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La Moral de Santo Tomas

1) La teología moral de Santo Tomás se fundamenta en la ratio y tiende al bonum comunae. 2) Estructura la moral de forma completa y rigurosa en la Summa Theologiae. 3) Considera la dimensión teológica, cristológica y antropológica de la moral, viendo al hombre como imagen de Dios orientado a la unión con Él.

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La Moral de Santo Tomas

1) La teología moral de Santo Tomás se fundamenta en la ratio y tiende al bonum comunae. 2) Estructura la moral de forma completa y rigurosa en la Summa Theologiae. 3) Considera la dimensión teológica, cristológica y antropológica de la moral, viendo al hombre como imagen de Dios orientado a la unión con Él.

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Teología Moral Fundamental 2 de mayo de 2012

LA TEOLOGÍA MORAL EN SANTO TOMÁS DE AQUINO


(1225-1274)

En Santo Tomás se hace presente y sintetiza, además de la doctrina de los Padres, la moral de los
escritores post-patrísticos; de él parte la teología científica que ha llegado hasta nosotros, aunque su
Summa Theologiae comenzó a leerse en las Escuelas sólo en el siglo xvi.

Santo Tomás, también parte de la experiencia para la elaboración de la ética. El concepto clave que
fundamenta toda su normativa ética es la ratio. La ratio constituye, así, la instancia decisiva de la
moralidad. Según Bockle el Aquinete sostiene que dicha ratio, sin embargo no se rige por el capricho
individual pues esta orientada al bien como tal. Además tiende a otros bienes que debe orientar al fin
último. Toda actividad reguladora debe tender, en definitiva, al bonum comunae1.

La estructura de la moral de Santo Tomás constituye el hecho histórico más importante para la moral, en
relación con los que le han precedido y le seguirán. Con la Summa Theologiae, tenemos por primera vez
en la historia del pensamiento cristiano, una organización completa de la materia teológica y
especialmente de la moral, que alcanza un punto de perfección que no será igualado en el
establecimiento de los principios y de los elementos fundamentales, en el análisis y la coordinación de
elementos que intervienen en el obrar moral, y en la lógica y el rigor del orden de un extremo al otro de
la obra.

Por desgracia esta estructura original de la moral tomista será mal interpretada y abandonada, desde el
siglo siguiente, para ser remplazada por una organización de la moral muy diferente, y en nuestra
opinión, mucho menos satisfactoria. El cambio que de seta forma se efectuara en el pensamiento moral
católico, no obstante ocultado por el mantenimiento, en la mayor parte delos tratados, de las posiciones
que forman la fachada de la moral de Santo Tomás. Se dirá que no se aportan más que pequeños
arreglos2.

Una nota frecuentemente olvidada y de tanto interés para estos tiempos difíciles es que para sus
contemporáneos, el Aquinate no fue el doctor communis sino más bien un innovador controvertido; no
fue un santo canonizado, sino más bien el que introdujo una nueva corriente de filosofía secular; no fue
un baluarte, sino más bien un maestro ampliamente sospechoso de herejía3.

Santo Tomás dice que la principal intención de la doctrina sagrada es transmitir el conocimiento de
Dios, y no sólo como es en sí mismo, sino también en cuanto que es principio y fin de las cosas, y
especialmente de la criatura racional. En la exposición de su doctrina Santo Tomás dice que tratara tres
cosas en concreto: Primero tratara de Dios, en segundo lugar del movimiento de la criatura racional
hacia Dios, en tercer lugar, de Cristo, que, en cuanto hombre, es nuestro camino para ir a Dios4.

1
Francisco Marín Porgueres. La moral autónoma. Eunsa primera edición. Pág. 77
2
Servais Pinckaers. Las fuentes de la moral cristiana. Segunda edición, eunsa. Pág. 272
3
Praxis cristiana. 1. Fundamentación. 4. a edición. Rincón Orduña - G. Mora Bartrés - E. López Azpitarte. Pág. 77
4
S. Th, I, q. 2, pról.

1
Teología Moral Fundamental 2 de mayo de 2012

También Santo Tomás habla de una dimensión teológica, en la que estudia el comportamiento humano
desde la perspectiva del hombre como "imagen de Dios" y con la finalidad de transmitir el conocimiento
de Dios en cuanto principio y fin de la criatura racional 5. La marcha del hombre hacia Dios, que es en lo
que consiste la moral el movimiento de la criatura racional hacia Dios, ha de describirse en el contexto
de la actual economía histórica, es decir, por referencia a Cristo, "que se nos ha automanifestado como
vía de la verdad, por la cual podemos llegar, mediante la resurrección, a la bienaventuranza de la vida
inmortal6.

Estructura de la moral de Santo Tomás

1. La suma teológica goza de una unidad profunda a causa de la fuente del saber teológico, del
conocimiento divino que se comunica a nuestra inteligencia mediante la fe y los dones de
sabiduría y ciencia. Por consiguiente no se puede separar la secunda pars que es la parte moral de
la suma, de la prima pars ni de la tertia pars que exponen la dogmática. Para santo Tomás la fe
posee un poder de unificación mas grande que el de la razón humana. No se puede separar de
manera absoluta la parte moral de la suma teológica del estudio de Dios de la prima pars ni de la
dimensión trinitaria de la tertia pars, porque procura una dimensión Cristológica y sacramental.

