Carlo de Sigüenza y Góngora
Carlo de Sigüenza y Góngora
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Serie áurea / N"3.
IMPRESO EN ARGENTINA.
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principio de la Eneida de Virgilio: Ille ego, qui quondam graci- siempre visibles en esa parte del mundo. Sigüenza ima-
li modula tus avena, etc. Como señalara D. Schons, el modelo gina que las siete estrellas se corresponden con las siete
inmediato de Sigüenza es la primera octava del Panegírico cuerdas que tenía la lira de los antiguos (una cuerda por
al duque de Lerma de Góngora: cada planeta).
del clima austral el estrellado manto. El hemisferio sur.
Si arrebatado merecí algún día alto desvelo, pompa generosa,! del cielo gloria, del Leteo espan-
tu dictamen, Euterpe, soberano,
to. La Virgen María, uno de los grandes (alto) cuidados o
bese el corvo marfil hoy desta mía
sonante lira tu divina mano; creaciones de Dios. «DESVELO. Se toma también por el cui-
émula de las trompas su armonía, dado grande y diligencia que alguno pone en lo que quiere
el séptimo tríón de níeves cano, hacer o lograr» (Aut.). El Leteo es el río del olvido en la
la adusta Libia, sorda aun más, lo sienta, tradición clásica y se localiza en el inframundo. Es tanto
que los áspides fríos que alimenta.
sinécdoque de infierno como metonimia de olvido: la cau-
*** sa (el río), por el efecto (el olvido que produce cuando las
ánimas lo atraviesan).
Talía. Musa de la poesía pastoril y bucólica. Su voz es de
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metal porque suena como la trompa que caracteriza a la
Oiga del septentrión la armorúosa, poesía heroica.
sonante lira mi armonioso canto,
Con esta octava y con la anterior, el poeta pretende que su
correspondiendo a su atención gloriosa
canto sea escuchado en todo el mundo: de norte a sur y de
del clima austral el estrellado manto;
este a oeste.
alto desvelo, pompa generosa,
del cielo gloria, del Leteo espanto ***
que con voz de metal canta Talía,
o nazca niño el solo muera el día. 3
Rompa mi voz al diáfano elemento
Oigan mi armonioso canto la armoniosa lira del septentrión yel los líquidos obstáculos, y errante
estrellado manto del clima austral. Óiganlo, porque cuando nace
encomiende a sus alas el concento
el sol y cuando muere el día, Talia canta con voz heroica un alto
que aspira heroico a persistir diamante:
desvelo, una extraordinaria grandeza que es gloria del cielo y
plausible empresa, soberano intento
espanto del infierno.
que al eco del clarín siempre triunfante
del septentrión la armonfosa,! sonante lira. El septentrión es de la Fama, veloz monstruo de pluma,
el hemisferio norte. Técnicamente, son las siete estrellas
sonará por el polvo y por la espuma.
que forman la constelación de la Osa Mayor o de la Menor,
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Rompa mi voz los líquidos obstáculos del aire y encomiende a sus que aspira heroico a persistir diamante. El diamante se carac-
alas este harmonioso canto, que pretende ser heroico y persistir teriza por su dureza, constancia y resistencia. Por tanto,
para siempre. Empresa loable, intento soberano que se oirá por Sigüenza pretende que su canto sea heroico y dure para
tierra y por mar, ya que irá repitiendo lo que dice el clarín siem- siempre.
pre triunfante de la Fama, veloz monstruo de pluma que vuela clarín siempre triunfan te/ de la Fama, veloz monstruo de pluma.
por el aire y llega a todos lados. La tradición clásica representa a la Fama con un clarín en
diáfano elemento. El aire. la mano y con alas. Con el estruendo del clarín sus noticias
se escuchan por donde pasa; con las alas vuela rápidamen-
líquidos obstáculos. el aire, d. Horacio: <el éter líquido>
« ...
te llevando las noticias.
(Od. lI, 20); Y el romance de Sigüenza, 1682, sobre la Fama:
<Deidad que en disfraz de pluma/ la región líquida rom- por el polvo y por la espuma. Por la tierra y por el mar.
pes»> (Méndez Plancarte, 2008, p. 19). De ser así, los dos
***
primeros versos no me quedan claros: <rompa mi voz al
aire (diáfano elemento) los aires (líquidos obstáculos».
Sin duda, Sigüenza tiene presente el verso de Horacio y 4
supone que el aire es líquido, «adjetivo que se aplica al Si indigna copa a métricos raudales
cuerpo cuyas partes son fácilmente separables: como el la atención se recata, temerosa
agua, el vino y los metales derretidos» (Aut.). Por tanto, de investigar con números mortales
el aire tiene obstáculos, los cuales se atraviesan o rompen la inmortal primavera de una rosa,
fácilmente porque son líquidos. Es bastante probable que al acorde mormullo de cristales
estos <líquidos obstáculos> deriven de los <líquidos muros>
que Hipocrene dispende vagarosa,
que forma el <diáfano elemento> en un pasaje de la Soledad
afecte dulce el de Libetra coro,
segunda (vv. 923 ss.):
la voz de plata, las cadencias de oro.
Breve esfera de viento,
negra circunvestida piel, al duro Si la atención, como si fuera una copa pequeña para recibir tanto
alterno impulso de valientes palas, raudal de poesía, teme investigar con versos mortales la inmor-
la avecilla parece,
tal primavera de una rosa, que por lo menos imite, allí donde la
en el de muros líquidos que ofrece
fuente de Hipocrene fluye armoniosamente, el dulce coro de las
corredor el diáfano elemento
musas, su voz de plata y sus cadencias de oro.
al gémino rigor, en cuyas alas
su vista libra toda el extranjero. números. «Se toma asimismo por el verso, por constar de
determinado número de sílabas y cantidades de ellas, de
encomiende a sus alas el concento. La tradición clásica repre- ~ue se componen los que llaman pies, por 10 que están su-
senta a los vientos con forma humana y con alas. Véase la Jetos a medida» (Aut.)
octava 27.
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la inmortal primavera de una rosa. «N. Sra. de Guadalupe, matices. «MATIZ.Metafóricamente se aplica al estilo de una
pintada con las rosas del Tepeyac en la tilma de Juan Die- oración o discurso, en que se entretejen erudiciones para
go» (Méndez Plancarte, 2008, p. 19). La rosa es uno de los hermosearle» (Aut.).
atributos por excelencia de la Virgen María. de Amaltea la copia lisonjera/ el de Favonio colorido manto.
Hipocrene. Fuente consagrada a las musas. Amaltea simboliza la abundancia de flores y frutos; Favo-
nío es el viento Céfiro, quien esparce las flores que lleva en
afecte dulce el de Libetra coro. El coro de las musas. Libetra
su manto anunciando la llegada de la primavera. El sus-
es otra de las fuentes consagrada a ellas. «AFECTAR.Poner
tantivo <copia> significa abundancia, <canto la abundancia
especial cuidado y demasiado estudio y arte en la ejecu-
lisonjera de Amaltea-, y también significa retrato, <canto el
ción de algún hecho u dicho, para encubrirla u disimular-
retrato de Amaltea-, es decir, la imagen de Guadalupe. En
la» (Aut.).
este orden, el manto de Favonio remite al ayate de Juan
La segunda parte de la octava puede reconstruirse de otra Diego, quien al abrirlo esparce las flores que cortara en el
manera: «la voz de plata (la voz del poeta), junto a la fuen- cerro, anunciando así la primavera indiana. En suma, el
te de Hipocrene, imite el dulce coro de las musas, las ca- poema alude veladamente al tema de su canto: el retrato
dencias de oro». de la Virgen (Amaltea) que está en el manto de Juan Diego
(Favonio).
***
clarín de superior esfera en fijos polos. Dios, que habita en el
cielo empíreo, el cielo supremo. La esfera superior se apo-
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ya sobre un eje inmóvil, el cual tiene sus dos extremos en
Matiz mendigue de la primavera, cada uno de los polos fijos.
que afectuoso venero, humilde canto,
espanto. «Vale asimismo admiración y asombro, no causa-
de Amaltea la copia lisonjera, do de miedo, sino de reparo y consideración de alguna no-
el de Favonio colorido manto, vedad y singularidad» (Aut.).
mientras clarín de superior esfera
copos anima en flores rozagantes. Los copos de nieve renacen
en fijos polos, el florido espanto convertidos en flores. «ANIMAR.Metafóricamente se dice
publica del hibierno, que volantes de las cosas inanimadas, naturales y artificiales, a quienes
copos anima en flores rozagantes. la naturaleza, o el arte, infunde vigor y, en cierta manera,
da vida y espíritu» (Aut.).
Mi voz le pida a la primavera sus hermosos matices, puesto que
venero y canto la abundancia lisonjera de Amaltea y el manto ***
colorido de Favonio. Mientras canto, Dios, que habita en la su-
perior esfera celeste, publica el asombro florido del invierno, que
transforma sus copos de nieve en flores rozagantes.
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6 7
Rinda en vez del aroma naba tea ¡Oh tú, que en trono de diamantes puros,
sonoros cultos mi terrestre labio, pisando estrellas vistes del sol rayos,
aunque a tan noble, majestuoso empleo, a cuyo lustre ofrecen los coluros
querúbicos acentos son agravio. brillantes luces de su obsequio ensayos:
Los números (modelo del deseo) purifica mi acento, y mis impuros
sean de tanto empeño desagravio, labios se animen florecientes mayos,
mientras al orbe en armoniosa suma que a tu sombra mi voz, bella María,
mi voz cadencias, rasgos da mi pluma. triunfa inmortal del alterable día!
Mi terrestre labio entregue sonoros cultos a manera de voto, en Tú, que en un trono resplandeciente, ubicado sobre las estrellas,
vez de encender la lámpara donde se queman los ricos aromas vistes los rayos del sol; tú, a cuya gloria ofrecen los cielos las mis-
orientales, aunque para tan noble y majestuoso empleo, como lo mas estrellas como prueba de su rendimiento; tú, bella María,
es celebrar a la Virgen de Guadalupe, incluso los acentos de los purifica mi acento y haz que mis impuros labios den vida a versos
querubines resultan agraviantes. La poesía, en cuyo molde ex- rozagantes, porque gracias a tu amparo mi poema vence al día y
preso mi deseo, compense tan gran empeño, mientras mi voz y perdura para siempre.
mi pluma, en armonioso compendio, difunden sus cadencias y
¡Oh tú, que en trono de diamantes puros'; pisando estrellas vis-
sus rasgos por el mundo.
tes del sol rayos. Por lo menos desde la Edad Media, la Vir-
aroma nabateo. Reminiscencia de los <licores nabateos- de gen ocupa un lugar muy elevado dentro del orden celeste.
Góngora, soneto «En vez, Señora, del cristal luciente». En tanto Reina de los ángeles, domina y está por encima de
Dice al respecto García qe Salceda Coronel: «Licores na- los nueve coros angélicos. Para el teólogo medieval [ohan
bateas dijo por los aromas orientales, porque Nabatea es Gerson, era la segunda jerarquía después de la santísima
región oriental, que comienza de la Arabia y la contiene trinidad. Ocupa, si se quiere, un espacio intermedio entre
dentro de sí... Por ser, pues, región oriental, puso don Luis Dios y los ángeles.
nabateos por orientales» (1645, p. 288). Sigüenza le ofrece coluros. «Voz de la astronomía. Son dos círculos máximos
su canto a la Guadalupana a manera de voto, en vez de los que se consideran en la esfera, los cuales se cortan en ángu-
aromas orientales que se queman en una vela o lámpara. los rectos por los polos del mundo y atraviesan el zodíaco»
Repite así la idea del soneto de Góngora, quien le ofrece a (Aut.). En este caso, coluros equivale a cielo. Es una sinéc-
la Virgen de Atocha, a manera de voto por la salud del rey, doque: la parte (los coluros), por el todo que la contiene (el
dos faroles, ya luces de Levante> (las armas españolas), en cielo). Con este mismo sentido figurativo lo emplea Gón-
lugar de las lámparas con licores nabateos. gora en la Fábula de Píramo y Tisbe, vv. 241 ss.:
***
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Si a un leño, conducidor 8
de la conquista o del hurto A la cuarta estación, que señorea
de una piel, fueron los dioses
del frígido aquilón nieve volante,
remuneradores justos,
a un bajel que pisa inmóvil corría el año, mientras c1amorea
un Mediterráneo enjuto lánguida Clicie al fugitivo amante,
con los suspiros de un sol, comunicando liberal Astrea
bien le deberán coluros ...
escarchas al hibierno reiterante
En su comentario, explica Cristóbal de Salazar Mardones: y haciendo, en desiguales horizontes,
«y si se dudare que tiene impropiedad 10 que el texto dice, selvas del hielo, de la nieve montes.
que los dioses deberán más justamente coluros a la pared
que como barco llevaba los suspiros de un sol, pues es im- 9
posible caber en ninguno de estos círculos o líneas que no Al tiempo, pues, que la veloz saeta,
tienen latitud, a esto respondo que, en caso que la colo- remontado blasón de Sagitario,
casen en el cielo, no había de ser en las mismas líneas o
a expensas de la luz del gran planeta,
círculos, sino en el espacio que cercan los coluros o en una
es del Olimpo luminoso erario,
parte del cielo. Y este es el intento del texto, poniendo la parte
cuando a Cibeles, próvida y discreta,
de él por el mismo cielo» (f. 104r, cursivas mías).
comunica cristal la urna de Acuario,
brillantes luces. Las estrellas o las constelaciones que ellas
vegetó, sin influjos de sus giros,
forman.
flores la tierra, envidia a sus zafiros.
labios se animen florecientes mayos. Sigüenza elabora a partir
de la trillada asociación entre los versos y las flores. De esta El año estaba llegando al invierno, cuando abundan las nieves y
manera, quiere que sus versos sean floridos para que así el heliotropo pide en vano que regrese el sol, cuando la diosa de
puedan pintar a la Virgen en el poema, del mismo modo lajusticia le entrega al invierno que regresa sus escarchas y hace
que las flores del Tepeyac la pintaron en la tilma de Juan selvas con el hielo y montes con la nieve, de modo que se confun-
Diego. den los horizontes.
sombra. «Metafóricamente vale asilo, favor y defensa»
En este tiempo, cuando la saeta de Sagitario brilla en el firma-
(Aut.). mento y la tierra se cubre de nieve, la misma tierra, contraria-
*** mente a lo que establecen las estaciones, produjo flores tan bellas,
que dan envidia hasta a los zafiros.
A la cuarta estación, que señorea/ del frígido aquilón nieve vo-
lante. La cuarta estación es el invierno, periodo del año
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donde dominan los vientos helados y las nieves que trae el dioses del Olimpo. Sigüenza imagina que el cántaro de
viento norte (el aquilón). Acuario (la urna) derrama agua sobre la tierra (Cibeles),
mientras clamorea/ lánguida Clicie al fugitivo amante. Clicie y esa agua se parece al cristal: nieve, granizo o lluvia. La
es el heliotropo, su amante es el soL Según el mito, Clicie imagen remite a la Soledad segunda (vv. 222 ss.), donde el
estaba enamorada de Apolo; convertida en flor, lo mira y agua que mana de una peña embiste al peregrino:
busca desde la tierra, girando con él. Como hace mucho
De jardín culto así en fingida gruta,
frío, Clicie, medio muerta, le ruega al sol que caliente nue- salteó al labrador pluvia improvisa
vamente. de cristales inciertos ... :
comunicando liberal Astrea/ escarchas al hibierno reiterante. urna de Acuario, la imitada peña
le embiste incauto ...
