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Cuadernillo Nº2 - Alquimia Vegetal 2021

Este documento presenta una introducción al trabajo astrológico de elevar los planetas en la carta natal a través de tres oraciones. 1) Explica que los planetas representan energías a desarrollar y que elevarlos significa canalizar esas energías para proveerlas a uno mismo y a otros. 2) Señala que los signos zodiacales filtran las energías planetarias y que practicar la energía del signo permite decodificar el mensaje del planeta. 3) Indica que las casas muestran cómo se manifiesta la energía planetaria en la

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Cuadernillo Nº2 - Alquimia Vegetal 2021

Este documento presenta una introducción al trabajo astrológico de elevar los planetas en la carta natal a través de tres oraciones. 1) Explica que los planetas representan energías a desarrollar y que elevarlos significa canalizar esas energías para proveerlas a uno mismo y a otros. 2) Señala que los signos zodiacales filtran las energías planetarias y que practicar la energía del signo permite decodificar el mensaje del planeta. 3) Indica que las casas muestran cómo se manifiesta la energía planetaria en la

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Arte Vegetal

Laboratorio Escuela de Fundación Hampatu

Formación integral en
Alquimia Vegetal 2021

Cuadernillo N°2

Abril 2021
Indice

1) Tinta de miel
2) Saturno I
3) Principio Sal
4) Calcinación
5) Regencias planetarias
6) Ficha de la ortiga
1) Mielatos / Tinta de miel

Los mielatos incorporan a la maceración de una tinta, con agua y alcohol, un


tercer mercurio: miel.
La miel posee con una rara cualidad de disolver algo distinto de los vegetales,
que no tienen el resto de los solventes. Además, con su aporte dulce y floral lleva
todo el proceso de maceración a una auténtica delicia.
La miel es casi completamente soluble en agua, se mezcla y hace un almíbar
que eventualmente puede fermentar (hidromiel). En cambio, sólo una pequeña
porción de la miel se disuelve en alcohol puro de 96%.
El alcohol, cuando está en una proporción minoritaria con la miel, flota sobre
ella. Pero al aumentar la cantidad de alcohol y la temperatura, se mezcla y luego
se separa de la miel, comenzando a extraer su parte más sutil, formando una tinta
de miel.
Para que la miel se disuelva en alcohol es necesario hacer un baño maría a
temperatura de incubación (40 ºC) en partes iguales de alcohol/miel y dinamizar
con cuchara hasta que se forme una especie de leche, que luego paulatinamente
se separa y comienza a formar la tinta.
Esta tinta puede emplearse como solvente para hacer un mielato con hierbas,
consumir directamente como tónico energizante o verterla en una copita como
vehículo para mezclar tinturas y elixires y hacer en el acto un excelente combinado
herbal.
Todas las mieles son muy diferentes en su composición: cuando las disolvemos
en alcohol esto queda de manifiesto.
Luego de un ciclo de incubación de 4 semanas, la miel se separa en fases,
mostrando la proporción de sus componentes, en tres sustancias bien
diferenciadas. Cada una precipita por densidad y se mantienen en relación, pero a
la vez puede notarse una fuerza que asciende, es el color dorado de la miel:
1) Primero veremos una capa que se deposita en el fondo del frasco, la
melaza, que alberga la mayor cantidad de azúcares. Tiene poco sabor y es
de color blanco.
2) Una fase intermedia naranja o roja, con toda la fuerza concentrada de la
miel. Esta fase es la identidad de la miel, es una sustancia de consistencia
oleosa, de gran sabor y poco soluble en alcohol. Es muy nutritiva y no tan
dulce como la anterior y tiene un marcado olor a leche animal.
3) Una fase ámbar, el bálsamo de la miel, una sustancia volátil de color
dorado, que concentra sus aromas florales y es totalmente soluble en
alcohol. Es la capa que queda en la superficie y tiene mucho sabor a néctar.
Cada una de estas fases se puede emplear por separado, o purificarlas y
reunirlas para hacer un elixir de miel.

Veamos la especificidad de cada una:


1) La melaza, se adhiere al fondo y se puede filtrar sin problema. Es muy
azucarada y cerosa, se puede disolver en agua y hacer un almíbar para
consumo, o mezclar con hidromieles, ungüentos, aperitivos, salsas,
comidas.
2) El extracto oleoso, tiene un poco de alcohol y mucho sabor, se disuelve
bien en agua. Se puede emplear para hacer mielatos de consistencia densa
y licorosa. Se retira del frasco con pipeta o cucharón. Una delicia.
3) El bálsamo dorado, propiamente la tinta de miel, es perfecta para hacer
mielatos o consumirla como licor con unas gotas de una esencia, tinturas o
elixires.
Preparación:
Tinta de miel
1) Maceración. Colocamos 50/50 de miel y alcohol de 96% en un frasco, y éste
en una olla y vertemos agua a unos 60 ºC (no recomiendo poner fuego
abajo). Es útil colocar un termómetro dentro del frasco para que la miel no
pase de los 40 ºC. Dinamizamos con cuchara hasta formar un buen remolino
y se haga la emulsión. Tapamos, dejamos reposar y mantenemos a
temperatura ambiente.

2) Incubación. La tinta se separa durante 4 semanas, de esta primera “leche”


poco a poco irán reapareciendo los colores rojos y amarillos.

3) Filtrado. Cada capa se puede retirar del frasco con una pipeta o cucharón.
En el caso de que haya impurezas en suspensión, una vez separadas las
tres capas, se pueden filtrar con un colador fino de nylon.
Mielato
Los mielatos se pueden iniciar con una tinta de miel y hierba, o todo desde cero,
solvente, miel y hierbas.
1) Maceración. Mezclamos primero agua y miel en partes iguales, una vez
disueltas, agregamos otra parte similar de alcohol hasta disolver. De ser
necesario, hacemos un baño maría, pero al haber agua es más fácil. Según
la consistencia de la miel, se puede ir jugando con las proporciones de agua
/ alcohol / miel.
2) Incubación. En este compuesto de tres mercurios agregamos planta y
dinamizamos bastante para que se conecten. Al estar presente todas las
capas de la miel, también se verá que el color de algunas plantas se
estratifica en diferentes zonas. Incubamos de 2 a 4 semanas.

3) Filtrado. Filtramos con un colador grueso, separamos todo lo sólido, quedará


una parte de melaza, ceras, resinas y planta sólida. Dejamos que decante el
mielato a ver si hay fases en el líquido. Hacemos un último filtrado con
colador fino o filtro de papel y envasamos.

Equipo:
1) Olla 2 lts para baño maría.
2) Cucharas largas de madera.
3) Frasco 1 lt con tapa a rosca.
4) Colador y embudo de plástico.
5) Espátulas.
6) Mortero.
SATURNO I: El poder de realización
“Restricciones que fortalecen”

1. Premisas del trabajo astrológico.


Los planetas en nuestra carta natal pueden ser vistos como potencias,
capacidades a desarrollar, funciones, modos en que vehiculizamos la energía
cósmica. Por ello, antiguamente se los representaba como un hexagrama de 7
maestros, 7 dones, rayos, o energías arcangélicas, que encarnaban e
interactuaban en nosotros, generando una combinación única.
En la astrología cabalística, la exploración de estas fuerzas planetarias se
proponía como un trabajo fundamental, aprender la energía de cada planeta,
decodificar lo que tiene para enseñarnos, realizar su mensaje.
A estas prácticas iniciatorias se las denominaba “el ascenso a través de las
esferas” y se las lleva a cabo con diversas herramientas, invocaciones,
meditaciones, confección de elixires, talismanes, rituales específicos, y un trabajo
de autoconciencia con la carta natal.
El abordaje de estos trabajos astrológicos consiste en “elevar nuestros planetas”.
Es decir, cuando un planeta “está bajo” significa que es una energía sin
desarrollar, latente, por tanto, al no poder contar con ella recurrimos a un afuera
para que nos proporcione esta energía. Por ejemplo: Marte, un marte bajo significa
indefención, por tanto recurrimos a otra persona que nos defienda. Una Luna baja
es una persona que no se sabe cuidar a sí misma, buscará protectores afuera.
Pero cuando comenzamos a elevar un planeta, canalizamos ese tipo de energía, y
no sólo nos abastecemos a nosotros mismos, sino que podemos expresar esa
energía y comenzar a darla.
En la Kabala, la misión fundamental es descubrir lo que venimos a dar.

