Documento Sobre El Divorcio y Recasamiento de La Iam para Correccion
Documento Sobre El Divorcio y Recasamiento de La Iam para Correccion
Esta declaración oficial sobre el divorcio y segundo matrimonio fue revisada por el Consejo
Nacional de Ancianos, Marzo del 2021.
El matrimonio es vital para nuestra naturaleza como seres humanos en sociedad. Dios mismo
instituyó el matrimonio al crear y unir al primer hombre y la primera mujer en los albores de
la Creación.
Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó… Y
dijo Jehová Dios: No es bueno que el hombre esté solo; le haré ayuda idónea para él… Y de
la costilla que Jehová Dios tomó del hombre, hizo una mujer, y la trajo al hombre. Dijo
entonces Adán: Esto es ahora hueso de mis huesos y carne de mi carne; ésta será llamada
Varona, porque del varón fue tomada (Génesis 1:27; 2:18, 22,23).1
Un cuidadoso estudio de las Escrituras del Antiguo Testamento y del Nuevo Testamento
destacan los siguientes principios respecto al divorcio y segundo matrimonio.
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II. LA NATURALEZA DEL MATRIMONIO:
1. Se requieren dos especies, hombre y mujer, para completar la imagen divina del género
humano. “Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra
(humano) los creó” (Génesis 1:27). El hombre la mujer no puede procrear solos la raza
humana y cumplir los propósitos divinos.
3. La manera en que Dios creó a los seres humanos para que vivieran en la tierra y la forma
en que los unió indican que su intención fue que el hombre y la mujer vivieran el uno para el
otro (Génesis 2:22-24). Su relación debía ser social y física. “Y dijo Jehová Dios: No es
bueno que el hombre esté solo” (Génesis 2:18).
4. El matrimonio debe ser consumado sexualmente. Por orden del Creador, el primer
hombre y la primera mujer debían ser “una sola carne” con el fin de procreación, unión, y
mutuo contentamiento en una segura y amorosa relación (Génesis 2:24). Jesús mismo reiteró
este propósito divino (Mateo 19:4,5) y Pablo instruyó a los esposos cristianos a que fielmente
y con regularidad cumplieran mutuamente con sus obligaciones sexuales que fielmente y con
regularidad cumplieran mutuamente con sus obligaciones sexuales (1 Corintios 7:3-5).
6. El propósito de Dios es que el matrimonio sea una unión permanente. El hombre debe
dejar el hogar de sus padres y unirse a su mujer, para ser “una sola carne” con ella (Génesis
2:24). Tanto Jesús (Matero 19:5) como Pablo (Efesios 5:31) citaron este pasaje de Génesis
como premisa fundamental para el matrimonio. Al traducir la cita de Jesús, Mateo usó una
palabra griega para “unirá (kollao)” que significa “ser pegado a, enlazarse de cerca” (Mateo
19:5). Jesús añadió: “Por tanto, lo que Dios juntó, no lo separe el hombre” (19:6).
El primer caso fue en el linaje de Caín (Génesis 4:19), seguido de muchos ejemplos en el
Antiguo Testamento, incluidos algunos de los patriarcas. Pero no se exalta la poligamia como
algo ideal. En forma indirecta los escritores del Antiguo Testamento critican la poligamia, en
que muestran los conflictos que resultan (por ejemplo, Génesis 21:9,10; 37:2-36; 2 Samuel
13-18).
Los pasajes que idealizan el matrimonio normalmente se refieren a un marido y una mujer
(véase Salmo el 128:3; Proverbios 5:18; 31:10-29; Eclesiastés 9:9). Al hablar de “hombre” y
“mujer” en singular, y de que “los dos” serán una sola carne (Mateo 19:5,6), Jesús también
reconoció que el ideal de Dios desde el principio era la monogamia. No hay referencia a la
poligamia como práctica de la iglesia primitiva; y en cualquier caso, sería proscrito por Pablo
a los1íderes en su referencia a “marido de una sola mujer” (1 Timoteo 3:2,12; Tito 1:6).
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Ezequiel aplicó el concepto del matrimonio a la relación entre Dios e Israel: “Te di juramento
y entré en pacto contigo, dice Jehová el Señor, y fuiste mía” (Ezequiel 16:8, énfasis añadido).