Astrea es la diosa de la justicia. El poema supone que ella,
haciendo honor a su título, distribuye los hielos sobre la vegetó, sin influjos de sus giros/flores la tierra. Las flores na-
tierra cuando llega el invierno. cieron sin seguir la tierra el curso normal de las estaciones.
y haciendo, en desiguales horizontes,! selvas del hielo, de la nie-
En este par octavas, el poema recurre a la obligada perífra-
ve montes. Sigüenza toma prestada la imagen de la Soledad
sis astronómica para señalar el tiempo en que sucedieron
primera, vv. 42 ss.: «No bien pues de su luz los horizontes
las apariciones de la Virgen de Guadalupe, las cuales fue-
j -que hacían desigual, confusamente j montes de agua y
ro~ e~tre el 9 y el 12 diciembre, cuando está por empezar
piélagos de monte-j desdorados los siente».
el invierno en el hemisferio norte. Se desarrolla así el argu-
Al tiempo, pues, que la veloz saeta,! remontado blasón de Sa- mentum a tempore de la retórica clásica: ubicar el tiempo de
gitario,! a expensas de la luz del gran planeta,! es del Olimpo los acontecimientos a narrar.
luminoso erario. Como las apariciones fueron entre el 9 y
el 12 de diciembre, Sigüenza sabe que en esa época el sol ***
está en la constelación de Sagitario. El sol (el gran planeta)
ilumina entonces la saeta que forma Sagitario en el cielo, la 10
cual parece una especie de arca o depósito (erario) donde Embrión florido de la luz más pura,
se recogen y guardan los rayos, el tesoro del soL «ERARIO.
que sacros jacta empíreos esplendores,
El tesoro público del reino o república, o el lugar donde se
fueron estas, con pródiga hermosura,
recoge y guarda el dinero del público» (Aut.).
intempestivas de las breñas flores.
cuando a Cibeles, próvida y discreta,! comunica cristal la urna Materia que en su púrpura asegura
de Acuario. Cibeles es la tierra. La constelación de Acuario
independencias cándidas de horrores,
figura un mancebo que derrama líquido de su cántaro Y
mayorazgo en lo humano vinculado,
la tradición clásica la había identificado con Ganimedes,
pensión infausta del primer pecado.
el joven raptado por Zeus para que sirva las bebidas a los
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Estas flores hermosas que nacieron de forma intempestiva en- Al norte y en la parte occidental del mundo, donde la Osa Mayor
tre las breñas fueron el embrión del cual nació la Guadalupana, o Menor tiene un imperio nevado que gobierna deforma rígida y
quien se jacta de poseer sacros esplendores. El rubor púrpura de con cetro arrogante, existe una inculta lozanía del tiempo, un si-
lasflores asegura que son modestas y puras y que están libres del tio tan elevado que se parece a un tirano que amenaza al cielo, un
pecado original, al cual está sujeto el hombre desde la desobedien_ escollo que se multiplica y cuyas peñas, por su dureza, espantan
cia de Adán y Eva. a las estériles malezas.
independencias cándidas de horrores. Las flores que brotan Ursafría. La constelación de la Osa Mayor o Menor. Es una
están libres del horroroso pecado. Sigüenza elabora a par- sustitución bastante socorrida para referirse al norte. Aquí,
tir del principio teológico de la Inmaculada Concepción: se refiere al norte de la ciudad de México.
como la pureza de María halla su fundamento en Cristo, en los retiros de la luz tardía/ del sol. Perífrasis para indicar
puesto que sólo una criatura inmaculada puede llevar en el occidente, el <mexicano ocaso> de la primera octava. De
su vientre al Hijo de Dios, las flores del Tepeyac son igual- este modo, el poema da las coordenadas geográficas de la
mente puras, ya que ellas llevan en potencia (<<embrión flo- posición del Tepeyac: al norte y hacia el poniente.
rido») la efigie milagrosa de la Virgen (<<laluz más pura»).
inculta lozanía del tiempo. Oxímoron que cifra las dos condi-
mayorazgo en lo humano vinculado/ pensión infausta del pri- ciones del Tepeyac: antes de las apariciones es un lugar es-
mer pecado. El primer pecado es la desobediencia de Adán téril (inculto); luego de las apariciones es un lugar hermo-
y Eva, es la herencia perpetua (mayorazgo) que reciben so (lozano). Mientras la primera condición dura un tiempo
hombres y mujeres cuando nacen; es una carga o cuidado determinado, la segunda es eterna. El adjetivo inculto alu-
(pensión) que soportan mientras habitan este mundo. No de tanto a la falta de cultivo natural como espiritual.
era inusual concebir el pecado en términos jurídicos (ma-
de la pura región breve tirano. Esta inculta lozanía es tan ele-
yorazgo, pensión, vincular).
vada que, como los gigantes de la tradición clásica, amena-
*** za con llegar al cielo, la pura región. Aquí y en otros luga-
res, Sigüenza califica al Tepeyac con el adjetivo breve. En
esos casos, breve tiene el sentido de momentáneo o transi-
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torio, puesto que la aparición de la Virgen transformará al
Yace a la parte que la Ursa fría, cerro en un espacio paradisíaco.
con rígido gobierno y cetro ufano,
A partir de aquí y hasta la octava 17, el poema desarrolla
en los retiros de la luz tardía
el argumentum a loco de la retórica clásica: describir el lugar
del sol, posee con imperio cano,
donde suceden los acontecimientos. La posición del cerro,
yace del tiempo inculta lozanía,
Su altura y su esterilidad remiten al relato guadalupano de
de la pura región breve tirano, Miguel Sánchez: « ... el paraje que hoy llaman Guadalupe,
multiplicado escollo cuyas peñas y en su principio y lengua Tepeyacac, sitio a los ojos de
rígido asombro son de incultas breñas.
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México una legua distante, cuya frente al norte es un monte Garcilaso (p. 710). La alusión es confusa. Entiendo que se
o cerro tosco, pedregoso e inculto, con alguna eminencia bastan- refiere a las serpientes o animales ponzoñosos, los cuales
te para poder atalayar a todos sus contornos ... » (19r, cursivas se ocultan en las grutas del Tepeyac como Eritonio o las
mías). serpientes en la cesta.
enjutas. Secas, desabridas. De acuerdo con Autoridades, en-
***
juto es el participio del verbo enjugar, «desecar, quitar y
sacar la humedad incorporada en alguna cosa, para que
12 queda seca» (Aut.). Es bastante frecuente que funcione
Aquí, entre toscas, peñascos as grutas, como adjetivo; de hecho, es la categoría gramatical que le
opaco albergue dan a Erifictonio asigna actualmente la RAE.
cimas que exhalan lobregueces brutas
***
con descrédito infausto de Favonio.
Siempre sus rocas las venera enjutas,
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a pesar del ilustre testimonio
del liquidado cielo, el monte breve, Los calvos riscos sólo contribuyen
que niega flores, que raudales bebe. diametrales al sol rectas centellas ,
alma interior que alientan cuando influyen
En este lugar, entre grutas toscas y llenas de peñascos, las cimas directos rayos las febeas huellas;
dan opaco albergue a las serpientes. Estas cimas despiden de sí zahareños el corvo diente huyen,
brutales oscuridades y desprecian con mal agüero las flores de opima causa de las copias bellas
Favonio. A pesar de las lluvias que allí caen, la cima siempre que domeña estival trillo sicano
está seca; pareciera que su sed es tan grande que se bebe todos los al duro imperio de la dura mano.
raudales de agua, impidiendo que crezcan lasflores.
Erifictonio. Epéntesis de Eritonio para completar las once Los estériles riscos solamente refractan la luz del sol, que con
sílabas del endecasílabo. Según el mito, Eritonio nació del
sus rayos despierta el alma interna del cerro. Estos riscos huyen
semen que Vulcano (Hefesto) derramó en la tierra cuando
desdeñosos el escardillo, el cual asegura la abundancia de los ce-
quiso abusar de Palas Atenea. El niño fue criado por ella,
reales que luego el estival trillo siciliano, al duro imperio de la
dura mano, quebranta en la era para obtener el grano.
quien una vez 10 dejó en una cesta con las hijas de Cécrope,
ordenándoles que no la abrieran. Pero una de las hermanas calvos riscos. El sintagma proviene lineal del soneto de
tentó a las otras y cuando abrieron la cesta descubrieron Góngora «Vencidas de los montes Marranos».
que Eritonio tenía pies de serpiente. En otras versiones, en febeas huellas. La luz del sol.
la cesta hay dragones o serpientes junto al niño. FranciscO
zahareños el corvo diente huyen,! opima causa de las copias be-
de Herrera narra el mito en sus Anotaciones a la poesía de
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sus escamas. Como el duro monte no lo admite en su seno, el
llas. El <corvo diente> es una metáfora que proviene lineal
arroyuelo se desliza por las breñas, bañando las rocas y ondulan-
de la Soledad segunda, v. 237. Se refiere al escardillo, el cual
do entre las peñas.
se utiliza para quitar los cardos y las malas hierbas que
crecen en los sembradíos. Por tanto, el escardillo garantiza aljófar puro. Agua cristalina. El aljófar es un tipo de perla,
la fertilidad (es causa opima) de las abundantes cosechas las perlas parecen gotas de rocío y las gotas de rocío son
(las copias bellas). de agua.
estival trillo sicano. El trillo es el instrumento
que sirve para breve sierpe. El pequeño arroyuelo que pasaba cerca del Te-
trillar, esto es, para «quebrantar la mies tendida en la era peyac. Lo menciona Francisco de Florencia en la Estrella del
y separar el grano de la paja» (Aut.). El sintagma <estival norte: «A este puesto sale de un barrio de la ciudad, que lla-
trillo> proviene lineal del Polifemo (octava 18) y, según Pe- man Tlatilulco, una calzada o dique que, rematando en la
llicer, Góngora llama «estival al trillo para diferenciarle del puente de un arroyuelo que cerca de él entra en la laguna,
crates o occa, que de éste se usa en la sementera y de aquél se divide en tres principales caminos» (f. 3v).
en la cosecha; de aquél en el estío, de éste en el otoño» (124- caduco muro. Las breñas o las rocas quedan blancas (caduco
125). Los sicanos fueron un pueblo que en tiempos remo- --+ viejo ~ cano) cuando choca contra ellas la espuma del
tos se asentó en Sicilia. Sin duda, Sigüenza tiene presente arroyuelo.
la referida octava 18 del Polifemo, misma que describe la
argentado monstruo. El arroyuelo, que parece una víbora de
abundancia siciliana. plata. «ARGENTAR. Metafóricamente se dice de todas aque-
*** llas cosas que tienen alguna analogía y semejanza con la
plata» (Aut.).
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La imitación de Sigüenza parece hacerse eco del comen_ ran a México por la parte de mediodía ... Al oriente [tiene]
tario que Salceda Coronel dedica a este pasaje: «No tiene un espacioso llano que se termina en la gran laguna de
a mi parecer, en todas estas Soledades, cosa tan digna de Tezcuco» (3r-3v).
estimación don Luis como estos versos, ni que merezcan del mexicano emporio espejo hermoso. La laguna es un espe-
más justamente el aplauso de todos los ingenios grandes jo donde se refleja la famosa ciudad de México. «EMPORIO.
de España» (1636, f. 238v). Cualquier ciudad donde concurren para el trato y comer-
cio muchas y varias naciones de todas partes» (Aut.).
***
del ciprio abortofluctüante cuna. El ciprio aborto es Afrodita,
quien nació del mar, la fluctuante cuna, en Chipre. «ABOR-
15 TAR.Metafóricamente usan de esta voz los poetas cuando
Emulación del piélago escamoso, el mar, los montes u otras cosas no capaces de concebir
templadamente plácida laguna arrojan de sí algo que contenían».
-del mexicano emporio espejo hermoso, repite en ondas, con balance airoso,! a estos toscos peñascos una
del ciprio aborto fluctüante cuna-, a una/ las que baldonan su esquivez ingrata,! con labios de cris-
repite en ondas, con balance airoso, tal, voces de plata. El cerro es tan duro e implacable que se
a estos toscos peñascos una a una siente afrentado cuando las suaves y sonoras voces de la
las que baldonan su esquivez ingrata, laguna (das voces de plata» lo besan reiteradamente con
con labios de cristal, voces de plata. sus labios de cristal.
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timbre es lustroso al orbe, ya le ocupe,
goza esta montañuela destemplada
no de ese manto azul fogoso broche,
en el occiduo, plácido hemisferio;
sí de Apolo mejor purpúrea aurora,
la volante cuadrilla derrotada
que de fulgentes rayos el sol dora.
del tímido Faetón sirvió cauterio
al terreno que al mayo siempre espanta, Este sitio es ahora el cerro de Guadalupe que está en América.
tal es su temple, su dureza es tanta. Antes era la casa de la noche o bien el lugar que la Osa Mayor
cubre con densas nieblas. Hoyes la gloria del mundo, no porque
Nunca el áspero clima abandona el cerro. La montaña destempla- allí reverbere la luz del sol, sino porque lo ocupa la Virgen de
da, con pavoroso horror, goza de un imperio funesto en el grato Guadalupe, a quien el sol dora con sus rayos.
hemisferio occidental. Cuando el temeroso Faetón perdió el rum-
bo, el carro del sol quemó el terreno, ese terreno que espanta a la Es el americano Guadalupe. Como observa Sabat de Rivers,
misma primavera, tan siniestro es su aspecto y tan grande su el adjetivo <americano> opone automáticamente este cerro
a la sierra de Guadalupe en Extremadura, España (p. 288).
dureza.
el claro, del Arturo boreal, coche. Perífrasis para referirse a la
occiduo. «Perteneciente o relativo al ocaso» (RAE).
Osa Mayor, la cual domina en el hemisferio norte. Arturo
la volante cuadrilla derrotada/ del tímido Faetón sirvió cauterio/ es la estrella más brillante de la constelación del Boyero
al terreno. Según el mito, Faetón perdió el control del ca- (Bootes), quien cuida y guía el carro de la Osa en el cielo
rro del sol «la volante cuadrilla derrotada» y como volaba nocturno.
muy bajo quemó algunos lugares de la tierra. Para evitar
no de ese manto azul fogoso broche. El sol.
una catástrofe, Júpiter fulminó al joven con un rayo. Según
Sigüenza, el carro guiado por Faetón quemó al Tepeyac sí de Apolo mejor purpúrea aurora. Perífrasis para referirse a
«sirvió cauterio», que desde entonces es totalmente esté- la Virgen de Guadalupe. Como es sabido, la aurora prece-
ril y pedregoso. «CAUTERIO. Instrumento de hierro de que de a la salida del sol. En la tradición clásica, Apolo envía
usan los cirujanos hecho ascua, para abrir llagas o quemar a la Aurora para que anticipe su recorrido por el mundo.
alguna parte del cuerpo que se ha cortado, para que se res- Aquí el mejor Apolo es Dios, quien envía a su purpúrea
tañe la sangre, y se castre la herida» (Aut.). aurora, esto es, a la Guadalupana. La Virgen como aurora
(presente a 10 largo de todo el poema) es una equivalencia
*** por demás frecuente: ella anticipa la llegada de Jesucristo.
que defulgentes rayos el sol dora. Recuérdese que en la ima-
17 gen de Guadalupe el sol está a sus espaldas y parece que
la dora o ilumina.