2. Los signos
Estas fuerzas planetarias no las podemos encarnar de manera neutra, sino que
vienen determinadas por algún tipo de energía, un filtro, que nos permite
conocerlas. Estos son los 12 signos zodiacales, que funcionan como un prisma
donde se canaliza esta energía.
Por ejemplo: Luna en el signo de Aries, quiere decir que a través del signo de
Aries me llega la función de la Luna en mi carta natal.
Esto significa que cultivando la energía de Aries voy a poder decodificar el
mensaje que me trae la Luna y canalizar su poder.
En esto consiste este primer trabajo astrológico, primero concientizarnos cuan alto
o bajo se encuentra un planeta en nuestra carta, y luego lo vamos elevando al
practicar la energía de ese signo.
Una vez que tenemos consolidado un trabajo planetario, el signo va perdiendo
relevancia, vamos dejando la identificación con ese signo y nos quedamos con la
función planetaria.
Por ejemplo: si tengo Sol en Sagitario, a través de las mejores virtudes de
Sagitario yo aprendo la acción del Sol, una vez que se va consolidadndo esa
fuerza voy desprendiéndome naturalmente del filtro sagitariano. Con
agradecimiento nos vamos desidentificando de la carta natal y nos quedamos con
la enseñanza de la fuerza planetaria.
Por supuesto que también es excelente familiarizarse con cada planeta a través
de los 12 signos, internalizar todas las manifestaciones que puede tener ese
planeta.
Pero en el signo que nos toca por carta, es donde algo resuena.
Además cada signo tiene un tipo de temperamento y elemento que lo hace más
propicio para algunos planetas y a otros los complica, como veremos más en
detalle:
 Cada signo opera en un equilibrio de polaridades + (exceso) y – (carencia).
 Cada signo tiene un lugar destructivo y extremo, también un lugar de
equilibrio vital y también un lugar de encierro y pasividad.
 Los planetas tienen la habilidad de encarnar la energía del signo y
expresarse en esa frecuencia.

3. La situación a través de las casas.


Las casas en una carta natal nos muestran por dónde en la vida cotidiana, en la
praxis vital, nos llega la energía de ese planeta.
Es en diversos ámbitos de la vida y las relaciones donde vemos manifestada esta
energía.
Partiendo de la casa 1 a la 12, hay un grado de complejidad y sutileza crecientes,
es cada vez más misteriosa cómo esa persona realiza esa energía planetaria.
Consultar biblio sobre Casas astrológicas.

4. La primera puerta.
El primer ciclo que vamos a explorar es nuestra entrada al mundo material, la
encarnación en nuestro tiempo, cuerpo, familia, país.
El primer planeta en que ponemos el foco es Saturno.
Con respeto y mucha prudencia entramos a su esfera de acción.
El logro es incomparable, sentir el crecimiento en esta vida, disfrutar de nuestros
logros. Desarrollar nuestro poder, crear un sostén, darle lugar a todo lo que
somos.
Saturno es el más excelente maestro, aunque no nos escatime ninguna
experiencia de gran pérdida y luchar para sobrevivir.
Este es el trabajo que nos hermana.
Y creamos nuevas conexiones fraternas, ya que el núcleo de este trabajo consiste
en aceptar que estamos solos, que nadie podrá resolver nuestros problemas:
estás por tu cuenta.
Es decir, nos acompañamos en todo lo posible, hasta ese umbral donde el paso
hay que darlo solos.
Veremos la caras de nuestros afectos alentándonos, pero la prueba la daremos
con nuestros propios medios.
Saturno está para guiarnos en eso que tanto miedo nos da.
A Saturno se le decía “el protector de la Luz” en la tradición védica, el Sr. Shani,
aunque tuviera que pasar todo tipo de atrocidades.
Saturno el agricultor, el que hace crecer.
Saturno es el lugar de nuestra prueba de maduración. Una gran fuerza de
aprendizaje.

5. Algunos apuntes a luz de farol en la “noche oscura del alma”:

 Un trabajo saturnino es honrar sin idealismos el elemento Tierra, entre el


rechazo a lo que nos es dado y la afirmación en el presente.

 Recuperar nuestra materia prima, limpiar el terreno, compostar, cuidar la


herencia y la descendencia, fortalecer las raíces.

 Pérdida de la inocencia.

 Salida del amparo familiar, encuentro con el mundo real, el mundo del
poder, conocer los peligros.

 Necesidad de endurecerse, tener buen apoyo, resistencia, capacidad de


maniobra.
 Aprender a sostenerse, sostener a otros, hacerse cargo.

 “Ya no estás en tu casa”… fuerza constructiva para salir adelante con los
propios medios en la adversidad, construir una nueva casa.

 Inmersión en todas las capas de la Ley: la ley de la calle, la ley del más
fuerte, la ley del camino, la ley de la hospitalidad, etc.

 “El amor es ley”, de fondo, todas las experiencias vividas se van alineando
con un significado profundo para nosotros. Pero para eso hay que tener un
recorrido… la sabiduría de nuestros mayores, “todo pasa” (saber trágico).

 La privación, la austeridad, llevada con conciencia, producen una mejor


versión de nosotros mismos.

 En la experiencia de la pérdida encontramos nuestro sostén espiritual.

 Experiencias que parecen de constricción pero nos permite ir al centro.

 Aquello tan doloroso fue lo que nos purificó, y luego fortaleció, y se renueva
en cada cambio de ciclo. “La grandeza viene del esfuerzo”.

 Descubrir las oportunidades que se abren donde parece algo cerrado. Algo
que nos contradice, nos cambia los planes y termina siendo una gran
oportunidad.

 “El obstáculo es el camino”, lo que intentamos excluir es el remedio.


Cuando el imprevisto o lo fallido se convierten en una mejor posibilidad.
“Contratiempos” que enriquecen al plan original.

 La prueba de solidez de todo lo que hemos creado (como el “Lobo feroz”


que viene a soplarnos la casa) si no sigue las reglas se derrumbará, si no
es verdadero se olvidará, si no es justo se corregirá, si es un engaño se
expondrá, si hay una deuda se pagará.

 Luchar por lo que nos corresponde.

 Aprender a hacer las cosas con respeto, responsabilidad, frontalidad.

 “Cosecharás tu siembra”, “soy el único responsable”.


 Si las cosas se hicieron “correctamente”, Saturno genera autoridad, tener
un lugar ganado, seguridad material, estabilidad, maestría, responsabilidad,
autocontrol, capacidad de decisión.

 Tierra = temperamento frío y seco (para abordar desde el principio).


Plomo
Sentido: Olfato
Chakra Raíz
Piedra: Zafiro.
Asimilación-Sostén-Enraizamiento
Virtud cardinal: Prudencia
Ejercer la capacidad soberana.
Palabra clave: Aprendizaje, “Proteger la luz”.
Equilibrio entre el rechazo del mundo y el afirmarse.

6. Apertura al Saturno natal


 Lo primero a considerar es que donde tenemos Saturno en la carta,
tenemos un enorme potencial. Quizá estará latente o en sombra, pero al
darle atención a ese sector comienza un proceso de empoderamiento.

 Hay que convertirse en maestros de esa energía (el signo y casa donde
cae Saturno). Cultivando las virtudes de ese signo, tendremos nuestro
empoderamiento saturnino, un gran crecimiento.

 Por ello, es fundamental estudiar en profundidad los aspectos altos y bajos


de ese signo, ver qué nos resuena en nuestra vida, en experiencias
pasadas.

 Posiblemente sintamos gran exigencia en ese tipo de energía, algo que no


no fluye espontáneo, es útil aquí explorar todo lo que sentimos, hacer un
mapa de situación, registrar vivencias.

 Es a veces desesperante el estar atraídos por esa energía pero quizás no


poder encarnarla, no poder “hacerse grande”. Por ejemplo: alguien que le
guste la actuación, se muere de ansiedad al actuar y no le sale fácil como a
otros. Quizás no lo pueda disfrutar pero está atraído por desarrollarse en
ese terreno, finalmente con mucha disciplina y empeño se convierte en un
actor extraordinario, un profesor de teatro, luego se revela lo que tenía que
aprender a través de la actuación, empieza a poder encarnar su poder en
toda plenitud.

 Saturno es el guardián del umbral” está esperando que pasemos el test, no


es tanto lo que consigamos, sino la enseñanza que queda en la conciencia
al afrontar ese proceso.

 Se viven situaciones de perder el lugar, no poder “estar a la altura”,


reemplazo, impotencia, falta de confianza, dificultad, “aprendiz que no logra
el ascenso”, exigencias de toda índole, otras personas nos opacan,
desaprobación, ejercicios fallidos, alguien nos marca los tiempos, nos
manda, darle poder al juicio externo.

 O bien, generándole ese tipo de situaciones a terceros, tiranizando a otros,


censurando, juzgando.

 En su aspecto más bajo, Saturno implica abuso de poder, estancamiento,


exclusión, no pertenencia, ser encerrados, expulsados… hasta poder
afrontarlo, y hacer algo bueno con ello (del plomo al oro).
 Sin embargo, Saturno es una capacidad, esto es lo esencial, hay que
descubrir lo que nos ofrece, las reglas del juego que hay que saber jugar
para despertar nuestro poder.

 Por lo general, hasta no hacer un trabajo conciente, Saturno está


incentivando los aspectos más bajos de ese signo, está en nosotros
rectificar, hacer un trabajo de aceptación, de sinceridad y con paciencia
buscar el equilibrio, luego viene la excelencia.

 La maestría es un camino de toda la vida y muy enriquecedor.