2. El tratado de la bienaventuranza responde a la cuestión primera y central en toda la moral según


la tradición teológica y filosófica anterior ¿Cuál es la verdadera bienaventuranza del hombre?
Esta cuestión es igualmente principal en el plano arquitectónico para santo Tomás, pues su
respuesta asienta el principio superior, como la clave de bóveda que domina su moral: según la
revelación y conforme a la misma razón, la bienaventuranza verdadera y plena del hombre reside
en la visión amorosa de Dios.

3. La voluntad libre. El puesto inicial atribuido por santo Tomás a la cuestión de la Felicidad
presupone el estudio de las facultades humanas, en particular de la voluntad libre, realizado en la
primera pars, que se prolongara en el estudio de la ley natural y de sus inclinaciones. Para santo
tomas el libre arbitrio hunde sus raíces en las dos facultades espirituales, la inteligencia y la
voluntad, que hacen al hombre imagen de Dios y le proporcionan el dominio de sus actos
precisamente tanto en la inclinación natural ala felicidad y el amor como inclinación a la verdad,
que abren estas facultades a la medida del infinito divino, mas allá de todo objeto y de todo amor
creado7.

4. Para Tomás, el origen y razón de la teología moral reside en la presencia de Dios en el hombre
como en su imagen; más aún, precisamente la metáfora de la imagen le cuadra al hombre en
cuanto es principio de su obrar por estar dotado de libre albedrío y dominio sobre sus actos.
Queda así subrayada de forma profunda e inescindible la dimensión teológica, cristológica y
antropológica de la moral: el hombre es un ser moral en Cuanto que se autocomprende y
autoposee como referido a su ejemplar, Dios, y a su fin, Dios, si y en la medida en que se

5
P. Miguel Ángel Fuentes. Los principios fundamentales de la teología moral católica. Pág. 27
6
Praxis cristiana. 1. Fundamentación. 4. a edición. Rincón Orduña - G. Mora Bartrés - E. López Azpitarte. Pág. 79
7
Servais Pinckaers. Las fuentes de la moral cristiana. Segunda edición, eunsa. Pág.272

2
Teología Moral Fundamental 2 de mayo de 2012

configura con la imagen de Cristo, que, en cuanto hombre, es nuestro camino para ir a Dios y nos
ha sido manifestado como vía de la verdad, por la cual podemos llegar, mediante la resurrección,
a la bienaventuranza de la vida inmortal8.

5. Una categoría fundamental de la ética tomista es el fin, a la que dedica la primera de las dos
secciones de su sistema. De la referencia al fin, que es la unión con Dios en cuanto fuente de
bienaventuranza inmortal, cobran sentido y valor las acciones concretas y la conducta moral del
hombre; la bienaventuranza, fruto de la unión con Dios, constituye, pues, el, principio necesario
e inmutable que fundamenta y articula la elaboración del discurso ético y sirve de norma para
todos y cada uno de los actos morales del hombre9.

6. El hombre en cuanto imagen de Dios está llamado a integrarse en el proyecto divino; pero esta
integración no se puede realizar sólo de manera ejecutiva, ya que es un ser intelectual, con libre
albedrío y potestad propia y está dotado de libre albedrío y dominio sobre sus actos. Por
consiguiente, su inserción en el plan divino habrá de hacerse de tal modo que sus obras no sólo
estén conformes con dicho plan (ley eterna), sino que libremente nazcan de su orientación al fin.
Pero ¿cómo se verifica esta integración? A través de la categoría clave de la participación, que
se desdobla en dos momentos. La primera y más fundamental participación de la ley eterna la da
la ley natural, en virtud de la cual la persona humana es consciente de su radical vocación; es el
mismo sello de Dios en nosotros, preñado de promesas y responsabilidades... La segunda
participación es el don del Espíritu, en virtud de la cual el hombre puede tender eficazmente a la
realización plena del plan de Dios. Merced a esta doble participación, el hombre adquiere la
capacidad de contribuir personalmente al plan de Dios10.

7. Esta capacidad del hombre, en virtud de su participación del proyecto divino, se actúa en y
mediante la conciencia, otra categoría básica de la reflexión ética tomista. Gracias a la doble
participación reseñada, el hombre puede conocer las exigencias éticas del plan de Dios ley
natural -conocimiento humano-, participación de la ley eterna -conocimiento divino- y realizarlas
de manera efectiva porque es el Espíritu el que da a conocer, orienta y mueve al hombre. Al
actuar así, éste se identifica con el fin orientación hacia Dios y se autorrealiza, dado que su
condición de imagen se plenifica en el grado de aproximación al ejemplar11.

Se podría afirmar, en resumen, que en Santo Tomás encuentra su expresión religiosa y a la vez
humana el intelectualismo aristotélico. El bien moral obedece a la aceptación de una
normatividad objetiva. El ser es normativo para el hacer12.

8
Praxis cristiana. 1. Fundamentación. 4. a edición. Rincón Orduña - G. Mora Bartrés - E. López Azpitarte. Pág. 81
9
Ibíd. 81
10
Ibíd. 81
11
Ibíd. 81
12
teología moral Fundamental Por José Román flecha pág. 48

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