Es el americano Guadalupe,
antes fúnebre albergue de la noche, ***
si no fue donde densas nieblas tupe
el claro, del Arturo boreal, coche;
111
110
18 propiedades de diamante). En la paráfrasis, asumo q~e
el <diamantino asombro> es el Tepeyac, cuya dureza dia-
De Alcínoe yacen, ¡oh mortal destino!,
mantina asombra (provoca horror) a las dulces riberas de
las siempre coloridas primaveras,
la laguna (véase la octava 15). La otra interpretación es li-
y Adonis gime las del peregrino,
neal: el <diamantino asombro> son las dulces riberas de la
vago pensil, memorias lastimeras. laguna, las cuales asombran (provocan admiración) por su
Tesalia yace en este diamantino hermosura y claridad.
asombro de dulcísimas riberas,
llorada de cigarras. Esto es, <llorada por cigarras>, cuyo canto
y aquí yace, llorada de cigarras, desapacible Sigüenza identifica con un lamento. La cons-
Clori difunta en tumba de pizarras. trucción de la voz pasiva con la preposición de es distintiva
En este cerro están enterradas las siempre coloridas primaveras de Cóngora. Al respecto, señala Antonio Carreira: «El uso
sintáctico más frecuente, entre los que se apartan del ac-
de Alcínoe, y Adonis se lamenta porque ya no quedan ni las me-
tual, es la pasiva + de, en lugar de por, fórmula que a causa
morias de hermosos jardines. En este sitio, cuya dureza diaman-
tina horroriza a las dulces riberas de la laguna, está sepultada de la polisemia de aquella preposición ocasiona algunas
Tesalia. Aquí yace también, en una tumba hecha con pizarras y perplejidades ... » (p. 15).
llorada por las cigarras, la diosa Clori. Clori difunta en tumba de pizarras. Cloris es Flora, la esposa
del viento Céfiro y diosa de las flores (véanse las notas a
Alcínoe. No he podido descifrar exactamente la alusión.
la octava 27). La identificación proviene de Ovidio: «Cloris
Por lo pronto, entiendo que el poema cifra en Alcínoe la
era, la que me llamo Flora. La letra griega de mi nombre
hermosura lozana de la juventud.
es corrompida por la pronunciación latina» (Fastos, libro V,
Adonis. Símbolo de la belleza, la juventud y la renovación vv. 195-196). La pizarra es un tipo de piedra y Góngora la
de la naturaleza. Sigüenza imagina que Adonis llora por- equipara con una tumba en el soneto «Sella el tronco san-
que en el Tepeyac no hay rastros de ningún jardín. griento, no lo oprime».
pensil. «Rigurosamente significa el jardín que está como
suspenso o colgado en el aire, como se dice estaban los que ***
Semíramis formó en Babilonia. Hoy se extiende a significar
cualquier jardín delicioso» (Aut.). 19
Tesalia yace en este diamantino/ asombro de dulcísimas ribe- Pero a la vista de ese puro rayo,
ras. En el imaginario grecolatino, Tesalia es la tierra de la que el sol empíreo de convexa cumbre
abundancia. El sintagma <asombro diamantino> puede in- desprendió, sin recelo de desmayo
terpretarse de dos maneras, tanto por las acepciones del se vegetan las flores con su lumbre:
sustantivo asombro (horror o admiración) como por las rayo has sido del sol, pues vive el mayo,
posibilidades del adjetivo diamantino (aquello que tiene
bella María, y con fragante encumbre,
112 113
si en el inculto monte Fénix yace, 20
a vista de tu luz Fénix renace. Moderna envidia de las rozagantes
del oriental intacto paraíso
Pero a la vista de ese puro rayo que Dios desprendió de la conve-
xa cumbre del cielo, brotan lasflores sin preocupación por mar- las flores son, que tienen por constantes
chitarse. Un rayo has sido del sol, bella María, y cuando ve tu luz lo que por bello se adquirió Narciso.
el monte renace de sus propias cenizas con una fragancia que lo ¡Qué mucho si pinceles viven antes
encumbra y glorifica, tal como renace el ave Fénix. que lampos beban del pastor de Anfriso,
y en competencia airosa galantean
rayo has sido del sol, pues vive el mayo. La Virgen María es el
la copia virginal que colorean!
<puro rayo> que Dios, el <sol empíreo>, ha enviado al Tepe-
yac. Las luces que ella irradia son, a su vez, rayos divinos Lasflores son la envidia moderna de las flores del paraíso terre-
que fructifican el cerro. nal y tienen la belleza eterna que fuera efímera en Narciso. Es
si en el inculto monte Fénix yace,! a vista de tu luz Fénix renace. extraordinario que estos pinceles floridos broten antes de beber
Como es sabido, el Fénix es un ave inmortal, pero su in- la luz del sol y, compitiendo entre ellos, cortejen al retrato de la
mortalidad es bastante peculiar. Cada 500 años, vuela ha- Virgen mientras lo colorean.
cia los bosques de Fenicia, construye un lecho con plantas
del oriental intacto paraíso. El paraíso terrenal, de donde fue-
aromáticas, se acomoda en él y espera que los rayos del sol
ron expulsados Adán y Eva.
lo consuman. Luego resucita, siempre idéntico, de sus pro-
pias cenizas (véase el hermoso poema de Lactancio, De ave las flores ... tienen por constantes/ lo que por bello se adquirió
Phoenix). La octava 18 describe el cerro como un espacio Narciso. Las flores del Tepeyac tienen la belleza extraor-
donde la primavera y la vida se encuentran aniquiladas, dinaria que distinguiera a Narciso, pero es una belleza
sepultadas. Si se regresa sobre la octava 16, resulta que esa eterna (constante). Como todo mundo sabe, Narciso era un
primavera no existe más porque hace miles de años Faetón joven vanidoso que presumía su hermosura y desdeñaba
quemó el cerro y pulverizó todo lo que allí había. Expan- a las mujeres. Un día vio su imagen reflejada en el agua
diendo el juego asociativo que propone el poema, puede y se enamoró tanto de sí mismo que ya no pudo dejar de
decirse que en el cerro sólo quedan las cenizas de la pri- contemplarse. El tiempo lo fue consumiendo hasta que se
mavera. Así se llega al concepto final: el monte es como un transformó en la flor del narciso (Ovidio, Met. III, vv. 339
Fénix que espera su resurrección. Cuando María lo alum- ss.).
bra, el monte arde en luz divina y renace lozano y hermosO lampos beban del pastor de Anfriso. El pastor de Anfriso es
como el ave. Apolo. Según los mitógrafos, para expiar la muerte de los
cíc1opes, Apolo sirvió durante un tiempo al rey Admeto y
*** pastoreaba sus rebaños a orillas del río Anfriso. «LAMPO.
Resplandor o brillo pronto y fugaz, como el del relámpa-
go» (RAE).
114 115
la copia virginal. El retrato de la Virgen o, lo que es lo mis- tarde o no visto. Uno de los giros característicos de Góngora
mo, la Guadalupana. y que los poetas de Nueva España emplearon asiduamen-
te. Sobre el uso y los alcances de este giro en la poesía no-
*** vohispana, remito a los ejemplos que aporta Martha Lilia
Tenorio en su libro El gongorismo en Nueva España.
21
***
Tiempo es ya, tú que al tiempo ofreces vida,
délfica inspiración del cintio Febo,
22
que en concentos sonoros aplaudida
la voz informes que en el plectro muevo: Dos lustros vio el orgullo mexicano
si a tan heroico asunto eres debida, ser alfombra su imperio de la planta
clausula glorias de ese asombro nuevo del que al eco previno soberano
cual este nunca vio ni el otro polo, de la Fama volante trompa tanta:
tarde o no visto del ardiente Apolo. Carlos, a quien Cortés ... ¡Detente mano,
venera el nombre que al Leteo espanta
Délfica inspiración del cintio Febo, tú que al tiempo ofreces vida, o el tiempo llegue que en sucinta suma
ya es tiempo de que informes armoniosamente la aclamada voz sean sus hechos rasgos de mi pluma!
que muevo en el plectro. Si eres digna de tan heroico asunto, ter-
mina de contar las glorias de este nuevo asombro que nunca se Diez años habían trascurrido desde que el orgullo mexicano fue-
vio en ningún lugar del mundo y que fue tarde o incluso jamás ra sometido por Carlos V, quien pisa el imperio mexica como si
visto por el ardiente Apolo. fuera una alfombra y a quien el sonoro clarín de la Fama previno
soberano. Carlos V, a quien Cortés ... ¡Detente mano, venera el
Tiempo es ya, tú que al tiempo ofreces vida,! délfica inspiración
nombre que al olvido y al infierno espantan, o bien espera a que
del cintio Febo. Nuevamente, Sigüenza retorna la idea de la
escriba una sucinta historia de sus hazañas!
poesía como un canto inspirado que perdura a través del
tiempo. El monte Cinto está en la isla de Delos, patria de Dos lustros vio el orgullo mexicano/ ser alfombra su imperio
Apolo. de la planta/ del que .... El orgullo mexicano ve su imperio
plectro. «Instrumento para herir y tocar las cuerdas de la transformado en una alfombra que pisa la planta de Car-
lira, cítara o otro instrumento músico ... Metafóricamente los V. Los dos lustras (perífrasis numeral frecuente en la
se toma por la poesía» (Aut.). poesía culta) equivalen a los diez años transcurridos desde
la caída de México- Tenochtitlan, es decir, a 1531, el año de
clausula. «CLAUSULAR. Concluir y dar fin al discurso, ternú-
las apariciones.
nar la oración o razón que se estaba diciendo o la materia
que se discurría» (Aut.). del que al eco previno soberano/ de la Fama volante trompa tan-
ta. El hipérbaton permite más de una reconstrucción. A
116 117
be al muchacho como la «segunda invidia de Marte.Z pri-
reserva de una mejor lectura, lo entiendo de la siguiente
manera: «del que tanta trompa, al eco de la Fama volante, mera dicha de Adonis» (vv. 82-83).
previno soberano». Según este orden, el sonoro clarín, re- sin acidia. Sin pereza.
pitiendo los dictados (=al eco) de la Fama volante, anunció bárbaros climas. América.
que Carlos V iba a ser el soberano de los mexicas. Asumo la más austral nevada siempre parte. El sur del continente
que soberano es sustantivo y no adjetivo. americano.
o el tiempo llegue que en sucinta suma/ sean sus hechos rasgos mientras le dan divisa a sus pendones/ graves del Culhuan duras
de mi pluma! En efecto, años más tarde Sigüenza compuso prisiones. La divisa es el «distintivo especial que el caballe-
la Piedad heroica de don Fernando Cortés. ro, soldado ... trae en el escudo, vestido o en otra parte»
*** (Aut.). El pendón es la «bandera o estandarte pequeño
de que se usa en la guerra» (Aut). Entiendo que el sus-
tantivo prisión se refiere a los animales que durante la
23 caza atrapan los halcones. Por tanto, las banderas de
Cortés, del macedón segunda envidia, Cortés se distinguen porque las adornan las graves y
primera gloria del getulio Marte, duras presas que han cazado los conquistadores, esto es,
a cuya sombra vuela sin acidia las insignias de los guerreros mexicas. Culhuan (o Cul-
bárbaros climas regio su estandarte, huacán) fue una ciudad tolteca fundada en el valle de
temblando al duro golpe, cuando lidia, México después de la caída de Tallan. Los habitantes de
la más austral nevada siempre parte, Tenochtitlan se consideraban descendientes de los tol-
mientras le dan divisa a sus pendones tecas; de hecho, el primer gobernador de Tenochtitlan,
Acamapichtli, era o hijo o esposo de un princesa culhua
graves del Culhuan duras prisiones.
y entre los títulos que ostentaban los tlatoani de Tenoch-
Cortés, segunda envidia de Alejandro Magno y primera gloria titlan estaba el de <Señor de los culhuas- (véase Susan D.
del guerrero Marte, a cuyo amparo el estandarte real de Carlos Gillespie, pp. 64-65).
V se dirige rápidamente hacia las bárbaras regiones de América.
Cuando Cortés pelea, tiembla hasta el sur del continente. Sus ***
banderas de guerra se distinguen porque las adornan las graves
y duras prisiones de Tenochtitlan. 24
Cortés, del macedón segunda envidia/ primeria gloria del getuli.o Este, pues, vasto cuerpo que domeña
Marte. El macedón es Alejandro Magno, su primera enV1- el gran Fernando -cuyos huesos ata
dia era Aquiles. Marte es el dios latino de la guerra. Como oro por nervios, y de peña en peña
señala Méndez Plancarte (2008, p. 20), estos versos remite~ por sangre vive la terriza plata-,
al romance de Angélica y Medoro, donde Góngora descn-
119
118
ya depuesta por él la inculta greña, del mundo breve aun las volantes nubes.
renuncia alegre religión ingrata, La morada de luces cristalina
mientras Plutón, con lágrimas nocturnas, te rinda glorias, pues amante subes,
exhaustas llora sus tartáreas urnas. oh México, a ser solio preeminente
que doran rayos del amor ardiente.
Una vez derrotada la inculta gente que lo habita, este amplio
territorio que somete Cortés -territorio donde abundan el oro Nueva forma sagrada le destina Dios, quien en su trono, rodeado
y la plata- renuncia alegre los antiguos dioses que adorara. El de querubines, arregla y ajusta hasta lo más mínimo del mundo,
dios del inframundo llora con lágrimas nocturnas porque ve como las volantes nubes. El empíreo te alabe y te rinda glorias, oh
cómo se vacían los lugares que había reservado para albergar México, porque como un amante místico subes al cielo para ser
a sus antiguos adoradores. un solio sublime que doran los rayos amorosos de Dios.
cuyos huesos ata/ oro por nervios, y de peña en peña/ por sangre sagrada mente, celsitud divina. Dios, quien suele representar-
vive la terriza plata. América es un gran cuerpo que tiene se sentado en un trono y rodeado de ángeles (querubines).
nervios de oro y sangre de plata. Observa Méndez Plan- La morada de luces cristalina. El empíreo.
carte: «Apuntaré, de paso, que esa imagen magnífica de
solio. Trono o silla real.
nuestra riqueza, por desgracia no es plenamente original.