 Es bastante frecuente tener una cierta inhibición en la energía de ese signo


y también picos de desmesura, exagerando para compensar, como alguien
que toma el poder, se excede y es expulsado, y así hasta encontrar un
equilibrio. Por eso Saturno tiene que ver con la soberanía y el arte del buen
gobierno.

 En ese signo tal vez podemos detectar cómo nos bloqueamos, cómo no
tenemos facilidad, hasta qué punto nos autosaboteamos, pero hay que
aceptar el desafío con confianza y disciplina.

 Es muy útil darle un canal de expresión a este signo, pensarlo con claridad,
ganaremos confianza y anclaje, irá despertando nuestro capacidad.

 La casa donde está Saturno tal vez sea un lugar donde nos sentimos
frágiles, vulnerables, “niños que les cuesta hacerse grandes”, ineptos para
asumir el desafío. Sin embargo, haciendo un trabajo sostenido allí es donde
ganaremos confianza y estabilidad, cada pequeño logro en ese terreno
tendrá un gran efecto multiplicador en toda nuestra vida.

 Trabajo honesto, de reconocimiento, sinceramiento, aceptación.


 Puedo.
6. Primer ejercicio saturnino:

1, Identificar el Saturno natal por signo, hacer un punteo con las principales
características. Nos podemos valer del libro “Las doce caras de Saturno” de Bill
Tierney.
2. Compartir en grupo los puntos que más nos resuenen.
3. Exploración del signo del Saturno natal. Describir fortalezas y debilidades,
lugares altos y bajos. Identificar sus virtudes.
4. ¿Cómo puedo cultivar esa energía en mi vida cotidiana?
5. ¿En qué acciones puedo encarnar las mejor virtudes de ese signo?
6. Recordar experiencias que hemos tenido con personas que nos trajeran la
energía de este signo.
7. Describir cómo nos hemos parado en escenas de ese signo.
8. Identificarlo por casa: por donde nos viene esa energía? ¿Quiénes nos la
traen, con quienes la hemos trabajado?
9. ¿Cuáles son las pruebas que nos trae esa casa?
3. Principio Sal

El principio Sal es el que nos ofrece los mayores aprendizajes en la rueda de


operaciones.
Como decíamos más arriba, la Sal suele ser la gran ausente en los trabajos
vegetales. La incorporación de estos preciados minerales nos da la posibilidad de
realizar un trabajo de integración, comenzar una transformación alquímica.
La Sal, una vez purificada, otorga cuerpo, un canal donde se pueden expresar
las fuerzas sutiles de las plantas que han hecho su desprendimiento. La Sal es la
tierra donde fructifica el cielo. Así, todos los preparados vegetales se ven
repotenciados con la incorporación del “residuo” de sus propias cenizas, que han
dejado atrás en los trabajos de separación.
La Sal es de naturaleza receptiva, no tiene un temperamento expansivo como el
Azufre, permanece latente dentro de la tierra, esperando pacientemente la
posibilidad de hacer su aporte.
El principio Azufre, al ser de carácter oleoso, se inclina hacia lo ácido, las sales,
al ser mayormente alcalinas, son base, y la reunión de estos dos principios
modera el pH de los compuestos vegetales, llevándolos a que encuentren su
propio equilibrio.
El principio Sal siempre ha aludido a ser una fuerza alimentaria, en sentido
amplio, la “Sal de la vida”, todo aquello que permite vivir.
La Sal trae la posibilidad de hacer alianzas. Es frecuente encontrar en diversas
prácticas espirituales, la inclusión de sal como símbolo del pacto entre las fuerzas
celestes y terrestres.
La palabra sello viene justamente de esa raíz, sellar un pacto, grabar con sal,
acordar, bendecir, saludar, salvar.
De allí la misteriosa frase del Evangelio de Marcos que retoma en clave
alquímica Blaise de Vigenere (1618) del que habla Fulcanelli: “Porque todo
hombre será salado con fuego y todo sacrificio será salado con sal” (Mc, 9).
La Sal posee un raro equilibrio de ser, a la vez, lo que alimenta y limpia la
materia, no exenta también de cierta rigurosidad.
La Sal tiene numerosas cualidades:
1) Es símbolo de hospitalidad.
2) De comunión en alianza espiritual.
3) Fundamento y sostén.
4) Permanencia.
5) Pureza.
6) Riqueza.
La ceniza, que es la materia en crudo de donde surge la Sal, tiene también
otras cualidades:
1) Finitud, transitoriedad.
2) Renuncia, dispersión.
3) Oportunidad de vaciarse y volver a comenzar.
4) Regeneración, sabiduría.
5) Desapego.
6) Impureza y pureza.
La Sal tiene una cualidad fijante, que le permite absorber, dar lugar, hacer
cuerpo. Esto es, tiene una función muy clara de concreción y de generar formas,
está unida a la experiencia en el plano material.
Este temperamento absorbente también puede ser una fuerza purificante, que
absorbe impurezas y drena excesos azufrosos de un compuesto vegetal.
La Sal se carga y también puede obstruirse, aunque del mismo modo, tiene la
capacidad de vaciarse y renovarse. Es como una tabla de arcilla, puede ser
escrita, acumulada, y del mismo modo volver a borrarse.
La Sal también posee la capacidad de abrirse y espiritualizarse, que es el
trabajo fundamental para volverla receptiva a su complemento volátil, el Azufre.
Este trabajo de espiritualización lo veremos a continuación en el capítulo del
Mercurio.
La Sal es fácil de reunir pero difícil de integrar, todos los trabajos de
quintaesencialzación son vías para lograr esto. La Sal puede dar alojamiento a
muchas sustancias, pero el Azufre es su complemento específico, aquel que
modera su terrosidad y la vuelve fluida, encontrando ambos su lugar común en el
conjunto, volviéndose elixir.
El principio Sal se extrae de las cenizas de las plantas, que conforman una
combinación única de elementos en cada ser vegetal. Las cenizas difieren mucho
de una planta a la otra, tanto en su composición mineral, como su color y la
temperatura de combustión que cada una requiere.
No hay dos cenizas iguales. Cada variedad de planta tiene una proporción
similar de minerales, pero cada ejemplar tiene sus propias cantidades.
Estos componentes que están en las cenizas podemos dividirlos en dos clases:
1) Macroelementos, son los minerales que están en cantidades significativas
en cada vegetal. Entre ellos el principal es el potasio (al cual volveremos en
breve), así como el calcio, el sodio, hierro, magnesio, o silicio. Estos
minerales son como los bloques fundamentales de la vida vegetal.
2) Microelementos, son los minerales y metales que están en proporciones
infinitesimales, tales como el cobre, niquel, cobalto, boro, zinc, etc. Son
biocatalizadores de procesos vitales.
Y del mismo modo, también podemos agrupar estos componentes en dos tipos
de sales, según sean solubles o insolubles en agua.
1) Sales insolubles:
Antiguamente se las denominaba Caput mortem “cabeza muerta” o “tierras
negras” y se las representaba con un símbolo de un cráneo, un círculo con tres
puntos.
En estas sales casi siempre hay mucha cantidad de calcio y se las vincula a lo
que permite enraizar, lo que no puede ser barrido por el agua. Pensemos lo
expuestas que están las plantas a la humedad, es indispensable algo que les
permita resistir al agua. Lo insoluble (si bien ya dijimos que conforma un conjunto
muy heterogéneo de minerales), se vincula a la parte ósea de la planta, lo que les
da estructura y sequedad, su esqueleto.

2) Sales solubles:
Son compuestos sensibles al agua, que pueden disolverse en una solución
salina. Estas sales también cuentan con la capacidad de cristalizarse, al extraerles
el agua, o al mantenerlas activas con la humedad justa. Volveremos a esto con
más detalle al ver cristalización.
En el mundo vegetal, estas sales solubles son en su mayor parte potasio, sodio
y magnesio, además de otros elementos minoritarios.

El emblema de la Sal es un círculo con un trazo horizontal, símbolo de la


estabilidad, receptividad del plano material. Alude a la completitud, pero también a
la dualidad, a lo fragmentario. Estas sales, cuando están plenamente depuradas,
tienen la capacidad de unirse al Azufre de una planta, generando la cohesión que
da como resultado un proceso de QE, círculo completo.

