba cómo el EMR se reduce entre un 5% y un 10% a 15% en función del mes
considerado. Esta reducción se incrementa en los meses de verano por efecto de la escala de
los bajos registros.
224
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
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6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Figura 117. Calibración cruzada. Regresión lineal y con variable transformada y ponderada
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Octubre Noviembre
Diciembre Enero
Febrero Marzo
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Abril Mayo
Junio Julio
Agosto Septiembre
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6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Los semivariogramas muestrales en las Islas Canarias y Baleares (Figura 120) muestran
oscilaciones fruto de la separación entre islas. A pesar de este problema, se han asumido los
semivariogramas ajustados al conjunto de datos en las Islas ya que para la interpolación de
residuos solamente es relevante la parte inicial del semivariograma. No obstante, es evidente
que se hace recomendable distinguir el ajuste en cada una de las principales islas aunque aquí,
por motivos prácticos se presenten resultados globales de cada uno de los archipiélagos.
Figura 119. Semivariogramas ajustados de residuos mensuales en la Península Ibérica durante 1971/72
Figura 120. Semivariogramas ajustados de residuos mensuales en Islas Baleares y Canarias en dic-1972
230
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Interpolación de residuos por KO Interpolación de residuos por RST Interpolación de residuos por RST respecto a
respecto a IDW respecto a KO IDW (c)
Sin embargo, al combinar los resultados del IDW con KO y RST se revelan problemas
estructurales del primero, IDW. La imposición de una función de continuidad espacial (KO) o
de un tipo de funciones que las representan (RST) hace lógicamente mayor el peso de la
información regional. IDW es por tanto más sensible a la disposición de datos y a su
variabilidad. Las diferencias entre RST y KO (Figura 121-b) están más suavizadas por la
misma razón. Las siguientes figuras (Figura 122 a Figura 132) muestran perfiles trasversales
de lluvia media anual y altitud en msnm sobre la Península Ibérica. IDW muestra mayor
variabilidad respecto a los otros dos procedimientos, RST y KO.
231
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
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6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
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6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Figura 128. Sección 4. Portugal en Rosal de la Frontera y Mediterráneo en San Pedro del Pinatar
234
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Figura 131. Sección 10. Frontera con Portugal y costa Mediterránea en Cambrils
Figura 132. Sección 12. Costa atlántica en Vigo y la mediterránea cerca de Las Rosas
235
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Denominación Ecuación
∑ ei
i =1
∑ (s(u ) − r (u ) )
i =1
i i
EM = =
n n
∑e
i =1
i ∑ (s(u ) − r (u ))
i =1
i i
EMA = =
n n
∑ (s(u ) − r (u ) )r (u )
n
i i
i =1 i
ERM =
n
i =1 i =1
CE = n
∑ (r (u ) − m )
2
i r
i =1
236
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
1
KO12p
IDW4p
0.9
IDW12p
RST
0.8
0.7
0.6
MAE
0.5
0.4
0.3
0.2
0.1
0
oct-70
oct-71
oct-72
oct-73
oct-74
oct-75
oct-76
oct-77
oct-78
oct-79
oct-80
oct-81
oct-82
oct-83
oct-84
oct-85
oct-86
oct-87
oct-88
oct-89
oct-90
oct-91
oct-92
oct-93
oct-94
oct-95
oct-96
oct-97
oct-98
oct-99
oct-00
Figura 133. Calibración cruzada. Serie EMA
oct-70
oct-71
oct-72
oct-73
oct-74
oct-75
oct-76
oct-77
oct-78
oct-79
oct-80
oct-81
oct-82
oct-83
oct-84
oct-85
oct-86
oct-87
oct-88
oct-89
oct-90
oct-91
oct-92
oct-93
oct-94
oct-95
oct-96
oct-97
oct-98
oct-99
oct-00
0.15
KO12p
IDW4p
IDW12p
0.1
RST
0.05
Mediana
-0.05
-0.1
-0.15
237
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
100 60.00
IDW IDW
95 RST RST
90 KO 50.00
KO
Eficiencia (%)
85
40.00
ema (mm)
80
75 30.00
70
65 20.00
60
10.00
55
50 0.00
20% 40% 60% 80% 100% 20% 40% 60% 80% 100%
% de estaciones en uso % de estaciones en uso
2.50 0.20
IDW IDW
0.18
2.00 RST RST
KO 0.16 KO
1.50 0.14
0.12
1.00
esr
0.10
erm
0.50 0.08
0.06
0.00 0.04
20% 40% 60% 80% 100%
0.02
-0.50
0.00
-1.00 20% 40% 60% 80% 100%
% de estaciones en uso % de estaciones en uso
El promedio de lluvia medio anual en España es de unos 655 mm/año durante el periodo
1970/71-2000/01. Las mayores precipitaciones, superiores a los 2000 mm anuales, se alcanzan
en la fachada noroeste de la Península Ibérica, así como en algunas zonas de la Cordillera
Cantábrica y Pirineo Oriental. Sin llegar a la cifra anterior, se encuentran la sierra de Gredos y
sierra de Ronda al sur. Las menores lluvias se dan en zonas de costa del sureste, a sotavento
de Sierra Nevada y en las islas de Fuerteventura y Lanzarote.