D. Luis de Góngora escribió en la <Égloga piscatoria ... >:<la ***
grande América es: oro, sus venas; / sus huesos, plata> ... »
(1934, p. 4; son los vv. 33 ss. de la égloga). 26
inculta greña. Los mexicas. La gran Reina de flores colorida
mientras Plutón, con lágrimas nocturnas'; exhaustas llora sus quiere el amor que al cuerpo informe sea
tartáreas urnas. Plutón es el dios del inframundo en la tra- lo que a la tierra leve, ahora erguida,
dición clásica. En la poesía religiosa es el equivalente del
de Prometeo veloz la astuta tea.
diablo. El poema imagina que llora en el infierno porque
La armonía lo aplaude repetida
ha perdido las ánimas de los mexicas, las cuales, tras la
en el Olimpo, porque el orbe crea
conquista, han sido ganadas para la religión católica.
que ecos dispende ya el zafir canoro
*** del sublimado, del empíreo coro.
120 121
La gran Reina de [lores colorida. La Virgen María de Guadalu_ en las plumas del Céfiro va Flora. Según el mito trasmitido
pe, pintada (colorida) de flores. por Ovidio (Fastos, libro V), el viento Céfiro raptó a la nin-
de Prometeo veloz la astuta tea. En su aventura más famosa fa Cloris-Flora mientras juntaba flores primaverales. Para
Prometo le robó el fuego (da astuta tea» a los dioses y se lo paliar semejante abuso, el Céfiro se desposó con ella y le
entregó a los hombres. Simbólicamente, los sacó de la igno- otorgó el imperio sobre las flores; la hizo, si se quiere, diosa
rancia y los guió hacia el conocimiento. Por ello, y por todo de las flores. Ignacio Osario Romero señala que Botticelli,
10 que supone el fuego para el desarrollo de una cultura en su famoso cuadro «La primavera», pinta precisamente
Prometo es un dios civilizador. Como Prometeo, la Virge~ al Céfiro llevando en sus brazos a Flora (p. 228). El pintor
de Guadalupe llevará la luz del conocimiento (la fe católica) novohispano Juan Correa representa la misma escena en
a México y cultivará a ese pueblo que vive en la oscuridad. un biombo intitulado «El carro alegórico del aire» (Museo
La tierra insignificante (leve) será una tierra fuerte y pro- Franz Mayer, ciudad de México). La obra es de 1670, pero
ductiva (erguida), en sentido moral y espiritual. Sigüenza bien pudo conocer los bocetos del pintor.
ecos dispende ya el zafir canoro/ del sublimado, del empíreo coro. mal enjutas las alas del fragante/ néctar que usurpa a la purpú-
El sublimado y empíreo coro es el coro de los ángeles, quie- rea Aurora. El néctar de la Aurora es el rocío. Sobre <enju-
nes gastan (dispenden) en el cielo (zafir) sus voces (ecos); es tas>, véase la nota en la octava 12. Sigüenza emplea una
decir, cantan. figura llamada lítote, que consiste en negar o atenuar un
término para significar lo contrario. Así, <mal enjutas> sig-
*** nifica <aún mojadas>. Sobre el uso y los alcances de la lítote
en la poesía novohispana, remito a los ejemplos que aporta
27 Tenorio en su libro.
Con pronto obsequio y atención amante y con tropas volantes de dulzuras/ la esfera inunda de las auras
en las plumas del Céfiro va Flora, puras. Según mi lectura, las <tropas volantes de dulzuras>
son las flores que acompañan a Flora, toda vez que ella es
mal enjutas las alas del fragante
la diosa de las flores. La <esfera> se refiere al Tepeyac y las
néctar que usurpa a la purpúrea Aurora.
<auras puras> a las flores que allí brotan. Por tanto, entien-
Dirige el curso a la estación constante
do que Flora sobrevuela el Tepeyac con sus escuadrones y
que el desgreñado hibierno siempre mora,
lo inunda de flores.
y con tropas volantes de dulzuras
la esfera inunda de las auras puras. ***
Rápida, obsequiosa y amante, las alas aún mojadas con el rocío
28
de la aurora, la diosa Flora va en las plumas del viento Céfiro. Se
dirige al lugar donde siempre vive el desprolijo invierno, y con sus De más colores que los que en la opaca
dulces escuadrones inunda el Tepeyac de[lores puras. nube ese signo de concordia eterna,
122 123
matices viste: ya la Aurora saca siendo sus puntas de cristales vanos
las que a expensas del sol flores gobierna: más argentadas cuanto menos solas,
la florecilla leve, la más flaca tal Guadalupe, de ese monte insano s
en el mustio color se descuaderna, peñascos con las flores arrebolas,
emulando a la reina de las flores, quedando a trechos, cuando no rizados,
ámbar en hojas y en matiz olores. con las olas de flores matizados.
La esfera del Tepeyac queda matizada con más colores que los que Así como las olas revientan contra las rocas de los viejos mares,
tiene el arcoíris. Ya la Aurora hace brotar las flores que gobierna siendo la espuma que allí dejan más blanca cuantas más olas
a costa del sol: laflor más fina y liviana abre su lánguida corola revientan, del mismo modo, tú, Guadalupe, los insanos peñas-
emulando a la rosa; aparecen entonces pétalos perfumados y co- cos del Tepeyac enrojeces con las flores, dejándolos, cuando no
lores fragantes. rizados como el mar, adornados con esasflores que parecen olas.
De más colores que los que en la opaca/ nube ese signo de concor- ***
dia eterna,! matices viste. Deshechos el hipérbaton y la elip-
sis, entiendo: <Viste matices de más colores que los que ese 30
signo de concordia eterna viste en la opaca nube>. El <signo
Se exhala el sitio con fragancias bellas
de concordia eterna> es el arcoíris, señal de paz que Dios
envió a Noé para reconciliarse con el hombre y terminar si el campo vive con color süave,
con el diluvio. Así como la opaca nube se ilumina con los gozando en cada flor crespas centellas,
colores del arcoíris, el sombrío Tepeyac se ilumina con las que el cielo todo en Guadalupe cabe.
múltiples flores. La referencia se proyecta así sobre el Te- ¡Mendigad de esta luz, claras estrellas,
peyac: las flores y la Virgen son ahora la señal de paz que que mejor que vosotras nadie sabe
Dios envía a México. la luz que el centro habita de este monte,
la reina de las flores. La rosa, y por extensión la misma Vir- del mayor esplendor sacro remonte!
gen.
E.lcampo vive con suave color y el sitio se colma de bellasfragan-
en el mustio color se descuaderna. La flor abre su corola; por ctas. Todos gozan las elegantes centellas que irradian las flores,
tanto, las hojas del verso final se refieren a los pétalos. porque todo el cielo cabe en Guadalupe. Ustedes, claras estrellas
*** del cielo, mendigad la luz que poseen lasflores, pues nadie mejor
que ustedes conoce la luz que habita ahora en el Tepeyac, sagrada
elevación del sagrado esplendor divino.
29
Se exhala el sitio con fragancias bellas. El rocío de las flores se
Cual a la roca de los mares canos
evapora y perfuma el sitio.
instable s baten las inquietas olas,
124 125
crespas centellas. «CRESPO. Metafóricamente se dice del esti- voz atada a sonancias. Una voz armoniosa. Méndez Plan-
lo elegante y realzado» (Aut.). carte considera que -sonancias. es un latinismo (2008, p.
del mayor esplendor sacro remonte. El Tepeyac se enaltece y 21). También puede ser aféresis de consonancias. Según
sacraliza gracias a la luz divina. El adjetivo sacro califica el relato de las apariciones, Juan Diego escucha una dulce
tanto a remonte como a esplendor. melodía cuando pasa por el cerro (véase la octava 47). De
forma análoga, el poema supone que mientras las flores
Observa Osorio Romero: «Cuadalupe encarnaba, al mis-
brotan, el cielo canta.
mo tiempo, la flor y la estrella. Por este camino su caduci-
dad adquiría la eternidad del astro» (pp. 124 ss.). rayos sonoros son, voces defuego. Sigüenza emplea una figu-
ra llamada hipálage, frecuente en los versos bimembres de
*** Cóngora. La misma consiste en intercambiar los atributos
lógicos de dos sustantivos cercanos. En este caso, se inter-
31 cambian sonoros y de fuego: lógicamente, sonoras son las
voces y fogosos son los rayos. Sobre el uso y los alcances
Entretanto, esa azul, diáfana esfera
de la hipálage en la poesía novohispana, remito a los ejem-
los diques rompe que de ardores baña,
plos que aporta Tenorio en su libro.
dando mares de luces que venera
humilde el sol y temeroso extraña, ***
mientras la luz fogosa reverbera,
voz atada a sonancias la acompaña 32
ya un tiempo, con dulcísimo sosiego, Trono es debido el resplandor luciente
rayos sonoros son, voces de fuego. de aquella Majestad a quien rendidas
Mientras esa esfera diáfana y azul rompe los duros muros que las columnas del cielo, en obediente
baña de ardores, dando mares de luces que el sol venera humilde culto suyo, se muestran prevenidas.
y admira temeroso, mientras la luz fogosa reverbera, una voz En tomo de aquel solio reverente
armoniosa la acompaña. Como todo sucede al mismo tiempo, pa- las alas baten, tanto más floridas
rece, con dulce tranquilidad, que las consonancias son voces de cuanto ardor las gobierna más flamante,
fuego y que las luces son rayos sonoros. en culta prontitud de obsequio amante.
los diques rompe que de ardores baña. Entiendo que los diques El resplandor luciente emana del trono de Dios, a quien los án-
son los peñascos del cerro, duros muros que rompe la luz geles, rendidos en obediente culto, siempre atienden. En torno de
divina. aquel solio reverente, los ángeles mueven sus alas a gran veloci-
venera/ humilde el sol y temeroso extraña. El sol venera y ad- dad, manifestándole así su amor a Dios. Las alas son más bellas o
mira (extraña) la luz divina que alumbra el cerro porque es floridas cuanto más cerca se hallan del trono divino.
más fuerte y vital que la suya.
126 127
Trono es debido el resplandor luciente/ de aquella Majestad. El El tribunal del cielo decide que uno de los ángeles anuncie a la
resplandor que alumbra el Tepeyac es el trono de Dios o tierra la decisión que ha tomado Dios. Deja entonces un paranin-
bien proviene del trono de Dios. fo la eminencia del alto empíreo, que al ocultar las luces que posee
el ángel y que revelan su origen celeste, se dio más resplandor a
las columnas del cielo.. ./ se muestran prevenidas. Los ángeles,
sí mismo y sólo participó a la tierra una apariencia de lafigura
siempre dispuestos para obedecer a Dios.
angélica.
las alas baten, tanto más floridas/ cuanto ardor las gobierna
más flamante. Por un lado, pareciera haber aquí una remi- sagrada inteligencia. Los ángeles.
niscencia de las categorías angélicas. El brillo (ardor) de consistorio. «El consejo, tribunal o juzgado donde se ven
los ángeles, de acuerdo con Dante, es mayor cuanto más y deciden las causas y litigios en común, así sacras, como
se aproximan a Dios. Esta cercanía determina un agru- civiles, criminales y económicas» (Aut.).
pamiento descendente en Serafines, Querubines, Tronos, prenuncie. «PRENUNCIAR. Anunciar o pronosticar con señales
Dominaciones, Virtudes, Potestades, Principados, Arcán- lo que está por venir».
geles, Ángeles (véase el libro del Paraíso en la Divina come-
Deja ya el paraninfo la eminencia/ del alto empíreo, que encu-
dia). Por otro, me parece que el poema elabora el tópico de
briendo ufano/ el origen de luces que en sí encierra./ resplandor
la mariposa que atraída por la llama se consume en la luz.
se dio a sí, sombra a la tierra. Cuarteta ambigua. Con reser-
en culta prontitud de obsequio amante. A reserva de una me- vas, asumo que el empíreo encubre las luces que en sí con-
jor lectura, entiendo que los ángeles mueven velozmente tiene (encierra) el ángel y que declaran su origen celeste.
«culta prontitud» sus alas como una forma de manifestar De esta manera, el empíreo se queda con el resplandor del
su amor a Dios, como si ese movimiento fuera una dádiva ángel y sólo participa a la tierra una apariencia (sombra)
que entregan en prueba de su amor «obsequio amante». de su verdadera forma. Otra opción sería entender que el
paraninfo oculta o encubre las luces que en sí mismo con-
***
tiene. De esta manera, resplandece en su interior y a la tie-
rra sólo le comunica una apariencia de su figura, o bien su
33 resplandor enceguece a la tierra (le da sombra).
Una de éstas sagrada inteligencia
delega el consistorio soberano
***
que a la tierra prenuncie la excelencia
34
que le previene la celeste mano.
Deja ya el paraninfo la eminencia Organiza del aire más lucido
del alto empíreo, que encubriendo ufano un armónico cuerpo el ángel bello:
el origen de luces que en sí encierra, envidias del abril era el vestido,
resplandor se dio a sí, sombra a la tierra. emulación del Tíbar el cabello,
128 129
un volante de luces envestido El veloz ángel atraviesa la clara región del aire como si fuera un
aprisiona en el terso, ebúrneo cuello, rayo, como si fuera una flecha de granizo que el arco del cielo
dando en su rostro albergue placentero arroja a la tierra. Lo acompañan otros ángeles que si bien son
al rojo mayo y al nevado enero. soberanos, un bello disfraz los representa humanos.
