Sábado víspera de la solemnidad de Pentecostés.
Oración de la tarde (vísperas I)
V. Dios mío, ven en mi auxilio.
R. Señor date prisa en socorrerme.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
Como era en el principio, ahora y siempre,
Por los siglos de los siglos. Amén.
HIMNO
VEN ESPIRITU, VEN ESPIRITU, VEN Luz santísima penetra,
ESPIRITU, VEN. // En las almas de tus fieles hasta el fondo.
Que vacío hay en el hombre,
Ven, Espíritu divino, Que dominio de la culpa, sin tu soplo (Bis)
mandaun rayo de tu lumbre desde el cielo. Lava el rostro de lo inmundo,
Ven oh Padre delos pobres;
Funde el tempano, encamina lo extraviado.
luz profunda en tus dones
Llueve tu nuestra sequía,
Dios espléndido; (Bis)
Lava el rostro de lo inmundo,
No hay consuelo como el tuyo, Ven y sananos. (Bis)
dulce huésped de las almas, mi descanso.
Da los fieles que en ti esperan
Suave tregua en la fatiga,
Tus sagrados siete dones y carismas.
Fresco en la hora del bochorno,
Da su mérito al esfuerzo,
Paz del llanto (Bis)
Salvación e inacabable alegría (Bis)
Antífona 1: Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.
Aleluya.
SALMO 112: Alabado sea el nombre de Dios
¡Alabad, siervos del Señor, al cielo y a la tierra?
alabad el nombre del Señor.
Levanta del polvo al desvalido,
Bendito sea el nombre del Señor,
alza de la basura al pobre,
ahora y por siempre:
para sentarlo con los príncipes,
de la salida del sol hasta su ocaso,
los príncipes de su pueblo;
alabado sea el nombre del Señor.
a la estéril le da un puesto en la casa,
El Señor se eleva sobre todos los pueblos, como madre feliz de hijos.
su gloria sobre los cielos.
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
Como era en el principio, ahora y
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar siempre,Por los siglos de los siglos.
Amén.
Antífona 1: Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar.
Aleluya.
Antífona 2: Aparecieron sobre los apóstoles unas como lenguas de fuego, y se posó sobre cada
uno de ellos el Espíritu Santo. Aleluya.
SALMO 146: Poder y bondad de Dios
Alabad al Señor, que la música es buena; que cubre el cielo de nubes,
nuestro Dios merece una alabanza preparando la lluvia para la tierra;
armoniosa.
que hace brotar hierba en los montes,
El Señor reconstruye Jerusalén, para los que sirven al hombre;
reúne a los deportados de Israel; que da su alimento al ganado
él sana los corazones destrozados, y a las crías de cuervo que graznan.
venda sus heridas.
No aprecia el vigor de los caballos,
Cuenta el número de las estrellas, no estima los músculos del hombre:
a cada una la llama por su nombre. el Señor aprecia a sus fieles,
Nuestro Señor es grande y poderoso, que confían en su misericordia.
su sabiduría no tiene medida.
El Señor sostiene a los humildes, Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
humilla hasta el polvo a los malvados. Como era en el principio, ahora y
siempre,
Entonad la acción de gracias al Señor,
Por los siglos de los siglos. Amén.
tocad la cítara para nuestro Dios,
Antífona 2: Aparecieron sobre los apóstoles unas como lenguas de fuego, y se posó sobre cada
uno de ellos el Espíritu Santo. Aleluya.
Antífona 3: El Espíritu que procede del Padre, él me glorificará. Aleluya.
CÁNTICO (Ap 15, 3-4)
Grandes y maravillosas son tus obras, y se postrarán en tu acatamiento,
Señor, Dios omnipotente, porque tus juicios se hicieron
justos y verdaderos tus caminos, manifiestos.
¡oh Rey de los siglos!
Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo.
¿Quién no temerá, Señor, Como era en el principio, ahora y
y glorificará tu nombre? siempre,
Porque tú solo eres santo, Por los siglos de los siglos. Amén.
porque vendrán todas las naciones
Antífona 3: El Espíritu que procede del Padre, él me glorificará. Aleluya.