De lo que dice, vemos que el esposo “dio juramento” (prometió fidelidad) a la esposa y entró
en un pacto que no se proponía romper. Es significativo que la ceremonia bíblica nupcial era
un gozoso acontecimiento público en que la pareja que la ceremonia bíblica nupcial era un
gozoso acontecimiento público en que la pareja solemnizaba su pacto con Dios y la
comunidad.
9. El matrimonio es una relación de mutuo amor y entrega. Quizá mejor se describe en las
palabras del apóstol Pablo en su epístola a los Efesios, de que “las casadas estén sujetas a sus
propios maridos, como al Señor” (5:22), y de que la mujer “respete” a su marido (5:33).
Luego, para que sus instrucciones no sean malinterpretadas, Pablo escribe a los (5:33).
Luego, para que sus instrucciones no sean malinterpretadas, Pablo escribe a los maridos:
“Amad a vuestras mujeres, así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”
(5:25), y “también los maridos deben amar a sus mujeres como a sus mismos cuerpos” (5:28).
Por encima de esta descripción de los hombres y las mujeres llenos del Espíritu, Pablo
declara: “Someteos unos a otros en el temor de Dios” (5:21).
El hogar es una institución que ha sido creada por Dios, fue él quien lo planificó y así
mismo fue quien estableció las leyes que lo rigen y a la vez le dan vigencias estabilidad,
Dios al crearlo lo hizo con propósitos definidos y fundamentales y es necesario
comprender que él no varía porque es inmutable, no altera sus métodos o principios para
acomodarlos a la voluntad humana.
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El estado del matrimonio está basado en los más santos preceptos de Dios, sin embargo en
el tiempo presente el hombre utilizando el divorcio como arma mortífera, está aniquilando
y tal práctica se ha introducido también en el pueblo del Señor conviene pues volver al
temor del Señor y considerar esta unión en su verdadera naturaleza y origen.
Siendo que Dios ha establecido el orden de los sexos con toda claridad en la santa
Biblia, y que además ha sido él quien estableció el matrimonio con la participación de
dos personas de sexo opuesto, la iglesia Apostólica y Misionera solo casara a hombres
y mujeres perfectamente naturales.
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III. LA NATURALEZA DEL DIVORCIO
1. Dios aborrece el divorcio. En ningún otro pasaje se declara con tanta claridad la actitud
de Dios hacia el divorcio como en Malaquías 2:14-16: Porque Jehová ha atestiguado entre
ti y la mujer de tu juventud, contra la cual has sido desleal, siendo ella tu compañera, y la
mujer de tu pacto. ¿No hizo él uno, habiendo en él abundancia de espíritu? ¿Y por qué
uno? Porque buscaba una descendencia para Dios. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y
no seáis desleales para con la mujer de vuestra juventud.
2. Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de
iniquidad su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no
seáis desleales. No obstante, el que Dios aborrezca el divorcio no debe interpretarse como
condenación de los que no tienen culpa, pero que son víctima del divorcio por los actos
impíos del cónyuge.
3. Las leyes y enseñanzas del Antiguo Testamento acerca del divorcio tienen como fin
dar una medida de protección a los inocentes, y no añadir culpa sobre quienes han sido
víctima de circunstancias de las que tuvieron poco o ningún control.
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4. Pablo prohibió que una pareja cristiana se divorciara. “Pero a los que están unidos en
matrimonio, mando, no yo, sino el Señor [Pablo tenía una sentencia de Jesús para apoyar lo
que decía]: Que la mujer no se separe del marido; y si se separa, quédese sin casar, o
reconcíliese con su marido; y que el marido no abandone a su mujer” (1 Corintios 7:10,11).
Pablo reconocía que algunos cristianos se estaban divorciando, pero aparentemente no por
razones válidas. Por tanto, él mandó que en esos casos estuvieran dispuestos a la
reconciliarse.
Y si una mujer tiene marido que no sea creyente, y él consiente en vivir con ella, no lo
abandone... Pero si el incrédulo se separa, sepárese; pues no está el hermano o la hermana
sujeto a servidumbre en semejante caso (1 Corintios 7:12- 15, énfasis añadido).