Cual el rayo, saeta presurosa'; que a la tierra despide de los cie-
El bello ángel organiza un armónico cuerpo humano del aire
los/ el inflexible arco en impetuosa/ carga de breves, condensa-
más puro: el vestido era la envidia de la primavera, e! ca~ello
dos hielos. El cielo, como si fuera un arco, arroja rayos que
era tan rubio, que emulaba al oro que se extrae del no Tihar;
parecen flechas «saeta presurosa». En este caso, arroja un
un volante adornado de luces trae atado a su claro y blanco
rayo-flecha cargado de breves y condesa dos hielos, perí-
cuello; en su rostro se combinan bellamente los tonos rojos de
frasis para referirse al granizo o a la nieve (scondesando.
mayo y los tonos blancos de enero.
porque es sólido, <breve> porque se derrite). Méndez Plan-
emulación del Tíbar el cabello. El oro que se extrae del río carte interpreta distinto: « ... a un rayo, entre el granizo, se
Tíbar, en Arabia, es un tópico muy socorrido durante compara el Ángel entre otros ángeles inferiores ... » (2008,
los siglos de oro. Supuestamente, es el oro más puro de p.21).
todos.
volante. «Usado como sustantivo,se llama un género de
***
adorno pendiente que usan las mujeres para la cabeza,
hecho de tela delicada» (Aut.). 36
terso, ebúrneo. Adjetivos muy del gusto de Góngora; cla- Termina el vuelo donde yace altiva
ro y blanco, respectivamente. la gran Tenochtitlán en áureo trono
-selva de plumas, del copil cautiva,
***
de su grandeza real es real abono;
al hueipil y quetzal da estimativa
35 el oro, cuyas máquinas perdono-,
Cual el rayo, saeta presurosa, y en discurso más dulce que prolijo,
que a la tierra despide de los cielos formó palabras y razones dijo:
el inflexible arco en impetuosa
carga de breves, condensados hielos, El ángel termina el vuelo donde la gran Tenochtitlan reposa so-
berbia en trono de oro. Prueba verdadera de su grandeza real es
talla veloz inteligencia hermosa
la diadema de plumas que ostenta el gobernador; el oro, por su
rompe del viento diáfano los velos,
parte, adorna las plumas de quetzal y los huipiles, pero no diré la
cercada de otras que, aunque soberanas,
artificiosaforma en que lo hace. El ángel formó palabras, y en un
bello disfraz las representa humanas.
discurso más dulce que largo, dijo las siguientes razones:
130 131
selva de plumas, del copil cautiva,! de su grandeza real es real y el águila alemana, al luminoso
abono. Copil o copilli: corona que recibían los reyes mexicas planeta de la fe, niega imperiales
el día de su coronación. Según Francisco Xavier Clavijero, obsequios, mendigando entre pavores
«era una especie de mitra pequeña, cuya parte anterior se funesto horror en vez de resplandores;
alzaba y terminaba en punta, y la posterior colgaba sobre
el cuello ... Era de diferentes materiales según el gusto del Ahora que el Danubio caudaloso lleva hacia el mar el veneno lú-
rey, ya de hojas sutiles de oro, ya de hilos del mismo metal, gubre de la doctrina protestante en vez de llevar las puras aguas
y siempre la adornaban hermosas plumas» (1,pp. 310-311). del catolicismo; ahora que el Sacro Imperio le niega a la Iglesia de
Roma una parte de sus obsequios, mendigando funestos horrores
hueipil. Huipil o huipilli: túnica o blusa bellamente adorna-
en la oscuridad en vez de buscar los resplandores de lafe católica;
da que usan las mujeres. Es típica de Mesoamérica.
quetzal. Ave mesoamericana, célebre por sus plumas, con
el Danubio. Conocido río de Alemania.
las cuales se hacían pinturas y adornos. heréticos raudales. Las tesis y doctrinas teológicas propug-
máquinas. Artificio, traza, labor. Véase la respectiva nota en nadas por Martín Lutero a principios del siglo XVI, mis-
mas que denunciaban los abusos de la Iglesia romana y
la octava 40.
proponían reformar ciertas prácticas religiosas. Como es
prolijo. «Largo, dilatado y extendido con exceso» (Aut.).
sabido, el papa y Carlos V excomulgaron a Lutero y la igle-
Para describir mínimamente la ciudad prehispánica, el sia occidental se dividió en católicos y protestantes.
poema recurre, por única vez, a términos de origen nahua. cándidos cristales. La fe católica.
Explica Méndez Plancarte: «Tenochtitlán, con insignias im-
el águila alemana. El Sacro Imperio Romano Germánico,
periales: la <selvade plumas> sujeta (o <cautiva» en su .Copil:
unión político-religiosa de reinos europeos que se remonta
o diadema; y el .Hueipib o túnica, y el <QuetzaZ>(el penacho
al siglo X. El águila estaba representada en su escudo. A
de esas ricas plumas, como el célebre de Moctezuma ...), a
partir de Lutero, el Sacro Imperio comienza a debilitarse
los que el oro da <estimativa> o realce, aunque se renuncia
y fraccionarse.
a describir sus labores «cuyas máquinas perdono»» (2008, p.
21).
alluminosoj planeta de lafe. El Vaticano o la Iglesia católica.
Según una creencia trasmitida por los naturalistas y mi-
***
tógrafos, el águila se alimenta de los rayos del sol. El poe-
ma elabora a partir de allí: el águila alemana mendiga los
37 horrores de la noche protestante en vez de buscar el res-
«Ahora que el Danubio proceloso plandor solar que emana del Vaticano o de la Iglesia ca-
entrega al mar heréticos raudales, tólica. Observa Alicia Mayer: «Inglaterra y Holanda eran
siendo veneno lúgubre, horroroso las potencias marítimas que en 1668 ponían en riesgo las
los que primero cándidos cristales, posesiones ultramarinas de España y en suelo europeo
132 133
sostenían una guerra contra la monarquía de Carlos II (r. la leyenda, el rey de Navarra, luego de vencer en la bata-
1665-1700). Las noticias de la amenaza protestante llegaban lla de las Navas de Tolosa (1212), se trajo como botín una
a Nueva España e insuflaban en el corazón de los morado- esmeralda que pertenecía a su contrincante, el rey musul-
res el temor de que se hiciera pronto presente el peligro en mán. En este sentido, podría decirse que la esmeralda sim-
este otro lado del vasto océano» (p. 228). boliza el triunfo del catolicismo sobre el islam. En suma, las
cuartetas dicen que Francia, al aceptar las doctrinas lutera-
***
nas, desprecia y empaña (abochorna) la católica y triunfal
esmeralda que adorna su escudo.
38
sofismas. «La razón o argumento aparente con que se quiere
»ahora que el francés lilio florido, defender o persuadir lo que es falso» (Aut.).
negado a la esmeralda que lo adorna,
mísera Francia, teme, pues se muestra/ de horror armada la in-
se matricula al culto fementido vencible diestra. Se refiere a las guerras de religión entre ca-
del heresiarca vil que la abochorna tólicos y hugonotes (luteranos franceses) que sacudieron a
-si con vanos sofismas sólo ha sido Francia durante la segunda mitad del siglo XVI.
con lo que el ateísmo te soborna,
mísera Francia, teme, pues se muestra ***
de horror armada la invencible diestra-;
39
Ahora que ellilio del escudo de Francia, negado a la esmeralda del
»ahora que a la Hidra venenosa
escudo de Navarra, acepta el culto engañoso del vil heresiarca que
el caudaloso Támesis esconde ,
altera la quietud del catolicismo -si el ateísmo sólo te ha sobor-
y al padrón de la fe siempre gloriosa
nado con falsas y vacías razones, teme, mísera Francia, porque la
invencible diestra del catolicismo se muestra armada de horror-; con pervertidos dogmas corresponde
-esfera fuiste donde victoriosa
ahora que el francés lilio florido'; negado a la esmeralda que lo
la piedad se albergó, y eres hoy donde,
adorna,/ se matricula al culto fementido/ del heresiarca vil que la
¡ay dolor!, se acicalan atropadas
abochorna. El poema recurre nuevamente a la heráldica. El
contra la ciega fe, ciegas espadas-;
escudo de Francia se caracteriza por el lirio; -Ia esmeralda
que lo adorna> alude al escudo de Navarra, el cual tiene Ahora que el caudaloso Támesis alberga a la Hidra venenosa y al
una en su centro. El reino de Navarra estaba dividido: la p~drón de lafe, siempre gloriosa, le agradece con dogmas perver-
Baja Navarra pertenecía a Francia; la Alta Navarra a Espa~ tidos -cielo fuiste donde la piedad se albergó victoriosa y hoy eres,
ña. El escudo de Francia representaba la posesión de Nave- ay dolor, donde las ciegas espadas de los protestantes, agrupadas
rra añadiendo su escudo. Es decir, en el escudo de Francia en tropas desordenadas, se afilan contra la ciega fe de los católi-
estaban cuartelados tanto el lirio como la esmeralda. Según cos-.
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135
ahora que a la Hidra venenosa/ el caudaloso Támesis esconde. La hombres nefastos ~on su juicio errado rigen el mundo con furor
Hidra era un monstruo mitológico que habitaba en el lago san?rzento y el Universo, consumido por un fuego lento, vuela en
de Lerma, tenía muchas cabezas y mataba con su aliento cenizas por el viento ciego.
venenoso. Aquí alude a los cabecillas protestantes refugia- aquilón friolento. El norte de Europa (sobre aquilón, véase la
dos o reunidos en el río Támesis de Inglaterra. respectiva nota en la octava 8).
al padrón de la fe. El sustantivo padrón se refiere tanto a cismas. «División, discordia, separación de los miembros
las personas que están alistadas (empadronadas) a la fe de un cuerpo místico de su cabeza» (Aut.).
católica como «a la columna de piedra, con una lápida o
del alto cielo el .diamantino quicio. La puerta dura e inque-
inscripción de alguna cosa que conviene que sea perpetua
brantable del CIeloo, según Méndez Plancarte, del «prima-
y eterna» (Aut.). Con este último sentido aparece el térmi-
do romano» (2008, p. 21), esto es, del Vaticano.
no en Góngora, soneto «Sella el tronco sangriento ... », Lo
perpetuo y eterno que allí está escrito sería, en este caso, la
máquina exhausta. «MÁQUINA.Se llama también un todo
compuesto. artificiosamente de muchas partes heterogé-
fe católica.
neas, con ~lerta disposición que las mueve o ordena, por
contra la ciega fe, ciegas espadas. La ciega fe se refiere a la fe
cuya semejanza se llama así el universo» (Aut.).
católica, la cual hay que profesar sin cuestionar. El sintag-
ma procede probablemente de Calderón. Las ciegas espa- ***
das son las que afilan los protestantes en Inglaterra.
41
***
»ahora, pues, la celsitud divina,
136 137
43
pisando rayos y vistiendo luces. Sigüenza toma la im~gen de
»Expresiva es la imagen del instante
Góngora, quien la repite a lo largo de su obra (remito a los
ejemplos que trae Carilla, p. 45). De acuerdo con Salce do en que -aún Neptuno no surcaba espumas,
Coronel, «pisar estrellas los bienaventurados es frase que ni albergue daba el aquilón volante
usaron muchos poetas antiguos y modernos» (1645, p. 55). de vivas flores a volantes sumas,
Una minucia: la rima luces/ induces también proviene de no el rayo por el viento fluctüante
Góngora: «a paz con el católico lo induce,/ afecto que hu- rasgaba nubes con fogosas plumas-
mea si no luce» (Panegírico, octava 74). ya María, de mancha preservada,
toda era gracia, cuando el mundo nada.»
***
Significativo es el instante en que Dios ideó a la Virgen María
y la preservó de la mancha del pecado. Es significativo, porque
42
María ya era toda gracia y el mundo no era nada: el mar no
»El desvelo de Dios, la gran María,
rompía olas, el viento no cobijaba a los pájaros yel relámpago no
se presenta a tus reinos dilatados,
dividía a la nube.
aurora bella de la luz que envía
el sol que brilla en solios estrellados, Neptuno no surcaba espumas. Neptuno es el dios latino del
mar océano; las espumas son las olas (metonimia). La idea
alto don porque ya se jacta día
es que el mar no rompía (no surcaba) olas porque aún no
la alta noche en que estabas con errados
existía.
dictámenes, y en ciegas ilusiones
ibas sin freno a pálidas regiones.
ni albergue daba el aquilón volante/ de vivas flores a volantes
sumas. El aquilón es el viento, las <vivas flores volante> son
El desvelo de Dios, la Virgen María, se presenta en tus extensos los pájaros. La idea es que no existían ni las aves ni el aire.
reinos. La Virgen es la bella aurora de la luz que envía Dios, el no el rayo por el viento [luciüanie/ rasgaba nubes con fogosas
sol que brilla en el empíreo; es un don glorioso que transforma plumas. Las fogosas plumas se refieren al rayo o al relám-
en día luminoso la larga noche en que estabas sumido, noche en pago, el cual rasga o corta la nube. La idea es que no exis-
la que errabas tus juicios, adorabas dioses=: .y sin conocer los tían ni la nube ni el relámpago. Ahora bien, considerando
engaños, las almas de tus habitantes iban al iniiemo. que Góngora llama al águila <rayo con plumas> (Polifemo,
octava 23), podría entenderse que el rayo es el águila,
errados dictámenes. Falsas creencias.
quien con sus fogosas plumas vuela hasta el sol.
ciegas ilusiones. Engaños o mentiras que se aceptan sin re-
flexionar. «ILUSIÓN.
Se toma también por falsa o engañosa La octava propone un conjunto de imágenes que cifran la
aparición, como las que suele hacer el demonio ... ». nada a partir de la ausencia del contenido y del continente.
Sobre este vacío, resplandece la gracia de la Virgen María,
pálidas regiones. El infierno.
***
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concebida sin pecado desde toda la eternidad: Ab initio ante 45
saecula creata sum et usque ad futurum saeculum non desinam Quedó México de esta gloria inmensa
(<<Élme creó antes de los siglos, desde el principio, y por cual queda el caminante que en sombrío,
todos los siglos no dejaré de existir», Eclesiástico 24: 14). profundo valle le asaltó con densa
*** manga de nubes el hibierno frío;
voló de fuego, con la luz intensa,
tortuosa sierpe con tan presto brío,
44
que deja al caminante en neutral calma,
Esto dijo, y al viento dio más leve difunto el cuerpo y palpitante el alma.
gallardamente las vistosas alas;
en el olor indicio dio no breve Luego del anuncio glorioso del ángel, México quedó como queda
ser del empíreo las que obstenta galas. el caminante que en un profundo y sombrío valle le asalta elfrío
Del orbe deja la región aleve, invierno con un denso escuadrón de nubes. De repente, se oye
fijo su norte en las celestes salas,
y se ve un luminoso relámpago que deja al caminante inmóvil,
atónito y expectante.
siendo alfombra a sus pies esa importuna,
rodante esfera de la instable luna. manga de nubes. Un escuadrón de nubes. «MANGA.En la mi-
Esto dijo el paraninfo, y las hermosas alas dio gallardam~nt~ al licia es un trozo de gente formada a lo largo, la cual regu-
más leve viento. El olor que despidió cuando se marcho dIO a larmente era de arcabuceros» (Aut.).
entender, con toda claridad, que su hermosura provenía del em- calma. En reposo, sin moverse. «La quietud y tranquilidad
píreo. Deja entonces la región más corrupta del o:be y se dirige del viento en el mar, que no se mueve ni se siente correr ...
hacia el cielo. La importuna y rodante esfera de la inestable luna, Es voz náutica» (Aut.).
que está a sus pies, le sirve de alfombra. difunto el cuerpo y palpitante el alma. Sigüenza hace gala de
indicio dio no breve. Indicio claro (lítote). gongorismo y emplea, en el mismo verso, dos acusativos
griegos, una de las fórmulas sintácticas más complejas de
la región aleve. La tierra, considerada la región corrupta e
Cóngora. Sobre su uso y alcances en la poesía novohispa-
impura.
na, remito a los ejemplos que aporta Tenorio en su libro. El
siendo alfombra a sus pies esa importuna,! rodante esfera de la verso alude a los viajes de conocimiento que emprende el
instable luna. Califique a esfera, a luna o a alfombra, no lo- alma cuando se libera del cuerpo, lo cual sucede durante
gro comprender por qué Sigüenza la llama importuna ..por
el sueño o el éxtasis. En este sentido, y como enfatiza la
10 pronto, considero que obedece a la exigencia de la nrna. próxima octava, el poema imagina que luego del anuncio
*** del ángel, México queda suspenso, en trance, porque es
el estado propicio para recibir la revelación Guadalupana.
