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La Revolución Americana

La Revolución Americana se inició mucho antes de 1776 debido a que los colonos adoptaron ideas liberales como el autogobierno y el control de sus propias finanzas. El Pacto del Mayflower de 1620 estableció el autogobierno en las colonias, pero los impuestos impuestos por Gran Bretaña luego de la Guerra Franco-India amenazaron la autonomía financiera de los colonos. Esto, junto con panfletos como Common Sense de Thomas Paine, llevó a los colonos a declarar formalmente la independencia de Gran Bretaña en 1776

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La Revolución Americana se inició mucho antes de 1776 debido a que los colonos adoptaron ideas liberales como el autogobierno y el control de sus propias finanzas. El Pacto del Mayflower de 1620 estableció el autogobierno en las colonias, pero los impuestos impuestos por Gran Bretaña luego de la Guerra Franco-India amenazaron la autonomía financiera de los colonos. Esto, junto con panfletos como Common Sense de Thomas Paine, llevó a los colonos a declarar formalmente la independencia de Gran Bretaña en 1776

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LA REVOLUCIÓN AMERICANA

Maria Teresa Aya Smitmans. Revista Credencial historia: https://www.revistacredencial.com/historia/temas/la -


revolucion-americana

La independencia de los Estados Unidos se inició no con la Declaración de la


Independencia de julio de 1776, sino mucho antes con eventos que reflejan, para los
colonos americanos, la importancia de ideas tales como el autogobierno y el manejo de sus
finanzas. Fue la defensa de estas ideas por parte de una clase privilegiada económica y
socialmente en el nuevo mundo lo que llevó a la independencia de los Estados Unidos. En
consecuencia, si bien la independencia americana data de 1776, ésta es, en realidad, el
resultado de la adopción, por parte de los colonos, de ideas liberales tanto económicas como
sociales, mucho antes de 1776.
La historia de los Estados Unidos de América empezó en el siglo XVII con la fundación de
las colonias de Jamestown en Virginia y la llegada de los peregrinos puritanos a
Massachusetts en 1620. Estos últimos desembarcaron en Plymouth y establecieron el Pacto
del Mayflower, un acuerdo para la convivencia mutua en el cual los nuevos pobladores
acordaban, entre ellos, las leyes por las cuales se iban a gobernar y, más importante aún,
acordaban regirse por un sistema de gobierno en el cual ellos mismos eran los encargados
de elegir a sus gobernantes, no la corona inglesa. Este sistema se mantuvo a medida que las
colonias crecían y que los colonos migraban hacia nuevas tierras.
El Pacto del Mayflower constituyó la primera piedra de un sistema de autogobierno,
limitado solo por sus propias leyes y basado en la representación política. Un sistema que
fomentó la creación de asambleas legislativas en cada colonia y el desarrollo de una
actividad política local que hizo de “los colonizadores, herederos de la tradición del hombre
inglés en su larga lucha por la libertad política [y con derecho a] gozar de todos los
beneficios de la Carta Magna y del derecho consuetudinario” 1, que regía en Gran Bretaña
en el siglo XVII. De este modo, el Pacto del Mayflower se convirtió en el precursor
filosófico y político de la declaración de independencia.
Además del Pacto del Mayflower, el poder de los colonos se reflejó, de manera aún más
contundente, en las asambleas legislativas, cuyos miembros eran elegidos de manera
directa por los colonos. Éstas tenían a su cargo no sólo la elaboración de las leyes sino
también el velar porque los dineros recaudados en la colonia se utilizaran de la mejor
manera posible, según los intereses de la misma. Este hecho reforzó la idea de autogobierno
en las colonias. Así, “las controversias políticas en las colonias consistían, de manera
general, en concursos entre el legislativo [local y la corona y, con el tiempo,]… el
legislativo se convirtió en el defensor del pueblo y sus libertades y [los representantes de
la corona], en el instrumento de los tiranos” 2.
Sin embargo, el sistema político que prosperó durante la época de la colonia en Estados
Unidos estaba lejos de ser perfecto y, por el contrario, favorecía las inequidades locales
tanto sociales como económicas. Esto, debido a que excluía del ámbito político no sólo a
las mujeres y los indígenas nativos sino también a los esclavos y a los blancos pobres o
ligados por un contrato de servicio a los grandes terratenientes. Más aún, fueron estos
blancos empobrecidos los que lideraron, ayudados por los esclavos negros, la primera gran
revuelta contra los ingleses en Virginia en 1675, la Revolución de Bacon. Ésta fracasó,
pero se sentaron las bases para una estrategia de defensa de los intereses de los
terratenientes y de los colonos ricos, estrategia que desembocó en la declaración de
independencia.
La defensa de los intereses de los grandes terratenientes y de los miembros más afortunados
de las colonias fue la razón principal de la independencia americana. Los colonos estaban
acostumbrados a un sistema que les permitía manejar sus propias finanzas. Con esto en
mente, cuando al finalizar la guerra franco india en 1763, el gobierno británico decidió
pagar sus deudas de guerra con plata de las colonias, los colonos vieron una amenaza a sus
finanzas y a su estilo de vida. Así, hechos tales como la Ley de Estampillas de 1765 y los
impuestos a productos considerados de primera necesidad y parte del comercio americano
como el té, llevaron a un descontento con la corona y se convirtieron en catalizadores del
movimiento de emancipación.
La elite colonial de América del Norte consideró que el aumento de los impuestos por parte
del rey, en Londres, violaba los derechos adquiridos a través de la Carta Magna de 1215 y