La palabra griega para “fornicación” en este pasaje es porneia, que en este contexto por cierto
incluye adulterio (una porne era una prostituta). No obstante, porneia es un término amplio
para varias formas de inmoralidad sexual, generalmente habitual, tanto antes como después
del matrimonio (Marcos 7:21; Hechos 15:20; 1 Corintios 5:1; 6:18; Gálatas 5:19; Efesios 5:3;
1 Tesalonicenses 4:3). Al expresar las excepciones, Mateo no usó moicheia, el sustantivo
griego por adulterio.
(En otros lugares Jesús diferenció entre porneia y moicheia [Mateo 15:19; Marcos 7:21] y en
Mateo 5:32; 19:9 se usa el verbo moicheuo para describir las acciones del cónyuge
pecaminoso que impone el divorcio sin causa justa.)
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Mateo usa porneia en 5:32 y 19:9 para traducir la palabra hebrea ‘erwâ (“alguna cosa
indecente”) que se halla en Deuteronomio 24:1. Este pasaje del Antiguo Testamento era el
fundamento de la enseñanza de Jesús y su discusión con los fariseos. El significado original
de ‘erwâ tiene que ver con “descubrir” y “exponer”, entre otras cosas, la desnudez (Génesis
9:22,23).
De modo que la “cosa indecente” de Deuteronomio 24:1 aparentemente era una forma de
inmoralidad sexual, o indecencia, pero no adulterio (por lo cual el adúltero hubiera sido
apedreado; cf. Deuteronomio 22:22). El amplio alance semántico de ‘erwâ es característico
también de porneia; ambas palabras son generales y parecen incluir deliberadamente una
variedad de prácticas inmorales. Por ejemplo, el Código de Santidad de Levítico 18 condena
los actos sexuales como incesto, adulterio, homosexualidad, y bestialidad.
En Mateo 5:31,32 y 19:8,9, Jesús habló de la iniciativa del hombre al divorciar a su pareja por
motivo de fornicación. En la sociedad judía, normalmente, sólo el hombre tenía derecho legal
a hacerlo, aunque ciertas mujeres de alto rango social, como Herodías, parecen haberlo hecho
(Mateo 14:3; nótese que en Marcos 10:11,12 Jesús advierte a ambos sexos contra el divorcio
sin motivo justo).
Es claro que el principio espiritual se aplica a hombres y a mujeres. Además, debe tenerse en
cuenta que Jesús concedió permiso para el divorcio sólo bajo circunstancias específicas en
que había de por medio inmoralidad sexual. No obstante, Él no declaró un mandato para el
divorcio, ya que esto impediría la posibilidad de reconciliación.
Hay algunos eruditos que, sobre la base de antiguas tradiciones de la iglesia, creen que el
divorcio está prohibido en todos los casos, aun cuando el cónyuge del creyente inocente una y
otra vez comete adulterio. Estos eruditos restringen aun más la excepción que hace Jesús,
como se presenta en Mateo, al extremo de considerarla una unión ilegal fuera de lo normal.
En este punto de vista, no hay casos en que, después de disueltas esta uniones ilegales, se
permita el segundo matrimonio. A estos cónyuges inocentes no se les permite volverse a casar
a menos que el ofensor haya muerto.
Desde otro punto de vista, muchos eruditos de la crítica alta insisten en que Mateo, en este
caso, puso en labios de Jesús una excepción que Él nunca expresó. No obstante, las cláusulas
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de excepción en Mateo tienen fuerte apoyo de los más tempranos textos del Evangelio y estas
dos incidencias (Mateo 5:32; 19:9) deben considerarse como confiables palabras del Señor.
Son pocas las veces, si es que alguna, en que un solo pasaje presenta todos los aspectos de
verdad sobre un asunto. Para llegar a un entendimiento de cualquier verdad, tenemos que
tomar todo lo que enseña la Biblia, y esa es la intención de este documento.
2. Jesús incluyó una cláusula de excepción a favor del cónyuge inocente. “Pero yo os
digo que el que repudia a su mujer, a no ser por causa de fornicación (porneia), hace
que ella adultere” (Mateo 5:32; véase también Mateo 19:9). Esto indica que una
persona casada que se divorcia de su cónyuge que comete inmoralidad sexual no hace
que éste adultere, porque el ofensor ya es culpable de adulterio, y el cónyuge contra
quien ha pecado no comete adulterio al volver a casarse.