***
140 141
46 47
En esta suspensión de los sentidos Llega a afrontarse con el peñascoso,
México estaba, cuando acaso un pobre vasto Tepeyacác, donde un concento,
-que la inocencia, más que en los erguidos süavemente en metro armonioso,
cedros, se alberga en el inculto robre- tiene el alma suspensa al indio atento.
llega a afrontarse con los desmedidos Extático el sentido, el deleitoso,
peñascos, donde teme no zozobre métrico coro investigó al momento,
aun el viento veloz su sutileza, intento vano si del cielo nace,
tales los riscos son, tal su maleza. que el eco solo entre malezas yace.
México estaba en esta suspensión de los sentidos cuando un Este indígena llega al duro Tepeyac y oye un canto suave y ar-
hombre pobre (puesto que la inocencia es propia de los hombres monioso que le suspende el alma. Fuera de sentido, como si estu-
sencillos más que de los poderosos y presumidos) llega al sitio viera en éxtasis, quiso averiguar de dónde provenía el deleitoso
donde se hallan los desmedidos peñascos del Tepeyac. Como los coro, pero ello era un intento vano porque provenía del cielo y a
riscos y sus malezas son tan desmesurados, el hombre teme que las malezas solamente llegaba el eco.
el viento pierda allí su carácter delicado y agradable.
Al igual que México en las octavas 45-46, Juan Diego tam-
que la inocencia, más que en los erguidos/ cedros, se alberga en bién entra en trance antes de la primera aparición, toda vez
el inculto robre. Los erguidos cedros son las personas po- que tiene <elalma suspensa y el sentido extático>.
derosas y presumidas; el inculto robre (roble) alude a «las
Mateo de la Cruz: «Por este puesto pasaba un indio recién
almas sencillas de los humildes» (Méndez Plancarte, 2008,
convertido que se llamaba Juan Diego ... y oyó unas dulces
p. 22). Los franciscanos habían exaltado la pobreza como
y suaves músicas de sonoras aves, que reconoció no eran
condición del hombre humilde, sencillo e inocente. Auto-
de las ordinarias de la tierra, sino cosa del cielo. Paróse
ridades es bastante explícito con respecto a este vínculo:
admirado y detúvose suspenso» (p. 269).
«INOCENCIA. Se toma asimismo por sinceridad o simplici-
dad en las acciones o palabras. Esto es, sin artificio o ma- ***
licia en ellas, la que hay comúnmente en los niños o en
los demasiadamente sencillos». Los relatos aparicionistas 48 [Primera aparición]
destacan siempre la pobreza de Juan Diego. Para el curso a la vista de un flamante
prodigio dulcemente intempestivo:
***
cada lampo de luz era un diamante,
de asombros raros prodigio incentivo,
lustre, en fin, de una Reina, que en radiante
142 143
trono de resplandor nada ofensivo, 50
-cada voz de dulzuras Nilo inmenso- »Aquí la voz de afectüoso ruego
al indio dijo, que atendió suspenso: que a mi piedad virgínea sea votado:
verá mis luces el opaco ciego
Se detiene cuando ve un prodigio dulce y radiante que aparece
y obtendrá el pecho triste dulce agrado.
de repente: cada brillo de luz era un diamante, un prodigio que
Ve a la mitra que en plácido sosiego
excitaba al alma porque provocaba admiraciones desconocidas.
rige apacible su rebaño amado,
Era el esplendor, en fin, de la Virgen María, que en un trono
resplandeciente que no ofendía a la vista, le dijo al hombre que intímale mi imperio». Y una nube
atendió admirado (cada palabra de la Virgen era como un inmen- trono se finge en que al Olimpo sube.
so río de dulzuras).
«Soy María, la humilde Madre de Dios todopoderoso, la verda-
de asombros raros prodigio incentivo. «INCENTIVO.
En el senti- dera y única Virgen, la antorcha que nunca se apaga y cuya luz
do moral, significa cualquier cosa que sirve para incitar o guía y da esperanza a los hombres. México debe erigirme, donde
excitar los afectos del ánimo o de las pasiones» (Aut.). se encuentra la profana morada de Tonantzin, un altar fragante
cada voz de dulzuras Nilo inmenso. Es una cláusula absolu- dentro de un templo respetuoso. Tonantzin es una diosa falsa e
ta, frecuente en la poesía gongorina (remito a los distintos infernal a quien pisa mi planta mientras esparzo flores.
trabajos de D. Alonso sobre la lengua poética de Cóngora), »En ese templo, la voz que ruega afectuosa debe suplicarle a mi
Aquí más compleja porque suprime el gerundio: <cada voz piedad virgínea: las luces verá el ciego y el pecho triste recibirá
siendo un inmenso Nilo de dulzuras>. Nilo, a su vez, es si- dulce agrado. Ve hasta la casa del obispo, quien tranquilamente
nécdoque por río. rige a los fieles católicos, y dile que lleve a cabo mi voluntad».
Una vez que terminó de hablar, una nube tomó la forma de un
***
trono y la Virgen subió en él hasta el cielo.
144 145
mitra. El obispo de México, es decir, fray Juan de Zumá- vale atraer con eficacia, y como violentamente, el afecto o
ánimo. Dícese frecuentemente robar el corazón, el alma»
rraga.
(Aut.).
rebaño amado. Los fieles católicos.
sin darle al gusto breves digresiones. Sin que 10 detenga el
Mateo de la Cruz: «Prosiguió la señora diciendo: <Sabe, gusto de poder platicar mínimamente con la Virgen.
hijo, que yo soy María Virgen Madre de Dios verdadero.
Quiero que se me funde aquí una casa, ermita y templo en Mateo de la Cruz: «Juan, humilde y obediente, sin repli-
que mostrarme piadosa Madre contigo y con los tuyos, con car, fue luego a la ciudad y palacio obispal, donde vio al
mis devotos y con los que me buscaren para el remedio de ilustrísimo y reverendísimo señor don fray Juan de Zumá-
sus necesidades. Ve al palacio del obispo de México, y en rraga ... que atentamente 10 escuchó y que le respondió ti-
nombre mío dile que es mi voluntad que se me edifique un biamente ... » (p. 269).
templo en este sitio ... >.» (p. 269). ***
***
52 [Segunda aparición]
146 147
Como no le creyeron, Juan Diego camina triste hacia el estéril 54 [Tercera aparición]
monte. Mientras se aproxima, la Virgen que había venerado Menos confuso, al tímido paraje
alumbró nuevamente con su aparición el horizonte. Más lumino- vuela Juan espoleado del deseo;
so que el carro del sol era su trono, a cuyos pies postrado, teme- dice que su obediencia sin ultraje
roso, con voz sumisa y amorosamente, Juan Diego le comunicó de la incredulidad tuvo trofeo,
la respuesta de Zumárraga.
que le piden de aquel tosco boscaje,
La Virgen vuelve a decirle que hable con el obispo. Juan Diego para la ejecución de tanto empleo,
regresa y dice que la Virgen exige que se venere su persona en el señas de mano de tan gran Señora,
cerro del Tepeyac. El obispo y sus criados le dan a las palabras que las difiere a la siguiente aurora.
de Juan Diego el debido respeto y para certificarse de que es la
Virgen quien lo envía, le piden que traiga del Tepeyac señas in- Menos confundido, y animado por el deseo de cumplir su misión,
confundibles de la Virgen inmaculada. Juan Diego regresa rápidamente al Tepeyac. Cuando ve a la Vir-
gen, le dice que sus palabrasfueron bien recibidas y que lograron
eriazo. Tierra sin cultivar ni labrar.
vencer la incredulidad. También dice que le piden, para ejecutar
el carro de Faetonte. El carro del sol (sobre Faetón, véase la tan gran mandato, señas que sean de la Virgen y que provengan
respetiva nota en la octava 16). del cerro. La Virgen las posterga hasta el próximo día.
hacia los reinos de Calisto fría. Calisto fue convertida en la Mateo de la Cruz: «El mismo domingo en la tarde ... vol-
constelación de la Osa Mayor, aludida en las primeras par- vió Juan Diego al monte de Guadalupe, donde vio la ter-
tes del poema. Como señalara, se refiere al norte de la ciu- cera vez a la santísima Virgen ... y díjole: <Fui, señora, a
dad, donde se localiza geográficamente el Tepeyac. ver al obispo ... Entre dudoso y persuadido, se resolvió a
de la Virgen intacta, intactas señas. Señas que sean puras e que para creerme y saber que tú eras María Madre de Dios
inmaculadas como la misma Virgen. verdadero que me enviabas y pedías templo en este sitio,
Mateo de la Cruz: «El propio día volvió Juan con la res- te pidiese alguna señal que certificase tu voluntad y ase-
puesta al mismo sitio del monte, donde vio la segunda gurase mi embajada ... >. Entonces la Reina del cielo, con
vez a la Santísima Virgen, que lo esperaba ... [La Virgen le semblante agradable, le respondió: <HijoJuan, mañana me
verás y yo te daré la señal ... >.» (p. 270).
dijo] que el día siguiente volviese con el mismo cuidado al
obispo y de su parte otra vez le advirtiese su voluntad de
***
fabricar allí el templo que le pedía ... » (p. 269).
148 149
al término final de su desvelo, la Virgen cura milagrosamente al moribundo tío y le dice
plausible día al mexicano polo. que ella debe ser conocida como la Virgen de Guadalupe.
Sube al monte por montes mil de hielo,
***
ciego obediente de la gran María,
por varias flores que en el monte había.
56
Apenas la aurora anunció la salida del sol, Jua~ Diego ~e.~irig~ó «Éstas -le dice-, son éstas las claras,
al monte, al lugar donde terminaría de cumplir su ml~lOn; dia divinas señas de mi dulce imperio,
sin duda glorioso para el cielo mexicano. Obedecie~do sin d~dar por ellas se me erijan cultas aras
a la Virgen María, trepando por los miles de mo~tículos de hielo, en este vasto, rígido hemisferio.
sube hasta la cima del monte para recoger las dioersas flores que No hagas patente a las profanas caras
allí había. tan prodigioso, plácido misterio:
Apenas anunció del rubio Apoloj la esposa de Titón el pres~o sólo al sacro pastor, que ya te espera,
vuelo. El rubio Apolo obviamente es el sol, la esposa de Ti- muéstrale esa portátil primavera.»
tón es la Aurora. Sigüenza recurre a la típica perífrasis mi-
tológica del amanecer, tan frecuente en la tradición poética Le dice la Virgen: «Éstas son las claras y divinas señas de mi
española.
dulce imperio; por ellas se me deben erigir cultos altares en todo
este extenso y áspero hemisferio. Tan prodigioso misterio no se
plausible día al mexicano polo. Como señal~ Méndez, Pl~~
lo debes enseñar a cualquiera: sólo al obispo, que ya te espera,
carte, aquí polo significa cielo. Es un cultismo seman~co.
muéstrale esa portátil primavera».
palabras que adquieren el sigrrificado que tenían en latín y
no en la lengua corriente. portátil primavera. Las flores y la imagen guadalupanas. Si
bien el adjetivo <portátil> aparece con relativa frecuencia en
Mateo de la Cruz: «El día siguiente, que fue martes doce
los textos áureos, me parece que Sigüenza tiene en mente,
de diciembre, salió de su pueblo muy de mañana La
sobre todo, la <portátil Europa> de Baltasar Gracián (El cri-
santísima Virgen le salió al encuentro en su camino ! le
ticón, I, 1). De esta manera, así como la cultura europea y
respondió que subiese al cerro ... y que cortase y recogiese
las cosas de Europa van de un lado al otro del Atlántico,
todas las rosas y flores que allí hallase y se las trajese. Juan,
ahora será la milagrosa imagen de la americana Guadalu-
sin replicar que era invierno ... , subió al puesto señalado,
. pe la que recorra el mundo.
donde descubrió diversas flores producidas por rru·1agr o»
(pp. 271-272). Mateo de la Cruz: «[luan Diego] bajó a la presencia de la
Virgen. .. [y ella le dijo] que aquellas rosas y flores eran la
Como señalara en la introducción, Sigüenza omite una
señal que había de llevar al obispo, a quien de su parte di-
parte sustancial del relato: la aparición de la Virgen a Juan
jera todo lo que había sucedido, para que por aquella señal
Bernardino, el tío de Juan Diego. Durante ese encuentro,
pusiese en ejecución la fábrica del templo que se le pedía.
150 151
esas del prado estrellas los colores,
y le advirtió que solamente en la presencia del obispo ha-
bía de soltar la manta y descubrir lo que llevaba» (p. 272). que a influjos de la aurora recibieron:
la púrpura el clavel, y los candores
***
la azucena y jazmín no retrujeron,
lo azul el lirio, y para más decoro
57 [Aparición de la imagen] desprendió Clicie sus madejas de oro.
Hácelo así, y al descoger la manta, La Virgen María quedó estampada en el manto como una Pan-
fragante lluvia de pintadas rosas dora soberana. Lasflores le obsequiaron los colores que recibieron
el suelo inunda, y lo que más espanta de la aurora: el clavel obsequió el color púrpura, la azucena y el
(¡oh maravillas del amor gloriosas!) jazmín no guardaron sus colores blancos; el lirio obsequió el azul,
es ver lucida entre floresta tanta, y para más decoro el heliotropo desprendió sus hilos amarillos.
a expensas de unas líneas prodigiosas,
Soberana Pandora de lasflores/ quedó María. «Pandora: la Eva
una copia, una imagen, un traslado de la mitología griega, que al dejar volar todos los males,
de la Reina del cielo más volado. de su caja de sorpresas, retuvo en su fondo la Esperanza ;
Juan Diego hace lo que le ordena la Virgen y cuando despliega y aquí, da nueva Eva>, y la que tiene <todos los dones> »
la manta una lluvia de rosas coloridas cae al suelo, Inundando (Méndez P1ancarte, 2008, p. 23).
el lugar con su perfume. Pero lo que m~s .admira es ver, entre Clicie. El heliotropo (véase la respectiva nota en la octava
tantas flores y gracias a unas líneas prodlgwsas, un r~trato de.la 6).
Virgen María en el manto de Juan Diego. ¡Oh maraoillas glono-
***
sas del amor!
Mateo de la Cruz: «Entró Juan Diego con las flores en el
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palacio del señor obispo ... Descubrió la .manta ~ara pre-
sentar al venturoso obispo el regalo del CIelo, y VlO en ella Ese aborto de Clórida fragante,
un vergel abreviado de flores, que cayéndose todas ,d~ la el matiz que se viste más lucido,
manta, dejaron pintada en ella la imagen de la santísima el aroma que exhala más volante,
Virgen María Madre de Dios ... » (p. 272). a tanta Reina 10 ofreció rendido;
*** de la humilde violeta a la triunfante
reina del prado, feudo fue al vestido,
que a la luna, que al sol, que a las estrellas
58 a paz indujo en conveniencias bellas.