La separación del principio Sal se hace a través de una combustión completa


de la materia vegetal, que da por resultado una ceniza sin rastros de impurezas.
Esta ceniza suele ser considerada como un “residuo” de las plantas o maderas
que acabamos de quemar. Un residuo del fuego. Muy por el contrario, la ceniza
consiste fundamentalmente en los minerales de la planta, que se han liberado al
ser combustionado el carbón. Esos minerales resisten el fuego, en cambio el
carbón, al combustionarse no deja nada atrás, vuelve a la atmósfera en forma de
dióxido de carbono (CO2), de donde la planta lo tomó para generar sus tejidos.
Esto es lo central, se calcina hasta consumir todo el carbón y liberar los
minerales de la planta.
Las cenizas, lejos de ser una escoria, también son el vehículo donde se
impregna una forma sutil de esa energía liberada en la combustión. Las cenizas
tienen la capacidad de cargarse con esa fuerza calórica y pueden “fijar el fuego”.
No es lo mismo una ceniza que ha recibido unas horas de calor que una que ha
estado varios días en estado de incandescencia.
Cuanto más fuego reciban, las cenizas se volverán más poderosas.
Los grandes conocedores de esta técnica son los maestros del Rasa Shastra
en India. Emplean esta capacidad que tiene la ceniza de fijar el fuego, para
realizar trabajos salinos donde la fuerza calórica pueda ser reasimilada por los
organismos vivos.
Estos preparados son bien conocidos dentro del Ayurveda, se llaman bhasmas
y consisten en sales vegetales, animales o minerales, o bien, combinaciones de
hierbas y metales, que son las más difundidas, que pasan por reiteradas
calcinaciones, para purificarlas y aumentar su poder.
El método tradicional para la incineración de las bhasmas utiliza cantidades
inmensas de combustible, en este caso “tortas” de bosta de vaca para irradiarles
un calor sostenido a las cenizas. Si bien las cenizas ya están completamente
blanqueadas en la primera incineración, se vuelve a repetir la operación para que
se carguen de mayor poder calórico.
“La mejor bhasma de mica se prepara haciendo un agujero de 3 pies cúbicos
(unos 84 litros) en el suelo y dejando al lado una provisión de 1500 tortas de
estiércol de vaca seca. Las tortas de estiércol de vaca se emplean mucho en la
India como combustible con intenso calor. Después de rellenar el hoyo con unas
500 tortas, se coloca una vasija de arcilla sellada, conteniendo la mica y sus
coadyuvantes herbarios y se acaba de llenar el hoyo con las 1000 tortas restantes.
La pira tardará al menos un día, y normalmente más, en consumirse. Una vez fría,
se recupera la vasija de arcilla, se abre y se prepara la mica con hierbas para la
siguiente incineración. En total, se precisan unos tres días para hacer
correctamente una incineración y preparar la siguiente.
“La mayoría de los minerales sólo requieren 5, 7 u 11 incineraciones antes de
quedar listos para su uso. La mica es más potente si ha sido incinerada cien
veces, o incluso mil. Los yoguis, que disponían de tiempo, plantas y estiércol de
vaca ilimitados, podían permitirse invertir los ocho o diez años necesarios para
incinerar correctamente la mica mil veces. Las empresas modernas no pueden
hacerlo, por lo que hoy en día es mejor usar mica que haya sido incinerada lo
suficiente para perder todo su brillo, si bien serán precisas dosis mayores para
obtener igual resultado”. (Svoboda, 2006, pag. 274)
Todo el fuego utilizado para purificar las cenizas, queda impregnado en ellas: es
importante saber esto, al invertir todo ese combustible en hacer incandescer un
puñado de ceniza. Toda la energía empleada en blanquear las sales de una
planta, queda impregnada y la trasmitirán.
“El primer efecto de la bhasma procede de la trasmisión de su sabor al cerebro;
el segundo efecto, que se produce casi al mismo tiempo que el primero, supone la
liberación de prana en la sangre, transportado por una forma sutil y potenciada de
oxígeno que se crea durante el proceso de incineración” (Íbid, pg 273).
Por ello es que a la Sal antiguamente se la veía como el “asiento del fuego” y se
asimilaba la palabra Sal a Sol.
Dentro de los minerales que podemos encontrar en las cenizas, hay uno en
especial que tiene unas propiedades sorprendentes y se lo suele denominar “la
llave del reino vegetal”: el potasio.
La etimología de la palabra “potasio” es testigo de este origen a través del
fuego: potasio, pot-ash, “olla de cenizas”. Esta palabra también alude al
instrumental por excelencia que aún hoy se emplea para correcta extracción y
purificación de las cenizas: la olla, el caldero.

El caldero, el “lugar de la cal”, o kalium, nombre con el que también se


denominaba al potasio (K), era antiguamente un instrumento sagrado. En los
calderos se hacían arder fuegos en los templos, de los cuales se retiraban las
cenizas con fines terapéuticos y eucarísticos.
Al respecto podemos mencionar un solo ejemplo actual, la llamada “Terapia
Homa”, que recoge una tradición milenaria de veneración del fuego del Agnihotra.
Están bien documentadas las propiedades de estas cenizas para el consumo
humano, animal y como fertilizante vegetal, ver por ejemplo los estudios de Beck
(2020).
En los trabajos de la alquimia vegetal, el caldero es uno de los instrumentales
más importantes de todo el laboratorio, ya que es la puerta de entrada a la
apertura de la Sal, la matriz de todos los trabajos de integración.
El caldero es insustituible, podemos incorporar diferentes instrumentales, pero
el realizar un fuego dentro de un adecuado contenedor, es una práctica
fundamental. Los hornos no sustituyen este trabajo, que justamente tiene varios
tiempos y sus especificidades.
A continuación, veremos las características de un buen caldero y las prácticas
de purificación de una ceniza distribuidas en dos operaciones de fuego:
1) Incineración
2) Calcinación
Luego, veremos la operación de lavaje de la ceniza vegetal:
3) Lixiviación
Estos trabajos salinos se corresponden con la segunda fase de operaciones
alquímicas. Son trabajos invernales, de limpieza, vaciamiento, encuentro del eje
interno.
Son trabajos vinculados al fuego, que hay que despertar para trascender la
condición invernal de la materia, así como al elemento Agua del invierno, que
disuelve y abre para ayudarnos a encontrar el anclaje esencial, el principio salino.
Los trabajos de purificación del segundo cuadrante, están asociados al
fortalecimiento, a la segunda fase de separación, al invierno y al Agua.
1) Incineración
La incineración es una de las prácticas más importantes de los trabajos
alquímicos. Es la primera prueba que viene luego de animarnos a la apertura de la
extracción. Cuando quemamos una planta, es un acto de caotización que
combustiona todas sus memorias acumuladas, consume su forma, purifica y libera
el cuerpo esencial que estaba contenido, que perdura en forma de ceniza.
Incinerar viene del latín, “cineris”. Las cenizas siempre han tenido esa condición
misteriosa de ser semillas de regeneración, como el mito del Ave fénix “que
renace de sus cenizas”.
Ellas también son como un alimento que permiten renacer, un punto de
encuentro, o un cuerpo para expresar lo esencial. El alimento que permite pasar el
invierno, que convierte el momento de disolución en un nuevo comienzo.
Las operaciones de purificación, si bien son similares, conviene distinguirlas en
dos tiempos por cuestiones técnicas.
1) Incineración:
Se hace sí o sí a la intemperie, ya que sale mucho humo, se despiden gases
tóxicos y también suele prenderse fuego la materia vegetal. El resultado son unas
cenizas grises con carbonilla, que pueden tener aún restos de impurezas, pero
que en lo fundamental ya no despiden humo. Esto es lo importante.

Incineración = espacio abierto.


Una vez que llegamos a ese nivel de blanqueamiento, conviene retirar las
cenizas del fuego, hacerles una mortereada y pasar a la segunda operación, la
calcinación. Esta operación nos da margen para realizarla en un ámbito más
contenido que en un fuego a la intemperie. Puede hacerse en un fuego en una
habitación cerrada o directamente en un horno.
2) Calcinación:
Alude a una búsqueda de la “cal”. Es la última etapa, donde necesitamos elevar
un poco más la temperatura y eliminar las últimas impurezas de las cenizas.
Pero primero veamos paso a paso la primera etapa.

1) Práctica de incineración:
Para incinerar una planta es necesario estar afuera, esto puede ser en un
jardín, una terraza, un patio o incluso un balcón. Lo ideal es hacer un fuego en un
fogón, asador o en un quemador de hierro. También puede hacerse en un hogar a
leña bajo techo, siempre y cuando tenga un buen tiraje, aunque lo recomendable
siempre será hacerlo a la intemperie.