3. Debe notarse, por supuesto, que la “fornicación (porneia)” muchas veces implica
repetida inmoralidad, de modo que esta excepción no
debe considerarse como mandato de poner fin a un matrimonio afectado por una
trágica debe considerarse como mandato de poner fin a un matrimonio afectado por
una trágica indiscreción, cuando éste pudiera restaurarse.
4. Pablo, sin embargo, disuade el segundo matrimonio por el bien del ministerio al
Señor. “¿Estás libre de mujer? No procures casarte. Mas también si te casas, no pecas”
(1 Corintios 7:27,28). Toda persona divorciada que considera en segundo matrimonio
debe recordar las instrucciones de Pablo a las hijas vírgenes de Corinto: “con tal que
sea en el Señor” (1 Corintios 7:39).
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Principios bíblicos establecidos en la Doctrina de la Iglesia Apostolica y
Misionera con respecto al Divorcio:
Veinticinco años (25) después de la institución, Moisés permitió el divorcio bajo una
condición, solamente fue la voluntad permisiva de Dios, y esto debido a la dureza de
corazón de los hombres, ahora nadie piense que esta permisión haya cambiado el principio
original del matrimonio, nótese que aparece el divorcio como un agente disociador
introducido en el mundo por el pecado y practicado por el hombre bajo la inspiración
satánica, quien siempre a perseguido destruir las cosas que Dios ha creado.
2. EL cristiano y el Divorcio.
La afiliación en la iglesia está abierta a todos los creyentes nacidos de nuevo. Esto
ciertamente incluye a los que se divorciaron o que volvieron a casarse antes de ser salvos.
Pablo indica que las personas de distintos rangos sociales y legales, como circuncidados y
esclavos, deben ser aceptadas en la condición que se encontraban circuncidados y esclavos,
deben ser aceptadas en la condición que se encontraban cuando fueron salvas (1 Corintios
7:17-24). “Cada uno, hermanos, en el estado en que fue llamado, así permanezca para con
Dios” (1 Corintios 7:24).
Por ejemplo, Pablo insistió que los creyentes corintios siguieran viviendo con su cónyuge
incorverso que estuviera dispuesto a seguir en el matrimonio (1 Corintios 7:12). Es probable
que muchos de los creyentes corintios tuvieran cónyuges anteriores todavía vivos o que
estuvieran casados con incrédulos que también tuvieran esas circunstancias.
Uno de los primeros requisitos para el oficio de anciano (correspondiente al pastor) es que
éste debe ser “marido de una sola mujer (mias gunaikos andra)” (1 Timoteo 3:2,12). “Marido
de una sola mujer” literalmente significa “hombre que tenga una sola mujer”. Es difícil
establecer el significado exacto de esta frase y a través de los años ha sido interpretada de
diversas maneras.
Damos aquí seis de ellas. Literalmente, el término significa que los ancianos
y los diáconos
1. No pueden ser solteros,
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2. No pueden volverse a casar después de enviudar,
3. Tienen que ser varones, y
4. No pueden ser bígamos o polígamos.
Ni uno de los primeros tres se puede indicar como práctica en la iglesia primitiva. La bigamia
y la poligamia son claramente prohibidas en este término; no obstante, los historiadores
informan que la bigamia y la poligamia no eran comunes entre las prácticas judías o greco-
romanas en esa época y probablemente no era eso lo que Pablo tenía en mente.
5. Los ancianos y los diáconos no pueden ser personas divorciadas o que se hayan vuelto a
casar, una tradicional y muy antigua práctica de la Iglesia, y
6. Los ancianos y los diáconos tienen que mantener un matrimonio fiel, monógamo, y
heterosexual.
o La fornicación (Hechos 15:20; Romanos 1:24; 1 Corintios 6:9,18; 2 Corintios 12:21;
Gálatas 5:19; Efesios 5:3; 1 Tesalonicenses 4:3; Apocalipsis 2:21, et al.),
o El divorcio fácil (1 Corintios 7:12-16), y un
o Segundo matrimonio, muchas veces una resolución legal, presentaba grandes problemas
para la naciente Iglesia y sus miles de conversos.
o No obstante, estos nuevos creyentes eran afirmados como nueva creación en Cristo
(2Corintios 5:17), perdonados de sus pecados (1 Corintios 6:11; 2 Corintios 5:19), e
integrados en la Iglesia.
