EL PROPOSITO DE LA ESCUELA Y EL PAPEL DEL MAESTRO EN EL SIGLO XIX
El maestro, ya sea profesión u oficio ha desempeñado un rol primordial en la sociedad a los
largo de la estructuración de esta durante los últimos años, encargado de enseñar
transmitiendo una gama de conocimientos a las nuevas generaciones que dan paso a
conformar una sociedad cívica con valores éticos y morales para que puedan desempeñar y
ejecutar otras profesiones u oficios que son destinados a la construcción de sociedad.
‘‘Ahora bien, ¿Qué es la escuela?. Hasta ahora se ha explicado, someramente, cómo se
instituye, pero: ¿Qué la compone?, ¿Qué la define?’’ (Alejandro Alvarez Gallego, Profesor
del Departamento de Postgrado, Facultad de Educación. U.P.N.).
A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX se dio una proceso de institucionalización de
la escuela como papel de enseñanza en la sociedad colombiana, de esto parte la creación de
las escuelas Normales que fundamentan como enseñar a enseñar tanto a los maestros como
a los directores de control que estaban sujetos bajo una ética y moral de la iglesia católica
en ese entonces, pero antes de profundizar en esta nueva etapa de desarrollo pedagógico,
debemos enfocarnos como el profesor era el único puente de enseñanza en las escuelas
como estas eran literalmente gestionadas por la misma comunidad en aquella época.
Cabe destacar, como en este proceso de trasformación, como lo habíamos mencionado
antes, se instaura un conjunto de prácticas con la finalidad de funcionar una estructura en la
cual con la intervención del Estado y de la iglesia católica junto con los sacerdotes crean
una base pedagógica que servirá como pauta en la pedagogía como enseñanza en las
diferentes escuelas que funcionan como caja de resonancia que daba aquel propósito una
escolarización de la sociedad como receptores del saber.
Por otra parte, cabe destacar que detrás de detrás de estas estructuras de institucionalidad
existe una estructura de poder político y social, en la cual con la escolarización de la
sociedad daba por consolidado a partir de una ideología determinada, la instauración de los
aparatos en la cual ejercer el poder, aunque la verdad todos estos acontecimientos dan un
tinte maquiavélico por parte del Estado y de la iglesia generando un monopolio de la moral
y ética que se imponía directamente sobre el maestro, ya que era un perfil clave para la
difusión de los valores éticos y este tendría que predicarlos acorde a los mandamientos de
sus directivos, ósea que tendría un papel de personaje público en la cual tendría que
predicar y aplicar todas estas reglas de morales, cumpliendo así la organización de valores
cívicos intrínsecamente relacionados con los objetivos de la iglesia.
Durante este periodo de trasformación social y educativo, la pedagogía aplicada en las
escuelas normales no sería meramente un método, sino que también una herramienta para
mejorar la capacidad de los maestros ante las situaciones en donde hay problemas que sus
colegas no puedan resolver, más que un requisito, es una responsabilidad a tan delicada
profesión que es saber enseñar y de qué forma hacerlo cumpliendo con normatividades que
emite el establecimiento, todo esto lleva a la finalidad de prestar un servicio, sacrificándose
para los demás pero la sociedad en si misma debe velar por esta gran responsabilidad que
carga el maestro, aquí juega los curas un rol muy importante como representantes de la
moral con la responsabilidad de construir un país civilizador teniendo en cuenta su
responsabilidad apostólica con la finalidad de instruir y supervisar lo que ejecuta el
maestro, más bien los clérigos destinaban al maestro como fuente de críticas si no era
responsable con sus deberes en la escuela de formación.
‘‘Pero lo que interesa destacar con relación a las Normales es la exigencia que se les hace a
aquellos individuos que aspiran al magisterio. Ellos deben ir a prepararse en esas
instituciones para solucionar el problema que se presenta con aquellos que no son capaces
de enfrentarse al oficio con idoneidad’’. (El maestro: historia de un oficio Alejandro
Alvarez Gallego, Profesor del Departamento de Postgrado, Facultad de Educación. U.P.N.)
Con la creación de las escuelas normales a mediados del siglo XX el papel de ente vigilado
que regía el clero fue perdiendo importancia ya que establece directores de escuelas que en
función de vigilar y velar por la responsabilidad del maestro, procuran validar aptitudes y
responsabilidades del maestro. Por otra parte los padres de familia constituyen de una
formalidad indirecta también de velar por estas responsabilidades incluyendo juntas de
instrucción e inspección que actualmente en varias instituciones educativas, los padres de
familia constituyen esta sociedad.
Dado el papel del maestro en la escuela como precursora de enseñanza de valores cívicos y
morales, muchas veces estas condiciones no son proporcionales a la percepción económica
que devenga, porque si no existe un verdadero incentivo que permite dignificar la labor del
maestro, no tendrá motivaciones de enfoque investigativo que permita enseñar con mayor
nomenclatura cierta área del conocimiento, además de abogar por la condición histórica
revindicando el labor tan grande que hace un maestro en Colombia, que muchas veces no
ha sido reconocido como tal, más que una profesión, es una consagración con carácter
responsable que ha ejecutado durante todos estos años, que muchas veces no ha sido
revindicada su profesión a pesar del historial del rol que ha desempeñado como
trasformador de sociedades con visión al progreso y equidad.
‘‘¿Cómo vive un pobre maestro que al cabo de tres y más meses es que obtiene algo a
cuenta de su sueldo?.., es imposible que sin la puntualidad en los pagos, el servicio que se
exige sea completo... es falta de honradez, una crueldad, condenar a la miseria al ciudadano
que consagra los mejores años de su vida al bien más grande que se puede hacer a un
pueblo: instruirlo...’’ (El Boyacense, No. 457, abril 6 de 1878, pág. 272).