LECTURA BREVE: (Rm 8,11)
Si el Espíritu de aquel, que resucitó a Jesús de entre los muertos, habita en vosotros, el mismo
que resucitó a Cristo Jesús de entre los muertos vivificará, también vuestros cuerpos mortales
por obra de su Espíritu que habita en vosotros.
RESPONSORIO BREVE:
V. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
V. Será quien os lo enseñe todo.
R. Aleluya, aleluya.
V. Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo.
R. El Espíritu Santo. Aleluya, aleluya.
Segunda Lectura: Del Tratado de San Ireneo, obispo contra las herejías
Responsorio:
R. Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en mismo lugar; de pronto, se
oyó un estruendo que venia del cielo * como de un viento impetuoso que invadió toda la casa.
Aleluya
V. Y Así, estando congregados todos los discípulos, vino de pronto sobre ellos un estruendo
desde el cielo.
R. Como de un viento impetuoso que invadió toda la casa. Aleluya
Antífona Magnificat: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la
llama de tu amor, tú que con la diversidad de lenguas congregaste todos los pueblos en la
confesión de una sola fe. Aleluya.
CANTICO EVANGELICO (MAGNIFICAT) :Mi alma glorifica (A. Mejía)
Mi alma glorifica al Señor, mi Dios,
gózase mi espíritu en mi salvador.
El es mi alegría, es mi plenitud,
El es todo para mí.
Ha mirado la humildad de su sierva Derribó a los potentados de sus tronos
muy dichosos me dirán todos los pueblos ensalzó a los humildes y a los pobres
porque en mí ha hecho grandes maravillas los hambrientos se saciaron con sus bienes
el que todo puede cuyo nombre es santo. y alejó de sí vacíos a los ricos.
Mi alma glorifica... Mi alma glorifica...
Su clemencia se derrama por los siglos Acogió a Israel su humilde siervo
sobre aquellos que le temen y le aman acordándose de su misericordia
desplegó el gran poder de su derecha como había prometido a nuestros padres
dispersó a los que piensan que son algo. a Abraham y descendencia para siempre.
Mi alma glorifica...
Mi alma glorifica...
Gloria al Padre…
Antífona Magnificat: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos la
llama de tu amor, tú que con la diversidad de lenguas congregaste todos los pueblos en la
confesión de una sola fe. Aleluya
PRECES
Celebremos la gloria de Dios, quien, al llegar a su término en Pentecostés los cincuenta días de
Pascua, llenó a los apóstoles del Espíritu Santo y, con ánimo gozoso y confiado, supliquémosle,
diciendo:
Envía tu Espíritu, Señor, y renueva el mundo.
Tú que al comienzo de los tiempos, creaste el cielo y la tierra y, al llegar la etapa final de la
historia quisiste que Cristo fuera cabeza de toda la creación,
—por tu Espíritu renueva la faz de la tierra y conduce a los hombres a la salvación.
Tú que infundiste el aliento de vida en el rostro de Adán,
—envía tu Espíritu a la Iglesia, para que, vivificada y rejuvenecida, comunique tu vida al
mundo.
Ilumina a todos los hombres con la luz de tu Espíritu y disipa las tinieblas de nuestro mundo,
—para que el odio se convierta en amor, el sufrimiento en gozo y la guerra en paz.
Fecunda el mundo con tu Espíritu, agua viva que mana del costado de Cristo,
—para que la tierra entera se vea libre de las espinas de todo mal.
Tú que por obra del Espíritu Santo conduces sin cesar a los hombres a la vida eterna,
—dígnate llevar, por este mismo Espíritu, a los difuntos al gozo eterno de tu presencia.
Se pueden añadir algunas intenciones libres.
PADRE NUESTRO
ORACIÓN:
Dios todopoderoso y eterno, que has querido que la celebración del misterio pascual se
prolongara simbólicamente durante cincuenta días, te pedimos que, por la acción del Espíritu
Santo, lleves a la unidad en el amor a todas las naciones de la tierra, y que sus diversas lenguas
se unan para proclamar unánimemente la gloria de tu nombre. Por nuestro Señor Jesucristo,
tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios, por los siglos de los
siglos. Amén