En vista de toda la evidencia bíblica disponible referente a los problemas de divorcio y
segundo matrimonio en la iglesia primitiva, el Concilio Iglesia Apostolica y Misionera Inc.
ha adoptado la interpretación seis de arriba. Se comprende que la descripción de “marido de
una sola mujer” se refiere a personas que tienen un matrimonio fiel, monógamo, y
heterosexual, en el que ninguno de los cónyuges haya sido divorciado (con esta excepción: si
el divorcio fue antes de la conversión, como resultado de la infidelidad sexual del anterior
cónyuge, o porque el creyente fue abandonado por su pareja incrédula).
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IV. SEGUNDO MATRIMONIO
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ministerio al Señor. “¿Estás libre de mujer? No procures casarte. Mas también si te casas, no
pecas” (1 Corintios 7:27,28). Toda persona divorciada que considera en segundo matrimonio
debe recordar las instrucciones de Pablo a las hijas vírgenes de Corinto: “con tal que sea en
el Señor” (1 Corintios 7:39).
Objeciones a un segundo matrimonio.
A pesar de las excepciones dadas arriba, hay ciertos argumentos en contra de un segundo
matrimonio para el creyente inocente.
1. A veces se reconoce que las cláusulas de excepción de Jesús permiten el divorcio debido
a “fornicación”. Pero se argumenta que tal divorcio no anula el lazo matrimonial, ni
otorga el derecho a disolverlo. Por tanto, conforme a este punto de vista, constituye
adulterio que la parte inocente contraiga un segundo matrimonio. Sin embargo, Jesús no
hizo tal declaración; y en Mateo 19:9 Jesús supone que el hombre volverá a casarse.
2. A veces se objeta que dos pasajes, Romanos 7:1-3 y 1 Corintios 7:39, específicamente
declaran que la mujer está ligada a su marido hasta la muerte; por tanto, los creyentes
no pueden divorciarse ni volver a casarse a menos que haya muerto el cónyuge.
Romanos 7:1-3 – Un cuidadoso estudio del contexto muestra que Pablo quería ilustrar que el
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creyente estaba libre de la Ley. En el antiguo judaísmo, sólo el marido podía iniciar el
divorcio. Por tanto, la mujer estaba ligada a él de por vida, a menos que él escogiera
divorciarse de ella. Pablo quería ilustrar que el creyente ha muerto a la Ley y que ahora vive
para servir en el nuevo régimen del Espíritu. El pasaje no tiene la intención de tratar los
problemas del divorcio y el segundo matrimonio.
1 Corintios 7:39 – Aparentemente este versículo se refiere a los versículos 8,9 que tratan
acerca de las viudas y los que nunca se han casado. Pablo habla a las viudas cuyos esposos
han muerto. El pasaje no trata los problemas del divorcio y el segundo matrimonio. Además,
en el versículo 15 Pablo ya ha tratado el problema de abandono y ha mostrado que “no está
el hermano o la hermana sujeto a servidumbre [es decir, libre para volver a casarse] en
semejante caso”.
Segunda Boda.
I. La Biblia se refiere a las segundas bodas en dos formas:
1. Según Marcos 10:11, es considerada como adulterio el efectuar la misma, estando el
otro cónyuge vivo, esta enseñanza no deja lugar a dudas en que el Cristiano que contrae
segunda bodas mientras el otro cónyuge vive, comete pecado de adulterio y el que con
quien se casara. Romanos 7:2-‐3; Lucas 16:18.
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2. La segunda forma en que se refiere según 1 Corintios 7:39, Romanos 7:2-3,
según estas porciones bíblicas es permitida una segunda nupcias al creyente por razones
de muerte del otro cónyuge. Solamente en esa condición la bíblica a favor de un
segundo matrimonio toda otra, enseñanza debe ser considerada como carnal, inmoral y
anti bíblica por el creyente.
II. Los que conocen al Señor con una Segunda Boda. Creemos que el hombre y la mujer
inician su trato con Dios, una vez que estos se arrepienten y le son perdonados sus
pecados, ya habiéndose producido un cambio de vida, pensamiento y obra en el hombre,
está en capacidad de entender y practicar la enseñanza bendita de la palabra de Dios,
mientras esta obra no se ha realizado el hombre permanece en su estado animal
(Natural). Romanos 5:12; Juan 3:6; Gálatas 2:20; 1 Corintios 2:14-‐16.
