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Teorías de La Criminalidad

1) El documento describe las principales teorías criminológicas que intentan explicar la criminalidad, incluyendo teorías biológicas, sociológicas y psicológicas. 2) También discute el enfoque de la nueva criminología, la cual evalúa la delincuencia como un fenómeno social e histórico en lugar de centrarse solo en factores individuales. 3) La nueva criminología propone analizar la sociedad en su conjunto y las desigualdades de poder que influyen en la creación y aplicación de las le
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Teorías de La Criminalidad

1) El documento describe las principales teorías criminológicas que intentan explicar la criminalidad, incluyendo teorías biológicas, sociológicas y psicológicas. 2) También discute el enfoque de la nueva criminología, la cual evalúa la delincuencia como un fenómeno social e histórico en lugar de centrarse solo en factores individuales. 3) La nueva criminología propone analizar la sociedad en su conjunto y las desigualdades de poder que influyen en la creación y aplicación de las le
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TEORÍAS QUE HAN INTENTADO EXPLICAR LA CRIMINALIDAD.

La criminología, como ciencia pluridisciplinaria, ha ido progresando de la mano de


los avances del pensamiento sociológico, psicológico y médico a lo largo de los
siglos XX y XXI. Se han perfeccionado las diferentes teorías criminológicas:
diferentes arquetipos que delimitan los expertos criminólogos para exponer el
porqué de la delincuencia.

Dividiendo de un conjunto de exaltaciones previas o dogmas sobre cómo se


estructura la sociedad en general, y cómo son las actuaciones del ciudadano y la
delincuencia en específico, los criminólogos van desarrollado una serie de teorías
apuntalados en métodos teóricos para lograr unas respuesta a cuestiones como la
iniciación de una conducta delictiva, por qué se mantienen en el tiempo y por qué
cesan, todo ello en el contexto social que concierne.

Las teorías criminológicas sirven de asiento para desplegar una investigación


sobre casos concretos y, a través de su contrastación empírica, el criminólogo
logra plantear las necesidades de aprensión o intervención a distintos niveles.

¿Cuáles son las principales teorías criminológicas?

Los discernimientos y elementos en que se apoyan los expertos a la hora de


construir una teoría criminológica tienen un enfoque desde factores ambientales y
biológicos hasta factores psicológicos, como la inclinación natural a delinquir de
una persona.

La ruta de la criminología la han definido los planteamientos y análisis realizados


desde la escuela clásica, y desde la escuela positiva. El debate surgido en torno a
las teorías de una y otra escuela hizo evolucionar la ciencia criminológica hacia
tres orientaciones claras a la hora de enmarcar los hechos criminales que, de
forma sencilla, consistirán en:

La biológica: estudia si alguna parte del cuerpo del criminal que funcione de
manera incorrecta explica su conducta. Con el estudio de estas teorías se intenta
explicar la conducta o la razón delictiva como resultado de una alteración orgánica
o patológica.

Estos modelos biológicos parten de postulados reciamente influenciados con el


positivismo ya que asocian la conducta delictiva con estigmas biológicos. Entre las
principales aportaciones se encuentran los estudios de antropología criminal de
Cesar Lombroso, siendo en 1876 fecha en la cual nace la nueva criminología tras
la publicación del “Tratado Antropológico Experimental del Hombre Delincuente”
mediante el cual expone sus teorías. Según este autor, las tipologías mentales de
los individuos están subordinadas a las causas fisiológicas.
Para Lombroso la explicación del crimen es una causa interna más que social. La
principal aportación de este autor residía en el método empleado en sus
investigaciones, el método empírico. Pero esta teoría tiene varias desventajas o
críticas, ya que ni todos los delincuentes tienen estas anomalías ni los no
delincuentes carecen de ellas.

La sociológica: evalúa los delitos como ‘fenómeno social’. Mediante la sociología,


a diferencia de las teorías aportadas anteriormente, se centra en el impacto de la
sociedad en el individuo, es decir, aquellos elementos sociales que condicionan
nuestra conducta y que hacen que tengamos comportamientos comunes. De este
modo, la sociedad facilita el comportamiento, proporcionando unas pautas de
actuación prefijada y dificultar así la libre acción, imponiendo normas y límites a la
voluntad del individuo. Por ello, aunque el sujeto es el que tiene la potestad para
elegir en última instancia si realizar tales conductas delictivas o no, la conducta
individual no se encuentra sustentada únicamente como resultado de nuestras
decisiones, sino que la conducta se encuentra condicionada socialmente.

En cuanto a las teorías sociológicas más relevantes respecto al estudio de la


delincuencia destacan, en primer lugar, la Escuela de Chicago, la cual afirmaba
que las personas que habitan en ambientes con normas diferentes a las del
conjunto de la sociedad acaban “contangiándose” de esos comportamientos y
valores criminales. Su principal aportación fue que los jóvenes delincuentes no se
diferenciaban en gran medida de los no delincuentes en cuanto a personalidad,
inteligencia, raza u otros rasgos individuales, sino más bien en el tipo de barrios
que habitaban.

La psicológica: analiza si el comportamiento delictivo se debe a una perturbación


en el mundo anímico de la persona. Esta teoría se centra en la forma de pensar
del ser humano, es decir, centran el estudio del delito como consecuencia del
mundo psíquico o anímico del hombre mediante el estudio de la psicopatología o
del psicoanálisis.