La Figura 136 muestra el mapa de precipitación total anual promediado en el periodo
comprendido entre los años hidrológicos 1970/71 y 2000/01. Cada mapa mensual
comprendido en este periodo, se ha obtenido interpolando los residuos de lluvia mensual
registrada mediante krigeado ordinario para componerlos posteriormente con los patrones de
medias y desviación típica de cada mes. De los mapas mensuales se deriva por suma cada
mapa de lluvia anual, cuyo promedio es el representado en la Figura 136.
Respecto a la reciente publicación del Atlas Climático Ibérico de la AEMET, se comprueba
visualmente la similitud de ambos mapas que, prácticamente, utilizan el mismo periodo
temporal. Los máximos de lluvia son superiores a los 2.000 mm/año y se dan en la costa
occidental de la Península Ibérica, entre el sur de Galicia y Portugal; los mínimos en las islas
orientales del Archipiélago Canario y en el sureste Peninsular, a sotavento de la cordillera
Penibética si se consideran los frentes húmedos procedentes del Atlántico.
238
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Es también de interés destacar que la lluvia crece conforme lo hace la altitud, pero las
mayores lluvias no se dan en las mayores cotas del Pirineo, Sistema Central o Sierra Nevada,
sino en aquellas áreas expuestas al influjo de los frentes atlánticos.
Figura 136. Precipitación media anual durante el periodo 1970/71-2000/01 en España y Portugal
Respecto a la estimación de lluvia media anual del LBAE, el mapa de la Figura 136 o su
equivalente calculado para el periodo comprendido entre los años hidrológicos 1940/41-
1995/96 muestra una serie de diferencias con repercusiones en la parametrización de los
modelos de evaluación de los recursos hídricos. Las más importantes diferencias aparecen en
cabecera de la cuenca del Segre, como las del Ésera y Noguera Ribagorzana, en la Cordillera
Cantábrica y Picos de Europa hasta el País Vasco, en la Sierra de la Cabrera entre el Duero y
el Sil, en cuencas del Duero y Ebro alrededor del Moncayo y en la Sierra de Gredos,
especialmente en su cara sur. En todas estas áreas de cota alta, las lluvias estimadas durante la
elaboración del LBAE parecen demasiado altas. Sin embargo, la estimación más reciente da
lluvias mayores en una orla que altitudes medias que rodea a las áreas anteriores.
Los patrones de lluvia obtenidos mediante regresión lineal en ventanas móviles representan la
lluvia media y desviación típica mensual variables estacionalmente (Figura 113 y Figura 116).
En cada celda se ha calculado la precipitación mediante regresión con los registros más
cercanos de orientación similar a la de la celda de cálculo. El ajuste utilizado en las zonas de
altitud suaviza la extrapolación a las mayores cotas mediante transformaciones logarítmicas y
dotando de mayor peso a los puntos más cercanos al de estimación. De esta manera, el
gradiente altitudinal de la lluvia adopta una curvatura convexa en altitudes superiores a los
1.600 ó 1.700 msnm tal como se muestra en la Figura 137, corrigiendo la tendencia creciente
239
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
de la estimación del LBAE (MARM, 2000a). En la Figura 137 se representan las evoluciones
de la lluvia media registrada y completada (series COM) en estaciones AEMET en la
secuencia de franjas de altitud de 200 m de ancho.
240
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Las figuras siguientes (Figura 139 a Figura 148) muestran los gradientes altitudinales de la
lluvia anual estimados a partir de la lluvia media areal en franjas de 200 m de altitud. Los
gradientes mayores se dan en territorios expuestos a los influjos de masas de aire húmedas del
Atlántico y la orografía alcanza una altura suficiente. También hay regiones en las que no se
aprecia gradiente altitudinal de la lluvia anual, tal como ocurre en regiones costeras y áreas
del Mediterráneo a sotavento de los frentes atlánticos. En este sentido, un contraste interesante
se observa en la Figura 144 con unas cuencas expuestas al Atlántico (Guadalete-Barbate) y
otras al Mediterráneo (sistemas I al V del Sur) a la sombra de Sierra Nevada (sistema V del
Sur). La evolución de los gradientes muestra generalmente un crecimiento suavizado de la
lluvia hasta cotas de lluvia máxima entre los 1.000 y 1.500 msnm, para proseguir con un
descenso e, incluso, un incremento posterior en algunas áreas con altitud suficiente.