III. Con relación a una persona que venga del mundo y conozca al Señor habiendo
contraído un segundo matrimonio, la Biblia no alude específicamente caso alguno de esta
índole, lo que si encontramos son pasajes que señalan que la persona debe quedar en el
estado en que fue encontrado por el Señor. 1 Corintios 7:17, 20-‐24.
IV. Por los que creemos que si en la vida inconfesa entre la persona una segunda bodas y
luego se entrega al Señor sin este haber sido reincidente, debe servir a Dios con limpieza
de corazón en el estado en que se encuentre.
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V. APLICACIÓN DE LOS PRINCIPIOS BÍBLICOS A NUESTROS
REGLAMENTOS COMO FUERON REVISADOS POR EL CONSEJO
NACIONAL DE ANCIANOS:
a. Afiliación
(1) Enredos matrimoniales antes de la conversión. Hay ahora entre el pueblo cristiano
aquellos que se enredaron en sus relaciones matrimoniales en su anterior vida de pecado y que
no ven cómo estos asuntos se puedan ajustar. Recomendamos que estas personas sean
recibidas en la afiliación de las asambleas locales y que sus complicaciones matrimoniales se
dejen en las manos del Señor (1 Corintios 7:17, 20,24).
b. Segundo matrimonio
Las bajas normas para el matrimonio y el divorcio son muy dañinas para el individuo, la
familia y la causa de Cristo. Por lo tanto, a pesar de considerarse una práctica legal y aceptada
por la sociedad, desalentamos el divorcio y toda enseñanza que lo justifique. Rotundamente
desaprobamos que los cristianos se divorcien por ninguna causa excepto por fornicación y
adulterio (Mateo 19:9).
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Considerando que el Nuevo Testamento prohíbe que los creyentes divorciados y que se han
vuelto a casar ocupen cargos en la iglesia como obispos o ancianos, y diáconos,
recomendamos que esta norma sea sostenida por todas nuestras Iglesias (1 Timoteo 3:12; Tito
1:5-9),
(2) Prerrogativa de las asambleas locales. Se entiende que las recomendaciones no obligan,
sino que las asambleas locales han de mantener la prerrogativa de fijar sus propias normas (de
acuerdo con las provisiones del Artículo XI de la Constitución).
(1) Pautas ministeriales. No aprobamos que un ministro de la IAM, presida una ceremonia
de matrimonio para alguien que ha sido divorciado y cuyo anterior cónyuge viva aún, a menos
que el caso esté incluido en las circunstancias excepcionales descritas en los Reglamentos.
(2) No se exige la violación de conciencia. Reconocemos que el volver a casar a las personas
incluidas en las circunstancias de excepción .del Artículo IX, B, Sección 5, párrafo b, podría
violar la conciencia de un ministro; y si este fuera el caso, el ministro no está obligado a
presidir dicha ceremonia.
(3) Ceremonias para personas del mismo sexo. Ningún ministro presidirá ningún tipo de
ceremonia de matrimonio, cohabitación, o pacto para personas del mismo sexo. Una
ceremonia así respaldaría la homosexualidad que es pecado y está estrictamente prohibida en
la Palabra de Dios (Levítico 18:22; 20:13; Romanos 1:26,27; 1 Corintios 6:9; 1 Timoteo 1:9-
11). Cualquier ministro de nuestra confraternidad que presida una ceremonia para estos tipos
de relaciones no aprobadas, a menos que haya sido engañado a hacerlo así, será despedido de
la confraternidad.
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(4) Asesoramiento. Se insta al ministro de las Asambleas de Dios que aconseje a los que
solicitan ceremonias de matrimonio con el uso de guías bíblicas para el matrimonio cristiano
antes de efectuar la ceremonia. Un ministro no puede presidir ceremonias para personas que,
en la opinión del ministro, se acercan al matrimonio sin la debida deliberación, sabiduría, y
sobriedad.