También, si el hacer un fuego a leña no está a nuestro alcance, puede


emplearse un anafe a gas o incluso un anafe eléctrico, que para esta primera
operación puede cumplir su función.
En estos trabajos de purificación a cada uno se le juega su capacidad de hacer
un fuego, de darse un espacio adecuado. Son operaciones que parecen sencillas
pero como todo lo que se hace en un contexto alquímico hay que estar atentos a
las emociones que despierta, va a estar vehiculizando mucho más que una quema
de plantas. Es un trabajo de despedida, de cremación y de apertura a un nuevo
ciclo. Nos hablará sobre el desapego, la impermanencia, la voluntad de apertura y
renovación.
El instrumental para esto es el caldero. Este puede ser de metal o de cerámica,
ambos tienen sus pro y sus contras.
Los calderos de cerámica tienen la gran ventaja que no se oxidan y se pueden
hacer fácilmente a medida. Su desventaja es que es difícil que no trasmita algún
polvillo o se descascare contaminando así las cenizas. Además absorbe mucho
calor y es difícil llevarlo a una temperatura correcta. Por último, también está
sujeto a que se agriete y se rompa durante la calcinación. Pero, a la vez es un
material muy noble y es fácil de reponer.
Los calderos de metal tienen la ventaja de su dureza y al ser una lámina fina, no
requieren mucho calor. Pero su principal desventaja es que se oxidan, y eso es
algo que hay que evitar a cualquier precio, ya que las cenizas asimilan el óxido
metálico y pueden contaminar los trabajos que realicemos.
Pensemos que los metales de por sí ya tienden a oxidarse al ser puestos al
fuego, y esto todavía es mayor al estar en contacto con cenizas alcalinas que
pueden corroerlos fácilmente. Por tanto, descartamos los calderos que podrían ser
de aluminio y también de cobre, ya que son fácilmente oxidables. Un caldero de
plata también se oxida a altas temperaturas. Uno de oro sería óptimo, pero lo veo
difícil. Nos queda entonces el hierro y el acero inoxidable como posibilidades.
El hierro es una opción, pero en general viene en marmitas o sartenes de
fundición tan gruesas que necesitan un considerable calor para calentarlas.
Además, el hierro es muy oxidable y necesita una gran limpieza previa a cada
trabajo, para dejarlo inmaculado para recibir las cenizas, que de por sí al ser tan
sensibles, absorberán cualquier impureza que esté a su alcance.
Nos queda como mejor opción el acero inoxidable. Como se sabe, la calidad del
acero se lo da el carbón que contiene, esto parece paradójico ya que nos servirá
para consumir todo el carbón vegetal y extraer una ceniza pura.
Esta aleación se caracteriza por ser fuerte y flexible, y se consigue en planchas
finas, que se pueden repujar hasta hacer un cuenco, o mandar a hacer un caldero
a medida con un herrero. O bien, lo más común es buscar ollitas o jarros de acero
que bien pueden convertirse en calderos, especialmente los que son antiguos, que
son de excelente acero.
En la selección del caldero hay que tomar algunos recaudos:
1) Controlar que no tengan una capa de algún otro metal, especialmente del
lado de adentro.
2) El buen acero se reconoce porque los imanes no se pegan. Puede hacerse
una prueba, a veces constatarás que el imán se pega en la parte superior
pero en el fondo no, y en ese caso todavía ese caldero es aceptable, ya
que la parte que necesitamos que sea de buen acero es el fondo.
3) Lo fundamental del caldero es que no sea demasiado grande, ya que
requerirá mucho calor. Una buena medida puede ser: 10 a 25 cm de
diámetro.
4) Controlar que no tenga doble fondo.
5) Es muy importante que tenga tapa.
Una vez que hemos encontrado nuestro caldero, se le desatornillan las asas de
plástico, si tuviera, y se busca una pinza con la cual lo vamos a manipular de aquí
en más.
El caldero es la herramienta fundamental de nuestro laboratorio alquímico.
Veamos la lista completa de materiales que lo acompañan (descontamos que
todos son elementos de acero o hierro).

Equipo:
1) Caldero (jarro de acero) con capacidad de 1 lt a 3 lts (entre 10 y 25 cm de
ancho)
2) Pinzas.
3) Cepillo de ceras de bronce para pulir.
4) Lijas finas y gruesas.
5) Cucharón de mango largo (para revolver o agregar planta durante la
calcinación).
6) Cucharas y espátulas.
7) Atizador.
8) Mortero.
9) Ladrillos refractarios donde apoyar el caldero caliente.

Medidas de seguridad:
1) Matafuegos de 1 lt (de cercanía) y de 10 lts en el domicilio.
2) Balde de 5 kg con arena.
3) Canilla accesible con manguera.
4) Gafas protectoras.
5) Guantes de puño largo kevlar.
6) Mangas ignífugas.
7) Mascarilla.
8) Guardapolvo.

2) Práctica para curar un caldero:


Lo primero que hacemos con nuestro caldero es curarlo. Se le practica una
primera quema que lo destempla, o sea que lo ablanda y esto hace que exude
algunas impurezas metálicas que aún conserve del momento de su fundición. Esta
primera quema puede durar dos o tres horas y se le aplica fuego tanto por dentro
como por fuera. Luego, se lo lava y cepilla bien y se le hace una pulida con lija
fina, hasta que quede bien lustroso. A continuación se hace la primera práctica de
incineración con alguna planta seca, por ejemplo hojas de romero o laurel. En esta
primera incineración es posible que el caldero vuelva a despedir alguna impureza
metálica, así que estas cenizas son para limpiar el caldero y luego se devuelven a
un compost o se desechan.

Antes de empezar una incineración, se hace una buena pulida al caldero,


se lo lava con agua y por último se le pasa un poco de alcohol con una toalla de
papel para constatar que no haya absolutamente ninguna suciedad. El papel tiene
que salir blanco de una pasada completa por dentro del caldero.
La incineración se puede hacer de dos maneras. Una es colocando un puñado
de planta seca, esperar que se consuma el humo y agregar un nuevo puñado,
espaciando un poco las quemas para que se disipe. De esta manera, lo que
hacemos es no generar una gran humareda, y es la técnica recomendable en
ámbitos urbanos, ya que hay que tener especial cuidado de no molestar a los
vecinos con el humo, ni humear nuestra casa. En el caso de que estemos en un
lugar abierto y no nos moleste hacer una gran pluma de humo, se puede llenar
completamente el caldero con planta, retirarse un poco y vigilarlo con distancia. Es
importante no respirar este humo, es un humo que estamos tratando de extraer de
nuestra planta, o sea que no es un sahumo, es un humo que va a resonar con
nuestras propias densidades que tenemos que dejar ir.

Temperaturas que se necesitan para incinerar y calcinar:


Para incinerar se puede empezar a carbonizar la planta con temperaturas a
partir de los 300 ºC. Esto es, con una pequeña llama debajo del caldero, sea de
leña, gas o electricidad. Lo importante es que una vez que pase el humo, se
puede formar una brasa dentro del caldero y allí seguramente ya tendrás
temperaturas entre 400 ºC y 500 ºC.
En ese punto tendrás unas cenizas grises, que como mencionábamos más
arriba conviene morterear ya que se apelmazan algunos trocitos de carbón y no
terminan de quemarse. Aquí empieza la calcinación, que requiere entre 500 ºC y
600 ºC para terminar de “blanquear” las cenizas. Para darse una idea de las
temperaturas sin un termómetro, los 500 ºC se alcanzan cuando se ve que el
fondo del caldero se empieza a poner de un rojo tenue, y cuando vemos que toma
un color naranja luminoso, “que se ilumina el fondo”, ahí ya estamos alcanzando
unos 600 ºC.
También es posible pasarnos con la temperatura, aunque es difícil a fuego
abierto, hay que hacer muchísimas brasas, o con un gran fuego a gas tipo soplete.
Es cuando vemos que el caldero ha pasado de un naranja suave a un amarillo
luminoso.
La temperatura límite que soportan la mayoría de las sales vegetales es de 600
ºC a 700 ºC, a partir de allí las sales es muy posible que se fundan, o sea que se
destruye su estructura cristalina y se hace una pequeña cerámica, puesto que las
sales vegetales tienen todos los ingredientes: calcio, sílice, sodio, potasio, etc.,
para hacer un proceso de vitriofusión. Nos daremos cuenta que hemos fundido las
sales porque quedan como un “platito” en el fondo del caldero, muy duro, ya han
dejado de ser un polvo. Y por lo general el fondo del caldero también se arruina en
este proceso.
La temperatura óptima es entre los 400 ºC y 500 ºC y de ahí quizás subir un
poco para calcinar, si hiciera falta. Para todos estos trabajos hay que ir subiendo
la temperatura lentamente y dejar que las cenizas se combustionen a su tiempo.
Si vemos que no cambian de color durante una hora, subiremos un poco la
temperatura.
Es muy importante también revolverlas con regularidad ya que al oxigenarse se
combustionan más fácilmente. Pero hay que hacerlo con suavidad, ya que se
pueden volar con facilidad.

2) Calcinación
La calcinación consiste en el “blanqueamiento” de las cenizas.
El fuego suele generar exaltación, y la calcinación es una operación que
requiere mucha estabilidad y un ámbito contenido para incrementar el calor un
poco más que en la incineración.
Es recomendable hacer varias repeticiones, dejando que las cenizas reposen
un poco, mortereamos y luego volvemos a darles temperatura.

1) Práctica de calcinación:
Cuando calcinamos, las cenizas ya son un polvo fino que puede volarse en las
masas de aire caliente, por lo que es útil ponerle la tapa al caldero. Con la tapa
levantará unos 100 o 150 ºC adicionales, que a veces es ese último golpe de calor
necesario para terminar de purificar las cenizas. Por otra parte, cuando le
ponemos la tapa se agota el oxígeno al interior del caldero y eso no siempre es
aconsejable para que se consuman los últimos restos de carbón. Así que la mejor
fórmula es alternar entre períodos que esté tapado y luego dejar que se oxigene y
remover.