241
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
242
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
243
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
244
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
245
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Cabe destacar que los gradientes son variables estacional y espacialmente. Las Figura 149 y
Figura 150 muestran trayectorias o conjuntos de cortes del MDE (msnm) y del mapa de
lluvias medias anuales (mm/año). En cada trayectoria se extraen los datos de cota y lluvia para
presentarlos en las figuras señaladas. Todos se representan superpuestos desde un punto de
vista perpendicular al conjunto. Las trayectorias intermedias del conjunto y la media de los
datos de cada conjunto de trayectorias se destacan con línea gruesa.
246
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
Figura 149. Trayectorias del MDE y lluvia media anual interpolada en la Cordillera Cantábrica
La lluvia en la Cordillera Cantábrica (Figura 149) es función de factores como los mostrados
en la gráfica: proximidad entre la costa y un escalón orográfico pronunciado. Las lluvias
medias anuales se mantienen en valores constantes espacialmente hasta llegar a las cotas más
altas. Más claro es el efecto orográfico en la vertiente de la cuenca del Duero, con reducciones
de lluvia entre las cotas altas y la llanura de 500 y 600 mm anuales.
En el Pirineo y cabeceras del Ésera y Noguera Ribagorzana (Figura 150) los resultados de la
interpolación muestran un suave ascenso de la lluvia de unos 400 mm hasta llegar a los
aproximadamente 1.100 mm/año en relieves que rodean al macizo central donde se mantienen
las lluvias de 1.000 mm/año en media.
Figura 150. Trayectorias del MDE y de lluvia media anual en cabeceras de margen derecha del Segre
Finalmente, la Figura 151 muestra el gradiente orográfico obtenido como cociente entre el
desnivel entre dos celdas y la diferencia de lluvia entre esas dos mismas celdas (máxima
247
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
pendiente según modelo D828). Los gradientes mayores se alcanzan en zonas de montaña y,
preferentemente, en la fachada atlántica. En llanuras y fondos de valle aparecen gradientes
menores e incluso negativos. Éstos también se dan hacia el este de los Picos de Europa,
extendiéndose hacia la divisoria norte del Ebro, y en la Sierra de Gredos. Sobre el Pirineo se
encuentra una banda de altos gradientes en relieves que rodean a las cumbres más altas.
28
El modelo D8 de direcciones de drenaje es el que discretiza la dirección de drenaje de una gota de agua de una
celda a una de las 8 que la rodean siguiendo la máxima pendiente o máximo desnivel
248
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
La serie anterior se desagrega en unidades territoriales menores, tal como se muestra en las
figuras siguientes, Figura 154, Figura 155 y Figura 155. Representan las lluvias anuales de
territorios esenciales desde el punto de vista de la planificación hidrológica en España. Se
trata de la cuenca del Ebro, la cabecera del Tajo y cuenca del Segura. Las lluvias del Ebro,
con una extensión de casi 90.000 km2 dan una media anual muy similar a la de la cabecera del
Tajo, pero con menor variabilidad sustancialmente menor. La tendencia de las lluvias del
Ebro no muestran apenas ninguna tendencia. En el caso de la cabecera del Tajo y la cuenca
del Segura, las tendencias de los años húmedos son descendentes pero sin llegar a ser
estadísticamente significativas al aplicar un test de Mann Kendall.
249
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
250
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
251
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
de error del LBAE respecto a los volúmenes registrados en las estaciones de aforo, se ha
reformulado la caracterización del parámetro capacidad máxima de almacenamiento en el
suelo. En el LBAE este parámetro dependía únicamente de los usos de suelo, con mayores
valores en usos de mayor estructura como los arbóreos. De acuerdo a esto, a las áreas de
montaña con vegetación boscosa se les asignaron los mayores valores de capacidad de
almacenamiento de agua en el suelo, independientemente de las texturas o de las pendientes
del terreno. En la más reciente evaluación de recursos nacional se han incorporado factores
como la pendiente y la textura en la estimación de la capacidad máxima de almacenamiento
en el suelo. En las cabeceras de montaña, este parámetro se reduce conforme aumenta la
pendiente y la textura, lo que supone el aumento de la escorrentía generada y de los
volúmenes de escorrentía directa e infiltración. El alcance de este efecto se limita a las más
altas cotas y pendientes de las áreas señaladas en el apartado 6.3.1 ya que, en cotas medias y
precordilleras, se han estimado mayores cantidades de lluvia.