Mas nosotros solo aceptamos el método original bíblico, que es por la inmersión, porque está
en concordancia con el significado bíblico del bautismo, es decir, muerte, sepultura y
resurrección. Romanos 6:1-4.
a) La Fórmula. “bautizándolos” en el nombre del padre, del hijo y del Espíritu Santo. De
que manera podemos reconciliar esto con el mandamiento de Pedro, que dice: Bautícese
cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo. Hechos 2:38.
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Estas últimas palabras no representan una fórmula bautismal, sino que eran bautizados al
reconocer a Jesús como Señor y Cristo. Por Ej.: la didache, que es un documento cristiano
del año 100 D.C. dice que el bautismo es en el nombre de Jesús, pero cuando procede a
describir el rito en detalles, prescribe la fórmula triunitaria. Cuando Pablo dice que Israel fue
bautizado en el mar en Moisés, no se refiere a una fórmula que fue pronunciada en ese
momento, significa simplemente que en virtud del pasaje milagroso por el mar rojo, los
israelitas aceptaron a Moisés como el guía y maestro enviado de Dios.
De igual manera, el ser bautizado en el nombre de Jesús, significa encomendarle por
completo y eternamente a él como el Salvador enviado del cielo. Y aceptación de su
gobierno y dirección implica la aceptación de la fórmula dada por Jesús mismo en Mateo
28:19
b) El Candidato. Sólo serán sumergidos en las aguas bautismales, todos aquellos que
sinceramente se arrepienten de los pecados, ejercitan una fe viva en el Señor Jesús
y que han sido debidamente instruidos en las doctrinas de la iglesia. En la iglesia
Apostólica el rito venía acompañado de las siguientes manifestaciones externas:
Fin
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A CONSIDERACION, TIPOS Y CAUSAS DE DIVORCIO, TOMADO DE LA
TESIS DE OMAR Y NATALY
Divorcio vincular por mutuo consentimiento: Para solicitarlo ambos cónyuges deben
estar de acuerdo en querer divorciarse al menos hasta la segunda audiencia. Deben haber
transcurrido como mínimo tres años desde la celebración del matrimonio. Posteriormente
el arrepentimiento de uno de los cónyuges no detendrá la sentencia de divorcio.
Separación personal controvertida: Divorcio discutido, pero sin disolución del vínculo
matrimonial.
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Sevicia o crueldad extrema: atentar contra la persona, conocer que alguna persona
tiene algún tipo de fobia y utilizar aquello en su contra; en síntesis, hacer gala de un
comportamiento cruel con el cónyuge teniendo en cuenta su formación, posición, etc.,
para una persona puede ser apenas ofensivo, en cambio para otra puede ser una terrible
crueldad.
o El hecho de que dé a luz la mujer durante el matrimonio, un hijo concebido antes,
siempre que el marido hubiera reclamado (judicialmente) contra la paternidad del hijo.
o Uso habitual e injustificado de alcohol o estupefacientes: si uno de los cónyuges,
injiere injustificadamente de alcohol o drogas.
o Enfermedad grave e incurable que ponga en peligro físico o metal del otro
cónyuge: considerada por tres médicos designados por el juez, como incurable y
contagiosa, pueda darse el caso de que uno de los cónyuges, sufra de alguna
enfermedad como por ejemplo SIDA, tenga el otro cónyuge, justificación para querer
separase de su pareja.
o Tentativa contra la vida de uno de los cónyuges o de los hijos: Se trata del intento
de homicidio de uno de los cónyuges contra el otro o contra los hijos, sean o no
comunes, fuera el cónyuge el autor principal, cómplice o promotor.
o Injurias graves: La injuria es toda ofensa, de un cónyuge hacia otro, que puede
constituirse en palabras, conductas, actitudes, como por ejemplo las amenazas de
muerte de un cónyuge contra otro. Los insultos, los silencios constantes, las respuestas
ofensivas, que muestran desconsideración o desprecio, provocando incidentes y
humillaciones ante miembros de la familia, o amigos.
o Abandono voluntario e injustificado del otro cónyuge: por más de un año
ininterrumpidamente. Aquí quedan excluidos los supuestos de cohabitación por razones
ajenas a la voluntad de los cónyuges, si el abandono hubiese durado más de tres años,
el divorcio podrá ser demandado por cualquiera de los cónyuges.
o La condena ejecutoriada a reclusión mayor
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