El factor edad es uno de los factores individuales relacionados con la delincuencia.


Los investigadores9 sostienen que entre 1 y 5 años: surgen las primeras
conductas desviadas relacionadas con incidentes en casa tales como rabieta,
agresión a hermanos o algún pequeño robo en el hogar. De los 5 a los 12 años:
durante la escolarización decrecen las conductas desaprobadas por los adultos.
Con ello van adquiriendo patrones sociales de conducta. De los 13 a los 18 años:
suele aumentar la cantidad y variedad de conductas antisociales tales como
rebeldía. A partir de los 18 no aumentan las conductas delictivas, aunque aquellos
que ya han comenzado a perpetrarlas anteriormente, las aumentan
progresivamente en número y gravedad.
En cuanto al factor género es otro de los factores individuales íntimamente ligado

En lo concerniente a las teorías, destaca la teoría psicoanalítica. El creador de


esta es Sigmund Freud, el cual afirma que la personalidad está integrada por tres
componentes, siendo el “ello”, el “yo” y el “súper yo”. En el primero, se ubican los
impulsos del instinto, donde predominan los de etiología sexual. En el “yo” se
regulan los deseos del “ello” y personifica la razón y el equilibrio. En cuanto al
“súper yo”, representa las restricciones sociales y el miedo a la sanción, es decir,
la consciencia y el sentimiento de culpabilidad ante las transgresiones del orden
social. Respecto a los postulados básicos del psicoanálisis relacionado con la
delincuencia, destacan, en primer lugar, que cada persona se desarrolla en una
serie de etapas fundamentales en el desarrollo sexual. En segundo lugar, afirma
que en ciertos casos y por diversos motivos, se producen anormalidades que
generan conflicto dentro del desarrollo de la personalidad, principalmente en la
preadolescencia. En tercer lugar, los conflictos surgen en la mayoría de los casos
como resultado de la interacción entre impulsos que derivan de los impulsos y las
exigencias sociales. En cuarto lugar, establece que los conflictos son dolorosos
para la consciencia del individuo y por ello, son arrojados al inconsciente. Por
último, afirma que la consecuencia de los intentos para manejar los conflictos
dolorosos se desarrolla en la personalidad mecanismos de defensa que pueden
llevar a disfunciones de la personalidad, derivando u originando conductas
delictivas.

ENFOQUE DE LA NUEVA CRIMINOLOGÍA.

Las condiciones de nuestra época están imponiendo una reevaluación de esta


separación artificial de los problemas. No se trata simplemente de que el interés
tradicional de la criminología aplicada, tampoco se trata de que la crisis de
nuestras instituciones se esté profundizado hasta el extremo de que las
instituciones rectoras, del Estado y de la economía política ya no pueden esconder
su incapacidad para respetar sus propias normas y reglamentaciones. Se trata, en
gran parte, de que se están manifestando todas las vinculaciones recíprocas que
las hay entre estos y otros problemas. Una criminología apta para comprender
esta evolución y que pueda volver a introducir lo político en el análisis de lo que
antes eran cuestiones técnicas tendrá que ocuparse de la sociedad como un todo.

La nueva, criminología es en realidad, una criminología vieja, en el sentido de que


hará frente a los mismos problemas que preocuparon a los teóricos sociales
clásicos.

Cada vez es más evidente que no basta con la actitud contemplativa y la


suspensión del juicio que suponen estas (y otras) tradiciones. Hay una crisis en la
teoría y el pensamiento social, pero también la hay en la sociedad. Por lo tanto, la
nueva criminología debe ser una teoría normativa y debe ofrecer la posibilidad de
resolver las cuestiones fundamentales, y de resolverlas socialmente.

La criminología debe ser estudiada socialmente para liberarla de las viejas


concepciones biológicas, psicológicas y psiquiátricas, propias de las superadas
corrientes de sabor positivista. El delito no puede estudiarse a partir del
delincuente porque éste en nada se diferencia del no delincuente. La criminología
actual se ocupa de los actos considerados como delictivos por el derecho penal,
para ello tiene en cuenta las desviaciones “percibidas” y olvida las “no percibidas”.

La conducta desviada tal porque así lo dice quien crea la norma. La criminología,
entonces, ha de afrontar como objetivo suyo a quien hace y por qué la norma
penal. Si se analiza el aparato estatal, podrá decirse por qué unas personas
imponen reglas y cuál es la razón para que puedan hacerlo. Emergerán
diferencias económicas, de sexo, edad, clase social, grupo étnico, etcétera).

La Criminología paternalista, tiene que ser abandonada pues la “rehabilitación”


disipa la función crítica propugnada para la criminología y para el criminólogo. El
delito, entre otras cosas, es un fenómeno histórico y político. El criminólogo no
puede, pues olvidar tales aspectos para lo cual ha de mirar la sociedad como un
todo, especialmente las formas de control social y la desviación propias del mundo
capitalista.

El enfoque sectorizado de la criminología es improcedente porque es


imprescindible la observación del crimen, del criminal y de la criminalidad, de la
economía y de la política de un país. Se requiere no sólo una teoría
completamente social, sino una sociedad en la que los hombres sean capaces de
afirmarse de una manera completamente social. Un estado de libertad en relación
a las necesidades materiales, al incentivo material, una liberación de las
constricciones de la producción forzada, una abolición de la división del trabajo
forzoso, en un estado social, política y económicamente inducida de criminalizar la
desviación.

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