En definitiva, la estimación de la distribución espacial de las lluvias y la incertidumbre de su
estimación en áreas de alta montaña es un factor de la principal importancia en los estudios de
recursos. Es evidente que limita el influjo de agua para la movilización del resto de procesos
del ciclo hidrológico. Pero por otro lado, se revela en la práctica que los valores de un
conjunto de parámetros asumen la incertidumbre de variables y procesos representados en el
modelo hidrológico. Nuevos patrones de lluvia mensual como los estimados en el contexto de
la presente tesis, suponen la necesidad de adoptar nuevos valores de los parámetros
hidrológicos o, incluso, reconsiderar su estructura.
6.4 SÍNTESIS
Se ha propuesto un procedimiento híbrido de interpolación consistente en la utilización de
patrones mensuales de lluvia media y desviación típica mensual y en la interpolación de
residuos aplicando un krigeado ordinario con optimización automática de parámetros y
corrección del sesgo de las anomalías. Esta propuesta distingue entre el tratamiento local de la
variabilidad estacional de la lluvia (mapas de patrones mensuales) y un tratamiento regional
dependiente de los esquemas de circulación general atmosférica (interpolación de residuos).
Una vez completadas las series pluviométricas, se llega a disponer de más de 8.000 estaciones
en toda España. Las medias y desviaciones típicas mensuales se interpolan en casi 12.500.000
de celdas de resolución 200 m de España. Se añaden casi 800 series completadas y la
superficie de Portugal para llegar a casi 15.000.000 de celdas. La razón de utilizar una
resolución tan alta (200 m) es reducir al máximo el efecto del sesgo entre los estadísticos de
una estación y los de una celda del dominio de cálculo. No obstante, se ha comprobado que la
utilización de la resolución habitual en estudios hidrológicos a escala nacional (500 m) no
implica una diferencia significativa en los resultados alcanzados.
Los patrones de lluvia se estiman utilizando modelos de regresión en los que la altitud es la
variable predictiva y la orientación del terreno es una variable auxiliar para seleccionar la
muestra de datos. Considerando la variabilidad e incertidumbre de los procesos que dan lugar
a la lluvia en la montaña y el problema principal de la red de medida, como es la falta de
densidad de registros en zonas altas, en los procedimientos de interpolación se adoptan dos
técnicas.
En primer lugar, ante la incertidumbre de la lluvia, se aumenta el peso de los pluviómetros
más cercanos a cada celda en la que se estima la lluvia media mensual. Es decir, en cada celda
252
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
253
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
254
6. Aplicación a España de una Metodología para la Estimación de la Distribución Espacial de la Precipitación
255
7. Conclusiones
7 CONCLUSIONES
257
7. Conclusiones
258
7. Conclusiones
conservador ante la incertidumbre derivada de zonas con baja densidad de registros donde los
fenómenos físicos que producen lluvia son complejos de reproducir, tal como ocurre en las
zonas de mayor altitud y en las cadenas montañosas.
Una vez planteado un modelo en medias y desviaciones típicas con enfoque local, han
quedado representadas en valores medios mensuales las componentes que proporcionan la
variabilidad local a la lluvia. De esta forma, en cada mes y año, se tiene una lluvia registrada
que, al filtrar las componentes de media y variabilidad, se transforma en una anomalía o
residuo mensual. Esta anomalía representará la componente de circulación general
atmosférica y podrá interpolarse mediante un krigeado ordinario después de optimizar los
parámetros del semivariograma. La interpolación de residuos es una superficie con valor en
todas las celdas del territorio. Una vez obtenida la superficie de anomalías con la
interpolación de anomalías, se ha compuesto con los mapas de media y variabilidad mensual
para estimar la lluvia de cada mes y año dados. Así se ha aplicado desde el año hidrológico
1940/41 hasta 2008/09, es decir, 69 años que, con 12 meses, dan un total de 828 mapas de
lluvia mensual en todo el territorio de España y Portugal.
La metodología propuesta ha integrado la variabilidad climática de las lluvias y de la
circulación de masas de aire húmedo en la formulación de un modelo híbrido. Los patrones
mensuales obtenidos por regresión en ventanas móviles han resuelto localmente la
variabilidad del grado de influencia en la lluvia de los parámetros fisiográficos como la
altitud, orientación y continentalidad o distancia a la costa. La interpolación de residuos se ha
centrado en el problema de la aleatoriedad, alcance y continuidad de los esquemas de
circulación general atmosférica. El planteamiento estadístico a escala mensual ha permitido
reducir el fenómeno al estudio de las relaciones entre las variables fundamentales sin
utilización explícita de un conjunto de causas y modelos físicos.