Soberana Pandora de las flores
quedó María, a cuyo obsequio dieron
153
152
Esas flores, que parió intempestiva y milagrosamente la diosa El cielo flamante y estrellado está suspenso en el manto azul,
Cloris, rendidas le ofrecieron el color más vistoso y el aroma más donde las remontadas estrellas semejan los bellos ardores que en-
puro a semejante Reina. Desde la humilde violeta hasta la rosa cierra el Olimpo.
triunfante le entregaron sus colores al vestido, donde pacífica y Mateo de la Cruz: «La túnica, que le viste desde el cuello
armoniosamente conviven la luna, el sol y las estrellas. a los pies, es de rosado muy claro y las sombras de car-
Ese aborto de Clórida fragante. Perífrasis para referirse a las mín oscuro, y está labrada de labores vistosas de oro ... El
flores, nacidas fuera de tiempo y de manera inaudita. So- manto es de color azul celeste ... ; está sembrado todo con
bre <abortar>, véase la respectiva nota en la octava 15. So- proporción de cuarenta y seis estrellas de oro ... » (p. 274).
bre -Clórida-, véase la respectiva nota en la octava 27. Para comprender la cuarteta que describe la túnica, convie-
de la humilde violeta a la triunfante/ reina del prado, feudo fue ne señalar que sus partes claras y oscuras se corresponden
al vestido. El poema emplea la construcción gongorina ser con las respectivas partes extendidas y plegadas. En este
+ a, la cual equivale a <servir de>. Literalmente: <sirvió de orden, las «líneas relevadas» se refieren al vistoso labrado
tributo (feudo) al vestido desde la humilde violeta hasta la que da relieve a la túnica «el rojo campo». Ese labrado es
rosa triunfante>. Es decir, las flores tributan o entregan sus de oro y resplandece tanto en la parte clara y extendida
colores para formar el vestido de la Virgen. Dicho de otro (<<cuando más se extiende»), corno en la parte plegada y
modo, las flores son corno unas vasallas que sirven a su oscura (<<enlas sombras fallece retiradas»).
Reina y le dan 10 que le corresponde.
***
***
61
60
Todo el sol, rayo a rayo le circunda
En púrpura la túnica se enciende, la planta airosa y el semblante honesto,
rojo campo a las líneas relevadas, ya en ropaje, ya en cídari, jocunda
que el oro finge cuando más se extiende su luz discurre en movimiento presto.
o en las sombras fallece retiradas. De la émula del sol la luz segunda
Del manto azul el estrellado pende la planta elije -inmejorable puesto-,
flamante cielo, cuyas remontadas, y un serafín, con ademán galante,
lucientes llamas fingen en la tierra es de este empíreo matizado Atlante.
ardores bellos que el Olimpo encierra.
El sol, con sus rayos, rodea a la imagen desde la planta airo-
La túnica que viste la Virgen es de color púrpura. Las líneas que sa hasta el rostro honesto. Su alegre luz recorre liberalmente el
dan relieve a ese campo rojo resplandecen como oro en las partes ropaje y la corona real. La luna elije la planta y un ángel, con
claras y extendidas tanto como en las partes oscuras y plegadas.
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galante movimiento y como si fuera un Atlas, carga sobre sus 62
hombros la imagen celestial de Guadalupe. ¿Pero qué conveniencia soberana,
Todo el sol, rayo a rayo, le circunda/ la planta airosa y el sem- con matices efímeros, la idea
blante honesto. Los rayos del sol cercan o rodean toda la del desvelo de Dios tiene, que ufana
imagen. la pregona a los vientos Amaltea,
cídari. Especie de tiara, mitra o diadema que usaban los prestándole el albor de la mañana
reyes orientales. Se refiere al stellarium o corona real de sucinto rosicler, roja montea,
doce rayos que la imagen tenía sobre su cabeza. El término que avarienta mendiga, de las flores
aparece en la Vulgata: «Cidari quoque texit caput et super del jardín culto, breves esplendores?
eam ...» (Leviticus 8: 9); «haec dicit Dominus Deus: aufera-
tur cidaris, tollatur corona ... » (Ezechielis 21: 31). No parece ¿ Pero qué semejanza extraordinaria la idea del desvelo de Dios
haber sido frecuente en castellano.
tiene con los matices efímeros, semejanza que mendiga codiciosa
los breves esplendores de las flores del cultivado jardín del Te-
de la émula del sol la luz segunda. La luna.
peyac y que la pregona a los vientos como una nueva y alegre
es de este empíreo matizado Atlante. Luego de ser derrotado Amaltea; semejanza a quien el albor de la mañana le presta el
por los dioses olímpicos, el titán Atlas o Atlante fue conde- sucinto rosicler y el rojo diseño?
nado a cargar el cielo sobre sus hombros. De forma análo-
ga, el serafín soporta sobre sus hombros el cielo guadalu- Es una octava sumamente confusa. Agradezco las distintas
observaciones y objeciones de Antonio Carreira luego de
pana, es decir, la imagen de Guadalupe.
mi primera lectura. Sin tácticamente, ordeno así: <Pero qué
Mateo de la Cruz: «[la Virgen] tiene la cabeza devotamen- conveniencia soberana la idea del desvelo de Dios tiene
te inclinada a la mano derecha con una corona real, que con matices efímeros, [conveniencia] que la pregona a los
asienta sobre el manto con puntas de oro ... A los pies, tiene vientos ufana Amaltea, [conveniencia a quien] le presta el
una media luna con las puntas hacia lo alto y en su medio albor de la mañana sucinto rosicler, roja montea, [conve-
recibe el cuerpo de la imagen, que está toda como en nicho niencia] que avarienta mendiga breves esplendores de las
en medio de un sol, que forma por lo lejos resplandores flores del culto jardín>.
de color amarillo y naranjado, y por lo cerca como que na-
cen de las espaldas de la imagen muchos rayos de oro ... Según mi interpretación, los <matices efímeros> se refieren
Toda esta pintura está fundada sobre un ángel, que sirve a la pintura, en la medida que una pintura está sujeta a
de planta a fábrica tan divina ... » (p. 274). desaparecer con el paso del tiempo. Si bien la pintura Gua-
dalupana perdura porque es milagrosa, ella fue hecha con
*** colores que, en teoría, son terrenos y efímeros. A lo largo
del poema, el «íevelo de Dios> es la Virgen María (recuér-
dese la octava 42). De acuerdo con la filosofía platónica
trasmitida por san Agustín, Dios creó el mundo a partir de
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formas ejemplares, inmutables y eternas que existen ence- 63
rradas en el entendimiento divino (E. Panofsky, pp. 33-39). Para tan generoso ministerio
Por su parte, santo Tomás observa: « ... como el mundo no porción no diera el trépido lucero
existepor casualidad, sino que ha sido hecho por Dios por de ese pendiente, turquesado imperio,
conocimiento ... es necesario que en la mente divina esté la lucido nuncio del horror severo;
forma a cuya semejanza se hizo el mundo. Y en esto consis-
previniera este plácido misterio,
te la idea» (1, a. 1, q. 15, respuesta, cursivas mías). En este
pues con plumas de luz vuela ligero,
orden, los tres primeros versos de la octava dirían que la
dando nuevas a aquel y este horizonte,
pintura de Guadalupe es idéntica a la <idea del desvelo de
que el mundo vive, pues vivió Faetonte.
Dios>,es decir, a la idea que tuvo Dios en su mente antes
de crear a la Virgen María. En principio, esta identidad, Para tan excelente pintura, la estrella Venus, que brilla en el
esta conveniencia, pregona a los vientos que la Virgen es firmamento nocturno y es una mensajera de la noche, no diera ni
una nueva y alegre Amaltea. En segundo lugar, el albor de un pedazo de su luz; antes, en todo caso, anunciara este plácido
la mañana le presta a esa conveniencia, a ese parecido, su misterio, pues con plumas de luz vuela rápidamente, avisándole
color rosa claro y le ofrece un modelo o un diseño (montea: a los horizontes que el mundo vive porque ha empezado a salir
«Sellama también la descripción o planta de alguna obra, el sol.
dibujado el cuerpo de la fábrica con sus alturas», Aut.). Por
último, la conveniencia mendiga codiciosa (avarienta) sus el trépido lucero/ de ese pendiente turquesado imperui/ lucido
esplendores a las flores que brotaron en el cultivado jardín nuncio del horror severo. El lucero es la estrella Venus. En
del Tepeyac. tanto lucero vespertino, brilla (trepida, tiembla) en el cielo
nocturno (<<pendiente, turquesa do imperio»). Además, es
La correspondencia entre Amaltea y la Virgen la sugiere
como un mensajero (nuncio) que anuncia la llegada de la
el poema en la octava 5. Aquí da un paso más: así como
noche «<horror severo») porque sale antes de que oscurez-
Amaltea alimentó al gran padre Júpiter (Zeus), la Virgen
ca.
alimentó a Jesucristo, el hijo de Dios y redentor del mun-
do. En suma, la conveniencia pregona a los vientos que la pues con plumas de luz vuela ligero'; dando nuevas a aquel y
pintura Guadalupana es la auténtica y verdadera Madre este horizonte/ que el mundo vive, pues vivió Faetonte. En tan-
de Dios, copiada directamente de la mente divina (y no un to estrella de la mañana o lucero del alba, Venus precede a
retrato cualquiera). Sigüenza sin duda conocía el sermón la salida del sol (Faetonte) que vivifica al mundo. Es decir,
que Joseph Vidal de Figueroa predicó el 12 de diciem~re anuncia a los horizontes el retorno del sol. Las plumas de
de 1660 en la ermita del Tepeyac. Allí, Vidal afirma: «DlOS, luz, además de cifrar la velocidad del astro en su carrera,
artífice racional y milagroso de María, la pintó en su ent~n- acaso también aludan a las plumas del cisne, el ave consa-
dimiento primero que la criase, y aquella imagen apareCIda grada a Venus.
es copia de la que penso/ Dios cuando 1a e1" /
IglOpara sU Madre»
***
(1661: 3r, cursivas originales).
***
158 159
64 ción). «COTURNO. Especie de calzado a manera de borceguí,
Ese móvil espejo variable. muy alto de suela, para hacer levantar del suelo la persona
errante dueño de la sombra fría, y que parezca más alta y prócera» (Aut.).
su esplendor corvo mantuviera estable hoy con tropas de luces dirigiera/ nocturnos rayos que del sol
a expensas nobles del autor del día. bebiera. En este día, el día en que apareció la imagen (hoy),
Si tributo fue un tiempo deleitable la luna tendría dominio sobre los rayos que le presta el
del augusto coturno de María, sol, los podría administrar (dirigir) a su antojo para así no
cambiar de forma y mantenerse estable.
hoy con tropas de luces dirigiera
nocturnos rayos que del sol bebiera. ***
160
161
mino astronómico del sistema geocéntrico y se refiere al Cese el tributo, ¿para qué eslabonas tanto turquí luminoso a la
movimiento circular que describen los planetas en torno a intacta Reina que canto, pues ella viste flores que son estrellas y
un centro que se mueve a su vez en torno a la tierra. Ignoro rinde tanto matices como centellas?
a qué planeta alude con topacio, si es que alud~ a alguno. y tú, que con carbunclos te blasonas/ pavón nocturno, si al ce-
Otra posibilidad sería entender que <de topacio. es .com- leste manto/ con desiguales luces le coronas. Cuando está es-
plemento de la eclíptica del verso primero: <la lumrnosa trellado o lleno de carbunclos, el cielo parece un pavo real
eclíptica de topacio>. Pero ello tampoco aclara mucho al (pavón). Sigüenza tiene presente la octava 46 del Polifemo,
epiciclo de quién se refiere el segundo verso '.Forzan~o l.a donde Galatea es «igual en pompa al pájaro que, grave,/
sintaxis, también podría entenderse: <Lalummosa echp~- su manto azul de tantos ojos dora/ cuantas el celestial za-
ea olvidara al torneado epiciclo de topacio, ni leve con~I- firo estrellas». El carbunclo es una «piedra preciosa muy
bución diera fogosa la crespa antorcha del azul palacio-. parecida al rubí, que según algunos creen, aunque sea en
Algo así como: la eclíptica olvidara al epiciclo del sol y el las tinieblas, luce como carbón hecho brasa» (Aut.).
sol no contribuiría con su luz.
brillante asombro del sombrío espanto. El pavón es la admira-
la vistosa,! rizada llama, que alentó el espacio/ de los ejes. El sol ción del cielo nocturno porque brilla, como el carbunclo,
alumbrando el mundo. Recuérdese que las esferas terres- entre tinieblas.
tre y celeste giran sobre un eje inmóvil que tiene sus extre-
para qué eslabonas/ tanto turquí de luz. El poema imagina que
mos en cada uno de los polos.
el firmamento junta sus estrellas turquíes (azules oscuras)
*** y luminosas para adornar a la Virgen.
***
66
Y tú, que con carbunclos te blasonas 67
pavón nocturno, si al celeste manto
No, no pinten la imagen resplandores
con desiguales luces le coronas,
que jactan por origen el luciente,
brillante asombro del sombrío espanto ...
de los bronces torneados entre albores,
Cese el tributo, ¿para qué eslabonas
alcázar patrio de la luz naciente.
tanto turquí de luz a la que canto
Yafogosos cedieron sus ardores,
intacta Reina, pues se viste estrellas,
con pecho airoso, en culto indeficiente,
matices rinde, cuando no centellas?
Cuando a vista de un águila, María
. d er un pavo
y tú cielo estrellado de la noche, que te precias e s ue púrpura al viento, emulación dio al día.
' . 1
real cuando coronas el firmamento con uces e d siguales Y q
mo .. '
eres la brillante admiración del sombrío espanto nociu No pinten a la Guadalupana los resplandores que tienen su ori-
162 163
Por su parte, el sustantivo emulación tiene el sentido de
gen en el palacio donde vive el sol, entre los albores de los bron-
env~d~a: el res?landor de la Virgen es tanto, que sucinta la
ces pulidos y torneados. Ya entregaron sus fogosos ardores, con
envidia del mismo día. «EMULACIÓN. En los que obran bien
mucho brío y a manera de adoración, cuando en la isla de Patmos
imitando la virtud y hechos heroicos de otros, es una imi-
san Juan vio a la Virgen María, quien dio toda su dignidad al
tación de la virtud; en los que obran envidiosos y todo lo
viento, provocando envidia al día. murmuran y echan a mala parte, es en rigor una maligna
No, no pinten la imagen resplandores/ que jactan por origen el envidia» (Aut.).
luciente,! de los bronces torneados entre albores,! alcázar patrio
de la luz naciente. La luna y las estrellas, mencionadas en ***
las octavas anteriores (63, 64, 66), brillan en el firmamento
gracias a la luz que les presta el sol. Como dice la cuarteta, 68
el origen de sus resplandores es el «alcázar patrio de la luz Si entre breñas la patria fue sagrada
naciente». Este alcázar, que pertenece al padre de la luz de este portento de uno y otro mundo,
(patrio), debe ser, por tanto, el palacio donde vive Apo-
¿qué mucho es Flora, la aura sosegada,
lo-Dios. Según la famosa e imitada descripción de Ovidio,
al monte impela que previó infecundo?
el palacio de Apelo está labrado con bronce y marfil y en
De aromáticas flores matizada
sus paredes están cincelados la tierra y el cielo (Met. II, 1
triunfó María, y con placer jocundo
ss.). El verso <de los bronces torneados entre albores> es
bastante equívoco. Según mi lectura, los resplandores se cada flor que le sirve de divisa
originan en el palacio y entre los luminosos bronces que de abril es pompa, si del mayo risa.