con la Revolución de Cromwell. Y que al negárseles el derecho a ir a Londres y tener
representantes en la Cámara de los Comunes se les violaban sus principios políticos. La
idea de no a los impuestos sin representación en Londres se volvió el grito de independencia
de los colonos americanos, liderados por Samuel Adams y los patriotas de Boston. Éstos
se reunieron en Filadelfia en septiembre de 1774 para redactar una petición al rey Jorge III
de Inglaterra solicitándole revocar los actos con los que la corona amenazaba castigarlos
para pagar sus deudas de guerra. Estos actos eran considerados intolerables por los colonos.
Sin embargo, la corona inglesa no acató la petición de los colonos americanos y, por el
contrario, los atacó en las poblaciones de Concord y Lexington en Massachusetts en abril
de 1775. Estos ataques se convirtieron en los primeros enfrentamientos entre británicos y
americanos. Más aún, debido a estos enfrentamientos, los miembros más importantes de
cada colonia se reunieron otra vez en Filadelfia, en 1775, en lo que se conoce hoy como el
Segundo Congreso Continental y sentaron las bases para la creación de los Estados Unidos.
Este Congreso nombró a George Washington, uno de los delegados de Virginia y ex
combatiente en la guerra franco indígena, como jefe de los minutemen3, la milicia
americana.
El Congreso Continental de 1775 también adoptó la Declaración de causas y la necesidad
de las armas, un escrito redactado, en parte, por Thomas Jefferson, en el que se buscaba
justificar la actitud americana al declarar que los británicos estaban violando las libertades
innatas de sus súbditos. Esta Declaración, que puede considerarse un antecedente
significativo frente a la declaración de independencia, es importante, ya que en ella los
colonos insistían en que no estaban buscando la independencia sino la defensa de sus
libertades y la posibilidad de autogobierno dentro del imperio británico.
No obstante, los británicos mantuvieron una posición militar frente a las demandas de los
colonos lo que llevó a éstos, inspirados además por Thomas Paine y su escrito, Common
Sense, a la declaración de independencia. En Common Sense, panfleto que se convirtió en
bestseller, Paine plasmó de manera clara y concisa, el resentimiento de los colonos hacia
el rey inglés y alimentó el sentimiento revolucionario de los americanos. Por su parte, la
declaración de independencia constituye un documento en el cual los colonos no solo
expresaron su intención formal de separarse de Gran Bretaña, sino también formalizaron
los principios que regirían su vida como independientes: el derecho a la vida, la libertad y
la búsqueda de su propia felicidad. Éstos son principios a los que tienen derecho todos los
hombres, los cuales han sido, de acuerdo con la declaración, creados iguales.
Sin embargo, cuando se habla de todos los hombres en este caso, además de cuestionar la
autoridad de la corona al referirse al hecho que no hay nadie más importante que otros, el
documento se refiere a todos los colonos blancos, y terratenientes, no a todos en general.
Es un documento que, a pesar de haber sido utilizado por todos aquellos que cuestionan el
sistema político en un momento u otro de la historia de los Estados Unidos, muestra las
diferencias sociales y económicas existentes en el momento de la independencia, y subraya
el hecho de que la independencia era pensada en primera medida como la defensa de los
intereses de unos pocos.
La guerra contra los ingleses duró ocho años durante los cuales intervinieron no solo los
británicos y los americanos sino también los franceses y los españoles. En este sentido la
revolución americana fue el preludio de guerras mundiales. Los franceses, guiados por su
animosidad frente a los británicos, les facilitaron armas y asesoría militar. Por su parte,
España, empujada por su enemistad con los británicos y su deseo de recuperar Gibraltar,
entre otros, se unió a la cruzada americana en 1778. No obstante, la posición de los
españoles, a diferencia de los franceses, no era de apoyo a los americanos, pues
desconfiaban de las revoluciones, sino que consistía en aprovechar la debilidad de un
enemigo: Gran Bretaña.
La guerra terminó con la firma del tratado de París de 1783 en el cual se reconoció la
existencia de los Estados Unidos de América. Sin embargo, el fin de la guerra no significó
el fin de los enfrentamientos, y la idea de la igualdad entre los hombres se convirtió con el
tiempo en el punto de partida de numerosas protestas en contra del statu quo: protestas por
los derechos de los indígenas, de los afroamericanos, de las mujeres, de los latinos… Más
aún, la independencia de los Estados Unidos lo convirtió en el primer Estado independiente
del continente; sin embargo, Estados Unidos no apoyó las subsecuentes revoluciones en el
hemisferio y, hasta nuestros días, todavía no ha apoyado revolución alguna. Parece que el
país que surgió de la revolución liberal por excelencia sigue, 224 años después,
defendiendo los derechos de un sistema económico, político y social propio, más que la
idea de igualdad.

Referencias

1. Cincotta, H., Reseña de la historia de los Estados Unidos, Washington DC,


Departamento de Estado de los Estados Unidos, 2004, pp. 38-39.
2. Putney, A. H., “The Thirteen Colonies”, Popular Law Library, Introduction to the
Study of Law Legal History, EE.UU., Cree Publishing Company, 1908, sección 81.
3. Los minutemen eran llamados así por la rapidez con la que se podían juntar para
llevar a cabo las tareas encomendadas por los líderes de los rebeldes americanos.
De aquí viene el nombre de los misiles balísticos intercontinentales creados para la
guerra fría y que siguen siendo parte del arsenal de los Estados Unidos.

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