Frente a un procedimiento como el cokrigeado, el método híbrido de interpolación presenta la
ventaja de la facilidad conceptual con la que se manejan todos los términos del proceso de
interpolación, relaciones entre lluvia y altitud y continuidad de los residuos o anomalías. La
distribución de la lluvia es claramente no estacionaria, como no lo son tampoco las relaciones
que se pueden establecer con variables predictivas como la altitud. Frente a un krigeado
universal o con deriva externa, el ordinario presenta la ventaja de ser conceptualmente
suficiente, una vez han sido filtradas las componentes locales de media y desviación típica
mensual.
Los resultados del modelo híbrido de interpolación han permitido destacar áreas en las que es
necesario mejorar la densidad de la red o estimar mediante otras técnicas como el radar cuáles
son las evoluciones en altitud de la lluvia. El modelo híbrido se puede asimismo aplicar a
otras variables meteorológicas como las temperaturas medias, máximas y mínimas o a la
evapotranspiración potencial, también necesarias en la evaluación de recursos hídricos.
Determinada la serie de mapas de ETP, se han implementado con las lluvias en la versión
cuasidistribuida del modelo de Témez, lo que ha llevado a la necesidad de reparametrizar la
capacidad de almacenamiento máximo del suelo en zonas de montaña, considerando las
características texturales y las pendientes de los suelos. Los valores de este parámetro se
reducen respecto a los calibrados en evaluaciones anteriores.
259
7. Conclusiones
260
7. Conclusiones
261
7. Conclusiones
estimaciones del LBAE en casi un 5% y la evolución de la lluvia media en altitud corrige los
altos valores alcanzados entonces.
Estos mapas se han utilizado en la evaluación de recursos hídricos de España. Aunque no es
objeto de la presente tesis, la misma metodología de interpolación se ha utilizado con otros
tres grupos de variables: las temperaturas medias de las medias, máximas y mínimas diarias.
Estos mapas permiten la estimación de series de mapas de una segunda variable atmosférica
de gran importancia en estudios de recursos hídricos, la evapotranspiración potencial, ETP.
Ambas series de mapas mensuales representativos de la fase atmosférica, precipitación y ETP,
se han implementado en la versión cuasidistribuida del modelo de Témez, lo que ha llevado a
la necesidad de reparametrizar la capacidad máxima de almacenamiento en el suelo en zonas
de montaña, considerando el conjunto de las características fisiográficas pendiente, texturas y
usos de suelo. El resultado final es una reducción de los valores de este parámetro respecto a
los deducidos durante la elaboración del LBAE.
Uno de los problemas prácticos con los que se enfrentan las evaluaciones de recursos hídricos
en España es la necesaria actualización de resultados para el seguimiento del estado
hidrológico. La metodología de interpolación de variables atmosféricas propuesta permite en
la práctica la continua actualización de las series de recursos hídricos conocido un número
reducido de registros de lluvia y temperatura. Para conocer el estado actual del tiempo y la
variabilidad de la circulación atmosférica general, la AEMET proporciona un número
reducido de registros de la denominada red sinóptica, compuesta por unas 90 estaciones
terrestres. Los patrones mensuales de lluvia y temperatura informan sobre la evolución local
de la lluvia, por lo que la composición con las anomalías, suficientemente representadas por la
red sinóptica de la AEMET, permite obtener estimaciones de lluvia y temperatura en España y
simular las principales variables hidrológicas mensualmente hasta el momento actual.
262
7. Conclusiones
Los problemas de calidad en las series no fueron tratados bajo la hipótesis de compensación
de errores cuando se manejan grandes volúmenes de información. La tarea de aplicar criterios
homogéneos para la identificación de componentes artificiales en las series de registros de
lluvia es de una gran complejidad, especialmente si se considera que gran parte de esas
componentes son proporcionales a la variable registrada y del mismo orden de magnitud que
el de la variabilidad climática.
263
8. Abreviaturas y Símbolos
8 ABREVIATURAS Y SÍMBOLOS
265
8. Abreviaturas y Símbolos
8.1 ABREVIATURAS
ABREVIATURA SIGNIFICADO
KO Krigeado Ordinario
KS Krigeado Simple
266
8. Abreviaturas y Símbolos
ABREVIATURA SIGNIFICADO
8.2 SÍMBOLOS
EM Error medio
267
8. Abreviaturas y Símbolos
e Presión de vapor Pa
hr Humedad relativa %
268
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