La calcinación puede continuarse en el mismo lugar donde comenzamos a


incinerar, o bien, puede hacerse en una salamandra puertas adentro, o en la
cocina. La calcinación es más flexible, no así la incineración que debe hacerse sí o
sí en un espacio abierto.
También en los trabajos más avanzados puede incorporarse un horno de
vitriofusión o una mufla de laboratorio. Son hornos eléctricos donde se puede
programar la temperatura digitalmente. Para estos hornos colocamos las cenizas
en un crisol o una cápsula de cerámica y vamos programando un ascenso de
temperatura gradual, por ejemplo 2 horas en 400 ºC, 2 horas en 500 ºC, 2 horas
550 ºC... A partir de esta temperatura es cuestión de ir viendo cómo responden las
sales para no excederse y fundirlas.
La gran ventaja de los hornos de laboratorio es que podemos dejar unas sales
calcinándose durante días, semanas o incluso meses, día y noche sin apagarlo.
Las sales absorben toda esa energía puesta en ellas y se vuelven ígneas.
Este trabajo de darles un calor sostenido a las sales aunque ya estén
totalmente purificadas, también puede hacerse con el caldero.
Luego de la incineración, realimentamos el fuego, y en el centro colocamos el
caldero con las cenizas, que quizás ya están totalmente puras, sin embargo las
rodeamos de brasas y leña para que reciban todo ese calor. En todos los trabajos
que realicemos, siempre es aconsejable hacerle varias calcinaciones a las sales.
Pero si hacemos intervalos largos entre cada quema, conviene retirar las sales del
caldero y guardarlas en un frasco de vidrio.

Las sales cuando están calientes pueden permanecer en el caldero días y


días calcinándose, pero cuando se enfrían comienzan a humedecerse y pueden
oxidarlo. Esto es muy importante.
Podemos dejarlas unas 4 horas en frío dentro del caldero, pero en mi
experiencia no conviene mucho más.
Por lo mismo, si vamos a incinerar plantas que aún estén húmedas, como el
filtrado luego de hacer un hidrolato, es necesario primero desecarlas en una fuente
de pirex en un horno, o al sol y luego cuando estén bien secas agregarlas al
caldero.
No es conveniente calcinar nada con humedad ya que es muy probable que el
caldero se oxide y arruine las cenizas.
Para concluir, vamos a la cuestión de cuando una sal está completamente
“blanqueada” o en estado de máxima pureza.

Signos de pureza/impureza en la ceniza:


El concepto del blanqueado de una ceniza es muy relativo. Hay cenizas que
quedan de color blanco, pero otras nunca pasan del color gris oscuro, o incluso
hay cenizas con tintes verdosos, azulinos, rojizos, amarillentos, esto depende
mucho del compuesto de minerales que cada planta tenga.
Hay dos indicadores claves que nos pueden orientan para saber si una sal aún
guarda impurezas:
1) Que se vean a simple vista partículas negras. Por lo general las últimas
impurezas que quedan son restos de alquitrán apelmazado que cuesta
mucho terminar de combustionar. Por eso es importante morterear bien las
cenizas, para que se forme un polvo homogéneo que se pueda consumir en
una sola brasa.

2) Que ya no se vean en la ceniza partículas que se enciendan al revolver. Es


decir, veremos el fondo naranja del caldero pero la ceniza seguirá opaca al
remover. Si vemos corpúsculos que se prenden, eso quiere decir que aún
hay carbón para quemar.

2) Práctica de calcinación solar


Esta hermosa práctica es complementaria a las dos anteriores.
No es imposible, pero si bastante difícultoso calcinar completamente una ceniza
vegetal con una lupa, pero sí es excelente para darle el último toque de pureza a
las cenizas que ya han sido calcinadas a fuego u horno.
Sí la planta está bien seca u embebida en alcohol, se puede iniciar una
incineración con lupa, produce bastante humo y eventualmente se prende fuego.
Luego, para calcinar hay que ir moviendo la ceniza para que blanquee por
sectores. Como sabemos, la lupa sólo quema en un minúsculo punto.
La técnica es hacer foco con la lupa o fresnel, durante las horas de más calor.
Es necesario colocar la ceniza en un plato de pirex o cerámica o mismo en el
caldero, a un cierta distancia, 1 metro aprox si trabajamos con un fresnel de 30 x
30 cm.
Esta práctica es muy recomendable para las cenizas que ya tienen varias
cohobaciones y calcinaciones y están muy fusibles. Las sales en ese punto de
sutileza se pueden volatilizar o fundir con un exceso de calor, por lo que este tipo
de calcinación (si el clima acompaña) es muy especial y se puede hacer con o sin
lupa.
También es una operatoria complementara para las sales que ya han pasado
por una delicuescencia nocturna y luego se fotonizan con una calcinación solar.
En este caso puede que lo mejor sea el sol directo sin lupa.
O bien, una solarización casi sin hacer foco con el fresnel ya que se busca la
irradiación del sol en la sal y que se evapore el agua, sin que se volatilice el nitro
atmosférico que haya absorbido por la noche.

Equipo:
1) Caldero
2) Crisol de cerámica o cemento refractario.
3) Lupa fresnel de 30 x 30 cm en montura de madera para inclinarla.
4) Lupa redonda de 12 cm de ancho con mango para insertarse en un soporte
universal.
5) Plato de pirex o cerámica.
6) Lentes oscuros
ANEXO N°1 :
Regencias planetarias por signo:

Aries y Escorpio: Marte


Tauro y Libra: Venus
Géminis y Virgo: Mercurio
Cáncer: Luna
Leo: Sol
Sagitario y Piscis: Júpiter
Acuario y Capricornio: Saturno
C7: Centro Coronario Solar (Epífisis)

VIOLETA

C6: Centro Lunar (Nuca, Hipófisis)

ÍNDIGO

C5: Centro de Mercurial (Laríngeo)

AZUL

C4: Centro de Venus (Cardíaco, Timo)


VERDE

C3: Centro de Marte ( Esfera digestiva)


AMARILLO

C2: Centro de Júpiter (Gónadas)


NARANJA

C1: Centro de Saturno (Surrenales)


ROJO
ANEXO Nº 2:
Traducción del Cap. 2 del libro “Alquimia Verde” de Mamfred
Junius (1972)

2. Planetas y Plantas medicinales:

Plantas que están bajo la influencia de SOL:

Althaea officinalis : Malvavisco (con Jupiter y Venus)


Anagallis arvensis : Pimpinela escarlata (con Jupiter)
Angelica archangelica: Angelica (con Venus)
Angelica silvestris : Angelica Silvestre (con Venus)
Anthemis nobilis: Manzanilla romana
Calamus aromaticus
Calendula officinalis
Caryophyllus (Syzygium aromaticum): Clavo de olor
Chelidonium majus : Celidonia (con Jupiter)
Cinnamonum ceylanicum : Canela
Citrus aurantium : Naranja
Citrus bergamium : Bergamota
Citrus limonum: Limón
Dictamnus albus
Drosera rotundifolia : Drosera
Echium valgare: Buglosa
Erythraea centaurium: Centáurea menor
Euphrasia officinalis : Eufrasia
Fragaria vesca : Frutilla Silvestre (con Jupiter)
Fraxinus excelsior: Fresno grande (con Jupiter)
Gentian lutea : Genciana (con Jupiter)
Glechoma hederacea : Hiedra terrestre (con Venus)
Helianthus anuus: Girasol
Hypericum perforatum: Hiperico
Inula helenium : Enula o Henilio
Juglans regia: Nogal (con Mercurio)
Juniperus communis : Enebro (con Jupiter y Mercurio)
Laurus nobilis : Laurel (con Jupiter)
Matricaria chamomilla : Manzanilla alemana
Melissa officinalis : Melisa (con Jupiter)
Olea europea : Olivo (con Jupiter)
Oryza sativa: Arroz
Paeonia officinalis: Rosa albardera
Passiflora incarnata : Pasionaria
Piper: Pimienta (blanca y negra)
Plantago lanceolata : Llantén menor o Sietevenas (con Marte)
Plantago major : Llantén mayor (con Marte)
Potentilla reptans: Potentilla
Rosmarinus officinalis : Romero
Ruta graveolens: Ruda
Sinapis alba: Mostaza Blanca
Sinapis nigra : Mostaza negra
Viscum album : Muérdago blanco (parásito del Roble) (con Jupiter y Luna)
Vitis vinifera: Viña (con Jupiter y Luna)
Zingiber officinale : Gengibre

Plantas que están bajo la influencia de LUNA:

Acanthus mollis : Acanto


Agnus castus : Pimiento de los monjes
Atriplex silvestris
Bellis perennis: Margarita
Brassicae: todo tipo de Repollos
Cardamine pratensis : Cardamina
Carica papaya : Papaya
Cheiranthus cheiri: Alhelí amarillo
Cucumis sativus: Pepino
Cucurbita Pepo: Calabaza
Curcuma longa
Galium aparine : Lapa o Azotalenguas o Amor del hortelano
Hieracium pilosella : Vellosilla
Hyssopus officinalis : Hysopo
Iris florentina (con Saturno)
Iris germanica (con Saturno)
Iris pallida (con Saturno)
Lactuca sativa : Lechuga
Lenticula palustris : Lentejilla de agua
Ligustrum vulgare : Ligustro
Lilium album : Lirio o Azucena
Lysimachia nummularia
Myristica fragrans: Nuez moscada
Nasturtium officinale: Berro
Nymphaea alba: Nenúfar blanco
Papaver rhoeas: Amapola Silvestre (con Saturno)
Papaver somniferum: Amapola adormidera (con Saturno)
Ruta lunaria
Salices: todo tipo de Sauces
Saxifraga
Sedum acre
Sedum telephium
Stellaria media: Álsine
Tilia: Tilo
Trapa natans : Castaña de agua
Veronica officinalis: Veronica
Vinca minor

Plantas que están bajo la influencia de MERCURIO:

Adiantum capillus veneris : Culantrillo de pozo


Acacia: todo tipo de Acacias
Alliaria officinalis
Anethum graveolens : Eneldo
Apium graveolens : Apio
Artemisia abrotanum: Abrótano
Artemisia absinthium : Ajenjo (con Venus)
Avena saliva: Avena (con Jupiter)
Azalea: todo tipo de Azaleas
Bryonia albs
Calamintha montana: Satureja, Albahaca Silvestre
Calamintha arvensis : Calamenta
Carum carvi: Comino, Alcaravea
Chichorium endivia: Achicoria
Convallaria majalis: Lirio del valle (con Luna)
Corylus avella : Avellano
Cynoglossum officinale : Cinoglosa (con Jupiter)
Daucus carota : Zanahoria
Digitalis purpurea: Digitalia
Foeniculum vulgare: Hinojo
Glycyrrhiza glabra: Regaliz
Inula helenium: Enula o Henilio
Lavandula vera : Lavanda (con Jupiter y Sol)
Lonicera caprifolium : Madreselva
Majorana hortensis: Mejorana (con Sol)
Mandragora: Mandrágora (con Saturno y Luna)
Marrubium vulgare : Marrubio
Mercurialis annua: Mercurial, anual
Mercurialis perennis: Mercurial, perenne
Morus alba: Mora blanca
Morus nigra: Mora negra
Myrtus communis: Mirto
Origanum vulgare: Orégano
Parietaria officinalis : Parietaria
Pastinaca sativa : Chirivía
Petroselinum hortense: Perejil
Pimpinella anisum: Anís
Piper cubeba : Pimienta de Java
Satureja hortensis : Satureja
Solanum dulcamara
Strychnos nux vomica
Teucrium scordium: Camedrio acuático
Trifolium arvense: Trébol pie de liebre
Trifolium fibrinum: Trébol de los pantanos
Tussilago farfara
Valerian ofcinalis : Valeriana

Plantas que están bajo la influencia de VENUS:

Plants That Come Especially under the Dominion of Venus

Achillea millefolium: Aquileia


Ajuga reptans : Búgula o Consuelda
Alkemilla vulgaris : Alquemilla
Alkanna tinctoria : Raíz del traidor
Althaea officinalis : Malvavisco
Aquilegia vulgaris : Aquilegia
Arctium lappa : Bardana
Artemisia absinthium: Ajenjo (con Mercurio and Marte)
Artemisia vulgaris: Artemisa
Betula pendula: Abedul común
Betula pubescens: Abedul blanco
Castanea sativa: Castaño (con Jupiter)
Cicer arietinum: Garbanzo
Cotyledon umbilicus : Ombligo de venus
Cynara scolymus: Alcaucil
Digitalis purpurea: Digitalia (con Mercurio y Saturno)
Dipsacus sativus : Cardos
Fragaria vesca : Frutilla Silvestre (con Sol y Jupiter)
Geranium robertianum: Geranio (con Marte)
Glechoma hedera: Hiedra terrestre (con Sol)
Leonurus cardiaca: Agripalma
Lithospermum minus
Menthae : todo tipo de Mentas
Meum athamanthicum: Yerba centella
Nepeta cataria: Hierba gatuna
Orchis : todo tipo de orquídeas
Oxalis acetosella : Aleluya
Persica vulgaris: Durazno
Phaseolus Pulgaris: Porotos, Frijoles de todo color (con Luna)
Primula officinalis: Primaverea
Prunus cerasus : Cerezo
Pyrus communis : Peral
Pyrus malus: Manzano (con Sol)
Rosa damascena : Rosa, (con Jupiter)
Rubus fructicosus: Zarzamora
Rumex acetosa: Acedera
Sambucus nigra : Saúco negro (con Saturno y Mercurio)
Sanicula europaea : Sanícula
Saponaria officinalis
Senecio jacobaea: Nim-Nim, Hierba de Santiago
Senecio vulgaris : Cineraria
Solidago virga aurea: Vara de oro
Thymus serpyllum: Tomillo silvestre (con Sol)
Thymus vulgaris : Tomillo (con Sol)
Triticum sativum : Trigo (con Jupiter)
Verbena officinalis : Verbena
Viola odorata : Violeta (con Luna)

Plantas que están bajo la influencia de MARTE:

Allium cepa : Cebolla


Allium sativum : Ajo
Aloe: todo tipo de Aloes (con Saturno)
Ananas sativus: Ananá
Anemone: Anémona
Artemisia absinthium: Ajenjo (con Venus y Mercurio)
Arum maculatum : Aro
Bellis perennis : Margaritas (con Luna)
Berberis vulgaris : Agracejo (con Urano)
Buxus sempervirens : Boj
Bryonia dioica: Nueza
Cassia obovata : Henna
Capsicum : Paprica
Carduus benedictus : Cardo bendito
Cochlearia armoracia: Coclearia
Coriandrum sativum: Coriandro (con Venus)
Crataegus oxyacantha: Crataegus (con Saturno)
Genista tinctoria: Retama de los tintoreros
Gentiana: Genciana amarilla
Geranium robertianum: Geranio (con Venus)
Gratiola officinalis : Hisopo
Helichrysum arenarium: Helicriso
Humulus lupulus: Lúpulo
Lamium album: Ortiga Blanca
Linum usatissimum : Lino (con Jupiter y Saturno)
Lonicera caprifolium : Madreselva (con Mercurio)
Mezereum: Mezereón
Nepeta cataria: Hierba gatuna
Nicotiana tabacum: Tabaco
Ocimum basilicum : Albahacal (con Jupiter)
Ononis spinosa : Uña de gato
Pinus: todo tipo de Pinos
Plantago major: Llantén mayor (con Sol)
Quercus robur: Roble (con Jupiter)
Ranunculus sceleratus: Sardonia (con
Venus)
Raphanus sativus : Rabanito
Rheum palmatum : Ruibarbo (con Jupiter)
Rosa canina (con Jupiter)
Rubia tinctorum: Rubia roja (con Jupiter)
Sabina: Cedro
Sambucus ebulus: Saúco menor
Scilla maritima: Escila (con Saturno)
Scrophularia nodosa : Escrofularia
Smilax utilis: Zarzaparilla
Sinapis : todo tipo de Mostazas
Strychnus nux vomica
Tormentilla (con Sol)
Urtica dioica: Ortiga común (con Pluton)
Urtica urens : Ortiga menor (con Pluton)

Plantas que están bajo la influencia de JUPITER:

Acer palmatum, Sicomoro


Aesculus hippocastanum: Castaño de indias
Agrimonia eupatoria
Althaea officinalis : Malvavisco (con Sol y Venus
Amygdalum: Almendra (con Sol)
Anagallis arvensis: Pimpinela escarlata
Anthriscus cerefolium: Perifollo
Arnica montana
Asparagus offcinalis: Espárrago
Avena sativa (con Mercurio)
Betonica officinalis
Borrago officinalis : Borraja
Castanea sativa: Castaño (con Venus)
Centaurium umbellatum : Centaura menor
Cetraria islandica: Liquen de Islandia
Chelidonium majus: Celidonia (con Sol)
Cichorium endivia
Cichoriurn intybus: Achicoria
Dianthus cariophyllus: Clavel
Ficus carica : Higuera (con Venus)
Foeniculum vulgare : Hinojo (con Mercurio)
Fraxinus excelsior: Fresno grande (con Sol)
Fraxinus ornus: Fresno del maná
Fumaria officinalis
Gentiana lutea : Genciana amarilla (con Sol)
Hepaticae: Hepática, diferentes variedades
Hyoscyamus niger: Beleño (con Saturo y Neptuno)
Hyssopus officinalis : Hisopo (con Luna y Marte)
Imperatoria
Inula campana: Enula o Henilio
Jasminum: Jasmín
Juniperus communis: Enebro (con Sol y Mercurio)
Laurus nobilis: Laurel (con Sol)
Lavandula vera: Lavanda (con Sol y Mercurio)
Linum usitatissimum : Lino (con Saturno y Marte)
Liquiritia officinalis (Glycyrrhiza glabra): Regaliz (con Mercurio)
Marchantia polymorpha : Marchantiopsida
Melilotus officinalis : Coronilla real
Melissa officinalis : Melisa (con Sol)
Mentha piperita (con Venus)
Myristica fragrans: Nuez moscada (con Luna)
Myrrha: Mirra (con Sol)
Ocimum basilicum: Albahaca (con Marte)
Olea europaea: Olivo (con Sol)
Panax ginseng: Ginseng
Pimpinella anisum : Anise (con Mercurio)
Pirus malus : Manzano
Polypodium vulgare: Helecho
Populus: todo tipo de Álamos (con Saturno y Sol)
Potentilla reptans
Prunus armeniaca: Damasco
Pulmonaria officinalis: Pulmonaria (con Mercurio)
Quercus robur: Roble (con Marte)
Rosa canina (con Mars)
Rosa damascena: Rosa (con Venus)
Rubus idaeus : Frambuesa
Rumex acetosa: Acedera
Saccharum officinalis: Caña de Azúcar
Salvia officinalis : Salvia
Santalum album: Sándalo blanco (con Venus)
Santalum rubrum : Sándalo rojo (con Venus)
Sempervivurn tectorum : Siempreviva
Smyrnium olusatrum : Perejil alejandrino
Solanurn lycopersicurn : Tomate
Symphytum officinale : Consuelda
Tanacetum vulgare: Tanaceto
Taraxacum officinale: Diente de León
Tilia europaea: Lima con Venus)
Tussilago farfara : Tusílago (con Mercurio)
Vaccinium myrtillus: Arándano
Verbascum thapsiforme: Gordolobo
Viscum album: Muérdago blanco (parásito del roble) (Con Sol y Luna)
Vitis vinifera: Viña (con Sol)

Plantas que están bajo la influencia de SATURNO:


Aconitum napellus : Acónito (con Marte)
Aegopodium podagraria : Egopodio, Angélica menor
Aloes (con Marte)
Allium cepa: Cebolla (con Marte y Luna)
Amaranthus: Amaranto
Arctium lappa : Bardana (con Venus)
Asplenium: Helecho del nido
Atropa belladonna: Belladona (con Marte)
Auricularia judae : Oreja de judas (hongo)
Beta vulgaris : Remolacha
Cannabis saliva: Cannabis, Marihuana (con Neptuno)
Capsella bursa pastoris : Bolsa de pastor
Carvurn carvi: Comino o Alcaravea (con Mercury)
Centaurea nigra : Centaura
Cicuta virosa: Perejil de los locos
Conium maculatum : Cicuta (con Neptuno y Urano)
Crataegus oxyacantha (con Marte)
Cydonia vulgaris : Membrillo
Digitalis pupurea: Digitalia (con Mercurio y Venus)
Epilobium angustifolium: Sauce
Equisetum arvense : Equiseto
Eryngium maritimum : Cardo marítimo
Eryngium campestre: Cardo campero
Eryngium planum : Cardo azul
Fagus silvatica : Haya común
Filix mas (Aspidium filix mas): Helecho macho
Foenum graecum: Fenogreco
Fumaria officinalis
Gaultheria procumbens
Hedera helix: Hiedra
Helleborus niger. Heléboro
Hieracium pilosella : Vellosilla
Hordeum: Cebada
Hyoscyamus niger: Beleño (con Jupiter y Neptuno)
Ilex aquifolium: Acebo o Falso muérdago
Iris florentina (con Luna)
Iris germanica (con Luna)
Iris pallida: pale iris (con Luna)
Linum usitatissimum : Lino (con Jupiter y Marte)
Listera ovata: Orquídea terrestre
Lolium temulentum: Cizaña
Mandragora officinarum (con Mercurio y Luna)
Mespilus germanica: Níspero
Osmunda regalis : Helecho real (con Luna)
Papaver rhoeas: Amapola (con Luna)
Papaver somniferum: Adormidera, Amapola Blanca (con Luna)
Pinus sylvestris: Pino escosés
Plantago coronopus: Estrellamar
Plantago psyllium
Polygonatum officinale: Sello de Salomón
Polygonum vulgare: Polipodio
Populus: todo tipo de Álamos (con Jupiter y Sol)
Prunus spinosa: Endrino
Rhamnus frangula: Arraclán
Sambucus nigra : Saúco negro (con Mercurio and Venus)
Scilla maritima : Escila (con Marte)
Secale cereale : Centeno
Senna
Solanum dulcamara
Sorbus domestica : Serval
Stellaria media: Álsine
Symphytum officinale : Consuelda (con Jupiter)
Tamarindus indica : Tamarindo
Taxus baccata : Tejo negro
Ulmus campestris: Olmo (con Mercurio)
Veratrum album : Eléboro blanco
Verbascum phlomoides: Gordolobo naranja
Verbascum thapsiforme: Gordolobo común
Vinca minor (con Luna)
Viola tricolor
Zea mays : Maíz
ANEXO 2:
La experiencia de contacto con la Ortiga

Las Urticas se crían en suelos ricos en nitrógeno y húmedos. Por


ejemplo en esta isla de bosque, con cobijo de ganado, y repleto de
estiercol, donde crece la Ortiga con una fuerza desde hace años,
volviendo a resurgir cada año.
Ella a su vez es gran portadora de nitro, crece en suelos nitrogenados
y a su vez lo fija en su composición y lo esparce.
Al té de Ortiga se lo bebe desde hace miles de años. Originaria de
Eurasia, la Ortiga se la encontró hasta en restos prehistóricos en
cuevas en Suiza. Hoy la Ortiga está aclimatada a todos los
continentes, como planta silvestre.
Lo que caracteriza a la Ortiga es el ácido fórmico, que le da esa
peculiar defensa “urticante”.

Su acción se concentra en estos ejes:


1) Reconstituyente, por el aporte del hierro.
2) Remineralizante
3) Diurética
4) Estimulante digestivo
5) Activa la circulación
6) En la mujer tiene una acción de estimulación uterina y en el
hombre prostática.
7) Baja la presión, es hipoglucemiante
8) Depurativa del hígado
9) Drena depósitos

La Ortiga tiene una serie de componentes que se vincula con algo


materno, de cuidado, láctico. Incluso favorece la producción de leche
materna, los animales la comen cuando está seca.
Al ser una planta astringente, cierra los vasos capilares, genera una
protección, una defensa en el organismo.
Mientras está viva es una planta que se hace respetar y al terminar su
ciclo deja una inmensa cantidad de nutrientes a quien quiera
aprovecharlos.
La Ortiga fresca se la puede comer, se saltea con aceite o se hace
sopa o licuados, o se puede hace la infusión.
La Ortiga seca es especial para té, tiene un efecto muy reconfortante
si se encuentra la dosis de concentración adecuada.
Y de eso se trata la información de la Ortiga, el ser efectivos, hacer lo
correcto, equilibrar, darse lo bueno.
Crecer con fortaleza.
La propuesta mensual de tomas es tomarla con miel, hace un
excelente contrapunto con la Cola de caballo.
También por supuesto se puede tomar sin miel, o ir intercalando.
 10 grs de planta seca
 500 cm3 de agua
 10 grs de miel, una cucharada.

Tomas diarias:
Calentar agua y colocar la planta seca sin que se hierva. Filtramos y
dejamos enfriar un poco, endulzamos con miel.
Se coloca el filtrado en una fuente y se lo seca al horno, para hacer la
sal a fin de mes.
La decocción de la planta también se puede, pero es más
recomendado para usarla vía externa, en la piel, el pelo, es excelente,
el concentrado de planta hervida tiene un efecto depurativo sobre la
piel.
La Ortiga requiere un momento especial, ser notada.
Es apta tomarse en ayunas o luego de las comidas, un par de horas
luego.
Ella quiere ser tomada como en un ritual diario, destacada, y
probamos darle esa prioridad, esa constancia, ella se convertirá en
algo esencial de todos los días.
Hará su aporte.
Con esa fórmula de tomas, la Ortiga hace bien realmente.
En el libro de Pelikan, “Las plantas medicinales y el hombre”, se
señala que la simetría en su morfología brinda una información de
buen crecimiento, crecimiento ordenado y exponencial.
Que brinda un buen ritmo para sanar o alimentarse.

Contraindicaciones:
 En el embarazo, ya que da contracciones uterinas.
 Hay personas alérgicas a la Ortiga.
 Puede generar zarpullidos y reacciones en la piel, producto de
limpiezas profundas.
 Al ser hepática puede modificar el estado de ánimo.
 Puede bajar la presión.

Fitoquímica:

Hojas: clorofila, sales de potasio, hierro, mucílagos.

Pelos urticantes: acetilcolina, histamina, serotonina.

Raíz: taninos.

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