Zyanya Elizabeth Diaz Sanchez
La evolución de
los museos y su
adaptación
Museiom y Pinakothéke fueron los nombres dados por los
griegos y egipcios a los primeros espacios destinados a la
acumulación de los conocimientos de la Humanidad.
Ptolomeo Filadelfo construyó en Alejandría durante el
siglo III a.C. un conjunto de edificios que recibieron
funciones variadas, biblioteca, anfiteatro, observatorio,
salas de trabajo y estudio, jardín botánico y colección
zoológica, para conservar y mostrar, estudiar e investigar
lo que ya en aquel momento el hombre había producido y
comenzaba a acumular en materia de literatura,
descubrimientos científicos y filosóficos, especies
naturales y artes.
Durante la segunda mitad del siglo XVIII y la primera del
XIX se producen las primeras concreciones de la idea
moderna del museo. La revolución francesa y la revolución
industrial dieron un vuelco al progreso de estas
instituciones. Como consecuencia del hito francés se
concibió el primer museo de carácter público en el otrora
Palacio Real del Louvre. En 1851 se celebra en Londres la
Exposición Internacional del Comercio, en el recién
construido Palacio de Cristal, iniciándose así un ciclo de
asistencia de grandes masas de espectadores a
certámenes, ferias, exposiciones y museos. En ese período
los museos crecieron más dispares en estilo y más
diversos en sus contenidos o temas museológicos, pero
siempre mantuvieron cierta distancia y arrogancia con
relación al público.
Para comienzos del siglo XIX los debates más interesantes
desde el punto de vista arquitectónico, se trasladan a
Estados Unidos, donde se concretan algunos proyectos
cuyo modelo es el templo griego. Luego la autoridad del
clasicismo se diluye en un eclecticismo que se materializa,
hasta finales del siglo XIX, en dos tendencias
fundamentales: el Gótico Ruskiniano2 y la integración del
renacimiento francés con el barroco3. En Latinoamérica
también las primeras experiencias en la construcción de
museos son clasicistas y eclécticas. Y, aunque en primera
instancia parecieran imitaciones de modelos europeos,
están en realidad muy marcadas por las variaciones que
esos modelos sufrieron ya en Norteamérica. Por ese
mismo filtro pasarán luego las interpretaciones
latinoamericanas del art-decó, el racionalismo y el llamado
estilo internacional.
Hasta el siglo XX, y más aún, a partir de su segunda mitad, que
comience a estructurarse una disciplina específica dirigida al
fenómeno museal: la museología. Ciencia que estudia la historia
de los museos, sus sistemas específicos de organización
funcional y espacial, sus colecciones y el modo de mostrarlas
(museografía) y las relaciones de estas instituciones con la
sociedad. El desarrollo que se produjo en la experimentación
artística a inicios del siglo XX, expresado en todos los
movimientos de vanguardia que se cuestionaron la concepción
de la obra de arte y el modo de presentarla, generó mucha
tensión con la institución museo. La crisis comienza con las
exposiciones impresionistas que requerían de espacios sin
interferencias visuales y una colocación más flexible de las obras
sobre el muro. Luego se acrecienta con las obras cubistas que
exigían distintos ángulos de visión. Pero, la verdadera revolución,
se encuentra en ese laboratorio experimental que fue la “escuela
italiana” a través de sus exposiciones, durante el período de
preguerra.
Estados Unidos surge en 1929 el Museo de Arte Moderno de
Nueva York (MOMA), con una visión globalizadora de las distintas
producciones contemporáneas, exhibiendo en sus salas obras
artísticas, objetos y productos industriales. Luego se incorporó a
la institución un departamento de arquitectura, cine y arte
industrial.
Los museos que surgen con el movimiento moderno (Le
Corbusier, Mies van der Rohe, Frank Lloyd Wright, Alvar Aalto) se
van a caracterizar por la transparencia formal, la planta libre y
flexible, el espacio universal, la funcionalidad, la precisión
tecnológica en función de los propósitos museológicos del
edificio, la neutralidad y la ausencia de mediación entre el
espacio y la obra. Estos maestros se liberan de los lastres
decimonónicos de la arquitectura de museos.
Le Corbusier en su proyecto para el Museo de Crecimiento
Ilimitado (1939) y Mies van der Rohe en Museo para una Ciudad
Pequeña (1942), responden a la necesidad consustancial de
todos los museos de crecer, modernizarse museográficamente e
incorporar servicios complementarios (salas de conferencias,
auditorios, talleres, tiendas, cafeterías, aulas, centros de
información interactivos y bibliotecas, entre otros).
La devastación generada por la II Guerra Mundial generó una
conciencia muy fuerte sobre la necesidad de rescatar y defender
Museo Nacional de Antropología de la Ciudad de México MOMA,
Nueva York 42 CULTURA Y DESSARROLLO • N O 8 • AÑO 2012 el
patrimonio, a través de la educación popular. Había que
revalorizar el objeto museal y los contenidos de los museos en
general, buscando el máximo de claridad y visibilidad -en
contraste con la complejidad y redundancia del museo ecléctico-,
y había que acercar a la gente, sin importar estrato social, ni nivel
cultural.