10 decoran «entre los albores de los bronces torneados».
Si entre malezas la patria fue consagrada por este portento de
Debido a su aspereza, el bronce debe pulirse y labrarse
los = mundos, ¿por qué asombra que Flora, el aura sosegada,
(tornearse) . estimule y vivifique con sus flores el monte que dispuso infecun-
cuando a vista de un águila, María/ púrpura al viento, emU- do?. M..ana
' tri
nunJo,
,f/ matizada
. con flores aromáticas, y con alegre
lación dio al día. Literalmente, cuando en presencia de un rego~IJo,cada flor que la distingue y señala es pompa y risa de
águila, María ... El águila es el evangelista san Juan, q~ien, la prtmaoera.
como ya mencionara, vio a una Mujer (María) en el CIelo,
adornada con los resplandores de la luna, el sol y las es- Si entre breñas la patria fue sagrada. Entiendo que sagrada es
el par tici . d e sagrar, «10 mismo que consagrar» (Aut.)
CIplO
trellas. El último endecasílabo de la octava recurre a una
. d mplemen- est o es, «hacer sagrada alguna persona o otra cosa» (Aut.). '
estructura latina, donde el verbo dar nge os co 1
. . laci , 1 dí a Aquí e al monte impela que previó infecundo. «IMPELER.
Analógica-
tos: dio púrpura al VIento, dIO emu ación al. la
color púrpura alude a la dignidad real, a la majestad de lhente significa dar impulso para los movimientos del áni-
. . rque duran-
Virgen. Ella le entrega su majestad al vIento po -~- rno, y vale incitar o estimular» (Aut.).
. . ' dida en el ClP-"
te la VISIón de san Juan esta como suspen
***
165
164
69 astros (luna, estrellas y sol). Debido al trastorno que ello
Cese, pues, la atención que pensativa hubiera sigrrificado para el universo (luna fija, sol fuera
de su órbita, cielo siempre estrellado), la octava 67 descar-
examina el efecto prodigioso
ta esa posibilidad: si ella nació entre las flores, ¿por qué
o el sagrado dictamen que motiva
otorgarle la preeminencia a los astros? Sigüenza opone así
a tanto extremo el brazo poderoso.
la mujer astral que vio san Juan en el Apocalipsis 12 a la
Toda una primavera fue expresiva
mujer florida e inmaculada que vio Juan Diego en el Tepe-
en tosca tilma del trasunto hermoso,
yac y que luego las flores trasladaron a su ayate. Observa
que a despecho del rígido diciembre Méndez Plancarte: «Bueno el Señor de las flores y de las es-
influye mayos a la inculta urdiembre. trellas, concedió esta vez su predilección a las flores, como
la dio a los astros en la visión del otro Juan, del Águila del
Cese la atención que pensativa examina el milagro o los motivos
Apocalipsis» (1934, p. 8).
inescrutables que tuvo Dios para hacerla. Por demás expresiva
fue la primavera que pintó el hermoso retrato en la áspera manta, ***
pues a pesar del rígido invierno la llena deflores.
o el sagrado dictamen que motiva/ a tanto extremo el brazo pode- 70
roso. Los inescrutables designios que tuvo Dios para llevar Más que prodigio, cuidadoso esmero
a cabo el milagro.
fue de la omnipotencia, que la copia
influye mayos a la inculta urdiembre. La <inculta urdiembre- de tanto original, del placentero
es la manta de Juan Diego, a la cual llena de flores (mayos) abril vistiese la grandeza propia.
la primavera.
jOh bello asunto a quien en más venero
Entre las octavas 61-69, el poema elabora en clave guada- por quedarte con gracia nada impropia,
lupana un motivo frecuente de la poesía mariana: la ima- entre fragosas de peñascos calles,
ginaria disputa que mantienen el cielo y la tierra en torno a del campo flor y lilio de los valles!
la Virgen. El esquema es bastante elemental: la tierra alega
que la Virgen le pertenece porque es la flor bella y pura Sumo prodigio, cuidadosa atención de Dios fue que el retrato
que supera en claridad a los astros; el cielo alega que la de la Virgen vistiese la grandeza propia que tiene la primavera.
Virgen es suya porque su cuerpo se adorna con el brillo ¡Oh bella Virgen a quien venero muchísimo, porque con gracia
Y esplendor de las estrellas. En la octava 62, el poema se conveniente fuiste laflor del campo y el lirio de los valles entre
pregunta a qué se debe la correspondencia . entre Iaa oi
pm rura
/ las malezas de un cerro inculto!
de Guadalupe y la idea que tuvo Dios de la Virgen María que la copia/ de tanto original. La copia es la imagen guada-
antes de crearla. Para responder, las octavas 63, 64, 65 Y66 lupana; el original, la Virgen María.
imaginan qué hubiera sucedido si la hubieran pintado los
por quedarte con gracia nada impropia,! entre fragosas de peñas-
166 167
cos calles, / flor del campo y lirio de los valles. Sigüenza elabora 72
el conocido pasaje del Cantar de cantares (2:1-2) donde el Purpúreo aborto de la blanca aurora,
lirio nacido entre las espinas cifra la pureza de la amiga del
matutino esplendor del áureo día,
enamorado. Aquí, la Virgen María es la flor inrnaculada que
enrojeciendo campos que el sol dora,
nace entre las espinas del Tepeyac. Las <calles peñascosas>
visten las flores crespa argentería;
pueden referirse tanto al cerro como a la ciudad de México
aun no el vario horizonte se colora
o a la tilma de Juan Diego.
con la luz que de oriente el sol envía,
*** y son, a expensas de su lucimiento,
pensil de olores que sacude el viento.
71
Parto intempestivo y púrpura de la blanca aurora, esplendor ma-
Prodigios grandes en pequeña esfera, tutino del áureo día, las flores lucen su elegante color plateado
bien que esfera de glorias soberanas, mientras enrojecen los campos que dora el sol. El horizonte aún no
la admiración extática venera, se ilumina con la luz que el sol envía de oriente y estas flores son,
suspendiéndole el ser luces ufanas. gracias a la luz divina, un oloroso y delicioso jardín que sacude el
Si el embrión de esta luz fue primavera, viento.
sirvan voces floridas, más que humanas,
de aquesta gloria a una pequeña suma, ***
que dicta el alma y trasladó la pluma.
73
Arrebatándole el ser las hermosas luces que allí resplandecen, la
Aquesa, pues, república olorosa,
admiración venera en éxtasis los grandes prodigios que encierra la
pequeña imagen de glorias soberanas. Si la primavera fue el em- bella a la vista y al olfato bella,
brión que produjo esta luz, sería mejor quefloridas voces hagan un anima en cada flor una vistosa,
compendio de su grandeza y no que lo hagan las voces humanas con rayos de ámbar, rozagante estrella.
que me dicta el alma y trasladó la pluma. No ultraja su grandeza la enconos a,
villana espina, pues que exenta de ella,
Prodigios grandes en pequeña esfera,/bien que esfera de glorias so-
aunque a los troncos su esquivez maltrata,
beranas,/ la admiración extática venera,/ suspendiéndole el ser lu-
ces ufanas. La pequeña esfera es la tilma de Juan Diego, don- libre la flor su púrpura dilata.
de resplandece y habita la Virgen. Es una esfera de <glorias Bella al olfato y a la vista, esta república olorosa da vida en cada
soberanas>, porque su luz enceguece y arrebata (suspende) flor a una estrella rozagante con rayos de ámbar. Las espinas que
a quien la contempla. maltratan a los troncos no mancillan la grandeza de esta flor, que
*** libre del pecado original expande su dignidad y su color purpúreo.
168 169
república olorosa. La imagen de Guadalupe. ma en una especie de paraíso terrenal, de huerto sellado
No ultraja su grandeza la enconosa,! villana espina, pues que que reguarda la Guadalupana.
exenta de ella,! aunque a los troncos su esquivez maltrata,! el topacio encendido que los cielos/ a tumbos mide en repetidos
libre la flor su púrpura dilata. La villana espina alude al vuelos. El sol.
pecado original. El poema repite la imagen de la octava
70: esta flor nacida entre espinas está libre del pecado
***
original porque es la Virgen Inmaculada.
75
***
Luz primiceria del sagrado oriente,
soberano candor de la mañana,
74 fue la Reina, que en solio refulgente
De ámbar se viste el oloroso prado del desvelo de Dios fue pompa ufana.
que en pintadas bujetas atesora, En divinas fragancias cultamente
quedando con fragancias perfumado a la esfera se exhala soberana,
el bello alcázar que fomenta Flora. si flor se finge en competencia al mayo,
A instancias de sí mismo, liquidado del sol empíreo se desprende rayo.
su aroma se difunde a cuanto dora
el topacio encendido que los cielos La Reina, la Virgen María de Guadalupe, fue la luz primera y
superior del sagrado oriente, fue el insuperable candor de la ma-
a tumbos mide en repetidos vuelos.
ñana. Sus celestialesfragancias se evaporan cultamente y llegan
El prado se engalana con el ámbar que atesora en cada una de hasta el empíreo: si parece una flor que compite con la primavera,
esas labradas bujetas que son las flores, quedando así perfu- también es un rayo que se desprende del sol divino.
mado el bello palacio que fomenta Flora. Este delicioso aroma
Luz primiceria del sagrado oriente .. ./ fue la Reina, que en solio
que se desprende de las flores se difunde por todo el orbe.
refulgente/ del desvelo de Dios fue pompa ufana. El <solio re-
De ámbar se viste el oloroso prado/ que en pintadas bujetas fulgente> parece referirse a la Guadalupana; el <desvelo de
atesora. Las flores son como pequeños vasos adornados Dios>, a 10 largo del poema, es la Virgen María. Deshechas
«pintadas bujetas» donde se guardan o atesoran los las sustituciones, entiendo: <luz primera de la mañana ...
perfumes (ámbar) que exhala o liquida el prado. «BUJE- fue la Reina, que en la imagen de Guadalupe fue pompa
TA. Vaso o pomo pequeño, pulidamente labrado, en que ufana de la Virgen María>.
se suelen poner algunos licores o cosas aromaáti ea s ... » En divinas fragancias cultamente/ a la esfera se exhala soberana.
(Aut.). Versos ambiguos. Por lo pronto, considero que <la esfera
el bello alcázar que fomenta Flora. Aquí Flora se identifica soberana> se refiere al empíreo y que el verbo <exhalarse>
plenamente con la Virgen María. El Tepeyac se transfor- significa consumirse, evaporarse. Literalmente: <LaReina
170 171
se evapora cultamente al empíreo en dulces fragancias>. no afectan a la flor porque la flor es un diamante incorrup-
Otra opción sería interpretar <esfera soberana> como me- tible. Dicho de otro modo, las púas no pueden cortar al
táfora de la Guadalupana y <exhalarse> como sinónimo de diamante (recuérdese que el diamante sólo puede ser cor-
desear, apetecer. Literalmente: <La Reina de los cielos, la tado por otro diamante). La octava alude nuevamente a la
Virgen María, desea estar cultamente en la imagen Guada- Inmaculada Concepción.
lupana con sus dulces fragancias>. ***
***
77
172 173
aromática goma o resina que sudan sus árboles. 79
si porque empíreo resplandor lo ocupe. Entiendo que <porque> Tenue la voz, pequeña la armonía,
tiene aquí el sentido de <para que>. al son cantaba de zampoña ruda,
al tiempo que el autor vago del día
***
por el áureo vellón el signo muda.
Gane por tierra, si perdió por mía,
78 la voz que afecta, contra la sañuda
Basta pluma, reprime el afectuoso voracidad del tiempo, duraciones,
conato heroico de tu vuelo ardiente, siendo atractivo a heroicas suspensiones.
rémora sea al curso presuroso
Cuando empezaba la primavera, cantaba, al son de mi ruda flau-
de tanta Reina el resplandor fulgente,
ta, una pequeña armonía con tenue voz. Si el canto, que pretende
pues será, si pretendes este hermoso
perdurar contra la sañuda voracidad del tiempo, perdió en ca-
prodigio investigar irreverente,
lidad y altura por ser mío, espero que por lo menos logre el fin
querer escudriñarle al oro venas, propuesto, atrayendo la voluntad de las personas a las gloriosas
al cielo rayos o a la mar arenas. admiraciones que despierta la Virgen de Guadalupe.
Basta pluma, no cantes más, reprime el empeño heroico que zampoña. «Instrumento rústico pastoril a modo de flauta, o
impulsa tu vuelo ardiente; el brillante resplandor de la imagen compuesto de muchas flautas» (Aut.).
Guadalupana detenga y suspenda tu curso presuroso, pues se- al tiempo que el autor vago del día/ por el áureo vellón el signo
guir investigando este maravilloso prodigio, además de ser irre- muda. Perífrasis para referirse a la llegada de la primavera:
verente, será como pretender averiguar las venas que tiene el oro, el sol «el autor vago del día» entra en la constelación «sig-
los rayos que tiene el cielo o las arenas que esconde el mar. no» de Aries, el camero «el áureo vellón».
Basta pluma, reprime el afectuoso/ conato heroico de tu vue- Gane por tierra. Variación de la frase <ganar el terreno> (<<irse
lo ardiente/ rémora sea al curso presuroso/ de tanta Reina el introduciendo con habilidad para lograr algún fin», Aut.)
resplandor fulgente. Es mejor contemplar la imagen y que- o <ganar tierra> (<<tenerefecto las negociaciones y medios
darse suspenso frente a su luz que continuar averiguando que se ponen para lograr alguna cosa, acercándose al fin»,
las causas del misterio. «CONATO. Esfuerzo, empeño, apli- Aut.).
cación y cuidado grande en la ejecución de alguna cosa» siendo atractivo a heroicas suspensiones. Verso ambiguo. A
(Aut.). «RÉMORA. Pez pequeño, cubierto de espinas y con- reserva de una mejor lectura, entiendo que la voz, lo que
chas, de quien se dice tener tanta fuerza, que detiene el ya se ha cantado, espera atraer la voluntad de las perso-
curso de un navío en el mar ... Por semejanza se toma por nas (ser atractivo) hacia la Virgen de Guadalupe, quienes
cualquiera cosa que detiene, embarga o suspende» (Aut.). experimentarán así gloriosas admiraciones «heroicas sus-
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Obras citadas en las Notas
pensiones». También podría entenderse que Sigüenz~ pre-
tende, con muy poca modestia, que su poema atraiga la
admiración de los lectores. «ATRACTIVO. Se dice también de Diccionario de Autoridades. 1726-1739 (Aut.). Recurso en lí-
todo lo que aficiona y atrae la voluntad: como lo agraciado nea: http:j jweb.frl.esjDA.html
y hermoso de un semblante, lo afable y benigno del trato» Diccionario de la Real Academia Española (RAE). Recurso en
(Aut.). línea: http:j jlema.rae.esj draej
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