Con la apertura en 1959 del Museo Guggenheim de Nueva York
de Frank Lloyd Wright y la Galería Nacional de Berlín de Mies van
der Rohe, inaugurada en 1968, se inicia un fenómeno que se
prolonga hasta la actualidad: la realización de edificios de una
gran espectacularidad arquitectónica.
Algunos expertos, más allá de reconocer sus valores
arquitectónicos intrínsecos (tratamiento de la iluminación
perimetral sobre los muros oblicuos, gran espacio central
bañado de luz y su fuerza centrífuga espacial), coinciden en
señalar que el Guggenheim supuso el triunfo del diseño
arquitectónico sobre la funcionalidad propia del museo y que
constituye un antecedente de lo que se ha dado en llamar en la
actualidad museo-espectáculo.
Durante la década del ochenta se evidencia una expansión
inusitada de los museos. Se ponen de moda y así, todo país,
ciudad y localidad quiere tener un museo para afianzar su
posición dentro de la sociedad de cultura y ocio y como
instrumento de regeneración urbanística y social. Hay
especialistas que consideran que nunca ha habido tantos
museos y nunca han sido tan innecesarios.
La relación del museo con el territorio, casi siempre es más
natural y honesta cuando los proyectos son pequeños o
medianos y surgen como expresión de las necesidades propias
de esa comunidad, en función de la protección de su patrimonio,
la preservación de su memoria colectiva y el afianzamiento de su
identidad.
TIPOS DE MUSEOS Y SUS
CARACTERISTICAS
Antropológico: Son museos cuyas piezas y contenidos tratan sobre los aspectos biológicos y sociales del ser
humano, poniendo de manifiesto la diversidad cultural.
Arqueológico: Son museos dedicados a la divulgación de la arqueología y cuya colección procede en su mayor
parte de excavaciones. Si el museo se encuentra junto al yacimiento arqueológico de procedencia de su colección
se trata de un museo de sitio. (Artículos relacionados: El Tesoro del Carambolo, La Historia de la Dama de Elche,
Museo de Zamora, Museo de Huelva, Museo Canario, El Nuevo Museo Arqueológico Nacional, Museo de
Pérgamo).
Arquitectura: Son museos cuyos contenidos se dedican a estudiar los procesos constructivos, sus creadores y los
edificios diseñados por ellos. Su exposición se basa en la exhibición de proyectos y materiales constructivos
(maquetas, planos, fotografías,…). (Artículo relacionado: Piranesi en la Fundación Mapfre).
Arte contemporáneo: Son museos cuyas obras y contenidos tienen una cronología que comprende desde finales
del siglo XIX hasta la actualidad. (Artículos relacionados: MUSAC, MACEW, CAAC, CAAM, Matadero, Da2 Salamanca,
Conversaciones sobre el Mercado del Arte y los Museos de Arte Contemporáneo, El Boom del ladrillo y los Museos
de Arte Contemporáneo en España, La Nueva Galería Nacional de Berlín).
Artes decorativas: Son museos cuyas obras y contenidos se dedican a aquellas artes destinadas a producir
objetos funcionales y ornamentales, como pueden ser la orfebrería, los bordados, el vidrio, la cerámica o el
mobiliario. (Artículos relacionados: Museo de Artes Decorativas de París, Museo Victoria & Albert de Londres).
Bellas artes: Son museos dedicados a las diferentes disciplinas artísticas, y cuyas colecciones están formadas
fundamentalmente por pintura y escultura. (
Ciencias Naturales: Son museos dedicados al conocimientos de la diversidad del mundo natural y entre sus colecciones
se encuentran, entre otras cosas, muestras de flora, de fauna y geológicas. (Artículo relacionado: Las Marismas del
Odiel: catalogando el Patrimonio)
Científico-tecnológico: Son museos cuyos objetos y contenidos sirven como instrumentos de estudio y difusión de la
ciencia entre la sociedad. Suelen ser bastante intuitivos y contener objetos que se pueden manipular e instalaciones
interactivas. (Artículos relacionados: Museo Geominero de Madrid, Minas de Riotinto Huelva, Taller Ferroviario de San
Jerónimo en Sevilla).
Etnográfico: Son museos cuyos objetos y contenidos tratan del folklore y de los usos y costumbres populares de una
sociedad.
Histórico: Son museos cuyos contenidos se dedican a difundir la historia general de una ciudad o territorio concreto
para ayudar a comprender los sucesos acontecidos en él. (Museo Canario, Born Centre Cultural).
Marítimo y naval: Son museos cuyos objetos y contenidos tratan sobre la navegación y todo lo relacionado con el
mar. (Artículo relacionado: Les Drassanes como nunca las has visto).
Militar: Son museos cuyos objetos y contenidos están asociados al ejército o a acontecimientos bélicos.
Musical: son museos cuyos objetos y contenidos están asociados a la música y su devenir histórico. Dentro de éste
existen varias tipologías: museos de instrumentos musicales, casas museos de compositores, museos asociados a los
teatros de la ópera, museos de músicas populares, etc. (Artículos relacionados: MIM – Bruselas, Museo de la Música de
Venecia, Las Casas Museo de Jimi Hendrix y Händel en Londres).